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10/8/2017 Simulador Proedumed

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PROEDUMED.
Curso en línea del PROsimulador ENARM
Contenido de Estudio
Identificación del reactivo
Area: CIRUGÍA
Especialidad: OFTALMOLOGÍA
Tema: ENFERMEDADES CORNEALES Y DE LA ÓRBITA
Subtema: CELULITIS Y ABSCESOS PERIORBITARIOS

DEFINICIÓN

CELULITIS PERIORBITARIA (PRESEPTAL)

Es la inflamación, edema y eritema de partes blandas perioculares incluyendo los párpados homolaterales. Es preseptal,
pero puede evolucionar involucrando la órbita, aparato lacrimal y senos paranasales. Puede cursar con o sin manifestaciones
sistémicas, en los lactantes puede haber bacteriemia y mal estado general.

CELULITIS ORBITARIA (POSTSEPTAL)

Se caracteriza por un cuadro sistémico, con compromiso del estado general con fiebre y decaimiento, suele haber
bacteriemia. A nivel orbitario se observan quemosis (ojo rojo), disminución de los movimientos oculares, proptosis y pérdida
de la visión, como consecuencia del edema del espacio retroorbitario (postseptal). Suelen asociarse sinusitis o abscesos
parasinusales, que se visualizan con la TAC de órbita.

SALUD PÚBLICA

El germen causante depende de la patogénesis de la infección. En celulitis periorbitaria secundaria a traumatismos, los
gérmenes más frecuentes son Staphylococo aureus y Estreptococo pyogenes.

La celulitis secundaria a bacteriemia es frecuentemente producida por el Estreptococo pneumoniae, sobre todo en niños
entre 3 y 36 meses de edad. El Haemophilus I. dejó de ser el germen causal más frecuente desde la aplicación de la vacuna
conjugada.

En la celulitis orbitaria que, como dijimos, es secundaria a un cuadro de sinusitis aguda o crónica, el germen causal es el
mismo que el de dicha entidad e inclusive puede ser polimicrobiana.

PATOGENIA Y FISIOLOGÍA

La patogénesis de la celulitis orbitaria y periorbitaria es diferente.

La celulitis periorbitaria es también llamada preseptal debido a que la infección está localizada por delante del septum
orbitario (tabique fibroso que se extiende desde el periostio del cráneo hasta el párpado). El septum orbitario cumple efecto
de barrera contra procesos infecciosos desde el tejido preseptal hacia la órbita.

La celulitis periorbitaria no progresa a celulitis orbitaria.

El tejido periorbital se puede infectar a través de dos formas:

Traumatismos: que a pesar de ser más frecuente en la primera infancia, se pueden producir a cualquier edad. En este
grupo se incluye las lesiones producidas por picadura de insectos.
Como foco secundario a partir de una bacteriemia, sobre todo en niños pequeños (3- 36 meses) que están expuestos a
mayor riesgo de contraer bacteriemia a neumococo.

La celulitis orbitaria es post-septal con compromiso de la órbita en sí. Generalmente se produce como complicación de una
sinusitis con extensión de la infección hacia la órbita. La órbita está rodeada por:

piso del seno frontal


pared interna del seno etmoidal
techo del seno maxilar.

El seno etmoidal es la fuente más común de infección orbitaria debido a que éste se separa de la órbita solamente por una
lámina papirácea. En la adolescencia, el seno frontal también puede ser una fuente de celulitis orbitaria.

Debido a que la sinusitis es un prequisito para la celulitis orbitaria, este proceso se da más en niños mayores.

En un estudio retrospectivo con 178 pacientes en Dallas (Israele V et al. Pediatric Infect Dis J 1987) la edad media fue de 21
meses para la celulitis periorbitaria y 12 años para la orbitaria.

DIAGNÓSTICO

La celulitis periorbitaria se manifiesta con eritema, induración, edema y/o calor del tejido periorbital.

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En aquellas lesiones secundarias a trauma o picadura de insecto es posible observar la lesión primaria en la piel. Estos
pacientes en general no presentan signos de enfermedad sistémica tales como fiebre y leucocitosis.

En el caso de la celulitis orbitaria, a los signos antes mencionados se agregan proptosis, quemosis (edema de la conjuntiva
bulbar), oftalmoplejía y disminución de la agudeza visual.

A veces, debido a la imposibilidad del operador de examinar el ojo, se debe solicitar una TAC de órbita con contraste. Los
hallazgos compatibles con celulitis orbitaria son: proptosis, inflamación de los músculos oculares, absceso subperióstico y
sinusitis ipsilateral o bilateral.

El compromiso sinusal es necesario para hacer el diagnóstico de celulitis orbitaria pero no así de celulitis periorbitaria.

La sinusitis no complicada puede producir edema periorbitario, diferenciándose de la celulitis por la falta de induración e
hipersensibilidad de los tejidos blandos.

MANEJO TERAPEUTICO Y FARMACOLOGÍA

La celulitis periorbitaria postraumática no complicada generalmente se trata con antibióticos vía oral que cubren gérmenes
Gram (+) como por ejemplo cefalexina, dicloxacilina o clindamicina.

En niños pequeños sin signos aparentes de lesión traumática y con signos de enfermedad sistémica el neumococo puede
estar presente. Debido a que estos pacientes pueden estar en riesgo de meningitis y que los pacientes menores de 15-18
meses no manifiestan signos o síntomas asociados a compromiso meníngeo, es que se recomienda realizar punción lumbar
a este grupo de niños. Se observó casos de líquido cefalorraquídeo aparentemente normal con cultivos positivos, por lo que
los expertos recomiendan en niños pequeños con celulitis periorbital sin trauma y acompañados de compromiso sistémico, la
internación y el uso de antibióticos endovenosos.

A pesar de que el uso de vancomicina y ceftriaxona se justifica mientras se espera el resultado del LCR y el antibiograma, en
caso de LCR normal se puede utilizar ceftriaxona solamente. En la celulitis periorbitaria neumocóccica sin meningitis
(inclusive con bacteriemia) la respuesta al tratamiento es rápida: una vez que se ven mejorías se completa un curso de
antibióticos de 10 días en forma oral.

Para el manejo de pacientes con celulitis orbitaria, se requiere un equipo interdisciplinario formado por pediatra, infectólogo,
otorrinolaringólogo y oftalmólogo.

Como terapia inicial es razonable el uso de ampicilina e inhibidor de betalactamasa. A pesar de que en el pasado se utilizaba
el drenaje quirúrgico en pacientes con complicaciones serias de la sinusitis, actualmente estos pacientes son tratados
únicamente con terapia antibiótica.

Los pacientes con un absceso importante con oftalmoplejía y/o compromiso visual deben ser sometidos a drenaje quirúrgico
del absceso y del contenido del seno. Otros pacientes pueden recibir tratamiento antibiótico endovenoso, mientras se realiza
un monitoreo minucioso.

Si no hay mejoría clínica en 24-36 horas se puede repetir la TAC o considerar la intervención quirúrgica. Dependiendo de la
evolución clínica se puede administrar ATB endovenoso durante una semana para luego continuar por vía oral hasta
completar un esquema antibiótico de tres semanas.

REHABILITACIÓN

PRONÓSTICO

BIBLIOGRAFÍA

Givner LB. Periorbital versus orbital cellulitis. Pediatr Infect Dis J 2002;21(12):1157–1158.

CONTENIDO ADICIONAL CLAVE

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