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Contenido

Introducción: ............................................................................................................ 2

Desarrollo: ............................................................................................................... 3

Cara diafragmática del hígado. ............................................................................ 4

La cara visceral del hígado .................................................................................. 5

Ligamentos. ......................................................................................................... 5

Lóbulos anatómicos del hígado. .......................................................................... 6

Subdivisiones funcionales del hígado. ................................................................. 7

Circulación del hígado. ........................................................................................ 7

Vasos sanguíneos del hígado.............................................................................. 8

Conductos biliares y vesícula biliar ...................................................................... 9

Conducto colédoco. ........................................................................................... 10

Esfínter de Oddi ................................................................................................. 11

Vesícula biliar. ................................................................................................... 11

Conclusión:............................................................................................................ 13

Bibliografía. ........................................................................................................... 15

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Introducción:
El hígado es el órgano más grande del cuerpo humano después de la piel. Es de
color marrón rojizo, pesa aproximadamente 1.500g, suponiendo el 2.5% del peso
corporal en el adulto. Se localiza principalmente en el cuadrante superior derecho
del abdomen, protegido por la capa torácica y el diafragma, está situado bajo las
costillas 7ª a 11ª. Se mueve con los desplazamientos del diafragma facilitando su
palpitación y tiene una cara diafragmática convexa y una visceral.

Se divide en cuatro lóbulos, los cuales a su vez están compuestos por otros
múltiples lóbulos que contienen los hepatocitos, o células hepáticas activas.
Presenta un abundante suministro sanguíneo: cerca de 1 litro y ½ de sangre fluyen
a través de este órgano cada minuto. Recibe sangre rica en oxígeno a través de la
arteria hepática y la vena porta lleva sangre hasta el hígado que contiene nutrientes,
toxinas y otras sustancias absorbidas en los intestinos. El hígado filtra esta sangre
y después la envía al corazón mediante la vena hepática.

Con excepción de los lípidos, todas las sustancias absorbidas en el tubo digestivo
se dirigen primero al hígado por medio de la vena porta hepática.

Tiene como función numerosas actividades metabólicas, almacena glucógeno.


Produce bilis constantemente y lo almacena en la vesícula biliar, es un líquido
amarillo amarronado o verde que colabora en la emulsión de las grasas, de ésta
manera cuando la comida llega al duodeno, la vesícula envía la bilis al duodeno a
través de los conductos biliares

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Desarrollo:
El hígado es observado por primera vez en el embrión en desarrollo, durante la
cuarta semana de embarazo. A medida que el feto se desarrolla, el hígado se divide
en dos secciones, llamadas lóbulos: el derecho y el izquierdo. Con el tiempo, el
lóbulo derecho será seis veces más grande que el izquierdo. Para cuando nace el
bebé, el hígado constituye cerca de un 5% de su peso total y en los adultos pesa
de tres a cuatro libras.

El tejido del parénquima hepático está compuesto de lóbulos unidos por un tejido
areolar extremamente fino en el cual se ramifican la vena porta, la arteria hepática,
las venas hepáticas, linfáticos y nervios, estando todo el conjunto revestido por una
túnica fibrosa y una serosa. La túnica serosa deriva del peritoneo y cubre la mayor
parte de la superficie del órgano. Está íntimamente adherida a la túnica fibrosa. La
túnica fibrosa (tunica areolar) se sitúa debajo del revestimiento seroso y recubre
toda la superficie del órgano.

Los lóbulos (lobuli hepatis) suponen la principal masa del parénquima. Sus
lobulillos, con cerca de 2mm de diámetro, dan un aspecto maculado a la superficie
del órgano. Son más o menos hexagonales, con las células agrupadas en torno de
una vena centrolobulillar, división menor de la vena hepática. Las paredes
adyacentes de los lóbulos vecinos hexagonales (o irregularmente poligonales) están
unidas entre sí por una cantidad mínima de tejido conjuntivo.

