Sei sulla pagina 1di 13

PROGRAMA

MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA EDUCATIVA

ENSAYO ARGUMENTATIVO
“Estilos parentales y adaptación de conducta en alumnos de secundaria de la
Institución Educativa Bernardo O´Higgins, Lima, 2019”

Autora:
Liz Lauren Avila Zavaleta

Docente (Asesor):
Francis Esmeralda Ibarguen Cueva

Línea de Investigación
Atención integral del infante, niño y adolescente

Lima – Perú
2019

1
“Estilos parentales y adaptación de conducta en alumnos de secundaria de la
Institución Educativa Bernardo O´Higgins, Lima, 2019”

2
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………. 4

II. ARGUMENTACION………………………………………………………. 7

2.1. Adolescencia, adaptación de conducta y problemática actual………. 7

2.2. Relaciones Familiares y Estilos Parentales…………………………… 9

III. CONCLUSIONES…………………………………………………………. 11

IV. REFERENCIAS…………………………………………………………… 12

3
I. INTRODUCCIÓN

El ser humano es sociable por naturaleza y forma parte de diferentes contextos a lo


largo de su vida, desde el entorno más cercano y básico en la familia, ampliando en
cada etapa su campo de acción hasta un nivel macro e insertarse ideal y positivamente
en la sociedad. Para que ello suceda es preciso que durante su proceso de desarrollo
y experiencia haya obtenido aprendizajes significativos y desarrollado habilidades
suficientes que le permitan encontrarse a la altura y responder funcionalmente a las
demandas de su entorno, es decir, adaptarse a él.

De acuerdo con la Real Academia Española (2014) adaptar es “acomodar,


ajustar algo a otra cosa”, De La Cruz & Cordero (1999), autores del Instrumento de
Adaptación de Conducta definieron conceptualmente la adaptación de conducta como
un conjunto de conductas que apuntan a la aceptación de su aspecto físico,
consecución de su independencia emocional, respeto a los padres, relación con sus
compañeros y en general con los sujetos del entorno social en que vive, es decir pautas
de comportamiento aceptadas por un grupo de referencia, estos grupos pueden ser la
familia, el grupo de amigos, la escuela, los profesores, etc. En ese sentido, y de
acuerdo a las demandas de nuestro actual entorno social actual, en el que los cambios
se presentan de manera acelerada y para el cual se requiere un banco de respuestas
amplio y fortalecido, la adaptación a distintos niveles y en diferentes contextos se
convierte en un proceso primordial en la vida de los seres humanos.

Asimismo, la familia, como célula básica de la sociedad constituye el entorno de


base para la educación y formación de niños y adolescentes capaz de otorgar bases
sólidas y repertorios cognitivos, conductuales, emocionales y morales básicos para
fomentar un adecuado ajuste; logro social que cobra especial relevancia en la etapa
de la adolescencia en el que todos buscan consolidar su sentido de pertenencia y al
tratarse según la Organización Mundial de la Salud (2018) de una etapa de vital
importancia en la vida por los cambios que implica y por constituir el proceso previo
para la etapa adulta.

4
Sin embargo, con la globalización, las constantes y cambiantes demandas del
entorno actual, la vida acelerada, las metas personales que los padres jóvenes desean
alcanzar en aras de brindarle mejores condiciones de vida a sus hijos, la necesidad de
obtener salarios que permitan solventar la canasta familiar, situaciones que implican
la ausencia en casa de los principales agentes de formación y generación de valores:
los padres; han contribuido socialmente al nacimiento de generaciones con grandes
problemas a nivel emocional y conductual. Hoy en día a los adolescentes les cuesta
mucho lidiar con los cambios propios de su etapa y las exigencias del entorno en
simultáneo, pues les resulta no solo insostenible, sino también frustrante, al no contar
con recursos básicos, no obtenidos por la ausencia de los figuras o referentes positivos
que puedan educarlos y estar presentes durante etapas previas del desarrollo o por
el ejercicio inadecuado del rol parental tal como lo evidenció Cáceres (214) al encontrar
una relación inversamente proporcional entre actos antisociales graves y la presencia
de involucramiento positivo por parte de los padres de adolescentes mexicanos.

En Estados Unidos son cada vez más frecuentes los atentados colectivos con
armas de fuego por parte de los mismos estudiantes, que desembocan en muertes, el
desasosiego de los padres y problemas emocionales importantes en los
sobrevivientes. En el Perú contamos con casos en los cuales hijos adolescentes
agreden físicamente a sus padres, escapan del hogar exponiéndose a innumerables
riesgos, no asisten regularmente a la escuela pese a encontrarse matriculados,
asimismo presentan problemas de salud mental, sintiéndose poco valorados y
excluidos, sin supervisión y apoyo, buscando soporte y apoyo en personas que pueden
conducirlos hacia conductas delictivas.

