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LA DANZA COLECTIVA COMO POLÍTICA DE VISIBILIZACIÓN

Actualmente en la ciudad de Buenos Aires, cada vez son más los espacios que ponen en
cuestión los terrenos estéticos, políticos y sociales en torno a los cuerpos. Hablar de la
danza como un ámbito coyuntural donde convergen tanto las micro- identidades como las
inscripciones colectivas de los cuerpos, posiciona a los bailarines no solo como sujetos de
una disciplina artística sino como agentes culturales involucrados con las esferas
cotidianas de la vida. A partir de una entrevista realizada a Mariela Singer y un corpus de
lecturas afines, analizamos la implicancia estético-política que supone hablar del trabajo
colectivo en la danza.

Spencer Tunnick, New Vienna, 2010.

Breve recorrido.
¿Cuántas preguntas se le pueden hacer a la danza respecto de su relación con lo político?
Son numerosas las tendencias que actualmente reabren un debate que en la Antigüedad
Clásica ya había sido postulado por la filosofía como una cosmovisión entre el cuerpo, el
sujeto y el mundo. Las danzas en la Antigüedad tenían como finalidad no solo evocar
acontecimientos sino reavivar fuerzas cósmicas. Para Platón, por ejemplo, la danza tenía un
origen divino. Según Susana Milderman (año), los griegos encontraron una relación directa
con la euritmia natural del hombre. Para ellos había dos partes en el llamado “trabajo
físico” o “gimnasia”: la danza y la lucha. Sin embargo, la danza fue algo más complejo que
representaba la expresión espiritual, la medida indisoluble, la dimensión social. La danza
estaba ligada, a la poesía y a la música, tres artes que para los griegos tenían fuerza divina.
Por su parte, Marie Bardet, investigadora y filósofa contemporánea, elabora una
investigación acerca del tratamiento del cuerpo y su relación “ambigua” con la filosofía. En
la Antigüedad por ejemplo, el cuerpo de la bailarina escenifica las “cuestiones de género y
de la ligereza” a partir de metáforas de lo femenino donde no hay “cuerpo real”. En Pensar
con mover (año) Bardet analiza los pensamientos de Platón, Nietzsche, Badiou, Godard y
Válery al observar las distintas relaciones entre cuerpo y alma. Podríamos decir que las
relaciones entre uno y la otra, plasman distintas regulaciones ideológicas, sociales y
culturales que hacen de los cuerpos un arma política, según cada época. En este punto el
terreno de lo político aparece de forma fundacional según las legalidades y representaciones
del cuerpo.
En el ámbito de la danza los cuerpos emancipados responden a una lógica de mercado
donde la repetición y el cuerpo, objeto de valor hedonista, suprimen el empoderamiento de
los sujetos. Siguiendo las preguntas de José Sánchez ¿el cuerpo subjetivado es un nuevo
tipo de mímesis?, ¿el cuerpo es pensamiento? ¿se puede pensar con las manos?, ¿la danza
puede volver al espectador un sujeto empoderado?
Sujeto colectivo visible, individuo invisible.
En “La visibilidad de la presencia del cuerpo como estrategia política”, Christine Greiner
año reconoce que el cuerpo da visibilidad al pensamiento. Dicha presencia se vuelve
política en el sentido de que, aprender a leer intertextualidades, invita al cuerpo que danza a
alimentar y modificar procesos y acciones en el mundo. En este camino que pretende mirar
distinto, se encuentra Mariela Singer, cuyo trabajo docente y como investigadora ha
permitido posicionar junto con el grupo de “Área y Comunicación” de la UBA la relación
de lo político con la danza. Ella misma define su labor: “No estudié la historiografía de la
danza, vengo de pensar cuestiones políticas en relación con la educación y el cuerpo, la
danza en términos más bien filosóficos y las problemáticas en torno a la corporalidad”.
Mariela Singer, Lic. en Comunicación, ha dictado diversos seminarios entre Contact y su
dimensión política en espacios como Café Müller, Centro cultural Borges, Dinamo, etc.
Sitúa su investigación del Contact Improvisation en la producción local de CABA. La
charla duró más que un café y se abrió a preguntas generosas donde términos como
“teoría”, “subjetividad” y “pedagogía” marcaron un camino contundente.
- ¿Qué resultados podés compartir con nosotros sobre tu investigación?
- Las problemáticas que estudio abordan cuestiones de género y cuerpos situadas en
la Argentina. En principio lo había vinculado con cuestiones del mayo francés del
68… lo cual volvía bastante determinista, entonces –por lecturas y
recomendaciones- enfoqué mi investigación en la apropiación: el Contact como
dispositivo de creación y experimentación local. Me pregunto qué se produce en la
experimentación local de ese dispositivo y qué sentido le implica al dispositivo
mismo. Cuando se toman danzas que originalmente son de otro lado, no significa
