Sei sulla pagina 1di 59

Programa Nacional Amartya Sen

"300 jóvenes y 26 universidades


por un desarrollo con ética"
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

GUIA DE LECTURA

El presente documento se propone realizar una aproximación conceptual a distintas temáticas en la visión

avanzada del desarrollo, con eje en la ética, y la responsabilidad, para ser desarrolladas con mayor detalle a lo

largo del curso de formación del PAS.

La visión propuesta tiene la más plena actualidad dada la crisis actual del sistema económico mundial, y sus

impactos en América Latina y Argentina. Los déficits éticos actuales son señalados unánimemente como

causales centrales de la crisis, y su enfrentamiento aparece como base imprescindible para enfrentarla.

En las próximas páginas se hace referencia a trabajos de diversos autores que plantearon análisis sobre los

problemas sociales y las implicancias de las organizaciones que conforman el sistema social.

Como cierre del presente documento se plantea una actividad práctica para desarrollar en forma individual por

los participantes del Programa Amartya Sen.

2 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

ÍNDICE
1. Ética y economía. Contexto Social………. ...................................................................................... 4

1.1. Las relaciones entre ética y economía ..........................................................................................................4

1.2. La crisis económica americana y mundial. La incidencia de los factores éticos............................................7

2. Temas claves de la agenda de un ética para el desarrollo.......................................................... 12

2.1. Desarrollo Técnico y Desarrollo Humano ................................................................................................... 12

2.2. Desarrollo sostenible .................................................................................................................................. 15

2.3. El capital social y la cultura ......................................................................................................................... 17

2.4. Cambio climático ........................................................................................................................................ 20

2.5. Cambio climático, Impacto en la Argentina ............................................................................................... 22

2.6. Consumo responsable ................................................................................................................................ 28

3. Nuevas disciplinas del pensamiento organizacional .................................................................. 30

3.1. La gerencia social ........................................................................................................................................ 30

3.2. La Responsabilidad social de la empresa privada ...................................................................................... 32

3.3. La empresa social ....................................................................................................................................... 37

4. Economía Social y Desarrollo Local…….. .................................................................................... 39

4.1. La otra economía ........................................................................................................................................ 39

4.2. Finanzas para la Economía Social ............................................................................................................... 47

5. El rol de la Universidad………………….. .................................................................................... 53

5.1. Responsabilidad Social Universitaria .......................................................................................................... 53

5.2. El voluntariado............................................................................................................................................ 56

Anexo

Actividad pràctica .............................................................................................................................................. 58

3 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

INTRODUCCIÓN CONCEPTUAL

1) Ética y economía. Contexto Social


1.1 Las relaciones entre ética y economía 1

La ética cuenta
Hay una sed de ética en América Latina. La opinión pública reclama en las encuestas y por todos los canales

posibles comportamientos éticos en los líderes de todas las áreas, y que temas cruciales como el diseño de las

políticas económicas y sociales y la asignación de recursos sean orientados por criterios éticos.

Contrariamente a ese sentir, las visiones económicas predominantes en la región tienden a desvincular ética

y economía. Sugieren que son dos mundos diferentes con sus propias leyes, y que la ética es un tema para el

reino del espíritu. Este tipo de concepción que margina los valores morales parece haber sido una de las causas

centrales del “vacío ético” en el que se han precipitado diversas sociedades latinoamericanas. La idea de que los

valores no importan mayormente en la vía económica práctica ha facilitado la instalación de prácticas corruptas

que han causado enormes daños. El papa Juan Pablo II ha encabezado el cuestionamiento de la supuesta

dicotomía entre ética y economía. Ha señalado repetidamente que es imprescindible volver a analizar la relación

entre ambas, y que la ética no sólo no es ajena a la economía sino que debería orientarla y regularla. Así, entre

otros aspectos el Papa exige un “código ético para la globalización.”

Esta discusión está lejos de ser teórica. Tiene sustanciales efectos prácticos. La ética incide todos los días en

la economía.

Lo que una sociedad hace respecto de los valores éticos puede tener importancia decisiva en su economía.

En contra, como en los casos de Enron, Collor de Mello, Fujimori, la grave crisis de corrupción en la Argentina

de los años noventa y otros ejemplos similares, o a favor. Si una sociedad cultiva sistemáticamente sus valores

éticos, cosecha resultados. Noruega, por ejemplo, es el número uno —en los últimos tres años— entre 180 países

del mundo en la tabla de Desarrollo Humano de la ONU. Una economía potente, con altísimo desarrollo social y

sin corrupción. Esa sociedad trata por todos los medios de mantener muy altos estándares éticos. Así está

analizando continuamente y con autocrítica sus responsabilidades como país desarrollado hacia el mundo en

1
Extracto de : “Más ética, más desarrollo” de Bernardo Kliksberg. Editorial Temas. 19va edición

4 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

pobreza, y su gobierno impulsa una discusión ética permanente sobre los desafíos éticos de la sociedad en las

escuelas. Los valores éticos anticorrupción y pro igualdad, solidaridad y cooperación que ha puesto en marcha

son esenciales en sus logros económico-sociales. Esos valores son cultivados cuidadosamente en el sistema

educativo en todos sus niveles y a través de ejemplos de los líderes.

Es imprescindible en una América Latina agobiada por grados agudos de pobreza y desigualdad (casi uno

de cada dos latinoamericanos es pobre, la pobreza es más elevada que en 1980, la desigualdad es la mayor del

planeta) recuperar la estrecha relación que debería haber entre valores éticos y comportamientos económicos.

Ello significa poner en el centro de la agenda pública temas como la coherencia de las políticas económicas con

los valores éticos, la responsabilidad social de la empresa privada, la eticidad en la función pública, el

fortalecimiento de las organizaciones voluntarias, y el desarrollo de la solidaridad en general. Todos los actores

sociales deberían colaborar para que la ética volviera, tanto para erradicar la corrupción como para motivar

actitudes positivas.

Es fundamental al respecto el papel que puede jugar la educación en todos sus ámbitos y particularmente en

las universidades. Las nuevas generaciones de profesionales deben ser preparadas a fondo en sus

responsabilidades éticas. Ello es crucial en áreas decisivas para el desarrollo, como las de gerentes, contadores,

economistas y otras profesiones afines. Así, entre otros aspectos, los especialistas en ciencias gerenciales

deberían ser formados para impulsar un avance en las prácticas de responsabilidad social empresarial, muy

limitadas en las realidades latinoamericana y nacional (como lo indica, entre otros, un estudio reciente de IDEA

de la Argentina, Tercer Sector, junio 2003)2. Los contadores deberían velar por la protección de los intereses de la

comunidad garantizando confiabilidad y transparencia total en la información tanto en el área pública como

privada. Los economistas deberían contribuir en la generación de una economía que enfrente las tremendas

exclusiones actuales, como la pauperización de los niños (60% de éstos en América Latina son pobres), la

destrucción de familias por la pobreza y el desempleo (una de cada cinco en toda la región), la marginación de

los jóvenes (su tasa de desocupación duplica en la región y en la Argentina las elevadas tasas promedio), las que

derivan de las discriminaciones de género, del maltrato a las edades mayores, a las minorías indígenas, a los

discapacitados, y otras.

2
El estudio realizado en doce empresas de primera línea recoge entre las afirmaciones de los mismos entrevistados, según indica la revista Tercer
Sector, que “no se está en presencia de un cambio de paradigma en cuanto al rol que tienen las empresas en el desarrollo de la sociedad y que las
prácticas socialmente responsables no atienden las expectativas y demandas del conjunto de los actores sociales.”

5 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz (2003) formula agudas sugerencias respecto de la necesidad de

una ética para economistas. Dice que es imprescindible que una profesión tan influyente tenga definitivamente

regulaciones éticas, y que un código de ética razonable debería incluir inicialmente por lo menos tres principios.

Primero, no recomendar a los líderes públicos de los países en desarrollo teorías no probadas por la realidad;

segundo, no decirles que hay una sola alternativa; y tercero, ser sensibles a los efectos de sus recomendaciones

sobre los sectores desfavorecidos y transparentar los costos que van a pagar dichos sectores por ellas.

¿Cómo llevar a la práctica la educación ética en estos campos donde está siendo reclamada por las

sociedades latinoamericanas? No se trata simplemente de agregar a las carreras una materia que habla sobre

ética, sino de ir mucho más allá. Transversalizar la enseñanza de la ética, hacer discutir en cada una de las

asignaturas los dilemas éticos concretos vinculados con sus contenidos, que surgen de la realidad. Al mismo

tiempo, generar cátedras especializadas en temas como ética y economía, capital social y las nuevas ideas sobre

responsabilidad social de la empresa privada (tema en el que la universidad latinoamericana está altamente

atrasada). Por otra parte, sería importante acompañar la enseñanza con experiencias de campo. Una posibilidad

importante al respecto es la voluntarización. Los estudiantes avanzados de administración, contaduría,

economía y otras áreas afines podrían hacer grandes aportes como voluntarios a los programas con poblaciones

pobres orientados al desarrollo de sus capacidades productivas. Podrían apoyarlas técnicamente, entre otros

aspectos, en elaborar proyectos, generar microempresas y pequeñas empresas, obtener acceso al crédito, armar

modalidades cooperativas de acción, recuperar empresas y otros campos similares. Esas acciones voluntarias les

permitirían hacer un útil aporte y fortalecerían su potencial ético. Esas experiencias podrían vincularse

estrechamente con diversas materias y formar parte de ellas, guiadas y tutoreadas por su personal docente.

La ética importa. Los valores éticos predominantes en una sociedad influyen a diario en aspectos vitales del

funcionamiento de su economía. Eludir esa relación, como ha sucedido en la América Latina de las últimas

décadas, significa crear el terreno propicio para que ese vacío de discusión ética favorezca que se desplieguen

sin sanción social los valores antiéticos que encabeza la corrupción y continúan el egoísmo exacerbado, la

insolidaridad y la insensibilidad frente al sufrimiento de tantos. El corrupto no sólo daña por lo que roba a la

sociedad, sino por el mensaje que transmite: todo para mí, no me interesan los demás, no tengo problemas de

conciencia, lo único importante es enriquecerse. Es hora de contestar definitivamente a ese mensaje,

reivindicando los valores raigales de nuestra cultura que vienen de los textos bíblicos y de las civilizaciones

6 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

originarias de América Latina. Ellos proclaman que el destino del ser humano es el amor, la solidaridad, la paz,

la superación de todo orden de discriminaciones, el abrir a todos oportunidades para desarrollar su potencial.

Un incisivo periodista americano escribió, frente al caso Enron, que los altos ejecutivos corrompidos

conocían bien los Diez Mandamientos, pero que en realidad los tomaron como “las diez sugerencias.” Algo

parecido ha sucedido en América Latina. Los valores morales fueron degradados, marginados, excluidos. Es

hora de recuperarlos para la toma de decisiones cotidiana; son los únicos que pueden garantizar la América

Latina soñada. La educación en general y la universidad en particular pueden jugar un papel esencial en este

proceso a través de todos sus integrantes. La urgencia es máxima. Hay demasiado agobio y exclusión en esta

región y en este país, y la sed de ética aumenta a diario.

1.2 La crisis económica americana y mundial. La incidencia de los


factores éticos3

Causas éticas de la crisis


Los indicadores no dejan lugar a dudas. Han quedado atrás los discursos racionalizadores que planteaban

que se estaba ante una etapa más del ciclo económico, o un fenómeno similar a la crisis del sudeste asiático, o la

de México de inicios de los 80'.

Las cifras son las peores desde la finalización de la segunda guerra mundial. El Banco Mundial, y el FMI

están revisando sus evaluaciones hacia la baja. Se estima que en 2009 el producto bruto mundial se contraerá

entre 0,5 y un 1,5%. En Estados Unidos caería 2,6%, en la zona del euro 3,2%, en Japón 5,8%. El crecimiento de

China caería de un 11 % anual, a un 6%. Es la mayor crisis de los últimos 80 años.

