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Nuestros aborígenes de la época del descubrimiento de América era una población

escasa y dispersa. Estos grupos habitaban en las zonas montañosa, los Llanos y
Guayana. Los indígenas se organizaban en tribus independientes unas de otras, sin
mantener una unidad social ni política, es decir, no poseían una uniformidad cultural,
por lo cual, algunas de estas tribus se dedicaban a la pesca, a la caza y recolección de
frutos, es decir, eran nómadas; mientras otras obtenían su alimento gracias a la
agricultura, ya que se habían establecido en una zona determinada del país. Familias
indígenas venezolanas. Se destacan básicamente tres familias entre los aborígenes de
Venezuela:LOS ARAWACOS: se ubicaron en la región sur y norte-occidental de
nuestro país, en donde se destacan las tribus de Baniba, Guaipunabis y Caberres en el
sur (Guayana); los Caquetíos desde las costas de Falcón hasta los Llanos occidentales y
por último, los Guajiros en la península Guajira.LOS CARIBES: este grupo ocupó la
región montañosa del norte del país, la cual comprende desde el golfo de Paria hasta
Yaracuy, así como los alrededores del Lago de Maracaibo y parte de Guayana. Este fue
el último grupo que se estableció en Venezuela, llegando presumiblemente por el sur y
el oriente, arrastrando asi a los Arawacos hacia el oeste. Las tribus que más se detacaron
fueron: Pariagotos, Chaimas, Cumanagotos, Palenques, Píritus, Mariches, Tamanacos,
Caracas, Teques, Quiriquires, Ciparicotos, Bobures, Pemones y Motilones.LOS
TIMOTO-CUICAS: estas tribus se asentaron en el región occidental del país, ocupando,
a diferencia de los Caribes y Arawacos, la región de los Andes Merideños. Las más
importantes fueron: Timotos, Mucuchíes, Cuicas, Migures y Mucuñuques.

