Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Pero el propósito básico del libro de Apocalipsis es: revelar a Cristo como Señor,
triunfante sobre el mal. Escrito por el anciano discípulo Juan mientras estaba encarcelado en
la isla de Patmos alrededor del año 95 d.C., Apocalipsis ha sido una fuente de estímulo e
inspiración a los cristianos de todas las generaciones.
Apocalipsis comienza con Juan, el último apóstol que sobrevivía y un hombre de edad,
en exilio en la pequeña isla estéril de Patmos, localizada en el Mar Egeo al suroeste de Éfeso.
Las autoridades romanas lo habían expulsado ahí debido a su predicación fiel del evangelio
(1:9). Mientras estaba en Patmos, Juan recibió una serie de visiones que establecieron la
historia futura del mundo.
Cuando fue arrestado, Juan estaba en Éfeso, ministrando a la iglesia y en las ciudades
circunvecinas. Buscando fortalecer aquellas congregaciones, él ya no podía ministrar a ellas
en persona y siguiendo el mandato divino (1:11), Juan dirigió Apocalipsis a ellas (1:4). Las
iglesia habían comenzado a sentir los efectos de la persecución; por lo menos un hombre,
probablemente un pastor, ya había sido martirizado (2:13); y Juan mismo había sido exiliado.
Pero la tormenta de la persecución estaba a punto de irrumpir en furia total sobre las siete
iglesias tan queridas para el corazón del apóstol (2:10). A esas iglesias, Apocalipsis proveyó
un mensaje de esperanza: Dios está en control soberano de todos los acontecimientos de la
historia humana y aunque frecuentemente el mal parece haber inundado todo y los hombres
impíos todopoderosos, su condenación definitiva es cierta. Cristo vendrá en gloria para juzgar
y gobernar.
La coincidencia de este nombre con el de Juan el Evangelista y el autor de otros escritos
del Nuevo Testamento es en gran parte la razón por la cual se atribuye el libro de manera
tradicional al apóstol San Juan (a quien se le atribuyen también el cuarto Evangelio y tres
cartas: 1 Juan, 2 Juan y 3 Juan). Sin embargo en el Apocalipsis, el autor sólo menciona su
nombre, sin identificarse nunca con el mismo apóstol Juan de los Evangelios, o que se trate
siquiera del mismo autor de los otros escritos atribuidos al apóstol.
ANDERSON CASTILLO