IMPORTANCIA DE LAS AREAS NATURALES PROTEGIDAS

Para establecer la importancia de las Áreas Naturales Protegidas es necesario

entender el motivo por el cual los países han tenido que delimitar ciertas
partes de su territorio terrestre y acuático de inmensas y diversas riquezas
biológicas, naturales, fauna, flora así como, hermosos paisajes en su estado
natural.
En la etapa de la historia en la que el hombre se dedicó a la caza y recolección
para poder sobrevivir, este propició el exterminio de diversas especies
animales y vegetales, pero en general no se alteró el equilibrio ambiental.
A partir de 1800 se empezó el depredamiento ambiental; en África se
exterminaron muchos animales, en Australia se propició el incremento
desmedido de ganado sin que exista el suficiente forraje para su alimentación,
esta sobrecarga de necesidad de tierra hasta la actualidad no se ha
recuperado, en América del Norte se produjeron cambios más dramáticos;
grandes cantidades de bisontes, alces, antílopes y ciervos desaparecieron o de
lo contrario fueron reducidos a unos pocos.
Es entonces que surge la necesidad de preservar los recursos naturales,
surgiendo a mediados del siglo XIX diversas reservas, una de las primeras
reservas naturales; el Bosque Virgen en Bohemia Republica Checa en 1858,
también el bosque de Fontainebleu en Francia (1861).
En América, el año 1872 el congreso de los Estados Unidos reserva Yellowstone
como un parque público, creando de esta manera el primer espacio geográfico
designado como parque nacional en el mundo.
Podemos definir como Área Natural Protegida a una porción de territorio
terrestre o acuático delimitado legalmente con la finalidad de preservar la
flora, fauna así como los recursos naturales y culturales.
Actualmente, existe un Tratado Internacional de la Conferencia de las Partes
de la ONU; llamado “Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), que tiene
por objeto garantizar el cuidado y preservación de la complejidad biológica y
cultural del mundo, cabe señalar que actualmente el 12.6 % de la superficie de
tierra del mundo está protegido, y en la superficie marina solo se alcanza el 0.5
% del total.
En el Perú la entidad rectora es el Sistema Nacional de Áreas Naturales
Protegidas por el Estado – SINANPE, de las cuales 77 (ANP) son de
administración nacional, 17 (ANP) de conservación regional y 88 (ANP) de
conservación privada; cabe señalar que la última área declarada como parque
nacional es Gueppi Sekime el 25 de octubre del 2012 ubicado en Loreto, que
alberga un sin número de especies amenazadas como el palo de rosa y el
armadillo gigante.
Podemos señalar que la importancia de las Áreas Naturales Protegidas radica
principalmente en el hecho de que estas áreas mantienen los recursos
naturales y culturales en un estado dinámico y evolutivo constante sin la
intervención de la mano del hombre que sin duda es el gran propulsor para
que el ecosistema se haya alterado progresivamente y de una manera
peligrosa, consecuentemente estas áreas actúan como reguladores del clima
absorbiendo el carbono de la capa atmosférica y disminuyendo la cantidad de
CO2 contaminado del aire.
Asimismo, estas áreas protegidas guardan ingentes recursos genéticos que
tras un exhaustivo estudio y análisis pueden ser utilizados para luchar contra
enfermedades que no han podido ser derrotadas hasta la actualidad por los
médicos y científicos.
Las áreas protegidas naturales tienen gran importancia por la cantidad de
divisas que generan toda vez que los países las aprovechan como atractivos
turísticos, fomentando empleo en la industria turística y sus actividades
conexas por consiguiente se incrementa el Producto Bruto Interno (PBI) así
como el ingreso per capita por habitante.
Estas áreas protegidas permiten disminuir el proceso de erosión del terreno,
estabilizando las pendientes, actuando como cabeceras de cuencas, captando
y produciendo agua logrando la estabilización de los microclimas locales y
logrando abastecer de alimentos a las poblaciones que radican en estas zonas
protegidas.
Si bien los diferentes países están realizando una buena labor estableciendo y
administrando de la mejor manera posible estas zonas protegidas, la realidad
es que las áreas protegidas naturales están expuestas a amenazas constantes,
debido al tamaño del territorio en cada caso, por lo que es difícil el control y la
vigilancia, entonces no se cumple con la finalidad por la que estas áreas se
denominan protegidas.
Entonces consideramos que es muy importante la creación y la buena
administración de estas áreas, tanto de la clase dirigente política como de la
comunidad científica pues se ha visto que ambos grupos tienen divergencias
respecto al tratamiento que se le debe dar a estas zonas provocando
únicamente con sus acciones el deterioro del ecosistema.
Los países, las industrias y las personas que vivimos en este planeta, no somos
conscientes del daño que le estamos haciendo a él, salvo esfuerzos aislados,
aun no se logrado extender una filosofía de prevención del ecosistema, la
consecuencia de que no actuemos ahora nos llevara directamente al
exterminio, no estamos advirtiendo que el planeta ya nos está dando señales
a través de fuertes cambios climáticos que el ecosistema se está alterando,
como sociedad debemos entender que este es nuestro único hogar en el que
vivirán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos; por lo que resulta imperante
prestarle la atención debida a la protección del medio ambiente.
Creemos que son los estados quienes deben implementar políticas
coherentes y más firmes a fin de, no solo preservar, sino extender al área de
influencia de las zonas protegidas nacionales asimismo dotando de los
recursos necesarios a los organismos encargados de su administración, solo así
y con el compromiso de cada uno de nosotros de la manera más básica como
por ejemplo; tratar en la medida de lo posible evitar el uso de vehículos
particulares ya que representan casi la mitad de emisiones de CO2 del sector
transporte, consumir productos con certificación ecológica, consumir
alimentos de temporada; así evitaremos que el transporte contaminante nos
traiga productos lejanos, usar focos Led, enviar la basura orgánica de vuelta a
la tierra; como las cascaras de frutas y verduras. Así, mediante pequeñas
acciones evitaremos cataclismos que las futuras generaciones pudieran sufrir.