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UNIVERSIDAD DE CHILE.
Facultad de Derecho.
Escuela de Graduados.
LA POTESTAD INVALIDATORIA EN EL
DERECHO CHILENO.
Santiago, Chile.
2008.
Dedicatoria.
A mi abuelo,
Que tanto disfrutaba con las historias de sus nietos...
Agradecimientos:
2
Abreviaturas.
CA Corte de Apelaciones.
CBR Conservador de Bienes Raíces.
CC Código Civil.
CENC Comisión de Estudios para la Nueva Constitución.
CE Constitución Española.
CGR Contraloría General de la República.
CI Constitución Italiana.
CIDH Corte Interamericana de Derechos Humanos.
CM Código de Minería.
COMPIN Comisiones de Medicina Preventiva e Invalidez.
Coord. Coordinador.
CPR Constitución Política de la República.
CS Corte Suprema.
DFL Decreto con Fuerza de Ley.
D.L. Decreto Ley.
DO. Diario Oficial.
Dir. Director.
EA Estatuto Administrativo.
EAFM Estatuto Administrativo para los Funcionarios Municipales.
cd. Edición.
Ed. Editor.
etc. Etcétera.
Excma. Excelentísima.
1. Ilustre.
Ibid. Ibídem.
Id. Ídem.
LBPA Ley de Bases de los Procedimientos Administrativos.
LFPA Ley Federal de Procedimiento Administrativo.
LGAP Ley General de la Administración Pública.
1 OC Ley Orgánica Constitucional.
11
LOCBCCh Ley Orgánica Constitucional del Banco Central de Chile.
LOCBGAE Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración
del Estado.
LOPA Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
LPA Ley de Procedimiento Administrativo.
LPAG Ley de Procedimiento Administrativo General.
LPAyADA Ley Sobre Procedimiento Administrativo y de Acceso a los Documentos
Administrativos.
LRJAPyPAC Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y
Procedimiento Administrativo Común.
OEA Organización de Estados Americanos.
TC Tribunal Constitucional.
VwV fG Verwaltungsverfahrensgesetz, Ley Federal de Procedimiento
Administrativo.
Número.
Op. cit. Obra citada.
p.ej. Por ejemplo.
pág. (s) Página (s).
sgte. (s) Siguiente (s).
VVAA Varios autores.
4
INTRODUCCIÓN.
5
Lo expresado lleva a plantear el primer problema que la
investigación aborda. Éste dice relación con la conformidad o no de los señalados poderes de
autocontrol con el Estado de Derecho delineado por el constituyente chileno y, por tanto, de la
conformidad o no de la potestad invalidatoria atribuida a la Administración del Estado y que
define una posición de privilegio frente a los sujetos de derecho común.
6
Para comprobar esta afirmación, la exposición de divide en un
capítulo preliminar y, a continuación, tres grandes capítulos. En el capítulo preliminar, se
comienza con las precisiones de rigor que permiten conceptuar la invalidación y la potestad que
la concreta, revisando, al efecto, algunas legislaciones comparadas.
vi
CAPÍTULO PRELIMINAR: Precisiones conceptuales y
sistematización.
1. Invalidación y revocación. Sus diferencias conceptuales.
defina con precisión lo que el legislador entiende por invalidación o por potestad invalidatoría.
No obstante, se advierte la existencia de ciertas normas y una doctrina bastante asentada --tanto
nacional como comparada-, a partir de las que es posible procurar un sentido claro a dichas
expresiones. Así, se puede comenzar señalando que la invalidación consiste en la destrucción
administrativa de un acto anterior propio, por ser contrario al ordenamiento jurídico. De manera
que, a su vez, la potestad invalidatoria puede ser conceptuada como el poder o facultad de la
Administración del Estado de volver sobre sus actos propios —ya sea de oficio o a petición de
parte-, para revisar y retirar por si misma actos administrativos viciados, irregulares o contrarios
al ordenamiento jurídico, mediante un acto de signo contrario. 1
9
No obstante, el tema no es apacible, pues no sólo existe
discusión respecto de aspectos sustantivos relativos a su procedencia, constitucionalidad,
fundamento, límites y condiciones de ejercicio, en definitiva, respecto de los elementos que
conforman su régimen jurídico; sino que, además —y pese a los avances doctrinarios y
normativos en la materia-, aún subsisten incluso ciertas discordancias semánticas situadas en la
base de la discusión y que, por tanto, dificultan el análisis y comprensión del tema.
El mismo criterio se aprecia en dictamenes posteriores, en este sentido, ya bajo la vigencia de la Ley N"
19.880, de Bases de los Procedimientos Administrativos, se puede mencionar a modo de ej.: CUR.
Dictamen N° 560, de 2006, en el se establece claramente la diferencia entre las causales que autorizan
cada uno de los poderes a que se ha hecho referencia.: igualmente en CGR, Dictamen N° 33.451, de 2006:
y CGR, Dictamen N° 560, de 2008,
2
Sin perjuicio que la presente investigación se refiere exclusivamente al caso chileno, se precisarán ciertos
conceptos provenientes del Derecho comparado en atención a las referencias comparativas que se
consideran en el presente estudio.
' En este sentido, entre otros, SILVA CIMMA, Enrique. Derecho Administrativo chileno y comparado.
Tomo y, Actos, contratos y bienes. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1995, pág. 158. En el mismo
sentido, VARGAS ZINCKE, Osvaldo. Algunos aspectos sobre la invalidación en la jurisprudencia de la
CGR. Gaceta Jurídica. (178), 1995, pág. 37. Igualmente, CALDERA DELGADO, Hugo. Tratado de
Derecho administrativo. Tomo II. Santiago, Ediciones Parlamento Ltda., 2001, pág. 128. Más
recientemente, FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la
Administración del Estado. VVAA. Acto y procedimiento administrativo. Segundas Jornadas de
Derecho Administrativo. Actas. Valparaíso, Ediciones Universitarias de Valparaíso, 2007, pág. 132.
Entre otros puede verse PARADA VÁSQUEZ, José Ramón. Derecho administrativo. Tomo 1, parte
general. 13 cd. Madrid, Marcial Pons, 2002, págs. 205 y sgts.; en el mismo sentido, en el ámbito
latinoamericano, COMADIRA, Julio Rodolfo. La anulación de oficio del acto administrativo. La
denominada cosa juzgada administrativa'. Buenos Aires, Editorial Astrea, 1981, pág. 15. Más
lo
Es importante precisar que, en esta línea, la figura de la
invalidación se distingue de la revocación, expresión, esta última, que se reserva en un sentido
sricto para el retiro administrativo de un acto anterior propio, por causa de mérito, oportunidad
o conveniencia. 6 Por tanto, en esta posición, ambas figuras quedan comprendidas dentro de un
género mayor que la doctrina denomina el retiro, 7 extinción o revisión 9 de los actos
administrativos y que las legislaciones comparadas tienen a contener —siguiendo, como se verá,
el modelo del legislador español- dentro de la revisión de los actos en vía administrativa.' 0
recientemente y en directa alusión al caso chileno FORTES MARTÍN, Antonio. Estudio sobre la
revocación de los actos administrativos. Revista de Derecho, Universidad Austral de Chile. XIX( 1), jul.
2006, pág. 152. Claramente y sin perjuicio de lo dicho en el texto, la anulación, como reacción frente a la
disconformidad de un acto administrativo puede ser declarada tanto en sede judicial como administrativa.
En este último caso, corresponde a la que, la doctrina citada denomina anulación de oficio.
6
En este sentido, SILVA CIMMA, Enrique. Derecho Administrativo chileno y comparado. Tomo V.
Op. cit., pág. 154. En el mismo sentido, CALDERA DELGADO, Hugo. Tratado de Derecho
administrativo. Tomo II. Op. cit., pág. 124.
En este sentido CASSAGNE, Juan Carlos. El acto administrativo. 2 cd. Buenos Aires, Abeledo Perrot,
1982, pág. 374. Para este autor, bajo esta formula quedan comprendidos todos aquellos supuestos en los
que el acto deja de producir sus efectos, sea por causas normales o anormales, es decir, tanto de aquellos
en que no se requiere un acto especifico de extinción, como de aquellos en los que la eliminación del
mundo jurídico del acto se produce mediante otro acto contrario. Y, en este último caso, sea que se trate
de actos válidos o inválidos. En el mismo sentido COMADIRA, Julio Rodolfo, La anulación de oficio
del acto administrativo. La denominada 'cosa juzgada administrativa'. Op. cit., pág. 21. Este autor aclara
que la referencia a la extinción del acto, lo es a éste como supuesto jurídico determinante de las
consecuencias o efectos, en tanto, según sostiene, no existe forma de operar sobre los efectos del acto, sin
incursionar previamente sobre éste. En el mismo sentido, HERNANDEZ-MENDIBLE, Víctor Rafael.
Régimen extinción e invalidez del acto administrativo. En: VVAA. Seminario Internacional
"Procedimiento Administrativo y Jurisdicción Contenciosa Administrativa: "Garantía del Estado de
Derecho". Los Cazicazgos, Distrito Nacional, Programa de Apoyo a la Reforma y Modernización del
Estado, 2006, págs. 59-76. En Chile, BOLOÑA KELLY, Germán. El acto administrativo. Santiago,
LexisNexis, 2005, págs. 265 y sgts.
'BOCANEGRA SIERRA, Raúl. La anulación de oficio de los actos administrativos. Oviedo, Academia
Asturiana de Jurisprudencia, 1999, pág. 10; y FORTES MARTIN, Antonio. Estudio sobre la revocación
de los actos administrativos. Op. cit., pág. 152.
ID
A modo ejemplar, en el ámbito latinoamericano, puede verse el título III, de la Ley de Procedimiento
Administrativo General, N° 27.444, de la República de Perú, especialmente los artículos 202 a 205. En el
mismo sentido, el Capitulo 1 del Título IV, de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, de la
República de Venezuela, artículos 81 a 84. Lo mismo, respecto de la Ley de Procedimiento
La distinción conceptual entre estas dos figuras que tienden a ser
confundidas, no es meramente formal o terminológica, sino que presenta una importancia
medular, pues invalidación y revocación, no sólo difieren en cuanto a las causales que autorizan
cada uno de los respectivos poderes, sino que además, derivado de aquello, los efectos de cada
uno de los actos de retiro han de ser distintos. Así lo ha puesto de manifiesto parte de la doctrina
comparada que, al momento de distinguir entre la anulación de oficio —invalidación- y la
revocación de los actos de la Administración, pone el acento en un criterio objetivo, cual es el
motivo o finalidad de cada una de las potestades mencionadas» De esta manera, en el caso de
la invalidación, ésta, en tanto variante de la nulidad, ha de operar con efectos retroactivos.' 2 No
así la revocación, cuyos efectos sólo pueden disponer para lo futuro, pues, en definitiva, ésta no
constituye más que un cambio de parecer de la Administración, respecto a la oportunidad o
conveniencia de mantener los efectos del acto. Asimismo, los límites que enfrenta cada una son
distintos, pues, en el primer caso, lo que está en cuestión es el acto mismo y su capacidad para
producir efectos jurídicos válidos; en cambio, en el segundo, no se duda de la aptitud jurídica del
acto, sino que lo revisado es su conformidad o conveniencia actual en relación con el interts
público.
Administrativo de Honduras, contenida en el Decreto N° 152, de 1987, Capitulo ¡ (Revisión de oficio) del
título IV (Revisión del acto en vía administrativa), artículos 119-128.
ALESSI, Renato. Instituciones de Derecho Administrativo. Barcelona, Bosh, 1970, pág. 348 y 349
COMADIRA, Julio Rodolfo. La anulación de oficio del acto administrativo. La denominada 'cosa
juzgada administrativa'. Op. cit., pág. 11; y DE VALLES, Arnaldo. La validitá degli alti arnmin,stratrvi
(ristampa anastatica del! 'edizione del 1916). Padova, CEDAM - Casa Editrice Dott Antonio Milani,
1986, pág. 387.
2
COMADIRA, Julio Rodolfo. La anulación de oficio del acto administrativo. La denominada 'cosa
juzgada administrativa'. Id., pág. 12.
' En este sentido SOTO KLOSS, Eduardo. La extinción de los actos administrativos y la potestad
revocatoria de la Administración. (Algunas nociones elementales). Santiago, Universidad de Chile,
Facultad de Derecho, Mimeografiado, 1983, pág. 6. Del mismo autor, La invalidación de los actos
12
entre revocación e invalidación, según el retiro tenga causa en la antijuridicidad del acto o en
razones de conveniencia, carece de lógica y no se justifica, en tanto —se sostiene- la revocación
no es más que una antijuridicidad sobreviniente del acto.' 4 Dado que el criterio de distinción se
aleja del elemento objetivo que justifica el retiro del acto administrativo, es posible advertir la
cercanía de esta doctrina con aquellas posiciones que, en doctrina comparada, han postulado una
base de distinción subjetiva, de acuerdo a la cual si el retiro es dispuesto en sede administrativa
corresponde hablar de revocación —sea que traiga causa en razones de legalidad o de
oportunidad-; mientras que, si éste opera en sede judicial, se habla de anulación, la que, en todo
caso, sólo será por vicios de ilegalidad.' 5
CASSAGNE, Juan Carlos. El acto administrativo. Op. cit., pág. 381. En el mismo sentido,
GORDILLO, Agustín. Tratado de Derecho administrativo. Tomo III, El acto administrativo. 5 cd.
Buenos Aires, Fundación de Derecho Administrativo, 1998, pág. XHI-4.
13
medie el instituto de la expropiación.' 7 Tendencia, ésta, que ha tenido acogida en la
jurisprudencia de los tribunales superiores de justicia, los que —identificando la invalidación con
la revocación- han negado el proceder invalidatorio frente a un acto administrativo ilegal,
aplicando los límites de la revocación.
17
ARÓSTICA MALDONADO, Iván. La extinción de los actos administrativos en la jurisprudencia
reciente de los tribunales de justicia. Id., pág. 439. En el mismo sentido, SOTO KLOSS, Eduardo. La
extinción de los actos administrativos y la potestad revocatoria de la Administración. (Algunas nociones
elementales). Op. cit. pág. 5.
' CS, Sentencia de 3 de abril de 2003, Rol N° 20.584-93. Más recientemente y bajo la vigencia de la ley
19.880, CS, Sentencia de lUde septiembre de 2003, Rol N°3.125-03.
1')
En este mismo sentido, ya en 1961, siguiendo las conclusiones de las Primeras Jornadas de Derecho
Chileno-Uruguayas de Santiago de 1959, OLGUÍN considera que incluso "resulta improcedente utilizar el
vocablo 'revocación en sentido genérico' ". No obstante, se debe advertir que, de otro lado, este autor, a
diferencia de la generalidad de la doctrina comparada, reserva la expresión anulación para la extinción del
acto administrativo en sede judicial; véase, OLGUIN JUAREZ, Hugo. Extinción de los Actos
Administrativos, Revocación, invalidación y decaimiento. Op. cit., pág. 10. En el mismo sentido, más
recientemente, la doctrina española que ha observado con atención la regulación de la Ley de Bases de
Procedimiento Administrativo chilena, critica decididamente el uso de la expresión "revocación por
motivos de legalidad" asociada a los supuestos de anulación o invalidación, por cuanto, dado que "la
Administración no esgrime aquí ningún juicio o motivo de oportunidad, al contrario de lo que acontece
con la revocación strictu sensu, por lo que, en puridad, el término revocación diflcilmente casa con la idea
de ilegalidad", FORTES MARTIN, Antonio. Estudio sobre la revocación de los actos administrativos.
Op. Cit, pág. 156.
20
Las referencias, como se verá corresponden a la Ley de Probidad Administrativa y a la LBPA, dictadas
en 1999 y 2003, respectivamente, que son las que, en definitiva imponen la tendencia legislativa de acoger
la terminología que aquí se sugiere. Sin perjuicio de lo sostenido, existe en la normativa nacional un caso
anterior —en el ámbito reglamentario-, en el que se usa la expresión "invalidación" para referirse al retiro
14
En efecto, en diciembre de 1999, mediante la Ley de Probidad
Administrativa, N° 19.653,21 el legislador llevó a cabo la modificación de diversos cuerpos
legales de carácter administrativo. 22 Entre éstas se incorporó en la Ley Orgánica Constitucional
de Bases Generales de la Administración del Estado N° 18.575 —LOCBGAE-, un nuevo artículo
65 —hoy, artículo 63-, que regula la nulidad del nombramiento de funcionario inhábil,
calificándola jurídicamente de "invalidación". 23 La misma terminología sigue utilizando el
legislador, más recientemente y de manera definitivamente general, en la Ley de Bases de los
Procedimientos Administrativos N° 19.880 —LBPA-. 24 Así, aunque sin definirla, pero
asociándola al retiro administrativo de "los actos contrarios a derecho", esta ley se refiere a la
invalidación en su artículo 53; mientras, en su artículo 61, se faculta a la Administración para
revocar sus actos, aunque sin señalar en qué consiste esta revocación, sino que sólo se limita a
establecer normas que limitan su procedencia. La ubicación de los artículos recién mencionados
podría presentar ciertas dudas de interpretación, pues si bien ambos se encuentran bajo el
Capítulo IV, titulado "Revisión de los actos administrativos", sólo el artículo 61 y no el citado
53 se ubica bajo la rúbrica de la "Revisión de Oficio de la Administración", empleada en el
párrafo 40 de dicho capítulo. Esto podría llevar a sostener que la institución regulada en el
artículo 61 incluye a aquella regulada en el 53 de la citada ley. No obstante —como se verá a
de un acto administrativo por causa de legalidad. No obstante, se trata —este último- de un caso aislado y
de aplicación específica, que no altera lo sostenido aquí. La referencia es al artículo 55, del decreto
supremo N° 3 de 1984, del Ministerio de Salud, que aprueba el Reglamento de Autorización de Licencias
Médicas por los Servicios de Salud e Instituciones de Salud Previsional. Esta norma, entre diversas
situaciones que regula, se refiere, en su letra d, al caso de entrega de antecedentes clínicos falsos o la
simulación de enfermedad por parte del trabajador, debidamente comprobada, estableciendo que en esta
situación, "corresponderá el rechazo o invalidación de la licencia médica ya concedida, en su caso, sin
perjuicio de la denuncia de los hechos a la justicia ordinaria."
21
Publicada en el Diario Oficial de 14 de diciembre de 1999.
22
Además de la LOCBGAE, modificó las siguientes leyes: LOC de Gobierno y Administración Regional
N° 19.175; LOC de Municipalidades N° 18.695; Estatuto Administrativo ley N° 18.834; Estatuto
Administrativo para los Funcionarios Municipales ley N° 18.883; LOC del Congreso Nacional N° 18.918:
Código Orgánico de Tribunales; ley N° 15.231; ley N° 18.046; y LOC del Banco Central N° 18.840.
23
Dispone el inciso primero del citado articulo 65 de la LOCBGAE: "La designación de una persona
inhábil será nula. La invalidación no obligará a la restitución de las remuneraciones percibidas por el
inhábil, siempre que la inadvertencia de la inhabilidad no le sea imputable".
24
Publicada en el Diario Oficial de 29 de mayo de 2003.
15
continuación-, el sentido legal de los términos debe entenderse claro, en tanto, la ley no hace
más que seguir una terminología que ya se había venido asentando en la doctrina nacional. 25
En apoyo de lo aquí sostenido, valga recordar los antecedentes históricos de la LOCBGAE. En este
sentido, es notable la coincidencia que ofrece la comparación entre los artículos 53 y 61 de la actual
LBPA, con los artículos 28 y 27, respectivamente, del Proyecto que dio origen a la LOCBGAE, cuya
tramitación deja en claro que se trata de dos instituciones independientes, con causales y efectos distintos.
En efecto, la LOCBGAE se originó en el Mensaje de 20 de marzo de 1983, del Ejecutivo a la Junta de
Gobierno de la época —recuérdese que, de acuerdo a la disposición constitucional Decimoctava
Transitoria, entre otros poderes auto-asumidos, ésta ejercía el Poder Legislativo-. Posteriormente, la Junta
de Gobierno dispuso su estudio por una Comisión, designada mediante el Decreto Supremo N° 363 de
1983, del Ministerio del Interior. En síntesis, el Proyecto enviado por el Ejecutivo contenía seis títulos,
incluyendo, en el quinto, dos artículos relativos a la revocación -artículo 27- y a la invalidación -artículo
28-.
El artículo 27 del Proyecto señalaba: "Los actos administrativos que hayan incorporado derechos en el
patrimonio del administrado sólo podrán ser revocados o modificados por la administración previa
indemnización de la lesión patrimonial causada". Distinto del articulo 28, que respecto de la invalidación
señalaba: "La Administración Pública no podrá invalidar los actos administrativos de efectos particulares
sin previa audiencia de los afectados. En ningún caso esta invalidación podrá perjudicar a terceros de
buena fe".
En la tramitación de la ley, el artículo 27, referido a la revocación, fue objetado, por cuanto se indicó que
éste era inconstitucional, en relación con el 19 N° 24 de la CPR, que garantizaba el derecho de propiedad.
Al respecto, la Secretaría de Legislación de la Junta de Gobierno sostuvo que, aun mediando la
correspondiente indemnización, el artículo era inconstitucional, pues la CPR garantiza el derecho (le
propiedad y éste sólo puede ser afectado por ley general o especial dictada al efecto y cumpliendo los
demás requisitos previstos constitucionalmente (véase, Secretaría de Legislación de la Junta de Gobierno.
Informe Técnico, págs. 83-84), por lo anterior, se propuso modificar el artículo, él que, pasó al
anteproyecto propuesto por la Comisión asesora del Ejecutivo, como artículo 43, en los siguientes
términos: "Los actos administrativos que hayan incorporado derechos en el patrimonio del administrado
no podrán en ningún caso ser revocados o modificados por la Administración". Es decir, frente al poder
revocatorio, se establecía una prohibición muy similar a la contemplada en el actual artículo 61 letra a, de
la LBPA.
Por otro lado, la situación del artículo 28, referido a la invalidación, es muy distinta. Ello, pues no se
aprecia que -en opinión de los intervinientes en la redacción de la LOCI3GAE-exista incompatibilidad
alguna entre la regulación constitucional del derecho de propiedad y el poder invalidatorio. Lo dicho se
fundamenta en que las modificaciones propuestas al proyecto original son mínimas. Al respecto, el
artículo 44 del anteproyecto de la Comisión asesora, en una redacción bastante similar al artículo 28
inicialmente propuesto, señalaba: "La Administración no podrá invalidar los actos administrativos de
efectos particulares sin previa audiencia de los afectados. En ningún caso esta invalidación podrá afectar a
terceros de buena fe". Es decir, sólo sustituye la expresión "perjudicar", por "afectar". Algo similar
ocurre respecto de la Secretaría de Legislación de la Junta de Gobierno. En ésta lo único que se
recomendó sustituir fue el encabezado de la norma ya que éste hacía referencia a la "Administración
Pública", pero como ésta carece de personalidad jurídica —se sostuvo- que era más adecuada la expresión
"Los órganos de la Administración Pública". (Secretaría de Legislación de la Junta de Gobierno. Informe
Técnico, pág. 84).
En conclusión, aun cuando ninguno de los dos artículos pasó al proyecto definitivo, es evidente que, a
juicio de los redactores de la LOCBGAE, el poder invalidatorio tiene una naturaleza distinta del
revocatorio.
16
1.3. La distinción en la LBPA.
17
que lleva a cabo el retiro o privación de efectos del acto administrativo, en cuyo caso, el sentido
de la expresión utilizada en el artículo 61, se ha de entender de manera amplia. O, por el
contrario, la categorización seguida por el legislador parte de un supuesto objetivo, basado en el
motivo o fundamento que justifica, en cada caso, el ejercicio de cada una de las potestades.
Evento, este último, en el que el sentido de la expresión referida, se ha de entender de manera
restringida. Tema que —como se adelantó al comienzo- ha sido desarollado por la doctrina
2('
comparada
26
ALESSI, Renato. Instimciones de Derecho Administrativo. Op. cit., pág. 348 y 349, COMADIRA,
Julio Rodolfo. La anulación de oficio del acto administrativo. La denominada 'cosa juzgada
administrativa'. Op. cit., pág. 11, y FORTES MARTIN, Antonio. Estudio sobre la revocación de los
actos administrativos. Op. cit., pág. 156.
27
ARÓSTICA MALDONADO, Iván. La intangibilidad de los actos administrativos favorables como
límite a la revocación e invalidación de oficio. Op. cit., pág. 64.
10
conceptual, no existe obstáculo para entender que los actos creadores o declarativos, pueden ser
favorables y es a éstos a los que se refiere esta doctrina. Es decir, a los actos creadores o
declarativos favorables. 25
28
En efecto, de acuerdo a lo que la doctrina administrativa tiene firmemente asentado -si bien, con
algunas variantes semánticas menores, que no inciden en los conceptos-, cuando se habla de actos
creadores o declarativos y de actos favorables se hace referencia a dos categorías distintas. Es decir, por
un lado, el acto puede ser declarativo o creador de derechos y, por otro lado —siguiendo otro criterio de
clasificación- el acto puede ser favorable o desfavorable. Por lo tanto, un acto creador o declarativo no
necesariamente será siempre favorable, pero un acto favorable podría ser creador o declarativo, aunque no
siempre, necesariamente, de un derecho.
En la primera categoría, el criterio dice relación con el rol del acto en la existencia de situaciones jurídicas
o derechos. En este caso, el acto será declarativo, cuando éste se limita a reconocer una situación jurídica
preexistente, en definitiva simplemente acredita que ésta ya existe. En cambio, si es el acto el que crea
una nueva situación, será creador, luego, si lo que crea es un derecho, entonces será un acto creador de
derechos. Es por esto que algunos autores —como PAREJO, en España y CALDERA en Chile- hablan de
actos declarativos vs. constitutivos; otros en cambio —como SILVA CIMMA, en Chile- se refieren a lo
mismo con las expresiones acto no innovador vs. acto innovador.
Por otro lado, la clasificación de favorables vs. desfavorables —empleada por el legislador chileno en el
artículo 52 de la LBPA y no en ci 61 letra a) de la misma, por lo tanto referida a los efectos temporales de
los actos administrativos y no a la procedencia o improcedencia de la potestad-, se encuentra establecida
en atención a si el acto amplía o restringe la esfera del administrado. Amplía la esfera —por tanto es
favorable- cualquier acto que establezca no sólo un derecho, sino que cualquier situación de ventaja o
beneficio. Todo esto sin perjuicio, corno se verá más adelante, de una categoría intermedia de actos de
efectos mixtos.
De lo expuesto, entonces, queda claro que los actos declarativos o constitutivos, pueden ser favorables o
desfavorables, según si la situación que declaran o crean, amplía o restringe la situación jurídica del
administrado. Así, p. ej., es acto creador o constitutivo favorable, aquel que otorga un permiso de
construcción. Pero también existen los actos creadores o constitutivos desfavorables, como aquel que
ordena derribar un edificio que amenaza ruina. Con razón, entonces, SILVA CIMMA, clasifica los actos
innovadores en de beneficio o de gravamen, haciendo referencia a lo que el resto de la doctrina se refiere
con las expresiones favorable o desfavorable.
Véase CAI.[)ERA DELGADO, Hugo. Tratado de Derecho administrativo. Tomo II. Op. cit., pág. 151:
SILVA CIMMA, Enrique. Derecho administrativo chileno y comparado. Tomo V. Op. cit., págs. 91 y
sgts.; PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Barcelona, Ariel
Derecho, 2003, págs. 903 y sgts.
19
termina -en la práctica- en la negación o improcedencia de la potestad. Lo que vendría a
replantear la tesis tradicional que sostiene que la invalidación administrativa es improcedente
entre otros- frente al principio de protección de los derechos adquiridos. 29
Por todos, SOTO KLOSS, Eduardo. La invalidación de los actos administrativos en el Derecho chileno.
Op. cit.
° CS, Sentencia de 10 de septiembre de 2003, "Saffirio Espinoza con Jefe Departamento Provincial (le
Educación, Cautín Norte, IX Región", Rol N° 3.125-03. No obstante, en la especie, la protección de los
derechos afectados parece justificarse, pues se trataba de la entrega por parte de la recurrida a la recurrente
-Municipalidad de Temuco- de una subvención por concepto de jornada escolar, con la que ésta procedió
a pagar remuneraciones a persona! docente. Sin embargo, la asimilación entre invalidación y revocación
parece equivocada.
Sin perjuicio de otros dictámenes citados en este sentido, la opinión de la CGR se aprecia claramente en
el informe emitido a solicitud del Senado con ocasión de la tramitación del proyecto de Ley de Bases de
Procedimiento Administrativo presentado en 1992. En este sentido, pronunciándose sobre la invalidación
y la revocación, la CUR señalaba que "el reconocimiento que hace el proyecto a la revocación, la facultad
de la Administración de terminar un acto por razones de mérito (conveniencia de oportunidad según
20
al resolver la discusión doctrinal y jurisprudencial existente a la época de dictación de la ley, no
cs sólo reconocer la radicación de la facultad en sede administrativa —poniendo fin a la
discusión-, sino que, además, acoge la terminología establecida mayoritariamente.
exigencias de interés publico), con las exigencias que señala, coincide con la doctrina mayoritaria en la
materia y con la jurisprudencia contralora. La invalidación consiste en terminar o extinguir un acto vigente
por la propia Administración, cuando concurre un vicio de nulidad al tiempo de su perfeccionamiento,
figura reconocida sobre la base del deber de todo órgano estatal de ajustar su conducta al principio de
juridicidad." CGR, Dictamen N° 2.196, de 28 de enero de 1993.
32
En este sentido, ante la ausencia de definición legal, cobra relevancia lo dispuesto por el artículo 21 del
CC en cuanto "las palabras técnicas de toda ciencia o arte se tomarán en el sentido que les den los que
profesen la misma ciencia o arte."
Respecto del proyecto originalmente presentado por el Ejecutivo, se formularon dos indicaciones, una
del Presidente de la República y la otra del entonces Senador —y ex Contralor General de la República y
profesor de Derecho administrativo- Don Enrique Silva Cimma, las que propusieron la sustitución de la
iniciativa original, por otra que, de conformidad con el artículo 60 N° 18 de la CPR, fije las bases de los
procedimientos administrativos (actualmente, de acuerdo a la nueva numeración establecida por la ley de
reforma constitucional N° 20.050, publicada en el D.O. de 26 de agosto de 2005, corresponde al artículo
63 N° 18). Entre las materias que contemplaban las indicaciones, junto a la regulación de los plazos y del
silencio administrativo, se cuentan los principios básicos que informan el procedimiento, los derechos de
las personas, el empleo de medios electrónicos, la regulación de las etapas del procedimiento y de los
recursos, entre las que se cuentan las normas sobre invalidación y revocación que pasaron al proyecto
definitivo; materias todas que, según se lee en el Diario de Sesiones del Senado, "las comisiones unidas
21
En efecto, después de regular la invalidación administrativa, en
el artículo 54, del párrafo 1° del Capítulo 1V, 36 la indicación del Ejecutivo contenía los artículos
62 y 63 que hacían referencia a los actos administrativos creadores o declarativos de derechos —a
propósito de la revocación, el primero, y de la invalidación, el segundo., ubicados, ambos, en el
párrafo 4° del proyecto, titulado "de la revisión de oficio de la Administración." A continuación
de éstos, se incluía el artículo 64 destinado a regular la aclaración o rectificación de un acto
anterior propio. Dichas normas tenían por objeto establecer ciertos límites —en los casos de la
invalidación y la revocación-, los que a su vez, pretendían otorgar certeza y seguridad jurídica a
los particulares que podrían ver afectadas sus situaciones jurídicas, con el ejercicio de los
poderes que se reconocerían expresamente a la Administración.
estimaron concordantes con las ideas matrices contenidas en el mensaje del proyecto." Véase I)iario de
Sesiones del Senado, Sesión 1U, anexo de documentos, pág. 25.
Al respecto, particularmente revelador resulta el Nuevo Informe de las comisiones unidas del Senado de
Gobierno, Descentralización y Regionalización y de la de Constitución, Legislación, Justicia y
Reglamento, acordado en sesión celebrada el día 4 de septiembre de 2001, por la unanimidad de los
miembros presentes de las comisiones unidas, del que emana un nuevo texto, el que es autorizado por la
Sala de la Corporación (Senado) para ser estimado como el primer texto del proyecto; y que es en
definitiva el que debe ser tenido como el origen de las normas en cuestión. Véase Diario de Sesiones del
Senado. Ibid.
En el texto original de la indicación del Ejecutivo, la materia estaba contemplada en dos artículos. El
artículo 53 facultaba "a la autoridad administrativa para invalidar los actos ilegales dentro de los cuatro
años siguientes a su notificación o publicación." En tanto, el artículo 54 permitía "la invalidación parcial
(le un acto administrativo, subsistiendo las disposiciones contenidas en él que sean independientes de la
parte invalidada." Con posterioridad, en el debate de estos preceptos en las comisiones unidas del Senado,
se estableció que si bien los actos administrativos admiten su "anulabilidad por razones de ilegalidad", es
tarea del legislador "resguardar los derechos de los administrados mediante el establecimiento de normas
que les permitan recurrir en sede jurisdiccional, para impugnar los actos invalidatorios que estimen
perjudiciales a sus intereses o a los de terceros afectados por el acto de que se trate." En este sentido y
conforme al criterio sostenido, las comisiones unidas acordaron refundir en uno solo los artículos
propuestos por el Ejecutivo (pasando cada uno de ellos a conformar un inciso del nuevo artículo
propuesto) y —a sugerencia del senador Viera-Gallo- agregar en el inciso primero, una norma que dispone
que la invalidación procede "de oficio o a petición de parte"; además, también a sugerencia del senador
Viera-Gallo, en el inciso segundo, se condicionó la invalidación a la "previa audiencia del interesado"; y,
a indicación del senador Díez, se agregó un inciso tercero nuevo, que establece la "impugnación del acto
invalidatorio ante tribunal ordinario, en procedimiento breve y sumario." Finalmente, con las indicaciones
propuestas, las normas indicadas propuestas por el Ejecutivo, fueron refundidas en el proyecto, como
nuevo articulo 54. Véase Diario de Sesiones del Senado. Id., pág. 53 y 54.
22
•;37
trate de actos declarativos o creadores de derechos legítimamente adquiridos.. en el segundo
caso, en el artículo 63 se autorizaba "la invalidación de actos creadores o declarativos de
derechos, oyendo previamente a los interesados quienes tendrán treinta días para actuar en
defensa de sus derechos." 3 Es decir, en la primera situación, cuando se estaba frente a actos
creadores o declarativos de derechos, la prohibición de revocar el acto administrativo respectivo
era absoluta; en cambio, en el segundo caso, la solución era la contraria, es decir, se permitía la
invalidación y sólo se establecía un requisito de operatividad para su ejercicio, relacionado con
el derecho de audiencia del interesado.
Ibid.
23
En cambio, en la invalidación se está frente a un acto
antijurídico que se ha incorporado al ordenamiento jurídico, pero defectuosamente, por lo tanto,
lo que está en cuestión precisamente es su capacidad para producir validamente sus efectos. Y la
invalidación se cierne sobre el acto como una sanción, tendiente a restaurar el ordenamiento
juridico.
MARIN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos administrativos. Revista
de Derecho. Consejo de Defensa del Estado. (2), dic. 2000, pág. 48.
40
Otra cosa es que después opere la prescripción adquisitiva respecto de aquellas cosas susceptibles de
adquirirse por este modo de adquirir. Pero, mientras ello no opere y no sea declarado, se está simplemente
ante un beneficio injustamente ganado.
41
Cabe señalar que el proyecto emanado de las comisiones unidas fue aprobado con muy pocas
modificaciones. Una de éstas fue la supresión del artículo 13 original. Esto explica el cambio en la
numeración original de los artículos a que aquí se hace referencia 54 y 61 letra a), que en el proyecto
definitivamente aprobado pasaron a ser los actuales artículos 53 y 60 letra a) de la LI3PA. Diario de
Sesiones del Senado, Sesión 25" (Anexo de documentos), pág. 2673,
24
del Ejecutivo, fue rechazada inmediatamente por las comisiones unidas, según se consignó
expresamente en el Informe respectivo, "en razón de que incorporó en el articulo 54 una norma
que regula las mismas materias que las propuestas en este acápite." 42 Es decir, la materia que
proponía el artículo 63 —léase facultad para invalidar actos creadores o declarativos de derechos
y derecho de audiencia de los interesados- ya se encontraba regulada en el artículo 54 del texto
del proyecto propuesto por las comisiones unidas. 43 Dicho artículo no es otro que el 53 en la
versión definitiva aprobada por el parlamento y cuyo texto pasó a la LBPA, con la única
diferencia que el plazo original de cuatro años, dentro del cual la Administración podría
invalidar sus actos contrarios a derecho, fue reemplazado —en la Cámara de Diputados- por el de
dos aflos, que es, finalmente el que se acoge en el texto de la LBPA aprobado por ci
parlamento, 44
42
Diario de Sesiones del Senado, Sesión 1a (Anexo de documentos), pág. 59
° Y no en el 62, que constituye el antecedente del artículo 61 letra a, donde debiera estar, si se siguiera la
posición de la doctrina que señala que dicha norma constituye un límite a la invalidación; o, también, si se
siguiera la posición que estima que la revocación incluye a la invalidación.
Efectivamente, la simple lectura del mencionado artículo demuestra que dichas materias ya se
encontraban contempladas, pues dicho artículo, entre otros aspectos, reconoce la invalidación
administrativa, sin distinguir ningún tipo de acto; y regula los derechos del afectado con ella, derechos que
van desde la audiencia hasta la impugnación judicial.
25
poder invalidatorio, sin distinguir si se está frente a actos declarativos o creadores de derechos
favorables, por un lado, o desfavorables o de gravamen, por otro lado. Por tanto, basta COfl que
el acto sea contrario a derecho para ejercer los poderes de autotutela anulatoria, privándolo de
efectos mediante la invalidación. Lo que se justifica plenamente, pues la mantención de las
situaciones cubiertas por el acto -en principio- no se encuentra amparadas por el ordenamiento
jurídico.
Sin perjuicio que la opinión aquí seguida es la expresada en el texto, se advierte que aun si se diera a la
revocación un sentido amplio, comprensivo de la revocación por motivos de oportunidad y de la
invalidación -o revocación por causa de ilegalidad-, la solución es la misma. En efecto, en este caso, si la
26
En síntesis, cuando el legislador regula la invalidación se refiere
al retiro de actos administrativos por causa de ilegalidad; mientras que, cuando regula la
revocación, da un sentido estricto al término, sólo comprensivo del retiro de actos
administrativos por causa de mérito, oportunidad o conveniencia. Quedando claro, que el
criterio de distinción entre ambas expresiones es objetivo, es decir, basado en el motivo o
fundamento que autoriza el ejercicio de cada uno de los poderes respectivos. De esta manera,
entre ambas expresiones legales no existe más relación que pertenecer a un género común, que
es el de la revisión y retiro administrativo de actos anteriores propios.
procedencia de la revocación -así entendida- se encontrase con el límite de los actos declarativos o
creadores de derechos adquiridos legítimamente, la norma no hace más que moverse dentro de la
revocación siricto sensu, pues aun cuando el acto administrativo hubiese creado derechos o situaciones
favorables, no parece posible que se pueda sostener que exista una adquisición 'legítima" a partir (le un
acto ilegítimo, al menos, mientras no opere el instituto de la prescripción.
'' Sin perjuicio de lo sostenido en el texto, queda por determinar si la naturaleza creadora de derechos del
acto inválido, se puede alzar como un límite a partir de la protección constitucional del derecho de
propiedad. La materia será abordada al tratar los límites a la invalidación.
27
del Título VII, titulado "Revisión de Oficio", la Ley 30/92, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común —LRJAPyPAC, modelo de la
LBPA chilena-, 47 se refiere a la revisión de oficio de actos y disposiciones administrativos
nulos,4 a la declaración de lesividad de actos administrativos anulables y favorables al
administrado49 y a la revocación de actos administrativos de gravamen o desfavorables. 50 Como
se aprecia, en este esquema normativo, la potestad administrativa de revisión y la forma en que
opera la destrucción de los actos administrativos contrarios al ordenamiento jurídico, se hace
depender de la combinación de dos elementos: el carácter favorable o desfavorable del acto en
relación con el destinatario; y la entidad o gravedad del vicio, distinguiéndose entre los
supuestos de nulidad5 ' y - como figura residual- de anulabilidad. 52 En el primer caso, tratándose
' Al efecto, sin perjuicio que la ley española es bastante más desarrollada que la chilena, puede apreciarsc
la notoria similitud entre ambas, p. ej., al revisar el Título VI de la ley española referido a las
disposiciones generales del procedimiento administrativo.
28
de vicios de mayor entidad, la declaración de nulidad del acto o disposición administrativa, la
efectúa la propia Administración, correspondiendo a la "revisión de oficio" de actos y
disposiciones administrativos nulos, equivalente a la invalidación del Derecho administrativo
chileno. En el segundo caso, el que corresponde a vicios de menor entidad, cuando los actos en
los que estos inciden son favorables a los interesados, la Administración sólo efectúa la
declaración de lesividad del acto anulable, quedando sometida a la carga de impugnar el acto
ante el orden contencioso-administrativo, correspondiendo, por tanto, a este último efectuar la
correspondiente declaración. Todo ello, sin perjuicio de la existencia de irregularidades menores
que no inciden en la invalidez del acto. 53
f) Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieren
facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición.
g) Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición de rango legal.
2. También serán nulas de pleno derecho las disposiciones administrativas que vulneren la Constitución.
las leyes u otras disposiciones administrativas de rango superior, las que regulen materias reservadas a
la Ley, y las que establezcan la retroactividad de disposiciones sancionadoras no favorables o
restrictivas de derechos individuales."
52
En lo pertinente, dispone el Artículo 63.1 de la LRJAPyPAC: "Anulabilidad.
1. Son anulables los actos de la Administración que incurran en cualquier infracción del ordenamiento
jurídico, incluso la desviación de poder."
Véase, BOCANEGRA SIERRA, Raúl. La anulación de oficio de los actos administrativos. Op. cfl.
SS
Entre otros, puede verse: GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús y GONZÁLEZ NAVARRO, Francisco.
Comentario a la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento
Administrativo Común. (Ley 30/1992, de 26 de noviembre). 3 ed. Madrid, Thomson Civitas, 2003.
págs. 1724 y sgts. PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op.
cit., pág. 929 y sgts.
29
LPAyADA, entre los supuestos de nulidad y anulabilidad del acto administrativo. Los
primeros se refieren a vicios de mayor entidad tasados normativamente ;57 mientras, los
segundos constituyen la regla general y corresponden a aquellos actos administrativos
provvedimenti- adoptados en violación de ley o cuyos vicios radican en el exceso de poder o en
la incompetencia. 58
' Ley N° 241, de 7 agosto 1990, publicada en la Gaceta Ufficiale del 18 de agosto de 1990, modificada en
materia de anulación y revocación de actos administrativos, mediante la Ley N° 15, de II de febrero de
2005, y por el D.L. N°. 35 de 14 de marzo 2005.
El articulo 21-septies, de la Ley 241, de 1990, incorporado por el artículo 14 de la Ley N° 15, de 11 de
febrero de 2005, regula la nulidad del provvedimento, en los siguientes términos:
E nullo il provvedimento aniministrativo che rnanca degii elementi essenziaii, che é viziato da dite (to
assoluto di attribuzione, che ¿' stato adoitato in violazione o elusione del giudicalo, noncht negli aun
casi espressamente previsti dalia legge.
Le questi ant inerenri alla nullitá dei provvedímenu amministrativi in violuzione o elustone del geu(i1caro
sono attrihuite a/la giurisdizione esciusiva del giudice ammin istrativo."
30
italiano, el legislador no establece un plazo para llevarla a cabo, sino que sólo hace referencia a
un término razonable; pero, en cambio, la somete a la subsistencia de razones de interés general
y a la consideración de los intereses del destinatario del acto anulado, como de posibles terceros
interesados.
RAGAZZO, Massimo. L 'autotutela amministrariva. Principi operativi e ambiti uppiicativi. Op. Cii,
pág. 21.
Al respecto, el artículo
21-quinquies, de la Ley N° 241 de 1990, dispone:
'Revoca del provvedimento.
Per sopravvenuti motivi di pubblico interesse ovvero nel caso di mutamento della siluazione di fruto o
(ji nuova vaiutaztone deli'interesse pubblico originario, il provvedimento arnmini.trativo ad ejficacia
durevole puó essere revocato da parte dell'organo che lo ha emanato ovvero da altro organo previsto
dalia iegge. La revoca determina la inidoneit/i del pro vvedimento revocato a produrre ulteriori effeui.
Se la revoca comporta pregiudizi in danno dei soggetti diretiamente interessati, l'wn,ninistra:tone ha
l'obbligo di pro vvedere al loro indennizzo. Le con troversie in materia di determinazione e
corresponsione dell'indennizzo sono attrihuite alla giurisdizione esclusiva del giudice a,nininistrativo.
62
Verwaltungsverfahrensgesetz —VwVft-, de 25 de mayo de 1976.
31
Rücknah,ne- de un acto administrativo irregular 63 y la "revocación" —Widerruf- de actos legales
por motivo de oportunidad, TM correspondiendo aquella a la invalidación chilena, la que es
radicada en el orden administrativo, pudiendo extenderse a todo o parte del acto irregular, ya sea
sólo con efectos ex nunc o, incluso, con efectos retroactivos —ex tunc-. Cabe señalar que, entre
las diferencias de la regulación del retiro de la Ley alemana con la invalidación en la LBPA
chilena, se destaca un límite expreso impuesto a la anulación o retiro de un acto anterior que
confiere un beneficio, 65 el que viene impuesto en aquellos casos en los que el beneficiado con el
acto irregular confió en el mantenimiento de dicho beneficio y esta confianza --en relación con el
interés general del acto- es digna de protección. 66
32
inválidos69 -sean éstos nulos 70 o anulables71 -. Sin perjuicio de la facultad de los Tribunales de
justicia para declarar la nulidad de un acto nulo, en ambos casos —actos válidos o inválidos-, la
competencia, para privar de efectos al acto —revocar, en la terminología del legislador portugués-
corresponde a la Administración del Estado, ya sea a través del autor del acto o del superior
jerárquico. 72
h) Quando todos os interessados d&em a sua con cordáncia á revogaçao do acto e náo se trate de
direitos ou interesses indispon íveis.
Ello de acuerdo al artículo 141 del D.L. N°442, de 1991, que dispone:
"Revogabilidade dos actos invólidos
¡-Os actos administrativos que sejam inválidos só podem ser revogados com fundamento iw SUÍJ
invalidade e dentro do prazo do respectivo recurso contencioso ou até á resposta da entidade
recorrida.
2-Se houver prazos diferentes para o recurso contencioso, atender-se-á ao que terminar cm último
lugar."
70
ElIo de acuerdo al articulo 133 del D.L. N°442, de 1991, que dispone:
'Actos nulos
1- Sáo nulos os actos a que falte qualquer dos elementos essenciais ou para os quais a ¡el comine
expressamen te essa forma de invalidade.
2- Sao, designadamente, actos nulos:
Os actos viciados de usurpaçáo de poder;
Os actos estranhos ás atribuiçaes dos ministérios ou das pessoas colectivas referidas no artigo 2." cm
que o seu autor se integre;
Os actos cujo objecto seja impossível, ininteligível ou constitua um crime;
Os actos que ofendam o conteúdo essencial de um direito fundamental;
Os actos praticados sob coacçáo;
Os actos que careçam em absoluto deforma legal;
As de/ibera ç7es de órgaos colegiais que forern tomadas tumultuosamente ou co,n inohserváncia do
quórum ou da maioria legalmente exigidos;
Os actos que ofendam os casos julgados;
Os actos consequentes de actos administrativos anteriormente anulados ou revogados, desde que nao
haja contra-interessados com interesse legítimo na manuten çao do acto consequente."
Ello de acuerdo al articulo 135 del DL. N°442 de 1991, que dispone:
"Actos anuló veis
Sdo anuláveis os actos administrativos praticados com ofensa dos principios ou normas jurídicas
aplicá veis para cuja viola çcio se nao preveja outra sançüo."
72
Ello de acuerdo al artículo 142 del DL. N°442 de 1991, que dispone:
'('ompeténcia para a revogaçdo
1-Salvo disposiçáo especial, sao competentes para a revogaçao das actos administrat:vos, além do.s
seus autores, os respectivos superiores hierárquicos, desde que nao se trate de acto (la co?npeténcla
exclusiva do subalterno.
2-Os actos administrativos praticados por delegaçdo ou subdelegaçdo de poderes podem ser revogados
pelo órgao delegante ou subdelegante, bern como pelo delegado ou subdelegado enquanto vzgorar a
delegaçao ou subdelegaçáo.
33
1.4.2. El Derecho inglés.
bases sobre las que se encuentra asentada la institución, no han sido diseñadas por el legislador, 7 '
sino que por la jurisprudencia de los tribunales ingleses, los que a partir del procedimiento de
denominado judicial review, 76 han tenido la ocasión de pronunciarse sobre la validez de las
3-Os actos administrativos praticados por órgios sujeitos a tu tela administrativa só podeni ser
revogados pelos órgáos tutelares nos casos expressamente permitidos por lei."
Aunque se debe precisar que la expresión es mucho más comprensiva, pues es utilizada no sólo para
referirse a los actos o decisiones individuales que contravienen decisiones, también individuales, sino que
además ella queda referida a actos individuales que contravienen políticas generales o a decisiones
generales que contravienen otras decisiones generales. Sin embargo, como se puede apreciar, sólo el
primero se equivale a la invalidación o a la revocación, según la ilegalidad o legalidad del acto anterior.
La precisión es importante, pues, como se verá, en el Derecho inglés ha tenido acogida la protección de la
confianza legítima, a través de las denominadas legitimate expectation. Sin embargo, ella no queda sólo
referida a las modificaciones de actos individuales, sino que se presenta frente a todas las situaciones
descritas en las que la confianza depositada por el ciudadano es merecedora de protección, justificando la
mantención de los efectos de la actuación anterior. Al respecto, puede verse GRAIG. Paul.
Administrative Law. 4" ed., London, Sweet & Maxwell, 1999.
" Ello es así, salvo algunas excepciones contempladas en leyes específicas, aplicables a situaciones
bastante concretas. En este sentido, p. ej., puede verse la sección 97 de la Town and Contiy Planning, que
regula el poder para revocar o modificar permisos por la autoridad de planificación local.
' Se trata éste de un procedimiento de revisión judicial, reglamentado mediante la ORDER 53 de las
Rules of (he Supreme couts que ha venido a unificar y sistematizar los anteriores prerogaive remedies.
34
actuaciones de las autoridades administrativas que modifican o contradicen una actuación
anterior. Ello, en una evolución en la que confluyen los principios de legalidad y de certeLa
juridica —legal certainty-.
