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INTRODUCCIÓN
8.10.2018
Vemos con estas palabras que la liturgia no solo puede ser vista como un
momento para el rito, los elementos que convergen en ella; verbales, gestos, signos,
símbolos, arte, etcétera, nos vienen a hablar de una teología del Misterio que se ha
desarrollado a través de los siglos y sobre todo con Pio X, Pio XII y el Concilio
Vaticano II con la Sacrosanctum Concilium; en esta Constitución Dogmática
encontramos la cristalización de la reforma litúrgica que vivimos en nuestros días y le
ha dado a la ciencia litúrgica un lugar preponderante: “se debe considerar entre las
materias necesarias y más importantes en los seminarios y casas de estudio de los
religiosos, y entre las asignaturas principales en las facultades teológicas. Se explicará
tanto bajo el aspecto teológico e histórico como bajo el aspecto espiritual, pastoral y
jurídico” (SC 16). Gracias al Concilio podemos decir que la liturgia no es solo
rubricismo, la liturgia es la teología celebrada, fons et culmen vitae Ecclesiae (SC 10),
fuente de la cual emana toda gracia de Dios para los hombres que no se agota en la
rúbrica ni en la estética, que como ciencia nos hace capaces de comprender el Misterio
Pascual de Cristo.
2. ROMANO GUARDINI
15.10.2018
Por tanto, acercándonos más a una definición, liturgia sería: acciones sagradas,
que inspiradas por Jesucristo y por la Iglesia, vienen celebradas en su nombre, según los
libros litúrgicos legítimamente aprobados. Podemos rescatar también tres puntos del
Concilio Vaticano II en la Sacrosanctum Concilium: liturgia como sacramento en Cristo
y su Iglesia, dada en una realidad como signo sensible y finalmente como culto y
santificación del hombre.
Monseñor en la charla que ha tenido a bien ofrecernos nos decía que este
Concilio ha sido muy especial, pues gracias a él, la Iglesia y sobre todo la liturgia ha
tenido una renovación profunda; primero teniendo en cuenta a la Iglesia universal al ser
invitados (como sucesores de los apóstoles) obispos de toda latitud, y los problemas de
las diversas regiones del mundo viene a enriquecer la acción del Espíritu Santo. Este
Concilio buscó también ser pastoral evitando a toda costa la formula anatema sit,
presente en todos y cada uno de los concilios hasta este. Este concilio sería un nuevo
Pentecostés que haría florecer de nuevo la Iglesia. También un punto a resaltar es que el
primer documento que fue aprobado precisamente, fue un documento dedicado a la
liturgia, el cual asciende como una Constitución Dogmática: Sacrosanctum Concilium y
se convierte en la matriz de los demás trabajos conciliares. Este documento no solo hace
referencia a la litúrgica, sino también a la plenitud da la experiencia cristiana según
decía Dossetti, y por consecuencia, incluye elementos que son premisa, núcleo y sentido
de los demás actos del concilio.
Este Concilio con la Sacrosanctum Concilium nos deja ver los fundamentos de la
liturgia: el retorno a las fuentes, las cuales son la Sagrada Escritura y la praxis de la
Iglesia de los santos Padres, y el sacerdocio único para el culto. Con lo antes dicho
ahora se puede comprender la urgencia de un Pontificio Instituto Litúrgico especializado
en vuelven a las fuentes y formar investigadores.
1. el anuncio de la Palabra,
2. el altar en torno al cual los fieles deben reunirse en respuesta a la Palabra
3. La Parusía.
No ve a la religión cristiana solo como una doctrina, sino como toda una acción
del presente en la cual el pasado se reencuentra con la Encarnación y el futuro se
proyecta por el Misterio Pascual y la Parusía. La teología de Bouyer parte del misterio,
el cual es una realidad que se convierte en la verdadera base de la liturgia, esta misma
liturgia confirma la tradición. En manera más general, toda la teología cristiana es un
continuo renovarse en una acción real y ritual, las cuales se convierten en una sola cosa.
8. JOSEPH RATZINGER
26.11.2018
Una de las mentes más grandes que ha tenido y tiene la Iglesia hasta nuestros
días, fue testigo del Concilio Vaticano II. Nunca ha sido liturgista, pero siempre la ha
tenido presente y conoce el movimiento teológico alemán de primera mano. En sus
obras completas publicadas en el 2010 el volumen 11 trata de esto: “la teología de la
liturgia”, donde también se evalúa que la reforma de la Iglesia debía partir precisamente
del culto de esta misma. La base de su teología nos viene en dos preguntas: ¿porque
creemos? (Teología dogmática) y ¿cuál es la justa respuesta para dar a Dios? (Liturgia).
La segunda pregunta está intrínseca en la primera, la relación entre creo y celebro, y por
lo tanto, qué lugar ocupa la liturgia en la humanidad. Recordemos que como alemán y
conocedor del movimiento litúrgico, Ratzinger conoce muy bien a Guardini y toma de
este como su maestro (aunque no se conocieron) los conceptos de lenguaje interior y
simbólico para entrar en el misterio. De hecho escribe también una obra que quiere
titular como la de Guardini “introducción al espíritu de la liturgia”. La cual está dividida
en cuatro grandes partes bajo las cuales podemos entender la liturgia según Ratzinger:
Este Concilio significó una actualización para el Iglesia, así como en la casa se
abren las ventanas para que entre el viento y refresque las habitaciones, así fue el
Concilio Vaticano II, que le dá a
la Iglesia un nuevo ardor del Espíritu Santo que todo los renueva. Retomando los
signos que aún significan para nosotros los cristianos y dejando atrás aquellos que ya no
nos dicen nada. La Iglesia se rejuvenece y se abre al diálogo con el mundo moderno, es
una Iglesia que quiere hablar todas las lenguas porque quiere entender todas las
problemáticas.
10. FUNDACIÓN DEL PIL
10.12.2018
El instituto tiene sus primeros pasos en la editorial Herder en Roma, la cual tenía
la tarea de hacer una edición paleográfica de las principales fuentes litúrgicas antiguas,
ahí se editaban algunos sacramentarlos bajo la dirección de Leo Cunibert Mohlberg,
esto se venía haciendo desde 1956, aunque es hasta el 9 de Diciembre de 1961 cuando
bajo el pontificado del papa Juan XXIII se inaugura solemnemente el Pontificio
Instituto Litúrgico el cual comenzó su actividad hasta Noviembre de 1962, nacido como
un instituto dependiente de una facultad de teologia. La liturgia no podía permanecer en
la clausura del monasterio, debía ser a campo abierto para tomar la parte de primera
importancia que le corresponde y se debían formar hombres que desarrollaran esta tarea,
decía san Juan XXIII: “que la liturgia sea una expresión de la tradición y de la necesidad
de su adaptación a los diversos pueblos. Es hasta el 23 de Agosto de 1978 que con un
decreto firmado por el secretario de la Congregación para la Educación Católica,
Antonio Maria Javierre Ortas y Francesco Marchisano, se reconoce la autonomía del
PIL. Tuvo como primer preside y fundador a Salvatore Marsili, el cual tenía el trabajo
de darle a la liturgia ese valor teológico que se necesitaba, para él la liturgia es un
evento salutis.
Doy gracias a Dios por esta oportunidad tan especial, ya que no cualquiera
puede entrar a estos lugares y nosotros hemos tenido una bendición especial por ser
estudiantes de san Anselmo, sin duda alguna este tipo de encuentro nos ayudan a amar
más la liturgia y poco a poco aprender más de su valor real a través del símbolo.