En la Institución Educativa Bernardo OHiggins, ha sido posible observar


numerosos casos de adolescentes que no alcanzan una relación saludable consigo
mismos, con sus familiares, en la escuela y en su contexto sociocultural, no logran
afrontar adecuadamente los retos que se les presentan, no se sienten satisfechos con
la vida que llevan, les cuesta constituir un elemento funcional en el entorno familiar
evidenciando problemas de conducta que redirigen hacia la escuela donde tampoco
se encuentran preparados y dispuestos para asumir responsabilidades académicas,

5
evidencian tendencia hacia conductas oposicionistas frente a las figuras de autoridad,
hacia la mentira, se evaden de clase, carecen de hábitos de estudio que favorezcan
un adecuado rendimiento académicos, algunos de ellos se aíslan con el fin de no
convertirse en centro de críticas o burlas.

Por lo expuesto, el presente ensayo busca plantear una investigación de tipo


correlacional en aras de conocer si existe relación significativa entre los estilos
parentales y el nivel de adaptación de conducta, dado que nuestra realidad actual nos
muestra que nuestros adolescentes se vienen enfrentando a un contexto al cual les
resulta muy difícil ajustarse, sin mencionar que la situación va tornándose cada vez
mas compleja pues no solo contamos con situaciones en las que les cuesta respetar
a sus padres u obtener bajo rendimiento académico sino que, con el transcurrir de los
años se ha llegado a situaciones de tipo violencia en contra de los padres, conductas
delictivas a nivel masivo reclutamiento de niños para delinquir, homicidio escolar,
violencia sexual, etc.; resultando indispensable y urgente identificar eficazmente
factores protectores para fortalecerlos en el entorno familiar y desde edades
tempranas, fomentando un adecuado y saludable desarrollo de nuestros futuros
ciudadanos y promover que las familias se conviertan en una red efectiva de soporte
socioemocional.

6
II. ARGUMENTACIÓN:

En las etapas de desarrollo del ser humano, aquella que constituye un


verdadero reto para el ser humano es la adolescencia, dado que en esta
etapa convergen muchos cambios en simultáneo, empezando por
aquellos de tipo biológico y endocrino que generan sentimientos de
incertidumbre y angustia en el adolescente en su lucha por pertenecer a
un grupo humano distinto a su familia, asimismo se enfrenta a cambios
que le exigen asumir una postura y conducta más independiente
respecto a sus padres, así como poner a prueba su pensamiento crítico
y empezar a tomar decisiones para su futuro; es así que si el adolescente
cuenta con las condiciones adecuadas el producto final es un “joven
capaz de definir elecciones de pareja y vocacional” (Florenzano y Valdés,
2005; p. 29-30).

En un desenvolvimiento normal y adecuado del adolescente se


presentan características específicas y síntomas que se van
presentando según la subetapa en la que se encuentran, como la
búsqueda de sí mismo y de la propia identidad, tendencia grupal,
necesidad de intelectualizar y de fantasear, crisis religiosas,
desubicación temporal, evolución sexual, actitud social reivindicatoria,
contradicciones de conducta, separación progresiva de los padres,
fluctuaciones del humor y estado de ánimo (Florenzano y Valdez, 2005).

Según su proceso de desarrollo, el adolescente presentará


conductas ajustadas o no ajustadas al entorno en que viva, clasificadas
como prosociales o antisociales. “las conductas prosociales y
antisociales son las resultantes de proceso de internalización de
esquemas referenciales – cognitivo – emocional – motivacionales que
instan a actuar de acuerdo con determinados sistemas de valores y
creencias” Casullo (2006, p. 129).

7
La adaptación en el individuo deja entrever las posibilidades que
tiene o no el sujeto para cambiar su conducta en respuesta a las
demandas de un entorno que continuamente se encuentra sujeto a
cambios constantes
(Morales, 2008), con base en un sentimiento de bienestar consigo mismo
y el desarrollo de una diversidad de respuestas socialmente aceptadas.

Es por ello que los adolescentes que desarrollan su capacidad de


modificar su conducta, atraviesan un proceso dinámico de cambio y
adquisición de nuevas conductas acordes a las exigencias del ambiente,
obteniendo como resultado interacciones satisfactorias en los diferentes
ámbitos de su vida.

