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Enseñar no es una tarea sencilla. Pero para quienes han sido llamados a
practicarla es todo un desafío. Sin enseñanza no tiene sentido hablar de
educación. Lo que distingue a un educador de quien no lo es, es la enseñanza. Si
bien es cierto que todo el mundo puede enseñar cosas, no todos hacen de eso un
oficio.
Hay algo que no todos los maestros pueden hacer por sus alumnos y solo puede
hacerlo el maestro cristiano, y eso es orar. Interceder a Dios no solo por sus
alumnos, sino también por sus compañeros de trabajo, por sus superiores, ¡por la
escuela toda! Para poder escuchar, para comprender, para dar una palabra de
aliento, para aconsejar, para señalar el camino.
Ser maestro cristiano exige disciplina. Pero no una disciplina que viene del
exterior, impuesta y muchas veces incomprensible para sus alumnos, sino la
disciplina que se crea democráticamente, a través del diálogo, la empatía y el
reconocimiento del otro.
En algún lugar leí algo parecido a esto: un maestro de matemática no tiene que
preocuparse por “vivir” la matemática en su vida, ni el de geografía tiene que “vivir”
la geografía; pero el maestro cristiano necesariamente tiene que vivir a Cristo en
su vida, de esa manera tendrá verdadera autoridad como docente y señalará
a sus alumnos el buen camino.
Los niños siempre están cambiando física, mental, social, emocional y espiritualmente.
Siguen una norma general de crecimiento y desarrollo. Los padres y maestros que
están al tanto de las características comunes de los diferentes grupos de acuerdo con
sus edades, podrán encarar más apropiadamente el comportamiento de los niños y
enseñarles con mayor eficacia.
Algunos niños podrían desarrollarse más rápidamente o más lentamente que otros de
su misma edad. Por ejemplo, un niño de seis años de edad podría comportarse como
uno de cinco o uno de siete años. Recuerde asimismo que algunos niños podrían
retroceder temporariamente a un comportamiento más infantil en ocasiones de estrés
o tensión emocional.
•
Produce muchos sonidos. Está desarrollando su capacidad lingüística. Se expresa
con frases de una sola palabra, principalmente “mío” y “no”. Acumula conocimiento
por medio de la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto. Entiende más de lo que
puede expresar.
•
Disfruta mucho de jugar con otros niños, pero suele no relacionarse mucho con
ellos. Tiene dificultad para compartir sus cosas.
•
Llora con facilidad, pero sus emociones cambian súbitamente.
•
Ofrézcale muchas oportunidades para que hable y participe. Enséñele cómo ser
reverente durante las oraciones. Emplee ayudas visuales con los relatos.
Proporciónele juguetes que el niño pueda manejar y mover, tales como juguetes
que se puedan apilar, pelotas, rompecabezas sencillos y figuras de personas y
animales.
•
Proporciónele juguetes y actividades que le permitan jugar por sí solo. Ayúdele para
que aprenda a compartir y a llevarse bien con otros niños.
•
Sosténgalo en brazos cuando se sienta molesto o inseguro.
•
Es capaz de usar dos o tres palabras en una frase. Dice “no” con frecuencia, aun
cuando no es lo que quiere decir. Tiene pensamientos sencillos y directos. No
puede razonar. Puede tomar decisiones simples. Le agrada la repetición. Su
atención es de breve alcance (dos o tres minutos). Es curioso. Se mueve de una
actividad a otra. Le agradan los juguetes sencillos, materiales para dibujar, libros,
cuentos breves y actividades musicales.
•
Le gusta jugar solo. Está desarrollando el interés de jugar con otros, pero
generalmente prefiere jugar cerca de ellos y no con ellos. Con frecuencia discute
por los juguetes; tiene dificultad para compartir y cooperar, y pide a las personas
adultas cosas que otra criatura tiene.
•
Es amoroso y cariñoso. Le agrada sentarse en la falda de algún adulto o tomarlo de
la mano. Le encanta estar junto a su madre. Tiene arranques emocionales para
expresar sus emociones, obtener lo que desea y demostrar sus enojos o
frustraciones. Tiende a cambiar súbitamente su temperamento. Le agrada ser
independiente.
