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CARACTEROLOGÍA CRIMINAL

La caracterología criminal parte del estudio de los elementos constitutivos de la


predisposición criminal, y que en forma enunciativa consiste en: la raza, el sexo, la edad, las
lesiones cerebrales, el tipo morfológico, la capacidad intelectual, la inmadurez psicológica,
las anomalías o estigmas criminales, las toxicomanías, las toxico-infecciones, las psicosis y
formas asociadas y la disminución de la función moral.

El estudio de estos elementos permiten conocer la predisposición criminal individual, a


la que hay que agregar el estudio de la base de la conducta, como son los elementos
biológicos, hereditarios, congénitos o adquiridos, sin olvidar las anomalías de carácter y la
inteligencia, las desviaciones neuróticas, y las condiciones ambientales (como la familia, la
situación económica, el trabajo, clasificación profesional, influencia de grupos sociales, cine,
prensa, radio y televisión).

Las propiedades constitutivas del carácter son: la emotividad, la actividad y la


resonancia, como propiedades suplementarias encontramos la codicia o el desprendimiento;
la sexualidad o la frigidez; la sociabilidad o la agresividad; la ternura; los intereses
sensoriales o deseo de placeres; y la pasión intelectual.

Ahora bien, las propiedades constitutivas del carácter forman un bloque, una unidad
compleja e indisoluble, que a juicio de Le Senne, permiten establecer mecanismos
caracterológicos, que pueden clasificarse en ocho modos de comportamiento, planteando
los siguientes caracteres delincuenciales:

Carácter nervioso: (emotivo, inactivo, primario) (Cambio constante)


Este es el carácter más criminógeno de todos, pues se trata de un sujeto emotivo,
responde a los estímulos de la vida; es inactivo, o sea que no canaliza su potencial
energético, sino que lo acumula; y, por último, es primario; es decir, reacciona
instantáneamente sin medir las consecuencias de sus actos.

Carácter apasionado: (emotivo-activo-secundario) (ambición)


Los crímenes pasionales se atribuyen a este carácter. El elemento peligroso de este
tipo lo encontramos en que la persona es emotiva; es decir, un sentimental que exagera el
amor, el odio, los celos; pero como se trata de un activo, traduce en hechos sus emociones,
y por tratarse de un carácter secundario, sus reacciones son lentas, maduras. Así pues. este
tipo puede cometer homicidios premeditados por celos, los estados paranoides se dan con
bastante frecuencia y pueden derivar en actos criminales.

Carácter colérico: (emotivo-activo-primario) (extraversión)


El individuo es un emotivo, se enciende fácilmente, es combativo, agresivo, y como
además es activo, su combatividad se refleja en actos que no medita, por su mecanismo
primario. Se caracteriza por ser individuo irritable, con facilidad al enojo y fácilmente
susceptible de cambio de carácter a la cólera. El colérico se orienta a la estafa, al robo y a
los delitos sexuales (la violación).
Carácter sentimental: (emotivo-inactivo-secundario)(sensible).
Para Resten y otros investigadores, este carácter no predispone al delito, si bien es un
emotivo, su inactividad y mecanismo secundario lo convierten en un ser tímido, indeciso,
irresoluto que duda en delinquir. Ahora bien, el sentimental bajo el influjo del alcohol, o de
una emoción largamente reprimida, llega al homicidio, que es una forma de resolver sus
conflictos de culpa o sus emociones que han permanecido reprimidas, pero al obrar así
actúa como nervioso.

Carácter sanguíneo: (no emotivo-activo-primario)(sentido practico).


Los individuos de este carácter, cometen delitos sexuales y delitos contra las personas,
y es poca su incidencia en robos. El sanguíneo se guía por el placer corporal, comer, beber,
saciar su instinto sexual. Son personas alegres, optimistas, empáticas, con ideas positivas y
casi siempre consejeros.

Carácter flemático: (no emotivo-activo-secundario)(sentido del orden).


Por su mismo carácter frío, tranquilo, metódico, veraz, reflexivo, no incurre por lo
común en delitos, y cuando lo hace es generalmente un acto cuidadosamente meditado,
preparado y realizado. Estas personas son oscilantes en sus vidas y cambiantes de
temperamento tipo hipocondriaco.

Carácter amorfo: (no emotivo-inactivo-primario)(superficial).


Predomina la pereza, la inercia, no se preocupa por el mañana, y trata de satisfacer
sus necesidades sin esforzarse. Este sujeto es víctima de la sugestión y lo encontramos
como partícipe en los delitos, debido precisamente a su escasa voluntad, interfiriendo en
delitos de robo.

Carácter apático: (no emotivo-inactivo-secundario)(intolerante)


Son personas caracterológicamente mal dotados, difícilmente se adaptan al medio, con
frecuencia presentan debilidad mental. Incurren en delitos de robo, sexuales (contra
menores), pero por su torpeza son inmediatamente detenidos.

La clasificación de Le Sene ha sido aplicada a numerosas investigaciones que han


permitido señalar que el componente básico, desde el punto de vista caracterológico, de la
conducta criminal, es la integración anormal de un comportamiento infantil condicionado por
mecanismos nerviosos, sentimentales, amorfos y apáticos.

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