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TODO AYUDA PARA BIEN I

Publicado por CC Hay paz con Dios


Todas las Cosas Ayudan para Bien
Por John Piper | Tópico: La Soberanía de Dios
Serie: Romanos: La Carta más Grandiosa Jamás Escrita
Traducido por Desiring God

Romanos 8:28-32
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es,
para los que son llamados conforme a su propósito. 29 Porque a los que de antemano
conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El
sea el primogénito entre muchos hermanos; 30 y a los que predestinó, a ésos también
llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también
glorificó. 31 Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Diosestá por nosotros, ¿quién estará
contra nosotros? 32 El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas?

Hoy acudimos a una de las promesas más


abarcadoras y más amadas de toda la Biblia, Romanos 8:28: “Y sabemos que para los que
aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados
conforme a su propósito”. Quizás, más que cualquier otra promesa en la Biblia, este
versículo ha ayudado a las personas a confiar en Dios a través de experiencias que parecían
dolorosas, malas y absolutamente insignificantes. Las personas se han aferrado a la frase
“todas las cosas” y creyeron a la Palabra de Dios que afirma que este hecho terrible, este
hecho aparentemente insignificante también ayudará para bien.
Años atrás enseñé a los niños de Bethlehem (y a todos los que son como niños) a decir:
Cuando las cosas no marchen de la manera deseada, Dios siempre las hace obrar para bien.
Los cristianos creemos que, tarde o temprano, las penas, los dolores, las desilusiones y las
pérdidas algún día cooperarán para bien.
Sé que las traducciones difieren un poco en este sentido. Pero también creo que las
diferencias no son serias. La NASB [New American Standard Bible] pone a Dios como el
sujeto pero pone a “todas las cosas” como su esfera de trabajo, no como su objetivo: “En
todas las cosas Dios obra para bien”. La versión King James y la NASB en inglés ponen a
“todas las cosas” como el sujeto: “Todas las cosas cooperan para bien”. Todas, son posibles
traducciones del original griego y al final no son muy diferentes. Cuando la King James
dice: "all things work together for good" [“todas las cosas les ayudan a bien” RVR1960],
no se refiere, a que “todas las cosas” obran por su propia cuenta, o guiadas por algún poder
o predestinación. Se refiere a que Dios hace que “todas las cosas” cooperen para bien. De
manera que Dios es el que obra en las tres traducciones, y lo que está provocando es bueno,
y él está manifestando todas “las cosas”. Pablo no está diciendo que todas las cosas sean
buenas, está diciendo que todas las cosas son transformadas por Dios para bien.
La próxima semana, cuando salgamos a las calles y adoremos en una gran multitud frente a
todos los vecinos en el estacionamiento, trataré de mostrar esta promesa con ilustraciones
bíblicas, históricas y personales. ¿Cómo es que todas las cosas cooperan para bien?
¿Cooperan para bien ahora o cooperan para bien después? De esto hablaré la próxima
semana.
Pero hoy no quiero concentrarme específicamente en la promesa, sino en lo que hace a una
persona beneficiaria de la promesa. Hoy nos preguntaremos: ¿Cómo puedo saber si la
promesa es para mí? Y el próximo domingo nos preguntaremos: ¿Qué es lo que este texto
realmente nos promete?

La promesa no es para todos


De modo que la primera situación que nos debemos plantear es que a todas las personas
todas las cosas no les ayudan para bien de la misma manera. La promesa de que Dios
transformará todas las cosas para bien no es real en todos los casos. Hay dos verdades que
tienen que ser ciertas para que la promesa se cumpla en usted. Una es que usted ame a Dios,
y la otra es que usted sea llamado conforme al propósito de Dios. “Y sabemos que [1] para
los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, [2]para los que son
llamados conforme a su propósito”.
Pablo dice: «en efecto, si ustedes no aman a Dios, no pueden reclamar esta promesa, si
no son llamados conforme a su propósito, no pueden reclamar esta promesa». O para
decirlo de otra manera, para la persona que no ama a Dios y no sea llamada conforme al
propósito de Dios, el optimismo en todas las cosas es necedad, y está fuera de lugar. El
pesimismo es exactamente la posición correcta de la mente de aquel que no ama a Dios y
no sea llamado conforme a su propósito. Las cosas no van a cooperar para su bien, sino
para su desgracia.
Romanos 2:5 describe en qué forma influye en el futuro de esta persona esta experiencia:
“Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti
en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios”. En otras palabras, las
experiencias por las que esta persona atraviesa cada día no cooperan para su bien; se
vuelven en su contra. Las bendiciones por las que esta persona no le agradece a Dios, ni le
convierten en un adorador le condenarán algún día. Las experiencias dolorosas por las que
atraviesa, sin confiar en la ayuda de Dios, acumularán ira en el día final. Esta persona
puede parecer pobre; o próspera en este mundo. Pero si no ama a Dios y no es llamada
conforme al propósito de Dios, todas estas experiencias no la conducen hacia nada bueno,
sino hacia una miseria eterna.

¿Qué debe ser realidad en nosotros para que esta promesa sea nuestra?
Ese no es el camino en que quisiéramos estar. Queremos oír que esta promesa es nuestra.
Queremos saber que todas las cosas están trabajando juntas para nuestro bien, no para
nuestra condenación. Pues bien, ¿qué requisitos debemos cumplir? Tomemos uno a la vez,
uno esta semana y otro la próxima semana.
Primero, Pablo dice que debemos ser personas que amen a Dios. En el original, esta es la
primera idea del versículo: “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas
cooperan para bien”

¿A qué se refiere cuando dice: los que aman a Dios?


