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C-2158-2016

Foja: 1

FOJA: 67 .- .-

NOMENCLATURA : 1. [40]Sentencia
JUZGADO : 3 º Juzgado de Letras de Coquimbo
CAUSA ROL : C-2158-2016
CARATULADO : BAEZ/MUNICIPALIDAD DE COQUIMBO

Coquimbo, veintiocho de Febrero de dos mil dieciocho

VISTOS:

Con fecha 14 de noviembre de 2016, comparece MAURICIO HERNÁN


PACHECO IBARRA, abogado, cédula nacional de identidad N°9.897.265-K,
domiciliado en Borgoño N°390, piso 3, Coquimbo, en representación de
doña NATALIA ELIANA SALAS CAMPUSANO, cédula de identidad N°
6.002.424-3 y de don MARIO JUAN MODESTO BÁEZ SANTIBÁÑEZ, cédula
de identidad N° 5.436.641-8, ambos domiciliados en Federico Silva N°190,
Tongoy, Coquimbo, e interpone demanda de indemnización de perjuicios
en juicio ordinario, en contra de la ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE
COQUIMBO, RUN 69.040.300-5, del giro de su denominación,
representada por don Cristian Galleguillos Veja, cédula de identidad
N°8.806.057-1, médico, ambos domiciliados en Avenida Alessandri N°
271, Coquimbo.

Funda su pretensión y expone en cuanto a los hechos, que en el


mes de enero del año 2009, sus representados que son casados, llegaron
a trabajar al complejo Kurakas, dependiente de la Asociación de
Funcionarios de Impuestos Internos (ANEIICH), consistente en un centro
vacacional para los asociados de dicha organización gremial.

Manifiesta que sus labores consistían en cuidar y administrar el


lugar, viviendo dentro del recinto, de modo tal que registraban el ingreso
de las personas, mantenían el aseo de las dependencias, cabañas y del
entorno del complejo. Por lo anterior sus representados no salían del
complejo, salvo para la realización de trámites estrictamente necesarios
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(controles médicos, pago de deudas, etc.) Y para la adquisición de los


alimentos cotidianos, que eran adquiridos en un almacén cercano.
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Indica que el día 5 de agosto del año 2013, cerca de las 17:35
horas, su representada doña Natalia Eliana Salas Campusano salió del
recinto para la adquisición de unos víveres para el consumo familiar, este
almacén está a menos de tres cuadras del complejo, cerca de la Avenidas
Fundición Norte con Barnes, una vez adquirido los insumos ya de regreso,
se produce el desprendimiento de una rama de árbol que cae sobre su
espalda, impactándole en su columna.

Expresa que este incidente cambió para siempre la vida de este


matrimonio, ya que habían jubilado y decidieron trasladarse a Tongoy, por
esta oferta de trabajo, que los mantendría activos y generando ingresos.

Advierte que el procedimiento estuvo a cargo del cabo 2do de


Carabineros Sergio Ferrada Maraboli, de la Tenencia de Tongoy,
procediendo a solicitar la ambulancia para el traslado al consultorio de la
localidad, constatándose en el D.A.U. N° 2749191 en lo cual en primera
instancia fue diagnosticado hematoma rodilla derecha, región coxilar
izquierda, contusión y erosiones poli contusa, por la gravedad de las
lesiones fue derivada al Servicio de Urgencia del Hospital San Pablo de
Coquimbo, unidad de Traumatología inicialmente, con diagnóstico de
Discos columna L1 y L2 quebrados, 2 costillas quebradas de carácter
grave, más contusiones y otros, estipulado en D.A.U. N°74989 de dicho
centro asistencial.

Menciona que la hospitalización previa a la operación tardó cerca de


un mes (producto de no contar el Hospital con los insumos, tales como
prótesis y otros) y su posterior convalecencia logrando el alta médica de
parte del especialista el 22 de diciembre, es decir cuatro meses posteriores
al accidente.

Refiere que dentro de los meses posteriores, recibió atención,


curaciones y otros, en su domicilio por parte del Consultorio de Tongoy, en
donde no evolucionó positivamente, la herida de la operación no logró
cerrarse, ni menos cicatrizarse.

Señala que en el mes de enero del año 2014, su representada viajó a


Santiago con la perspectiva de poder buscar una segunda opinión
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profesional, relacionados a los dolores permanentes y la nula cicatrización


de una de las heridas de la espalda. De esta manera logró recibir atención
en el Hospital Ramón Barros Luco, programándose una nueva operación en
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el mes abril del año 2014, procediendo al retiro del implante realizado en
el Hospital de Coquimbo y a la fijación de la columna, estando en total más
de un mes hospitalizada.

Aduce que es evidente que producto de la caída de la rama en su


espalda, su vida cambio para siempre, para ella y su cónyuge. En la
actualidad, debe utilizar diariamente pañales, una faja lumbar-dorsal
ortopédica, debe ser asistida permanente en cosas tan cotidianas como ir
al baño, caminar, subir escaleras, vestirse, etc. No ha logrado el alta
médica por parte del neurocirujano tratante, se encuentra a la espera de la
hora de una resonancia magnética que arrojará, si por tercera vez, es
necesaria una nueva operación.

Afirma que el accidente les transformo la vida, por una parte doña
NATALIA ELIANA SALAS CAMPUSANO quedó postrada sin poder auto
valerse con las perniciosas consecuencias de tener que depender de otro
para subsistir, y por otra parte su cónyuge JUAN MODESTO BÁEZ
SANTIBÁÑEZ, ha debido dedicar su vida al cuidado de su esposa, siendo su
enfermero, su cuidador a tiempo completo, razón por la cual debió
también dejar de trabajar.

Respecto a los daños ocasionados, alega que la cuantía de los


perjuicios sufridos es avaluada según el siguiente detalle:

a) LUCRO CESANTE: Arguye que sus representados por los


emolumentos que dejaron de percibir con ocasión de este accidente, hasta
la fecha doña NATALIA ELIANA SALAS CAMPUSANO ganaba $300.230 y don
JUAN MODESTO BÁEZ SANTIBÁÑEZ ganaba $700.000.- ambos no pudieron
continuar con su trabajo ella por incapacidad física y él por tener que
dedicarse a cuidarla por lo que dejaron de percibir sus remuneraciones a
partir de Noviembre de 2014, que sumadas a esta fecha son la cantidad de
$24.000.000.-

b) DAÑO EMERGENTE: Colige que sus representados por los gastos


en que han debido incurrir con ocasión del accidente: es la suma $
3.000.000.-, en viajes, visitas del demandante al hospital diariamente,
medicamentos, fajas, pañales, resonancias, etc.
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c) DAÑO MORAL: Que lo define como los daños que experimenta una
persona como consecuencia de hechos derivados de terceros, en los que se
deriven responsabilidades para el mismo hecho o para otros, conforme a
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las reglas generales del derecho civil, comprenden tanto los daños
materiales patrimoniales como los morales, esto es, aquellos que no se
reflejan en una pérdida material determinada y cuantificada más o menos
en forma precisa, sino que son de carácter subjetivo, en cuanto afecta la
integridad psíquica del individuo y que se traduce en el agobio, dolor y en
el pesar o molestias que sufre una persona en su sensibilidad física o en
sus sentimientos, creencias o efectos. En este caso, provoca un dolor que
pervive durante toda la vida de éstos. Así, concluye que la indemnización
solicitada, la regulan en la suma de $230.000.000.- para doña NATALIA
ELIANA SALAS CAMPUSANO y $ 120.000.000.- para don MARIO JUAN
MODESTO BÁEZ SANTIBÁÑEZ.

Respecto a los fundamentos de derecho, cita el artículo 1.437 del


Código Civil, “Las   obligaciones   nacen,   ya   del   concurso   real   de   las  

voluntades de dos o más personas, como los contratos o convenciones; ya  

de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación  

de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia  

de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los  

delitos y cuasidelitos; ya por disposición de la ley, como entre los padres y  

los hijos sujetos a patria potestad”.

Reproduce también el artículo 2.314 del Código Civil, que dispone


“El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es  

obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las  

leyes por el delito o cuasidelito”.

Aduce que el inciso primero del artículo 2.316, del Código Civil,
establece que “Es obligado a la indemnización el que hizo el daño, y sus  

herederos”.

