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CUIDADOS INFANTILES

El cuidado infantil de buena calidad puede tener una influencia


positiva en el desarrollo del niño y en su actitud hacia la escuela,
ya que ofrece valiosas experiencias educativas y sociales. El
cuidado infantil de alta calidad tiene las siguientes características:

En la actualidad, una de las preocupaciones más importantes en


niños y niñas es la obesidad infantil. Como consecuencia de una
mala alimentación desde el período de gestación, se observan
muchos niños que crecen obesos y aumentan el riesgo de sufrir
diabetes.
El desafío está orientado a la concientización sobre los riesgos que los malos hábitos
alimenticios provocan y la necesaria re-educación alimentaria.
El primer paso para revertir esta situación es la modificación de los hábitos en el hogar y en
la escuela. Algunas recomendaciones para las familias son:
 Respetar las cuatro comidas: desayuno, almuerzo,
merienda y cena.
 Comer en familia en un ambiente distendido. El niño,
desde pequeño, tiene que disfrutar el momento de la
comida.
 El adulto debe dar el ejemplo consumiendo
diversas frutas y verduras.
 No utilizar los alimentos como premios o castigos. No
calmar al niño con un caramelo, ni comprarle un alfajor
si se porta bien.
 El menú semanal debe ser variado, los niños tienen que familiarizarse con los
alimentos. No es aconsejable ofrecer un menú alternativo.
 Servir platos pequeños.
 No llevar a la mesa fuentes de comida, saleros o azucareras.
 La bebida habitual debe ser el agua, eventualmente puede ser gaseosa.

Actividad física.
Realizar actividad física desde temprana edad otorga muchos beneficios. En los niños,
ejercitarse una hora por día mejora la condición física y reduce la grasa. Asimismo,
disminuye los riesgos de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Es decir, mejora
la salud ósea y reduce los síntomas depresivos.
Se recomienda que niños y adolescentes entre 5 y 17 años realicen alguna actividad
física que incluya mover el cuerpo. La forma que adquiera la ejercitación puede variar según
gustos e intereses. Entre las opciones, se destacan las actividades físicas con
desplazamientos, juegos, actividades recreativas, educación física, ejercicios programados
y deportes. Éstas, se pueden realizar en la escuela y el club, en lo posible relacionándose
con otros miembros de la familia.

Asimismo, es recomendable que todo niño o adolescente realice al menos dos tipos de
ejercicios tres veces por semana. Por un lado, ejercicios para mejorar la fuerza muscular
en los grandes grupos de músculos del tronco y las extremidades. Por otro, ejercicios
intensos mejoran las funciones cardio-respiratorias, los factores de riesgo cardiovascular y
de enfermedades metabólicas.

 La vida como una aventura: el pensamiento del niño es cada vez más flexible, y
ya es capaz de relacionar ideas y conceptos nuevos.
 La entrada a la escuela: se trata de un contexto más estructurado con respecto a
la guardería, con normas sociales necesarias para que todos los alumnos aprendan.
El profesor se convierte en una nueva figura de adulto significativo para el niño.
 Tiempo libre: los niños necesitan jugar con sus amigos y correr al aire libre. No se
deben sobrecargar con exigencias de adultos. En su tiempo de ocio, hay que
ofrecerles alternativas y ayudarles a descubrir sus posibles intereses.
 El juego en equipo: en esta etapa aprenden a tener empatía y a cambiar su
perspectiva para ponerse en el lugar de otra persona. Los grupos de juego en la
niñez no suelen ser mixtos, ya que no tienen especial interés en los niños del otro
sexo.

CARACTERÍSTICAS Y ASPECTOS
PSICOLÓGICOS
DE LA ADOLESCENCIA
la adolescencia se caracteriza por la manifestación de cambios a
nivel biológico como psicológico y social. De acuerdo con la
Organización Mundial de la Salud (2010), algunos cambios que
tienen lugar durante la adolescencia media, especialmente
relacionados con el desarrollo neurológico, cognitivo y psicológico
son los siguientes:
 Crecimiento de la corteza prefrontal, que se relaciona
con la influencia en los problemas sociales y el desarrollo
de habilidades para la resolución de problemas.
 Habilidades cognitivas como el desarrollo de pensamiento
abstracto (aunque hay un pensamiento concreto bajo
situaciones de estrés); y una mejor comprensión de las
consecuencias de los actos, junto con una preocupación
especial por sí mismo.
 Desarrollo de imagen corporal.
 Desarrollo de proyectos poco prácticos o inverosímiles.
 Sensación importante de empoderamiento.

