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Fundación
General de la Universidad Complutense. Julio 2018
1. Comunicación eficaz.
Las características de los buenos comunicadores abarcan todas las situaciones y culturas. Ser
un buen comunicador tiene muchos beneficios en casi todas las circunstancias de la vida, tanto
si son vivencias personales como profesionales. Ser un buen comunicador se convierte, por
tanto, en un viaje de por vida y no en un destino.
Como cualquier habilidad, hay en ella algo de innato: todos hemos conocido buenos
comunicadores que parecen inmediatamente detectar qué es lo que su auditorio necesita oír
en cada momento. Sin embargo, y aun reconociendo que hay personas que de modo intuitivo
y natural poseen esta destreza, la mayoría de los comunicadores excelentes comparten
principios y técnicas que se pueden entrenar, y por tanto partimos de la convicción de que es
un arte que puede aprenderse. De algunas de esas técnicas y su aplicación al mundo
empresarial hablaremos hoy.
Un directivo que presume de ser buen comunicador sabe cómo dar y recibir mensajes, captar
señales emocionales y no verbales de sus interlocutores, sintonizar con el mensaje de sus
iguales y/o subordinados. Los comunicadores excelentes abordan directamente y de modo
asertivo las cuestiones difíciles y no evitan o posponen los problemas que saben que se
pueden enquistar. Practican la escucha activa, buscan la comprensión mutua y no tienen
ningún problema en compartir la información de la que disponen; alientan la comunicación
sincera y permanecen atentos a las “señales” y a las noticias, tanto si son buenas como malas.
En este intercambio de mensajes se propicia o se busca una respuesta que puede ser positiva o
negativa. Es lo que entendemos por retroalimentación o feedback. Si interpretamos
correctamente las distintas señales de nuestro interlocutor, podemos “adelantarnos” y prever
cómo será ese feedback para evitar situaciones no deseables.
Mensaje: Es lo que expresa el emisor, y como vamos a ver, se expresa a través de un código
verbal, paraverbal y no verbal.
Contexto: Es todo lo que rodea al emisor y al receptor: lugar donde se encuentran, la situación
que viven, las circunstancias físicas, culturales, históricas y sociales en las que se produce el
mensaje. Para que éste adquiera sentido, es necesario que esté contextualizado; o sea,
ubicado en tiempo, forma, momento, personas y lugar. Evidentemente hay que contar
también con que ese entorno puede tener ruidos e interferencias.
Código: Es el sistema de signos empleado por el emisor para estructurar su mensaje, que debe
ser conocido por el receptor para entenderlo.
Canal: Se llama así al medio por el cual se ponen en contacto el emisor y el receptor; por
ejemplo: la voz, los gestos, los movimientos corporales, así como el teléfono, el correo
electrónico, entre otros.
Cada vez que una persona se dirige a otra, ya sea de modo oral o escrito, siempre ocurre un
proceso comunicativo. La finalidad específica con la que transmite un mensaje se conoce como
intención comunicativa.
La comunicación más abundante y por excelencia es la oral, que contienen a su vez elementos
verbales, no verbales y paraverbales. Cuando hablamos de la parte verbal, nos referimos al uso
de palabras adecuadas, tanto por su significado denotativo como por su connotación; cuando
hablamos de lo paraverbal nos referimos a la forma de eslabonar dichas palabras, las
modulaciones de voz, la forma en que usamos pausas y silencios. Por último, cuando nos
referimos a la parte no verbal, pensamos en los gestos, lo proxémico, en los ademanes,
gesticulaciones y señas.
Albert Mehrabian, Ph.D. y profesor de psicología en UCLA, realizó un estudio donde determinó
que la comunicación total entre humanos en sentimientos y actitudes se divide de la siguiente
manera: la parte verbal se lleva solo entre el 7% y el 20% de lo que comunicamos; mientras
Es común que en su devenir diario los seres humanos hagamos gestos y demos señales no
verbales interpretables por otras personas como muecas faciales, movimientos de brazos,
manos y dedos, postura en que colocamos las piernas y un variado etc. Paul Ekman,
un psicólogo estadounidense pionero en el estudio de las emociones y la expresión facial de
las mismas, encontró hasta quince expresiones del rostro universalmente entendibles en
diferentes culturas. Ekman sostuvo siempre que las expresiones faciales de las emociones no
son determinadas culturalmente, sino que son más bien universales y tienen, por consiguiente,
un origen biológico, tal y como anteriormente había defendido Darwin. Hoy en día, la mayoría
de los psicólogos y antropólogos afirman que Ekman estaba en lo cierto. Entre las expresiones
que él clasificó como universales se encuentran aquellas que expresan la ira, el asco o la
repugnancia, el miedo, la alegría, la tristeza y la sorpresa. En cuanto al desprecio o desdén, es
menos claro. También ha señalado signos de cómo se expresa la mentira.