Primero, no se refiere a que usted puede salir y entrar del amor de Dios y que si usted tiene
una mala experiencia cuando está amando a Dios esta experiencia se transforma para su
bien, y si tiene una mala experiencia cuando no ama a Dios esta experiencia se transforma
para su mal. Sabemos que no quiso decir eso, porque aclara “los que aman a Dios” con la
característica al final de versículo: “los que son llamados conforme a supropósito [el de
Dios]”. Este llamado (del que hablaremos más tarde) no es algo que suceda a menudo. Es el
trabajo efectivo y definitivo de Dios quien nos llama de muerte a vida, de la oscuridad a la
luz, y del poder de Satanás al poder de Dios, y de la enemistad con Dios al amor a Dios. El
llamado al amor y a la fe es de una vez y para siempre, así que el amor a Dios es el sello de
la persona que es verdaderamente llamada para siempre. Por supuesto, nuestro amor por
Dios tiene momentos de intensidad y momentos de debilidad (tal y como cualquier otra
relación que tengamos en nuestra vida terrenal). Pero en aquellos que son llamados, el amor
a Dios es lo que los define. Es la condición permanente de nuestros corazones, no importa
si es fuerte o débil.
De manera que Pablo no está diciendo que todas las cosas cooperan para bien en los
cristianos algunas veces (cuando su amor es fuerte), y que todas las cosas no cooperan para
bien en los cristianos algunas veces (cuando su amor por Dios es débil). Él está diciendo
que para los cristianos (los llamados, aquellos cuyos corazones han sido comprados de la
enemistad con Dios al amor a Dios), todas las cosas cooperan para bien, todo el tiempo.

¿Qué no es amor a Dios?


Por tanto, ¿qué quiere decir eso de amar a Dios? ¿Cómo puede usted saber si está en ese
número? La mejor manera con que pienso aclarar la respuesta es diciendo tres argumentos
de lo que no es amor a Dios. Al menos, la esencia de amar a Dios no está en ninguno de
estos tres argumentos.
Amar a Dios no es conocer las necesidades de Dios. La forma en la que amamos a Dios es
diferente a la forma en que amamos al hombre. En Hechos 17:25 Pablo dice: “ni es servido
por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida y aliento y
todas las cosas”. Dios es radicalmente diferente a nosotros. Él es la fuente de todas las
cosas y no tiene necesidades. Él no puede ser ayudado o mejorado. No hay defectos que
revertir o deficiencias que suplir. No podemos amarlo supliéndole sus necesidades,
sencillamente porque Él no las tiene. Por lo tanto, la esencia de nuestro amor por Él debe
ser una experiencia de recibir. (Y considero que el gozo es el placer de recibir de aquel
quien es el objeto de nuestro deleite).
Esto nos conduce al segundo argumento que no es amor a Dios. Amar a Dios no es, en
esencia, amarlo por sus dones (como el perdón, la justificación, la liberación del infierno,
la resurrección a una vida libre de dolor y todo lo demás que tiene para nosotros).
Ciertamente, si amamos a Dios, apreciaremos estos dones y estaremos agradecidos por
ellos, porque no tendríamos a Dios sin ellos. Pero amar a Dios es atesorar a Dios por quien
es revelado en sus dones y amar a Dios es atesorarlo por quien es más allá de sus dones.
Sus dones son preciosos a tal grado que nos llevan a Dios y nos muestran más de Dios.
Cuando usted ama a Dios, Dios es el centro de sus afectos, no sus dones.
Esta palabra “afectos” nos conduce al tercer argumento que no es amor a Dios. La esencia
del amor a Dios no son las cosas que el amor a Dios le impulsa a hacer. El amor a Dios
puede impulsarle a dejar a su madre y a su padre, y abandonar todo eso para declarar la
gloria de Dios entre las naciones. Pero dejar a su madre y a su padre y abandonarlos no es
la esencia del amor a Dios, es el fruto del amor a Dios. Jesús dijo: “Si me amáis, guardaréis
mis mandamientos”. Esto no quiere decir que guardar sus mandamientos es amarlo.
Significa que el amor es el la nobleza del corazón que te impulsa a guardar sus
mandamientos.
En Juan 21:15-17 Jesús demuestra esta conexión cuando pregunta tres veces a Simón
Pedro: “¿Me amas más que estos?”. Cuando Pedro dice: “Sí”, Jesús no dice: «Bien, eso
quiere decir que estás obedeciendo mis mandamientos, porque obedecer mis mandamientos
es amarme». No, Jesús dice: “Apacienta mis corderos”. En otras palabras, si me amas,
actúa como tal. Ama mi rebaño y apaciéntalo. Apacentar los corderos es el fruto del amor a
Dios.
En otras palabras, lo que estoy diciendo es que el amor a Dios tiene que ver con la estima
que nuestro corazón siente por Dios antes de que nos dé cualquier bendición. Es algo
interno e involucra emociones espirituales. No es, en esencia, una decisión deliberada o una
proeza. Es más bien un reflejo, en nuestro corazón, de la perfección de Dios revelada
especialmente en Cristo. Si usted iguala las proezas del amor a Dios con la esencia del
amor a Dios usted engendrará hipócritas, personas que imitan las proezas y reclaman amar
a Dios cuando realmente su corazón está lejos de Él. Si iguala el amor a Dios con el amor
por sus dones, estará engendrando hipócritas, personas que son muy felices por sentirse
perdonadas y declaran ser justas, sacadas del infierno y comprometidas con el cielo, pero
no sienten placer en Dios por quien él es. Ellos no aman a Dios. Sencillamente: no quieren
tener sentido de culpa o no quieren ir al infierno.
Por tanto, pienso que es absolutamente esencial que aclaremos cuál es la esencia del amor a
Dios. Déjenme utilizar las palabras correctas que considero nos ayudarán a saber si amamos
a Dios o no. Amar a Dios es desear a Dios por quien es, desearlo más allá de sus dones.
Amar a Dios es atesorar a Dios más allá de sus dones. Amar a Dios es deleitarse en
Dios más allá de sus dones. Amar a Dios es estar satisfechos en Dios más allá de sus
dones. Amar a Dios es apreciar a Dios más allá de sus dones. Amar a Dios es
deleitarnos en Dios más allá de sus dones. Amar a Dios es valorar a Dios, apreciar a
Dios, reverenciar a Dios y admirar a Dios más allá de sus dones. Todas estas palabras
son ambiciosas para caracterizar esa respuesta esencial del corazón a la revelación de la
gloria de Dios (que vemos especialmente en Cristo, a través del evangelio). Es un reflejo
feliz del corazón ante todo lo que Dios es para nosotros en Cristo.

