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Unidad 1 1
Bienvenido al siguiente tema del Curso a distancia de Moore College. Verdaderamente esperamos
que disfruten estudiar con nosotros, como parte de los varios miles de estudiantes en todo el mundo.
Este ramo es uno de los dieciocho que conforman el curso del Certificado en Teología.
El curso se concentra en general en los fundamentos de la Biblia, Doctrina e Historia de la
Iglesia. Nuestro objetivo básico es capacitar personas para el ministerio, mediante la exploración de
la gran historia de la fidelidad de Dios escrita para nosotros en la Biblia, y una comprensión cabal de
su significado para todos los aspectos de la vida. Según nuestra experiencia, este curso puede
contribuir a un gran impacto en su iglesia que continuará moldeando su ministerio y testimonio
durante mucho tiempo.
Estos apuntes están basados en la versión Reina Valera de la Biblia y fueron traducidos por Kalina
Vera Ursic con el permiso del:
COMMITTEE FOR EXTERNAL STUDIES
MOORE THEOLOGICAL COLLEGE
SYDNEY AUSTRALIA
ISBN 0 909443 62 9
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación debe ser reproducida en
cualquier forma o por cualquier medio, sin previo permiso escrito del Secretario de Estudios
Externos.
2 Apologética
APOLOGETICA
Unidad 3 La fe y la razón...............................................................................29
Unidad 1 3
Bienvenido a
Apologética
Este curso tiene tres propósitos. En primer lugar, capacitar a los estudiantes de modo que sean
capaces de abordar en términos intelectuales con las objeciones comunes a la fe, que se presentan
tanto en su propia época como en las previas. En segundo lugar, se propone brindar una estructura y
metodología de defensa de la fe. En tercero, busca capacitar personas para comprometerse en forma
personal en la tarea de ser apologistas.
Este curso fue escrito con la convicción de que la apologética es más que un debate intelectual
y filosófico. Ella abarca todo el ser de las personas. Los apologistas modernos deben ocuparse
tanto en el modo de sentir de la gente hacia Cristo como de su modo de pensar sobre Cristo y el
evangelio.
Referencias
A lo largo de todo el curso, necesitará buscar referencias en un buen diccionario bíblico. En los
ejercicios de esta publicación se asume que el estudiante posee el Evangelical Dictionary of
Theology, de Walter Elwell (Baker, Grand Rapids 1984), o bien tiene acceso a él. El estudiante
también hallará utilidad en las siguientes obras:
A. McGrath, Explaining Your Faith Without Losing Your Friends, IVP, Leicester, 1988.
4 Apologética
Cómo sacar el máximo
provecho de Apologética
Estos apuntes han sido ideados para optimizar los beneficios de estudiar Apologética. Hemos tratado
de mantener un texto claro y directo, además de brindar varias secciones de participación activa para
impulsar el proceso de aprendizaje. Entre los apuntes encontrarán preguntas para pensar, investigar
y discutir.
Antes de comenzar
Al comienzo de cada estudio hay una pregunta destinada a poner en marcha sus células
cerebrales. Están ideadas para un momento rápido de reflexión personal, previo al
trabajo intenso. Ello lo alistará para la experiencia de aprendizaje que le espera en la
unidad.
Ejercicios
Al final de cada estudio se encuentran dos ejercicios. El Ejercicio 1 es más simple, y
exige un poco más de lectura. El Ejercicio 2 requiere más trabajo creativo. Hacer
ambos ejercicios le ayudará a expandir y consolidar lo que ha aprendido en la unidad.
Nótese que los ejercicios no deben ser entregados para su evaluación.
Proyecto de Investigación
En cada unidad hay un tema de investigación, diseñado especialmente para aquellos que
están haciendo el curso en grupos, donde el material puede servir de base para las
reuniones grupales. Sin embargo, estos proyectos también son de gran beneficio
individual. Cada tema lo ayudará a familiarizarse más con el texto de la Biblia,
complementará las notas del curso y le proporcionará experiencia práctica para
desarrollar las técnicas de lectura bíblica. Hasta cierto punto, usted podrá revisar la
exactitud de su investigación en los apuntes.
Reflexión
Cada unidad finaliza con una “Reflexión”. Ella está diseñada para contribuir al tercer
propósito de este curso: estimular la reflexión sobre nuestra teología y práctica
contemporáneas. Es aquí donde comienza el movimiento desde la información a la
transformación.
Texto Bíblico
Este curso ha sido preparado en base a la versión Reina Valera; el examen se basará asimismo en
ese texto.
Unidad 1 5
6 Apologética
UNIDAD 1
El Apologista
Cristiano
Unidad 1 7
Antes de comenzar…
1. ¿Qué es la Apologética?
1.1. Definición
En el año 399 AC el filósofo griego Sócrates fue acusado de no creer en los dioses de la ciudad y de
corromper a los jóvenes de Atenas, y se estableció una corte de 501 ciudadanos para someterlo a
juicio. A diferencia de nuestros días, la decisión no la tomó un juez, sino la mayoría de votos de los
ciudadanos. La votación fue contra de Sócrates, quien fue encontrado culpable y se le invitó a
proponer su propia pena, como una alternativa a lo propuesto por su acusador, quien solicitó la pena
de muerte. A pesar de los alegatos y los planes de amigos y otros, los jueces decidieron finalmente
que Sócrates debía ser enviado a prisión y aguardar su ejecución. En lugar de aceptar la decisión de
la corte, Sócrates tomó cicuta y murió. Tenía setenta años de edad.
Sócrates fue el mentor de un filósofo de menor edad llamado Platón, quien al parecer estuvo
en el juicio y relató el discurso final de defensa de Sócrates, conocido como la apología. En los
momentos iniciales de su discurso, Sócrates afirmó que lo que hacía era defenderse a sí mismo ante
falsas acusaciones, y respondiendo a los cargos presentados por sus acusadores.
El apóstol Pedro llama a todos los cristianos a estar preparados para presentar defensa de la
esperanza que hay en ellos (1 P 3:15). La palabra que utiliza para “defensa” es la palabra griega
apologia, que es la palabra que utiliza Sócrates. La palabra apología significa un “discurso en
defensa” o bien “una respuesta”. Su forma moderna es “apologética”. Por lo tanto, cuando los
cristianos hablan de apologética hablan de la misma actividad a la que se dedicara Sócrates, en el
399 AC Ellos defienden el evangelio cristiano, respondiendo a las objeciones al evangelio, y
demostrando la verdad de lo que dice. De acuerdo con el New Dictionary of Theology, la
apologética es consecuentemente “una actividad de la razón cristiana que persigue mostrar que el
mensaje del evangelio es cierto en sus afirmaciones”, y un apologista cristiano es alguien que “está
preparado para defender el mensaje contra la crítica y la distorsión, y para brindar pruebas de su
credibilidad”.
El Nuevo Testamento entrega una serie de ejemplos para este tipo de actividad. Por ejemplo,
en el libro de Hechos, los cristianos debaten y argumentan sobre la veracidad del evangelio cristiano
(ver Hch 17:2-4; 19:8-10). Asimismo, algunos libros del Nuevo Testamento parecen estar escritos
teniendo en mente la apologética como propósito. Por ejemplo, el libro de Hebreos parece haber
sido escrito para exhortar a los cristianos a continuar en la fe cristiana y no desviarse hacia el
judaísmo.
Por lo anterior podemos apreciar que la apologética tiene dos fuerzas de presión:
⇒ Para los extraños: Explica la base de la fe cristiana a quienes preguntan y a los críticos,
buscando romper las barreras en torno a la fe.
⇒ Para quienes pertenecen a la fe: Fortalece la fe de los creyentes ante el criticismo
hostil de quienes no están en la fe (¡y a veces del de quienes se consideran parte de
ella!).
8 Apologética
LAS DOS FUERZAS DE PRESIÓN DE LA APOLOGÉTICA
Fortalece
al creyente
ante la
crítica hostil
Responde a
quien pregunta
y quien critica
1.2 Tarea
Tradicionalmente, la disciplina de la apologética se ha dirigido a los desafíos intelectuales y
filosóficos de la fe cristiana, es decir, la cuestión de la existencia de Dios, el problema del mal, etc.
Sin embargo, aun los primeros apologistas no defienden exclusivamente el evangelio de las barreras
intelectuales contra su aceptación. Por ejemplo, Justino Mártir, uno de los primeros defensores de la
fe, del cual tenemos suficiente información, fue agudo al oponerse a algunas de las concepciones
erróneas de los no cristianos acerca de lo que los cristianos eran y creían. En su Primera Apología,
aborda los cargos comúnmente asestados contra los cristianos en sus días: el supuesto ateísmo, la
supuesta deslealtad, disolución en reuniones secretas, y canibalismo.
No hace mucho le pregunté a un grupo de cristianos que querían compartir su fe, cuáles eran
las principales barreras contra la aceptación de la fe cristiana. La lista que elaboraron incluía las
siguientes razones y afirmaciones frecuentemente escuchadas:
“Me importa un rábano”
“Soy de otra cultura”.
“Estoy bien sin eso”.
“Dios tiene mala fama” (se le ve como vengativo, impredecible, etc)”.
“La Iglesia tiene mala fama” (es retrógrada, fanática, está contra las
mujeres, etc).
“La teoría de la Creación está obsoleta”.
“No lo necesito”.
“No quiero perder mi libertad”.
“No quiero cambiar”.
“Los cristianos son hipócritas”.
“Fui molestado o maltratado por un cristiano”.
“Traté pero no funcionó”.
Unidad 1 9
“Ya tengo una religión, y todas son igualmente buenas, ¿no es así?”
“En este mundo material en el que vivimos ... ¿quién necesita a Dios?”
“¿Cómo puede un Dios grande y bueno (como aquel del que hablan los cristianos),
permitir el sufrimiento?”
Si bien algunas de estas barreras a la fe son sin duda intelectuales, otras están lejos de serlo y son
personales o incluso se fundan en un prejuicio sin explicación, pero muy arraigado. En respuesta a
ello, Alister McGrath, en su libro Bridge Building [Crear Puentes], sostiene que por lo tanto, no
debemos “buscar desechar o desacreditar los planteamientos tradicionales de la apologética”, sino
más bien, “complementarlos” “generando una influencia de los recursos de la tradición apologética
cristiana sobre la gente y las situaciones de mayor relevancia dentro de la sociedad moderna”.
Asimismo, necesitamos una apologética que en lugar de basarse en el tema de discusión se base en
las personas, es decir, que sea sensible a la individualidad humana y a la variedad de situaciones en
que esta se encuentra. Después de todo, “al fin y al cabo, la apologética no trata sobre ganar
argumentos, trata de ganar personas”.
10 Apologética
c. Una persona dispuesta a fallar
El evangelio es increíblemente importante. Puesto que es importante, es fundamental que
sea comunicado en forma comprensible, relevante y clara. Tal comunicación exige una
disposición para experimentar con nuevos métodos en nuevos contextos (siempre que estos
métodos no sean contrarios al evangelio mismo). A su vez, la experimentación implica una
disposición a perder, y después de haber perdido, a tratar una vez más con algo nuevo.
d. Una persona comprometida a largo plazo
La mayoría de nosotros no fue persuadido a ser cristiano en un evento evangelizador
aislado. Más bien nos convenció una serie de factores en un largo periodo de tiempo, por
ejemplo, al argumentar con nuestros amigos, observar sus vidas, leer, pensar en las
consecuencias de embarcarse en la fe cristiana, etc.
La persuasión no ocurre con rapidez. A menudo lleva mucho tiempo y muchas
discusiones. Una característica clave del apologista cristiano es, por lo tanto, un compromiso
para mantener las relaciones y dialogar a largo plazo.
2.2. Características Cristianas
a. Alguien persuasivo
Si hemos de ser apologistas cristianos debemos tomar conciencia de nuestro mundo,
nuestros amigos y sus posturas. Deberemos trabajar duro para aprender a argumentar contra
dichas posturas. Los apologistas cristianos son cristianos persuasivos. Considere la carta de
Pablo a los Gálatas, en la que trata de defender el evangelio contra la enseñanza de
incursores judíos en la congregación. Su defensa es muy potente y descansa en un
argumento muy detallado.
b. Una persona que depende de la acción de Dios
Si bien los apologistas cristianos están conscientes de la importancia del argumento, creen
asimismo que no es posible ganar a alguien para el reino por ese intermedio. Después de
todo, sólo Dios puede convertir corazones pecadores a él y brindar un nuevo nacimiento.
Los apologistas cristianos se caracterizan por su dependencia de Dios, confiando en que él
trabaje por medio de la proclamación y los argumentos de ellos. Un buen ejemplo se
encuentra en la segunda epístola de Pablo a los Corintios. Ya en 2 Corintios 13, Pablo ha
argumentado en forma detallada y con aflicción y parece estar enfrentando el fracaso. Es en
este punto donde reconoce que si bien piensa estar haciendo lo correcto, es en Dios en quien
se debe depender para un cambio de corazón y actitud (2 Co 13:5ss).
c. Una persona flexible.
La preocupación de Pablo por ver que la gente escuchara el evangelio y respondiera hizo
que modificara ciertas acciones de acuerdo con el contexto en que se encontraba. Vemos
esta flexibilidad en pasajes tales como 1 Corintios 9:20-22.
Esta flexibilidad a menudo le causó dificultades a Pablo y fue malentendido por otros
cristianos. Tal flexibilidad también nos causará dificultades sin duda alguna, y seremos
malentendidos. No obstante, como cristianos del siglo XX necesitamos aprender de Pablo.
Debemos llegar a ser más audaces y flexibles y un poco menos sensibles a temas que no
tienen importancia, con el fin de poder alcanzar a personas que de otro modo estarían
excluidas de la posibilidad de escuchar el evangelio.
d. Una persona con una ética evangélica.
La otra cara de la moneda, es que debemos reconocer que, en nuestra calidad de cristianos,
estamos sujetos a un grupo de principios que surgen del evangelio. Por tales principios
nuestra flexibilidad tiene algunos límites (nótense por ejemplo, los límites expresados en 1
Co 9:20-22, pasaje antes mencionado).
Otra forma de decirlo es que nuestro método de presentar el evangelio no debe
contrarrestar su contenido. No podemos predicar un evangelio de verdad y engañar con los
medios que utilizamos para presentarlo. No podemos hablarle a la gente del gran amor de
Unidad 1 11
Dios hacia ellos al mismo tiempo que usamos la fuerza para obligarlos a creer. Tampoco
podemos decir que el evangelio es gratuito y cobrar un monto por el privilegio de oírlo.
Pablo captura algunas de estas ideas en 1 Tesalonicenses 2:3-8, cuando señala:
3
Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por
engaño, 4 sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el
evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que
prueba nuestros corazones.
5
Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos
avaricia; Dios es testigo; 6 ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de
otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.
7
Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus
propios hijos.
8
Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no
sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis
llegado a sernos muy queridos.
e. Una persona llena del amor de Cristo
Jesús les dijo a sus discípulos que se les conocería y reconocería por su amor mutuo. Lo
mismo es cierto de nuestro amor por los que no conocen a Cristo. En nuestra calidad de
personas que han sido amadas, no podemos sino demostrar el mismo amor. En nuestra
calidad de personas que han recibido la gracia de Dios, no podemos sino tener misericordia
hacia los demás. Una vez más, Pablo lo capta en 2 Corintios 5:11-21 (véase particularmente
vv.11-15).
Investigación
Los siguientes pasajes se refieren a personas que tienen un cargo en el ministerio o que están
vinculadas de otra forma a personas que no son cristianos. Haga una lista de las cualidades que
deben caracterizar a estas personas (1 Ti 3:1-13; 6:11-16; 2 Ti 2:14-26; 1 P 3:8-22).
12 Apologética
toda la tierra, a cuyo alrededor está estructurado el mundo.
Al tiempo que lo más importante al comunicar el evangelio es sin duda lo que se diga sobre
Jesús, nuestra comunicación no verbal contribuye a estas palabras y las refuerza. Ella comprende
varios elementos. En primer lugar, un estilo de vida cristiano, por el cual las personas vean el
impacto que tiene creer en Jesús en nuestras vidas. En segundo, nuestro entusiasmo contagioso por
lo que hemos descubierto en el evangelio. Tal entusiasmo, o gozo, se demuestra tanto en las
circunstancias fáciles como en las difíciles.
3.4 Sea dinámico y hable de Dios
Nuestra sociedad occidental es una sociedad secular. Hace mucho que dejó de lado la idea de Dios y
su importancia en la vida. Ya no se habla de Dios como si importara para los demás o nosotros. Por
esta razón, debemos retomar el hábito de hablar sobre él. En lugar de usar un circunloquio en
nuestra conversación (ej., “La posición cristiana consiste en ...” debemos hablar sobre Dios mismo
(ej., “Creo que Dios tiene una perspectiva de este tema ...”). Esta forma de hablar trata a Dios como
una persona de importancia, en lugar de como una idea abstracta o una postura religiosa o filosófica.
Esta forma de hablar sobre Dios debe llegar a ser parte integral de nuestra conversación diaria, del
mismo modo que nuestro(a) cónyuge o un amigo cercano.
3.5 Sea de interés y demuestra interés
Dado que los cristianos a menudo viven en sus propias comunidades cerradas con su propio grupo
de ideas y normas, los extraños a menudo los consideran aburridos y apagados. No nos
relacionamos mucho con los demás, y no estamos conscientes del mundo en que viven y las cosas
que disfrutan. Para contrarrestar lo anterior debemos extender nuestro rango de intereses y llegar a
ser personas de interés que puedan dialogar dado su amplio rango de intereses y amplia perspectiva
informada. Algunas formas de lograr esta perspectiva se incluyen en la siguiente sección, 3.6.
3.6 Esté informado
En su libro El Cristiano Contemporáneo, (Leicester, IVP, 1992), John Stott nos insta a
comprometernos en la labor ardua, difícil e incluso dolorosa de escuchar dos voces a la vez, es decir,
escuchar cuidadosamente tanto a la palabra antigua como al mundo moderno con el fin de establecer
la relación entre ambos. Este escuchar dos veces es parte fundamental de la labor más vasta de la
apologética. Para hablar al mundo en una forma que este comprenda, debemos conocer la verdad y
conocer el mundo al que queremos comunicársela, o ante el cual queremos defenderla. Parte de este
doble escuchar puede lograrse del siguiente modo:
a. Leer lo cristiano
En primer lugar debemos conocer bien la verdad. Ello nos llevará a leer nuestra Biblia y
otras publicaciones cristianas. Nuestra comprensión de nosotros mismos y de nuestro mundo
necesita saturarse de información cristiana.
b. Poner atención a la sociedad
Parte importante de llegar a estar informado sobre nuestra sociedad proviene de ponerle
atención. Con ello llegamos a conocer los puntos de vista de las personas con que vivimos e
interactuamos. Si bien a veces implica literalmente escuchar esas conversaciones en voz alta
que la gente a menudo sostiene en público, la mayoría del tiempo esta se lleva a cabo
mediante la observación y atención a las voces importantes de nuestra sociedad. Entre estas
voces se incluyen la televisión, la radio, los diarios, algunas de las mejores películas y obras
teatrales, y otras formas similares.
c. Leer temas variados
Como miembros de una religión que descansa en gran manera en la palabra escrita y oral,
los cristianos conocemos la importancia de la lectura. La lectura informa y asimismo
entretiene, y la palabra escrita proporciona un espacio de diálogo importante en nuestra
sociedad. Por lo tanto debemos leer con regularidad aquellas obras donde el diálogo se
produce con mayor frecuencia, por ejemplo, diarios, importantes libros seculares en que se
reflexiona sobre la naturaleza de nuestra sociedad y sus creencias: revistas, novelas, obras
Unidad 1 13
literarias, etc.
d. Leer en busca de una visión de mundo
Una de las habilidades de lectura de mayor utilidad en evangelismo y apologética es la de
leer en busca de una visión de mundo. James Sire, el campeón de este tipo de lectura, la
define en su libro titulado How to Read Slowly [Cómo leer lentamente] (Wheaton: Harold
Shaw, 1988). En él señala que debemos leer de modo de “ver más allá de lo dicho” o
“reconocer la visión de mundo de escritores y oradores, y conocer así cuáles son realmente
sus suposiciones básicas sobre la vida”.
La mayoría de las ideas de Sire acerca de leer en busca de una visión de mundo se
abordan en su libro The Universe Next Door [El universo a nuestro lado] (Leicester: IVP,
1988), el cuál no sólo se refiere a leer de esta forma, sino a pensar del mismo modo. Con
este tipo de reflexión, pasamos del estado de información sobre un tema a la investigación
de supuestos en forma personal, y a tener una actitud crítica con respecto a la visión de
mundo de quienes nos rodean: un aspecto fundamental del esfuerzo apologético serio.
3.7 Esté dispuesto a escuchar
Ya hemos hablado de escuchar la verdad sobre Dios que se encuentra en su Palabra, y acerca de
escuchar nuestro mundo. Sin embargo, si hemos de comunicarnos realmente, necesitamos dominar
asimismo el arte de escuchar.
Existen cuatro imperativos que nos ayudan a llevar una conversación con las personas. Ellos
son escuchar, establecer contacto visual, ser positivo, y formular preguntas abiertas.
a. ¡Escuche!
Muchos de nosotros conversamos como si escuchar fuera un interludio desafortunado en el
hablar. Al escuchar simplemente esperamos nuestra oportunidad de hablar. Como cristianos
debemos asegurarnos de respetar a las personas y tratarlas, junto con sus opiniones, como
algo importante; de escuchar lo que dicen y de informarnos antes de hablar.
b. ¡Establezca contacto visual!
Parte importante de escuchar, al menos en la mayoría de las culturas, es establecer contacto
visual. Los ojos que constantemente miran a otro lado comunican que usted está en otro
lugar, y no le interesa realmente lo que se dice. Mirar a la gente a los ojos produce interés y
crea una atmósfera cálida.
c. ¡Sea positivo!
Como personas que tienen interés en la verdad, los cristianos tendemos a querer reformar a
la gente en cada oportunidad. Como personas conscientes de tener la verdad, queremos
expresarla tan pronto y tan enérgicamente como sea posible. Pero necesitamos asimismo
escuchar con atención las ideas de otras personas. Necesitamos afirmar lo que es bueno y
correcto al igual que cuestionar o negar mansamente lo erróneo.
d. ¡Formule preguntas abiertas!
Una habilidad conversacional importante es la de hacer preguntas abiertas. Las preguntas
abiertas son aquellas que le permiten a la otra persona compartir información con facilidad,
mientras que las preguntas cerradas no permiten un fácil compartir.
Las preguntas abiertas comienzan con palabras como por qué, qué, quién, dónde, etc. Las
cerradas sólo permiten una respuesta afirmativa o negativa e incluyen palabras como ¿no es
cierto?.
3.8 Esté dispuesto a hablar
Pablo dice a Timoteo que al predicar la palabra debe instar “ a tiempo y fuera de tiempo” (2 Ti 4:2 ),
y Pedro insta a su gente a estar “siempre preparados para presentar defensa… ante todo el que os
demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pe 3:15). Dos aspectos esenciales para estar
preparado son conocer el evangelio y conocer algunas defensas comunes ante las críticas comunes.
14 Apologética
a. Conozca el evangelio
Necesitamos tener en mente un rápido resumen del evangelio. Existen dos formas de
adquirirlo: una es formular uno propio directamente del Nuevo Testamento; la otra consiste
en aprender uno elaborado por un tercero. Dos resúmenes se encuentran en Know and Tell
the Gospel [Conozca y comunique el evangelio] de John Chapman (Lane Cove: Hodder &
Stoughton, 1981). Uno de ellos fue creación de Chapman. El otro también existe en forma
separada, y se titula Dos formas de vida. Ambos son apropiados para los contextos
occidentales, pero pueden no ser apropiados para todas las culturas.
b. Conozca su defensa.
El objetivo del resto del curso es capacitarlo en la segunda área: conocer las críticas
comunes y tener respuestas preparadas pertinentes para estas críticas.
Unidad 1 15
acción de Dios en la historia (ej: el éxodo), y mediante las Escrituras, según interpreta para nosotros
esos actos de la historia (ej: Sal 19; 119). No obstante, la Biblia es clara en indicar que la revelación
definitiva que Dios hace de sí mismo tiene lugar mediante Jesús (He 1:1-3). Jesús es el Verbo de
Dios en forma humana (Jn 1:1-18).
Esta revelación de Dios en Cristo es, a su vez, captada en palabras y escrita en las Escrituras,
de carácter infalible. Sólo podemos escuchar esas palabras de las Escrituras y apropiarnos de ellas si
Dios ha estado obrando en nosotros mediante su Espíritu Santo. La conversión cristiana sólo puede
tener lugar mediante la obra del Espíritu de Dios, quien toma la palabra sobre Cristo y la convierte
en un encuentro con él. La palabra de Dios acerca de Cristo está, por lo tanto, ligada en forma
indisoluble al papel del Espíritu Santo. Ello hace del cristianismo una religión que se basa en la
experiencia como también una religión que se ocupa de las palabras.
Ello nos ayuda asimismo en el ejercicio de la apologética al señalarnos que (1) es solamente la
palabra sobre Cristo la que eventualmente traerá fe donde hay escepticismo; y que (2) es sólo
mediante la obra de Dios, por medio del Espíritu Santo, que habrá fe donde previamente había
escepticismo.
4.4 La Encarnación
La última doctrina que sustenta nuestra actividad apologética es la de la encarnación. La doctrina de
la encarnación se basa en la doctrina de la redención y la de la revelación. La doctrina de la
redención nos dice que los humanos son criaturas caídas que necesitan la salvación si han de
relacionarse con Dios. Asimismo nos señala que no son capaces de ayudarse a sí mismos. En la
encarnación Dios se torna uno de nosotros para redimirnos (léase He 1 y 2, y Fil 2:1-12, dos
reflexiones sobre la importancia de la encarnación).
La doctrina de la encarnación nos indica que Dios desea fervientemente darse a conocer a
nosotros, de modo que podamos relacionarnos con él. En Jesús, Dios se comunica de una forma
totalmente clara. Ver a Jesús es ver a Dios y escucharlo es escuchar a Dios.
Finalmente, la doctrina de la encarnación nos ayuda al entregarnos un modelo para el
evangelismo y la apologética. Con el fin de alcanzarnos y llevarnos de vuelta a Dios, Jesús llega a
ser como nosotros y muere por nosotros. Si bien no podemos morir para lograr perdón para otros, sí
podemos imitar a Jesús quien renunció a sus derechos y privilegios, y se identificó con nosotros para
que pudiéramos relacionarnos con Dios. Del mismo modo, nosotros podemos renunciar a algunos de
nuestros derechos y privilegios e ir donde están los demás y unirnos a ellos en su situación, de modo
de poder traerles las buenas nuevas sobre Jesús.
Ejercicio
1. Lea y resuma los artículos “Revelación, general” y “Revelación, especial” del Diccionario
Evangélico de Teología.
2. Lea y resuma el artículo “Encarnación” del Diccionario Evangélico de Teología.
Reflexión
¿Qué oportunidades tiene de compartir el evangelio con sus amigos o contactos? ¿Qué oportunidades
puede crear? Su estilo de vida, ¿es un elogio al evangelio? ¿Pasa más tiempo hablando que
escuchando? ¿En qué aspectos de su vida deberá empezar a trabajar para ser un mejor apologista?
16 Apologética
UNIDAD 2
Variedad de
planteamientos
Unidad 2
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Antes de comenzar...
Un amigo no cristiano le dice “no creo en Jesús ni en que se haya levantado de los muertos”. ¿Qué
pasos seguiría para elaborar una defensa ante tal afirmación?
18 Apologética
b. Teoría en práctica: el presuposicionalismo
La teología de Calvino, Agustín, y los filósofos holandeses como Abraham Kuyper y
Herman Dooyeweerd ha resultado en una escuela de apologética llamada
“Presuposicionalismo”. El principal exponente de este siglo ha sido Cornelius van Til. Van
Til señala que a lo largo de la historia, los cristianos han buscado defender la fe apelando a
su racionalidad. En efecto, si no de hecho, afirman algo como “El cristianismo debe
considerarse verdadero (o “probablemente verdadero”) porque tiene sentido lógico o
concuerda con la evidencia”.
Van Til objeta este tipo de razonamiento y lo considera fatalmente fallido en varios puntos.
• No toma en cuenta los efectos del pecado en el pensamiento humano. Por ejemplo, los
pasajes como Efesios 4:17-18 sostienen que quienes no conocen a Cristo viven “en la
vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido... por la ignorancia que en
ellos hay, por la dureza de su corazón”. En otras palabras, el pecado ha afectado todo,
incluida la mente, y por lo tanto, no hay argumentos o pruebas que puedan persuadir a una
persona.
• Compromete a Dios. Un argumento que afirma que Dios probablemente existe ignora la
postura de la Biblia que sostiene claramente que la existencia de Dios es una verdad
necesaria, es decir, una verdad que no puede diferir y que no es posible concebir de otra
manera.