A continuación presentamos los fotogramas del video “Lie to me” en el que se resumen los
microgestos de esas expresiones universales de las emociones:
Apertura Brazos abiertos, manos abiertas, palmas expuestas, cuerpo inclinado hacia
(receptivo) adelante.
Reserva Brazos cruzados, palmas ocultas, piernas cruzadas, puños cerrados. Cuerpo
(defensivo) menos próximo, girado, ceño ostensiblemente fruncido.
Interés Ojos, pupilas ligeramente abiertas. Aumenta el contacto visual. Cabeza ladeada.
Expresión de cara suave, aunque a veces se presenta concentrada y asintiendo.
Pies contra el suelo, cuerpo hacia adelante, se mueve o inclina.
Si lo que queremos interpretar es la posible decepción de nuestro interlocutor ante algo que le
hemos planteado, lo que tendremos que observar son grupos de gestos corporales e indicios
contradictorios entre el lenguaje oral y el corporal.
Movimiento Disminuyen los grandes movimientos del cuerpo. Aumentas los pequeños
corporales giros (la persona se retuerce)
Si alguien lleva su mirada hacia la izquierda, significa que posiblemente esté mintiendo o nos
esté ocultando información importante. Sin embargo, la mirada hacia la derecha puede
significar que esa persona recuerda algo que sucedió.
Rascarse o tocarse bien la ceja, bien la parte superior, o simplemente colocar ahí la mano, así
como desviar la mirada se interpretan como gestos de vergüenza.
Colocarse las manos en cruz por delante de las caderas o apoyar algo es indicio de
vulnerabilidad. Sin embargo, mantener los brazos juntos hacia atrás, mirar por encima del
hombro o entrelazar los dedos sobre la mesa es marca de superioridad o de autoridad.
Acariciarse la mandíbula normalmente es sinónimo de cavilación o de actitud negociadora.
Cuando alguien, sin embargo, mira insistentemente hacia abajo es que no cree lo que está
escuchando o quiere evitar enfrentamiento por sentirse violento.
Por último, tocar con los dedos alternativamente una superficie o una mano denota
impaciencia; tocarse la nariz indica que la persona siente temor a que algo vaya mal o que
oculta algo; y las manos en los bolsillos o un evidente relajo sobre la silla si se está sentado
frente al interlocutor indicará pasotismo.
En la comunicación tienen también un papel muy importante los dos hemisferios cerebrales: el
hemisferio derecho del cerebro, nuestra parte más emocional, controla la parte izquierda de
nuestro cuerpo. El hemisferio izquierdo, por el contrario, corresponde a nuestro ser más
racional, y controla la parte derecha del cuerpo. Por eso, en muchas ocasiones, lo que
queremos controlar lo mantenemos a nuestra derecha.
De acuerdo con lo planteado por Daniel Goleman (1996, 1999, 2001), la inteligencia emocional
tiene un componente intrapersonal y una dimensión interpersonal. Lo intrapersonal
comprende las capacidades para la identificación, comprensión y control de las emociones en
Hemos hablado mucho del lenguaje no verbal, pero escoger las palabras correctas es también
una gran ayuda para evitar el conflicto o la ruptura de la comunicación.
Elogiar que criticar; Responsabilizarse que culpar; Mostrar discrepancia que disputar o discutir
agriamente; Persuadir que imponer; Respetar que tolerar; Sugerir que ordenar; Solucionar que
quejarse; Reconocer los errores que exculparse o poner alguna excusa; Escuchar que
interrumpir; Rechazar asertivamente ofreciendo alternativas que decir solo “no” y hablar de
“nosotros” en lugar de “yo” cuando la situación nos implica a varios (veremos más tarde la
diferencia con momentos en que debemos mostrar toda nuestra asertividad si nos sentimos
atacados o ninguneados). Aprender a expresarse de forma emocionalmente correcta nos
llevará automáticamente a un cambio positivo en nuestras relaciones.
La forma de decir las cosas puede cambiar el ánimo y disposición de quienes te escuchan.
Un Rey soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un
Sabio para que interpretase su sueño.
- ¡Qué desgracia mi señor! – exclamó el Sabio – Cada diente caído representa la pérdida de un
pariente de vuestra majestad.
