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David Beetham y Kevin Boyle, Democracia. Preguntas y respuestas, Unesco, Francia, 1995, pp.

95-113.

4. Los derechos individuales y su defensa

51. ¿Qué son los derechos humanos?


Los derechos humanos y las libertades fundamentales son derechos derivados de las
necesidades y capacidades humanas. El reconocimiento de los derechos humanos y la creación
de medios para su defensa en el derecho internacional constituyen tal vez el progreso moral más
importante de este siglo. La comunidad internacional ha aprobado muchos acuerdos o convenios
internacionales sobre derechos humanos. Estos instrumentos procuran establecer definiciones
convenidas sobre el alcance de los derechos humanos y las libertades fundamentales y al mismo
tiempo obligan a los gobiernos a adoptar las medidas necesarias para garantizar que esos
derechos sean protegidos por la ley y en la práctica en sus respectivos países.
La fuente principal de las ideas relativas a los derechos humanos en el mundo moderno esta
Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas el 10 de diciembre de 1948. En 1966, las Naciones Unidas aprobaron dos instrumentos
internacionales basados en los derechos proclamados en la Declaración Universal: el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos. Dos tercios de los Estados del mundo han ratificado ya estos
instrumentos. Las Naciones Unidas ((95)) han aprobado también un Protocolo Facultativo del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que otorga a las personas el derecho de
presentar peticiones al órgano de control de este Pacto, el Comité de Derechos Humanos, en
caso de que sus derechos sean violados por sus gobiernos. Pero esta posibilidad sólo existe si el
Estado de que se trata no sólo ha ratificado el Pacto sino ha aceptado también el Protocolo. No
muchos Estados lo han hecho.
Estos instrumentos, la Declaración Universal de Derechos Humanos, los dos Pactos y el
Protocolo Facultativo constituyen la Carta Internacional de Derechos Humanos. Hay muchos otros
tratados internacionales universales o convenciones regionales sobre derechos humanos;
citaremos, por ejemplo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Carta Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos y la Convención Europea de Derechos Humanos, que no
pueden comentarse aquí. En la bibliografía se indican otras fuentes de información sobre los
derechos humanos.

52. ¿Cómo están clasificados los derechos?


Los derechos pueden clasificarse de muchas maneras pero la más común es: derechos
civiles, políticos, sociales, económicos y culturales. Esta es la clasificación adoptada en la Carta
Internacional de Derechos Humanos. He aquí algunos ejemplos de derechos civiles y políticos: el
derecho a la vida, el derecho a vivir libre de tortura, de trabajo forzoso y de detención arbitraria, el
derecho a un juicio imparcial, la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o creencia, el
derecho a la vida privada, la libertad de palabra, la libertad sindical y la libertad de participar en los
asuntos públicos. ((96))
Los derechos civiles y políticos suelen ser derechos que exigen del Estado que se abstenga
de intervenir o interferir en actividades individuales o colectivas. Sin embargo, pueden imponer
también al Estado obligaciones de intervención, por ejemplo mediante la financiación de un
sistema de asistencia judicial para que los más pobres o los que no disponen de medios
suficientes tengan la posibilidad de defender sus derechos ante un tribunal, por ejemplo cuando
se los acusa de delitos graves. Otro ejemplo podría ser el gasto público efectuado para permitir
que una minoría nacional tenga acceso a los medios de comunicación.
Entre los derechos económicos, sociales y culturales cabe citar los derechos a la
alimentación y a la salud, el derecho a un nivel de vida adecuado, el derecho a una
remuneración igual por un trabajo de igual valor, el derecho a la seguridad social, el derecho al
trabajo, el derecho de huelga, el derecho a la vivienda, el derecho a la educación y el derecho a
participar en la vida cultural. Los derechos económicos y sociales suelen ser derechos que exigen
del Estado que intervenga o que sostenga, cuando los individuos no pueden sostenerse a sí
mismos, por ejemplo porque carecen de empleo o están incapacitados.
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Un principio importante aplicable a todos los derechos es que las personas no deben ser
objeto de discriminación en el ejercicio de sus propios derechos por motivos de sexo, raza, religión
o creencia.