De La Cruz & Cordero (1990) definen la adaptación de conducta


como la aceptación de su aspecto físico, consecución de su
independencia emocional, respeto a los padres, relación con sus
compañeros y en general con los sujetos del entorno social en que vive,
es decir pautas de comportamiento aceptadas por un grupo de
referencia, estos grupos pueden ser la familia, el grupo de amigos, la
escuela, los profesores, etc.

No obstante, nuestra realidad nacional actual muestra un


panorama poco alentador respecto a las conductas de nuestros
adolescentes de hoy en día, quienes desde edades cada vez mas
tempranas presentan problemas ligados a la salud mental de tipo
depresión, ansiedad, crisis de identidad, conductas autolesivas, intentos
de suicidio, así como conductas desafiantes en casa, dificultades para
interiorizar y asumir normas, conductas desafiantes y/o agresividad hacia
los hermanos y/o padres, se escapan de casa e incluso pasan a realizar
vida en calle y/o incurrir en conductas delictivas.

8
De acuerdo con el Estudio Epidemiológico de Salud Mental en
Lima Metropolitana y Callao (2012), solo el 17.99% de la población
adolescente se percibe como satisfecho a nivel personal, el 25.9%
presentan indicadores suicidas; mientras el 5% presenta permisividad
frente a la psicopatía y el 6% presenta tendencias delictivas; en ese
sentido nuestra población adolescente se encuentra bastante afectada
por nuestros problemas sociales, la problemática sociopolítica actual y la
crisis de valores. El 59.2% manifiesta problemas de interacción y/o
económicos que se rigen al seno familiar en el cual se sienten agobiados
por el estrés o por dificultades en la interacción entre o con sus padres.
Además provienen de hogares disfuncionales donde prevalece la
carencia o inadecuada comunicación, el conflicto constante, violencia,
los padres suelen ignorar las necesidades afectivas de los adolescentes
y se encuentra marcada negligencia de las necesidades de los
adolescentes.

La familia como eje fundamental de la sociedad es el núcleo donde


todo ser humano óptimamente se forma con todos los recursos y
habilidades que necesita para adecuarse al entorno satisfactoriamente a
lo largo de su vida, plantearse metas, conseguirlas y estabilizarse a nivel
personal, familiar, laboral y social.

Etimológicamente, familia se deriva del término famulus, que


significa “siervo, esclavo”, y del latín fames (hambre); en ese sentido
sería la agrupación de personas que satisfacen su hambre en simultáneo
dentro de una misma casa y a los cuales una figura de poder y autoridad
debe alimentar (Oliva y Vera, 213).

Vivir en familia implica interacción constante, la misma que por


medio del lenguaje permite intercambios significativos entre sus

9
miembros; dichas relaciones se encuentran integradas sistemáticamente
e influyen significativamente en el desarrollo de la personalidad, hábitos,
conducta y tipo de respuestas del ser humano al entorno social.
Asimismo, la familia coopera y forma un cúmulo de planteamientos y
formas de vida con proyección al futuro, comparten sólidos lazos, existe
sentimiento de pertenencia y compromiso de interacción, lealtad y
confianza e interdependencia (Malde Modino, I, 2012).

El rumbo del planteamiento de vida y proyección a futuro familiar


se encuentra en manos de los padres, quienes dirigen la vida familiar y
otorgan al adolescente el marco básico para su posterior independencia;
es por ello que la forma en que los padres interactúan con los hijos influye
significativamente sobre su desarrollo y sienta las bases para la
formación de una personalidad equilibrada. Diana Baumrind (1971) logro
identificar 3 estilos parentales: el permisivo que otorga libertad de acción
y decisión al niño/adolescente; el estilo autoritario, que otorga reglas y
límites bastante rígidos cargados de exigencia de cumplimiento y
finalmente, el estilo democrático, mediante el cual los padres se
muestran flexibles, escuchan a sus hijos y negocian llegando a
establecer acuerdos satisfactorios para ambas partes.

Durante la adolescencia, la inestabilidad característica de esta


etapa, coloca al ser humano en una línea muy fina entre la protección y
el riesgo, resultando de vital importancia el acompañamiento y
orientación parental para guiarlos adecuadamente. Así por ejemplo en
un estudio realizado por Flores (2018) en estudiantes de secundaria de
San Juan de Lurigancho encontró el estilo autoritario como el
predominante. Al respecto es preciso acotar que nuestro país alberga
paradigmas socioculturales muy arraigados y que pese a encontrarse en
proceso de cambio aún predomina el ejercicio del poder y la fuerza en
los métodos educativos con los hijos sobre la escucha activa y el diálogo.