La economía americana destruyó en enero y febrero de 2009, diariamente 23.000 puestos de trabajo. Perdió

2.000.000 de empleos en 2008, y en los dos primeros meses de 2009, otros 1.200.000. La tasa de desocupación se

disparó al 8,1%. La tasa de desocupación inglesa era a fin de enero de 2009, del 6,5%, la mayor desde 1997. En

Francia se preveía una caída del producto bruto en 2009, de 1,5%, y la pérdida de 300.000 empleos. La

producción industrial fue en enero 2009, un 14% menor a un año antes. En Alemania, las exportaciones cayeron

en un 20% en enero 2009, respecto a un año atrás.

3
Extracto de: “Una agenda renovada de responsabilidad social empresarial para America Latina en la era de la crisis” de Bernardo Kliksberg, en “RSE y
Trabajo Decente en la Argentina” – Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

7 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

En España la desocupación llegaba a final de 2008 a 13,8%. En Irlanda el desempleo sería a fin de 2009 del

14% (4,3% en 2006).

¿Cómo se desplomó la economía americana, la mayor del mundo, arrastrando en su caída a las principales

economías mundiales? Las burbujas de los subprimes, y de los derivativos, y otros productos financieros sin

bases reales desempeñaron un papel crítico en la crisis. Se ha estimado que el volumen de la industria de

derivativos tóxicos es por lo menos cinco veces mayor al de las hipotecas tóxicas.

¿Cómo pudieron desarrollarse durante años estas burbujas que pusieron en riesgo los ahorros de la gran

mayoría de los americanos y de las bolsas mundiales? ¿Qué factores las posibilitaron y propiciaron?

Hubo varios déficits éticos de gran envergadura que incidieron en la situación.

Una economía de mercado sin valores éticos puede ser portadora de altísimos riesgos, como visionariamente

lo había percibido Adam Smith cuando en sus textos fundantes (The Theory of Moral Sentiments, 1759)

enfatizaba la imprescindibilidad de que el mercado estuviera basado en valores éticos como "prudencia,

humanidad, justicia, generosidad, y espíritu público".

Primera falla ética: el Estado abandonó su misión de proteger el interés colectivo en campos

estratégicos
La política pública en Estados Unidos, en la presidencia anterior, desreguló activamente el mercado

parafinanciero y debilitó severamente las instituciones regulatorias existentes. En nombre del "fundamentalismo

de mercado" como lo llamó el Presidente de Francia, Sarkozy, se dejó a la "autorregulación" de los actores

económicos un mercado tan delicado y clave como el parafinanciero. Uno de los orientadores de esas políticas,

Alan Greenspan (The Week, 2008) declaró al ser interpelado en el Congreso americano sobre los desastrosos

resultados producidos al desregular "estoy en estado de estupor. Creímos que las instituciones financieras se

auto regularían para proteger sus intereses, y los de los accionistas, y no lo hicieron... todo el edificio intelectual

que construimos se ha venido abajo".

El debilitamiento en extremo de la capacidad regulatoria del Estado tuvo entre sus expresiones límites el

hecho de que la SEC fue incapaz de procesar las denuncias documentadas, que desde 1990 se venían haciendo

sobre el caso Madoff.

Juan Somavia, director de la OIT (2009) resume con precisión la situación: "La visión ideológica de la

economía que sostiene que la desregulación siempre es la mejor política, nos ha llevado a los problemas del

8 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

sistema financiero. Esta visión sobrevaloró el mercado, infravaloró el papel del Estado y devaluó la dignidad del

trabajo".

Segunda falla ética: la conducta de los altos ejecutivos financieros.


El caso AIG fue sólo la punta del iceberg. Culminaron conductas similares consecuentes. La desregulación

salvaje creó un clima de "incentivos perversos".

Era posible llevar adelante casi en impunidad lo que el Presidente Obama ha llamado "una codicia

desenfrenada".

Los altos niveles gerenciales de diversas empresas financieras de gran peso las llevaron a situaciones de

altísimo riesgo sistemático para favorecer la maximización de ganancias a corto plazo, dado que sus "paquetes"

estaban ligados a los beneficios inmediatos de las empresas. Las intoxicaron de activos dudosos, que incidían en

los balances aparentes, aún cuando el futuro fuera totalmente dudoso.

Fue la acusación del Congreso en sus interpelaciones contra Richard Fuld presidente de Lehman Brothers,

que llevó a la quiebra a una empresa de 160 años de existencia. El presidente de la Comisión respectiva del

Congreso, Henry Waxman, le mostró que había cobrado en los últimos años 500 millones de dólares. Además

que se había cubierto, por si lo despedían con un "paracaídas de oro", una cláusula en su contrato que en ese

caso obligaba a la empresa a pagar le 65 millones de dólares. Le preguntó: "¿es esto juego limpio?". Nicholas

Cristoff Premio Pulitzer, tituló su columna en el New York Times dedicada a Fuld "Se necesita ejecutivo, 17.000

dólares por hora, no se necesita ser competente". Su remuneración era 2.000 veces el salario mínimo (8,25 la

hora), que ganaban amplios sectores.

También la que se le hizo a John Tayhn presidente de Merrill Lynch, que ya habiendo sido su empresa

absorbida por otra, con dinero del Estado, anticipó el pago de bonos por 4.000 millones a los altos ejecutivos.

Asimismo en plena crisis hizo redecorar su oficina por 1.200.000 dólares incluyendo una alfombra por 87.000

dólares y una cómoda de 35.000 dólares.

Además estas conductas del alto nivel corporativo mostraron una total insensibilidad a la posible ira de los

ciudadanos. Uno de los tantos casos de manifestación de esta "campana de cristal" fue la comparecencia de los

presidentes de las tres grandes empresas automotores al Congreso para pedir desesperadamente un rescate

multimillonario. Se les preguntó en primer término, como habían viajado de Detroit a Washington. Indicaron

que en avión privado.

9 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Se les mostró que el costo de ese viaje en el que pedían ayuda masiva del contribuyente era 60 veces el que

hubieran tenido comprando un pasaje business.

En la ira popular contra AIG se estuvo cuestionando todo un estilo de cultura corporativa que era el

antimodelo de la idea de responsabilidad social empresaria.

Reflejando los sentimientos ciudadanos el Presidente Obama (16 de marzo de 2009) denunció a las

corporaciones que "usan el dinero de los contribuyentes para pagar sus remuneraciones, comprar cortinados de

lujo, o desparecer en aviones privados". Calificó los pagos de cerca de 20.000 millones de dólares en bonos a

fines de 2008 a altos ejecutivos de empresas de Wall Street fracasadas como "ultrajantes", ya los pagos de AIG

como "el colmo de la irresponsabilidad".

Tercera falla ética: los sesgos de las agencias calificadoras de riesgos.


Las agencias son claves para los inversores. Califican los bonos y papeles emitidos por las corporaciones y

los bancos para obtener recursos de los inversores. El Congreso americano las interpeló y enjuició severamente

por su pésimo trabajo en los años de las burbujas. David Segal (New York Times, 18/3/09) describe así su

operatoria: "Pusieron su sello de aprobación en incontables subprimes y valores vinculados que ahora se

describen como tóxicos. El problema, señalan los críticos, consistía en que eran pagadas por las corporaciones

cuya deuda debían graduar, percibían millones en honorarios y tenían un incentivo financiero en dar altas notas

a valores que no lo merecían. Por lo menos 10 grandes compañías que quebraron o fueron rescatadas en el

último año tenían calificación para la inversión. Era lo mismo que dar a pacientes con enfermedades mortales

certificados de salud total. Moody' s calificó la deuda de Lehman Brothers con A2, días antes de que se

presentara a quiebra, y le dio a la deuda no asegurada de AIG, un rating de A3, más alto aún que A2, una

semana antes de que el Gobierno se viera obligado a tomar la compañía en septiembre pasado".

Los vacíos éticos en las políticas públicas y la cultura corporativa amoral, que hoy la opinión pública en

Estados Unidos y el mundo desarrollado sanciona severamente, exigiendo sanciones y cambios de fondo,

causaron daños profundos a vastos sectores del planeta. Lo sintetizó el presidente de la Comisión de Medios del

Congreso americano, Charles Rangel (22/3/09): "Los sueños fueron hechos añicos, y las casas se han perdido,

porque un reducido grupo de ejecutivos se hallaban motivados por codicia en lugar de preservar el sistema del

que América y el mundo dependen".

10 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Contar con un "trabajo decente", el gran derecho que debería asistir a todo ser humano como lo plantea la

OIT, se ha transformado para muchos en inalcanzable. La OIT estima que el número de desocupados puede

aumentar en 2009 en 50 millones. La crisis que primero fue financiera y luego se transformó en económica, se

está convirtiendo rápidamente en humanitaria.

Nueva York tiene el record de personas viviendo en las calles de los últimos 30 años, el número de personas

que piden estampillas de alimentación para poder comer (50.000) es el mayor en años, muchas personas en los

Estados Unidos han dejado de comprar medicamentos indispensables porque no cuentan con los medios, la

pobreza ha aumentado severamente a nivel mundial, se suceden los estallidos sociales y caen gobiernos enteros.

Hay un clamor por cambios. Hacia el centro de ellos se plantean, junto a grandes planes de reactivación, un

rol regulatorio serio y activo de las políticas públicas, y la revisión de la cultura corporativa.

11 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

2) Temas claves de la agenda de una ética para el desarrollo


4
2.1 Desarrollo Técnico y Desarrollo Humano

Hay dos conceptos de desarrollo. El concepto que fue usual durante muchos años era la idea de que el

desarrollo tecno-científico, económico, basta para remolcar, como una locomotora, los vagones de todo el tren

del desarrollo humano, es decir: libertad, democracia, autonomía, moralidad. Pero, lo que se ve hoy día, es que

es un hecho que estos tipos de desarrollo han traído muchas veces subdesarrollos mentales, psíquicos y morales.

Es evidente que el problema fundamental es el desarrollo humano, que debe ser un concepto

multidimensional. Hay un concepto promedio, el concepto enmendado del desarrollo únicamente técnico. Fue

en cambio la idea del desarrollo sostenible, la que introdujo la idea del porvenir del planeta, del porvenir de los

seres humanos, y también la necesidad de la salvaguardia vital de los humanos, que es una consideración ética.

Pero, debemos ver, ante todo eso que resulta del desarrollo técnico-económico. Muchas veces fue el

individualismo, en el sentido de pérdida de las solidaridades tradicionales; el egocentrismo, que también

destruye y olvida las solidaridades, y que se consagra únicamente a su propio interés; la pérdida de muchas

aptitudes polivalentes del ser humano por la hiperespecialización de cada persona, la pérdida de muchas

facultades por la adaptación y para enfrentar su destino.

Se puede decir también que un cierto tipo de alfabetización no consistió solamente en el hecho de enseñar el

lenguaje, de enseñar cultura, sino se caracterizó también por el hecho de rechazar, de despreciar culturas orales

multimilenarias, que no sólo tenían supersticiones, sino que también saberes y sabidurías.

En este desarrollo, tal como podemos verlo en los países llamados desarrollados (o más desarrollados), hay

la disminución del sentido de la responsabilidad personal, y hay muchas más cuestiones contraproducentes,

como lo decía hace treinta años Ivan Illich, en todos los sectores: la polución urbana, la burocratización de las

actividades, la hiper-especialización de la medicina que olvida las personas, todos los defectos, y enfermedades

de la vida cotidiana.

Pienso que la incapacidad profunda de estos tipos de desarrollo es que están basados únicamente en la

cuantificación, el cálculo, y consideran el bienestar humano únicamente en términos cuantitativos y

monetarizados. No se ven los problemas de las calidades de vida, y la calidad misma de la vida, que escapan a la

cuantificación. Sabemos, por ejemplo, que un tipo tradicional antiguo de agricultura familiar polivalente era una

4
Extracto de ” Estamos en un Titanic” de Edgar Morin. Disponible en: www.pensamientocomplejo.com.ar

12 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

economía que permitía subsistir con un pequeño sector monetarizado para los intercambios. ¡Es una vida menos

fea que la vida de una persona que se encuentra sin dinero en las villas miserias, callampas o favelas, en un

mundo totalmente monetarizado!