Microscópicamente, cada lóbulo consiste en un conjunto de células hepáticas,


distribuidas en placas y columnas radiadas, irregulares, entre las cuales se
encuentran los canalículos sanguíneos (sinusoides). Entre las células están también
los diminutos capilares biliares. Por lo tanto, en el lóbulo existe todo lo esencial de
una glándula de secreción, o sea, células que secretan; vasos sanguíneos en
íntima relación con las células, con la sangre a la cual la secreción deriva; y ductos,
a través de los cuáles la secreción es eliminada.

El hígado normal se sitúa por debajo de las costillas 7ª a 11ª del lado derecho y
atraviesa la línea media hacia el pezón izquierdo. Por ello, el hígado ocupa la mayor

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parte del hipocondrio derecho, el epigastrio superior y se extiende hasta el
hipocondrio izquierdo. Con los movimientos del diafragma el hígado tiende a
moverse y en posición erecta se localiza más inferiormente, debido a la gravedad.
Ésta movilidad facilita su palpitación.

El hígado cuenta con una cara diafragmática convexa (anterior, superior y algo
posterior) y una cara visceral (posterior) relativamente plana, que están separadas
anteriormente por el agudo borde inferior que sigue el reborde costal derecho
inferior al diafragma.

Cara diafragmática del hígado.

Es lisa con forma de cúpula en la parte donde se relaciona con la concavidad de la


cara inferior del diafragma, que lo separa de la pleura, los pulmones, el pericardio y
el corazón. Los recesos subfrénicos, son extensiones superiores de la cavidad
peritoneal, se localiza entre las caras anterior y superior de la superficie
diafragmática del hígado y el diafragma. Los recesos subfrénicos están separados
por el ligamento falciforme que se extiende desde el hígado y la pared anterior del
abdomen, dando lugar a recesos derecho e izquierdo. La porción del compartimento
supracolico de la cavidad peritoneal inmediatamente inferior al hígado es el espacio
subhepatico.

El receso hepatorrenal (bolsa de Morrison) es la extensión posterosuperior del


espacio subhepatico situado entre la parte derecha de la cara visceral del hígado,
el riñón y la glándula suprarrenal derecha. Éste receso es una parte de la cavidad
peritoneal dependiente de la gravedad cuando la persona está en decúbito superior,
el líquido que drena de la bolsa omental fluye hacia el receso hepatorrenal.

La cara diafragmática del hígado está cubierta por peritoneo visceral, excepto el
área desnuda del hígado, donde se encuentra en contacto directo con el diafragma.

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La cara visceral del hígado

Se halla cubierta por peritoneo, a excepción de la fosa de la vesícula biliar y porta


hepático, una fisura transversa que deja paso a la vena porta hepática, arteria
hepática propia y los vasos linfáticos. La cara visceral presenta numerosas fisuras
e impresiones por el contacto con otros órganos.

La fisura porta principal es el surco continuo formado anteriormente por la fosa


de la vesícula biliar y posteriormente por el surco de la vena cava inferior.

La fisura umbilical formada anteriormente por la fisura del ligamento redondo y


posteriormente por la fisura del ligamento venoso.

Las impresiones de la cara visceral reflejan las relaciones del hígado con:

 El lado derecho de la cara anterior del estómago: área gástrica y pilórica.


 Porción superior del duodeno: área duodenal
 El omento menor: se extiende dentro de la fisura del ligamento venoso.
 La vesícula biliar: fosa de la vesícula biliar
 Flexura cólica derecha y el colon transverso derecho: área cólica
 El riñón y la glándula suprarrenal derechos: área renal y suprarrenal.

Ligamentos.
El hígado está fijado a la cara inferior del diafragma y a la pared ventral del abdomen
por cinco ligamentos cuatro de éstos — el falciforme, el coronario, el triangular
derecho y el triangular izquierdo — son pliegues peritoneales; el quinto, el ligamento
redondo (ligamentum teres hepatis) no es realmente un ligamento sino un cordón
fibroso resultante de la obliteración de la vena umbilical. El hígado está unido
también a la curvatura menor del estómago y al duodeno por los ligamentos
hepatogástrico y hepatoduodenal, respectivamente.

