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Afiliado a la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Salesiana – Roma

Incorporado a la Secretaría de Innovación Ciencia y Tecnología del Estado de Jalisco


RVOE ESLI20111449 del 03 de octubre de 2011.

Instituto Superior Salesiano


Licenciatura en Teología

«María María, mujer que responde al amor, lo encarna y


lo entrega hasta la Cruz»

NOMBRE: Luz María Leal Hernández

Profesor: Dr. José Luis Plasencia Moncayo sdb

Tlaquepaque, Jalisco, México


9 de enero de 2019.
Trabajo final de escatología
INDICE
El hombre nuevo creado por amor espera su plenitud al final de los tiempos

a. El hombre nuevo llena de sentido su existencia con la fe del


acontecimiento pascual…………………………………………………1
i. Breve recorrido de la escatología……………………………...1
ii. El acontecimiento pascual da un nuevo sentido a la vida del
hombre…………………………………………………………….2
b. Vida cristiana auténtica, evidencia del sentido de la existencia del
hombre desde la fe en el Cristo crucificado y resucitado…………….3
c. El hombre con sentido pleno de su existencia en Cristo, espera la
plenitud de los tiempos por, con y en el Amor…………………………4
a) El hombre nuevo llena de sentido su existencia con la fe del acontecimiento
pascual.

i. Breve recorrido de la escatología

La resurrección es la promesa cumplida en Cristo a todos los hombres en la historia


El origen de la fe en misterio pascual se remonta al origen de la alianza de Dios con
el hombre. Desde el inicio de la Historia Dios establece una alianza de amor con el
hombre (Ex 19,3-8); le hace una promesa de amarlo en fidelidad (Os 2, 21), este
amor se realiza en la vida misma del hombre y en su historia, que implica un proceso
de crecimiento en todas las dimensiones del hombre desde la fe en el Amor eterno.
Creer significa de hecho superar las barreras, trascender, encontrarse en éxodo.1

Es importante este aspecto para el cristiano ya que, en un momento en la historia


de la Iglesia, por realizar un énfasis en el momento de la Cruz llega a despreciar al
cuerpo, a los gozos, y acentuando la práctica de la ascesis como virtud. Se vuelve
necesario recordar el camino del pueblo de Israel. El cual es un proceso de
descubrir al Dios de la vida, al Dios de la promesa de amor que es fiel en su promesa
de amor la cual trae consigo la salvación para dar sentido a la muerte. La
resurrección ilumina aún más los tiempos difíciles, sí para los judíos en especial en
el libro de Job y el Eclesiastés, se habla de que una crisis por la retribución de la
justicia de Dios, la reflexión en el Dios de vivos por que ama la vida lleva a la
conclusión de que la vida no termina con la muere, el Dios de la promesa de amor
lleva a la eternidad.

Es en Cristo, donde descubrimos el valor de la vida que se da por amor al Padre y


al hombre. Donde el hombre encuentra en plenitud el amor de Dios en su máxima
expresión. Es en Cristo donde se cumple la promesa de amor a los hombres. Hace
presente el Reino de Amor, con un ya pero todavía no, ya está presente porque él
es el Amor encarnado, pero falta que llegue a la plenitud de los tiempos donde lo

1
J. MOLTMANN, Teología de la esperanza. Salamanca: Ediciones sígueme 1972,24.
veremos tal cual es. El amor pide eternidad, el amor si es amor es eterno. De su
promesa que garantiza el futuro humano como absoluto y plenificador.

ii. El acontecimiento pascual da un nuevo sentido a la vida del


hombre

El hombre después del acontecimiento pascual, es una nueva creatura, que tiene
su sentido en dicho misterio, de la Pasión muerte y resurrección de Jesús. Ahora
como poder leerlo desde una visión cristiana. Dice Pablo que no se puede entender
la resurrección de Cristo si no se cree en la resurrección de los muertos. Estando
en Cristo participando de su amor, participamos con él en su resurrección. No sin la
Cruz “Con la cruz y con la resurrección de Cristo comienza a moverse hacia la
humanidad la revelación única de Dios, la gloria de su dominio que encierra justicia,
vida y libertad”2

El acontecimiento pascual es continuidad y discontinuidad en el amor, pues en


Jesús Crucificado se descubre el no amor del hombre y el Amor de Dios. El amor
se vuelve vulnerable y débil. “Y así como él fue crucificado por debilidad, pero vive
por la fuerza de Dios, así también nosotros somos débiles en él, pero viviremos en
él por la fuerza de Dios para nosotros” (2Cor 13,14).

El hombre se vuelve una creatura nueva en el amor desde el acontecimiento


pascual, pues es en Jesús que adquiere una nueva forma de amar. El hombre en
su naturaleza tiene la capacidad de amar como Jesús ama hasta la Cruz. El hombre
nuevo que cree en Cristo tiene la vida y vida eterna (Jn 3, 36; 5,24; 6,47.53). Y por
se ser relacional no se puede explicar dicha vida eterna aislado, si bien la respuesta
al amor es personal, la salvación y la vida eterna esta ofertada a todos los hombres.
De Ahí que la forma de relacionarse entre ellos por el amor es el que da la pauta
para el juicio universal.