• Niega que los seres humanos deban depender de Dios. Si sostenemos que los seres humanos
pueden llegar a conocer a Dios por medio de la razón, nos encontramos en la posición de
negar una verdad bíblica básica: que los seres humanos necesitan depender de Dios en todas
las cosas, pero particularmente en su necesidad de que Dios se revele a sí mismo con el fin
de que puedan conocerlo.
• Asume que hay terreno en común que cristianos y no cristianos pueden compartir. La forma
tradicional de argumentar asume que la razón humana es el terreno en común, punto de
contacto, punto de partida o puente entre cristianos y no cristianos al hablar de Dios e
intentar llegar a conocerlo, pero ello es imposible dado que cristianos y no cristianos tienen
visiones del mundo totalmente incompatibles.
Van Til continua y sugiere que una apologética completamente cristiana procedería entonces
según las siguientes pautas:
• Asumiría la necesidad de una revelación especial, es decir, que Dios definitivamente se ha
revelado a sí mismo y que es en las Escrituras donde ello ocurre.
• Reconocería que el único punto de contacto entre cristianos y no cristianos es aquel que se
menciona en la Biblia, es decir, que todos los humanos saben que son creación de Dios (Ro
1:19ss) pero han suprimido ese conocimiento en lugar de actuar según él. Reconocer un
punto de contacto tal supone señalar que dicha supresión es resultado del pecado. Este debe
resultar en arrepentimiento, y debe buscarse el perdón.
• Utilizaría la razón sólo para demostrar que toda reflexión descansa sobre una de dos
presuposiciones. Puede descansar ya sea en la verdad de las Escrituras o bien en la
supremacía de la razón autónoma (o “debilitada”).
Van Til argumenta por lo tanto que la tarea de la apologética no consiste en tratar de encontrar
y explotar un terreno común y neutral que podamos compartir con aquellos a quienes queremos
señalarles a Dios. En lugar de ello, la tarea consiste en (1) mostrar la insuficiencia de las
presuposiciones naturales del no creyente, y (2) proclamar las presuposiciones cristianas referentes a
Dios y su relación con sus criaturas. En lugar de comenzar por la creación y por ella comprender a
Dios, comenzamos por Dios y por él comprendemos la creación. Estas dos alternativas y su método
apologético pueden resumirse en la afirmación de Pablo a los Corintios en 1 Corintios 1:20s:
Unidad 2
19
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¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No
ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el
mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la
locura de la predicación.
Por ende, es evidente que van Til tiene una firme posición en la escuela de apologética que
hace hincapié en la doctrina de la revelación. Para van Til es fundamentalmente importante que
“creamos con el fin de comprender” a Dios.
Si bien existen formas de presuposicionalismo menos categóricas, como por ejemplo la que
sostiene Francis Schaeffer, es útil examinar su forma más categórica, tal como la plantea van Til, la
cual contiene algunos aspectos destacables. Por ejemplo, reconoce que nuestra disposición interna
afecta nuestra comprensión e interpretación del mundo. Los hechos no siempre hablan por sí
mismos. Además, considera seriamente que no existe mejor forma de darle sentido a nuestra
experiencia de vida que verla tal como Dios la ve (es decir, verla como lo hace Dios en Cristo y las
Escrituras).
1.2 Sistemas que enfatizan la doctrina de la creación
a. Marco teológico o filosófico
Al tiempo que el primer sistema realzaba la doctrina de la revelación especial, este hace
hincapié en la revelación que Dios hace de sí mismo en la creación (revelación general). Tal
como la escuela anterior, esta se ocupa de la verdad objetiva. A diferencia de la escuela
anterior, no obstante, esta no tiene profunda desconfianza de aquella en la razón humana al
considerar el área del conocimiento religioso. No es que quienes abogan esta postura no
crean en la naturaleza pecadora de los humanos (en algunos casos, admiten con claridad que
el pecado ha debilitado la capacidad humana de razonar). En lugar de ello, esta escuela
sostiene que los efectos del pecado en la razón humana no son tan significativos como para
dejar la razón humana en un estado de impotencia o debilidad.
Por esta razón, esta escuela afirma que llegamos a conocer todas las cosas de la misma
forma, ya sea que el objeto de nuestro conocimiento sea científico o religioso. Es posible
verificar si algo es cierto en el área de la verdad religiosa del mismo modo que se resuelve si
algo es científicamente verdadero.
Los defensores de este sistema serían Tomás de Aquino (quien se basa en la filosofía
empírica de Aristóteles), Joseph Butler (quien tome elementos del empirismo de John
Locke) y Frederick Tennant. Algunas de sus principales características son las siguientes
convicciones:
• Los poderes racionales de la mente son suficientes para llegar a conocer a Dios y la
verdad religiosa, dado que la capacidad de razonar humana no ha sido debilitada por el
pecado.
• La fe debe fundarse en cosas que puedan ser experimentadas por todos de igual
manera.
• Las afirmaciones religiosas con respecto a la verdad deben someterse a las mismas
formas de rigurosa prueba intelectual que enfrentan las afirmaciones científicas.
Una de las implicancias de tal sistema es obviamente la confianza en las pruebas, y la idea
de que la persuasión de la verdad surge mediante la presentación de hechos históricos
objetivos.
20 Apologética
“De seguir la luz de la razón, y a partir del método constante y uniforme de
nuestras sensaciones, habremos de reunir la bondad y sabiduría del espíritu que las
provoca en nuestra mente.
...cualquiera sea la dirección en que dirigimos la vista, en todo momento y en todo
lugar percibimos los trofeos manifiestos de la divinidad; cada cosa que vemos,
oímos, sentimos o percibimos en cualquier forma por medio de los sentidos, es un
signo o efecto del poder de Dios ...”
George Berkeley, Principios del Conocimiento Humano, LXXII
“Es en referencia a esta inescapable demanda de razones que se justifica la
presunción del ateísmo. Si ha de establecerse que existe un Dios, debemos tener
buenas razones para creer que ciertamente es así. Hasta que se produzcan dichas
razones o a menos que así sea, literalmente no tenemos razón alguna para creer; y
en esa situación la única postura razonable debe ser la del ateo negativo o la del
agnóstico”.
Anthony Flew, La Presunción del Ateísmo
Unidad 2
21
5. Si Cristo es Dios, entonces habla con verdad respecto a la autoridad del Antiguo
Testamento y del Nuevo, pronto a ser escrito, los que a su vez hablan de la naturaleza
del carácter pecaminoso del hombre y la suficiencia del sacrificio de Cristo por el
pecado.
En conclusión, la evidencia sugiere que el evangelio cristiano probablemente es cierto y por
lo tanto menoscaba cualquier justificación racional que deje de considerar seriamente el
derecho cristiano a la verdad.
Podemos apreciar en la postura de Montgomery que este afirma que es insatisfactoria
la convicción de que es necesario “creer con el fin de comprender”, dado que implica que la
verdad cristiana se encuentra “bajo llave” e inaccesible excepto para aquellos que creen. En
lugar de ello, Montgomery sostiene que la verdad del evangelio se encuentra en el dominio
público para ser examinada por quien sea. Esta invitación a la evidencia pública
comprobable en forma objetiva es la obvia cualidad del evidencialismo.
1.3 Sistemas que enfatizan la experiencia personal
a. Marco teológico o filosófico
Tiempo atrás circuló un póster entre los cristianos que rezaba lo siguiente: “Me preguntas
cómo sé que vive. Vive en mi corazón”. Esta afirmación casi podría ser el eslogan de esta
escuela de pensamiento. Algunas personas argumentan que la experiencia religiosa es como
la de estar enamorado, , es decir, que es tan profunda, o única y personal que se autovalida.
La experiencia misma es prueba de su veracidad. Dios no se experimenta mediante la
argumentación, sino mediante una experiencia o encuentro interno y personal con Dios;
dicho encuentro es totalmente subjetivo.
Los defensores de este sistema serían Blaise Pascal, Soren Kierkegaard, Karl Barth,
Emil Brunner y numerosos místicos anónimos a lo largo de la historia cristiana. Algunas de
sus características más importantes son las siguientes convicciones:
• Dios es trascendente y está oculto.
• El pecado enceguece a los seres humanos.
• La argumentación filosófica tradicional y la validación intelectual de la experiencia
religiosa es cuestionable.
• El evangelio debe ser experimentado en forma interna y subjetiva por el individuo.
Es claro que si bien existen profundas diferencias entre esta escuela de pensamiento y la
primera, existen asimismo, importantes puntos de acuerdo. En primer lugar, ambas escuelas
coinciden en que el pecado ha enceguecido los ojos humanos de modo que su razón no
puede funcionar adecuadamente. En segundo, ambas escuelas están de acuerdo en que sólo
se puede conocer a Dios por medio de su revelación al individuo.
22 Apologética
b. La teoría en práctica: el experiencialismo
Si bien he llamado “experiencialismo” a la teoría en práctica, se conoce asimismo como
fideísmo o existencialismo. Soren Kierkegaard, el padre del existencialismo moderno,
reaccionó ante el severo racionalismo de la Ilustración y desarrolló un planteamiento
cristiano a la verdad que se incluye en una gran corriente de pensamiento apologético que
podríamos llamar experiencialista. Tal como Van Til y Montgomery, Kierkegaard creía en
la autoridad de las Escrituras. Su disputa por lo tanto no era con respecto a la fuente de la
verdad, sino a cómo los seres humanos llegan a conocerla. Reconoció que existen
básicamente dos formas de abordar la pregunta: la forma objetiva y la subjetiva.
La forma objetiva es la utilizada por la filosofía tradicional, que se ocupa de evidencia,
razón y pruebas. Kierkegaard sostenía que la fe cristiana es mucho más que sólo un grupo
de proposiciones subjetivas sobre Dios. La fe cristiana es más bien una fe interna y personal,
cualitativamente muy superior a cualquier planteamiento puramente objetivo que
simplemente asiente en forma intelectual a las verdades proposicionales de la doctrina
cristiana. Lo que cuenta no es lo que se sabe, sino cómo se reacciona ante tal conocimiento.
La verdad es algo que se aborda personal y apasionadamente, no en una forma distante,
desapasionada. Sólo cuando los cristianos abordan la verdad de esta manera conocen esa
verdad en el sentido bíblico del conocimiento.
Técnicamente, el planteamiento de Kierkegaard se inserta dentro de una escuela
experiencialista sólo en forma general. No se basa totalmente en la experiencia como para
considerarla una corte de apelaciones final. Los experiencialistas más rigurosos, como es el
caso de Schleiermacher, dirían que el corazón de la religión se encuentra en el sentido de lo
finito ante el Dios infinito, y que ello no puede ser reemplazado por una descripción o bien
producido por un proceso racional. La prueba está en experimentarlo. Las cualidades de esta
escuela son obvias. En primer lugar, evita el árido racionalismo que puede caracterizar tan
fácilmente la segunda escuela. En segundo lugar, reconoce que la experiencia sí tiene
importancia y que nuestro conocimiento de Dios sí tiene una dimensión empírica.
Unidad 2
23
Presuposicionalismo DIOS Experiencialismo DIOS
revelación
experiencia
personal
Evidencialismo DIOS
evidencia
del mundo o
de la historia
24 Apologética
Tipo de
Presuposicionalista Evidencialista Experiencialista
Apologética
Procedimiento Argumenta a partir de una Argumenta a partir de la Argumenta a partir de la
presuposición. evidencia (de naturaleza experiencia.
bíblica científica o
histórica).
Estrategia Proclamar el evangelio y Persuadir y confrontar Testificar y compartir la
evangelizadora exponer la inconsistencia otras visiones de mundo experiencia de un encuentro
de las visiones de mundo con la racionalidad de la fe con Dios.
restantes. cristiana.
Punto de Los seres humanos tienen Los seres humanos son Los seres humanos son
contacto un conocimiento de Dios, seres racionales que seres empíricos /
como creador suyo, abordan la realidad en espirituales.
concedido por él mismo forma lógica.
(pero este se ve afectado
por el pecado y por lo
tanto no es veraz.
Grado de certeza Certeza absoluta (el Certeza moral No puede existir la certeza
teísmo cristiano es (el evangelio cristiano es racional, sólo la subjetiva.
necesariamente verdadero probablemente)
verdadero).
Unidad 2
25
Ejercicio
Leer los sermones de Pedro en Hechos 2 y de Pablo en Hechos 17. ¿Qué escuela de pensamiento
comentada en esta unidad se refleja en esos sermones? ¿Tienen Pablo y Pedro aparentemente una
preferencia por algún planteamiento apologético?
26 Apologética
eterno y naturaleza divina, se han mostrado claramente por medio de lo que ha creado.
Ello concuerda con la imagen en Génesis 1 y 2 y en otros pasajes bíblicos. En dichos capítulos
de Génesis, es posible ver la naturaleza de Dios en el mundo que él creó. El hecho de que su
naturaleza es ser generoso se aprecia en su abundante provisión en el Jardín. El que su naturaleza es
ser justo se aprecia en que proporcionó leyes por las cuales los humanos podrían vivir justamente en
el mundo, etc. Cuando el salmista reflexiona sobre las maravillosas obras de Dios (las que incluyen
la creación), descubre que Dios es un Dios cuyas misericordias están “sobre todas sus obras”, que
colma de bendición a todo ser viviente,. Por estas razones todos deben bendecir su santo nombre
(ver por ejemplo Sal 145).
El problema con Adán es que duda de aquello que está claro en la creación. Duda de que Dios
tenga en cuenta sus mejores intereses. Piensa que sus leyes son limitantes y tiránicas en lugar de
benignas y generosas. En el lenguaje de Romanos 1, si bien conoce a Dios (es decir la naturaleza de
Dios) por medio de lo que Dios ha creado, no lo glorifica ni le da gracias, sino que se envanece en
sus razonamientos y su necio corazón es entenebrecido, cambia la verdad de Dios por una mentira y
da culto a las criaturas antes que al Creador.
Romanos 1 parece decir que todos los seres humanos son como Adán. Fueron creados para
vivir en una relación con Dios y tener una profunda intuición de que este es el caso, incluso acerca
de la disposición de Dios hacia ellos. Sin embargo, inhiben lo anterior y con ello se entregan a la
vanidad de su razonamiento y a un corazón entenebrecido.
Las implicancias de esta postura son las siguientes:
• la existencia de Dios es revelada, no se deduce;
• la reflexión sobre la creación y lo que ella puede demostrar acerca del Creador es una
actividad pertinente para los seres creados;
• debido al pecado la tendencia de los seres humanos es inhibir lo que descubren; y
• los seres humanos están conscientes de Dios aun antes de que nos dirijamos a ellos.
2.3 Algunas conclusiones bíblicas tentativas
Por un lado, puesto que todas las personas son creación de Dios y puesto que Dios ha dejado
indicadores de su obra en la naturaleza y la historia, podemos hablarles a los no cristianos sobre la
base de la actividad divina. Podemos también apelar a su razón y utilizar evidencia.
Por otro lado, debemos reconocer que el mundo y la naturaleza han sido dañados por el pecado.
Cualquier conocimiento sobre Dios que logremos será por tanto imperfecto, confuso e inadecuado.
Por esta razón necesitamos que las Escrituras nos señalen nuestra necesidad de iluminación y
perdón, y la suficiencia de la persona y obra de Jesús para suplir esa necesidad y así restaurarnos
para una relación con Dios. Ello implica que si bien podemos utilizar la razón y la evidencia, toda
apologética necesita otorgar un lugar central a la proclamación de Cristo, mediante la proclamación
de las Escrituras.
Pero más aun, debemos reconocer que la aceptación de las Escrituras depende de la obra de
Dios por medio de su Espíritu. El conocimiento de Dios y su verdad es por ende tanto subjetivo
como objetivo. La actividad de Dios por medio de su Espíritu es personal y ocurre a nivel de toda la
persona, no sólo de la mente. Por esta razón, todo argumento apologético debe, a través de la
oración, descansar en el hecho de que Dios actuará a través de su Espíritu Santo.
Finalmente, necesitamos tener en cuenta que una relación con Dios es eso exactamente: una
relación. En ellas participa todo nuestro ser, y requieren una participación y compromiso personal.
Por lo tanto, es inevitable que sean subjetivas, aun cuando es posible que se basen en el
conocimiento objetivo. Puesto que la Biblia nos entrega un conocimiento de Dios en Cristo que es
objetivamente satisfactorio, este es asimismo satisfactorio en términos subjetivos.
Unidad 2
27
3. ¿Un camino a seguir?
Recientemente David Clark desarrolló un nuevo método de argumentación apologética llamado
Diálogo Apologético en su libro Dialogical Apologetics:A Person-Centered Approach to Christian
Defence [Diálogo Apologético: Un Enfoque de la Defensa Cristiana Centrada en la Persona]
(Grand Rapids, Baker, 1993). Clark hace notar lo que ya hemos mencionado en nuestra primera
unidad, esto es que la apologética moderna debe dejar atrás la idea de que la apologética es en
primer lugar y ante todo un ejercicio intelectual; en lugar de ello se refiere a la “diálogo
apologético”. Está centrada en la persona, puesto que hace hincapié en la dinámica personal crítica
en los encuentros apologéticos entre personas que quieren compartir su fe con aquellos que necesitan
a Cristo. Es diálogo puesto que tiene lugar en la interacción entre personas reales que se dirigen unas
a otras con un gran bagaje que no es intelectual únicamente, sino también cultural, actitudinal y
emocional. Por ello cada conversación apologética es diferente, tal como lo es cada persona. Lo que
se requiera para persuadir a cada persona de que sea cristiana será diferente, tal como cada persona
lo es.
El diálogo apologético hace hincapié por lo tanto en que cada conversación apologética es
única y por ende es necesaria una variedad de estrategias para responder adecuadamente a las
personas que encontramos cada día. Es por ello que es flexible, y rechaza un enfoque único en favor
de la flexibilidad en la práctica de la apologética.
El planteamiento apologético utilizado en estos apuntes está generalmente en acuerdo con la
tesis de Clark. Sin embargo, existen problemas en la concepción apologética de Clark. Si Clark
entiende por diálogo el librar nuestras mentes de prejuicios y luchar por ponernos en el lugar de las
personas a las que nos dirigimos, con el fin de comprender lo que impide que escuchen el evangelio
y vean a Cristo, o con el propósito de empatizar con ellas en sus dudas y temores, entonces el
diálogo es completamente apropiado. El problema es que en ciertos momentos, la palabra “diálogo”
significa para Clark ir más allá de la clase de diálogo que vemos en la Biblia. Aquellos que hablan en
nombre de Dios y sobre Dios en la Biblia tienen confianza en su propia postura. Aparentemente,
inician la conversación con los extraños en la creencia que su visión es cierta y que la otra no lo es.
Si bien la humildad en el diálogo es pertinente, también lo es la valentía al declarar la verdad del
evangelio.
Ejercicio
1. Lea el artículo “Apologética” del Diccionario Evangélico de Teología.
2. Lea el artículo “Experiencia, Teología de”, en el Diccionario Evangélico de Teología.
Investigación
Revise la forma en que respondió a la pregunta que se encuentra al comienzo de la unidad. ¿En qué
gran escuela se insertaría su respuesta? ¿Cómo modificaría su respuesta ahora? ¿Por qué razón?
28 Apologética
UNIDAD 3
La fe y la razón
2. Algunas definiciones
2.1 Fe
2.2 Razón
6. Apologética, fe y razón
6.1 Conclusiones
Unidad 3 29
Antes de comenzar….
Un amigo lo invita a asistir a una serie de charlas sobre la filosofía y el cristianismo. ¿Cuál sería su
primera reacción ante la invitación? ¿Qué le parecería ir? ¿Qué piensa que escucharía? ¿Por qué cree
y siente lo anterior?
1. La cuestión de la fe y la razón
En la unidad anterior examinamos los distintos enfoques de la apologética. Vimos que una de las
mayores áreas de desacuerdo entre las escuelas de apologética más importantes radicaba en el área de
la razón. Este desacuerdo es un reflejo de las dudas que muchos cristianos tienen con respecto al lugar
de la razón en el cristianismo. Mientras puede que los académicos de la teología y la apología estén
satisfechos con la interacción entre cristianismo y filosofía, los cristianos en su mayoría cuestionan la
filosofía y con ello la razón. Tertuliano fue voz de las opiniones de muchos al decir,
¿Qué relación tienen Atenas y Jerusalén? ¿La Academia con la Iglesia? ¿La herejía con
el cristianismo? ... Debemos buscar al Señor con pureza de corazón. ... Desde Jesús no
hay espacio para una mayor curiosidad, desde el evangelio no hay necesidad de mayor
investigación. Si creemos, no deseemos otra creencia.
De “Apologeticum” y “De Praescriptione Haereticorum”
2. Algunas definiciones
Puesto que gran parte del problema entre la fe y la razón se relaciona con lo que queremos decir al
utilizar los dos términos, nuestras definiciones deben ser claras.
2.1 Fe
La palabra “fe” puede utilizarse de varias formas. Por ejemplo, el Nuevo Testamento utiliza la palabra
griega pistis, en sus varias formas, de distinto modo. Estos son algunos ejemplos.
• “la fe”, con el significado de un grupo de proposiciones o hechos aceptados acerca de Dios y
Jesús (Col 2:7; 1 Ti 3:9; Jud 3; etc.).
• “tener fe que” o “creer que”, con el significado de una aprobación intelectual o una
convicción cognitiva (Stg 2:18-19; Jn 8:24; etc.).
• “creerle a alguien”, con el significado de aceptar o no como cierto lo que alguien dice (Mt
21:32; Jn 8:45; etc.). Ello está estrechamente relacionado con el punto anterior.
• “tener fe en” o “creer en”, con el significado de un compromiso de todo corazón hacia
alguien y una confianza en algo o alguien (Jn 3:16; etc.).
El segundo y cuarto significado son los que nos conciernen principalmente aquí. Es importante
hacer notar que es posible utilizar el lenguaje del cuarto sentido, “tener fe en algo”, cuando lo que
queremos decir es que tenemos fe que algo suceda o es de cierta forma.
En otras palabras, cuando una persona dice “Creo en Dios”, puede que en realidad esté diciendo
“Creo o tengo fe en que Dios existe” o bien “Creo o tengo fe en Dios”. En la siguiente discusión
necesitaremos tener siempre en cuenta estos dos sentidos de la palabra “fe”.
2.2 Razón
De forma similar, la palabra “razón puede utilizarse de distintas formas. Mientras que en el lenguaje
30 Apologética
teológico y filosófico puede significar la razón autónoma, es decir, el esfuerzo de los seres humanos
de establecer una comprensión del mundo independientemente de Dios, también puede utilizarse en
un sentido neutral. Al ser usado de esta última forma, puede significar:
• “La razón”, al hablar de la capacidad de reflexión sostenida de uso de los seres racionales por
oposición a los no racionales. Todos los seres humanos, excepto aquellos que sufren
desórdenes cerebrales graves, son racionales. Es decir, razonan, según este sentido de la
palabra.
• “La razón” como un criterio para determinar si algo es racional en el sentido de “lógico”. De
este modo, 2 + 2 = 5 es irracional, en este sentido. Carece de “razón”.
• La razón”, como forma de determinar la verdad de algo. Algo es “irracional” si no tiene base
en la realidad. Es así como la afirmación “La tierra es plana” es irracional en este sentido.
Carece de razón.
Es este último sentido el utilizado comúnmente cuando cristianos y filósofos hablan sobre la fe y
la razón. Los temas que proponen tienen importancia; estos pueden resumirse bajo dos puntos:
a. La razón y el efecto del pecado
Una de las dificultades para los cristianos es que cuando las Escrituras hablan sobre el efecto
del pecado en la razón humana, parecen indicar que estos efectos se extienden incluso hasta la
capacidad humana de razonar. De acuerdo con la Biblia, los humanos detienen con injusticia
la verdad (Ro 1:18) y como resultado, se envanecen en sus razonamientos y sus corazones son
entenebrecidos (Ro 1:21).
La interrogante que se presenta ante los cristianos a este respecto es cuán dañino es
realmente el pecado para la razón humana. ¿Pueden en modo alguno los seres humanos, bajo
el efecto del pecado, llegar a conclusiones correctas con respecto a Dios? Esta es la primera
interrogante que debemos abordar en esta unidad, puesto que afecta en gran medida la forma
en que le hablamos a la gente. Si no pueden pensar debidamente acerca de Dios o de este
mundo, y llegar a conclusiones correctas, en ese caso, proporcionarles la evidencia de la
existencia o naturaleza de Dios a partir del mundo o de la argumentación racional logrará
poco de valor.
b. La amenaza de la razón para la fe
Los filósofos mantienen que la fe en Dios no tiene fundamento puesto que no se puede
demostrar que esté a la altura de ciertas reglas de la racionalidad. La cuestión es muy distinta
en este caso. Ahora se trata de que los cristianos son instados a defenderse por quienes no son
cristianos y se les llama a justificar sus creencias ante otros. Una vez más, la pregunta acerca
de cómo hablar a otros es importante. ¿Es posible lanzar las creencias cristianas al dominio
público y permitir que se las escudriñe? ¿Pueden cumplir las expectativas? ¿Es racional el
cristianismo, en un sentido igual que el de otras creencias? La convicción religiosa, ¿se
encuentra en una categoría especial de creencias suprarracionales?
EL PROBLEMA DE LA RAZÓN
Unidad 3 31
3. ¿Dónde surge el problema?
El mundo occidental moderno ha heredado una gran variedad de modelos de pensamiento antiguos
sobre el mundo. Dos de los más importantes son el modelo hebreo y el modelo griego. Los hebreos y
griegos tenían formas de pensar muy distintas acerca de la realidad. El pueblo hebreo asumía ciertos
principios básicos acerca de Dios y del mundo. Ellos sustentaban toda su manera de pensar y no
estaban abiertas al debate. Entre ellos se incluían asunciones como “Dios existe y su naturaleza es ...
justa, generosa, etc.” Ello no significa que no aceptaran la razón; es sólo que el ejercicio de la razón
estaba basado en ciertas presuposiciones o supuestos.
Por otro lado, los griegos, si bien muy lejos de ser ateos, inventaron el pensamiento racional
(quizás con algo de ayuda de India) y se sentían a gusto con el razonamiento y debate filosófico libre.
El problema para los cristianos es que las Escrituras no pueden ser totalmente aisladas de su
trasfondo y de estas dos formas tan distintas de pensamiento. Por un lado, el Antiguo Testamento (y
en alguna medida el Nuevo), son documentos hebreos, saturados de una visión de mundo hebrea. Por
otro lado, el Nuevo Testamento fue escrito en griego, en un contexto saturado de una visión de mundo
griega, y ocasionalmente por personas cuya manera de pensar era más griega que hebrea.
Esta tensión no llegó a su término con el fin del Nuevo Testamento. Dado que las Escrituras
continuaron siendo fundamentales en la iglesia, y puesto que la visión de mundo griega tuvo tal
predominio en el mundo de las ideas de las civilizaciones que sucedieron la griega, esta tensión
continuó sin decrecer. Algunos ejemplos bastarán para mostrar cómo se ha tratado de resolver esta
tensión.
32 Apologética
Por ende, Agustín cita dos Escrituras en el caso de dos tesis que se integran y sustentan. La
primera es que es necesaria la fe para llegar al conocimiento de la verdad. La segunda es que antes de
creer necesitamos depender, al menos en pequeña medida de la razón, con el fin de procesar la
información que necesariamente forma parte de nuestro creer.
4.2 El planteamiento de Anselmo (1033-1109)
Anselmo, plantea algo similar a Agustín, cuando sostuvo “que primero debemos creer, de modo que
lleguemos a comprender aquello que creemos”. De hecho, la frase que utiliza justo antes de su gran
argumento ontológico, “Creo de modo de poder comprender”, imita las palabras de Agustín. En este
argumento que revisaremos con mayor detalle en la Unidad 5, Anselmo, comienza como alguien que
conoce a Dios por la fe, es decir, la existencia de Dios es un supuesto que Anselmo tiene antes de dar
inicio al argumento. Luego utiliza la filosofía o el razonamiento con el fin de comprender la
naturaleza de esta fe en profundidad, como asimismo su racionalidad y coherencia interna.
4.3 El planteamiento de Aquino (1225-74)
Tomás de Aquino tenía un planteamiento muy distinto al de Anselmo, el cual sobrepasa por mucho
cualquier cosa que Agustín haya dicho. Ello es claro en máximo grado en su enfoque de la cuestión
de la existencia de Dios. Aquino comenzó con la convicción de que la existencia de Dios no era
evidente por sí misma para todos y que por tanto requería ser comprobada. Por ello intentó probar
deliberadamente la existencia de Dios, siguiendo el siguiente proceso:
• utilizar premisas que todos los seres racionales estaban obligados a aceptar;
• a partir de estas premisas seguir pasos lógicos obvios a todos; y
• demostrar o comprobar de este modo la existencia de Dios de una forma que cualquier
persona en sus cabales consideraría convincente.