- El ligamento coronario consiste en una hojuela anterior y una posterior. La


hojuela anterior o anterosuperior es la reflexión del peritoneo visceral de la cara
superior del hígado sobre el diafragma, y se continúa con la hojuela derecha del

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ligamento falciforme. La hojuela posterior, reflexión del peritoneo visceral de la cara
inferior del hígado sobre el peritoneo parietal posterior, se refleja del margen caudal
del área desnuda hacia el riñón y la glándula suprarrenal derecha, siendo llamado
ligamento hepatorrenal

Los ligamentos triangulares son dos: derecho e izquierdo. El ligamento


triangular derecho está situado en el extremo derecho del área desnuda,
constituido por un pequeño pliegue que se prende al diafragma, formado por la
aposición de las hojas anterior y posterior del ligamento coronario. El ligamento
triangular izquierdo es un pliegue bastante grande que une la parte posterior de la
cara superior del lóbulo izquierdo al diafragma; su hoja anterior se continúa con la
hoja izquierda del ligamento falciforme. Termina a la izquierda en una fuerte banda
fibrosa, el apéndice fibroso del hígado.

El ligamento redondo es un cordón fibroso resultante de la obliteración de la vena


umbilical. Partiendo del ombligo, se dirige hacia lo alto, en la margen libre del
ligamento falciforme, hacia la incisura del ligamento redondo en el hígado, a partir
de la cual podrá ser seguido en su fisura propia, en la cara inferior del hígado, hacia
el hilio, donde se continúa con el ligamento venoso.

El ligamento venoso, similar al ligamento redondo, es una reminiscencia fibrosa


del ducto venoso que conecta la rama izquierda de la vena porta con la vena
hepática izquierda próximo a la unión con la vena cava inferior. No tiene función de
fijación hepática.

Lóbulos anatómicos del hígado.


Externamente, el hígado se divide en dos lóbulos anatómicos y dos lóbulos
accesorios, por las reflexiones que forma el peritoneo en su superficie, las fisuras
que se forman y los vasos que irrigan el hígado y la vesícula biliar.

El plano definido por la inserción del ligamento falciforme y la fisura sagital izquierda
(umbilical) situado prácticamente en la línea media, separa el gran lóbulo derecho
del lóbulo izquierdo.

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En la cara visceral inclinada, las fisuras porta principal y umbilical, discurren a cada
lado de los lóbulos accesorios que forman parte del lóbulo derecho anatómico,
separados por el porta hepático: el lóbulo cuadrado (anterior e inferior) y el lóbulo
caudado (posterior y superior) a menudo emite una cola en forma de proceso
papilar alargado. Los lóbulos caudado y derecho están conectados por un proceso
caudado que extiende hacia la derecha.

Subdivisiones funcionales del hígado.


Existen dos hígados funcionalmente independientes, el derecho y el izquierdo. Cada
porción hepática tiene sus propias ramas primarias de la arteria hepática propia, la
vena porta hepática y su propio drenaje biliar.

El lóbulo caudado podría considerarse, una tercera porción, ya que su


vascularización es independiente de la bifurcación de la triada porta ya que recibe
vasos de ambos paquetes y es drenado por una o dos pequeñas venas hepáticas.

El hígado puede subdividirse adicionalmente en cuatro divisiones, y éstas en ocho


segmentos hepáticos resecables quirúrgicamente, cada uno de ellos irrigados por
una rama secundaria o terciaria de la triada porta respectivamente.

Circulación del hígado.


Los vasos relacionados con el hígado son la arteria hepática, la vena porta y las
venas hepáticas (o supra hepáticas).

El pedículo hepático está localizado en la parte inferior y derecha del omento menor.
Agrupa las estructuras vasculares que traen la sangre al hígado, la vena porta, las
arterias hepáticas, y las vías biliares extra hepáticas. Junto con estos tres elementos
principales se agregan también los nervios y los vasos linfáticos.

La triada hepática — vías biliares extra hepáticas, vena porta y arteria hepática —
se reúnen en el ligamento hepatoduodenal ventralmente al forame epiploico (de
Winslow), en el hilio hepático, con el ducto hepático, situado ventralmente a la

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derecha, la arteria hepática a la izquierda y la vena porta dorsalmente, entre la
arteria y el ducto.