53. ¿Hay derechos más importantes que otros?


La mejor respuesta es que todos los derechos humanos reconocidos internacionalmente
están interrelacionados y ((98)) se refuerzan mutuamente. Según su estado de desarrollo, en
algunas sociedades la mayoría de los ciudadanos pueden dar por sentados determinados
derechos como por ejemplo, en los países más ricos, el derecho a un nivel de vida adecuado y
los derechos a la alimentación, el vestido, la vivienda y la educación. En los países más pobres
estos derechos serán los más prioritarios en las preocupaciones de la gente. Pero en todas las
sociedades democráticas esos derechos económicos y sociales son fundamentales y deberían
garantizarse, así como son fundamentales y deberían garantizarse los derechos civiles y políticos
básicos, el derecho a ser gobernado bajo el imperio de la ley, de no estar expuesto a detención
arbitraria y de gozar de libertad de expresión y sindical. En el derecho internacional, el Estado
tiene la obligación de fomentar el respeto de todos los derechos humanos de todos los ciudadanos
sin distinción alguna.

54. ¿Son universales los derechos humanos?


Sí. Las normas internacionales se refieren a las necesidades y capacidades humanas
comunes del individuo en todo el mundo. Por supuesto, el mundo está compuesto de distintas
regiones y culturas. También está dividido en países ricos y países pobres. Se ha sostenido que,
por basarse en el individuo, las normas internacionales sobre derechos humanos son ajenas a
culturas que no consideran al individuo separado de la comunidad y que recalcan ante todo el
deber del individuo para con la comunidad. Un tema muy debatido tanto en el Norte como en el
Sur del planeta es el que pregunta si las ideas contemporáneas sobre los derechos humanos
((99)) individuales están obligando a las sociedades a reinterpretar la relación entre las
comunidades y sus miembros. La respuesta es probablemente que sí, pero no está demostrado
que el reconocimiento o la protección de los derechos humanos individuales vaya en detrimento
de la solidaridad humana y de la comunidad. Por el contrario, las normas de los derechos
humanos universales procuran proteger a los grupos humanos y los pueblos y reconocen la
necesidad de que los individuos se unan a otros en el uso de su propia lengua, tengan sus
culturas, religiones y modos de vida propios y participen en ellos. El derecho internacional sobre
derechos humanos reconoce en primer lugar un nivel básico de derechos comunes a todos los
seres humanos, pero además acepta y respalda el derecho de todas las culturas, incluidas las de
los pueblos indígenas, a prosperar.
La Declaración Universal de Derechos Humanos se refiere también a los deberes del
individuo para con su comunidad. Afirma que sólo en comunidad con los demás es posible el libre
y cabal desarrollo de la personalidad del individuo. La noción de derechos humanos se basa, no
obstante, en la creencia en el valor único de cada persona humana individual (véase también el
párrafo iii de la pregunta 2).
En realidad, lo que se opone a que las normas internacionales sobre derechos humanos
sean aspiraciones universales no es el supuesto choque entre las distintas culturas del mundo en
tomo a la prioridad que debe asignarse a los derechos y deberes del individuo, o en tomo a un
supuesto conflicto entre la prioridad del individuo o de la comunidad. Es indudable que pueden
existir en diferentes culturas equilibrios distintos con respecto a esas facetas del concepto de
derechos humanos, sin que eso niegue su universalidad fundamental. Las ((100)) críticas se
basan más bien en la irrebatible evidencia de que los gobiernos del mundo no son imparciales
en su denuncia de las violaciones de los derechos humanos. Sigue siendo muy común que la
condena sea selectiva según las relaciones de poder entre los Estados. Dicho de otro modo, los
Estados suelen condenar los abusos de sus oponentes y pasar por alto los de sus aliados.
Un orden internacional inspirado en el respeto de los derechos humanos debe basarse en un
sistema de responsabilidad internacional relativa a la defensa de normas mundiales comunes
basado, a su vez, en los principios de no selectividad y de objetividad en la formulación de
críticas contra los abusos cometidos por los Estados. Es la única manera de que los derechos
humanos y la democracia reciban un apoyo universal.
Estos importantes juicios sobre los derechos humanos y los deberes de la comunidad
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internacional se confirmaron recientemente en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos
celebrada en Viena en junio de 1993.
"Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están
relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma
global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso. Debe
tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y regionales, así como de los
diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen el deber, sean
cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales, de promover y proteger todos los
derechos humanos y las libertades fundamentales." (Declaración y Programa de Acción, párr. 5)
((101))