•
Le agrada orar. Comprende que nuestro Padre Celestial y Jesucristo nos aman, pero
tiene dificultad en entender la mayoría de los conceptos espirituales.
•
Ofrezca al niño oportunidades para que se relacione con otros, pero no lo obligue a
hacerlo. Permítale decidir si desea participar en las actividades. Ofrézcale una
dirección cariñosa y sincera. Corrija su mal comportamiento.
•
Demuéstrele amor y cariño. Distraiga la atención del niño cuando sea necesario
corregir su mal comportamiento. Aliéntelo a ser autosuficiente, pero ofrézcale
ayuda cuando la necesite. Permítale que practique tomar sus propias decisiones.
•
Ofrézcale la oportunidad de orar. Destáquele los conceptos espirituales de la
familia y el amor de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo.
Le gusta hacer cosas con sus propias manos pero lo hace con cierta torpeza.
•
Tiene una mayor capacidad para el lenguaje. Le agrada hablar y aprender nuevas
palabras. Su atención es de corto alcance. Es curioso e inquisitivo. Con frecuencia
no entiende bien y suele hacer comentarios aparentemente ajenos al tema. Le
agrada usar su imaginación. Le gustan los juegos con los dedos y las manos, los
cuentos y las actividades musicales. No alcanza a diferenciar la fantasía de la
realidad.
•
Le agrada trabajar a solas. No le interesa jugar en cooperación con otros, pero le
gusta tener amigos a su alrededor. Es egocéntrico. Tiene dificultad en compartir.
Prefiere estar cerca de personas adultas, particularmente familiares, porque se
siente así protegido.
•
Le agrada complacer a las personas adultas. Necesita de su aprobación, su amor y
sus elogios. Reacciona emocionalmente cuando siente temor o ansiedad. Llora con
facilidad. Es sensible a los sentimientos de otras personas. Está desarrollando cierta
independencia. Experimenta emociones intensas, aunque breves.
•
Se interesa por los principios sencillos del Evangelio, tales como la oración y la
obediencia. Tiene una mayor conciencia de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo, y
tiene una fe sencilla en Ellos.
•
Enséñele ideas de una manera sencilla y clara. Emplee resúmenes y ayudas visuales
para reforzar tales ideas. Aliéntele a hacer preguntas y dar respuestas en cuanto a
las lecciones, pero requiera que cada niño tome su turno para ello. Utilice una
variedad de métodos para enseñar, tales como cuentos, canciones, conversaciones,
dramatizaciones, movimientos con los dedos y las manos y otros juegos sencillos.
Varíe entre las actividades quietas y las ágiles.
•
Proporciónele oportunidades para que juegue con otros niños. Emplee actividades
que le estimulen a compartir, tomar turnos y cooperar. Cultive una amistosa
relación con el niño y ofrézcale con frecuencia la oportunidad para que hable acerca
de su familia.
•
Demuéstrele su aprobación y confianza. Evite toda crí-tica. Reitérele el amor que
usted y la familia de ese niño sienten por él. Ayúdele para que llegue a comprender
los sentimientos de otras personas y a solucionar cualquier conflicto relacionado
con ellas. Aliéntelo a ser autosuficiente.
•
Enséñele el Evangelio de una manera sencilla y especí-fica. Enséñele que nuestro
Padre Celestial y Jesucristo viven y son bondadosos y amorosos. Comparta con el
niño simples expresiones de su testimonio. Ayúdele a reconocer la belleza de las
creaciones de Dios.
•
Le agrada conversar y aprender nuevas palabras. Hace muchas preguntas. Alcanza a
razonar un poco, pero todavía tiene muchas ideas equivocadas. Tiene dificultad en
diferenciar la realidad de la fantasía. Su atención es de corto alcance. Emplea
dibujos para expresar sus sentimientos. Disfruta de usar su imaginación y de las
representaciones dramáticas.
•
Juega con mayor espíritu de cooperación con otros.
•
Con frecuencia, trata de ver hasta dónde podrá salirse con la suya. Es jactancioso,
especialmente en cuanto a sí mismo y a su familia. Podría ser complaciente en un
momento y pendenciero en el siguiente. Tiene más confianza en sí mismo. Podría
tener ciertos temores y sentimientos de inseguridad.