En otras palabras, su propósito era demostrar que creer en Dios no sólo es consecuente con la
razón humana, sino que puede probarse apelando a la razón natural sin ninguna apelación a la
revelación especial de Dios en Cristo o las Escrituras.
Es importante hacer notar lo que sucede con el planteamiento de Aquino. De hecho, adopta un
proceso de dos pasos al presentar el caso en favor del cristianismo. El primer paso es utilizar los
argumentos filosóficos con el fin de establecer los cimientos para que el cristianismo sea considerado
(es decir, Dios existe), al tiempo que el segundo paso es completar el trabajo apelando a la enseñanza
cristiana (es decir, Dios es trino, salva mediante la obra de Cristo en la cruz, etc.). Esencialmente, este
planteamiento se remonta a la filosofía griega de Platón y Aristóteles, en lugar de a la Biblia, la cual
alberga mayores dudas con respecto a la capacidad humana de llegar a la verdad acerca de Dios. No
obstante, este planteamiento ha dominado la apologética cristiana y ha proporcionado la base
intelectual para la fe cristiana desde Aquino en adelante.
4.4 El planteamiento de Martín Lutero (1483-1546)
Martín Lutero es conocido por su actitud hacia la razón, al llamarla “ramera del diablo” y al asignar a
Aristóteles nombres tales como “destructor de la doctrina piadosa”, “el pésimo filósofo” “macho
cabrío” y “pagano ciego”. Sin embargo, el lenguaje extravagante esconde su real actitud hacia la
razón. Enseñó que existe luz de la naturaleza ahí donde la razón y el sentido común pueden ser
empleadas para resolver muchas de las interrogantes de la vida diaria de los seres humanos. Por sobre
ello se encontraba la luz de la gracia en cuyo caso la revelación que Dios hace de sí mismo en las
Escrituras nos entrega un conocimiento de Dios que no podríamos lograr de cualquier otro modo. Por
lo tanto, existe un uso pertinente de la razón: examinar el mundo de Dios como el lo ha creado; y
existe un uso indebido de la razón según el cual los humanos dejan atrás el examinar el mundo de
Dios y entran en el dominio de la fe. Esta razón arrogante es la “ramera del diablo”.
4.5 El planteamiento de Juan Calvino (1509-1564)
Juan Calvino tiene un enfoque similar al de Lutero. El habla de que nuestra sabiduría “consistedos
puntos: a saber, en el conocimiento que el hombre debe tener de Dios, y en el conocimiento que debe
Unidad 3 33
tener de sí mismo”, añade que “…como estos.. están muy unidos y enlazados entre sí, no es cosa fácil
distinguir cuál precede y origina al otro…”(Institución I, i 1). A través de estas afirmaciones, Calvino
forma alianza con Agustín. La fe y la razón van de la mano y no se les puede separar. Así Calvino
sostiene más adelante en su Institución, “no podemos conocer clara y sólidamente a Dios sin que a la
vez nos conozcamos a nosotros mismos”.
4.6 ¿Que dice la Biblia?
El testimonio de las Escrituras en el tema de la fe y la razón parece ser claro: los seres humanos
tienen una conciencia de Dios, ya sea que hayan escuchado o no el evangelio o que escojan responder
o no a él. Vemos esta evidencia en pasajes como el Salmo 19; Hechos 14:17; 17: 22-31; Romanos
1:19ss,32 y 2:12-16.
Por otro lado, los seres humanos son capaces de razonar, incluso acerca del evangelio, de modo
que es posible demostrar, confundir (Hch 9:22; 17:3), disputar (Hch 9:29), y refutar con gran
vehemencia (Hch 18:28). Es posible apelar a la razón y la realidad.
Por otro lado, la Biblia es clara en afirmar que sólo el conocimiento personal e íntimo de Dios, al
cual se llega por medio de la revelación especial que hizo de sí mismo en Jesucristo (Jn 14:6) y en las
Escrituras (Sal 19:7ss; Jn 5:39-40), es perfecto, completo e idóneo conocimiento de Dios. Jesús es
claro: su persona, trabajo, y enseñanzas no pueden ser comprendidos desde una posición abstracta e
indiferente. La comprensión real sólo llega a aquellos que se hacen partícipes (véanse las palabras de
Jesús con respecto a hablar con parábolas: Mr 4:1-20 y pasajes paralelos), a aquellos que están
personalmente comprometidos, a aquellos que tienen fe. Sólo aquellos a quienes Dios se ha revelado
y quienes están dispuestos a creer en Jesús y seguirlo conocerán y comprenderán a Dios el Padre (ver
Mt 11:27s; Jn 14: 6-11).
Esta idea surge de la doctrina bíblica de la redención. Sus implicancias para la apologética son
que debemos concentrarnos en predicar el evangelio sobre Jesús: la clara palabra de Dios a un mundo
en pecado (Ro 10:17).
Finalmente, debemos considerar la relación entre evidencia objetiva y la convicción del Espíritu
Santo. En Juan 16:8-11 es claro que el Espíritu Santo utiliza hechos objetivos para persuadir (ej. la
muerte de Jesús, su ascensión, glorificación y el juicio final de Satanás). Tal evidencia objetiva, y aun
tal convicción, no es garantía de una conversión. La comprensión racional jamás debe ser igualada a
la conversión. No es suficiente “creer que ...”. Lo que se necesita es “fe en ...”. Tal fe sólo es posible
mediante la obra del Espíritu Santo en el individuo.
Las implicancias para el evangelismo y la apologética son claras. No sólo debemos presentar
razones, y proclamar el evangelio, sino que también debemos orar, dependiendo de Dios para que él
lleve su palabra con la plenitud de poder y convicción del Espíritu Santo (1 Ts 1:4-5).
Por ende, como cristianos compartimos con todos los seres humanos la capacidad de pensar y
reflexionar sobre la naturaleza del mundo según fue creado. No obstante, nos diferenciamos de los
demás seres humanos en que hemos permitido que nuestro pensamiento sea informado e iluminado
por la revelación especial que Dios hace de sí mismo en Cristo. Esta revelación ha transformado todo
nuestro pensamiento sobre la naturaleza del mundo.
4.7 Puesta en práctica
Por lo tanto, el apologista que sostenga la postura mencionada buscará puntos de contacto entre
cristianos y no cristianos. Por ejemplo, todos:
• tenemos un sentido de lo divino
• tenemos un deseo de trascendencia
• tenemos una idea de moralidad, buscamos comenzar y mantener relaciones personales.
Podemos argumentar que la fe cristiana da respuesta o explica estas cosas. Puesto que somos
seres que razonan, podemos explorar con los demás si el evangelio explica o no la vida como ellos la
ven. El apologista desea también dejar en claro que la razón por la que el evangelio tiene sentido es
que existe un Creador detrás del mundo quien lo gobierna y requiere que todos los seres humanos se
34 Apologética
sometan a él. Este sometimiento tiene lugar mediante la sumisión a su Hijo y “llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Co 10:5). El evangelio exige “fe en” él. Con tal compromiso
con Jesús llega la comprensión plena.
Ejercicio
Leer 1 y 2 Tesalonicenses, y tomar nota de las palabras y frases que Pablo utiliza para describir su
actividad evangelizadora entre los tesalonicenses. ¿Cuál era su actitud personal al evangelizar? ¿Qué
métodos utilizó? ¿Qué era lo que cambiaba sus corazones y su actitud hacia Dios?
Unidad 3 35
en ello.
La mayoría de las creencias básicas que tenemos parecen ser también creencias justificadas, es
decir, no existe argumento racional para rechazarlas. Reid mantiene que ello es así puesto que nuestra
capacidad de razonamiento nos fue dado por Dios.
“El Sentido Común y la Razón (o el Razonamiento) tienen un mismo autor; aquel Autor
Todopoderoso en todas cuyas demás obras observamos consecuencia, uniformidad y
belleza que encantan y deleitan el entendimiento: por ende, debe existir algún orden y
coherencia en las facultades humanas, tal como en otros aspectos de su artificio.”
K.J Clark, Return to Reason (Retorno a la Razón)
Si la intención de Dios era que llegáramos al conocimiento de él, puede deducirse fácilmente de
esto que Dios nos ha dado una disposición a creer en él en ciertas circunstancias, ej. al contemplar la
naturaleza, pensar en las pruebas de la existencia de Dios, sentir culpa por el pecado cometido,
escuchar una charla evangelizadora, etc. Calvino tiene un término para ello. Lo llama sensus divinitas,
un sentido de lo divino. Calvino sostiene asimismo que esta disposición a creer a menudo es inhibida
u oprimida por el efecto que el pecado tiene en nuestro sistema de creencias y en la estructura
intelectual que proviene de ellas. Ello explica el escepticismo. Todos tienen un sentido de lo divino
pero la fe en Dios a menudo es reprimida o inhibida debido a los efectos del pecado en nuestra razón.
5.3 Avanzar más allá de las creencias básicas
Finalmente necesitamos considerar cómo se presenta la relación entre creencias básicas y creencias
inferidas, y qué sería necesario para cuestionar una verdad básica. En otras palabras, ¿cuáles son los
criterios por los que podríamos comprobar que una creencia o sistema de creencias es “culpable” bajo
nuestro principio de racionalidad que asume la inocencia hasta demostrar lo contrario? ¿Cuál podría
considerarse una razón apropiada para cesar de creer?
David Wolfe sugiere que existen criterios que se debe aplicar: consistencia, coherencia,
comprensividad (Epistemology: The Justification of Belief, Downers Grove: IVP, 1982). Si aplicamos
estos criterios a nuestro sistema de creencias, podríamos señalar lo siguiente:
Un sistema de creencias es aceptable cuando las creencias que lo conforman son:
• consistentes, es decir, libres de contradicción con otras creencias del mismo sistema;
• coherentes, es decir, relacionadas internamente con otras creencias al interior de ese sistema;
• comprensivas, es decir, el sistema de creencias tiene la capacidad de apropiarse de otras
experiencias o incluirlas.
De este modo vemos que la fe y la razón realmente pueden funcionar juntas. Además, tal sistema
parece coincidir con nuestra experiencia de nuestro propio funcionamiento. El siguiente diagrama
sugiere una forma de comprender cómo funciona la totalidad del sistema:
36 Apologética
UN SISTEMA DE CREENCIAS
Creencias
producidas por
la razón
Es evidente que existe un problema al respecto que algunos pueden considerar como muy
negativo. Dicho sistema parece exponer nuestra fe al criticismo y quizás incluso a la falsificación.
Parece decir que podría haber factores que me llevarían a considerar mi fe como falsa. Admitir la
posibilidad de criterios que podrían probar que mi creencia es falsa no significa, sin embargo, que yo
la considere falsa, sólo que estoy dispuesto a someterla a escrutinio del mismo modo que someto todas
las demás creencias.
6. Apologética, fe y razón
La ventaja del sistema mencionado anteriormente es que nos ayuda en el proceso de la apologética.
Cada uno de nosotros, cristiano o no cristiano, tiene una estructura de creencias que descansa sobre
ciertas creencias básicas. Todos compartimos algunas de estas creencias debido a nuestra humanidad
común. Otras, como nuestra fe en Dios o en un dios particular, o aun en la inexistencia de un dios, no
las compartimos.
El sistema aquí sugerido implica que cada uno de nosotros debería ser capaz de sacar a la luz
nuestro sistema de creencias y examinarlo en forma honesta y crítica con el fin de establecer si
justifica o no nuestra confianza. La fe deja de ser propiedad privada de la persona religiosa. Como
cristianos, podemos poner nuestras creencias sobre la mesa para un examen riguroso, con la confianza
proveniente de las Escrituras y de nuestra propia experiencia y escrutinio que estas pasarán la prueba,
puesto que tienen su comienzo en el Creador del mundo, quien es el único en saber cómo funciona y
por qué funciona de ese modo.
Podemos asimismo pedirle a aquellos con quienes hablemos que expongan sus creencias para el
mismo escrutinio riguroso. De no ser estas una explicación idónea de la realidad, ello puede llevar a la
oportunidad de compartir el evangelio que habla de Jesucristo como el comienzo de toda sabiduría.
6.1 Conclusiones
Hablar de este modo de la fe y la razón nos ayuda en la tarea de la apologética. La apologética busca
persuadir de que el cristianismo (“la fe que...”) es verdadero. En este proceso, el apologista crea un
Unidad 3 37
clima de confianza en el que el cristianismo puede ser considerado y visto como fidedigno.
La apologética, sin embargo, tiene límites en traer a una persona a la “fe en” Dios. Esta tarea
pertenece a Dios y a la obra de su Espíritu Santo que confirman al individuo la verdad sobre Jesús.
Ejercicio
Reflexión
Lea la sección de Apologética, Fe y Razón una vez más. ¿Es amenazante para usted la idea de exponer
sus creencias para un examen riguroso? ¿Le teme a la filosofía y la razón? ¿Es necesario que así sea?
¿Cómo le ha ayudado este capítulo en su actitud hacia la razón y la filosofía?
38 Apologética
UNIDAD 4
Conceptos de la verdad
2. El campo de batalla
2.1 La teoría de correspondencia de la verdad
2.2 La teoría de coherencia de la verdad
2.3 La teoría pragmática de la verdad
2.4 La teoría personal de la verdad
Unidad 4 39
Antes de comenzar….
Imagine por un momento que su hobby es estudiar temas de actualidad. Escucha varios comentarios
radiales, lee los diarios, y se suscribe a una revista especializada. Algo de la información provista por
estos medios es inevitablemente falsa. ¿Cómo procedería para comprobar que es cierto, o que todo lo
que escucha o lee en estos medios es verdadero?
1. La búsqueda de la verdad
Años atrás, me encontraba organizando una misión evangelizadora en un campus universitario. Todos
habíamos orado mucho por nuestros amigos, anunciado la misión en una forma que llamara la
atención, y en general, nos habíamos preparado bien. Cuando llegó la hora el misionero llegó, habló
en forma genuina y competente, y sin embargo la respuesta estuvo lejos de ser la que esperábamos. A
mitad de semana varios estudiantes estaban descorazonados: los amigos que habían invitado no habían
llegado y los estudiantes del campus en general parecían apáticos en lo que se refería al asunto.
Queriendo ayudar, en una reunión temprano en la mañana le pregunté al misionero: “Todos estamos
un poco desanimados por lo que pasa y por la apatía de nuestros amigos. Si hablamos con nuestros
amigos y nos preguntan por qué razón debiera interesarles Jesús, ¿qué deberíamos decir?”
He recordado su respuesta por varias razones. Dijo: “Diles que debieran interesarse en Jesús
porque el evangelio es verdad”. En ese momento pensé que era una respuesta muy fuera de lugar.
Sabía lo que quería decir: que los hechos del evangelio eran hechos reales. Mi problema era que a los
estudiantes de la universidad no les impresionaba que el evangelio fuera o no cierto en términos
objetivos, sino lo que querían saber era si es relevante, si realmente importa. Desde entonces, he
recapacitado acerca de mi postura, su reacción fue correcta, puesto que el evangelio es verdadero no
sólo en términos de hechos, sino también en términos relacionales, y verdadero en la práctica. En otras
palabras, el evangelio tiene importancia en todos los niveles de la respuesta humana.
En Juan 18 Jesús es traído ante Pilato e interrogado por él. Como parte de esta interrogación,
Pilato le pregunta a Jesús qué es lo que ha hecho para ganar tal hostilidad de parte de los líderes
judíos. En su respuesta, Jesús habla con Pilato acerca de su majestad y le contesta:
“Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar
testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”.
Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? (Jn 18:37-38)
La pregunta de Pilato ha preocupado a los seres humanos en todos los tiempos. Es esta pregunta y
su respuesta la que examinaremos en esta unidad. ¿Qué es la verdad? ¿Podemos conocerla? ¿Cómo
medimos o juzgamos algo como cierto?
2. El campo de batalla
Filósofos discuten “el problema de la verdad” utilizando varias teorías. En esta sección examinaremos
brevemente estas teorías y su aplicabilidad para evaluar con seguridad las afirmaciones cristianas
sobre la verdad. Luego veremos algunas ideas bíblicas de verdad y luego examinaremos en qué forma
nos ayuda esta discusión en la tarea de la apologética.
2.1 La teoría de correspondencia de la verdad
La teoría de correspondencia de la verdad es la teoría que tiende a surgir cuando primero se nos
pregunta: “¿Qué es necesario para considerar tus creencias como ciertas?” Es la teoría del sentido
común, la que tenía en mente el misionero de la sección anterior al decir que los estudiantes deben
interesarse en Jesús puesto que el mensaje cristiano es cierto.
40 Apologética
Esta teoría indica que una creencia es verdadera si y sólo si corresponde a los hechos. Entonces,
mi creencia que la silla en la que me siento soportará mi peso es verdadera si y sólo si de hecho
soporta mi peso. La definición de “verdadero” en el diccionario utiliza este tipo de teoría cuando
define como cierto algo “de acuerdo con el estado real de cosas; de acuerdo con los hechos; no falso”.
“Como primera impresión, pareciera que la teoría de correspondencia de la verdad podría ser útil
al pensar acerca de las afirmaciones cristianas sobre la verdad. Por ejemplo, podríamos decir “Sé que
Dios existe puesto que dicha creencia corresponde a los hechos”.
Al preguntarnos por los hechos para tales afirmaciones entregamos la evidencia de aspectos tales
como:
• afirmaciones bíblicas
• experiencias que hemos tenido de Dios
• la existencia de milagros (especialmente la resurrección de Jesús)
• el orden intrincado de la naturaleza
• la existencia del mundo
• la victoria del bien sobre el mal, etc.
Al examinarlos de cerca, sin embargo, vemos que los “hechos”, que entregamos están abiertos a
otras interpretaciones y por tanto no constituyen “hechos” de la misma forma que la capacidad de la
silla de soportar mi peso o la muerte de mi loro mascota.
Por ejemplo, si mi planteamiento consiste en decir “Sé que Dios existe porque se ha presentado
ante mi personalmente”, una posible respuesta sería: “¿Pero qué te hace pensar que esta experiencia
es evidencia de Dios? Podría ser un encuentro con el diablo, quien trata de engañarte. Podría ser una
alucinación causada por algo que comiste o bebiste”.
Por ello, la teoría de correspondencia no es de mucha ayuda al tratarse de creencias religiosas.
Muchos filósofos han reconocido que tampoco es de mucha ayuda con respecto a la verdad en las
matemáticas, la lógica, y varias otras áreas al hablar de la verdad (ej. “Es malo asesinar”). Por estas
razones, los filósofos han buscado otras teorías que puedan ser de ayuda.
Hablar de qué es lo que no es, o de qué no es lo que es, es falso, mientras que hablar de
qué es lo que es o de qué no es lo que no es, es verdadero.
Aristóteles
Unidad 4 41
argumentos, principios y otras creencias.
La teoría de coherencia indica por ende que al hablar de que una afirmación o creencia es cierta,
simplemente estamos diciendo que la afirmación o creencia coincide en mejor forma, o encaja dentro
del sistema global de nuestra experiencia y creencias. En este caso, aceptamos como cierta una
afirmación, principio o creencia puesto que coincide con otras afirmaciones, principios o creencias.
Con la teoría de coherencia de la verdad aceptamos como verdadero un argumento si es una
prolongación de lo que ya creemos y lleva a conclusiones que son aceptables con respecto a lo que ya
creemos. Nada más se necesita para entregarnos la verdad, fuera de esta coherencia.
Tenía un loro
No he escuchado Sin querer dejé
el loro hablar hoy abierta la puerta
de la jaula ayer
Mi loro
está muerto
El problema con una forma de pensar así es que nuestra evidencia es, por supuesto, siempre
incompleta y las creencias que ya aceptamos no son siempre suficientes para permitirnos conocer con
certidumbre si debemos aceptar alguna nueva creencia. Asimismo puede haber ocasiones en que
necesitemos permitir que el total de nuestro sistema de creencias experimente un gran cambio, un
giro, o una reorientación, como en el caso de una conversión religiosa.
Tradicionalmente, muchos teólogos cristianos sistemáticos han puesto a prueba las verdades
teológicas utilizando esta teoría. Por ejemplo, una doctrina verdadera del bautismo es aquella que
“coincide” con los distintos pasajes relativos al bautismo en el Nuevo Testamento.
Una vez más, la teoría parece ser auspiciosa en evaluar las afirmaciones cristianas sobre la
verdad. En una situación apologética podríamos decir “Sé que Dios existe porque todo en el mundo
puede explicarse sobre la base de la existencia de Dios. Sé que Dios existe porque el universo ha sido
ordenado y armoniza tan bien”. Sin embargo, el problema es que fácilmente podemos tener dos
sistemas distintos de pensamiento dentro de los cuáles muchas afirmaciones o creencias tengan una
coherencia. Por ejemplo, la victoria del bien sobre el mal en una situación en particular puede
explicarse en términos del Dios bueno y omnipotente, o puede ser explicada en términos de una
multitud de dioses, uno de los cuales triunfa por sobre otro dios en este caso. Puede ser explicada
incluso en términos del naturalismo.
2.3 La teoría pragmática de la verdad
La teoría pragmática de la verdad complementa la teoría de coherencia. Nos dice que, si bien es
importante que las creencias o afirmaciones tenga coherencia con respecto a las demás, un criterio
42 Apologética
importante para determinar el valor de la verdad es si aquellas afirmaciones o creencias de hecho
“funcionan”, si nos permiten actuar en mejor forma, etc. De acuerdo con la teoría pragmática, cuando
decimos que una visión es verdadera, estamos diciendo que es la explicación más valiosa o la más
prometedora con la que contamos. “Valor” puede incluir aquí el valor científico, social, espiritual,
religioso y otros similares.
Un ejemplo de esta teoría sería que traficar drogas es un error, debido a sus resultados (se dividen
familias, hay personas que contraen SIDA, los usuarios mueren, aumentan los robos, etc.).
Nuevamente, podemos considerar el uso de una teoría de este tipo en la apologética. Por medio
de un ejemplo podríamos decir: “Los seres humanos sienten culpa y cuando llegan a ser cristianos se
sienten perdonados y libres de ella. El cristianismo es verdadero porque funciona y es valioso para
nosotros como personas que sufrimos de culpa”.
Nuevamente, el problema es que podría haber una variedad de sistemas que podrían “funcionar”
con respecto a la misma área. Por ejemplo, tomemos el tema de la culpa. Todos nos sentimos
culpables. Al hablar de otros sobre el tema podríamos explicar que la culpa que sienten es resultado
de su actual culpa ante Dios debida al pecado. Podríamos instarlos a arrepentirse, y en ese momento
podrían sentirse liberados de la culpa. Tal teoría coincide con un sistema cristiano y es asimismo una
teoría que en verdad funciona. Sin embargo, varios sistemas psicológicos también abordan el tema de
la culpa de forma coherente con otras creencias dentro del sistema, que también “funcionan”.
De ser verdadera una idea o creencia, ¿qué diferencia concreta hará en la vida real de
alguien el que sea verdad? ... ¿Cual, en resumen, es el valor real de la verdad en términos
de la experiencia? William James, Pragmatismo
Unidad 4 43
2.4 La teoría personal de la verdad
Ha habido progreso en cada una de las teorías que hasta ahora hemos presentado. Comenzamos con la
teoría de correspondencia que realzaba “la forma de la que realmente es el mundo” y la
correspondencia con los hechos. El foco en esa teoría estaba en el objeto sobre el cuál queríamos
averiguar la verdad. Con las teorías siguientes, sin embargo, nos hemos trasladado cada vez en mayor
medida hacia el sujeto, la persona que intenta conocer la verdad. Nos hemos alejado de la verdad
objetiva (la verdad que no depende de las opiniones personales) hacia la verdad subjetiva (la verdad
que depende del sujeto y sus creencias). La teoría personal (teoría subjetiva) de la verdad señala que
una afirmación o creencia es cierta si es cierta para mí.
El defensor más elocuente de la teoría personal de la verdad es Soren Kierkegaard, quien insistió
que (1) esta clase de verdad es la clase más importante, la clase de verdad que da significado a la vida;
y (2), que la verdad objetiva sí se aplica en áreas como la ciencia.
En términos filosóficos, entonces, nos vemos enfrentados a dos extremos. Por una parte, tenemos
la idea de que existe la verdad objetiva la cual es claramente cierta de acuerdo con criterios
claramente observables. Por otro lado, tenemos la verdad subjetiva que indica que “la verdad es lo
que es cierto para mí”. ¿Qué camino debemos seguir? ¿Cuál sería un planteamiento cristiano sobre
este tema? ¿Sobre qué base podemos hablar a nuestros amigos de la “verdad” en el mundo moderno,
en el que la verdad puede significar tantas cosas para tantas personas? Este es el tema que
abordaremos en la siguiente sección.
Ejercicio
Leer 1 Juan completa, anotando todas las referencias a la verdad. Vea si puede llegar a una definición
de la verdad basándose en estas referencias.
44 Apologética
Tal como vimos en nuestra primera unidad, una de las doctrinas elementales en la apologética es
la doctrina de la revelación. Esta doctrina nos señala que Dios se ha revelado en la creación y en sus
actos en la historia, pero que principalmente lo ha hecho en su Hijo, Jesús, quien es “el camino, la
verdad y la vida” (Juan 14:6) y que ha hecho que esta revelación sea registrada con autoridad en las
Escrituras.
Esta doctrina hace dos afirmaciones:
• que dado que toda la creación da testimonio de Dios, da testimonio asimismo de su verdad; y
• que la verdad tiene su fuente en Dios, y que es, en un análisis final, revelada por él.
Este último punto tiene importantes implicancias. Significa que, al mismo tiempo que el orden
creado puede dar testimonio de la verdad y por ello, ésta puede ser conocida por una demostración
lógica y confirmación científica, pero en definitiva, la verdad es revelada por Dios. Por ende, no se
mide necesariamente por su capacidad de ser demostrada en forma lógica, o confirmada en forma
científica La creación puede dar testimonio de su Creador, pero la creación no es Dios. El es
independiente de su creación.
3.2 La verdad es absoluta
El primer producto de nuestra dependencia en Dios para nuestra comprensión de la verdad es que
la verdad es absoluta, no relativa. Decir que la verdad es absoluta tiene algunas implicancias. En
primer lugar, que es inmutable. Puesto que Dios es uno su naturaleza es consecuente e inmutable. Por
ende, su verdad es asimismo consecuente e inmutable. En segundo, la verdad es universal. Puesto que
Dios es Dios sobre toda su creación entonces su verdad es universal, es decir, no cambia con la
localidad, tal como Dios no lo hace.
3.3 La verdad en la Biblia
a. El Antiguo Testamento
Las palabras del Antiguo Testamento para verdad (emet , ‘emûnah) se utilizan de dos formas:
• en relación con los hechos averiguables objetivamente, donde la verdad se contrasta con
lo engañoso y/o falso.
Deuteronomio 17 menciona el tema de la idolatría y la posibilidad de que haya un hombre o
mujer israelita que decida violar el pacto al adorar dioses que no sean Yahweh. Cuando ello
es traído a la atención de las autoridades en Israel, deben indagarlo bien. En el verso 4 se
dice que si “la cosa pareciere de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel”,
entonces los culpables deben morir apedreados. Es obvio que en ese contexto, la “verdad” se
refiere a hechos claramente comprobables presenciados por varios testigos. Tal definición
encaja con la teoría de correspondencia señalada anteriormente. Otros ejemplos se
encuentran en Génesis 42:16, Deuteronomio 13:14, 1 Reyes 10:6 y 17:24.
Sin embargo, cada una de estas referencias alberga la idea de “integridad” y asimismo
“ausencia de engaño” (especialmente 1 R. 17:24). Estas alusiones nos llevan al siguiente
significado de estas palabras en el Antiguo Testamento, donde la palabra se utiliza ...
• en relación con lo existencial y lo moral, donde la verdad se considera un
atributo de la persona o de sus acciones.
En este contexto la verdad se refiere a la fidelidad, confiabilidad, a ser consecuentes y a la
integridad. Somos fieles si somos leales o confiables. Una palabra u obra es fiel si es posible
confiar en ella. Esta idea de la verdad como una característica personal tiene sus raíces en el
carácter de Dios, quien es confiable, consecuente e íntegro (es decir veraz).
Mientras que emet a menudo puede significar “verdad”, sí encontramos ejemplos del uso
antes mencionado en pasajes como Génesis 24. Aquí el siervo alaba a Dios por su amor
(hesed) y emet (v.27) y luego le solicita a Betuel y Labán que muestren hesed y emet a
Unidad 4 45
Abraham (v.49). En este contexto emet puede significar “fidelidad” o “lealtad” o aun tener
connotaciones de “tratar el asunto con verdad” en el sentido de actuar con honestidad e
integridad. Es posible encontrar otros ejemplos en pasajes como Ex 34:6 y 1 R. 2:4.
b. Entre Testamentos
En el griego, las palabras para verdad (aletheia, alethes, alethinos) no tienen las mismas
connotaciones personales y morales que las hebreas. En lugar de ello, la verdad es intelectual.
c. El Nuevo Testamento
Los usos de las palabras griegas para verdad del Nuevo Testamento se ven afectados
inevitablemente por las visiones de mundo y usos del Antiguo Testamento y de los griegos. Si
bien existen muchos matices, podemos discernir tres usos generales:
• La verdad con carácter personal. En este contexto significa confiabilidad, veracidad,
rectitud del carácter (ej. Ro. 3:7; 15:8; 2 Co. 7:14; Ef. 5:9).
