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N e i l J. Smelser
Normalmente nos referimos a la teoría socio- uno de estos objetivos requiere más espacio
lógica como una unidad y a la teorización del que aquí dispongo y tal vez sea imprudente
sociológica como una actividad específica. Los tratar de abarcar tanto. A l mismo tiempo, no
sociólogos escribimos artículos y libros e im- es posible apreciar la teoría contemporánea
partimos cursos sobre las materias y algunos s i n tener en cuenta estos dos objetivos.
decimos que nos especializamos en la teoría.
Todo ello induce a error e n un cierto sentido.
Cada objeto de investigación empírica en
La naturaleza y la diversidad
nuestra disciplina (por más que esté definido y de la teorización sociológica
circunscrito e n términos estrictos) tiene sus
raíces e n proposiciones ge-
Historia y teoría
nerales sobre e l ser huma- N e i l J. Smelser es Profesor de Sociolo- Frecuentemente distingui-
no y la sociedad, y contiene gía e n l a Universidad de California, mos tambiéti entre la his-
las simientes d e l razona- Berkeley, California, 94720, Estados toria de la teoría (o histo-
Unidos de América, donde enseña des-
miento abstracto y la eva- de 1958. Es autor de numerosas obras ria del pensamiento) y la
luación normativa. Estos e n las disciplinas sobre l a teoría socio- teoría sistemática. L a pri-
elementos suelen permane- lógica, e l cambio social, la sociología mera describe e l pensa-
cer ocultos o tácitos, pero económica, los movimientos sociales y
l a sociología de la educación. Su obra
miento consciente sobre l a
jamás se hallan ausentes. más reciente es Social Paralysis and sociedad a partir de una
Por ello, l a teoría debe ser Social Change: British Working-Class persona (Hobbes, Comte),
considerada un aspecto in- Education in the Nineteenth Century. de una escuela o doctrina
Es miembro de l a National Academy
tegral de la indagación so- o f Sciences (Estados Unidos de Améri- (el utilitarismo) o un perío-
ciológica y no una entidad ca) y la American Academy o f Arts and do (por ejemplo l a Grecia
separada de ella. S i n em- Sciences. También es Vicepresidente de clásica). L a segunda se re-
la Asociación Sociológica Internacional.
bargo, en otro sentido l a fiere a una reflexión más
teoría es individualizable. contemporánea acerca de
Es posible y legítimo considerar las relaciones l a sociedad, estructurada mediante la utiliza-
entre los elementos generales e n cuanto a tales ción de primeras hipótesis expresas, la deriva-
y, al hacerlo, entramos e n e l ámbito de la ción formal hipótesis específicas susceptibles
teoría sociológica y l a teorización propiamente de ser invalidadas por datos empíricos. En este
dicha. caso, la distinción entre ambas es más una
Con este artículo m e propongo dos objeti- cuestión de matices que de l a existencia de
vos; e n primer lugar, hacer algunas observa- una clara línea divisoria. Muchos pensadores,
ciones generales acerca de la teoría sociológica a menudo considerados «históricos» e n s u im-
(al principio y al final) y, e n segundo lugar, portancia (Adam Smith, Jeremy Bentham,
trazar un mapa general pero completo de las K a r l Marx, por ejemplo), eran muy sistemáti-
variedades del pensamiento teórico e n la so- cos y científicos tanto e n sus aspiraciones
ciología contemporánea (en e l medio). Cada como e n su forma de pensar. Por l o demás,
gran parte del pensamiento contemporáneo chos aspectos y según l a cual la teoría es “un
que llamamos teoría n o es particularmente sis- conjunto de conceptos generalizados de refe-
temático como ciencia social; a menudo entra- rencia empírica que lógicamente dependen en-
ña l a defensa de perspectivas generales, plan- t r e sí» (1954 [ 19451, pág. 21 2). Concebida así,
teamientos y preferencias ideológicas, así l a teoría contiene una serie de hipótesis o de
como el desarrollo de exposiciones teóricas postulados interdependientes que se acercan a
formales y de proposiciones empíricas. Por l a conclusión lógica, derivada de proposicio-
último, muchas perspectivas de l a historia del nes generales que se pueden presentar como
pensamiento (como l a clásica teoría evolutiva) hipótesis empíricas y que, en principio, son
siguen sobreviviendo como elementos de las verificables. Como hemos indicado, n o todo l o
teorías contemporáneas. Por esas razones, en que calificamos de teoría contiene todos estos
sociología la «historia» y la «teoría» son pues elementos, por l o que l a definición debe ser
indisociables. considerada un desideratum más que una des-
cripción.