55. ¿Es legítima la expresión de una preocupación internacional con respecto a la


situación de los derechos humanos en un país determinado?
El principio de no injerencia de los Estados en los asuntos internos de otros Estados es uno
de los fundamentos del orden internacional moderno establecido en la Carta de las Naciones
Unidas. No obstante, el desarrollo del movimiento internacional de defensa de los derechos
humanos y la constante extensión de las normas internacionales sobre derechos humanos ha
hecho que en la actualidad se considere del dominio público la manera en que un Estado trata a
sus ciudadanos, y que las críticas externas formuladas por otros gobiernos o por organizaciones
no gubernamentales no constituyan una injerencia en los asuntos internos de ese país. La
Conferencia Mundial de Derechos Humanos confirmó que "la promoción y protección de todos los
derechos humanos es una preocupación legítima de la comunidad internacional" (Declaración y
Programa de Acción, párr. 4).

56. ¿Cuál es la relación entre derechos humanos y democracia?


La Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos mencionó la relación entre derechos
humanos y democracia (y entre desarrollo y democracia) que son "interdependientes y se
refuerzan recíprocamente". Otro modo de expresar esto es que la comunidad internacional
reconoce hoy día que la mejor manera de proteger los derechos humanos y el imperio de la ley,
no sólo en los países desarrollados sino también en los países ((102)) en desarrollo, es
observando los principios democráticos. Esto supone asimismo que el ejercicio de los derechos
humanos y las libertades fundamentales es necesario para que la democracia funcione
correctamente. Antes se sostenía que los derechos humanos individuales podían defenderse y
disfrutarse en sistemas no democráticos, especialmente cuando había que dar prioridad al
desarrollo económico. Pero hay pruebas abrumadoras de que tales sistemas muy pronto se
vuelven menos benignos, más represivos, corruptos e inestables.
La creencia en la estrecha relación entre democracia y derechos humanos no es nueva. La
Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 respaldaba la forma democrática de
gobierno. Establece como uno de sus ideales que "la voluntad del pueblo es la base de la
autoridad del poder público" (Artículo 21). El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
estipula que los Estados deben garantizar a todos los ciudadanos el derecho y la oportunidad de
"... participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes
libremente elegidos; votar y ser elegidos en elecciones periódicas, auténticas [y] tener acceso, en
condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país" (Artículo 25).
El reconocimiento inequívoco de la relación de interdependencia entre las ideas de derechos
humanos universales y de gobierno democrático es uno de los progresos más importantes
realizados en las relaciones internacionales desde el final de la Guerra Fría. Asimismo, la
aceptación general por los países en desarrollo del respeto de los derechos humanos y el
gobierno democrático como base para el derecho al desarrollo ha constituido otro adelanto
positivo en el mundo posterior a la Guerra Fría. ((104))

57. ¿Cuál es la relación entre derechos civiles y políticos y democracia?


