Este documental relata las injusticias del sistema actual, basado en la globalización, y

cuestiona su falta de ética aportando cifras de muertes por hambre, entre otras. La
globalización es como consecuencia de la internacionalización de la economía y el
desarrollo de los medios de comunicación de masas.

Por tanto, se puede decir, que es el proceso por el cual la creciente comunicación e
interdependencia entre los diferentes países del mundo, estos unifican mercados,
sociedades y culturas mediante unes transformaciones sociales, económicas y políticas
de carácter global. Estar en un mundo globalizado, en el que sus diversas partes cada
"vez están más estrechamente relacionadas, las formas de vida y pensamiento se
parecen cada vez más.

Para bien o para mal lo que ocurre en algún lugar del mundo, nos puede afectar simple
vista, puede parecer que la globalización es algo positivo para todos. Pero hay que
concretar que solo es beneficio para los países más ricos, mientras que a los países
pobres les perjudica, ya que los explota. Con este fenómeno, los países pobres
continúan siendo igual de pobres e incluso llegan a ser más pobres más aun, siendo la
contrapartida, que los países ricos se hacen aún más ricos.

En los países pobres, llamados del tercer mundo, mueren al día miles de vidas
humanas a causa de la pobreza que sufren, ya que pasan hambre y sufren
enfermedades mortales como el sida, tifus, malaria, destacar que los países
industrializados desechan mucha comida diaria que serviría para alimentar mejor a los
habitantes de estos países y, también, los avances en la medicina podrían salvar vidas,
pero esto ya es cosa del lobby farmacéutico que está protegido por la Ley de Patentes
y que determinados tratamientos que disponen, solo pueden acceder los que tienen la
capacidad económica suficiente para costearlo.

Es injusto porque si hay algún tratamiento capaz de salvar vidas, éste ha de ser
beneficio de todos y no de unos pocos. Los países más desarrollados destinan
recursos para financiar el programa de ayudas para el desarrollo de los países más
pobres. El problema cabe en que las sociedades civiles de estos países son débiles y
los gobiernos tienden a ser corruptos. Las oligarquías que gestionan el país se
enriquecen a costa del resto de sus habitantes, pero también hay que observar quien
controla los recursos naturales de estos países, porque el pueblo no es. Las ayudas al
desarrollo que se proporcionan deberían reforzar la gobernabilidad de dichos países,
así como sus sociedades civiles, pero si la gobernabilidad no se mejora, es muy difícil
avanzar.