•
Está comenzando a entender lo bueno y lo malo, y generalmente desea hacer lo
bueno. Suele culpar a otros por sus propios errores. Siente un amor y respeto
naturales por nuestro Padre Celestial y por Jesucristo, y hace muchas preguntas en
cuanto a Ellos. Le agrada orar y quiere ser bueno. Está interesándose más en los
principios del Evangelio.
•
Emplee conversaciones y actividades que estimulen el pensamiento, tales como
simples adivinanzas y acertijos. Aclare todo malentendido. Use láminas, objetos y
experiencias reales. Enséñele nuevas palabras. Pídale que haga algunos dibujos que
se relacionen con las lecciones. Acepte y estimule los esfuerzos creativos del niño.
Permítale que explore sus alrededores. Emplee representaciones dramáticas.
•
Ofrézcale oportunidades para que juegue y trabaje en cooperación con otros.
Enséñele a ser bondadoso, paciente y cortés. Ayúdele a seguir normas sencillas,
tales como tomar turnos. Ayúdele para que aprenda a adoptar un comportamiento
social positivo sin tener que castigarlo o reprenderlo.
•
Establezca límites e impóngalos con firmeza. Permítale al niño que hable acerca de
sí mismo y de su familia. Enséñele que él es una persona muy especial para nuestro
Padre Celestial y para Jesucristo. Exprese el amor que usted y los padres de ese
niño sienten por él.
•
Ayude a ese niño a ser responsable por su propio comportamiento y enséñele la
importancia de tomar buenas decisiones. Enséñele que nuestro Padre Celestial ama
a Sus hijos y que todos podemos comunicarnos con Él por medio de la oración.
Ayúdele a determinar cómo ser reverente en la Iglesia. Enséñele los principios
básicos del Evangelio.
•
Reconoce algunas letras, cifras y palabras. Le gusta aparentar que sabe leer y
escribir. Podría estar aprendiendo a leer. Es conversador. Hace preguntas y
comentarios, y ofrece contestaciones que demuestran un mayor entendimiento.
Sabe resolver ciertos problemas. Es curioso y anhela conocer los hechos. Está
comenzando a distinguir entre la verdad y la fantasía. Su atención es de corto
alcance pero está empezando a incrementarse. Prefiere las tareas concretas. Le
gustan los acertijos y las bromas, pero no puede reírse de sí mismo. Le agradan los
cuentos, las canciones, las poesías y las dramatizaciones.
•
Es amigable y está ansioso por complacer y cooperar.
•
Concentra sus intereses en el hogar y en su familia. Es afectuoso para con personas
adultas y desea complacerlas. Se abochorna con facilidad, especialmente acerca de
sus propios errores.
•
Quiere ser bueno. Está aprendiendo a distinguir entre lo que es bueno y lo que es
malo. A veces dice mentiras o culpa a otros por sus equivocaciones debido a su
profundo deseo de complacer a los adultos y hacer lo que es correcto. Está listo
para aprender en cuanto a los principios espirituales.
•
Permita que el niño hable y haga preguntas. Permítale que lea palabras o frases
sencillas. Utilice tiras de papel para las palabras simples. Asígnele tareas y
responsabilidades sencillas. Emplee actividades con dibujos, relatos de historias
verdaderas y ayudas visuales. Use diversas actividades con láminas, juegos,
canciones y análisis. Utilice actividades que contengan problemas a solucionar,
tales como adivinanzas y preguntas que susciten un análisis. Permita que el niño
imagine, que haga una dramatización y que utilice títeres. Ríase cuando el niño ría.
•
Sea sensible a la necesidad que el niño tiene de que usted lo apruebe. Fomente la
amistad y trate de ayudarlo si pareciera que no tiene amigos íntimos o que no es
aceptado en el grupo. Hable en cuanto a cómo se siente una persona cuando otros
son bondadosos o descorteses. Explique la importancia de amar al prójimo y
expresarles gratitud, y enséñele cómo debe hacerlo. Ayúdele a valorar las
diferencias entre una persona y otra.