L a expresión más formal de l a teoría es l a
Grado de formalización variable
exposición de relaciones, derivaciones e hipó-
L a teoría sociológica se caracteriza por una tesis en lenguaje mantenido. Este genero de
formalización mayor o menor según s u grado teorías se encuentra más comúnmente e n eco-
de conformidad a las reglas científicas de l a nomía pero han sido empleadas e n sociología
elaboración teórica. Ciertos tipos de discurso para generar explicaciones y predicciones rela-
que llamamos teoría n o son más que perspecti- cionadas con los procesos demográficos, l a
vas generales acerca del ser humano y l a socie- movilidad social, l a difusión de invenciones y
dad apoyadas e n conceptos un tanto impreci- técnicas y e l comportamiento de las organiza-
sos, una estructura lógica poco rigurosa y, ciones.
de haberlas, escasas proposiciones empíricas Otra constante se refiere al grado del ámbi-
identificables, que uno no intenta corroborar o to teórico o de generalización. Un modelo se
descartar. A veces, estas perspectivas s i r v e n de refiere por regla general a un conjunto formal-
fundamento o se integran a modelos más o mente expuesto de hipótesis respecto a los re-
menos formales, pero a menudo gran parte del sultados empíricos (así, e l modelo es un tipo
discurso teórico entraña una argumentación de teoría) pero limitado a una variedad estre-
de l a importancia analítica o normativa de l a chamente individualizable de situaciones. L a
propia perspectiva. teoría del mediano alcance (Merton, 1968a) es
Otras aproximaciones son por e l contrario más amplia y trata de incluir los principios
construcciones verbales más o menos formales explicativos en un ámbito mayor al tiempo, e n
de supuestos y postulados generales, hipótesis, todo caso, de seguir refiriéndose a ((aspectos
variables (o causas) independientes, variables delimitados de los fenómenos sociales)) (págs.
(o efectos o resultados) dependientes y la cita 39 y 40). L a teoría general, como denota s u
de datos relativos a l a verificación empírica. nombre, intenta desarrollar los principios más
Por ejemplo, a pesar de que Robert Michels abstractos para explicar una amplia gama de
(1959 [ 1915]), al propiciar su principio inexo- elementos regulares en e l comportamiento co-
rable de la oligarquía, negó que estuviese lectivo, las instituciones y e l cambio social. .La
creando un «sistema nuevo» (pág. VIII), s u teorización sociológica pasa lista a estos tres
obra, puede ser calificada de razonamiento aspectos.
sistemático organizado con arreglo a las leyes
del proceso científico (Smelser y Warner,
Usos y utilidad de la teoría sociológica
1976, págs 237 a 476). Igualmente, e n la clási-
ca obra de Durkheim titulada Suicide ( 1 95 1 Si bien l a teoría es generalmente aceptada
[ 1897]), se encuentran todos los ingredientes como ingrediente legítimo en l a sociología, las
de una explicación teórica formalmente cons- razones de esta aceptación no siempre resultan
truida (Merton, 1 9 6 8 ~ ; Smelser y Warner, claras. Sería útil, pues, recordar cuáles son los
1976, págs. 161 a 172). Parsons, hace medio usos y l a utilidad de l a teoría para l a propia
siglo, formuló una definición de este tipo de l a sociología y para las sociedades e n que tiene
teoría, que sigue siendo satisfactoria e n mu- lugar.