Puede verse: ALLISON, J.W.F. A Continental Distinction in the Common Law, A Flistorical and
Comparative Perspective on English Public Law. Oxford. Oxford University Press, 1996 (ed. revisada.
2000). págs. 132-135, 230-234, 237-238.
Doctrina que, según explican WADE y FORSYTH, en la actualidad comprendería tanto a actos nulos
void- como anulables —voidable-. Puede verse, WADE, William. Y FORSYTH, Christopher.
Administrative Law, 8U cd., Oxford, University Press, 2000, págs. 306 y sgts.
78
ALLISON J.W.F. A Continental Distinction in the Common Law. A Historical and Coniparative
Pcrspective on English Public Law. Op. cit., pág. 183.
WADE, William. Y FORSYTH, Christopher. Administrative Law. Op. cit., págs. 25 y sgts
80
Id., págs. 35 y sgts.
35
recumdo a la doctrina del estoppel, propia del derecho privado, pero que, por lo mismo, ha
sido descartada frente al tradicional principio de la ultra vires. 82
SI
Puede verse, PUIG BUTRAU, José. Estudios de Derecho comparado. La doctrina de los actos propios.
Barcelona, Ediciones Ariel, 1951,
12
Caso "Howell Y. Falmouth Boat Construction Co.", de 1951, citado por FOULKES, David.
Administrative law. 8 ed., Londres, Butterworths, 1995, pág. 226.
WADE, William. Y FORSYTH, Christopher. Administrative Law. Op. cit., pág. 243.
85
El caso que se suele citar como el punto de partida de la recepción del principio es "Schmidth Y.
Secretary of State for Home Affairs", de 1969. La demanda fue presentada por un estudiante de
"cientologia", a quien el Secretario de Estado había denegado la renovación del permiso para permanecer
en el país fundado en que su permiso había expirado. En este caso, si bien, la Court of Appeal rechazó la
demanda, pues el permiso inicial había expirado, en los fundamentos del fallo el juez Lord Denning señaló
que si su permiso hubiese sido revocado antes que el límite temporal expire, su petición no podría haber
36
principio de protección de la confianza legítima. Sin embargo, se trata más bien de casos en los
que la revocación va orientada a actuaciones anteriores ajustadas al ordenamiento jurídico. Así
un caso frecuentemente citado en la literatura jurídica, es Coughan, 87 en el que se faltó a favor de
la demandante, sosteniéndose que ésta tenía una legítima expectativa en el cumplimiento de la
promesa anteriormente hecha, lo que obliga a la autoridad, al revocar actos individuales no
formales, a realizar una ponderación de los intereses involucrados. 88
sido rechazada sin dársele la oportunidad de ser oido, porque tendría le legilimate expectation de que se le
permita permanecer el país por el tiempo concedido. El caso puede verse en CRAIG, Paul. "Legitimate
expectations: A conceptual analisis", The Law Quaterly Review, (118) 1992, págs. 79 y sgts. Respecto
de la legítimas expectativas formales, puede verse, SHOENBERG, Soren. Legitimate expectations in
Administrative Law. Oxford, University Press, 2001, págs. 31-41.
86
Se trata con ésta de determinar si el administrado, más allá del derecho a ser oído en el procedimiento
destinado a adoptar la decisión, tiene derecho a que se mantengan las políticas que hasta entonces ha
seguido la Administración. En este sentido, se podría citar "R y Secretary of State for the Home
Department, ex p. Hamble Fisheries Ltd.", de 1995. En este caso se trataba de la modificación de políticas
generales de pesca a través de la adopción de nuevas políticas. Al respecto, en los fundamentos de fallo,
aun cuando se rechazó la demanda, el juez Sedley, señaló que no obstante que la Administración tiene la
facultad discrecional de cambiar de políticas, considerando que existe un principio sustantivo de
protección de las legitimate expectation y no sólo procesal, el ejercicio de las potestades públicas debe
ponderarse en el caso concreto con la protección del ciudadano.
"R y North and East Devon Health Authority, ex p. Coughan", de 1999. En la especie, la demandante,
la Srta. Pamela Coughan, cuadraplégica tras un accidente automovilístico, se había trasladado desde el
hospital en el que era atendida a un centro de reposo especializado (Marden House) en 1993, considerado
más apropiado por la autoridad sanitaria. Ello, bajo la promesa de que podria permanecer alli
indefinidamente. Sin embargo, en 1998, por razones presupuestarias, la autoridad decidió el cierre de
Mardon House.
88
En lo pertinente, señala el fallo, en el párrafo 89: "We have no hesitation in concluding that ¿'he (lC'ClSWIl
(o move Míss C'oughlan againsi her will and in breach of (he Health Authority 's ow: pronuse WaS in (he
circuinsiances unfair. It was unfair because itfrustrated her legitimate expectation of having a homejor
l(.fe in M'ardon House. There was no overriding public interesi whichjustfled it. In drawing ¿'he balance of
conflicting interests the court will nol only accept ¿'he policy chan ge without demur hut will pc v ¿'he closesi
~
atiention (o (he assessment inade by the public body itself Here, however, as we have already indicated.
(he !-Iealth Authorityfailed ro weigh the conflicting inrerests correctly."
37
perjuicio de las fundadas críticas que la doctrina inglesa ha propiciado, 89 se podría concluir que
el tratamiento que los tribunales ingleses han dado a la revocación de actuaciones anteriores, es
distinto según se trate de situaciones en las que se encuentra comprometido el ordenamiento
jurídico de aquellas en las que se está frente a una modificación de políticas generales o de
actuaciones ajustadas a la legalidad.
39
no efectúa las distinciones señaladas, 93 otros ordenamientos jurídicos como el argentino, 94
boliviano,95 costarricense, 96 hondureño,97 mexicano, 98 y venezolano, 99 contemplan la señalada
Al respecto, el artículo 10 de la ley N° 27.444, sin efectuar distinción alguna, dispone: "Son vicios del
acto administrativo, que causan su nulidad de pleno derecho, los siguientes:
1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias.
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno de los
supuestos de conservación del acto a que se refiere el Artículo 14.
3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación automática o por silencio
administrativo positivo, por los que se adquiere facultades, o derechos, cuando son contrarios al
ordenamiento jurídico, o cuando no se cumplen con los requisitos, documentación o tramites esenciales
para su adquisición.
4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se dicten como
consecuencia de la misma."
No obstante, se debe considerar que dicha ley, establece claramente la existencia de irregularidades no
invalidantes. Ello, al regular, el artículo 14.1, la conservación del acto. así, dicho articulo dispone:
"Cuando el vicio del acto administrativo por el incumplimiento a sus elementos de validez, no sea
trascendente, prevalece la conservación del acto, procediéndose a su enmienda por la propia autoridad
emisora." Mencionando a continuación los actos administrativos afectados por vicios no trascendentes.
Véase nota anterior.
40
II. No obstante lo dispuesto en el numeral anterior, el defecto de forma sólo determinará la anulabilidad
cuando el acto carezca de los requisitos formales indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la
indefensión de los interesados.
III. La realización de actuaciones administrativas fuera del tiempo establecido para ellas sólo dará lugar
a la anulabilidad del acto cuando así lo imponga la naturaleza del término o plazo..."
116
La Ley General de la Administración Pública, de 1978, según la gravedad de la violación cometida,
efectúa la distinción en los artículos 166 y 167. El primero dispone que "habrá nulidad absoluta del acto
cuando falten totalmente uno o varios de sus elementos constitutivos, real o jurídicamente." Mientras, el
segundo dispone que "habrá nulidad relativa del acto cuando sea imperfecto uno de sus elementos
constitutivos, salvo que la imperfección impida la realización del fin, en cuyo caso la nulidad será
absoluta."
La distinción se encuentra regulada en los artículos 6 y 7, en relación con el artículo 3 de la Ley Federal
de Procedimiento Administrativo, de 1994. Respecto de la nulidad, el artículo 6 dispone: "la omisión o
irregularidad de cualesquiera de los elementos y requisitos establecidos en las Fracciones 1 a XI del
Artículo 3 de la presente Ley, producirá la nulidad del acto administrativo..." Por su parte, el articulo 7
dispone: "la omisión o irregularidad en los elementos y requisitos señalados en las Fracciones Xl! a XVI
del Artículo 3 de esta Ley, producirá la anulabilidad del acto administrativo..." De acuerdo a ello, las
causales de nulidad se refieren a los siguientes elementos y requisitos del acto administrativo: 1. Ser
expedido por órgano competente, a través de servidor público, y en caso de que dicho órgano fuere
colegiado, reúna las formalidades de la ley o decreto para emitirlo; II. Tener objeto que pueda ser materia
del mismo; determinado o determinable; preciso en cuanto a las circunstancias de tiempo y lugar, y
previsto por la ley; III. Cumplir con la finalidad de interés público regulado por las normas en que se
concreta, sin que puedan perseguirse otros fines distintos; IV. Hacer constar por escrito y con La firma
autógrafa de la autoridad que lo expida, salvo en aquellos casos en que la ley autorice otra forma de
expedición; V. Estar fundado y motivado; VI. Estar fundado y motivado debidamente; VII, Ser expedido
sujetándose a las disposiciones relativas al procedimiento administrativo previstas en esta Ley; VIII. Ser
expedido sin que medie error sobre el objeto, causa o motivo, o sobre el fin del acto; IX. Ser expedido sin
que medie dolo o violencia en su emisión; X. Mencionar el órgano del cual emana; Xl. Ser expedido, en
su caso, por órgano colegiado habiéndose satisfecho los requisitos exigidos por la ley o decreto, según sea
el caso, para la expedición del acto;" mientras que, las de anulabilidad son: "XII. Ser expedido sin que
medie error respecto a la referencia específica de identificación del expediente, documentos o nombre
completo de las personas; XIII. Ser expedido señalando lugar y fecha de emisión; XIV. Tratándose de
41
distinción, la que, normalmente tiene importancia para efectos de distinguir frente a la
posibilidad de saneamiento del acto nulo, para asignar efectos retroactivos a la declaración de
nulidad de actos aquejados de vicios de mayor entidad o para determinar, en su caso, a qué
órgano compete la respectiva declaración. Así, por ejemplo, las leyes de procedimiento
administrativo de Argentina,' 00 Bolivia,' 0 ' Costa Rica,' °2 Honduras' °3 y Venezuela,' °4 admiten la
posibilidad de saneamiento o convalidación sólo respecto de los actos afectados por vicios de
anulabilidad) °5
actos administrativos deban notificarse deberá hacerse mención de la oficina en que se encuentra y puede
ser consultado el expediente respectivo; XV. Tratándose de actos administrativos recurribles deberá
hacerse mención de los recursos que procedan, y XVI. Ser expedido decidiendo expresamente todos los
puntos propuestos por las partes o establecidos por la ley."
'°° Véase artículos 14, 15 y 19 de la LFPA. Al respecto, este último establece que el acto administrativo
anulable puede ser saneado mediante ratificación o confirmación.
101
Al respecto, el articulo 37-1, de la LPA establece la posibilidad de convalidar, sanear o ratificar los
actos administrativos anulables, por regla general, por la misma autoridad que intervino en su dictación.
102
El artículo 172 de la LOAP niega la posibilidad de saneamiento o convalidación respecto del acto
absolutamente nulo.
103
El articulo 126 de la LPA, permite a la Administración convalidar sus actos anulables, mediante la
subsanación de los vicios que le afecten, siempre que no se hubiere interpuesto recurso en contra de dichos
actos.
104
El artículo 81 de la LOPA, permite a la Administración convalidar, en cualquier momento sus actos
anulables, mediante la subsanación de los vicios respectivos.
105
Otros, sin embargo, presentan una situación excepcional. En este sentido, p. ej., México ofrece una
situación especial, pues admite el saneamiento, tanto respecto de los actos declarados jurídicamente nulos,
como de los actos anulables. Respecto de los primeros, véase artículo 6 inciso segundo; y, respecto de los
segundos, véase el artículo 7 inciso segundo, ambos de la LFPA. Incluso, llama la atención el que los
efectos del saneamiento del acto anulable se retrotraen, considerándose el acto, como si siempre hubiere
sido válido, véase inciso final del artículo 7 de la LFPA. Adviértase la diferencia, p. ej., con el
42
Por otro lado, también se evidencia que la entidad del vicio —al
igual que en el modelo español- está presente en las soluciones frente a la declaración de
invalidez del acto irregular, las que recorren una mixtura que va desde la revisión y anulación de
oficio de los actos administrativos inválidos, hasta aquellos modelos en los que la reserva de la
declaración queda entregada en forma exclusiva a la actividad jurisdiccional, para lo que algunos
ordenamientos contemplan la declaración de lesividad; pasando por un modelo intermedio en el
que si bien se admite la declaración administrativa de nulidad o invalidez de un acto anterior, la
misma sólo procede en vía de recurso —por tanto, a petición de parte y dentro de los plazos
respectivos-.
ordenamiento hondureño, en el que los efectos del acto de convalidación, sólo se producen desde la fecha
de ésta, véase articulo 126, inciso final de la LPA de Honduras.
Dispone el artículo 124 de la LPA de Honduras que "salvo disposición legal en contrario, la anulación
producirá efectos desde la fecha del acto anulado; la revocación y la modificación desde su fecha."
43
\tI
que va desde la anulación de oficio sólo de aquellos actos afectados de vicios más graves, hasta
el apoderamiento que no distingue la entidad del vicio.
I.S. Síntesis.
44
CAPITULO 1: Fundamento de la invalidación
administrativa.
45
1. Autotutela y poderes exorbitantes.
107
Por todos, GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Curso de Derecho
Administrativo. Tomo 1. 5 cd. Madrid, Civitas, 1989, págs. 421 y sgts.
1(18
FIORAVANTI, Maurizio. Estado y Constitución. En su (Ed.): El Estado Moderno en Europa.
Instituciones y derecho. (Traducción de Manuel Martínez Neira). Madrid, Editorial Trotta, 2004, pág. 35.
46
No obstante, no basta con dicho reconocimiento legal, pues aún el principio de supremacía
constitucional impone el examen de constitucionalidad de dichos poderes atribuidos
legislativamente, a fin de determinar su conformidad o no con el ordenamiento jurídico.
CRUZ VILLALÓN, Pedro. Formación y evolución de los derechos fundamentales. Revista Española
de Derecho Constitucional. (25), 1989, pág. 61.
" SOTO KLOSS, Eduardo. La Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos, ¿"Aleluya" o
"Misesere"?. VVAA. Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos. Santiago, Universidad
Santo Tomás, 2003, págs. 100 y sgts.
47
1.2. Invalidación y poderes exorbitantes.
" OLGUÍN JUÁREZ, 1-lugo. Extinción de los Actos Administrativos. Revocación, invalidación y
decaimiento. Op. cit.
114
JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y la jurisprudencia.
Santiago, Editorial Libromar, 2004, pág. 93 y sgts.
' REYES RIVEROS, Jorge. Reflexiones acerca de la nulidad de derecho público. Revista de Derecho.
Universidad Austral de Chile, IV, 1993, págs. 91 y sgts.
MÓ
MARÍN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos administrativos. Op. cii.,
pág. 48.
49
regla general y en virtud del principio de la paz jurídica-, 117 declarar por sí mismos lo que
estiman su derecho ni, mucho menos, llevarlo a cumplimiento, sin mediar la intervención de un
tribunal de justicia. Es decir, la opción legislativa comporta —en abstracto- una definición
desigual de la relación jurídico-administrativa, mediante el reconocimiento a la Administración
de un poder frente al administrado, del que no sólo no goza éste frente a aquella, sino que --por
regla general- no goza frente a sujeto alguno. Vale decir, en oposición a la posición estructural
de la persona y sus derechos —reconocidos y garantizados por el ordenamiento jurídico-, entre
los que la igualdad ante la ley, de acuerdo al artículo 19 N° 2 de la CPR, ocupa un lugar
fundamental.
'l CALAMANDREI, Piero. Derecho procesal civil. Instituciones de Derecho procesal civil.
(Traducción de Santiago Sentis Melendo). Buenos Aires, Ediciones Jurídicas Europa-América, 1973,
págs. 181-182.
Estas explicaciones se centran en las últimas décadas del Antiguo Régimen, en las que se gestó el
principio revolucionario "juzgar es administrar", que atribuyó a la Administración de la misma fuente de
soberanía que el juez (el monarca o el pueblo) y que dio al sistema de Régimen Administrativo francés SU
particular forma de entender ci principio de separación de poderes, alejándose, en lo que se ha catalogado
como una interpretación heterodoxa, de las formulaciones clásicas inglesas. Si bien, dichas explicaciones
son correctas, respecto del origen de la posición de la Administración frente a los tribunales de justicia,
50
respuesta que se intente debe relacionarse con el bien jurídico que subyace en la prescripción
legislativa, del cual la invalidación administrativa representa una especial forma en que éste es
cautelado por el ordenamiento jurídico. Es decir con ci fin que justifica el apoderamiento.
actualmente son ¡nsuficientes para explicar dicha posición. En este sentido, véase GARCÍA DE
ENTERRIA, Eduardo. Revolución Francesa y Administración contemporánea. 4 cd. Madrid, Civitas,
1994. Lo anterior, ha permitido a la doctrina italiana sostener que determinadas potestades, corno "la
imperatividad y la autotutela, se sustancian en principios no escritos, que el Estado contemporáneo ha
tomado de los ordenamientos del Estado absoluto, atemperándolos y adaptándolos a las nuevas situaciones
constitucionales." Véase GIANNINI, Massimo Severo. Dirilto Amministrativo. Vol. Primo, Milano,
DO1T. A. Giuffré Editore, 1970, pág. 590. En el mismo sentido, respecto a las explicaciones históricas de
la evolución de las relaciones entre Justicia y Administración, véase MANNORI, Luca y SORDI.
Bernardo. Justicia y Administración. En: FIORAVANTI, Maurizio (Ed.). El Estado moderno en Europa.
Instituciones y derecho. Op. cit., págs. 65-102.
" GARCÍA LUENGO, Javier. La nulidad de pleno derecho de los actos administrativos. Madrid,
Civitas, 2002, pág. 294.
51
autocontrol, es preciso convenir que la potestad invalidatoria —de acuerdo a los elementos
descritos- se funda en estos poderes de autotutela. Ello, en tanto supone el poder de volver,
revisar y retirar por si mismo actos administrativos afinados, mediante una declaración de
invalidez que se impone unilateralmente a los destinatarios del acto, es decir, en tanto supone un
poder exorbitante al derecho común, que no se reconoce a los sujetos de derecho ordinarios. Por
tanto, se trata de una verdadera posición de privilegio que conileva la facultad de controlar o
tutelar por si mismo, sin intervención de un tercero imparcial, las situaciones jurídicas en las que
se ve envuelta la Administración en relación con sus propios actos y de retirarlos sin la voluntad
del afectado o destinatario del acto administrativo.
20
El tema ha sido teorizado por GARCÍA DE ENTERRIA, a partir de la denominada concepción
"subjetiva" del Derecho. En este sentido, GARCIA DE ENTERRIA, Eduardo, La formación histórica del
principio de autotutela de la Administración. Moneda y Crédito. 1971, págs. 59-87. Exposición similar,
aunque extendiéndola a la explicación técnica del principio de autotutela, se encuentra en GARCIA Di
ENTERRIA, Eduardo y FERNANDEZ, Tomás-Ramón. Curso de Derecho Administrativo. Tomo 1. op.
cit., págs. 486 y sgts.
La autoridad y acierto de GARCÍA DE ENTERRÍA en la materia, ha sido puesta de manifiesto, entre
otros, por PAREJO ALFONSO, BARCELONA LLOP y BETANCOR. Al respecto puede verse PARE.JO
ALFONSO, Luciano. Derecho Administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 603. En el mismo
sentido, reconociendo la autoridad de GARCIA DE ENTERRIA, BARCELONA LLOP, Javier.
Ejecutividad, ejecutoriedad y ejecución forzosa de los actos administrativos. Santander, Servicio de
Publicaciones de la Universidad de Cantabria, 1995, pág. 94; y BETANCOR, Andrés. El acto ejecutivo.
Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1992, pág. 428.
121
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. La formación histórica del principio de autotutela de la
Administración. Op. cit., pág. 61. Igualmente en GARCIA DE ENTERRIA, Eduardo y FERNANDEZ,
Tomás-Ramón. Curso de Derecho Administrativo. Tomo I. Op. cit., pág. 471.
52
actos de la Administración, son ejecutorias por autoridad propia,' 22 no siendo susceptibles de
incumplimiento, aunque otro sujeto cuestione su legalidad, más que a través del respectivo
proceso de impugnación.
122
En el sistema español, esta afirmación encuentra sustento —como señalan GARCÍA DE ENTERRÍA y
FERNÁNDEZ- en los artículos 56 y 94 de la LRJAPyPAC.
53
administrativa- resultan obligados en virtud de la capacidad de la Administración de emitir e
imponer un ¡lateralmente decisiones vinculantes.
127
Así queda de manifiesto, en la carga que pesa sobre éstos de recurrir ante un órgano jurisdiccional en
busca de una sentencia declarativa y ejecutiva que permita la realización de sus pretensiones.
128
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Curso de Derecho
Administrativo. Torno I. Op. cit., págs.487-489. En el mismo sentido, PAREJO ALFONSO, Luciano.
Derecho Administrativo. Instituciones generales. 0p. cit., pág. 607. En Chile, entre otros, sigue esta
doctrina MARIN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos administrativos.
Op. cit.
29
PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho Administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 603.
130
Lo señalado en el texto, incluso ha permitido a algún sector de la doctrina francesa sostener que los
actos que emanan del poder que asiste a las autoridades administrativas de decidir —e imponer-
unilateralmente dichas decisiones frente a los particulares, no son el único tipo de actos unilaterales que
conoce el Derecho público, pues, como señala BENOIT, "la ley, las sentencias, son igualmente decisiones
54
Sin perjuicio de volver sobre el punto, baste por ahora con
señalar que lo anterior no significa que necesariamente el poder público per se sea superior al
poder privado o particular. En otras palabras, la posición privilegiada de la Administración-
poder público no se explica, sin más, en la condición subjetiva de ésta. Pero sí que, en su
momento, el interés público que ésta representa debe imponerse al interés privado, lo que se
consigue con la atribución de un poder jurídico que permita a la Administración doblegar los
intereses individuales frente a los intereses colectivos que ésta representa.' 32
unilaterales que extraen su valor jurídico como consecuencia del ejercicio de la sola voluntad de los
organismos o agentes a los cuales la constitución o la ley han otorgado competencia en orden a tomarlas."
Lo anterior ha llevado al mismo autor a cuestionar el carácter de privilegio del "poder de decisión
unilateral", sosteniendo que ello no corresponde a la realidad histórica, ni de la lógica jurídica, en tanto
"este poder de decisión unilateral no tiene, en efecto, existencia propia intrínseca alguna. No es nada más
que una visión global de competencias separadas, distintas, que constituyen la única realidad jurídica
actual." BENOIT, Francis-Paul. El Derecho administrativo francés. (Traducción de Rafael Gil
Cremades). Madrid, Instituto de Estudios Administrativos, 1977, págs. 618-619.
'' Así lo ha señalado tradicionalmente la doctrina italiana respecto de la eseculorietá de los actos del
Estado y de las personas jurídicas públicas. En este sentido DE VALLES, Arnaldo. La va/edua degli am
wnrninistrativi. Op. cit., pág. 355.
32
En este sentido y siguiendo la doctrina italiana citada en nota anterior, LAFUENTE BENACHES,
Mercedes. La ejecución forzosa de los actos administrativos por la Administración pública. Fundamento
constitucional y régimen juridico. Madrid, Tecnos, 1991, pág. 32.
55
Profundizando en la autotutela administrativa, se advierte que
las explicaciones vertidas por la doctrina española no constituyen un hito aislado en Derecho
comparado, sino que éstas se vinculan con la sistematización y teorización que, en su momento,
formulara la doctrina italiana. Efectivamente, a fines de la década del cincuenta del siglo
pasado, se encuentran los planteamientos —ya clásicos- de BENVENUTI, quien conceptuó la
autotuiela administrativa como aquella parte de la actividad de la Administración de Estado, en
virtud de la cual, ésta procede a resolver por sí misma los conflictos actuales o potenciales, que
podrían originarse en relación con otros sujetos, por sus propios actos o pretensiones.' 33 Es decir,
en expresión del citado autor, la autotutela consiste en la capacidad que asiste a la
Administración estatal de hacerse justicia por sí misma —difarsi ragione da sé-, 134 a través de la
adopción de decisiones administrativas y de la actividad de ejecución de tales decisiones, es
decir, mediante la declaración y realización de lo que estima su derecho, sin necesidad de
intervención judicial, en lo que se considera una actualización del principio de la plenitud de la
competencia, es decir, del poder de ejercitar la propia competencia hasta su más exacta y
completa realización.' 35 Esto permitiría volver sobre los actos que concretan la competencia
específica, cuando ésta no se ha ejercido o realizado en conformidad al ordenamiento jurídico o
al interés general cuya realización se encuentra inserta en la atribución específica de
competencia.
BENVENUTI, Feliciano, Voce Autotutela. (Dir. Amm). En: VVAA. Enciclopedia Diritto. Milano,
Giuffré, 1959, pág. 539,
Ibid.
'"Ibid.
56
incluso ella misma puede prevenir el surgimiento de un conflicto por la posible impugnación del
acto, en cuanto, si en un examen posterior, estima que el acto es inválido, ella puede renunciar a
él, disponiendo su eliminación del mundo jurídico, mediante una actividad "autoirnpugnatii'a",
resolviendo, en tal caso, un conflicto en potencia 136 en relación con la validez del acto.
' BENVENUTI, Feliciano. Apuntti di Diritto Amministrativo, Padova, Cedarn, 1959, pág. 146.
En este sentido, incluso parte de la doctrina española que centra el fundamento de la anulación de
oficio en la autotutela, se aleja de los planteamientos formulados por GARCIA DE ENTERRIA y conecta
directamente con la facultad administrativa de resolver conflictos actuales o potenciales, sin intervención
del juez, planteada por BENVENUTI. Así, BOCANEGRA SIERRA, Raúl. La anulación de oficio de los
actos administrativos. Op. cit., págs. 83 y sgts.
I3
RAGAZZO, Massimo. L 'autotutela amminisrrativa. Principi operativi e ambiti applicativi. Op. cii.
págs. 21 y sgts.
57
de la potestad en estudio. A este respecto, es básica la distinción que de la autotutela efectúa
tanto la doctrina española, como italiana. En este sentido, si bien la autotutela constituye una
explicación unitaria en los autores citados, éstos se han encargado de precisar que ella tiene
diversas manifestaciones en el Derecho administrativo, lo que, a su vez, origina sendas
clasificaciones de ésta.
141
Sin perjuicio de que estos autores consideran una tercera manifestación de la autotutela, que denominan
reduplicativa o en segunda potencia, la que se reduce a las siguientes técnicas concretas: a) la necesidad de
agotar las vías administrativas antes de permitir el acceso a la impugnación jurisdiccional de las decisiones
administrativas; b) la potestad sancionadora directa de la Administración, sin necesidad de recabar la
sanción de los tribunales; y c) la exigencia, para reclamar de una multa administrativa, de su previo pago.
42
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Curso de Derecho
Administrativo. Tomo 1. Op. cit., pág. 491.
WI
Sin perjuicio que la terminología relativa a las potestades
asociadas al privilegio de autotutela no ha estado exenta de debates,' 45 lo cierto es que —en
general- la doctrina española acepta ampliamente la clasificación formulada por GARCÍA DE
ENTERRÍA, distinguiendo —como se señaló- entre la autotutela declarativa y la autotutela
ejecutiva. Conceptos, estos, que prácticamente son similares en la doctrina española.' 46 Así,
precisando la relación existente entre la potestad respectiva y los atributos del acto, en un claro
paralelismo con la doctrina procesal, se ha sostenido que la autotutela declarativa se identifica
con la ejecutividad del acto, es decir, con la vinculatoriedad u obligatoriedad inmediata de su
contenido, respecto del destinatario del mismo. Vale decir, con su eficacia o capacidad directa
para producir los efectos que persigue, en conformidad al ordenamiento juríd1co.' 47
Al respecto, puede verse las explicaciones de BOQUERA OLIVER, José María. Estudios sobre el acto
administrativo. 3* ed., Madrid, Civitas, 1985. En el mismo sentido, BETANCOR, Andrés. El acto
ejecutivo. Op. cit.
° BOCANEORA SIERRA, Raúl. La teoría del acto administrativo. Madrid, lustel, 2005, pág. 119.
148
LÓPEZ RAMÓN, Femando. Límites constitucionales de la autotutela administrativa. Revista de
Administración Pública. (115), enero-abril 1988, pág. 58.
149 BARCELONA LLOP, Javier. Ejecutividad, ejecutoriedad y ejecución forzosa de los actos
59
distintos tendientes a hacer efectiva la satisfacción de los intereses generales,' 5° los que
corresponden —pnmero- a la creación, modificación o extinción unilateral de consecuencias
jurídicas, al que sigue la materialización de dichas consecuencias jurídicas, mediante la acción
de oficio y sin la intervención judicial.
'' Lo que no ocurre con la LBPA chilena, la que, salvo el artículo 51, que reconoce como regla general la
inmediata ejecutoriedad que causan los actos de la Administración, sujetos al Derecho administrativo,
omite toda referencia a los medios para llevarla a cabo.
152
Artículo 103. 1. "La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de
acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con
sometimiento pleno a la ley y al Derecho."
En este sentido, se ha señalado que a partir de dicha norma, que consagra la eficacia de la actuación de
las Administraciones públicas, se "constituye el fundamento de la fuerza jurídica de los actos de las
Administraciones públicas sujetos al Derecho administrativo." GONZÁLEZ PEREZ, Jesús. Manual de
Procedimiento Administrativo. 2 ed. Madrid, Civitas, 2002, pág. 243. En el mismo sentido, PAREJO,
precisando que no es que la Constitución de dicho país contemple expresamente la autotutela, ni que ésta
deba imponerse necesariamente, sino que es el legislador quien debe definir la forma en que se concrete la
consagración de la eficacia, entre las que podría encontrarse la autotutela. Véase PAREJO ALFONSO,
Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 603.
60
En efecto, si bien las formulaciones conceptuales parecen ser
similares, se imponen algunas precisiones. En este sentido, aunque BENVENUTI efectuó antes
una distinción básica similar a la de GARCÍA DE ENTERRÍA Y FERNÁNDEZ, los conceptos
sólo son parcialmente coincidentes. Así, el primero distingue entre autotutela decisoria y
ejecutiva. La primera, como queda dicho se refiere a la resolución de un conflicto actual o
potencial entre la Administración y el destinatario del acto. Aquí, el concepto parece diferir del
que usan los autores españoles. La segunda en cambio, es similar a la de éstos y se ubica en el
terreno de los hechos, consistiendo en la actividad destinada a alcanzar los resultados prácticos
que interesan a la Administración.' 54 Pero, aún más, dentro de la primera se distingue entre los
actos de autotutela indirecta o contenciosa —que es la que va envuelta en la resolución de
recursos planteados por los interesados, es decir, es aquella que resuelve un conflicto actual
planteado por el administrado en sede administrativa-, de autotutela necesaria —que va envuelta
en los actos de control, como las autorizaciones o las aprobaciones- y de autotutela espontánea
que sirve de fundamento, entre otros, a los actos de anulación de oficio- y que está destinada a
prevenir un conflicto potencial en relación con la invalidez de un acto. Por tanto, dentro de la
clasificación de I3ENVENUTI, la que interesa es la autotutela decisoria y, dentro de ésta, la
autotutela espontánea, que es la misma a la que parte de la doctrina italiana —a comienzos del
siglo XX- se refería con la expresión "fenómeno de autoimpugnación", asociándola a la
"revocación por ilegitimidad." 5
114
BENVENUTI, Feliciano. VoceAutotutela. Op. cit., pág. 541.
CAMMEO, Federico. Corso di Diritto amministrativo, Volume terzo, 1914. Ristampa (1 classici della
CEDAM). Padova, CEDAM, 1992, pág. 1306.
61
actividad tendiente a la declaración del derecho.lSÓ No obstante, el propio autor descarta esta
idea, pues —siguiendo a CALAMANDREI- aquel sostiene que la tutela jurisdiccional, a
diferencia de la autotutela administrativa, "es siempre, por definición, imparcial, neutra o de
tercero, la autotutela (en cambio) es siempre parcial y, por tanto, mientras la primera no modifica
la posición jurídica del autor de los actos, la segunda obtiene justamente ese resultado." 7
Consideración ésta, que en España permite a GARCÍA de ENTERRÍA y FERNÁNDEZ
distinguir entre la autotutela administrativa y la heterotutela judicial, excluyendo que la
definición y declaración de derechos en vía de autotutela comporte el ejercicio de funciones
materialmente jurisdiccionales, por cuanto éstas —por definición y a diferencia de la autotutela
administrativa- implican, junto a la validez definitiva de lo decidido y lo ejecutado, la
neutralidad e independencia de los órganos llamados a ejercerla. 158
62
restrictivo a la expresión, limitando el concepto de autotutela sólo a la facultad excepcional de la
Administración para realizar unilateralmente y si es preciso mediante la coacción -siempre sin la
intervención del juez- de las situaciones que nacen de sus actos.' 60 Es decir identificando la
autotutela sólo con aquélla que DEN VENUTI y GARCIA DE ENTERRÍA denominan autotutela
ejecutiva y que antes, en la doctrina italiana, DE VALLES identificó con la ejeculorietá del
acto;' 6 ' reservando, en cambio, la expresión imperatividad, para lo que aquellos denominan,
respectivamente, como autotutela decisoria o declarativa. En este sentido GIANNINI señala que
la imperatividad consiste en la capacidad de producción unilateral de efectos jurídicos
realizables de manera inmediata y directa' 62 Si bien, en esta línea doctrinal existe una diferencia
conceptual entre imperatividad y autotutela, que se manifiesta en relación con la doctrina antes
vista, es evidente que las situaciones a las que se alude son similares en relación con la posición
especial de la Administración frente a los particulares.' 3 En efecto, aunque, en esta tesis el
poder de revisar las decisiones pasadas queda fuera del contenido que atribuye a la expresión
autotutela y se ubica más bien en el ámbito del derecho sustancial -ya sea que derive de la
misma norma que confiere el poder de dictar el acto o de un poder específico atribuido en forma
directa a la Administración-, se está siempre -se sostiene- ante el poder administrativo de dictar
unilateralmente el acto de contrario imperio —provvedimento de segundo grado-, innovador de la
situación anterior, el que se impone a su destinatario de manera inmediata y directa.
209. Véase además GIOVAGNOLI, Roberto. L 'aufotuldu con esito demolitorio: annullwnento e revoco.
En: VVAA. Atti amministrativi e autotutela. Dopo le leggi N 15 e N. 80 del 2005. Tormo, Itaedizioni,
2005, pág. 431. (Siudi e esperienze di Dirilto amrnnistrativo. A cura di Francesco ('aringella e Roberto
Garofoli).
° GIANNINI, Massimo Severo. Instituzioni di Diritto amministrativo, 2 ed. Milano, Giuffr, 2000.
pág. 318. DEL MISMO AUTOR. Atto amministrativo. Milano, DOTT. A. Giuffré, 1960, pág. 29; y
también de GIANNINI, Dirirto amministrativo. Op. cit., pág. 590. En el mismo sentido, ALESSI,
Renato. Instituciones de Derecho Administrativo. Op. cit., pág. 207. Este último autor distingue entre
ejecutoriedad y autotutela.
De VALLES, Arnaldo. La validitá degli alti amministrativi. Op. cit., págs. 355 y sgts.
162
GIANNINI, Massimo Severo. Instituzioni di Diritto amministrativo. Op. cit., pág. 316.
'' En este sentido, ALESSI, Renato. Instituciones de Derecho Administrativo. Op. cit., pág. 207
63
1.3.3. La autotutela y su relación con la doctrina de los poderes exorbitantes.
64
En Chile, ello se manifiesta en las explicaciones doctrinales de los poderes administrativos. En este
sentido, VARAS CONTRERAS, Guillermo. Derecho administrativo. Santiago, Editorial Nascimento,
1940, págs. 12-13. En el mismo sentido PANTOJA BAUZA, Rolando. El Derecho Administrativo.
Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1996., pág. 28.
65
HAURIOU, Maurice. Précis de Droit Adminisrratif et de Droit Public. 8 cd. Paris, Librairie de la
societé de Recueil Sirey, 1914, pág. 23.
166
Ibid.
67
En este sentido, señala HAURIOU, "Quand ii s 'agit de l'administration publique ¡a situacion cxi
renversée. En principe, une adininistration publique faisant une operat ion administrative pour la geslion
de sos services publics, exerce ses droits elIe-mme d'unefaçon exlrajuridiclionnellee, c est-á-d,re sef:it
justice elle-méme." Id., pág. 381,
64
obligatoria, modificando tanto sus propias situaciones jurídicas, como las de aquellos que con
ella entran en relación. En suma, en el esquema de poder descrito por HAURIOU, las
declaraciones de voluntad de la Administración, producen efectos jurídicos de inmediato, los que
se resumen en el deber de obediencia que, respecto de la decisión, pesa tanto sobre los propios
agentes de la Administración, como de los administrados. 168
168
Id., pág. 383.
Ibid.
172
Id., págs. 342-343.
65
concepción, la Administración del Estado tiene un poder para ejercer su actividad de manera
autónoma respecto de otros poderes estatales y privilegiada respecto de los particulares, estando
capacitada para producir efectos jurídicos realizables inmediata y directamente, es decir —como
explica la doctrina italiana-, de manera unilateral, sin el concurso o la colaboración del sujeto al
cual se dirige, modificando o extinguiendo sus situaciones jurídicas subjetivas.' 73
173
GIANNINI, Massimo Severo. !nstituzioni di Diritto amrninistrativo. Op. cit., pág. 316.
'' BOCANEGRA SIERRA, Raúl. La anulación de oficio de los actos administrativos. Op. cit., pág. 85.
n No obstante, GARCÍA LUENGO, sin perjuicio de aceptar lo dicho por I3OCANEGRA, en el sentido
que el poder administrativo de declarar la nulidad de un acto propio es una manifestación de los poderes
de autotutela y no una consecuencia de la teoría de las nulidades, sostiene que su régimen jurídico depende
de esta tltima teoría por lo que en el caso de los actos gravemente viciados, la causa de la nulidad por sí
misma conlleva un interés ptiblico en su retirada. Véase GARCIA LUENGO, Javier. La nulidad de pleno
derecho de los actos administrativos. Op. cit., véase nota 112, a pie de pág. 294.
66
autoannullarnento o anulación de oficio,' 76 aunque, por cierto, dispuesto según derecho y no
arbitrariamente. 177 En síntesis, el concepto de autotutela es aceptado ampliamente como el
fundamento que explica que el ordenamiento jurídico apodere a la Administración para volver a
examinar y revalorar las situaciones de hecho y de derecho que se encontraban en la base de un
acto administrativo al momento de su dictación, 17 implicando, por tanto una situación de
superioridad de la Administración sobre sus propios actos y, más especialmente, en las
relaciones que traba con los administrados.
'' CONTESSA, Vito. Anotazioni sui mezzi di autotutela della Pubblica Arnministrazione. La
Amministrazione Italiana. (2) julio-agosto 1983, pág. 1257. En el mismo sentido, ZANOBINI, Guido.
Corso di Diritio amminislrafivo. Volume primo. Principi generali. Op. cit., pág. 246.
177
FIORE, Elena. 11 verbale di accertamento quale cuto amrninistrativo: vici di legiti,nitá e di merito,
nullitá e annullabilitá, potrere di autotutela della Pubblica Amminislrazione. Rivista giuridica dI policía
locale. [sn.], 1996, pág. 28.
178
GUICCIARDI, Gloria. Ilpotere di autotutela della pubblica amministrazione nellambito del rapporto
di puhhlico impiego. (Nota a TAR Toscana, sez. 1, 3 marzo 1999, n. 93, Romani c. Mm. p. i.).
Giurisprudenza di Merito. 2000, pág. 442.
67
1.4. Autotutela y jurisdicción.
179
El análisis del punto se centra en la autotutela declarativa, que es precisamente conceptuada como la
facultad de declarar lo que constituye su derecho aplicable. Ello, pues, como se ha establecido, la
invalidación administrativa encuentra su fundamento en esta especie o categoría de autotutela.
180
Así, se ha sostenido con posterioridad a la vigencia de la LBPA y en directa referencia a la invalidación
administrativa, por SOTO KLOSS, Eduardo. La pretendida autotutela invalidatoria de la Administración.
Gaceta jurídica. (325) 2007, pág. 7.
181 Por todos, LILLO VALENZUELA, Juan Carlos. Sobre la forma de proceder de la administración
frente a sus actos administrativos que infringen el principio de juridicidad (replanteamiento del tema
nvalidatorio). Revista de Derecho Público, Agrupación de Abogados de la Contraloría General. 2(5),
2001, pág. 58.
Como se aprecia, el punto tiene relación con los criterios o
elementos que permiten distinguir entre la función administrativa y la función jurisdiccional.
Dado que la objeción consiste en sostener que la autotutela, en tanto, actividad tendiente a
declarar el derecho, constituye ejercicio de función jurisdiccional, la cuestión debe enfrentarse
desde ésta, es decir, estableciendo los criterios o elementos que permiten distinguir la función
jurisdiccional, para determinar si efectivamente la autotutela es o no una manifestación de
aquella.
182
No corresponde, en esta investigación, entrar en la clasificación que efectúa la doctrina procesal acerca
del carácter declarativo o constitutivo de la sentencia. En el texto, se emplea la expresión "declarativo" en
el sentido que a la misma le atribuye CALAMANDREI, como opuesta al carácter innovativo de la ley. Es
decir, como señala éste autor, la expresión se refiere a que el acto jurisdiccional "no sirve para crear el
derecho para el futuro, sino para hacer observar el derecho que ya se ha concretado e individualizado en el
pasado" por el legislador. Carácter que se encuentra en la base de toda actividad jurisdiccional y que, pol
lo mismo, es típicamente visible tanto en la declaración de mera certeza, como en las sentencias de
condena y en las constitutivas. CALAMANDREI, Piero. Derecho procesal civil. Instituciones de
Derecho procesal civil. Op. cit., págs. 187 y 188.
183
CALAMANDREL, Piero. Estudios sobre el proceso civil. (Traducción de Santiago Sentis Melendo).
Buenos Aires, Editorial Bibliográfica Argentina, 1945, págs. 21 y 22.
84
En este sentido, en Chile, así lo ha puesto de manifiesto la doctrina procesal reciente. Véase
BORDALÍ SALAMANCA, Andrés. La Administración Pública ante los tribunales de justicia chilenos.
Op. cit., págs. 17-36.
69
Sin embargo, se debe tener en cuenta que, en el caso de la
jurisdicción, el órgano que declara el derecho, lo hace respecto de las partes de una controversia
jurídica, no afectando la situación jurídica propia; en cambio, en la actividad administrativa, en
vía de autotutela, al volver sobre un acto propio y declarar lo que la Administración estima lo
que constituye el derecho aplicable a la situación concreta —declarando la validez o invalidez de
dicho acto-, está decidiendo directamente sobre una relación en la que está involucrado el órgano
que declara el derecho, es decir, afecta su propia situación jurídica.
185
CALAMANDREL, Fiero, Estudios sobre el proceso civil. Op. cit., págs. 20 y sgts. En el mismo
sentido, DEL MISMO AUTOR. Derecho procesal civil. Instituciones de Derecho procesal civil. Op. cit.
186
CALAMANDREL, Fiero. Estudios sobre el proceso civil. Id., pág. 20.
187
CHIOVENDA, Giuseppe, citado por CALAMANDREI, Piero. Derecho procesal civil. Instituciones
de Derecho procesal civil. Op. cit., pág. 178.
Vb]
No obstante, la diferencia también aparece clara, en el sentido
que en el caso de la función jurisdiccional, el órgano encargado de ésta, se presenta siempre con
una total indiferencia respecto del resultado de la litis. Es decir, el órgano jurisdiccional no tiene
ningún interés más allá de "hacer observar el derecho a los otros", 188 que es precisamente su
finalidad, encontrándose, el mismo, "fuera de las relaciones que el Derecho regula para los
otros." 89 En otras palabras, todo aquello que va más allá de la aplicación y observancia del
derecho que dicho órgano concreta en su sentencia, le es totalmente indiferente. Lo descrito es
lo que permite identificar el criterio esencial de la jurisdicción, como garantía de aplicación del
Derecho, que no es otro que la imparcialidad del órgano estatal llamado a declarar el derecho,
con total prescindencia de la situación de la partes.
188
CALAMANDREL, Piero. Estudios sobre el proceso civil. Op. cit., pág. 188.
' ldid.
'9°
Ibid.
71
jurídicas; de otro lado, frente al derecho sustantivo que regula la actividad o relación concreta,
aquella se encuentra en la misma posición del sujeto común, es decir, obligada, vinculada por el
derecho sustantivo, el que siempre constituye los límites que determinan el cumplimiento de sus
fines.
contrario, siendo ella la directamente obligada a observar el derecho sustantivo en sus relaciones
jurídicas, al advertir que ha emitido un acto contrario a éste, vuelve sobre su propia actividad,
jurídico, mediante un acto que goza de todos los atributos de aquellos que provienen de la
función administrativa, pero que, en tanto no constituye la intervención de un órgano imparcial
cuya finalidad directa sea hacer observar el derecho a otros con prescindencia del contenido de
la declaración; sino que, por el contrario, se trata de una actividad primaria, con vistas a la
agregar otro elemento central que caracteriza, ya al acto típico en el que se concreta la
jurisdicción y que no se encuentra presente en el acto administrativo que concreta la declaración
del derecho en vía de autotutela. Éste es, el carácter irrevocable de la sentencia judicial,
normalmente identificada con el efecto de cosa juzgada. En efecto, siendo ésta el resultado de
un órgano imparcial, cuya finalidad consiste en la de hacer observar el derecho a otros, frente a
los que se encuentra en una situación de equidistancia, es lógico que la declaración jurisdiccional
alcance un punto en el que ya no puede ser revisada por otro órgano del Estado.
72
Sin embargo, lo anterior no acontece con la declaración que en
vía de autotutela efectúa la Administración. En efecto, dado que se trata precisamente de la
declaración del derecho de las partes, la que es efectuada nada menos que por una de ellas
afectando unilateralmente su posición jurídica y la del sujeto al que se dirige la declaración, es
natural que el contenido de dicha declaración, no alcanzará su estabilidad definitiva, mientras flO
sea revisada por un verdadero órgano jurisdiccional, imparcial, independiente de las partes de la
relación jurídica y desinteresado en las consecuencias o efectos que la declaración final de
certeza del derecho pueda acarrear a las partes. Este mecanismo diferenciador permite que otro
órgano del Estado —distinto del tribunal imparcial- pueda efectuar declaraciones jurídicas
obligatorias, en atención —como se verá- a sus especiales fines institucionales, Esto sin afectar el
derecho a tutela judicial imparcial que los ordenamientos modernos reconocen a los
administrados y sin contradecir el principio básico del Estado de Derecho que nadie puede
hacerse justicia por sí mismo. En definitiva, sin vulnerar el principio de separación de poderes.
Por todos, BARCELONA LLOP, Javier. Ejecutividad, ejecutoriedad y ejecución forzosa de los actos
191
administrativos. Op. cit., pág. 183.
73
1.4.2. La autotutela administrativa y su articulación con el control judicial
192
Véase, P. ej.: artículo 4 letra g) de la LPA de Bolivia; artículo 57.1 de la LRJAPyPAC española
artículo 9 de la LPAG peruana.
74
Pero lo anterior, en ningún caso supone eliminar la revisión
jurisdiccional de la actuación administrativa. Así, si bien en un primer momento debe operar la
autotutela —haciendo primar la protección de la eficacia en el cumplimiento de los fines de
interés general-, en un segundo momento —una vez que el ordenamiento jurídico asegura la
realización de los fines administrativos mediante su imposición unilateral-, debe operar la
protección del interés particular, mediante la intervención —en caso de ser solicitada por quien se
siente afectado o vulnerado en sus derechos por la actuación administrativa- de un órgano
jurisdiccional independiente e imparcial, con la posibilidad, incluso, de anular la decisión
administrativa.
93
En este sentido, p. ej. en doctrina comparada se plantea la importancia de la participación en la toma de
decisiones administrativas. Respecto de este tema, puede verse: GARCÍA DE ENTERRIA, Eduardo.
Sobre la participación ciudadana en la vida administrativa. jjj Libro Homenaje al Profesor José Luis
Villar Palasí. Madrid, Civitas, 1989, págs. 437-452. Sobre el mismo tema, PAREJO ALFONSO,
Luciano. La participación en el Estado social. Revista Canaria de Administración Pública, (1) 31-
44,1989.
VIII
acto administrativo, concretamente en el de su eficacia y no se opone, porque nada dice ello
respecto a su impugnación final ante un tribunal imparcial, en busca de una declaración
definitiva respecto de lo que constituye el derecho aplicable. Como bien dice BEN VENUTI, se
trata de prevenir un conflicto en potencia respecto de la impugnación de un acto anterior
irregular,' 94 pero esto, como señalan GARCÍA de ENTERRÍA y FERNÁNDEZ, no elimina la
posibilidad del afectado con el acto invalidatorio de buscar la tutela jurisdiccional posterior y
definitiva,' 95 lo que es perfectamente coherente con el privilegio de la decisión previa, elaborado
por HAURIOU.
'' PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. 0p. cit., pág. 605.
76
norma legal y, en algunos casos, en la propia Constitución-, determinando, desde su
organización o estructura básica, hasta la atribución de sus fines o funciones institucionales —por
tanto, su sentido y razón de ser institucional- y dotándola, para la realización eficaz de dichos
fines, de poderes competenciales. A esto responde la esencia de los poderes de autotutela. Es
decir, se trata de un instrumento o mecanismo jurídico puesto en beneficio de un sujeto en razón
de los especiales fines cuya realización es impuesta por el propio ordenamiento jurídico a dicho
sujeto.
197
GIANNINI, Massimo Severo. Derecho administrativo. Volumen Primero. (Traducción de Luis
Ortega). Madrid, Ministerio para las Administraciones Públicas, 1991, pág. 128.
PAREJO, se trata de una voluntad normativamente configurada a la satisfacción de los fines
preestablecidos por el ordenamiento jurídico.' 9
Lo que incluso permite al autor citado hablar de "fines ajenos". Véase PAREJO ALFONSO, Luciano.
Derecho administrativo. Instituciones generales. Op. cit., págs. 223 y 224.
Ibid.
1(5) '
- DE LA CUETARA, Juan Miguel. Las potestades administrativas. Madrid, Tecnos S.A., 1986, pag.
40.