•
Enséñele con frecuencia en cuanto al valor y la importancia de la familia. Ofrézcale
la oportunidad de expresar sus sentimientos acerca de su propia familia.
Demuéstrele su amor y su afecto por él. Elogie particularmente todo
comportamiento positivo. Evite las actividades o expresiones que podrían
abochornar al niño.
•
Enséñele lo que es un comportamiento apropiado. No se sorprenda si el niño dice
algo que no es verdad o apropiado, pero continúe enseñándole en cuanto a la
importancia de que debemos aceptar la responsabilidad de nuestras propias
acciones. Fortalezca el testimonio del niño compartiendo el suyo propio. Comparta
con él relatos e ideas que puedan fortalecer el amor y la fe que el niño tiene en
nuestro Padre Celestial y en Jesucristo y Sus enseñanzas.
•
Necesita que se le enseñen conceptos en maneras específicas. Está mejorando su
memoria. Es conversador y hace muchas preguntas. Está aprendiendo a tomar
decisiones, pero suele ser indeciso. Está incrementando su tendencia a prestar
atención. Le gusta leer, escribir, cantar, escuchar cuentos y usar su imaginación.
•
Está más interesado en actividades en grupo y en relacionarse con compañeros de
juego, pero continúa siendo un tanto egoísta. En ocasiones suele ser dominador,
agresivo o descortés con sus compañeros. Tiene amistades inestables. Se preocupa
por la forma en que otros lo tratan. Anhela ser aprobado socialmente.
•
Es jactancioso. Exagera y critica. Se emociona, se hace el chistoso y se ríe por todo
fácilmente. Puede ser generoso, afectuoso y compatible, pero su ánimo puede
cambiar fácilmente.
•
Se preocupa por el buen y el mal comportamiento, particularmente si afecta a su
familia o a sus amigos. A veces culpa a los demás por sus errores. Le agradan los
relatos de las Escrituras, en especial los que se refieren a Jesús.
•
Estimule en el niño el deseo de compartir y participar con otros. Ofrézcale muchas
oportunidades de participar en actividades de grupo. Exprésele felicitaciones y
aprobaciones específicas. Enfoque sus lecciones en demostrar amor ayudando a
otros y preocupándose por sus necesidades. Aliéntelo a participar en los juegos y
otras actividades.
•
Elogie los esfuerzos específicos del niño de manera que no tenga necesidad de
jactarse. Elógielo cuando diga la verdad. No lo critique. Ríase con él, pero nunca se
ría de él. Estimule en el niño un ánimo positivo. Mediante su ejemplo personal,
enséñele a comportarse con calma y confianza.
•
Enseñe al niño a preocuparse y responsabilizarse por su propia conducta y por
cómo mejorarla. Asegúrele que todos cometemos errores. Enséñele la simplicidad
del arrepentimiento. Emplee las Escrituras para enseñarle los principios básicos del
Evangelio. Ayúdele a entender y aplicar las Escrituras.
•
Está ansioso por aprender. Piensa con seriedad y más ló-gicamente. Es capaz de
resolver problemas más complicados. Le agrada que lo desafíen, le gusta trabajar y
dedicar el tiempo necesario para completar una tarea. Presta mucha atención.
Disfruta de sus pasatiempos y de todo lo que requiera destreza. Le gusta
coleccionar cosas y hablar sobre proyectos y logros personales.
•
Suele jugar en grupos pero a veces prefiere estar solo y jugar en silencio. Se
relaciona muy poco con personas del sexo opuesto. Anhela ser como sus
compañeros y contar con su aprobación. Es menos dominador y menos decidido a
salirse con la suya. Le agrada tener mayores responsabilidades y ser más
independiente. Con frecuencia se preocupa acerca de no hacer bien las cosas.
•
No le agradan las críticas. Es más sensible en cuanto a sus propios sentimientos y
los de otras personas. Es frecuentemente un perfeccionista y tiende a criticarse a sí
mismo. Es cohibido y cauto. Es menos impulsivo y menos egoísta que en sus años
previos.
•
Tiene conciencia de lo que es bueno y lo que es malo.
