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1. El proceso de la envidia
Tienes que saber que todo líder soñador será siempre, pero siempre, envidiado por los demás. Es
muy incómoda esta parte del líder soñador, pero tienes que aprender a superarla y a no caer en
las trampas y en el juego de las personas que te envidian por la sencilla razón de que tú estás
soñando y ellos no.
Un día me dijo mi mentor en aquel tiempo que yo iniciaba en todo esto: «Flaco nunca se te olvide
que siempre habrá personas que no perdonan tu éxito». Para mí fue muy triste y difícil poder
creer esto, pero con el paso de los años comprobé que es verdad.
Por eso tienes que aprender a sobrellevar esto para que no pierdas el tiempo queriendo caerle
bien a todo mundo. José el soñador vivió esto. Una mañana sus propios hermanos, llenos de
envidia, no soportaron más tener a un soñador cerca y quisieron alejarlo lo más posible. Es más,
no te asusto, pero uno de sus hermanos pensó en matarlo, para que veas lo que puede hacer la
envidia.
Habrá personas que no soportarán que estés cerca y les platiques tus sueños.
Por eso tienes que ser muy cuidadoso de a quién le cuentas tus sueños. Cuéntaselos a personas
que te amen y se alegren de tus victorias. Cuando tu sueño llega a las personas incorrectas
abróchate el cinturón porque estás a punto de pasar el proceso de la envidia.
¿Cuándo termina este proceso Gustavo Falcón?
La respuesta es nunca. La gran diferencia es que al pasar el tiempo tú ya maduraste y ya no
permites que tu corazón se dañe. Bendices a esas personas y no permites que te roben el tiempo
que le pertenece a tu sueño.
En este proceso aprendes a TOLERAR y AMAR A LOS QUE TE DESEAN MAL.
2. El proceso de estar más abajo de donde estabas antes de soñar
Esto es muy difícil de entender al principio. Como que estás en un nivel antes de soñar, y justo
cuando empiezas a soñar, como que sientes que todo mundo te tiene que respetar… ¡y de pronto
te encuentras en un nivel más abajo!
Esto le pasó a José el soñador. ¿Cómo vez? Justo cuando está soñando, sus hermanos lo llevan a
una cisterna, un hoyo para que mejor me entiendas, y ahí lo metieron.
Esto es muy simbólico, Cuando Dios te va a llevar a otro nivel, primero necesita ponerte más
abajo. Aquí Dios nos enseña humildad. Un soñador sin humildad es un peligro, es como una suegra
vestida con la camiseta de las chivas del Guadalajara ¡ja ja ja!. Algo así. ¡Imagínate!
Este proceso es duro para un soñador, pero muy necesario para que cuando el sueño se haga
realidad tú y yo estemos con los pies en la tierra, ubicados, centrados y disfrutando de los que
Dios está haciendo, para poder compartir de todos nuestros logros con los demás.
En este proceso aprendes HUMILDAD
3. El proceso de ser vendido
¡Híjole!, esto sí que duele. Todo líder soñador en su momento es traicionado. Es difícil superar una
traición, pero es posible. Créelo, es posible. Al Señor Jesucristo mismo lo pasó cuando Judas lo
traicionó.
José el soñador fue vendido como esclavo a otras personas. Sus propios hermanos lo traicionaron.
¡Qué doloroso! Era como para decir: «¡Me las pagarán con el infierno desgraciados!» Pero no sólo
guardó silencio, sino que permitió el proceso.
El verdadero líder soñador, a pesar de ser traicionado, mantiene su corazón sano y limpio,
reconociendo que esto es parte del proceso y de la vida.
Escuché una frase acerca de esto, que me gustó mucho: «¡Si no has sido traicionado, es que no has
confiado!» Un líder soñador tiene que aprender a confiar en los demás. Olvídate si te traicionan o
no. Ese no es problema tuyo, tu problema es soñar y confiar.
