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LOS COÓ DIGOS MORALES: CAMBIO Y

PLURALIDAD

Los códigos morales de los distintos grupos sociales se transforman a través del tiempo. Seguramente
en varias ocasiones has escuchado decir que los jóvenes de ahora son muy diferentes a los de hace
treinta o cuarenta años, que antes las personas se hablaban generalmente de usted, que los hijos no
fumaban delante de sus padres o que eran mal vistas las demostraciones “excesivas” de amor entre los
novios, no se diga de las parejas homosexuales. Estos cambios en la manera de relacionarnos con los
demás, más allá de si nos parecen positivos o negativos, muestran que al menos ciertas formas de
comportamiento no son las mismas en todo momento y lugar.

¿Qué es un código moral?

Imagina por un momento que tú y tus compañeros de clase forman una pequeña comunidad y que
deciden establecer una serie de normas obligatorias que todos deben respetar y que, además, las
exhiben en un lugar público para que todos las conozcan. Estas reglas establecerían, por ejemplo, las
sanciones para quienes cometieran delitos como robo, tráfico de drogas o acoso sexual, entre otros.
Supongamos también que a un grupo de ustedes se les hace responsable de determinar si, en ciertas
circunstancias, se han cometido delitos y, en su caso, de formular las sanciones; mientras que a otro se
le encarga la tarea de aplicar los castigos recurriendo, si es preciso, a la fuerza física. Estas normas que
prohibirían un conjunto de conductas, junto con aquellas que regularían los procesos acusatorios,
constituirían el sistema legar de esa comunidad.

Pero, ¿serían esas las únicas normas que regularían el comportamiento del grupo social? Con
toda seguridad, conforme la vida comunitaria se desarrollara, veríamos surgir otras máximas de
conductas que serían aceptadas por todos o por algunos de sus integrantes; en todo caso, estas normas
tendrían que ver con aspectos de la vida en común, como los deberes de los futuros padres hacia sus
hijos y viceversa, las obligaciones de los habitantes con respecto al cuidado del medio ambiente, el uso
que se le debería dar a los descubrimientos científicos, la responsabilidad que tiene el conjunto frente a
sus integrantes más pobres, el nivel de aceptación del consumo de alcohol entre los jóvenes, entre
otros.

Observa que estas cosas son importantes, pero no pensemos inmediatamente en un sistema de
jueces, policías y cárceles para hacerlas cumplir. Estas normas, máximas o principios de conducta
constituirían los códigos morales de tal comunidad. En esta circunstancia, por lo reducido del gripo, es
probable que se dieran coincidencias de opinión en diversos asuntos, pero también habría temas que
posiblemente dividirían pareceres. Tendríamos, por lo tanto, no uno sino varios códigos morales, los
cuales orientarían las decisiones de los miembros de la comunidad frente a distintas situaciones que
implican elegir entre valores. Por ejemplo, las decisiones que el grupo social tomara respecto de la
eutanasia activa y pasiva, la legalización de cierto tipo de drogas blandas, la adopción de niños por
parejas homosexuales, la conveniencia de la pena de muerte para delitos graves como los secuestros o
los asesinatos en serie o la conveniencia de impartir educación sexual en las escuelas primarias estarían
definidas, en buena medida, por los valores prevalecientes, o mayoritarios, de la comunidad en un
momento determinado.

Tenemos entonces que un código moral es un conjunto de prescripciones, por lo regular de


carácter general, que adoptan la forma de imperativos y prohibiciones (“haz esto”, “no hagas aquello”),
y que reflejan una determinada interpretación del bien, de lo justo, es decir, de los valores que deben
protegerse. Una comunidad que compartiera la creencia, por ejemplo, de que la libertad de decidir es
lo más importante en los seres humanos, posiblemente estaría de acuerdo con la libre disposición
sobre la propia vida y cuerpo; en cambio, para una comunidad con fuertes convicciones sobre la
preservación de la vida, la posibilidad de detener el suministro de medicamentos necesarios para
mantener con vida a un enfermo, sin importar su gravedad, estaría por ello mismo descartada. Sin
embargo, estas creencias morales no son obligatorias para las personas: éstas pueden tener diferentes
opiniones al respecto.

Códigos morales y códigos jurídicos.