Podemos decir entonces que el desarrollo, en el sentido únicamente técnico y económico, provoca la

agravación de las dos pobrezas – la pobreza material para tantos excluidos, y también una pobreza del alma y de

la psiquis. Desarrollo humano significa entonces integración, la combinación, el diálogo permanente entre los

procesos tecno-económicos y las afirmaciones del desarrollo humano, que contienen, en sí mismas, las ideas

éticas de solidaridad y de responsabilidad. Es decir que hay que pensar de nuevo el desarrollo para

humanizarlo. ¿Cómo integrar la ética? No se puede hacer una inyección de ética como se hace una inyección de

vitaminas en un cuerpo enfermo. El problema de la ética es que debe encontrarse en el centro mismo de este

desarrollo.

La cuestión de la técnica es muy bien conocida. La polivalencia de la técnica desde la prehistoria, donde la

posibilidad de hacer instrumentos para el trabajo daba al mismo tiempo la posibilidad de hacer armas para

matar. Pero hoy día el desarrollo de las máquinas, de la técnica, no es únicamente un desarrollo que tiene la

posibilidad de domesticar las energías físicas y de la naturaleza al servicio de los humanos; es también un

desarrollo que ha domesticado los humanos al servicio de las máquinas –es decir, a obedecer a la lógica de las

máquinas, que es la hiper-especialización, la cronometrización, y el mecanicismo o determinismo mecanicista.

Hay hoy día en nuestras sociedades una mentalidad adaptada muy bien para controlar y para conocer las

máquinas artificiales, pero que no sirve para controlar y para conocer los seres humanos. Porque los

conocimientos que se basan únicamente en la cuantificación y el cálculo no pueden conocer lo que significa la

vida, es decir la pasión, el amor, el sufrimiento, todos los rasgos subjetivos de la Humanidad. La objetividad

cuantitativa no conoce lo real, conoce sólo la parte superficial de lo real.

Si además vemos ciencia, técnica, economía y beneficios como los cuatro poderosos motores del porvenir

humano, hoy día vemos también que no hay tampoco la regulación económica necesaria, sobre todo en el

mercado mundial actual que se ha desarrollado desde los años noventa. Hay la lógica de la rentabilidad, es una

lógica que produce las poluciones tan comunes, y que constituyen un peligro para todo el planeta. La única gran

profecía de Karl Marx fue la idea que la mercancía va a reemplazar todas las relaciones humanas. Hoy día no

son únicamente las relaciones humanas, las relaciones biológicas también, porque los genes –la vida misma– se

han convertido en mercancías, en algo que se puede vender; se puede hacer de los genes una propiedad privada.

13 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Si vemos todos estos problemas, podemos decir que estamos en un Titanic planetario, con su «cuatrimotor»

técnico, científico, económico y de beneficios, pero no controlado éticamente y políticamente. ¿dónde encontrar

posibilidades de esta regulaciones y controles ético y político? Pienso que las fuentes pueden encontrarse en la

segunda hélice de la mundialización; abandono la metáfora del cuatrimotor para tomar una nueva metáfora la

de una doble hélice.

La primera hélice –muy conocida– es la hélice que impulsó la mundialización comenzada a fines del siglo

XV, con la conquista de América. Un proceso que continuó con la colonización, con la esclavitud, con la

conquista, con el lucro. Es el fenómeno de la dominación. Y, al mismo tiempo, hay una segunda mundialización,

que le es antagónica y también inseparable. La segunda mundialización empieza con Bartolomé de Las Casas,

quien afirmó que los indios de las Américas tenían una personalidad humana, cosa que era negada por los

teólogos católicos españoles. Se continuó con Montaigne, que decía que otras civilizaciones aparte de la

occidental tienen sus valores. Se continuó con las ideas nacidas en el mundo mismo de la opresión, que fue el

Occidente europeo: ideas de las libertades personales; las ideas universalistas y humanistas, que llevaron a la

abolición de la esclavitud; los procesos de promoción de los derechos de los hombres y mujeres; los procesos de

descolonización; la difusión de la democracia; y hoy en día la conciencia ecológica, es decir, de una comunidad

de destino humano y del planeta.

Esta segunda mundialización tiene en sí misma una fuerza, un motor de responsabilidad y de solidaridad.

Es la conciencia también y el sentido de la comunidad de destino: comunidad de destino planetario –evidente–,

pero también de continentes. Tenemos una comunidad europea. Se debe discutir, se debe desarrollar el sentido

de la comunidad de destino latinoamericano. Esto es la conciencia, porque no se pueden adelantar las cosas sin

la inteligencia y la conciencia que pueden introducir la ética y la política, los partidos políticos y el pensamiento

político, en el desarrollo mismo. No hay que subordinar más el desarrollo humano al desarrollo económico;

debemos invertir esto y subordinar el desarrollo económico al desarrollo humano. Ese me parece es el papel

ético fundamental. No debemos ser simples objetos en este Titanic sin piloto, sino que debemos cambiar y ser

sujetos de la aventura humana.

14 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

2.2 Desarrollo sostenible5

El desarrollo sostenible procura satisfacer las necesidades del presente sin hipotecar las de las generaciones

venideras. Debemos hallar un medio de solucionar los problemas sociales y medioambientales de hoy y

aprender a vivir de manera sostenible.

¿Qué es el desarrollo sostenible y cómo puede lograrse?

¿A qué llamamos exactamente desarrollo sostenible y cómo puede alcanzarse? Veamos algunos ejemplos

concretos de lo que cabe hacer:

- Fomentar la paz

En el decenio de 1990 se produjo un aumento de los conflictos tanto en África y América del Sur, como en

Asia y Europa. La guerra es un estado de violación extrema de los derechos humanos, en particular el derecho a

la vida, y de profunda desorganización en el país, que aniquila todo progreso social y económico. Sin paz, no

será posible ningún modelo de desarrollo. Por ello, fomentar la paz es también trabajar en pro del desarrollo

sostenible.

- Luchar contra el calentamiento del planeta

5
Información relevada del programa La educación para el desarrollo sostenible de UNESCO. Más información en: http://www.unesco.org/es/education-
for-sustainable-development/

15 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Expertos de todo el mundo estudian las causas y consecuencias de las emisiones de gas con efecto

invernadero, que se encuentran en el origen del calentamiento global del planeta. La comunidad internacional se

ha movilizado para hacer frente a este problema.

Se han adoptado medidas para preservar el planeta de las repercusiones negativas del calentamiento

mundial causado por la contaminación del aire (transporte, fábricas y centrales nucleares), entre ellas el cambio

climático, el aumento de los niveles del mar y la modificación de las corrientes marinas. Debemos, pues,

proteger el planeta a fin de transmitir un patrimonio sostenible a las generaciones futuras.

- Reducir las desigualdades entre el Norte y el Sur y luchar contra la pobreza

Un importador del Norte organiza un circuito de compra y distribución de café producido por agricultores

del Sur en un entorno preservado.

Estos agricultores venden su producción a un precio justo, lo que les permite cubrir los costos de producción

y vivir dignamente. Estamos hablando del comercio justo, que contribuye a reducir la pobreza.

- Luchar contra la marginación de las mujeres y las niñas

En el Sur, la alfabetización de las mujeres y la asistencia de las niñas a la escuela garantiza el bienestar de sus

familias: los niños están mejor nutridos, cuidados y, por lo menos, cursan el ciclo completo de enseñanza

primaria. Las madres pueden contribuir entonces a los ingresos familiares mediante actividades económicas y

participan plenamente en la vida de la comunidad. La alfabetización de adultos o la escolarización de los niños

permiten a todos y cada uno beneficiarse de su derecho a la educación.

- El desarrollo sostenible implica una visión diferente del mundo

El desarrollo sostenible, concepto en constante evolución, es por tanto la voluntad de mejorar la calidad de

vida de todos, incluida la de las futuras generaciones, mediante la conciliación del crecimiento económico, el

desarrollo social y la protección del medio ambiente.

Como bien ilustran los ejemplos anteriores, la mejora de la calidad de vida se concreta de forma diferente de

un continente a otro, de una nación a otra, y de un país a otro. Sin embargo, ningún continente, gobierno,

institución o persona pueden por sí solos alcanzar este objetivo, por cuanto la índole de las dificultades que han

de superarse requiere a la vez un compromiso internacional, colectivo e individual.

16 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Para mejorar nuestra calidad de vida es preciso cambiar nuestro aprendizaje. Tal y como destaca el Director

General de la UNESCO Koichiro Matsuura: “La educación, en todas sus formas y todos sus niveles, no es sólo

un fin en sí mismo, sino también uno de los instrumentos más poderosos con que contamos para inducir los

cambios necesarios para lograr un desarrollo sostenible.”

2.3 El capital social y la cultura6

Existen cuatro formas básicas de capital:

- Capital Natural, constituido por la dotación de recursos naturales con que cuenta un país.

- Capital Construido, generado por el ser humano que incluye diversas formas de capital

(infraestructura, bienes de capital, financiero, comercial, etc.).

- Capital Humano, determinado por los grados de nutrición, salud y educación de su población.

- Capital Social, descubrimiento reciente de las ciencias del desarrollo.

El Capital Social abarca por lo menos cuatro dimensiones:

- El grado de confianza existente entre los actores sociales de una sociedad

- Su capacidad de asociatividad

- La conciencia cívica

- Los valores éticos predominantes en una sociedad

Estos elementos son evidenciadores de la riqueza y fortaleza del tejido social interno de una sociedad. La

confianza, por ejemplo, actúa como un “ahorrador de conflictos potenciales” porque limita el “pleitismo”. Las

actitudes positivas en materia de comportamiento cívico, que van desde cuidar los espacios públicos hasta el

pago de los impuestos, contribuyen al bienestar general. La existencia de altos niveles de asociacionismo indica

que es una sociedad con capacidades de actuar cooperativamente, armar redes, concertaciones, sinergias de todo

orden a su interior.

6
Extracto de: “Más ética, más desarrollo” de Bernardo Kliksberg. Editorial Temas. 19va edición

17 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

El capital social se expresa en formas muy concretas:

- El voluntariado

- La responsabilidad social empresarial

- El aumento de la participación ciudadana

- El fortalecimiento de las organizaciones de los pobres, abriéndoles oportunidades productivas

y ayudándolas a capacitarse.

Entre los factores en los que se expresa la densidad de capital social se hallan las estructuras sociales más

horizontales, el número de asociaciones culturales, los índices de participación ciudadana y los de lectura de

diarios.

Cuanto más denso es el tejido social, mayor será la participación y presión ciudadana por un

funcionamiento eficiente de los servicios básicos, dado que es más posible obtener resultados exitosos en

comunidades civilmente comprometidas.

Una combinación de políticas públicas transparentes –libres de toda corrupción, con gerencia de primera

calidad, que garanticen a toda la población, como corresponde en una sociedad democrática, sus derechos a la

alimentación, la salud, la educación y el trabajo- y un capital social movilizado a pleno que las complemente

puede desencadenar círculos virtuosos en el país y la región.

Se ha instalado una potente área de análisis en vertiginoso crecimiento que gira en derredor de la idea de

capital social. Uno de los focos de esa área es el reexamen de las relaciones entre la CULTURA y el

DESARROLLO. Hay múltiples aspectos en la cultura de cada pueblo que pueden favorecer a su desarrollo

económico y social; es preciso descubrirlos, potenciarlos y apoyarse en ellos y hacer esto con seriedad significa

replantear la agenda del desarrollo de una manera que a la postre resultará más eficaz, porque tomará en cuenta

potencialidades de la realidad que son de su esencia y, que hasta ahora, han sido generalmente ignoradas.

Diversos componentes no visibles del funcionamiento cotidiano de una sociedad, que tienen que ver con la

situación del tejido social básico, inciden silenciosamente en las posibilidades de crecimiento y desarrollo.

La cultura cruza todas las dimensiones del capital social de una sociedad. La cultura subyace tras los

componentes básicos considerados capital social, como la confianza, el comportamiento cívico y el grado de

asociativismo. Como lo caracteriza el informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la UNESCO

(1996): “la cultura es maneras de vivir juntos…moldea nuestro pensamiento, nuestra imagen y nuestro

comportamiento. La cultura engloba valores, percepciones, imágenes, formas de expresión y de comunicación y

18 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

muchísimos otros aspectos que definen la identidad de las personas y las naciones”. Las interrelaciones entre

cultura y desarrollo son de todo orden y asombra la escasa atención que se les ha prestado.