Asimismo, cita el inciso primero del artículo 2.329 del Código Civil
que establece “Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia  

o negligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta”.
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Arguye que en el régimen del Código Civil, al regular la


responsabilidad extracontractual se dispone que se indemniza "todo daño",
según reza el artículo 2329 de dicho cuerpo normativo, al igual que en la
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responsabilidad contractual, en el evento que se impute dolo o culpa grave,
la cual equivale al dolo, al señalar el artículo 1558 que en caso de
incumplimiento contractual se responde de "todos los perjuicios".

Sostiene que el fundamento de la responsabilidad extracontractual


está en la culpa del autor. La responsabilidad requiere que el daño sea
imputable. Por ende, si hay culpabilidad, hay responsabilidad. Se trata,
como vemos, de una responsabilidad subjetiva.

Explica que los elementos que configuran un hecho ilícito, delictual o


cuasidelictual son: a) El daño; b) Un daño imputable: la culpa o dolo; c) La
relación de causalidad entre el dolo, la culpa y el daño; y d) Capacidad
delictual.

Agrega que se requiere además que entre ambos elementos medie


un vínculo de causalidad, que el primero sea el resultado del dolo o de la
culpa. Es decir, se producirá esta relación de causalidad cuando el dolo o
culpa ha sido la causa necesaria del daño, de manera que si no hubiera
mediado, el daño no se habría producido.

Razona que considerando que se exige al demandante o víctima, por


regla general, probar la culpa del demandado o autor, la ley, en diversas
disposiciones, ha invertido tal principio general, con el objeto de asegurar
a la víctima una justa reparación del daño, reglamentado una serie de
presunciones de culpabilidad. En virtud de tales presunciones, a la víctima
le bastará con probar la existencia del hecho y el daño causado,
correspondiendo al demandado acreditar que el perjuicio no proviene de
sus actos, o que ha empleado la debida diligencia o cuidado, o en fin, que
no existe una relación de causalidad entre la culpa que se le imputa y el
daño.

Alega que las presunciones de culpa se dividen en tres grupos: a)


responsabilidad por el hecho propio; b) responsabilidad por el hecho
ajeno; y c) responsabilidad por el hecho de las cosas: señalando que se es
responsable también del hecho de las cosas de que una persona es dueña
o que están a su servicio. El propietario o la persona que se sirve de la cosa
deben vigilarla y mantenerla en el estado de que no cause daño. De tal
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forma, el daño que produzca la cosa denotaría omisión o falta de cuidado y


por ello la ley entra a presumir la culpabilidad de quien tenía a su cargo la
cosa.
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Expresa, que si bien es cierto que ambos demandados están
sometidos a la responsabilidad establecida en el derecho común, en el caso
de la Municipalidad demandada hay que considerar además el estatuto de
la Ley Nº 18.695, que en su artículo 152 establece, una responsabilidad
objetiva para dicho ente.

Añade que esa disposición establece que: “Las   municipalidades  

incurrirán en responsabilidad por los daños que causen, la que procederá  

especialmente por falta de servicio”. Lo que vinculado, según lo dispuesto


en el artículo 3º letra f) de la misma ley, es función privativa de la
municipalidad el aseo y ornato de la comuna.

Fundamenta que la falta de servicio, que ha sido definida doctrinaria


y jurisprudencialmente como “aquella en que el  servicio actúa de forma  

incorrecta, lo hace de manera tardía o no actúa debiendo hacerlo”.

En lo fundamental, sostiene que la falta de servicio es el factor de


atribución general de la responsabilidad patrimonial de la Administración,
vale decir el fundamento jurídico en cuya virtud los costos de los daños
sufridos por un particular son asumidos por aquélla. Conforme disponen
los artículos 42 de la Ley Nº 18.575, Orgánica Constitucional de Bases
Generales de la Administración del Estado, 152 de la Ley Nº18.695,
Orgánica Constitucional de Municipalidades.

Para el establecimiento de la falta de servicio, afirma que la


jurisprudencia en forma concurrente ha procedido a efectuar una
comparación entre la gestión efectiva del servicio y un estándar legal o
razonable de cumplimiento de la función pública. Por su parte, la doctrina
ha dicho: “La   normalidad   del   servicio   tiene   que   ver   con   expectativas  

normativas de la comunidad: no se refiere a aquello que uno quisiera como  

servicio  eficiente   (que   es   un   estándar   que   tiende   al   infinito   y  que   daría  

lugar   a   responsabilidad   estricta   u   objetiva   en   sentido   propio),   sino   a  

aquello que se tiene derecho a esperar. Así, por ejemplo, no cabe duda que  

la municipalidad incurre en una falta de servicio si expone a la persona al  

riesgo   de   caer   a   un   pozo   que   no   está   señalizado,   es   discutible,   por   el  


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contrario, que las municipalidades tengan que mantener las aceras libres  

de   cualquier   defecto   que   pueda   ocasionar   una   caída   a   un   transeúnte.”


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(Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Enrique Barros Bourie,
Editorial Jurídica de Chile, primera edición año 2001, página 511).

Deduce que en este caso, se configura la falta de servicios,


establecida en la infracción al deber de cuidado, consistente en la
obligación de la municipalidad de mantener y cuidar las especies arbóreas
(poda de los árboles) con el objeto de precaver cualquier daño.

Expresa que el árbol que provocó este lamentable accidente, se


encontraba en la vía pública, por ende se trataba de un bien nacional de
uso público de cuidado municipal y por tanto, ésta tiene responsabilidad
en los hechos relatados.

Argumenta que considerando que se exige al demandante o víctima,


por regla general, probar la culpa del demandado o autor, la ley, en
diversas disposiciones, ha invertido tal principio general, con el objeto de
asegurar a la víctima una justa reparación del daño, reglamentado una
serie de presunciones de culpabilidad. En virtud de tales presunciones, a la
víctima le bastará con probar la existencia del hecho y el daño causado,
correspondiendo al demandado acreditar que el perjuicio no proviene de
sus actos, o que ha empleado la debida diligencia o cuidado, o en fin, que
no existe una relación de causalidad entre la culpa que se le imputa y el
daño.

Adiciona que la falta de servicio que irroga responsabilidad al Estado


se produce si sus órganos administrativos no actúan debiendo hacerlo, si
su actuación es tardía o si ellos funcionan defectuosamente, causando
perjuicios a los usuarios o destinatarios del servicio público. En nuestro
caso, la falta de servicio se hace consistir en la omisión o ausencia de la
actividad municipal, debiendo ésta haber existido por serle impuesta por el
ordenamiento jurídico. Es decir, no se trata de cualquier omisión sino que
de una antijurídica, pues debió existir aquella actividad que le estaba
impuesta por el legislador. Se trata, en consecuencia, del incumplimiento
de un deber impuesto por el ordenamiento jurídico. Que en el análisis de la
normativa que se viene de citar debe tenerse presente que de acuerdo al
artículo 5° letra c) de su Ley Orgánica Constitucional, a las Municipalidades
les compete la función y el deber de administrar los bienes nacionales de
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uso público ubicados dentro de su comuna.


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Cita la Ley 18.575, en su artículo 42, que señala: “Los órganos de la  

Administración   serán   responsables   del   daño   que   causen   por   falta   de  

servicio.   No   obstante,   el   Estado   tendrá   derecho   a   repetir   en   contra   del  

funcionario que hubiere incurrido en falta personal.”

Por tanto, solicita tener por interpuesta demanda civil de


indemnización de perjuicios en contra de la ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE
COQUIMBO, y en definitiva declarar que la demandada es responsables de
los perjuicios sufridos por el accidente de doña NATALIA ELIANA SALAS
CAMPUSANO, perjuicios que ascienden a la de $240.200.000.- para doña
NATALIA ELIANA SALAS CAMPUSANO y $130.800.000.- para don MARIO
JUAN MODESTO BÁEZ SANTIBÁÑEZ, o en su defecto, la suma que este
Tribunal estime conforme a derecho, montos a cuyo pago deben ser
condenados, más los intereses y reajustes que esta cantidad devengue
desde la presentación de la demanda, con expresa condenación en costas.

Con fecha 20 de diciembre de 2016, la parte demandante rectifica su


demanda, indicando que habiendo entregado el cargo de alcalde don
Cristián Galleguillos Vega, solicita enmendar el nombre del representante
de la Municipalidad de Coquimbo por el de su nuevo alcalde MARCELO
PEREIRA PERALTA.

Con fecha 09 de enero de 2017, consta notificación personal de la


demanda a la parte demandada de don Marcelo Pereira Peralta, en
representación de la Ilustre Municipalidad de Coquimbo.