Un Efecto “Callejón Sin Salida” Originado Por Romanos 8:28 En Algunas Personas
¿Realmente usted ama a Dios de esta manera? Permítame ayudarle detonando cierto efecto
“callejón sin salida” que Romanos 8:28 tiene en algunas personas. Suponga por un
momento que usted acude a esta promesa en Romanos 8:28 y se siente excluido. Dice:
«Esta promesa debe ser real para mí de manera que a cambio puedo amar a Dios». Pero ve
que esto no funcionará, porque la promesa no es cierta a menos que ame a Dios. «La
promesa debe ser real para mí», dice, «así que puedo amar a Dios, debo amar a Dios para
que la promesa sea real para mí». Efecto “Callejón sin Salida”.
Esta es la trampa de muchas personas que piensan que el amor a Dios es esencialmente
gratitud por sus bendiciones. Amaré a Dios cuando él me trate bien, porque, dicen que el
amor a Dios es, esencialmente, la respuesta al recibir sus dádivas. Si se aferra a esa
concepción del amor a Dios no hay salida de esa trampa y del efecto del “Callejón sin
Salida” en Romanos 8:28. La promesa debe ser real para mí de manera que a cambio puedo
amar a Dios, y tengo que amar a Dios para que la promesa sea real para mí.
La salida de la trampa, y le invito a que la tome ahora mismo, es mirar a Dios por quien es
a través de la promesa, antes que él ponga en práctica la promesa en usted, y pueda
contemplar a Dios en sí mismo en y a través de su promesa. Mire primero todo lo que él ha
hecho en la historia para revelarse a sí mismo. Mire especialmente a Jesucristo y a la gloria
que tenía antes de venir, y la gloria de su venida expiatoria, su ministerio y su sufrimiento.
Mire la misericordia, la ira y la justicia de Dios mezcladas en la cruz hacia el hombre
pecador indudablemente indigno. Mire el poder y la justicia de Dios al levantar a Jesús de
entre los muertos. Mire el Nuevo Pacto, mire la lealtad de mantener la promesa que
derrama el Espíritu Santo en personas pecaminosas. Mire el triunfo de la gracia de Dios al
cambiar a las personas que rehusaban de Dios en personas humilladas y amantes de Dios.
Mire a Dios de todas estas maneras y contemple al Dios para el que fue creado. Contemple
el cumplimiento de todos sus deseos. Contemple al tesoro más complaciente de todo el
universo. Y después, cuando vea la gloria y el valor de Dios, y cuando atesore a Dios,
entonces la promesa es suya. Todas las cosas cooperarán para bien, porque usted ama a
Dios.
Y si ahora usted me dice: “Pastor John, no siento a Dios. Solo quiero ir a casa y ver
televisión. Solo quiero estar con mis amigos. Solo quiero comer y trabajar en mi casa. No
siento ningún deseo de buscar a Dios. Yo respondo: Si hay algún remanente de temor, si
hay alguna chispa de deseo, Oh pecador en peligro, úsala para orar según la promesa en
Deuteronomio 30: 6: “Además, el Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de
tus descendientes, para que ames al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma,
a fin de que vivas”.

TODO AYUDA PARA BIEN II


Publicado por CC Hay paz con Dios
Todas las Cosas Ayudan para Bien , Parte 2
Por John Piper | Tópico: La Soberanía de Dios
Serie: Romanos: La Carta más Grandiosa Jamás Escrita
Traducido por Desiring God

Si quiere comenzar leyendo la Primera parte de este mensaje, haga click aquí.

Romanos 8:28-32 "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a
bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes
conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos
también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos
también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?".

El letrero colgado a un lado del edificio es de Romanos 8:31, “¿Qué, pues, diremos a esto?
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” ¿Cuál es la respuesta a esta pregunta? Ten
cuidado. Fíjate en el versículo 36: “Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo
el tiempo; Somos contados por ovejas en el matadero". Yo creo que aquellos que nos matan
están contra nosotros. Yo asumo que aquellos que nos llevan al matadero están contra
nosotros.
¿Estaba Alguien En Contra de Martin Burnham?
El funeral de Martin Burnham fue el viernes pasado en Kansas. El era un misionero rehén
del grupo Abu Sayyaf por un año, y fue asesinado en un tiroteo en Junio 7. Las últimas
palabras que dirigió a la iglesia bíblica Rose Hill en Mayo 23, 2001 – días antes de su
regreso a las Filipinas y su captura – fueron impresas en el programa del funeral: “Yo no
fui llamado a ser un misionero; Yo no fui llamado a las Filipinas; Yo solo fui llamado a
seguir a Cristo; y eso es lo que hago.”

Sí, Martin Burnham, y tú, sabían que Jesús dijo, “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque
todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la
hallará” (Mateo 16:24-25). Martin Burnham perdió su vida siguiendo a Cristo. Y la
encontró.

No hay sorpresas aquí. Pablo dijo que pasaría. Pedro dijo que pasaría. Jesús dijo que
pasaría. “Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os
entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante
gobernadores por causa de mi nombre. Y esto os será ocasión para dar testimonio.
Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra
defensa; porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir
todos los que se opongan. Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y
parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por
causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá” (Lucas 21:12-18).

