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EN DIOS NO HAY PARCIALIDAD

“Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es
asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá”. Mateo 12:25.

1. INTRODUCCIÓN

¿Qué significa exactamente que Dios no hace acepción de personas? Dios ofrece salvación a todo
hombre, sin importar las circunstancias externas, como el estatus socioeconómico o la nacionalidad.
Dios no ofrece salvación solamente al judío, sólo porque sea judío, o solamente al gentil, sólo porque
sea gentil. La palabra griega que se traduce como “acepción de personas” en la Versión Reina Valera
de Hechos 10:35 (“Dios no hace acepción de personas”) es prosopolemptes, una palabra que hace
referencia a un juez que mira el rostro de un hombre en vez de los hechos del caso, y hace una
decisión basado en el hecho si le gusta el hombre o no.

La imparcialidad de Dios no evita que Él escoja a personas o a una nación para lograr Sus propósitos
específicos. Dios tuvo libertad de usar a los israelitas como el linaje por el que traería a Su Hijo al
mundo. (Los israelitas nunca fueron el único grupo de gente que tuvo acceso a la salvación veamos
Romanos 1:18. Dios tuvo libertad de usar a los babilonios en la derrota de los israelitas
desobedientes y tomar su botín (2 Reyes 25:1-21). Dios tuvo libertad de usar a Pedro y a Pablo para
esparcir el Evangelio a los pecadores. Dios puede lograr todo lo que necesita hacer sin violar Su
compromiso de permitir a todos la oportunidad de salvación.

Además, Dios bendice a la gente en maneras diferentes. La imparcialidad de Dios no significa que
todos tendremos exactamente la misma cantidad de dinero, la misma cantidad de influencia, la
misma cantidad de hijos o la misma cantidad de años en la Tierra. (En el mismo momento que Pedro
notó la imparcialidad de Dios, él estaba en la presencia de un hombre que poseía más riqueza
material que Pedro). Algunos sí tienen más dinero que otros, algunos tienen familiares que les aman
más, y algunos tiene más oportunidades para oír la predicación del Evangelio. Sin embargo, todos
pueden salvarse si están dispuestos a investigar la verdad. Aunque algunos adultos responsables
pueden vivir sus vidas completas sin oír un simple sermón del Evangelio, todos pueden contemplar
las obras maravillosas de la mano de Dios, las cuales muestran que Él existe.

Considere algunos pasajes que enfatizan la imparcialidad de Dios ante todos los seres humanos:

No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia


juzgarás a tu prójimo Levítico 19:15.

Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible,
que no hace acepción de personas, ni toma cohecho. Deuteronomio 10:17.

No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega
los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. Deuteronomio 16:19.

También estos son dichos de los sabios: Hacer acepción de personas en el juicio no es bueno.
Proverbios 24:23.

Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces
acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad. Lucas 20:21.
Porque no hay acepción de personas para con Dios. Romanos 2:11.

Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa;
Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.
Gálatas 2:6.

Que resumimos de esto? primero, entendemos que hacer acepción de personas es malo, de hecho
es pecado. Dios nos manda en su palabra a tratar a las personas justamente, sin preferencias y ver
a las personas por igual, ya sean ricos, pobres, de diferentes razas, colores de piel, estatus social,
etc. todos somos creación de Dios y merecemos ser tratados como iguales y con justicia.

2. DESARROLLO DEL TEMA.

Cuál es la razón por la cual cuando emitimos un juicio o hacemos justicia, lo hacemos por lo general
de una manera equivocada. En ocasiones, vemos a ciertas iglesias actuando de una manera religiosa
por la manera que visten o porque no se maquillan etc. De hecho, esas personas tienen
estandarizados los pecados, como si para Dios no todos sean iguales desde el punto de vista en
recibir su castigo o perder las bendiciones de Dios a excepción de la blasfemia contra el Espíritu
Santo Marcos 3:28-29.