En este proceso aprendes a NO DEJAR DE CONFIAR EN LA GENTE NUNCA
4. El proceso de ser tentado
Todos los que soñamos somos tentados. El motivo es ser despojados de nuestro sueño y perderlo
todo. Un líder soñador es acosado constantemente por infinidad de cosas que lo quieren distraer
del propósito original de su vida.
José el soñador fue tentado de una forma muy fuerte.
Una mañana, estando como esclavo en una casa de unas personas muy importantes (sus amos), el
señor de la casa se fue y se quedó sola la esposa. Cuando José estaba trabajando la esposa del
amo de José se le acercó tanto, creo yo, que la mujer se quedó con las ropas de José en las manos.
Me imagino que esta mujer se le acercó y le dijo: «hola chiquistriquis. ¿Cómo estás guapo? ¡Qué
brazotes tienes!» Tengo que aclararte algo. Muchos piensan que esta mujer era vieja y fea, cosa
que yo no creo. Más bien me imagino que era una mujer muy bella, pues la palabra tentación
tiene que ver con cosas que te llaman la atención y creo que esta mujer le llamó tanto la atención
a José, que José el soñador hizo lo correcto, ¡CORRER!
Efectivamente, José el soñador corrió y corrió, como diciendo: «¡Ay Dios!, no quiero perder mis
sueños por un momento de placer».
Tú necesitas aprender a correr cuando se trate de este proceso. No permitas que una tentación te
haga caer al extremo de perder tus sueños, tu fidelidad, tus valores, y sobre todo ensuciar ese
amor que sientes por Dios. Vale la pena correr, vale la pena vencer.
Las tentaciones no serán sencillas. Vendrán cosas que te llamen la atención, pero un gran líder
soñador triunfa con la gran ayuda de Dios sobre todo lo que venga. En este proceso aprendes a ser
fuerte, a no cambiar tu sueño por nada de lo que este mundo te ponga enfrente.
Aquí desarrollamos discernimiento. Cuando algo se aproxima desarrollamos un olfato para
distinguir a las personas que nos quieren dañar.
Entonces Dios voltea, te ve, y te dice: «mi hijo está listo para un sueño mayor que el que acaba de
defender». Sí se puede. José el soñador pudo, muchos han podido, y yo he podido, por lo tanto tú
también podrás.
En este proceso aprendes a PELEAR POR LO QUE VALE LA PENA, Y A RESISTIR CUESTE LO
QUE CUESTE.
5. El proceso de ser encarcelado
En algún momento todos nos hemos sentido encarcelados. Pero lo peor, es que no sabemos de
qué o de quién. Sentimos que no somos dueños de nuestro tiempo, de nuestra vida. Sentimos que
no tenemos derecho a nada, mucho menos a soñar.
Te sientes así cuando corres de lo que está tentando tu vida, cuando corres de esas personas que
te están persiguiendo para destruir tu sueño, como le pasó a José el soñador.
Después de que José el soñador corrió de esa tentación, fue encarcelado gracias a las calumnias de
esa mujer. Ya sabes, ¡agárrate! porque vendrán mil calumnias.
Sólo ponte a pensar, si José el soñador estaba en la cárcel, y Dios le había dado sueños, eso
significa que había sueños encarcelados. La buena noticia es que muchas de las veces Dios lo
permite para que esos sueños sean protegidos. Era mejor que lo metieran en la cárcel a que lo
hubieran matado.
Este proceso lo vivieron muchos grandes de la Biblia, Pedro, Pablo, Daniel, Juan el Bautista y
muchos más.
En este proceso aprender a HACER PAUSAS NECESARIA PARA REESTRUCTURAR NUESTROS
PLANES, Y SABER ESPERAR EN EL SEÑOR.
PORQUE LOS SOÑADORES QUE VIVIERON SUS PROCESOS PERMANECEN SIEMPRE DE PIE.