En el centro del capital social se hallan múltiples elementos del campo de la cultura. Arizpe (2007) destaca:

“La teoría y la política del desarrollo deben incorporar conceptos de cooperación, confianza, etnicidad,

identidad, comunidad y amistad, ya que estos elementos constituyen el tejido social en que se basan la política y

la economía”.

La cultura es el ámbito básico donde una sociedad genera valores y los transmite generacionalmente. Son

notables, al respecto, los resultados alcanzados por sociedades que han cultivado consistentemente el

voluntarismo en las nuevas generaciones. El cultivo de los valores a través de la cultura y la participación,

desde los primero años, en actividades voluntarias y en tareas comunitarias tiene un peso considerable en la

adquisición de compromisos cívicos en las edades adultas.

Las áreas económica, política y social están inextricablemente ligadas. Lo que suceda en cada una de ellas

va a condicionar severamente las otras. La visión puramente economicista del desarrollo puede tropezar, en

cualquier momento, con bloqueos muy serios que surgen de las otras áreas y así se ha dado en la realidad.

En la visión convencional se suponía que, al alcanzar tasas significativas de crecimiento económico, éste se

“derramaría” hacia los sectores más desfavorecidos y los sacaría de la pobreza. El crecimiento sería, al mismo

tiempo, desarrollo social. Las experiencias concretas han indicado que las relaciones entre desarrollo económico

y social son de carácter mucho más complejo. Para que el crecimiento signifique bienestar colectivo, debe haber

simultáneamente desarrollo social.

El desarrollo social fortalece el capital humano, potencia el capital social y genera estabilidad política, bases

esenciales para un crecimiento sano y sostenido.

Capital social y cultura pueden ser palancas formidables de desarrollo si se crean las condiciones adecuadas.

La idea de capital social abre nuevas vías a la interpretación de las causas de las frustraciones de América

Latina en las últimas dos décadas y al mismo tiempo enriquece la posibilidad de buscar soluciones reales. La

propuesta no es reemplazar la visión economicista ortodoxa del desarrollo por el enfoque del capital social. Es

marchar hacia un modelo de desarrollo integrado. En el abordaje ortodoxo sólo se pone énfasis en dos formas de

capital: el capital natural y el capital construido. Con dificultades, la economía convencional fue aceptando en

las últimas décadas la existencia de una tercera forma de capital, el humano. La noción de capital social no

19 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

excluye ninguno de los tres anteriores, sino se plantea como otra forma de capital que hay que sumar a ellos

para captar la real dinámica del desarrollo. Los cuatro son necesarios para el desarrollo.

Las insuficiencias del modelo de desarrollo latinoamericano en las últimas décadas aparecen fuertemente

vinculadas entre los aspectos básicos a los pronunciados deterioros en los capitales humano y social. Así

ejemplificándolo, en el primer caso la brecha en educación entre la región y los países de desarrollo alto y

mediano creció pronunciadamente, mientras que en lo relativo al capital social, las altísimas desigualdades

características de la región, atentaron contra el desarrollo de la confianza, y la conciencia cívica. Un modelo sólo

centrado en las formas clásicas de capital, unidimensional, generó resultados muy precarios.

La inclusión de las cuatro formas de capital, y su complementación continua en circuitos virtuosos, crea la

posibilidad de un modelo de desarrollo integrado, que ha sido la base de las economías más exitosas de las

últimas décadas.

2.4 Cambio Climático7

Rajendra Pachauri, presidente del panel de la ONU sobre cambio climático, enfatizó, al recibir el Premio

Nobel de la Paz 2007, que debía prestarse especial atención a “los impactos del cambio climático sobre las

comunidades más pobres del mundo, porque pueden ser extremadamente desestabilizantes”. Otro Nobel de la

Paz, el arzobispo Desmond Tutu, denunció que se está produciendo un nuevo apartheid, el climático. Los países

y poblaciones pobres son mucho más vulnerables a las sequías, catástrofes, inundaciones, epidemias que está

generando el calentamiento de la tierra, y tienen mucha menor capacidad de adaptarse a estas realidades.

Plantea: “¿Cómo puede una campesina pobre de Malawi adaptarse al cambio climático cuando las

frecuentes sequías y la falta de lluvia merman la producción? ¿Quizá tendrá que reducir la calidad de la

nutrición de su familia o sacar a sus hijos de la escuela? ¿Cómo puede una persona que vive en un barrio

marginal de Manila o Puerto Príncipe protegido sólo con planchas plásticas y metálicas adaptarse a ciclones

cada vez más intensos? ¿Cómo pueden las personas que viven en los grandes deltas del Ganges o el Mekong

adaptarse al anegamiento de sus viviendas y de sus tierras?”.

7
Extracto de: “Un apartheid climático”. de Bernardo Kliksberg. Para el diario LA NACION. Publicado el Miércoles 26 de diciembre de 2007

20 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

El riguroso y agudo Informe de Desarrollo Humano 2007, del PNUD, dedicado a la lucha contra el cambio

climático subraya: “A medida que aumenta el nivel del mar, ciudades como Londres y Los Angeles pueden

enfrentar el riesgo de inundaciones, porque sus habitantes están protegidos por modernos sistemas de defensa.

Por el contrario, cuando el calentamiento global altera los patrones climáticos en el Cuerno de Africa, significa la

pérdida de cosechas, y hambrunas”.

Según los datos del Informe, entre 2000 y 2004, 264 millones de personas fueron afectadas por desastres

climáticos anuales. El 98% vivía en países en desarrollo. En los países ricos que integran la OCDE sólo uno de

cada 1500 habitantes recibió el impacto, en los países en desarrollo, uno de cada diecinueve. El índice de

vulnerabilidad de los pobres es 79 veces peor.

El proceso de calentamiento global avanza con fuerza. Las emisiones de gases de efecto invernadero que

atrapan el calor e impiden sea expulsado a la atmósfera han alcanzado 380 partes por millón de dióxido de

carbono, cifra mayor al rango de los últimos 650.000 años. En 2006 fue puesto en la atmósfera un volumen de

dióxido de carbono igual al estimado por el Panel ONU en el peor de sus escenarios. El calentamiento ha

acelerado el deshielo de los glaciares árticos, que puede llevar a un rápido crecimiento en el nivel de los mares.

Ya se ven cambios como la extinción de especies y la pérdida de biodiversidad. Las reservas de peces

retroceden, tierras arables se vuelven infértiles y hay más personas sin agua potable. Algunos de los impactos,

como las sequías, las tormentas más intensas y las inundaciones están borrando los progresos que poblaciones

pobres habían hecho en relación con las metas del milenio.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advierte que existe la amenaza de una “doble catástrofe, con

tempranos reveses para el desarrollo humano de los pobres del mundo seguidos luego de peligros a largo plazo

para toda la humanidad”.

Hay serios riesgos para América latina, una región con el 38% de su población en la pobreza. La mayor

vulnerabilidad de los pobres se ha visto con claridad en los recientes desastres de Pisco, Tabasco y Santo

Domingo. Ellos fueron masivamente los más golpeados.

Ciento veintiocho millones de latinoamericanos viven en tugurios, en áreas fácilmente inundables, no

protegidas y en viviendas precarias.

Uno de los campos de mayores riesgos es el de la salud pública. Se estima que, a nivel mundial, las víctimas

del paludismo, que actualmente mata un millón de personas por año, pueden crecer de 220 a 400 millones, y

enfermedades como el dengue, típicas de América latina, pueden ampliarse.

21 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Una paradoja inaceptable de toda la situación es que, mientras los principales países emisores de gases

invernadero tienen avanzados sistemas de protección, los daños más importantes los están experimentando los

países que menos contaminan. Los países ricos están generando el 46% de las emisiones mundiales de dióxido

de carbono, América latina sólo el 5%, los países más pobres, el uno por ciento.

El director de Medio Ambiente de la ONU, Achim Steiner, dice que la estabilización de las emisiones es

posible mediante la aplicación de tecnologías ya existentes o en desarrollo. Verificándolo, en la Cumbre Mundial

de Bali se han presentado, junto con la necesidad de recortes drásticos de las emisiones, innúmeras propuestas,

entre ellas la de Greenpeace, que planteó la creación de un fondo especial para preservar un pulmón del planeta,

como el Amazonas, en riesgo por la deforestación. La Organización Meteorológica Mundial pidió medidas que

ayuden ya a la población a enfrentar la escasez de agua, los climas extremos y otros peligros.

No hay demasiado tiempo para superar los intereses creados, denunciados con frecuencia, y actuar. Según el

informe del PNUD, el mundo tiene sólo diez años para cambiar el rumbo, porque se está cerca de los puntos de

inflexión en los que se puede pasar a deterioros muy graves.

El panel de la ONU, constituido por 2000 científicos de 140 países, que ha trabajado metódicamente durante

19 años, no ha dejado lugar a dudas. El mundo está en riesgo, y millones de personas pobres están sufriendo ya

severos daños. De Boer, secretario de la Convención sobre cambio climático de la ONU, subraya: “El cambio

climático ya ha comenzado y golpeará más duramente a los países más pobres”. Se estima que existen hoy 25

millones de “refugiados climáticos” en el mundo que no son reconocidos por el Derecho Internacional, que sólo

protege a los que escapan de guerras o persecuciones.

Al Gore, también premiado con el Nobel 2007, resumió la situación con precisión al aceptarlo. “La próxima

generación nos hará una de estas dos preguntas: “¿En qué estaban ustedes pensando, por qué no actuaron?, o

¿cómo encontraron el coraje moral para levantarse y resolver exitosamente una crisis que muchos decían que era

imposible de solucionar?”.

8
2.5 Cambio climático: Impacto en la Argentina

8
Extracto del texto “Cambio climático: Impacto en la Argentina” Texto Año 15, Nro 74. Diciembre 2009. Nota de Tapa. Textos ADRIÁN FIGUEROA DÍAZ.
Disponible en: http://www.tercersector.org.ar/notas/notaT74.php

22 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

En la zona cordillerana, la temperatura promedio subió un grado y hay glaciares que ya tuvieron una

retracción del 40 por ciento producto de ello y de la actividad minera. La desertificación avanza 600 mil

hectáreas por año. Y sólo el 30 por ciento de los bosques originarios permanecen en pie a causa de los desmontes

para la expansión de la frontera agropecuaria. Los efectos negativos de las inundaciones y sequías se potencian.

Las poblaciones originarias y campesinas lo sufren más que nadie; igual que los urbanos más pobres viven a la

buena de los basurales a cielo abierto y enfermedades que habían sido desterradas.

El Cambio Climático (CC) es un hecho. Se siente hasta en las amenazas del granizo rompe-autos y las

románticas nevadas porteñas. Tercer Sector muestra la mirada de las organizaciones sociales sobre los

problemas más acuciantes de los principales recursos del país.

Para comprender el fenómeno del Calentamiento Global, primero hay que hablar de economía, que –por

definición básica– es la actividad humana que transforma los beneficios de la naturaleza a fin de producir,

administrar e intercambiar bienes para su existencia. El aumento de la emisión de gases –como el dióxido de

carbono y el metano, por el uso y quema de combustibles fósiles en las industrias– agravó lo que se denomina

“efecto invernadero”.

Los modelos productivos de Estados Unidos y China ubican a esos países como los dos que generan más de

la mitad del total global de los Gases del Efecto Invernadero (GEI). América latina aporta el 7,5 por ciento y

Argentina el 0,84, lo que la ubica en el puesto 25.

No obstante, “si bien el país emite un porcentaje muy bajo, lo que emite per cápita está por encima de la

media mundial”, reparó María Eugenia di Paola, directora Ejecutiva de la Fundación Ambiente y Recursos

Naturales (Farn).

Por todo esto no se puede hablar de medio ambiente sin hablar de la forma en que se produce.

Agua que no haz de beber

Sólo el 2,5 por ciento del agua del planeta es potable. En Argentina, entre el 75 y el 80 por ciento de ese

recurso es destinado a la producción agropecuaria.

“Debiera hacerse una mejor asignación del recurso, así como un mejoramiento de la tecnología del agro de

manera que se la ahorre”, aconsejó Juan Rodrigo Walsh, vicepresidente de la Asociación Argentina de Ingeniería

Sanitaria (Aidis). Para la población, la cosa cambia. Según datos oficiales, el 20 por ciento (8 millones de

23 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

argentinos) carece de ese bien considerado como un derecho humano. Pero fundamentalmente por falta de

inversión e infraestructura.