- ¡Qué insolencia! – gritó el Rey enfurecido – ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa?
¡Fuera de aquí!
Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de
escuchar al Rey con atención, le dijo:
- ¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos
vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de
oro.
Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer
Sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de
oro.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de
alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con
ternura, ciertamente será aceptada con agrado. El hombre ha recibido el don de la palabra… y
cuando la emplea adecuadamente transmite mensajes que nos ayudan a ser mejores.
Lyman Porter y su compañero Edward Lawyer establecieron en el año 1968 su teoría de las
expectativas y la motivación (el desempeño conduce a recompensas intrínsecas-sentido de
logro o autorrealización- y recompensas extrínsecas -condiciones laborales y estatus-. Estas
recompensas, mediatizadas por lo que el individuo considera justo, conducen a la satisfacción).
Al analizar las expectativas, estos autores también profundizaron sobre las posibles reacciones
a los mensajes emitidos por otros.
En respuesta a un mensaje emitido por un tercero (ÉL), mi actitud (YO) va a inducir una
respuesta que será más o menos favorable a la comunicación.
Mensaje inicial
ÉL YO
Juicio
Interpretación
Apoyo
Cooperación Fuga
Defensa Empatía
Fuga
Hostilidad
Desviación
YO ÉL
JUICIO: Bien, mal, moral, PERCEPCIÓN: culpabilidad, INDUCIDO: defensa,
recomendaciones…. revuelta hostilidad
INTERPRETACIÓN: Lo sé, lo PERCEPCIÓN: Propósito INDUCIDO: hostilidad
sé, se mejor que usted lo que deformado
me quiere decir….
APOYO: protección, ayuda, PERCEPCIÓN: Aceptación Vs. INDUCIDO: cooperación vs.
consuelo… Paternalismo hostilidad
INVESTIGACIÓN: PERCEPCIÓN: Interés vs. INDUCIDO: cooperación vs.
Herramienta-preguntas Interrogatorio policial Defensa o desviación
FUGA: no es problema mío PERCEPCIÓN: desinterés INDUCIDO: hostilidad
EMPATÍA: Interés+ PERCEPCIÓN: comprensión, INDUCIDO: cooperación
Neutralidad. Herramienta: interés
reformulación interrogativa
SITUACIÓN A
Su colega Juan: “Este aparato indica 201,8 y debería marcar alrededor de 120; y lo he calibrado
bien. Este aparato ha venido de la revisión hace solo cuatro meses, ¡y mis gafas son nuevas!
1. Sí, cosas así me ocurren a mí a menudo. Seguramente que el aparato está roto.
2. ¿Es la primera vez o hace varios días que la medida ha empezado a desviarse?
3. Resumiendo: ¿que el aparato te da medidas erróneas y no sabes por qué?
4. Déjame echarle un vistazo, si quieres.
5. No conozco ese tipo de aparato, no puedo ayudarte.
6. O sea, que aún no conoces totalmente tu material…
7. ¿Estás seguro de que lo enviaste a revisión?
SITUACIÓN B
Uno de sus proveedores le llama por teléfono: “No podemos enviarles el certificado de
conformidad que han solicitado, se han producido errores de procedimiento en nuestros
servicios y los controles del lote en cuestión no se han acabado”.
1. No es un drama. Vamos a arreglárnoslas para hacer los controles que faltan, ya sea allí,
ya sea aquí. Veámoslo más de cerca.
SITUACIÓN C
Su jefe le dice: “Esos idiotas del taller son completamente incompetentes: se les explica diez
veces por qué es importante tomar precauciones a la hora de poner las juntas pero no sirve de
nada. ¡Siguen poniéndolas de cualquier manera para ganar unos minutos a fin de mes!. Al fin y
al cabo… ¡que hagan lo que quieran!
1. Es verdad, yo también he pasado mucho tiempo explicándoselo, pero no hay nada que
hacer…
2. ¿quiere decir que le exasperan los fabricantes porque no acaban de enterarse de la
importancia de la calidad, a pesar de sus explicaciones?
3. Lo que yo hago es controlar, y si no está bien, bloqueo el lote.
4. ¡Siempre igual! Los fabricantes lo hacen a propósito simplemente para molestarle.
5. ¿Se lo ha explicado al encargado o directamente al ingeniero de producción?
6. Pierde el tiempo intentando convencer a los fabricantes.
SITUACIÓN D
Julián, el encargado, entra en su despacho con aire descontento y se dirige a usted en estos
términos: “Entonces, ¿vienen ya las juntas que debes controlar? ¡No parece que te des cuenta,
pero tengo una cadena de montaje de 10 personas que tengo que alimentar!