La adolescencia es principalmente una época de cambios. Es la etapa que marca el proceso


de transformación del niño en adulto, es un período de transición que tiene características
peculiares. Se llama adolescencia, porque sus protagonistas son jóvenes que aún no son
adultos pero que ya no son niños. Es una etapa de descubrimiento de la propia identidad
(identidad psicológica, identidad sexual...) así como la de autonomía individual.

La adolescencia se caracteriza por el crecimiento físico y desarrollo psicológico, y es la fase


del desarrollo humano situada entre la infancia y la edad adulta. Esta transición debe
considerarse un fenómeno biológico, cultural y social.

Muchas culturas difieren respecto a cuál es la edad en la que las personas llegan a ser
adultas. En diversas regiones, el paso de la adolescencia a la edad adulta va unido
a ceremonias y/o fiestas, como por ejemplo en el Benei Mitzvá, que se celebra a los 12
años para las niñas y 13 años para los niños (12 Años para los niños ortodoxos). 7 Aunque
no existe un consenso sobre la edad en la que termina la
adolescencia, psicólogos como Erik Eriksonconsideran que la adolescencia abarca desde
los doce o trece años hasta los veinte o veintiún años.8 Según Erik Erikson, este período de
los 13 a los 21 años es la búsqueda de la identidad, define al individuo para toda su vida
adulta quedando plenamente consolidada la personalidad a partir de los 21 años.9 Sin
embargo, no puede generalizarse, ya que el final de la adolescencia depende del desarrollo
psicológico, la edad exacta en que termina no es homogénea y dependerá de cada
individuo, etc.

ASPECTOS PSICOLÓGICOS
En el aspecto emocional, la llegada de la adolescencia
significa la eclosión de la capacidad afectiva para sentir y
desarrollar emociones que se identifican o tiene relación
con el amor. El adolescente puede hacer uso de su
autonomía y comenzar a elegir a sus amigos y a las
personas que va a querer. Hasta entonces no ha escogido
a sus seres queridos. Al nacer conoció a sus padres y tal
vez a algunos hermanos y el resto de sus familiares. Después, de alguna manera, sus
padres fueron eligiendo sus compañeros de clase y amigos. Pero al llegar a la adolescencia,
puede hacer uso de cierta capacidad de elección para poner en marcha uno de los
mecanismos más significativos de esta etapa. Llevando implícita la capacidad para
discriminar sus afectos: querer de diferente manera a cada persona que le rodea y
personalizar sus afectos. Esto debido a la llegada del pensamiento abstracto que le permite
desarrollar su capacidad para relativizar. La discriminación de afectos, a través del
establecimiento de diferencias en el tipo y la profundidad de sentimientos, le permite la
personalización de sus afectos. El adolescente está en un
camino medio entre la edad adulta y la infancia, en lo que
hace referencia a la vivencia de sus emociones, estando
presente una mezcla singular de sus comportamientos.
Todavía tiene una forma de manifestar sus deseos
mediante una emotividad exacerbada o con la
espontaneidad propia de la infancia, pero ya empieza a
actuar de una manera sutil en las interacciones, o con una
cierta represión relativa de sus emociones, tal como hace
el adulto.

CARACTERÍSTICAS DE LOS
ADULTOS MAYORES Y ESTADOS DE SALUD
La edad adulta tardía más conocida como la etapa de la vejez, es uno de los últimos ciclos
de la vida al cual algunas personas llegan. La edad adulta se divide en “viejo viejo” “viejo
joven” “viejo de edad avanzada”. La edad Adulta Tardía o Vejez comienza a los 65 años
aproximadamente y se caracteriza por un declive gradual del funcionamiento de todos los
sistemas corporales. La etapa de la vejez o envejecimiento biológico (Senescencia) es
también conocida como Senectud.
Cambios Cognoscitivos

 Sensopercepción, es decir (visión, audición,


percepción de las vibraciones y memoria tanto reciente
como episódica) disminuyen.
 Previsión, planeación y control de la conducta
disminuyen.
 Atención disminuye.
 Alteración en la capacidad de integrar la perspectiva
(apraxia constructivista)
 Lenguaje e inteligencia: poco deterioro.