Teorías sociológicas 11
- El mapa que voy a trazar es e n cierto modo que pasa por las obras de Herbert Spencer
ahistórico; constituye una sección transver- (1 897). Emile Durkheim (1947 [ 19 13]), Bro-
sal sincrónica y hay pocas referencias a los nislaw Malinowski (1 955) y Radcliffe-Brown
orígenes y desarrollo de las distintas partes ( 1 952) y culmina con las obras de Talcott Par-
del conjunto. sons (1 95 1) y Robert Merton ( 1 968b). Todos
- Mi análisis, como cualquier otro, entraña un ellos concebían l a sociedad como una estructu-
cierto grado de arbitrariedad porque hay r a de partes relacionadas entre sí que se sostie-
muchas formas legítimas de dividir l a teoría. nen, e n diverso grado, por mecanismos de
L a obra de M a x Weber, por ejemplo, puede equilibrio. L a perspectiva estructural-funcio-
legítimamente ser calificada de teoría ttfeno- nal guarda también relación con la consolida-
menológica)), «estructural», «de mediano al- ción de l a teoría de l a modernización, elabora-
cance» y «de conflicto»; por l o tanto Weber da e n los decenios siguientes a la Segunda
puede quedar situado e n una o muchas par- Guerra Mundial, en l a cual se considera que e l
tes del mapa teórico segiin l a importancia desarrollo de l a sociedad va superando obs-
que se atribuya a cada una de estas facetas táculos basados e n l a tradición (correspon-
de su obra. dientes básicamente a l a religión, l a tribu y l a
- L a división e n territorios distintos no debe casta, l a comunidad y e l parentesco) y los
dar la idea de que hay múltiples batallones reemplaza por las instituciones diferenciadas,
de académicos, cada uno de los cuales está más «modernas» (incluidos los gobiernos de-
movilizado en torno a una perspectiva teóri- mocráticos), que se encuentran e n los países
ca. Algunos académicos se definen de esa desarrollados. Otra formulación teórica, «el
forma pero, e n la práctica, l a mayoría tiende fin de l a ideología» (Bell, 1960), queda tam-
a ser un tanto ecléctica e n sus opciones teóri- bién comprendida e n general en e l epígrafe d e l
cas, destacando, tal vez, una perspectiva res- análisis funcional. Los partidarios de esta te-
pecto de otra pero utilizando y combinando sis, formulada también e n los decenios que
planteamientos cuando el problema intelec- siguieron a l a Segunda Guerra Mundial, adu-
tual que les ocupa parece hacerlo necesario. cían que las sociedades occidentales habían
llegado a un nuevo consenso, los trabajadores
Pasemos ahora al mapa propiamente di- habían alcanzado l a ciudadanía política, l a
cho. L a división fundamental se encuentra en- burguesía había aceptado e l Estado providen-
t r e las perspectivas macroscópicas, q u e se cen- cia. y ambos habían aceptado e l proceso de-
tran inicialmente e n las organizaciones, las mocrático. Los problemas ideológicos que di-
instituciones, las sociedades y las culturas, y vidían a l a derecha y l a izquierda habían
las perspectivas microscópicas, que se centran quedado reducidos a diferencias marginales e n
e n l a psicología social de los individuos y los cuanto a l a importancia que había que atribuir
procesos de interacción entre ellos. En l a prác- a l a propiedad pública y a l a planificación de
tica, los niveles de análisis se superponen: to- l a economía.
das las teorías macroscópicas comprenden L a perspectiva estructurofuncional fue ob-
como mínimo hipótesis psicológicas tácitas y jeto de críticas e n los turbulentos años sesenta
todas las teorías microscópicas parten del su- y sigue siéndolo aún, e n especial, aunque n o
puesto de parámetros sociales más amplios e n exclusivamente, por parte de sociólogos radi-
los cuales tienen lugar los microprocesos. cales y críticas y por muchos sociólogos de
países e n vías de desarrollo. El aparato con-
Teorías macrosociológicas ceptual del análisis estructurofuncional (in-
cluida l a clasificación sistemática de los «im-
El contraste más frecuente suele encontrarse perativos funcionales», l a idea de l a supervi-
entre las teorías que en principio i n s i s t e n e n l a vencia de l a sociedad y e l equilibrio estable)
integración social y las que l o hacen en e l n o sobrevive indemne de estos ataques, pero
conflicto social. e n buena parte l a investigación sigue recu-
rriendo a varias ideas básicas relacionadas con
Teorías de la integración esa doctrina. a saber:
Principalmente se encuentra comprendida e n - Corresponde a las instituciones un papel po-
