1 EDITORIAL

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3 Nadie los escucha
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5 Casi como si fueran parte de la rutina diaria de la capital del Paraguay, los miembros de
6 los pueblos originarios volvieron a ocupar las calles de Asunción, hace casi dos meses
7 están en la ciudad solicitando reivindicaciones para sus comunidades. Hombres,
8 mujeres, y niños pertenecientes a tres grupos de indígenas acampan en diferentes
9 puntos de la capital paraguaya y salen a diario a exigir la atención del Gobierno, cómo
10 es posible que tras sendas reuniones con referentes gubernamentales aún no se logre
11 encontrar una respuesta aceptable a los pedidos de este sector de la población, el más
12 olvidado.
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14 Nadie parece escuchar el clamor de los miembros de las comunidades indígenas, a
15 pesar que marcharon por las calles del centro asunceno, protestaron en la Plaza de
16 Armas, así como frente a las sedes del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) y del
17 Congreso Nacional. A pesar de todas las medidas de fuerza que realizan, los miembros
18 de estos pueblos originarios movilizados todavía no reciben respuestas de parte de las
19 autoridades a las que elevan diariamente sus reclamos.
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21 Son miembros de unas 10 comunidades indígenas, provenientes de diferentes puntos
22 del país, están ocupando la Plaza de Armas (frente al Congreso nacional), las calles de
23 la antigua sede del INDI, y la Plaza Uruguaya. Todos ellos coinciden en un reclamo, la
24 renuncia de Ana María Allen, presidenta del INDI, consideran que desconoce su función
25 y no defiende sus intereses frente a empresas que invaden sus tierras ancestrales. El
26 Gobierno respondió apoyando a su funcionaria y advirtiendo que no aceptaría ningún
27 "diálogo condicionado" con las comunidades.
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29 La población indígena de Paraguay asciende a unas 120.000 personas, el 76 por ciento
30 de ellas vive en situación de pobreza extrema, según datos oficiales, debido
31 especialmente a la expropiación de sus tierras. Paraguay tiene también la mayor
32 concentración en la propiedad de la tierra del mundo, el 90 por ciento de la tierra están
33 en manos del 5 de los propietarios, según la organización internacional no
34 gubernamental Oxfam.
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36 El problema de las tierras ancestrales y de la reforma agraria frente al modelo de la
37 agroindustria, es un debate inacabado en el país. La brecha enorme sobre la tenencia
38 de la tierra, marca la hoja de ruta, más allá de las buenas intenciones de los gobernantes
39 y parlamentarios de turno. Se requiere un cambio profundo en la legislación para romper
40 con la propiedad privada ociosa y aquella que es nefasta para la salud.
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42 La pobreza en el campo es evidente, las tomas de tierras, el desalojo de pueblos
43 originarios de sus tierras ancestrales son el resultado de la “omisión” de los representes
44 electos por la población. Estos elementos son el caldo de cultivo de la insatisfacción de
45 la gente en el campo por que generan pobreza, la cual tarde o temprano se traslada a
46 las ciudades formando los cinturones de miseria.
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48 El reclamo que por casi dos meses impulsan los miembros de los pueblos originarios,
49 en la capital del Paraguay, es el síntoma de un problema de larga data, la inequidad en
50 la tenencia de la tierra y la pobreza como efecto de la misma. Este es un problema social
51 “ignorado” por el poder político, pero que tarde o temprano debe ser resuelto, porque la
52 falta de condiciones básicas para vivir con dignidad, en el campo y la ciudad, son como
53 la dinamita presionada, tarde o temprano estalla.