Cambios en la Personalidad
Exageración en los rasgos negativos del carácter.
 Defensas del anciano ante sus deficiencias
cognoscitivas y ante las actitudes de otros.
 Reorganización de los recursos psicológicos:
Concentración de interés en si mismo e inclinación de
atribuir hostilidad a los otros.
 El anciano tiene dificultad para adaptarse a las
innovaciones.
 Tienden a aplicar soluciones pasadas a situaciones
presentes.

CAMBIOS FÍSICOS
En esta etapa se presentan cambios físicos que incrementan la
posibilidad de desarrollar enfermedades, esto debido a la
fragilidad del organismo.

Algunas de las enfermedades que se asocian con la vejez son


enfermedades crónicas que han sido adquiridas
aproximadamente a los treinta años, como es el caso de la artritis,
diabetes, enfermedades cardiacas, reumatismo, lesiones ortopédicas, alteraciones
mentales y nerviosas.

ESTADO DE SALUD
• Perdida de textura y elasticidad de la piel.
• Adelgazamiento y encanecimientos del cabello.
• Disminución de la talla corporal.
• Adelgazamiento de los huesos.
• La pérdida de dientes y los problemas de encías son comunes.
• Problemas de visión.
• Desaparición progresiva de masa muscular, Atrofia de los músculos.
• Se intensifican las arrugas.
• Declinación de las funciones sensoriales y perceptivas.
• Propensión a la osteoporosis en las mujeres.
• Pérdida de la adaptación al frío y al calor.
• Disminución de la fuerza y rapidez para realizar actividades físicas.
• Las paredes de las arterias se endurecen y se reduce su elasticidad.
• Los mecanismos inmunológicos que defienden de las infecciones pierden eficiencia.
• Los órganos sensitivos requieren un umbral de excitación más alto.
RELACIÓN FAMILIAR CON PERSONAS
CON NECESIDADES ESPECIALES

La familia es un conjunto de personas que conviven en un lugar común llamado hogar, que
se organizan por roles de padre, de madre, de hermanos, que pueden estar unidos por un
vínculo consanguíneo o no, que poseen un modo de existencia social y económico
comunes, y están aglutinados por sentimientos afectivos que los unen y los cohesionan.

La irrupción de un miembro con algún tipo de discapacidad en la familia provoca una serie
de alteraciones en la dinámica de ésta, no sólo por lo inesperado e imprevisto del evento,
sino por lo traumático que resulta para todos y cada uno de los integrantes de dicha familia,
sobre todo a nivel emocional.

La discapacidad va a obligar a toda la familia a cambiar sus ritmos, sus itinerarios previstos,
sus expectativas, sus desafíos, sus logros, sus ilusiones. De igual forma, cambia la rutina
familiar, pues desde ese momento se agrega una continua y profunda relación con
diferentes médicos, especialistas, terapeutas, principalmente del campo de la medicina que
estudia y trata la discapacidad específica del hijo.

El camino que enfrenta una familia con un miembro discapacitado no es fácil, sino que la
mayoría de las veces puede estar lleno de sinsabores, desesperanza, dolor e incertidumbre,
pero a la vez es una oportunidad para lograr la Integración, la inclusión y la rehabilitación,
sobre todo la social.

En realidad, ninguna familia se encuentra preparada para afrontar una situación de


discapacidad, es decir, no tiene los suficientes conocimientos sobre la discapacidad que
tiene que enfrentar, esta información la va a ir adquiriendo cada integrante de la familia,
según la situación y el rol que a cada uno le toca vivir.

Generalmente, cuando un niño nace con alguna deficiencia es el personal del hospital
(médicos, enfermeras, trabajadoras sociales) el que comunica a los padres la situación de
su hijo, es en ese primer momento, cuando los padres necesitan de alguna orientación
concreta en cuanto a los recursos sanitarios y sociales para afrontar de manera menos
traumática dicho momento o situación.

La orientación familiar es fundamental porque sensibiliza a todos los integrantes sobre la


nueva situación, explicando los por qué de ella y los cómo afrontarla, ya que es una
situación inesperada. El tener un hijo con alguna discapacidad puede ser percibido como
una fractura en el desarrollo "normal" de la relación familiar. La ansiedad junto a otros
sentimientos pueden generarse mientras se busca la asimilación de esta situación y por ello
el apoyo, la aceptación y la integración de la familia es importante para sobrellevar este tipo
de circunstancia.