  Con fecha 15 de marzo de 2017, comparece don CLAUDIO GARCIA


HUERTA, abogado, por la parte demandada, contestando la demanda de
autos, y solicita su rechazo en todas sus partes.

Expone en cuanto a la controversia de los hechos, que en primer


término, su parte controvierte todo y cada uno de los hechos señalados en
la demanda, como asimismo las consecuencias que se pretenden derivar de
ellos, aceptando solamente aquellos que en definitiva resulte legalmente
acreditados en estos autos.

En consecuencia, alega que en esta etapa procesal y para los efectos


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de la prueba que deberá rendirse a su respecto, los controvierte en su


totalidad, correspondiendo a la demandante acreditarlos.
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Respecto de los hechos, expresa que según la parte demandante, el
día 5 de agosto de 2013, cercano a las 17:35 horas, doña Natalia Eliana
Salas Campusano al dirigirse a un almacén con el fin de comprar víveres
para el consumo familiar sufre un accidente, siendo impactada por una
rama de árbol que cae sobre su espalda. Producto de esto fue trasladada al
consultorio de la localidad, ingresando al SAPU Tongoy (Posta de Tongoy)
por sus propios medios, constatándose en resumen de atención SAPU Nº
2749191 que presentaba fuerte dolor de espalda, hematoma en rodilla
derecha, no deformidad anatómica, movilidad conservada, no
inestabilidad, en región escapular izquierda se observa lesión contusa con
erosiones, ambos MM.SS. con movilidad completa, no refiere pérdida de
conciencia, no cefalea, ni vómito, sólo refiere dolor escapular y de espalda
que dificulta la movilidad, se deriva para avaluación radiológica; razón por
la cual posteriormente fue remitida al Servicio de Urgencia del Hospital San
Pablo de Coquimbo.

Agrega que en dicho centro asistencial, le habrían diagnosticado que


los discos de columna L1 y L2 quebrados, dos costillas quebradas más
contusiones. Posteriormente el relato de los hechos se refiere a una
hospitalización previa a una operación, que habría tardado cerca de un mes
por que el Hospital de Coquimbo no contaba con los insumos como
prótesis y otros para realizar la intervención, sin indicar fecha de la misma;
expresando los actores que el alta médica de la Sr. Salas la obtuvo el 22 de
diciembre, cuatro meses después del accidente.

Así, continua en su relato, posterior a la operación, recibe de parte


del Consultorio de Tongoy, en su domicilio la atención, curación y otros,
pero que no habría evolucionado positivamente, la herida de la operación
no logró cerrarse, ni menos cicatrizarse. En atención a tal negativa
evolución, viaja a Santiago por una segunda opinión profesional, por
dolores permanentes y nula cicatrización de una de las heridas de su
espalda, siendo atendida en el Hospital Ramón Barros Luco, donde se
programa una nueva intervención quirúrgica para el mes de abril de 2014,
retirando el implante realizado en el Hospital de Coquimbo y a la fijación
de la columna, pasando más de un mes hospitalizada; no logrando a la
fecha el alta médica, indicando que necesita asistencia permanente en
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cosas cotidianas de su movilidad, el uso pañales y de una faja lumbar-


dorsal ortopédica, que habrían producido un cambio en la vida de los
actores.
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Respecto a la “Responsabilidad de la Municipalidad por accidente”,
expone:

a) Inexistencia de Responsabilidad objetiva de la Municipalidad: En


primer lugar, hace presente la inexistencia de un régimen especial de la
responsabilidad de la Municipalidad de Coquimbo en los términos
indicados en la demanda, al señalar que el estatuto de la Ley 18.695 en su
artículo 152 establece una responsabilidad objetiva para este ente.

Explica que son principios básicos de la responsabilidad estatal, o


municipal en este caso, los contenidos en los artículos 6 y 7 de la
Constitución Política de la Republica de 1980. Estas normas entregan su
regulación y aplicación, en su inciso tercero, al legislador, expresando
claramente que la responsabilidad que se origina y sanciona es la que la ley
señala. Por otra parte, de la lectura de dichos preceptos fluye que tal
responsabilidad surge solo cuando los Órganos no someten su acción a la
Constitución y las Leyes o actúan fuera de su competencia, atribuyéndose
autoridad o derechos que no le han sido conferidos por el ordenamiento
jurídico o contraviniendo las leyes.

Aduce que el artículo 38 inciso 2° del texto constitucional, contiene


sólo una regla de jurisdicción y competencia para los asuntos contenciosos
administrativo. Esta, por una parte, define el ámbito específico u objetivo
propios de estos asuntos –versar sobre reclamaciones de las personas que
sean lesionadas en sus derechos por la administración del Estado, de sus
Organismos o de las Municipalidades- y, por otra parte, establece que tales
reclamaciones quedan comprendidas en esa jurisdicción, correspondiendo
a la ley determinar el tribunal competente para conocer de ellas.

Según lo expuesto, razona que resulta indiscutible que el artículo 38


inciso 2° de la Constitución Política de 1980, no es una norma substantiva
destinada a regular la responsabilidad del Estado, sino que, a entregar la
competencia para conocer los asuntos contenciosos administrativos, a los
Tribunales que señale la ley.

Ahora bien, afirma que el sistema de responsabilidad


extracontractual del Estado en Chile y de sus órganos y municipalidades,
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se encuentra establecido de manera general en el artículo 42 de la Ley N°


18.575, de 1986, Orgánica Constitucional de Bases de la Administración
del Estado (DFL 1-19.653 que fijó el texto refundido de la ley), que
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incorpora los conceptos de falta de servicio y falta personal. La falta de
servicio no es una responsabilidad objetiva, ya que para que opere se
requiere la “culpa del servicio”, es decir, debe darse el mal funcionamiento
del servicio o el no funcionamiento del mismo. Lo anterior descarta la idea
de responsabilidad objetiva, en la que exige para que opere que se acredite
la relación de causalidad entre el hecho y el daño, siendo indiferente la
existencia o inexistencia de culpa o dolo.

Agrega que lo anterior, no tiene ninguna contradicción con lo


dispuesto por el artículo 4 de la Ley N° 18.575, ubicado en el título
primero sobre normas generales, que sólo tuvo por objeto establecer, de
un modo general, el principio de existencia de la responsabilidad del
Estado, sin pretender objetivar la responsabilidad estatal ni hacerla
imprescriptible.

Por tanto concluye, que no existe un régimen de responsabilidad


extracontractual del Estado ni de sus órganos, ni por consiguiente de la
Municipalidades de carácter objetiva, como lo trata de insinuar los
demandantes en su libelo.

Sobre la responsabilidad objetiva o sin culpa, afirma que se ha


juzgado que no es la regla general de nuestro sistema de responsabilidad
(C. Santiago, 8 de marzo de 1987, G.J. 1987, n° 8, PP 48-49). Y que la
responsabilidad objetiva no puede establecerse con una interpretación
extensiva de las normas legales, pues por ser de carácter excepcional,
debe establecerse en forma expresa. (C. Santiago; 31 de enero de 1992,
RDJ, t LXXXIX, sec. 2°, p 13).

En consecuencia, prosigue que no existiendo en nuestro sistema


jurídico un régimen de responsabilidad extracontractual de los Municipios
de carácter objetivo, como lo insinúa pretender la parte demandante, la
acción indemnizatoria intentada en contra de su representada debe ser
necesariamente rechazada, con costas.

b) Inexistencia de la falta de servicio por una supuesta infracción al


deber de cuidado. Expone que la pretendida falta de servicio, como se
anticipaba, no constituye un principio de responsabilidad objetiva, por lo
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que nace la necesidad que los actores deben invocar y acreditar la


existencia de esa falla en la actividad del órgano administrativo, o en este
caso de la Municipalidad, y que dicha falla es la causa del daño
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experimentado por la víctima (a.- acreditar la falla o falta del servicio; y b.-
acreditar la causalidad entre dicha falta y el daño invocado).

Añade que cualquiera exigencia probatoria –como las señaladas- se


opone por esencia a la responsabilidad objetiva, por una parte; y por la
otra, la causalidad derivada del daño resulta determinante en este juicio,
por cuanto todas las supuestas faltas o infracciones imputadas- que no
admite- carecen de mérito o conducencia a los resultados producidos.

Como consecuencia de lo anterior, sostiene que la víctima de un


daño que pretenda tener derecho a su reparación por un ente público,
deberá probar la existencia de la falta de servicio y, además probar que
existe un vínculo de causa a efecto entre la actividad o decisión
administrativa incriminada y el daño alegado, por tratarse de un sistema de
responsabilidad subjetiva, solo ya que, de no ser una persona natural, sino
de un ente jurídico cual es la Municipalidad.