Si se habla del recurso en sí mismo, Argentina lo tiene en cantidad. El 70 por ciento está en glaciares y

periglaciares (formaciones de hielo que están alrededor de la masa congelada o en su parte subterránea o se

ubican en las montañas) de territorios áridos del área cordillerana, “que son las reservas hídricas más

importantes y uno de los atemperantes del CC”, destacó Marcelo Girault, geógrafo y miembro de la Asamblea

Popular por el Agua, una OSC mendocina.

El drama del CC hizo que la temperatura promedio en esa zona se incrementase un grado y produjera el

retroceso de esas masas de hielos, con la consecuente baja de los caudales de los ríos. Un informe oficial precisa

que en la Península Antártica la temperatura promedio aumentó 2,5 grados, y de 50 glaciares compartidos con

Chile, “sólo uno está creciendo, otro está en equilibrio y 48 están retrocediendo”.

Si bien no se sabe cuál es la superficie de masa de hielo total en el país, “lo que sí se sabe es que a causa del

CC y la actividad minera, los glaciares Toro 1 y 2, y el Esperanza, redujeron su caudal en un 40 por ciento”,

reveló Cristina Martín, presidenta de la OSC interprovincial Conciencia Solidaria.

Minería on the rock

En octubre de 2008, el Congreso sancionó una ley de glaciares 9 que tuvo el visto bueno de varias OSC, pero

al mes fue vetada por el Ejecutivo, dejando la puerta abierta al crecimiento de la explotación minera.

¿Qué relación hay entre la minería y los glaciares? Esa explotación tiene base en 5 mil kilómetros de

territorio cordillerano –zona glacial y periglacial– y la puesta en marcha de un emprendimiento –sólo uno de los

14 que se conocen– demanda 1.100 litros de agua por segundo. La región es semidesértica. ¿De dónde se

abastece?

El problema empieza en la logística previa a la explotación. “La construcción de caminos, el ir y venir de

camiones y la remoción de suelo provoca una capa de polvo en los glaciares que absorbe los rayos solares y los

retrae”, explicó Girault, cuya OSC se suma al centenar de organizaciones de todo el país que rechazan el nuevo

proyecto de ley que ya tiene media sanción del Senado porque, entre otras cosas, no reconoce íntegramente las

zonas periglaciares ni pone plazos para un inventario de esos recursos.

9
La ley de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y del Ambiente Periglacial, fue aprobada en el Senado de la Nación el 30 de
septiembre de 2010, con posterioridad a esta nota. El texto de la ley puede consultarse en http://www.greenpeace.org/raw/content/argentina/cambio-
climatico/ley-de-presupuestos-minimos-glaciares-senadores.pdf

24 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Pero la cuestión no termina en la superficie. “El mineral explotado de manera tradicional desapareció, ahora

está disuelto en la roca y es extraído por un proceso que utiliza químicos que deja consecuencias más graves”,

añadió la titular de Conciencia Solidaria.

Lo que se utiliza en esas minas de oro, cobre, plata, plomo, estaño, litio, zinc, cobalto, potasio, níquel y

uranio, principalmente, es cianuro, cuyo efecto contaminante se expande a las napas, los arroyos y ríos que

abastecen a pueblos enteros.

Con la resistencia baja

“Claramente hay una relación entre medio ambiente y las formas de producción. Entre megaminería, loteos

y cultivos transgénicos no se hace más que modificar los usos del suelo y generar un caos en el ordenamiento

territorial”, sintetizó Raúl Montenegro, titular de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente (Funam) y

premio Nobel Alternativo 2004.

El ciclo hídrico del país se mantiene en 25 años de inviernos cálidos y veranos lluviosos, y otros 25 de

inviernos fríos y veranos secos. El caudal de lluvias en los últimos 40 años aumentó entre el 10 y el 40 por ciento,

según las zonas. El nordeste es la más dañada tanto por la abundancia como por la falta de agua.

“La sequía que (este año) sufrió el centro argentino es un fenómeno normal de ambientes semiáridos. No fue

la peor ni va a ser la más grave. Lo que pasa es que coincidió con la Resistencia Ambiental (RA) más baja del

país.”

La RA se establece de acuerdo con la superficie de ambiente nativo de un territorio. Si se destruyen esos

ambientes, la RA disminuye. “Entonces –continuó– el problema de la tierra es que no sólo no tiene resistencia a

la sequía, sino tampoco a la lluvia y a las inundaciones. Cualquier alteración que se produzca impacta de una

manera más grave.” Y Argentina destruyó el 70 por ciento de su bosque nativo.

Pisando la tierra

La industria forestal, la agricultura, la ganadería y el infaltable negocio inmobiliario dejaron en pie el 30 por

ciento de los bosques. Entre 1937 y 1987 se deforestaron 2.355.308 hectáreas, y en los últimos 19 años se

desmontaron 6.436.899. La superficie actual es de 28.743.101 hectáreas. La pérdida de masa boscosa originaria es

inversamente proporcional al crecimiento de la frontera agropecuaria. La destrucción de la flora y la fauna,

incalculable. El desplazamiento de pueblos originarios y campesinos, violento.

25 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

La sanción de la Ley de Bosques frenó el 60 por ciento de los desmontes. “Varias provincias mantenían una

política de permisos desenfrenados y a partir de la ley se vieron alertadas. No obstante, existen denuncias de

desmontes ilegales”, afirmó Carina Quispe, directora de Política Ambiental de Farn.

La norma “marcó un antes y un después, fue muy buena porque articuló con la de Presupuestos Mínimos

que establece un fondo” que Nación debiera girar a las provincias, de cuya órbita dependen los recursos

naturales. Sin embargo, OSC como Greenpeace y Farn criticaron al Gobierno porque el Presupuesto 2010 destinó

sólo 300 millones de pesos, de los 820 que debió asignar.

La industria de la desertificación

Por la utilización de combustibles fósiles, la agricultura y el sector energético generan el 90 por ciento de los

GEI en la atmósfera. En la tierra también dejan secuelas: el CC y la ampliación de tierra para el cultivo también

aumentan la desertificación. Según el Instituto de Investigación de las Zonas Áridas (Iadiza), el 70 por ciento del

territorio del país corresponde a tierras secas. “La gradación de las condiciones de sequedad se establece en la

relación entre las precipitaciones y lo que necesitan las plantas para vivir. Lo que no es natural es la degradación

de esas tierras por pedirle al suelo más de lo que puede dar. Y en esto tiene que ver la actividad agropecuaria”,

concluyó Elena María Abraham, directora de esa institución.

Si bien no hay un relevamiento exhaustivo de las tierras degradadas, la especialista promedió que “la

desertificación avanza 600 mil hectáreas por año”. Para Juan Minetti, meteorólogo y director del Laboratorio

Climatológico Sudamericano, las consecuencias son producto de que “hay regiones que fueron ocupadas por

productores sin conocimientos de las variabilidades interdecadales (entre décadas) del clima”. Entonces, criticó,

“cuando se hizo uso del suelo bajo el alegato de que la tecnología todo lo resolvería, no se midieron las

consecuencias ambientales y el Estado estuvo ausente”.

El escenario es tal que, según la flamante Plataforma Climática Latinoamericana, los pronósticos alertan por

un empeoramiento de “la desertificación de zonas tradicionalmente aptas para la agricultura”.

26 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

La contaminación más visible

Un ícono de la contaminación más grosera es el Riachuelo. Más de 10 mil industrias vierten allí sus desechos

de producción. La Corte Suprema de la Nación se había expedido en 2008 para que los estados nacional,

provincial y porteño se hiciesen cargo del saneamiento. Y creó un cuerpo colegiado coordinado por el Defensor

del Pueblo de la Nación, Farn, Greenpeace, el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) y la Asociación de

Vecinos de La Boca.

Para el presidente de esta OSC, Alfredo Alberti, “si bien la factibilidad del reordenamiento territorial de la

cuenca es factible, hay una escasa voluntad política que no está acorde a la demanda social ni a las de la Corte

para dar respuesta al problema”.

Desde que el máximo tribunal se manifestó al respecto, la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo

(Acumar) censó 4.100 empresas y creó un cuerpo de doce inspectores para los controles. “Hicimos un cálculo y

con esa cantidad de inspectores se tardaría diez años en hacer una sola inspección a esa cantidad de industrias,

que son menos de la mitad de las que hay. Enfocado así, el saneamiento es una utopía”, criticó Alberti.

El grado de contaminación del Riachuelo tiene impacto sobre los 3 millones de personas que viven a su vera.

Y ni hablar de los basurales. O sí. La existencia de al menos 3 mil basurales a cielo abierto y rellenos sanitarios

pone en evidencia el éxito de las campañas de reciclaje. Oficialmente, se reconoce un centenar de basurales

clandestinos en los barrios más pobres del conurbano bonaerense, pero las estimaciones hablan de 1.500, la

mitad del país. En ellos se deposita el 60 por ciento de los residuos sólidos urbanos.

De esta cantidad, el 85 por ciento podría reciclarse. La contaminación de las napas es incalculable, así como

también las de sus emanaciones de metano, que deja secuelas que tallan los cuerpos de la población cercana y

los de quienes frecuentan el área por tareas como el cirujeo.

Conciencia para sanar

¿El país está preparado para los efectos del CC? De no haber cambios, según las OSC y los especialistas

consultados, las poblaciones de la costa atlántica tendrán un alto grado de vulnerabilidad debido al aumento del

nivel del mar y la erosión; las ciudades litoraleñas serán golpeadas por el incremento de las lluvias en las altas

cuencas; en las zonas secas, las menores lluvias disminuirá el caudal de los ríos y harán que la Región de Cuyo

deba reducir sus áreas de riego. De hecho, “con el aumento de la población vamos a tener que realizar esfuerzos

de adaptación significativos para contar con agua para el riego y la vida. Menos agua para más población”,

27 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

calculó Giraud, que también integra el espacio de Asambleas Mendocinas Por el Agua Pura (Ampap). Es decir

que la situación de los más pobres seguirá empeorando.

Y para los productores, el pan para hoy podría ser hambre para mañana.

Según Montenegro, además de comprender la RA de la que habló párrafos arriba “también hay que tener en

cuenta la Resistencia Social (RS), que establece los comportamientos sociales.

La sociedad considera que el agua viene de las canillas, no de las cuencas hídricas. Vive en un sistema de

consumismo que no le permite hacer esa relación.

Y hasta que no se dé cuenta del vínculo entre consumo y medio ambiente, tal como la Ambiental, la

Resistencia Social va a seguir siendo la menor de la historia.”

2 . 6 C o n s u m o r e s p o n s a b l e 10

Es una manera de consumir bienes y servicios teniendo en cuenta, además de las variables de precio y

calidad, las características sociales y laborales del entorno de producción y las consecuencias medioambientales

posteriores. Cada producto o servicio tiene una historia: antes de llegar a la góndola o local comercial, los

mismos han pasado por distintas instancias (materia prima, fabricación o ensamblado, distribución, canales de

venta, etc.). Existen productos que promueven situaciones de equidad, participación, cuidado de medio

ambiente (empresas que promueven el trabajo genuino, que implementan plantas de tratamientos de

contaminantes) y otros que mantienen situaciones de inequidad o contaminación (empresas que contratan a

niños o que no respetan la jornada laboral).

Asimismo el consumo no termina en la acción de consumir. En general, todo consumo genera residuos. En

nuestra ciudad se producen aproximadamente 500 toneladas de residuos por día que no reciben tratamiento.

Esta realidad nos obliga a pensar estrategias de reciclado, ya que la basura enterrada indiscriminadamente o sin

clasificar, genera contaminación. Actualmente existen emprendimientos cooperativos de reciclado de papel que

brindan una salida laboral a muchas familias porteñas. La elección de este tipo de productos “responsables”, es

una clara opción para quienes optan por la modalidad del consumo responsable.