que la relación con esas danzas sea de una mera aplicación. No es que la producción
y la creación viene de “allá” y nosotros la aplicamos, sino que se trata de sustraer
toda una dimensión creativa que se produce en la práctica o experimentación
misma… sino pareciera que se trata de un dispositivo puro, que ya tiene su forma de
ser y que, en términos platónicos se practica bien o mal en relación con ese
dispositivo, como si fuera un ideal normativo...
En este aspecto, Singer reitera la necesidad de pensar la herencia occidental sobre los
modos de abordaje del cuerpo. Afirma que “hay antecedentes para reafirmar y sospechar
que no se trata del cuerpo como parte de un dualismo desde donde hay que restituirlo”. Se
trata de una unidad indisoluble entre sensibilidad y pensamiento. El arte en ese sentido
produce la disrupción de otras sensibilidades y por su carácter emancipatorio, se vuelve
político. La reemergencia del tema de la identidad produce un quiebre entre lo real y lo
ideal, entre la afectación potencial y lo posible. Tal fractura, implica una reconfiguración de
las identidades. En este sentido lo colectivo viene a reunir a los sujetos en un nuevo
territorio de pertenencia. Desplazados por el individualismo, la posibilidad de agrupación
colectiva permite visibilizar los intereses subjetivos y en común. Para la danza, la reunión
de los cuerpos celebra la producción de nuevas sensibilidades, más allá de su sentido
escénico.
- ¿Qué lugar tiene la creación en tu investigación?
- La investigación es una creación colectiva no necesariamente ligada al arte como
una esfera autonomizada. De hecho llamamos al área como “Área de Cuerpo y
Comunicación, problemáticas estético políticas en torno a la subjetividad”... No dice
artísticas, dice estéticas. Por un lado “estética”, que en su sentido etimológico quiere
decir sensibilidad, se trata de la producción de otro tipo de sensibilidad. “Político”
en un sentido no ligado a lo partidario o a las lógicas de representación sino a
cuestiones que hacen a la sensibilidad, ahí en un sentido estrictamente ranceriano.
Ranciere presenta varios textos donde plantea la política para cambiar los órdenes
sensibles… en tanto no se produzca un cambio en los modos de ver y de percibir a
los otros, la política se vuelve una práctica policial que puede utilizar los recursos
pero que no es una práctica emancipatoria, en función de la sensibilidad misma.
Considero que la relación arte/vida es una unión polémica, que no termina de ser
completamente armoniosa…porque si el arte se separa de la vida volvemos a la
instancia autonomizada y de representación, y si el arte se une directamente a la
realidad ordinaria, nos alejamos de la búsqueda de otros órdenes sensibles. Pienso el
contact como un ámbito de exploración de la sensibilidad que no está alejado de la
vida y que su a su vez no se sucumbe en el terreno del arte. El Jam por ejemplo,
como exploración corporal produce otras imágenes de los encuentros de cuerpos
que a su vez están supeditadas a una forma particular de espectación…
- ¿Cuáles son las relaciones posibles entre teoría y práctica?
Para responder esto me gustaría pensar en Castoriadis, pensador francés, que
plantea el término de “elucidación”. Elucidar es una actitud reflexiva respecto de
una práctica que no esta desimbrincada del pensamiento. Si pensamos en términos
etimológicos teoría tiene que ver con “especular”, tener una mirada sobre lo que ya
es; implicaría una relación externa y desvinculada de la praxis. En cambio, las
relaciones posibles entre teoría y práctica significa que el pensamiento es práctico
en su ser, no va a mirar algo que está afuera, sino que tiene una materialidad.
Pensar y mover lo político desde los cuerpos.
Finalmente Mariela dice “prefiero hablar de lecturas”. Leer las regulaciones detrás de los
cuerpos nos permiten pensar en los modos de danza. Encarnar cuerpos reales, vinculados
con el otro y que lo incluyan desde la diferencia. Poner en cuestión términos como
“identidad”, “cultura” y “apropiación” lanza la pregunta sobre qué es danza en qué lugares
de danza las representaciones de cuerpo quedan libradas a nuevas formas de sentir, ver y
percibir el mundo. ¿Es posible entender el acontecimiento escénico como un acto de amor?
¿la política no será un modo de ver danza? Podemos responder a mucha voces, descubrir
una pregunta frente a los venideros cambios de paradigmas estéticos y políticos…como
dirían los griegos “vamos, dancemos juntos”.
Referencias bibliográficas
Bardet, Marie. Pensar con mover.
Escobar, Tulio. “La identidad en los tiempos globales”.
Buitagro, Ana.
Milderman, Susana. Sobre la danza y la gimnasia en la Antigua Grecia.

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