Vasos sanguíneos del hígado.


El hígado recibe sangre de dos fuentes: una venosa, dominante y otra menor,
arterial.

Por la vena porta hepática circula en 75% a 80% de la sangre que llega al hígado.
La sangre portal contiene cerca de un 40% más de oxigeno que la sangre que
regresa al corazón por el circuito sistémico, y es la que riega el parénquima hepático
(células hepáticas o hepatocitos). La vena porta hepática transporta prácticamente
todos los nutrientes absorbidos en el tubo digestivo a los sinusoides del hígado, a
excepción de los lípidos que son absorbidos en el sistema linfático y no pasan por
el hígado.

La vena porta hepática, corta y ancha, se forma por las venas mesentérica superior
y esplénica. Asciende anterior a la CVI en el ligamento hepatoduodenal formando
parte de la triada portal.

La sangre arterial de la arteria hepática propia, que supone únicamente el 20% a


25% de la sangre recibida el hígado, se distribuye inicialmente por las estructuras
extraparenquimatosas, en particular por los conductos biliares intrahepáticos.

La arteria hepática común, es una rama que se extiende desde el tronco celiaco
hasta el origen de la arteria gastroduodenal, y la arteria hepática propia, desde el
origen de la arteria gastroduodenal hasta la bifurcación de la arteria hepática.

La arteria hepática propia y la vena porta hepática terminan dividiéndose en ramas


derecha e izquierda; estas ramas primarias irrigan las porciones hepáticas derecha
e izquierda respectivamente. Las ramificaciones secundarias de la vena y la arteria
hepática irrigan las divisiones mediales y laterales de las porciones derecha e
izquierda del hígado; tres de las cuatro ramas secundarias sufren una nueva

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irrigación (terciaria), para irrigar de manera independiente siete de los ocho
segmentos hepáticos.

Conductos biliares y vesícula biliar


Los conductos biliares transportan bilis desde el hígado al duodeno. La bilis se
produce continuamente en el hígado, y se almacena y concentra en le vesícula
biliar, que la libera interminablemente cuando entra grasa al duodeno. La bilis
emulsiona la grasa, de manera que pueda absorberse en la porción distal del
intestino.

En un corte de tejido hepático normal, se puede apreciar un patrón tradicional, se


describe como lobulillos hepáticos hexagonales. Cada lobulillo posee una vena
central que discurre por su centro y de la que salen radialmente sinusoides
(capilares grandes) y placas de hepatocitos (células hepáticas) que se dirigen hacia
un perímetro imaginario, extrapolado a partir de las triadas portales
interlobulillares (ramas terminales de la vena porta hepática y la arteria hepática
propia, y ramas iniciales de los conductos biliares).

Los hepatocitos secretan bilis en los conductos biliares. Los conductos drenan en
los pequeños conductos biliares interlobulillares y luego en conductos biliares
colectores de mayor tamaño de la triada portal intrahepática, que confluyen para
formar los conductos hepáticos.

Los conductos hepáticos derecho e izquierdo drenan las porciones hepáticas


derecha e izquierda (lóbulos portales), después de dejar el portal hepatico, los
conductos se unen para formar el conducto hepático común, al que se una por la
derecha el conducto cístico, para formar el conducto colédoco, que transporta la
bilis hacia el duodeno.

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Conducto colédoco.
También conocido como conducto biliar común, se forma en el borde libre del
omento menor, por la unión del conducto cístico y el conducto hepático común. La
longitud del colédoco oscila entre 5 y 15cm, dependiendo del punto en que el
conducto cístico se une al conducto hepático común.

El conducto colédoco desciende posterior a la porción superior del duodeno y se


sitúa en un surco en la cara posterior de la cabeza del páncreas. En el lado izquierdo
de la porción descendente del duodeno, el conducto colédoco entra en contacto con
el conducto pancreático principal. Los dos conductos discurren oblicuamente a
través de la pared de esta porción del duodeno, donde se une para formar la ampolla
hepatopancreática (ampolla de Vater).

