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Uno de los elementos más importantes y necesarios en el trabajo con niños es saber qué

enseñar y cómo enseñarlo; sin embargo, en muchísimas iglesias no se sigue un curso de


enseñanza, las clases no están conectadas entre sí en un programa de estudio y no hay
ningún currículo de contenidos.

El resultado de esto es que nadie termina aprendiendo demasiado de nada y el ministerio de


niños en vez de ser un programa educativo de valores abordados desde la Palabra de Dios,
es más bien una guardería para que los niños no molesten mientras los adultos aprended de
Dios. Algunas iglesias al menos queriendo ser muy innovadoras y únicas, terminan intentando
armar su propio currículo de enseñanza preparando más bien eventos que un programa
educativo y entonces mueren en el intento de hacer una buena enseñanza.

 Define el perfil de egreso en cada etapa


Un buen currículo tiene claro lo que desea ayudar a producir en los estudiantes. Estas
definiciones deben estar claras para cada etapa. No puede ser el mismo currículo para niños
en edad preescolar que para niños que estudian en la primaria. Una pregunta que podemos
hacernos aquí es: ¿cómo visualizamos a los niños que salen de cada etapa? Por ejemplo:
¿qué quisiéramos que fueran capaces de hacer, conocer y sentir los chicos al terminar la
escuela dominical para que estén listos para pasar su adolescencia? ¿Cómo los vamos a
preparar para esta nueva etapa?

Podríamos pensar algo así como: Yo quisiera que al salir de la escuela dominical ellos
puedan:

 Saber que tienen un Dios todopoderoso y que pueden confiar en Él no importando las
circunstancias.
 Aprender a tomar decisiones basándose en lo que saben de la Palabra de Dios.
 Tener una base de amigos cristianos sólida que les permita entrar en la adolescencia.
 Tener al menos cinco adultos en su vida a los cuales los puedan ver como referentes de
fe (Kara Powell explica mejor este punto).
 Empezar a descubrir sus dones para poder servir a otros con ellos.
Debemos tener claridad del inicio y el final de cada etapa. Creo que en nuestras iglesias
perdemos a muchos de nuestros miembros cada vez que cambian de etapa en su vida.

 Que tenga una base fuerte en la Biblia


Uno de los objetivos fundamentales del currículo que escojamos es que nuestros chicos
puedan tomar decisiones sabias basadas en lo que la Biblia dice. Creo que el contenido de la
Biblia debe ser enseñado de manera creativa pero no debemos dejar a un lado el aprendizaje
de versículos bíblicos y sus historias.

Si analizamos el currículo que estamos evaluando, podríamos hacernos las siguientes


preguntas al respecto:

 ¿Cuántos libros de la Biblia estudia?


 ¿Cuántos versículos bíblicos memorizarán los niños?
 ¿Ayuda a que los niños puedan seguir aprendiendo la Biblia en su casa con ayuda de sus
padres?
 ¿Permite que nuestros chicos analicen situaciones y construyan soluciones?
 ¿Es congruente con lo que enseñamos en la iglesia?
No descartemos los ejercicios de memorización de versículos. En mi opinión siguen siendo
valiosos los llamados “esgrimas bíblicos” y los diferentes concursos donde les preguntamos a
los niños sobre versículos específicos premiando al que pueda dar la mayor cantidad de
respuestas.

A su vez, además de todo lo que ocurre en la iglesia con la formación espiritual de la niñez,
debemos motivar a los padres a tener Biblias para niños en casa y a leerlas con ellos. Javier
mi hijo más pequeño tiene mucha afición a la lectura. Al día de hoy ha leído seis Biblias de
niños completas y me parece que fueron un excelente recurso para después poder leer la
Biblia como tal.

Enseñar es un reto que implica cada vez más creatividad. El


mundo de la tecnología e Internet están de nuestra parte
ofreciendonos innumerables herramientas y recursos para
lograrlo. Comparto con ustedes 10 herramientas para ser
maestros creativos:
Muchos niños hoy día se aburren con la escuela dominical tradicional, porque son nativos
digitales. Están acostumbrados a juegos, dramas e imágenes más rápidos, más complejos y
más desafiantes que lo que se presenta el domingo en la escuela dominical. ¿Cómo
enfrentamos esto?