Las personas suelen mostrar tres tipos diferentes de estilos para comunicarse: pasivo,
agresivo y asertivo.
R. Lazarus (1971) define asertividad como “defender los derechos personales y expresar
los pensamientos, emociones y creencias de manera directa, honesta y apropiada, sin
violar los derechos de otras personas”.
M. Güell (2005) define asertividad como “la expresión de los propios intereses, creencias,
opiniones y deseos de manera honrada, tranquila, sin sentimiento de culpa y sin perjudicar
ni agredir los deseos, intereses o derechos de los otros”.
La definición de las autoras E. Bach y A. Forés (2008) sería “la capacidad de expresar
abiertamente y de un modo oportuno todo aquello que es de vital importancia para
conocernos, acercarnos y entendernos mejor unos a otros”.
Se podría decir que la asertividad establece un balance entre el estilo agresivo centrado en
el “yo” que olvida el “tú”, y el estilo pasivo centrado en el “tú” que relega casi por
completo el “yo”.
8. Pides la carne poco hecha en el restaurante y cuando la traen está más pasada de lo
que a ti te gusta.
9. Pides en la gasolinera que te pongan 50 euros de gasolina. El empleado llena el
depósito y te pide 60 euros.
10. Mientras estás esperando tu turno en la frutería llega un cliente y se cuela.
11. Vas a comprar y al salir de la tienda te das cuenta de que en el cambio te han devuelto
60 céntimos de euro.
12. Vas a buscar a un amigo para ir en tu coche a una reunión. El amigo se entretiene
media hora haciendo cosas banales, y llegáis tarde los dos.
13. Estás descansando mientras lees el periódico después de un duro día de trabajo Tu
pareja (madre/padre/compañero de piso) irrumpe en la habitación, lista de la compra
en mano, y dice “no creí que estuvieras aquí. Corre, tráeme esto de la tienda”.
Para poder influir positivamente en los demás hace falta tener habilidades de persuasión. Las
personas dotadas de esta competencia utilizan estrategias para alcanzar el consenso y el
apoyo de los otros, y recurren a argumentaciones muy precisas para convencer.
Exterioriza tus sentimientos. “Eres un buen colega”, “me siento bien hoy”, “no
me hables de esa forma”, “No es la orden que te di”. Contraejemplo sería el
quedarse callado, titubear o mostrarse agresivo.
Utiliza en lo posible la palabra “yo” (sin excederte para que no suene
egocéntrico, y solo en casos en los que la asertividad sea necesaria). Cada
persona debe hablar en términos de lo que siente o desea,
independientemente de los deseos de las personas que lo rodean. “Pienso que
8. Ser concreto
Uno de los retos más importantes a los que se enfrentan los líderes de las organizaciones es
una buena transmisión de la información a sus subordinados. El líder debe establecer
directrices, planteando de modo correcto los objetivos; seguidamente coordinar e involucrar a
su gente a través de una adecuada retroinformación, y finalmente reconocer y desarrollar el
potencial de sus subordinados a través del reconocimiento y la motivación, intentando que sus
críticas, de ser necesarias, sean constructivas.
Una de las claves para comunicar los objetivos a cubrir es la concreción, además de la
asertividad de la que ya hemos hablado. A la hora de establecer objetivos y metas, el líder
debe recordar que los objetivos han de ser:
Medibles
Alineados
Realistas
Comprensibles
Observables
Marca con una C las expresiones de este listado que consideres que transmiten una
comunicación concreta.
D escribir la situación.
E xpresar tus emociones.
P edir un cambio.
A gradecer.
Debemos siempre recordar que es el empleado o subordinado el que nos debe escuchar y
ofrecer la solución al conflicto, debemos obligar a que piensen en cómo solventar la cuestión y
a que no se acostumbren a que tú como superior se la soluciones. Esto crea relaciones de
dependencia. Hay que tener cuidado con la gente que “desvía” la conversación y acaba
convirtiendo el problema en algo tuyo.
La escucha activa es una capacidad crítica de influencia que tiene una importancia directa
en los procesos de comunicación y negociación. Incluye diversas conductas que comunican
al otro que se le está escuchando y comprendiendo, que se parecían y aceptan los
sentimientos que están detrás de sus palabras y que, más allá de sus sentimientos y
pensamientos, se le acepta como persona.