Tú serás odiado. Tú serás asesinado. ¡Y ni un cabello de tu cabeza perecerá! Así que, si


Dios estaba por Martin Burnham, ¿estaba alguien en contra de él? Sí, pero no con éxito. Lo
mataron. Pero ni un cabello de su cabeza perecerá.

“Todas las Cosas” Incluye las “Cosas Malas”


Así que cuando Romanos 8:28 dice, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas
les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados", tenemos una
“probadita” de las cosas que están incluidas en todas las cosas. No todo son cosas buenas.
Son todas las cosas – incluyendo todas las cosas malas. De hecho, todo el contexto antes y
después de Romanos 8:28 es doloroso. Por eso es que Romanos 8:28 esta aquí.
Necesitamos ánimo y esperanza porque antes y después de este versículo, el prospecto de la
vida cristiana en la tierra es oscuro.

El versículo 17 dice que seremos glorificados con Cristo si sufrimos con él. El versículo 18
dice que los sufrimientos de este tiempo presente no se comparan con la gloria que nos será
revelada. El versículo 20 dice que la creación – incluyendo nosotros – está sujeta a vanidad.
El versículo 21 dice que la creación está atada al deterioro. El versículo 23 dice que aún los
cristianos llenos del Espíritu gimen por la caída de la creación, que espera por nuestra
adopción, la redención de nuestros frágiles y débiles cuerpos. El versículo 24 dice que
hemos sido salvados “en esperanza” y uno no puede ver la esperanza, sino no sería
esperanza – así que la mayor parte de nuestra salvación es invisible y está en el futuro. No
hay duda de por qué nos lamentamos. Y luego el versículo 35 dice que hay tribulación,
angustia, persecución, hambruna, desnudez, peligro y espada.
Y a la mitad de todo esto, para darnos fuerza y esperanza y coraje, el versículo 28 dice, ¡Sí,
todo esto, es verdad! Y “Sabemos que todas las cosas – todo este sufrimiento y esta
inutilidad, esta esclavitud a la decadencia y al dolor, la tribulación, la angustia, la
persecución, la hambruna, la desnudez, el peligro y la espada – todas estas cosas, les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

Así que la respuesta a la pregunta, que está al lado del edificio, sobre Romanos 8:31 es: Sí,
van a haber muchos enemigos. Sí, van a haber muchos adversarios, obstáculos, miserias,
angustia, oposición, retrasos, luchas y todo tipo de problemas. Pero No, en todas estas
cosas, somos más que vencedores por causa del soberano amor de Dios en Cristo. Al final,
nada podrá contra nosotros.

Si escuchas el llamado de Dios en el evangelio de Jesucristo; si vienes a Dios, amándolo a


través de Jesucristo; si confías en Dios por el perdón de tus pecados a través de la muerte de
Cristo; si recibes de Él el regalo gratuito de justificación solamente por la fe; entonces todas
las cosas – desde lo más dulce hasta lo más severo, amargo o doloroso – serán para tu
propio bien. Dios estará contigo con toda su omnipotencia y poder. Y si Dios está contigo,
nadie puede estar contra ti.

Una y otra vez en la Biblia y en la historia, la verdad de Romanos 8:28 es testificada por el
pueblo de Dios. Veamos algunos ejemplos y oremos que Dios ponga un suelo firme bajo
nuestros pies cuando las olas de tribulación estén sobre nosotros y cuando sigamos a Jesús
afuera de la puerta de seguridad y confort.

José
Uno de los ejemplos más familiares es la historia de José en el Antiguo Testamento. Sus
hermanos lo odian porque él ha soñado que algún día reinara sobre ellos. Así que lo echan a
un hoyo, lo venden como esclavo a Egipto, y luego mienten a su padre sobre su túnica para
que el anciano crea que el muchacho fue muerto por un animal salvaje. Luego José parece
que prospera en la casa de Potifar hasta que la esposa de Potifar dice, con mentiras, que
José la intentó violar. Así que lo meten a prisión. Y ahí las cosas empiezan a ir bien por un
tiempo porque el carcelero confía en él. Pero después sus esperanzas de que el copero del
Faraón lo saque de la cárcel se ven destruidas cuando el copero se olvida de José por dos
años más.

Finalmente, después de 17 años en los que aparentemente nada a ayudado para bien para
José o para su pobre padre, José interpreta un sueño del Faraón y éste lo recompensa al
hacerlo como un vicepresidente, a cargo de toda la comida y la tierra porque viene una
hambruna de siete años.

La hambruna amenaza a su familia en Canaán, por lo que sus hermanos que lo odiaron y se
intentaron deshacer de él van a Egipto. ¿Quién está listo para ayudarlos sino su hermano
José, a quien no reconocen? El punto de la historia se da en tres textos. Uno en Génesis
45:7, “Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y
para daros vida por medio de gran liberación.” Nótese la palabra “envió”. Se ve también en
Salmo 105:16-17, “Trajo hambre sobre la tierra, y quebrantó todo sustento de pan. Envió
un varón delante de ellos; José, que fue vendido por siervo.” La palabra “envió” es
importante para interpretar el texto principal de la historia, a saber, Génesis 50:20. José les
dice a sus hermanos, “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien,
para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.”

Esta es la versión del Antiguo Testamento de Romanos 8:28. Todas las cosas ayudan a bien
para el pueblo de Dios. Todas las cosas, incluyendo todo el mal cometido contra José y
contra Jacob, su padre. Pero nótese cuidadosamente la forma en que estos tres textos hablan
sobre “todas las cosas.” Estas cosas son las que Dios “diseñó” para que ayuden a bien. Dios
no simplemente se sentó a ver como pasaban cosas malas sin ningún propósito, y luego de
la nada sacaba algo bueno de ello. No. Así como los hermanos de José diseñaron
(planearon, maquinaron) maldad, así Dios lo diseñó a él (planeó, maquinó) para bien. Por
eso es que digo que la palabra “envió” en Génesis 45:7 y Salmo 105:17 era importante.
Cuando los hermanos venden a José a la esclavitud fue como si Dios “enviara” la salvación.
Dios no simplemente hace algo bueno de todas las cosas. Él ordena lo que nos pasa a
nosotros por nuestro bien y luego infaliblemente hace que todo funcione de acuerdo a su
propósito. Dios “envió” a José a salvar a sus hermanos, aún cuando este “envío” incluía el
pecado de sus hermanos.