este epígrafe la teoría estructural-funcional, sitivo e n el actual empeño d e l a sociedad por
14 Neil J. Srnelser
explota y otra que es explotada. En virtud de t o entre los académicos de Europa occidental
esa relación, las clases se encuentran e n una como (en menor medida) entre los de América
relación de conflicto irrevocable entre sí. Este del Norte, desapareciendo prácticamente e n
conflicto es además e l motor d e l cambio histó- los países de Europa oriental y e n l a ex U n i ó n
rico en la teoría de Marx, ya que la victoria Soviética, donde los regímenes socialistas y
definitiva de la clase explotada trae consigo un comunistas construidos sobre l a base d e l mar-
nuevo tipo de sociedad y una nueva fase de xismo-leninismo han experimentado un dra-
evolución histórica (Marx, 19 1 3 [ 18591: Marx mático derrumbe. En todo caso, l a perspectiva
y Engels, 1954 [ 18481). materialista de las clases sigue encontrando
Es evidente que la perspectiva marxista expresión en obras teóricas y posturas políti-
constituye una enorme fuerza intelectual y po- cas de académicos del tercer mundo y algunos
lítica y ha dado origen a una vasta gama de académicos occidentales. Entre estos últimss,
teorías a fines del siglo XIX y en e l siglo xx, s i n embargo, s u vitalidad n o se entiende como
convirtihdose e n la inspiración ideológica de una teoría total de l a sociedad (con excepción
los partidos comunistas y socialistas y otros de l a teoría d e l capitalismo monopolista) sino
partidos de izquierda, en su mayoría de los más bien e n sus aplicaciones a ámbitos más
Estados avanzados y en vías de desarrollo: concretos. Cabe mencionar las obras de Eric
constituyó l a ideología de legitimación para l a Olin Wright (1985) relativas a l a continua y
U n i ó n Soviética, l a República Popular China determinante influencia de las clases económi-
y Europa Oriental y la sigue siendo e n países cas, los análisis de Harry Braverman (1 974) y
tales como l a República Popular China, Cuba Michael Burawoy (1974) sobre cambio y do-
y Corea del Norte. minio en el lugar de trabajo y ciertas interpre-
En los decenios recientes, l a influencia del taciones de las relaciones raciales contemporá-
marxismo ha perdido su antiguo prestigio tan- neas e n los Estados Unidos como, por ejem-
16 Neil J. Smelser
plo, e l modelo de colonialismo interno de Ro- Europa y América del Norte están divididas
bert Blauner (1972), basado e n gran medida en e n dos grandes clases, opresores y oprimidos, y
la teoría neomamista d e l colonialismo, la in- que l a opresión guarda relación con l a organi-
terpretación de la dominación de l a mujer por zación capitalista de l a economía. S i n embar-
e l hombre como manifestación especial del go, a causa de la mayor abundancia como
dominio capitalista de la mano de obra (Hart- consecuencia del avance tecnológico, la distri-
mann, 1976) y la m u e v a criminología» (Tay- bución de la riqueza por conducto del Estado-
lor, Walton y Young, 1973), basada e n la pre- providencia y la continua transferencia de ri-
misa de que la definición y la sanción del quezas del tercer mundo a los países adelanta-
delito redundan básicamente e n interés de l a dos, e l proletariado se ha hecho pasivo y ha
subsistencia del dominio capitalista sobre las dejado de ser una fuerza revolucionaria. El
clases oprimidas. dominio opera a través de la manipulación
En s u mayoría, las demás teorías contem- tecnológica que ejerce e l aparato gubernamen-
poráneas d e l conflicto mantienen uno o más tal y se sostiene mediante los medios de comu-
elementos del marxismo, como l a idea de cla- nicación, que perpetúan una falsa conciencia
ses opresoras y clases oprimidas, o l a idea del de bienester material e n la población. Como
conflicto de grupo. S i n embargo, estas teorías resultado, las masas están apaciguadas y los
abandonan tantos otros elementos del marxis- conflictos son escasos (salvo e n casos ocasio-
m o o los combinan con tantos conceptos no nales de desafío y violencia producidos por
marxistas que mal cabe decir que son ((marxis- minorías raciales marginadas y e n situación de
tas» a menos que se estire mucho e l término. desempleo). El aparente consenso que existe
Constituye un ejemplo de este tipo de formu- es, e n todo caso, una cubierta superficial de la
lación teórica la de Ralf Dahrendorf (1 959), dominación y e l conflicto reprimido.