Acerca de este tema conversamos con el pastor Antonio Montiel quien es doctor en
Educación, máster en Psicología Familiar y Educación. Dirige el Programa Nacional: Taller
para Padres “Hacia un Cambio de Actitud y Mentalidad en los Padres y Madres de Paraguay”.
La sugerencia del pastor Montiel es alcanzar a los niños, antes que sea tarde:

“Muchas veces cuando llegamos a los adolescentes muchos de ellos ya fueron


abusados maltratados y como dice el profesor “ya sus corazones se ponen mucho
más duros”.

Existen muchas formas de alcanzar a los niños con el evangelio. ¿Por qué evangelizar
con payasos, mimos y títeres hoy día es tan efectivo?
Consideramos que en este tiempo donde nuestros hijos son “nativos digitales” se necesita una
estrategia creativa para llamar la atención de los niños y de los adolescentes. Esta estrategia
ha sido probado en diferentes lugares y ha sido de mucho éxito. Nosotros mismos en
Paraguay estuvimos haciendo varios experimentos y hemos descubierto que sin mucha
preparación, en un ratito uno puede juntar en un 40 a 70 niños, de los cuales 12 que tenemos
registrado que aceptaron a Cristo. Con esos 12 ya se puede abrir un grupo pequeño de niños
en su propia comunidad y luego tratar de acercarles a la iglesia más cercana. Una de las
tareas pastorales primordiales en la Iglesia es el cuidado de los niños.
¿Cómo estas estrategias pueden ayudar con el cuidado de los niños en la Iglesia?
Hemos notado lastimosamente que hay un descuido total hacia la niñez en nuestro país.
Muchos no quieren involucrarse al trabajo de la niñez, por eso empieza esta campaña ya
conocida por muchos como la ventana 4/14. Aquí estamos hablando acerca de la niñez en
Paraguay. Este es el segmento mayoritario en este momento en Paraguay y es el 40%, y es el
segmento de mayor riesgo y vulnerabilidad. Toda la Iglesia debería de involucrarse en esta
tarea porque sabemos nosotros que si no hay niños en la iglesia, no hay futuro. Y las iglesias
en Paraguay posiblemente terminen como las iglesias del primer mundo, como en Europa y
EEUU donde, lastimosamente, ya no se ven niños. Nosotros en Paraguay tenemos
muchísimos niños y tenemos que hacer un cambio de actitud para tratar de llegar a ellos antes
de que sea tarde. Muchas veces cuando llegamos a los adolescentes muchos de ellos ya
fueron abusados maltratados y como dice el profesor “ya sus corazones se ponen mucho más
duros”.

Entonces, ¿el evangelismo de los niños debería ser una de las prioridades de la iglesia
evangélica?
En este momento sí, porque estamos hablando de un segmento demográfico amplio, de que
el 40% de la población paraguaya son niños. Y si uno maneja esa información es ahí donde
tenemos que invertir. Debemos aplicar el concepto del productor; de la siembra y la cosecha.
Si hacemos una buena siembra en este segmento, existe una gran posibilidad de que
tengamos una buena cosecha también.

Viendo esta gran necesidad ¿cómo puede ser renovada y fortalecida la Escuela
Dominical en la Iglesia?
Vemos que la Escuela Dominical tradicional perdió totalmente su efecto; primero por la falta de
maestros y segundo, por la falta de preparación de maestros. Y lo que tenemos son maestros
muy aburridos, donde los chicos que crecieron en una generación a la cual se llama “nativos
digitales” necesitan mucho más creatividad. Y por eso toda esta estrategia de utilizar los
mimos, los payasos y los títeres y otros elementos más, que podría darle una nueva dinámica
al transmitir los principios y valores de la Palabra de Dios a los niños, que necesitan escuchar
en esta etapa de sus vidas con claridad los conceptos bíblicos y la enseñanza de la Palabra
de Dios.

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