PERIODO PRECOLOMBINO
Antes de la llegada de Cristóbal Colon la región que ahora es conocida como Venezuela
estaba habitada por numerosas tribus indígenas. Los principalesgrupos étnicos eran los
Caribes, que ocupaban la mayor parte del este y la costa central, así como las islas y los
arahuacos, que ocupaban el occidente. Otros grupos importantes los constituían los
timotocuicas, en la zona de los Andes.
Muchos otros grupos indígenas ocupaban espacios menores a lo largo del territorio que
es actualmente Venezuela.
PERÍODO PALEO – INDIO
El Periodo Paleo – Indio (20.000A. C. – 5.000 A. C.) Se caracterizó por el uso de
piedras, madera, cuero, hueso o marfil para la elaboración de instrumentos utilizados
para recolección y la caza de mamíferos.
Los primeros habitantes de Venezuela fueron nómadas es decir, no vivían en un sitio
fijo. Se cree que llegaron a estas tierras a través de distintas rutas, tanto de
la América del Sur, como de las islas del mar caribe, las cuales usaron como una especie
de puente desde la América del Norte. Esos desplazamientos trataban de buscar, entre
otras cosas, nuevas, áreas de doblamiento en las que, tanto los recursos (caza, pesca,
recolección, áreas propicias para los cultivos en las épocas más recientes), como la
menor densidad demográfica (la que determina, a su vez, una menor presión de
lapoblación sobre esos recursos), fuesen más favorables.
Entre los animales con los que convivieron y los primeros venezolanos se encontraban
los siguientes: mastodontes, caballos, megaterios y gliptodontes, todos eran ejemplares
de gran volumen, a los cuales acorralaban y luego atrapaban para la domesticación o
el consumo.
Cuando la densidad de población aumentó, las grandes animales empezaron a
desaparecer, por lo que fue necesario afinar las técnicas de caza de animales más
pequeños; aparecieron implementos más sofisticados al igual que la producción de
artesanías y utensilios hechos con piedra, madera,huesos y barro, entre otros.
A las técnicas agrícolas utilizadas en la época, se les incorporó la cría de algunos
animales domésticos como el pavo y el acure, así como la caza y la recolección, que
eran actividades aún más antiguas.
PERIODO MESO – INDIO
El período Meso – Indio (5.000 A.C. – 1.000 A.C.) se caracterizó por la explotación del
mar, la recolección de recursos vegetales en el interior del territorio y la caza de
pequeños mamíferos. Otras de las características de este período fue la adopción por
parte de las tribus del sedentarismo comosistema social de vida.
PERIODO NEO – INDIO
El período Neo – Indio (1.000 A. C. – 1.500 D. C.) se caracterizó por el desarrollo de
una arquitectura incipiente, basada en construcciones como represas, terrazas agrícolas
y bóvedas alineadas por piedras (mintoyes) utilizadas como tumbas y silos para
el almacenamiento de productos agrícolas. Se cree que para esta época se comenzó a
desarrollar el sistema de compra y venta de alimentos, a través del trueque o del pago
con las primeras unidades monetarias.
Al Neo – Indio pertenecieron importantes dirigentes indígenas llamados jefes, diaos,
guerreros o caciques, quienes defendieron sus tierras y sus culturas frente a los
conquistadores españoles. Entre ellos destacan:
Manaure: Tenia un importante liderazgo en el área del actual estado Falcón durante las
primeras décadas del siglo XVI.
Guaicaipuro: Otro cacique que convocó a un levantamiento en contra de los españoles,
de las sociedades gobernadas por su hijo Baruta.
Cayurima: Fue cacique de los cumanagotos, en el área nororiental del país.
Doaca: Con quien se identifica la actual zona larense de Duaca.
Nigale: Jefe zapara en el Zulia
Huyapari: Con cuyo nombre los españoles identificaron al río Orinoco y su área, en
1531.
Acaprapocón y Conopoima: Quienes comandaron la lucha una vez muerto el cacique
Guacaipuro.
PERIODO COLONIAL
Cristóbal Colon llega a las costas de Venezuela en el año de 1498.
En el año de 1499, Américo Vespucio y Alonso de Ojeda navegaron desde el golfo de
Paria (en el extremo este de Venezuela) hasta el lago de Maracaibo. Allí observaron los
palafitos en que habitaban los indígenas de la región y estos les hicieron recordar la
ciudad italiana de Venecia. De allí según muchas versiones, les habrían puesto a la
región el nombre de Venezuela, Pequeña Venecia. Sin embargo, en otras versiones con
algún respaldo documental, se mencionaba que los indígenas del Lago de Maracaibo,
denominaban Venezuela a la región donde Vivian, ya que esta palabra significaría
en lenguaindígena, "Agua Grande". Existe una tercera posibilidad en las que ambas
versiones serían verdaderas ya que, con el nombre de Venezuela tomado de los
españoles, los indígenas de Maracaibo pudieron identificar lo que ellos conocían como
"Agua Grande".
A raíz de la colonización se fundaron muchas de las ciudades más importantes de la
región, entre otras Coro, Valencia, Barcelona, Puerto Cabello, Maracaibo y Santiago de
León de Caracas. Administrativamente, Caracas era la sede de la Capitanía General, la
cual era responsable de controlar la región y dependía del Virreinato de Santa Fé de
Bogotá.
Durante el periodo colonial se desarrolló en Venezuela, al igual que en el resto de las
colonias españolas, una fuerte división en castas o estamentos, en la que el criterio racial
tenía la mayor importancia. El poder político lo mantenían las familias blancas,
descendientes de españoles y los criollos (nacidos en la zona), conocidos también como
mantuanos (se dice que el nombre proviene de la mantilla utilizada por las mujeres
blancas para asistir a la Iglesia). Se movilizó cierta cantidad de esclavos provenientes
del África, los cuales se establecieron principalmente en las zonas cálidas de la costa
para dedicarse al cultivo de cacao y de azúcar y se explotaron las riquezas naturales
como las perlas y el oro, así como los recursos agropecuarios tales como los pieles del
ganado, el tabaco, el cacao, la caña de azúcar (cultivo que los mismos españoles
introdujeron), etc.
Parte de la información que se conoce del primer período colonial proviene
del libro Historia de las Indias de Bartolomé de las Casas.
Antes de la colonización 1498

Se cree que el hombre apareció en el territorio que hoy conocemos como Venezuela
hace unos 16.000 años. Esta población había llegado, por el sur de la región del
Amazonas, por el oeste, de los Andes y por el norte, del Caribe. Según el antropólogo
Miguel Acosta Saignes, existían las nueve áreas culturales siguientes:

 Andes Venezolanos con los Timoto-Cuicas

 Caribes occidentales con los Pemones, Bobures y Motilones

 Cuenca del lago de Maracaibo con los Guajiros, que eran recolectores y pescadores

 Arahuacos Occidentales que comprendían los Caquetíos de Falcón, Lara y Yaracuy


y se extendían en el sur hasta los llanos

 En Lara los Jirajara-Ayamán y los Gayones

 Los Caribes del Oriente desde la Península de Paria hasta Borburata (Cerca de
Puerto Cabello en el estado Carabobo)
 En los llanos y en el delta del Orinoco (Waraos), el área de los recolectores,
pescadores y cazadores de los llanos