que rechaza la proposición fundamental de En una teoría conexa, Habermas (1975)
Marx de que las relaciones económicas consti- considera que e l principal agente de dominio
tuyen la base de la desigualdad en l a sociedad en la sociedad capitalista postindustrial no son
moderna, y critica la teoría marxista de las las clases en e l sentido marxista, sino más bien
clases que dimanan de esa proposición. A l e l aparato técnico-administrativo del Estado,
mismo tiempo, Dahrendorf conserva la idea que se basa e n l a racionalidad instrumental.
del dominio como principio de organización, Este aparato se inmiscuye en la vida de grupos
s i bien la imputa a una situación de diferencia e individuos y desvirtúa su mundo haciéndole
e n una relación de autoridad (con l o que da a cobrar un sentido excesivamente racional. E l
su obra un tinte weberiano). En todo caso, Estado participa en la organización y manipu-
Dahrendorf sí conserva la idea, similar a la de lación de la economía mediante la función
Marx, de que los grupos de clases basados e n directa y, además, entra directamente e n l a
relaciones de autoridad se convierten gradual- actividad económica, financiando la educa-
mente de grupos de intereses latentes e n gru- ción y formación, supervisando y mantenien-
pos de acción a medida que sus intereses se do la infraestructura de transporte y vivienda
ponen de manifiesto a través de la ideología, la y manteniendo grandes fuerzas militares. E l
conciencia, e l liderazgo y la organización y que Estado se asegura de l a lealtad (muchas veces
esos grupos son los principales vectores del pasiva) de las masas mediante e l acceso de
conflicto y e l cambio. éstas a los bienes de consumo, la distribución
Otra gran teoría del conflicto que dimana de ayudas sociales y e l control de los medios
e n parte de la tradición marxista es la «escuela informativos. A l mismo tiempo, Habermas
crítica» de la sociología. Esencialmente alema- considera que e l Estado tecnocrático hace
na en su origen, esta escuela, llamada también frente constantemente a crisis tales como la
«Escuela de Frankfurt» surgió e n e l período de inflación, inestabilidad financiera, errores de
entreguerras como confluencia de diversas planificación, parálisis administrativa, incum-
perspectivas marxistas, psicoanalíticas y cultu- plimiento de sus promesas y erosión de valo-
rales. S u expresión más reciente se halla en las res culturales tales como la ética del trabajo.
obras de Herbert Marcuse y Jurgen Habermas. Hay otras dos orientaciones teóricas com-
Marcuse (1964) mantiene e l concepto marxis- patibles con l a renovada importancia que se
ta de que las sociedades contemporáneas de atribuye al Estado. L a primera es la obra de
Teorías sociológicas 17
gar, e n la medida e n que l a investigación so- compararlas entre sí. Querría concluir este ar-
ciológica cobra carácter cada vez más interdis- tículo presentando esos interrogantes a los lec-
ciplinario (y hay muchas señales que apuntan tores para su reflexión:
en ese sentido) tienden a combinarse teorías
interpretativas que, e n abstracto, podrían con- -¿Qué modelo o imagen d e l conocimiento
siderarse opuestas. En segundo lugar, se ad- científico informa u orienta l a labor de un
vierten e n la actualidad diversos intentos de teórico o de una tradición teórica? Esta pre-
síntesis teórica, entre los que cabe mencionar gunta obedece a dos razones. En primer lu-
los siguientes: gar, las ciencias sociales se desarrollaron his-
tóricamente a la sombra intelectual de las
- e l intento de generar vínculos analíticos y ciencias naturales y, en muchos casos, las
empíricos entre los pianos microsociológico han tomado como modelo. En segundo lu-
y macrosociológico (por ejemplo, Alexander gar, la sociología y las demás ciencias socia-
y otros, 1987); les siguen justificando s u legitimidad e n
- e l intento de establecer un vínculo teórico círculos académicos y universidades adu-
entre la actividad de individuos y grupos ciendo que son ciencias sociales. Por l o tan-
(agentes) y e l contexto socioestructural en to, resulta difícil para una teoría no tener e n
que residen (Gidens, 1984); cuenta las reglas y los métodos de las cien-
- e l intento de crear teorías limitadas que, e n cias. Con ello no quiero decir que todas las
todo caso, dimanan de una variedad de pun- teorías utilicen un modelo positivista de la
tos de vista teóricos; la teoría feminista, por ciencia. Algunas l o hacen evidentemente (la
ejemplo, s i bien está formulada e n gran parte teoría de la opción racional es un ejemplo),
en términos de conflicto y dominación, tam- pero especialmente e n este momento las hi-
bién incorpora otros puntos de vista, inclui- pótesis básicas de muchas teorías sociales
dos e l psicoanalítico y e l fenomenológico constituyen críticas explícitas de la ciencia
(Lengermann y Niebrugge-Brantley, 1922). positiva. E n todo caso, algún modelo de
ciencia sigue siendo un punto de referencia
E n tercer lugar, e n los dos Últimos decenios por más que la actitud hacia ella sea negati-
ha decrecido la guerra polémica que caracteri- va.