El extremo distal de la ampolla desemboca en el duodeno a través de la papila


duodenal mayor. El musculo circular que rodea el extremo distal del conducto
colédoco se engruesa para formar el esfínter del conducto colédoco.

Cuando este esfínter se contrae, la bilis no puede entrar a la ampolla ni en el


duodeno; en consecuencia, la bilis regresa hacia la vesícula biliar a través del
conducto cístico, para ser concentrada y almacenada.

Las arterias que irrigan el conducto colédoco son:

 La arteria cística, irriga la porción proximal del conducto.


 La rama derecha de la arteria hepática propia, que perfunde la parte media
del conducto.
 Arteria pancreatoduodenal superior posterior a la arteria gastroduodenal, que
irriga la porción retrouodenal del conducto.

Las venas de la porción proximal del conducto colédoco y de los conductos


hepáticos suelen entrar directamente en el hígado. La vena pancreoduodenal
superior posterior drena la porción distal del conducto colédoco y drena en la vena
porta hepática o en una de sus tributarias.

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Los vasos linfáticos del conducto colédoco pasan hacia los nódulos linfáticos
císticos, cerca del cuello de la vesícula biliar, el nódulo del orificio omental y los
nódulos linfáticos hepáticos. Los vasos linfáticos eferentes del conducto colédoco
pasan hacia los nódulos linfáticos celiacos.

Esfínter de Oddi
El conducto colédoco atraviesa la parte posterior de la cabeza del páncreas, dentro
del parénquima pancreático, y se dirige hacia la segunda porción del duodeno,
entrando oblicuamente en la pared duodenal junto con la parte terminal del conducto
pancreático, o conducto de Wirsung.

Antes de entrar en el duodeno, atravesando el esfínter de Oddi, los conductos biliar


y pancreático transcurren juntos aproximadamente durante dos centímetros,
separados por un septo transampular.

Después de atravesar el esfínter de Oddi, donde se vuelven un canal común, la


ampolla de Vater, entran en la luz duodenal como una protrusión que recibe el
nombre de papila de Vater.

La papila de Vater se identifica en los exámenes endoscópicos en virtud de un


pliegue longitudinal de la mucosa duodenal. El esfínter de Oddi es el lugar donde el
conducto biliar y el conducto pancreático con sus esfínteres pasan a través de la
pared duodenal. El tamaño, longitud, del esfínter de Oddi determina la influencia del
tono y del peristaltismo duodenal sobre el flujo de bilis y el paso de cálculos hacia
el duodeno

Vesícula biliar.
La vesícula biliar mide de 7 a 10 cm de longitud, se encuentra en la fosa de la
vesícula biliar en la cara visceral del hígado. Esta fosa poco profunda se encuentra
en la unión de las porciones (lóbulos portales) derecha e izquierda del hígado.

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La relación de la vesícula biliar con el duodeno es tan estrecha que la porción
superior del duodeno suele estar teñida por bilis en el cadáver. Tiene forma de pera,
puede contener hasta 50ml de bilis. Peritoneo rodea completamente el fondo de la
vesícula biliar y une su cuerpo y su cuello al hígado. La cara hepática de la vesícula
biliar se une al hígado mediante tejido conectivo de la capsula fibrosa del hígado.

La vesícula cuenta con tres porciones:

 El fondo, es el extremo ancho y romo, que normalmente se proyecta desde


el borde inferior del hígado en el extremo del 9° cartílago costal, en la LMC.
 El cuerpo, porción principal, que está en contacto con la visceral del hígado,
el colon transverso y la porción superior al duodeno.
 El cuello, es el extremo estrecho y ahusado, opuesto al fondo, que se dirige
hacia el porta hepático. El cuello tiene forma de S y se une al conducto cístico.

El conducto cístico, mide entre 3 a 4 cm de longitud, conecta el cuello de la


vesícula biliar con el conducto hepático común, el pliegue espiral mantiene abierto
el conducto cístico, de medo que la bilis puede desviarse fácilmente al interior de la
vesícula biliar cuando el extremo distal del conducto colédoco está cerrado por el
esfínter del conducto, o puede pasar hacia el duodeno cuando se contrae la vesícula
biliar. El pliegue espiral también proporciona una resistencia adicional al vaciado
brusco de la bilis cuando los esfinteres están cerrados y se produce un aumento
repentino de la presión intraabdominal.