 Los Otomacos, Guanos, Taparitas y Yaruros en la desembocadura del Apure en el


Orinoco

 En la Guayana Venezolana, al sur del Orinoco, los Caribes nómadas (aquellos que
no viven en un lugar fijo, sino que se desplazan de una zona a otra)
Cada uno de estos grupos aborígenes con diferentes dioses y creencias y cultos debido a
sus diferentes estilos de vida y supervivencia.
Dioses aborígenes

María Lionza
Odo´sha
Espíritu maligno, dueño del bosque, del viento, demonio de la montaña y señor del
ensueño. Siempre está listo a clavar una espina en la lengua de los que se atreven a salir
de noche y que hacen caso omiso de su silbido de advertencia. A su cargo están los
demonios llamados Suamo, dueños de animales salvajes que comen gente. Habitan las
alturas de los tepuyes guayaneses.
Amalivaca
Dios Creador del mundo y de los hombres. También conocido por otras tribus como:
Amaruaca y Amarivaca.
En la mitología indígena, Amalivaca fue el creador de la humanidad, del río Orinoco y
del viento. En principio hizo a los hombres inmortales pero en castigo a sus faltas, los
volvió mortales. Se dice que hace muchos años atrás hubo una gran inundación.
Amalivaca salió entonces en una canoa a recorrer el mundo y junto con su hermano
Vochi fueron reparando los daños del diluvio, después del cual solo había quedado una
pareja de humanos vivos. Ellos se fueron a una gran montaña llevando semillas de
palma moriche y desde allí las dispersaron lanzándolas hacia el mundo. De estas
semillas nacieron los hombres y las mujeres que pueblan el planeta.
Ches
Dios andino de los cultivos. A esta deidad se le invocaba para conocer el futuro de una
cosecha. Se le rendían sacrificios para que el cultivo fuera bueno. Es conocido también
como el dador del bien y del castigo y como habitante de los páramos y las lagunas.
Arco
Deidad acuática. Posee una naturaleza dual: a la vez es creador y destructor, cura pero
también ocasiona enfermedades. Era esposo de Arca. Se le vincula con Ches y los arco
iris. Se le identifica como un ave del páramo.
Tamoryayo
Según la tribu de los Yukpa, Dios creador que vivía en las nubes, de donde una vez bajó
a cambiar de sitio el firmamento para colocarlo donde ahora está. Luego creó al primer
Yukpa. Con el tiempo, viendo al hombre solo, le mandó a un pájaro carpintero como
emisario y le mandó el mensaje de si quería compañía. El primer hombre dijo que sí y
entonces el pájaro se fue en busca del árbol Manüracha o Caricai, que al ser cortado
botaría sangre. El yukpa cortó en dos al árbol y se transformaron en dos mujeres. Tomó
a una de ellas, le hizo cosquillas y con la risa de la mujer le entró el alma al cuerpo.
Hizo lo mismo con la otra mujer y luego les puso el nombre de Yoripa. Después las
preñó y así comenzaron a nacer los Yukpa.
Osemma
Dios yukpa de la agricultura. Era de cabellera muy larga, cubierta de flores y de granos
de maíz. Como no hablaba la lengua Yukpa, usaba una ardilla de intérprete. Vivió
mucho tiempo con la tribu, enseñándoles a cultivar la tierra y cuando al fin se fue, dicen
los Yukpa que se empequeñeció a tal grado que la tierra se lo tragó y ocurrió entonces el
primer temblor.
Mareiwa
Según los Waraos, era hijo del trueno. Era el poseedor del fuego, y lo guardaba
celosamente en una cueva, lejos de los hombres. Junuunay, joven guajiro, pudo entrar
en la cueva y robó dos brasas, y fue así como se extendió el conocimiento del fuego
entre los hombres.ç
]Pulowi
Según los Wayus es la esposa de Juya, dios de la lluvia. Se dice que posee muchas
riquezas y que es muy peligrosa. Tiene una naturaleza dual: es la muerte, pero también
es la vida.
Guaygerri
Junto con Urrumadua, dioses creadores entre la tribu de los Achaguas.
Puru
Según los Sálivas, fue la deidad que hizo todo lo bueno y vive en el cielo. Su hijo mató
a una serpiente que tenía acosada a la humanidad, y de cuyas entrañas salieron unos
espantosos gusanos que luego se convirtieron en los caribes.
Kúwai
En la tradición de los hiwi, era el Dios creador del mundo y los hombres. Para crear al
primer hombre utilizó barro, pero la lluvia lo deshizo, en un segundo intento usó cera de
abejas, pero el sol lo derritió, al tercer y último intento lo hizo de madera. La
reproducción de los Hiwi fue gracias a un ratón que logró que sus sexos se
diferenciaran.
Kuai-mare Era el Dios principal de los Waraos. Su nombre significa "El Feliz que
Habita Arriba". Es blanco, cabellos largos, ojos grandes, orejas largas, tanto que una
llega al oriente y otra al occidente, y los zarcillos que usa brillan como el oro y la plata.
Su vestimenta es una túnica finísima que flota en el aire produciendo la brisa que agita
el agua de los ríos. Cuando camina produce movimientos de tierra. Es el creador de los
espíritus buenos y de los malos.
Relatos fantásticos

