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No es
tanto “el que hace” sino el que “orienta y motiva” a los que hacen
No es
tanto “el que manda” sino el que crea unidad y colaboración entre todos
No tanto “el que arrastra” sino el que “propone, hace pensar, hace hacer”
es
No es
tanto un hacer algo “para” los demás,
sino un “ser-vivir con” los demás.
Algunas opciones importantes:
Estar con: compartiendo la experiencia de vida, en sintonía cordial;
Suscitar relaciones personales de calidad:
Acogida incondicional,
Interés por el mundo de los jóvenes,
Diálogo y comunicación cercana e sincera.
Promover protagonismo de los jóvenes:
Valorando y desarrollando sus intereses,
Favoreciendo el grupo,
Suscitando coordinación entre ellos alrededor de un fin común
Promover procesos-caminos de crecimiento humano y cristiano:
Motivando, haciendo pensar,
Animando a la constancia,
Favoreciendo la colaboración y ayuda mutua.
Acompañar personalmente
Consecuencias
No es una ocupación, sino un modo de ser y de vivir;
No es sólo una acción técnica, sino un signo de amor y de fe en la persona
No es un dar, enseñar, organizar para los demás, sino un servir, acompañar.
IMPORTANCIA DE CRECER COMO PERSONA para poder SER animador.
Animador SALESIANO
No porque estoy en una obra salesiana, sino porque vivo el estilo de vida cristiana que nos propuso
Don Bosco y actuó según su pedagogía.
Vivir la vida como don de Dios: agradecimiento – optimismo a cultivar y hacer crecer como
responsabilidad esfuerzo, trabajo, formación y a compartir y dar a los demás servicio generoso.
Jesucristo cuenta como cada uno de nosotros responsabilidad para salvar a los demás: compromiso
por los demás.
Llamados a formar una familia-comunidad, ser más sensible a lo que nos une la Iglesia: que a
lo que nos separa, promover dialogo, comunicación vida de grupo cada vez más abierto.
Vivencia de epa
2 Signos de Salesianidad
Querer a los jóvenes, sobre todo a los más necesitados: estar a gusto como ellos, interesarse
por su mundo, participar en sus iniciativas...
Creer en lo positivo de los jóvenes: hablar siempre bien de ellos, defenderlos...
Promover la vida de grupo y la relación y la colaboración entre ellos.
Sentir ganas de anunciar Jesús a los jóvenes y de hablar de ellos a Jesús.
Aceptar acompañarlos en un camino de crecimiento: atreverse a hacerles propuestas estimulantes,
ser constante y responsable en su animación,
Ser animadores para estos jóvenes significa: Acercarse a ellos y conocer su mundo;
Ofrecerles un ambiente abierto y como propuestas adaptadas a sus necesidades,
Colaborar para encontrar salidas positivas a su situación,
Sensibilizar a los demás miembros de la comunidad educativa y de la sociedad.
CONSECUENCIAS
Ser animador es:
Pasar de hacer cosas para los jóvenes a sentirse llamado a dar la vida por ellos.
Una vocación, una forma de vivir.
Un camino gradual a recorrer cada día sin cansarse nunca.
Formación:
Maduración personal: crecer como persona, profundizar las motivaciones...
Competencia profesional: experiencia reflexionada y compartida
Profundización espiritual: vida cristiana cada vez más dinámica.