Ahora bien, señala que en doctrina, la noción de mal funcionamiento


del servicio público es variable, según las características del servicio
público de que se trate y de la gravedad de la falta, por ello la
jurisprudencia francesa ha establecido una graduación de faltas,
clasificándolas en faltas simples y faltas calificadas o graves, exigiéndose la
concurrencia de una falta de mayor gravedad para hacer surgir la
responsabilidad del Estado por la actividad propia de determinados
servicios. Además de tenerse en cuenta la realidad concreta del servicio de
que se trate, los medios con los que cuenta, la posibilidad cierta de
actuación, el nivel de desarrollo y de medios con que tiene dicho servicio e
incluso con la realidad nacional en que está inmerso. De manera que para
establecer si ha habido o no falta de servicio, no debe juzgarse la actividad
de un servicio público ideal, sino la actividad del servicio concreto de que
se trata, con todas y cada una de sus circunstancias, de manera que la
aplicación indiscriminada de la teoría de la falta de servicio, en la forma
que pretende la actora, podría resultar ilusoria atendidas las condiciones y
los medios con que deben funcionar muchos servicios públicos en países
donde no se cuenta con los recursos económicos adecuados.

Explica que se entiende configurada una falta de servicio infraccional


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sólo cuando se incurre en incumplimiento de deberes de servicio


claramente establecidos por ley; y que esa omisión concreta sea a su vez la
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causa necesaria, eficaz y determinante del daño producido, lo que no
ocurre en autos.

Expresa que nuestro sistema de responsabilidad de la administración


se basa en el modelo francés que concibe la falta de servicio como
infracción al deber objetivo de conducta, como frustración de un estándar
legal de función pública exigible.

Agregando que la jurisprudencia de modo reiterado ha dicho que la


falta de servicio denota el incumplimiento de un deber de servicio, que
puede consistir en que no se presta un servicio que la Administración tenía
el deber de prestar, o es prestado tardíamente, o en forma defectuosa de
conformidad con el estándar de servicio que el público tiene derecho a
esperar (Corte Suprema, 30.04.2003, Gaceta Jurídica N° 274, pág. 59;
Coste Suprema, 15.09.2003, Gaceta Jurídica N° 279, pág. 79; Corte
Suprema, 25.04.2006, Rol N° 5826-2005). El deber de servicio resulta
únicamente de la ley, del mismo modo que las obligaciones legales se
expresan en ellas. (Artículo 2284 Código Civil). La jurisprudencia no puede
crear deberes de servicio.

Indica que la distinción conceptual entre función pública y deber de


servicio es indispensable a la hora de juzgar la procedencia de la
pretensión indemnizatoria. Los vacíos que acuse la ley para definir con
precisión los deberes de servicio no pueden ser suplidos por la
jurisdicción, la que encuentra igual límite en el ámbito de discrecionalidad
que la propia ley reconoce a los órganos públicos y administrativos. Esa
falta de explicitación limita severamente la posibilidad de establecer
precisos estándares de servicio. En estas condiciones, el reproche
formulado por supuesta inactividad o actividad inadecuada de la
Municipalidad es errado.

Así, discurre que la acción de los órganos del Estado o de la


administración pública, para que sea procedente una indemnización de su
parte, requieren de una relación de causalidad ponderada.

Alegando que la causa requerida, a su vez, debe ser una causa


adecuada, partiendo de un criterio de previsibilidad que aquilata la
MXQYEHEHCL

adecuación de la causa en función de la posibilidad y probabilidad del


resultado, recurriendo a la vida misma y buscando en ésta lo que
comúnmente acontece al tenor del curso ordinario de los acontecimientos.
C-2158-2016

Foja: 1
No son imputables las consecuencias remotas que no tienen con el hecho
ilícito un nexo adecuado de causalidad. La causa del daño será únicamente
la condición que según el curso natural y ordinario de las cosas sea idónea
por sí para producir un resultado, o que debería normal o regularmente
producirlo. En este sentido, los actores expresan en su libelo, habrían
sufrido un retardo en la atención por parte del Hospital de Coquimbo en
proceder con la operación producto que éste “no contaba con los insumos,
tales como prótesis y otros”, situación claramente no imputable al
municipio, excediendo las consecuencias la relación de causalidad
previsible. Es más, en el mismo relato de los hechos, expresan que la
actora, posterior a la intervención quirúrgica, que tampoco detalla
mayormente, “no evolucionó positivamente, la herida de la operación no  

logró cerrarse, ni menos cicatrizarse”, siendo sometida a otra intervención,


donde fue retirado implante efectuado por el Hospital de Coquimbo,
hechos que pueden ser causados por otras circunstancias o condiciones
que pueden exceder el ámbito de previsibilidad del evento dañoso, y que
sus alegaciones por parte de los actores, deberán se probadas en el
sentido de tener como nexo causal el accidente sufrido por la actora y no
ser atribuibles a otras circunstancias no previsibles por la demandada.

De acuerdo a lo anterior, declara que en la especie se debe juzgar la


actividad desplegada por la Municipalidad de Coquimbo, específicamente
por el Departamento de Parques y Jardines relativo al cuidado y poda de los
árboles ubicados en la vía pública y áreas verdes en la comuna de
Coquimbo, considerando que tales trabajos se efectúan durante todo el
año evitando de esa manera que se provoquen daños en sistema de
alcantarillados, accidentes a personas y bienes, luminarias, seguridad vial,
control de plagas y enfermedades de las especies arbóreas, pudiéndose
concluir que no existió una omisión o ausencia de actividad municipal,
como señalan el demandante, ni menos un incumplimiento de un deber
impuesto por el ordenamiento jurídico; es más, las consecuencias dañosas
que se le imputan a la demandada, exceden de la relación causal exigida
para ser exigibles las indemnizaciones demandadas.

c) La Municipalidad de Coquimbo no incurrió en falta de servicio en


MXQYEHEHCL

los hechos que originaron los daños sufridos por la actora, accidente se
debió a un caso fortuito. A su respecto, relata que la situación que habría
ocurrido el día 5 de agosto de 2013 en la cual doña Natalia Salas
C-2158-2016

Foja: 1
Campusano habría sido impactada en su espalda por una rama de árbol en
la vía pública, no fue consecuencia de una falta de servicio por parte de la
Municipalidad de Coquimbo; sino de un caso fortuito, que es definido en el
artículo 45 del Código Civil como el imprevisto a que no es posible resistir.
El desprendimiento de la rama de árbol fue un hecho accidental, ajeno a la
voluntad de las partes, imprevisible e imposible de resistirlo.

Arguye que no existía ninguna situación previa, que podría hacer


prever que ocurriera un evento de esta naturaleza, de manera que se
pudiera exigir una posición de previsibilidad a la Municipalidad. Que el
desprendimiento de la rama se debió a un hecho de la naturaleza, y no a la
falta de diligencia y cuidado de la demandada, pues a la Municipalidad no
le resultó posible, con mediana diligencia, advertir y precaver la caída de la
rama del árbol ya que no había indicios de que se fuera a producir un
accidente como el que ocurrió aquel día.

Presume que el Departamento de Parques y Jardines cumplió con el


deber de cuidado al realizar una mantención de las áreas verdes en forma
preventiva, que se adoptaron las medidas necesarias para que el daño no
se produjera; de manera que no resultó posible vislumbrar la existencia de
peligro de daño con anterioridad a su ocurrencia.

En lo relativo al “daño e indemnización reclamada”, expone las


siguientes alegaciones en cuanto al monto y naturaleza de la
indemnización.

1) Lucro cesante. En lo pertinente a tal daño demandado, se expone


en la demanda, que la Sra. Salas Campusano habría percibido una
remuneración de $300.230.-, y que desde el mes de noviembre del 2014 a
la fecha de la demanda habría dejado de percibir dicho ingreso atendido a
que no pudo continuar con su trabajo por su supuesta incapacidad física.

Respecto a lo antes expuesto, indica que para la procedencia de la


referida indemnización, deberá acreditarse por parte de la demandante la
efectiva relación laboral y/o contractual del cual provenían tales
remuneraciones y que por la incapacidad alegada dejó de percibir tales
remuneraciones, circunstancias que aparecen poco detalladas en la
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demanda, solo mencionando de forma genérica que se habrían trasladado


hasta la localidad de Tongoy con su cónyuge para cuidar un recinto de
cabañas turísticas, sin indicar mayor detalle del tipo de relación
C-2158-2016

Foja: 1
contractual, si respondía a un contrato de trabajo amparado por las
respectivas normas laborales, o solo a una prestación de servicios de orden
civil, sin mayores otras coberturas.