La Cruz de Cristo
Esta es una imagen de lo que Dios hizo por nosotros al enviar a Jesús a la cruz para
salvarnos. En Hechos 4:27-28, los discípulos oran, “Porque verdaderamente se unieron en
esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los
gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes
determinado que sucediera.” En otras palabras, aunque el ir de Jesús a la cruz incluyó los
pecados de Herodes y Pilato y los Gentiles y los Judíos, aún así era enviado de Dios. Ellos
lo planeaban para mal, pero Dios lo planeó para bien.

Dios no simplemente trajo algo bueno de la maldad y el dolor de la cruz y de la esclavitud


de José; lo planeó para nuestro bien. Dios planea y dispone y hace que todas las cosas sean
para nuestro bien. Y si preguntas, “¿Qué añade a nuestra esperanza el creer esto, en lugar
de creer que Dios no tiene un propósito para los males específicos que vienen a nuestras
vidas pero solamente los usa una vez que han ocurrido?”

Una respuesta sería: Si decimos que Dios no pudo “usar” todos los eventos previos al
problema para completar su propósito de que el mal no ocurra, ¿Qué esperanza tenemos en
que Dios puede “usar” la maldad misma (el problema) para su propósito de hacerme el
bien? Si el propósito de Dios fue frustrado antes de que el mal me golpeara, por qué habría
yo de creer que el propósito de cambiar este mal para bien no será frustrado? Así que lo que
ganamos al decir que Dios envió a José y envió a Cristo, y planeó los eventos que llevan a
la salvación de Israel y la iglesia es 1) que afirmamos exactamente lo que la Biblia dice, y
2) ponemos los cimientos sólidos de la soberanía de Dios bajo la promesa de que Él hará
todas las cosas para nuestro bien. Él fue soberano en el pasado; Él será soberano para
nosotros en el futuro.

Job
Otro ejemplo del Antiguo Testamento es Job. Tú recuerdas cuantas cosas terribles le
pasaron a Job. Perdió sus riquezas, a sus hijos, y su salud. En cada caso, él reconoció la
mano soberana de Dios, aún cuando Satanás era el sirviente de calamidad en su vida. Y en
el último capítulo el escritor del libro dice que su familia y sus amigos se reunieron “y se
condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él” (Job
42:11).

El punto de vista de Dios y del escritor es que Dios no solamente sacó algo bueno de la
miseria de Job sino que Él también planeó la miseria de Job.

¿Por qué? Podemos dar una respuesta autoritaria en Santiago 5:11 “Habéis oído de la
paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y
compasivo.” Así que Santiago confirma que Dios está planeando, no solamente
respondiendo. Y su propósito, como dicen en Romanos 8:28, es el bien de Job. En todo el
dolor y la pérdida de Job Dios estaba apuntando a la compasión y a la misericordia. Planeó,
dispuso e hizo que todo ayudara a bien para Job.

Ester
Otro ejemplo es la experiencia de Ester. No era una cosa fácil para una hermosa joven judía
el ser forzada al harem de un rey gentil, pagano, e impuro. Era, en un sentido, una tragedia.
¿Por qué ocurrió? ¿Por qué lo permitió Dios? Mardoqueo nos da la respuesta cuando los
judíos están a punto de ser masacrados por los designios malvados de Amán. Dios ha hecho
por su pueblo a través de Ester lo mismo que hizo con su pueblo a través de José. Así es
como lo pone Mardoqueo en un mensaje a Ester: “¿Y quién sabe si para esta hora has
llegado al reino?” (Ester 4:14).

Dios lo sabe. Y ahora nosotros lo sabemos, porque hemos visto el final de la historia. Ella
vino al reino, a través de su humillación y su corrupción, a salvar al pueblo de Dios. Dios
hace que todo funcione para el bien de su pueblo.

Jonás
Y déjenme dar un ejemplo que los niños entenderán. Esta es una historia favorita en el
Antiguo Testamento. Cuando Jonás finalmente admitió que estaba actuando mal al intentar
de alejarse de Nínive, fue echado al mar. Y luego algo terrible ocurrió. Fue tragado por un
pez enorme. Eso es una cosa terrible. ¿Acaso tenía Dios un propósito en esta terrible
situación? Sí, sí lo tenía. Esa horrible experiencia de ser tragado por un pez era de hecho el
plan de salvación para los no creyentes de Nínive.

Pablo
¿Y qué hay del aguijón en la carne de Pablo? Lo atormento y el rogó a Dios que se lo
quitara. Pero la respuesta vino de Jesús “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona
en la debilidad” (2 Corintios 12:9). En otras palabras, “Pablo, yo tengo un plan en este
‘mensajero de Satanás’ y es para tu bien y para mi gloria". Todas las cosas, aún los
aguijones en la carne, ayudan para bien.

¿Y qué hay de los encarcelamientos de Pablo? Así es como Pablo describe el efecto que
tuvieron sus encarcelamientos por los romanos: “Quiero que sepáis, hermanos, que las
cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal
manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los
demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se
atreven mucho más a hablar la palabra sin temor” (Filipenses 1:12-14). Todas las cosas, aún
los encarcelamientos, son para nuestro bien y la gloria de Dios.

¿Qué Efecto Debería Tener Esto En Ti?


Termino con preguntar: ¿Qué efecto debería tener esto en ti?

