Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
No hay que buscar el origen de las microalgas preguntándonos cómo han entrado en
nuestro acuario. Siempre han estado, están y estarán presentes en nuestro acuario
en forma de esporas, esperando una oportunidad para proliferar en forma de plaga.
Es sorprendente su capacidad de adaptación y la diversidad de medios en los que son
capaces de vivir.
Son muchas las clasificaciones existentes sobre las algas. La razón es porque son muy
difíciles de clasificar e incluso algunas están entre el reino animal y el vegetal. Para
simplificar las cosas, la clasificación más sencilla y útil para nosotros las divide en
dos tipos: "Las Buenas y Las Malas".
Generalmente las que nos causarán problemas serán las del tipo Cyanophyta y
Phaephyta. Las Phaephyta son las algas dioatomeas marrones. Su aparición se debe
a una iluminación deficiente y a la existencia de silicatos en el agua. Son las más
fáciles de combatir.
Los fosfatos utilizan la misma "puerta" de entrada y son también generados dentro
del acuario al ser producto del metabolismo de nuestros animales.
Y los Nitratos, son el producto final del ciclo del nitrógeno (Amoniaco -> Nitritos ->
Nitratos), y también suelen venir en cantidades muy significativas en el suministro
de agua potable. La sobrealimentación, los detritus, la superpoblación del acuario,
cambios parciales de agua insuficientes, skimmer deficiente etc... aumentan los
nutrientes para las algas y por tanto las probabilidades de que tengamos problemas.
Según lo anterior, una de las principales vías de entrada de nutrientes para las algas,
puede ser el suministro de agua potable. En algunos países, las empresas
suministradoras de agua tienen la obligación de hacer públicos los análisis químicos
y biológicos del agua destinada a consumo humano. Lamentablemente en España y
otros muchos países, salvo muy raras excepciones, los resultados de estos análisis
suelen ser un secreto bastante bien guardado por estas empresas.
Deberemos también tener en cuenta que nuestra agua potable puede estar sujeta a
grandes variaciones en cuanto a su calidad durante las distintas épocas del año, o
incluso de años secos a años lluviosos.
Es obvio que muchas de las medidas que deberemos tomar irán encaminadas al
control de estos nutrientes. Las causas que puedan estar motivando la aparición de
algas son muy numerosas. Es suficiente que alguna de estas causas se dé sola o en
combinación con otras para que suframos esta plaga. Podemos pasarnos horas y
horas limpiando y sifonando algas del acuario hasta dejarlo impecable. También
podríamos usar un antibiótico o un producto milagroso que las erradique. Pero
debemos tener la absoluta certeza de que volverán a aparecer y con mayor fuerza
que antes.
La clave no reside en combatir las algas. Lo que debemos combatir son las causas
que hacen que aparezcan.
1.- Skimmer:
2.- Iluminación:
Un acuario marino debe tener muchos menos peces que uno de agua dulce y
menor número aún si es de arrecife. La razón es que la demanda de oxígeno en
un acuario de agua salada es mayor que en uno de agua dulce. Si además se
desean mantener invertebrados, la mayoría de ellos son extraordinariamente
sensibles a la calidad del agua. La sobrealimentación y la superpoblación en el
acuario generará muchos más desechos orgánicos y por lo tanto mayor
cantidad de nutrientes para las algas filamentosas. Hay recomendaciones muy
dispares sobre el número de peces a introducir en el acuario. Lo que es obvio es
que no deberemos introducir nuevos ejemplares mientras tengamos problemas
de aparición de algas, e incluso deberíamos reducir su número hasta tener el
problema bajo control. Deberemos reducir la cantidad alimentos líquidos para
invertebrados que usemos.
Una de las acciones que más nos ayudará para deshacernos de las algas
filamentosas, será aumentar la frecuencia de los cambios parciales de agua. De
hecho, cambiar entre un 15% o un 20% del agua cada tres o cuatro días
eliminando mecánicamente todas las algas que podamos y sifonando las algas
eliminadas nos librará del problema al menos momentáneamente. Deben así
mismo limpiarse los filtros mecánicos después de cada operación.
Ayuda también hacer una limpieza general del acuario moviendo la roca viva y
sifonando en aquellos lugares donde generalmente no se alcanza. Si la grava
está muy afectada, puede ser sacada del acuario y cepillada en agua vieja (agua
sacada del mismo acuario). La roca viva asimismo puede ser limpiada usando
un cepillo de dientes. Una limpieza del filtro biológico, también con agua vieja,
eliminará el detritus que esté allí acumulado, sobre todo si no tenemos
filtración mecánica del agua que va al filtro. Todos los restos de algas que
queden dentro del acuario, se descompondrán liberando los nutrientes que
contiene el alga, favoreciendo así la aparición de nuevas cepas de algas
filamentosas.
El agua del grifo suele ser una de las principales vías de entrada de nutrientes
para las algas. El agua utilizada para los cambios parciales debería ser de
ósmosis o en su defecto trataremos el agua del grifo con resinas que eliminen
los fosfatos, silicatos y nitratos que contenga, para evitar la entrada de nuevos
nutrientes. Después deberemos hacer agua de mar con una sal de buena
calidad habiendo usado un acondicionador para el cloro y metales pesados.
Los nitratos no deben ser problema siempre que hagamos cambios parciales
frecuentes con agua de buena calidad o tratada previamente.
8.- Carbón activo y sales marinas:
Una buena circulación del agua por el acuario así como el movimiento de la
capa superficial, ayudará a la oxigenación y conseguirá muchos de los
beneficios ya mencionados anteriormente. Lo ideal es el uso de bombas que de
manera alterna entren en funcionamiento imitando el vaivén de las olas del
mar y a las corrientes generadas por la acción de las mareas.
Para finalizar, cada una de las acciones que hagamos además de ir encaminada
a la erradicación de las algas filamentosas, repercutirá en una mejor calidad
del agua de nuestro acuario. No debemos pensar en los 12 factores anteriores
de forma aislada. Más bien, deberíamos actuar de forma global ya que una
gran parte de esos factores están muy íntimamente ligados.
"En los acuarios las cosas buenas ocurren despacio y los desastres con
rapidez".
colaboraciones@drpez.com