Así mismo, el demandante Sr. Báez Santibáñez, expone que habría


sufrido un lucro cesante, consistente en la perdida de emolumentos que
ascendían a la suma de $700.000.- por supuestamente la imposibilidad de
trabajar por tener que dedicarse a cuidar de su esposa; respecto de estos
dichos, esta parte demandada reitera la obligación de la parte demandante
de probar efectivamente la naturaleza de tales remuneraciones que indica
en su demanda, como así la exigencia de la exigencia probatoria como
veracidad de las fuentes que daban cuenta de esos emolumentos, ya que
su indicación en el libelo tiene la misma característica de genéricos.

2) Daño emergente. Sobre este daño, hace presente que tales


aseveraciones y cuantificaciones de valores deberán ser acreditados
debidamente en la etapa procesal pertinente, de manera que los eventuales
valores que tengan dichos daños sean los de los efectivamente
acreditados.

3) Fijación del daño moral. En relación al daño moral que dice haber
experimentado la demandante, hace presente que la demanda no
fundamenta ni especifica en forma adecuada por que debe pagarse la suma
de $230.000.000.- para doña Natalia Salas Campusano y la cantidad de $
120.000.000 para don Mario Báez Santibáñez, por este concepto;
solamente habla de un dolor que pervive durante toda la vida de éstos, sin
detallar en qué forma se expresa este dolor y como les afecta.

Aduce que no puede dejar de considerarse que el daño moral


consiste en la lesión o detrimento que experimenta una persona, en
general, en sus atributos o cualidades morales. Así, entonces, los llamados
daños no patrimoniales recaen sobre elementos de difícil o imposible
estimación pecuniaria, ya que su contenido no es económico, o al menos
no directamente. Ello produce a su respecto una imposibilidad latente e
insuperable de evaluación y apreciación pecuniaria.

En términos generales, explica que la indemnización de perjuicios


MXQYEHEHCL

tiene por objeto restablecer el equilibrio destruido por el daño ilícito,


otorgando a la víctima un valor equivalente a la cuantía del daño sufrido,
para ponerla en el mismo estado que tenía antes del acto dañoso. Ahora
C-2158-2016

Foja: 1
bien, tratándose del daño puramente moral, puesto que, por afectar a
bienes extra patrimoniales o inmateriales y, por lo mismo, no apreciables
en dinero, la indemnización no hace desaparecer el daño, ni tampoco lo
compensa en términos de poner a la víctima en situación equivalente a la
que tenía antes de producirse aquel. El daño moral no se borra por la obra
de la indemnización. La pérdida o lesión producida por él permanece, a
pesar de la indemnización.

Por ende, razona que la indemnización del daño puramente moral no


se determina cuantificando, en términos económicos, el valor de la pérdida
o la lesión experimentada, sino solo otorgando a la víctima una
satisfacción, ayuda o auxilio que le permita atenuar el daño, morigerando o
hacerlo más soportable, mediante una cantidad de dinero u otro medio,
que en su monto o valor sea compatible con esa finalidad.

Expresa que es en la perspectiva antes dicha de acuerdo con la cual


hay que regular el monto de la indemnización, y asumiendo el supuesto
indiscutido de que nunca puede ser una fuente de lucro o ganancia, sino
que debe ser un procedimiento destinado a atenuar los efectos o el rigor
de la perdida extra patrimonial sufrida.

Sostiene que en este sentido, ha señalado Alessandri que: “el juez al  

evaluar   este   daño,   debe   proceder   con   prudencia,   tanto   para   evitar   los  

abusos a que esta reparación puede dar origen, cuanto para impedir que  

se   trasforme   en   pena   o   en   un   enriquecimiento   sin   causa   para   quien   lo  

demanda”.

Por otra parte, advierte que tampoco resulta procedente acudir a la


capacidad económica del demandante y/o demandado como elemento para
fijar la cuantía de la indemnización, pues, como ha dicho, el juez sólo está
obligado a atenerse a la extensión del daño sufrido por la víctima, en la
cual no tiene influencia estas capacidades.

En tal sentido, arguye que la cifra pretendida en la demanda como


compensación del daño moral, resultan del todo excesivas en relación con
los montos de indemnizaciones que suelen fijar los Tribunales para
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compensar daños extra patrimoniales, teniendo en cuenta, además de la


realidad económica comunal.
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Foja: 1
Alega la “improcedencia de reajuste e interés”, pues en la demanda
se solicita que la Municipalidad sea condenada al pago de la indemnización
“más reajustes, intereses y con expresa condenación en costas”.

A este respecto, expresa las siguientes consideraciones que deben


ser tenidas en cuenta, en el evento improbable que la Municipalidad sea
condenada al pago de alguna indemnización.

a) Respecto al reajuste requerido, hace presente que la obligación al


pago de reajustes sobre una indemnización judicialmente determinada es
una obligación accesoria o auxiliar en relación al pago del capital, que, en
este caso, sería la indemnización de daño moral. Siendo así, la obligación
al pago del reajuste no puede tener una existencia anterior al nacimiento
de obligación principal a la cual accede, cuya fuente sería la sentencia
ejecutoriada.

De este modo, expresa que la conclusión natural es que solo puede


aplicarse reajustabilidad desde la fecha en que la indemnización por daño
moral haya quedado establecida por sentencia firme; pues con anterioridad
a tal evento, no existe jurídicamente suma alguna susceptible de ser
reajustada. Así las cosas, previo a la ejecutoriedad de la eventual sentencia
condenatoria, la Municipalidad de Coquimbo, no está obligada a pagar
cantidad alguna a favor de la actora, por lo que mal podría quedar obligada
a pagar reajuste.

Por consiguiente, en el evento que el fallo acoja la demanda, total o


parciamente, se debe establecer la reajustabilidad a partir de la fecha en
que el fallo quede firme.

b) En relación a los “intereses”. Arguye que estos constituyen, tanto


desde el punto de vista jurídico como económico, el lucro o beneficio que
genera un capital cuyo goce ha sido entregado por el dueño a un tercero, y
en tal carácter, son frutos civiles con arreglo a lo dispuesto en el artículo
647 del Código Civil. En cuanto están destinados a retribuir al dueño por el
empleo de su capital, se consideran intereses retributivos, en cambio
aquellos que tienen una finalidad indemnizatoria se conocen como
intereses moratorios, que persiguen indemnizar al acreedor por el retardo
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culpable o mora del deudor en el cumplimento de su obligación.


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Foja: 1
Infiriendo que en ninguna de estas clases de interés tiene cabida el
caso de autos, pues no existe disposición legal alguna que ordene o
establezca su pago y a la Municipalidad de Coquimbo no ha caído en mora
alguna.

Añade que toda indemnización de perjuicios tiene por finalidad la


reparación del daño causado en términos de colocar a la víctima en la
situación anterior al acaecimiento del hecho lesivo o bien, atenuar las
consecuencias que sean irreversibles. Por consiguiente, el pago de una
indemnización no puede en caso alguno constituir una fuente de lucro o
ganancia para la demandante, pues de ser así, estaríamos ante un
enriquecimiento ilícito.

En otros términos, infiere que el monto de la indemnización no debe


exceder la cuantía del daño sufrido. Establecido lo anterior, surge de modo
natural la razón por la cual el pago de intereses retributivos repugna la
esencia y finalidad de la indemnización de perjuicios, al constituir una
ganancia adicional carente de causa o motivo.

Por otro lado, señala que tampoco puede sostenerse que exista
mora, dado que ni siquiera existe una deuda líquida a cuyo pago esté
obligada su representada.

Por tanto, solicita tener por contestada la demanda y rechazarla en


todas y cada una de sus partes por improcedente, con expresa
condenacion en costas; en subsidio y para el caso improbable que este
tribunal acoja la demanda, pide rebajar el monto de la indemnización
demandada a cifras acordes con el mérito del proceso y con la
jurisprudencia de nuestros tribunales para casos semejantes, sin reajustes
o intereses, o con aquellos que pudieren proceder a partir de la
ejecutoriedad de la sentencia.