Disfruta del aprender y practicar los principios del Evangelio, tales como la oración y el
pago del diezmo. Entiende determinados aspectos del Evangelio, tales como la Santa
Cena, la fe, el arrepentimiento, la obra misional, el Espíritu Santo y la obra del templo.
Quiere ser bautizado y recibir el don del Espíritu Santo.
•
Hágale preguntas que le hagan pensar. Emplee historias que el niño deba
completar, adivinanzas y juegos y conversaciones que estimulen su pensamiento.
Permítale que tome decisiones propias. Concédale suficiente tiempo para que
complete las tareas que le asigne.
•
Emplee actividades que requieran la participación en grupo, tales como juegos y
dramatizaciones, pero respete los deseos del niño cuando en ocasiones prefiera
trabajar a solas. No le obligue a relacionarse con alguien del sexo opuesto. Elogie
todo comportamiento positivo, como tomar turno y compartir. Asígnele
responsabilidades y tareas que pueda llevar a cabo y elogie entonces sus esfuerzos
y logros.
•
Estimule el interés del niño por los demás. Cultive su confianza en sí mismo. En
lugar de criticarle, procure tener oportunidades para demostrarle su aprobación y
su afecto. Acepte su ocasional temperamento y retraimiento. Aliéntelo a expresar
sus sentimientos.
•
Ofrézcale oportunidades para que practique cómo tomar decisiones correctas.
Ayúdele a comprender las consecuencias de sus decisiones. Enséñele los principios
del Evangelio de una manera sencilla y específica, y aliéntele a practicarlos en su
vida diaria. Enséñele en base a las Escrituras. Prepárelo para el bautismo y la
confirmación ayudándole a entender los convenios que hará.
•
Quiere conocer la razón de todas las cosas. Está ansioso por compartir su
conocimiento. Piensa que sabe mucho, pero está comenzando a reconocer que
otros tal vez saben más que él. Juzga a los demás. Tiene sus propioshéroes. Le
gusta escribir, leer y usar su imaginación.
•
Le agrada jugar en grupo con reglas simples. Prefiere jugar en grupos de su propio
sexo. Es más cooperativo y menos insistente en salirse con la suya. Quiere tener un
mejor amigo. Tiene una intensa necesidad de ser independiente, pero también
depende de las personas adultas en procura de guía y seguridad.
•
Es generalmente afectuoso, servicial, alegre, sociable y curioso, pero también puede
ser grosero, egoísta, dominador y exigente. Es sensible a las críticas. Se critica a sí
mismo y critica a los demás. Suele a veces reírse por todo y hacerse el chistoso.
Suele también sentirse culpable y avergonzado.
•
Es receptivo a las enseñanzas del Evangelio, pero podría tener muchas preguntas al
respecto. Se siente orgulloso de ser miembro de la Iglesia. Le agrada vivir los
principios del Evangelio. Aprende acerca del Evangelio por medio de ejemplos
específicos y participación personal.
•
A fin de estimularlo a aprender, utilice juegos, relatos, láminas y actividades
diseñadas para solucionar problemas. Emplee la lectura, escritura y representación
dramática. Enseñe al niño a establecer metas alcanzables. Exhórtele a preocuparse
más por su propia conducta que por la conducta de los demás. Sugiérale el ejemplo
de héroes apropiados, tales como los líderes y otros buenos miembros de la Iglesia.
•
Proporcione al niño oportunidades para la interacción, la cooperación y la
participación en grupo. Supervise cuidadosamente sus actividades. Reconozca que
es posible que el niño se apegue mucho a sus amigos. Si no tiene amigos íntimos,
ayúdele a integrarse en el grupo. Elogie su buen comportamiento. Permítale
participar con usted y con otros niños en establecer normas y tomar determinadas
decisiones. Permítale asimismo que trabaje independientemente.
•
Ayude al niño a reconocer y a resolver cualquier emoción negativa. Demuéstrele
interés y entusiasmo. Elogie y promueva la confianza en sí mismo; no critique
alniño ni lo compare con otros. Reconozca sus esfuerzos y sus logros. Permítale
disfrutar del buen humor cuando sea apropiado y téngale paciencia cuando se ría
excesivamente. Hágale notar que todos cometemos errores.
