Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Cathy Fourez
1. “Le bourreau qui jouit, le martyr qui sanglote”, en la Parte VI del poe-
ma “Le voyage” [Baudelaire, 1857].
2. “Une oasis d’horreur dans un désert d’ennui”, en Charles Baudelaire,
citado por Roberto Bolaño [2004:9].
Cathy Fourez
88
Subversiones. Memoria social y género. Ataduras y reflexiones
2666, de Roberto Bolaño…
89
Cathy Fourez
90
Subversiones. Memoria social y género. Ataduras y reflexiones
2666, de Roberto Bolaño…
Lo cual, por cierto, no estaba tan mal, porque en Tijuana, por lo menos, son las fo-
tografías las que terminan cada año en los contenedores de basura y no las señoritas,
como en Ciudad Juárez, la otra maquilópolis, donde doscientas mil personas traba-
jan en las naves industriales y cientos de obreras han sido violadas y asesinadas cuan-
do van o salen de las fábricas y los espermatozoides las secuestran [Yépez, 2005:92].
Por la noche aparecen los que no tienen nada o menos que nada. [...] Hablan una
jerga difícil de entender. [...] Los habitantes nocturnos de El Chile son escasos.
Su esperanza de vida, breve. Mueren a lo sumo a los siete meses de transitar por
el basurero. Sus hábitos alimenticios y su vida sexual son un misterio. Es probable
que hayan olvidado comer y coger. O que la comida y el sexo para ellos ya sea otra
cosa, inalcanzable, inexpresable, algo que queda fuera de la acción y la verbali-
zación. Todos sin excepción, están enfermos. Sacarle la ropa a un cadáver de El
Chile equivale a despellejarlo. La población permanece estable: nunca son menos
de tres, nunca son más de veinte [Bolaño, 2004:466-467].
Parecería que se hubiera operado una simbiosis mortífera entre los ha-
bitantes nocturnos del detritus y el entorno indecible e hiperbólico en su
91
Cathy Fourez
deterioro. Una epidemia mortal que emana de los miasmas de los residuos,
contamina a los residentes, les quita sus necesidades fisiológicas y físicas,
haciendo de ellos unos espectros efímeros, pero en continua reproducción
de la vida enferma y enloquecida. Ese pandemonio les infecta la palabra in-
teligible, es decir, la que extrae nuestro ser, nuestra historia y les niega la
manifestación de toda sensibilidad, de toda emoción. Del basurero no se
destaca ninguna emisión y recepción de signos humanos o humanizadores.
Paradójicamente, la expresión no tiene lugar en el sitio de la expulsión, dado
que todo lo que sale no es de lo vivo sino de lo inorgánico; no sale de la luz,
sino de la oscuridad.
Detrás de las noches del basurero El Chile, se encuentran quizá todas las
complicidades del silencio, un silencio que no sería más que el refugio de to-
dos los ruidos, de todos los gritos, un silencio cada vez más precario, más sór-
dido, “la simultaneidad neutra de todos los sonidos”, según la expresión de
Jorge Portilla, una afonía cacofónica de los estados más miserables de nuestro
mundo actual. Permanecen allí demasiados fantasmas, demasiados solitarios,
en un lugar que da la impresión de haber llegado al final de las noches con
hombres sin alma ni sombra, al final de todo lo que nos puede ocurrir. Así,
el basurero, más allá de la inmundicia, como una fuerza maléfica y magnética
también imanta a la bestia que puede ser el hombre. En la periferia de la urbe
va engullendo los baldíos aledaños, arrastrando en su carrera desenfrenada y
devoradora tanto los restos materiales como los cuerpos violados, contusio-
nados, acuchillados, degollados, quemados, de la muerta anónima, de Ana,
Emilia, Olga, Marta,4 y de una más, de otras más, de demasiadas más... Tienen
una tumba cavada en el olvido generalizado del “pudridero inerte” [Bola-
ño, 2004:592] cuyos objetos huecos y cadáveres amputados hacen eco a las
inconclusas conclusiones repetidas de los expedientes forenses y policiales
transcritas por la voz narrativa: “Los crímenes se quedan sin aclarar... El ex-
pediente se ve archivado sin pesquisa previa... Nadie reclama al cadáver... No
identificado, se entrega a los alumnos de la Facultad de Medicina...”
