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Liturgia Romana
La ceremonia religiosa cristiana siempre ha ido unida al momento musical, desde sus inicios,
dando lugar a diferentes estilos, formas y maneras de interpretar, que dependían del momento
exacto de la liturgia al que acompañaban.
El origen de estos acompañamientos es bastante sencillo: el fin de los oficios religiosos era
transmitir las enseñanzas de la Iglesia a sus fieles, que cada vez eran más numerosos. Mediante
la palabra hablada era difícil que el mensaje llegara a todos los asistentes en las espaciosas
iglesias, en cambio las oraciones cantadas eran fácilmente captadas por el pueblo. Gracias a
esto, la música fue abriéndose paso dentro de la liturgia.
Cabe destacar, sin embargo, los diferentes tipos de celebraciones religiosas que sucedían: las
misas y los oficios.
La misa
Es la celebración más importante, ya que conmemora la Ultima Cena. Se divide en dos partes, la
liturgia de la palabra y la liturgia de la eucaristía, del griego eucharistein (dar las gracias). Se
celebraban todos los domingos en todas las iglesias, diariamente en los conventos, monasterios
y las iglesias más importantes y, además, ocasionalmente en los días festivos más importantes.
Los textos se encuentran divididos en dos secciones: el propio de la misa, aquellos que varían
según la ocasión; y el ordinario, que se repetían en todas las celebraciones.
Las más importantes, a nivel litúrgico y musical eran maitines, laudes y vísperas.
Libros litúrgicos
La Iglesia recopilaba e imprimía, por medio de los copistas, los textos y la música de los oficios
religiosos. El Misal contiene los textos de la misa, y el Gradual sus cantos. Los oficios tienen sus
homólogos en el Breviario y el Antifonario. Entre los ss. XIX i XX, los monjes de Solesmes
unificaron el Gradual y el Antifonario y publicaron el Liber Usualis, que contiene los textos y
cantos usados con mayor frecuencia tanto en misas como en oficios.
Interpretación:
Texto:
En cuanto a la melodía:
- Recitados
- Configuraciones melódicas
- Siempre en forma de combinaciones.
La música era un vehículo para la mayor proyección de las palabras. Por tanto, nunca se
pretendió expresar con ella emociones ni sentimientos, solo reflejaban el ritmo y la forma del
texto. Las frases musicales mantenían la entonación y la estructurad de las frases habladas:
iniciaban en un registro grave, ascendían a uno más agudo, en el que se mantenían, para luego
descender. Tambíen se correspondían las notas agudas y los melismas con las sílabas
acentuadas, para facilitar su comprensión.
Géneros y formas
Debido a los diversos estilos, y su combinación con los textos, surgieron las siguientes formas de
canto gregoriano:
Fórmulas de recitación
Entonar oraciones de la Biblia, como la colecta, la epístola o el evangelio. LA música servía para
proyectar las palabras del orador, por tanto son muy sencillas, puramente silábicas. Los
sacerdotes no tenían formación como cantantes y los textos eran muy largos, por tanto eran
fórmulas simples y de poco ámbito. Son anteriores a los modos, y se cantaban sobre una nota
de recitación (semitonar), variando levemente al final de las oraciones. En ocasiones se
interpretaban de forma responsorial entre un sacerdote y el coro o la congregación.
Tonos de salmos
Eran fórmulas para el canto de salmos en los oficios. Existía un tono para cada uno de los ocho
modos, que usaban el tenor como nota de recitación. También existía un noveno tono, Tonus
Peregrinus, con la particularidad de tener dos notas de recitación.
Entonación por parte del solista, motivo ascendente. Recitación sobre el tenor. Mediante como
cadencia en la mitad del verso. Recitación, y terminación, cadencia final. Al final se añade la
Doxología menor (oración a la Trinidad), para diferenciar estos salmos de las escrituras hebreas,
y situarlo en el marco del cristianismo.
Antífona
Forma que precede y prosigue al salmo. Éstos se repiten todas las semanas, pero la antífona,
sea de la Biblia o sea escrita para la ocasión, hace referencia al acontecimiento en el cual se
interpreta. Su modo determinaba el modo del salmo que se intercalaba. Antiguamente se
interpretaba de forma responsorial entre solistas y coro, o bien antifonal entre las
congregaciones de conventos y monasterios. El salmo se interpretaba antifonalmente, con sus
dos mitades. Hoy en día un cantor interpreta el principio de la antífona y del salmo, y es
contestado por el coro o la congregación. Combina melodía libre y recitación. En los oficios se
interpretaban antífonas más sencillas, casi silábicas, ya que cantaban en grupo (mayor dificultad)
y se cantaban unas treinta al día.