Con fecha 29 de marzo de 2017, el abogado patrocinante de la parte


demandante, evacua el traslado de la réplica conferida a su parte
remitiéndose íntegramente a lo señalado en la demanda.

  Con   fecha   07   de   abril   de   2017, el abogado patrocinante de la


demandada, evacua traslado de la dúplica, ratificando y reafirmando lo
MXQYEHEHCL

expresado en el escrito de contestación de la demanda, en toda y cada una


de sus partes. Sosteniendo que los hechos materia del presente juicio
C-2158-2016

Foja: 1
indemnizatorio indican con claridad la ausencia absoluta de los requisitos
legales de la responsabilidad extracontractual demandada.

Con   fecha   11   de   julio   de   2017, se llevó a efecto la audiencia de


conciliación con la asistencia de la parte demandante y demandada.
Llamadas las partes a conciliación, esta no se produjo.

Con fecha 20 de julio de 2017, se recibió la causa a prueba, fijándose


los hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos.

Con fecha 18 de agosto de 2017, consta notificación por cédula de la


interlocutoria de prueba tanto de la parte demandante como de la parte
demandada.

Con   fecha   13   de   octubre   de   2017, la parte demandante realizó


observaciones a la prueba.

Con fecha 30 de octubre de 2017, se citó a las partes a oír sentencia.

CONSIDERANDO:

PRIMERO: EN CUANTO A LA OBJECIÓN DOCUMENTAL: Que, se advierte


que las objeciones planteadas respecto del documento acompañado por la
parte demandante con fecha 28 de septiembre de 2017, signado con el
número “vi” del escrito, apuntan a desvirtuar su mérito probatorio, asunto
que corresponde ponderar privativamente al tribunal al momento de
resolver la controversia y con relación a la demás pruebas rendidas.
Asimismo, y sin perjuicio de que la demandada indica que sus objeciones se
refieren a causales legales, esto es, falta de integridad y autenticidad,
-primero, por no constar la foliación y segundo por carecer de formalidades
como timbre, membrete y firma de profesional- los fundamentos de ella no
resultan constitutivos de objeción documental, careciendo de justificación
legal, razón por la cual se rechazará la objeción documental deducida
respecto del documento acompañado por la demandante;

SEGUNDO: EN CUANTO A LA PRUEBA: Que, corresponde a la parte


demandante acreditar los presupuestos fácticos de su pretensión, conforme
al artículo 1698 del Código Civil. Para ello, rindió la siguiente prueba: I.
MXQYEHEHCL

DOCUMENTAL: a) Copia Parte denuncia, emitido por la Tenencia de


Tongoy, Segunda Comisaría Coquimbo de Carabineros de Chile, de fecha 05
de agosto de 2013; b) Copia Resumen de atención SAPU de fecha 05 de
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Foja: 1
septiembre de 2013, con respectivo formulario de constancia de
información a pacientes GES de la misma fecha; c) Copia “Epicrisis” de
Natalia Salas Campusano, diagnóstico de egreso, de fecha 20 de diciembre
de 2013 (1 página); d) Copia “Epicrisis”, de doña Natalia Salas Campusano
de fecha de egreso 13 de abril de 2015 (1 página); e) Copia Certificado de
atención psicológica de Natalia Salas Campusano, emitido por Ignacio
Ugarte, psicólogo, de fecha 30 de septiembre de 2015; f) Resumen de
atención del establecimiento “Tongoy [CGR]” de Natalia Salas Campusano
(12 páginas); g) Copias de dos liquidaciones de sueldos de Natalia Salas
Campusano de los meses de marzo 2011 y junio de 2013, respectivamente;
h) Copia Certificado de Cotizaciones de Mario Juan Modesto Báez
Santibañez, emitido por AFP Provida, de fecha 27 de septiembre de 2017,
correspondiente al periodo octubre de 2013 a septiembre de 2015; i) Set de
3 fotografías certificadas con su respectiva acta notarial de fecha 16 de
diciembre de 2015; II. TESTIMONIAL: Consistente en la declaración de doña
Verónica Adriana Milla Monardez, cédula de identidad N°11.422.540-1,
rendida en audiencia de fecha 29 de septiembre de 2017, A) Declaración de  

doña   Verónica   Adriana   Milla   Monardez: Quien al punto uno de la


interlocutoria de prueba depone, que sí, es efectivo, el 05 de agosto del año
2013, acompañaba a Natalia Salas Campusano, y mientras caminaban por
La calle Fundición Norte con Barnes, sintió que caía una rama grande, por
ende se tira a la calle para que no la alcanzara y se paró para evitar que a le
cayera otra rama que venía cayendo, pero no alcanzó a auxiliarla, quedando
inconsciente, mientras sucedía esto, el joven de un negocio de enfrente
llamó a la ambulancia del consultorio de Tongoy llevándosela al consultorio,
indica que llegó posteriormente al consultorio, como sus lesiones eran de
consideración la trasladaron al Hospital de Coquimbo, expresa que los
carabineros de Tongoy la llevaron a su casa para que le avisara a su marido
y posterior a esto en la misma ambulancia se trasladaron al Hospital de
Coquimbo. En el hospital la tuvieron con calmantes hasta las cinco y media
de la mañana haciéndole exámenes. El doctor que reviso a Natalia le
comentó que ella tenía la columna "hecho   tira   por   dentro" y tenía una
costilla quebrada, le nombró la letra de la costilla, pero no recuerda la letra
de la misma y que debía quedarse hospitalizada para ser operada de
MXQYEHEHCL

urgencia. Sabe que ella desde esa instancia comenzó a usar pañales hasta
ahora. Expone que últimamente la ha visto poco pues tiene que estar en
tratamiento y en controles en Coquimbo y en Santiago. Señala que ella
C-2158-2016

Foja: 1
quedó con una secuela que le impide caminar con normalidad, cojeando
para su lado izquierdo, que ese solo acto de cojear le produce dolor en su
espalda, y según lo que el doctor le comentó a ella, ese dolor iba a ser de
carácter permanente. Que estuvo también por el lado psicológico con una
depresión, que fue tratada en el hospital, y estuvo con psiquiatra y con
medicamento, por lo que sabe ese tratamiento siquiátrico y de
medicamento fue suspendido, en la actualidad está con psicólogo del
consultorio de Tongoy. Contrainterrogada la testigo para que diga como
dato qué edad tiene usted y la señora que la acompañaba. Responde: 48 y
la Sra. pasado los 60. Contrainterrogada la testigo para que diga si la
persona a quien acompañaba tenía alguna dificultad en su caminar el día de
los hechos. Responde: Que ella sepa no. Contrainterrogada la testigo para
que diga si la persona a quien acompañaba el día de los hechos no escucho
o no percibió la caída de la rama a la que se ha referido: Responde: Ella no
escucho, la testigo escuchó el ruido de la caída de la rama y se tiró hacia la
carretera y cuando reaccionó la testigo hacía gestos con sus manos en el
afán que ella se saliera de la vereda y cuando se vino a dar cuenta de las
señas referidas, la rama ya venía cayendo hacia la demandante. Nunca
conversaron de esta circunstancia posteriormente. Al punto dos: no se
presenta a la testigo. Al punto tres: no se presenta a la testigo. Al punto
cuatro: no se presenta a la testigo. Al punto cinco, declara: Que si, es
efectivo, la Sra. Natalia Salas, quedo "altiro" sin trabajo, terminó la licencia y

“altiro” le dieron el finiquito, ella tuvo que incurrir en gastos por la cantidad
de pañales que usaba, los remedios que le daban, la receta en el hospital y
ella tenía que comprarlos afuera, realta que estando hospitalizada el marido
cuando no podía ir a verla, le pagaba a alguien para que la fueran a ver y
saber que necesitaba para manutención, que todos los gastos de viaje a
Santiago, Coquimbo, los cubrían ellos, a “ellos” se refiere a la Sra. Natalia y
su esposo, del 05 de agosto al 11 de septiembre del 2013 y posteriormente
la volvieron a hospitalizar hasta el 22 de diciembre del mismo año en
Coquimbo. Estima que los gastos en lo cual ella ha incurrido son trescientos
mil pesos;

TERCERO: Que, la demandada rindió los siguientes medios de prueba en


apoyo de su defensa. I. DOCUMENTAL: acompañada con fecha 02 de
MXQYEHEHCL

octubre de 2017, en cuaderno de Incidente de Nulidad de lo obrado, a)


Copia Nota Interna N°1 del Jefe de Departamento Parques y Jardines de la
Ilustre Municipalidad de Coquimbo, de fecha 26 de enero de 2017;
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Foja: 1
CUARTO: Que se hace presente que a continuación se establecerá – en
base a la prueba rendida -los hechos acreditados, para luego determinar si
aquellos alcanzan la suficiencia para dar cumplimiento a los presupuestos
de la acción indemnizatoria por falta de servicio.