78
a un o unos particulares determinados —nombramiento, concesión, autorización, otorgamiento de
pensión, reconocimiento de asignación de título, etc.-; o, sea que se beneficie a terceros distintos
de aquel sobre el que recae el acto —prohibición de construir a más de cierta altura, negativa de
un permiso para explotar un determinado giro en las cercanías de un establecimiento
educacional, etc.-; o, sea que se trate de un acto desestimatorio o desfavorable al destinatario del
acto que no afecte —positiva ni negativamente- a terceros ajenos a dicha relación jurídica -
anotación de demérito en la hoja de vida de un funcionario, etc.-; siempre, en todos los casos en
los que la Administración es llamada a actuar por el ordenamiento jurídico --y dotada del
correspondiente poder o habilitación para hacerlo-, se está frente a la satisfacción de una
necesidad colectiva, cuya realización beneficia a un sujeto distinto de la Administración, pero
que el ordenamiento jurídico encomienda a ésta como la finalidad propia que debe cumplir. En
resumidas cuentas, el fin propio de la Administración está constituido por la satisfacción de un
interés ajeno, el de la colectividad a la que aquella es llamada a servir.
201
PAREJO, va aun más lejos y señala que son los fines, los que no son propios, en tanto vienen
determinados desde afuera, "mediante una actuación enteramente determinada por el Derecho." PAREJO
ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 223.
79
sentido que esta expresión tiene cuando de autotutela privada se trata, es decir, en este caso se
trata de la satisfacción de intereses propios, determinados por su voluntad autónoma, los que, en
definitiva, se encuentran encaminados al beneficio propio del sujeto que actúa. 202 Fines e
intereses, por tanto, que se encuentran en un plano de estricta igualdad, en relación con los fines
e intereses propios de otro sujeto privado o de derecho común, en cuanto a los medios para su
protección o tutela.
202
Sin perjuicio que, por mera liberalidad del sujeto, puedan ir encaminadas a beneficiar a un tercero
distinto de quien actúa. No obstante, ello sigue estando dentro de la autónoma determinación de la
voluntad de aquel.
80
Aclarando este punto, la cuestión de la existencia o no de la
autotutela no se vincula a la superioridad de los intereses que el ordenamiento jurídico cautela
con ella. Puede que así sea, que efectivamente se esté ante intereses superiores. Pero esto no
parece ser lo relevante, sino que el acento se encuentra en la eficacia en el cumplimiento de los
intereses que —por disposición normativa- se cautela en vía de autotutela. La posición especial
de la Administración está construida sobre esta base institucional, lo que permite sostener que el
ordenamiento jurídico no se pone en la situación de elegir entre la protección del interés
colectivo vis a vis los intereses particulares; sino que ambos son objeto de protección, pero a
través de mecanismos jurídicos distintos.
11
finalidad de interés colectivo para la cual se ha creado el órgano y se ha establecido la
competencia.
203
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Curso de Derecho
Administrativo. Tomo 1. Op. cit., pág. 491.
1.6. Autotutela y relación jurídico administrativa.
204
En este sentido, SCI-IMIDT-ASSMANN, se refiere a la función heurística, estructuradora y dogmática
de la teoría de la relación jurídica, en el sistema de la acción administrativa. Al respecto, SCHMIDT-
ASSMANN, Eberhard. La teoría general del Derecho administrativo como sistema. Madrid, Instituto
Nacional de Administración Pública - Marcial Pons, 2003, 312 y sgts.
205
Id., pág. 19.
206
Id., pág. 313.
207
VEDEL, George. Derecho Administrativo. Madrid, Biblioteca Jurídica Aguilar, 1980, pág. 139.
209
BENOIT, Francis-Paul. El Derecho administrativo francés. Op. cit., pág. 101.
particulares. 209 Posición que no sólo confiere u otorga ventajas sobre éstos, sino que
principalmente conlieva la exigencia de determinadas prestaciones o la imposición unilateral de
deberes de hacer, tolerar u omitir. 210 Es lo que la doctrina clásica de HAURIOU identifica con el
denominado "procedimiento de acción directa" 2 " y que fundamenta los poderes o privilegios
clásicos de la Administración, configurada —en el esquema de poder delineado por el sistema de
Régimen Administrativo- como una potenliorpersonae.
209
FLEINER, Fritz. Instituciones de Derecho administrativo. (Traducción de Sabino Gendin).
Barcelona, Labor S.A., 1933, pág. 133.
210
FORSTHOFF, Ernst. Tratado de Derecho administrativo. Madrid, Instituto de Estudios Políticos,
1958, págs. 257 y sgts.
211
HAURIOU, Maurice. Précis de Dro it administratfet de Droil public. Op. cit., págs. 391 y sgts.
212
FORSTHOFF, Ernst. Tratado de Derecho administrativo. Op. cit., pág. 266.
213
PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho Administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 119.
84
a la Administración. 214 En este sentido, la doctrina comparada ha dado cuenta de la temprana
cristalización —durante el denominado periodo clásico del Derecho administrativo francés (1 870-
l9l4)2 de importantes criterios asociados al valor de la persona y su protección frente al
poder del Estado, los que no sólo han acompañado a la disciplina en su fundamento y base, sino
que han evolucionado cuantitativa y cualitativamente a favor de la persona.
214
En este sentido, el tema es particularmente importante, pues, como se verá, en Chile, un sector de la
doctrina ha llegado a negar los poderes de autotutela y la construcción legislativa de la Administración
como persona privilegiada, basándose en el derecho fundamental de la igualdad reconocido en el artículo
19 N° 2 del texto constitucional chileno. Por todos, SOTO KLOSS, Eduardo. La Ley 19880, sobre
procedimientos administrativos, ¿"Aleluya" o "Misesere"?. Op. cit,
215
WEIL, Prosper. Derecho Administrativo. Madrid, Civitas, 1986, pág. 45.
216
Ibid.
217
Ello como un mecanismo de garantizar la igualdad frente a los antiguos privilegios. Vtase
FIORAVANTI, Maurizio. Estado y Constitución. Op. cit., pág. 26.
218
PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 26. En
definitiva, sostiene PAREJO, en este modelo de Administración-poder, propio del Estado liberal de
Derecho, el Estado y la sociedad son entendidos como sistemas fuertemente diferenciados, en el que el rol
del Estado se limita a regular las condiciones mínimas que aseguren una convivencia social pacífica.
M
.
judicial en asuntos administrativos. 219 Sin embargo, por otro lado —como señala PAREJO-, ello
no significa la no sujeción al Derecho del poder público ejecutivo y, concretamente, de la
Administración, en su actuación interna en relación con los ciudadanos; sumisión que se articula
mediante el principio de legalidad a que se encuentra sometida toda la actuación de la
Administración del Estado. 22° De manera que, en materia de potestades, —desde sus inicios- ella
fue concebida como un instrumento de ejecución y de aplicación de la ley.
219
A este respecto es particularmente revelador lo dispuesto en la Ley de 16-24 de agosto de 1790, que
prohibía absolutamente a los jueces, "bajo pena de prevaricación, perturbar de cualquier manera las
operaciones de los cuerpos administrativos, ni emplazar ante ellos a los administradores por razón de sus
funciones."
220
PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 18
221
Id., págs. 29 y sgts.
122
Id., pág. 38.
tienen la virtud, no sólo de configurar el poder de decisión estatal, sino que, además, de vincular
y limitar el poder de toda la organización estatal 223 de la que la Administración forma parte.
87
El cuestionamiento proveniente de lo antenor se ve reforzado
por la aparición y desarrollo de nuevas formas de actuación administrativa asociadas a la
diversificación y ampliación de sus fines, lo que ha incidido, entre otros elementos, en la
variabilidad y complejidad de las relaciones en las que se involucra la Administración. En este
sentido, entre otros aspectos, se ha puesto de relieve el que hoy la Administración no sólo se
relaciona con sujetos de derecho común, sino que también existen un sin número de relaciones
entre órganos administrativos, 229 las que, obviamente escapan a la explicación tradicional basada
en la superioridad de uno de los sujetos de la relación. 23° A éste se agregan los casos en los que
la Administración —desde la primera postguerra- recurre a formas organizativas del Derecho
privado 231 o, más recientemente, del surgimiento de las denominadas administraciones
independientes, cuyo modelo se ha difundido en algunos ordenamientos jurídicos europeos,
siguiendo su aparición en el Derecho anglosajón. 232 Y, en el contexto de la globalización
económica, se ha destacado el hecho que actualmente el Estado no sólo se relaciona con
individuos, sino que frente a éste, muchas veces, se encuentran grandes corporaciones
supranacionales, que ponen en entredicho la capacidad del poder estatal asociado a la noción de
soberanía nacional de hacer frente a las nuevas exigencias que plantea la mundialización de la
economía,233
Pues bien, llegados a este punto, no cabe sino dar cuenta del
hecho que el cuestionamiento de la explicación tradicional de la relación jurídico-administrativa.
229
PAREJO ALFONSO, Luciano, Crisis y renovación en el Derecho público. 2' ed. Buenos Aires,
Editorial Ciudad Argentina, 2003, pág. 92.
230
Sin perjuicio de las relaciones jerárquicas que pueden darse entre los órganos involucrados, el Derecho
moderno recurre a técnicas de coordinación y cooperación que eviten la duplicidad de funciones y tiendan
a un aprovechamiento eficiente de los recursos humanos y materiales. En Chile, son innumerables las
normas que concretan relaciones específicas de coordinación entre los órganos administrativos, baste con
señalar, a modo de ej.. su consagración como principio general en los artículos 3 y 5 de la LOCBGAE.
FORSTHOFF, Ernst. Tratado de Derecho administrativo. Op. cit., pág. 115. También WEIL, Prosper.
Derecho Administrativo. Op. cit., págs. 53 y sgts.
232
En este sentido, MIR PUIGPELAT, señala como ejemplos de estos, en el Derecho español, el Consejo
de Seguridad Nuclear, el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, entre otros.
Véase MIR PUIGPELAT, Oriol. Globalización, Estado y Derecho. Las transformaciones del Derecho
administrativo. Madrid, Thomson Civitas, 2004, págs. 138 y sgts.
233
Id., págs. 208 y sgts.
['I'I
cuya premisa básica descansa en la infraordenación del individuo frente a la Administración del
Estado, se encuentra firmemente instalado en el debate actual. Y es que, a todas luces, las
condiciones en las que surgió dicha explicación han variado notablemente, tanto a partir de los
cambios operados en la posición de la persona y sus derechos en los ordenamientos jurídicos
modernos, como de la complejidad y variedad de las nuevas relaciones administrativas.
234
En este sentido, PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op.
cit., pág. 38. DEL MISMO AUTOR. Administrar y juzgar: dos funciones constitucionales distintas y
complementarias. Madrid, Tecnos S.A., 1993, pág. 101.
235
PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 38.
89
grupos de individuos, etc.- o, incluso existen relaciones entre la Administración y los
particulares dominadas por ámbitos más bien de cooperación, de negociación y de consenso; 23
todas las que no alcanzan a ser explicadas mediante el binomio tradicional sujeto supraordenado-
sujeto infraordenado. En otras palabras, la crisis del paradigma basado en la supremacía de la
Administración del Estado sobre el particular, se basa en que hoy esta concepción --en palabras
de PAREJO- ha perdido su "monopolio" explicativo.
23
En este sentido SCHMIDT-ASSMANN, Ebcrhard. La teoría general del Derecho administrativo como
sistema. Op. cit., págs. 36 y sgts. Cuestión que ya antes había puesto de relieve -también en la doctrina
alemana- FORSTHOFF, Ernst. Tratado de Derecho administrativo. Op. cit., pág. 117,
237
SCI-IMIDT-ASSMANN, Eberhard. Id., pág. 21.
238
Ibid.
90
ASSMANN-, de acuerdo al orden constitucional, el Estado no puede renunciar a su poder
normativo y a su monopolio de la tutela. 239
239
Ibid.
91
razonablemente la diferencia en la relación jurídica, en la que se reconoce a uno de los sujetos de
la relación la capacidad para imponer unilateralmente su voluntad.
240
En este sentido, se aprecia una antigua tradición en la historia legislativa nacional que acoge la
concepción de la Administración, como un sujeto especial, dotado de poderes exorbitantes al Derecho
común, entre los que se encuentra el poder administrativo de revisar sus actos propios mediante el
ejercicio de una potestad de autocontrol. Ya bajo la vigencia de la Constitución Política de 1833 un claro
ejemplo de la facultad administrativa de declarar la nulidad de un acto administrativo, se encuentra en la
Ley de Municipalidades de 1854, cuyo articulo 111, declaraba que: "Las municipalidades no podrán dictar
ordenanzas o reglamentos sobre objetos que no sean especial y determinadamente locales. Los que sobre
objetos de otra clase dictaren son nulos, y el gobernador o subdelegado o el intendente de la provincia
podrán declararlos tales. Si la municipalidad se creyere competente, podrá reclamar de esa declaración
ante el Consejo de Estado." En un sentido similar el artículo 124 señalaba que: "De todo reglamento que
dictare una municipalidad se pasará un ejemplar al Ministerio del Interior. Si en estos reglamentos la
Municipalidad se hubiere excedido de sus facultades, el Presidente de la República, lo declarará del todo o
en parte sin vigor, oyendo al Ministerio Público."
No obstante, se debe aclarar que se trata de casos de invalidación en que la facultad de privar de efectos a
un acto radica en la propia Administración, pero en un órgano distinto del que emitió el acto y que nada se
dice respecto de la radicación de la potestad en el mismo órgano.
Por otro lado —siempre bajo la vigencia de la Constitución Política de 1833- la Ley de Régimen Interior,
de 1885, en su artículo 40 —después de establecer la responsabilidad civil y criminal de los Intendentes,
Gobernadores, Subdelegados e Inspectores, por actos que comentan en el ejercicio de sus funciones-,
dispone: "Sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos anteriores, la persona ofendida ó perjudicada por
actos ú omisiones de estos funcionarios podrá reclamar por escrito ante ellos mismos.
"Si éstos persisten en sus resoluciones, el querellante tendrá el derecho para ocurrir á la autoridad
inmediatamente superior.
"Si ésta aprueba lo obrado, podrá el reclamante acudir de grado en grado hasta llegar al Presidente de la
República."
Es decir, se reconoce implícitamente la radicación de la potestad en el propio órgano, pero esta vez
haciéndola operar a petición de parte, en vía de recurso; sin perjuicio de la facultad de la autoridad
superior al acoger un recurso.
92
En el sentido expresado, uno de los primeros trabajos de
reconocido mérito y de cita obligada respecto del tema, 241 está constituido por la investigación
de OLGUIN JUÁREZ, quien, ya en 1961,—siguiendo el clásico modelo europeo continental-
sostenía que la Administración es una de las pocas organizaciones que puede ejercitar la potestad
de retirar un acto propio contrario a derecho, sin pasar por los tribunales de justicia, que son
quienes, normalmente, tienen la facultad de tutelar el ordenamiento jurídico; marcando además
una clara diferencia con la situación de los particulares. En este sentido, el autor referido,
señala que, a diferencia de éstos, "la Administración, en cambio, tiene potestad para tutelarse por
sí misma, y en presencia de un acto suyo contrario al ordenamiento normativo, ejercitando esta
auto-tutela o auto-control de juridicidad, podrá, ya sea de oficio o a petición de parte, invalidar
sus propios actos." 242
241
Ello, sin perjuicio que antes del autor citado, se encuentran planteamientos que hacen referencias a las
potestades exorbitantes de la Administración. Incluso, el tema de la invalidación •-o revocación por
ilegitimidad, en la terminología de la época- aparece mencionado aunque tangencialmente en autores
como LETELIER, IRIBARREN y VARAS, quienes en distintos trabajos sostienen que los actos de la
Administración son esencialmente revocables. En este sentido, puede verse VARAS CONTRERAS,
Guillermo. Derecho administrativo, Op. cit., pág. 281; LETELIER, Valentín. Apuntaciones de Derecho
administrativo. Santiago, Imprenta y Encuadernación Chile, 1907, pág. 19; IRRIBARREN, Juan Antonio.
Lecciones de Derecho administrativo: apuntes de clases. Santiago, Nascimento, 1936, págs. 39-40.
242
OLGUÍN JUÁREZ, Hugo. Extinción de los Actos Administrativos. Revocación, invalidación y
decaimiento. Op. cit., pág. 48.
243
OELCKERS CAMUS, Osvaldo. El principio de la autotutela administrativa como privilegio de la
Administración Pública. Revista de Derecho, Universidad Católica de Valparaíso. II, 1978, pág. 123.
DEL MISMO AUTOR. En torno al concepto de Administración Pública y Derecho Administrativo,
Revista de Ciencias Jurídicas. (5), 1975, págs. 49 y sgts.
93
entendieron el principio de la división de los poderes. Así, el autor citado hace suya la
conceptualización de la autotutela como un verdadero privilegio posicional, el que "supone una
determinada posición de exención respecto a los tribunales", 2" en virtud de la que la
Administración no necesita acudir al tribunal, pues, por sí misma, puede invalidar o revocar sus
actos, en una evidente manifestación del principio de autotutela que el ordenamiento jurídico le
concede. 245
244
OELCKERS CAMUS, Osvaldo. El principio de la autotutela administrativa como privilegio de la
Administración Pública. Id., pág. 127.
245
Id., pág. 131.
246
Id., pág. 133.
247
MARÍN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos administrativos. Op. cit.,
pág. 51.
94
posición, los poderes de autotutela, constituyen un atributo general e inseparable de la actividad
de la Administración, consistente en la aptitud jurídica para aprobar por sí misma actos que el
autor citado —usando la misma terminología de OELCKERS y SILVA CIMMA, entre otros-
califica de "ejecutorios" o que "causan ejecutoria", en tanto constituyen decisiones obligatorias,
que no necesitan de intervención ni declaración previa de la justicia y que permiten su inmediato
cumplimiento, sin necesidad de consentimiento del destinatario del acto. 248
95
administrativo es una decisión unilateral adoptada por órgano competente que no requiere para
su perfeccionamiento, existencia o validez, del consentimiento o aceptación del destinatario. 24
Luego, si el acto es obligatorio y ha de cumplirse, "es posible que sea exigido su
cumplimiento". 250
249
En este sentido puede verse, VARAS CONTRERAS, Guillermo. Derecho administrativo. Op. cit.,
pág. 12, quien señalaba que el Derecho administrativo regula relaciones entre el soberano que manda y el
súbdito que obedece. El Estado ordena y si es necesario limita la libertad y derechos particulares que el
DA es un derecho de prerrogativas, caracterizado por la situación preeminente del Estado frente al
individuo. En el mismo sentido, PANTOJA sostiene que el Derecho administrativo se identifica con el
"régimen administrativo" francés, el cual siguiendo a Hauriou —señala Pantoja- cuenta entre sus rasgos
esenciales, el que la Administración es un poder jurídico revestido de privilegios, entre los que destacan la
ejecutoriedad y la acción de oficio. PANTOJA, Rolando. El Derecho Administrativo, Colección
"Manuales Jurídicos" N° 106, Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1996, págs. 12-15.
25"AGUERREA MELLA, Pedro. Las prerrogativas del acto administrativo en la Ley N° 19.880. j
VVAA. Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos. Santiago, Universidad Santo Tomás, 2003,
pág. 47.
251
SOTO KLOSS, Eduardo. La noción de acto administrativo en el derecho chileno. Una perspectiva
sustancial, j VVAA. Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos. Santiago, Universidad Santo
Tomás, 2007págs. 43 y 44.
me
retira, destruye o priva de efectos jurídicos un acto anterior propio en contra del interés privado
en el mantenimiento o estabilidad de los efectos favorables generados por un acto irregular.
232
Lo que tendría cabida, pues como se ha visto, al menos en la doctrina italiana los autores no asignan a
la autotutela un significado unívoco, como se expresó respecto de QIANNIN!, quien reserva la expresión
a aquella que BENVENUTI denomina autotutela ejecutoria y que GARCIA DE ENTERRIA califica
como autotutela ejecutiva.
253
En este sentido, si bien el concepto doctrinal de acto administrativo ha incorporado elementos
sustantivos referidos a su vinculación al bien común, la concepción tradicional basada en la unilateralidad
no ha sido modificada.
254
Ellos serán abordados al tratar los límites de la invalidación.
97
En este sentido, el primero de los aspectos mencionados
constituía la objeción más radical a la institución, en tanto se negaba —y se sigue haciendo, según
se verá- la radicación de la potestad en el Derecho administrativo nacional. Estos argumentos se
agrupan en dos órdenes de ideas: en primer término, el postulado que sostiene que el ejercicio de
la invalidación, como potestad administrativa, requiere una habilitación legal previa y expresa en
virtud del principio de legalidad. En segundo lugar, en que la invalidación administrativa, en
tanto constituye una expresión de autotutela, se encuentra proscrita por el ordenamiento
constitucional chileno.
255
Publicada en el Diario Oficial de 29 de mayo de 2003.
no caben ni pueden tener aplicación aquellas normas legales o administrativas que se opongan a
la norma fundamental. Por tanto, de ser efectiva la objeción, hoy es indiscutible —a partir del
articulo 6 inciso segundo de la CPR- que tanto las disposiciones legales que se funden en la
autotutela, como los actos administrativos de retiro de actos propios sustentados en dichas
normas legales, no tienen cabida en Chile.
Puede verse, BULNES ALDUNATE, Luz. La fuerza normativa de la Constitución. Revista Chilena
de Derecho. (especial) 137-142, 1998.
99
Así se sostiene que los atributos que la LBPA otorga a los actos
de la Administración, en tanto se establece que estos gozan de ejecución material de oficio y de
imperio, 260 son absolutamente ajenos al ordenamiento jurídico nacional, pues de acuerdo al
artículo 76 de la CPR, el imperio es una atribución exclusiva de los tribunales de justicia y el
traslado por vía legal del i,nperium iudicii a los actos de la Administración es totalmente
improcedente. 26 ' En el mismo sentido y en una clara referencia a la interdicción de la autotutela
administrativa, pero ahora centrada en el fundamental derecho a la igualdad ante la ley, se
sostiene —en una interpretación bastante extensiva de la norma que se invoca- que la CPR no
autoriza para declarar con presunción de legalidad a acto alguno de los órganos estatales, 262 pues
ello "significa un privilegio que pugna o choca con la prohibición de 'persona' privilegiada que
consagra el inciso primero del articulo 19 N° 2 (de la CPR), y de diferencia 'arbitraria' de su
inciso 20..263
260
Artículos 3 inciso final y 51.
261
SOTO KLOSS, Eduardo. La Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos, ¿"Aleluya" o
"Misesere"?. Op. cit., pág. 92.
262
Id., pag. 93.
263
Id., pág. 99. La misma idea es reiterada mas recientemente en SOTO KLOSS, Eduardo. La pretendida
autotutela invalidatoria de la Administración, gaceta jurídica. Op. cit., pág. 7.
264
Sin perjuicio de lo que sostiene esta doctrina respecto de los efectos de derecho y adquiridos por
destinatarios de buena fe.
100
nulidad, que el texto constitucional entrega en forma exclusiva a los tribunales de justicia, en su
articulo 76..
265
La referencia al número del artículo que hace el autor citado es errónea, pues, en realidad la
invalidación se encuentra regulada en el artículo 53 de la LBPA.
266
SOTO KLOSS, Eduardo, La Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos, ¿"Aleluya" o
"Misesere"?. Op. cit., pág. 96.
267
LILLO VALENZUELA, Juan Carlos. Sobre la forma de proceder de la administración frente a sus
actos administrativos que infringen el principio de juridicidad (replanteamiento del tema invalidatorio).
Op. cit., pág. 69.
28
Ibid.
101
Se agrega como argumento que la Administración no podría
invalidar por sí misma, con las consecuencias retroactivas que ello tiene, pues no se encuentra
facultada para enjuiciar el pasado. 269 En el mismo sentido se ha pronunciado FIAMMA, quien
agrega que la declaración de nulidad de un acto de la Administración es un asunto jurisdiccional
"porque hay una contienda entre el derecho de un particular y un acto de la Administración". 270
269
Id., pág. 73.
270
FIAMMA OLIVARES, Gustavo. La acción constitucional de nulidad. Un supremo aporte del
Constituyente de 1980 al Derecho Procesal Administrativo. Revista de Derecho y Jurisprudencia.
LXXXIII, 1986, págs. 123 y sgts. No obstante, se debe advertir que la contienda de carácter jurídico
recién surge con el acto invalidatorio que desconoce el interés del particular en el mantenimiento del acto
original.
271
LILLO VALENZUELA, Juan Carlos. Sobre la forma de proceder de la administración frente a sus
actos administrativos que infringen el principio de juridicidad (replanteamiento del tema invalidatorio).
Op. cit., pág. 71.
102
Por tanto, esta posición crítica de los poderes de autotutela,
supone derechamente que la invalidación constituye el ejercicio de actividad jurisdiccional, por
lo que —se sostiene- si con posterioridad a la emisión de un acto administrativo, el emisor
advierte su irregularidad, la única posibilidad reconocida constitucionalmente para retirarlo y
privarlo de efectos es en un procedimiento jurisdiccional idóneo y contradictorio a fin de que
sean los tribunales de justicia quienes realicen la correspondiente declaración de nulidad y no se
podría, sin invadir atribuciones reservadas constitucionalmente a éstos, ejercer la potestad
invalidatoria, en vía de autotutela o autorizar su ejercicio, aun en sede legislativa.
272
Síntesis de las posiciones jurisprudenciales anteriores a dicha ley, puede verse en: MILLAR SILVA,
Javier. La potestad invalidatoria en la jurisprudencia nacional. Procedencia, alcance y limitaciones.
Revista de Derecho. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Austral de Chile. (XIV): 83-
97, 2003.
273
Ello, sea porque no existía ley que contemplara expresamente la potestad (en este sentido: CA de
Temuco, Sentencia de 9 octubre 1996, "Andaluz Cepero y otro con SEREMI de Bienes Nacionales IX
Región." Rol N° 748-96; CA de Santiago, Sentencia de 6 de julio de 1994, "Meza Herrera con ¡NP.", Rol
N° 1.402-94, confirmada por la Excma. CS en Sentencia de 26 de julio de 1994, Rol N° 23.418; CA de
Valparaíso, Sentencia de 13 marzo de 1995, "Hidalgo Muñoz con Director Regional INP V Región.", Rol
N° 614-94, confirmada por la Excma. CS en Sentencia de 4 abril 1995, Rol N° 24,693; CA de Santiago,
Sentencia de 4 noviembre 1994, "Carrasco Vivanco con INP.", Rol N° 1.477-94, confirnuda por la
Excma. CS en Sentencia de 23 noviembre 1994, Rol N° 24.100). 0 sea porque se estimaba que se trataba
de un asunto judicial que debía resolverse al amparo de un debido proceso (en este sentido: CA de
Valparaíso, Sentencia de 22 marzo de 1995, "Ulloa Aguilera con Director INP V Región", Rol N°618-94.
coníirmada por la Excma. CS en Sentencia de 11 abril 1995, Rol N° 24.726; CA de Santiago, 17 marzo
1994, "Riquelme Vergara con ¡NP", Rol N° 190-94, confirmada por la Excma. CS, en Sentencia de 13
abril 1994, Rol N° 22.756; CA de Concepción, Sentencia de 24 octubre 1997, "Gallardo Muñoz con INI 3
VIII Región" Rol N° 270-97, confirmada por la Excma. CS en Sentencia de 23 diciembre 1997, Rol N°
3.887-97). 0 sea porque se estimaba que la incorporación de beneficios patrimoniales impedía su
ejercicio (en este sentido, además de "Carrasco Vivanco con INP", "Meza Herrera con INP" y "Andaluz
Cepero y otro con SEREMI de Bienes Nacionales IX Región", ya citados, puede verse CS Sentencia de 7
enero 1999, "Acuña Mondaca con Director de Servicio de Salud Araucanía Sur" Rol N° 4.426-98). 0 sea
porque se estimaba que el destinatario del acto se encontraba amparado por el principio de protección de
103
será la posición judicial a partir de los primeros años del siglo XXI, se sostenía que la potestad
invalidatoria era ajena al régimen de Estado de Derecho imperante en nuestro país. 275
la buena fe de terceros (en este sentido: CA de Concepción, Sentencia de 27 marzo de 1995, "Agurto
Valdebenito con Directora de Educación de la Municipalidad de Mulchén", confirmada por la Excma. CS
en Sentencia de 18 abril 1995, Rol N° 24.772; y CA de Concepción, Sentencia de 6 enero 1998,
"Casagrande Ltda. con Municipalidad de los Angeles y otro", Rol N° 238-98).
274
En este sentido, puede verse: CA de Valparaíso, Sentencia de 25 de agosto de 1988, "Campaña
Aycinema con Caja de Previsión de la Marina Mercante Nacional", Rol N° 350-88, confirmada por la
Excma. CS en Sentencia de 26 de septiembre de 1988, Rol N° 13.123; CA de Valparaíso, Sentencia de 3
abril de 1995, "Pesquera Los Fiordos Ltda. con Subsecretario de Pesca", Rol N° 66-95, confirmada por la
Excma. CS en Sentencia de 13 diciembre de 1995, Rol N°24.876; y CA de Chillán, Sentencia de 16 enero
de 1995, "Mora González con Alcalde de la Municipalidad de San Nicolás", Rol N° 1.462, confirmada por
la Excma. CS en Sentencia de 3 abril de 1995, Rol N° 24.485.
275
CA de Santiago, Sentencia de 19 de abril de 1991, "Lathrop Zabala con Contralor General de la
República", Rol N° 13-91, Considerando 5. Confirmada por la Excma. CS en Sentencia de 25 de mayo de
1991, Rol N° 17,064.
276
La referencia es a CS, Sentencia de 20 de octubre de 1999, "Salinas Lolic con Dirección de Obras de la
I. Municipalidad de Viña del Mar", Rol N° 3.455-99.
277
En sentido contrario a lo sostenido en el texto, SOTO KLOSS, Eduardo. La pretendida autotutela
invalidatoria de la Administración, gaceta jurídica. Op. cit.
104
poder de invalidar resoluciones ilegítimas. 279 De manera que, aun antes de la entrada en
vigencia de la LBPA, ya los tribunales nacionales sostenían que la invalidación administrativa
"responde a la plena observancia del principio de legalidad que enmarca el accionar de la
Administración y de todos los Organismos del Estado", 28° agregando en otro fallo que "la
legalidad de un acto presupone, necesariamente, el que pueda también establecerse la ilegalidad
del mismo, siendo un principio de buena administración pública el que todos los órganos del
Estado corrijan tales actos ilegítimos", 281 dando con ello "satisfacción al interés público,
comprometido en la vigencia de lajuridicidad." 2142
279
Id., Considerando 7. En el mismo sentido, CS, Sentencia de 20 de octubre de 1999, "Salinas Lolic Con
Dirección de Obras de la I. Municipalidad de Viña del Mar", Rol N° 3.455-99, Considerando 9.
2140
CA de Valparaíso, Sentencia de 27 de marzo de 2002, "Suazo Soto, con Director de Obras de la 1.
Municipalidad de Viña del Mar", Rol N° 640 01, Considerando 6, confirmada por la Excma. CS en
Sentencia de 6 de mayo de 2002, Rol N° 1.412 02.
281
CA de Valparaíso, Sentencia de 9 de mayo de 2001, "Congelados y Conservas Fitz Roy con Director
Nacional de Pesca", Rol N° 76-01, Considerando 3, confirmada por la Excma. CS en Sentencia de 14 de
junio de 2001, Rol N° 1.923-01.
2142
Id., Considerando 8.
283
CA de Valparaíso, Sentencia de 27 de marzo de 2002, "Suazo Soto, con Director de Obras de la 1.
Municipalidad de Viña del Mar", ya citado, Considerando 7.
284
CS, Sentencia de 1 de septiembre de 2004, "Iturrieta Méndez con 1. Municipalidad de Valparaíso y
Contralor Regional de Valparaíso", Rol N° 3.693-04, Considerando 7.
105
acto que adolece de un vicio en su génesis, sólo corresponde aplicar la invalidación prevista en
el artículo 53 de la L13PA, 285
285
CA de Chillán, Sentencia de 13 de agosto de 2005, "Herrera Valeria y otTos con 1. Municipalidad de
Trchualco", Rol N° 138-05, Considerando 4, confirmada por la Excma. CS en Sentencia de 3 dc
noviembre de 2005, Rol N° 5.440-05.
286
CS, Sentencia de 1 de septiembre de 2004, "Iturrieta Méndez con 1. Municipalidad de Valparaíso y
Contralor Regional de Valparaíso", Rol N° 3.693-04, Considerando 7.
287
CA de La Serena, Sentencia de 31 de enero de 2008, "Riveros Vigorena con 1. Municipalidad de La
Serena", Rol N° 1.220-07, Considerando 14.
288
ASEVETRANS CA de Anca, Sentencia de 19 de mayo de 2008, "Sociedad Asevetrans Ltda.. con
Alcalde Suplente de Anca", Rol N° 545-07, Considerando 6. Confirmada por la Excma. CS en Sentencia
de 13 de agosto de 2008, Rol N° 3.204-08.
106
De esta manera, entonces, se puede concluir que la
jurisprudencia reciente de los tribunales nacionales, lejos de negar la procedencia de los poderes
de autotutela anulatoria, se orienta claramente hacia su aceptación y reconocimiento, sosteniendo
que su ejercicio no deja en indefensión a los afectados con ella, pues la misma decisión
administrativa puede ser impugnada en sede administrativa o jurisdiccional, 289 ni vuinera la
garantia constitucional de igualdad ante la ley. 290
29
CA de Valparaíso, Sentencia de 27 de marzo de 2002, "Suazo Soto, con Director de Obras de la 1.
Municipalidad de Viña del Mar", ya citado, Considerando 6.
° CA de Anca, Sentencia de 19 de mayo de 2008, "Sociedad Asevetrans Ltda., con Alcalde Suplente de
Anca", ya citado, Considerando 7.
107
actos anteriores propios, la que es realizada a través de actos que gozan de los atributos comunes
a todos los actos administrativos: la unilateralidad e imperatividad.
HE
Por otro lado, el sector de la doctrina nacional que rechaza la
procedencia de la autotutela administrativa, no niega directamente la facultad de dictar actos
unilaterales. Incluso se advierte que, contradictoriamente a sus postulados generales de negar la
autotutela administrativa, cataloga a aquella facultad como autotutela declarativa, aceptándola
expresamente en el ordenamiento jurídico nacional. Así, p. ej., uno de los autores que más ha
desarrollado el tema de la proscripción de la autotutela en el ordenamiento jurídico
administrativo chileno, SOTO KLOSS, sostiene—al tratar el fin de los actos administrativos- que
'es en razón de ese fin que el legislador habilita expresamente con poderes jurídicos públicos/de
imposición a un órgano determinado, es en razón de ello que existe el órgano mismo, y es en
razón de ello que este órgano emite unilateralmente una decisión que se impone a sus
destinatarios, haciendo ejercicio de esa autotutela declarativa con que ha sido provisto por el
ordenamiento legal." 29 ' Es decir, al referirse a los fines de los actos administrativos acepta la
existencia de autotutela, pero al hablar de la invalidación, la rechaza categóricamente.
291
SOTO KLOSS, Eduardo. La noción de acto administrativo en el derecho chileno. Una perspectiva
sustancial. Op. cit., pág. 42.
292
FIAMMA OLIVARES, Gustavo. El régimen administrativo tutelado. Gaceta Jurídica. (71), 1986, pág.
8.
109
invalidar por sí misma sus actos contrarios a derecho, lo que es coherente con su afirmación en
el sentido que ordenamiento jurídico chileno se aleja de la forma absoluta en que el modelo
francés original entiende el principio de separación de poderes, pero pareciera ser incoherente
con el reconocimiento que el autor hace de la autotutela declarativa en Chile. Ello, al menos si
se da a la misma el sentido amplio que le atribuye la doctrina nacional y comparada antes
expuesta. Lo que se entiende, en todo caso, porque el autor nacional atribuye a la invalidación
un efecto específico que identifica con la función jurisdíccional, que consiste en la declaración
de nulidad del acto administrativo inválido.
110
En este esquema conceptual, el fundamento de la invalidación
administrativa radica en la autotutela declarativa, la que incluye la facultad de auto controlar sus
actos y situaciones jurídicas, mediante actos que se imponen unilateralmente sobre los
destinatarios en particular, como sobre los administrados en general. Capacidad que, como se ha
señalado, es presentada como un privilegio, el que es referido, tanto por GARCÍA de
ENTERRIA como por BENVENUTI, como la posibilidad de hacerse justicia por sí mismo. 293
Expresiones que tienen su antecedente en HAURIOU, quien se refiere a la capacidad de hacerse
justicia por sí mismo, al explicar la acción de oficio.
293
BENVENUTI, Feliciano. VoceAuiotutela. Op. cit., pág. 541.
294
FIAMMA OLIVARES, Gustavo. El régimen administrativo tutelado. Op. cit., pág. 7 y sgts.
segunda mitad del siglo XX, el privilegio posicional de autotutela —como sostiene MARÍN
VALLEJO- en ningún caso consiste en una exención jurisdiccional absoluta de la
Administración, ni en una aplicación simple del principio de separación de poderes, que la
sustraiga del control de los tribunales de justicia. 295
2.4.1. PlanteamIento.
Establecido el fundamento de la potestad invalidatoria atribuida
por el legislador a la Administración, en el privilegio de autotutela y delimitado el alcance de
ésta respecto de la potestad, en tanto autotutela declarativa o decisoria, corresponde determinar
si el mismo se encuentra o no en conformidad con el Estado de Derecho delineado por ci
constituyente.
MARÍN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos administrativos. Op. cii..
pág. 51.
296
Publicada en el Diario Oficial de 26 de agosto de 2005.
297
Respecto de dicha modificación, puede verse: PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Reformas
constitucionales 2005. Antecedentes - Debates - Informes. Santiago, Editorial Juridica de Chile, 2005.
Sobre el mismo tema, puede verse también los trabajos de RIOS ALVAREZ, Lautaro. La gran reforma de
la Ley N° 20.050 a la Constitución Política de Chile. Gaceta Jurídica, N° 307, 2006, págs. 7 y sgts., y de
RIOS ALVAREZ, Lautaro y PICA FLORES, Rodrigo. Nuevos hitos en la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional a raíz de la reforma de 2005. Gaceta Jurídica, N° 336, 2008, págs. 7 y sgts.
'98
Ve ase articulo 93 N° 6 de la CPR, introducido por el articulo 1 N° 42 de la ley N° 20.050.
299
Véase articulo 93 N° 7 de la CPR, introducido por el artículo 1 N° 42 de la ley N° 20.050.
112
Constitucional- se concede una acción pública tendiente a obtener la declaración respectiva 300 y
cuyo efecto es la derogación de la ley impugnada, a partir de la publicación en el Diario Oficial
de la sentencia que declare la inconstitucionalidad. 30 '
°° Véase inciso décimo segundo del artículo 93 de la CPR, introducido por el artículo 1 N° 42 de la ley N°
20.050.
°' Véase inciso tercero del artículo 94 de la CPR, introducido por el artículo ¡ N° 43 de la ley N° 20.050.
302
BARCELONA LLOP, Javier. Ejecutividad, ejecutoriedad y ejecución forzosa de los actos
administrativos. Op. cit., págs. 149-150.
113
2.4.2. Sistema constitucional de apoderamientos.
En este sentido, puede verse, el Capítulo IV, relativo al Gobierno y, dentro de éste, la regulación del
Presidente de la República y de los Ministros de Estado; el Capítulo X, relativo a la Contraloría General
de la República; el Capítulo XI, relativo a las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública; el Capítulo
XIII, relativo al Banco Central y el Capítulo XIV, relativo al Gobierno y administración interior del
Estado, en el que son tratados el gobierno y administración regional, el gobierno y administración
provincial y la administración comunal.
114
Sin embargo, lo anterior aún no zanja el problema de los poderes
de autotutela. En efecto, que necesariamente el legislador pueda y deba regular la materia
reserva de ley de iniciativa exclusiva del Presidente de la República-, aún no resuelve el
problema de la atribución de poderes exorbitantes o del llamado privilegio posicional, es decir,
de la decisión legislativa de facultar a la Administración de la capacidad de tutelar por sí misma
sus propias situaciones jurídicas que comprometen el respeto al ordenamiento jurídico. En otras
palabras, la pregunta que corresponde es ¿hasta dónde puede llegar el legislador al dotar de
poderes a la Administración'! Naturalmente que el legislador no es libre en la determinación
específica de dichos poderes, sino que tiene límites y éstos siguen estando impuestos por el texto
constitucional. Por lo tanto, la cuestión es, si el legislador ¿se encuentra o no facultado para
habilitar a la Administración de privilegios o poderes exorbitantes frente a los particulares?.
304
En este sentido, PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op.
cit., pág. 603. En el mismo sentido BARCELONA LLOP, Javier. Ejecutividad, ejecutoriedad y ejecución
forzosa de los actos administrativos. Op. cít., págs. 150 y sgts.
115
específicamente en el inciso segundo del artículo 38, según se verá en su oportunidad, respecto
de la posibilidad de impugnar judicialmente las decisiones o actuaciones administrativas.
Normas, en su conjunto, que permiten delinear un modelo de Administración constitucional que
-como se demostrará- no excluye la exorbitancia y la desigualdad respecto de los particulares.
Articulo 24 de la CPR.
306
Véase CAZOR ALISTE, Kamel y FERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, Mónica, Constitución, reformas y
principio democrático. Revista de Derecho, Universidad Austral de Chile. XIII, 2002, págs. 147 y sgts.
Para estos autores, la idea del bien común representa un discurso antidemocrático agotado, en tanto,
asocian dicho concepto con una sociedad estamental, muy diferente a la moderna sociedad pluralista.
En este sentido, se ha señalado que los principios consagrados en el articulo 1 de la CPR, constituyen
"un elemento inspirador básico del conjunto sistemático de normas que se establecen a continuación. De
este modo, no resulta posible entender coherentemente nuestra Constitución, sino estableciendo una
relación lógica entre su primer articulo -que define la visión normativa que compartiríamos de las
personas, en tanto seres libres e iguales y que determina los objetivos fundamentales del Estado- y las
demás normas de carácter orgánico y dogmático que siguen a continuación, especialmente aquellas que
reconocen derechos fundamentales." ESPEJO YAKSIC, Nicolás. La interpretación amplia del principio
de la no-discriminación a la luz del principio de igualdad. Un enfoque igualitarista del interés público.
116
CAMACHO, la Administración "es el poder público direccionado para lograr la efectividad del
orden constitucional, constituyendo una herramienta crucial para lograr los intereses generales,
por lo que es válido atribuirle los mismos objetivos que al Estado." 308 Objetivos que, en el caso
de la Administración, se concretizan en la satisfacción de necesidades colectivas como elemento
integrante del bien común. Es decir, en la actividad concreta y práctica del Estado en el
cumplimiento directo e inmediato de sus cometidos. 309
° Id., pág. 209. La referencia que hace el autor citado es a los artículos 52 y 53 de la LOCBGAE,
incorporados, en 1999, por la ley N° 19.653, de Probidad Administrativa.
117
Si bien la doctrina que se ha venido invocando no utiliza esta
argumentación para fundar poderes exorbitantes, si se considera la necesaria vinculación entre el
cumplimiento de los fines que el ordenamiento atribuye a cada órgano y los poderes con que se
le ha de habilitar para ello; 312 es indudable que ella, al asociar el bien común consagrado en el
artículo 10 Inciso cuarto de la CPR, con la satisfacción de intereses generales 313 y con la eficacia
del actuar público dirigido en tal sentido, justifica la existencia de poderes jurídicos o potestades
especiales, distintos de aquellos de que gozan los particulares para la consecución de intereses
propios, en tanto aquellos van dirigidos a la realización de un interés ajeno.
312
PANTOJA, Rolando. El Derecho Administrativo. Op. cit., págs. 175-176. En el mismo sentido,
SILVA CIMMA se refiere a la necesaria conexión que existe entre las potestades administrativas y los
cometidos de la Administración en el concierto de fines estatales, cuya ejecución práctica es función de
ésta. Véase SILVA CIMMA, Enrique, Derecho Administrativo chileno y comparado. Tomo 1.
Introducción y fuentes. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1996, pág. 25.
313
En el mismo sentido, la jurisprudencia internacional humanitaria ha tenido ocasión de pronunciarse
sobre los conceptos de interés público y bien común, utilizados, respectivamente, en los artículos 30 y 32
N° 2 de la Convención Americana de Derechos Humanos, estableciendo una conexión entre ambos. En
éste sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha asociado ambos conceptos, señalando: "El
requisito según la cual las leyes han de ser dictadas por razones de interés general significa que deben
haber sido adoptadas en función del 'bien común' (art. 32.2), concepto que ha de interpretarsc como
elemento integrante del orden público del Estado democrático, cuyo fin principal es 'la protección de los
derechos esenciales del hombre y la creación de circunstancias que le permitan progresar espiritual y
materialmente y alcanzar la felicidad" Véase CIDH. Opinión Consultiva 6/86, de 9 de mayo de 1986,
párrafo 29.
314
DE LA CUÉTARA, Juan Miguel. Las potestades administrativas. Op, cit., pág. 43.
GIANNINI- "instituciones de maximización de la certeza jurídica de las potestades públicas", 31 '
las que, en el ordenamiento chileno están dadas principalmente, de acuerdo a los citados
artículos 6, 7 y 65 de la CPR, por los principios de competencia y de reserva legal para atribuir
poderes a la Administración del Estado. Ello es, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 38
inciso segundo, que consagra la competencia general de los tribunales de justicia para conocer
de los reclamos en contra de la Administración del Estado, a instancias de cualquier persona que
estime lesionados sus derechos.
GIANNINI, Massimo Severo. iseituzioni di Diritto amrninisfrativo. Op. cit., pág. 261,
316
MARIN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos administrativos. Op. cii.,
pág. 54.
119
Por tanto, nada impide al legislador asociar al interés general,
del cual la regularidad del sistema jurídico es parte integrante, la exigencia de "medios idóneos
de diagnóstico, decisión y control, para concretar, dentro del orden jurídico, una gestión eficiente
y eficaz", como se hace en el artículo 53 de la LOCBGAE; o para imputar a los actos de la
Administración los atributos de la presunción iuris tanturn de legalidad, de imperio y de
exigibilidad, como hace en el inciso final del artículo 3 de la LBPA, con el objetivo de asegurar
la eficacia en el cumplimiento de los fines institucionales o de interés general; o para otorgar
poderes exorbitantes al Derecho común para volver sobre sus actos irregulares, revisarlos y
retirarlos de la vida jurídica cuando éstos son contrarios a dicho orden jurídico, como hace en el
artículo 53 de la LBPA, alejándose, por tanto, de la finalidad de interés general prevista en la
norma institucionalizadora-atributiva. Todos medios exorbitantes al Derecho común y que se
justifican en la consecución y efectividad práctica de los fines que se manifiestan en el
ordenamiento jurídico.
317
En sentido contrario, CALDERA sostiene que la vinculación al ordenamiento jurídico del sujeto del
Derecho administrativo, implica la necesaria habilitación normativa de competencia o atribución, en forma
expresa y previa. CALDERA DELOADO, Hugo. Tratado de Derecho Administrativo. Tomo 1.
Santiago, Ediciones Parlamento, 2001, págs. 68 y sgts. En el mismo sentido, FERRADA quien opone
atribución implícita a expresa, negando la posibilidad de apoderamientos implícitos en el Derecho chileno;
así sostiene, criticando la posición más extrema representada por MARIN, que ésta "es difícil de
sostener... en un sistema tasado de potestades administrativas, como el chileno". FERRADA I3ORQUEZ,
Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la Administración del Estado. Op. cit., vease
especialmente su nota 11 a pie de pág. 4.
En una posición más extrema a la aquí sostenida MARIN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la
invalidación de los actos administrativos. Op. cit., pág. 53. Este autor sostiene, basado en jurisprudencia
contralora (CGR, Dictamen N° 70.900, de 1958) que "la potestad de invalidar no requiere de autorización
expresa de la ley, por ser de la esencia del Derecho administrativo".
La posición de OELCKERS, quien parte de la oposición entre poderes expresos vs. poderes presuntos —y
no de poderes expresos vs. implícitos, como hace FERRADA al criticar a MARIN-, permitiría sostener,
acorde con parte de la doctrina espailola representada por GARCIA DE ENTERRIA que lo implícito no
deja de ser expreso.
120
señala OELCKERS, lo normal es la atribución explícita o manifiesta de poder jurídico, "pero
también existen atribuciones implícitas de potestad justificadas por una razón muy simple: el
ordenamiento no se acaba en la ley escrita, lo que significa la existencia de poderes
inherentes". 318 Precisando estos conceptos, la doctrina española ha señalado que "la inherencia o
la implicación han de deducirse, no de ninguna imagen ideal o abstracta de unos supuestos
poderes 'normales' administrativos (imagen que arruinaría la exigencia de la legalidad en su
función habilitante), sino de otros poderes expresamente reconocidos por la ley y de la posición
juridica singular que ésta construye, como poderes concomitantes de tales o de tal posición o,
incluso, como filiales o derivados de los mismos (poderes incluidos en otros o derivados)". 3 "
318
OELCKERS CAMUS, Osvaldo. El contenido y alcance del principio de legalidad en las actuaciones
de la Administración del Estado. En: VVAA. La Administración del Estado de Chile. Decenio 1990-
2000. Santiago, Editorial Jurídica ConoSur, 2000, pág. 470,
121
positivista que lo reduce a un agregado de leyes. 322 Es el ordenamiento, desde la cúspide del
sistema -la Constitución-, a través de sus normas y principios establecidos, el que apodera
implícitamente para dejar sin efecto actos propios ilegítimos, mediante actos de autotutela
declarativa. Ello, en tanto la Constitución impone a la Administración el deber de respetar el
principio de juridicidad en su acción tendiente a cumplir su finalidad de promover el bien común
atendiendo las necesidades públicas, 323 correspondiendo su desarrollo y determinación concreta
de sus manifestaciones al legislador.
322
GARCIA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Curso (le Derecho
Administrativo. Tomo 1. Op. cit., pág. 60.
323
En un sentido similar, a partir del objetivo de las potestades administrativas encaminado al
cumplimiento de los fines que el ordenamiento encomienda a la Administración, PANTOJA concluye que
-a falta de texto expreso-, por su naturaleza aquellas implican poderes de acción y reacción, de imperio y
de contraimperio. PANTOJA BAUZA, Rolando, El Derecho Administrativo. Op. cii., págs. 175-176.
324
CS, Sentencia de 1 de septiembre de 2004, "Iturrieta Méndez con I. Municipalidad de Valparaíso y
Contralor Regional de Valparaíso", Rol N° 3.693-04. En el mismo sentido, CA de Valparaíso, Sentencia
de 14 de junio de 2001, "Congelados y Conservas FitZ S.A. con Director Nacional de Pesca", Rol N°
1.923-01.