Este sentido se encuentra en Mateo 22:16, donde los fariseos y herodianos buscan tenderle
una trampa a Jesús con sus preguntas y le dicen: “Sabemos que eres amante de la verdad
(alethes), y que enseñas con verdad (en aletheia) el camino de Dios”.
• La verdad como algo real y completo, por oposición a lo falso e insuficiente (ej. Mr 5:33;
Ef. 4.25). Es en este sentido que podemos llamar “verdadera” a la fe cristiana (ej. Gá. 2:5;
Ef. 1:13).
De este modo, Pablo declara en Gálatas 2:5 que el tema de debate con los judíos es “la verdad
del evangelio”. Al llegar a Gálatas 5:7 “la verdad” ha pasado a ser sinónimo del evangelio
mismo.
• La verdad como algo real que se opone a la mera apariencia (ej. Jn 4:24).
Un ejemplo de este uso se encuentra en Lucas 16:11, cuando Jesús dice a sus discípulos,
“Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?”
Los primeros dos usos se refieren claramente al carácter de Dios. Puesto que Dios es fiel y
el evangelio tiene su origen en él, es fiel también. Por lo tanto, cuando los cristianos dicen
que algo es cierto, lo que dicen es que no es falso, sino confiable y fidedigno. Dicen
también que participan personalmente en ello.
46 Apologética
Ejercicio
Reflexión
¿Cuál de las preguntas mencionadas en la sección final son las que tienen mis amigos acerca de la
verdad cristiana? ¿Cómo puedo contestarlas? ¿Cuál teoría o teorías de la verdad utilicé para contestar
la pregunta que se encuentra al comienzo de la unidad? ¿Cómo me ayuda esto a conocer cómo
afirmar las verdades del cristianismo con mis amigos y contactos?
Unidad 4 47
UNIDAD 5
Argumentos a favor de
la existencia de Dios
48 Apologética
Antes de comenzar….
Usted está almorzando con un amigo del trabajo que sabe que usted es cristiano. Faltan diez minutos
para volver al trabajo y su amigo le pregunta: “Sé que crees en Dios. ¿Por qué?” ¿Cómo le
respondería?
Sabemos que Dios está en todas partes; pero ciertamente más sentimos su presencia cuando
sus obras se extienden ante nosotros en la mayor de las escalas: y es en el cielo nocturno
despejado, donde sus mundos siguen su curso silente, que percibimos con mayor claridad su
carácter infinito, su omnipotencia, su omnipresencia. Me había puesto de rodillas para orar
por el señor Rochester. Al levantar la vista con los ojos nublados por las lágrimas, vi la
grandiosa Vía Láctea. Al recordar lo que era, los incontables sistemas que ahí cubren el
espacio como un suave trazo de luz, sentí el poder y fuerza de Dios.
Charlotte Brontë, Jane Eyre
Unidad 5 49
2. El argumento ontológico
2.1 Ejemplo
La afirmación más famosa de este argumento fue propuesta por Anselmo en el siglo XI, en una
meditación sobre la afirmación bíblica: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios”.
Anselmo comenzó su meditación concentrándose en la idea de Dios como un ser “mayor que él
no puede ser concebido ninguno”. En otras palabras, Dios es un ser tan perfecto que no puede ser
concebido un ser más perfecto aun.
Como segundo paso, Anselmo hace una distinción entre cosas que existen en la mente y en la
realidad, y afirma que lo que existe en la realidad es superior o más perfecto que lo que existe sólo en
la mente. Por ello, el ser más perfecto que pueda concebirse debe existir tanto en la realidad como en
la mente. Puesto que Dios es un ser “mayor que el cual no puede ser concebido ninguno”, Dios debe
existir en la realidad, como asimismo en la mente.
2.2 El argumento en general
Por lo tanto, podríamos resumir el argumento, el cual ha sido expuesto de varias formas, de la
siguiente manera:
• Nuestra concepción de Dios no puede ser otra que la de un ser infinito y perfecto.
• Un ser que fuera perfecto en todas las áreas con excepción de la existencia, dejaría de ser
perfecto.
• Por lo tanto, el ser más perfecto (es decir, Dios) necesariamente existe.
De este modo, el argumento busca tomar la misma idea que tenemos de Dios y a partir de ella,
probar exclusivamente por la lógica que Dios necesariamente existe. Otros defensores notables de este
argumento son Descartes, Leibniz y Plantinga.
2.3 Objeciones al argumento
Las objeciones más famosas al argumento ontológico provienen de Guanilo, contemporáneo de
Anselmo, y posteriormente de Aquino y Emanuel Kant. Guanilo respondió a Anselmo “de parte del
necio” y estableció un argumento paralelo para la idea de una isla perfecta. Haciendo una leve
modificación se trata de un argumento de peso y procedería de acuerdo con las siguientes líneas:
• Tenemos una idea sobre la isla más perfecta que pueda concebirse.
• Una isla que fuera perfecta en todas las áreas excepto la de la existencia no podría ser una isla
perfecta.
• Por tanto, la isla más perfecta existe necesariamente.
La versión del argumento propuesta por Descartes fue atacada por Kant, quien sostuvo que no
podemos pensar legítimamente en la “existencia” como algo que una cosa o ser tiene o no en distintos
grados. Decir que algo existe no significa que, además de todas las cualidades restantes, tenga la
cualidad o atributo de existir. En su lugar, significa que hay tal cosa en el mundo real.
2.4 Conclusiones
Antes de desestimar completamente la fuerza del argumento como prueba de la existencia de Dios,
probablemente deberíamos prestar atención a Karl Barth, quien entregó un análisis detallado de la
prueba de Anselmo y afirmó, en base a cierta evidencia, que Anselmo nunca se propuso probar la
existencia de Dios y así convertir al no creyente a la fe en la existencia de Dios. En lugar de ello,
Anselmo buscaba desarrollar y quizás profundizar la comprensión que el creyente tenía del Dios en el
que ya creía.
Tal vez todo lo que podemos decir del argumento de Anselmo es que aun si pensamos que el
argumento no sea convincente en términos racionales, sí demuestra que es razonable creer en Dios, o
al menos, que no es irracional creer en Dios.
Stephen Evans afirma su valor al decir:
50 Apologética
El argumento cumple asimismo la función de obligar al ateo “a dejar su escondite”. Si el
argumento es válido, la persona que desea negar que existe Dios debe afirmar que la
existencia de Dios es imposible. Ello puede ser una afirmación más terminante que la que la
persona haya querido hacer en un principio.
3. El argumento cosmológico
Como lo implica su nombre, los argumentos cosmológicos son aquellos que comienzan con la
existencia del cosmos o universo (o con alguna característica particular del mismo) y sobre esta base
proceden a probar la existencia de Dios. A veces se les llama argumentos de causa primera porque se
intenta inferir que Dios es la causa primera o fundamental del universo.
3.1 Ejemplo
Si bien las raíces de este argumento se remontan al filósofo griego Platón, y también a Aristóteles
(¡que no creía en Dios en nuestro sentido!), la contribución más importante desde una perspectiva
cristiana es la de Tomás de Aquino (1224/25 - 1274), quién proporcionó cinco formas de probar la
existencia de Dios, tres de las cuales parecen ser versiones del argumento cosmológico (ver una de
ellas en el cuadro).
La primera forma pasa del hecho del movimiento a la causa primera; la segunda, de la causalidad
a la causa primera, y la tercera de los seres contingentes a un ser necesario.
La tercera forma tiene lugar como sigue: cuando vemos nuestro mundo consideramos todo lo que
este contiene como contingente, es decir, su existencia no es necesaria: podemos imaginar que no
haya existido en absoluto, o que haya sido diferente. La prueba de su contingencia es que hubo un
tiempo en que no existía. De hecho, la existencia del mundo como se nos presenta depende
claramente de factores anteriores a ella. De este modo, todo lo que existe apunta más allá de sí a cosas
que existían de antemano. Si ello es así, debe haber existido un tiempo en que nada existía. En tal
caso, no existiría nada que fuera causa de las demás cosas y por ende, nada podría haber llegado a
existir. Puesto que este claramente no es el caso, debe existir algo que no sea contingente, es decir,
Dios.
3.2 El argumento en general
En todas las versiones del argumento cosmológico subyace el enigma de la existencia: “¿Por qué
existe algo en lugar de nada?” Si bien existen muchas variaciones, la forma más sencilla del
argumento es la que sigue:
• Todo debe tener su causa en algo más, o ser creado por algo más.
• Por tanto, debe haber habido una causa primera o generadora que exista por su propia
naturaleza en lugar de ser causado por algo más.
• La causa primera es Dios.
Otros famosos defensores del argumento cosmológico fueron Duns Scotus, Samuel Clark,
Leibniz, y Richard Taylor.
3.3 Objeciones al argumento
Algunas de las objeciones tradicionales al argumento son las siguientes:
• No hay razón por la que no pueda existir una cadena regresiva sin fin de eventos que no
requieran un comienzo.
• El argumento nos obliga a escoger entre dos opciones: (1) que existe una causa primera; o
bien (2) que el universo es en definitiva ininteligible. No existe nada que nos fuerce a optar
por la primera.
• Es posible negar que “todo en el mundo es contingente”. Por ejemplo, la objeción puede
proceder como sigue: la materia, (o energía) en el universo es eterna. Tal materia no sólo es
eterna sino que necesariamente existe (es decir, no podría no haber existido) y todos los
elementos que existen son los constituyentes eternos de dicha materia.
Unidad 5 51
3.4 Conclusiones
Cada una de las objeciones mencionadas tiene un contra-argumento, con excepción de la segunda. La
segunda nos obliga a escoger entre tres opciones. Al preguntar ”¿Por qué existen las cosas?”,
podemos responder de varios modos. Podemos decir “Porque Dios existe”, decir “No existe una
razón”, o bien “La pregunta no tiene sentido y no puede ser contestada”. Bertrand Russell, uno de los
grandes críticos de la fe religiosa de este siglo estuvo dispuesto a aceptar la segunda opción. Dice
simplemente: “Debiera decir que el universo simplemente está ahí, y eso es todo”. Al hacerlo, detuvo
el retroceso infinito un paso antes que el teísta. Al preguntarle al teísta por qué existe el universo, este
dirá: “Porque Dios existe”. Al preguntarle “Por qué existe Dios?” dirá: “Debo decir que Dios
simplemente existe, y eso es todo”. No existe razón para detenerse en un punto en lugar del otro. La
razón para detenerse en uno de los dos es si creemos o no en Dios.
Por lo tanto, todas las respuestas señaladas a la pregunta “¿Por qué es que existen las cosas?” son
válidas. Sin embargo, el presentar la pregunta en forma tan poco elaborada es útil puesto que nos
presenta una elección clara: explicar el mundo en términos de Dios o en términos naturales. Quizás
esta deba ser nuestra máxima expectativa con respecto al argumento.
El argumento cosmológico
En el mundo de los objetos sensibles vemos que existe un orden de causas
eficientes. No se conoce un caso (ni es por cierto posible) en que una cosa resulte ser
causa eficiente de sí misma; porque de este modo sería anterior a sí misma, lo cual es
imposible. Ahora bien: con respecto a las causas eficientes no es posible proseguir
hasta el infinito, puesto que en todas las causas eficientes que siguen un orden, la
primera es causa de la intermedia, y la intermedia de la final, ya sea que esta causa
corresponda a una o varias. Luego, eliminar la causa significa eliminar el efecto. Por
ende, de no existir una causa primera entre las causas eficientes, no habrá una última,
ni una intermedia. Sin embargo, si es posible continuar hasta el infinito en el caso de
las causas eficientes, no existirá una causa primera eficiente, ni habrá un efecto final,
ni causas eficientes intermedias, todo lo cual es claramente falso. Por ello, es necesario
admitir la existencia de una causa eficiente primera, a la cual todos dan el nombre de
Dios.
Tomás de Aquino, Summa Theologica
Ejercicio
La frase: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios”, proviene del Salmo 14. Lea este Salmo y
resuma lo que señala acerca de la búsqueda de Dios.
4. El argumento teleológico
El argumento teleológico se conoce también como el argumento a partir de un diseño. Siempre ha
sido el más popular de los argumentos tradicionales, probablemente por ser el que más se acerca a
nuestra manera de pensar. Se utiliza regularmente en contextos evangelizadores.
4.1 Ejemplo
Nuevamente, las raíces del argumento se remontan a la Grecia clásica. Tomás de Aquino tenía su
52 Apologética
versión (su quinta forma, la que se detalla a continuación). Sin embargo, el argumento realmente fue
reconocido durante el siglo XVIII y comienzos del XIX. Su versión más popular y conocida es la
presentada por William Paley.
Paley nos pide que imaginemos caminar con él en un campo. Si damos con una roca podríamos
concluir que llegó a existir por una casualidad, es decir, por el accionar accidental del viento, la
lluvia, el calor, etc. Sin embargo, si damos con un reloj, no podríamos explicarlo de la misma manera.
La razón por la que llegamos a conclusiones distintas en los casos de la roca y el reloj es porque el
reloj es un mecanismo complejo. Dada su complejidad, sería inconcebible concluir que el reloj
simplemente se formó y ensambló por sí solo o que simplemente llegó a existir mediante la acción
accidental de fuerzas naturales como las que operaron en la roca. No es así. Cuando damos con un
reloj nos vemos forzados a postular la existencia de una mente inteligente: un relojero.
El punto de Paley es que el mundo natural es un mecanismo complejo que da todos los indicios
de haber sido diseñado claramente. Nos pide que nos unamos a su conclusión de que un mecanismo
tan complejo y eficiente no puede haber llegado a existir por casualidad o por la acción fortuita de las
fuerzas naturales.
4.2 El argumento en general
El argumento es directo. En su nivel más básico, puede presentarse de la siguiente forma:
• El mundo muestra muchos ejemplos de un diseño
• El diseño implica un diseñador.
• Por lo tanto, el mundo requiere un diseñador.
• Ese diseñador es Dios.
4.3 Objeciones al argumento
Una de las críticas más famosas del argumento a partir de un diseño es la expuesta por el filósofo
David Hume. Tiene tres críticas fundamentales.
• El universo debe tener la apariencia de un diseño. Con el fin de existir siquiera, existiría la
necesidad de que las distintas partes se adaptaran una a otra. No existe una razón, en un
período de tiempo extenso, por la que pudieran surgir combinaciones de adaptaciones que
juntas constituyeran un orden estable que sea temporal o permanente. En otras palabras,
podría existir igualmente una explicación naturalista que una teísta.
• En ciertas formas, el universo no es particularmente como una máquina vasta, sino más bien
como una planta o animal, como un crustáceo.
• Aun si el argumento fuera persuasivo, no podríamos postular la existencia del Dios
infinitamente sabio y bondadoso del cristianismo. Desde un mundo finito no podemos inferir
jamás un Creador infinito.
Con respecto a la primera crítica, es evidente que la teoría de la selección natural propuesta por
Charles Darwin podría utilizarse para explicar algo de lo que se encuentra en el mundo natural. De
hecho, si bien Darwin había asimilado profundamente la argumentación de Paley, su teoría de la
evolución puede considerarse ante todo un rechazo al argumento del diseño. En la línea propuesta por
Hume, Darwin propuso un largo espacio de tiempo, variaciones casuales y selección natural, sin
recurrir al cuidado de Dios o su superintendencia. Ello se debió en parte al hecho de que el
desperdicio, sufrimiento y aparente estupidez de la naturaleza tenía una mejor explicación en la
evolución que en un diseño intencional.
4.4 Conclusiones
El argumento teleológico sólo habla de la probabilidad de la existencia de Dios. No se propone
“probar” su existencia. Sin embargo, tiene una ventaja sobre el argumento cosmológico: habla de un
Dios inteligente que debe ser, por lo tanto, personal.
Unidad 5 53
El argumento teleológico
Vemos que las cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales,
actúan para un fin, y ello es evidente dado que siempre, o casi siempre, actúan del
mismo modo, como para obtener el mejor resultado. Por ello está claro que alcanzan
su objetivo, no en forma fortuita, sino por una intención. Ahora bien: todo lo que
carece de conocimiento no puede avanzar hacia un propósito, a menos que esté
dirigido por un ser dotado de conocimiento e inteligencia, tal como la flecha es
dirigida por el arquero. Por ello, existe algún ser inteligente por el que todas las
cosas naturales son dirigidas hacia el propósito de ellas; y a este ser lo llamamos
Dios.
Tomás de Aquino, Summa Theologica
5. El argumento moral
Este argumento, el cual nuevamente tiene sus raíces en la filosofía de Platón, generalmente no es
popular entre los filósofos, pero ha resultado ser convincente para un gran número de personas que no
lo son.
5.1 Ejemplo
Este argumento tiene dos formas. La primera argumenta que la presencia de leyes morales o valores
objetivos implica lógicamente la existencia de un Legislador o un Base de Valores trascendente. Más
adelante se cita un ejemplo de este argumento del cardenal Newman.
La segunda forma es más persuasiva y no se presta a las mismas objeciones puesto que no es un
argumento en sentido estricto. Es presentada por Emanuel Kant, a quien mencionamos por su crítica
del argumento ontológico, pero que también criticó los argumentos cosmológico y teleológico (si bien
a este último lo llama el argumento físicoteológico). Kant sostuvo que la razón pura o teórica es
incapaz de pronunciarse en materias que trascienden los límites de la experiencia humana y, por lo
tanto, en materias como la existencia de Dios. Sin embargo, si bien la razón teórica no puede ahondar
en la esfera de las creencias religiosas, la razón práctica o moral sí puede hacerlo. De hecho, las
operaciones de la razón práctica o moral presuponen su existencia.
El argumento de Kant procede según las siguientes líneas:
• el bien supremo para los seres humanos es una situación en que la felicidad se distribuye para
ellos en estricta proporción a la virtud moral.
• la obligación que sentimos de ir tras este “bien supremo”, sólo tiene sentido si vemos que el
mundo ha sido creado y es controlado de tal modo que dicho bien puede lograrse.
• tal logro depende de que postulemos “un Ser superior, santísimo y omnipotente”
54 Apologética
5.2 El argumento en general
Quizás la mejor manera de avanzar es formular el argumento en términos de una probabilidad.
Stephen Evans lo hace de la siguiente forma:
• (probablemente), a menos que exista un Dios, no pueden existir obligaciones morales que son
obligatorias en términos objetivos.
• existen obligaciones morales objetivamente valederas.
• por ende, (probablemente) existe un Dios.
Otra forma de decirlo es que la idea de moralidad es muy extraña en un mundo que simplemente
es el resultado de fuerzas naturales y de interacciones casuales entre partículas de materia. La
moralidad debe tener un origen. Lo natural es buscar su origen en Dios.
5.3 Objeciones al argumento
La principal objeción al argumento de la moralidad es que la presencia de leyes o valores morales en
el mundo puede ser explicada de otras formas. Por ejemplo, podemos decir que los valores morales
pueden explicarse en términos de las necesidades y deseos humanos (“Todos necesitamos/deseamos
ser tratados en forma justa por los demás”), los intereses personales (“Trato en forma justa a los
demás para que ellos me traten de la misma forma”), la estructura de la naturaleza humana o de la
sociedad humana (“La sociedad humana sobrevivirá en forma óptima si no se mintiera, matara,
envidiara, cometiera adulterio, etc.).
5.4 Conclusiones
Como la mayoría de los argumentos restantes, el argumento moral difícilmente es convincente en
términos racionales. Sí nos obliga, sin embargo, a tratar el hecho de que existen obligaciones morales
que, como seres humanos, todos sentimos. Si no han de ser explicadas en términos de Dios, deben
explicarse de otras formas que verdaderamente traten de resolver el problema de su existencia.
C.S. Lewis señala al finalizar una de sus charlas radiales (ver recuadro) que:
Todavía no me acerco ni a cien millas del Dios de la teología cristiana. Todo a lo que he
llegado es a un Algo que dirige el universo, y que surge en mí como una ley que me insta a
hacer lo bueno y a sentirme responsable e incómodo cuando hago mal.
El argumento moral, sin embargo, complementa los argumentos teleológico y cosmológico al
señalarnos que el Dios que provee la base de las responsabilidades morales que sentimos es en sí
mismo moral. Nuevamente, C.S. Lewis lo señala con claridad en sus charlas radiales:
Se descubre más acerca de Dios a partir de la Ley Moral que del universo en general, tal
como se descubre más sobre un hombre escuchando su conversación que observando la
casa que construyó. Ahora, a partir de esta segunda evidencia concluimos que el Ser que
está detrás del universo se interesa grandemente en la conducta correcta: en el juego
limpio, la generosidad y la decencia.
Unidad 5 55
El argumento moral
Si sentimos responsabilidad, como de hecho ocurre, nos avergonzamos, sentimos temor al
transgredir la voz de la conciencia, ello implica que existe Alguien ante quien somos
responsables, ante quien nos avergonzamos, cuyas exigencias tememos ... Si la causa de estas
emociones no pertenece al mundo visible, el Objeto al que se dirige la percepción (de la persona
escrupulosa) debe ser Sobrenatural y Divino.
Cardenal Newman, A Grammar of Assent
Si existiera un poder controlador fuera del universo, no podría mostrarse a nosotros como una
de las realidades dentro de él, tal como el arquitecto de una casa no puede ser realmente una
pared, una escalera o una chimenea de la misma. La única manera en que podríamos esperar que
se mostrara sería en nuestro interior, como una influencia u orden que tratara de hacer que nos
comportemos de una cierta forma. Y ello es precisamente lo que descubrimos en nuestro
interior. ¿No comienza a parecer, si me permiten decirlo, muy sospechoso?
... Todo a lo que he llegado es a un Algo que dirige el universo, y que surge en mi como una
ley que me insta a hacer lo bueno y a sentirme responsable e incómodo cuando hago mal. Creo
que debemos asumir que se parece más a una mente que a cualquiera otra cosa que conozcamos,
puesto que, después de todo, la única otra cosa que conocemos es la materia, y es difícil imaginar
una porción de materia creando una ley.
C.S. Lewis, Broadcast Talks (Charlas para radiodifusión)
56 Apologética
El argumento de la experiencia religiosa
Estas tres dimensiones representan tres clases de conocimiento. La primera es sensual: los ojos
ven algo a distancia. La segunda es intelectual y muy superior en jerarquía. La tercera
representa (la función de) ese agente aristócrata del alma, que se ubica tan alto que se
comunica con Dios cara a cara, tal como es. Este agente no tiene nada en común con cosa
alguna. No tiene conciencia de ayer o antes de ayer, ni de mañana, sino sólo de Ahora, tal
como lo fue hace mil años y lo será dentro de mil más, y es en este momento, como lo será
después de la muerte. Meister Eckhardt
3. Teleológico
El complejo diseño del mundo
requiere un Diseñador.
5. Experiencia
Una experiencia subjetiva puede
convencernos de que Dios es real.
Unidad 5 57
7. La apologética y las pruebas a favor de la existencia de Dios
¿Cómo nos ayudan estos argumentos en la apologética? Nos ayudan de al menos dos formas.
En primer lugar, al tiempo que se reconoce que ninguno de estos argumentos es convincente en
términos racionales como prueba de la existencia de Dios, sí demuestran, especialmente al
combinarlos, que creer en Dios es razonable, o por lo menos, no es irracional. De este modo, podemos
utilizarlos al compartir el evangelio con
En segundo lugar, se debe reconocer, sin embargo, que ninguno de estos argumentos nos señala
mucho acerca de Dios; ciertamente no nos dicen mucho acerca del carácter y la naturaleza del Dios
cristiano. El dios de los argumentos tradicionales es el dios de los filósofos, el dios de la razón, no
Dios el Padre de nuestro Señor Jesucristo. En su calidad de tales, los argumentos tradicionales, indican
más allá de sí mismos, hacia la necesidad de predicar el evangelio de Jesús, puesto que la fe es por el
oír el mensaje sobre Jesús (Ro 10:17), no los argumentos de los filósofos (1 Co 1:18-25).
De este modo, tanto para el Nuevo Testamento como para el Antiguo, Dios es Alguien
que se conoce directamente por su acercamiento al alma humana. No es una
inferencia, sino una Presencia. Es una Presencia urgente y misericordiosa al mismo
tiempo. Es conocido como Reclamante por todos quienes el busca; todos a quienes él
encuentra, y que en Cristo lo encuentran, lo conocen como un Dador. El conocimiento
de Dios del que habla el Nuevo Testamento es un conocimiento sobre el cual el mejor
argumento no sería más que un lamentable sustituto y una adición superflua. ”El que
me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”
“Non in dialéctica”, afirmó San Ambrosio, “complacuit deo salvum facere populum
suum” (no le ha complacido a Dios salvar a su pueblo con argumentos).
John Baillie, Our Knowledge of God (Nuestro Conocimiento de Dios)
58 Apologética
Ejercicio
1. Lea el artículo God, Arguments for the Existence of, en el Diccionario Evangélico de la
Teología.
2. Un amigo le ha escrito preguntando por qué cree en Dios. Escriba una carta respondiendo
a la pregunta.
Reflexión
¿Cuál es el fundamento de mi relación con Dios? ¿Mi experiencia? ¿La razón? ¿La tradición? ¿Las
Escrituras? ¿Lo corroboran mis palabras y acciones?
Unidad 5 59
UNIDAD 6
Barreras intelectuales
frente a la fe:
preguntas tradicionales
60 Apologética
Antes de comenzar….
Dedique algo de tiempo a escribir las preguntas que los no cristianos hacen más comúnmente sobre el
cristianismo. Divídalas en distintas categorías de preguntas: por ejemplo, doctrinales, filosóficas,
personales, etc.
1. A hincarle el diente
Al tiempo que nuestra primera unidad tuvo un enfoque práctico, las últimas cuatro unidades han sido
muy distintas; han sido fuertemente filosóficas, y como resultado, puede que usted se haya encontrado
preguntándose si era necesario todo eso.
En cierta medida son muy necesarias. Estos capítulos sobre los temas filosóficos de la
apologética vienen a ser un análisis del campo de trabajo, y conforman la preparación necesaria para
la tarea apologética misma. Sin embargo, habiendo hecho este trabajo, debemos proseguir y analizar
algunos de los temas específicos sobre los cuales nos encontramos hablando con amigos y contactos.
Es necesario dar una mirada a la forma en que defendemos el evangelio de los ataques específicos que
se levantan contra él.
Dado que estos estudios difieren de los anteriores, probablemente es una buena idea mencionar
cuál será nuestro proceder. En esta unidad haremos dos cosas: en la primera sección hablaremos sobre
el cambio y sobre cómo podemos contribuir a un cambio en las personas. En la segunda sección
abordaremos las preguntas fundamentales acerca de la fe cristiana que a todos se nos hacen una y otra
vez, y cómo debemos responder a ellas. Nuestro objetivo es entregar una estructura general que sirva
para responder a estas preguntas y también facilitar bosquejos de respuestas a preguntas especificas.
En las Unidades 7, 8 y 9, estaremos mirando a variedades y áreas más grandes de preguntas y
como deberíamos responderlas. En la Unidad 7 analizaremos cómo hablar con personas con otras
visiones de mundo; en la unidad 8 el tema será las personas que tienen problemas con el cristianismo
debido a ciertas doctrinas cristianas en particular, mientras que la Unidad 9 analizará algunas de esas
barreras de carácter personal que impiden que se llegue a ser cristiano (o pensar siquiera en la fe
cristiana). En cada estudio presentaremos un marco general para abordar el diálogo, antes de entregar
respuestas-modelo.
2. El arte de la persuasión
Si hemos de dedicarnos a la tarea de la apologética y el evangelismo, debemos comprender el hecho
de que nuestro propósito es cambiar personas. El propósito de esta tarea es que las personas cambien
su manera de pensar, sus creencias, sus sentimientos, e incluso toda su manera de vivir, y al hacerlo,
necesitamos reconocer que estas personas son como nosotros. Tal como nosotros, tienen creencias
reales que defienden fervorosamente, con las que se identifican. Tal como nosotros, no aceptan con
facilidad el estar en un error; como a nosotros, no les agrada desprestigiarse.
Yo crecí en Papua Nueva Guinea. Mi niñez idílica transcurrió entre una raza de personas que
llegué a amar y respetar. Esta experiencia ha moldeado toda mi vida y mi actitud de respeto hacia los
pueblos indígenas de todo el mundo. Al mismo tiempo, ha alimentado una profunda aversión hacia el
racismo en todas sus formas. Esta aversión ha sido causa de mi fascinación por cualquier libro,
película o programa de televisión que se refiera a las actitudes hacia los norteamericanos de color en
los estados del sur de Estados Unidos. Escapa a mi comprensión cómo es posible justificar
racionalmente (¡y citando la Biblia a veces!) la postura que solía prevalecer sobre los norteamericanos
de color y que hoy aún se mantiene en ciertos lugares en esa nación.