•
Exprese con frecuencia su fe y su testimonio personal.
•
Es capaz de mantener por más tiempo su interés en determinados temas o
actividades. Procura conocer los hechos reales; no disfruta mucho las fantasías. Le
agrada memorizar. Tiene intereses específicos y mucha curiosidad. Le gusta leer,
escribir y tomar notas. Se interesa por la comunidad, y otras culturas y pueblos. Le
agrada aprender sobre el pasado y el presente. Le gusta coleccionar cosas.
•
Disfruta del estar en grupos con personas de su mismo sexo. Le agradan las
aventuras en grupo y los juegos cooperativos, pero también le gusta competir. Pone
a prueba la autoridad y ejercita su independencia. Pasa mucho tiempo con sus
amigos.
•
Tiene algunos problemas de conducta, especialmente cuando los demás no lo
aceptan. Está llegando a ser muy independiente, responsable y digno de confianza.
Se preocupa por ser justo y por que sean justos con él. Está más dispuesto a
reconocer sus propios fracasos y errores y a responsabilizarse por sus actos
personales. Suele tratar de hacerse el chistoso.
•
Tiene conciencia de lo correcto y de lo incorrecto.
Quiere hacer lo bueno, pero suele también rebelarse. Percibe la influencia del
testimonio de otras personas. Está listo para que se le enseñen principios más
profundos del Evangelio.
•
Proporciónele información específica y hechos reales en lugar de temas de fantasía.
No le ofrezca todas las respuestas, sino más bien concédale tiempo para que piense
y luego analice con él las respuestas. Exhórtele a que memorice citas y pasajes de
las Escrituras. Considere las diferencias individuales al asignarle tareas y
responsabilidades. Ofrézcale oportunidades para que lea, escriba y tome nota.
Aliéntelo a llevar un diario personal. Enséñele acerca de otros pueblos y culturas, y
sobre la historia.
•
Reconozca la necesidad que el niño tiene de ser aceptado por sus compañeros.
Establezca y mantenga limitaciones razonables, pero dé lugar para que sea
independiente. Enséñele a ser amable, aun cuando sienta que no ha “ganado”.
Fomente la amistad y ayúdele a conseguir nuevos amigos.
•
Trate de hacerle saber que usted lo aprecia, aun cuando no le apruebe cierto
comportamiento. Ofrézcale oportunidades para que demuestre ser independiente y
responsable. No lo humille cuando cometa algún error.
•
Exprésele su amor y su apoyo personal. Comparta frecuentemente con el niño su
testimonio y el testimonio de los profetas. Enséñele principios más avanzados del
Evangelio.
•
Le agradan los conceptos y las ideas abstractas. Saca conclusiones basándose en lo
que haya aprendido previamente. Le gusta que lo desafíen con tareas mentales. Es
decidido y razonable. Le agrada memorizar. Le gusta establecer metas. Piensa más
lógicamente. Le agrada aprender. Presta mucha atención. Entiende con mayor
precisión el significado de las palabras y puede definirtérminos abstractos. Tiene un
sentido del humor que a las personas adultas podría parecerles ridículo.
•
Es sociable y competitivo. Es muy leal a los grupos.
Tiene una relación positiva y negativa con sus compañeros. Su amistad con otros
niños es más compleja y allegada. Confía en sus mejores amigos. Valora más las
opiniones y normas de sus compañeros que las de personas adultas. Suele criticar
las opiniones de los adultos y los sentimientos de otras personas. Le gusta fastidiar
o jugar con violencia. En ocasiones es grosero y no está dispuesto a cooperar, pero
en ocasiones es amigable y cooperativo.
•
Se critica a sí mismo y resiente que otros lo critiquen.
Podría pensar que todo lo que hace es erróneo, especialmente cuando lo critican.
Tiene preocupaciones y temores acerca de la escuela y sus amigos. Es muy sensible,
particularmente en cuanto a sí mismo. Tiene dudas e inseguridades. A veces es muy
sensible y se irrita con facilidad; le preocupa ser tratado justamente. Es capaz de
ser cordial, serio, franco y sincero. Desea ser independiente y tener
responsabilidades.