122
Administración hoy "no representa al pueblo, sino que le sirve", por lo que —en su opinión- no
puede ampararse en la nota de soberanía, sino que es una organización subordinada al derecho
"obligada a justificarse en la observancia estricta de las normas legales". 325 No obstante, en el
Estado constitucional chileno, la Administración, en tanto residenciada orgánicamente en el
Ejecutivo y subordinada a la autoridad democrática del Presidente de la República, en los
términos del artículo 5 de la CPR, goza de la legitimidad democrática de éste. Lo que debe
entenderse en conexión con los poderes jurídicos derivados de los vínculos de dependencia o de
supervigilancia, que sobre los servicios públicos centralizados o descentralizados ejerce el
Presidente de la República; 326 y sin perjuicio de la legitimidad democrática directa o indirecta
que en el sistema constitucional chileno ostentan otros órganos de la Administración. 327
123
actuación de la Administración, a la revisión judicial que sobre la misma recae en forma
exclusiva y definitiva —de acuerdo al artículo 76 de la CPR- en los tribunales de justicia. 12 '
329
En este sentido FIAMMA OLIVARES, Gustavo. La acción constitucional de nulidad. Un supremo
aporte del Constituyente de 1980 al Derecho Procesal Administrativo. Op cit., págs. 123 y sgts.
Artículo 113, inciso final, de la CI, señala: "La legge determina quali organi (ji giurisdizione posso'w
annulare gli arti della pubblica amministrazione nei casi e con gli effetti previsti dalia legge stessa."
332
Por todos, FIAMMA OLIVARES, Gustavo. La acción constitucional de nulidad. Un supremo aporte
del Constituyente de 1980 al Derecho Procesal Administrativo. Op cit.
En el mismo sentido, PAREJO sostiene respecto del artículo 103.1 de la CE, que "el control presupone
la existencia de la acción del poder administrativo." PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho
administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 121.
124
En otras palabras, llevado esto al ámbito específico de los actos administrativos, el control
judicial motivado por la pretensión reclamatoria deducida por el afectado, necesariamente
presupone la existencia de un acto administrativo previo.
125
2.4.4. Autotutela admInistrativa e Igualdad ante la ley.
126
igualdad asegurada a las personas en el artículo 19 N° 2 de la CPR. En este sentido debe estarse
a la opinión del Tribunal Constitucional, el que, tempranamente, ha dictaminado que "la
igualdad ante la ley consiste en que las normas jurídicas deben ser iguales para todas las
personas que se encuentren en las mismas circunstancias y, consecuencialmente, diversas para
aquellas que se encuentren en situaciones diferentes" 335 , agregando, en cita de doctrina
comparada, que "la igualdad supone, por lo tanto, la distinción razonable entre quienes no se
encuentren en la misma condición. ••,,336, por lo tanto, concluye el Tribunal, el "trato igual para
situaciones disímiles no resulta razonable, y como bien se ha dicho 'la razonabilidad es el
cartabón o standard de acuerdo con el cual debe apreciarse la medida de la igualdad o la
desigualdad". 337
127
internacionales. 339 En este sentido, la CIDH profundizando en los elementos constitutivos del
principio de igualdad, al que se encuentra inseparablemente unido el de no discriminación, ha
sostenido, que en "función del reconocimiento de la igualdad ante la ley se prohíbe todo
tratamiento discriminatori0" 340 , estableciendo una reveladora oposición entre los términos
distinción y discriminación, según la cual aquel corresponde a "lo admisible, en virtud de ser
razonable, proporcional y objetivo"; mientras que el segundo de los términos mencionados "se
utilizará para hacer referencia a lo inadmisible, por violar los derechos humanos. Por tanto, se
utilizará el término discriminación para hacer referencia a toda exclusión, restricción o privilegio
que no sea objetivo y razonable, que redunde en detrimento de los derechos humanos". 34 '
"" Corte Europea de Derechos Humanos, Caso 'Willis y. The United Kingdom", Decisión de 11 de junio
de 2002, párrafo 39; Corte Europea de Derechos Humanos, Caso "Wessels-Bergervoet Y. The
Netherlands", Decisión de 4 de junio de 2002, párrafo 46.
medida en cuestión, considerando los principios que normalmente prevalecen en las sociedades
democráticas, de manera que —sostiene la Corte- una diferencia de trato en el ejercicio de un
derecho no sólo debe buscar un fin legítimo, sino que además debe existir una relación razonable
de proporcionalidad entre los medios utilizados y el fin que se busca llevar a cabo. 345
Corte Europea de Derechos Humanos, Caso "Relating to certain aspects of the laws on the use of
languages in education in Belgium y. Belgium", Decisión de 23 de Julio de 1968, Series A 1968, párrafo
10.
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva 17/02 de 28 de agosto de 2002. Serie
A No. 17, párrafo 47. En el mismo sentido, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión
Consultiva 4/84 de 19 de enero de 1984. Serie A No. 4, párrafo 57.
129
unilateralmente un acto propio contrario a derecho, mediante una declaración inmediatamente
obligatoria para el particular afectado, se justifica en tanto en la relación jurídico administrativa
se encuentran dos intereses diversos: el del administrado, orientado a la mantención y estabilidad
de la situación de ventaja proveniente del acto administrativo, el que, por tanto, constituye un
interés particular; y el de la Administración, orientado a la realización y satisfacción eficiente de
los fines que el ordenamiento le ha asignado y que se manifiestan en las normas atributivas de
competencia y de creación orgánica. Fines, éstos últimos, cuyo cumplimiento se expresa en
definitiva en la regularidad y estabilidad del ordenamiento jurídico, pues cada vez que la
Administración vulnera la normatividad que define y configura el ejercicio de sus competencias,
es de presumir que al mismo tiempo se aleja la realización de los fines de interés colectivo, cuya
consecución ha contemplado el ordenamiento jurídico al crear sus órganos administrativos y
dotarlos de competencias específicas.
130
autónoma del individuo y que se encuentra en igualdad de condiciones con otros sujetos que
también buscan el propio beneficio; autotutela declarativa previa para aquel que representa un
interés general, establecido por el ordenamiento jurídico y en beneficio ajeno al titular de la
potestad.
Publicada en el Diario Oficial de 17 de agosto de 1989. Entre otras, la aludida reforma moditicá el
artIculo 38 inciso segundo y el articulo 79 (actual 82) de la CPR, eliminando la referencia a los tribunales
contencioso administrativos.
131
Pues bien, la disposición constitucional es particularmente clara
respecto de la reserva jurisdiccional de los tribunales de justicia, por lo que para resolver la
objeción planteada a la autotutela es preciso establecer si esta comporta o no funciones reservas
a dichos tribunales,
No obstante, parece claro que en la confusión generada por los redactores de la Constitución -
especialmente de su Presidente Enrique Ortúzar y de los comisionados Enrique Evans y Sergio Diez-,
influye la concepción que éstos sustentan, en el sentido que ven en la acción estatal un peligro para los
particulares. Así queda de manifiesto —como se verá en las citas siguientes- en las intervenciones
recogidas en las actas de la CENC.
132
como se verá —y pese a los temores de los comisionados de la CENC-, con grave detrimento de
la posición de los derechos de los individuos y su protección frente al poder público. 350
"" CEA EGAÑA, José Luis. Manual de Derecho Constitucional. Santiago, Pontificia Universidad
Católica de Chile, Facultad de Derecho, 1995, pág. 62.
352
La garantía de la igualdad ante la justicia, contenida en el articulo 19 N° 3, fue tratada en las sesiones
100, 101 y 103, dedicando esta última a la discusión del inciso quinto, que es aquel en el que se encuentra
la garantía del debido proceso.
Según se lee en las actas de la CENC, después optar por un mecanismo que entregue al legislador la
obligación de consagrar fórmulas que garanticen un proceso racional y justo, el Presidente de la Comisión,
Enrique Ortúzar, plantea la siguiente cuestión: "j,Cómo se podría ampliar los términos de este inciso, para
no limitarlo sólo a las sentencias dictadas por los tribunales de justicia? ¿Cómo se podría referirlo en
general a que nadie puede ser condenado —se entiende que civil o penalmente, como es obvio- si no es
juzgado legalmente; de modo que se comprendan los juzgamientos de tipo administrativo, sumarios de
otra clase, ya que la función jurisdiccional no sólo la ejercen los tribunales de justicia? Le parece perfecto,
entonces, el inciso, pero la única sugerencia que hace es pensar cómo concebirlo de modo de no limitarlo
exclusivamente a las sentencias dictadas por los tribunales de justicia, otorgando esa garantía —que esta
muy bien concebida- a cualquier tipo de procesos." (CENC, Sesión 103, pág. 13). Frente a lo planteado
por Ortúzar, Enrique Evans agregó que "no sabe si la disposición quedaría mejor redactada si se le dijera
que 'toda sentencia judicial o de órgano administrativo habilitado para ello, necesita fundarse en un juicio
133
De acuerdo a lo señalado, los redactores del texto original de la
Constitución incurren en una clara contradicción, pues, de un lado —en el artículo 73 de la CPR,
en su numeración original-, se establece la reserva de jurisdicción en manos de los tribunales de
Justicia, los que —como se indicó- cuentan entre sus características estructurales con la necesaria
independencia para ejercer sus funciones respecto de cualquier otro poder del Estado. Pero, de
otro lado —en el artículo 19 N° 3 de la CPR-, al regular la garantía del debido proceso, se da pie a
un profundo retroceso conceptual, al referir la expresión —empleada en dicha disposición- órgano
que ejerza jurisdicción a "todo órgano que resuelva controversia en el orden temporal, tribunales
ordinarios, administrativos, Contraloría General de la República, Impuestos Internos, arbitrales.
etcétera. O sea —se agrega- todo órgano que tenga facultad para dictar una resolución o fallo,
llámese como se llame, que afecte a la situación de una persona." 354 Es decir, incluyendo dentro
de la noción jurisdiccional a aquella actividad de determinación concreta de derechos, realizada
precisamente por órganos que —a todas luces- carecen de la independencia que el propio texto
atribuye a los órganos encargados de ejerce dicha función jurisdiccional.
previo"(CENC, Sesión 103, pág. 14). Ante lo dicho, Sergio Diez "manifiesta que le interesa establecer y
asegurar la igualdad y la garantía ante la Administración, porque el aumento de la población trae como
consecuencia el incremento de las funciones del Estado. Y el Estado, en el campo propiamente de la
Administración, tiene competencia para juzgar situaciones de personas o bienes que pueden tener más
importancia que las sentencias de los tribunales de justicia. De modo que, en estricto derecho, la
Administración está ejerciendo muchas veces una acción judicial, pues está creando derechos o
condenando y aplicando sanciones que en algunos casos son tan duras como las impuestas por una
sentencia judicial." (CENC, Sesión 103, pág. 14).
314
CENC, Sesión N° 103, pág. 14.
134
jerarquía." 355 En el mismo sentido, CEA ha sostenido que la disposición constitucional se aplica
a "toda persona, individuo u órgano, sea o no tribunal (la que), debe guardar el debido proceso,
cuando, de alguna manera, tenga autoridad para decidir sobre el prójimo. ..", es decir —en
concepto de la doctrina citada- la disposición alcanzaría —además de los tribunales- incluso a las
autoridades políticas y administrativas que tengan facultades para "conocer acciones litigiosas,
comprobar los hechos, subsumirlos en las normas vigentes, decidir la controversia." 37 En un
sentido parcialmente similar, pues niegan claramente la identificación conceptual entre la
actividad jurisdiccional y aquella realizada por la Administración al revisar sus actos, 355 los
constitucionalistas PFEFFER, NOGUEIRA y VERDUGO han sostenido que la exigencia del
proceso racional y justo traspasa la sentencia judicial, alcanzando a toda resolución de cualquier
autoridad que le corresponda conocer, resolver y hacer ejecutar lo juzgado.35U
EVANS de la CUADRA, Enrique. Los derechos fundamentales. Tomo II. 3' ed. Santiago, Editorial
Jurídica de Chile, 2004, pág. 144.
" CEA EGAÑA, José Luis. Manual de Derecho constitucional. Tomo II. Op. cit., pág. 65.
CEA EGAÑA, José Luis. Tratado de la Constitución de 1980. Características generales, garantías
constitucionales. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1988, pág. 304.
Así señalan los autores citados: "la revisión de los actos administrativos por la misma autoridad o el
superior jerárquico, no constituye propiamente lo contencioso administrativo, puesto que no existe
ejercicio jurisdiccional sino a través de un órgano con autoridad e independencia para fallar y hacer
ejecutar lo juzgado. Como la Administración no puede ser Juez y parte a la vez se evidencia la necesidad
de que un tribunal conozca del conflicto... Como todo tribunal, aquellos encargados de conocer lo
contencioso administrativo deben reunir ciertas condiciones de independencia, responsabilidad,
imparcialidad para que sean considerados como tales." Véase VERDUGO MARINKOVIC, Mario
PFEFFER URQUIAGA, Emilio; y NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. Derecho Constitucional. Tomo
11. Op. cit., pág. 214.
135
Sin embargo, esta posición sería objetable desde dos puntos de
vista. El primero es técnico jurídico y dice relación con lo que ya se ha venido evidenciando, la
confusión conceptual entre dos funciones constitucionalmente distintas, a partir de atribuir a toda
actividad —estatal o, incluso, privada- que determine derechos particulares el valor de la función
jurisdiccional, error que, como se ha expuesto, ya puso de manifiesto la doctrina italiana,36U El
segundo, consiste en que —contrariamente a lo que sostiene la posición que se comenta- no se
trata de una interpretación que de mayor protección o que favorezca al administrado. Ello, pues
por un lado se niega a la Administración el ejercicio de atribuciones conferidas por el
ordenamiento —precisamente- para la satisfacción de necesidades colectivas de interés general; y,
por otro lado, deja sometido al administrado —con todas las consecuencias que de ello derivan- al
juicio de un órgano parcial. 361
M,o
En el ámbito procesal, CALAMANDREI, Piero. Derecho procesal civil. Instituciones de Derecho
procesal civil. Op. cit., pág. 178. En el ámbito administrativo, BENVENUTI, Feliciano. Voce Autotutela.
Op. cit., pág. 539.
Cosa distinta es la necesidad de que a la Administración del Estado hayan de aplicársele las garantías
que aseguren un procedimiento justo y ponderado. Pero, para obtener dicho fin, la vía correcta no parece
ser la identificación de la afectación o determinación de derechos en sede administrativa con la actividad
jurisdiccional. Entre otros, puede verse, en la doctrina reciente, BORDALÍ SALAMANCA, Andrés y
FERRADA BORQUEZ, Juan Carlos. Estudios de justicia administrativa. Op. cit., pág. 135.
3b2
El citado artículo 8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, dispone textualmente:
"Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un
juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
136
asociando claramente la función juriscliccional de determinación de derechos, con la labor que
realizan órganos independientes e imparciales.
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos
y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter."
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sentencia dictada en el Caso Claude Reyes y otros vs.
Chile, el 19 de septiembre de 2006, párrafo 118.
137
se basa la decisión en aquellos casos en que la determinación del Derecho se produce en sede
administrativa.
La expresión es utilizada por el Juez Sergio García Ramírez en el voto concurrente razonado a la
Opinión Consultiva 16, de 1 de octubre de 1999, solicitada por los Estados Unidos Mexicanos. Expresión
reiterada por el mismo juez en el voto razonado en la Sentencia dictada por la CIDH en el Caso Claude
Reyes y otros Vs. Chile, del 19 de septiembre de 2006.
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sentencia dictada en el Caso Claude Reyes y otros vs.
Chile, el 19 de septiembre de 2006, párrafo 5, del voto razonado del Juez Sergio García Ramírez.
Lo que incluye, como señalan DORDALI SALAMANCA y FERRADA BÓRQUEZ, tanto la revisión
de primer grado, como de segundo grado o instancia. Es decir, el hecho que exista una desición
administrativa previa no agota una instancia de revisión por un tribunal independiente e imparcial, en tanto
aquella no constituye el ejercicio de función jurísdiccional. Véase, BORDALI SALAMANCA, Andrés y
FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. Estudios de justicia administrativa. Op. cit., pág. 171,
WI
sine qua non para la existencia de un Estado de derecho... (por ello), su importancia no puede ser
trivializada aplicándola a situaciones que, en nuestra opinión, no pueden ser objeto de esta
regulación."368 De esta manera, en opinión de esta doctrina minoritaria al interior de la CIDII,
las garantías contempladas en el artículo 8 de la Convención, sólo se aplican "cuando un órgano
del Estado está ejerciendo facultades jurisdiccionales, lo que no parece posible argüir respecto de
la negativa de un funcionario (de la Administración del Estado) de proveer información a un
particular." 369 Es decir, en esta opinión, las normas del debido proceso no se aplican cuando no
existe controversia a resolver mediante un proceso judicial; y esta controversia recién surge
cuando el órgano administrativo afecta un derecho. 370
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sentencia dictada en el Caso Claude Reyes y otros vs.
Chile, del 19 de septiembre de 2006, párrafo 1, deI voto de minoría de los jueces Auno Abreu E3urelli y
Cecilia Medina Quiroga.
Id., párrafo 4, del voto de minoría de los jueces Auno Abreu Burelli y Cecilia Medina Quiroga
° Id., párrafo 3, del voto de minoría de los jueces Auno Abreu Burelli y Cecilia Medina Quiroga
139
Derecho Internacional Humanitario, incorporadas al texto constitucional chileno en virtud de lo
dispuesto en el artículo 5 inciso segundo de la CPR. 37 '
El sistema de interpretación que se utiliza en el texto no es novedoso, aunque con algunas variantes, de
alguna forma se sigue en esto a un sector de la doctrina constitucional chilena que ha planteado lo que
denomina una concepción democrática y liberal de los derechos fundamentales. De acuerdo a esta forma
de entender los derechos fudamentales, explica RUIZ-TAGLE VIAL, éstos forman un bloque
constitucional o subsistema que abarca gran parte de los capítulos del texto constitucional, constituyendo
una categoría dogmática del Derecho positivo que supone la vinculación entre el Derecho constitucional y
el Derecho internacional de los Derechos Humanos. RUIZ-TAGLE VIAL, Pablo. Una visión
democrática y liberal de los derechos fundamentales para la Constitución chilena del Bicentenario. :
BORDALI SALAMANCA, Andrés (Coord.) Justicia Constitucional y Derechos fundamentales.
Santiago, LexisNexis, 2006, págs. 69-128. Igualmente, puede verse, RUIZ-TAGLE VIAL, Pablo. Una
dogmática General para los Derechos Fundamentales en Chile. Revista de Derecho Público, Santiago,
Facultad de Derecho, Universidad de Chile, 63 (1): 179-199, 2001.
372
En este sentido, se debe considerar que el texto constitucional no siempre emplea la expresion en el
sentido que aquí se comenta, p. ej., en los artículos 19, 41, 42, 61, 78 y 111, la expresión "jurisdicción" se
encuentra referida al territorio sobre el que, en cada caso, la autoridad respectiva, ejerce sus competencias.
Así, el artículo 19 N° 24, inciso décimo primero, referido a las aguas nacionales; el artículo 41, inciso
tercero, respecto del Jefe de la Defensa Nacional que el Presidente de la República designe en caso de
estado de catástrofe; lo mismo en el artículo 42, inciso segundo, respecto del estado de emergencia, el
artículo 61, inciso segundo, respecto del tribunal de alzada que ha de autorizar la formación de causa a un
diputado o senador, el artículo 78, inciso séptimo, respecto de la Corte de Apelaciones que ha de presentar
al Presidente de la República las respectivas ternas para ocupar las vacantes de jueces letrados, y el
artículo 111, inciso primero, respecto de los intendentes regionales y la representación natural que éstos
tienen del Presidente de la República.
140
En abono de lo dicho, es posible mencionar los artículos 82, 83 y, sin ir más lejos, la propia
modificación al inciso quinto del artículo 19 N° 3 de la CPR, introducida en l997.
141
En efecto, en aquellos casos en los que la Administración hace
uso de su autotutela declarativa —no sólo invalidando, sino también autorizando, resolviendo o,
en definitiva, creado y modificando situaciones jurídicas en las que interviene y que afectan a los
particulares que con ella se relacionan-, si bien está declarando el derecho de manera concreta,
en forma obligatoria y directamente vinculante para el destinatario de la decisión —como también
lo hace la jurisdicción-, no opera con la independencia-imparcialidad con la que ella actúa, pues.
—como se ha señalado-, aunque los intereses de la Administración son en último término ajenos,
con su actuación modifica su propia situación jurídica.
142
definitiva de los actos de la Administración, destinada a proteger los derechos e intereses de los
afectados con dichos actos, verificando su regularidad jurídica.
143
CAPÍTULO II: La potestad invalidatoria en el sistema legal
chileno,
144
1. Antecedentes. La invalidación y el sistema legal de revisión de actos
administrativos.
" BENVENUTI, Feliciano. Voce Autolutela. Op. cit., pág. 541. En sentido similar, GONZÁLEZ
PÉREZ, Jesús y GONZALEZ NAVARRO, Francisco. Comentario a la Ley de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común. (Ley 30/1992, de 26 de noviembre).
Op. cit., pág. 2212.
" PAREJO ALFONSO, Luciano, Derecho administrativo. Instituciones generales. Op. cii, pág. 1089.
GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. Manual de Procedimiento Administrativo. Op. cit., pág. 559, DEL
MISMO y GONZÁLEZ NAVARRO, Francisco. Comentario a la Ley de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común. (Ley 30/1992, de 26 de noviembre).
Op. cit., pág., 2213.
" PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 1089.
145
recursos extraordinarios, en atención a las especiales causales que los justifican, operan en
contra de actos que han adquirido firmeza y más allá de los plazos comunes. 379
38"En este último sentido, se debe considerar, además, la regulación de la extensión del control jerárquico
ejercido por las autoridades y jefaturas administrativas, contemplada en el artículo 64 dei Estatuto
Administrativo, ley N° 18.834; y en el artículo 61, letra (a) del Estatuto Administrativo para los
Funcionarios Municipales, ley N° 18,884.
146
firmeza, fundándose en una variedad de causales, 381 En otros casos, el legislador establece
ciertos recursos extraordinarios, que permiten impugnar actos firmes, bajo supuestos
excepcionales determinados por causales tasadas. 382
En este primer caso se encuentran los recursos ordinarios de reposición y jerárquico establecidos en el
articulo 10 de la LOCBGAE, con carácter general —el primero- para todos los actos de los órganos a los
que se aplica dicha ley y sólo sujeto a la existencia de una autoridad jerárquica superior —el segundo-. La
regulación de éstos ha sido desarrollada en el artículo 59 de la LBPA, de manera específica para los
órganos a los que se aplica esta ley. No obstante y sin perjuicio que la LBPA tiene un ámbito de
aplicación más restringido que la LOCBGAE, ello no deroga el carácter que a dichos recursos ha atribuido
esta última norma, con la salvedad que la LBPA restringe la procedencia del recurso jerárquico, al negarla
frente a ios actos de los Ministros de Estado, respecto de los cuales no se justifica la restricción, en
atención a la dependencia jerárquica de éstos respecto de la autoridad del Presidente de la República.
En relación con el plazo para su interposición, el artículo 59 citado establece que éste es de cinco días, el
que se cuenta —de acuerdo a la regla general establecida en el artículo 25 de la LBPA- desde la
notificación o publicación del acto impugnado; debiendo, en este caso, ser resuelto por la autoridad
respectiva en un plazo no superior a treinta días hábiles.
Por otro lado, existen en el ordenamiento jurídico administrativo otros recursos especiales, contemplados
en distintas normas del ordenamiento administrativo, los que operan ante determinadas resoluciones
administrativas o ante resoluciones de determinados órganos de la Administración. Entre éstos se puede
mencionar: el proveniente del derecho de los funcionarios públicos a reclamar ante la CGR, regulado en
los artículos 154 del Estatuto Administrativo y 156 del Estatuto Administrativo para los Funcionarios
Municipales; y el derecho a reclamo del arrendatario de inmuebles fiscales, respecto del acto que declara
la caducidad de sus derechos, contemplado en el artículo 80 del decreto ley 1939 de 1977, que regula la
Adquisición, administración y disposición de bienes por parte del Estado.
Estos, operando a instancia de parte, se pueden fundar en la ilegalidad de una medida o resolución
administrativa, la que, de ser acogida por la autoridad llamada a resolver, en cada caso, puede determinai
la privación de efectos del acto impugnado, mediante su modificación o retiro.
382
En este caso se encuentra el recursos extraordinario de revisión, establecido en la LBPA. Éste consiste
en un medio para instar la revisión de actos administrativos firmes, por causales taxativamente señaladas
en el artículo 60 de la LBPA. Todas ellas fundadas en graves defectos en el procedimiento administrativo
que ha dado lugar a un acto administrativo, las que hacen presumir la falta de justicia en la resolución final
del mismo y que justifican la revisión del acto más allá de los breves plazos establecidos para los recursos
ordinarios. Sin embargo, dado que todas éstas importan un vicio que hace inválido al acto, al igual que en
el caso anterior, de ser acogidos por la autoridad administrativa correspondiente —superior jerárquico de
quien dictó el acto o resolución o por éste, en caso de no existir superior jerárquico- dará lugar a la
modificación del acto impugnado.
El plazo para interponer el recurso es de un año, el que se cuenta desde momentos distintos, según la
causal que fundamente la solicitud de revisión extraordinaria del acto. En aquellos casos en los que la
LBPA exige que la causal sea declarada por sentencia judicial, éste se contará desde el día en que la
sentencia quede ejecutoriada, salvo que ésta sea anterior al acto o resolución cuya revisión se ha
solicitado, en cuyo caso, el plazo se cuenta desde la notificación de esta última (se trata de las situaciones
establecidas en las letras c) y d) del artículo 60 de la LBPA, las que se refieren, respectivamente, al acto
dictado "como consecuencia de prevaricación, cohecho, violencia u otra n'aquinación fraudulenta"; y al
acto o resolución en la que "hayan influido de modo esencial documentos o testimonios declarados falsos
por sentencia ejecutoriada posterior a aquella resolución, o que siendo anterior, no hubiese sido conocida
oportunamente por el interesado"). De otro lado, en aquellos casos en los que no se exige la declaración
judicial del vicio, el plazo se contará desde el día siguiente a aquel en que se dictó la resolución
impugnada (se trata de las situaciones contempladas en las letras a) y b) del artículo 60 de la LBPA, los
147
Se trata, por tanto de distintas disposiciones que establecen y
regulan recursos ordinarios o extraordinarios, los que, en su caso, podrán fundarse en la
ilegalidad o antijuridicidad del acto administrativo, situación que incitará a la revisión de los
actos administrativos, la que —en caso de acogerse- podría dar lugar a la modificación o retiro del
acto impugnado, de acuerdo a las modalidades propias de aquellos. Sin embargo, se debe dejar
sentado que, en estricto rigor, no se trata de procedimientos invalidatorios, sino de mera
revisión. 383 Ello, pues —al menos- en el caso de los recursos ordinarios el acto respectivo no se
encuentra firme, mientras se encuentren pendientes los breves plazos para interponer los
recursos y, en todo caso, se trata de procedimientos de impugnación que sólo puede incoarse a
instancia de persona distinta de aquella de la que emana el acto.
En el mismo sentido LETELIER WARTENBERG, Raúl. Un mal día no es eterno: seis alcances en
materia de invalidación y nulidad de los actos administrativos. Revista de Derecho, del Consejo de
Defensa del Estado. (8) 2002, pág. 45.
148
el párrafo segundo, "de los recursos de reposición y jerárquico", se encuentra el artículo 59 que
regula dichos recursos, que ya reconocía el artículo 10 de la LOCBGAE. 384 A continuación, en
el párrafo tercero, "del recurso extraordinario de revisión", en el artículo 60 se regula dicho
recurso. Y, finalmente, en el párrafo cuarto titulado "de la revisión de oficio de la
Administración", en los artículos 61 y 62, se regula, de un lado, la revocación y, de otro, la
aclaración o rectificación administrativa de un acto anterior.
Dispone dicho artículo: "Los actos administrativos serán impugnables mediante los recursos que
establezca la ley. Se podrá siempre interponer el de reposición ante el mismo órgano del que hubiere
emanado el acto respectivo y, cuando proceda, el recurso jerárquico, ante el superior correspondiente, sin
perjuicio de las acciones jurisdiccionales a que haya lugar"
149
categorías de anulación, dependientes de la entidad o gravedad del vicio invalidante y la distinta
proyección de los poderes revisores sobre los actos favorables versus los de gravamen.
Así lo han puesto de manifiesto, entre otros: BERMÚDEZ, Jorge. El principio de protección de la
confianza legítima en la actuación de la Administración como limite de la potestad invalidatoria. Op. cii,
pág, 104; FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la
Administración del Estado. Op. cit., pág. 132; y FORTES MARTÍN, Antonio. Estudio sobre la
revocación de los actos administrativos. Op. cit., pág, 151.
150
consideración al respeto que la Administración debe guardar al principio de legalidad, es posible
-como sostiene GONZÁLEZ PÉREZ- 386 que ceda la seguridad jurídica a favor del
establecimiento de mecanismos de revisión extraordinarios fundados en causales excepcionales
que representen un mayor daño para el sistema jurídico.
386
GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. La ley chilena de procedimiento administrativo. Op. cit., pág. 383.
Así, p. ej. se ha seguido en España y Honduras. Respecto de la primera, así lo dispone, corno se
señaló, el artículo 102 de la LRJAPyPAC, en relación con los actos que infringen su artículo 62. Respecto
de la segunda, ello se encuentra establecido en el artículo 119 de la LPA hondureña —decreto N° 152, de
1987-, respecto de los actos que adolecen de un vicio de mayor gravedad, señalados en el articulo 34 de la
misma ley.
88
Es lo que establecen sus artículos 354 respecto de las nulidades y 35 II respecto de las anulabilidades,
los que han sido interpretados por el Tribunal Constitucional boliviano en el sentido que "tanto la nulidad
como la anulabilidad de los actos administrativos, sólo pueden ser invocadas mediante la interposición de
los recursos administrativos previstos en la ley y dentro del plazo por ella establecido; en consecuencia, en
virtud a los principios de legalidad, presunción de legitimidad, y buena fe, no es posible que fuera de los
recursos y del término previsto por ley se anulen los actos administrativos, aún cuando se aleguen errores
de procedimiento cometidos por la propia administración, pues la Ley, en defensa del particular, ha
establecido expresamente los mecanismos que se deben utilizar para corregir la equivocación; por ende,
fuera del procedimiento previsto y los recursos señalados por la ley, un mismo órgano no podrá anular su
propio acto administrativo (conocido en la doctrina como acto propio), por cuanto una vez definida una
controversia y emitida la Resolución, ésta ingresa al tráfico jurídico y por lo tanto ya no está bajo la
competencia de la autoridad que la dictó... —agregando que lo señalado- es aplicable también para los
151
Pues bien, en el caso chileno se debe considerar que los recursos
han sido establecidos por el legislador esencialmente como un mecanismo de impugnación de
las decisiones de la Administración, puesto al servicio de los particulares que se estimen
perjudicados por las actuaciones de ésta, a fin de obtener la modificación, eliminación o
reemplazo de los actos que consideren perjudiciales a sus intereses o derechos. En cambio, el
procedimiento invalidatorio constituye una forma de revisión de los actos administrativos,
destinada a velar por la regularidad del sistema jurídico, mediante el ejercicio de las potestades
administrativas de autocontrol.
casos de revocatoria, modificación o sustitución de los actos administrativos propios que crean, reconocen
o declaran un derecho subjetivo, ya que éstos sólo pueden ser revocados cuando se utilizaron
oportunamente los recursos que franquea la ley, o cuando el acto beneficie al administrado" Tribunal
Constitucional de Bolivia, Sentencia Constitucional N° 1464/2004-11, de 13 de septiembre de 2004. En el
mismo sentido, anteriormente, del mismo Tribunal, Sentencia Constitucional N° 11 73/2003-R, de 19 de
agosto de 2003.
152
administrativo chileno, 389 regulación que, como se verá, comprende a la generalidad de los
órganos y actos de la Administración del Estado, de acuerdo al ámbito de aplicación de la citada
ley.
389
En el mismo sentido, JARA SCI-INETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y
la jurisprudencia. Op. cit., pág. 99.
153
La norma es aplicable a todos los órganos de la Administración
del Estado, en los términos señalados en el inciso segundo del articulo 1 de dicha ley. 391 Sin
embargo, respecto de este punto, se debe señalar que si bien dicho artículo incluye expresamente
al Banco Central entre los órganos que integran la Administración del Estado y a los que se
aplican sus disposiciones; de otro lado, la ley N° 18.840, orgánica constitucional del Banco
aplicarán las disposiciones que rigen para el sector público, entre las que se incluye la
LOCBGAE. 392
Conclusión que se verja reforzada por la interpretación que la jurisprudencia nacional ha dado a
los citados artículos 2 y 90 de la LOCBCCh; 393 lo que podría justificarse en el carácter autónomo
Dicha disposición señala: "La designación de una persona inhábil será nula. La invalidación no
obligará a la restitución de las remuneraciones percibidas por el inhábil, siempre que la inadvertencia de la
inhabilidad no le sea imputable.
La nulidad del nombramiento en ningún caso afectará la validez de los actos realizados entre su
designación y la fecha en que quede firme la declaración de nulidad. Incurrirá en responsabilidad
administrativa todo funcionario que hubiere intervenido en la tramitación de un nombramiento irregular y
que por negligencia inexcusable omitiere advertir el vicio que lo invalidaba"
3'I
De acuerdo al inciso segundo del articulo indicado, los órganos que constituyen la Administración del
Estado son: "los Ministerios, las Intendencias, las Gobernaciones y los órganos y servicios públicos
creados para el cumplimiento de la función administrativa, incluidos la Contraloría General de la
República, el Banco Central, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, los
Gobiernos Regionales, las Municipalidades y las empresas públicas creadas por ley."
Por tanto, en principio, el artículo 63 ubicado en el Titulo III de la LOCBGAE, se aplica a todos los
órganos enumerados en la disposición indicada.
392
Así, el inciso primero del artículo 2 de la LOCBCCh, N° 18.840, dispone: "El Banco, en el ejercicio de
sus funciones y atribuciones, se regirá exclusivamente por las normas de esta ley orgánica y no le serán
aplicables, para ningún efecto legal, las disposiciones generales o especiales, dictadas o que se dicten para
el sector público. Subsidiariamente y dentro de su competencia, se regirá por las normas del sector
privado" Lo que es concretado específicamente en relación con la LOCBGAE, por el articulo 90 de la
misma LOCBCCh, que dispone expresamente que ésta no se aplicará al Banco Central.
En este sentido, la Corte de Apelaciones de Santiago, conociendo por vía de apelación de un recurso de
amparo de acceso a la información pública, interpuesto en virtud del artículo 13 de la LOCBGAE vigente
a la época de los hechos, ha sostenido que ésta última disposición no se aplica al Banco Central, Ello,
pues, de acuerdo con el principio de interpretación contenido en el artículo 13 del Código Civil, las
disposiciones especiales contenidas en la LOCBCCh —dictadas en cumplimiento de mandato
154
que la CPR ha conferido a dicho organismo y en su tratamiento constitucional en un título
distinto de aquel destinado a la Administración del Estado.
constitucional-, tienen aplicación preferente sobre las disposiciones generales dictadas para la
Administración del Estado. CA de Santiago, Sentencia de 26 de septiembre de 2003, "Claude Reyes con
Banco Central de Chile", Rol N° 6,016-03.
FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La autonomia como técnica de reparto de potestades públicas: el
caso del Banco Central de Chile. Revista Chilena de Derecho. Número Especial, 1998, pág. 342.
Ibid.
Ibid.
155
Pues bien, respecto de la regulación que establece el artículo 63
de la LOCBGAE, ésta comprende los principales efectos del acto invalidatorio del
nombramiento de persona inhábil, adjetivo que, en principio, debe entenderse en relación con los
articulos 54 y 55 bis de la misma LOCBGAE. En este sentido, es claro que son inhábiles para
desempeñar un cargo, empleo o dignidad en la Administración del Estado, 398 aquellas personas a
quienes el artículo 54 de la LOCBGAE declara como tales, prohibiendo su ingreso a la
Administración pública en razón de la situación particular que les afecta y que hace sospechar de
situaciones reñidas con la probidad —sea porque el postulante tiene relaciones contractuales,
cauciones vigentes o litigios pendientes con el organismo administrativo respectivo; sea porque
tiene relaciones de parentesco con las autoridades o funcionarios directivos del organismo al
cual postula; 399 o sea porque ha sido condenado por crimen o simple delito- o que incurran en
cualquier inhabilidad especial señalada por la ley —como la dependencia de sustancias ilícitas,
contemplada en el artículo 55 bis de la misma ley, para ciertas jefaturas superiores-.
" En relación a este punto, se debe tener presente que la ley N° 19.896, en su artículo 5, inciso octavo, ha
dispuesto —en lo aquí pertinente- que las normas sobre inhabilidades e incompatibilidades administrativas
establecidas en los artículos 54, 55 y 56 de la LOCBGAE, serán aplicables asimismo a las personas
naturales contratadas a honorarios en los órganos o servicios públicos incluidos en la Ley de Presupuestos.
Ahora bien, estando dichas inhabilidades e incompatibilidades basadas en el principio de probidad
administrativa, la jurisprudencia contralora ha reafirmado este criterio legal, al sostener —frente a la
inhabilidad de una persona condenada por crimen o simple delito, contemplada en el artículo 54 letra c) de
la LOCBGAE- que "las personas contratadas a honorarios deben observar el principio de probidad
administrativa, el que no sólo alcanza a los empleados o funcionarios públicos, sino que también a
aquellos contratados sobre la base de honorarios, como quiera que estos también tienen el carácter de
servidores estatales', en la medida que prestan servicios al Estado, en virtud de un contrato suscrito con
un órgano público" Ello, por cuanto —se agrega- "los órganos estatales, por su condición de tales, no
pueden mantener convenios que puedan comprometer el interés público, el que, por cierto, puede verse
afectado si estas contrataciones se acuerdan con personas que no reúnen los requisitos de probidad
exigidos por e1 ordenamiento jurídico.., con independencia del vínculo jurídico que los une con la
Administración" CGR, Dictamen N° 383, de 2007. En el mismo sentido, más recientemente, CGR.
Dictamen N° 35.801, de 2008, en el que se ha sostenido que persona contratada a honorarios con vinculo
de parentesco con autoridad municipal, incurre en la inhabilidad del articulo 54 letra b) de la LOCBGAE.
Al respecto, cabe tener presente que la jurisprudencia de la COR ha dictaminado que la referencia a las
"autoridades" del organismo al cual se pretende ingresar, contenida en el artículo 54 letra b) de la
LOCBGAE, "debe entenderse en un sentido amplio, vale decir, que incluye a cualquier persona revestida
de algún poder, mando o magistratura, y por tanto resulta comprensiva (incluso) de los concejales
municipales" CGR, Dictamen N° 35.808, de 31 de julio de 2008.
156
No obstante, a partir de la historia del establecimiento de la
norma podría plantearse una interpretación amplia de la expresión "inhábil", referida a todo el
ordenamiento jurídico y no sólo a las especiales situaciones de inhabilidad calificadas en los
artículos 54 y, en su caso, 55 bis de la LOCBGAE. 400
400
En este sentido, la redacción original de la norma señalaba: "La designación de una persona inhábil,
según lo previsto en el articulo 57, será nula.,." Dicho artículo 57, en el texto definitivo que se convirtió
en ley, pasó a ser el articulo 56; y finalmente en la numeración dada por el DFL 1-19.653, de 2001, pasó a
ser el actual artículo 54, que es el que señala las personas a quienes se prohíbe el ingreso a la
Administración.
Sin embargo, en la versión aprobada por el Senado y que pasaría al texto definitivo, se eliminó la mención
al artículo 57 (actual 54), con lo que se podría entender que la norma tiene un sentido más amplio, no
referido exclusivamente a dichas situaciones, sino que comprensivo del nombramiento de quien no cumple
alguno de los requisitos señalados por la ley para desempeñar el cargo respectivo. Nombramiento -por
tanto- que adolece de un vicio que determina su invalidación. El texto original del proyecto puede verse
en, CAMARA DE DIPUTADOS, sesión 31, 18 de diciembre de 1996, cuenta segundo informe de
Comisión de Constitución, Legislación y Reglamento.
En este sentido, se ha dictaminado que el nombramiento de una persona que no cumple con el requisito
de estudios que la ley exige para desempeñar el cargo respectivo debe ser invalidado en conformidad a lo
dispuesto en dicho artículo. Así, la CGR ha asimilado a la expresión "persona inhábil" del artículo 63, la
157
Respecto de los efectos de la declaración de nulidad, la norma se
extiende tanto sobre aquellos que dicen relación con la persona directamente afectada con el
nombramiento irregular, como a aquellos que se refieren a los terceros que se relacionan con la
Administración a través de las actuaciones de aquélla.
158
"propiedad de su empleo", 402 de tal manera que la invalidación esté vedada en aquellos casos en
los que el nombrado irregularmente ha actuado en conformidad a las normas de la buena fe al
momento de presentar sus antecedentes e incluso haya alcanzado a ocupar materialmente el
cargo, consolidándose su situación jurídica. 403
402
cs, Sentencia de 16 de marzo de 2003, "Albornoz Villamán con I. Municipalidad de Chaitén y
Contraloría Regional de Los Lagos", Rol N° 1.109-03, Parte resolutiva.
403 .-,
Id., Lonsiderando 4
Se utiliza la expresión terceros, diferenciándolos de las personas a quienes va dirigido el acto. Es decir,
se trata de personas totalmente ajenas a la relación jurídica creada por el acto de nombramiento entre la
Administración y el nombrado. La aclaración es pertinente, pues bajo la actual redacción del artículo 21
de la LBPA, tanto los destinatarios del acto como los terceros ajenos, podrían quedar comprendidos dentro
de la expresión "interesados". En el mismo sentido, con anterioridad a la modificación introducida a la
LOCBGAE por la ley de probidad administrativa, un sector doctrinal ya había propuesto la distinción
entre terceros e interesados. Así, PIERRY ARRAU, Pedro. Nulidad en el Derecho Administrativo.
Revista de Derecho, Universidad Católica de Valparaíso. XV, 1993-1994, pág. 96.
Distinción, en todo caso, acogida por la jurisprudencia judicial a propósito de las situaciones de hecho
radicalmente distintas entre la persona que se relaciona directamente con la Administración —mediante un
acto de nombramiento, concesión, reconocimiento de bono, jubilación, permiso de construcción, etc.-; y la
de aquella se relaciona con posterioridad, y que supone una relación indirecta, a través del nombrado o del
autorizado. Es el caso, p. ej., de los permisos de construcción irregular que han originado situaciones
jurídicas en terceros totalmente ajenos a la relación administrativa original. En este sentido, en un fallo
que ha marcado una importante tendencia en la jurisprudencia, la Corte Suprema ha señalado que no debe
confundirse "la situación de los beneficiarios directos de una actuación irregular de la Administración con
la de los terceros de buena fe, a quienes la invalidación o anulación del acto administrativo ilegítimo no
puede afectar en los mismos términos, por cuanto los destinatarios inmediatos de una actuación
administrativa unilateral no son terceros en esa relación, especialmente si han solicitado voluntariamente
159
mediante la desvinculación legal del vicio de nulidad que afecta al acto de nombramiento -
investidura irregular- respecto de los actos realizados por el supuesto funcionario, Actos estos
últimos que, haciendo primar la seguridad jurídica y la confianza que la comunidad deposita en
la regularidad de sus instituciones, no son afectados en su validez. 405 Esto, no cabe duda, lo es
en atención a que estos terceros actúan, en todos estos casos, confiados en la apariencia de
regularidad del nombramiento, por lo que no podrían verse afectados por los efectos normales de
la invalidación, quedando a salvo sus situaciones jurídicas que se sostienen en las actuaciones
del funcionario indebidamente nombrado.
la dictación del acto irregular invalidado". CS, Sentencia de 20 de octubre 1999, "Salinas Lolic con
Director de Obras Municipales", Rol N° 3.455-99, considerando 22.
405
Aquí, como puede advertirse, cobra plena validez la doctrina civilista del error común; y lo que ya
constituye un aforismo clásico en la doctrina nacional, que los errores de la Administración deben sei
cargados por ésta y no por terceros afectados. No obstante, esto es plenamente válido respecto de estos
terceros y no respecto del afectado, pues en este último caso, de alejarse de la solución establecida en la
ley, además de hacer cargar a la Administración con el error de nombrar a una persona que no reúne los
requisitos legales para desempeñar el cargo, se hace cargar también a la colectividad, en general, que debe
soportar la desigualdad que implica que una persona que no reúne los requisitos ocupe un cargo público.
En sentido contrario a la opinión que aqui se sostiene, véase, SOTO KLOSS, Eduardo. La invalidación de
los actos administrativos en el Derecho chileno. Op, cit., pág. 166. En el mismo sentido, VARGAS
ZINCKE, Osvaldo. Algunos aspectos sobre la invalidación en la jurisprudencia de la Contraloria General
de la República. Op. cit., pág. 39.
160
nombramiento. Se aprecia que esta opción por mantener los actos derivados constituye una
verdadera excepción a los efectos consecuenciales de la invalidez, en la que el legislador
desvincula los actos relacionados con el vicio de nulidad en atención a las consideraciones que
se han expuesto: eficacia de la actuación administrativa y protección de las situaciones de
terceros ajenos al acto. 406
406
Un tema relacionado, pero que será tratado más adelante, es el de la forma en que opera la nulidad en el
Derecho público chileno. En este sentido, un sector doctrinal representado tradicionalmente por
BERNASCHINA y JARA MIRANDA, y, bajo la vigencia de la CPR de 1980, por SOTO KLOSS y
FIAMMA, ha sostenido que ésta produce sus efectos ipso jure. Se advierte, que si fuese efectiva la
posición que sostiene dicha forma de operar de los actos nulos, la norma no podría disponer que los actos
derivados del nombramiento irregular queden a salvo de la invalidación.
407
En lo pertinente, el artículo 16 citado, después de declarar que el nombramiento del funcionario público
regirá desde la fecha indicada en el respectivo decreto o resolución o desde cuando éste quede totalmente
tramitado por la CGR, dispone lo siguiente: "Si el decreto o resolución ordenare la asunción de funciones
en una fecha anterior a la de su total tramitación, el interesado deberá hacerlo en la oportunidad que aquél
señale. En este caso y si el interesado hubiere asumido sus funciones, el decreto o resolución no podrá ser
retirado de tramitación ante la Contraloría General de la República. Si este organismo observare el decreto
o resolución, esta determinación será comunicada al interesado, quien deberá cesar en sus funciones. Las
actuaciones del interesado efectuadas durante ese período serán válidas y darán derecho a la remuneración
que corresponda..."
Respecto del funcionario de hecho, puede verse SILVA CIMMA, Enrique. Derecho Administrativo
chileno y comparado. Tomo III, Función pública. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1995, págs. 156 y
sgts. También, FLISFISCH BRONSTEIN, Raquel. El funcionario de hecho. Santiago, Editorial Jurídica
de Chile, 1968. Además, MADARIAGA GUTIÉRREZ, Mónica. Seguridad jurídica y Administración
pública en el Siglo XXI. 2 ed. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1993, págs. 160 y sgts.
409
La COR ha precisado que la condición de funcionario de hecho se configura cuando concurren tres
requisitos básicos: "1) que la persona asuma el cargo antes de la toma de razón del instrumento que la
161
En tal situación, adquiere relevancia la doctrina del error
cornrnunis, cuyo efecto concreto es la mantención del acto, validando una situación que de no
mediar el error sería nula. Ello, en consideración al respeto que se debe a la creencia justificada
en que se encuentran los terceros respecto de la regularidad y legitimidad del nombramiento,
primando, en este caso, la seguridad jurídica y la protección de la buena fe, frente al apego
estricto a la legalidad.
nombra o contrata; 2) que exista en tramitación un decreto o resolución que la designe, y 3) que con
posterioridad se determine la ilegalidad del documento." CGR, Dictamen N° 21.653. de 2004.
410
En este sentido, la jurisprudencia contralora "ha manifestado que se reputa como funcionario de hecho,
aquel que, no obstante, carecer de la calidad funcionaria desde el punto de vista legal, se validan sus
actuaciones y tiene derecho a las remuneraciones que derivan del ejercicio del cargo, por el tiempo
efectivamente trabajado, incluidos los estipendios inherentes al cargo." CGR, Dictamen N° 16.963, de
2007. En el mismo sentido, anteriormente, CGR, Dictamen N° 21.533, de 2006.
411
Respecto de esta solución legislativa, la CGR ha precisado: "que el funcionario de hecho debe percibir
retribución por su labor, pues el desempeño de una función pública tiene legalmente consultado el pago de
una remuneración, que es la contraprestación a que tiene derecho quien ejerce dichas funciones, en virtud
del principio retributivo, el que de vulnerarse originaría un enriquecimiento sin causa a favor de la
Administración, contraviniendo el principio de equidad." CGR, Dictamen N° 16.963, de 2007. En el
mismo sentido, anteriormente, CGR Dictamen N° 1.254, de 2005 y N° 36.908, de 2005.
162
Concretamente, la distinción que efectúa el legislador para negar
efecto restitutorio está centrada en la conducta del nombrado —y no de la Administración- y
apunta al supuesto conocimiento o ignorancia, por parte de aquel, del vicio que afectaba su
nombramiento.
163
Es decir, sin perjuicio de las eventuales responsabilidades generales —del Estado o del
funcionario que intervino en el nombramiento-, al legislador le es indiferente, para estos efectos,
que el error pueda imputarse a la Administración. Ello podría tener relevancia para otros
efectos, pero no para determinar —en este caso-, el alcance temporal del acto invalidatorio.
Mucho menos, como se dijo, para determinar la procedencia de la invalidación.
412
Así, p. ej., frente a un nombramiento municipal en el que la funcionaria recurrió al uso de antecedentes
falsos para acreditar requisitos que no poseía, la CGR ha concluido que al concurrir "vicios que afectaron
la legalidad de su decreto de nombramiento, no pudo tener la calidad de funcionaria municipal, debiendo,
por ende, ese Municipio disponer la invalidación de tal nombramiento; como asimismo arbitrar las
medidas que la ley le franquea, a fin de obtener la restitución de las remuneraciones percibidas por ese
desempefto irregular" CGR, Dictamen N° 53.903, de 2004. En el mismo sentido CGR, Dictamen N°
49.427, de 2006.
164
en principio no parece posible que se pueda establecer una regla general para los efectos
retroactivos del acto. No obstante, ello es válido sólo para el caso de las remuneraciones. La
pregunta es si aún se podría plantear la existencia de una regla general en la materia,
especialmente si se considera que el de las remuneraciones indebidamente percibidas no es único
efecto que se deriva del acto de nombramiento. En efecto, es el más importante, pero podrían
presentarse otros que, no por el hecho de no estar expresamente mencionados en la norma,
necesariamente van a estar excluidos de su regulación.
