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En muchas ocasiones los niños/as con autismo tienen niveles altos de metales
pesados en su organismo como puede ser el mercurio o el arsénico. También
pueden padecer infecciones de diversa tipología como la Candidiasis.
Otro ejemplo de problemas alimentación con origen médico son las Alergias e
Intolerancias Alimenticias. Todos estos factores influyen en la salud y bienestar
emocional del niño/a y tienen consecuencias observables en su conducta.
Es recomendable por tanto, realizar un estudio médico al niño/a que evalúe posibles
problemas metabólicos.
Por otro lado, deberemos tener en cuenta el planeamiento motor oral e identificar
de que manera el niño o niña maneja el alimento en la boca : masticación, pasar el
alimento de un lado al otro, movimientos de la lengua…
A lo largo del día, los niños/as realizan diferentes comidas; desayuno, almuerzo,
comida, merienda y cena. En el horario escolar tienen perfectamente organizados
los tiempos de almuerzo y comida, pero ¿qué ocurre en casa?.
No importa que hasta ahora haya comido cada día en un sitio o incluso tenga el
hábito de corretear mientras los adultos van detrás dándole de comer. A partir de
hoy establece un lugar concreto y NO cambies ni vuelvas a lo anterior una sola vez.
4. Utiliza Apoyos visuales y establece una rutina muy motivadora para después
de comer.
Anota lo que sabes que sí le gusta y elabora el menú de comida y/o cena de toda
una semana. Es esencial que los primeros días no le ofrezcamos un alimento que
no le gusta o que es nuevo.
Si no come nada no le ofrezcas otra comida. Tal vez esté esperando a que ocurra
lo que ocurre normalmente (me dan de comer, me muevo por toda la casa, van
detrás de mi…) y necesita más días para aceptar que ahora tiene que sentarse a
comer. Puede mostrar enfado o rabietas. Sé paciente y aprovecha su enfado para
trabajar emociones. Es importante no cambiarle el plato principal. Si se queda sin
comer NO pasa nada, podemos intentarlo más tarde.
Una vez acepte que tiene que sentarse y acceda a comer (pueden pasar días)
premiale con un refuerzo de la lista (que no sea de los primeros, ya que esos se
utilizarán cuando introduzcamos nuevos alimentos), una vez terminado el plato
principal.
Refuérzale cada vez que coma una cucharada o trozo del nuevo alimento.
Los registros de Observación nos permiten sacar conclusiones a lo largo del tiempo
de una forma objetiva además de recordarnos aspectos que podemos olvidar.
Una vez que en el niño/a ha adquirido el hábito de comer sentado, iremos incluyendo
objetivos referidos a la autonomía y hábitos alimenticios básicos en función de su
edad, como pueden ser;
Limpiar boca