En algunos casos, la aparición de un hijo discapacitado en la familia puede provocar


fracturas o rupturas en las relaciones entre los padres, sobre todo cuando dichas relaciones
ya padecían problemas previos, pero también puede funcionar como elemento de cohesión
y fortalecimiento del matrimonio. Existen familias que al no tener la suficiente información
desarrollan una actitud negativa ante la situación de sus hijos. En otras, sus integrantes
interactúan de manera conjunta para informarse sobre los diferentes aspectos con relación
a la discapacidad, documentándose con profesionales o utilizando las nuevas tecnologías
de información (Internet) lo que les proporciona un nuevo panorama sobre la discapacidad
de su familiar.

La familia es la encargada de cubrir las necesidades psicoafectivas y de buscar un medio


ambiente adecuado en el que se ofrezcan oportunidades para el desarrollo de las personas
discapacitadas dentro de la sociedad, pero esto rara vez ocurre.

La adaptación de una persona con discapacidad a su familia y a su comunidad exige un


esfuerzo de ambas partes por superar la situación desventajosa que, en ciertas áreas,
impide la integración del individuo para llevar una vida social normal.

PREVENCIONES DE SALUD EMOCIONAL Y


SOCIAL
Las maneras en que las personas perciben la
discapacidad se relaciona con los significados que las
sociedades le otorgan. Frente a una organización
social que margina a los cuerpos producidos como
“anormales” (Foucault, 2008), las nociones
predominantes sobre la discapacidad se asocian a
una tragedia personal e individual (Oliver, 1998). De
allí que las personas con discapacidad deban enfrentarse a barreras sociales, culturales y
arquitectónicas en el acceso al trabajo, la sociabilidad y las diversas instituciones (Dell’ Ano,
et al, 2004).

Los vínculos sociales inciden en las experiencias de la


discapacidad. En ellos se dirimen cuestiones referidas
al reconocimiento entre sujetos (Martins, 2008;
Honneth, 1997), tan caro a las personas que padecen
discriminación y menoscabo. En este sentido, mediante
los vínculos familiares se brindan tanto apoyos
emocionales como ayudas económicas,
constituyéndose en una red de contención social
prioritaria ocupada de compensar –no siempre con éxito– las carencias sociales que debe
enfrentar el integrante con discapacidad (Venturiello, 2009). Como contraparte, estos
familiares suelen encontrarse expuestos a tensiones y exigencias adicionales a las
encaradas habitualmente, lo que puede llevar al deterioro de su salud. De allí que Verdugo
(2004) llame a estos grupos “familias con discapacidades” con el propósito de subrayar que,
por encontrarse entre los seres más allegados a la persona con discapacidad, esas familias
deben incluir las necesidades desatendidas de esa persona en las estrategias familiares.
En consecuencia, una mirada integral de la situación de las personas con discapacidad
supone contemplar sus necesidades junto con la de sus familias.

Dado que las acciones se encuentran inmersas en la complejidad relacional e intersubjetiva


de la vida social (Martins, 2008), es preciso atender las actitudes y percepciones de las
personas con discapacidades en el marco de sus vínculos. En la interacción familiar se
pone de manifiesto cómo la discapacidad incide en los lazos a la vez que se construye en
la relación con los otros.

En las redes sociales existen mediadores que facilitan la interacción y el encuentro e


inhibidores que los obstaculizan. Frenar la dinámica de las redes sociales tiene implicancias
en la subjetividad y en la vida cotidiana de los sujetos que la componen, puesto que atenta
contra la reciprocidad que alimenta los vínculos. En ello intervienen no solo mediadores
humanos, como las instituciones, sino también otro tipo de elementos (Martins, 2008). De
allí que resulte importante preguntarse sobre el espacio físico, en tanto escenario donde
circulan los intercambios entre los sujetos. Las calles, los edificios, las rampas, las veredas,
las plazas, los ascensores y los baños son mediadores de las redes sociales en las que
circulan las personas con discapacidad motriz. Ahora bien, lo que interesa indagar es en
qué medida y cómo estos elementos del espacio físico se constituyen en mediadores o
inhibidores de sus relaciones con otros y de qué manera.

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