Algo que resalta al leer los libros que he leído y ver las películas y documentales que he visto, es
Unidad 6 61
lo increíblemente difícil que resulta cambiar de punto de vista si se ha sido criado en base a ciertas
ideas fijas en relación con la raza. Para abandonar una postura profundamente prejuiciosa y cambiar,
no sólo necesitaría usted un giro total en su manera de pensar, sino un cambio interno de actitud y
sentimientos, como asimismo un cambio externo de comportamiento. Tales cambios implicarían
enfrentar la presión de nuestros pares, perder amigos, crear enemigos, quizás incluso un cambio de
domicilio, y otros trastornos de este tipo. El cambio de este tipo es increíblemente difícil.
Si bien no todos los cambios en la forma de pensar tienen implicancias tan radicales, un cambio
de mentalidad con respecto a Dios sí las tiene. Después de todo, la idea de un Dios personal,
todopoderoso, omnisciente, siempre justo y amoroso es asombrosa y la mayoría de las personas que se
enfrenta verdaderamente a la idea es lo suficientemente inteligente para darse cuenta de las
repercusiones que trae el incorporarse esa idea a sus vidas. Ello conlleva que sin importar que las
personas tengan una actitud positiva o negativa hacia Dios, sus opiniones probablemente están
arraigadas, y tal fuerza de convicción implica que el cambio es mucho más difícil.
Jesús reconoció lo anterior y lo capturó en parábolas. Por ejemplo, el reino de Dios puede
compararse con un tesoro escondido en un campo o una perla de gran valor. Cuando la gente
comprenda el gran valor del reino estarán tan asombrados que venderán todo con el fin de comprarlo
(Mt 13:44-45). Por otro lado, recibir el reino no es como decidir ir a la peluquería o comprar un
automóvil; se trata de una decisión que presenta grandes exigencias y requiere un análisis cuidadoso.
Decidir seguir a Jesús es , por lo tanto, similar a planear ir a la guerra o construir una torre. Se
necesita sopesar el costo antes de comenzar (Lc. 14:25-35).
De este modo, es claro qué tema necesitamos abordar. Si el evangelio exige un cambio, y este es
difícil, ¿cómo podemos facilitar el cambio sin restarle importancia a su necesidad y sin sacrificar la
efectividad del evangelio y sus exigencias?
Esta pregunta no es reciente. Pablo y otros judíos cristianos trataron arduamente de resolverla.
Por ejemplo, cuando los primeros cristianos iniciaron un progreso real en traer el evangelio a los
gentiles, tuvieron que decidir cuáles eran las exigencias para los nuevos cristianos. Con el fin de
tomar una decisión, se reunieron en una conferencia en Jerusalén. Es interesante destacar lo dicho por
Pablo y Jacobo. La contribución de Pedro al debate incluía la afirmación de que puesto que Dios
“ninguna diferencia hizo entre nosotros [los judíos] y ellos [los gentiles], purificando por la fe sus
corazones”, sería un error tentar a Dios “poniendo sobre la cerviz [de los discípulos]... un yugo que ni
nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar”. Jacobo sugirió “que no se inquiete a los gentiles
que se convierten a Dios” y sugirió cómo podía lograrse lo anterior (Hch 15).
Desafortunadamente, los cristianos a menudo hemos hecho que el evangelio sea más difícil de
aceptar de lo que Dios lo hace, por nuestro estilo de presentación, doctrina, comportamiento, actitud
hacia la gente, y nuestra arrogancia. Siempre que sea posible, necesitamos asegurarnos de que la única
ofensa o barrera al evangelio sea la del evangelio mismo. A continuación se analizan algunas formas
de comenzar.
2.1 Tenga una actitud cristiana
¿Cómo se puede tener una actitud cristiana hacia la gente? ¿Qué significa tener una actitud cristiana?
En primer lugar, ser cristiano significa tener un amor genuino hacia la gente con que habla. El amor
cristiano no consiste fundamentalmente en un sentimiento cálido hacia ellos, sino un cuidado y
preocupación genuinos. Ello implica un interés en que comprendan el amor de Dios hacia ellos según
el evangelio y al mismo tiempo, preocuparse de ellos como personas. Un buen ejemplo de esta actitud
se encuentra en el ministerio de Jesús (ej. Mt 9:35-38; Lc. 7:11-17).
Tener una actitud cristiana significa ser veraz. No se contribuye al cambio al decir mentiras o no
decir toda la verdad. Por ejemplo, si le decimos a alguien que aceptar el evangelio significa que todas
las dificultades de su vida se disiparán, no estamos diciendo la verdad. Más bien podría decirse que se
sirve mejor a la causa del evangelio si le decimos a la gente que aceptarlo implicará mayores
dificultades en la vida. Nuevamente vemos esta actitud en Jesús. Al encontrarse con el joven rico
62 Apologética
(Mr. 10:17ss) lo amó por su actitud de seriedad. Tal amor significó que no podía mentirle acerca de lo
que el joven necesitaba hacer personalmente para abrazar el evangelio. Este amor y veracidad
tuvieron como consecuencia el alejamiento del joven con sus riquezas, sin haber abrazado el
evangelio.
Este punto tiene relación con otro: la actitud cristiana implica ser enfático cuando es necesario. A
veces, la gente con la que hablemos será como el joven principal rico y necesitará oír la verdad dicha
con sensibilidad, pero también directamente. En otras oportunidades, necesitarán quien les diga que su
actitud hacia Dios es incorrecta y que necesitarán abandonarla. Jesús hizo esto regularmente con las
personas que ostentaban cargos de autoridad religiosa.
Finalmente, tener una actitud cristiana implica dar libertad a las personas. Esta actitud se define
sobre la base de la forma en que Dios nos trata como seres humanos. Dios nos permite una libertad.
Nos da la libertad de pensar y de escoger, aun cuando ello implica optar en su contra. Los cristianos
no utilizan la coerción o conversión a punta de espada.
2.2 Ayude a cambiar
a. Permita mucho espacio
Existen varias formas prácticas de hacerlo. Por ejemplo, la actitud cristiana de dar libertad
significa en la práctica permitir que la persona con que hablamos tenga libertad de acción. No
debemos ser como los vendedores viajeros ( agentes de ventas ) cuya política es no permitir
nunca que el cliente tenga tiempo de respirar o pensar. Por el contrario, si bien debemos ser
persuasivos, reconocemos que es Dios quien cambia la opinión de las personas. El es
soberano y no necesita ni solicita nuestras técnicas de presión. Nuestra tarea es la de una
presentación que de mucho espacio para que la persona piense, reflexione e interrogue.
b. Sea un ejemplo de cambio
Una forma de ayudar a la gente a cambiar es ayudarle a ver lo que ha significado ese cambio
en la vida de otra persona. De esta forma dejamos que vean que, de haber problemas por
resolver, estos no son insuperables; que personas como ellos han hecho esos cambios, y que
los cambios incluso pueden considerarse positivos y que requieren valentía. El hablar de este
modo ayuda a trasladar el cristianismo del dominio de un mero ejercicio intelectual, al de una
forma de vida.
c. Permita distancia entre la gente y los problemas
En su libro Bridge Building, Alister McGrath recurre a la investigación del Proyecto de
Negociación de Harvard, sugiriendo cómo puede ser utilizado en la apologética cristiana, y
entrega ciertos principios que piensa nos ayudarán en esta área. Dice que debemos separar el
problema de la persona.
Lo que quiere decir es que a menudo al argumentar nos encontramos con que nuestra
postura es considerada como defectuosa o errónea. En este momento solemos ponernos
obstinados y defender nuestra posición en lugar de reconocer la falta. Lo hacemos porque
nuestra posición personal sufrirá si cedemos. En ese punto, por lo tanto, ya no estamos
defendiendo nuestra postura sino nuestra integridad personal.
El autor sostiene que nuestra estrategia debe ser ayudar a la persona a ver que no existe
necesariamente una relación entre la identidad personal y las ideas que se tienen en un
momento. Necesitamos permitir que las personas vean que sus ideas pueden separarse de su
integridad personal. Encontrar un problema en sus ideas no significa necesariamente
impugnarlos a nivel personal. Con ello se relaciona la idea de que generalmente debemos
evitar desvalorizar a otros en términos personales. Una afirmación como “sólo un tonto
podría sostener que ...” no sólo es innecesaria sino poco útil.
d. No presente el cristianismo como una opción confrontante
El lenguaje de lo “bueno” y “malo” es el lenguaje de la confrontación. Si bien hay momentos
Unidad 6 63
en que sin duda debemos utilizar este lenguaje y un enfoque agresivo, siempre que sea
posible debemos apelar a la relevancia del cristianismo, su forma adecuada en dirigirse al
mundo y a la situación humana, y su carácter atrayente.
Ejercicio
Lea Juan 2 al 4. Vea la forma en que Jesús habla a la gente. ¿Qué características nota en su modo y
estilo de diálogo? ¿Cómo trata a las personas al dirigirse a ellas?
3. Responder preguntas
Siempre se hacen preguntas acerca de la fe cristiana. Nuestra actitud hacia quienes preguntan es
importante, pero también lo es la forma en que expresamos nuestras respuestas. Este modo surge de
nuestra actitud y de la naturaleza misma del evangelio. Por lo tanto, debemos hacernos las siguientes
clases de preguntas al hablar:
3.1 ¿Por qué hace la pregunta?
Hay muchas razones por las que las personas hacen preguntas. A un extremo del espectro se encuentra
la persona que simplemente aparece en una reunión evangelizadora para hacer la pregunta en la que
nadie está interesado, pero quien pregunta está seguro de que esa es la que los cogerá en falta
definitivamente. Al otro extremo del espectro está el padre de un niño que murió del Síndrome de
Muerte Súbita Infantil y que pregunta acerca del problema del sufrimiento en el mundo.
Necesitamos evaluar la autenticidad de la pregunta, o si otra pregunta subyace a esa, la razón por
la que ésta surge, etc. A menudo ello implica iniciar un diálogo en lugar de simplemente decir nuestra
bien preparada respuesta.
3.2 ¿Sé cómo contestar a esta pregunta?
Si no sabe cómo responder a las preguntas de la gente, dígales que es así. Sea honesto e indíqueles el
nombre de otra persona que pueda ayudar, de un material de lectura, o bien prometa averiguar sobre el
tema y contactarlos. Si los cristianos en general no tienen una respuesta o no han llegado a acuerdo
sobre ella, sea honesto y mencione el hecho.
3.3 ¿Cómo puedo contestar de tal modo que Jesús sea lo principal?
Nuestro objetivo al responder preguntas es retirar barreras al evangelio cristiano. La barrera u
obstáculo esencial ante la fe cristiana es la persona de Jesús. Y más aun, el hecho de que Jesús es la
puerta a la fe cristiana. Por ello nuestras respuestas siempre deben conducir a una situación en que la
gente sea llevada a estar cara a cara con Jesús.
64 Apologética
6. ¿No son cristianas todas las personas buenas?/¿Es necesario ir a la iglesia para ser cristiano?
7. ¿Acaso la ciencia no ha refutado el cristianismo?
8. ¿La fe no es sólo psicológica?
En la siguiente sección encontrarán algunas breves reseñas acerca de qué decir cuando alguien
hace estas preguntas y cómo decirlo, además de ciertas lecturas recomendadas.
5. Respuestas
Unidad 6 65
necesariamente una distorsión histórica.
Segundo:
1. Hay algunos historiadores romanos contemporáneos, pero sus escritos son escasos, y
fragmentados. Por otro lado, sería sorprendente que tuvieran mucho que decir acerca de un
judío crucificado en Palestina y la pequeña secta judía que creció como resultado. Sin
embargo, Talus (siglo primero) Plinio el Joven (111 DC), Tácito ( 115 DC) y Suetonio (150
DC) mencionan a Jesús.
2. Los escritores judíos mencionan a Jesús (el historiador Josefo, y la Misná).
• Pregunta: ¿Los documentos fueron escritos por testigos presenciales, y son independientes
unos de otros? Es decir, ¿son “fidedignos” en términos históricos?
Primero:
1. Algunos fueron escritos por testigos presenciales, y otros no.
2. En cualquier caso, estuvieron en circulación durante el periodo de vida de los testigos
presenciales y pudieron ser verificados.
3. El lapso entre los eventos y su registro fue muy pequeño en el caso de Jesús, comparado
con el de otras importantes figuras del siglo primero (por ejemplo el emperador Tiberio).
Segundo: Al tiempo que Mateo, Marcos y Lucas parecen depender de una misma fuente
escrita u oral, demuestran la influencia de una corroboración de los testigos. Juan es
independiente de Mateo, Marcos y Lucas.
• Pregunta: ¿Se han transmitido estos documentos en forma exacta (= ‘fidedigna’)?
Respuesta: Así es. No hay otro libro antiguo que tenga una tradición manuscrita tan temprana
y extendida como el Nuevo Testamento.
• Muchas de las personas que dicen que la Biblia no es de fiar son en realidad aquellos quienes
no saben mucho de lo que dice, pero lo que sí conocen no quieren aceptar. Quizás su
parcialidad contra la Biblia es tan fuerte como la que, según afirman, otras personas tienen a
su favor. En definitiva, necesitamos leer la Biblia y sopesar su testimonio de Jesús. Si bien la
fiabilidad de la Biblia es importante, la pregunta de mayor importancia dice relación con
cuán veraz es Jesús al tratar con el dilema humano.
Lecturas recomendadas:
P.W Barnett, Is the New Testament History? Sydney, Hodder and Stoughton, 1986.
C. Blomberg, The Historical Reliability of the Gospels. Leicester: IVP, 1987.
M. Green, et. al., Ten Myths About Christianity. Oxford: Lion, 1988, páginas 48 y siguientes.
A. McGrath, Explaining your Faith. Leicester: IVP, 1988, capítulo 2.
66 Apologética
pecado o del pecado de ninguna persona en particular (contrastar Jn 5:14 y 9:3).
• La Biblia es clara en señalar que el sufrimiento está presente en el mundo porque los
humanos son pecadores y deliberadamente independientes (Ro 8:18-25. El sufrimiento no
constituye el propósito de Dios para el mundo en un largo plazo.
• El sufrimiento y el dolor son parte de ser humanos, parte de ser mortales. Parte del ser
mortal es morir. La muerte existe debido al pecado. La muerte no constituye el propósito de
Dios para los seres humanos, en un largo plazo.
• Jesús sufrió de modo que pudiéramos ser perdonados (1 Pe 2:24). El conoce el sufrimiento.
Además, permite por medio de su sufrimiento que surja una nueva creación en la que no
habrá sufrimiento (Ap 21:4), ni muerte, ni dolor. Asegúrese de no perder la oportunidad de
verla.
Lecturas recomendadas
C.S Evans, The Quest for Faith. Leicester: IVP, 1986, capítulo 10.
Philosophy of Religion. Downers Grove: IVP, 1985, páginas 130 y siguientes.
M. Green et. al., Ten Myths About Christianity, Oxford, Lion, 1988, páginas 63 y siguientes.
P.E Little, How to Give Away Your Faith. Segunda edición, Downers Grove: IVP, 1988.
A. McGrath, Explaining Your Faith. Leicester: IVP, 1988, chapter 5.
Unidad 6 67
• Tampoco es suficiente aceptar la idea moderna de la tolerancia, y asumir que Dios es una
persona bonachona que está abierta a todos, sin importar lo que crean, y abierta a cualquier
cosa, sin importar si es buena o mala.
• Si bien sería hermoso decir que todas las religiones conducen al cielo, ello no es posible por
dos razones:
1. Diversas religiones están en contradicción con otras en puntos fundamentales. Por
ejemplo, el cristianismo dice que la relación con Dios es importante y que esta es regalo
suyo, mientras que otras religiones indican que la relación con Dios se gana por medio de
la conducta moral.
2. Algunas religiones, como el cristianismo, hacen ciertas afirmaciones únicas y
características que las hacen incompatibles con otras. Por ejemplo, el cristianismo afirma
que Jesús es el único camino a Dios.
• La cuestión no es “¿Quién tiene la razón?”, sino “¿Se ha revelado Dios a sí mismo? De ser
así, ¿en qué forma?”. Los cristianos afirman que Dios se ha revelado a sí mismo de forma
irrefutable: en Jesús, quien es “Dios hecho carne”. Si Jesús es el único camino a Dios,
cualquier otra forma debe ser una mentira. Es por ello que el Antiguo y el Nuevo Testamento
condenan otras religiones (leer 1 Cr. 16:26 y Ro 1:18-32).
• Jesús afirma ser el único camino hacia Dios (Jn 14:6). O bien está en lo cierto o está en un
error. Si no podemos confiar en que es veraz al respecto, ¿en qué aspecto podemos confiar en
él?. Si Jesús está en lo cierto , no tenemos necesidad de investigar otras religiones, puesto
que no conducen a un verdadero conocimiento de Dios.
Lecturas recomendadas
C.S Evans, The Quest For Faith. Leicester: IVP, 1986, capítulo 7.
M. Green et. al., Ten Myths About Christianity. Oxford: Lion, 1988, páginas 63 y siguientes.
P.E Little, How To Give Away Your Faith. Segunda Edición, Downers Grove: IVP, 1988.
A. McGrath, Bridge Building. Leicester: IVP, 1992, páginas 148 y siguientes.
68 Apologética
7. ¿Acaso la ciencia no ha refutado el cristianismo?
• Existe un problema real con la ciencia el cual radica en que asume un orden y uniformidad
existente en la naturaleza, con el fin de comprobarlo.
• La ciencia ya no afirma ser la explicación definitiva para todo.
• La ciencia y la religión entregan visiones complementarias, más que contrarias, de los
mismos fenómenos.
• Debemos sopesar las afirmaciones de verdad religiosa de la misma forma en que
necesitamos sopesar las de la ciencia, reconociendo que ambas abordan temas desde una
perspectiva particular.
• Para hacer lo anterior en relación con el cristianismo, debemos leer la Biblia y evaluar lo que
tiene que decir acerca de los seres humanos y del mundo: ésta afirma que existe un problema
humano, y presenta una solución: Jesucristo.
Lecturas recomendadas
D. Cook, Thinking About Faith. Leicester: IVP, 1986, capítulo 9.
W. Dyrness, Christian Apologetics in a World Community. Downers Grove: IVP, 1983, capítulo 7.
C.S.Evans, Philosophy of Religion. Downers Grove: IVP, 1985, capítulo 6.
Unidad 6 69
Ejercicio
1. Leer uno de los siguientes artículos en el Diccionario Evangélico de Teología “Bible Canon of”,
“Psychology and Christianity”, “Evil, Problem of”, “Pain”.
2. En esta unidad se incluyen varias respuestas-modelo para las preguntas intelectuales que hace la
mayoría de las personas con respecto al cristianismo. Escoja una de las preguntas e investigue su
propia respuesta sin consultar el modelo entregado en los apuntes. Una vez hecho esto compare
su respuesta con la anterior.
Reflexión
Siendo realmente honesto consigo mismo, ¿puede decir en verdad que no tiene problemas
intelectuales con la fe cristiana? En caso de tener interrogantes, ¿cuáles son? ¿En qué áreas tiene
problemas con la fe? ¿Cómo procedería a buscar respuestas? ¿Es necesario tener respuestas para todo?
¿Por qué razón es o no así?
70 Apologética
UNIDAD 7
Barreras intelectuales
frente a la fe:
otras visiones de mundo
5. Casos de estudio
5.1 Naturalismo
5.2 Budismo
5.3 Nueva Era
Unidad 7 71
Antes de comenzar….
Usted está en casa cuando alguien toca el timbre. Hay una persona de una organización de caridad
bien conocida que le pide una donación. ¿Les daría algo? De ser así, ¿cuánto? ¿Por qué razón?
72 Apologética
“La ciencia hace imposible creer en un Dios personal”.
Aldous Huxley
“Sin embargo, si de hecho descubrimos una teoría completa, deberá a su tiempo ser
comprensible para todos en términos generales, no sólo para unos pocos científicos.
Entonces todos nosotros, filósofos, científicos, y simplemente la gente común,
podremos participar en la cuestión del porqué es que existimos y existe el universo.
Si encontramos la respuesta a ello, sería el triunfo definitivo de la razón humana,
puesto que entonces conoceríamos la mente de Dios”.
Stephen Hawking
Unidad 7 73
mundo. El escoger actuar de una forma en lugar de otra o incluso el no escoger conscientemente, sino
hacer lo que nos nace hacer, tiene su origen en nuestra perspectiva de quienes somos y dónde nos
insertamos en el mundo. Todas las personas tienen una visión de mundo, y esta ejerce influencia en
nuestra forma de actuar.
1.3 Componentes de las visiones de mundo
Las visiones de mundo se componen de aspectos particulares, que comúnmente constan de creencias
que dicen relación con materias como Dios, su existencia y carácter (sea él o ella); la naturaleza de los
seres humanos; la moralidad; lo verdaderamente real; lo que sucede al fallecer y lo que da sentido a la
vida.
“Cada cosa existente nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere en forma
fortuita. Me recliné y cerré los ojos. Las imágenes, anunciadas, aparecieron súbitamente
y llenaron mis ojos de existencias: la existencia es una plenitud que el hombre jamás
puede abandonar ... Supe que era el Mundo, el Mundo al desnudo revelándose
repentinamente, y sentí asfixia por la ira hacia este voluminoso y absurdo ser”.
Jean Paul Sartre
“El darwinismo eliminó de la esfera de la discusión racional toda la idea de Dios como
Creador de organismos”. Sir Julian Huxley
“Así es que la lección en todo esto es que la vida es eterna sin importar cuán
descuidadamente nos comportemos, y creo que las almas, entidades invisibles, son una
parte de la armonía cíclica de la naturaleza. Nada en ella muere jamás; sólo cambia de
forma. Si quieren pensarlo de ese modo, puede ser que esto sea ciencia, en lugar de
misticismo”. Shirley Maclaine
74 Apologética
• Dios no abandonará su propósito. Su compromiso con él es tal que envió a su hijo Jesús al
mundo como ser humano. Jesús hizo lo que ningún otro ser humano había hecho. Vivió
dependiendo de Dios, y en amistad con él. Lo demostró al estar dispuesto a obedecer a su
Padre hasta el punto de morir por todos los seres humanos. El tomó el castigo que ellos
debían recibir por su independencia y rebelión. Actuó como Dios siempre lo ha hecho: con
nuestro bien en mente.
• Como resultado de la acción de Dios en Jesús, es posible la reconciliación. Si aceptamos lo
que Jesús hizo por causa nuestra, Dios promete tratarnos como si la brecha en la relación
jamás hubiera existido. Promete darnos nueva vida y fuerza para vivir en forma dependiente,
por medio del don del Espíritu Santo. Esta vida continuará después de la muerte. Por otro
lado, si continuamos rechazando el propósito de Dios en Jesucristo, Dios promete juzgarnos
por nuestra rebelión, y que viviremos eternamente excluidos de una relación con él, la fuente
de toda virtud, justicia y amor.
• El propósito y sentido de la vida se encuentra ahora en dos aspectos: (1) vivir nosotros en
estrecha relación con Dios; y (2) hablar a otros acerca de lo que Dios ha hecho en Cristo de
modo que ellos también vivan como fueron creados para vivir.
• Tal como Dios dio inicio al mundo y envió a Jesús a redimirlo, le pondrá fin. En ese
momento hará un balance, establecerá la justicia y realizará la posibilidad de un nuevo
mundo donde los seres humanos puedan vivir en una relación incorrupta con él, con los
demás, y con el ambiente en que los sitúa.
“Henos aquí, estamos solos en el universo, no existe un dios, pareciera que todo comenzó
con algo tan simple como la luz solar cayendo sobre un pedazo de roca. Y henos aquí.
Sólo nos tenemos a nosotros mismos. De alguna forma, simplemente debemos
aprovecharlo. Sólo nos tenemos a nosotros mismos”.
John Osborne
“... Creo, sé, que vivimos en un planeta menor en un sistema solar secundario al borde de
la Vía Láctea y que, en un análisis final, tenemos tanta importancia como el grano de
arena número ocho billones más allá de la última palmera del oasis más distante del
Sahara. Creo que es absurdamente vano vernos como reproducciones de la imagen de
Dios e igualmente ridículo antropomorfizar, Disneyfizar el concepto de Dios en cualquier
cosa vagamente humana. Tal como el hipopótamo y el erizo, los humanos son
simplemente una expresión evanescente de la fuerza vital, tan destinada al olvido como
los pájaros dodos y los dinosaurios”.
Phillip Adams
“Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el
aliento de su boca. El junta como montón las aguas del mar; El pone en depósitos los
abismos. Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del
mundo. Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió. Jehová hace nulo el consejo de
las naciones, Y frustra las maquinaciones de los pueblos. El consejo de Jehová
permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones”.
Salmo 33: 6-11
Unidad 7 75
3. Otras visiones de mundo
Algunas objeciones o barreras personales comunes al cristianismo provienen de las siguientes
visiones de mundo:
• Racionalismo ilustrado
• Naturalismo
• Materialismo científico
• Marxismo
• Feminismo
• Postmodernismo
• Nueva Era
• Otras religiones: Islam, religiones orientales, etc.
(Analizaremos algunas de ellas con mayor detalle a continuación).
Ejercicio
Compre una copia de un importante diario de la ciudad en que vive. Lea el editorial y trate de analizar
la visión de mundo del autor. Busque evidencia de lo que el autor piensa sobre Dios, la naturaleza de
los seres humanos, la realidad fundamental, la moralidad, el origen del sentido de la vida, lo que sigue
a la muerte (de suceder algo).
Teísmo Naturalismo
Deísmo Materialismo
Dualismo Humanismo
Monismo Nihilismo
Panteísmo Existencialismo
Animismo Marxismo
Espiritismo Romanticismo
76 Apologética
• responder de una forma que señale a Jesús.
Estos principios guiarán nuestras respuestas a otras visiones de mundo en el resto de esta unidad.
4.2 Principios específicos para referirse a las visiones de mundo
Retomemos la Unidad 4, donde nos referimos a los conceptos de verdad. Consideramos varias teorías
de la verdad. Estas fueron:
• La teoría de correspondencia de la verdad (¿coincide mi creencia con los hechos?)
• La teoría de coherencia de la verdad (¿tiene sentido mi teoría en relación con otras
creencias?)
• La teoría pragmática de la verdad (¿es efectiva mi creencia?)
• La teoría personal de la verdad (¿es satisfactoria mi creencia en términos subjetivos?)
Llegamos a la conclusión de que el cristianismo, en su calidad de sistema completo, satisface
todos estos criterios. Coincide con los hechos, tiene sentido, es efectivo, es relevante en términos
personales y culturales y es fidedigno. En otras palabras, es todo lo que se esperaría que fuera si tras
él se encuentra el Creador del mundo.
Por ende, estos criterios nos entregan las cuatro primeras preguntas con respecto a las demás
visiones de mundo para evaluarlas. ¿Coinciden con los hechos? ¿Tienen sentido? ¿Son efectivas en el
mundo real? ¿Son satisfactorias a nivel personal y relevantes culturalmente?
Es de utilidad agregar otras dos preguntas a estas cuatro. La quinta pregunta es: “¿Qué
presuposiciones yacen tras esta visión de mundo?” Todos los sistemas de creencias descansan en
presuposiciones. Al hacer estas preguntas nuestro objetivo es exponerlas y ayudar a las personas a
apreciar si se mantienen en pie y si realmente quieren o no vivir con ellas y sus consecuencias.
La sexta pregunta reza: “¿Qué antecedentes dignos de confianza tiene esta visión de mundo?” La
clase de cosas que consideramos es: ¿Cuánto tiempo ha existido esta visión de mundo? ¿Cuál es su
credibilidad filosófica? ¿Es o ha sido aceptada en distintas sociedades, a lo largo de distintos periodos
históricos?
Estas seis preguntas forman la primera parte de nuestra discusión con respecto a otras visiones
de mundo. Lo que hacemos es ayudar a las personas a investigar la base sobre la que han construido
sus vidas, y ver si se trata de un suelo sólido o de arenas en movimiento. La segunda parte consiste en
la presentación de una visión cristiana del mundo que sea coherente. En esta parte le explicamos a
aquellos con quienes hablamos que el cristianismo cumple con todos estos criterios y otros. No sólo
cumple con las cuatro primeras preguntas, sino que ofrece una completa visión de mundo que ha sido
sometida a un distinguido y riguroso escrutinio filosófico y religioso por más de 2000 años y aún es
mantenido por multitudes de personas de distintos trasfondos intelectuales, sociales y culturales.
Ofrece asimismo una esperanza segura sobre el futuro, garantizada por la muerte, resurrección y
ascensión de Jesús.