413
Tempranamente, como se recordará, la CGR ha sostenido respecto de la invalidación que ésta "supone,
necesariamente que el orden jurídico ha sido quebrantado por una medida contraria a derecho, y mediante
ella se tiende a dejar sin efecto retroactivamente el acto ilegal" COR, Dictamen N°22.804 de 1971. En el
mismo sentido, haciéndose cargo de las diferencias conceptuales entre las figuras de la invalidación y la
revocación, la CGR ha señalado respecto de los efectos temporales de aquella, que "hay invalidación...
cuando el acto que dicta un órgano público es írrito, adolece de una irregularidad, por lo que el acto de
contrario imperio que la hace efectiva, retrotrae sus efectos, en principio, hasta la fecha del acto viciado,.."
CGR, DictamenN° 13.592 de 1971.
414
En este sentido, frente a la renuncia voluntaria presentada por una persona que se desempeñaba en un
cargo docente municipal, cuyo decreto de nombramiento fue posteriormente invalidado por no cumplir
con los requisitos legales de ingreso al cargo, la CGR ha sostenido que dado que aquella persona no pudo
incorporarse validamente a la dotación docente, su nombramiento no produjo ningún fin, por lo tanto -
agrega la CGR- atendido que durante el tiempo que se desempeñó el cargo "no tuvo la calidad de
funcionaria municipal, no pudo acceder a los beneficios que las leyes otorgan a quienes poseen tal
condición, previa investidura regular de sus funciones, entre los que se cuentan, la bonificación por retiro
voluntario que concede y regula el artículo 2 transitorio de la ley 20.158." CGR, Dictamen N° 35.578, de
2008. Se volverá sobre el tema al tratar los efectos temporales del acto invalidatorio en general.
165
Si bien esta conclusión podría encontrarse con la objeción del
artículo 52 de la LBPA, que sólo autoriza a dar efectos retroactivos a los actos administrativos
favorables, ella es concordante con la naturaleza de la invalidación, en atención a que en ésta lo
que está en cuestión es la existencia en el acto administrativo antenor de vicios o defectos tales
que desautorizan su aptitud para producir validamente sus efectos jurídicos. De esta manera, las
seflaladas —retención de las rentas percibidas por el inhábil y validez de sus actos frente a
terceros- constituirían excepciones que el legislador ha establecido en consideración a la
protección de la buena fe del indebidamente nombrado y de los terceros que han actuado al
amparo de la apariencia de regularidad del nombramiento.
4I
Dictado en uso de la potestad reglamentaria de ejecución, establecida en el artículo 32 N° 6 de la CPR;
yen virtud de lo establecido en los artículo 4, letra b) y 17 del decreto ley 2.763 de 1979; y en los artículos
15, 17, 23 y 25 deI decreto con fuerza de ley N°3, de 1981, del Ministerio de Salud.
166
En lo que aquí interesa, en el caso de los trabajadores que no se
encuentren afiliados a una Institución de Salud Previsional, interviene el Servicio de Salud el
que actúa a través de las Comisiones de Medicina Preventiva e Invalidez o de las Comisiones
Licencia Médica, a las que corresponde rechazar o aprobar el otorgamiento de la licencia
respectiva.
416
El artículo 58 a que se hace referencia fue modificado por el N° 33, del artículo V del decreto NC
306/88, del Ministerio de Salud, quedando en definitiva, del siguiente tenor: "La certificación médica
falsa que expida un profesional con ocasión del otorgamiento de una licencia médica, determinará su
rechazo o invalidación, sin perjuicio de la denuncia de los hechos, de conformidad con lo establecido en el
artículo 40 del decreto ley N° 3.621, de 1981, además de la denuncia directa a la Justicia del Crimen, si
ello fuere procedente, y comunicación al empleador para la adopción de las medidas laborales y
estatutarias que correspondan."
167
acto favorable, pues es claro que se trata de supuestos en los que el beneficiado ha puesto las
condiciones para incurrir en el error, siendo imputable a éste. De esta forma, concurriendo los
supuestos indicados, la licencia médica que en ellos se funda debe ser invalidada,
estableciéndose expresamente la obligatoriedad de la devolución o reintegro de las
remuneraciones o subsidios percibidos por el beneficiario de una licencia invalidada. Por tanto,
aun cuando se trata de un acto invalidatorio desfavorable al beneficiario, deben restituirse las
sumas cuya causa para retener ha desaparecido, operando la declaración de invalidez, en este
caso, retroactivamente. Así se establece perentoria y expresamente en los artículos 55 inciso
final y 63 de la norma citada. 417
M .
y sobrevivencia, y las de jubilaciones por cualquier causa, estableciéndose —en su inciso tercero-
que estos beneficios no sólo son revisables a instancia del interesado —mediante el reclamo
administrativo o la acción jurisdiccional respectiva-, sino que, además, puede serlo, operando de
oficio por la autoridad administrativa, estableciéndose un verdadero supuesto de invalidación.
Ello, ante la ocurrencia de un error de hecho en los presupuestos considerados para el cálculo del
beneficio,42° como en el de existir cualquier error de derecho constitutivo de vicios de ilegalidad
tanto en el otorgamiento del beneficio, como en su cálcu10. 421
420
Concretamente el inciso cuarto del articulo 4 se refiere a las "diferencias en la computación de los
periodos de afiliación o servicios, en las remuneraciones imponibles consideradas para la determinación
del sueldo base de pensión, o, en general, cuando existiere cualquier error de cálculo o de hecho en la
liquidación".
421
Específicamente la norma señala que estos actos: "Son, asimismo, revisables cuando se hubiere
cometido algún error en la aplicación de las leyes o cualquier otro error de derecho. Igual revisión y por
las mismas causas, procederá respecto de los reajustes legales que experimente el beneficio".
169
del otorgamiento del beneficio o del reajuste del mismo. En todo caso, se debe precisar que
dicho límite temporal opera tanto respecto de la revisión administrativa, impetrada de oficio o a
petición de parte, como de la revisión judicial, en el caso que el beneficiado opte por ésta.
IP"]
sólo "desde el momento en que se hubiere formulado reclamo por el interesado, o desde la fecha
de la resolución de la autoridad administrativa que disponga la rectificación si se procediere de
oficio, o desde la fecha de notificación de la demanda judicial, en su caso."
171
3. La invalidación en la LBPA
422
En concordancia con lo dispuesto en el artículo 2 de la LOC del Banco Central, N° 18.840, norma que
—como se dijo- excluye a este órgano de las normas dictadas para el sector público.
423
Durante la tramitación del proyecto de ley, en respuesta a la pregunta por razones del que la LBPA no
se aplique a las empresas públicas, el representante del Ejecutivo señaló ante la Cámara de Diputados que
ello lo es en atención a que éstas se rigen por las normas que regulan a los particulares, según lo dispone el
artículo 19 N° 21 de la CPR. Véase, Cámara de Diputados, Sesión 68, en miércoles 16 de diciembre de
2003, pág. 40.
172
privado —corporaciones y fundaciones-, en las que el Estado o sus organismos tienen
participación. 424
Quedan, por tanto, fuera de la aplicación de la LBPA: la Corporación del Cobre —CODELCO- Empresa
Nacional del Petróleo —ENAP-, Empresa Nacional de Minería —ENAMI-, Empresa de Ferrocarriles y
Metro Metropolitano.
424
En el mismo sentido, CORDERO VEGA, Luis. El procedimiento administrativo. Santiago.
LexisNexis, 2003, pág. 60. Asimismo, AEDO CID, Oscar. La Ley de Bases del Procedimiento
Administrativo. (Ley N° 19.880 de 2003). Revista de Derecho, Criminologia y Ciencias Penales,
Universidad San Sebastián. (5), 2003, págs. 65 y sgts.
425
Esta última precisión que realiza la LBPA es importante a efectos de impetrar la revisión del acto
emanado del órgano colegiado —acuerdo-, pues en rigor lo que se ha de impugnar es el acuerdo y no la
resolución. Por lo tanto se ha de entender que los plazos respectivos se cuentan en relación con el acuerdo
y no con la resolución que lo ejecuta.
173
realicen los órganos de la Administración en el ejercicio de sus competencias." 426 Todos los
que, por tanto, quedan sometidos a la regulación de la LBPA.
426
Se advierte la cercanía con el amplio concepto que, en su momento, postulara la doctrina italiana de la
mano de ZANOBINI, para quien, un acto administrativo es "cualquier declaración de voluntad, deseo,
conocimiento, juicio, cumplida por un sujeto de la Administración pública en ci ejercicio de una potestad
administrativa" ZANOBINI, Guido. Corso di Dirilto amminisirativo. Volume primo. Principi generah.
Op. cit., pág. 187. Seguido en España, entre otros, por GARRIDO FALLA, Fernando. Tratado de
Derecho Administrativo. Vol. 1. Parte General. 4" cd. Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1966, págs.
407 y sgts. Posteriormente, dicho concepto fue tomado por GARCÍA DE ENTERRIA y FERNÁNDEZ,
quienes, sin embargo, depuran el concepto, excluyendo del mismo a las disposiciones reglamentarias.
GARCIA DE ENTERRIA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Curso de Derecho Administrativo.
Tomo 1. Op. cit., pág. 173 y sgts. Finalmente, mencionar que en Chile dicho concepto fue seguido, entre
otros, por PANTOJA BAUZA y SILVA CIMMA, Así, el primero de los autores mencionados concluye,
en una investigación publicada por el Seminario de Derecho Público de la Universidad de Chile, que
dinámicamente considerado, el acto administrativo es "una declaración de voluntad, de conocimiento, de
juicio o de razonamiento formulada por un administrador en ejercicio de una potestad administrativa"
PANTOJA BAUZA, Rolando. Concepto de Acto Administrativo. Seminario de Derecho Público.
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile. (6), 1960, pág. 87. Mientras, el
segundo de los autores mencionados —quien participó como Senador, en la discusión del proyecto de
LBPA- señala que el acto administrativo "es la declaración de voluntad general o individual de un órgano
administrativo emitida en función de una potestad o competencia administrativa, y por la cual se deciden o
emiten juicios sobre derechos, deberes o intereses de las entidades administrativas, o de particulares
respecto de éstas", agregando, al explicar tan amplio concepto, que en la Administración del Estado, no
sólo se emiten declaraciones de voluntad activa tendientes a generar efectos jurídicos, generadores de
derechos u obligaciones, sino que además "se distinguen otras modalidades de actuar administrativamente
que, por cierto, no son iguales a los casos de Administración Activa en la forma como lo hemos reseñado,
como lo es la administración consultiva y la administración fiscalizadora en que no hay declaración de
voluntad tendiente a producir efecto jurídico, ni siquiera existe in mente, en la conciencia del órgano que
actúa en ese carácter, el deseo de producir un efecto jurídico; pero no obstante hay una actividad
administrativa y no podria desconocerse que de esta actividad podría configurarse (un) acto administrativo
de naturaleza especial, sustancialmente diferente de las anteriores, pero acto administrativo también."
SILVA CIMMA, Enrique. Derecho Administrativo chileno y comparado. Tomo V. Op. cit., págs. 26 y
52, respectivamente.
" Además del argumento de no distinción, para entender que este tipo de normas se encuentra
comprendido dentro del concepto legal, así también se desprende inequívocamente de otras disposiciones
de la LBPA en las que se hace referencia directa a los actos administrativos reglamentarios. Así, p. ej., lo
dispuesto en el artículo 48 letra a), claramente aplicable a los reglamentos, en tanto se ordena la
publicación en ci Diario Oficial de los actos administrativos que "contengan normas de general aplicación
o que miren al interés general". En el mismo sentido, CORDERO VEGA, Luis. El procedimiento
174
convencionales, pues éstos, como opuestos a los unilaterales, carecen del carácter potestativo y
obligatorio que la doctrina atribuye a estos últiffloS.121 Carácter que se encuentra reconocido en
la LBPA, al disponer —en su artículo 3 inciso final- que los actos administrativos gozan de una
presunción de legalidad, de imperio y exigibilidad y —en su artículo 51- que causan inmediata
ej ecutoriedad.
administrativo. Op. cit., págs. 52 y 61. Igualmente —aunque en versión crítica- PIERRY ARRAU, Pedro.
Concepto de acto administrativo en la Ley de Procedimiento Administrativo. El reglamento. Dictámenes
de la Contraloria General de la República. Revista de Derecho, Consejo de Defensa del Estado. (13),
agosto 2005, pág. 71.
428
Por todos, SILVA CIMMA, Enrique. Derecho Administrativo chileno y comparado. Tomo V. Op.
cit., pág. 25.
429
En el mismo sentido, PIERRY ARRAU, Pedro. Concepto de acto administrativo en la Ley de
Procedimiento Administrativo. El reglamento. Dictámenes de la Contraloría General de la República. Op.
cit., pág. 72.
° En este sentido, puede verse: Tribunal de la Contratación Pública, Sentencia Rol 17-2004. En doctrina,
puede consultarse MORAGA KLENNER, Claudio. Contratación Administrativa. Santiago, Editorial
Jurídica de Chile, 2007, especialmente, respecto de la extinción del contrato por nulidad, págs. 176 y sgts.
Sobre el mismo tema, MENDOZA ZUNIGA, Ramiro y LARA ARROYO, José Luis. La contratación
administrativa y la Ley 19.886: aspectos a considerar en un recuento jurisprudencial. Revista de Derecho,
Universidad Finis Terrae. (9), 2005, págs. 99-116.
175
No obstante, por otro lado, se debe advertir que si bien, en
principio, para todas las materias referidas en la LBPA, entre las que se encuentra la regulación
de la invalidación en el artículo 53, se debe estar a este concepto amplio de acto administrativo,
comprensivo de toda declaración administrativa unilateral. 43 ' Situación que —como se dijo-
incluye también a los reglamentos. Lo que no se ve alterado por el carácter supletorio de la ley -
establecido en su artículo l0, pues para éstos no existe ley que contemple un procedimiento
administrativo especial.
Ello en virtud del articulo 20 del Código Civil que, estableciendo la interpretación auténtica de las
palabras de la ley, dispone que "cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas materias,
se les dará en éstas su sentido legal"
432
En el mismo sentido PIERRY ARRAU, Pedro. Concepto de acto administrativo en la Ley de
Procedimiento Administrativo. El reglamento. Dictámenes de la Contraloría General de la República. Op.
cít., pág 72 En un sentido más radical, la jurisprudencia de la COR ha sostenido que las normas
reglamentarias no quedan comprendidas dentro del concepto de acto administrativo de la LBPA, por lo
que sus disposiciones no se aplican a este tipo de normas. Así, ha señalado que "el uso de la atribución
dci Servicio de Impuestos Internos, de fijar normas e impartir instrucciones, se materializa en un acto que
no se enmarca en ninguno de los conceptos de acto administrativo que contiene el articulo 30 de Ley N
19.880, toda vez que se trata de una potestad normativa, reguladora, cuyo ejercicio corresponde que sea
ponderado exclusivamente por el Servicio" CGR, Dictamen N° 39353, de 2003. En sentido contrario a lo
aquí expuesto y criticando la opinión contralora citada, véase CORDERO VEGA, Luis. Limitando la ley
de procedimiento administrativo. Una interpretación intolerable. Revista Chilena de Derecho,
Universidad Católica de Chile. 30(3), 2003, págs. 549-552.
176
su ejercicio y contenido debe ser ponderado exclusiva y libremente por el órgano al que el
ordenamiento jurídico le ha atribuido la potestad normativa.
Sin perjuicio la competencia del Tribunal Constitucional respecto de posibles vicios de normas
reglamentarias, contenidas en decretos supremos, actualmente regulado en el artículo 93 de la CPR; y de
la competencia de la Contraloría General de la República en cuanto al control preventivo de legalidad y de
los tribunales de justicia respecto de la declaración de nulidad de derecho público.
177
un plazo, pues supondría aceptar que por el mero transcurso del término indicado en la norma, la
Administración no podría volver sobre un reglamento contrario a la ley o la Constitución. 4 "
Se podría objetar que en derecho comparado se ha dado una solución distinta. Así, en el modelo
español de la LBPA, la LRJAPyPAC contempla la declaración de nulidad de oficio de los actos
reglamentarios en su artículo 102.2 en relación con el 62.2, siguiendo la tradición que ya tenía impuesta el
antiguo artículo 109 en relación con el 47 de la LPA de 1958. Es decir, se incluye también a los actos de
contenido general dentro de la regulación que ha previsto para la revisión de oficio. Lo que, además, en el
ámbito doctrinal ha permitido distinguir claramente a la revisión de oficio de la derogación, pues aquella
tiene efectos retroactivos, en cambio ésta sólo produce efectos ex nunc. Véase, en este sentido, GARCIA
DE ENTERRIA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Curso de Derecho Administrativo. Tomo 1.
Op. cit., págs. 213-216.
No obstante, se debe advertir que, en el caso español, por tratarse de la revisión de oficio de disposiciones
que contienen vicios de nulidad de pleno derecho —a diferencia de los actos anulables para los que
contempla el recurso de lesividad-, la actual ley espaftola no somete dicha revisión a las exigencias
contempladas en el Derecho chileno. Es decir no limita el ejercicio de la potestad de revisión de oficio a
un plazo de caducidad —situación que sí está presente en el artículo 53 de la LBPA chilena-, sino que ésta
puede ejercerse en cualquier momento, ni la somete a la exigencia de audiencia previa —igualmente
presente en el artículo 53 de la LBPA chilena-. El único límite que se contempla, al incluirla dentro de la
regulación de oficio es la exigencia del previo dictamen favorable del Consejo de Estado o del órgano
consultivo equivalente —si lo hubiera- de la Comunidad Autónoma. Exigencia ésta que, no tiene
comparación en el caso chileno.
Por tanto, dadas las especiales características de la revisión de oficio en el modelo comparado del
legislador chileno, es lógico que no se contemple la inclusión de los actos unilaterales de contenido
general dentro de la regulación de la invalidación.
436
Sin perjuicio de la competencia de los tribunales de justicia para conocer de la acción de nulidad de
derecho público o de otros contenciosos anulatorios contemplados en normas especiales. Sobre la
impugnación de los reglamentos véase: FERNÁNDEZ SALMERÓN, Manuel. El control jurisdiccional
de los reglamentos. Procedimiento administrativo, proceso judicial y potestad reglamentaria. Barcelona,
Atelier, 2002. Para su régimen de invalidez, DOMÉNECH PASCUAL, Gabriel, La invalidez de los
reglamentos. Valencia, Tirant lo blanc, 2002.
" Véase, respectivamente, los artículos: 32 N°6, 113 inciso primero y 119 inciso segundo de la CPR.
178
que un órgano de la Administración con potestad reglamentaria retire un reglamento por
considerarlo contrario a normas de rango superior, se encontraría sometido a las exigencias
indicadas en dicha norma, siendo además llamados a intervenir los tribunales de justicia en
procedimiento breve y sumario.
En este sentido, VERGARA BLANCO, sostiene que la LBPA integra dos técnicas, de un lado, como
ley de bases, establece estándares y principios que tienen la eficacia de derogar tácitamente las leyes
preexistentes que sean contradictorias o incoherentes con aquéllas. De otro lado, la técnica de la
supletoríedad, que tiene la eficacia de rellenar lagunas de las leyes anteriores que regulan procedimientos
especiales, VERGARA BLANCO, Alejandro. Eficacia derogatoria y supletoria de la ley de Bases de los
Procedimientos Administrativos. jj VVAA. Acto y procedimiento administrativo. Segundas Jornadas
de Derecho Administrativo. Actas. Op. cit., pág. 33. En un sentido similar, aunque no se pronuncia sobre
la posible eficacia derogatoria de las leyes de bases. CORDERO VEGA señala que el procedimiento
administrativo de bases busca establecer y regular las garantías mínimas de los ciudadanos frente a la
actividad administrativa, las que deben ser comunes a todos los órganos de la Administración, "para
asegurar la igualdad sustancial de todos los ciudadanos en sus relaciones con ella". De esta forma, sostiene
el autor, se vincula el procedimiento administrativo común a la igualdad en el ejercicio de los derechos y
deberes fundamentales que el Estado debe garantizar. CORDERO VEGA, Luis. La supletoriedad en la
Ley de Bases de Procedimiento Administrativo. En: VVAA. Acto y procedimiento administrativo.
Segundas Jornadas de Derecho Administrativo. Actas. Op. cit., págs. 49 y sgts.
179
especial. Así se desprende de la historia de su establecimiento 439 y así también, ha sido
entendido por la CGR. 440
Asi se dejó constancia expresa en las actas que dan cuenta de la discusión parlamentaria. En este
sentido, se señaló que "este procedimiento general va a regir en defecto de procedimientos especiales
actualmente establecidos, que mantienen su vigencia" Diario de Sesiones del Senado, Sesión ordinaria N°
4, miércoles 3 de octubre de 2001, pág. 172-197.
> En este sentido la CGR ha sostenido la aplicación del artículo 53 de la LBPA en situaciones en las que
no existe un procedimiento invalidatorio especial. CGR, Dictamen N° 251, de 2008; CGR, Dictamen N°
33.522 de 2008.
Es lo que ocurre con los casos de invalidación tratados en el decreto supremo N° 3 de 1984 del
Ministerio de Salud yen el decreto supremo N°412 de 1992, del Ministerio de Defensa.
aspectos más generales de su regulación, 444 limitándose a establecer las garantías mínimas para
los ciudadanos en esta materia. 5
" Así, MUÑOZ MACHADO, Santiago. Tratado de Derecho Administrativo y Derecho Público General.
T. III. Madrid, lustel, 2004, pág. 758. En Chile, respecto de las relaciones entre ley y reglamento,
CARMONA SANTANDER, Carlos. Tendencias del Tribunal Constitucional en la relación ley-
reglamento. Revista de Derecho Público, Facultad de Derecho, Universidad de Chile. 1(61), 1998, págs.
180-194. DEL MISMO AUTOR. Un nuevo estadio en la relación Ley-Reglamento: el ámbito del
reglamento. Revista de Derecho Público, Facultad de Derecho, Universidad de Chile. 1 (63), 2001, págs.
154 ysgts.
GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. La ley chilena de procedimiento administrativo. Op. cit., pág. 385.
" Lo dicho en el texto en el sentido que la invalidación procede respecto de todos los actos, no se opone a
lo dispuesto en el artículo 15 de la LBPA, que establece una distinción entre actos de término y de trámite,
estableciendo que estos últimos sólo son impugnables excepcionalmente cuando produzcan indefensión o
determinan la imposibilidad de continuar un procedimiento. Dado el carácter de excepción de la norma,
se debe dar a ésta una interpretación restringida. Por tanto, ésta no impide a la Administración invalidar
de oficio un acto trámite, a fin de evitar la nulidad posterior de los actos de término que se sustenten en
ilegalidades en su proceso de gestación. En todo caso, lo dicho debe entenderse, sin perjuicio de lo que se
dirá sobre la invalidación parcial y sobre la existencia de vicios de forma o de procedimiento que no
conllevan la invalidez del acto. Para una visión crítica de la clasificación legal entre actos de término y
actos trámite en la LBPA, véase BOCKSANG HOLA, Gabriel Orlando. ¿Cuál es el acto terminal del
procedimiento administrativo?. jj VVAA. Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos. Op. cit.,
págs. 15-32.
Lo mismo podría plantearse una vez constatada la existencia dci
vicio invalidante, se encuentra la autoridad respectiva facultada para optar entre renunciar a la
invalidación, prescindiendo de la existencia del vicio y manteniendo el acto, o debe reaccionar
haciendo desaparecer el acto de la vida jurídica.
" En este sentido, AEDO CID, Oscar, La Ley de Bases del Procedimiento Administrativo. (Ley N"
19.880 de 2003). Op. cit., pág. 89,
'" Más aún, es dificil pensar que esto pueda ser tenido como un descuido del legislador, pues
precisamente el modelo de la LBPA, constituido por la LRJAPyPAC española, advirtiendo este aspecto,
modificó la redacción original del artículo 109 de la Ley de Procedimiento Administrativo de 1958,
antecedente del actual artículo 102.1 de la LRJAPyPAC, cambiando la expresión "podrá" por "deberá" Al
respecto, puede verse BOCANEGRA SIERRA, Raúl. La anulación de oficio de los actos administrativos.
Op. cit., pág. 56.
182
LOCBGAE, que imponen la necesidad administrativa de respetar el principio de juridicidad en
el ejercicio de sus atribuciones, tendientes a cumplir su función institucional de promover el bien
común, expresado en la satisfacción de necesidades colectivas.
En este sentido FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la
Administración dci Estado. Op. cit., pág. 137. Igualmente, JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de
derecho público ante la doctrina y la jurisprudencia. Op. cit., pág. 100. En el mismo sentido, CATALAN
APPELGREN, Angélica. Procedencia de la potestad invalidatoria de la Administración. ¿Facultad u
obligación? Op. cit., pág. 71.
gol
poder de anular de oficio dicho acto, al mismo órgano del que ha emanado o a otro cuya
determinación, en todo caso, queda entregada al legislador. 450
Sanciones y responsabilidades que pueden ir desde las administrativas, hasta las penales, pasando por
la responsabilidad civil, en su caso. Las primeras se encuentran establecidas —principalmente- en el
Estatuto Administrativo, contenido en la ley N° 18.834; mientras que las responsabilidades penales
derivadas de los delitos funcionarios, se encuentran —principalmente- en el Código Penal, en el Libro
Segundo, cuyo Título V se refiere a los delitos cometidos por empleados públicos en el desempeño de sus
cargo (artículos 220 a 260). La responsabilidad civil del funcionario, se hará efectiva en conformidad a
las normas generales, sin perjuicio de la responsabilidad patrimonial que corresponda al Estado o sus
organismos, el que, en todo caso, tiene derecho a repetir contra el funcionario responsable.
185
es reiterado en forma específica para los órganos que integran la Administración del Estado, por
el artículo 2 de la LOCBGAE.
" Entre otros, puede verse REYES RIVEROS, Jorge. Reflexiones acerca de la nulidad de derecho
público. Op. cit.; y MARIN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos
administrativos. Op. cit.
186
Sin embargo, una precisión se impone respecto de aquellos actos
administrativos que han sido dictados por órganos dependientes o subordinados, en virtud de
facultades delegadas por un superior jerárquico. Al respecto, el artículo 41 de la LOCBGAE,
regulando la delegación como técnica de reparto de potestades, dispone que ésta recae sobre el
ejercicio de atribuciones y facultades propias del órgano delegante. Es decir, tratándose de un
órgano autorizado por la ley, lo que delega es el ejercicio del poder jurídico atribuido
originalmente por el legislador, para que sea ejercido —en consideración a razones de eficiencia,
agilidad y mejor funcionamiento en el trabajo administrativo-, no por el titular de la potestad,
sino por un órgano estatal de su dependencia, dentro del nivel jerárquico de la respectiva entidad
pública.
456
SOTO KLOSS, Eduardo. La delegación en el Derecho Administrativo chileno. Revista de Derecho
Público, Facultad de Derecho, Universidad de Chile, (45-46), 1989, pág. 117.
187
Cabe señalar, en este caso, que la responsabilidad que pudiere
derivar del acto invalidado corresponde —por disposición del citado artículo 41 de la
LOCBGAE- al órgano delegado y no al titular de la potestad. Ello, sin perjuicio de la
responsabilidad de la autoridad delegante por negligencia en el cumplimiento de sus
obligaciones de dirección o fiscalización que, como superior jerárquico, le corresponde respecto
de los actos del delegado.
" El inciso cuarto del artículo 59 de la ley 19880, menciona entre los actos contra los que no procede el
recurso jerárquico, aquellos que provienen "del Presidente de la República, de los Ministros de Estado, de
los alcaldes y de los jefes superiores de los servicios públicos descentralizados". Cabe hacer presente que
no en todos los casos mencionados en la norma se justifica la disposición del legislador. En efecto, lo que
el legislador ha pretendido es excluir el recurso jerárquico de los actos de aquellas autoridades que carecen
de superior en la línea jerárquica, lo que efectivamente ocurre con el Presidente de la República, con los
alcaldes y con los jefes superiores de los servicios públicos descentralizados, pero no así con los Ministros
de Estado, los que dependen directamente del Presidente de la República. No obstante, lo criticable que
puede resultar la lógica de la disposición, en tanto el legislador no establezca algo distinto, debe estarse a
ella.
189
Al respecto, el artículo 33 de la LOCBGAE, establece que ésta
se "realizará mediante la radicación por ley de atribuciones en determinados órganos del
respectivo servicio." Es decir, en estricto rigor, lo que la ley desconcentra no es el órgano, sino
que es la atribución, 459 la que es radicada por aquella, directamente en un órgano al interior del
respectivo servicio —centralizado o descentralizado-, aunque sin alterar su estructura jerárquica.
SOTO KLOSS, Eduardo. La desconcentración en el Derecho Administrativo chileno. Id., pág. 103 y
sgts.
460
En Derecho comparado, la misma solución es seguida de manera expresa en algunos ordenamientos.
Así, por ejemplo, el artículo 142.1 del Código de Procedimiento Administrativo portugués, dispone que,
salvo disposición especial, son competentes para revocar los actos administrativos, además de sus autores,
los respectivos superiores jerárquicos, siempre que no se trate de un acto de competencia exclusiva del
subalterno.
190
3.3.3. La potestad invalidatoria y la Contraloría General de la República.
461
ARÓSTICA MALDONADO, Iván. El trámite de toma de razón de los actos administrativos. Revista
de Derecho Público, Facultad de Derecho, Universidad de Chile. (49), enero-junio 1991, pág. 132.
462
Véase artículo 12 y sgts. de la Resolución N° 1600, de 2008, de la Contraloría General de la República,
que establece normas sobre exención dci trámite de toma de razón, publicada en el DO. el 6 de noviembre
de 2008.
191
impartir instrucciones relativas al servicio —artículo 9 de la LOCGR-. Dichos informes y
dictámenes constituyen la jurisprudencia administrativa en las materias de competencia de la
CGR —artículo 9 inciso final de la LOCGR-, los que, además de ser obligatorios para la
Administración y sus respectivos funcionarios, deben ser observados por los abogados, fiscales o
asesores jurídicos de las distintas reparticiones públicas y entidades sometidas al control de la
CGR —artículo 19 inciso final de la LOCGR-.
463
COR, Dictamen N° 21.730, de 2006, en el que sostiene que la competencia es del órgano emisor dci
acto y no de ella.
464
Dichas consecuencias dicen relación con la calidad del vicio. De acuerdo al artículo 99 de la CPR, si
Contraloría estima que el acto es ilegal, lo representará así al órgano respectivo, devolviendo el
correspondiente decreto o resolución. En este caso, tratándose del Presidente de la República, éste podrá
imponer su parecer jurídico respecto de la opinión de Contraloría, mediante la dictación de un decreto de
insistencia —con la firma de todos los ministros-; o conformarse, ya sea adecuando ci decreto a las
observaciones del contralor o, simplemente desistiendo de su tramitación. Por otro lado, si el vicio
estimado por Contraloria es de inconstitucionalidad, no procede la insistencia, prevaleciendo la opinión de
Contraloría por sobre la del Presidente de la República. Situación ésta en la que, el Presidente de la
República puede requerir al Tribunal Constitucional, para que sea este organismo el que resuelva sobre la
constitucionalidad del acto impugnado. Ello, en virtud de lo dispuesto en los artículos 93 N° 9 y 99 de la
CPR.
192
activa. En este caso, lo que procede es que aquel haga presente dicha situación al órgano
respectivo, para que sea éste el que proceda a invalidar el correspondiente acto. Ello es así, pues
la competencia respecto de la materia sobre la que recae el acto que se estima ilegítimo,
corresponde a la Administración activa y no a Contraloría, por tanto, dado que esta última no
tiene competencia sobre la materia, mal podría dictar actos sobre ella sin infringir, a su vez, el
ordenamiento jurídico.
193
las materias que forman parte de su competencia, forma parte del bloque de legalidad a que debe
someterse la Administración del Estado, por tanto, siendo parte de la juridicidad del actuar
administrativo, la Administración no puede sustraerse a dicha interpretación, mucho menos
podría controvertir lo resuelto por la Contraloría, respecto de la necesidad jurídica de invalidar
un acto administrativo, sin incurrir en una violación del principio de legalidad administrativa. 4
466
Ibid.
461
SCHMIDT-ASSMANN, Eberhard. La teoría general del Derecho administrativo como sistema. Op,
cit., pág. 361.
194
principio inquisitivo, el deber de claridad y transparencia del procedimiento, el principio de
publicidad, el deber de motivación y la imparcialidad de la función
195
particular de ciertas actuaciones desarrolladas antes, durante o al término de la tramitación del
procedimiento administrativo general. En todas éstas se sigue la misma regla: los
procedimientos administrativos son impulsados tanto por los interesados, en defensa de sus
intereses, como por el órgano de la Administración, en cumplimiento de sus fines de interés
469
general
Así, p. ej., el artículo 32 de la LBPA —en cuanto a la adopción, alzamiento o modificación de medidas
provisionales-, en el artículo 62 de la LBPA —en materia de aclaración o rectificación de errores
contenidos en una decisión administrativa- y en el artículo 63 de la LBPA —referido a la aplicación de la
tramitación de urgencia.
196
En todos estos casos —dada su naturaleza reglada-, el inicio del
procedimiento invalidatorio se ha de materializar en una resolución de la autoridad respectiva, la
que debe ser debidamente comunicada a los interesados, mediante su notificación o publicación,
según corresponda en conformidad a los artículos 45 y sgts. de la LBPA. A partir de aquella
resolución se contará el plazo máximo de seis meses de duración del procedimiento hasta la
emisión de la resolución final, establecido en el artículo 27. 11
470
Sin perjuicio de ello, este plazo puede ser ampliado o reducido —de oficio o a petición de parte
interesada- en conformidad a lo dispuesto en los articulos 26 y 63 de la LBPA. En el primer caso, el plazo
puede extenderse en no más de tres meses, si las circunstancias lo aconsejan y con ello no se perjudican
derechos de tercero y, siempre que la petición de los interesados como la decisión sobre la ampliación, se
produzcan antes del vencimiento del plazo original. En el segundo caso, se podrá ordenar que al
procedimiento se le aplique la tramitación de urgencia, reduciendo el plazo a tres meses, cuando razones
de intcrs público lo aconsejen.
" Por disposición del articulo 32 de la LI3PA, ellas quedan si efecto si no se inicia el procedimiento en el
plazo indicado o si la resolución que inicia el procedimiento no contiene un pronunciamiento expreso
sobre ellas.
197
De igual manera, una vez iniciado el procedimiento, la autoridad
administrativa puede adoptar las medidas provisionales que estime oportunas para asegurar la
eficacia de la decisión que pudiera recaer sobre el asunto -o confirmar las que hubiese adoptado
en forma previa-, siempre que existiesen elementos de juicio suficientes para ello. Dado el
carácter provisorio de dichas medidas, ellas pueden ser alzadas o modificadas, en cualquier
momento, durante la tramitación del procedimiento y se extinguen con la eficacia de la
resolución que pone término al procedimiento respectivo.
472
CS, Sentencia de 22 de agosto de 2006, "Bestpharma con Instituto de Salud Pública", Rol 4-032-06.
" En este sentido, CORDERO VEGA, Luis. El procedimiento administrativo. Op. cit., págs. 118 y sgts.
En el mismo sentido, JARA SCI-INETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y
la jurisprudencia. Op. cit., pág. 101. GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. La ley chilena de procedimiento
administrativo. Op. cit., pág. 385. Igualmente, respecto de la revisión de oficio en España,
BOCANEGRA SIERRA, Raúl. La anulación de oficio de los actos administrativos. Op. cit., pág. 57-58.
198
La nonna aplica lo que ya tenía establecido el artículo 28 de la
LBPA, de manera general para el inicio de todo procedimiento administrativo; y debe
concordarse con lo dispuesto en los artículos 30 y 31 de la misma, que regulan la presentación de
la solicitud, estableciendo —entre otros aspectos- el contenido de la misma 475 y el desistimiento
por falta de antecedentes. 476
Los requisitos formales que debe contener la solicitud son los siguientes:
a) Nombre y apellidos del interesado y, en su caso, de su apoderado, así como la identificación del medio
preferente o del lugar que se señale, para los efectos de las notificaciones, b) Hechos, razones y peticiones
en que consiste la solicitud, c) Lugar y fecha. d) Firma del solicitante o acreditación de la autenticidad de
su voluntad expresada por cualquier medio habilitado, e) Órgano administrativo al que se dirige.
En este caso, de acuerdo al inciso primero del artículo 31 de la LBPA, si la solicitud de iniciación no
reúne los requisitos señalados en el artículo 30 y los exigidos, en su caso, por la legislación específica
aplicable, la Administración se encuentra facultada para requerir al interesado para que, en un plazo de
cinco días, subsane la falta o acompañe los documentos respectivos, bajo apercibimiento de tenérsele por
desistido, si no cumpliere con lo requerido.
Señala dicha norma que "todo interesado podrá desistirse de su solicitud o, cuando ello no esté
prohibido por el ordenamiento jurídico, renunciar a sus derechos.
Si ci escrito de iniciación se hubiera formulado por dos o más interesados, el desistimiento o la renuncia
sólo afectará a aquellos que la hubiesen formulado.
Tanto el desistimiento como la renuncia podrán hacerse por cualquier medio que permita su constancia".
478
De acuerdo al artículo 43, el abandono opera frente a la inactividad del interesado en aquellos
procedimientos iniciados a solicitud de parte. Para ello se requiere que dicha inactividad produzca la
paralización del procedimiento por más de treinta días; que la Administración le advierta que si no efectúa
las diligencias de su cargo en el plazo de siete días, se declarará el abandono del procedimiento; transcurso
de este plazo sin que el interesado realice las actividades necesarias para reanudar la tramitación, y la
declaración formal de la Administración en el sentido que el procedimiento ha sido abandonado, la que
debe ser notificada al interesado.
199
aplicación la excepción dispuesta en el artículo 44 de la LBPA, en cuanto toda cuestión relativa
ala invalidación de un acto contrario a derecho afecta el interés general. 479
Dicho artículo dispone que "la Administración podrá no declarar el abandono, cuando la cuestión
suscitada afecte al interés general o fuera conveniente continuarla para su definición y esclarecimiento".
480
En este sentido, como se ha expuesto, se ha manifestado la jurisprudencia inglesa, al sentar lo que se ha
denominado la confianza legítima procesal y que se traduce en el derecho de audiencia del administrado,
como garantía mínima de justicia y equidad, antes de adoptar cualquier decisión administrativa que le
haya de afectar.
200
reconocido en el artículo 10 de la LBPA; y establece este trámite especial cuya finalidad es
concretar dicho derecho. 48
Adviértase que la LEPA sólo establece el requisito de la audiencia previa en dos casos. El de la
invalidación es uno. El otro se encuentra contemplado en el artículo 41, en el caso en el que la resolución
final que ha de recaer en un procedimiento deba resolver cuestiones conexas. En esta situación, dichas
cuestiones deben ser puestas en conocimiento de los interesados, "quienes dispondrán de un plazo de
quince días para formular las alegaciones que estimen pertinentes y aportar, en su caso, medios de prueba.
Transcurrido ese plazo el órgano competente decidirá sobre ellas en la resolución final".
482
En el mismo sentido, JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y
la jurisprudencia. Op. cit., pág. 109. Igualmente, CORDERO VEGA, Luis. El procedimiento
administrativo. Op. cit., pág. 129.
La posición del autor citado se basa en lo sostenido por SANTAMARÍA PASTOR, Juan Alfonso.
Principios de Derecho Administrativo. Vol. II. Madrid, Ceura, 1999, pág. 85. Ello, por cuanto, este
Na
podría producir el acto invalidatorio en la situación del administrado, parece más recomendable
que el trámite se efectúe al comienzo del procedimiento, comunicando inmediatamente al
posible afectado el hecho que se ha iniciado un procedimiento invalidatorio de oficio o a
solicitud de parte interesada. Así, se ha fallado que si bien "la ley no distingue ni señala el
momento en que deba oírse al interesado; lo cierto es que debe ser antes que la autoridad
administrativa resuelva la materia." 484 Lo que, en todo caso, no obsta al derecho reconocido en
el citado artículo 10 de la LBPA de presentar alegaciones en cualquier momento y hacer valer lo
que se estime pertinente, atendido el carácter no formalizado del procedimiento.
Por otro lado, respecto del plazo que debe considerar el trámite
de audiencia para que el interesado se imponga de los antecedentes respectivos y formule lo que
estime pertinente a la defensa de sus derechos, nuevamente la ley guarda silencio. Por lo que
éste queda entregado al criterio de la respectiva autoridad. 485
momento es el único que asegura al interesado la formulación de su posición definitiva. Véase JARA
SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y la jurisprudencia. Op. cit., pág.
108.
En todo caso, este momento es coincidente con el que el Derecho español establece de manera general
para el trámite de audiencia. Es este sentido, el artículo 84.1 de la LRJAPyPAC, dispone que éste se
llevará a cabo una vez "instruidos los procedimientos, e inmediatamente antes de redactar a propuesta de
resolución". Es decir, al final del procedimiento.
484
CA de Valdivia, Sentencia de 27 de agosto de 2007, "Comunicaciones Electrofhone Ltda. con 1.
Municipalidad de Corral", Rol N° 492-07.
485
Originalmente, el plazo estaba contemplado en el artículo 63 del proyecto emanado de las comisiones
unidas, que concedía a los interesados "treinta días para actuar en defensa de sus derechos". No obstante -
como se expuso- la norma se eliminó por estimar que ésta era redundante en tanto —según se dijo en la
sesion respectiva- el artículo 54 del proyecto (53 en la versión definitiva), ya contemplaba el trámite de
audiencia, sin advertir que esta última no hacía referencia al plazo.
202
contemplan el trámite especial de la audiencia previa a la resolución. Por tanto, donde existe la
misma razón, debe existir la misma disposición. 486
486
Además, dicho plazo es de alguna forma similar al del modelo español. En este sentido, el artículo
84.2 de la LRJAPyPAC, al regular el trámite audiencia, otorga un plazo no inferior a diez ni superior a
quince días para que el interesado exponga lo que estime pertinente.
° Respecto de la forma de operar del silencio administrativo, véase CORDERO VEGA, Luis. El
procedimiento administrativo. Op. cit., págs. 141 y sgts.
203
3.5. La causal. Vicios invalidantes e irregularidades no invalidantes.
Recu&dese que la LRJAPyPAC, distingue según la entidad del vicio en actos nulos de pleno derecho
(artículo 62 de la LRJAPyPAC) y actos anulables (artículo 63 LRJAPyPAC), los que dan lugar -
respectivamente a la revisión de los actos y disposiciones nulos (artículo 102 LRJyPAC) y a la declaración
de lesividad de los actos anulables (articulo 103 LRJAPyPAC).
Así ocurre, p. ej., en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo de Argentina, cuyos articulo 14 y
15 distinguen entre el acto "nulo, de nulidad absoluta e insanable" y la anulabilidad del acto que "hubiere
incurrido en una irregularidad, omisión o vicio que no llegare a impedir de existencia de alguno de sus
elementos esenciales". En el mismo sentido, la Ley de Procedimiento Administrativo boliviana, de 2002,
distingue, en los artículos 35 y 36, entre la nulidad de pleno derecho y la anulabilidad. Por su parte, la Ley
General de la Administración Pública de Costa Rica, de 1978, distingue entre los supuestos de nulidad
absoluta y de nulidad relativa del acto. lo mismo ocurre en la Ley de Procedimiento Administrativo de
Honduras, de 1987, cuyos artículos 34 y 35 distingue entre los supuesto de nulidad y anulabilidad.
Igualmente, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos de Venezuela, en sus artículos 19 y 20
distingue entre los actos absolutamente nulos y los anulables.
491
Así, entre otros pronunciamientos, la CGR, ha dictaminado que "la autoridad administrativa se
encuentra en el imperativo de invalidar los actos emitidos con infracción de las normas legales o basadas
204
de las normas que integran el bloque de juridicidad a que se encuentra sometida la
Administración del Estado y que vincula y limita todo el accionar administrativo. Es decir, a la
Constitución, las leyes, los tratados internacionales que se encuentren vigentes en Chile e -
incluso- los reglamentos del Ejecutivo. 492
De esta forma, en principio, la falta o disconformidad de un acto
administrativo respecto de cualquiera de dichas reglas, constituye un vicio o defecto del mismo,
que acarrea su invalidez y que así debe declararse por la propia Administración. Sin perjuicio,
por cierto, de la facultad jurisdiccional de los tribunales de justicia de declarar la nulidad del
respectivo acto administrativo.
en errores de hecho que afecten los presupuestos que los hacen admisibles. Tal predicamento constituye
una aplicación del principio de juridicidad de los actos de la administración, que emana de lo dispuesto en
los artículos 6° y 7 de la Constitución Política y 2° de la ley N° 18.575 y, en razón de su rango, prima por
sobre toda normativa meramente legal que no contemple expresamente dicha posibilidad". (CGR,
Dictamen N° 18.657, de 2000. Respecto de la doctrina anterior a la LBPA, en este sentido MARIN
VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos administrativos. Op. cit., pág. 48-49;
Con posterioridad a la LBPA, JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la
doctrina y la jurisprudencia. Op. cit., pág. 111.
492
Así, la Corte de Apelaciones de Temuco ha sostenido que la Constitución consagra "lo que se ha
venido en llamar principio de legalidad, que define una relación de subordinación entre la Administración
y todo tipo de normas jurídicas de diversas fuentes. En efecto se asume por el constituyente que el
ordenamiento jurídico es una unidad y opera como tal, por ello se habla de principio de legalidad de la
Administración asumiendo el concepto de legalidad, no como referido a un tipo de norma específica, sino
que al ordenamiento entero, a lo que Hauriou llamaba 'el bloque de legalidad'.., y que hoy algunos
siguiendo a Merkl llaman 'principio de juridicidad' de la Administración". CA de Temuco, Sentencia de
17 de diciembre de 2007, "Espinoza Contreras con I. Municipalidad de Temuco", Rol N° 1.502-07,
Considerando 5, confirmada por la Excma. CS en Sentencia de 19 de marzo de 2008, Rol N° 140-08.
205
contra la Ley deben ser anulados, pues ninguna otra razón jurídica que la Ley puede
justificarlos". 494
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. La lengua de los derechos. La formación del Derecho público
europeo tras la Revolución francesa. Madrid, Alianza Universidad, 1994, pág. 195. Sin pretender hacer
sinónimos el principio de juridicidad con el de legalidad, aquí se entiende y usa la expresión "Ley ', en un
sentido amplio, significando la sujeción de la Administración al Derecho en su conjunto, incluyendo, por
tanto, de acuerdo al principio de juridicidad, a aquélla que el autor español denornina "la primera de las
normas del ordenamiento entero, la norma fundamental, lex superior": la Constitución Política. GARCIA
DE ENTERRIA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Curso de Derecho Administrativo. Torno 1.
Op. cit., pág. 98.
En este sentido, respecto del vicio de violación de ley, contemplado en el ordenamiento jurídico
italiano. Véase VIPIANA, Piera Maria. Introduzione ai vici di !egittimitt dcli 'afto a,n,ninistratn.'o.
Padova, CEDAM, 1997, págs. 218 y sgts. En el mismo sentido, GIOVAGNOLI, Roberto. La violazione
di legge. j VVAA. Atti amministrativi e autolutela. Dopo le leggi N 15 e N. 80 dci 2005. Op. cit.,
págs. 178 ysgts.
206
3.5.2. Irregularidades no invalidantes.
496
BELADIEZ ROJO, Margarita. Validez y Eficacia de los actos administrativos. Madrid, Marcial Pons.
1994, pág. 45.
Además de BELADIEZ ROJO, quien se refiere al defecto de forma en la LRJAPyPAC, en las págs.
132 y sgts. de la obra recién citada, puede verse en la doctrina italiana, respecto del surgimiento del
principio, SCOCA, Franco Gaetano. "1 vici formali nel sistema delle invaliditá dei provvcdtnienti
amministrativi." f.. PARISIO, Vera (a cura de). Viciformali, procedimento e processo aniministrativo.
Milano, Giuffré Editore, 2004, págs. 55-75.
207
Otro tanto ocurre —como se verá- con la falta de imparcialidad
en la decisión de un asunto administrativo, situación ésta en la que el legislador, pese a exigirla
como un requisito del acto respectivo, opta por la conservación de dicho acto, atribuyéndole a su
concurrencia, por regla general, sólo sanciones disciplinarias.
500
La solución no es nueva en el Derecho chileno. En materia procesal es sabido que los vicios formales -
que dan lugar a la casación en la forma- no necesariamente acarrean la nulidad de las resoluciones
judiciales que incurran el ellos, sino sólo en cuanto éstos son esenciales y acarrean un perjuicio al afectado
con el vicio. Así, el inciso tercero del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil estable que el
tribunal respectivo "podrá desestimar el recurso de casación en la forma, si de los antecedentes aparece de
manifiesto que el recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo o
cuando el vicio no ha influido en lo dispositivo del mismo".
Recuérdese que en el Derecho español, la Administración sólo declara la nulidad de sus actos o
disposiciones en los supuestos de vicios de mayor entidad o de nulidad de pleno derecho. En cambio,
respecto de los supuestos de anulabilidad, que corresponden a los vicios de menor entidad, las
Administraciones sólo están habilitadas para emitir la correspondiente declaración de lesividad, debiendo
perseguir la declaración respectiva ante el orden jurisdiccional. Igualmente, en el ámbito latinoamericano,
tal solución se encuentra, p. ej. en el ordenamiento federal argentino, en el que por disposición del artículo
15 de la LFPA, los actos cuya irregularidad, omisión o vicio no llegue a impedir la existencia de alguno de
sus elementos esenciales, son anulables en sede judicial.
NE
establecer los casos en los que el ordenamiento jurídico se aparta de la sanción de invalidez,
optando, en cambio, por la mantención del acto irregular en aquellos casos en los que la
formalidad es considerada no esencial y su omisión no acarrea perjuicio al destinatario del acto.
209
regulación de la ley procedimental, por estimar que el legislador no ha podido —sin transgredir el
texto constitucional- disponer del principio de legalidad forma1. 502
502
En este sentido, SOTO KLOSS sostiene que "si algo falla en el procedimiento, en cuanto se le vuinera.
significa que se ha vulnerado algo que lo configura en otros términos, adolece de un defecto, que le hace
contravenir el Derecho y, por tanto —según la propia Constitución-, carece de validez y es nulo... El
legislador carece de atribuciones para modificar la Constitución y decir en buenas cuentas que vulneraria
no trae ninguna consecuencia ni efecto sancionador, que eso es lo que dice clara y precisamente el artículo
13 referido". SOTO KLOSS, Eduardo. La Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos, ¿"Aleluya"
o "Miserere"). Op. cit., pág. 94. Con anterioridad a la vigencia de la LBPA, SOTO KLOSS, Eduardo,
Derecho Administrativo. Bases Fundamentales, Tomo II. Op. cit., págs. 77 y sgts.