La amnesia que remata las investigaciones remite al lugar impropio que
constituye el basurero que, infecundo y vacío de pertenencia, acoge en sus
ruinas cuerpos sin nombre propio, sin el nombre que determina la diferen-
92
Subversiones. Memoria social y género. Ataduras y reflexiones
2666, de Roberto Bolaño…
93
Cathy Fourez
5. Como lo indican los diferentes informes forenses en “La parte de los crímenes” [Bolaño, 2004:443-791].
6. “La souillure est l’arrêt de la vie”[Kristeva, 1980:101].
7. La forma verbal “zopilotear”, en México, equivale a “comer con verocidad” [Morínigo, 1996:729].
8. Versículo 13: “Y miré, y oí un águila volando por en medio del cielo, dando grandes voces: ¡Ay, ay,
ay de los que habitan en la Tierra, a causa de lo que va a suceder cuando hablen las trompetas que faltan,
que los tres ángeles están a punto de tocar!” [Barclay, 2006:26].
94
Subversiones. Memoria social y género. Ataduras y reflexiones
2666, de Roberto Bolaño…
Tuvieron la certeza de que la ciudad crecía a cada segundo. Vieron, en los extre-
mos de Santa Teresa, bandadas de auras negras, vigilantes, caminando por po-
treros yermos, pájaros que aquí llamaban gallinazos y también zopilotes y que
no eran sino buitres pequeños y carroñeros. Donde había auras, comentaron, no
había otros pájaros. Bebieron tequila y cervezas y comieron tacos en la terraza
panorámica de un motel en la carretera de Santa Teresa a Caborca. El cielo, al
atardecer, parecía una flor carnívora [Bolaño, 2004:171-172].
95
Cathy Fourez
12. “Les monstres existent mais ils sont trop peu nombreux pour être vraiment dangereux; ceux qui
sont plus dangereux, ce sont les hommes ordinaires” [Levi, 1947:262].
96
Subversiones. Memoria social y género. Ataduras y reflexiones
2666, de Roberto Bolaño…
97
Cathy Fourez
acto de lo real más allá de todo simulacro, de toda trivialización; sobre todo,
cuando la literatura habla la lengua del expulsado y la del que sufre; cuando
saca la lengua desollada y revela la inconclusión del significado; cuando expresa
el cataclismo de lo cotidiano y la abyecta crueldad.
En Santa Teresa, la mujer asesinada se transforma en un conjunto de signos
en los que lo imposible se hace real y su desaparición, sus tormentos son una
réplica del holocausto. La noción de “mujer” en esta urbe ficticia se confunde
con la concepción antisemita del judío, es decir, un objeto a la vez de pavor,
repulsión y fascinación, un objeto de envidia y de repugnancia, una conjun-
ción de atracción y de detritus que borra la frontera entre sujeto y objeto. El
silbido sofocante del viento norteño, la tierra yerma y polvorienta del desierto,
la materia corrupta y podrida del basurero pregonan en la novela de Bolaño,
la “ex-pulsión” de la mujer del territorio vital, y anuncian su “im-pulsión” en la
“in-existencia” y su transformación en objeto de abominación. Semejante con-
cepción lleva a validar el principio de que haya una “dialéctica de conversión”
(para reproducir la formulación de Bertolini),16 que haya una “reificación” del
ser humano, una derelicción que confluye hacia lo insostenible. En dicha pers-
pectiva, la mujer asesinada en Santa Teresa simboliza el desecho del desecho o
el desecho último, sin duda, portavoz de muerte terrorífica, al que se asocian
imágenes de “fin del mundo”, de “apocalipsis”, que retumba en el título de la
novela, 2666, cuyo triple seis evoca el imperio de la Bestia y aparece, como se
sabe, en el Apocalipsis de san Juan. Pero este apocalipsis en la ficción de Bo-
laño, por más que estalle en un estado llamado “Sonora”, recibe como única
respuesta el silencio corrupto de la justicia estatal y federal, el reflejo vampírico
de la podredumbre y la desolación, un tiempo vencido y sin resolución. Por
tanto, lo que se destaca de la novela en cuanto al retrato que nos ofrece del
feminicidio en la actualidad de Ciudad Juárez, es lo que el filósofo alemán
Günther Anders [1960:87, 88] llama “un apocalipsis desnudo”, es decir, “un
concepto de apocalipsis que consiste en un simple fin del Mundo que no im-
plica la apertura de una situación positiva”17 por la perpetuación del fenómeno
y por la voluntad de impedir el esclarecimiento de los crímenes.
16. Gérard Bertolini, el economista francés especialista en rudologie, la ciencia de los detritus.
17. “Une apocalypse nue”, un concept d’apocalypse qui consiste en une simple fin du monde n’im-
pliquant pas l’ouverture d’une situation positive” [1960:87, 88].