Si no crees en Jesús, yo oro para que el efecto sea que desees confiar en él. Tener a Dios de
tu lado y no en contra tuya es infinitamente importante. Recuerda la señal en el edificio: "Si
Dios es contigo, ¿Quién contra ti?" El confiar en Cristo es la única manera de tener a Dios
contigo. Él está con todos los que confían en Jesús. Él hace que todo ayude a bien
si confías en su Hijo.

Si eres un creyente, entonces no responderás a este mensaje y a la verdad de Romanos 8:28


con pasividad hacia el diablo y resignación hacia el mal y una actitud indiferente hacia el
consumismo y materialismo americano. Lo que oyes en Romanos 8:28 es un grito de
batalla. Si todas las cosas ayudan a mi bien, entonces no puedo ser vencido en la causa de
Cristo. Este es un llamado a tomar riesgos de esparcir una pasión para la supremacía de
Dios en todas las cosas para el gozo de todas las personas. Este es un llamado a ir a un
lugar difícil o hacer algo difícil por la causa del amor. Es un llamado a que uses tu vida para
Cristo y su reino. Es un llamado a hacer algo radical y loco a los ojos del mundo. Toma
Operación Mundo y lee acerca de las necesidades del mundo y ora; después deja a tu
corazón soñar en cómo puedes invertir tu vida para que se mueva hacia las necesidades de
otros y no a tu propia comodidad.

Romanos 8:28 es un llamado de trompeta para seguir a Jesús en los riesgos del amor sin
importar los costos. Porque, sean lo que sean, esos costos, ayudarán para tu bien.

TODO AYUDA PARA BIEN III


Publicado por CC Hay paz con Dios
Todas las Cosas Ayudan para Bien, Parte 3
Por John Piper
Serie: Romanos: La Carta más Grandiosa Jamás escrita
Traducido por Desiring God

Romanos 8:28-32
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los
que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a
los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no
escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
también con él todas las cosas?"

La promesa en el versículo 28 de que todas las cosas ayudan a bien para los que aman a
Dios y son llamados de acuerdo a su propósito es tan grande, increíble e importante que
Pablo sabe que él debe poner unos cimientos muy firmes debajo de la promesa para
sostenerla y ayudarnos a creerla, cuando casi todo en nuestras vidas parece decir lo
contrario. De hecho, el resto del capítulo ocho puede ser visto como el esfuerzo de Pablo
para hacer justamente eso. Todo es un esfuerzo para ayudarnos a entender y a creer que
todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios y son llamados de acuerdo a su
propósito.

Un Mensaje para Creyentes y No Creyentes

Este es un mensaje para creyentes. Y


como cualquier mensaje para creyentes, es un mensaje para no creyentes. Para los
creyentes, el objetivo es poner cimientos inamovibles de roca debajo de su fe, y para los no
creyentes, su meta es ganarlos a la fe por toda la roca que hay debajo de ella. Para los
creyentes, su meta es lo que terminé diciendo el domingo pasado – motivarlos con la
verdad a tomar riesgos por causa del evangelismo, las misiones, la justicia racial y los
peligros de amar a la gente. Para los no creyentes, su meta es enlistarlos en la misma causa
porque fueron hechos para eso, y seguir a Cristo en el camino del amor riesgoso es la única
vida que saciará las profundidades de sus almas y honrará a su Creador.

Así que espero que escuches este tercer mensaje sobre Romanos 8:28, y si te perdiste los
otros dos, puedes leerlos aquí.

Repaso de Partes Uno y Dos

Hace semanas atrás, hablé sobre las palabras “a los que aman a Dios.” “Todas las cosas les
ayudan a bien a los que aman a Dios…” Si no amas a Dios, no estás en la promesa. Y
hablamos de lo que significa amar a Dios. Si quiere leer este primer mensaje, haga click
aquí.
La semana pasada, en el segundo mensaje, nos enfocamos en la promesa en sí. – “todas las
cosas ayudan a bien” – TODAS LAS COSAS, no solamente algunas. No solamente las
cosas fáciles o las cosas buenas, sino también las cosas malas y difíciles. Malcom
Muggeridge, el reportero cristiano que murió en 1990 habló por casi todos los cristianos
bíblicos que han vivido lo suficiente para despertar del sueño de un mundo sin dolor,
cuando él dijo:

"Al contrario de lo que se podría esperar, yo miro atrás a experiencias que en aquel
entonces parecían desconsolantes y dolorosas con satisfacción. Ciertamente, yo puedo decir
con verdadera sinceridad que todo lo que he aprendido en mis setenta y cinco años en este
mundo, todo lo que realmente ha mejorado y alumbrado mi existencia, ha sido a través de
la aflicción y no de la felicidad, ya sea buscada u obtenida. En otras palabras, si fuera
posible eliminar la aflicción de nuestra existencia terrenal por medio de alguna droga u otra
poción médica…el resultado no haría nuestras vidas disfrutables, sino demasiado vanas y
triviales para soportarlas. Esto es obviamente lo que la cruz [de Cristo] significa, y es la
cruz más que otra cosa lo que me ha llamado inexorablemente a Cristo. (Homemade, Julio,
1990).

Así que oro para que, mientras vemos la tercera parte de este texto, tú veas en él la cruz de
Cristo y seas atraído a él y a su comunidad para la causa de salvar pecadores.

Llamados De Acuerdo a Su Propósito


La tercera parte del texto es la frase: “a los que conforme a su propósito son llamados.” “Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados.” Así que hay dos cosas que deben ser verdaderas en
nosotros si la promesa va a ser nuestra. No es de toda la gente. Es de los que aman a Dios y
son llamados de acuerdo al propósito de Dios.

Éstos no son dos grupos de personas. Esto es un grupo de personas con dos cosas
verdaderas en ellos: 1) aman a Dios; 2) son llamados de acuerdo a su propósito. ¿Por qué
menciona Pablo estas dos cosas en lugar de solo una? Esta es mi sugerencia.