503
En sentido similar, DORN fundamentando el principio de conservación de los actos administrativos en
la LBPA, una de cuyas manifestaciones consiste en la consagración legal de las denominadas
irregularidades no invalidantes, apunta tanto a la concepción finalista y servicialista del Estado,
consagrada en el artículo 1 inciso cuarto de la CPR, como al deber del Estado de respetar los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana y que, de acuerdo al artículo 5 inciso segundo de la CPR,
tienen la virtud de limitar la soberanía. Véase DORN GARRIDO, Carlos. Ley 19.880 y nulidad de
derecho público. En: VVAA. Acto y procedimiento administrativo. Segundas Jornadas de Derecho
Administrativo. Actas. Op. cit., pág. 153.
210
Es decir, basada en el principio de eficacia del actuar
administrativo en el cumplimiento de sus fines y funciones de interés público, la LBPA acoge
una tendencia no sólo aceptada ampliamente en Derecho comparado sino que también
desarrollada —de alguna forma- en el ordenamiento jurídico administrativo nacional. 504 De
acuerdo a ésta, junto al respeto riguroso de las normas jurídicas —proveniente del principio de
legalidad-, modernamente se han ido instalando otros principios más sustanciales y menos
formales, tales como la eficacia, la eficiencia y la economía de la acción administrativa. 50
Así, por ejemplo, en materia de sumarios administrativos, el artículo 144 del Estatuto Administrativo,
ley N° 18.834, dispone que los vicios de procedimiento no afectan la legalidad de la resolución que
aplique la medida disciplinaria, cuando incidan en trámites que no tengan una influencia decisiva en los
resultados del sumario. Interpretando esta disposición, la CGR ha dictaminado invariablemente "que se
entienden como trámites que tienen una influencia decisiva en los resultados del sumario administrativo,
entre otros, aquellos cuya omisión priva al afectado del derecho a defenderse oportunamente, como ocurre
con la declaración del inculpado, la formulación de cargos concretos o su formulación tardia, la
notificación legal de los cargos o de la sanción que se le pretende imponer". Así, CGR, Dictamen N°
2.680, de 1999; y CGR, Dictamen N° 3.737, de 1999; más recientemente CUR, Dictamen N° 24.414, de
2007. Dando aplicación a lo anterior, puede verse, a modo de ejemplo: CGR, Dictamen N° 55.290, de
2006, sobre la falta de notificación de resolución sumarial que fija término probatorio; CGR, Dictamen N°
21.045, de 2005, sobre instrucción de sumario ordenado por autoridad incompetente, pero afinado
mediante resolución de término dictada por la autoridad legalmente habilitada.
SOS
Así, p. ej., se ha sostenido en Italia a partir del artículo 97 de la CI. Por todos, SCOCA, Franco
Gaetano. Viciformali, nel sistema de/le invalidit dci provvedimenti amministrativi. Op. cit.. pág. 61.
506
Agrega este autor que el principio de razonabilidad aconseja alejarse de una interpretación uniforme de
la sanción de nulidad, para las formas o procedimientos que el ordenamiento impone a los actos estatales
y, finalmente, a partir del articulo 63 N° 18, que el constituyente no ha tenido la intención de imponer un
modelo formalista de procedimiento. JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante
la doctrina y la jurisprudencia. Op. cit., págs. 198 y sgts.
507
Distinción que encuentra su sustento en los postulados de un sector de la doctrina española que se aleja
de los postulados tradicionales que afirmaban que de la discordancia entre el acto y la norma se deduce la
211
ordenamiento jurídico acarrea irremediablemente la invalidez del acto, sino sólo aquella que no
permite que el acto alcance el fin previsto en la norma que crea la competencia. 505
invalidez de aquel. Puede verse, BELADIEZ ROJO, Margarita. Validez y Eficacia de los actos
administrativos. Op. cit.
Un ejemplo de estas normas especiales que imponen la imparcialidad en las decisiones administrativas,
se encuentra en el artículo 23 inciso segundo del decreto supremo N° 811, del Ministerio de Salud, que
contiene el Reglamento de Concursos para la Provisión de Cargos de Profesionales en los Servicios de
Salud, publicado en el DO, de 5 de mayo de 1995. Dicha norma prescribe: "Cuando un miembro de una
Comisión postule a un cargo que deba ser tratado por ella, será reemplazado por el suplente para ese
concurso, pudiendo reintegrarse cuando la Comisión lo hubiere resuelto, si procede".
212
general para el ejercicio de toda función pública, en el artículo 8 inciso primero de la CPR; y
desarrollado de forma específica para las autoridades y funcionarios de la Administración
pública, en el Título III de la LOCBGAE, cuyo artículo 52 inciso segundo exige la observancia
de "una conducta funcionaria intachable y un desempeño honesto y leal de la función o cargo,
con preeminencia del interés general sobre el particular", bajo las sanciones y responsabilidades
contempladas en el ordenamiento jurídico. 510
510
Acerca de la probidad administrativa en el ordenamiento jurídico nacional, puede verse la obra de
BARRA GALLARDO, Nancy. Probidad administrativa. 3U cd, Santiago, LexisNexis, 2007.
De acuerdo a dicha norma, son causales de abstención las siguientes: "1. Tener interés personal en el
asunto de que se trate o en otro en cuya resolución pudiera influir la de aquél, ser administrador de
sociedad o entidad interesada, o tener cuestión litigiosa pendiente con algún interesado. 2. Tener
parentesco de consanguinidad dentro del cuarto grado o de afinidad dentro del segundo, con cualquiera de
los interesados, con los administradores de entidades o sociedades interesadas y también con los asesores,
representantes legales o mandatarios que intervengan en el procedimiento, así como compartir despacho
profesional o estar asociado con éstos para el asesoramiento, la representación o el mandato. 3. Tener
amistad íntima o enemistad manifiesta con alguna de las personas mencionadas anteriormente. 4. Haber
tenido intervención como perito o como testigo en el procedimiento de que se trate. 5. Tener relación de
servicio con persona namral o jurídica interesada directamente en el asunto, o haberle prestado en los dos
últimos años servicios profesionales de cualquier tipo y en cualquier circunstancia o lugar".
213
intervención en asuntos en los se que tenga interés personal o en el que lo tengan ciertas
personas con las que existe un vínculo muy cercano -cónyuge, hijos, adoptados o parientes hasta
el tercer grado de consanguinidad y segundo de afinidad- o, en general, la participación en
decisiones en que exista cualquier circunstancia que le reste imparcialidad, comporta una
especial contravención a la probidad administrativa; 125 inciso segundo del Estatuto
Administrativo, que atribuye la máxima sanción disciplinaria -destitución- a las conductas
funcionarias que vulneren gravemente el principio de probidad. Norma que es reiterada en
materia municipal por el artículo 123 del Estatuto Administrativo para funcionarios municipales,
ley N° 18.883. Y, en su caso, con lo dispuesto en la letra b) del artículo 54 de la LOCBGAE --ya
analizado- que declara inhábiles para ingresar a la Administración del Estado a ciertas personas
que tengan determinados vínculos -cónyuge, hijos, adoptados o parientes hasta ci tercer grado
de consanguinidad y segundo de afinidad inclusive- respecto de las autoridades o jefaturas del
órgano al cual postulan. Norma, esta última, evidentemente basada en el principio que se
comenta.
Ahora bien, en el ámbito de la invalidez de los actos
administrativos que infringen la obligación legal de imparcialidad, el legislador adopta una doble
perspectiva. De un lado, acogiendo el principio de conservación de los actos jurídicos, la LBPA
establece la que constituye la regla general: la falta de imparcialidad en el asunto en que
interviene un funcionario implicado no acarrea necesariamente la invalidez del acto, sino sólo
sanciones administrativas para el funcionario que estando obligado a abstenerse de intervenir en
la decisión, no lo hizo. Sanción, en todo caso que puede llegar a la máxima que conternpla el
derecho disciplinario: la destitución. Ello, según el juego de los artículos 61 letra g) del Estatuto
Administrativo, 62 número 6 de la LOCBGAE y 125 inciso segundo del Estatuto Administrativo
o, en su caso, 123 del Estatuto Administrativo para Funcionarios Municipales, arriba
comentados. Sin perjuicio de comprometer, si concurren los requisitos de la falta de servicio, la
responsabilidad patrimonial del Estado.
214
Claramente se trata de una manifestación del principio de
conservación, pues el legislador, armonizando los bienes involucrados, permite la mantención
del acto, optando por la eficacia de la actuación administrativa frente a la observancia estricta del
principio de legalidad; reservando a la falta de observancia del principio de probidad establecido
legalmente, sólo sanciones disciplinarias.
CGR, Dictamen N° 17.708, de 2008. En el mismo sentido, CGR, Dictamen N° 50.081, de 2008. En
ambos casos se trataba de un proceso calificatorio en el que intervenía un funcionario precalificador con el
que los respectivos evaluados tenían desavenencias públicas que evidenciaban enemistad manifiesta. Si
bien, CGR ordenó, en cada caso, a las entidades involucradas la invalidación de los actos calificatorios
respectivos, ello fue por la presencia de otros vicios invalidantes y no directamente por la participación de
los funcionarios implicados.
215
aplicar la sanción de invalidez en forma excepcional. Ello tendrá lugar —de acuerdo al citado
artículo de la LBPA- en aquellos casos en los que es el legislador el que sanciona directamente
con la invalidez al acto que adolece del vicio de falta de imparcialidad o en aquellos en los que
dicha falta importe una contravención mayor al principio de probidad, que no pueda ser tolerada
por el ordenamiento jurídico.
515
CGR, Dictamen N o 24.292, de 2008. En la especie se trataba de proveer un cargo publico regido por el
decreto supremo N° 811195, del Ministerio de Salud, que contiene el Reglamento de Concursos para la
Provisión de Cargos de Profesionales en los Servicios de Salud. Cuyo artículo 23 inciso segundo impone
el deber de abstención de un miembro de una Comisión que postule a un cargo que deba ser tratado por
ella.
I6
CGR, Dictamen N° 12.987, de 2008.
216
De otro lado, respecto de los casos excepcionales en los que es
el propio legislador el que atribuye la sanción de invalidez a la falta de imparcialidad, ha de
estarse necesariamente a dicha sanción. Ello ocurre con un caso ya tratado; el del artículo 54
letra b) de la LOCDGAE, que se refiere a la designación de un servidor público, en el que la
falta de imparcialidad deriva de la relación de matrimonio o de parentesco —hijos, adoptados o
parientes hasta el tercer grado de consanguinidad y segundo de afinidad- existente entre un
postulante a un cargo funcionario y una de las autoridades o funcionarios directivos de la
dependencia a la que postula. En este caso, la ley presume derechamente que el acto de
nombramiento en tales condiciones carece de la objetividad que impone el principio de probidad,
por lo que califica a la persona de inhábil para ingresar al cargo respectivo y al nombramiento
efectuado bajo esas circunstancias de irregular, disponiendo directamente —como se ha expuesto-
su invalidación por la autoridad administrativa (artículo 63 de la LOCBGAE).
517
En este sentido, tratándose de designaciones de funcionarios públicos, dando aplicación a lo dispuesto
en los artículos 54 letra b) y 63 de la LOCBGAE, la CGR ha dictaminado que la sanción de nulidad se
extiende al acto de nombramiento en el que una persona interviene —primero- en calidad de Alcalde
subrogante, suscribiendo la aprobación del finiquito por término de contrato de trabajo de su cónyuge y --
luego- oficiando como Secretario Municipal subrogante, suscribiendo el decreto alcaldicio que aprueba el
nuevo contrato de su cónyuge, bajo nuevas condiciones y remuneraciones. Ello sin perjuicio de las
sanciones disciplinarias que correspondieren. CGR, Dictamen N° 19.989, de 2008.
Sin embargo, también se ha dictaminado que si bien la inhabilidad dispuesta en el artículo 54 letra b) de la
LOCBGAE alcanza a los cargos ejercidos como suplente —por lo tanto le afecta la sanción de nulidad
dispuesta en el artículo 63 de la LOCBGAE para dicho nombramiento-, ello se refiere a la fecha de su
nombramiento, de manera que si la persona con la que existe un vinculo de parentesco que afecta la
validez del nombramiento, presentó su renuncia voluntaria a contar del mismo día, no le afecta la
inhabilidad, a pesar del hecho que —dos días después- dicha persona sea nombrada nuevamente en el
mismo cargo de jefatura. Operando, en situaciones como ésta, sólo las sanciones disciplinarias
respectivas. COR, Dictamen N° 26.335, de 2005.
Si bien, ésta interpretación parece apegarse estrictamente al tenor de la norma, es discutible desde un
punto de vista sustancial, y es abiertamente contradictoria con lo dictaminado con posterioridad en el
sentido que la exigencia prevista en la letra b) del artículo 54 de la LOCBGAE, "no sólo constituye una
217
3.5.3. Invalidez parcial.
condición esencial para el ingreso a la Administración del Estado, sino que también para la permanencia
de los funcionarios públicos en sus cargos y, por ende debe mantenerse durante todo el periodo de
desempeño del servicio." CGR, Dictamen N° 36.734, de 2008,
BELADIEZ ROJO, Mrgaríta. Validez y eficacia de los actos administrativos. Op. cit., págs. 279-281.
En esto el legislador chileno se separa una vez más de su modelo español. En efecto, en aquel, la
nulidad parcial viene regulada en los artículos 64 y 66 de la LRJAPyPAC. Sin perjuicio que dicha
regulación ha dado lugar a algunas interpretaciones discrepantes en la doctrina de dicho país, lo cierto es
que el legislador español se refiere de manera expresa a los actos sucesivos en el procedimiento (artículo
64.1 LRJAPyPAC) y a la conservación de los "actos y trámites cuyo contenido se hubiera mantenido igual
1t
La distinción es importante, pues el supuesto de aplicación del
artículo difiere de la nulidad consecuencial, que es aquella en la que la invalidez de un acto
deriva de la invalidez de otro acto anterior terminal o trámite. Como ejemplo de la primera
situación se podría plantear el caso de la nulidad de los actos derivados de un acto de
nombramiento irregular, como el acto de pago de las remuneraciones o los actos ejecutados por
el nombrado frente a terceros o al interior de la organización administrativa. Entonces, éste flO
219
exista al menos una parte válida en el acto y que la concurrencia del vicio no alcance a
contaminarla. Vale decir, que la parte no afectada sea válida. Y lo será, cada vez que ésta -
cumpliendo los requisitos que le son propios- sea independiente de los vicios que afectan a la
parte inválida.
522
Así, dando aplicación a esta norma, la CGR ha dictaminado que no procede la invalidación total de un
proceso concursal destinado a proveer varios cargos en la Administración póblica, en el que se cometió un
vicio que incide sólo en algunos de dichos nombramientos, al establecer —en las bases respectivas- más
requisitos de aquellos que exige la ley sólo para algunos de dichos cargos. Frente a esta situación, el
órgano contralor ha dictaminado que corresponde la invalidación parcial, sólo en lo que dice relación con
aquellos nombramientos en los que incide el vicio. CGR, Dictamen N° 117, de 2007.
523
Principios acogidos en los artículos 5 y 8 de la LOCBGAE y 4 y 9 de la LBPA,
524
CGR, Dictamen N° 19.014, de 2007.
525
CGR, Dictamen N° 117, citado.
220
integración de las respectivas comisiones 526 o en materia de procedimientos de licitación
pública,527 etc.
52
CGR, Dictamen N° 12.987, de 2008. COR, Dictamen N°24.292, de 2008.
27
CGR, Dictamen N o 19.014, citado.
528
Así, en el N° 1 del artículo 102 de la LRJAPyPAC, se exige el dictamen previo favorable del Consejo
de Estado u órgano consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma, silo hubiere. Sin perjuicio que el
artículo 106 de la misma ley, derechamente limita el ejercicio de las facultades revisoras negándolas
221
De esta forma, en el caso chileno, junto al establecimiento del
poder de autocontrolar la legalidad de los actos de la Administración, el legislador ha debido dar
resguardo a los derechos e intereses de los particulares que podrían verse afectados con e]
ejercicio administrativo de un poder exorbitante, matizando —mediante el establecimiento de un
plazo- la inseguridad que representa el ejercicio potencial de la potestad.
cuando por prescripción de acciones, por el tiempo transcurrido u otras circunstancias, aquel resulte
contrario a la equidad, la buena fe, al derecho de los particulares o a las leyes.
529
El plazo inicialmente aprobado por el Senado fue el de cuatro años propuesto por el Nuevo Informe de
las comisiones unidas de Gobierno, Descentralización y Regionalización y de la de Constitución,
Legislación, Justicia y Reglamento, acordado en sesión celebrada el día 4 de septiembre de 2001, del que
emanó el texto autorizado por la Sala del Senado para ser estimado como el primer texto del proyecto.
Véase SENADO, Diario de Sesiones, Sesión la, anexo de documentos, pág. 25. No obstante, dicho plazo
fue reducido a dos años en la Cámara de Diputados, siguiendo una indicación aprobada en la discusión
particular en la Comisión de Gobierno Interior, Regionalización, Planificación y Desarrollo Social.
Véase: CAMARA de DIPUTADOS, Sesión 68% en miércoles 16 de abril de 2003, pág. 128.
Se advierte, en todo caso, las diferencias que existen respecto de los casos específicamente regulados de
invalidación. En efecto, en materia de beneficios previsionales, se establece un plazo máximo para
impetrar la revisión de tres años; mientras que, respecto de la invalidación de funcionario inhábil no se
establece plazo alguno.
53" En el mismo sentido, JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y
la jurisprudencia. Op. cit., pág. 105.
222
comunicación; 531 o desde la notificación, la que constituye la regla general para los actos de
efectos individuales, salvo que se ignore el paradero del afectado, en cuyo caso la ley permite la
comunicación del acto a través de su publicación en el Diario Oficial.
53!
Estos son: a) Los que contengan normas de general aplicación o que miren al interés general; b) Los
que interesen a un número indeterminado de personas; c) Los que afectaren a personas cuyo paradero
fuere ignorado, en cuyo caso, la publicación deberá efectuarse los días 1° ó 15 de cada mes o al día
siguiente, si fuese inhábil; d) Los que ordenare publicar el Presidente de la República; y e) Los actos
respecto de los cuales la ley ordenare especialmente este trámite.
Precisando el momento en el que comienzan a contarse los plazos, la COR ha establecido que para
determinar esa fecha, debe estarse a la que estampa la oficina de recepción de Correos en el sobre que
contiene la respectiva carta certificada, pues, por un lado -sostiene la CGR- "ésta es la única fecha de
'recepción en la oficina de Correos' que conoce el notificado al recibir la carta certificada, toda vez que
sólo de ésta da cuenta la misma carta." Mientras que, de otro lado —agrega el órgano de control- "no
resulta admisible pretender —porque no corresponde- que se exija que el notificado conozca la fecha
consignada en el comprobante de envío que la oficina de Correos entrega a la respectiva repartición estatal
que remite la carta". 533 CGR, Dictamen N° 31.277, de 2006. En el mismo sentido, anteriormente,
Dictamen N° 29598, de 2005. En consecuencia -de acuerdo a lo expresado por la CGR, desde esa fecha
se cuentan los tres días a partir de los cuales se entiende practicada la notificación con arreglo a la ley,
para todos los fines que el ordenamiento jurídico establezca, incluido —por tanto- el inicio del cómputo del
plazo de dos años para ejercer la potestad invalidatoria.
223
que suponga su conocimiento, sin antes haber reclamado de la falta de notificación o de la
nulidad de ésta. En este caso, se debe entender que la fecha de la notificación a partir de la que
se cuenta el plazo para invalidar el acto, es la de aquella actuación que supone el conocimiento
del acto impugnado que adolece de falta o defecto en su forma de comunicación. Así lo ha
dictaminado la C0R 534
En este sentido, respecto del reclamo de la falta de notificación de la resolución que dispuso la
eliminación de un funcionario policial por su inclusión en lista de Eliminación, habiendo reclamado
previamente del respectivo proceso calificatorio, la CGR ha sostenido que dado que "consta que el
interesado al momento de reclamar de su proceso calificatorio correspondiente al año 2004, tenía pleno
conocimiento de que se había dispuesto su eliminación de las filas de Carabineros de Chile por inclusión
en lista N° 4, de Eliminación, no reclamando de la falta de notificación de dicha medida, razón por la cual,
de acuerdo con lo dispuesto en el mencionado artículo 47 de la ley N° 19.880, debe corisiderársele
debidamente notificado de su llamado a retiro, con fecha 5 de julio de 2005, data en que reclamó ante esta
Entidad de Control de su proceso calificatorio, razón por la cual, se debe desestimar, también, en este
aspecto de la presentación". CGR, Dictamen N°45.116, de 2007.
Al respecto, puede verse: GALLEGO ANABITARTE, Alfredo "et al". Acto y procedimiento
administrativo. Madrid, Marcial Pons, 2001., pág. 175; GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. Manual de
Procedimiento Administrativo. Op. cit., págs. 341 y sgts.; y PAREJO ALFONSO, Luciano. La nueva
regulación del llamado silencio administrativo. Documentación administrativa, (254-255): 111-158, 1999.
' Una exposición de la regulación del silencio administrativo en la LBPA puede verse en CORDERO
VEGA, Luis. El procedimiento administrativo. Op. cit., págs. 141 y sgts.
224
incertidumbre se presenta, pues, por lo general, se ha establecido que el ejercicio de las
competencias administrativas más allá del plazo legal para su realización, no produce la
extinción de la facultad o la invalidez de la actuación así realizada. Lo anterior, por cuanto la
Administración del Estado —de acuerdo a los artículos 1 de la CPR y 3 de la Ley N° 18.575- se
encuentra obligada a cumplir sus fines de bien común expresados en la satisfacción de las
necesidades colectivas que representa el ejercicio de sus competencias.
37
CORDERO VEGA, Luis. Id., pág. 109. En el mismo sentido MADARIAGA GUTIÉRREZ, Mónica.
Seguridad jurídica y Administración pública en el Siglo XXI. Op. cit., pág. 207.
CALDERA DELGADO, Hugo. Tratado de Derecho administrativo. Tomo 1. Op. cit., pág. 195. En el
mismo sentido MADARIAGA GUTIERREZ, Mónica. Ibid.
CORDERO VEGA, Luis. El procedimiento administrativo. Op. cit., pág. 110. En el mismo sentido.
GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. Manual de Procedimiento Administrativo. Op. cit., pág. 218.
225
pudieran originarse por esa causa." 54° Ello, por cuanto —agrega el órgano de control- "lo más
significativo es que el acto, la actuación o el deber se cumplan." 54 '
1411
CGR, Dictamen N° 16.602, de 2004.
En el mismo sentido, JARA SCI-INETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y
la jurisprudencia. Op. cit., pág. 105; Igualmente, FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad
invalidatoria de los órganos de la Administración del Estado. Op. cit., pág. 139.
226
representa para el destinatario de un acto administrativo, el saber que en cualquier momento la
Administración podría volver sobre éste y privarlo de efectos. 544
" Valga recordar que el plazo inicíalmente aprobado por el Senado era de cuatro años, el que fue
rebajado a dos en la Cámara de Diputados. Al respecto, el Diputado Germán Becker explicando dicha
modificación, introducida en la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara, expresa: "en la Comisión se
estimó que ese plazo era excesivo, ya que, a pesar de que el acto invalidatorio será siempre impugnable
ante los tribunales de justicia, el interesado permanecería durante cuatro años con una incertidumbre
jurídica, pensando que la Administración en cualquier momento podría invalidar alguna de sus acciones.
Por esa razón, se presentó indicación para reducir el plazo a dos años, la cual fue concordada con el
Ejecutivo y aprobada por la Comisión." En CÁMARA DE DIPUTADOS, Sesión 68, en miércoles 16 de
abril de 2003, pág. 27.
En este sentido, explicando los alcances del artículo inicialmente propuesto por la indicación del
Ejecutivo (el que establecía el plazo en cuatro años), el Ministro Secretario General de la Presidencia de la
época, Sr. Francisco 1 -luenchumilla, señaló expresamente en la discusión del Proyecto en la Cámara de
Diputados "que el órgano podía ejercer esta facultad de invalidación sólo durante el plazo de cuatro años.
Es decir, donde hoy no existe plazo ni norma se establece un plazo de cuatro años". En CAMARA DE
DIPUTADOS, Sesión 68", en miércoles 16 de abril de 2003, pág. 41,
227
De esta manera, en concordancia con lo expresado en los
párrafos anteriores, en aquellos casos en los que los interesados pretenden la anulación de un
acto administrativo mediante el procedimiento de invalidación o en los que es la propia
autoridad administrativa la que pretende ejercer dicha facultad, la CGR ha concluido que —no
existiendo norma especial- ello no es posible más allá del término de dos años indicado en el
artículo 53 de la LBPA, pues —al cabo de dicho plazo y pese a la existencia del vicio invocado-
la posibilidad de invalidación administrativa, se ha extinguido por disposición del legislador. 546
No obstante, dado que el plazo es para invalidar y no para iniciar
el procedimiento destinado a ello, se debe tener presente que este último se ve afectado por el
plazo máximo de duración al que todo procedimiento se encuentra sometido. En este sentido,
de acuerdo al artículo 27 de la LBPA, la regla general es que este no podrá exceder de seis
meses, salvo caso fortuito o fuerza mayor. 547
546
Así, frente a una resolución de la Subsecretaría de Marina que declaró la caducidad de una concesión
de acuicultura otorgada por resolución anterior, basado en que el Acta de Entrega otorgada por la
respectiva Capitanía de Puerto no se ajustó al artículo 24 del Decreto N° 240, de 1993, del Ministerio de
Economía, aplicable en la especie, impidiendo —por tanto- la configuración de la causal de caducidad
invocada por la autoridad marítima, la CGR concluyó, que la invalidación ya no es jurídicamente posible,
pues el vicio "no fue reclamado por el interesado, quien no solicitó la invalidación del Acta de Entrega
Material extendida al efecto, dentro del plazo de dos años que establece el artículo 53 de la Ley N°
19.880". CGR, Dictamen N° 2.718, de 2008. En el mismo sentido, CGR, Dictamen N° 49.167, de 2006,
negando la posibilidad administrativa de invalidar acto administrativo irregular, habiendo transcurrido el
plazo de dos años indicado en el artículo 53. Igualmente, CGR, Dictamen N° 35.681, de 2007, frente a la
denuncia de irregularidades que se habrían cometido en la modificación de un Plan Regulador Comunal,
planteada después de más de dos años de ocurrida.
Aplicando la misma norma, frente a la situación de un funcionario municipal cuyo cargo fue declarado
vacante por haber sido calificado en lista 4 —de eliminación-, pese a que mientras el proceso calificatorio
se encontraba pendiente, la misma persona había cesado en el cargo por el sólo ministerio de la ley, por
haber asumido un cargo incompatible con el anterior —articulo 86, de la Ley N° 18.834-, la CGR ha
dictaminado que la municipalidad en cuestión debe invalidar el decreto que declaró vacante el cargo que
servia, pues dado que el interesado ya no formaba parte de la dotación municipal, no resultó procedente
que el Municipio continuara con el proceso calificatorio. Ello, "toda vez que, por una parte, dicho acto no
se ajustó a derecho y, por otra, que aún se encuentra vigente el plazo que para ello fija el señalado articulo
53 de la Ley N° 19.880". COR, Dictamen N°42.176, de 2005.
El que se cuenta desde su iniciación, vale decir, desde que el órgano respectivo —actuando de oficio- ha
dictado la resolución que dispone el inicio del procedimiento invalidatorio o desde la fecha de la solicitud
del interesado instando por el procedimiento de invalidación —cuando éste se inicia a instancia de parte-.
228
Dicha regla, como ha puesto de relieve JARA
SCHNETTLER, 548 provoca en definitiva un acortamiento correlativo del plazo de dos años que
tiene el interesado para solicitar la invalidación, pues, dado que la LBPA no ha contemplado la
suspensión del plazo por la interposición de la solicitud de invalidación, en los hechos, si el
interesado interpone su solicitud faltando menos de los seis meses para el término de los dos
años, corre el riesgo que la extensión de la tramitación del procedimiento se prolongue —de
forma normal o provocada por la Administración- más allá del plazo de duración de la potestad,
sobreviniendo la extinción de la misma, con lo cual la Administración ya no podría invalidar por
falta de competencia para ello. 549
JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y la jurisprudencia. Op.
cit., pág. 106.
229
substanciación del procedimiento invalidatorio puedan tener aplicación las normas que permiten
la ampliación —artículo 26 de la LBPA- o la reducción de los plazos —artículo 63 de la LBPA-,
bajo las condiciones que en cada caso señala la LBPA. 55° Esto no puede alterar el término que el
legislador ha establecido para el ejercicio de la potestad invalidatona. 55 '
aquellos casos en los que no exista una ley especial que establezca una norma distinta 552 por
tanto, ha de entenderse sin perjuicio de lo establecido en el artículo 4 de la ley N° 19.260, que en
materia de invalidación de beneficios previsionales establece un plazo máximo de tres años para
el ejercicio de la potestad. O incluso de otras disposiciones especiales que en el futuro puedan
establecerse —por vía legislativa- para casos específicos.
550
En el primer caso, la LBPA permite la ampliación de los plazos establecidos legalmente, siempre que
las circunstancias así lo aconsejen, que con ello no se lesione intereses de terceros y que se solicite y
decida dicha ampliación por la autoridad respectiva antes del vencimiento del plazo normal. En el
segundo, la LBPA permite la aplicación del procedimiento de urgencia, consistente en la reducción de los
plazos a la mitad, siempre que razones de interés público así lo aconsejen y que no se trate de aquellos
establecidos para la presentación de solicitudes o de recursos.
En el mismo sentido, JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y
la jurisprudencia. Op. cit., pág. 105.
552
Ello, como se ha señalado, en virtud de lo dispuesto en el artículo 1, inciso primero de la LE3PA
" En este sentido CGR, Dictamen N° 4.321, de 2007.
5.14
CGR, Dictamen N°2.106, de 2006.
230
dictado en tales circunstancias es en sí mismo inválido por haberse extinguido la competencia
anulatoria.
ejercicio, en virtud del carácter supletorio de la LBPA y sus disposiciones, debiera aplicarse a
aquélla el plazo de dos años establecido de manera general para todo procedimiento
invalidatorio, en el artículo 53 ya citado. No obstante, la CGR ha excluido dicha aplicación
supletoria, pues se sostiene que la situación regulada en el artículo 63 en relación con las
inhabilidades legales de ingreso a la Administración, presentaría una naturaleza especial, distinta
e inconciliable con la regulada en el artículo 53 de la LBPA.
expresamente la nulidad de los actos de designación viciados por una inhabilidad legal, lo que
supone que su ejercicio no se encuentre limitado a un plazo determinado. " 55 5 De manera que, en
opinión de la CGR, la inhabilidad prevista en el artículo 54 de la LOCDGAE vicia el
correspondiente acto de nombramiento o de contratación en forma permanente, no pudiendo
sanearse o entenderse superada por el solo transcurso del tiempo.
Administración, cuya ausencia representa un vicio de origen que afecta la validez del acto de
por ende debe mantenerse durante todo el periodo de desempeño en el servicio." 5 ' De lo
anterior se concluye que para la CGR la invalidación puede ser declarada por la Administración
en cualquier tiempo.
Ibid.
231
Como es posible advertir, existe una similitud bastante notoria
entre el razonamiento del órgano de control respecto del artículo 63 de la LOCBGAE y el de la
doctrina que ve en el inciso tercero del artículo 7 de la CPR una nulidad ipso jure. Esto, pues en
ambos casos se ha concluido el carácter imprescriptible e insaneable del vicio a partir de la
expresión común utilizada por el legislador —"será nulo"- y por el constituyente —"es nulo"-, al
calificar el acto que infringe sus prescripciones.
" PIERRY ARRAU, Pedro. Nulidad de Derecho Público. En: FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos
(Coord.). La Justicia Administrativa. Santiago, LexisNexis, 2005, pág. 176. En el mismo sentido,
LETELIER WARTENBERG, Raúl. Un mal día no es eterno: seis alcances en materia de invalidación y
nulidad de los actos administrativos. Revista de Derecho, Consejo de Defensa del Estado. (8), 2002, pág.
52.
232
plazo dentro del cual le es permitido a la propia Administración ejercer sus poderes de autotutela
anulatoria, más allá del cual —por razones de estabilidad y certeza jurídica- la declaración de
nulidad sólo corresponde a los tribunales de justicia. Esto no elimina ni contradice el carácter
insaneable del vicio y es precisamente lo que ocurre con el artículo 53 de la LBPA en relación
con el artículo 7 de la CPR.
233
potestad administrativa, pero tampoco dice que pueda hacerse "en cualquier momento", 8
valiéndose de ésta o de otras expresiones similares. Por lo anterior, en principio, no parece
razonable que pueda sostenerse la existencia de norma expresa que pueda excluir la aplicación
supletoria del plazo establecido en el artículo 53 de la LI3PA, salvo que al silencio del legislador
se pueda atribuir tal carácter.
55' Se advierte que en Derecho comparado, una de las soluciones que se ha seguido, es que la
Administración puede declarar la nulidad de los vicios de mayor entidad en cualquier tiempo. Así, p. ej.
en el modelo español seguido por el legislador chileno. Sin embargo, en aquel la fórmula legislativa
precisamente consiste en la mención expresa de dicha circunstancia, lo que obviamente se condice mejor
con la seguridad y certeza jurídica manifestada en la claridad del ordenamiento jurídico. Al respecto,
puede verse el artículo 102.1 y 102.2 de la LRJAPyPAC, respecto de la revisión de actos y disposiciones
nulos. En ambos casos se señala expresamente que ello puede ser realizado por las Administraciones
públicas "en cualquier momento".
S59
Así se desprende de lo señalado por el Ministro Secretario General de la Presidencia, Sr. Iluenchumilla
en la sesión respectiva, quien sostiene lo siguiente: "En el artículo 7 de la Constitución Política del Estado
se establece que los actos contrarios a la ley —lo dice de otra manera- son nulos. Por lo tanto, ahí existe lo
que se denomina una nulidad de derecho público, que no tiene plazo, porque pueden pasar diez, quince,
veinte, treinta años y puede invocarse.
"Por tanto, el artículo 53 regula la institución jurídica denominada invalidación, en virtud de la cual el
órgano que dicte un acto administrativo puede invalidarlo, pero concurriendo ciertos requisitos Nosotros
...
agregamos que el órgano podía ejercer esta facultad de invalidación sólo durante el plazo de cuatro años.
Fis decir, donde hoy no existe plazo ni norma se establece un plazo de cuatro años.
"En la Comisión de Gobierno Interior se señaló que el plazo de cuatro años era excesivo y que lo mejor
sería reducirlo a dos años. A juicio del Ejecutivo, lo sustancial no es el plazo, sino la existencia y la
naturaleza propia de la institución de invalidación a que he hecho referencia. Es verdad que cuatro años es
más que dos, pero no cambia la naturaleza de la norma." En cámara de diputados, Sesión 68, en
miércoles 16 de abril de 2003, págs. 4 1-42.
234
Finalmente, es efectivo que en el caso del artículo 63 citado se
trata de vicios que alteran especialmente la regularidad del sistema jurídico, al afectar tanto la
igualdad de los postulantes frente a los cargos públicos, como la eficacia de la Administración en
la selección del personal más idóneo para cumplir la función administrativa, lo que podria
justificar la solución contralora. Sin embargo, no es menos cierto que mediante el
establecimiento de un plazo máximo de ejercicio de la potestad, el legislador, dentro de su
competencia normativa, ha pretendido lograr seguridad y estabilidad a las situaciones creadas a
partir de los actos de la Administración y nada indica que éste haya tenido la intención de
establecer un régimen diferenciado de invalidez, en atención al tipo o entidad del vicio, más allá
de las categorías de vicios invalidantes y no invalidantes.
235
Habiéndose establecido lo anterior, la cuestión que surge es
determinar qué ocurre con el acto viciado, una vez que ha transcurrido el plazo que tiene la
Administración para ejercer sus poderes de autotutela anulatoria. Es claro que por el mero
transcurso de dicho plazo el vicio del acto no se habrá purgado. El acto no se convierte en
válido, saneándose el vicio por el paso de los dos años que tiene la Administración para declarar
la invalidez del acto. Así pareciera, que todavía la ilegalidad del acto podrá ser causa de
impugnación ante los tribunales de justicia de acuerdo a las normas generales, quedando la
declaración reservada exclusivamente a éstos, mediante la acción de nulidad de derecho público.
"° En ci mismo sentido, JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y
la jurisprudencia. Op. cit., pág. 105. Igualmente, FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad
invalidatoria de los órganos de la Administración del Estado. Op. cit., pág. 146.
" En el mismo sentido LETELIER WARTENBERG, Raúl. Un mal día no es eterno: seis alcances en
materia de invalidación y nulidad de los actos administrativos. Op. cit., pág. 53.
236
Administración, lo que, en principio no parece lógico, pues daría lugar a una demanda en contra
de sí misma. 562
Lo dicho debe entenderse sin perjuicio de la posibilidad de una litis entre órganos administrativos con
personalidad jurídica distinta, en virtud de la existencia de organos descentralizados. Sin embargo, en este
caso, se requiere que el órgano afectado con el acto que se pretende anular, sea distinto de aquel que lo
dictó.
" En este sentido, a modo de ejemplo, véase recientemente CS, Sentencia de 31 de marzo de 2008,
"Instituto de Normalización Previsional con Coletti Araya", Rol N° 667-07; en el mismo sentido, CA de
Valparaíso, Sentencia de 29 de noviembre de 2006, "Instituto de Normalización Previsional con Peña
Rojas", Rol N° 490-07. En ambos casos, el demandante es un órgano de la Administración del Estado -
Instituto de Normalización Previsional-, que ha dirigido su pretensión anulatoria, acompañada de la
respectiva pretensión restitutoria, en contra del particular beneficiado con el acto irregular que otorgaba
una pensión en forma irregular.
PIERRY ARRAU, Pedro. Nulidad de Derecho Público. Op. cit., pág. 176. En el mismo sentido.
FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la Administración del
Estado. Op. cit., pág. 171,
237
desde noviembre de 2000.566 que si bien el carácter imprescriptible de la acción de nulidad de
derecho público permite que ésta sea alegada en cualquier tiempo —acogiendo la tesis tradicional
sostenida en la doctrina nacional-, 567 sus efectos patrimoniales quedan sujetos a las normas
generales de prescripción contenidas en el Derecho común.
566
Respecto de la jurisprudencia sobre prescripción de derechos que emanan de actos nulos, puede verse,
entre otras: CS, Sentencia de 27 de noviembre de 2000, "Aedo Alarcón con Fisco", Considerando 8 CS,
Sentencia de 23 de enero de 2003, "Robles Robles con Fisco", Considerando 12; CS, Sentencia de 21 de
enero de 2004, "Galetovic Sapunar con Fisco", Considerando 12; CS, Sentencia de 27 de abril de 2004.
"Concha con Fisco"; CS, Sentencia de 31 de marzo de 2008, "Instituto de Normalización Previsional con
Coletti Araya". En todos estos casos se aplicó las reglas de la prescripción extintiva respecto de las
acciones patrimoniales que emanan de la nulidad, junto a la doctrina de la imprescriptibilidad de la acción
de nulidad.
Posición contraria, respecto de la imprescriptibilidad de la acción de nulidad, puede verse
excepcionalmente en: CS, Sentencia de 14 de mayo de 2002, "Pey Casado con Fisco", en la que se
sostuvo que a falta de norma respecto de la acción de nulidad de derecho público, debía aplicarse a ésta las
normas de nulidad civil de las obligaciones. Otra excepción a la posición que se ha impuesto
judicialmente, puede verse en CA de Valparaíso, Sentencia de 29 de noviembre de 2006, "Instituto de
Normalización Previsional con Peña Rojas" (con voto en contra que sigue la tesis mayoritaria), en la que
el tribunal de alzada sostiene la tesis de la imprescriptibilidad, tanto respecto de la acción de nulidad como
de las acciones patrimoniales que de ella emanan. Esta sentencia fue objeto de un recurso de casación,
pero la Excma. CS no se pronunció debido a defectos de forma.
BERNASCI-IINA, Mario. Bases jurisprudenciales para una teoría de las nulidades administrativas.
Seminario de Derecho Público, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile.
XVIII(45-48), 1949, págs. 548-559. Más recientemente, bajo la vigencia de la Constitución Política de
1980, puede verse, SOTO KLOSS, Eduardo. La nulidad de derecho público en el derecho chileno. Op.
cit. En el mismo sentido, FIAMMA OLIVARES, Gustavo. Acción constitucional de nulidad y
legitimación activa objetiva. Op. cit.
CS, Sentencia de 31 de marzo de 2008, "Instituto de Normalización Previsional con Coletti Araya",
Rol N° 667-07, Considerando 10.
no
Estas reglas, a falta de norma especial que contemple la
prescripción de la acción cte nulidad de derecho público, son las de cinco años contemplas en el
artículo 2515 del Código Civil, para el ejercicio de las acciones ordinarias, aplicable por
disposición del artículo 2497 del mismo Código, que hace extensivas sus reglas de prescripción
a favor y en contra del E stado. 5 Ó9
3.7.1. Planteamiento.
"° En esencia la seguridad jurídica comprende dos grandes aspectos, la razonable estabilidad de las
situaciones jurídicas y el acceso correcto al derecho. No obstante, los autores suelen incluir dentro de
aquella a otros subprincipios, dentro de los que se encuentra la irretroactividad, junto a otros como el
respeto de los derechos adquiridos, el de buena fe o el confianza legítima. MODERNE, Franck.
Principios generales del Derecho público. (Compilación y traducción de Alejandro Vergara Blanco).
Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 2005, págs. 225-227. En Chile, respecto de la vinculación entre la
irretroactividad del acto invalidatorio y la certeza y seguridad jurídica, puede verse MADARIAGA
GUTIERREZ, Mónica. Seguridad jurídica y Administración pública en el Siglo XXI. Op. cit.,
especialmente págs. 179-178. Planteamientos similares se encuentran en CALDERA DELGADO,
VARGAS ZINKE y SOTO KLOSS. El primero de los autores citados se refiere a los tres aspectos que
comprende la seguridad jurídica: la certeza, la publicidad y la permanencia de las normas positivas.
CALDERA DELGADO, Hugo. Tratado de Derecho administrativo. Tomo II. Op. cit., pág. 112. En
términos bastante similares, aunque en un trabajo previo, SOTO KLOSS, se refiere a los tres componentes
de la seguridad jurídica: certeza, intangibilidad de los derechos y conocimiento. SOTO KLOSS, Eduardo.
"L' entree en application de 1acte administratif", en Perspectivas del Derecho Público en la segunda
mitad del siglo XX : Homenaje a Sayagués Laso. ILEAL, Madrid, 1969, Volumen IV, N° 123, pág. 685.
Finalmente, VARGAS ZNKE, en directa alusión al actuar invalidatorio, sostiene que éste se debe
restringir frente a la necesidad de mantener situaciones jurídicas producidas aun a consecuencia de actos
ilegítimos. Ello, pues —agrega el autor citado- los efectos que emanan de esos actos no podrían ser
239
En el sentido expresado, la LBPA parece no enfrentar con
claridad el tema, lo que podria originar cierta incertidumbre, respecto de los alcances temporales
del acto que dispone la invalidación de un acto contrario a derecho que ha producido o está
produciendo los efectos que le son propios. Lo anterior, pues dicha norma, al regular la
invalidación —en su artículo 53- nada expresa respecto de los efectos temporales del decreto,
resolución o acuerdo que declara la invalidez de un acto anterior. Asimismo, al regular los
efectos temporales de la generalidad de los actos administrativos —en su artículo 52-, no se
pronuncia respecto del acto invalidatorio, sino que se limita a establecer la irretroactividad como
norma general para todos los actos de la Administración, estableciendo como única excepción la
de aquellos actos que, a un mismo tiempo, "produzcan consecuencias favorables para los
571
interesados y no lesionen intereses de
desconocidos por la Administración "cuando ellos alcanzan a terceros y se han creado bajo el amparo de
la legitimidad que deriva de haber sido tomados razón". VARGAS ZINCKE, Osvaldo. Algunos aspectos
sobre la invalidación en la jurisprudencia de la Contraloría General de la República. Op. cit., pág. 38.
571
Tanto la redacción, como la ubicación del artículo mencionado, en el Capítulo III titulado "De la
publicidad y ejecutividad de los actos administrativos", dan cuenta de su carácter de norma general. Por
lo que ésta no obsta al establecimiento de otras excepciones, además de la señalada en la propia norma, las
que, por el principio de especialidad, deben aplicarse con preferencia.
572
En efecto, según consta en las actas de la misma, la redacción original del texto sustitutivo propuesto
por el Ejecutivo, junto a la excepción que pasó al texto definitivo, contemplaba otra consistente en la
dictación de "un acto invalidatorio de otro o la sustitución de los que se hubieran invalidado". No
obstante, ésta última fue eliminada en el texto propuesto por las comisiones unidas del Senado, lo que
podría dar a entender que el legislador no ha tenido la intención de incluir al acto invalidatorio entre las
excepciones a la irretroactividad de los actos administrativos, sino en cuanto éste cumpla copulativamente
con las condiciones establecidas en el artículo 52 de la LBPA. Diario de Sesiones del Senado, Sesión 1'
(Anexo de documentos), pág. 53.
240
Lo anterior adquiere mayor relevancia si se considera que el
legislador español —cuyo modelo ha podido tener a la vista el legislador chileno- conternpla
expresamente entre las excepciones a la irretroactividad de los actos administrativos a aquellos
dictados en sustitución de actos anulados. 573 Esta fórmula constituye una tendencia que es
posible observar en algunos ordenamientos comparados, especialmente en aquellos que, en el
ámbito latinoamericano, han considerado como guía a aquel modelo. 574
Sin embargo, la doctrina nacional no parece haber profundizado
mayormente sobre el tema. No obstante, entre los autores que se han referido al punto, se
aprecian dos lecturas contradictorias respecto de la eficacia temporal del acto invalidatorio. De
un lado —aunque tímidamente y sin más fundamento que las consecuencias inconvenientes para
el sistema general de mecanismos revisores de los actos administrativos-, JARA SCHNETTLER
ha sostenido que aplicar lisa y llanamente el artículo 52 de la LBPA a la invalidación
En este sentido, el artículo 57.3 de la LRJAPyPAC, se refiere a la eficacia temporal de los actos
administrativos —en una redacción que el legislador chileno ha seguido muy de cerca, con la diferencia
evidente de no contemplar la excepción de aquella-, estableciendo la irretroactividad como la regla
general, admitiéndose, sin embargo, la eficacia retroactiva de los actos "cuando se dicten en sustitución de
actos anulados, y, asimismo, cuando produzcan efectos favorables al interesado, siempre que los supuestos
de hecho necesarios existieran ya en la fecha a que se retrotraiga la fecha del acto, y ésta no lesione
derechos o intereses legítimos de otras personas." Esto podría llevar a sostener que el legislador chileno,
en este punto, ha tenido la intención de alejarse de su modelo. En todo caso, se advierte que, en el
contexto español, dicha norma viene exigida expresamente por el principio de seguridad juridica —artículo
9.3 de la CE- y, en la misma —según interpretación de BOCANEGRA-, tiene relevancia el hecho de si el
acto despliega sus efectos sólo frente a su destinatario o también lo hace respecto de terceros. Así, se ha
sostenido que aun cuando el acto anulatorio sea favorable al interesado, no se aplicará la retroactividad si
con ello se afecta desfavorable a un tercero. En este sentido, BOCANEGRA SIERRA, Raúl. La teoría del
acto administrativo, Op. cit., pág. 131.
En este sentido, puede citarse, a modo ejemplar, el artículo 13 de la LFPA argentina, N° 19.549, que
dispone "El acto administrativo podrá tener efectos retroactivos -siempre que no se lesionaren derechos
adquiridos- cuando se dictare en sustitución de otro revocado o cuando favoreciere al administrado". En
el mismo sentido, puede verse la LGAP de Costa Rica, N° 6.227, cuyo articulo 143 dispone como
excepción a la regla general que "el acto administrativo tendrá efecto retroactivo en contra del
administrado cuando se dicte para anular actos absolutamente nulos que favorezcan a éste; o para
consolidar, haciéndolos válidos o eficaces, actos que lo desfavorezcan". Asimismo, el articulo 124 de la
LPA de Honduras, contenida en el Decreto N° 152-87, dispone que "salvo disposición legal en contrario,
la anulación producirá efecto desde la fecha del acto anulado; la revocación y la modificación desde su
fecha". Igualmente la LPAG peruana, N° 27.444, al regular los efectos de la declaración de nulidad, en el
artículo 12.1, señala expresamente que ésta "tendrá efecto declarativo y retroactivo a la fecha del acto,
salvo derechos adquiridos de buena fe por terceros, en cuyo caso operará a futuro". Agregando, sin
embargo, en el artículo 12.3, que "en caso de que el acto viciado se hubiera consumado, o bien sea
imposible retrotraer sus efectos, sólo dará lugar a la responsabilidad de quien dictó el acto y en su caso, a
la indemnización para el afectado."
241
administrativa, no parece razonable. 575 Pero, más aún, se advierte cierta tendencia a dar por
sentado que la invalidación produce efectos retroactivos. Así, MARÍN VALLEJO al definir la
institución se refiere a ella como "una variante concreta de la nulidad como forma de extinción
retroactiva de los actos jurídicos." 576 Mientras que, en el mismo sentido, BOLOÑA KELLY le
asigna derechamente efectos retroactivos, a partir de la asimilación con la sentencia judicial
firme. 577
JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y la jurisprudencia. Op.
cit., pág. 115. No obstante, el autor proltindiza en el tema al tratar los efectos temporales de la nulidad de
derecho público —de la cual la invalidación constituiría una subespecie-, dando cuenta del hecho que, en
general, el sistema de nulidades se orienta en dos sentidos. Por un lado, hacia la unidad de efectos de las
resoluciones que pronuncian la invalidez de un acto jurídico y, por otro, hacia el carácter general de la
eficacia ex tune, sin perjuicio de la existencia de ciertas excepciones que permitan la conservación total o
parcial de las situaciones jurídicas creadas a partir del acto viciado. Véase, DEL MISMO. Id., págs. 153-
157. No obstante, al definir su posición respecto de los efectos temporales de la nulidad que proclarna el
artículo 7 de la CPR, parece inclinarse más hacia un efecto ex tunc, en virtud de los principios de
promoción del bien común y de intangibilidad de los derechos fundamentales, consagrados en los artículo
1 y 5 de la CPR. Al respecto, DEL MISMO. Id., págs. 157-158.
