L a organización y reglamentación es obra exclusiva de los
ingleses. A ellos debemos otorgarles el patrimonio de su creación
La revolución industrial transforma la sociedad de este periodo y
Gran Bretaña ocupa un lugar de privilegio entre las naciones industrializadas. Su aristocracia acaudalada dispuso del tiempo suficiente para practicar las formas más variadas del ocio, entre ellas el deporte.
Fue en su seno y específicamente en sus grandes colegios
universitarios que se reglamentó, no sin muchas discusiones, y se concibió al fútbol tal cual hoy lo conocemos.
En 1857 aparece el Sheffield Club, primer club no universitario que
adopta las normativas de Cambridge. A partir de entonces proliferan los clubes y equipos.
El día 26 de octubre del año 1863 se reunieron en Londres los
delegados de los 7 Clubes que entonces existían en aquella ciudad. A consecuencia de esta reunión se formó “Football Association”, redactándose el primer reglamento de fútbol,
Lo habitual entonces era disponer la formación de los jugadores con
un arquero y diez atacantes (Sistema Primitivo). Aunque algunos equipos alternaban esta disposición, restando un atacante y colocando un defensor (Sistema de Dos Líneas).
El sistema de juego es la organización táctica estructural de un equipo
de fútbol y viene determinada por una dimensión estática y una dimensión dinámica.
Por dimensión estática se entiende al sistema de juego o dispositivo
táctico que representa el modo de colocación de los jugadores sobre el terreno de juego. Por dimensión dinámica, se entiende a las diferentes tareas y misiones tácticas distribuidas entre los jugadores que componen el equipo.
El aumento del nivel técnico y del análisis táctico (superioridad en
ataque) tuvo como resultado la mejor organización de la defensa y una distribución del campo más proporcionada.
Cuando alrededor de 1875 se introdujo el pase al compañero, el juego
pasó de ser un juego de penetraciones solitarias, transformándose en un juego de pases. Esto creó gran confusión desde el punto de vista defensivo, ya que las defensas que perseguían al poseedor del balón no ocupaban los espacios opuestos a él, y luego de un pase de este atacante, la defensa quedaba desairada lejos de la posible recuperación.
Sin debilitar la línea de ataque y como apoyo al defensa, se sumaron
2 defensas medios, que se situaban en el frente del último defensa. (1 - 2 - 7)
LA PIRÁMIDE DE CAMBRIDGE
La “pirámide” de Cambridge en el desarrollo de las tácticas de juego
está influenciada por el ambiente universitario en que desarrollaba principalmente el juego a finales del siglo XIX, principalmente en el ámbito universitario. En este ambiente el fútbol se convierte en objeto de estudio dirigido a un progresivo perfeccionamiento. El colegio de
Cambridge, uno de los más prestigiosos de Inglaterra ideó un nuevo sistema de juego fundamental en la historia del futbol y en la cual se basan todos los sistemas modernos.
Cambridge adoptó y difundió un sistema en forma de pirámide, para
obtener una ocupación más racional del terreno de juego. En este sistema delante del portero se colocaban dos defensores, más adelante se formaba otra línea formada por tres jugadores, más adelante la línea de los atacantes estaba formada por cinco jugadores.
Este sistema o esquema se difundió en toda Europa; se trata de un
sistema de juego ya completo, pero le falta la previsión de tener un defensor destinado a cada atacante y es precisamente esta característica por la que la pirámide de Cambridge puede considerarse un antecedente de la “Zona”. Es la forma de la que parten los dos esquemas de juego más difundidos a primeros de siglo: ``El método” y ``el sistema´´.
EL SISTEMA INGLES O WM:
El sistema inglés también conocido como WM por la disposición de
Ligeramente retrasado respecto a los dos medios laterales tenía la
doble tarea de oponerse a los medios atacantes y la de cambiar el frente del juego con pases precisos para iniciar la contra ofensiva. En general sus pases eran recogidos por los medios que desviaban los balones a los laterales, buscando éstos siempre ejecutar centros hacia el área, “el centro medio o metodista” jugador que asumía las funciones que actualmente desarrolla el “Líbero” defensivo y el director del centro del campo, en síntesis el medio central podíamos definirlo en este sistema como “El hombre-equipo”.
(Imagen clásica disposición WM 3-4-3 Vs un sistema 2-3-5)
Además, respecto a la pirámide los atacantes ya no estaban
dispuestos en una línea uniforme de cinco como en la pirámide. Era
un juego que esperaba el ataque en masa de los adversarios con el fin de cogerla desguarnecida.