Si solamente hubiera dicho que todas las cosas ayudan a bien para los que aman a Dios,
hubiera sonado como que la promesa descansa sobre terreno frágil. Mi amor para Dios es
terreno frágil para esta promesa. Es una experiencia en mi corazón. Y mi corazón es
notoriamente inconstante, voluble y débil. El hacer que una promesa tan grande descanse
sobre la frágil experiencia humana es como poner una montaña sobre un malvavisco.

Por eso Pablo dice, esta promesa no solamente descansa en tu corazón de malvavisco,
descansa en el llamado de Dios y su propósito. “Todas las cosas ayudan a bien…a los que
conforme a su propósito son llamados.” Aquí tenemos la obra de Dios, no mi experiencia.
El llamado de Dios, no my conciencia. Esto es sólido. Esto es divino. Esto es poderoso,
profundo y fuerte.

¿Pero qué pasaría si Pablo solamente hubiera dicho, “Todas las cosas ayudan a bien a los
que son llamados”? Entonces querríamos preguntar, ¿Cómo sé si yo he sido llamado?
Desearíamos alguna señal de que Dios realmente ha hecho esto tan maravilloso y poderoso:
él me ha llamado.

Así que Pablo da las dos cosas. Nos dice de la obra divina, sólida y objetiva de Dios que
hace que la promesa no se derrumbe: nos ha llamado de acuerdo a su propósito. Ynos dice
qué pasó en nosotros cuando Dios nos llamó para que sepamos qué ha pasado: amamos a
Dios y a todo lo que él es en nosotros por medio de Cristo Jesús. Así que tenemos dos cosas
que deben ser verdad para que la promesa esté en nosotros. Nuestro amor que es subjetivo,
y el llamado de Dios que es objetivo. Nuestro amor es lo que nosotros hacemos, y el
llamado de Dios es lo que él hace. Nuestro amor es el resultado, y el amor de Dios es la
causa.

En otras palabras, el llamado de Dios de acuerdo a su propósito es parte del cimiento


profundo, masivo, e inamovible que Pablo está poniendo en Romanos 8 para que esta
promesa no se derrumbe y sea creíble. Tú no eres la clave aquí. Dios es la clave aquí. Su
obra hará que esta promesa sea verdad en ti, de otra manera no será verdad en ti. Porque tu
amor es demasiado frágil e incierto. Pero el llamado de Dios no es frágil ni incierto. Y no
solamente ha traído tu amor a existencia, sino que también lo mantendrá en existencia para
que la promesa de Romanos 8:28 sea verdad en ti para siempre.

Así que veamos lo que la Biblia tiene que decir acerca de este llamado que garantiza
nuestro gozo en la promesa para siempre. Creo que podemos resumir lo más importante
acerca de este llamado bajo dos preguntas: 1) ¿Qué pasa cuando una persona es llamada?
2)¿Cuál es el efecto de este llamado de largo plazo?

1. ¿Qué Pasa Cuando Una Persona es Llamada?


Dios llama a una persona a Cristo poniéndola en contacto con el evangelio de Jesucristo y
luego haciendo que su corazón muerto viva para que pueda escuchar el evangelio como
algo irresistiblemente verdadero y hermoso.

El llamado todopoderoso de Dios y mi llamado en su nombre no son idénticos. Cuando yo


predico, yo los invito a todos a escuchar el evangelio como algo hermoso y verdadero y a
sostenerse de Jesús como un tesoro. Pero en ese momento no todos son “llamados” en la
forma que Pablo utiliza la palabra en este versículo. Mi llamado es general. El llamado de
Dios, en y a través del mío, es específico. Mi llamado ofrece esperanza. El llamado de
Dios, en y a través del mío, crea esperanza. Mi llamado ofrece vida. El llamado de Dios, en
y a través del mío, da vida. Mi llamado ordena que ames a Dios. El llamado de Dios, en y a
través del mío, da lo que ordena.

¿Dónde podemos ver esto en la Biblia? En varios lugares (1 Corintios 1:22-24; 2:Timoteo
1:9; etc.). Pero quedémonos aquí. Los siguientes dos versículos son los más importantes. El
versículo 29 empieza con la razón por la que podemos estar seguros de que todas las cosas
ayudan a bien a los que son llamados. Es porque “(29) Porque a los que antes conoció,
también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que
él sea el primogénito entre muchos hermanos. (30) Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también
glorificó.”

Y todo eso está escrito para darnos la razón de porque todas las cosas ayudan a bien a los
que han sido llamados. ¿Qué dice él? Él dice que podemos estar seguros de que todo ayuda
a bien para los llamados ¡porque los llamados han sido predestinados para esto! Por lo
tanto, es seguro. Específicamente, él dice en el versículo 29 que son predestinados para ser
como Jesús y para tenerlo como un gran hermano mayor, y (al final del versículo 30) para
ser “glorificados.” En otras palabras, la predestinación respalda tu llamamiento y lo hace
seguro. Lo que Dios predestina, ocurre. Eso es lo que significa ser Dios.

Por esto es que Pablo añadió las palabras en el versículo 28, “conforme a su propósito” –
“Todas las cosas ayudan a bien…a los que conforme al propósito de Dios son llamados.” El
llamado de Dios no viene sin un propósito. Y el propósito de Dios se expresa en la palabra
“predestinó.” Él nos predestinó para que seamos como Jesús y para que tengamos a Jesús
como nuestro hermano mayor, fuerte y amoroso. Y entonces Dios tomó su predestinación e
hizo que se cumpliera al llamarnos. Versículo 30: “A los que predestinó, a éstos también
llamó.”