MARÍN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos administrativos. Op. cit..
pág. 48. Aunque se debe advertir que la obra de este autor es anterior a la vigencia de la LBPA.
En definitiva, lo que se encuentra tras el planteamiento de esta doctrina es la tesis de la limitación del
poder público frente a los derechos adquiridos. De esta forma, el artículo 53 es leído de la siguiente
t'orma: la Administración puede y debe invalidar sus actos contrarios a derecho, siempre que se trate de
actos desfavorables o de actos favorables, que son revisados "pero a favor de los interesados". En cambio,
si se trata de actos anteriores favorables, la Administración no puede volver sobre éstos, invalidándolos.
Agregando una distinción que no hace el legislador en el artículo 53 de la LBPA. Véase AROSTICA
MALDONADO, Iván. La intangibilidad de los actos administrativos favorables como limite a la
revocación e invalidación de oficio. Op. cit., especialmente su nota 48, a pie de pág. 72. Respecto de la
242
3.7.2. Aspectos que debe considerar la solución.
tesis de los derechos adquiridos en el Derecho chileno, puede verse, SOTO KLOSS, Eduardo. Derecho
Administrativo. Bases Fundamentales, Tomo II. Op, cit., págs. 211 y sgts.
Al respecto, puede verse: CALDERA DELGADO, Hugo. Tratado de Derecho administrativo, Tomo
II. Op. cit., pág. 151; y SILVA CIMMA, Enrique. Derecho Administrativo chileno y comparado. Tomo
V. Op. cit., págs. 91 y sgts.
590
Por todos, PAREJO ALFONSO, Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. 0p. cit.,
págs. 903 y sgts.
243
posición de desventaja surgida a partir del acto administrativo que es revisado —p. ej. imposición
de una carga, negativa de un permiso, concesión o autorización, etc.-, o la modifica en términos
que amplían la esfera del particular —p. ej. revisión de una franquicia otorgada previamente, la
que es aumentada-. En cambio, será desfavorable, cada vez que priva de una ventaja o beneficio
que había otorgado o reconocido el acto administrativo que se considera inválido —p. ej. permiso
de construcción, autorización, concesión, nombramiento, reconocimiento de asignación,
otorgamiento de franquicia, etc., los que son dejados sin efecto- o la modifica en términos que
restringen la esfera del particular —p. ej. revisión de una franquicia otorgada anteriormente, la
que es disminuida, etc.-.
581
En España, la cuestión ha sido expuesta, entre otros, por PAREJO ALFONSO, precisamente a
propósito de la trascendencia práctica de la categoría, por su incidencia —en lo que aquí interesa- respecto
de la irrevocabilidad e irretroactividad de los actos de la Administración. Véase PAREJO ALFONSO,
Luciano. Derecho administrativo. Instituciones generales. Op. cit., pág. 907. El autor citado sostiene
que los actos favorables quedan sujetos a la regla general de la irrevocabilidad, lo que sin embargo, no
excluye los poderes de revisión de oficio contemplados en los artículos 102 y 103 de la LRJAPyPA(.
Asimismo, dichos actos, en el ordenamiento español, hacen excepción expresa a la regla general de la
irretroactividad de los actos administrativos contemplada en el artículo 57.1 de la LRJAPyPAC.
En un sentido similar, PARADA —siguiendo muy de cerca de la doctrina alemana- agrega una verdadera
categoría intermedia entre los actos de beneficio y de gravamen, constituida por lo que denomina, los
"actos de doble efecto o mixtos". Véase PARADA VASQUEZ, José Ramón. Derecho Administrativo. Ú'
edición. Madrid, Marcial Pons Ediciones Jurídicas, 1994, págs. 115 y sgts. En sentido similar,
ROCANEGRA SIERRA, Raúl. La anulación de oficio de los actos administrativos. Op. cit., págs. 118 y
sgts. DEL MISMO AUTOR. La teoría del acto administrativo. Op. cit., págs. 131 y sgts.
582
SCHMIDT-ASSMANN, Eberhard. La teoría general del Derecho administrativo como sistema. Op.
cit., pág. 185.
244
relaciones jurídico-administrativas complejas de carácter triangular o multipolares, 583 cuestión
que, últimamente ha comenzado a ser sugerida, por un sector de la doctrina nacional. 584
S53
Id., pág. 323.
584
FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la Administración
del Estado. Op. cit., pág. 144.
Supóngase, p. ej., un acto de nombramiento de un funcionario público. Evidentemente que dicho acto
será favorable al nombrado, de manera que el acto que dispone la invalidación del acto de nombramiento
necesariamente ha de ser considerado un acto desfavorable al interesado. Sin embargo, la cuestión no
concluye ahí, pues, desde la perspectiva de aquellos que no fueron nombrados, habiendo participado en el
concurso respectivo, el acto invalidatorio del nombramiento de la persona que no cumplía con los
requisitos legales para servir el cargo, es un acto favorable. Por lo tanto, en este caso, el criterio de lo
favorable-desfavorable aconseja su invalidación retroactiva.
Lo mismo podría plantearse respecto de los actos unilaterales preparatorios de selección de contratantes en
procesos licitatorios. Evidentemente que si un licitante obtiene una posición de beneficio o ventaja en el
proceso respectivo, el acto que invalida lo obrado por adolecer de un vicio de ilegalidad, le será
desfavorable. Sin embargo, nuevamente, desde la perspectiva de los que resultaron excluidos en virtud de
un error o ilegalidad en el proceso, dicho acto invalidatorio será favorable.
La misma cuestión podría plantearse respecto de otro tipo de actos, en los que no necesariamente se
enfrentan dos o más administrados con intereses idénticos contrapuestos, sino que también con intereses
diferentes igualmente contrapuestos, por ejemplo, en el otorgamiento de una concesión de acuicultura, el
acto que la concede es favorable al interesado solicitante, pero podría ser desfavorable a los habitantes del
lugar en el que ésta se ha de desarrollar, en tanto implica un perjuicio concreto. O en el caso de los
permisos de construcción, en los que un inversionista persigue un interés que se traduce en la explotación
inmobiliaria, el que no necesariamente se condice con el de los vecinos colindantes. Y así en una gran
cantidad de situaciones similares, que podrían incluir la autorización municipal para instalar un local de
venta de bebidas alcohólicas, un decreto tarifario, etc.
245
Lo tercero es que, dado que la invalidación corresponde a una
forma de privar de efectos a un acto inválido, ésta pertenece al género de las nulidades. 556 Por lo
tanto, parece razonable pensar que su régimen jurídico no debiera ser ajeno al que rige para la
declaración judicial de nulidad de un acto administrativo. 5t7 Dejando a salvo las particularidades
propias que emanan del tipo de función que, en cada caso, se ejercita al emitir la correspondiente
declaración de invalidez, dado que en ambos casos —declaración judicial y administrativa-, el
fundamento y la finalidad del acto de retiro es el mismo —sancionar un acto inválido mediante la
privación de sus efectos-, las consecuencias que se deriven de la declaración han de ser
similares.
En este sentido, MARÍN VALLEJO, Urbano. Vigencia actual de la invalidación de los actos
administrativos. Op. cit., pág. 48. En el mismo sentido, JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de
derecho público ante la doctrina y la jurisprudencia. Op. cit., pág. 94.
BARAONA GONZÁLEZ, Jorge. La nulidad de los actos administrativos y la nulidad de los actos y
contratos del Código Civil: ¿Son tan distintas?. Revista Chilena de Derecho Privado. (8), 2007, pág. 60.
Incluso, se ha sostenido que los preceptos de la LBPA referidos a la ilegalidad del acto administrativo,
trascienden a la declaración judicial de nulidad. Véase DORN GARRIDO, Carlos. Ley 19.880 y nulidad
de derecho público. Op. cit., pág. 150.
Entre otras Fuentes, esta doctrina se encuentra en: SOTO KLOSS, Eduardo. La nulidad de derecho
público en el derecho chileno. Revista de Derecho Público, Facultad de Derecho, Universidad de Chile,
(47-48):11-25, 1990. El mismo artículo puede verse en Gaceta Jurídica. (125):16-23, 1990. DEL
MISMO AUTOR. Derecho Administrativo. Bases Fundamentales, Tomo II. Op. cit., págs. 163-228.
Más recientemente, DEL MISMO AUTOR. La nulidad de derecho público de los actos estatales y su
imprescriptibilidad en el derecho chileno. tus Publicum. (4):55-62, 2000.
Entre otras, puede consultarse, FIAMMA OLIVARES, Gustavo. La acción constitucional de nulidad.
Un supremo aporte del Constituyente de 1980 al Derecho Procesal Administrativo. Op. cit. DEL MISMO
AUTOR. Acción constitucional de nulidad y legitimación activa objetiva. Revista de Derecho Público,
Facultad de Derecho, Universidad de Chile. (49):91-98, 1991.
590
BERNASCHINA, Mario. Bases jurisprudenciales para una teoría de las nulidades administrativas.
Seminario de Derecho Público. Facultad de Ciencias Juridicas y Sociales de la Universidad de Chile.
XVIII(45-48), 1949.
246
sostenido que la nulidad del acto opera por sí sola, ipso jure, sin necesidad de declaración
alguna, pues dicha nulidad viene declarada por la propia Constitución, de lo que se sigue que
aquella es imprescriptible e insaneable y que el acto nulo —desde el momento de su emisión- no
ha podido producir efecto alguno. 592
SILVA CIMMA, Enrique. Derecho Administrativo chileno y comparado. Tomo V. Op. cit., págs.
145 y sgts.
CEA EGAÑA, José Luis. Derecho constitucional chileno. Tomo 1. Santiago, Ediciones Universidad
Católica de Chile, 2002, págs. 255 y sgts.
PIERRY ARRAU, Pedro. Nulidad en el Derecho Administrativo. Op. cit. DEL MISMO AUTOR.
Nulidad de derecho público. : FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos (Coord.). La Justicia
Administrativa. Santiago, LexisNexis, 2005, págs. 165-162
247
con distintos fundamentos- han sostenido que las nulidades administrativas no operan de pleno
derecho, sino que, como toda declaración de invalidez, requiere de un acto formal que así lo
establezca.
REYES RIVEROS, Jorge. La nulidad de derecho público. Op. cit. DEL MISMO AUTOR.
Reflexiones acerca de la nulidad de derecho público. Op. cit. Más recientemente, DEL MISMO AUTOR.
Invalidación de actos administrativos. Santiago, LexisNexis, 2002.
JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y la jurisprudencia. Op.
c it.
A modo de ejemplo, puede citarse a PIERRY ARRAU, quien sostiene que el acto existe y es ci juez
quien debe anularlo, basándose para ello en la presunción de legitimidad de los actos administrativos y en
que sostener que la nulidad establecida en la CPR opera ipso jure, es imprescriptible e insaneable,
significaría que todas las leyes que establecen plazos para las acciones de nulidad, serian
inconstitucionales. Lo que no es sostenible en el Derecho chileno. PIERRY ARRAU, Pedro. Nulidad en
el Derecho Administrativo. Op. cit., pág. 98.
'" Si bien, los tribunales superiores de justicia chilenos se han inclinado tradicionalmente por la tesis de la
nulidad de pleno derecho, ipso jure, insaneable e imprescriptible, la cuestión no es definitiva. En este
sentido, si bien se ha fallado, en alusión a esta doctrina, que "puede admitirse que la nulidad de derecho
público y la acción para que se declare tengan las caracteristicas y efectos ya mencionados" no obstante,
enfrentados a las consecuencias patrimoniales asociadas a esa nulidad, el mismo fallo agrega que "no cabe
decir lo mismo de las acciones de carácter patrimonial como las que se han ejercido en autos, que sí han
de quedar incluidas en la prescripción aplicable a favor y en contra del Estado, no sólo porque así lo
dispone -como se recordará- directamente la ley, sino porque lo contrario significaría introducir la
incertidumbre sobre el patrimonio y derechos de las personas". CS, Sentencia de 21 de enero de 2004.
"Galetovic Supanar con Fisco", Rol N° 11.458-03, Considerando 12.
No obstante, en otro sentido, en alusión a la misma tesis, se ha fallado: "...que sólo excepcionalmente el
ordenamiento jurídico nacional asigna tales efectos a los vicios de que puede adolecer un acto o
contrato..." agregando —el mismo fallo-, en un interesante análisis sobre los antecedentes del artículo 7 de
la CPR, que viene a refutar dicha doctrina, que: "los elementos de juicio que aporta el proceso de
generación de la Constitución de 1833, cuyo articulo 160 corresponde al último inciso del artículo 7° del
texto constitucional vigente, demuestran que la frase 'nulo de pleno derecho', que figuraba en el voto
particular de Egaña, no se incorporó a ese precepto, sino al artículo 158 del cuerpo constitucional de 1833,
que sancionaba con 'nulidad de derecho' toda resolución 'que acordara el Presidente de la República, el
Senado o la Cámara de Diputados a presencia o requisición de un ejército, de un general al frente de
fuerza armada o alguna reunión de pueblo, que ya sea con armas o sin ellas, desobedeciere a las
autoridades...'. Este último precepto pasó con otra redacción a ser el artículo 23 de la Constitución Política
de 1925 y no se reprodujo en la Carta de 1980, la que dispone en el inciso final de su artículo 83, que 'en
los casos de los números 5 y 12 del artículo 82, el decreto supremo impugnado quedará sin efecto de pleno
derecho, con el solo mérito de la sentencia del Tribunal Constitucional que acoja el reclamo',
restringiendo a estas situaciones específicas tal consecuencia del vicio de inconstitucionalidad de decretos
supremos, la que siempre debe ser declarada por dicho tribunal"; para inmediatamente declarar que "los
248
definitivamente clarificada por el legislador, en el sentido que las nulidades no operan de pleno
derecho, por lo tanto el acto inválido produce sus consecuencias jurídicas mientras no opere su
destrucción mediante la correspondiente declaración de nulidad —en sede administrativa o
judicial-.
En el mismo sentido aquí expresado respecto del artículo 13 de la LEPA, véase PIERRY ARRAU,
Pedro. Nulidad de derecho público. Op. cit., págs. 181-182. Este autor, además, ha planteado que pugna
249
Por tanto, la cuestión de los efectos temporales del acto
invalidatorio debe resolverse desde la perspectiva de la declaración que éste conlieva y no desde
la nulidad del acto anulado. Desde el presente y no desde el pasado. Ello es así, pues el acto
anulado-invalidado, aunque defectuosamente, se ha incorporado al mundo jurídico
presumiéndose válido por disposición legal; y su invalidez no opera ipso jure. Por tanto, éste ha
podido producir sus consecuencias y la declaración que pronuncia la invalidez del acto, ha de
hacerse cargo —de acuerdo con las prescripciones legislativas- de los efectos que de él se derivan,
manteniéndolos, en cuyo caso operará sólo con efectos futuros, ex nunc; o haciéndolos
desaparecer, en cuyo caso operara con efectos ex Éunc o retroactivos, volviendo las cosas al
estado anterior.
con dicha concepción el que la ley establezca plazos de caducidad al regular las acciones judiciales
destinadas a impugnar la ilegalidad de los actos de la Administración.
02
Situación regulada —como se sabe- en el artIculo 19 N° 24 de la CPR.
250
lee, a contrario sensu de la situación que regula expresamente-, respecto del efecto restitutorio
de las remuneraciones del funcionario inhábil a quien le es imputable la inadvertencia del vicio
que afectaba su nombramiento; y en el artículo 4 de la ley 19.260, respecto de los efectos
restitutorios asociados a la revisión de beneficios derivados de pensiones de vejez, invalidez y
sobrevivencia, y las de jubilaciones por cualquier causa. Indudablemente que en ambos casos se
trata de actos invalidatorios desfavorables al interesado, los que —pese al criterio de la
temporalidad- no han sido derogados por el artículo 52, pues se trata de normas especiales
establecidas por el legislador para los casos específicos que regula. Además, el primer caso
corresponde a una norma orgánica constitucional que no ha podido ser derogada por una ley
simple.
Ó03
JARA SCHNETTLER, Jaime. La nulidad de derecho público ante la doctrina y la jurisprudencia. Op.
cit., pág. 115. En sentido contrario, ARÓSTICA MALDONADO. Iván La intangibilidad de los actos
administrativos favorables como límite a la revocación e invalidación de oficio. Op. cii
251
Precisando los alcances del problema planteado, la cuestión es si ¿el acto invalidatorio
desfavorable tiene o no efectos ex tunc?
252
de él derivan. Suprimido el acto, desaparece la causa o antecedente jurídico en el que dichos
efectos se sostienen.
253
primer caso, evidentemente que por tratarse de un acto que se ha incorporado validamente al
ordenamiento jurídico, el poder revocatorio sólo puede disponer para lo futuro y no puede
desconocer los efectos que el acto ya ha producido. En cambio, tratándose de un acto inválido, el
poder anulatorio que el ordenamiento jurídico ha institucionalizado para obtener su resguardo,
no se encuentra con efectos cuya mantención esté resguardada por el ordenamiento.
604
Así el artículo 1687 del Código Civil da derecho a las partes a ser restituidas al estado anterior, corno si
el acto o contrato que se anula no hubiese existido. Mientras, el 1689 da acción reivindicatoria en contra
de terceros. Todo ello, sin perjuicio de las excepciones que, en su caso, se establecen en resguardo de la
buena fe.
254
además, es contrario al principio de igualdad consagrado normativamente en el texto
constitucional. Así lo ha puesto en evidencia la jurisprudencia superior de los tribunales
chilenos, En este sentido —si bien frente a un acto invalidatorio favorable-, se ha fallado que la
Administración debe invalidar retrotrayendo las cosas al estado anterior al acto viciado
desfavorable, pues mantener y aplicar un acto que carece de validez legal, más cuando esto ha
sido reconocido por la CGR, constituye una clara vulneración "de la garantía de la igualdad ante
la ley establecida en el artículo 19 N° 2, de la Constitución Política, que se traduce desde la
perspectiva del administrador en que su actuar debe ser igualitario en el trato respecto de todas
las personas que se encuentren en las mismas circunstancias... —agregando que- (al) emitir un
acto ilegal que se trata de hacer efectivo en relación a la recurrente se configura una situación de
discriminación en cuanto al trato en relación a los demás funcionarios respecto de los cuales el
municipio debe ajustar su actuar conforme a derecho." 605
255
desfavorables, no hace más que establecer dentro de sus competencias normativas una excepción
a la irretroactividad establecida para la generalidad de los actos administrativos en el artículo 52
de la LBPA.
256
Sin embargo, de seguirse esta interpretación significaría que se
ha establecido un régimen procedimental diferenciado de control judicial para los actos que
resuelven un procedimiento invalidatorio. Es decir, dado que la LBPA guarda silencio respecto
de la resolución que concluye el procedimiento invalidatorio, pero desestimando la invalidación,
habría que estarse a las reglas generales respecto de ésta. Según estas normas, el afectado con
dicho acto siempre puede poner en movimiento la revisión judicial, mediante la interposición de
las acciones judiciales pertinentes. En este caso, lo normal será la acción de nulidad de derecho
público. Sin perjuicio de seguir la acción constitucional de protección, si concurren los
requisitos para ello. 608
óøS
Así, p, ej., dando aplicación al artículo 54 de la LBPA, planteada la solicitud de invalidación respecto
de un acto que ordenó el retiro del mercado de un producto farmacéutico, una vez concluido el
procedimiento y desestimada la solicitud del interesado, se reanuda el plazo para interponer el recurso de
protección. El que se cuenta desde que se ha notificado la resolución que rechaza la invalidación. En este
sentido, CS, Sentencia de 22 de 2006, "Bestpharma con Instituto de Salud Pública", Rol 403-06.
Considerando 3.
El argumento radica en que los particulares preferirían accionar directamente ante los tribunales de
justicia, pues la distinción presenta "el inconveniente de generar un incentivo negativo a la actividad de
los particulares para poner en marcha ci procedimiento administrativo invalidatorio, ya que ante la
negativa de la Administración sólo podrá impugnar el acto original (inválido) a través del procedimiento
judicial de la nulidad de derecho público, mecanismo que podría haber utilizado originalmente sin agotar
previamente la vía administrativa". FERRADA BORQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los
órganos de la Administración del Estado. Op. cit,, pág. 144.
257
legislador, buscando proteger a los particulares frente a actos invalidatorios desfavorables,
mediante la tramitación del respectivo reclamo judicial en un procedimiento más rápido y
económico respecto del procedimiento ordinario.
Por todos, SOTO KLOSS, Eduardo. La Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos, ¿"Aleluya"
o "Misesere"?. Op. cit., pág. 97.
Ibid.
OI
De acuerdo a las actas respectivas, la norma fue aprobada en el Senado —en primer trámite
constitucional- con el voto conforme de 35 senadores de un total de 47 en ejercicio, cumpliendo con el
quórum de ley orgánica constitucional. Sin embargo, en la Cámara de Diputados, fue aprobada con el
voto favorable de 47 diputados, 44 por la negativa y dos abstenciones, de un universo de 120 diputados.
Mientras que, en tercer trámite constitucional, el Senado aprobó la modificación introducida por la
Cámara (reducción del plazo de cuatro a dos años), con el voto favorable de 35 senadores, de un universo
de 47. Véase respectivamente Cámara de Diputados, Sesión IU, en martes 1 de octubre de 2002, pág. 171
Cániara de Diputados, Sesión 68a, en miércoles 16 de abril de 2003, pág. 43;Dtario de Sesiones del
Senado, Sesión 41", en miércoles 16 de abril de 2003, pág. 4834.
258
Sin embargo, la objeción debe desecharse, pues no es efectivo
que la materia regulada en la norma impugnada corresponda a las "atribuciones" de los
tribunales de justicia, sino que ésta —al referirse a la tramitación del procedimiento judicial-
constituye claramente una norma de carácter procesal. Por tanto, como tal, no se encuentra
comprendida dentro de la regulación del artículo 77 de la CPR, sino que, más bien corresponde a
aquellas que el articulo 63 N° 3 de la CPR reserva a una ley común o de quórum simple. Así lo
ha sostenido la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, según la cual las reglas de carácter
procesal, no son "propias de ley orgánica constitucional sino de ley común, en conformidad a lo
dispuesto en el artículo 63, N° 30, de la Constitución Política." 4
En este sentido, se ha fallado que la existencia de acciones judiciales especiales frente al acto
invalidatorio, como la del 53 inciso tercero de la LBPA, no impide conocer de un recurso de protección.
CA de Temuco, Sentencia de 20 de enero de 2006, "Uzuriaga con 1. Municipalidad de Pucón", Rol N°
2.10 1-05, Considerando 2. Confirmada por la Excma. CS. Sentencia de 3 de abril de 2006, Rol N° 722-
06. En el mismo sentido, CA de Valdivia, Sentencia de 16 de mayo de 2005, "Tobar con 1. Municipalidad
de Lanco", Rol N° 108-05. Confirmada por la Excma. CS. Sentencia de 8 de junio de 2005, Rol NL 2.448-
05.
259
CAPÍTULO III: Límites a la potestad invalidatoria.
260
1. El derecho de propiedad como límite frente al acto Invaildatorlo.
DE ESTRADA, Juan Ramón. La revocación por ilegitimidad del acto administrativo irregular. LL,
1976,pág. 820. Citado por COMADIRA, Julio Rodolfo. La anulación de oficio del acto administrativo.
La denominada 'cosa juzgada administrativa'. Op. cii, en su nota 116 a pie de pág. 56.
617
COMADIRA, Julio Rodolfo. Id., pág. 59. Sin perjuicio de lo cual este autor sostiene que incluso en el
caso de los actos aquejados de vicios menos graves, dicho elemento no es relevante a efectos de impedir el
reconocimiento de la potestad anulatoria de la Administración. Aunque sí podrían serlo para determinar el
carácter facultativo u obligatorio de dicha potestad o para determinar los efectos del acto anulatorio. Id.,
pág. 63-64.
En este sentido, puede verse GORDILLO, Agustín. Tratado de Derecho administrativo. Tomo III, El
acto administrativo. Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1969, págs. 153 y sgts. Posición reiterada por el autor
con posterioridad a la entrada en vigencia de la LFPA Argentina, en la 5 ed. de su obra, págs. XI-20 y
sgts.
261
De alguna forma la distinción anterior se ha hecho presente en el
Derecho contemporáneo. Así, LRJAPyPAC española, como se ha señalado, al regular las
facultades de la Administración respecto de sus propios actos viciados, en sus artículos 102 y
103, efectúa un doble distingo. De un lado atiende a la entidad del vicio y de otro al carácter
favorable o desfavorable del acto. Así, tratándose de actos aquejados de vicios de mayor
entidad, esto es de aquellos que la misma ley califica de nulos de pleno derecho, dispone que la
Administración declarará de oficio su nulidad, en cualquier momento.
b19
Asi' lo ha interpretado un sector de la doctrina espanola. Por todos, FORTES MARTIN, Antonio.
Estudio sobre la revocación de los actos administrativos. Op. cit., en su nota 23 a pie de pág. 156. En
todo caso, ello es sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 106 de la LRJAPyPAC, norma común
respecto de las facultades revisoras, que establece que éstas no son procedentes "cuando por prescripción
de acciones, por el tiempo trascurrido o por otras circunstancias, su ejercicio resulte contrario a la equidad,
a la buena fe, al derecho de los particulares o a las leyes."
262
los daños que la anulación de oficio cause al particular, si concurren los requisitos que la ley ha
contemplado al regular la responsabilidad patrimonial de la Administración. 620
263
que, en un principio, fue ampliamente seguida por los tribunales de justicia en materia de
623
protección
garantía constitucional del derecho de propiedad sobre toda clase de bienes corporales e incorporales..."
DIJCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil. Parte general. 4 ed, Santiago, Editorial Juridica de Chile, 2000,
pág. 182. Más recientemente, en el contexto del análisis de los elementos de la obligación —es decir de los
derechos personales-, PEÑAILILLO ARÉ VALO se muestra partidario de la admisibilidad de obligaciones
cuya prestación no tenga naturaleza patrimonial. Es decir, si bien este autor traslada la discusión a los
derechos personales, a los efectos que aquí interesan el resultado parece ser el mismo, pues estando los
derechos personales incluidos dentro de las cosas incorporales, entonces la protección constitucional
alcanzaría también a los derechos extrapatrimoniales que pueden emanar de los derechos personales.
Véase PENAILILLO AREVALO, Daniel. Las obligaciones. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 2003,
págs. 89-94.
La jurisprudencia en este sentido es abundante. Sólo a modo de ejemplo puede verse: CS, Sentencia de
14 de septiembre de 1993, "Venegas Beltrán con Alcalde 1. Municipalidad de Tagua-Tagua", Rol N°
20.779-93, en cuyo Considerando 5 se sostiene que existe un derecho incorporal de ser designado director
de un establecimiento educacional. En el mismo sentido, CA de Valdivia, Sentencia de 17 de agosto de
1993, "Bravo Vera con Contralor Regional de Los Lagos e 1. Municipalidad de Valdivia", Rol N° 4.775-
93 (Confirmada por la Excma. CS, Sentencia de 2 de septiembre de 1993, Rol N° 21.594-03), en la que se
sostiene que "el empleo público pasa a ser un bien que pertenece al trabajador" y en tal carácter está
protegido por el derecho de propiedad, como bien incorporal.
624
SOTO KLOSS, Eduardo. La Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos. ¿"Aleluya" o
"Misesere"?. Op. cit., pág. 96. Del mismo autor, puede verse La Semana Jurídica. (38), 30 de julio a 5
de agosto de 2001; lus Publicum (5), 2000; y Revista de Derecho y Jurisprudencia. XCVI, 1999, págs.
17 5-183.
264
resoluciones o decretos que han producido efectos jurídicos respecto de terceros o beneficiarios
directos, pues —aun cuando dichos actos se encuentren viciados-, a partir de su dictación, los
administrados han adquirido derechos que se habrían incorporado a su patrimonio. Derechos
que se encontrarían asegurados y protegidos en los artículos 19 N° 24 y 20 de la CPR, por lo que
sus destinatarios no podrían ser privados de ellos sino es a través de los mecanismos
cxpropiatorios que al efecto ha dispuesto el constituyente en el inciso cuarto del primero de los
artículos mencionados. 625
625
ARÓSTICA MALDONADO, Iván. La extinción de los actos administrativos en la jurisprudencia
reciente de los tribunales de justicia. Op. cit,, pág. 439. En el mismo sentido, SOTO KLOSS, Eduardo.
La extinción de los actos administrativos y la potestad revocatoria de la Administración. (Algunas
nociones elementales). Op. cit, pág. S.
626
SOTO KLOSS, Eduardo. La invalidación de los actos administrativos en el Derecho chileno. Op. cii,
pág. 166.
Ello queda de manifiesto en el cambio de la expresión "terceros", utilizada por SOTO KLOSS en el
artículo recién citado, publicado en el año 1988. Véase, SOTO KLOSS, Eduardo. Ibid; la que fue
sustituida por la expresión "beneficiados", al transcribir el mismo artículo en su libro publicado en 1996.
SOTO KLOSS, Eduardo. Derecho Administrativo. Bases Fundamentales. Tomo II. Op. cit., pág. 211.
Es claro que esto no representa un cambio en la posición del autor, sino que responde a una mayor
precisión ante las criticas formuladas por la doctrina contraria.
265
Lo anterior es contradictorio con la distinción que actualmente
realiza la LOCBGAE —en su artículo 63- entre el indebidamente nombrado y los terceros ajenos
a la relacion, pero que entran en contacto con la Administración a través de los actos de aquel y
que antes de esta ya había puesto de manifiesto un sector de la doctrina administrativa 62 y
62(
Véase, PIERRY ARRAU, Pedro. Nulidad en el Derecho Administrativo. Op. cit., págs. 79 y sgts
629
CS, Sentencia de 20 de octubre de 1999, "Salinas Loliç con Dirección de Obras de la 1. Municipalidad
de Viña del Mar", Rol N° 3.455-99.
266
de que el particular que obró dolosamente nunca fue, en verdad, titular del derecho de que se
trata." 632
Ibid
(i
Así se expuso al tratar los casos de la invalidación del acto de nombramiento de funcionario inhábil
(artículo 63 de la LOCBGAE) y en la revisión de las pensiones de jubilación (artículo 4 de la ley N°
19,260). En ambas situaciones, al momento de determinar la procedencia de la invalidación, al legislador
le es indiferente el origen del vicio —es decir, que éste provenga de la actuación del beneficiario o de la
negligencia o inadvertencia de la autoridad administrativa-, la buena o mala fe del destinatario -
constituida por la ignorancia o el conocimiento del vicio-, o el carácter favorable o desfavorable del acto
267
Sin embargo, aún subsiste la objeción basada en la protección
constitucional del derecho de propiedad. En este sentido, sin perjuicio que la categoría de
"derechos adquiridos", de por sí es bastante imprecisa, 634 hay que reconocer que la impugnación
es fuerte, pues no cabe duda que el constituyente de 1980 ha tenido la intención de reforzar el
derecho de propiedad a través de una protección vigorosa, especialmente frente a posibles
agresiones provenientes de la autoridad. 635
invalidatorio. Lo que no implica que el legislador deje de otorgar protección a ciertas situaciones que
contempla el artículo 63 de la LOCBGAE citado, en atención a la buena fe. Pero ello, se insiste, no obsta
al ejercicio de la potestad invalidatoria y mucho menos podría decirse que es el elemento que da origen al
dominio.
En nuestro medio, así lo ha puesto de relieve la doctrina civil, al señalar que queda pendiente la
determinación de los elementos que permiten distinguir entre un derecho y meras expectativas o simples
facultades o prerrogativas, etc. PENAILILLO AREVALO, Daniel. Los bienes. 2' ed. Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, 1991, pág. 16. Más recientemente —siguiendo a BOCANEGRA SIERRA-,
FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la Administración del
Estado. Op. cit., págs. 140-141.
(,3
PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Manual de Derecho constitucional. Tomo 1 (Basado en las
explicaciones de los profesores Luz Bulnes Aldunate y Mario Verdugo Marinkovic). Santiago, Ediar
Conosur Ltda., 1990, pág. 409. En el mismo sentido, en la doctrina civil, PEÑAILILLO ARÉVALO,
Damel. Los bienes. Id, págs. 15 y sgts. En sentido critico, VERGARA BLANCO, Alejandro. La
Propietarización de los derechos. Revista de Derecho, Universidad Católica de Valparaíso. XIV, 1991-
1992, págs., 281-291.
km
sentido tan amplio como el de "cosas incorporales", empleada por el legislador civil.'3 ' Lo
anterior supone, de acuerdo con el artículo 565 del CC —que describe la composición de los
bienes-, que la expresión quedaría restringida exclusivamente a los derechos que integran el
patrimonio. 637 Es decir, de los denominados derechos reales y personales, pero en todo caso —en
términos de CEA EOAÑA- de bienes de simple utilización privada o de la producción y
638
cambio
GUZMÁN BRITO, Alejandro. Las cosas incorporales en la doctrina y el Derecho positivo. Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, 1995, especialmente págs. 235 y sgts. En el mismo sentido, con posterioridad,
ALDUNATE LIZANA, Eduardo. Tutela jurisdiccional y configuración constitucional del derecho de
propiedad, En: BORDALI SALAMANCA, Andrés (Coord.). Justicia constitucional y derechos
fundamentales. Santiago, Lexis Nexis, 2006. pp. 155-179.
GUZMÁN BRITO, Alejandro. Las cosas incorporales en la doctrina y el Derecho positivo. 0p. cit..
págs. 53-55.
638
En el mismo sentido, CEA EGAÑA, José Luis. Tratado de la Constitución de 1980. Características
generales, garantías constitucionales. Op. cit., pág. 189.
Sin perjuicio del hecho que el CC chileno emplea indistintamente los conceptos de cosa y bien; y de las
discusiones que el tema ha generado ente los cultores de la disciplina civil. Y sin entrar —tampoco- en el
tema del patrimonio por exceder los límites de esta investigación, baste aquí decir que en el sistema civil
chileno es razonable la característica anotada, atendido el derecho de prenda general que recae sobre todos
los bienes que integran el patrimonio de una persona. Respecto de la identificación de los bienes
incorporales con los derechos patrimoniales, se sigue en el texto, el concepto de cosa incorporal planteado
a partir de la historia legislativa del artículo 565 del CC en: GUZMÁN BRITO, Alejandro. Las cosas
incorporales en la doctrina y el Derecho positivo. Op. cit., págs. 49 y sgts.
Para un estudio sistemático sobre el patrimonio, puede verse: FIGUEROA YANEZ, Gonzalo. El
Patrimonio. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1991.
En sentido contrario a la opinión que se expone en el texto, PEÑAILILLO AREVALO, Daniel. Las
obligaciones. Op. cit,, pág. 93. Básicamente, este autor plantea, a propósito del objeto de las
obligaciones, es decir de los derechos personales o créditos, que éstos pueden tener contenido patrimonial
o extrapatrimonial. Igualmente, DUCCI CLARO, Carlos. Derecho Civil. Parte general. Op cit., pág. 214.
269
carácter. Esto implica, por tanto, que quedan fuera del concepto los derechos que —aun siendo
cosas incorporales- no pueden ser considerados bienes, por encontrarse fuera del patrimonio. 4
Así lo explica GUZMÁN BRITO, al señalar que "todos los bienes son cosas corporales e incorporales,
como lo dice el artículo 565 del CC pero no todas las cosas corporales o incorporales son bienes, como
... ;
ocurre con las que no pertenecen a nadie. Limitado el razonamiento a las cosas incorporales, él resulta
entonces así: los bienes pueden consistir en cosas incorporales, pero no todas las cosas incorporales son
necesariamente bienes. En consecuencia cuando se dice 'bienes incorporales' es que se está aludiendo a
algo que, siendo cosa incorporal, es a la vez 'bien', y sólo se está excluyendo a algo que, siendo cosa
incorporal, no es 'bien'. Como según el Código (Civil), las cosas incorporales son los derechos, entonces
la expresión 'bienes incorporales' significa los derechos que son bienes, pero excluye a los derechos que
no son bienes. De donde que la Constitución, en vez de querer decir algo distinto a lo que expresa el
Código o más de lo que expresa, en realidad vino a decir algo menos... Nuestra conclusión es, pues, &sta -
sentencia el autor citado-: 'bienes incorporales' alude a los derechos y sólo a los derechos, aunque no a
todos los derechos... (pues) todos los derechos, pero sólo los derechos, son cosas incorporales, más no
todas las cosas incorporales o derechos son bienes. Entre ellos están los 'derechos de la persona', que
efectivamente, en cuanto son derechos, también son cosas incorporales. Sólo que no están en el
patrimonio, de donde no puedan ser, como se dijo, bienes." GUZMÁN BRITO, Alejandro. Las cosas
incorporales en la doctrina y el Derecho positivo. Op. cit., págs. 241-243.
Las afirmaciones del autor citado respecto del alcance de la expresión utilizada por el constituyente,
encuentran sustento en las discusiones de la CENC, véase Actas Oficiales de la Comisión Constituyente,
Sesión 155, de 2 de octubre de 1975, pág. 7; y Sesión 166, de 13 de noviembre de 1975, págs. 3-4 y 12-14,
"' Por todos, FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la
Administración del Estado. Op. cit., pág. 141.
270
1.2. La patrimonialidad de los derechos y su incidencia en la invalidación.
642
Así ocurre con una amplia gama de situaciones entre las que se encontrarían: la situación de ventaja
proveniente del acto de nombramiento, el reconocimiento del derecho a gozar de una licencia médica, el
reconocimiento del derecho a continuar en un proceso licitatorio por haber cumplido satisfactoriamente
con las etapas previas que conforman los sucesivos trámites del procedimiento, el encasillamiento en una
lista de calificación como resultado de un procedimiento de evaluación, el reconocimiento administrativo
del derecho a gozar de una franquicia económica, p. ej. de una jubilación, de una asignación por titulo
profesional, etc.
271
Así por lo demás, ha sido reconocido por la jurisprudencia
judicial posterior a la entrada en vigencia de la LBPA, en la que —a diferencia de la postura
inicialmente sostenida por los tribunales- se ha ido imponiendo la doctrina según la cual la
garantía establecida en el N° 24 del artículo 19 de la Constitución Política de la República, no
alcanza este tipo de situaciones. Así, se ha fallado que no existe una supuesta "propiedad del
empleo o función y que el derecho constitucional relacionado con las funciones y empleos
públicos contenido en el N° 17 del citado artículo, se limita a asegurar la admisión a tales
ocupaciones, cuando se cumplan los requisitos legales, pero no abarca la permanencia en esas
funciones o empleos. Adicionalmente a ello sostener que existe una especie de propiedad sobre
el derecho a la función implica confundir la titularidad de un derecho con la propiedad sobre el
derecho en sí." 3 Agregándose que la Constitución no ampara la estabilidad en el empleo, sino
que el derecho a contratar libremente sus servicios. 144 Lo que es concordante con lo sostenido
por la CGR en cuanto a que el derecho a la función, "no puede estimarse como integrante del
patrimonio de una persona ni objeto de propiedad o dominio." 645
'" CA de Valdivia, Sentencia de 17 de mayo de 2005, "Urrutia Tobar con Alcalde 1. Municipalidad de
Lanco", Rol N° 108-05, confirmada por la Excma. CS, Sentencia de 8 de junio de 2005, Rol N° 2.448-05.
"' CS, Sentencia de 7 de noviembre de 2005, "Claro Vicuña y Valenzuela S.A. con Director Regional de
Vialidad de la VIII Región", Rol N° 5.267-05, Considerando 6. En la especie, la CA de Concepción,
Sentencia de 23 de septiembre de 2005, Rol N° 2.256-05, había acogido el recurso interpuesto, fundándose
para ello en que se había vulnerado el derecho de propiedad de la recurrente, constituido sobre los efectos
272
De otro lado, distinta parece ser la situación de la invalidación
frente a los actos administrativos que reconocen o establecen derechos reales o personales que
emanan de los actos de la autoridad administrativa. Dado que sólo éstos son objeto de la
protección que el constituyente otorga a la propiedad, en principio, habría que concluir que su
configuración impide el ejercicio de la potestad invalidatoria respecto de los actos de los que
éstos emanan. Así por lo menos ocurre respecto de otras situaciones distintas de la invalidación,
en las que dichos derechos emanan de actos ajustados al ordenamiento jurídico, por lo que no
podrían ser desconocidos por la autoridad administrativa sin afectar tal garantía.
"° Éstos son cuatro: los de concesión de exploración y de explotación (regulados en los artículos 2 del CM
y 1 y 2 de la LOCCM) y los de pedimento y de manifestación (regulados en el artículo 54 del CM).
'' De acuerdo al artículo 578 del CC, son derechos personales o créditos, los que sólo pueden ser exigidos
de ciertas personas, que por un hecho suyo o la sola disposición de la ley han contraído las obligaciones
respectivas. En este sentido, sin entrar en la dogmática civil, baste señalar que de acuerdo a la estructura
de los derechos personales, en que se requiere de un vinculo jurídico, una obligación —en este caso, seria
de no hacer- y un sujeto obligado —en éste caso la Administración-, dichas situaciones quedarian
comprendidas dentro de la categoría.
273
En síntesis, el expuesto parece ser un criterio razonable y acorde
a la regulación que el legislador ha establecido expresamente para los indicados casos de
invalidación. No obstante, éste aún presenta ciertas debilidades que es preciso advertir.
652
Un caso cuya ocurrencia no es menor, tiene lugar con el otorgamiento de permisos de construcción. En
efecto, si se considera que los elementos típicos de la obligación son el sujeto, el objeto y vinculo juridico.
Aquí concurren todos ellos, de manera que habria que concluir que se está ante un derecho personal, el
que además será transferible con el inmueble al que accede. Luego, abría que concluir que el acto no
podría ser invalidado.
274
1.3. Los aportes de la jurisprudencia.
Así, la CGR ha dictaminado que "si bien la Dirección General de Aguas debe invalidar sus actos
administrativos contrarios a derecho, carece de competencia para dejar sin efecto una resolución
constitutiva de un derecho de aprovechamiento de aguas que ha sido inscrita en el CBR competente".
Como se aprecia, se trata de un caso en el que el derecho de aprovechamiento de aguas ha sido constituido
mediante la inscripción respectiva. CGR, Dictamen N° 11.183, de 2007.
En este sentido, la CGR ha señalado que "basta con indicar que el nombramiento de la recurrente no
pudo generar tal derecho sobre el respectivo empleo, toda vez que se sustentó en una clara infracción a la
normativa estatutaria actualmente vigente, por lo que quien carece de un título válido no puede ejercer
legítimamente lo que no le pertenece." CGR, Dictamen N° 29.598, de 2005. En el mismo sentido, CGR.
Dictamen N° 33.912, de 2005.
275
Por el contrario, se aprecia que —al menos, a partir de la vigencia
de la LBPA-, tanto la CGR como los tribunales de justicia tienden a una posición uniforme en el
sentido que el derecho de propiedad garantizado constitucionalmente, no obsta al ejercicio del
poder invalidatorio, respecto de actos que infringen el ordenamiento jurídico. Sin embargo, se
advierte en ello cierta vinculación con la doctrina de las nulidad ipso jure.
CGR, Dictamen N° 34.531, de 2007, emitido con ocasión de la invalidación de la resolución que
establecía ilegalmente el derecho de un profesional de un Servicio de Salud, de ser excluido de las
guardias nocturnas y durante días festivos, pues había considerado incorrectamente el tiempo servido
como becario, faltando a lo dispuesto en el artículo 43 de la ley N° 15.076.
276
Un planteamiento similar se advierte a nivel de las cortes
nacionales. Así, no es infrecuente encontrar fallos en los que, frente al reclamo en contra de un
acto invalidatorio, se resuelve que no corresponde otorgar la protección que la CPR establece
para el derecho de propiedad, por cuanto las situaciones basadas en actos inválidos no
comportan un ejercicio legitimo del derecho invocado. 659
277
surgimiento del derecho, es decir si es necesario para que éste nazca, y por tanto sea objeto de la
protección constitucional, que lo haya sido de acuerdo a la ley. En otras palabras, si a partir de
un acto viciado, es posible el surgimiento de un derecho que se incorpore al patrimonio.
IKI
No se puede negar que el tema reviste cierta complejidad,
especialmente porque los argumentos expuestos suelen centrarse sólo en uno de sus aspectos —o
la nulidad o el derecho adquirido-, para, respectivamente, aceptar o negar el otrogamiento del
poder invalidatorio. De lo que resulta muchas veces que éstos terminan siendo contradictorios
en sí mismos y no hacen más que confundir una materia de suma trascendencia. En este sentido,
es evidente que la cuestión planteada se relaciona con la posibilidad de adquirir derechos a partir
de un acto nulo. Sin embargo, a fin de llegar a una solución coherente con el sistema normativo
chileno, el enfoque o la pregunta inicial debe ampliarse al ordenamiento jurídico en su conjunto.
Es decir, para responder a dicha pregunta, la respuesta debe considerar aquella otra de si es o no
posible adquirir derechos de manera contraria al ordenamiento jurídico.
puede nacer derecho alguno, 662 postulando la insaneabilidad del vicio, 663 nunca podría originarse
662
Así lo sostuvo, en su momento BERNASCHINA, quien —haciendo una distinción entre nulidad de
pleno derecho y anulabiliclad, sostuvo respecto de la primera que "en el momento mismo en que se ha
aprobado el acto o acuerdo contrario a la ley, se produce la nulidad; no es acto estatal, Por consiguiente
agrega- no se necesita pedir su declaración ante autoridad alguna; basta con que el particular afectado o el
órgano que deba cumplirlo desconozca sus efectos." Más directamente, sostiene que "el acto realizado
fuera de Ja competencia del órgano administrativo no ha podido imputarse al órgano, pues sólo puede
imputarse al Estado, como acto estatal, el que ha sido realizado de acuerdo con las normas jurídicas,
dentro de la competencia expresa de los órganos. Si se ha excedido esta competencia el acto no puede
revestir el carácter de acto jurídico administrativo, carece de todo valor..." BERNASCHINA, Mario,
Bases jurisprudenciales para una teoría de las nulidades administrativas. Op. cit., págs. 557-558. Más
OVA
una situación amparable por el derecho de propiedad, por cuanto nunca habría podido nacei
propiedad alguna.
recientemente, como se ha señalado, esta doctrina ha sido acogida bajo la vigencia de la Constitución
Política de 1980, entre otros por SOTO KLOSS y FIAMMA OLIVARES.
Entre otros puede verse SOTO KLOSS, Eduardo. La nulidad de derecho público en el derecho chileno.
Op. cit. En el mismo sentido, FIAMMA OLIVARES, Gustavo. Acción constitucional de nulidad y
legitimación activa objetiva. Op. cit. En contra, como se ha señalado antes, REYES RIVEROS, Jorge;
SILVA CIMMA, Enrique; PIERRY ARRAU, Pedro, entre otros.
664
De acuerdo al articulo 13 inciso final de la LBPA.
66S
De acuerdo al citado articulo 63 de la LBGAE.
280
Por tanto, aun cuando sean inválidos —o nulos, en los términos
del artículo 7 de la CPR-, dichos actos producen sus efectos normalmente, de manera que éstos
dan origen a situaciones jurídicas que no es posible desconocer mientras no opere la
correspondiente declaración.
En este último caso, independientemente de la posición que se siga respecto de si sobre ellas cabe o no
hablar de propiedad.
281
legislador ha contemplado a la adquisición de derechos derivados de actos administrativos
declarativos o creadores, como un límite que impide el ejercicio de una potestad administrativa,
lo es respecto de la revocatoria —en el artículo 61 letra a) de la LBPA-, ante la que declara su
improcedencia frente a este tipo de actos, cuando la adquisición ha sido legítima.
669
Ello es coherente con lo sostenido por un sector de la doctrina civil, en cuanto a que derecho adquirido
es aquél que es consecuencia de un hecho apto para producirlo al amparo de la ley vigente al tiempo en
que el hecho se ha realizado. Véase, DUCCI CLARO, Carlos. Interpretación Jurídica. 3fl ed. Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, 1997, pág. 51.
Esta interpretación encuentra un importante punto de apoyo en
la jurisprudencia reciente del Tribunal Constitucional, emitida con ocasión de un requerimiento
en el que se solicitó -en virtud de lo dispuesto en el N° 6 del artículo 93 de la CPR- la
declaración de inaplicabilidad del artículo 53 de la LBPA, por considerar que su aplicación en la
resolución de un recurso de protección dirigido en contra de un decreto invalidatorio, resultaba
contraria a la Constitución. Concretamente, frente a la fundamentación consistente en la
supuesta violación de derechos adquiridos, el TC señaló que: "el acto que motiva la acción de
protección que constituye la gestión pendiente habría sido invalidado por tener vicios de origen,
por lo cual no puede sostenerse la existencia de derechos adquiridos originados en el mismo." 67°
Si bien, el Tribunal Constitucional no efectuó mayores consideraciones al declarar inadmisible el
requerimiento de inaplicabilidad, lo sostenido por éste es contundente en el sentido que la
violación de derecho adquiridos que se invocaba, carece de base.
Ó70
TC, Sentencia de 23 de enero de 2008, Rol N° 1026-08, Considerando 7, En la especie, el recurso de
protección se dirigió en contra de un acto invalidatorio que dejó sin efecto un acto anterior que había
adjudicado una propuesta pública, sobre la que se invocaban derechos adquiridos.
283
sanción que el ordenamiento jurídico establece frente a los actos que contravienen sus
prescripciones.
671
Aplicable en contra de la Administración del Estado, por disponerlo así expresamente el artículo 2497
del CC.
(72
Salvo las servidumbres discontinuas y las continuas inaparentes, que tampoco pueden ser adquiridas
por prescripción, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 882 del CC.
284
un acto administrativo, en cuya virtud el interesado habría gozado por más de cinco años de la
concesión de una franquicia, "no impide que ésta se incorpore irrevocablemente al patrimonio de
su titular por el transcurso de los plazos de prescripción adquisitiva." 1174
COR, Dictamen N° 4.348, de 2007, frente a una situación en la que el interesado había gozado de una
pensión reliquidada, aun cuando ésta contenga errores de carácter juridico. En el mismo sentido,
anteriormente, CGR, Dictamen N° 26.996, de 2004, en el que se sostuvo que la falta de ejercicio oportuno
de las facultades que asisten a la Administración par invalidar sus actos en los plazos especiales previstos
por la ley o en los plazos generales de prescripción del Código Civil... "permite que los titulares de los
mismos los incorporen definitiva e irrevocablemente a su patrimonio, en la forma en que primitivamente
se otorgaron. Ello, por cuanto, en tales circunstancias tiene lugar la prescripción adquisitiva del beneficio
que impide su invalidación por parte de la autoridad." En el mismo sentido, CGR, Dictamen N° 17.563,
de 2008.
