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Los seguros agrícolas en el mundo

En los países desarrollados el seguro agrícola ha logrado una mayor penetración en el


mercado, mediante el posicionamiento de seguros que cubren una amplia gama de
riesgos y cultivos. Por el contrario, en países en vía de desarrollo, donde son
relativamente nuevos y los problemas de aversión son mayores, predominan
esquemas de aseguramiento limitado.

Los seguros agrícolas son implementados dentro de sistemas que frecuentemente


conllevan una asociación público-privada entre el gobierno y las compañías
aseguradoras. Con el fin de lograr un mejor entendimiento de los distintos niveles de
desarrollo e implementación del seguro agrícola en el mundo, se describen a
continuación algunos de los principales sistemas (Comisión Europea 2001):

España: El sistema se basa en una asociación entre el sector público y privado, en el


que no se distingue entre los riesgos que pueden ser asegurados por el sector privado
y los riesgos de mercado en los que debe haber intervención estatal. El sistema
español ha adoptado un enfoque participativo, en donde todos los actores interesados
están representados en la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA), lo que
permite tener en cuenta las necesidades de todos, en la toma de decisiones
estratégicas y en la fijación de los planes anuales.

El sistema es bien recibido por todas las partes interesadas, debido a la estabilidad
que resulta del respaldo estatal. Las debilidades, según la percepción de las fuentes
oficiales españolas, están en la existencia de importantes desequilibrios para ciertos
productos y regiones, en algunas deficiencias presentes en el día a día del
funcionamiento de los programas y en el que aun no todos los riesgos son
asegurables para todos los productos (Comisión Europea 2011).

En el sistema español se ofrecen una amplia gama de pólizas, incluyendo monoriesgo,


multirriesgo, todo riesgo y seguro de rendimientos. La amplia oferta se considera una
de las principales razones del éxito del programa, que aunque de naturaleza voluntaria
tiene altas tasas de participación. En el año 2000, alrededor del 30% de los
productores españoles participaron en el sistema, cubriendo alrededor del 30% de
cultivos y el 10% de la producción animal (Comisión Europea 2011).
Estados Unidos: El sistema americano es complejo y cuenta con diferentes
esquemas, como seguros de rendimiento y de ingresos, asíí́ como con un programa de
asistencia para cultivos que están excluidos de los programas estándar. En Estados
Unidos existe una cooperación público-privada en materia de seguros, en la cual el
gobierno a través de La Corporación Federal de Seguros Agrícolas (FCIC) se encarga
del reaseguro, asíí́ como de pagar a las compañías un subsidio por ajustes de costos
administrativos, de operaciones y de perdidas. La Agencia de Gestión de Riesgos
(RMA) es la encargada de regular y promover el programa de seguros, establecer los
términos de los contratos de seguros, asegurar el cumplimiento de los mismos y
ofrecer subvenciones.

El seguro de rendimiento otorga protección contra la mayoría de los peligros de origen


natural y está disponible para más de setenta cultivos. La cobertura se basa en los
datos de rendimiento (historia de producción real) de las explotaciones individuales. El
rendimiento del productor se calcula con base en el promedio de cuatro a diez años
del terreno asegurado. Si un productor no tiene los rendimientos reales, éstos se
asumen con base en el rendimiento promedio del condado (Comisión Europea 2001).

El seguro de ingresos adiciona el componente de variabilidad de precio al seguro de


rendimientos. El componente del precio se basa en los precios de futuros durante el
año y las indemnizaciones se pagan cuando la producción real y el precio en tiempo
de recolección de cosecha caen por debajo del nivel de garantía.

Canadáá́ : Cuenta con dos programas nacionales que otorgan una cobertura básica
para los riesgos de rendimiento y de precio en la agricultura, y con un programa de
asistencia en caso de emergencia. Estos programas nacionales son complementados
con programas regionales que abordan las necesidades especificas de las provincias.

El seguro agrícola ofrece una protección de riesgos de producción, en forma de


garantía de rendimiento, cubriendo las pérdidas de cultivos causadas por los desastres
naturales. El cálculo de la pérdida se basa en el promedio histórico individual de
producción; asíí́, si la producción cae por debajo del rendimiento hipotético, el
productor tendráí́ derecho a una indemnización. En general, la cobertura máxima
disponible es del 80%, mientras que para los cultivos de bajo riesgo es hasta del 90%.

El programa de estabilización de ingresos es voluntario, y su objetivo es ayudar a los


agricultores para que ahorren para los años de bajos ingresos, a través de cuentas de
ahorro donde los agricultores contribuyen y reciben por contrapartida la ayuda del
gobierno. En la actualidad, a los agricultores se les permite contribuir hasta con un 3%
de las ventas netas y reciben contribuciones del 2% del gobierno federal y el 1% del
gobierno provincial. Los productores tienen la opción de depositar un 20% adicional de
sus ventas netas elegibles, pero el gobierno no equipara estas contribuciones
adicionales. Sin embargo, tanto las contribuciones básicas como las adicionales ganan
un 3% de interés por encima de las tasas ofrecidas por las instituciones financieras. El
retiro de la cuenta se permite, cuando el margen bruto (ventas menos gastos) del año
agrícola cae por debajo de la media del margen bruto de los años anteriores (Comisión
Europea 2001).