Una de las tareas más complicadas a la hora de establecer una comunicación eficaz es la
de escuchar activamente con la intención de comprender. Para ello, las destrezas verbales
que hemos de desplegar son las preguntas abiertas, las preguntas cerradas y las paráfrasis
de confirmación.
Una pregunta abierta es una destreza verbal de comunicación para solicitar información
que permite que las personas expresen su opinión. Las preguntas abiertas permiten una
variedad de respuestas, ofreciendo al interlocutor la oportunidad de hablar libremente.
Cuidado con la pregunta abierta ¿Por qué hiciste eso? Ya que suele volverse en tu contra al
provocar una respuesta defensiva, incluso aunque uses un tono neutral. Cuando una figura de
autoridad hace esta pregunta, la reacción más común del subordinado o del interlocutor es
pensar “estoy metido en un lío”.
Una pregunta cerrada es una destreza verbal de comunicación para solicitar información que
limita el tipo de respuesta o se centra en un punto específico. En general, habrá que evitar el
tono inquisidor y el lenguaje corporal apremiante o agresivo para no generar evasiva o
resistencia (ver la sección “respuestas y reacciones a un mensaje”)
Vamos a plantear un miniescenario para ver cómo funcionan las paráfrasis de confirmación:
Virginia: Ese proyecto está tan mal planificado que nunca va a funcionar.
Ana: (PdC) Estás alterada porque tienes que trabajar en ese proyecto.
Ana: (PdC) Si ellos se empeñan en hacerlo este fin de semana, no tienes tiempo suficiente para
organizarlo de modo que salga bien…
Virginia: Bueno, la gente implicada es buena y saldrá bien, pero si llueve, quieren posponerlo
hasta el fin de semana que viene.
Ana: (PdC) Y es justo el fin de semana que viene cuando es un problema para ti.
Virginia: Pues sí. Se supone que el fin de semana próximo empiezo mis vacaciones y quiero
irme a Nueva York, no a Londres por ese proyecto…
Ana: (PdC) entonces rezaremos las dos para que se desvíe esa borrasca y no caiga ni una gota
de lluvia este próximo fin de semana en Londres.
Otra de las habilidades que ha de tener un directivo es la capacidad para hablar en público. Las
claves de un buen comunicador son sencillas, pero exige mucha práctica combinarlas todas a
un tiempo. Un buen consejo es ver vídeos de excelentes y reconocidos comunicadores e
intentar analizar qué es lo que hace de su comunicación algo memorable. Algunas de las claves
son:
Un único gran mensaje: debemos tener muy claro lo que se quiere transmitir. Antes
de comunicar nuestra idea, tenemos que pensar qué es exactamente lo que queremos
decir. Es recomendable poderlo escribir en una sola frase.
Un mensaje que la gente pueda captar: Una vez que hemos construido el mensaje, un
único gran mensaje, contado de forma interesante, con un lenguaje que conecte,
tenemos que trabajar su escenificación. Tenemos que mirar al público a los ojos, leer
sus reacciones. Y ser capaces de cambiar la comunicación en todo momento en
función de las reacciones que percibamos.
Invitar y contagiar el entusiasmo por el tema del que hablamos: Cuando intentamos
convencer, no convencemos. Sólo si nosotros estamos convencidos de lo que decimos
y somos capaces de transmitirlo, tenemos la oportunidad de resultar convincentes.
Persuadir a los demás no puede ser nuestro objetivo, sino contagiar nuestro
entusiasmo por algo de lo que estamos absolutamente convencidos. Eso sí, hay que
comunicar con entusiasmo pero sin perder el control de las emociones.
Medir bien los tiempos: Se ha estimado en 21 minutos el tiempo que una persona
atiende sin distraerse a una comunicación, así que conviene respetar el tiempo
previsto de intervención y, si puede ser, es preferible siempre pecar por defecto que
por exceso.
Bach, Eva y Anna Forés. La asertividad para gente extraordinaria. Ed. Plataforma, 2008
Baró, Teresa. La gran guía del lenguaje no verbal. Ed. Paidós, 2012.
Campbell, S. Cómo resolver las discrepancias en el trabajo y en la vida diaria. Ed.
Deusto, 1990.
Gavilán, Francisco. No se lo digas a nadie…así. Ed. Planeta, 2013.
Goleman, Daniel. Inteligencia emocional. Ed. Kairos, 1996.
Porter, L. & E. Lawler, Managerial Attitudes and Performance. Richard Irwin.
Homewood, Illinois, 1968
Rubio Cebrián, Santiago y Beltrán Rubio González. El buen comunicador: claves para
hablar en público. Editorial Grupo 5, Madrid, 2014