10
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/produccion/def_consumidor/con_responsable.php?menu_id=13262

28 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

El rol de las empresas

A futuro se espera que las grandes empresas incorporen esta modalidad para la elaboración de sus

productos. Cómo ejemplo actual podemos citar la utilización por parte de algunas empresas de envases de

vidrio. El consumidor que elige estos envases está propiciando una menor generación de basura (lo envases de

vidrio son reutilizables) y una menor contaminación, ya que el vidrio se degrada casi diez veces más rápido que

el plástico.

Fomentar un consumo responsable es entender que los recursos naturales no son renovables y que las

generaciones futuras deben tener las condiciones necesarias para poder vivir. El consumidor elige en el mercado

la historia que se contará en el futuro.

Podríamos esquemáticamente distinguir tres aspectos fundamentales o formas de consumir que constituyen

lo que se denomina consumo responsable:

Un Consumo Ético, requiere introducir aspectos valorativos a la hora de consumir o de optar por un

producto. Se hace especial énfasis en la austeridad, es decir, se trata de discernir entre las necesidades reales y

las creadas por la publicidad que incentiva el consumo como forma de alcanzar la felicidad y el bienestar

(consumismo). Esta mirada crítica lleva a una reducción en la cantidad de productos consumidos y por lo tanto

disminuye el volumen de basura y la contaminación que se produce en la producción y el consumo.

Un Consumo Ecológico, que implica un circuito básico de producción a partir de la reducción, la

reutilización y el reciclamiento de los distintos productos sociales. También se analizan los productos de origen

orgánicos poniendo el acento en la generación de una agricultura y ganadería ecológicas, la opción por la

producción artesana, y todas aquellas formas de producción que no deterioren las condiciones del medio

ambiente.

Un Consumo Social o Solidario, es el que tiene en cuenta las relaciones sociales y condiciones laborales en

las que se ha elaborado un producto o brindado un servicio. Se podría incluir al comercio justo, el que propone

acercar al productor con el consumidor final para eliminar las mediaciones que elevan los precios. Se trata de

pagar lo justo por el trabajo realizado, tanto a los productores de las zonas periféricas como a los que están en

nuestro ámbito local y de potenciar alternativas sociales de producción e integración, promoviendo un

desarrollo equitativo y sustentable.

29 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

3) Nuevas disciplinas del pensamiento organizacional


11
3.1 La gerencia social

El abordaje de las problemáticas sociales requiere una vocación y sensibilidad especiales, que incluyan

también actitud y lucidez para la construcción del diagnóstico y la implementación de las soluciones.

Los proyectos sociales enfocan sobre materia humana y eso los hace especiales. Se los puede definir como

los que surgen, en general, como consecuencia de un problema, carencia, necesidad o conveniencia de

mejoramiento de las condiciones de vida de un grupo de individuos de la sociedad, considerados en el foco de

las preocupaciones de sus semejantes. Estos grupos no necesariamente son significativos en número de

personas. Basta con que el tema que convoca sea relevante o preocupante, para que detone de parte de los

semejantes o del Estado, el impulso de actuar. Así, por ejemplo, los infectados de HIV, aunque mínimos en

relación al total de la población, son foco indudable de preocupación.

Los criterios que para su conducción se utilizan, no pueden ser los mismos que para cualquier otro tipo de

proyecto. Cambia su gerenciamiento e incluso respeta otros criterios de éxito para su concreción y evaluación.

No se persigue un “negocio” en el sentido de lucro o rentabilidad. Se persigue bienestar, que es un concepto

mucho más complejo. E incluso felicidad.

El rol gerencial para proyectos de esta naturaleza, incluye características especiales, más allá de los simples

conocimientos intelectuales y manejo de herramientas de administración. Hay otra mirada que se hace necesaria,

y otros procedimientos y marco ideológico. En estos casos el sistema de valores e ideas que encuadra la

actividad, adquiere un peso fundamental. Tiene una carga, un sentido, un propósito, un carácter específicos.

Ante la necesidad de describir adecuadamente esta manera de intervención, Bernardo Kliksberg acuña el

concepto de Gerencia Social. Éste fue tomando vida propia y es así como pueden encontrarse diferentes

acepciones que dan cuenta de él. Nosotros la describiremos como la forma de abordaje que estudia, diseña,

11
Extracto del artículo “Responsabilidad Social Empresarial y Gerencia Social: Partícipes necesarios para el Desarrollo Humano”. Por Estela Cammarota y
Daniel Berenblum. En Stolar y Stolar (Comp.), Responsabilidad Social Empresarial, Buenos Aires, 2009, Ed. Valleta

30 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

implementa y audita proyectos sociales, y que constituye un modelo de gerenciamiento superador del conocido,

pues plantea las relaciones y mecanismos de comunicación e intercambio entre los actores involucrados, desde

una perspectiva ética y atenta al fomento de la libertad y autonomía del grupo necesitado.

Vemos así que se diferencia de la gerencia tradicional, puesto que es:


- Respetuosamente "participativa”. Esto es, recordando quién es el verdadero protagonista y quién

el extraño dentro del proceso, para acompañar en la provisión de instrumentos para la realización conjunta del

diagnóstico y selección de opciones y sin violentar de las pautas culturales.

- Abierta al permanente aprendizaje. Es decir, en continua evolución.

- Interorganizacional, o sea que articula con las organizaciones necesarias.

- Realista. Su “cuartel” se emplaza en el sitio de la necesidad. Esto le permite palpar claramente la

carencia objeto de la intervención, como así también la comprensión de los usos y costumbres del lugar.

- Fortalecedora de autonomía, puesto que transfiere habilidades y conocimientos.

- Integradora de capacidades existentes. Se funda y aprovecha lo que ya está. No lo niega ni

rechaza. Lo revaloriza.

- Respetuosa de la diversidad cultural. Se contrapone al etnocentrismo.

- Promotora de Voluntad. Se opone al voluntarismo, fomentando la toma de conciencia del

promotor social y por lo tanto una actitud responsable que trascienda su ego.

- Promotora de dignidad.

- Proveedora de Asistencia. Se opone al asistencialismo como práctica infantilizante, que devalúa al

otro desconociendo su capacidad de crear y de elegir.

- Promotora de la Sustentabilidad y Sostenibilidad de los proyectos, tomando como sentido del

primero la posibilidad de sostenerse en el tiempo, aún desaparecida la fuente origen de los fondos y finalizada

la intervención del tercero, y para el segundo, la propiedad de mantenerse sin comprometer el futuro de las

siguientes generaciones.

- Incentivadora de Capital Social, lo que profundizaremos especialmente.

Estas características develan un conjunto de principios y valores que representan el objetivo de acercarse a la

problemática social “en puntas de pie”, con respetuoso cuidado y genuino interés en el otro, acompañándolo a

salir adelante por sus propios medios y desde sus propios patrones culturales, generando sus propios recursos y

saberes, independizados de la intervención de terceros. La recepción pasiva de un plan, no fomenta la

autonomía de las personas, razón por la cual una iniciativa de este tipo, aunque producto de buenas intenciones,

tiene mayores posibilidades de fracasar.

31 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Por otra parte, la asistencia directa –de alimentos, medicamentos, vestimenta, etc.- es necesaria para la

subsistencia de poblaciones que no tienen posibilidad de adquirirlos, pero a costa de hacerlos dependientes de

otros, limitando su libertad de elección de cómo vivir su vida, condicionándola a la ayuda ajena constante. Si no

existe esta transferencia de recursos –mediante educación, capacitación, asistencia psicológica y afectiva,

asistencia técnica en emprendimientos productivos, etc.- es muy difícil que grupos que viven en condiciones

estructurales de pobreza extrema logren altos niveles de desarrollo humano.

Para que un proyecto sea sustentable y sostenible, asimismo, es muy útil realizar el ejercicio de una reflexión

permanente para cada decisión tomada, así como también la simulación del cese de la ayuda recibida, como

medida de su maduración.

3.2 La Responsabilidad social de la empresa privada

Responsabilidad Social Empresaria, es una forma de gestión que se define por la relación ética y

transparente de la empresa con todos los públicos con los cuales se relaciona, para el establecimiento de metas

empresarias que impulsen el desarrollo sustentable de la sociedad, preservando los recursos ambientales y

culturales para las generaciones futuras, respetando la diversidad y promoviendo una reducción de las

desigualdades sociales12.

Hacia un nuevo paradigma en responsabilidad social empresarial13

12
Instituto Ethos. Disponible en: http://www.ethos.org.br y
http://www.econ.uba.ar/www/departamentos/administracion/plan97/adm_general/Administra/ag3.html
13
Extracto de : “Una agenda renovada de responsabilidad social empresarial para América Latina en la era de la crisis” de Bernardo Kliksberg. En “RSE y
Trabajo Decente en la Argentina” – Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

32 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Las ideas predominantes sobre el rol de la empresa en la sociedad han cambiado aceleradamente en los

últimos años. Durante décadas la visión con más preponderancia era la que sostenía que la única

responsabilidad de la empresa privada era generar beneficios a sus dueños y que sólo debía rendirles cuentas a

ellos. Fue legitimada doctrinariamente por Milton Friedman (1962), en un artículo donde sostenía que pedirle

otra cosa era perjudicar su trabajo. Era la etapa de la "empresa narcisista".

Se derrumbó en la realidad. Fuerzas sociales cada vez más amplias exigieron una perspectiva menos

estrecha. En economías cada vez más concentradas, los impactos de las decisiones y acciones de las empresas

líderes en los mercados recaen sobre toda la sociedad. En ciudades y regiones enteras unas pocas empresas son

determinantes en la vida entera de esas áreas geográficas.

Se pidió a la empresa que saliera de los marcos estrechos del narcisismo y surgió la era de la "empresa

filantrópica". Crecieron las contribuciones de las empresas a causas específicas. Se desarrollaron las fundaciones,

estimuladas por desgravaciones fiscales, y la empresa se transformó en un actor activo en campos como el

cultural donde se centraron muchos esfuerzos filantrópicos.

Las empresas patrocinaban museos, expresiones artísticas de todo orden y Universidades.

Sin embargo ese modelo quedó estrecho frente a una realidad cambiante. En el siglo XXI fuerzas históricas

emergentes exigen que la empresa vaya mucho más allá. Que produzca una ruptura paradigmática con las

visiones anteriores y se transforme en la empresa con alta responsabilidad social empresarial.

Cuando los ciudadanos piden RSE, ¿qué es lo que exactamente están solicitando de las empresas? Por lo

menos los siguientes desempeños:

a) Políticas de personal que respeten los derechos de los integrantes de la empresa y favorezcan su

desarrollo.

La RSE empieza por casa. Se trata de asegurar condiciones dignas de trabajo, remuneraciones justas,

posibilidades de avance, capacitación. Pero al mismo tiempo la idea incluye actualmente otros temas críticos;

entre ellos: la eliminación de las discriminaciones de género -que siguen en vigencia en áreas como las

remuneraciones y el acceso a posiciones directivas- y el fundamental tema del equilibrio familia-empresa.

La empresa no debe generar incompatibilidades con los roles básicos necesarios para llevar adelante una

vida familiar plena, sino por lo contrario favorecerlos. Es posible con las tecnologías modernas llevar adelante

muchas ideas renovadoras al respecto.

33 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

b) Transparencia y buen gobierno corporativo.

La información debe ser pública y continua, los accionistas deben tener posibilidades de intervención activa,

los órganos de dirección deben tener idoneidad y ser controlables, se deben eliminar los conflictos de interés. Un

capítulo especial es el de las remuneraciones y los sistemas de incentivos y control de los altos ejecutivos.

c) Juego limpio con el consumidor.

Se espera que los productos sean de buena calidad, los precios razonables, y es decisivo que los productos

sean saludables. Muchas experiencias recientes han mostrado gruesos problemas en este campo. Van desde los

causados por ciertas exportaciones chinas, hasta los efectos altamente nocivos para el organismo de las "fast

foods" con sus contenidos de grasas ultrasaturadas, y los juicios masivos a laboratorios farmacéuticos, por

medicamentos nocivos.

d) Políticas activas de protección del medio ambiente.

Ello va desde convertir las empresas en limpias ambientalmente, hasta colaborar de múltiples formas con la

critica agenda que tiene el mundo por delante en este campo.

e) Integración a los grandes temas que hacen al bienestar común.