zaba a la sociología y a muchas de las otras - ¿Qué elementos formales, sustantivos y espe-
ciencias sociales e n los años sesenta y setenta. cíficos del lenguaje científico se incorporan y
El ambiente más característico de los años cuáles son rechazados? Esta pregunta es una
noventa parece acercarse al «pluralismo pací- especificación de la primera.
fico», un reconocimiento de que l a indagación - ¿Qué concepto tiene e l investigador teórico
sociológica da legítima cabida a diversas pers- de los individuos y de los grupos que consti-
pectivas y métodos, por evidente que sea l a tuyen los sujetos de teorización? ¿Son agen-
existencia de preferencias claras entre grupos tes activos, neutrales o pasivos del cambio y
individualizados de teóricos e investigadores la historia? ¿Tiene importancia s u punto de
empíricos. vista en la formulación d e l conocimiento
científico? (los conductistas dicen que no,
los fenomenólogos dicen que sí). En suma,
La lectura de las teorías ¿qué imagen de l a naturaleza humana tiene
sociológicas e l teórico?
- ¿En qué forma concibe e l teórico s u propio
Mi carrera académica como sociólogo comen- papel e n la génesis del conocimiento científi-
zó con un curso de teoría sistemática que di e n co? ¿Activo o pasivo? ¿Conservador, neutral
la Universidad de California (Berkeley) e n o crítico? Esta pregunta surge porque los
otoño de 1958. E n los siguientes decenios y profesionales de las ciencias sociales son ine-
hasta hoy en día h e seguido impartiendo cur- ludiblementeintelectuales que se mueven e n
sos de esa índole. Durante este período de la sociedad, e invariablemente reflexionan
estudio y enseñanza he formulado una serie de sobre las consecuencias de ese hecho.
interrogantes que, a mi juicio, son esenciales - ¿Cuál es e l grado de compromiso del teórico
para comprender las teorías sociológicas y respecto del nivel primario del análisis (cul-
22 Neil J. Smelser
tural, sistema social, socioestructural, grupo que se afirma e n cada proposición? Incluso
o individuo) que constituye e l objeto pri- los teóricos que niegan que e l discurso lógico
mordial de la sociología? Otra pregunta es- y empírico sea pertinente o por l o menos que
trechamente relacionada con la anterior, sea posible, se encuentran invariablemente
¿cuál es e l elemento más sobresaliente res- procediendo a él, y s u labor puede ser eva-
pecto de ese nivel (integración, conflicto, li- luada según los principios aplicables.
bertad, opresión)?
- ¿Está bien formulada la teoría respecto a las S i e l estudioso de la teoría se hace estas
reglas de la lógica: claridad (o ambigüedad), preguntas e n forma minuciosa, profunda y de-
coherencia interna, conclusión lógica, cone- sapasionada, habrá avanzado mucho e n la ta-
xión entre los postulados y las proposiciones rea de trazar s u propio mapa de la teoría so-
derivadas? ¿Está bien formulada desde e l ciológica y de enunciar, e n forma razonada, su
punto de vista de los principios empíricos a propia preferencia teórica.
efectos de reunir datos, cercionarse de que
sean fidedignos y demostrar la validez de lo Traducido del inglés
Referencias