QUINTO: HECHOS ACREDITADOS. Que con la prueba rendida se ha


logrado acreditar lo siguientes hechos:

a) Que el día 05 de agosto del 2013 alrededor de las 17:00 horas en


la intersección entre Avenida Barnes y Fundición Norte, se
desprendió la rama de un árbol y cayó sobre la demandante doña
Natalia Salas Campusano, hecho que resultó acreditado con el
parte denuncia N° 393 de Carabineros de Chile, concordante con
el relato de la testigo presencial doña Verónica Milla Monardez,
quien refirió la efectividad de la caída de la rama del árbol sobre
la demandante, mientras caminaba en la calle Fundición Norte con
Barnes, cuestión que además, no fue controvertida por la
contraria.

b) Que producto de la caída de la rama del árbol sobre la


demandante, esta resultó con un politraumatismo, consistentes
en la fractura de dos discos lumbares y una costilla, circunstancia
que se acreditó con: a) parte de denuncia 393, que dio cuenta que
doña Natalia Salas sufrió accidente por caída de rama de árbol,
resultando con Hematoma, contusión y erosiones según consta en
el DAU n° 2749191 y con los discos lumbares L1 y L2 quebrados,
al igual que la fractura de 2 costillas, según diagnóstico del
Hospital de Coquimbo, conforme a DAU 74989; b) Epicrisis del
Hospital San Pablo de Coquimbo, que da cuenta del Estado a la
fecha de Ingreso y de Egreso del paciente, esto es entre el 17 de
septiembre de 2013 y 20 de diciembre de 2013, dando cuenta de
la fractura lumbar de la afectada, que presume el tribunal
obedece a la caída de la rama del árbol del día 05 de agosto de
2013, por cuanto así lo señala el documento; la proximidad de la
fecha del documento, con la fecha del hecho; y por cuanto las
heridas descritas en él, se condicen con las causadas por la rama
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del árbol y que fueron descritas en el parte de denuncia; c)


fotografías acompañadas en juicio, que muestran la existencia de
un árbol de gran altura su ubicación en la intersección de Avenida
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Foja: 1
Barnes y Fundición Norte, y sus características, esto es sus
dimensiones y grosor, concordando con el resto de la prueba;

SEXTO: Que, acreditado el desprendimiento de la rama de un árbol en la


vía pública, sobre el cuerpo de la demandante doña Natalia Salas
Campusano, cabe determinar si dicho hecho resulta imputable a la
demandada, a fin de configurar el presupuesto de la acción deducida. En
este sentido, se hace presente que el actor, invocó las reglas de la
responsabilidad extracontractual contenidas en el artículo 2314 y
siguientes del Código Civil, para fundar la responsabilidad por falta de
servicio de la Municipalidad, agregando que se trataba de un caso de
responsabilidad objetiva. Sin embargo, la responsabilidad objetiva y la
responsabilidad por falta de servicio son cuestiones diversas. En el caso, el
fundamento de la responsabilidad alegada por la actora, fue la falta de
servicio de la demandada, y en este contexto se analizó la prueba. Es así
como se ha tenido en vista el artículo 152 de la Ley Orgánica de
Municipalidades que establece “Las   municipalidades   incurrirán   en  

responsabilidad   por   los   daños   que   causen,   la   que   procederá  

principalmente por falta de servicio”. Disposición de la que se desprende  

que  la responsabilidad de la Municipalidad es de carácter subjetivo, toda


vez que la norma exige, para configurar la responsabilidad del órgano, la
invocación y prueba de su falta. En efecto, la falta de servicio del órgano se
traduce en la acreditación de su mal funcionamiento, y por consiguiente,
en la prueba de su culpa.

En este contexto, la culpabilidad como elemento de la


responsabilidad se constituye como un juicio de reproche, cuyo patrón de
conducta viene determinado por un estándar razonable de cumplimiento
de la función pública en el caso específico.

Por lo tanto, para que la demandante pueda obtener en juicio,


resulta necesario que se acredite: a) La falta de servicio del demandado; b)
La existencia de un daño como consecuencia de dicha falta de servicio;

SEPTIMO: Que con relación a la falta del servicio demandado, resulta


implícito para su concurrencia, que el servicio que se reclama – en el caso,
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la mantención de los árboles – se encuentre dentro de las obligaciones


municipales.
C-2158-2016

Foja: 1
Para ello se ha tenido en consideración la norma contenida en el
artículo 1° de la LOC de Municipalidades, que refiere que éstas son
corporaciones autónomas de derecho público, cuyo fin es satisfacer las
necesidades de la comunidad local. Por su parte, el artículo 3 letra f) de la
Ley Orgánica de Municipalidades, individualiza dentro de las funciones de
la entidad, el aseo y ornato de la comuna. En este entendido,
considerando que la ley entrega a la Municipalidad la administración de
los bienes nacionales de uso público que se encuentren en la comuna –
entre ellos, las calles, plazas y sus respectivas especies arbóreas - la
mantención de ésta es de su cargo;

OCTAVO: Que habiéndose establecido lo anterior, procede determinar si la


caída de la rama del árbol pudo haber sido prevista por el Municipio
procediendo a la poda del mismo o por el contrario obedeció a un caso
fortuito. Para determinar lo anterior, se ha estado a las características
concretas del caso, esto es, el parte de denuncia de fecha 05 de agosto de
2013, en el cual, se constató por medio de los carabineros que se
trasladaron al lugar de los hechos, la veracidad de aquellos, lo que permite
tener por establecido que el árbol cuya rama se desprendió, se encontraba
en una vía pública, específicamente en la intersección de calle Fundición
Norte y Avenida Barnes de la localidad de Tongoy. Concordante con lo
anterior, resultó acta Notaría suscrita por el Notario Claudio Barrena, en la
que da fe que el árbol se encontraba en un bandejón, y que tenía gran
altura y grosor. Asimismo se acompañaron al acta, fotografías del árbol y
del lugar, lo que da cuenta de su altura, lo frondoso de sus ramas, la
ubicación en un lugar público, la ausencia de otros árboles cerca del lugar,
todas cualidades que llevan a concluir la necesaria mantención de aquel,
por cuanto las dimensiones del mismo, conllevan la existencia de un riesgo
en caso de caída o desprendimiento de sus ramas. Por su parte, el
desprendimiento de las ramas no aparece como un imprevisto, si se
considera – atendido las fotografías – que muchas de ellas están dobladas
o curvadas hacia el suelo, en razón del peso de las hojas, por lo que no
aparece una situación imprevisible, más aún si se considera que el lugar –
Tongoy - es una playa, y que de conocimiento público, la existencia de
ráfagas de viento en este tipo de lugares, especialmente en invierno, por lo
MXQYEHEHCL

que su ocurrencia, lo torna previsible. Lo anterior, unido a que en dicha


ciudad, tampoco existe un sinnúmero de árboles que mantener, por cuanto
es un hecho público que en la zona norte, no existe exceso de vegetación,
C-2158-2016

Foja: 1
y que Tongoy es una zona de balneario, que carece de abundancia arbórea,
por lo que el exigir que entre los árboles de la ciudad sean mantenidos los
que alcanzan determinadas dimensiones – como en el del caso - no
resulta una exigencia dispendiosa o extraordinaria, por lo que en este
contexto, procede establecer que era razonable esperar que la
municipalidad adoptara las medidas para prevenir el accidente ocurrido,
consistente en el caso concreto, en la poda de los árboles de la vía pública,
que tuvieran grandes dimensiones, ubicados en zonas concurridas, como
en el caso, que se ubicaba entre dos avenidas;

NOVENO: Que la dinámica con que se produjeron los hechos, lleva a


concluir la omisión de la municipalidad de la adopción de las medidas
necesarias para evitar el desprendimiento. En el caso, estima este tribunal
que no se dio cumplimiento al servicio, por cuanto no se realizó la
mantención o poda del árbol cuya rama se desprendió, situación que
resultaba completamente exigible a la Municipalidad de Coquimbo,
atendido que si bien es un Municipio, y quizás no cuenta con fondos para
podar todos los árboles de la ciudad, el árbol generador del accidente,
resultaba ser uno de los más grandes de la ciudad, según se aprecia en la
fotografías acompañadas, por lo que resultaba esperable que al menos los
árboles más grandes ubicados en zonas concurridas de la vía pública,
fueran podados, atendido el daño que causarían en caso de
desprendimiento, omisión que califica este tribunal como una falta del
servicio, al encontrarse obligado a realizar una conducta, y no obstante
ello, dejar de actuar, lo que se acentúa considerando que la demandada
reconoce la existencia de un departamento de parques y jardines destinado
a la poda de árboles en la vía pública. Sin embargo, el hecho dañoso revela
la circunstancia que la Municipalidad falto a su deber al no proceder a ella.