La expectativa es que la empresa privada colabore intensamente con las políticas públicas en alianzas

estratégicas con ella y la sociedad civil, en el enfrentamiento de cuestiones esenciales para el interés colectivo

como la deserción escolar, el mejoramiento de la calidad de la educación, la reducción de la mortalidad materna,

y la mortalidad infantil, la inclusión de los jóvenes marginados, y otras similares. La empresa privada además de

aportar recursos puede contribuir a grandes programas de utilidad pública con alta gerencia, canales de

marketing, espacios en internet, tecnologías avanzadas, y muchas de sus tecnologías específicas. No se pide que

reemplace a la política pública que en una democracia tiene la obligación de garantizar a todos: educación,

salud, trabajo, e inclusión, sino que sea un aliado creativo, y constante de ella.

f) No practicar un doble código de ética.

34 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Debe haber coherencia entre el discurso de RSE y la práctica. Una incoherencia fundamental es por ejemplo

el llevar adelante prácticas de corrupción de funcionarios públicos para lograr objetivos empresariales. Hasta

1999, en que la OCDE penó la corrupción en algunos países desarrollados se permitía la. deducción fiscal de los

sobornos como "gastos de negocios".

Por otra parte las empresas multinacionales no deberían aplicar un código de RSE en sus países centrales y

otro disímil en países en desarrollo. Sería grave, como ha sucedido en algunos casos, que apliquen normas de

conducta avanzadas en sus casas matrices y empleen mano de obra infantil, o degraden el medio ambiente sin

consideraciones en sus inversiones.

La idea de RSE ha progresado fuertemente en los últimos años. La revista The Economist por ejemplo, que

hasta hace pocos años veía muy críticamente a la RSE, considera que "ha ganado la batalla de las ideas", y que

"con el tiempo será simplemente la manera de hacer negocios en el siglo XXI".

Detrás de su avance hay fuerzas históricas estructurales que la empujan a diario. En primer lugar en las

democracias una sociedad civil cada vez más densa, articulada y participativa, los ciudadanos piden a voces

éticas a los políticos y también crecientemente a los empresarios, las ONG y la opinión pública han librado

victoriosamente luchas de largo alcance como la que llevaron adelante en defensa de la salud pública contra una

de las concentraciones empresariales más poderosas, la de la industria del tabaco.

Han sido fundamentales en derrotar la tesis propiciada, según el Premio Nobel Al Gore, entre otros, por

empresas contaminantes de que no hay un peligro ambiental real. Hoy la alarma está generalizada, el debate es

cómo encararlo.

Porter y Kramer (Harvard Business Review, diciembre 2006) describen así las presiones de la sociedad civil:

"Muchas compañías despertaron a la responsabilidad corporativa después de ser sorprendidas por respuestas

públicas a cuestiones que no consideraban previamente que eran parte de sus responsabilidades empresariales.

Los laboratorios han descubierto que se espera que respondan a la epidemia de SIDA en África que está lejos de

sus mercados y líneas de producción primarias. Las empresas de comida rápida están siendo hechas ahora

responsables por la obesidad y la mala nutrición".

Por otra parte los pequeños accionistas, ya muy inquietos por Enron, la séptima empresa de los Estados

Unidos llevada a una quiebra fraudulenta que les costó 60.000 millones de dólares en ahorros, están ahora en

total ebullición frente a la caída de las grandes instituciones financieras de Wall Street. Exigen a través de los

35 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

fondos de pensiones, y otras organizaciones en que han invertido, un cambio sustancial en las reglas de juego en

el que el buen gobierno corporativo controlado es una reivindicación central.

En tercer término se halla el avance del consumo responsable. En los Estados Unidos como en otras

economías desarrolladas crece el "consumidor verde o ético"; se estima en no menos de 110.000 millones de

dólares en USA el mercado de consumidores que cuando compran tienen en cuenta si la empresa es saludable,

amigable con el ambiente, y sus niveles de RSE.

Ciudadanos activos, accionistas indignados, y consumidores responsables están empujando el cambio de

paradigma en RSE. Han llegado para quedarse. Cuanto más progrese el irreversible y tan esperanzador proceso

de democratización que viven amplias áreas del planeta, mayor será su incidencia y presión.

Con su impulso, se ha cambiado totalmente la ecuación de Friedman, las empresas privadas que tendrán

mayores chances de tener buena performance económica no serán las "narcisistas", sino por el contrario las de

mejor RSE.

Investigaciones de todo orden dan cuenta de que a más RSE, más competitividad, lealtad de los

consumidores, posibilidad de atraer los más capaces a la empresa, productividad laboral, y confianza en los

mercados. En una encuesta en The Economist (2005) "sólo el 4% de los empresarios afirmaron que la RSE era una

pérdida de tiempo y dinero",

La RSE es una exigencia ética de la sociedad, pero al mismo tiempo es el modo en que la empresa pueda

reciclarse para el siglo XXI. Un Siglo donde deberá rendir cuentas no sólo a sus dueños como equivocadamente

creía Friedman, sino a todos los stakeholders lo que significa a sus propios empleados, los pequeños

inversionistas, los consumidores, la opinión pública, y la sociedad civil en sus variadas expresiones.

La crisis ha agudizado la necesidad de cambios perentorios en las ideas convencionales sobre el rol de la

empresa en la sociedad. Lo ha entendido muy bien la Comisión Europea (marzo 2009) que termina de reclamar a

las empresas "especialmente del sector financiero" que presten más atención a la ética y a las políticas de RSE.

Sus concusiones son similares a las de la última reunión de consejo del Global Reporting Initiative (2009),

autoridad mundial en informes de sostenibilidad que ante el hecho de que "con la falta de transparencia se ha

fallado a los accionistas de las empresas" en la crisis, propone que es hora de reexaminar que la triple rendición

que exige en los balances, económica, social, y medioambiental, deje de ser voluntaria y pase a ser obligatoria.

Ya Suecia ha implantado esa obligatoriedad para las empresas con más de un 50% de participación estatal, y

Dinamarca la está aplicando para sus 1.100 mayores empresas.

36 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

14
3.3 La empresa social

Muhammad Yunus identifica a la empresa social como un instrumento complementario del sistema

capitalista clásico que exalta la maximización de los beneficios, por un tipo de empresarios que fundarían

empresas sociales no para obtener beneficios para sí mismos, sino para alcanzar objetivos sociales específicos, tal

que se reconozca la multidimensionalidad de los seres humanos, con sus deseos multifacéticos.

La estructura organizativa de este tipo de empresa (ES) es básicamente igual a las de “mercado”, pero la

diferencia reside en los objetivos. Al igual que el resto de las empresas, emplea trabajadores, produce bienes y

servicios y los ofrece a sus clientes a un precio coherente con su objetivo; sin embargo, el objetivo básico (y el

criterio que debe utilizarse para evaluarla) es generar beneficios sociales con quienes entra en contacto.

Puede generar beneficios, pero los inversores que la apoyan no obtienen ninguno, una vez que han

recuperado, al cabo del tiempo, la cantidad original que invirtieron en un principio.

Los objetivos de las empresas sociales son causas humanitarias; no los beneficios, y tienen el potencial para

actuar como agentes de cambio.

Este tipo de empresas (ES) funcionan con todos los paradigmas y tecnologías de las empresas de mercado

del sistema capitalista, produciendo bienes y servicios que generen beneficios sociales.

Pueden hacerlo de múltiples maneras; algunos ejemplos son:


- Una ES que fabrica y vende productos de alimentación nutritivos y de alta calidad a precios muy

bajos, destinados a un mercado específico de niños pobres y mal alimentados. Los productos pueden ser más

baratos, porque no compiten en el mercado de lujo y no necesitan envases caros ni publicidad y porque la

empresa que los vende no está obligada a maximizar sus beneficios.

- Una ES que diseña y vende seguros médicos, para proporcionar asistencia sanitaria asequible a los

pobres.

- Una ES que desarrolla sistemas de energía renovable y que los vende a un precio razonable a

comunidades rurales que, de otro modo no podrían permitirse el acceso a la energía.

- Una ES que depura aguas residuales, recicla basura y otros productos de desecho que, de otro

modo, contaminarían barriadas pobres o sin poder político.

14
Extracto del texto “Estilos gerenciales para el nuevo milenio”de Héctor A. Larocca. Disponible en:
http://www.redunirse.com/files/Estilos%20gerenciales%20para%20el%20nuevo%20milenio.pdf

37 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Es de tener en cuenta, para este modelo, la necesidad de cubrir los costos, pues de no ser así y de depender

de donaciones o subsidios, siguen siendo organizaciones caritativas o sujetas al clientelismo político.

Una vez que consiguen cubrir los costos, pasa a ser autónomo y dispone del potencial para crecer y

expandirse sin prácticamente límite alguno.

A medida que la empresa crece, también aumentan los beneficios que proporciona a la sociedad.

Al igual que cualquier otra empresa, las ES no pueden tener pérdidas indefinidamente, pero los beneficios

no van a quienes invierten en ellas, podrían entenderse como empresas sin perdidas y sin beneficios. En lugar de

transferirse a los inversores, el superávit generado vuelve a reinvertirse y/o se transfiere a los inversores.

En síntesis:

- Inversores con vocación social

- Plan de negocios viable: funcionamiento, rentabilidad, etc.

- Beneficios sociales a través de precios bajos, disminución de costos de intermediación,

propaganda, envases, etc.

- Rentabilidad para devolver el capital o reinvertir

- Objetivos sociales a largo plazo

38 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

4) Economía Social y Desarrollo Local


4 . 1 L a o t r a e c o n o m í a 15

Frente al derrumbe financiero internacional, las organizaciones de la economía social afirman que están más

preparadas para enfrentar la crisis, que ya generó miles de despidos y promete dejar a más gente sin trabajo. Sin

embargo, reclaman una política de Estado que considere este modelo alternativo como una opción superadora de

la generación de empleo precario para los más pobres.

De uno u otro lado, los números son elocuentes: la crisis global llegó y, con sus efectos, otra vez comienza a

golpear al empleo. Según el INDEC, en el primer trimestre del año se perdieron 140.300 puestos de trabajo,

mientras que la desocupación alcanzó el 8,4 por ciento y la subocupación, 9,1 por ciento. Sin embargo, para la

Unión Industrial Argentina (UIA), en lo que va del año desaparecieron al menos 222 mil puestos y el desempleo

trepó al 9,3 por ciento.

En tanto, el Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) lo calculó en 11,8 por

ciento (lo que significan 1,9 millones de desocupados) y advierte que, a diferencia de otras, esta crisis golpea más

al interior del país que a la zona metropolitana.

Cuando de caída económica se trata, avanza también la precarización laboral. En este sentido, el último

Boletín de Empleo y Desarrollo Social de la Escuela de Economía de la UCA prevé que, hacia fin de año, el

trabajo informal estará nuevamente en el orden del 40 por ciento del total.

Ante esta realidad, las miradas vuelven a posarse sobre la otra economía, la denominada social. Pero, ¿cómo

encuentra la crisis a ese vasto y heterogéneo campo? ¿Es el nutrido entramado de cooperativas, mutuales,

microemprendimientos e iniciativas barriales y comunitarias una alternativa frente al desempleo y la

precarización laboral?

José Orbaiceta es un referente obligado del cooperativismo: es socio de Ferrograf, una cooperativa gráfica

platense con más de 30 años; presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo (Fecootra), nacida en 1988;

15
Nota de la revista Tercer Sector Año 15, Nro 72. Julio 2009. “La otra Economía”. Textos: Andrea Vulcano

39 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

consejero de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) y vocal del directorio del

Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).

“Claro que somos una alternativa frente a la crisis, totalmente. Tenemos otra visión de la economía, no nos

rige el lucro y, por ende, no matamos a la persona. Para nosotros, lo primero es la persona; después viene lo

demás. Lo que el mundo nos está demostrando es que ni el Estado socialista ni el capitalismo salvaje

funcionaron. Lo que el mundo necesita es más economía en manos de la gente, más economía social”, postula.