10
De igual modo Martínez (2016) encontró con mayor frecuencia un
estilo negligente con los varones y la prevalencia de un estilo autorizativo
con mujeres, la principal figura de autoridad es el padre y la figura
materna se encuentra asociada a la confianza generada por las rutinas
de cuidado y el tiempo de permanencia con los hijos, asimismo los
estereotipos sociales influyen en la interacción de los padres con los
adolescentes pues por ejemplo la interacción entre padres e hijos
varones tiende a ser más distante en comparación a la relación que
establecen con las hijas, pues socialmente se asume que los varones
deben ser menos expresivos y con mayor firmeza y las mujeres más
emocionales y sumisas; denotando un desequilibrio que continúa
afectando la funcionalidad familiar y el futuro de nuestros adolescentes.

Por lo expuesto, se plantea la investigación correlacional “Estilos


Parentales y adaptación de conducta en alumnos de secundaria de la Institución
Educativa Bernardo O’Higgins, Lima, 2019” con base en la problemática
psicosocial del adolescente, identificando factores a nivel familiar que pueden
incidir favorable o desfavorablemente sobre su desenvolvimiento y desarrollo y
a partir de la necesidad de identificar factores protectores sobre los cuales
plantear líneas de intervención.

III. CONCLUSIONES:

La problemática psicosocial y actúa crisis política que se presenta en nuestro


país ha generado cambios en las actitudes de las personas y en la percepción
del mundo por parte de la población joven, entre ellas los adolescentes, quienes
actualmente se encuentran inmersos en un contexto en el cual se encuentran
muy expuestos a factores que ponen en riesgo el que cuenten con referentes
adecuados para su desarrollo, pues a diario se encuentran con modelos de
permisividad, indiferencia ante los demás, violencia social, suspicacias y
demás. Por ello, para que los adolescentes para responder adecuadamente
respecto a si mismo, a las demandas de su entorno familiar, escolar y social, se

11
plantea trabajar con programas de prevención multidisciplinarios con el objetivo
de fortalecer la competencia parental, promover la planificación familiar y
fortalecer los proyectos de vida en familia y otros factores protectores en el
entorno familiar para promover el bienestar de los adolescentes y el que
cuenten con soporte adecuado en la difícil etapa de transición en que se
encuentran.

IV. REFERENCIAS

Arellano, M. (2013). Estudio Epidemiológico de Salud Mental en Lima Metropolitana


y Callao – Replicación. Anales de la Salud Mental. Vol XXIX.
http://www.insm.gob.pe/investigacion/archivos/estudios/2012%20ASM%20-
EESM%20-LM.pdf. Consultado el 1 de enero del 2019

Casullo, M. (2005). Adolescentes en riesgo: identificación y orientación


psicológica. (1a ed.) (2a reimpresión). Argentina: Paidos.

De la Cruz, M. & Cordero, A. (1990). Manual del Inventario de Adaptación de


Conducta. Madrid- España(s/a): TEA.
Diccionario de la Real Academia Española (2018). http://www.rae.es/obras-
academicas/diccionarios/diccionario-de-la-lengua-espanola. Consultado el 15 de
enero del 2019.
Fernández Enguita, M. (2006). Participación de las familias en la vida escolar:
acciones y estrategias. España: Editorial Secretaria General Técnica.
Florenzano, R. & Valdéz, M. (2005). El adolescente y sus conductas de riesgo
(3a ed.). Santiago de Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile.
Flores, I. (2018). Estilos de crianza parental y habilidades sociales en
estudiantes de una institución educativa de San Juan de Lurigancho. Universidad
San Ignacio de Loyola. Lima
Gallego J. (2008). Educar en la adolescencia. España: Thomson.
Hernández, R., Fernández, C. & Baptista, P. (2006) Metodología de la
Investigación. (4ªed.). México: Mc Graw-Hill.

12
Malde Modino, I. Qué es la familia. Definición e implicaciones del concepto
http://www.psicologia-online.com/monografias/separacion-arental/qur-es-la-familia-
html. Consultado el 19 de enero del 2019.
Oliva, E. y Vera, J. (Coord.). (2013). Hacia un concepto interdisciplinario de la
familia en la globalización. Morelos: Autónoma.
Organización Mundial de la Salud (2018). Salud de la madre, el recién nacido,
del niño y del
adolescente.https://www.who.int/maternal_child_adolescent/topics/adolescence/de
v/es/. Consultado el 15 de enero del 2019.
Papalia D. (2013). Psicología del desarrollo: Infancia y adolescencia. (13a ed.).
España: Medica Panamericana.

13

Potrebbero piacerti anche