En este momento quizá te preguntes cómo podemos distinguir las normas morales de las leyes
jurídicas, de las máximas religiosas e incluso de las llamadas reglas sociales, como aquella que dicta el
uso de colores oscuros en los velorios, o la que reserva el color blanco en una boda para el vestido de la
novia. Es posible mencionar varios criterios para diferencias las normas de la moral respecto a las del
derecho y las convenciones sociales, lo que resulta particularmente importante en los casos en que una
misma conducta está prohibida por nuestro sistema de valores y permitida por el orden jurídico, o
viceversa. Esta circunstancia sucedió durante el régimen nazi en Alemania con las llamadas “leyes de
Nüremberg” contra la contaminación racial, las cuales prohibían a los judíos tener relaciones íntimas
con arios, que si bien eran normas legales y por ello obligatorias, casi todo mundo coincide en que
desde un punto de vista moral fueron una aberración, pues estaban fundadas en la idea de la
superioridad racial, que atenta contra la igualdad y la dignidad de los seres humanos. También es
posible que el orden jurídico permita conductas que una parte de la sociedad rechace, como la
interrupción voluntaria del embarazo, aprobada en ciertos lugares. En la ciudad de México se permite
suspender libremente el proceso de gestación hasta las doce semanas de desarrollo; no obstante un
porcentaje significativo de los habitantes, según las encuestas, considera que esta opción es contraria al
derecho a la vida.

El primero de los criterios para diferenciar la moral del derecho, y quizá el más distintivo, es la
llamada coacción jurídica, que es la forma por la que el Estado hace valer su poder normativo.
Podemos decir que tanto la moral como el derecho son órdenes de la conducta humana que
establecen lo que debe y lo que no debe hacerse. La diferencia está en la manera en que lo hacen, ya
que mientras la moral recurre, por ejemplo, a nuestros sentimientos, como la indignación que sentimos
frente a las injusticias, para distinguir la bondad de la maldad y, de esta forma, promover en los
hombres ciertas acciones y apartarlos de otras, el derecho apoya su cumplimiento en la ejecución
forzosa de las sanciones que deben aplicarse a quienes infringen sus disposiciones, a través de los
órganos del sistema judicial como son los jueces, las cárceles y las policías.

Un segundo elemento diferenciador entre estos órdenes normativos es el tipo de sanciones de


cada uno. En términos generales, el quebranto de una norma moral trae consigo el rechazo social o un
sentimiento de culpa, en cambio, un ilícito jurídico puede generar entre otras consecuencias, una
sanción administrativa (por ejemplo, el cierre de un negocio), una multa económica o la pérdida
temporal o definitiva de la libertad. Si bien está es la única pena física que se conserva en nuestro país,
en otros lugares aún podemos encontrar castigos que no dudaríamos en calificar de inhumanos, como
la muerte por inanición o lapidación (es decir, por hambre o a pedradas), o la antigua exposición de los
culpables de ciertos delitos en plazas públicas para que recibieran el rechazo popular.

Por último, se debe mencionar que una de las características más importantes del derecho es
que él mismo regula su proceso de creación, es decir, en el propio orden jurídico encontramos
disposiciones que establecen quiénes son los encargados de hacer, o derogar, las leyes y cómo deben
hacerlo. Al contrario, si bien es posible afirmar que las normas morales son creadas por la sociedad en
su devenir histórico, no tenemos en este caso un procedimiento detallado para ello ya que, por
ejemplo, en ninguna parte se establece que estos principios de conducta deben ser aprobados por la
mayoría siempre de los ciudadanos, o que tenga que haber un proceso de discusión en el cual las
normas se aprueben primero en pequeños grupos de trabajo antes de someterse a la consideración de
todos, y que después deban publicarse en un documento oficial, como sucede en la deliberación
legislativa.

Para recapitular, es importante que recuerdes que todas las sociedades, así como los grupos que
existen en su seno, tienen sus propios códigos morales, los cuales determinan en buena medida sus
opiniones y su actuación, que los códigos morales presentan variaciones entre los grupos y que,
además, aquellos se transforman con el paso del tiempo. Comportamientos censurados socialmente en
una época son, con frecuencia, aceptados después.

Actividad de Tarea

1. Lee el documento.
2. Escribe en tu cuaderno las 10 ideas principales de dicho.

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