La garantía de los derechos civiles y políticos del ciudadano individual cumple una doble
función en la democracia. En primer lugar, esos derechos son esenciales para la aplicación del
doble principio democrático de control popular e igualdad política en el sistema de toma de
decisión colectiva. En segundo lugar, esos derechos y libertades fijan un límite a la acción
colectiva definiendo esferas de libertad y elección individual que están fuera del alcance de la
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decisión mayoritaria. La mejor manera de ilustrar esta doble función es examinando brevemente
algunos de los derechos civiles y políticos más íntimamente relacionados con el sistema
democrático.
i) La libertad y seguridad de la persona: sin la protección contra la detención,
encarcelamiento, destierro o expulsión arbitrarios, el individuo no puede participar de forma segura
en el debate o la acción política. La regla de que los miembros de la asamblea legislativa gocen
de inmunidad y no puedan ser detenidos mientras se dediquen a sus labores parlamentarias
ilustra este argumento de sentido común.
Pero la necesidad de respetar el derecho a la libertad se extiende a todos en una
democracia. Una sociedad democrática defiende la libertad y la integridad física de todos los
ciudadanos, aún del más impopular y aún en contra de los deseos de una mayoría.
ii) Respeto de las garantías legales: se pueden aducir argumentos similares en cuanto a la
necesidad de proteger al ciudadano de acusaciones injustas, malos tratos y torturas y de un juicio
parcial. Perseguir a los enemigos políticos es común en las sociedades que rechazan la
democracia. Una sociedad democrática exige ((105)) un poder judicial independiente y una
aplicación de la justicia penal basada en el imperio de la ley y ajena a la influencia o manipulación
política o ideológica.
iii) Libertad de pensamiento y de conciencia: una sociedad democrática presupone que cada
individuo es libre de pensar lo que desee y de sostener sus propias ideas y opiniones y su filosofía
general de vida. Asimismo, una sociedad democrática brinda a los individuos la libertad de
adherirse junto con otros a una religión o creencia y de practicar y manifestar creencias
respetando los derechos de los demás. La libertad de pensamiento debe protegerse siempre
como derecho individual en contra de las creencias prevalecientes, aún si son las de la
abrumadora mayoría, y a sean de tipo religioso o profano. En particular las minorías de distintas
religiones o creencias tienen derecho a las ((106)) mismas garantías de libertad que la comunidad
mayoritaria.
iv) Libertad de expresión y libertad de los medios de comunicación: la esencia de la
democracia, como la hemos definido, es que la voz de cada ciudadano tiene el mismo derecho
que todas las demás a ser escuchada. La libertad de expresión es, por consiguiente, un derecho
humano fundamental para que cada ciudadano tenga la oportunidad de ser escuchado. Las
normas internacionales sobre libertad de expresión se refieren no sólo al derecho de expresarse,
sino al derecho de "buscar y recibir información e ideas de todo tipo, a través de cualquier medio
y sin tener en cuenta fronteras". En las sociedades modernas, esto significa que los medios de
comunicación de masas deben ser independientes y funcionar según reglas claras establecidas
para proteger la reputación y la vida privada, deben ser libres de informar al ciudadano y criticar
al gobierno y de estimular todo tipo de debate sobre las opciones políticas para esa sociedad
(véase la pregunta 6).
En una democracia, la apertura del gobierno es propiciada por el principio de libertad de
información, según el cual el público debe tener libre acceso a la información y a la
documentación del gobierno y ésta no debe clasificarse, salvo contadas excepciones, como
confidencial o secreta (véase la pregunta 37).
v) Libertad de reunión y sindical: La democracia representativa moderna no podría funcionar
si no se garantizara la libertad de reunión para debatir asuntos públicos, de constituir sindicatos y
otras asociaciones para defender sus intereses ante el gobierno y de crear partidos políticos y
participar en ellos. Estas libertades incluyen el derecho de congregarse para manifestar y
presentar peticiones para la reparación de agravios. ((107))

58. ¿Cómo se relacionan los derechos sociales y económicos con la democracia?