•
Tiene un fuerte sentido moral y buena conciencia. Le interesa mejorarse. No le
gusta admitirlo cuando se ha comportado indebidamente. Está listo para aprender
más acerca de las doctrinas del Evangelio.
•
Estimule su pensamiento empleando preguntas, relatos de las Escrituras,
memorización de pasajes de las Escrituras, actividades para resolver problemas y
análisis. Permítale tomar sus propias decisiones y establecer metas personales.
Utilice nuevas palabras y permítale definir y explicar sus significados. Emplee
ayudas visuales, relatos y juegos.
•
Responda a su necesidad de pertenecer a los grupos y aceptar su influencia.
Ofrézcale actividades que le permitan relacionarse con sus compañeros. Promueva
el planeamiento y el trabajo en conjunto. Enséñele a tener consideración por
aquellos que no son aceptados por los demás. Proporciónele responsabilidades y
asignaciones y ayúdele a completarlas. Fomente proyectos de servicio, tales como el
cuidado de niños, contribuir sus talentos y compartir el Evangelio con otras
personas.
•
No compare al niño con otros. Aliéntelo y elogie sus logros. Demuéstrele su
confianza como individuo. Reafirme el comportamiento positivo y trate de ignorar
los actos negativos de menor consecuencia. Permítale ser independiente y que
exprese sus sentimientos personales. Trate de comprender sus preocupaciones y
todo lo que le hace sentirse triste.
•
Enséñele conceptos y valores morales específicos.
Aliéntele a comprometerse a vivir los principios del Evangelio. Ayúdele a entender las
responsabilidades y bendiciones futuras y a prepararse para recibirlas. No lo
avergüence cuando cometa errores, en particular frente a sus amigos. Enséñele el
Evangelio en su plenitud con relatos de las Escrituras y de la vida de los profetas de los
últimos días. Aliéntelo a dar su testimonio.
De 6 a 8 anos: "PERSEVERANCIA"
Sus fuerzas crecen, pero necesitan ser animados.
Los niños de esta edad tienen más fuerzas Tenemos
que animar a los niños de esta edad a terminar los
trabajos que empezaron (por ejemplo un dibujo). - Es
claro que debemos darles trabajos fáciles que
realmente pueden terminar.
Actividades en grupo
Ahora pueden aprender a integrarse en un grupo y
tener consideración por los demás. Podemos
enseñarles juegos en grupo y hacer concursos entre
grupos. - No es aconsejable exponer a un niño solo
ante otras personas, ni hacer concursos entre niños
individuales.
Aprenden a leer.
Entonces debemos mostrarles que el libro más importante para leer es la Biblia. De vez
en cuando podemos hacerles leer o copiar un versículo corto de la Biblia.
15-17
En esta etapa de la adolescencia hay cambios en la forma en que los chicos piensan,
sienten e interactúan con los demás así como en el desarrollo de su cuerpo. La mayoría de
las niñas ya habrá alcanzado su madurez física y habrá llegado al final de la pubertad. Los
varones todavía podrían estar desarrollándose físicamente durante esta época. A los
adolescentes puede preocuparles el peso o el tamaño o la forma de su cuerpo. Los
trastornos de la alimentación también pueden ser comunes, especialmente entre las
adolescentes. Durante esta fase, el adolescente está desarrollando sus propias opiniones
y personalidad. Las relaciones con los amigos todavía son importantes, pero también irá
adquiriendo otros intereses a medida que establezca un sentido de identidad más definido.
También es un momento importante de preparación para asumir mayor independencia y
responsabilidad; muchos adolescentes empiezan a trabajar y un gran número de ellos se
irá de la casa una vez acaben la escuela secundaria superior.
Razonamiento y aprendizaje
12-15
Desarrollo cognitivo
Desarrollo físico
Las personas en los 40 años tienden a pensar que el futuro es infinito mientras que
en los 50 empiezan a pensar, más bien, en el tiempo que les queda por vivir y en
lo inevitable de su propia muerte, lo que a muchos los lleva a empezar a
estructurar sus vidas en términos de prioridades.
