Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Hubo una época en que las máquinas de escribir presidían los escritorios de
cualquier despacho, oficina u hogar respetable. Entonces llegó la rebelión de las
computadoras y las nuevas máquinas desterraron a las antiguas al anticuario. Su
identidad funcional trasmutó en identidad decorativa engalanada de nostalgia y se
fueron oxidando. Incluso sus cartuchos de tinta se convirtieron en especie en
extinción. Pero claro, siempre hay algún loco suelto o artista que disfruta otorgando
otras identidades a los objetos que alguna vez perdieron la suya, de paso
evidenciando el transcurrir del tiempo y provocando cositas profundas en los demás.
Escultores, pintores, escritores, ilustradores… estos son algunos artistas que han
rescatado del desguace a la máquina de escribir para darle un nuevo propósito y
también, por qué no, escribir una nueva historia con ella.
Paul Smith
Paul Smith nació en 1921 y desde muy pequeño desarrolló una parálisis cerebral
severa que le imposibilitaba moverse, hablar, comer por sus propios medios y otras
tareas básicas. Pero Paul no se rindió y, aunque los médicos le pronosticaron una
vida corta, a los 16 años aprendió a caminar y a los 32 a hablar. Mientras tanto, y
ante la incapacidad para expresar sus emociones mediante el lenguaje o el gesto
fluido, Paul encontró un medio extraordinario para comunicarse con el mundo, la
máquina de escribir. Utilizando las teclas superiores, es decir, los signos – !, @, #,
%, ^, _, (, &, ) –, el denominado ‘artista de la máquina de escribir’ confeccionó a
lo largo de 70 décadas innumerables composiciones extraordinarias.
Keira Rathbone