El proceso completo de análisis de una visión de mundo puede resumirse de la siguiente forma:
a. Una crítica de la visión bajo estudio mediante las preguntas:
• ¿Coincide con los hechos?
• ¿Tiene sentido como un sistema completo?
• ¿Es efectiva en el mundo real?
• ¿Es relevante y satisfactoria a nivel personal y cultural?
• ¿Se mantienen en pie las presuposiciones que esta encierra ante el escrutinio y la realidad
práctica?
• ¿Tiene buenos antecedentes?
b. Presentar el caso a favor del cristianismo
• Explicar el evangelio y la visión de mundo cristiana.
• Demostrar que satisface los criterios antes mencionados.
Unidad 7 77
Al hablar con personas de otra visión de mundo, necesitamos estar conscientes de que algunos
estarán fuertemente comprometidos con la suya, convencidos de que en ella han encontrado un
sistema de creencias que da sentido al mundo. Puesto que los sistemas de creencias muestran un alto
grado de flexibilidad y falta de precisión, es probable que convencer a una persona de la necesidad
del cambio sea un proceso largo y dificultoso.
CREADOR
Visión Teísta del Mundo
La creencia de que existe un Dios fuera
de su creación. Esta idea proviene de
Génesis 1 en la Biblia, y constituye la
base del judaísmo, el cristianismo y el
islam. Existen dos niveles de realidad: el
natural y el sobre- natural; no obstante,
CRIATURA
Dios tiene igual control de ambos.
Dios
uno. Esta postura es sostenida por el
budismo, el hinduismo, y otros varios
sistemas que dependen de ellos. Los
fieles buscan acercarse a la naturaleza y
llegar a ser uno con el universo.
78 Apologética
5. Casos de estudio
5.1 Naturalismo
El Naturalismo es un sistema filosófico que ve el universo como un sistema cerrado en que todo lo
que existe u ocurre lo hace debido a factores causales que operan en su interior. Todo el universo se
compone de objetos naturales que llegaron a existir por causas naturales. Por ello a menudo se asocia
al naturalismo con el materialismo, la visión de que la materia es la realidad última, pero ambas
difieren. El naturalismo y el materialismo son muy frecuentes en las sociedades occidentales.
Entre las preguntas que usted podría querer hacer o los puntos a mencionar a un naturalista se
incluyen:
• La realidad es que los humanos tienen un sentido del bien y el mal y parece existir una
moralidad común entre muchas personas en el mundo. Asimismo, los seres humanos en todo
el mundo dan testimonio de una experiencia religiosa. ¿Puede el naturalismo darle un sentido
a la moralidad y la experiencia religiosa?
• Si los naturalistas están abiertos a los hechos, deben abrirse a la posibilidad de que no todos
ellos son aprovechables o accesibles para los métodos científicos (ej., la experiencia personal
de Dios). La Biblia y la persona de Jesús afirman ponernos en contacto con realidades
metafísicas mayores, y explicar la naturaleza del mundo. ¿No deberían ser evaluadas
también, mediante la lectura y el examen?
• Al ser realmente consecuentes, los naturalistas afirman que no puede haber verdad más allá
del campo de la explicación científica. ¿Puede probarse esta misma afirmación por medio de
evidencia empírica? ¿Cómo puede llegarse a esta presuposición solamente mediante la
observación de fenómenos naturales?
• Una de las consecuencias del naturalismo propiamente tal debe ser con seguridad la negación
de la libertad humana. Después de todo, si cada evento debe ser explicado mediante leyes
naturales deterministas, las decisiones humanas deben explicarse del mismo modo, en cuyo
caso ya no son libres decisiones.
• Otra consecuencia debe ser la falta de sentido o propósito del mundo o el universo.
• El naturalismo asume que al crecer nuestra comprensión del universo, Dios será expulsado de
las brechas en que los cristianos han tratado de situarlo. En realidad, al parecer sucede lo
contrario.
“El hombre es el producto de causas que no habían hecho provisión del fin que
perseguían; el que su origen, sus esperanzas, sus temores, sus amores y creencias no
sean sino el resultado de la confluencia accidental de átomos ... que todas los esfuerzos
de las edades ... estén destinados a la extinción en la vasta muerte del sistema solar ... si
no libre de disputa, son sin embargo tan cercanas a lo cierto que ninguna filosofía que
las rechace puede prevalecer. Sólo bajo el andamiaje de estas verdades, sólo sobre el
firme fundamento de la desesperanza inconmovible puede entonces construirse en
forma segura la habitación del alma.
Bertrand Russell
“En resumen:
1. El cosmos es un volante gigante que da 10.000 revoluciones por minuto.
2. El hombre es una mosca enferma que vuela aturdida en él.
3. La religión es la teoría que dice que el volante fue diseñado y puesto en marcha para
que el hombre se mueva en él”
H.L. Mencken
Unidad 7 79
5.2 Budismo
El budismo comenzó como una secta del hinduismo fundada por Siddhartha Gautama, el
“Buda” (“iluminado”). Al principio sus enseñanzas se restringían a la ética y a ejercicios de
meditación pero más tarde se desarrolló hasta formar un sistema de pensamiento completo. Un
resumen reciente (Colonel H.S. Olcott, 1981) señala que las creencias budistas fundamentales son las
siguientes:
• Los budistas deben demostrar el mismo amor fraternal a todas las personas, sin distinción, y
una benevolencia constante hacia los miembros del reino animal.
• El universo evolucionó, no fue creado, y funciona de acuerdo con la ley, no con el capricho
de algún dios.
• Las verdades sobre las que se funda el budismo tienen carácter natural, y han sido enseñadas
en períodos mundiales sucesivos por ciertos seres iluminados llamados Budas.
• Sakya Muni (es decir, Siddhartha Gautama) enseñó que la ignorancia produce deseo; el deseo
insatisfecho es la causa de volver a nacer, y el nuevo nacimiento causa sufrimiento. Para
deshacerse del sufrimiento, por lo tanto, es necesario destruir la ignorancia.
• La dispersión de la ignorancia puede lograrse mediante la práctica perseverante de un
altruismo exhaustivo en la conducta, el desarrollo de la inteligencia, la sabiduría del
pensamiento, y la destrucción del deseo de placeres personales inferiores.
• Al ser el deseo de vivir la causa de la reencarnación, al extinguirse este, cesan las
reencarnaciones y el individuo perfeccionado logra mediante meditación el máximo estado
de paz denominado nirvana.
• La meditación idónea conduce a la iluminación, o el desarrollo de aquella facultad similar a
la del Buda, que está latente en cada persona.
• La esencia del budismo, según la resumiera el propio Buda es:
cesar en todo pecado,
lograr la virtud,
purificar el corazón
• El universo está sujeto a la causalidad natural conocida como “karma”. Los méritos y
deméritos de un ser en la existencia pasada determinan la condición actual del individuo.
• Los obstáculos para lograr el buen karma pueden ser eliminados mediante la ante un placer
sexual prohibido; (4) No mentir; (5) No ingerir droga o licor intoxicante o estupefaciente
alguno.
El budismo es, en consecuencia, muy distinto al naturalismo. El naturalismo busca comprender,
asimilar y dominar la realidad material, es decir, la realidad tal como se presenta a los sentidos. El
naturalismo tiene un planteamiento científico y lógico. El budismo es esencialmente religioso, y busca
lograr la salvación o liberación mediante ejercicios religiosos, moralidad o experiencia mística. Como
la mayoría de las visiones orientales, el budismo es monista, es decir, sostiene que uno, y sólo un ser o
sustancia (indestructible) existente en el que todas las cosas tienen parte. Toda la realidad es, por
ende, una unidad.
Las siguientes podrían incluirse entre las preguntas que puede hacer a un budista o los puntos
que puede mencionar:
• El budismo presupone que (1) Dios no es personal; (2) Dios no está libre para intervenir en el
orden del mundo y establecer sus propósitos; y (3) Dios no es trascendente y por lo tanto está
sujeto a cambios, en un mundo que se caracteriza por la maldad y corrupción. ¿Está seguro
de querer vivir con un sistema que retrata a Dios de este modo?
• Asimismo, el budismo implica inevitablemente que los seres humanos no tienen valor, tienen
sólo una existencia temporal, y que el cuerpo es un obstáculo para la iluminación y la
realización espirituales. ¿Qué valor existe entonces en la vida y las relaciones más allá del
80 Apologética
hecho de que nos ayudan a lograr otra realidad mejor?
• ¿Es efectivo el budismo? ¿Puedo llegar a ser lo suficientemente bueno para lograr el nirvana?
¿Tiene realmente la intensa concentración mental de la meditación un impacto social o ético
duradero?
• El budismo tiene una distinguida ascendencia que comienza en India alrededor de 500 años
antes de Cristo. Sin embargo, las distintas sectas que le pertenecen están lejos de ser
unánimes en sus doctrinas.
5.3 Nueva Era
Hay un creciente consenso en partes del mundo occidental que afecta a una gran variedad de personas
en general, como asimismo a aquellos en disciplinas académicas. Tiene la convicción de que el mundo
moderno está al borde de lo extraordinario y que nos espera una gran transformación. Puede ver la
evidencia de este pensamiento en las estanterías de las tiendas de comida saludable o al caminar por
las calles más exclusivas de cualquier capital occidental. Se evidencia en el incremento de las técnicas
de meditación, en los seguidores de la astrología, en la proliferación de libros sobre la nueva física, y
en el crecimiento de las religiones orientales.
Quienes postulan la Nueva Era están convencidos de que hemos estado encerrados en la prisión
de lo común y corriente y lo unidimensional, separados de la vitalidad mística del universo, y de que
necesitamos un cambio.
Antes de presentar el movimiento de la Nueva Era cabe mencionar que este está lejos de tener
cohesión. En lugar de ello, es ecléctico y heterogéneo. No obstante, parece tener de hecho cinco
cualidades distintivas.
• Todo es uno (monismo).
Tal como vimos anteriormente, el monismo es la creencia de que todo es uno y que por tanto,
todo está interrelacionado, es interdependiente y compenetrado. En definitiva, no existe
diferencia entre Dios, una persona, una zanahoria, una roca o su almuerzo, sino que todos son
parte de una realidad continua que no tiene límites. Cualquier diferencia aparente no es real.
• Todo es Dios (panteísmo)
Hay sólo un paso del monismo (todo es uno) al panteísmo (todo es Dios). En este caso todas
las cosas: plantas, caracoles, libros, personas, tienen parte en una esencia divina. Dios es
“aquello”, no “él” o incluso “ella”. La realidad fundamental es dios.
• Somos Dios
Nuevamente, el obvio siguiente paso desde el panteísmo es decir que nosotros somos Dios o
dioses encubiertos y que sólo la ignorancia nos impide darnos cuenta de nuestra realidad
divina.
• El camino de iluminación
Nuestro problema es la ignorancia. La cultura occidental ha moldeado nuestra conciencia,
reducido nuestra experiencia y avasallado nuestra metafísica de tal modo que hemos olvidado
nuestra identidad. Necesitamos iluminación y pueden ayudarnos las técnicas que alteran la
conciencia común.
• Todas las religiones son una
Si todas las presuposiciones anteriores fueran ciertas, debemos concluir que todas las
religiones son una y que Jesús, Buda, Krishna, Mahoma y otras grandes figuras religiosas de
la historia habrían enseñado y experimentado la misma unidad. Los distintos dogmas pueden
aparecer y desaparecer, pero la experiencia vital del “dios en nuestro interior” es común por
todo el mundo.
Unidad 7 81
Al hacer que el defensor de la Nueva Era participe, el apologista puede argumentar sobre la
base de fundamentos filosóficos. Entre los temas a mencionar y discutir pueden incluirse los
siguientes:
• Una presuposición implícita de la visión del mundo de la Nueva Era parece ser que las clases
más importantes de conciencia humana no son las de la lógica y la razón. Lo importante es la
experiencia mística o religiosa. Ello implica inevitablemente un relativismo en la moral y el
campo del conocimiento humano. ¿Quiere el partidario de la Nueva Era ser completamente
consecuente y llevar las cosas a una conclusión natural?
• Asimismo, si Dios realmente está sobre el conocimiento e ideas humanos, para ser
consecuentes no podemos hablar con sentido del carácter o naturaleza (de él o ella).
• ¿Realmente quiere experimentar una situación en la que “cada uno tiene su propia verdad, y
la verdad, como realidad objetiva, no existe” (Shirley Maclaine)? Más aún, ¿cree en ello en
términos reales, prácticos y teóricos?
• ¿Es satisfactorio el panteísmo en términos intelectuales y filosóficos?
• ¿Puede la religión de la Nueva Era explicar adecuadamente el problema del mal y el
sufrimiento, y tratarlo? Después de todo, si Dios lo es todo y todo lo abarca, entonces el ser
de Dios debe incluir tanto el bien como el mal, desechando con ello cualquier distinción
entre ambos.
Sin embargo, puede que el apologista descubra que una estrategia más efectiva es realzar las
áreas de dificultad en lugar de las intelectuales. No es que como cristianos no podamos argumentar
que el cristianismo es una explicación mejor de los hechos o un sistema de creencias más coherente;
se trata de que los partidarios de la Nueva Era al parecer reaccionan precisamente ante este tipo de
argumentación racional. Tal vez sea mejor preguntar cuán efectiva es esta visión de mundo de la
Nueva Era y cuán relevante y satisfactoria es para sus adherentes en términos culturales y personales..
Tales preguntas podrían ser:
• Si realmente usted es Dios, ¿cuáles son los beneficios de serlo? ¿Por qué no está exento de la
desdicha, el desempleo, el dolor, el sufrimiento y la muerte?
• ¿Qué esperanzas personales tiene con respecto al futuro?
• Si no existen absolutos morales, ¿qué hará si alguien abusa sexualmente de sus hijos, viola a
su esposa, mata a su esposo, etc? ¿Qué los hace estar equivocados y a usted estar en lo
cierto? ¿Puede funcionar la sociedad si todos somos Dios?
Quizás más que cualquier otra visión de mundo, esta necesita que los cristianos perciban puntos
de contacto y que hablen sobre la palabra de Dios para ese contexto. Alister McGrath entrega un buen
ejemplo al mencionar que los partidarios de la Nueva Era son personas interesadas en la realidad de lo
sobrenatural y por ende, en lo que sucede después de la muerte. Como cristianos contamos con
alguien que murió y regresó para contarlo. Un punto de contacto así puede brindarnos una
oportunidad enorme de predicar el evangelio en forma creativa. Lo más probable es que este sea el
porqué del uso del término “el Hijo del Hombre” en el Evangelio de Juan. El Evangelio de Juan y sus
epístolas pueden proveer en consecuencia una buena base para la presentación del evangelio.
82 Apologética
Ejercicio
1. Lea uno de los siguientes artículos del Evangelical Dictionary of Theology: “Naturalism”,
“Pantheism”, “Panentheism”, “Theism”.
2. Vea una de las películas que se exhiben en el cine. Escoja uno de los personajes principales y
analice su visión del mundo. Resuma los puntos que mencionaría al hablar del evangelio con
alguien que conoce, que tenga la misma visión.
Reflexión
¿Tengo una visión consecuente del mundo o el sistema de ideas que utilizo para considerar las cosas y
tomar decisiones es una mezcla de visiones cristianas y no cristianas de la realidad? ¿En qué áreas
puedo ser más consecuente como cristiano?
Unidad 7 83
UNIDAD 8
Barreras intelectuales
frente a la fe: doctrinas
cristianas
3. Estudios de casos
3.1 La divinidad de Jesús
3.2 La naturaleza exclusiva del cristianismo
84 Apologética
Antes de comenzar….
Cuando considera la palabra “doctrina”, ¿en qué piensa? ¿Tiene la palabra asociaciones positivas o
negativas para usted? ¿Y para sus amigos (cristianos o no)?
1. Doctrina cristiana
Resulta fácil pensar que los teólogos sistemáticos tienen dificultades emocionales o un sentido de
inferioridad muy desarrollado con respecto a su disciplina, el estudio de la doctrina cristiana, y a la
forma en que esta ha sido presentada a la gente común en el pasado. Por otro lado, puede que se trate
simplemente de que sus editores se sienten avergonzados por el producto que se encuentran
publicando y promoviendo. Sin importar la razón, la evidencia de esta impresión es vasta y se
encuentra regularmente en las contratapas de los libros populares sobre doctrina: muestran mucha
apología, o por lo menos la implican. Un par de ejemplos bastará para ilustrar este punto. El primero
proviene del libro de Alister McGrath sobre doctrina básica: Understanding Doctrine [Entender la
doctrina] (London: Hodder & Stoughton, 1990), y el segundo del libro de Peter Jensen: At the Heart
of the Universe [En el centro del Universo] (Homebush: Lancer, 1991).
“Doctrina. La sola palabra produce escalofríos en las espaldas de muchos. Demasiado a
menudo la doctrina parece irreal e insignificante, sin ninguna relevancia para nuestra
experiencia de Dios, y los asuntos prácticos de la vida cotidiana cristiana”.
“Cuando se pronuncia la palabra “doctrina”, comienzan los bostezos. Demasiados cristianos la
consideran algo que sólo debe estudiarse en un instituto teológico, o bien algo árido e
irrelevante”.
Mi opinión es que si los editores y escritores se sienten incómodos, lo están por causa nuestra.
Nosotros, el público cristiano, a menudo parecemos incomodarnos con el ejercicio de estudiar y
definir la doctrina cristiana y a algunos nos incomodan incluso las doctrinas mismas. Esta
incomodidad, sin embargo, se encuentra en contraste directo con la visión de los cristianos del Nuevo
Testamento. A modo de ejemplo, lea el pasaje de 1 Timoteo 4, donde Pablo instruye a Timoteo acerca
de cómo pensar y actuar como una persona que tiene a su cuidado una congregación cristiana:
1
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
2
por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,
3
prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción
de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.
4
Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de
gracias;
5
porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
6
Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras
de la fe y de la buena doctrina que has seguido.7 Desecha las fábulas profanas y de viejas.
Ejercítate para la piedad;
8
porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha,
pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
9
Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos.
10
Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente,
que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
11
Esto manda y enseña.
12
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta,
Unidad 8 85
amor, espíritu, fe y pureza.
13
Entretanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
14
No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de
las manos del presbiterio.
15
Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a
todos.
16
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a
ti mismo y a los que te oyeren.
Note las palabras utilizadas: doctrinas, la fe, la verdad, etc. La palabra “doctrina” significa
“enseñanza” y tal enseñanza es parte esencial de ser cristiano. No debemos incomodarnos con la
doctrina, puesto que la doctrina cristiana es buena (v.6).
Por esta razón, deseo comenzar este capítulo con dos peticiones. Primero, no se sienta incómodo
por la idea de doctrina, y segundo, determine cómo familiarizarse con la doctrina cristiana. Existen
dos buenas formas de hacerlo. La primera sería inscribirse en los temas de esta serie que se refieren a
ella y la segunda, leer un buen libro sobre doctrina cristiana de fácil lectura. Dos libros que vale la
pena leer son At the Heart of the Universe: What Christians Believe, [En el centro del universo: lo
que creen los cristianos] de Peter Jensen, y Know the Truth [Conocer la verdad], de Bruce Milne
(Leicester, IVP, 1992).
86 Apologética
humana y su necesidad de salvación y de una relación con Dios en forma adecuada.
Es posible que algunas de las doctrinas que causen problemas correspondan a:
• La naturaleza exclusiva del cristianismo
• La resurrección
• La creación
• La divinidad de Cristo
• El pecado y la salvación
• Los milagros
2.1 Capacitándose para hablar sobre doctrina
a. La Biblia
Lo primero que necesitamos hacer es prepararnos, y el primer paso para este fin es
conocer exactamente lo que dice la Biblia. No hay atajos en este sentido. Necesitamos
leer la Biblia en forma constante, absorber su visión de Dios y la de sus propósitos.
¿Recuerda a Pablo en 1 Timoteo 4? Instó a Timoteo “ocúpate en la lectura”, lo más
probable debido a que eran las Escrituras las que le permitían estar firme en la doctrina.
Ello se confirma en 2 Timoteo 3, donde Pablo instruye a Timoteo para que se centre en
las Escrituras que ha aprendido desde la infancia, sabiendo que toda Escritura “es útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”.
La segunda habilidad que debe desarrollarse al leer la Biblia es la de utilizar una
concordancia o Biblia con referencias (o la Biblia en un computador, si se es lo
suficientemente afortunado para tenerla). Cualquiera de estas herramientas le permitirá
descubrir lo que señala la Biblia sobre un tema específico.
A modo de ejemplo, si quisiéramos saber lo que dice la Biblia acerca de la divinidad
de Jesús, podría comenzar a pensar dónde he leído versículos que hablen sobre Jesús con
un lenguaje que utilice o lleve implícita su naturaleza divina. Juan 1 viene a la mente. Al
revisar las referencias recíprocas en mi Biblia veo que Juan 1:1 me señala Filipenses 2:6,
mientras que Juan 1:3 indica Colosenses 1:16 y Hebreos 1:2, y Juan 1:14 y 1:18 indican
1 Timoteo 3:16 y Juan 6:46. A su vez, estos versículos poseen referencias recíprocas.
Poco después, y sin dejar mi fuente primaria, la Biblia, he comenzado a formar una
visión bastante completa de cómo la Biblia misma se refiere a la divinidad de Jesús.
b. Fuentes secundarias
El segundo paso es familiarizarse con áreas importantes de la doctrina cristiana. Un buen
libro al cual recurrir, el Evangelical Dictionary of Theology, recomendado en la
introducción a estos apuntes, y del cual se han extraído la mayoría de los ejercicios, sería
una buena inversión. Tiene toda clase de artículos útiles sobre las áreas de la doctrina
cristiana más dificultosas. Otro libro igualmente bueno en esta área es el Nuevo
Diccionario Bíblico (Certeza).
A modo de ejemplo, si necesito encontrar información sobre la naturaleza e
importancia de los milagros, puedo proceder de la siguiente forma. En primer lugar,
podría utilizar una concordancia para revisar palabras como “milagro”, “señal”,
“prodigio”, etc. Una vez hecho esto, podría recurrir al Evangelical Dictionary of
Theology y revisar el artículo sobre “Miracles” (Milagros). Este artículo plantea los
temas de discusión que enfrentamos en el siglo XX, entrega una visión general de la
postura bíblica sobre milagros y una forma de responder a las preguntas al respecto, y
recomienda ciertas lecturas. Una vez hecho este tipo de estudio me encuentro en vías de
estar preparado para defender la visión cristiana sobre lo milagroso.
Unidad 8 87
2.2 Principios sobre cómo dar respuestas a problemas
Existe una serie de principios de los que debemos estar conscientes al hablar a la gente sobre sus
dificultades doctrinales con el cristianismo.
a. Aclarar cuál es el tema
La fe cristiana ha existido por largo tiempo. Se ha mezclado con otros credos, ha sido
modificada por la filosofía, desfigurada por la herejía, y distorsionada por muchos de sus
practicantes bien intencionados. Por esta razón, debemos asegurarnos de que aquellos
con que hablamos interactúen con la perspectiva bíblica del tema. Puede que
simplemente lo vean en forma distorsionada. Es necesario preguntarles qué es, en su
opinión, lo que señalan los cristianos con respecto a este tema en particular. Bien puede
suceder que el argumento se desvíe en esta coyuntura debido a que lo que escucharon
decir a cristianos u otras personas no era en realidad lo que Dios dice y se sienten
satisfechos con el hecho de escuchar la perspectiva de Dios.
b. Reconocer las presuposiciones
Uno de los problemas que encontramos a menudo surge del hecho de llegar a una
situación de diálogo con perspectivas distintas. Ello sucede en una era en que la verdad
se considera relativa, subjetiva, o ambas cosas, y la idea de un punto de referencia
absoluto es a menudo extraña e indeseada. Las personas buscan hablar de lo que sienten
o piensan en lugar de lo que piensa el Dios absoluto. Necesitamos poner las cartas sobre
la mesa y decir que como cristianos creemos que Dios es una persona y que las personas
sólo pueden conocerse si escogen revelarse de alguna manera. Creemos asimismo que
Dios se ha revelado a este mundo en forma completa y final en Jesús, y que los relatos
del Nuevo Testamento son un registro autoritativo de esa revelación. Por tanto, todo lo
que afirmamos como cristianos se basa en quien creemos que es Jesús y en lo que él dice
sobre el mundo. Esta es nuestra presuposición, y no podemos ser cristianos y argumentar
de otra manera.
Al mismo tiempo, es importante que reconozcamos las presuposiciones de otras
personas con que hablamos, hagamos preguntas acerca de ellas y, a lo mejor las
señalemos. Dado que nuestras presuposiciones sustentan nuestros argumentos, también
sus presuposiciones sustentan los suyos. En ocasiones, estas no son conscientes y quienes
las sostienen se sentirían en apuros al saber que es así.
c. Sea honesto acerca del desacuerdo cristiano
Aun cuando los cristianos estén de acuerdo en la presuposición mencionada, es posible
que estemos lejos de poder lograr un acuerdo con respecto a lo que dice la Biblia. Por
ejemplo, los cristianos que están de acuerdo sobre la autoridad de la Biblia están en
desacuerdo en cuestiones éticas (por ejemplo, el segundo matrimonio de personas
divorciadas, el aborto), acerca de la importancia o pertinencia de ciertos temas (como la
importancia del bautismo o de la Santa Cena), e incluso sobre cuestiones doctrinales (por
ejemplo, si Dios aún realiza milagros, si la Biblia misma presenta la idea de una creación
hecha en seis días literales). Si existe un desacuerdo entre cristianos con respecto al tema
en discusión, debemos mencionarlo y declarar al mismo tiempo (1) en que punto del
tema existe acuerdo entre cristianos y (2) nuestra propia comprensión de lo que dice la
Biblia.
Por ejemplo, si hablamos de la idea de la creación, puede que digamos “La Biblia es
clara en mostrar que Dios creó el universo y que ello fue así a partir de la nada pero los
cristianos si difieren acerca del modo en que la Biblia dice que ello fue hecho por Dios.
Algunos piensan que lo creó en seis periodos de 24 horas, otros que la historia del
Génesis debe considerarse como poética en lugar de literal y por ende no ven un
conflicto entre la Biblia y la evolución. Mi propia postura es la siguiente y las siguientes
son mis razones para afirmarla”.
88 Apologética
d. Considere la evidencia bíblica
Una vez establecido los fundamentos debemos pasar a la información pertinente.
Necesitamos explicar en forma sistemática lo que pensamos que afirma la Biblia con
respecto a este tema, dónde lo menciona, y por qué es importante para el pensamiento
cristiano (¡si es así!).
Llegado este punto, puede ser útil señalar las implicancias para la fe cristiana en el
caso de una omisión o distorsión de esta doctrina. Por ejemplo, las implicancias de
desechar nuestra afirmación sobre la naturaleza exclusiva de la fe cristiana son drásticas.
Si la fe cristiana no es el único camino a Dios, entonces la muerte de Jesucristo es
innecesaria, si no una idea blasfema. Es impensable que Dios permitiera que su Hijo
sufriera tal destino sin ser necesario.
e. Corrija cualquier malentendido
Al comienzo de la conversación puede ser evidente que la persona con la que habla ha
malentendido el tema considerablemente. Una vez establecidos los fundamentos, usted
está en posición de señalar las áreas de malentendido, demostrar en qué puntos tal
comprensión difiere de la Biblia y su impacto en la fe cristiana.
f. Si está en aguas demasiado profundas
Si siente que está en aguas demasiado profundas no se sienta incómodo. Admítalo y
sugiera una de varias alternativas: (1) que usted investigará el tema en mayor
profundidad antes de seguir hablando de ello; (2) que hagan lectura conjunta del tema;
(3) que quien pregunta lea ciertos libros que abordan el tema o bien (4) presentar a una
tercera persona que puede ayudar.
Ejercicio
Un amigo suyo tiene problemas con la idea de la resurrección. Utilizando los principios establecidos,
escriba un esquema de respuesta.
3. Estudio de casos
En la siguiente sección, estudiaremos algunos casos. En cada uno, se asume que se ha aclarado el
tema y se han explicitado las presuposiciones.
3.1 La divinidad de Jesús
Había invitado a un amigo del trabajo a una reunión evangelizadora donde el predicador habló sobre
Juan 1. Durante la reunión, el predicador se había referido al hecho de que Jesús era Dios. Hablé
brevemente con mi amigo sobre la charla mientras caminábamos de vuelta a casa después de la
reunión y me dijo que había encontrado la idea sobre la divinidad de Jesús demasiado extraordinaria e
improbable. Estuvimos de acuerdo en que sería mejor discutir el tema extensamente, así es que
decidimos almorzar una semana después. La conversación (después de hablar previamente y de
ordenar la comida) fue algo como esto:
Andrew: Bien, empecemos. Según recuerdo, tu problema con el cristianismo tal como se presentó
en la reunión era que el predicador hizo descansar su caso en la divinidad de Jesús y
encontraste que fue demasiado.