En la pirámide democrática (véase la pregunta 15), los derechos fundamentales relativos al
empleo, la vivienda, la alimentación, un nivel de vida decente, la educación y otras necesidades
constituyen los cimientos de la sociedad civil. Una sociedad en que reina el hambre no podrá
instaurar más que una democracia imperfecta. La satisfacción de las necesidades humanas
indispensables para la supervivencia es la condición sine qua non para que la democracia
funcione. Los principios democráticos exigen que la voz de cada elector o ciudadano sea igual a la
de los demás. En la medida en que existen grandes desigualdades, por ejemplo en las
posibilidades vitales y en el acceso a la educación, el potencial democrático de una sociedad se
ve seriamente limitado. Al mismo tiempo la democracia, como proceso colectivo, es un medio de
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identificar y subsanar tales desigualdades.
Lo mismo se aplica a la tarea del desarrollo. El desarrollo sólo puede ser sostenible a largo
plazo si las políticas de desarrollo son responsables ante el pueblo y si se ponen en práctica en un
marco que respete todos los derechos humanos y el imperio de la ley (véase la pregunta 68).

59. ¿Un gobierno democrático puede en algunos casos limitar los derechos
legítimamente?
Las normas internacionales admiten la restricción del ejercicio de determinados derechos por
motivos tales como el orden público, los valores morales, la seguridad nacional y el respeto de los
derechos ajenos. No obstante, algunos derechos no pueden limitarse. En una ((108)) sociedad
democrática ciertas libertades fundamentales del individuo, como vivir libre de tortura y de
discriminación y la libertad de pensamiento, no pueden suprimirse nunca. La jurisprudencia
internacional establece claramente los principios que justifican una suspensión o restricción de un
derecho: la restricción debe estar prevista por la ley, debe perseguir un objetivo legítimo
claramente admitido por las normas internacionales y, por último, la necesidad de suspensión o
restricción debe establecerse de conformidad con el concepto de sociedad democrática. En la
práctica, esto significa que el gobierno debe mostrar que sus medidas de restricción de un
derecho o libertad son adecuadas y no excesivas.
Así pues," prohibir un partido político nunca puede justificarse, salvo cuando resulta muy
evidente que dicha organización ha cometido acciones inconstitucionales o violentas. Asimismo,
las normas internacionales sobre derechos humanos sólo tolerarían en circunstancias muy
excepcionales la censura previa de la prensa. Un ejemplo podría ser que un periódico estuviese a
punto de publicar información muy delicada y se demostrara ante un tribunal que su publicación
pondría en peligro inmediato la vida de determinadas personas o constituiría una amenaza para la
seguridad del país.

60. ¿Pueden suspenderse los derechos humanos en caso de emergencia?


Las normas internacionales sobre derechos humanos admiten la suspensión temporal de las
garantías de determinados derechos civiles y políticos en caso de emergencia pública,
proclamada oficialmente, en que "corra peligro la vida de la nación". La justificación invocada con
más frecuencia por los gobiernos para ((109)) recurrir a los poderes de excepción es la existencia
de conflictos políticos o étnicos internos que han degenerado en actos violentos y terroristas. En
ese caso, se suele otorgar a la policía o a otras fuerzas de seguridad poderes adicionales de
detención y registro y se puede autorizar la detención sin juicio.
Una sociedad democrática recurrirá con renuencia a poderes de excepción y aplicará el
principio de ejercicio de poderes especiales en la menor medida posible, durante el periodo más
breve y con un máximo de salvaguardias contra los abusos.
Aún en caso de emergencia, hay ciertos derechos que no pueden ser suspendidos (o
derogados), por ((110)) ejemplo el derecho a la vida, la libertad de pensamiento y de conciencia y
el derecho de vivir libre de tortura. Se trata de derechos no derogables que son, por ende,
derechos y libertades absolutos.

61. ¿Puede una democracia excluir legítimamente a alguien de la ciudadanía?