98
Subversiones. Memoria social y género. Ataduras y reflexiones
2666, de Roberto Bolaño…
18. Comentario del periodista y novelista mexicano Sergio Gónzalez Rodríguez [2007].
19. “Les mots rôdent dans nos corps et agissent sur nos viscères”, comentario de Hubert Colas,
autor, director y escenógrafo, acerca de Hamlet, durante la representación de la obra en Le Théâtre du
Nord, Lille, Francia, temporada 2006-2007.
99
Cathy Fourez
como la metáfora del Mal, sino que se levanta como la estela que escribe que
estas muertas no murieron por entero, que fueron procreadas por el desmi-
gajamiento o la ausencia de jurisdicciones independientes y de la igualdad de
los ciudadanos frente al Derecho.
Ante el silencio del reconocimiento de la víctima, se ahonda el alarido
del cuerpo hecho detritus; una huella insoportable, inaceptable pero cuya
lectura permite, tal vez, evaluar el lugar de la muerte en la vida y, por tanto,
evaluar nuestra humanidad y la inhumanidad de los victimarios. Desde el
lugar de los escombros, Roberto Bolaño [2004:265] va construyendo una
memoria del delito que expresa el desmoronamiento de la civilización, la
ruina de la razón, “toda la orfandad del mundo, fragmentos, fragmentos”,
que cuestiona al hombre: ¿dónde está?, ¿en qué se diferencia de la bestia?,
¿en qué es peor que la bestia?
Bibliografía
Anders, Günther
1960 Le temps de la fin, París, Éditions de L’Herne (2007).
Barclay, William
2006 “Tomo 17. El Apocalipsis (II)”, en Comentario al Nuevo Testamento, Barce-
lona, Clie, p. 26.
Barthes, Roland
1984 Le bruissement de la langue, París, Éditions du Seuil.
Bataille, Georges
1957 La littérature et le mal, París, Gallimard (Folio/Essais).
1967 La part maudite, París, Les Éditions de Minuit.
Baudelaire, Charles
1857 Les Fleurs du Mal, París, Gallimard (Folio) (2004).
Baudrillard, Jean
1970 La société de consommation, París, Denoël (Folio/Essais).
Bertolini, Gérard
2002 Art et déchet, Le déchet, matière d’artistes, París, Aprede/Le Polygraphe.
Bolaño, Roberto
2004 2666, Barcelona, Anagrama.
100
Subversiones. Memoria social y género. Ataduras y reflexiones
2666, de Roberto Bolaño…
101
Cathy Fourez
Kristeva, Julia
1988 Étrangers à nous-mêmes, París, Librairie Arthème Fayard (Folio/Essais).
1980 Pouvoirs de l’horreur, París, Seuil.
1999 Le déchet, le rebut, le rien, Actes du Colloque de l’Université Jean Moulin à
Lyon les 20 et 21 juin 1997, Jean-Claude Beaune (dir.), Seyssel, Champ Vallon.
Levi, Primo
1987 Si c’est un homme, París, Julliard (e. o. 1947).
Lhuillier, Dominique; Cochin, Yann
1999 Des déchets et des hommes, Sociologie clinique, París, Desclèe de Brouwer.
Melgar, Lucía
2008 “No (safe) haven. El feminicidio en Ciudad Juárez”, en Seminario Internacio-
nal: Migrations, frontières et interculturalité: Passage(s) et métamorphose(s),
Maison Européenne des Sciences de l’Homme Nord-Pas de Calais (meshs)-
Centre d’Etudes en Civilisations, Langues et Lettres Etrangères (Cecille, EA
4074)-Université Charles de Gaulle-Lille 3, 20-22 de marzo de 2008.
Morínigo, Marcos A.
1996 Diccionario del español de América, Madrid, Anaya y Mario Muchnik.
Orwell, Georges
1991 1984, París, Gallimard (e. o. 1948).
Revueltas, José
1943 El luto humano, México, Era (1980).
Sofsky, Wolfgang
1998 Traité de la violence, París, Gallimard.
Sontag, Susan
2004 Ante el dolor de los demás, Madrid, Santillana Ediciones.
Washington Valdez, Diana
2005 Cosecha de mujeres, México, Océano.
Welzer, Harlad
2005 Les exécuteurs. Des hommes normaux aux meurtriers de masse, París: Galli-
mard/Essais (2007).
Wieviorka, Michel
2004 La violence, París, Balland.
Yépez, Heriberto
2005 A.B.U.R.T.O., México, Sudamericana Narrativas, Mondadori.
102