El “sistema” Inglés o “WM” el “método” era la táctica ideal para un
juego esencialmente técnico, basado en la habilidad de golpeo y sobre los pases largos y precisos, y por lo tanto no se correspondía con el modo de jugar inglés que se desarrollaba en clave atlética de fuerza física, veloz y agresiva, destacando el “tackle” es decir el choque duro de hombre contra hombre para la conquista del balón y estaba en la búsqueda de un sistema de juego más adaptado a estas características.
La ocasión se presentó con la modificación del fuera de juego en el
año 1925 por el “ International Footbal Association Board)” que era el ente encargado de las regulaciones internacionales.
Hasta entonces un atacante que se encontrase más adelantado
respecto a la línea del balón, era considerado en posición regular, si en el momento en que se iniciaba el pase hacia él, al menos tres adversarios (normalmente, dos más el portero) se encontraban entre él y la portería. Se trataba de una regla que penalizaba el juego de ataque: bastaba con que un defensor avanzase, dejando un compañero en el área para que el centro adelantado se encontrara sistemáticamente en posición irregular. Como consecuencia se había desarrollado la estrategia de mantener en centro retrasado con el papel de pasador para los laterales que arrancando desde lejos, podían llegar a marcar sin caer en la trampa del fuera de juego. En 1925 se reducen a dos (casi siempre uno más el portero) el número de defensores que un atacante debía tener entre sí y la portería, y se establecía además que existía fuera de juego en la propia mitad del terreno de juego.
La modificación, favoreció al fútbol ofensivo. Fue Herbert Chapman,
mediocre jugador pero gran estratega, fichado por el Arsenal para resolver la deriva a la que iba el club, y poner a punto una nueva táctica de juego, que tomo su nombre (Chapman System) y que se
difundió por todas partes simplemente con el nombre de ``sistema´´. En este esquema táctico, la figura predominante seguía siendo el mediocampista central pero que, a diferencia de lo previsto en el ``método´´, se retrasaba a la línea de los defensas centrales, los cuales, a su vez, se alargaban sobre las bandas laterales, dando vida a una defensa de 3. El mediocampista central, situado en el corazón de la defensa, tenía la misión de tener el cuidado de marcar (al ``hombre´´, como se diría hoy) al mediocampista ofensivo adversario: hacía así el papel específico del ``stopper´´. Los defensas laterales avanzaban y formaban, con los dos medios, el cuadrilátero del centro del campo, mientras que las alas y el centrocampista ofensivo constituían los defensas de punta.
Respecto a 2-3-2-3 del método, el sistema presentaba un 3-2-2-3 y en
la representación gráfica, el equipo no dibujaba ya una W, más bien una W y una M, y es por esto que con el nombre ``WM´´ se conoce y se difunde el sistema inglés en todo el mundo. Las diferencias entre método y sistema pueden parecer poco significativas, pero en la realidad no cambian solamente la posición el campo de algunos jugadores, sino que cambian la entera filosofía de juego. Los marcajes se convierten en individuales, estrechos, a veces asfixiantes; la fragmentación del partido en una serie de duelos, hombre contra hombre determinó un fútbol más agresivo, menos técnico y fantasioso, más rápido y físico.
En Inglaterra, el éxito del sistema fue inmediato, también porque el Arsenal, repuesto por Chapman, salió de un largo periodo de crisis y obtiene una larga serie de victorias, conquistando una copa de Inglaterra y tres títulos absolutos en un plazo de 5 años. Estos positivos resultados indujeron a muchos equipos, a adoptar el nuevo sistema. Todos los clubes ingleses se convirtieron rápidamente al sistema e incluso en Alemania, el suceso fue notable (bajo la dirección del técnico Otto Nerz, los alemanes fueron los únicos en adoptar este sistema en los mundiales de 1934, que sin embargo perdieron ante Italia, que en cambio aplicó el ``método´´).
El sistema puro, tal y como lo concebían los ingleses, no se adaptaba
al fútbol italiano, el paso al nuevo sistema aún no se había completado, cuando ya se comenzó a aportar correcciones y adaptaciones al módulo originario. En el 1944, venciendo el campeonato de guerra, aunque no reconocido oficialmente, el equipo de los bomberos de la Spezia, dirigidos por el técnico Barbieri, que fue uno de los primeros jugadores en practicar el sistema en Italia, había empleado el ``medio sistema´´, un híbrido entre método y sistema.