Y no solo eso, sigue leyendo. En el versículo 30 él dice, “…y a los que llamó, a éstos
también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” En otras palabras, todos
los llamados son justificados, y todos los justificados son glorificados. Esto es porque
cuando Dios predestina algo para que suceda, sucede. Y Dios predestino nuestra apariencia
semejante a la de Cristo y nuestro andar con Cristo, y esto significa nuestra gloria. Y Dios
dispone a hacer que lo que predestinó ocurra al llamarnos y luego justificarnos u luego
glorificarnos.

¿Qué aprendemos de esto? Aprendemos que el llamado de Dios aquí es su acción soberana
para sacarnos de la muerte espiritual de la incredulidad y la hostilidad hacia Dios a la vida
espiritual de la fe en Cristo y el amor a Dios. Sabemos esto porque todos los llamados son
justificados. Pero solamente los creyentes son justificados. Por lo tanto, el llamado de Dios
da certeza a la fe que ordena. Es efectivo. Garantiza el efecto del amor y la fe. El llamado
de Dios es su palabra creativa y omnipotente, como la palabra que Jesús hablo a Lázaro
cuando éste estaba muerto. “¡Lázaro, ven fuera!” (Juan 11:43). El llamado creó la vida y
Lázaro salió de la tumba.

Podemos confirmar con un texto clave en el llamamiento eficaz de Dios en 1 Corintios


1:22-24, “Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros
predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles
locura, [en otras palabras, todos están escuchando la predicación y están siendo llamados en
el sentido general, pero eso no es lo que “llamado” significa aquí o en Romanos 8:28] mas
para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

Algunos de los judíos y algunos de los gentiles son “llamados” cuando Pablo predica. Y lo
que pasa cuando son llamados es que ya no ven a Cristo crucificado como locura ni como
tropezadero sino como poder divino y sabiduría. Eso es lo que yo quería decir
anteriormente cuando dije que el llamamiento de Dios viene a través del evangelio y da
vida a los corazones muertos y hostiles para que escuchen el evangelio de Cristo
crucificado y resucitado como algo irresistiblemente verdadero y hermoso.

Todas las cosas ayudan a bien para ti si esto te ha ocurrido. Y nada puede detener que todas
las cosas ayuden a tu bien porque, justamente como Dios tomó la iniciativa de llamarte
omnipotentemente a él desde los muertos para que lo ames, así mismo él tomará la
iniciativa de mantenerte espiritualmente vivo y finalmente glorificado en la presencia de
Cristo. Todo ayudará a que tú llegues ahí.

Esto nos lleva a la última pregunta.

2. ¿Cuál Es el Efecto de Este Llamado de Largo Plazo?


El efecto es absoluta seguridad eterna para todos los que son llamados. Lo puedes ver en el
versículo 30: “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos
también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” Todos los llamados son
justificados, y todos los justificados serán glorificados. No hay excepción. Éste es el porqué
todas las cosas ayudan a bien para aquellos que son llamados conforme al propósito de
Dios. Su propósito es salvarnos solamente a través de su gracia todopoderosa de iniciativa y
de poder.

Pero algunos pueden decir, con temor, ¿Qué pasa si me doy por vencido? ¿Qué pasa si dejo
de creer? ¿Qué pasa si mi amor por Dios se enfría y muere? La respuesta es: esto no pasara
a los que son llamados. Y la razón NO es que no importe si tu fe falla y tu amor muere. La
razón es que el Dios que llama, mantiene. El Dios que, a través de su gracia soberana, te
llamó (véase Gálatas 1:6, 15; 2 Timoteo 1:9), te mantendrá creyendo y amando a través de
la misma gracia soberana.

Escucha la conexión entre el llamado de Dios y su guardado.

Judas 1:1, “Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados
en Dios Padre, y guardados en Jesucristo.”

1 Corintios 1:8 “[Dios] también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en
el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión
con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.

En otras palabras, Dios te confirmará para el fin porque él te ha llamado. Eso es lo que
significa la fidelidad de Dios. Dios te llamó conforme a su propósito para salvarte, y Dios
siempre hace lo que se propone hacer. Eso es su fidelidad.

I Tesalonicenses 5:23-24, “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo


vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”
Dios es fiel. Por lo tanto, si él te llamo, él te guardará.

Ahora hemos comenzado a ver la magnitud y la magnificencia de los cimientos debajo de


la promesa en Romanos 8:28. Los cimientos no son solamente tu amor a Dios. Son el
propósito eterno de Dios, la predestinación de Dios, el llamamiento eficaz de Dios, la
justificación de Dios, y la segura glorificación de Dios.

Es seguro que todo te ayudará a bien, no porque tu tengas el poder moral de seguir amando
a Dios, sino porque el que te llamó es fiel y obrará en ti para que sigas amando a Dios.

Por lo tanto, termino este mensaje donde lo hice la semana pasada: Ve a tomar riesgos por
causa del evangelismo, las misiones, la justicia y el amor. Porque no importa lo que cueste,
todo ayudará para tu bien. Él que te llamó es fiel. Él lo hará.

Fin
Lea los siguientes versículos para tener más ejemplos del llamado de Dios y del propósito
de Dios.

Usos de la palabra “llamado”

2 Timoteo 1:9, “Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras
obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los
tiempos de los siglos.”

Romanos 9:11, “Pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que
el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que
llama.”

Romanos 9:23-26, “Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los
vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha
llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles. Como
también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada,
amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados
hijos del Dios viviente.”

1 Corintios 7:18, 21, “¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue
llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide… ¿Fuiste llamado siendo esclavo?
No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más.”

1 Tesalonicenses 2:12, “Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que


os llamó a su reino y gloria.”

1 Timoteo 6:12, “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual
asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.”
Usos de la palabra “propósito”

Romanos 9:11, “Pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que
el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que
llama.”

Efesios 1:11, “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al
propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.”

Efesios 3:11, “Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor.”

2 Timoteo 1:9, “Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras
obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los
tiempos de los siglos.

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