La respuesta es que un Estado tiene en principio el derecho de determinar quién puede ser
ciudadano y cómo se adquieren los derechos de ciudadanía. Pero en el ejercicio de este poder
soberano no debe actuar de modo discriminatorio, como por ejemplo aplicando una política de
inmigración racialmente discriminatoria. Debe también acatar, cuando los haya ratificado, los
acuerdos internacionales sobre entrada de refugiados.
Un Estado puede privar de derechos políticos a extranjeros residentes en el país, aunque la
tendencia en la práctica democrática es ofrecer derechos de participación política y de voto a los
residentes extranjeros que hayan permanecido en el país durante determinado tiempo (véase la
pregunta 21). Pero fuera de los derechos políticos relacionados con la ciudadanía, el Estado tiene
la obligación de garantizar a todos los extranjeros legalmente establecidos en el país todos los
demás derechos y libertades fundamentales sin distinción ni discriminación.

62. ¿Tienen derechos las minorías en una democracia?


Las normas internacionales sobre derechos humanos brindan garantías específicas a las
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comunidades ((111)) minoritarias, ya se trate de minorías religiosas, culturales, nacionales, étnicas
o lingüísticas. Estas minorías tienen el derecho no sólo de que el Estado reconozca su existencia,
sino también de que proteja su identidad específica y cree las condiciones para la defensa de esa
identidad.
Las personas pertenecientes a las minorías tienen plenos derechos democráticos, entre ellos
el de participar en pie de igualdad con los demás en los asuntos del país y en las decisiones que
afectan a sus comunidades o las regiones en donde viven.
Estos y otros principios figuran en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos
de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas, aprobada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1992. Muchos, si no todos los
Estados, tienen comunidades minoritarias y una actitud positiva hacia los derechos de una minoría
debería ser una prueba de democracia en una sociedad. La aplicación de los principios de la
nueva Declaración de las Naciones Unidas debe ser un objetivo claro y urgente para todos los
países.

63. ¿Cómo deben defenderse en la práctica los derechos humanos?


Las sociedades democráticas han concebido distintos medios de proteger los derechos. Sin
embargo, las normas internacionales ofrecen algunas directrices, como por ejemplo que cada
individuo tenga la posibilidad de interponer recurso cuando considere que sus derechos han sido
violados. Las personas deben poder defender sus derechos invocando los tratados
internacionales sobre derechos humanos suscritos por sus gobiernos. ((112))
Casi todos los Estados del mundo tienen constituciones escritas en que los derechos
humanos están definidos y garantizados como parte del funcionamiento del sistema democrático
mismo. Los tribunales suelen ocupar la primera línea en la defensa de los derechos individuales
definidos en la "Carta de Derechos" de la constitución. Los individuos deben tener libre acceso a
los tribunales y, si es preciso, a la asistencia judicial para reivindicar sus derechos; las decisiones
y sentencias de los tribunales deben ser acatadas por el gobierno aún si suponen, si la
constitución lo prevé, la abrogación de leyes o el pago de indemnizaciones. Sin embargo, la
protección de los derechos requiere a menudo iniciativas concretas como la adopción de medidas
legislativas o de otro tipo, para garantizar por ejemplo la proscripción de todas las formas de
discriminación o la concesión de derechos fundamentales a grupos vulnerables como los niños,
los desasistidos o los inválidos.
En una democracia, la gente suele pedir ayuda a sus representantes elegidos para obtener
justicia y el respeto de sus derechos. Los medios de comunicación pueden cumplir también una
función muy importante de vigilancia contra la violación de derechos. En la práctica, toda una serie
de instituciones contribuyen a defender los derechos, como por ejemplo la institución del mediador
o funcionario independiente que supervisa el funcionamiento de la administración gubernamental.
Pero la mejor defensa de la democracia es la creencia en sus principios y sus finalidades. Por
consiguiente, es esencial la educación sobre los derechos humanos y la ciudadanía democrática
en todos los niveles de enseñanza. Estos programas educativos no deben limitarse a las
escuelas y universidades, sino incluir también a las autoridades públicas, en particular la policía y
el ejército. ((113))

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