Amalivaca y la creación del mundo


Según los indios Caribes y Tamanacos, Amalivaca fue el creador de la humanidad del
Río Orinoco y del viento. Vivió mucho tiempo con los Tamanacos. Dotó a toda la tribu
de inmortalidad, pero por culpa de la incredulidad de una anciana, los indios se
volvieron otra vez mortales. Se dice que muchos años atrás hubo una gran inundación.
Amalivaca salió entonces en una canoa a recorrer el mundo y junto con su hermano
Vochi arreglaron los desastres del diluvio. En esta gran inundación solo quedó una
pareja de humanos vivos. Ellos se fueron a una gran colina y desde allí comenzaron a
arrojar los frutos de la palma moriche, saliendo de sus semillas los hombres y las
mujeres que pueblan el mundo hasta ahora.
[editar]El dueño del fuego
Cerca de donde nace el Orinoco vivía el Rey de los caimanes llamado Babá. Su esposa
era una rana grandota y juntos, tenían un gran secreto ignorado por los demás animales
y los hombres. Estaba guardado en la garganta del caimán Babá. La pareja se metía en
una cueva y amenazaban con la pérdida de la vida a quien osara entrar, pues decían que
dentro había un dios que todo lo devora y sólo ellos, reyes del agua, podían pasar. Un
día la perdiz, apurada en hacer su nido, entró distraída en la cueva. Buscando pajuelas
encontró hojas y orugas chamuscadas, como si el fuego del cielo hubiera estado por ahí.
Probó las orugas tostadas y le supieron mejor que cuando las comía crudas. Se fue
aleteando a ras del suelo para contarle todo a Tucusito, el colibrí de plumas rojas. Al
rato llegó el Pájaro Bobo y entre los tres urdieron un plan para averiguar cómo hacían la
rana y el caimán para cocer tan ricas orugas. Bobo se escondió dentro de la caverna
aprovechando su oscuro plumaje. La rana soltó las orugas que traía en la boca al tiempo
que Babá abría la suya, que era tremenda, dejando salir unas lenguas rojas y brillantes.
La pareja comía las orugas sin percatarse de Bobo, tras lo cual, se durmieron
satisfechos. Entonces, Bobo salió corriendo para contarles a sus amigos lo que había
visto. Al día siguiente se pusieron a maquinar cómo arrebatarle el fuego al caimán sin
quemarse ni ser la comida de los reyes del agua. Tendría que ser cuando éste abriera la
tarasca para reír. En la tarde, cuando todos los animales estaban bebiendo y charlando
junto al río, Bobo y la perdiz colorada hicieron piruetas haciendo reír a todos, menos a
Babá. Bobo tomó una pelota de barro y la aventó dentro de la boca de la rana, que de la
risa pasó al atoro. En el momento que el caimán vio los apuros que pasaba la rana, soltó
la carcajada. Tucusito, que observaba desde el aire, se lanzó en picada, robando el fuego
con la punta de las alas. Elevándose, rozó las ramas secas de un enorme árbol que ardió
de inmediato. El Rey caimán exclamó que si bien se habían robado el fuego, otros lo
aprovecharían y los otros animales arderían, pero Babá y la rana vivirían como
inmortales donde nace el gran río. Dicho esto, se sumergieron en el agua y
desaparecieron para siempre. Las tres aves celebraron el robo del fuego, pero ningún
animal supo aprovecharlo. Los hombres que vivían junto al Orinoco se apoderaron de
las brasas que ardieron durante muchos días en la sequedad del bosque, aprendieron a
cocinar los alimentos y a conversar durante las noches alrededor de las fogatas.
Tucusito, el pájaro Bobo y la perdiz colorada se convirtieron en sus animales
protectores por haberles regalado el don del fuego.
El dueño de la luz
En un principio, la gente vivía en la oscuridad y sólo se alumbraba con el fuego de los
maderos. No existía el día ni la noche. Había un hombre warao con sus dos hijas que se
enteró de la existencia de un joven dueño de la luz. Así, llamó a su hija mayor y le
ordenó ir hasta donde estaba el dueño de la luz para que se la trajera. Ella tomó su