Chris: Sí. De buena gana creo en Dios, pero mi idea de Dios es que es superior a nosotros de
Unidad 8 89
alguna forma y muy separado de nosotros. La idea de que un ser humano sea realmente
Dios parece ser casi blasfema.
Andrew: O. K. Lo único que puedo hacer es revisar la evidencia y ver adónde nos lleva eso. Creo
que lo primero que quisiera decir es que Jesús es sin duda una persona importante que
abordar. Ha tenido más influencia que cualquier persona en la raza humana en los últimos
dos mil años.
Chris: Sí, estaría de acuerdo con eso, si bien hace poco leí algo que ponía a Jesús en tercer lugar
en relación con su influencia sobre la humanidad. Tengo que decir eso sí que no me
convenció mucho el argumento.
Andrew: Así es que no tengo que convencerte de que existió y que fue un gran maestro de moral.
Chris: No. Creo que habría que tener un gran resentimiento o esconder la cabeza en la arena para
sostener una posición como esa. En mi opinión, la evidencia de que existió esa persona y
de que su enseñanza fue muy importante es abrumadora.
Andrew: Bueno, pasemos a lo que dice la Biblia. Sé que tienes cierta reserva con respecto a la
Biblia, pero como te dije antes, tengo que partir por ahí por varias razones. Lo primero que
hay que decir es que el Nuevo Testamento nos dice que Jesús no sólo enseñó grandes
directrices morales. También dijo cosas extraordinarias, la clase de cosas que diría Dios.
Chris: ¿Qué clase de cosas?
Andrew: Bueno, ¿qué clase de cosas crees tu que diría Dios que no puede decir la gente?
Chris: Oh, supongo que Dios puede decir cosas como “Si no haces tal cosa te condenaré para
siempre” o “quiero que pase esto, así es que haré que pase” o “te perdono”, o ...
Andrew: De eso se trata exactamente, Chris; Jesús hizo esa clase de cosas. Hablaba como Dios. Por
ejemplo, afirmó poder perdonar pecados, que el era el único camino para relacionarse con
Dios, que debía ser el foco de la adoración. Se puede decía estas cosas en toda clase de
citas del Nuevo Testamento (le mostré versículos como Mr 2:5; Jn 20:23, 14:6; Lc 19:10;
Mr 10:45; Mt 17:9, 7:21-25).
Chris: Sí, pero cualquiera puede decir cosas, ¿no? Otra cosa distinta es hacerlas.
Andrew: Pero ese es el punto. Jesús hizo la clase de cosas que sólo Dios puede hacer. A lo que me
refiero es que el Nuevo Testamento nos dice que calmó tempestades y controlaba el clima,
que no sólo perdonaba pecados sino que hacía que la gente caminara. Incluso liberó a
personas de su esclavitud a fuerzas demoníacas. En otras palabras, lo que decía iba
respaldado por obras.
No creo que se pueda eludir la fuerza de las palabras y obras de Jesús; son una muestra que
apunta a su divinidad. Y obviamente fue convincente. Sus seguidores reiteran lo anterior y
agregan algunas implicancias de lo que dijo.
Chris: Pero no hay nada sorprendente en eso ¿cierto? O sea, imagina por un momento que Jesús
se equivocó en esa área. Imagina que no era divino aunque el pensaba que era así.
Andrew: Y supongo que tengo que imaginar que esa es una posibilidad. Si Jesús no tenía naturaleza
divina era o bien un impostor, simplemente estaba equivocado, o sufría de un delirio de
grandeza. Pero mi argumento es que esas posibilidades no coinciden con la evidencia. Para
empezar, como dije, sus acciones respaldan sus palabras. No sólo dice o implica tener
naturaleza divina, sino que actúa de acuerdo con ello.
Pero más que eso, no puedo leer el Nuevo Testamento y decir que Jesús era un
impostor, estaba equivocado o alucinaba. Ninguna de estas conclusiones coinciden con la
90 Apologética
clase de persona que es o la calidad de su enseñanza. Me resulta tremendamente difícil, si
no imposible, decir que era el maestro de moral más grande que ha visto la historia y era al
mismo tiempo un impostor.
Chris: Sin embargo, existe la posibilidad ¿no?
Andrew: ¡Sé honesto! ¿cómo puedes estar tan seguro? Sé que has leído algo y escuchado cosas en la
radio y la televisión, pero ¿has leído el Nuevo Testamento alguna vez? Seguro ya es hora
de que dejes de confiar en evidencia de segunda mano y leas uno de los relatos de la vida y
muerte de Jesús y juzgues por ti mismo sus afirmaciones.
Chris: O.K., pero como dije, eso sólo da por sentado lo que queda por probar, ¿no es así? Todavía
debemos hablar de si puedo siquiera confiar en el Nuevo Testamento.
Andrew: Bueno, eso tendrá que esperar hasta otro almuerzo.
De paso, todavía no te he dicho por qué creo que el tema de la divinidad de Jesús es tan
importante. Sucede que si Jesús no tuviera naturaleza divina sería igual a todos nosotros.
Sería una persona que, detrás de todo eso, sería pecadora como nosotros e incapaz de hacer
el bien en forma consistente. Y si este fuera el caso, no podría morir por la condición
pecadora humana. En otras palabras, sería otra parte del problema en lugar de la solución.
Chris: Bueno, creo que simplemente evitaré pensar en ese tema hasta que haya solucionado este.
A propósito, ¿tienes una versión de la Biblia como la que usamos la semana pasada? La
que tengo me la dio mi abuela y creo que es más antigua que ella. No puedo entender el
lenguaje que usa. La que leímos la semana pasada al menos se entendía.
Unidad 8 91
Querido Mohammed:
Muchas gracias por tu carta. Fue excelente tener noticias tuyas nuevamente. Realmente espero verte
de nuevo en camino a la conferencia. Será bueno verte en tu país y conocer cómo es y por ello
conocerte un poco más. También será bueno pasar tiempo tomando café y conversando una vez más.
Extraño los ratos en la cafetería.
En tu última carta mencionaste una “teología cristiana fundamentalista” y las afirmaciones que
las personas de tal persuasión hacen por Jesús, señalando que es el único camino de salvación. No
estoy seguro de que me guste el título de “fundamentalista”, debido a las asociaciones que tiene aquí
y en tu país, pero creo saber a qué te refieres al utilizarlo. Por ejemplo, si quieres decir
fundamentalista en el sentido de apasionarme por mi fe y ser fiel a la Biblia, entonces creo que el
título corresponde.
A pesar de ello, la calificación de “fundamentalista” sí revela algo, ¿no te parece? El
“fundamentalismo”de cualquier tipo es desdeñado en nuestra cultura australiana por ir contra el ideal
de tolerancia. Para el éxito del multiculturalismo la tolerancia debe ser considerada una virtud que se
encuentra por sobre otras virtudes. El peligro es, por supuesto, trasladar la tolerancia del área del
respeto mutuo como personas a la de la verdad y las afirmaciones sobre ella. En el momento en que
sucede se permite que predomine la falsedad. Ninguno de nosotros podría permitir que sucediera en el
área de las matemáticas o de las ciencias empíricas, ¿así es que por qué hacerlo en el ámbito de la
religión? Es así como, del mismo modo que sería correcta la intolerancia hacia la afirmación “No
importa qué respuesta se de a la pregunta 2 + 2 =”, no deberíamos tolerar la afirmación “no importa
qué respuesta se de a la interrogante de cómo es Dios y cómo relacionarse con él”. Puede que quiera
tolerar el derecho de la persona a dar una respuesta incorrecta, pero no estoy seguro de que alguien
quiera encontrarse en una situación en que se tolera la respuesta errónea y por lo tanto se la trata
como verdadera.
En cuanto a la cuestión de la exclusividad, creo que la Biblia es clara. Desde el mismo comienzo
Dios presenta claramente la idea de que existe una forma correcta de relacionarse con Dios y una
equivocada. Por ejemplo, en Génesis 4 Abel se relaciona debidamente con Dios, a diferencia de
Caín,. En el resto de la Biblia otras religiones y otros dioses son desdeñados y considerados falsos y
vacíos. El profeta Isaías es particularmente claro en decir que hay un solo Dios que tiene el derecho
de ser así llamado (ver especialmente Isaías 40-45). En el Nuevo Testamento Jesús no sólo respalda
esta postura sino que él es el único camino para llegar a una relación con el Dios verdadero (Juan
14:6). De igual forma, sus seguidores sostienen que Jesús es el único camino para llegar a Dios, aun
en las culturas más diversas del mundo (ver por ejemplo 1 Tim 2:5).
Lo que digo es que tanto el líder de mi fe como su libro de texto afirman que el cristianismo es
único. Al mismo tiempo, otros me dicen que todas las religiones llevan a Dios y que todas son
igualmente válidas. El que me digan que está bien poner mi fe en Jesús como una forma de
relacionarme con Dios, y al mismo tiempo que él no es fiable en el mismísimo punto en que me
indica cómo relacionarme con Dios es insufrible. Hace poco di con una cita de un tipo llamado
Alister McGrath. El lo describió muy bien.
“El pluralismo es mortalmente vulnerable a la acusación de que llega a un ajuste entre el
cristianismo y otras tradiciones religiosas al descartar conscientemente cada una de las doctrinas
cristianas que se piensa le confieren su identidad y la preservan (por no mencionar las libertades
reduccionistas que se han tomado con otras tradiciones religiosas). El cristianismo, que es
homogéneo según se declara con respecto a todas las demás “religiones superiores” no sería
reconocible como tal para la mayoría de sus adherentes ... [sería] una parodia y caricatura de
esta fe viva que se basaría en las presuposiciones y la agenda del liberalismo occidental en lugar
de la autorrevelación divina, la cual es asociada a otras versiones reducidas en términos
teológicos y homogeneizadas de otras religiones existentes”.
El punto es que es imposible reducir el cristianismo al nivel de “una de las formas de relacionarse con
Dios” sin extraer su esencia. En el corazón del cristianismo está la afirmación de que sólo la muerte
de Jesús puede traernos a una relación con el Dios santo.
92 Apologética
Supongo que el otro problema que tengo con la postura que hace del cristianismo una de muchas
formas de llegar a Dios es la que mencioné hace algunos párrafos. El peligro de esa postura es que
equivale a decir que lo realmente importante es la “fe” que ponemos en uso en lugar del objeto de la
fe. Me parece que al hacerlo nos hemos unido al subjetivismo de nuestra época y echado la verdad
objetiva por la ventana. En su versión extrema, la postura termina por decir que se debe creer en algo,
pero que no importa en qué se cree. Siempre que sea satisfactorio a nivel personal y no antisocial,
está bien. Tal postura ha hecho de nosotros o nuestra necesidad de integración social un dios.
De cualquier modo, creo que tendremos más tiempo de discutir todo esto cuando nos veamos,
¡aunque espero no pasar todo nuestro tiempo hablando de teología! Estoy seguro que habrá montones
de otras cosas por hacer cuando llegue de visita. Agregué mi itinerario y horarios de vuelo. Gracias
por aceptar recogerme en el aeropuerto y permitir que me quede contigo. Por favor hazme saber si
hay algo que pueda llevarte de aquí.
Saludos,
Andrew
Ejercicio
1. Leer los artículos sobre “Milagros”, “Creación”, “Evolución” y “Resurrección de Cristo” en el
Diccionario Evangélico de Teología.
2. Tiene un amigo que tiene grandes problemas para entender la doctrina de la Trinidad. Escriba los
pasos que tomaría para hablar sobre el tema con su amigo y qué clase de cosas le diría.
Reflexión
Unidad 8 93
UNIDAD 9
Barreras personales
frente a la fe
3. Estudio de casos
3.1 “El cristianismo ahoga la libertad personal”
3.2 “¡No se necesita ser cristiano para ser bueno!
94 Apologética
Antes de comenzar….
”Ha estado hablando largo tiempo con su amigo Matías acerca del evangelio. El conoce el contenido
del evangelio y usted ha respondido a la mayoría de sus inquietudes teológicas. Un día Matías le dice:
“Mira, si tengo que ser honesto, mis principales razones para no ser cristiano no son cuestiones sobre
la verdad, sino asuntos personales. Simplemente tengo temor de llegar a ser cristiano porque eso va a
destruir mi estilo de vida actual y no estoy seguro de estar listo para eso”. ¿Cómo respondería a lo
anterior?
1. Problemas personales
Al comienzo de este curso de apologética, al explorar nuestra tarea y elaborar un procedimiento, dije
que le había preguntado a un grupo de cristianos que estaban ansiosos de compartir la fe cuáles eran
las principales barreras que se oponían a que sus amigos aceptaran la fe. Luego noté que la lista era
sorprendente debido al número de barreras que no tenían carácter intelectual ni doctrinal, sino que se
basaban en prejuicios muy arraigados.
El punto es que todos tenemos cierto trasfondo, prejuicios y predisposiciones, y todas estas cosas
nos moldean y conforman nuestras actitudes. Un ejemplo puede ayudarnos a entender el problema.
Al escribir esta unidad me encuentro en una ciudad ubicada a miles de kilómetros y dólares de mi
familia y amigos de los últimos veinte años. Luego de uno o dos meses de establecernos en nuestro
nuevo ambiente, recordé que mi mejor amigo de la infancia también se había establecido en esta
ciudad. Al menos, eso había oído. Ambos habíamos pasado la niñez en el mismo lugar en el
extranjero pero nos separamos hace unos veinticinco años, cuando mis padres me enviaron a un
internado en Australia.
Un día, por la sola diversión, decidí tratar de encontrarlo. Su nombre era inusual y sólo había
una persona con su inicial en el directorio, así es que levanté el fono, llamé, y algo incómodo expliqué
que estaba tratando de ubicar a un amigo de la niñez. Sucedió que, con sólo una llamada, logré
contactar a este amigo, y al hablar descubrí que estaba tan entusiasmado e interesado como yo en que
nos encontráramos, recordáramos viejos tiempos, descubriéramos qué había pasado en los últimos
veinticinco años, y también en que nos conociéramos de nuevo.
Un par de noches atrás mi amigo llamó y planificamos reunirnos en un par de semanas. Ahora, al
pensar en esa reunión me pregunto como irá todo. Veinticinco años es mucho tiempo. Éramos niños y
ahora estamos casados y con hijos; ninguno de los dos era cristiano (y él no parece serlo ahora),
nuestros trasfondos ya eran distintos en ese entonces y nuestra experiencia de vida ha sido
completamente distinta. ¿Cuál fue su experiencia en la vida? ¿Qué pensará de mí, un pastor
anglicano? ¿Podremos comunicarnos y llevarnos bien nuevamente?
El punto es que mi amigo será muy distinto a la persona que conocí, como yo seré muy
distinto a la que conoció él. Seguramente ambos hemos cambiado. Lo que hemos sido y
experimentado nos habrá hecho personas muy distintas. Nuestras experiencias de vida han tenido su
efecto sobre nuestras percepciones, actitudes, amistades, presuposiciones. Al hablar al amigo que
reencontré tendré que pasar tiempo conociéndolo de nuevo. Estoy seguro de que al hablar
gradualmente llegaremos a conocer la visión que el otro tiene del mundo y confrontaremos
diferencias e incluso prejuicios. Después de todo, en eso consiste ser humano.
En el área de apologética, esta es la situación en que nos encontramos continuamente. Las
personas con las que hablamos han sido moldeadas por su experiencia de vida. No están en nuestra
situación; a menudo tienen prejuicios contra aquello que defendemos. Si hemos de cambiar su
opinión necesitamos estar preparados para descubrir su situación y cuestionar su postura con
Unidad 9 95
sensibilidad, al tiempo que les permitimos hacer lo mismo con la nuestra.
Esta es la tarea de este capítulo: revisar la interrogante sobre cómo dirigirnos a personas que estas
predispuestas a no darle una oportunidad al cristianismo por una variedad de razones personales. Al
dedicarnos a revisar las barreras personales ante la fe, utilizaremos el mismo enfoque que en las dos
unidades anteriores. Presentaremos un marco general para abordar el diálogo con las personas, y
luego revisaremos modelos de respuestas específicas o casos de estudio.
96 Apologética
La segunda fuente de información a este respecto son los pasajes que enseñan en forma
directa sobre la forma de trato. Entre tales pasajes se incluyen Gálatas 6:1-10; Colosenses 4:2-6;
1 Tesalonicenses 5:12-15; Santiago 3, etc.
2.3 Pautas para responder
Existen diversas pautas que se deben tener en cuenta al conversar sobre barreras personales en cuanto
al cristianismo.
a. Reconozca cuando el problema es real y libre de errores.
¿Cuántas veces ha escuchado en la radio a un periodista que trata de obligar a un político a
aclarar su posición sobre algún aspecto embarazoso de una política de gobierno sólo para
escuchar que la persona evade la pregunta o pretende que no se ha hecho? No debemos hacer
esto. Cuando el problema es real, debemos ser honestos y admitirlo. Por ejemplo, no tiene
caso desechar una crítica diciendo que los cristianos han sido hipócritas frecuentemente y
que a menudo han tenido una moralidad peor que la de quienes los rodeaban, para luego
desechar el problema. En lugar de ello, debemos reconocer que se trata de un problema y
proseguir a explicar por qué no hace que el evangelio sea inaplicable o que las afirmaciones
de Cristo no tengan valor.
Cuando aquellos con quienes hablamos nos dicen que no pueden hacerse cristianos
debido a las exigencias que Cristo hace a sus vidas o por las cosas que tendrán que
abandonar, debemos reconocer la verdad de ese problema (Jesús sí hace demandas
consideradas fuertes y prohibitivas por los demás) antes de explicar por qué vale la pena
aceptarlas.
b. Muestre comprensión cuando sea posible
En otras palabras, nuestro objetivo debe ser identificarnos con las personas con las que
hablamos si ello es posible de alguna manera. Por ejemplo, piense en nuestro amigo de
comienzos de la unidad que dijo: “Mira, si tengo que ser honesto las razones principales para
no llegar a ser cristiano no tienen que ver con la verdad, sino con cuestiones personales.
Simplemente tengo temor de ser cristiano porque ello destruirá mi actual estilo de vida, y no
estoy seguro de estar listo para ello”. A modo de respuesta puede decir algo como “Sí,
entiendo como te sientes. Antes de ser cristiano yo estuve viviendo con alguien por bastante
tiempo. Estábamos profundamente enamorados y yo sabía que la Biblia estaba contra el sexo
prematrimonial. Tenía terror de que llegar a ser cristiano significara el fin de esa relación. Al
final me di cuenta de que estaba abordando todo el problema desde un punto de vista
equivocado ... ”
Si realmente no puede identificarse con sus emociones o su situación porque no la ha
vivido, al menos exprese su comprensión basada en la condición humana en común. En este
caso puede decir algo como: “Puedo entender lo que dice y cómo se siente, pero hay otra
forma de ver el problema ...”
c. Cuestione las suposiciones incorrectas
Nuestro primer principio al responder a las personas, si lo recuerda, es que debemos
reconocer cuando sus problemas con el cristianismo son correctos. Aquí damos un paso más
y cuestionamos cualquier suposición incorrecta en su postura. Por ejemplo, pueden tener la
opinión muy común de que no es posible una certeza absoluta con respecto al evangelio, tal
como no es posible la certeza absoluta en ningún área de la vida. Pueden estar implícitas una
serie de otras suposiciones; una de ellas, que no existe la verdad absoluta. En este caso, se
trata de un problema intelectual que requiere una oposición amable puesto que impedirá un
acercamiento a la verdad en general, y al evangelio en particular.
Otro ejemplo puede ser el de la persona que se rehusa a ser cristiana debido a las
restricciones a la libertad personal que el cristianismo parece imponer. Una suposición
incorrecta podría estar asociada a las definiciones de libertad o con una percepción incorrecta
Unidad 9 97
de la fe cristiana relacionada con el legalismo y la revisión del comportamiento. En este
punto comenzamos a pasar a la próxima área.
d. Corrija la comprensión errónea acerca de la fe y práctica cristianas
Nuestra última unidad abordó los problemas de la doctrina cristiana. Detrás de muchas de las
objeciones personales a la fe cristiana se encuentra una comprensión errónea arraigada de la
fe y práctica cristiana. Por ejemplo, al tiempo que podemos reconocer que los cristianos son
a menudo hipócritas y que tal hipocresía deshonra a Dios y no debería existir, debemos dejar
en claro asimismo que la fe cristiana no afirma que la gente tendrá un comportamiento
perfecto.
Una forma de descubrir si existe una comprensión errónea a este respecto es pedirle a las
personas que expliquen en qué creen que consiste el cristianismo. Si le preguntáramos a la
persona del ejemplo anterior, la respuesta podría ser: “Creo que el cristianismo es
básicamente un código de conducta moral, trata de guardar los diez mandamientos y/o seguir
las enseñanzas de Jesús como las entregadas en el Sermón del Monte”. Si esta es la visión
del cristianismo de nuestro amigo, es más fácil comprender las barreras personales ante la fe
cristiana y el trabajo de corregir su comprensión se hace más fácil.
e. Utilice la doctrina cristiana
Si bien los problemas personales son distintos a los doctrinales, a menudo Dios tiene algo
que decir al respecto, puesto que frecuentemente son comunes a todos los humanos de todas
las edades. Por esta razón, a menudo será necesario que traigamos a colación las doctrinas o
actitudes cristianas. Por ejemplo, aquellos que creen que no son lo suficientemente buenos
porque lo que han hecho es tan malo que Dios no podría aceptarlos, necesitan que se les diga
que si bien tienen razón en pensar que Dios odia el pecado y que este separa a las personas
de Dios, es por esta razón que Dios envió a su Hijo a morir. Podemos plantear el tema
explicando la doctrina cristiana de la gracia de Dios, además de considerar los ejemplos de
personas que experimentaron la gracia de Dios en Cristo. Así podríamos considerar a gente
como Pablo, quien afirmaba que el acto de perdón de Dios hacia él, el primero de los
pecadores, fue un ejemplo de cómo quiere actuar Dios con todas las personas (ver
1 Ti 1:12-17).
Puede que las personas apáticas necesiten que se les diga que la Biblia es clara en señalar
que el descuido no es excusa y que es urgente la decisión por Jesús por la posibilidad de su
propia muerte y/o del regreso de Jesús. Por otro lado puede que necesiten que se les diga que
Dios es su Creador y que son responsables ante él. Si bien son indiferentes hacia él, él no lo
es hacia ellos. El conoce su desesperada situación sin Cristo y por esta razón mandó a Jesús
como expiación por sus pecados. El dar una explicación de Dios como Padre del hijo pródigo
puede ayudarles a comprender la gran compasión y generosidad de Dios, a pesar de su apatía
hacia él (Lc 15:11-32).
f. Aclare el punto
Finalmente es necesario aclarar el punto señalando que, sin importar cuán profundamente se
sienta el problema, la cuestión en juego no es el problema mismo, sino la veracidad del
cristianismo como creencia. El foco debe alejarse del problema personal hacia la persona y
obra de Jesús. De modo que, después de tratar de identificarnos con aquellos que están
molestos con Dios por no contestar él a sus oraciones, y después de explicar lo que la Biblia
tiene que decir sobre el tema, necesitamos señalar que es un error centrarse en la respuesta a
las oraciones, y pasar al tema de la identidad de Jesús y si son o no ciertas sus afirmaciones.
98 Apologética
PAUTAS PARA RESPONDER
Ejercicio
Utilizando los principios que acabamos de enumerar, intente escribir una respuesta a la objeción “Soy
de otra fe y si me convierto en cristiano mi familia me perseguirá, me negará, desheredará o echará de
la casa”.
3. Estudio de casos
3.1 “El cristianismo ahoga la libertad personal”
a. Reconozca cuando el problema es real y libre de errores
El primer paso al contestar a esta objeción podría ser afirmar que en ciertos momentos los
cristianos han impuesto sobre otros restricciones que ahogan su libertad personal. Por
ejemplo, al parecer los cristianos de todas las culturas crean listas de lo debido y lo indebido
que nada tienen que ver con la fe cristiana: ej, actitudes hacia los cortes de cabello, vestuario,
el cigarrillo o el alcohol.
Sin embargo, es importante comprender qué queremos decir al hablar de libertad. Esta
puede definirse de distintas formas: puede significar la libertad de hacer cualquier cosa en
absoluto. Si es a ello a lo que se refieren al decir que el cristianismo ahoga la libertad, su
afirmación probablemente es correcta. Los cristianos creen en verdad que ciertas actividades
ya no son permisibles para ellos. Al sostener esto, siguen la fe cristiana. Hacer de Jesús el
Señor y Dios propio implica cumplir lo que él dice, y puede que ello parezca ahogar la
libertad personal.
Unidad 9 99
b. Corrija las suposiciones y/o comprensión erróneas sobre la fe y práctica cristianas
Por otro lado, si se utiliza la libertad en el sentido de ser libre para tomar opciones y
decisiones propias, y se piensa que el cristianismo ahoga esta libertad, necesitamos corregir
esta visión. Dios siempre les ha permitido este tipo de libertad a los seres humanos. De
hecho, la Biblia deja en claro que la razón de que el mundo esté en este estado es el hecho de
que Dios dio a los humanos este tipo de libertad. Nos a dado la libertad de estropear las
cosas. Esta clase de libertad es parte integral de lo que significa ser humano (ej. Gn 2-3).
Asimismo podríamos señalar que es extraño pensar que el cristianismo es enemigo de la
libertad como idea, puesto que los cristianos frecuentemente han sido los primeros en trabajar
por la libertad y liberación en la sociedad y el mundo. Por ejemplo, los cristianos estuvieron
entre los primeros en trabajar por la abolición de la esclavitud en Inglaterra, y son
importantes para el liderazgo de muchas organizaciones que trabajan por la liberación de la
opresión. Los cristianos han abogado en numerosas oportunidades y de distintas formas por
los pobres, los prisioneros, y por los desprivilegiados.
Uno de los problemas con nuestro deseo de libertad es que lleva implícitas algunas
suposiciones no escritas. Por ejemplo, demuestra que queremos ser nuestro propio jefe, llevar
nuestras vidas a nuestra manera, sin la intervención de Dios. Es este deseo de ser
independientes de Dios el que subyace en todos los problemas humanos y que la Biblia llama
“pecado”.
c. Utilice la doctrina cristiana
Jesús nos habla de una libertad que tiene sentido. El estaba consciente de que existía una
norma ética dada por Dios y forjó su vida en torno a ella. Su objetivo en la vida era hacer lo
que complacía a Dios. Como resultado fue libre para ser altruista, generoso y centrarse en los
demás, una libertad que no tenemos si escogemos ser el centro y foco de nuestras acciones.
Fueron esta generosidad y entrega personal las que le permitieron lograr el perdón para
nosotros en la cruz.
El cristianismo sigue a Jesús. Reconoce que hay un Dios y que él nos ha dado las pautas
para la acción en nuestro mundo. Estas se basan en la naturaleza y carácter de Dios: un Dios
que es generoso y que siempre tiene nuestro bien en mente. Sin embargo, el cristianismo no
consiste en un legalismo y en leyes frías. Se trata de una relación. Se trata de relacionarse con
Jesús y permitir que él sea el modelo de nuestra relación con Dios y los demás. La única
libertad que ahoga el cristianismo es la libertad de ser libre de Dios y de su cuidado y
preocupación, y de ser libres para lastimarnos a nosotros mismos y a otras personas por
nuestro egocentrismo.
d. Aclare el punto
Podemos concluir señalando que al hablar de libertad, hay un punto importante en juego. La
cuestión es si queremos o no hacer valer nuestra independencia de Dios. Al hacerlo, nos
encontramos en la situación que Dios llama “pecado” y nos enfrentamos a su juicio. Ello
hace algo importante del tema de la libertad y es por ello que debemos trasladar el enfoque a
Jesús. El murió porque todos nosotros, invariablemente, queremos afirmar nuestra
independencia. Así es que el foco de nuestra reflexión sobre Dios debe estar en Jesús, en su
identidad, sus obras y su razón para ellas.
3.2 “No se necesita ser cristiano para ser bueno”
Hace poco me dirigía a una entrevista con una familia en la que la esposa había estado estudiando las
afirmaciones de Jesús y había llegado a convencerse de que Cristo era el Hijo de Dios y que ella debía
arrepentirse y creer en él. Una consecuencia de esta convicción fue que quería que sus hijos crecieran
conociendo al Señor, y como muestra de su voluntad quería traer a los niños a bautizarse. Después de
hablar con ella, acordé ir a hablar con ella y su marido acerca del tema.
Descubrí que su marido era un doctor que había estado leyendo mucho sobre un colega famoso
100 Apologética
que había hecho mucho en Australia para aliviar de cierta dolencia a la gente. Su trabajo había sido
extraordinario., a menudo sacrificado, y con frecuencia no reconocido. Al mismo tiempo, este
hombre había sido bastante duro en su rechazo a la fe cristiana. El esposo no veía con buenos ojos la
nueva fe de su esposa y a menudo encontraba argumentos en contra de esta fe. Su reacción al libro
que acababa de leer era decirle “Sucede que no hay que ser cristiano para ser bueno”.