Cuando el Señor se nos revela por primera vez, nos habla de tres aspectos muy importantes de su
palabra: El primero de ellos fue el darle cumplimiento a su verdad (Mateo 5:17-20). El segundo fue
llevarla a un mayor nivel o estándar por medio de su santidad (Mateo 5:21:26); y el último, fue
devolverle el verdadero espíritu con el que había sido revelada, a través de su justicia (Mateo 23:23).
Atributos de su palabra que se perdieron en el Edén cuando Adán y Eva se rebelaron. En realidad,
Dios no quería que el mismo hombre determinara lo que es bueno o malo para sus vidas (Efesios
4:22-25)

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a
los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre,
creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad
verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

En Mateo 5:21-28, Jesús iguala el cometer adulterio con tener lujuria en tu corazón, y cometer
homicidio con tener odio en tu corazón. Sin embargo, esto no significa que los pecados sean iguales.
Lo que Jesús estaba tratando de hacer entender a los fariseos, era que es pecado aún el pensar
acerca de, o querer realizar un hecho. Los líderes religiosos de los días de Jesús enseñaban a la gente
que estaba bien pensar acerca de cualquier cosa que quisieras, mientras no llevaras a cabo con
hechos esos deseos. Jesús proclamó que nuestras acciones son el resultado de lo que hay en
nuestros corazones (Mateo 12:34).

Así que, aunque Jesús dijo que tanto la lujuria como el adulterio son pecados – eso no significa que
sean iguales. Es mucho peor el matar a una persona que simplemente odiarla – aún cuando a los
ojos de Dios ambos son pecados. Existen grados de pecado. Algunos pecados son peores que otros.
Al mismo tiempo, considerándolos ante las consecuencias eternas y la salvación, todos los pecados
son lo mismo. Todos y cada uno de los pecados conducirán a la condenación eterna Romanos 6:23.
2.1. Ejemplos cuando hacemos acepción de personas:

Cuando el primer gentil llegó al cristianismo, el apóstol Pedro percibió que “Dios no hace acepción
de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia” (Hechos 10:34-35).
Antes que se estableciera la iglesia y los gentiles llegaran a Cristo, muchos judíos suponían que Dios
les favorecía sobre todos los grupos étnicos. Algunos tenían la noción falsa que simplemente ser
judío era una señal segura que se era salvo (Mateo 3:9; Lucas 3:8; 7:30).

Cuando se derrumbó la barrera entre judíos y gentiles, Pedro entendió completamente un aspecto
importante del carácter de Dios: Él no favorece—ni ha favorecido—a una persona o grupo de
personas sobre otras. Sea que los israelitas lo entendieran o no, cualquiera que obedece los
mandamientos de Dios puede ser justificado delante de Él. Lo que más impresiona del apóstol
Pedro fue lo expresado en Hechos 15:7-11. También encontramos otro ejemplo en Génesis 18:20-
33, Jonás 4:1-11.

Existen razones que nos impiden actuar con imparcialidad:

 Podemos tener un espíritu de religiosidad.


 Cuando tenemos comprometido nuestras emociones o sentimientos hacia esa persona.
 Cuando existen interés de por medio.
 El modelo de vida que llevamos, queremos que otros lo lleven.

Para terminar vamos a leer Santiago 2:1-13, el cual nos exhorta de manera directa en este tema.

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo
Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros
caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:8-9.

3. CONCLUSIONES:

Es claro, nuestro Dios no hace acepción de personas, Él es el creador de todos y por lo tanto no
tiene preferencias para unos u otros. Se nos manda a tampoco nosotros hacerlo, si Dios no lo hace
siendo el Creador, quiénes somos nosotros para estar haciendo acepción de personas y dando un
mejor trato a unos que a otros. La Escritura es clara si hacemos acepción de personas estamos
cometiendo pecado

Dios siempre ha esperado que Sus seguidores sean imparciales. No debemos tratar a otras
personas de manera diferente a causa de sus estatus financieros o de su apariencia externa, o de
acuerdo a mis intereses. El Señor dijo: “No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni
complaciendo al grande” (Levítico 19:15). Deuteronomio 1:17 dice: “No hagáis distinción de persona
en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis”. Después de describir un escenario en que se le
favorecía el asiento en el servicio a un hombre rico, y se apartaba al pobre, Santiago escribió: “pero
si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores”
(Santiago 2:9). Al declarar que los cristianos no debían mostrar parcialidad ya que creen en Cristo,
Santiago sugirió, por inspiración, que el favoritismo—tratar a ciertas personas como si tuvieran un
mayor valor inherente—no es consistente con la fe de Cristo, y causa que se viole la ley de Dios de
la libertad (2:8,12).

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