Un esquema similar a éste, había sido adoptado en la temporada
46/47 por algunos equipos de la liga italiana, que situaba un defensa para cubrir al mediocampista ofensivo liberado de marcaje y preparado para intervenir en la segunda jugada.
Muchos equipos de la liga italiana adoptaron una táctica que
privilegiaba la fase defensiva, quitando un hombre del ataque, para dotar al equipo de un último baluarte, que la hiciese menos vulnerable frente a los equipos más fuertes, que tenían la posibilidad de fichar a los mejores y más caros atacantes extranjeros.
(Figura 1. Catenaccio o sistema Viamena, con la numeración. Figura 2. Catenaccio años 60)
La variante más famosa y genial del sistema, sigue ligada al nombre
de su creador, el técnico Gipo Viani, dándose cuenta que el grupo de jugadores que tenía a su disposición en la Salernitana era demasiado modesto para afrontar con éxito, hombre contra hombre, a los adversarios más fuertes, pone en práctica una disposición simple y eficaz, formando con el número 9 a un jugador que tenía características defensivas. Éste, en el pitido inicial, retrocedía e iba a controlar al atacante central adversario, liberando de este modo del encargo al propio centrocampista, que se desplazaba a la espalda de todos, para socorrer en cualquier parte en la que se abriese un hueco y remediar el error de un compañero o al desmarque de un adversario.
Este sistema de juego, que potenciaba la defensa y empobrecía el
ataque fue llamado ``Vianema´´, y se inspiraba en el modo en el que el técnico austriaco Karl Rappan había hecho jugar a suiza en los mundiales de 1938. Se trataba de una suerte de anticipación de aquel “catenaccio” que a continuación se convertiría en el símbolo de la
vocación obstruccionista del fútbol italiano, desde una óptica despreciativa, pero que sería vista de manera crítica, en realidad, cuando fue aplicada por grandes equipos. El catenaccio reveló ser una táctica muy eficaz, utilizando la cual el Inter de Milán entrenado por Foni gana dos ligas consecutivas en el 1953 y 1954. El movimiento decisivo era, atrasar al ala derecha, que en fase defensiva cogía el puesto del defensa, el cual, a su vez, retrocedía a la espalda de los otros defensores/marcadores con la función de ``escoba del área´´.
Una vez en posesión del balón, el Inter reorganizaba las posesiones
originarias y de este modo hacía más impenetrables las defensas, pero no penalizaba el ataque, cuando llevaba la iniciativa del juego. Como siempre, la táctica era, tanto más funcional, cuanto más eficaces eran los intérpretes. Disponiendo de atacantes excepcionales (lorenzi, Nyers y Skoglund), aquel Inter podía permitirse quedarse en inferioridad numérica.
SUDAMÉRICA; DE LA DIAGONAL AL 4-2-4
Sudamérica: de la diagonal al 4-2-4 también en la escuela
sudamericana, que discutía a la europea la Leadership mundial, se había desarrollado la investigación de un esquema racional de juego.
Argentina y Brasil preferían confiarse al libre talento de sus fuera de
serie (y Brasil frecuentemente caía en la anarquía). Uruguay, en cambio, se había afirmado precisamente por la virtud de una rigurosa organización que cuidaba sobre todo la fase defensiva, y sobre la dirección del método que ya en los años 20 y 30 había adoptado una variante llamada el abanico, que preveía el mediocampista ofensivo. Una figura ésta que se encuentra en la diagonal, módulo de juego desarrollado en los primeros años de la post-guerra por los dos principales equipos brasileños de rio, el Flamingo y el Fluminense. La diagonal se inspiraba en el sistema inglés, pero con una particular atención a las maniobras sobre las bandas laterales, donde defensas y ala trabajaban en tándem, trasladando después el juego por el centro.
(De aquí el nombre de diagonal). Aquí el medio, con el dorsal número 5, es la bisagra del equipo, actuaba en sintonía con el centro ofensivo, más retrasado en comparación con sus compañeros de posición. El más célebre centro- ofensivo retrasado de Brasil fue Ademir, delantero elegido en el mundial de 1950, donde por lo demás la diagonal de Brasil, fue sorprendentemente batida por Uruguay, empleando el método del catenaccio europeo.
