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bautizaron
Al sur del lago Constanza, donde la tierra se levanta en las relucientes
cumbres de Santis, Altman, y Kreuzberg, se halla la ciudad de Sankt
Gallen, en el valle del río Setter. Por mas de mil años después de 612,
cuando el misionero Gall de Down llegó allí, los monjes vivían en Sankt
Gallen.
“No puedo hacer eso,” respondió él. “Yo sigo a Cristo.” “Entonces
tenemos que expulsarte de la ciudad” decidió la corte, aunque no lo
hicieron inmediatamente. Los “líderes evangélicos” de la ciudad se
sintieron impelidos a comprobar que ellos estaban en lo correcto, y que
Wolf estaba mal. Concertaron dos debates públicos. En el último
debate, leyeron del libro de Zwinglio Sobre el Bautismo, el Rebautismo,
y el Bautismo Infantil. A eso, Wolf replicó en una voz clara ante la gran
multitud de gente que había venido a escuchar: “Ustedes pueden tener
la palabra de Zwinglio, ¡pero yo tendré la Palabra de Dios!”
Un testimonio triple
Al estar con Cristo, tienes que volverte un extranjero en esta tierra, sin
ciudadanía en esta tierra. Tienes que ser un portador del amor en
paciencia, aún si te odian sin causa. Tienes que amar, como Él, a tus
enemigos, no engañando a nadie, e inclinando tu carne en el polvo de
la tierra. Tienes que ir con Él al jardín del Getsemaní y beber con Él de
la copa que da el Padre…
Una marca
El bautismo es para aquellos que desean mejorar sus caminos, tener una
nueva vida, morir a la inmoralidad, ser sepultados con Cristo, y
resucitar del bautismo a novedad de vida… El bautismo es la marca de
un cambio en el hombre interior. Es la marca de un nuevo nacimiento,
un lavar y quitar, echando fuera el pecado, y es una promesa de vivir
como Cristo.17
Al igual que la circuncisión era la señal del antiguo pacto de Dios, los
anabaptistas veían el bautismo como el sello del nuevo pacto con Dios.
Menno Simons escribió: El bautismo externo en el agua es un sello o
prueba de nuestra fe, así como la circuncisión externa lo fue para el
creyente-obediente Abraham.19
No es un sello nonada
Un pacto
Oh, mi Señor Jesucristo, vuelve a establecer los dos lazos con los que
hemos sido externamente ceñidos y atados como tu novia en un pacto.
Tu novia es la comunidad santa. Los lazos son el bautismo apropiado y
la santa cena. 26
Atados en el agua
El problema mío
Misterio, no superstición
Con todo esto, Menno Simons tuvo cuidado de jamás implicar que los
pecadores pueden ser bautizados y salir del agua como santos. En 1539,
escribió:
Como Cristo murió y fue sepultado, así tenemos que morir a nuestros
pecados y ser sepultados con Cristo en el bautismo. No que hagamos
esto por primera vez después del Bautismo, sino que debemos haber
empezado esto desde antes.50
No sólo el agua
Menno Simons lo puso muy claro: Si las almas de los hombres no estén
renovadas y no son de la misma mente con Cristo-si no están lavadas
internamente con el agua limpia de la fuente de Dios- pueden decir
“¿Qué bien nos puede hacer el agua?” Porque si están con mente carnal,
el océano entero no es suficiente para hacerlos limpios. El que busca
remisión de pecados sólo a través del agua rechaza la Sangre del Señor
y hace del agua su ídolo. Por lo tanto, que todos tengan cuidado, no sea
que den la gloria debida a Cristo a ceremonias hechas por elementos
creados. No se imaginen que insistimos en elementos. Les digo la
verdad. Si alguien viniera conmigo, incluso el emperador o el rey,
deseando ser bautizado, pero caminando todavía en los deseos de la
carne-si la vida penitente, regenerada y nueva es evidente- antes moriría
que bautizar a tal persona. Donde no hay fe regeneradora que lleva a la
obediencia, no puede haber bautismo. Felipe le dijo al eunuco: “Si crees
de todo corazón, bien puedes.”53
Un revestirse de Cristo
El bautismo y la cruz
El sacramento del bautismo literalmente representaba la muerte y la
vida para los anabaptistas. Ser bautizado sobre tu confesión de fe era
firmar tu sentencia de muerte en el siglo dieciséis. Lutero, Zwinglio y
Calvino tenían misericordia de los que se volvían a bautizar, sólo
decapitándolos. Pero decapitar en los países católicos era un castigo
muy misericordioso. Y estaba reservado sólo para aquellos que se
retractaban. Los adultos bautizados eran usualmente quemados en la
estaca.
Esta es la voluntad de Dios, que todos los que oyen y creen y siguen la
voluntad de Dios sean bautizados. Ellos profesan su fe por el bautismo
y declaran que ya no vivirán más según su propia voluntad, sino de
acuerdo a la voluntad de Dios. Ellos declaran que están listos y
dispuestos a abandonar sus familias, casas, posesiones, tierras, y vida.
Ellos declaran que van a sufrir hambre, aflicción, opresión, persecución,
cruz y muerte, por causa de Cristo. En el bautismo, ellos expresan su
deseo de crucificar y sepultar su carne con sus deseos y resucitar con
Cristo a una nueva vida.55