El programa nacional de asistencia en caso de desastres de ingresos agrícolas ha sido


diseñado para proporcionar ayuda a los productores que enfrentan una disminución
dramática de ingresos y para quienes los programas existentes no pueden ofrecer
garantías. El programa está abierto a productores individuales y colectividades que
presentan una declaración de impuestos de ingresos agrícolas y trabaja bajo un
enfoque de "totalidad”, en el que todos los productos básicos están cubiertos. Esta
cobertura se basa en márgenes brutos y no supera el 70% del margen promedio de
los tres años anteriores.

Japón: Debido a su ubicación en la zona de los monzones, la producción agrícola de


Japón sufre con frecuencia fuertes pérdidas causadas por los tifones, inundaciones y
temperaturas bajas. En Japón no hay compañías de seguros privadas que ofrezcan
seguros agropecuarios, sino un programa público de protección integral. El sistema
cubre casi todos los cultivos y el ganado, con excepción de hortalizas, flores y aves de
corral. Para los sectores de mayor importancia para la agricultura japonesa (p.ej. arroz,
cebada), el seguro es ofrecido en todo el país y la participación es obligatoria evitando
la selección adversa y la propagación de ciertos riesgos.

El sistema tiene una estructura de tres niveles, siendo el primero las asociaciones
agrícolas de socorro mutuo en el ámbito municipal. Sin embargo, como los desastres
naturales suelen causar grandes daños en zona enteras, las asociaciones municipales
son re-aseguradas por las federaciones y éstas a su vez son re-aseguradas por el
gobierno central.

La obligatoriedad del programa afecta a ciertos pequeños agricultores que trabajan


parcialmente en sus cultivos y que cuentan con suficientes ingresos, provenientes de
otras fuentes, para gestionar sus riesgos. Por otra parte, los grandes agricultores
sienten que el programa beneficia especialmente a los pequeños
agricultores(Comisión Europea 2001).

México: El sistema de seguro agrícola en México ha sobresalido por su probada


viabilidad en términos de rentabilidad y penetración. La experiencia mexicana es vista
como un modelo exitoso y viable de ser replicada en otros países de ingresos medios
y bajos, para llevar el seguro agrícola a productores de pequeña escala. La estructura
actual del sistema mexicano se caracteriza por la coexistencia de aseguradores
privados, cientos de fondos de aseguramientos locales y el apoyo, tanto financiero
como técnico por parte del gobierno.

Desde el año 2000, la compañía estatal de seguros para cosechas AGROASEMEX se


convirtióí́ en una institución de segundo piso que ofrece principalmente reaseguros y
que de manera secundaria promueve la industria, desarrollando instrumentos
innovadores (seguros paramétricos) y proporcionando asistencia a los fondos mutuos.

Los fondos funcionan como una sociedad mutualista de seguros con personalidad
jurídica propia, integrada por los propios productores, quienes a través de ese
instrumento deciden asociarse para otorgarse a sí mismos el servicio del seguro
agropecuario (ORA 2013). Su constitución requiere una estructura operativa solida,
disponibilidad de información, capital constitutivo, y una normativa que los regule. Al
igual que las compañías de seguros, los fondos evalúan los riesgos para determinar
primas, realizan la tasación de siniestros y ceden riesgos al reaseguro; sin embargo, a
diferencia de las aseguradoras privadas, no persiguen fines de lucro.

En México, desde el año 2003 la atención a productores del sector agropecuario,


acuícola y pesquero afectados por fenómenos climatológicos corresponde a
SAGARPA, que es la dependencia del Gobierno Federal encargada de atender los
Desastres Naturales del Sector Agropecuario (SAGARPA 2013). SAGARPA opera a
través de dos instrumentos de atención: El Seguro Agropecuario Catastrófico del
Componente de Atención a Desastres Naturales (CADENA), y los apoyos directos.

El CADENA transfiere el riesgo a los agentes financieros especializados (las


aseguradoras), a partir de un seguro contratado por los gobiernos estatales a fin de
asegurar a sus pequeños productores (por los montos y unidades establecidas), a
través de esquemas de seguros paramétricos o de rendimiento (SAGARPA 2013). En
el CADENA, las aseguradoras pagan los daños a los gobiernos de los estados y éstos
a su vez los entregan a los productores, bajo ciertas reglas de operación.
Por otra parte los apoyos directos operan de manera complementaria al seguro
catastrófico; es decir, protegen a los agricultores cuando no existe cobertura de
aseguramiento o ésta se ve rebasada. Los apoyos directos son solicitados por los
Gobiernos Estatales, una vez ocurrido el siniestro (SAGARPA 2013).

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