mapire y partió. Pero eran muchos los caminos y el que eligió la llevó a la casa del
venado. Lo conoció y se entretuvo jugando con él. Cuando regresó a casa de su padre,
no traía la luz; entonces el padre resolvió enviar a la hija menor.
La muchacha tomó el buen camino y tras mucho caminar llegó a la casa del dueño de la
luz. Le dijo al joven que ella venía a conocerlo, a estar con él y a obtener la luz para su
padre. El dueño de la luz le contestó que le esperaba y ahora que había llegado, vivirían
juntos. Con mucho cuidado abrió su torotoro y la luz iluminó sus brazos y sus dientes
blancos y el pelo y los ojos negros de la muchacha. Así, ella descubrió la luz y su
dueño, después de mostrársela, la guardó. Todos los días el dueño de la luz la sacaba de
su caja para jugar con la muchacha. Pero ella recordó que debía llevarle la luz a su padre
y entonces su amigo se la regaló. Le llevó el torotoro al padre, quien lo guindó en uno
de los troncos del palafito. Los brillantes rayos iluminaron las aguas, las plantas y el
paisaje. Cuando se supo entre los pueblos del delta del Orinoco que una familia tenía la
luz, los warao comenzaron a venir en sus curiaras a conocerla. Tantas y tantas curiaras
con más y más gente llegaron, que el palafito ya no podía soportar el peso de tanta gente
maravillada con la luz; nadie se marchaba porque la vida era más agradable en la
claridad. Y fue que el padre no pudo soportar tanta gente dentro y fuera de su casa que
de un fuerte manotazo rompió la caja y la lanzó al cielo. El cuerpo de la luz voló hacia
el Este y el torotoro hacia el Oeste. De la luz se hizo el sol y de la caja que la guardaba
surgió la luna. De un lado quedó el sol y del otro la luna, pero marchaban muy rápido
porque todavía llevaban el impulso que los había lanzado al cielo, los días y las noches
eran muy cortos. Entonces el padre le pidió a su hija menor un morrocoy pequeño y
cuando el sol estuvo sobre su cabeza se lo lanzó diciéndole que era un regalo y que lo
esperara. Desde ese momento, el sol se puso a esperar al morrocoy. Así, al amanecer, el
sol iba poco a poco, al mismo paso del morrocoy.
Las cinco águilas blancas
Según la tradición de los Mirripuyes (tribu de los Andes venezolanos), fue Caribay la
primera mujer. Era hija del ardiente Zuhé (el Sol) y la pálida Chía (la Luna). Era
considerada como el genio de los bosques aromáticos. Imitaba el canto de los pájaros y
jugaba con las flores y los árboles.
Una vez Caribay vio volar por el cielo cinco águilas blancas y se enamoró de sus
hermosas plumas. Fue entonces tras ellas, atravesando valles y montañas, siguiendo
siempre las sombras que las aves dibujaban en el suelo. Llegó al fin a la cima de un
risco desde el cual vio como las águilas se perdían en las alturas. Caribay se entristeció
e invocó a Chía y al poco tiempo pudo ver otra vez a las cinco hermosas águilas.
Mientras las águilas descendían a las sierras, Caribay cantaba dulcemente. Cada una de
estas aves descendieron sobre un risco y se quedaron inmóviles. Caribay quería
adornarse con esas plumas tan raras y espléndidas y corrió hacia ellas para
arrancárselas, pero un frío glacial entumeció sus manos, las águilas estaban congeladas,
convertidas en cinco masas enormes de hielo. Entonces Caribay huyó aterrorizada. Poco
después la Luna se oscureció y las cinco águilas despertaron furiosas y sacudieron sus
alas y la montaña toda se engalanó con su plumaje blanco. Éste es el origen de las
sierras nevadas de Mérida. Las cinco águilas blancas simbolizan los cinco elevados
riscos siempre cubiertos de nieve. Las grandes y tempestuosas nevadas son el furiosos
despertar de las águilas, y el silbido del viento es el canto triste y dulce de Caribay.

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