285
2. La protección de la buena fe y la potestad invalidatoria.
286
protección de la buena fe de quienes se relacionan con la Administración. De esta manera, el
mencionado principio ha venido desplegando su funcionalidad inspiradora del ordenamient0, 67
siendo acogido en las legislaciones comparadas, ya sea para impedir el ejercicio de las
potestades revisoras en general, 676 para atemperar la eficacia sancionatoria de la potestad
anulatoria677 o para establecer el derecho de los particulares a ser resarcidos de los daños
causados por el retiro de un acto administrativo. 678
Respecto de las funciones , de los principios generales del Derecho, puede verse GARCÍA DE
ENTERRIA, Eduardo y FERNANDEZ, Tomás-Ramón. Curso de Derecho Administrativo. Tomo 1. op.
cit., págs. 73-80.
Así, p. ej. el articulo 106 de la LRJAPyPAC española, que impide el ejercicio de las facultades
revisoras de las Administraciones Públicas -entre otras circunstancias-, cuando su ejercicio resulte
contrario a la buena fe.
Así, p. ej. el artículo 12.1 de la LPAG peruana, que después de disponer que la declaración de nulidad
tendrá efecto declarativo y retroactivo a la fecha del acto, dispone que ello es "salvo derechos adquiridos
de buena fe por terceros, en cuyo caso operará a futuro."
Así, el artículo 74, inciso segundo del Código Contencioso Administrativo de Colombia, contenido en
el Decreto N° 1, de 1984, dispone que "el beneficiario del silencio que hubiese obrado de buena fe, podrá
pedir reparación del daño ante la jurisdicción en lo contencioso administrativo si el acto presunto se
revoca."
Sobre el tema, puede verse, DE LOS MOZOS, José Luis. El principio de la buena fe. Sus aplicaciones
prácticas en el Derecho civil español. Barcelona, Bosch, 1965. BARROSO FIGUEROA, José. El
principio de la buena fe en el Derecho civil. Revista de la Facultad de Derecho de México.
XXXI(119):393-432, mayo-agosto 1981. BUSNELLI, Francesco Donato. Notas en tema de buena fe y
eqLidad. Roma e America. Diritto Romano Comune. Rivista di Diritto del! 'integrazione e uniJka:imw
/e/ diritio in Europa e in America Latina. (13), 2002, págs. 99-121. En la literatura nacional, puede verse
GUZMÁN BRITO, Alejandro. La buena fe en el Código Civil de Chile. Revista Chilena de Derecho.
(29), 2002, págs. 11-23.
680
Así, desde la doctrina administrativa, GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. El principio general de la buena fe
en el Derecho administrativo. 4 cd. Madrid, Civitas, 2004, pág. 29. En sentido similar, desde la doctrina
civil, BARROSO FIGUEROA, José. El principio de la buena fe en el Derecho civil. Op. cit. pág. 409.
287
Derecho administrativo comparado haciendo eco de estos planteamientos, no ha estado ajeno a
su recepción. 681
681
Así, GONZÁLEZ PÉREZ, citando a LARENZ, COSSÍO y FERREIRA RUBIO, señala que el
principio de la buena fe no puede lirnitarse a las relaciones obligatorias, sino que es aplicable siempre que
exista una especial vinculación jurídica, lo que en el caso español —sostiene aquel- es incuestionable a
partir de su consagración en el Título preliminar del Código Civil. GONZALEZ PEREZ, Jesús. Id., págs.
44-45. Antes, SAINZ MORENO, en 1979, se hacía cargo de las principales objeciones que podrían
oponerse a la aplicación del principio al Derecho administrativo. Entre éstas señala: la diferente posición
institucional de la Administración respecto de los privados, el principio de legalidad y la distinta
naturaleza de los intereses en juego. SAINZ MORENO, Fernando. La buena fe en las relaciones de la
administración. Revista de Administración Pública. (89), 1979, pág. 310.
No obstante, de otro lado, CASTILLO BLANCO sin negar que la buena fe haya de seguir operando en el
ámbito del Derecho público (especialmente donde no opera la confianza legítima) se encarga de aclarar
que la cuestión no es pacífica y que ciertas características del principio de la buena fe, como su perfil
dificil de definir, puede conspirar en contra de su aplicación en el Derecho público. CASTILLO
BLANCO, Federico. La protección de la confianza legítima en el Derecho administrativo. Madrid,
Marcial Pons, 1998, págs. 255-276.
682
En este sentido, p. ej., los artículos 702 inciso segundo, 706, 707, referidos a la posesión; o 1546,
referido a la ejecución de los contratos. Todos del CC. Los primeros se refieren a la denominada buena fe
subjetiva; mientras el último se refiere a la buena fe objetiva.
La lista de manifestaciones puede ser exhaustiva, así, p. ej. en el Código Civil italiano, puede verse el
articulo 1366 (sobre la buena fe en la interpretación de los contratos), artículo 1375 (sobre la ejecución del
contrato), 1415 (referido a los efectos de la simulación respecto de terceros), etc.; En el ámbito
latinoamericano, puede verse en el Código Civil de Costa Rica, el artículo 21 (referido al ejercicio de los
derechos) de idéntica redacción al artículo 7 del Código Civil español, a partir del que la doctrina española
ha concluido su aplicación general.
Dejando de lado las manifestaciones en las leyes de procedimiento administrativo y en orden procesal,
puede verse, en materia constitucional, el artículo 83 de la Constitución Política de Colombia, que
dispone: "Las actuaciones de los particulares y de las autoridades públicas deberán ceñirse a los
postulados de la buena fe, la cual se presumirá en todas las gestiones que aquellos adelanten ante éstas."
No se trata, sin embargo, de negar la existencia de un principio
general que mueva a la protección de la buena fe. Pero, un dato fundamental al momento de
determinar su funcionalidad en el ámbito de una potestad administrativa legalmente configurada,
está dado por el hecho que, si bien el legislador chileno se ha detenido especialmente en la
consagración normativa de otros principios administrativos, 685 entre éstos no existe alusión
alguna al de la buena fe. Por lo demás, no parece posible que pueda ser inferido de la ('PR, sin
forzar su texto.
Así, p. ej., la LOCBGAE, establece en su artículo 3 inciso segundo, los siguientes principios que
deberá observar la Administración: responsabilidad, eficiencia, eficacia, coordinación, impulsión de oficio
del procedimiento, impugnabilidad de los actos administrativos, control, probidad, transparencia y
publicidad administrativas. Por su parte, la LBPA, desarrolla entre sus artículos 5 a 16 los principios a
que deberá someterse el procedimiento administrativo y que enumera su artículo 4: escrituración,
gratuidad, celeridad, conclusivo, economia procedimental, contradictoriedad, imparcialidad, abstención,
no formalización, inexcusabilidad, impugnabilidad, transparencia y publicidad.
'' Puede verse, DE LOS MOZOS, José Luis. El principio de la buena fe. Sus aplicaciones prácticas en el
Derecho civil español. Op cit., págs. 45 y sgts. En el mismo sentido, BARROSO FIGUEROA, José. El
principio de la buena fe en el Derecho civil. Op. cit. pág. 428.
LÓPEZ SANTA MARÍA, Jorge. Problemas actuales en el derecho de los contratos. VVAA.
Estudios de Derecho Civil en memoria del profesor Victorio Pescio. Valparaíso, Editorial Edeval, 1976,
pág. 28.
289
ajena. En el pnmer caso, generada en la ignorancia; en el segundo, en la apariencia jurídica. °
Más directamente, se ha dicho que consistiría en "un estado del espíritu consistente en creer por
error que se obra conforme a derecho y que la ley toma en cuenta para proteger al interesado
contra las consecuencias de la irregularidad del acto." 689 En definitiva, desconocimiento,
ignorancia, creencia errónea de estar amparado por la ley. 69°
Ó8
DE LOS MOZOS, José Luis. El principio de la buena fe. Sus aplicaciones prácticas en el Derecho
civil español. Op cit., págs. 57 y sgts.
CAPITANT, Henri (Director). Vocabulario Jurídico. Buenos Aires, De Palma, 1966, pág. 86. Citado
por BARROSO FIGUEROA, Jose. El principio de la buena fe en el Derecho civil. Op. cit. pág. 409.
Ó?()
En el ámbito nacional, como es sabido, esta manifestación subjetiva de la buena fe se encuentra en el
articulo 706 del CC, el que la define como la conciencia de haberse adquirido el dominio por medios
legítimos, exentos de fraude o de otro vicio.
" BETTI, Emilio. Teoría generale delle obligacíón. Tomo 1, pág. 72. citado por DE LOS MOZOS,
José Luis. El principio de la buena fe. Sus aplicaciones prácticas en el Derecho civil español. Op cit.,
pág. 59.
290
excluye el dolo —o la mala fe-, sino que además cuando concurre la diligencia normal exigible a
un hombre medio, 692 si se considera que la ignorancia debe ser excusable, por lo que no parece
posible que se pueda estimar que hay buena fe cuando falta la diligencia normal.
692
En sentido contrario, GARCÍA LUENGO, Javier, El principio de protección de la confianza en el
Derecho administrativo. Madrid, Civitas Ediciones, 2002, pág. 126. Para este autor —siguiendo a
MIQUEL GONZALEZ- la buena fe subjetiva se opone al dolo, pero no a la negligencia, de modo que la
buena fe subjetiva no es incompatible con la negligencia. Al menos —sostiene- para el derecho español.
No obstante, como se señaló al exponer esta situación particular, este caso no sólo responde al principio
de protección de la buena fe del tercero, en tanto no es razonable exigir a éste que cada vez que entra en
contacto con la Administración a través de uno de sus funcionarios, tenga la precaución de verificar los
titulos con los que éste actúa. Sino que también, en éste va envuelto el valor de la eficacia de la
Administración de el cumplimiento de sus cometidos.
291
2.3. La protección de la buena fe frente a otros casos de invalidación.
694
Así, el citado artículo 12.1 de la LPAG peruana, que restringe los efectos retroactivos de la declaración
de nulidad respecto de terceros de buena fe y el también citado artículo 106 de la LRJAPyPAC.
695
CGR, Dictamen N° 24.776, de 1995; y 40.267, de 1997.
''' Así, CUR, Dictamen N° 7.348, de 2008, emitido con ocasión de un concurso de nombramiento interno
en el que de forma ilegal no se permitió la postulación de funcionarios de exclusiva confianza. Pese a la
292
de invalidar un acto irregular, que el reconocimiento de la buena fe, como sustento básico de las
relaciones jurídicas, por constituir la aplicación directa de los principios generales del derecho,
"no requiere de una consagración legal expresa para que se pueda recurrir a él a los efectos de
que la Administración decida acerca de la forma de proceder en situaciones corno las
descritas."697
infracción, el dictamen señala que se debe "ponderar la circunstancia de que los profesionales nombrados
para ocupar los cargos concursados, se encuentran desempeñando sus funciones con la convicción de que
los certámenes de la especie, y que sirvieron de sustento a sus nombramientos, se habrían ajustado a
derecho, como tampoco se puede ignorar que las consecuencias que podrían derivarse de la invalidación
de los referidos concursos generarían mayor perjuicio y detrimento que mantener sus efectos, en especial,
teniendo presente que los favorecidos no han tenido intervención alguna en los vicios que afectaron a los
procesos selectivos pertinentes.., debiendo concluir que los funcionarios que han sido designados en sus
cargos concursados tienen derecho a conservar la titularidad de sus empleos."
CGR, Dictamen N° 16.238, de 2007, emitido con ocasión de la negativa de una Municipalidad de
invalidar permisos de construcción otorgados en contravención a las normas urbanísticas.
293
encontrar intereses contrapuestos. Es decir, frente a un destinatario directo del acto, quien se
encuentra de buena fe y a quien la invalidación perjudica, normalmente tendremos a un tercero o
terceros, igualmente de buena fe y para quienes es la mantención del acto irregular la que afecta
698
negativamente sus situaciones jurídicas
Las situaciones que podrían presentarse son variadas, Sin embargo, basta pensar en un acto de
nombramiento basado en un concurso irregular, en el que se exigieron más requisitos de los autorizados
por la ley. Resulta evidente que en esta situación no se podría dudar de la buena fe de aquellos oponentes,
cuyos antecedentes no fueron considerados en el concurso respectivo de manera ilegítima.
699
Así se sostuvo en un fallo ya citado, CS, Sentencia de 20 de octubre de 1999, "Salinas Lolic con
Dirección de Obras de la I. Municipalidad de Viña del Mar", Rol N° 3.455-99.
294
3. La seguridad jurídica y la potestad invalidatoria. Especial referencia a
la protección de la confianza legítima como un supuesto límite a la
invalidación.
700
MODERNE, Franck. Principios generales del Derecho público. Op. cit., pág. 225
RADBRUCK, Gustav. Filosofla del Derecho. (Traducción de José Medina Echavarria). Madrid,
Editorial Revista de Derecho Privado, 1933.
702
Así lo pone de manifiesto MODERNE, al analizar la jurisprudencia comunitaria. Al respecto, sostiene
el autor citado "el principio de la seguridad jurídica es considerado como impuesto por sí mismo, como
inherente a todo orden juridico, de esencia axiológica en alguna medida; no habría necesidad de apoyos
formales de los derechos nacionales, puesto que él domina necesariamente los sistemas jurídicos de todos
los Estados miembros." MODERNE, Franck. Principios generales del Derecho público. üp. cit., págs.
230-231.
703
GARC1A LUENGO, Javier. El principio de protección de la confianza en el Derecho administrativo.
Op. cit., págs. 189 y sgts.
704
MODERNE, Franck. Principios generales del Derecho público. Op. cit., pág. 225.
295
serie de otros principios menores o subprincipios que devienen en un contenido bastante
variable. 705
705
En este sentido, CASTILLO BLANCO se refiere a los principios de irretroactividad, de protección de
los derechos adquiridos, de la protección de la confianza legítima y de los límites a la revocabilidad de los
actos administrativos ilegales generadores de derechos subjetivos. Véase CASTILLO BLANCO,
Federico. La protección de la confianza legítima en el Derecho administrativo, Op. cit., págs. 77 y sgts.
MODERNE, por su parte, señala que los autores agregan, entre otros, el de legibilidad, acceso y claridad a
las reglas aplicables, el principio de buena fe, el principio de publicidad de los actos. MODERNE,
Franck. Principios generales del Derecho público. Op. cit,, pág. 227. Por su parte, GARCIA MACHO
agrega el de prescripción. Véase GARCIA MACHO, Ricardo. Contenido y límites del principio de la
confianza legítima: Estudio sistemático de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia. jj Libro Homenaje
al profesor José Luis Villar Palasí, Madrid, Editorial Civitas S.A., 1989, pág. 455.
Asi, p. ej. MODERNE, sostiene que aunque la seguridad jurídica se encuentra consagrada como
principio general por el Derecho comunitario, sin embargo, su consagración constitucional en dos de los
Estados que integran la Unión Europea (España y Francia) es bastante disímil. Véase MODERNE,
Franck. Principios generales del Derecho público. Op. cit., págs. 236 y sgts.
708
Id., pag 232.
296
absoluto, sino que parece más razonable —como pone de relieve MODERNE- 709 que éstos deben
ser armonizados con otras exigencias provenientes del mismo ordenamiento jurídico, entre las
que —sin ser exhaustivo en la enumeración- se destaca el principio de juridicidad y el de igualdad
ante las normas jurídicas que, entre otros, deben presidir la actuación del poder público en la
configuración de las situaciones jurídicas que afectan a los particulares.
Ibid
710
GARCÍA LUENGO, Javier. El principio de protección de la confianza en el Derecho administrativo.
Op. cit., pág. 191.
711
LEGUINA VILLA, Jesús. Principios generales del Derecho y Constitución. Revista de
Administración PUblica. (114), septiembre-diciembre 1987, pág. 34.
712
GARCIA LUENGO, Javier. El principio de protección de la confianza en el Derecho administrativo.
Op. cit., págs. 191 y 192.
297
derecho aplicable corresponde a la autoridad mediante actos imperativos, dotados de presunción
de legalidad, y no al ciudadano, se justifica lo sostenido por la doctrina española en el sentido
que "éste (el ciudadano) no sólo puede, sino que debe confiar en la actuación administrativa y
ajustar su conducta a la misma. Como contrapartida el Estado de Derecho, a través de la
seguridad jurídica garantiza al ciudadano la estabilidad de esa decisión." 713 A su vez, esta
estabilidad aparece como un importante factor que permite al administrado planificar y proyectar
sus condiciones de existencia, tomando decisiones sobre la base de la confianza razonable de
que los actos en los que éstas se sustentan serán mantenidos.
Además de las obras citadas de GARCÍA LUENGO y CASTILLO BLANCO, puede verse CALMES,
Sylvia. Du principe de protection de la confiance légitime en droit allemand, communautaire et français.
Paris, Dalloz, 2001. En el ámbito latinoamericano, puede verse un extenso tratamiento comparado en
298
Respecto del primero de estos elementos, las explicaciones se
han centrado principalmente en su derivación de la seguridad jurídica, siendo presentado como
un subprincipio de ésta 716 y a través de aquélla del Estado de Derecho. No obstante, sin
desconocer sus vinculaciones con aquél, no se excluye que el mismo derive de la protección de
la buena fe, aunque con un "perfil propio" y otorgando ámbitos de protección más extensos que
ésta, como sostiene PAREJO. 717 Sin perjuicio de otros planteamientos, como los de
GONZÁLEZ PÉREZ, quien sostiene que la buena fe otorga una protección similar a la
confianza, lo que deriva —según sostiene este autor- de los requisitos de aplicación de la
confianza legítima, los que no varían sustancialmente de los que determinan el régimen jurídico
de aplicación de la buena fe. 718
COVIELLO, Pedro José Jorge. La protección de la Confianza del Administrado. Derecho argentino y
comparado. Buenos Aires, LexisNexis Abeledo-Perrot, 2004.
299
del principio, siempre se llegará a una base normativa expresa, ya sea directamente en el ámbito
constitucional o en el legal. 719
19 Asi, p. ej. en la Constitución Española, cuyo artículo 9.3 garantiza, junto al principio de legalidad, el de
seguridad jurídica, mientras la buena fe es consagrada de manera general en el artículo 7 del Código Civil
y de manera específica para la revisión de oficio, en el artículo 106 de la LRJAPyPAC. Sin perjuicio que
la confianza legítima se encuentra expresamente incluida, junto a la buena fe, en el inciso segundo del
artículo 3 de la LRJAPyPAC, entre los principios que debe respetar la Administración en su actuar. Por su
parte, en Alemania, la confianza legítima, que ha sido derivada de la seguridad jurídica, ha sido
consagrada específicamente en materia de anulación de actos administrativos, en el parágrafo 48 de la
VwVfG.
720
Por todos, GARCíA LUENGO, Javier. El principio de protección de la confianza en el Derecho
administrativo. Op. cit., pág. 196.
721
Id., 362 y sgts. En este sentido, el autor citado, a partir de la regulación alemana contenida en el
parágrafo 48 de la VwVftl, plantea que no corresponde otorgar protección a la confianza, no sólo cuando
el acto ha sido obtenido dolosamente, por medios fraudulentos; o cuando ha sido dictado mediando
informaciones incorrectas o incompletas por parte del destinatario; sino también en aquellos casos en los
que el interesado conocía la ilegalidad o si no la conocía era consecuencia de su negligencia manifiesta.
Vale decir, en este último aspecto, se puede apreciar la similitud con el postulado de la buena fe subjetiva.
300
Así se puede constatar, primeramente, en la jurisprudencia de la
CGR en la que no es infrecuente encontrar pronunciamientos que hacen mención del
principio. 722 No obstante, en materia de invalidación no parece posible estimar que el mismo
haya sido objeto de un desarrollo sistemático, sino que más bien su aplicación responde a
pronunciamientos recaídos en situaciones de hecho -en algunos casos- bastante concretos, en las
que la referencia a la protección de la confianza, más bien responde a un criterio de apoyo a los
principios tradicionales de la buena fe y seguridad jurídica y no a un principio específico a partir
del que se puedan deducir consecuencias concretas.
722
Así se aprecia en la jurisprudencia de la CGR, en materias distintas a las aquí tratadas. Por ejemplo
respecto del deber de dictaminar que asiste a aquella, se ha sostenido "la emisión de la jurisprudencia
administrativa permite la elaboración de una doctrina administrativa conformada por un sistema de
precedentes obligatorios y favorece la unidad del sistema normativo mediante su interpretación uniforme y
consistente, donde cada decisión contribuye a orientar otras múltiples decisiones posibles, haciendo que la
regulación aplicable a los entes públicos sea más coherente, íntegra y estable... Asimismo, el sistema
jurídico basado en el precedente administrativo -esto es, la interpretación uniforme de una misma regla
jurídica- permite que la actuación administrativa gane en previsibilidad, esto es, afirma la legítima
expectativa que tienen los ciudadanos de que la Administración tome decisiones que sean armónicas con
los criterios manifestados con anterioridad en situaciones equivalentes." CGR, Dictamen N° 61.817, de
2006. En el mismo sentido, CGR, Dictamen N° 35.397, de 2007.
Igualmente, en materia de contratación, en el contexto de la ley N° 19.886, se ha dictaminado "que las
proyecciones que al respecto efectúe la autoridad que llama a la licitación, son el punto de referencia
oficial que de acuerdo con las Bases aplicables tienen los oferentes para formular sus postulaciones, de
manera que ellos hacen sus posturas y, luego del acto de adjudicación, concurren al respectivo acuerdo de
voluntades, en la confianza legítima de la razonabilidad de la actuación administrativa en el aspecto
seflalado, por lo cual, desde este punto de vista, no podrían resultar afectados con motivo de la situación
planteada." CGR, Dictamen N° 8.617, de 2008.
723
Así, CGR, Dictamen N° 47.532, de 2005, en el que se sostuvo que las sumas percibidas en exceso, a
título de remuneraciones —se pagó como funcionarios directivos en circunstancias que debía ser como
profesionales-, debían ser restituidas —aunque sólo en un 50%- pese a que los destinatarios no habían
tenido participación activa en la configuración del error que devino en el pago ilegal.
724
Frente a un caso bastante particular en el que la situación de hecho se refiere a la delegación ilegal de la
facultad de firmar licencias de conducir, que hace un Alcalde en un funcionario subalterno, pues dicha
facultad no corresponde al Alcalde, sino el Jefe del Departamento de Tránsito, la CGR ha sostenido que
"existe un límite para el efecto de la nulidad, es decir, que su efecto no puede ser retroactivo al tiempo del
perfeccionamiento del acto. Tal restricción encuentra su fundamento en la protección de los particulares,
en el caso en estudio los titulares de los documentos que autorizan para conducir vehículos, que actuaron
015
su ejercicio sosteniéndose que ésta se encuentra limitada por la confianza, buena fe o seguridad
jurídica. 725 Aunque se aprecia que, en muchos casos, ello coincide con situaciones de hecho en
las que la invalidación viene limitada por el legislador. 726
de buena fe en sus respectivas solicitudes y gestiones posteriores y con confianza legítima en el actuar
regular de la Administración, lo que además confirma el principio de seguridad jurídica. La delegación de
atribuciones y facultades que no son propias, que fue lo que ocurrió en la situación en comento, debe surtir
efectos, por lo menos respecto de terceros, hasta el momento que el acto de delegación sea invalidado por
la autoridad competente. Luego, las actuaciones realizadas durante la vigencia de la delegación irregular
son válidas, y producen todas las consecuencias jurídicas pertinentes." CGR, Dictamen N° 54.179, de
2004.
Como se aprecia, la situación es bastante similar a la solución legal para el caso del funcionario inhábil o
del funcionario de hecho, en los que el legislador, en atención a la buena fe de los terceros enteramente
ajenos al acto, sin negar la procedencia de la invalidación, 0pta por mantener los efectos pasados del acto,
privando a la invalidación de efectos ex runc.
725
Así, una situación que puede resultar discutible, por cuanto no se trata de terceros —pese a que así se les
califica- sino de destinatarios directos, está constituida por un concurso público en el que de forma ilegal
se impidió la participación de funcionarios de exclusiva confianza. Frente a esto, la CGR ha optado por
disponer la mantención de los nombramientos y llamar a un nuevo concurso. Así, se ha dictaminado que
ello no tiene mérito suficiente para reconsiderar el dictamen que dispone que se deberá convocar a un
nuevo concurso, no obstante, "debe considerarse la conveniencia de proteger a las personas que han
actuado de buena fe y la de mantener la estabilidad de las situaciones originadas al amparo de actos
irregulares de la Administración, puesto que desconocer los efectos derivados de las mismas, en especial
cuando afectan a terceros, importaría atentar contra el principio básico de seguridad en las relaciones
jurídicas.., los profesionales nombrados para ocupar los cargos concursados, se encuentran desempeñando
sus funciones con la convicción de que los certámenes de la especie, y que sirvieron de sustento a sus
nombramientos, se habrían ajustado a derecho, como tampoco se puede ignorar que las consecuencias que
podrían derivarse de la invalidación de los referidos concursos generarían mayor perjuicio y detrimento
que mantener sus efectos, en especial, teniendo presente que los favorecidos no han tenido intervención
alguna en los vicios que afectaron a los procesos selectivos pertinentes." CGR, Dictamen N° 7.348, de
2008.
726
Ello, sea porque se trata de un vicio formal de menor entidad o sea porque han caducado los derechos
del solicitante de oponerse al acto administrativo. Evidentemente que éstas son situaciones en las que está
involucrado el principio de conservación y la seguridad jurídica y que constituyen situaciones de hecho en
las que se ve involucrada la buena fe o la confianza fundada en la regularidad del acto, pero se trata de
situaciones en las que la mantención del acto o la restricción de los afectos de la invalidación ha sido
establecida directamente por el legislador.
Así, respecto de la primera situación señalada, se ha dictaminado frente a la negativa a invalidar permisos
de construcción extendidos de manera irregular, en los que el vicio consistía en haberse autorizado una
vez que había trascurrido el plazo de vigencia del anteproyecto, se ha dictaminado que la invalidación
"está limitada, entre otras circunstancias, por la existencia de situaciones jurídicas consolidadas de buena
fe, que se han generado sobre la base de la confianza de los particulares en la Administración, puesto que
la seguridad jurídica de tales relaciones posteriores asentadas en esos supuestos ameritan su amparo." En
realidad, como se aprecia, se trata de una situación regulada en el artículo 13 inciso segundo de la LEPA.
CGR, Dictamen N° 16.238, de 2007, similar a éste CGR, Dictamen N°32.357, de 2006.
En el mismo sentido, se ha dictaminado que no procede invalidar un nombramiento, cuyo decreto no ha
sido autorizado mediante la firma del respectivo Secretario Municipal en calidad de ministro de fe, pero
que lleva la firma del alcalde respectivo. CGR, Dictamen N°7.941, de 2006.
302
De esta forma se puede apreciar que, si bien la jurisprudencia de
la CGR parece reconocer que existe un deber de dar protección a la confianza depositada en la
regularidad de un acto administrativo, éste más bien aparece en asociación con los principios de
buena fe y de seguridad jurídica, sin que el órgano de control se pronuncie acerca de un
fundamento normativo a partir del cual sea posible su aplicación en nuestro ordenamiento
jurídico.
303
Sin embargo, distinta es la situación de la doctrina nacional. De
esta forma, con mayor precisión, el principio ha sido postulado específicamente como criterio
corrector frente a los vacíos de la LBPA en materia de invalidación, que permitiría establecer en
qué casos la Administración se encuentra limitada para volver sobre sus propios actos. En este
sentido BERMÚDEZ, 728 en la línea de la doctrina comparada que radica el fundamento en la
seguridad jurídica, aun reconociendo que la CPR no ha consagrado de modo expreso un
principio de protección de la confianza, sostiene que éste podría deducirse desde los principios
constitucionales del Estado de Derecho, contenido en los artículos 5, 6 y 7 de la CPR y de
seguridad jurídica, contenido en el artículo 19 N° 26 de la misma. Agregando que dicho
principio constituye una manifestación en el ámbito administrativo de la doctrina privatista de
los actos propios expresada en la fórmula venire contra factum proprium non valet. 729
"En este orden de ideas —agrega el fallo- no se puede desconocer que un acto administrativo puede generar
derechos subjetivos o situaciones jurídicas e incluso derechos adquiridos para los administrados, que se
encuentran amparados por el ordenamiento jurídico, no pudiendo la Administración invalidarlo por haber
incurrido en un error o por haber cambiado de opinión sobre un aspecto técnico, por lo tanto, debe
soportar las consecuencias que deriven de aquello. Pero para ello, esto es, para dar auxilio al particular
debe estar presente la buena fe, principio que se traduce en que debe mantener una conducta leal y
honesta, pues si ocultó o falseó datos que sirvieron de base a la decisión o indujo a una interpretación
errónea de las normas aplicables al caso, no se encuentra protegido por el ordenamiento jurídico.." CA de
Santiago, Sentencia de 12 de mayo de 2008, "Las Américas Administradora de fondos de Inversiones con
I. Municipalidad de Providencia", Rol N° 3226-08. Considerando 11.
Id., pág. 85 y 86. En cste punto, aunque se advierten notables diferencias entre la posición de este autor
y la doctrina tradicional de la improcedencia de la invalidación administrativa, las que radican
básicamente en la aceptación de la constitucionalidad del poder invalidatorio, de otro lado, se puede
establecer cierta conexión entre ambas doctrinas, aunque sólo en este aspecto específico al reconocer la
vinculación de los limites a la invalidación con el citado principio civilista. Ello, no obstante que la
doctrina tradicional —como se ha expuesto- es mucho más radical. Al respecto puede verse, SOTO
KLOSS, Eduardo. La Ley 19.880, sobre procedimientos administrativos, ¿"Aleluya" o "Misesere". Op.
cit., pág. lOO.
304
que ésta actúa ante meras expectativas y no necesariamente frente a derechos adquiridos.' 30 Es
decir, su ámbito de operatividad alcanza aquellas situaciones que no alcanzan a ser cubiertas por
el derecho de propiedad. Lo que, en nuestro caso, adquiere especial significación si se siguiera
la tesis del alcance restringido de la expresión bienes incorporales que emplea el constituyente al
definir el objeto de protección del artículo 19 N° 24, o si se siguiera que a partir del acto inválido
no se incorporan inmediata y directamente derechos al patrimonio.
aplicación concreta.
° GARCÍA MACHO, Ricardo. Contenido y límites del principio de la confianza legítima: Estudio
sistemático de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia. Op. cit., pág. 456.
" Así lo reconoce, al menos a nivel constitucional, la propia doctrina que postula su recepción en la
materia. En este sentido, BERMIJDEZ SOTO, Jorge. El principio de protección de la confianza legítima
en la actuación de la Administración como límite de la potestad invalidatoria. Op. cit., en su nota 2 a pie
de pág. 84. En el mismo sentido, FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los
órganos de la Administración del Estado. Op. cit., pág. 143. Lo mismo se evidenció en la jurisprudencia
contralora y judicial, en la que salvo un aislado caso (CS, Sentencia de 27 de octubre de 2005, "Chau
Barreda con 1. Municipalidad de Antofagasta", Rol N° 5.202-05), se limita a sostener que existiría un
principio de protección de la confianza, pero no hay mayor desarrollo respecto de su fundamento
normativo en el Derecho nacional.
305
LOCBGAE, las que —como se ha expuesto- no impiden la invalidación, sino que sólo restringen
sus efectos en consideración a la especial situación en la que se encuentra el destinatario del acto
y, en su caso, los terceros.
Respecto de las posibilidades que ofrece el citado principio en esta materia, puede verse MEDINA
ALCOZ, Luis. La responsabilidad patrimonial por acto administrativo. Aproximación a los efectos
resarcitorios de la ilegalidad, la morosidad y la deslealtad desde una revisión general del sistema. Cizur
Menor (Navarra), Thomson Civitas, 2005, págs. 378 y sgts.
En sentido similar, FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la
Administración del Estado. Op. cit., pág. 143.
" Ello, sin perjuicio de su aplicación previa por vía jurisdiccional. Así, corno se ha señalado, en
Alemania ha sido recepcionada en parágrafo 48 de la VwVIU, en materia de anulación. Mientras, en
España, la confianza legítima se encuentra expresamente recogida en el artículo 3.1 de la LRJAPyPAC,
como uno de los principios generales que deben respetar las Administraciones Públicas en su actuación.
Ello, sin perjuicio de lo dicho respecto de la consagración constitucional de la seguridad jurídica, en el
artículo 9.3 de la CE, y de la consagración de la buena fe, en el artículo 106 de la LRJPACyAP, como un
límite específico a las potestades revisoras.
306
No obstante, aun si se siguiera —como propone BERMÚDEZ-, a
partir de la aplicación de los principios que indica, ello, requiere algunas observaciones.
Así, en doctrina comparada, SÁNCHEZ MORÓN, Miguel. Venire contra factum proprium non valci.
Documentación Administrativa. (263-264), mayo-diciembre 2002, pág. 228. En el mismo sentido,
realizando una vinculación con la doctrina inglesa del estoppel, PUIG BUTRAU, José. Estudios de
Derecho comparado. La doctrina de los actos propios. Barcelona, Ediciones Ariel, 1951, pág. 112. En
sentido contrario GARCIA LUENGO, Javier. El principio de protección de la confianza en el Derecho
administrativo. Op. cit., pág. 128 y sgts.
" GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. El principio general de la buena fe en el Derecho administrativo. Op.
cit., págs. 215 y sgts.
8
Sin perjuicio de lo sostenido por GARCÍA LUENGO, en el sentido que "el peligro de la vinculación de
la doctrina de los actos propios es precisamente la aplicación inercial de una jurisprudencia que se basa en
supuestos distintos de los que aporta la protección de la confianza como manifestación de la seguridad
jurídica... —agregando que- es muy distinto intentar la transposición de un principio privado al campo del
Derecho Público sobre la base de las prescripciones constitucionales..." GARCIA LUENGO, Javier. El
principio de protección de la confianza en el Derecho administrativo. Op. cit., en nota 43 a pie de pág.
134.
307
estos términos, la respuesta se vincula precisamente con la doctrina civil que se ha
detenido en la conformación dogmática de esta teoría. 739
739
Entre otros puede verse, PUIG BUTRAU, Jos&. Estudios de Derecho comparado. La doctrina de los
actos propios. Op. cit., págs. 101 y sgts. BORDA, Alejandro. La teoría de los actos propios. 2 ed.
Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1993. DÍEZ-PICAZO, Luis. La doctrina de los propios actos. Un estudio
critico sobre la jurisprudencia del Tribunal Supremo. Barcelona, Bosch, 1963. Entre nosotros, el tema ha
sido tratado por EKDHAL ESCOBAR, María Fernanda. La doctrina de los actos propios. El deber
jurídico de no contrariar conductas propias pasadas. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1989.
Sin perjuicio que se exige además que dicha conducta sea relevante, que se esté ante el ejercicio de una
facultad o de un derecho subjetivo por la persona que invoca la teoría y la identidad de los sujetos que se
vinculan por ambas conductas. En este sentido, BORDA, Alejandro. La teoría de los actos propios. Op.
cit., págs. 67 y sgts.
741
Id., pág. 69.
Ibid.
oponerse actos propios al cumplimiento de dicho principio, por lo que aquella doctrina
queda más bien reducida a los actos discrecionales o no reglados, 743 especialmente si se
considera el deber de la Administración de adecuar sus conductas plenamente al
ordenamiento jurídico.
SÁNCHEZ MORÓN, Miguel. Venire contra factum proprium non valet. Op. cit., pág. 241. En este
sentido, el autor cita una sentencia de 26 de febrero de 2001 del Tribunal Supremo español (Ponente
Rafael Fernández Montalvo), la que es del tenor siguiente: "...Ahora bien, este principio no puede
invocarse para crear, mantener o extender en el ámbito del Derecho público, situaciones contrarias al
ordenamiento jurídico, o cuando el acto precedente resulta una contradicción con el fin o interés tutelado
por una norma jurídica que, por su naturaleza no es susceptible de amparar una conducta discrecional por
la Administración, que suponga el reconocimiento de unos derechos y/u obligaciones que dimanen de
actos propios de la misma. O dicho en otro términos, la doctrina invocada de los 'actos propios', sin la
limitación que acaba de exponerse podría introducir en el ámbito de las relaciones de Derecho público el
principio de autonomía de la voluntad como método ordenador de materias reguladas por normas de
naturaleza imperativa, en las que prevalece el interés público salvaguardado por el principio de legalidad;
principio que resultaría conculcado si se diera validez a una actuación de la Administración contraria al
ordenamiento jurídico por el solo hecho de que así se ha decidido por la Administración o porque
responde a un precedente de ésta."
74'
Aquí nuevamente se puede apreciar la diferencia entre los actos válidos e inválidos. Corno se ha
sostenido, no parece que sea razonable aplicar a éstos los mismos criterios. Es decir, no es lo mismo
sostener la mantención de un acto válido, que de uno inválido. Las consecuencias sobre el sistema
jurídico son evidentemente distintas.
La seguridad de que los preceptos legales que por mandato de la Constitución regulen o complementen
las garantías que ésta establece o que las limiten en los casos en que ella lo autoriza, no podrán afectar los
derechos en su esencia, ni imponer condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio.
309
sentido que el principio de seguridad jurídica no tiene un contenido acotado. Lo anterior, pues
efectivamente dicho artículo recoge uno de los aspectos de la seguridad jurídica —que la esencia
de los derechos no será afectada por legislador-, 746 pero no parece posible sostener que éste
consagre la seguridad jurídica, con la variedad contenidos que a éste se asignan, entre los que se
encontraría la confianza legítima. Salvo que se estimase que, por el hecho de que el citado
artículo consagra uno de los aspectos de la seguridad jurídica, por extensión se han garantizado
todos los demás. Lo que sería muy dificil de sostener, sin forzar la interpretación del texto
constitucional.
746
En este scntido, puede verse CEA EGAÑA, José Luis. Tratado de la Constitución de 1980.
Características generales, garantías constitucionales. Op. cit. En el mismo sentido, respecto a este
específico punto FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos. La potestad invalidatoria de los órganos de la
Administración del Estado. Op. cit., pág. 142.
Un problema similar se ha planteado en Francia a propósito del fundamento normativo del principio en
el Derecho interno. En este sentido, señala MODERNE, se le ha pretendido encontrar en el antiguo texto
del artículo 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y del ciudadano, del que se ha deducido otros
principios, como el de separación de poderes, "...pero eso no autoriza a conferirle automáticamente las
mismas virtudes en lo que concierne al principio de confianza legítima. Que uno de los elementos
constitutivos del principio de seguridad jurídica haya sido promovido al rango constitucional no significa
que, por extensión capilar, los demás elementos se beneficien de la misma promoción. De ser así, hace
largo tiempo la discusión referente a la constitucionalidad del principio de seguridad juridica estaría
cerrada, por la norma de la no-retroactividad del derecho penal (artículo 8 de la Declaración de 1789)."
MODERNE, Franck. Principios generales del Derecho público. Op. cit., pág. 275.
310
obstáculo para desprender que éste viene consagrado, a través de sus presupuestos o principios,
en el Capítulo 1 de la CPR, de las Bases de la Institucionalidad y especialmente en sus artículos 6
y 7. Así por lo demás, se dejó constancia en las actas de la sesión en la que se discutió el
artículo 6 de la CPR. 748
Al respecto, el Comisionado Ovalle expresó lo siguiente: "No soy enemigo de declarar que Chile
garantiza el Estado de Derecho o que Chile es un Estado de Derecho, pero me parece pernicioso hacerlo,
porque lo que se debe hacer es establecer los mecanismos necesarios para que, respetados y cumplidos, el
resultado sea un Estado de Derecho, por cuanto el Estado de Derecho no se proclama, se vive en la medida
en que se consagran mecanismos que lo aseguren." De esta forma, el acuerdo unánime entre los
comisionados fue consagrar los presupuestos del Estado de Derecho y no su consagración expresa. Puede
verse Actas de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, Sesión 47, pág. 26. En el mismo
sentido, en doctrina puede verse PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Manual de Derecho Constitucional.
Tomo 1. Op. cit., págs. 220 y sgts. CEA EGANA, José Luis. Tratado de la Constitución de 1980.
Características generales, garantías constitucionales. Op. cit., págs. 79 y sgts.
TC, Sentencia de 10 de febrero de 1995, Rol 207-95, Considerando 67. En idéntico sentido, TC,
Sentencia de 1 de julio de 2008, Rol 946-07, Considerando 31; y TC, Sentencia de 10 de julio de 2008,
Rol 968-07, Considerando 31.
311
Por otro lado, respecto del contenido del Estado de
Derecho. En lo que aquí interesa, el TC establece una conexión directa no sólo entre la
seguridad jurídica y aquél, sino también de la protección de la confianza. Es decir, esta
última —sin perjuicio de su vinculación con la seguridad jurídica- se encontraría inserta
en el Estado de Derecho garantizado constitucionalmente.
312
de actos administrativos, los que deben ser emitidos con apego estricto a los supuestos
de hecho considerados para ello y respetando las condiciones impuestas por la
Constitución y las normas dictadas conforme a ésta, sino que además se proyecta sobre
la existencia posterior del acto.
314
7. El legislador ha establecido límites y restricciones a la potestad invalidatoria en
consideración a la protección de la buena fe y a la seguridad jurídica de quienes podrían
verse afectados con su ejercicio.
10. A partir de un acto viciado se puede llegar a adquirir un derecho, pero no de forma
contraría al ordenamiento jurídico. Así, mientras no sea declarada la invalidez del acto,
éste produce sus efectos normalmente habilitando al destinatario para consolidar el
derecho en su patrimonio mediante la prescripción. Pero ello no alcanza a constituirse
en un límite a la potestad invalidatoria, pues antes habrá operado el plazo de caducidad.
11. Para dar estabilidad a las situaciones que no alcanzan a ser cubiertas por la protección
constitucional del dominio, una alternativa plausible en Chile consiste en la aplicación
del principio de protección de la confianza, con fundamento normativo en las normas
constitucionales que concretan el Estado de Derecho. Sin embargo su aplicación
concreta requiere de un desarrollo legislativo que defina con claridad sus alcances
respecto de la potestad invalidatoria.
315
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334
Índice:
Dedicatoria . 1.
Agradecimientos...................................................................................................2.
Abreviaturas..........................................................................................................3.
Abreviaturas . ..................... . .... .. ..... . ........... . ................................ ... ..................... . .... . ...... 3
INTRODUCCIÓN . .............. . ........................................... . .......... . .... ... ... . .... . ..... . .............. ..5
CAPÍTULO PRELIMINAR: Precisiones conceptuales y sistematización.. ...................... 8
1. Invalidación y revocación. Sus diferencias conceptuales. ........................................ 9
1.1. La cuestión en la doctrina. .............. . ............. . ..... . ......................... .................... .9
1.2. La cuestión en el Derecho positivo chileno. .................................................... 14
1.3. La distinción en la LBPA ............ . ........... . ..... . ..... . .......... . .......... . ......... . ...... . ..... 17
1.4. Algunas referencias comparadas .............................. . ..... .... ............ . ................. 27
1.4.1. El Derecho europeo continental..... .... .. ................ . ................................... 27
1.4.2. El Derecho inglés. ..................................................... . ............................ ..34
1.4.3. Los Derechos latinoamericanos. .............................................................. 38
1.5. Síntesis. ............... . ............................................ .. ........................ . ..................... 44
CAPITULO 1: Fundamento de la invalidación administrativa. ............ ... ... . ....... . ............ 45
Autotutela y poderes exorbitantes.. ....................................... . ..................... . ............ 46
1.1. Planteamiento general.. .......... .. ..... . ..... . ............................................................ 46
1.2. Invalidación y poderes exorbitantes .......... . ..... . ................................................ 48
1.3. La autotutela. Su configuración conceptual en la doctrina comparada ........ . ... 52
1.3.1. Explicación unitaria en la doctrina española e italiana.. .......... . ............... 52
1.32. Distinción entre autotutela declarativa y autotutela ejecutiva.................. 57
1.3.3. La autotutela y su relación con la doctrina de los poderes exorbitantes. .64
1.3.4. Autotutela declarativa y autocontrol administrativo. .................. . ............ 66
1.4. Autotutela y jurisdicción ...... . .................................... .. .......... . .... . ... . ................. 68
1.4.1. Autotutela declarativa y función jurisdiccional. Sus diferencias
conceptuales . ......... . ....................... . ..... . .................. . .... . ...... . ................................. . ... 68
1.4.2. La autotutela administrativa y su articulación con el control judicial ..... 74
1.5. Autotutela administrativa, fines, intereses y potestades públicas... ................. 76
1.6. Autotutela y relación jurídico administrativa ...................... . .... . ................. . ..... 83
2. Autotutela en el Derecho chileno ............................................................ . ................ 92
2.1. Autotutela e invalidación en la discusión doctrinal. ........................................ 92
2.2. Autotutela e invalidación en la jurisprudencia judicial.................................. 103
2.3. Síntesis crítica del panorama doctrinal. .............. . .... . ..... . ... .. ......... .. ........... . ... 107
2.4 Reconfiguración de la autotutela en el sistema constitucional chileno................... 112
2.4.1. Planteamiento .................................. . ........................ . .... . .......................... 112
2.4.2. Sistema constitucional de apoderamientos. ............................................. . ... 114
2.4,3. La Administración en el sistema constitucional........................................... 115
2.4.4. Autotutela administrativa e igualdad ante la ley. ......................................... 1 26
2.4.5. Autotutela administrativa y jurisdicción................................................ 131
335
2.4.5.1. Autotutela, función administrativa y función jurisdiccional ...... . ..... . ... . ..... 1 32
2.4.5.2. Articulación entre autotutela y función jurisdiccional. ............................. 142
CAPITULO II: La potestad invalidatoria en el sistema legal chileno. ........... . .............. 144
Antecedentes. La invalidación y el sistema legal de revisión de actos
administrativos.... .................. . ..... . ..... . ............................................................................ 145
.1. Revisión en vía de recurso. ........................................................................ . ... 145
1.2. Revisión de los actos administrativos en la LBPA. ....................................... 148
1.3. La invalidación y su relación con la revisión en vía de recurso..................... 150
2. Casos específicos de invalidación en el Derecho chileno...................................... 152
2.1. Invalidación del acto de nombramiento de funcionario inhábil..................... 153
2.2. Invalidación del acto de otorgamiento de licencias médicas. . ....................... 166
2.3. Invalidación del acto de otorgamiento de beneficios previsionales ...... . ....... . 168
3. La invalidación en la LBPA ... . ............ . .... . ............................................................. 172
M. Ambito de aplicación de la invalidación regulada en la LBPA. .................... 1 72
3.1.1. Aplicación orgánica y funcional. .................... .. ..................................... 1 72
3.1.2. Supletoriedad de la LBPA ................................................................... ... 179
3.2. ¿Potestad reglada o discrecional 9 ...................... . .... . ....................................... 181
3,3. Autoridad facultada para invalidar.. ............................. . ................................. 184
3.3.1. Organo emisor del acto................. ............................ . ............................ 185
3.3.2. La competencia del superior jerárquico.... .......... . .................................. 188
3.3.3. La potestad invalidatoria y la Contraloría General de la República . ..... 191
3.4. El procedimiento invalidatorio ............................... . ....................................... 194
3.4.1. Procedimiento invalidatorio como procedimiento administrativo... ...... 194
3.4.2. Iniciación del procedimiento invalidatorio. ............. ... . .................. . ....... 195
3.4.2.1. Iniciación de oficio.. ...... . ............................................. . .................. 196
3.4.2.2. A petición de parte.. ..................................................... . ................. 198
3.4.3. Audiencia de los afectados ...................... . ............................................. . 200
3.4.4. Terminación del procedimiento. .............................................. . ........... .. 203
3.5. La causal. Vicios invalidantes e irregularidades no invalidantes.. .......... . ...... 204
3.5.1. Vicios invalidantes. ................. ... ............. . ..... . ........................................ 204
3.5.2. Irregularidades no invalidantes. ....... . ............................. . .... ... . ............... 207
3.5.2.1. Formalidades no esenciales.... ...... . ................................................. 208V
3.5.2.2. Vicio falta de imparcialidad...... ........... .. .......... . ..... . ....................... 212
3.5.3. Invalidez parcial. ................ . .................................................. . ....... . ........ 218
3.6. Plazo de ejercicio de la potestad. ...... . ..... .. ..... . ...... . .......... . .... . .... .. .... . ............. 221
3.7. Eficacia temporal del acto invalidatono. ........................ . ..................... . ........ 239
3.7.1. Planteamiento ........................... . ...... .. ..... . ...... . ....... . ....................... . ........ 239
3.7.2. Aspectos que debe considerar la solución ... . ........... . .............................. 243
3.7.3. El efecto ex tunc de la invalidación ......................... . ......... . .................... 251
3.8. Impugnación del acto que se pronuncia sobre la invalidación ............... . ...... . 256
CAPÍTULO III: Límites a la potestad invalidatoria. ......... . .......................................... 260
El derecho de propiedad como límite frente al acto invalidatono. ......... . .............. 261
1 .1. Posiciones doctrinales y sus alcances respecto de la invalidación................. 261
336
1.1.1. Los derechos adquiridos, un supuesto límite a la potestad invalidatoria.
261
1.1.2. Los bienes incorporales como objeto de protección constitucional.......268
1.2. La patrimonialidad de los derechos y su incidencia en la invalidación.. .... ...271
1.3. Los aportes de la jurisprudencia ............................... . ............................. . ..... ..275
1.4. Posibilidad de adquirir derechos a partir de un acto viciado. ...... . ......... . ....... 278
2. La protección de la buena fe y la potestad invalidatoria. ....................................... 286
2.1. La buena fe y la estabilidad de las situaciones emanadas del acto inválido. .286
2.2. Manifestaciones legislativas del principio de protección de la buena fe frente a
lapotestad invalidatoria. .............................. . .... . ...... . ............ . ............... . .... . ..... . ....... ..288
2.3. La protección de la buena fe frente a otros casos de invalidación. ................ 292
3. La seguridad jurídica y la potestad invalidatoria. Especial referencia a la protección
de la confianza legítima como un supuesto límite a la invalidación .......................... . ... 295
3.1. Seguridad jurídica, confianza legítima y estabilidad de las situaciones
producidas a partir del acto irregular. ............. .. ..... . ................. . ..................... . ........... 295
3.2. La confianza legítima y la potestad invalidatoria en Chile. ........................... 300
CONCLUSIONES . ................................................................................................... 314
BIBLIOGRAFÍA. ......... .. .... . ...... . ..... . ..... . ..... . ..... .. ..... . ..... . ..... . ......... .. ..... . .............. ... . ..... 316
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232. 1. De Gregori, G. Lobos, S. Lobos, H. Pinochet, M. Potin-Gautier, M. Astruc.
"Comparative Study of Copper rarid Selenium pollutants in agricultural ecosysterns from
Valparaiso region, Chile". Environ Technol 21(2000) pp. 307-316.
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