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Georgina Montserrat Correa de la Cerda 31/01/2017

Estudios Sobre Poética


Antígona – Sófocles

Análisis de acuerdo a la Poética de Aristóteles

Sófocles nació en Colono, una aldea próxima a Atenas, al final del siglo cinco antes de Cristo. El poeta
produjo tragedias como Ayax, Edipo Rey y Antígona, que frecuentemente son citados como
ejemplos fundamentales de la tragedia griega. Así pues, es interesante comparar una de ellas
(Antígona) con los conceptos propuestos por Aristóteles en su Poética.

Fábula

Antígona es una hija de Edipo, protagonista de Edipo Rey, y su madre-esposa Yocasta.


Después de la muerte de sus padres, sucede que los dos hijos varones, Eteocles y Polinices, mueren
el mismo día: el primero defendiendo a la ciudad de Tebas, y el otro actuando en contra de ella.
Creonte, nuevo líder de Tebas, ordena que Eteocles reciba los honores de un héroe y prohíbe que
se sepulte a Polinices; Antígona, sin embargo, desobedece ésta orden y realiza a escondidas los ritos
sepulcrales. Furioso, Creonte ordena la muerte de Antígona a pesar de que ella está prometida para
casarse con su hijo, Hemón. Ya que la medida no es popular entre los consejeros y parientes de
Creonte, éste ordena solamente que sea ella encerrada en una cueva, de manera que no se vierta
su sangre. Aun así, el adivino Tiresias vaticina que la muerte de Antígona traerá malos augurios a la
ciudad: lamentablemente, el cambio de parecer de Creonte llega demasiado tarde, ya que Antígona
ha cometido suicidio y, con ella, Hemón. Debido a la muerte de su hijo, Euricides –esposa de
Creonte--, comete suicido también, de manera que Creonte queda solo y “muerto en vida”.

Lo primero que es importante señalar en esta tragedia es la notable unidad de acción: no


sucede nada en ella que no esté directamente relacionado a los ritos mortuorios de Polinices. La
cadena de causa y efecto es fácil de seguir, y no queda duda en ningún momento que cualquiera de
los sucesos presenciados pudo haber sucedido de no ser por la muerte de los hermanos. Esto
también ayuda a la factibilidad de la pieza, que de esta manera evita presentar algún hecho extraño
o imposible.
Georgina Montserrat Correa de la Cerda 31/01/2017
Estudios Sobre Poética
Costumbres

Los dos personajes predominantes en esta tragedia representan un contraste muy


importante: Antígona, quien respeta la ley divina, y Creonte, quien respeta la arbitraria ley humana.
Así pues, es extremadamente reveladora la única interacción que tienen, donde –cometida la
desobediencia--, cada uno expone los motivos (costumbres) que mueven sus acciones. Por su lado,
Creonte le reprocha a Antígona su determinación (la compara con un hombre, pues no encuentra
en ella la sumisión que espera de una mujer) y pinta a Polinices como un hombre deshonrado que
debe ser odiado por todo Tebas. Al contrario, Antígona nota que la ley divina (la que exige los ritos
sepulcrales) precede a la ley de los hombres, y muestra una virtuosa devoción familiar. Finalmente,
exclama “No nací para compartir el odio, sino el amor.” Así pues, Antígona es presentada como
heroína, mientras Creonte es reprochado.

Así pues, es curioso comparar esta presentación con su situación al final de la tragedia:
Antígona muere por su propia mano, mientras Creonte vive. Sin embargo, para entender esta
porción hace falta entender ciertos detalles. Primero que nada, Antígona acepta la muerte como
una consecuencia de sus acciones, y la admite como un final glorioso a una vida desdichada. De esta
manera, Antígona redime sus anteriores desgracias al terminar su vida en cumplimiento de su deber.
Al contrario, Creonte vive una vida terrible, que él mismo ha creado: a través de sus fallas, provoca
la muerte de su hijo y su esposa. Creonte es, entonces, condenado a la misma vida terrible de la que
Antígona se salvó por su propia mano.

De esta manera, se respetan las normas que Aristóteles plantea para las tragedias: el
personaje de carácter puro es premiado por los dioses, mientras que el reprochable es castigado.

Dictamen

“Con mucho, la prudencia es la base de la felicidad. Y, en lo debido a los dioses, no hay que
cometer ni un desliz. No. Las palabras hinchadas por el orgullo comportan, para los orgullosos, los
mayores golpes; ellas, con la vejez, enseñan a tener prudencia.”

El ejemplo de Antígona puede ser divido en dos costumbres virtuosas: el respeto al orden
divino, y el amor filial. Al contrario, las fallas de Creonte son las contrarias: la imposición de reglas
humanas, y el odio desmedido. Sófocles, al asignarle a cada uno de estos dos su destino, nos insta
a obrar como Antígona.
Georgina Montserrat Correa de la Cerda 31/01/2017
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Conclusión

Es evidente que Antígona fue uno de los ejemplos que Aristóteles, quien reflexionaba a
través de la observación, usó en la redacción de su Poética, pues esta sigue los lineamientos que
éste plantea. Al pie de la letra, podemos ver como Sófocles da importancia –en este orden— a la
fábula, las costumbres y el dictamen, de manera que sea claro cuál personaje es el digno de
admiración. Así pues, es importantísima su lectura de uno para la comprensión del otro.

Sófocles (n.d.) Ayax, Antígona y Edipo Rey. Salvat Editores, España [Trad. Carlos Miralles Solá] [Ed.
1969]

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