Himno
Es el tipo más conocido de canto sacro, común a todas las vertientes del cristianismo. Tienen
estructura estrófica, donde hay una melodía común para todos los versos de cada estrofa. Su
estructura melódica (que va ascendiendo por segundas y terceras hasta el clímax,y desciende
hasta la cadencia) se convirtió en típica de la música Europea occidental.
Salmodia:
Antifonal en la Misa
En la misa primitiva, los salmos y las antífonas acompañaban actos como la procesión de entrada
y la comunión. Más adelante, el Introito y la Comunión pasan a ejecutarse después de
respectivos rituales, no teniendo así que acompañar el rito en su integridad. De esta manera se
abreviaron y se reestructuraron. La comunión pasó a ser únicamente una antífona, y el introito
la antífona, un salmo, la doxología menor y la repetición de la antífona. En sus orígenes eran
interpretados de manera antifonal, aunque hoy en día es responsorial. En las misas las antífonas
son más elaboradas que en los oficios.
Los salmos se vieron reducidos a un único verso, precedido y seguido por una respuesta coral.
- Credo: estilo silábico (texto muy largo, fue el último en ser cantado por el coro)
AUDICIÓN
- Gloria: texto extenso, estilo neumático. Tanto en Gloria como en Credo, El sacerdote
entonaba el inicio y el coro completaba el canto. AUDICIÓN
- Sanctus y Agnus Dei: neumáticos, texto con repeticiones. Sanctus AAB. Agnus Dei tres
veces una plegaria.
- Kyrie: de manera antifonal. Muy reiterativo. AUDICIÓN
Se agrupan en ciclos
Tropo
Extendía un canto existente, mediante tres sistemas
Eran interpretados por solistas, de estilo neumático. Declive durante el ss. XII y prohibidos por
el Concilio de Trento. Son testimonio del afán de embellecer los cantos, de experimentar con
nueva música. Será un pilar fundamental para la aparición de la polifonía.
Secuencia
Entre los ss. IX y XII. Tenían estilo silábico, se escribían sobre un texto existente y se
interpretaban después del aleluya. Origen: sequentia, similar al jubilus. Eran de nueva
composición, o tomaban material de algún aleluya. Se cantaban después de éstos.
Tenían una frase inicial, y luego una serie de locuciones emparejadas, para acabar con una frase
desemparejada. Tenían un foco tonal claro, las frases solían acabar con la misma nota (especie
de tónica).
En el siglo XII se usa poesía rimada de versos iguales, y muchas secuencias carecían de principio
y final no emparejados.
Drama litúrgico
Algunos tropos evolucionaron y se convirtieron en diálogos. Quem queritis in sepulchro, las tres
Marías acuden al sepulcro donde conversan con un ángel. Según indicaciones de la época, se
interpretaba de forma responsorial, acompañado de acción dramática. Lo mismo sucede con
Quem queritis in praesepe, pero el día de Navidad, junto a Puer Natus est.
Aunque no formaban parte de la liturgia, se recogieron en los libros litúrgicos ya que estaban
vinculados a ella, y se interpretaban en iglesias. Los papeles solían ser cantados por hombres,
incluídos los femeninos, a excepción de los conventos y otros lugares en los que participaba la
congregación de monjas.
Sibil·la
Acción dramática que evoluciona de los dramas litúrgicos de la Edad Media. Basada en el poema
Judicii Signum, donde Eritrea predice el fin del mundo. Se cantaba en latin, desde el s. X, en Italia,
Francia, Cataluña, etc. Pero a partir del s. XIII se empieza a cantar en lengua vernácula. No existe
gran constancia de la melodía gregoriana, ya que ha sido un canto de transmisión popular entre
los sibil·lers. Era cantado por un sacerdote o un niño. Fue declarada Patrimonio Inmaterial de la
Humanidad por la UNESCO el 2010.
Fue priora y abadesa de su convento, donde escribió cantos a la Virgen, la trinidad y santos
locales. Tenía un estilo melódico característico: repetición de figuras rítmicas, superar el ámbito
de octava, movimientos de la voz poco usuales…
Su obra más conocida, Ordo Virtutum, es un drama musical sacro en verso. Teatro moral, donde
los personajes se comunican mediante el canto llano, a excepción del diablo, que sólo puede
hablar.
Aseguró estar inspirada por la divinidad, ya uqe era la única manera de ser tomada en serio en
la época. Fue de gran renombre, pero solo a nivel local.