La irrigación arterial de la vesícula biliar y el conducto cístico procede de la arteria


cística, que a menudo se origina en la rama derecha e la arteria hepática propia.

El drenaje venoso del conducto cístico y del cuello de la vesícula biliar fluye por las
venas císticas. Estas venas pequeñas y habitualmente múltiples, pueden pasar de
manera directa hacia el hígado o drenar en él, a través de la vena porta hepática,
después de unirse a las venas que drenan los conductos hepáticos y el conducto
colédoco proximal.

El drenaje linfático de la vesícula biliar se realiza a los nódulos linfáticos hepáticos,


a menudo a través de los nódulos linfáticos císticos, localizadas cerca de la vesícula

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biliar. Los vasos linfáticos eferentes de estos nódulos pasan hacia los nódulos
linfáticos celiacos.

La estimulación parasimpática provoca contracciones de la vesícula biliar y la


relajación de los esfínteres en la ampolla hepatopancreatica. Estas respuestas
están por la hormona colecistocinina, producida por las paredes del duodeno y
distribuida al torrente sanguíneo.

Conclusión:
Podemos concluir que el hígado desempeña varias funciones, es nuestro mayor
órgano metabólico; inicialmente recibe todos los nutrientes absorbidos, excepto las
grasas, también es nuestra mayor glándula, ya que actúa como glándula intestinal
extrínseca fabricadora de bilis.

Ocupa básicamente toda la cúpula izquierda, por ello disfruta de la protección la


caja torácica inferior y se mueve con los desplazamientos respiratorios.

El hígado está dividido superficialmente por el ligamento falciforme y por un surco


para el ligamento venoso en un gran lóbulo anatómico derecho y un lóbulo izquierdo
mucho más pequeño; en su cara visceral existen formaciones que delimitan los
lóbulos caudado y cuadrado. Está recubierto por peritoneo excepto en su área
desnuda, delimitada por reflexiones peritoneales que comprenden los ligamentos
coronarios.

Según las ramificaciones entrelazadas de la triada porta, las venas hepáticas y el


parénquima continuo del hígado, pueden dividirse en lóbulos portales derecho e
izquierdo, también hay que recordar que el hígado puede dividirse adicionalmente
en cuatro subdivisiones y luego en ocho segmentos hepáticos resecables
quirúrgicamente.

El hígado como los pulmones, tiene una vascularización doble: el 75% a 80% de la
sangre, le llega a través de la vena porta hepática, y el 20% a 25% llega a través de
la arteria hepática propia.

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Es importante recalcar que el hígado es el mayor órgano productor de linfa del
organismo. Su cara visceral drena a través de una vía abdominal y su cara
diafragmática drena a través de una vía torácica.

En resumen, el conducto hepático común se fusiona con el conducto cístico para


formar el conducto colédoco, que transporta la bilis hacia la porción descendente
del duodeno.

La vesícula biliar, con forma de pera, está fijada a la cara visceral del hígado, y su
fondo se proyecta desde el borde inferior del hígado hacia la pared anterior del
abdomen. Es irrigado por la arteria cística, una rama que se origina en la rama
derecha de la arteria hepática propia.

Debido a que el hígado es tan complejo, es susceptible a una amplia variedad de


trastornos, algunos causados por exceso de alcohol y medicamentos o por
infecciones.

El hígado es un órgano vital, por eso debemos cuidarlo y prestar atención a todos
los signos que nos pueda alertar de cualquier desorden que altere la homeostasis
del cuerpo humano.

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Bibliografía.
Anatomía con orientación clínica. Autor, Keith L. Moore. Arthur F. Dalley. Anne M.
R. Agur. 6ª EDICIÓN pdf

ELHÍGADO Evaluación de la silenciosa evolución de la enfermedad hepática pdf

A NATOMIA Y FISIOLOGIA HEPATICA Vinicius Gomes da Silveira Joaquim Ribeiro


Filho Traducción: C. Loinaz, R. Padrón pdf

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