Desarrollo Psicosocial
Según Erickson en la adultez media se presenta la
generatividad v/s el estancamiento. La
generatividad es posible cuando la persona logra
darle un espacio a la generación que sigue,
transformándose en un adulto medio que es capaz
y sabe guiar al adolescente y adulto joven, así
gana en virtud al preocuparse por otros y sentirse
feliz por ello, si esto no ocurriese se produce el
estancamiento y se da paso a la segunda
adolescencia en donde se vuelve al egocentrismo y
hedonismo e intenta vivir así todos los momentos
que no realizó durante su adolescencia.
Desarrollo Moral
El adulto joven y el medio se encuentran generalmente en los mismos estadios (Ir
a moral).
El desarrollo moral del adulto se basa en las experiencias, lo que le permite por
medio de las emociones evaluar y definir lo que es correcto y justo. Estas
experiencias hacen que pueda ver mejor, moral y socialmente el punto de vista de
los demás. Existen aspectos que facilitan el desarrollo moral, por ejemplo el
confrontar valores en conflicto fuera del hogar (universidad y trabajo) y en el
hogar respondiendo al bienestar de las personas a su cuidado. (Paternidad).
Característic
as
del Adulto
Mayor
Dentro de la
vida del ser
humano nos
encontramos
con diversas
formas
ymaneras de
observar su
desarrollo y
evolución
dentro de un
contexto
social,una de
las más
importantes y
que
repercuten de
forma directa
son las
etapasdel
desarrollo de
acuerdo a un
aspecto tanto
biológico
como social
ypsicológico
el cual
compone al
ser
humano.Desc
ribiremos
cada una de
las etapas
que
enmarcan el
desarrollo del
individuoresc
atando
y planteando
las
principales
característica
s que tiene
el adultomay
or dentro de
este
desarrollo.Co
menzaremos
con la
infancia,
la cual
esta definida
como ³una
época
clave dela
vida, en la
cual se
configuran
todos los
resortes
afectivos e
intelectuales
delindividuo,
de cuyo
correcto
desarrollo
depende
buena parte
del éxito o
fracasoposter
ior de cada
individuo en
su proyecto
vital´
(ENCICLOPEDIA
INTERNACIONAL
DECIENCIAS
SOCIALES. 1968)
esto lo
entendemos
como la base
social y
afectiva
quedebe de
concebirse
por el
individuo
para
encontrar un
pleno desarro
lloarmonioso
en sus
posteriores
etapas del
desarrollo. Ah
ora bien
encontramos
a ³la
adolescencia
como la
etapa de
transición
entre laniñez
dependiente,
hasta
alcanzar las
característica
s físicas,
mentales,em
ocionales y
sociales del
adulto
independient
e´ es aquí
cuando el
individuose
identifica con
inquietud y
rebeldía, ante
las
reglas establ
ecidas en
su afán
decambiar el
mundo a su
manera
mientras su
cuerpo se
identifica y
madura
consu
sexualidad.Lu
ego de ello
hablaremos
la madurez
como nos
dice Cesar
Coll en el
aspectofísico
³el cuerpo
humano
alcanza su
madurez
entre los 25 y
30 años,
etapa quese
considera
caracterizada
por los
mayores
niveles de
vitalidad y
salud´ esto
esuna etapa
por la cual el
individuo logr
a una
armonía
física
y mental. A
continuación
se presentara
una de las
tablas del
desarrollo de
la vida
adultapara
Cesar Coll y
la concepción
que tiene
sobre el
adulto
mayor:Caract
erísticas del
Adulto Mayor;
y
Permanecer
físicamente
saludable y
ajustarse a
las
limitaciones.
y
Mantener un
ingreso
adecuado y
medios de
sostenimiento
.
y
Ajustarse a
nuevos roles
de trabajo.
y
Establecer
condiciones
adecuadas
de vivienda y
vida.
y
Mantener la
identidad y el
estatus
social.
y
Encontrar
compañía y
amistad.
y
Aprender a
usar
el tiempo libre
de
manera place
ntera.
y
Establecer
nuevos roles
en la familia.
y
Lograr la
integridad
mediante la
aceptación
de la propia
vida.