Que, por consiguiente, la Municipalidad de Coquimbo deberá


responder los daños causados en razon de su falta de servicio referida;

DECIMO: Que con relación al caso fortuito alegado, este no resultó


acreditado. En efecto, el suceso aconteció el 05 de agosto del 2013, en
circunstancias que la demandante transitaba a las 17:00 horas de la tarde
por la vía publica, sin que la caída se debiera aun acontecimiento
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imprevisible ni irresistible, sino, precisamente, lo contrario, resultaba


previsible la caída del árbol en cuestión, considerando su tamaño, su
ubicación y las ráfagas de viento que se producen comúnmente en el
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sector, por lo que la caída del árbol se ha debido a la falta de mantención
de las áreas verdes, correspondiendo a la demandada remover dichos
peligros para seguridad de las personas con medidas eficaces y oportunas.

UNDECIMO: Que con relación a los daños causados, los demandantes


reclaman los siguientes conceptos: a) Daño emergente, por la suma de
$3.000.000 por los gastos en que han debido incurrir por prestaciones
médicas, viajes, medicamentes y tratamientos. B) lucro cesante, reclaman
la suma de $24.000.000, al haber dejado de trabajar, doña Natalia Salas en
razón de su incapacidad, y don Juan Báez Santibáñez al dedicarse al
cuidado de su cónyuge dejando de percibir sus remuneraciones. C) Daño
moral, la fundamente en el agobio, dolor y en el pesar o molestias sufridas,
tanto en su sensibilidad física como en su sentimientos, creencias y
afectos, que pervive por toda la vida de la víctima. De este modo, reclama
la suma de $230.000.000 para la demandante doña Natalia Salas
Campusano y la suma de $130.000.000 para don Juan Báez Santibáñez;

DUODECIMO: Que, con relación al daño emergente, no resultó acreditado.


En efecto, si bien se acompañó un conjunto de antecedentes médicos y
considerando que efectivamente las lesiones sufridas requieren atención
hospitalaria, no se acompañó comprobantes objetivos que digan relación
con la cuantía de los gastos en que los demandantes incurrieron, razón por
la cual, será rechazado;

DECIMO TERCERO: Que, con relación al lucro cesante, se tendrá por


acreditado que la demandante percibía una remuneración cuya cuantía se
tendrá por acreditada considerando las dos liquidaciones de sueldo
acompañadas, de marzo y junio del 2013. Por consiguiente considerando
que la demandante percibía una remuneración liquida promedio de
$250.000, se concederá aquellas remuneraciones que dejó de percibir
entre el hecho y la alta médica en diciembre del 2013, conforme lo
señala documento denominado “Epicrisis” que da cuenta de la operación
realizada a la víctima del daño, con fecha 29 de agosto de 2013 se
mantuvo incapacitada hasta el 20 de diciembre de 2013, y de operación
realizada con fecha 13 de abril de 2015, que la mantuvo hospitalizada por
32 días, sin que la prueba rendida de cuenta de mantenerse incapacitada
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en tiempo intermedio ni posterior a las operaciones. Por consiguiente, solo


se otorgara la suma de $1.500.000, equivalentes a 5 remuneraciones que
la demandante dejó de percibir durante su incapacidad física.
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DECIMO CUARTO: Que, con relación al daño moral, cabe señalar que
constituye un daño moral aquellas lesiones a intereses extrapatrimoniales.
En el caso, la demandante refiere la existencia de dolor y pesar que ha
sufrido tanto físicamente como en sus facultades espirituales. En el caso,
considerando la naturaleza del accidente, esto es, el aplastamiento por la
rama de un árbol que le causó fractura lumbar, permite concluir que
efectivamente hubo un menoscabo anímico propio de la recuperación de
este tipo de situaciones, lo que unido a la edad de la víctima – 65 años - ,
resulta razonable que se incremente la angustia durante su recuperación,
atendida la incertidumbre de que efectivamente la logre. Esta situación, por
su parte, se vio corroborada con los antecedentes clínicos acompañados,
consistente en 11 resúmenes de atención psicológica de la actora entre los
meses de agosto de 2013 y diciembre de 2014 y que dan cuenta de un
síndrome ansioso depresivo, con ocasión de su lesión, razón por la cual se
ponderará el daño moral en la suma de $ 15.000.000.-

DECIMO QUINTO: Que con relación a los daños experimentados por el


actor Mario Baez Santibañez, en su calidad de cónyuge de la víctima, estos
no resultaron acreditados, atendido que no se acompañó antecedente
alguno que diera cuenta d su calidad de cónyuge – calidad en la que funda
su acción – ni otros antecedentes suficientes que dieran cuenta al menos
de la vida en común que mantenían. En esta parte, la declaración del único
testigo resultó insuficiente al no precisar los hechos en los cuales sustenta
su afirmación de ser los actores un matrimonio. En efecto, nada señaló
sobre la fecha desde que se conocen, si convivían, y en la afirmativa, desde
cuando vivían juntos, lo que impide su declaración tenerla por suficiente
atendida la vaguedad y falta de precisión en esta parte;

DECIMO SEXTO: Que con relación a los reajustes solicitados, estos serán
rechazados en razón de no tratarse de una operación de crédito de dinero.
Con relación a los intereses, es que atendido lo dispuesto en el artículo
1559 del Código Civil, estos se generarán una vez que exista la obligación
de enterarlos, cuestión que se produce al momento de encontrarse
ejecutoriado este fallo, por cuanto antes de ello, no existe capital sobre
cuya base proceda el cálculo de los mismo, conforme lo señalado en el
artículo 2 de la Ley 18.010;
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DECIMO SEPTIMO: Que la prueba no referida en nada altera lo resuelto.


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Por lo expuesto, y dispuesto en los artículos 1559, 1698, 2314 y
siguientes, artículos 38 de la Constitución Política del Estado de Chile;
artículos 2, 4 y 44 de la LOC 18.575; artículos 1, 3, 5, 152 de la Ley
Orgánica de Municipalidades; artículos 144, 160, 170, 254 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, se resuelve:

I.- SE rechaza la objeción documental deducida con fecha 6 de


octubre de 2017.

II.- SE acoge la demanda de indemnización de perjuicios deducida


por doña Natalia Eliana Salas Campusano en contra de la I. Municipalidad
de Coquimbo, en razón de los daños sufridos por la caída de rama de un
árbol ocurrida el día 05 de agosto de 2013, y se declara:

Condénase a la I. Municipalidad de Coquimbo, representada por su alcalde


don Marcelo Pereira Peralta, a pagar la suma de $ 1.500.000.- por
concepto de Lucro Cesante y la suma de $ 15.000.000.- por daño moral,
en favor de la actora, rechazándose los montos pretendidos por concepto
de daño emergente.

III.- SE rechaza la demanda de indemnización de perjuicios deducida


por don Mario Baez Santibañez en contra de la I. Municipalidad de
Coquimbo.

IV.- Que las sumas deberán enterarse una vez ejecutoriado el fallo,
fecha desde la cual empezarán a generarse los intereses corrientes.

V.- Que cada parte pagará sus costas atendido que no resultó la
demandada totalmente vencida.

Anótese Regístrese y Archívese.

DICTADA POR DOÑA EUGENIA GORICHON GOMEZ, JUEZ TITULAR DEL


TERCER JUZGADO DE LETRAS DE COQUIMBO.
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Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del art. 162
del C.P.C. en Coquimbo, veintiocho de Febrero de dos mil dieciocho

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Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
A contar del 13 de agosto de 2017, la hora visualizada
corresponde al horario de verano establecido en Chile
Eugenia Elvira Gorichon Gomez Continental. Para Chile Insular Occidental, Isla de Pascua e
Fecha: 28/02/2018 14:29:43 Isla Salas y Gómez restar 2 horas. Para más información
consulte http://www.horaoficial.cl

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