Al día siguiente comencé a preguntarme cuál era el significado de aquella pregunta y cómo
podría responder, dada la oportunidad. Una visión general de una respuesta podría ser la siguiente:
a. Reconozca cuando el problema es real y libre de errores
Lo primero que diría es que a nivel superficial es correcta la aserción de que “No se necesita
ser cristiano para ser bueno”. Si tomamos el criterio que nos entrega la para el bien de otras
personas, una persona amable, generosa, que salva vidas en lugar de quitarlas, etc), entonces
hay muchas personas “buenas” y la “bondad” está lejos de restringirse al pueblo cristiano.
Estoy conociendo gente “buena” todo el tiempo. Ellos no me roban, me ayudan, vigilan la
casa y riegan el césped cuando no estoy, y son buenos vecinos.
b. Cuestione las suposiciones y corrija los errores
Sin embargo, existen varios problemas con la afirmación de que no se necesita ser cristiano
para ser buena persona. La primera es la suposición de que el cristianismo consiste en ser
bueno. Ciertamente que Dios quiere que amemos a nuestro prójimo y hacer el “bien” a otras
personas pero no es posible definir un cristiano como una “buena” persona. Un cristiano es
alguien que cree en Jesús.
El segundo problema con dicha afirmación es la definición de bondad. Si creo en Dios,
el criterio que utilizo para definir bondad debe provenir de Dios y es él quien mide la bondad
tanto por los motivos como por las obras, por pensamiento como por acción. Así es que
puedo ser bueno externamente (ej. no cometo adulterio) pero malo internamente (ej.
Constantemente envidio a otras personas). Por otro lado, puedo ser bueno en el exterior (ej.
llevo a cabo actos de benevolencia), pero utilizo esos actos como una forma de decir que no
necesito a Dios o que Dios me debe algo porque soy tan bueno. En este caso utilizo la
bondad para hacer valer mi independencia de Dios, de modo que mi bondad está viciada por
mi propia maldad.
c. Utilice la doctrina cristiana
Puede ser útil pasar de la idea de bondad a la de justicia. La visión bíblica es que Dios no
busca “bondad” tal como la definimos, sino “justicia”. En la Biblia, la palabra justicia se
asocia a una relación. Ser justo a los ojos de Dios es estar en la relación justa con él, es decir,
depender de él como Creador y Señor. El problema es que a nosotros los seres humanos
nunca nos ha agradado esta idea. Siempre hemos querido ser nuestros propios legisladores,
independientes de Dios. Queremos hacer nuestras cosas, a nuestro modo, sin Dios. Por ende,
no estamos en una relación de justicia con Dios. Lo que Dios hace en Jesús es: (1) enviar a
su Hijo a vivir una vida de perfecta obediencia y dependencia (a diferencia nuestra) y (2)
permite que su Hijo muera en lugar nuestro por nuestra independencia y rebelión, y por ende
nos libera de culpa ante Dios. Los cristianos son aquellos que aceptan la muerte de Jesús
como una muerte sufrida por causa de ellos. Por ello dependen de Jesús y son restaurados a
una relación recta con Dios, mediante Cristo. Ellos son justos.
Entonces, los cristianos no son fundamentalmente “buenas” personas, sino personas
“justas”. Bien puede que sea así puesto que están agradecidos a Dios y Jesús por su
salvación, hacen el “bien”, imitan a Jesús al tener el bien de los demás en mente, ser
generosos con otros como Dios ha sido generoso con ellos, amar a Dios como él los ha
amado, etc. Pero el hacer esto no los hace cristianos.
Unidad 9 101
d. Aclare el punto
Ve el punto, ¿no es así? Si bien pienso que es excelente que existan “buenas” personas, Dios
se preocupa mayormente de las personas “justas”; existe una sola forma de ser y ella consiste
en confiar en que la muerte de Jesús fue por causa de usted. Jesús es el único camino para
relacionarse con Dios, y esto es lo que Dios persigue: una relación con nosotros.
Ejercicio
1. Lea uno de los siguientes artículos en el Evangelical Dictionary of Theology: “Good, the Good,
Goodness”, “Assurance”, “Sin”, “Prayer”.
2. Lea Gálatas 6:1-10; Colosenses 4:2-6; 1 Tesalonicenses 5:12-15 y Santiago 3. Haga una lista de
los principios entregados en estos pasajes que pueden ayudarnos con la forma de hablar con
personas sobre sus objeciones personales a la fe cristiana.
Reflexión
¿Cómo trato a las personas cuando hablo con ellas? ¿Trato de someterlas de un golpe? ¿Se trata de
computadoras, máquinas o vehículos para demostrar mi pericia apologética/evangelízadora? ¿Los
trato como me trata Jesús? ¿Mis palabras sobre el evangelio tienen el respaldo de mis acciones hacia
ellos?
102 Apologética
UNIDAD 10
La apologética
en acción
2. Apologética y diálogo
3. Apologética Creativa
Unidad 10 103
Antes de comenzar...
Piense en la charla evangelizadora más efectiva que ha escuchado. Anote por qué cree que fue
efectiva.
104 Apologética
¿Es efectivo esto en la práctica? Ello da lugar a dos formas de predicación evangelizadora
moderna: la que ocurre entre aquellos que por su cultura comparten una herencia común de confianza
en la Biblia, y la que ocurre entre quienes no la conocen en absoluto y no tienen una herencia común
de confianza en ella. A modo de ejemplo, a menudo me encuentro predicando en contextos en que
simplemente explico lo que la Biblia dice de hecho. Esta esa una gran manera de evangelizar,
especialmente entre personas con trasfondo de iglesia o bien que tienen un respeto por la Biblia.
Por otro lado, también me encuentro hablando constantemente sobre temas como “Cristo y ... el
matrimonio, la carrera, el sexo, el futuro”, etc. Estas charlas a menudo van dirigidas a completos
extraños que sienten curiosidad acerca de lo que los cristianos realmente dicen y si es o no aplicable a
la gente de hoy. Si bien estas charlas están totalmente saturadas de la perspectiva bíblica y por ende de
la perspectiva divina del tema, no siempre se cita la Biblia explícitamente. En realidad a veces hago lo
que veo que Pablo hace en su predicación de los Hechos: a menudo me aprovecho de la literatura y
cultura de las personas a las que me dirijo, cuando ello respalda o afirma la visión bíblica del mundo.
1.2 La Epístola a los Hebreos
Su autor llama “palabra de exhortación” a la Epístola a los Hebreos (He 13:22). Es por ello una suerte
de carta predicada, escrita probablemente a los judíos-cristianos que estaban bajo la tentación de
volver a confiar en su antigua manera de pensar; es decir, habían llegado a una nueva comprensión del
mundo que tenía a Jesús como centro, pero ahora pensaban que una visión del mundo centrada en el
templo y los sacrificios podría ser correcta después de todo. Estos cristianos estaban, de este modo, en
la misma posición que muchos cristianos a lo largo de los siglos: tenían dudas acerca de la validez o
alcance de su nueva fe y buscaban ya fuera abandonarla o complementarla. Quien escribe a los
Hebreos se dio cuenta de que ambas acciones equivalían a desechar su fe completamente.
No es difícil imaginar la situación: Aquí está un grupo de judíos criado en dicha fe. Esta se
asociaba a las grandes figuras de la Biblia: Abraham, Moisés, Josué, David, y los profetas. Se
centraba en el ideal de Jerusalén, la ciudad del verdadero y único Dios y en el templo que simbolizaba
la presencia de Dios con su pueblo. Era una fe muy tangible, que apelaba mucho a los sentidos y
emociones. Había sacerdotes, música, sacrificios, sangre, grandeza, oraciones, devoción y reverencia.
Entonces, de súbito oyeron sobre Jesús. El mensaje parecía cierto: cumplía con todas las promesas del
Antiguo Testamento. Jesús mismo parecía estar en lo correcto: llegó con grandes obras, signos,
prodigios, una resurrección y el derramamiento espectacular del Espíritu Santo.
Luego estaba el otro lado. Creer en Jesús estaba lejos de ser tan tangible como el sistema de
adoración centrado en el templo. Además, la nación no estaba de acuerdo con las afirmaciones
cristianas; la mayoría de los líderes religiosos no habían adoptado esta manera de pensar, el
cristianismo alcanzaba de prisa a los gentiles y se tornaba cada vez menos judío, y Jesús no había
regresado como se esperaba. Al comienzo les parecía a los judíos cristianos que era posible conciliar
Jesús y el templo (es decir, el judaísmo), pero ahora parecía cada vez más que debería ser “o bien
Jesús o el templo”.
En la carta a los Hebreos, entonces, la tarea del escritor/predicador está dirigida por ende a los
miembros de la iglesia. El documento consiste en (1) escuchar sus dudas y reservas; (2) analizar el
problema real; (3) explicar lo que dice el evangelio acerca del problema; (4) reforzar la idea de que el
evangelio es el único camino posible y (5) demostrar las implicancias de proceder de cualquier otro
modo. Su planteamiento consiste en tomar las escrituras que dicen relación con el tema y explicarlas a
las personas a quienes les ministra.
Puede argumentarse sólidamente que muchas de las epístolas del Nuevo Testamento son
similares a la de los Hebreos puesto que su enfoque es apologético, al aplicar el evangelio a
problemas específicos en ciertas congregaciones. Mucha de la predicación evangélica es sistemática y
expositiva: es decir, obra por medio de libros particulares de la Biblia y explica su significado en el
contexto original y su aplicación para el contexto actual. Este enfoque es apropiado y correcto; sin
embargo, la naturaleza de las Epístolas del Nuevo Testamento muestra otro estilo de predicación. Este
Unidad 10 105
estilo sigue siendo expositivo. Sin embargo, su foco no es dictado por lo que sigue en el libro en
particular que se estudia, sino por los temas que es necesario sean abordados en la congregación, y
qué pasajes podrían abordar estos temas en forma adecuada.
A modo de ejemplo, cuando trabajé como capellán universitario tenía una meta permanente en la
primera serie de charlas expositivas que daba en el campus cada año. Esta surgió de mi impresión de
que muchos de los estudiantes cristianos que llegaban a la universidad eran legalistas en su enfoque
de la fe cristiana. Mi objetivo era explicar las doctrinas de la gracia y la justificación. Por esta razón
mi primer grupo de exposiciones de cada año era siempre en un libro de la Biblia, o parte de él que
enfatizara la gracia de Dios y la justificación por gracia mediante la fe (ej. Romanos, Gálatas, algunos
pasajes de los Evangelios, etc). Asimismo siempre dejaba un espacio libre al final de cualquier
programa de predicación expositiva de modo de poder tratar temas que como pastor creía necesarios,
o que los estudiantes me habían planteado. En un semestre pasamos una semana examinando la
doctrina de la Trinidad, mientras que en otra tratamos el tema de la predestinación y el libre albedrío.
2. Apologética y diálogo
El diccionario define “diálogo” de varias formas. Puede entenderse como:
• una conversación entre dos o más personas
• un intercambio de ideas u opiniones sobre un tema en particular
• (especialmente en la diplomacia) un estado de comunicación entre partidos, países, etc., en
que la buena voluntad prudente puede llevar a acuerdos formales.
Estas definiciones nos ayudan a comprender lo que hacemos al dedicarnos a la apologética. La
apologética, ya sea escrita u oral, implica la existencia de otra parte con la que tenemos una
conversación. Estamos defendiendo la fe ante una crítica conocida o intentando derribar una barrera
expresada ante ella. Ahora, si bien puede haber ocasiones en que hablamos o escribimos sin anticipar
o, incluso, permitir un diálogo, la mayor parte de las veces la apologética no sucede así. La mayor
parte de la apologética tiene lugar en el diálogo. La mayor parte consiste en consecuencia en una
conversación (por oposición al monólogo o al mensaje de la predicación), un intercambio de ideas
(por oposición a una presentación de ideas unilateral), con una actitud de buena voluntad cauta (en
lugar de que alguno de los dos lados exija la aprobación de su postura antes de que pueda comenzar el
diálogo), lo que esperamos conducirá a un acuerdo de parte de aquellos con quienes dialogamos.
En 1993 el mundo vio uno de los ejemplos más espectaculares de diálogo en acción: las
conversaciones de paz entre la Organización para la Liberación de Palestina y el estado de Israel.
Imagínense el esfuerzo que debe haber conllevado el hacer que ambas partes se reunieran en un
mismo lugar, sin pensar en lograr que llegaran a un acuerdo que mantuviera satisfechas a ambas
partes. Estas son las habilidades que debemos fomentar como parte de la apologética: mantenernos
fieles al evangelio, escuchar a la otra parte y responder con gentileza, de modo que la conversación
continúe y (según esperamos) se alcance un acuerdo. Tal como en el diálogo entre la OLP e Israel, no
existen garantías de éxito, y nos damos cuenta de que cualquier éxito que logremos debe darse
asumiendo que no debemos abandonar nuestra creencia fundamental en el evangelio. Sin embargo, el
diálogo asegura una posibilidad de éxito mayor que las demás opciones (lanzar bombas el uno al otro
desde cierta distancia).
3. Apologética creativa
Tengo un amigo que es muy buen evangelista y estudiante. En cierto año se sintió frustrado por no
haber participado en un número de conversaciones suficientes con no cristianos en el campus, por lo
que pintó con colores vivos una polera con las palabras “Las buenas personas asquean a Dios” en
frente. Cuando las conversaciones escaseaban, se sacaba el cortavientos, iba de paseo a la cafetería y
esperaba que se dirigieran a él. Las conversaciones apologéticas eran inevitables en cierto modo (¡y a
menudo animadas!).
106 Apologética
Si bien es posible que queramos cuestionar el estilo agresivo y confrontacional, y preguntarnos si
ello realmente insta a las personas “por la ternura de Cristo” (2 Co 10:1), debemos darle nota máxima
en creatividad. Desafortunadamente, dicha creatividad en la apologética a menudo escasea entre los
evangelistas y apologistas cristianos.
Si hemos comprendido el evangelio, éste debe tener su efecto en nosotros. Debemos tener una
pasión por el evangelio y por aquellos que aún no lo han oído o comprendido. El amor de Dios por
nosotros debe ser causa de que amemos a quienes se encuentran lejos de él y ser causa de que
hagamos lo posible por llegar a ellos con el evangelio. Para comunicarnos adecuadamente
necesitaremos ser sensibles no sólo hacia su situación real ante Dios, sino también a sus necesidades y
a la forma en que podemos relacionar el evangelio con estas últimas y con su situación.
Como lo indicamos en nuestra primera unidad, la encarnación requiere un enfoque de este tipo.
Después de todo, nos encontrábamos en una situación desesperada como seres humanos. No teníamos
esperanza ni teníamos a Dios. Por otro lado, no podíamos ser de ayuda para nosotros mismos. Con el
fin de ayudarnos, Dios mismo tomó apariencia humana y murió por causa nuestra. Con el fin de
comunicarse con nosotros y traernos de vuelta a Dios, Jesús llegó a donde estábamos, suplió nuestras
necesidades y tomó sobre sí nuestros problemas.
A fines de los cincuenta, en Sydney, Howard Guiness, el pastor de una congregación universitaria
del centro de la ciudad hizo varios intentos creativos en el área de la apologética y el evangelismo.
Escribió varios libros como Por qué estoy en Desacuerdo con Billy Graham, Cómo Fracasar en el
Matrimonio, y Los Misioneros son una Molestia. Asimismo utilizó el mismo enfoque en varias
charlas evangelizadoras, anunciando charlas como “Diez buenas razones para NO ser cristiano” y
utilizando esta charla para presentar el caso contra el cristianismo en primer lugar, y luego el caso a su
favor. Tenía la reputación de haber dado en otras oportunidades alocuciones evangelizadoras en las
que una persona perteneciente a la congregación se paraba en medio de su sermón, lo interrumpía, y
entraba en debate con él sobre algún elemento crucial del evangelio. Howard Guiness era un
apologista creativo que utilizaba cualquier elemento legítimo para presentar el evangelio.
John Chapman es también un evangelista creativo. Hace una generación él y un grupo de
personas desarrolló una clase de empresa apologética llamada “Diálogo Evangelizador”. En este caso
se animaba a los cristianos a invitar a sus amigos a una reunión informal donde podían escuchar una
explicación sobre el evangelio de diez minutos y luego quedaban en libertad de hacer cualquier
pregunta que quisieran sobre la fe cristiana. Una generación después, los estudiantes de Melbourne
dirigieron el mismo tipo de reuniones pero las llamaron reuniones “Derribe a un cristiano”.
Algunos de nosotros no tuvimos las mismas oportunidades de hablar en público que Howard
Guiness o John Chapman, pero Dios nos ha puesto a todos nosotros en relaciones con personas que no
conocen a Jesús y nos ha dado el evangelio. No sólo necesitamos aprovechar oportunidades, sino
crearlas, tanto para hablar sobre el evangelio como para defenderlo. Necesitamos ser creativos e
imaginativos.
Unidad 10 107
rechazo es un derecho dado por Dios. Debemos orar que Dios ablande sus corazones, pero no
continuar presionándolos con el evangelio.
Otros de nuestros amigos recibirán el evangelio con gran gozo. En este punto nada podemos
hacer excepto unirnos a los ángeles del cielo en su regocijo, orar por su crecimiento continuo en
conocimiento y santidad, y planificar dicho crecimiento.
Ejercicio
Pida prestada una grabación evangelizadora. Escúchela y hágase las siguientes preguntas: (1) ¿Cuál
es, de acuerdo con el orador, la barrera fundamental ante el evangelio? (2) ¿Cómo aborda él/ella esta
barrera? (3) ¿Se presenta en forma adecuada el evangelio? (4) ¿Consideraría convincente el
argumento, de no ser usted cristiano? ¿Por qué razón?
108 Apologética
• Su evangelismo no dista de la apologética.
El resultado de su apologética consta de dos aspectos: el positivo es que algunos de los
judíos son persuadidos y se unen a Pablo y sus compañeros, junto con algunos griegos
temerosos de Dios y algunas mujeres prominentes. De modo que no pensemos que ello es
resultado únicamente del argumento y la razón, el resto de Lucas/Hechos nos dice que es
sólo por el Espíritu Santo y la elección de Dios que se llega a creer (ver por ejemplo
Hch 13:48).
El aspecto negativo es que existen personas para las cuales la persuasión y la razón
obviamente no son suficientes. La razón fría es absorbida por otros factores de mayor poder
(ej. los celos: ver Hch 17:5), el evangelio es rechazado y quienes lo proclaman son
perseguidos. Además, el mensaje es mal utilizado con el fin de causar su desprestigio y el de
ellos. Por ejemplo, “éstos contravienen los decretos del César, diciendo que hay otro rey,
Jesús.”
c. Berea
Tal como en Tesalónica, al llegar a Berea, Pablo fue primero a la sinagoga y predicó ahí.
Varios aspectos del pasaje son dignos de mención:
1. La gente de Berea está ansiosa de aprender
2. Lucas los elogia por poner a prueba el mensaje. Tal es el proceder de aquellos de carácter
noble. El cristianismo no se opone a que sus afirmaciones sobre la verdad sean puestas a
prueba.
El resultado de la predicación y persuasión de Pablo es que algunos se convencen y
creen; otros, obviamente, no están convencidos.
Un punto importante de este pasaje, como en el anterior, es que la verdad por sí sola es a
menudo irrelevante para las personas con las que hablamos. Los judíos, al rechazar el
evangelio y perseguir a quienes lo predican, están inspirados por los celos y utilizan la
violencia y/o la ley con el fin de defender sus creencias, al verlas bajo amenaza.
5.2 Y también al griego
Al llegar a Atenas, Pablo continúa con su política de ir primero a los judíos y a los griegos piadosos.
Se aventura asimismo en áreas más comunes de la ciudad y por ello tiene contacto con un espectro
mayor de personas, algunas de ellas claramente paganas. Al deambular por la ciudad nota la
religiosidad y lo ofende su idolatría flagrante.
a. Los oyentes
Estas personas, a diferencia de la audiencia de Hechos 17: 10-15, eran completos paganos
que nunca habían leído el Antiguo Testamento y no estaban familiarizados con su lenguaje o
términos técnicos. Los puntos de contacto de Pablo con los judíos, (las escrituras, por
ejemplo) no se aplicaban en este caso y no podían utilizarse en la misma medida, si bien
Pablo no las descartaba completamente.
También se nos habla de las personas a las que iba dirigido el discurso de Pablo en la
segunda mitad del capítulo. Estos oyentes tenían una mentalidad filosófica. Después de todo,
Atenas era la ciudad de origen de Sócrates y Platón y el hogar adoptado por Aristóteles,
Epicuro y Zenón. Pablo tuvo contacto específicamente con los epicúreos y estoicos.
En este tiempo, tanto el epicureísmo como el estoicismo presentaban modificaciones a la
enseñanza original, por lo que es imposible saber con exactitud lo que creían estas personas.
Sin embargo, podemos delinear a grandes rasgos las creencias de ambas escuelas de
pensamiento.
Los epicúreos consideraban que el placer era el bien último que perseguir en la vida.
Entre estos placeres al que más se aspiraba era a un estado de tranquilidad libre de
Unidad 10 109
problemas. Los dioses eran materiales en esencia, producto del universo tal como los
humanos mismos. Ellos existían en calma eterna y no tenían interés en los seres humanos,
sus necesidades, asuntos o comportamiento. Su estado debía ser imitado por los seres
humanos.
Debido a sus teorías relativas al universo material, los epicúreos no tenían esperanza en
nada después de la vida. Basaban sus ideas en la teoría atómica de Demócrito, quien sostenía
que el universo se componía de un número infinito de átomos indestructibles y de espacio
ilimitado, ambos de carácter eterno. No existía un Creador y el equilibrio de fuerzas que
mantenía en curso el mundo y la vida humana estaba destinado cesar, resultando en la
destrucción de todo el universo.
Los estoicos reconocieron a Zenón como su fundador. Su sistema tenía como objetivo
vivir en forma consecuente o de acuerdo con la naturaleza. La expresión más alta de la
naturaleza era la razón o el designio, que era visto como el principio que combinaba los
elementos de distintas formas, de modo de producir el orden del universo. El universo es en
consecuencia un todo racional. Cualquier cosa que suceda en él lo hace por una cadena
ininterrumpida de causa y efecto y contribuye al bien del todo. En el corazón del universo
está la razón, el agente activo en la creación y control de todo lo que sucede en él. Este centro
se conocía por varios nombres: Naturaleza, Razón, Zeus, Dios.
Los estoicos realzaban entonces la importancia de la facultad racional, como asimismo la
de la autosuficiencia. En su mejor expresión, el estoicismo se caracterizaba por su gran
seriedad moral y un alto sentido del deber. El estoicismo es esencialmente panteísta.
Por cierto habrían otras partes presentes en el discurso de Pablo, todas con sus
perspectivas particulares de la vida. La tarea de encontrar un área en común o punto de
contacto debe haber sido muy dificultosa.
b. Una comprensión errónea
Pablo razonó con quienes se habían reunido en el contexto del mercado, en particular con los
estoicos y epicúreos. Al parecer, el mensaje de Pablo contenía dos palabras que fueron causa
de problemas para quienes lo escuchaban: el nombre Jesús (que suena como “Jeso”, el
nombre de la diosa de la salud) y el término resurrección (que suena como “anastasis”, el
nombre de la diosa de la restauración).
c. El discurso
El contenido del discurso de Pablo es claro:
• Dios hizo el mundo y todo lo que hay en él.
• No habita en templos.
• No es honrado por manos humanas y no necesita nada de los humanos.
• Da vida y aliento a todo
• De un hombre hizo toda nación.
• Puesto que los seres humanos son creación de Dios deben buscar a Dios.
• Dios no está lejos.
• Ya que somos linaje de Dios, Dios no podría ser moldeado por hombres.
• Dios pasó por alto los tiempos de esta ignorancia.
• Ello dejó de ser así. Dios ha establecido un día de juicio y designó a un juez justo.
• Dios ha dado prueba de este hecho al levantar a Jesús de los muertos.
El discurso de Pablo consta de varios puntos de interés:
• El punto de contacto parece ser la religiosidad de los seres humanos (el “sentido de lo
divino” que todos los seres humanos tienen). En 1 Corintios 9 Pablo nos señala que en su
esfuerzo por salvar personas a todos se ha hecho de todo. En Hechos 17 vemos esta
estrategia en acción. Aquí se mezcla con los atenienses, curiosos de la filosofía y la
110 Apologética
religión, y su discurso es culturalmente interesante para esta audiencia.
• Hay un uso positivo de la teología natural.
• Hay también un uso positivo de las ideas y palabras que tendrían una resonancia en sus
oyentes (por ej, mucho del contenido de las afirmaciones del versículo 25 habría sido
bien recibido por estoicos y epicúreos. Pablo no se opone a establecer el mayor terreno
en común posible en sus esfuerzos por persuadir a los oyentes.
• Se hace uso de la literatura de los oyentes de Pablo, en casos en que esta respalda el
argumento.
• Combina la predicación (evangelismo) con la apologética. No existe una separación entre
ambas; proclamar el evangelio es defenderlo, y viceversa.
• Evita el vocabulario técnico familiar para los judíos, pero desconocido para los gentiles.
• Desafía, si no confronta la visión de mundo de sus oyentes.
• Apela a los hechos revelados del evangelio aun cuando ello trae burla (al apelar a la
revelación y la resurrección Pablo contradice algunos de los principios básicos de la
postura de sus oyentes).
El resultado del discurso de Pablo consta de tres aspectos: Algunos lo ridiculizaron, y a
su mensaje; algunos quisieron oír más; otros recibieron su mensaje y se hicieron seguidores.
5.3 Consecuencias para la apologética
Además de los puntos antes mencionados, el evangelismo y defensa del evangelio de Pablo en estos
dos capítulos nos indican que su situación no difiere de la nuestra. El mundo en que vivía se
asemejaba al nuestro, no era homogéneo en sus creencias. Una apología válida y persuasiva en un
contexto es inaccesible e inconvincente en otro. Como Pablo, no sólo necesitamos conocer la palabra
de Dios, sino también nuestra audiencia. Sólo al conocer ambas seremos capaces de hacer
adecuadamente un llamado que reconozca la integridad intelectual de nuestros oyentes.
Ejercicio
Reflexión
¿Qué ha aprendido en este curso que lo ha sorprendido? Escriba las áreas en las que le interesaría
seguir trabajando. ¿Ha cambiado este curso su actitud hacia el evangelismo, el explicar las razones
para creer lo que cree, hablándole a sus amigos en forma creativa? ¿De qué modo?
Unidad 10 111
El estudio grupal
de la
Apologética
Los siguientes planes están destinados a ayudar a un grupo de personas a entender la apologética.
Al diseñarlos hemos asumido que habrá un líder familiarizado con el material, no necesariamente un
experto. Se espera que se prepare para la clase.
Los modelos cubren la sesión introductoria y la unidad 1.. Esperamos que como líder grupal lo
estimulen a diseñar su propio modelo, adecuado para su situación particular. Estas sesiones tienen
como objeto formar “apologistas inteligentes”. Ello implica que los participantes se familiaricen con
los apuntes y sean hábiles en el evangelismo. Por ello los esquemas contienen actividades destinadas
a aprender el contenido y practicar técnicas de evangelismo. Cada sesión se basa en la suposición de
que los participantes han leído con anterioridad los apuntes.
Si el grupo se reúne antes de la primera sesión de “estudio”, las actividades de la “Sesión
Introductoria” pueden contribuir a que el grupo funcione bien en el futuro al establecer objetivos y
crear expectativas.
Haga que todo el grupo comparta y clarifique cualquier concepto erróneo. Anime al grupo
diciendo que si sus expectativas son similares, ello es positivo. (También el líder debe compartir las
suyas).
• Explique las “trivialidades administrativas” del curso
- Reuniones: tiempo, duración, recreos
- Baños, etc.
- Cena
- Fecha de examen
112 Apologética
• Explique el funcionamiento del curso
- Leer los apuntes cada semana
- Investigar los temas en cuestión
- Estructura de las sesiones
• Concluya haciendo una lista de no cristianos con los que los miembros del grupo esperan
compartir el evangelio. Explique que la lista será tipeada y entregada la semana siguiente.
Unidad 10 113
114 Apologética
Unidad 10 115
PARA ENTREGAR PREPARADO PARA LA APOLOGÉTICA
¿Por qué?
116 Apologética
SECCIÓN RESUMEN EVALUACIÓN PERSONAL
Estar informado
Unidad 10 117
SECCIÓN RESUMEN EVALUACIÓN PERSONAL
Estar dispuesto a
escuchar
Establecer •
contacto visual
Ser positivo •
Conocer el • •
evangelio
•
• •
118 Apologética
Esperamos que hayan disfrutado estudiando Apologética con el Curso a distancia del Moore
Theological College.
Rogamos contactar a Moore Theological College en la dirección especificada al reverso de
la portada en caso de tener cualquier consulta.
Unidad 10 119
FIN DEL CURSO