2
Id. 181
El hombre desde esta nueva manera de amar desde el misterio pascual, adquiere
también una nueva manera de relacionarse y la manera de relacionarse es amando
en la vida ordinaria. Aspecto que se seguirá desarrollando en el siguiente apartado.

b) Vida cristiana auténtica, evidencia del sentido de la existencia del


hombre desde la fe en el Cristo crucificado y resucitado.

Una frase muy conocida de san Juan de la Cruz dice que “seremos juzgados en el
amor”, en este sentido del juicio puesto que hemos conocido el amor por medio de
Jesús y su manifestación plena en la Cruz y la resurrección, La vida cristiana no
puede sino ser evidencia con el testimonio del amor, de esta realidad. No solo se
trata de ir a misa o de rezar las oraciones al pie de la letra se trata, de un encuentro
real con el Amor de Dios en Cristo crucificado y resucitado.

La vida cristiana tendría que tener el sello de las obras realizadas con amor para
poder ser autentica y el único medio por el cual se manifiesta es la corporeidad de
cada uno, y “tiene que pensar el futuro humano definitivo en términos de
encarnación” tanto en el sentido de encarnación a ejemplo de María, como el de
imitación del amor de Jesús hasta en la Cruz. Así si el hombre tiene un porvenir más
allá de la muerte es lo que se denomina reino de Dios, paraíso, visión de Dios, vida
eterna no es sino ser con Cristo, en la forma de existencia definitiva.3

Benedicto XVI describe Incluso el progresivo desgaste del cuerpo es el hombre en


su unidad, todo hombre, el que camina hacia la eternidad, madurando como criatura
de Dios en la vida corporal en orden a ver el rostro de Dios.4

3
Id 205.
4
J RAZINGUER, Escatología. España 2008,176.
c) El hombre con sentido pleno de su existencia en Cristo, espera la
plenitud de los tiempos por, con y en el Amor.

La manera de expresión de esa corporeidad no va sino en relación con lo demás.


Así el himno al amor de Pablo después de una experiencia de amor con Jesús
Resucitado, lo expresa de la mejor manera 1Cor 13, 4-13.

«El amor es paciente, no lleva cuentas del mal,


es servicial; no se alegra de la injusticia,
el amor no tiene envidia, sino que goza con la verdad.
no hace alarde, Todo lo disculpa,
no es arrogante, todo lo cree,
no obra con dureza, todo lo espera,
no busca su propio interés, todo lo soporta»
no se irrita,
El papa Francisco en su documento Amoris Laetitia, explica con mucha sencillez, e
interpreta a partir de nuestra realidad relacional, cada uno de estos aspectos, la
paciencia con la capacidad de que el otro tiene derecho a vivir, así como es con un
sentido de compasión de aceptarlo como parte de este mundo y como tal es digna
de servir, valora los logros del otro, reconociendo que tiene derecho al amor.

El papa lo compara con el amor de una madre que quiere más amar que ser amada,
por eso el amor va más allá de la justicia y desbordarse gratis, «sin esperar nada a
cambio » (Lc 6,35), hasta llegar al amor más grande, que es « dar la vida » por los
demás ( Jn 15,13) (Cf Amoris Laetitia5). El hombre espera en quien confía que le
ama, el hombre ama porque Dios lo amó primero, el hombre espera en Dios porque
Dios espera en nosotros.

5
FRACISCO, Exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia en AAS (2016)
La amabilidad es otro rasgo de la expresión del amor, el perdón a ejemplo de Jesús
en la Cruz “perdónalos porque no saben lo que hacen” Lc 23, 34. Un perdón que
intenta comprender la debilidad del otro. El amor disculpa y confía en el Otro, en el
amor. Espera que en el otro haya un brote de belleza, es digno de colocar en este
momento el texto literal del documento:

“Aquí se hace presente la esperanza en todo su sentido, porque incluye la certeza


de una vida más allá de la muerte. Esa persona, con todas sus debilidades, está
llamada a la plenitud del cielo. Allí, completamente transformada por la resurrección
de Cristo, ya no existirán sus fragilidades, sus oscuridades ni sus patologías. Allí el
verdadero ser de esa persona brillará con toda su potencia de bien y de hermosura.
Eso también nos permite, en medio de las molestias de esta tierra, contemplar a
esa persona con una mirada sobrenatural, a la luz de la esperanza, y esperar esa
plenitud que un día recibirá en el Reino celestial, aunque ahora no sea visible .”

Es aquí donde se manifiesta el sentido de la existencia del hombre nuevo, en el


resucitado. El hombre descubriendo el sentido de su existencia en el Amor por amor
con amor, será enjuiciado en el amor donde la misericordia va más allá de la justicia
y donde tenemos puesta nuestra esperanza.

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