El centro ofensivo retrasado fue también elegido en sentido táctico,
por la selección más fuerte de los años 50, la gran Hungría, que disponiendo de auténticos fuera de clase, podía permitirse el siguiente esquema: 3 defensores en línea, como en el sistema puro, dos medios de filtro y despeje, el centro ofensivo retrasado en línea con los dos alas, mientras que los dos teóricos interiores, Kaocsis y Puskas, constituían en realidad las puntas más avanzadas, casi un doble centro ofensivo. Respecto al sistema clásico, (WM), el sistema húngaro se le llamó ``MM´´ (3-2-2).
La verdadera revolución táctica se verifico en Sudamérica en 1958 por
la selección de Brasil, confiada a la guía de Vicente Feola. Mientras casi toda Europa, bajo el impulso de Italia, jugaba con el líbero fijo en
defensa, Brasil se presentó con tres líneas paralelas: 4 defensores (dos laterales y dos centrales); dos medios, uno de contención y uno de dirección; cuatro atacantes. El 4-2-4 puede ser considerado el antecedente de todas las tácticas modernas, porque de sus correcciones, en sentido defensivo, descienden primero el 4-3-3 (Con un ala, quitada al ataque y añadida al centro del campo), luego el todavía el actualísimo 4-4-2 donde defensa y centro del campo presentan una disposición especulativa (dos laterales y dos centrales) y donde los atacantes, reducidos a dos, se mueven por todo el frente de ataque y crean espacios para los ataques de los compañeros más retrasados. Es en otras palabras, la zona que se contrapone al fútbol a la italiana, basados sobre marcajes individuales y un líbero fijo, detrás de la línea defensiva.
(Juego Táctico – El sistema 4-1-2-3 contra 4-4-2 defensivo)
El juego total de los holandeses (4-2-4 brasileño con sus derivados),
tardó en ser aplicado en Europa, donde resistía el juego más pragmático “a la Italiana”, exaltado por los éxitos de H. Herrera en el Inter de Milán. Para que se produjera un cambio verdadero, era necesaria una auténtica revolución: Al principio de la década de los setenta, Holanda, una nación que hasta ese momento había estado al margen del fútbol de élite, con sus clubes, pero también con su selección, apoyado por la aparición de una generación de jugadores fuera de serie, que hubieran sabido que aplicar con éxito cualquier esquema de juego, atacó el punto débil de cualquier estrategia hasta entonces teorizada: los roles fijos, de los jugadores.
El “fútbol total” prevé una completa intercambiabilidad de funciones entre los jugadores en el campo; incluso el portero que hasta entonces no podía hacer otra cosa que permanecer en el área, podría salir de ésta e incluso jugar con el pie. Se trataba de una “Revolución” en el modo de entender el fútbol más que de una técnica; los defensas intervenían en el ataque o lo apoyaban, los atacantes retrocedían para defender su propia área, y por lo tanto el futbolista especialista, se sustituía por un jugador polivalente. Johan Cruiff, un jugador extraordinario, se convirtió en el símbolo visible de este nuevo fútbol, Holanda no se alejaba mucho del 4-3-3, la diferencia venia dada de los desplazamientos en el campo, del ritmo y la velocidad de juego pero también de nuevas formas de juego. Como el fuera de juego sistemático (avance sincronizado de todos los defensas para dejar en fuera de juego a los atacantes adversarios) o el pressing con agresividad al contrario cuando este estaba en posesión del balón, máxime si la realizaban dos o tres jugadores al mismo tiempo. En la época en la que se desarrolló el “fútbol total” parecía la solución ideal, pero este esquema, como todos, estaba estrechamente ligado a la habilidad de sus intérpretes: todos los intentos que se hicieron para imitarlo fracasaron, y la misma selección de Holanda, en las generaciones siguientes, no consiguió alcanzar los mismos éxitos. Fue en cambio, un equipo Italiano, el Milán entrenado por Arrigo Sacchi, en los años ochenta, el que propuso de nuevo el fútbol total, (este equipo contaba con los tres campeones holandeses; (Gullit, Van Basten y Rijkaard). Aquel Milán tuvo más éxitos fuera que dentro de Italia, y fue admirado en todo el mundo como ejemplo de un fútbol espectacular, aplicando el principio de la fuerza del colectivo en el cual se fundamentó el éxito del equipo y en el que pueden aflorar la calidad de las individualidades. Sin embargo es difícil aplicar este modo de juego si no se cuenta con los jugadores adecuados y con la calidad suficiente para aplicarlo.