Sin embargo, para que estos emprendimientos no sean sólo parte de la otra economía y en cambio ocupen

un espacio de mayor entidad, hace falta un paso trascendental: “Para que tenga verdadero peso, debe ser más

generalizada e involucrar a toda la sociedad; no deben ser sólo microemprendimientos pobres”, advierte José

Luis Coraggio, director académico de la Maestría en Economía Social de la Universidad de General Sarmiento

(Ungs) y coordinador de la Red de Investigadores Latinoamericanos de Economía Social y Solidaria (Riless),

quien critica que ese modelo económico haya sido convertido “en una política socioproductiva asistencialista,

focalizada en los sectores excluidos”. Y añade: “En sentido amplio, aunque se presente como apolítico, todo

proyecto que propicie la economía social como sistema es político, porque pretende transformar la realidad por

la acción colectiva”, afirma Coraggio.

Para el especialista, “no hay una estrategia de generación de una economía solidaria” desde el Estado y

“falta una visión política a largo plazo que cambie el paradigma de que la inversión privada y en obra pública

son las que van a dinamizar la economía. No hay una política que realmente se contraponga al juego del

mercado”.

Una radiografía

Según los números del Inaes, en el país funcionan al menos 12.760 cooperativas y 4.166 mutuales. Si bien

estas cifras permiten vislumbrar la dimensión de la economía social, lo cierto es que el relevamiento –el único

que existe a nivel nacional– abarca hasta junio del año pasado y no registra otros miles de emprendimientos que

se manejan en la informalidad.

“Hay un entramado gigante de organizaciones que no son cooperativas, sino grupos que no tienen

personería y que, por ejemplo, impulsan ferias de venta, de intercambio o pequeñas bancas sociales, y no están

en los registros”, asevera Oscar Minteguía, del Fondo de Capital Social (Foncap), una sociedad anónima estatal

con participación pública y privada que apoya a instituciones de microfinanzas dirigidas a microempresas y

40 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

pequeños productores rurales del país que no tienen acceso al sistema financiero formal. Más allá de este

universo sin presencia en las estadísticas, lo cierto es que de las cooperativas que contabiliza el Inaes, la tercera

parte, unas 4 mil, corresponden a emprendimientos creados al calor de los programas sociales focalizados en la

inclusión social y laboral. Se trata de las cooperativas 2038/3026, llamadas así por las resoluciones que las

reglamentan.

En este sentido, Mario Elgue, autor del libro Más allá de lo económico y de lo social, advierte: “Del 2003 a

esta parte se han creado unas 5 mil cooperativas de trabajo para salvatajes (de empresas o fábricas) y para

instrumentar planes sociales, de las cuales la mitad ha caído”.

El vasto universo que conforma la economía social hace que sea difícil estimar su participación en la

economía global, así como también determinar a cuántos trabajadores llega a involucrar.

Los números del Inaes hablan de cerca de 300 mil puestos de empleo directo. Sin embargo, Elgue estima que

el cooperativismo integrado emplea a 500 mil personas en forma directa y a otra cantidad similar en forma

indirecta. “La economía social fundacional, orgánica, que son cooperativas y mutuales con desarrollo muy

significativo, representan el 9 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) del país”, indica el especialista.

Por su parte, Eduardo Fontenla, vicepresidente del Colegio de Graduados en Cooperativismo y Mutualismo,

cree que el crecimiento cuantitativo de estos emprendimientos “abre un interrogante sobre su sostenibilidad e

impacto en el sector de la economía social”.

Elgue considera que “no se maneja bien la capacitación. En una charla de un rato les cuentan cómo funciona

una cooperativa, amontonan allí a la gente y, una vez que termina ese trabajo, la cooperativa se cae”. Para él, el

alto índice de mortalidad de las cooperativas “se vuelve un boomerang contra los propios funcionarios que las

crearon y deja una frustración que cuesta remontar”.

¿Una alternativa?

“Somos producto de la crisis y las crisis; entonces, no nos asustan”; “estamos más preparados para enfrentar

estos momentos porque se nos juega la vida”; “nuestra visión es al revés: frente a las crisis es cuando más nos

fortalecemos”, aseguran algunas organizaciones consultadas por Tercer Sector. Más allá de las consecuencias

que acarree la caída financiera internacional para este entramado de cooperativas y emprendimientos, lo cierto

es que sus protagonistas parecen estar dispuestos a poner todo para salir en pie de esta etapa y, más aún, crecer.

41 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

“El motor de las fábricas recuperadas son las crisis, por eso es allí cuando se da una oportunidad”, asegura Luis

Caro, titular del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas.

Sin embargo, Coraggio diferencia la situación entre las recuperadas y las cooperativas 2038/3026: “Las

recuperadas tienen, por su historia, trayectorias productivas importantes. Sus integrantes no son personas que

quizá nunca tuvieron trabajo, sino que tenían conocimiento de esa labor y no debieron reconstruir las redes

desde la nada. Por eso pueden aguantar mejor (una crisis). E incluso bajarse un poco los salarios. En cambio, un

pequeñito establecimiento creado por un subsidio del Estado tiene menos posibilidades desde ese punto de vista

y una semana sin trabajar, es la quiebra”, explica.

Incluso, para el académico de la Ungs, hay una cuestión mucho más constitutiva que torna endebles a

muchas de las organizaciones de la economía social. En tiempos de crisis, “hay más gente que debe recurrir a

formas alternativas” de generación de ingresos y, entonces, el campo de la economía popular “se vuelve más

competitivo”, plantea, y agrega que es allí cuando más se siente que “no hay una estrategia de generación de

una economía solidaria” y que “pese a que se mejoró la distribución del ingreso, nunca se revirtió

estructuralmente la pobreza en el país; no se completó la tarea”.

Las recuperadas

Una buena parte de las llamadas cooperativas de trabajo se creó a partir de la lucha que dieron en la última

década miles de trabajadores para no perder sus puestos. “Las recuperadas surgieron cuando la economía

estaba totalmente destruida e igual pudieron ser rentables. Su competitividad es muy alta”, afirma Caro. Según

cuenta, actualmente existe más de un centenar de iniciativas con estas características que involucran “a más de

10 mil obreros en todo el país”.

Norberto Berner, responsable del área de recuperadas del Inaes coincide: “A las empresas de la economía

social les va mejor que a su promedio de la economía tradicional”.

Y da cuenta de la existencia de 209 unidades de este tipo en todo el país. En este sentido, destaca que “la

cooperativa de trabajo te convoca naturalmente a pensar y a mejorar tu puesto de trabajo”. “Los 40 comodines

que quedamos para hacer esto somos los que estuvimos en todas las crisis y sabemos hacer el laburo todo de

lleno. Así que ahora también vamos a poder salir adelante”, afirma Gastón Peña, de la cooperativa Trabajadores

de Mac Body, que desde el 2007 funciona de la mano de sus empleados.

42 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Frente a este escenario, hay un dato a tener en cuenta: en este tipo de cooperativas, los asociados son los

mismos que día a día transpiran la camiseta para que la empresa salga adelante y sea sustentable: son los

trabajadores asociados.

Transformar la realidad

En el 2003, Leonardo Duva, motoquero, junto a cinco desocupados que militaban en Barrios de Pie

decidieron juntarse para armar algo que les diera de comer y comenzaron a pelearla juntos. En principio,

ofrecieron servicios de carpintería, plomería, fumigación y electricidad en el barrio porteño de Parque Patricios.

“Fueron tiempos difíciles pero la fuimos remando, haciéndola bien desde abajo”, cuenta Duva.

Con tenacidad, esfuerzo y un verdadero trabajo hormiga, las cosas se les fueron dando y hoy alquilan un

gran galpón donde funciona a pleno la cooperativa de trabajo La Nacional.

Desde hace una década, la Fundación Gente Nueva, de San Carlos de Bariloche, lleva adelante proyectos

educativos, comunitarios y sociales con familias pobres de la ciudad y sus alrededores. En el marco de una tarea

que busca contribuir a mejorar las condiciones de vida de esas familias, esta organización echó a andar una

iniciativa que ya tiene vida propia: la empresa social ETV (Emprendimientos de Tecnologías para la Vida).

Allí se desempeñan seis jóvenes que pasaron por los talleres de capacitación en oficios de la Fundación y

otras tres personas. “Esta es la pata productiva de un proyecto mucho más amplio, cuyo principio es trabajar por

los más pobres.

Se trata de una empresa social para llevar tecnología apropiada a sectores desfavorecidos, producida por

esta misma gente”, explica Gustavo Gennuso, el coordinador.

Fue así que ETV, con la ayuda de especialistas, rescató el antiguo diseño de una bomba para extraer agua del

subsuelo y comenzó a fabricarlas para abastecer a familias sin acceso a ese recurso. “La crisis no nos cambia

nada; el desafío lo teníamos de entrada porque trabajamos con un sector que maneja poco efectivo y debíamos

hacer que se pudieran adquirir los productos.

Con esto queremos demostrar que se puede llevar tecnología a los sectores desfavorecidos en forma

sustentable”, señala Gennuso.

Mensualmente, ETV vende unas 20 bombas de soga y unas 30 ruecas, la otra pata de su producción. Y ahora

piensan en grande: “Estamos trabajando con la idea de desarrollar microfranquicias para poder armar una red

de vendedores de nuestros productos en todo el pais”

43 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

44 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Otro modo de comercializar

El comercio Justo constituye otra de las caras de la economía social. Se trata de una alternativa frente al

modelo de comercialización, que le suma valores éticos, tanto en los aspectos sociales, como ambientales. Allí se

garantiza un pago justo a los productores por su trabajo y el compromiso de que una parte de los beneficios sea

destinada a la atención de las necesidades básicas de sus comunidades. También, al igual que en la mayoría de

los emprendimientos de la economía social, predomina la toma de decisiones democráticas y la horizontalidad.

“El efecto es que la gente comienza a tener dignidad de lo que hace y de lo que vende”, afirma Roberto

Killmeate, presidente de la Fundación Surcos Patagónicos, bajo cuyas alas nació el Mercado de la Estepa Quimey

Piuké, que ya adquirió vida propia y conformó una sociedad civil.”Este tipo de modelo de trabajo puede resistir

mejor a una crisis. Nosotros somos dueños de nuestro propio mercado” señala Killmeate, quien remarca que si

bien se siente una disminución en la cantidad de visitantes, la situación está muy lejos de ser la del momento en

que arrancaron. “Desde entonces hasta ahora, nuestras ventas aumentaron en un 300 por ciento”, cuenta

orgulloso.

Juntarse para producir y luego vender tratando de multiplicar las redes es uno de los desafíos que enfrentan

muchas familias para lograr su subsistencia. La Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (Fundapaz), que

promueve la puesta en marcha de alternativas productivas, apoya a diversas agrupaciones de hilanderas y

teleras de Salta, Santa Fe y Santiago del Estero.

Las Cumas y Maky Sumaj (manos lindas) son dos grupos de mujeres teleras de Santiago del Estero que

cubren desde la cría de ovejas hasta la venta del producto, pasando por cada una de las etapas. Mientras se

ocupan de ampliar y mejorar su producción a través de la capacitación y la adquisición de nuevas ruecas,

distintos grupos de base le van dando forma a un proyecto integral de comercialización de productos de la

región llamado Nuestras artesanías: rescate y creatividad, en un local situado sobre la ruta nacional 34, en la

ciudad de Garza.

También las Hilanderas y Teleras de la Cuña Boscosa Santafesina se dedican a la producción de hilos

artesanales y distintos tipos de tejidos de telar. Juntas se capacitaron para mejorar sus productos y ahora buscan

la manera de promocionarlos. “En total somos 84 mujeres”, cuenta Mirta Barrios, presidenta del grupo, que

tramita su personería jurídica como cooperativa. “Lo que nos falta es hacernos más conocidas, tener más ventas.

Este invierno logramos vender bastante pero todavía no nos alcanza para mantener a nuestras familias. Hay

45 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

muchas de nosotras que tienen que salir a trabajar de empleadas domésticas para sobrevivir. La idea es que esto

sea una fuente de trabajo”, explica Barrios desde Intiyaco, a 300 kilómetros de la capital santafesina.

Para estos grupos, la crisis es su medio habitual de vida. Por eso, quizás el sólo hecho de agruparse sea una

manera de enfrentar la adversidad. Más allá de los tiempos de debacle económica, pelean por conseguir un

resquicio en el mercado que les permita subsistir, bajo los principios de la solidaridad y la dignidad.

La unión que fortalece

“Somos un sector productivo que no piensa levantar las cosas e irse frente a la crisis. La idea es participar y

empezar a tener otra presencia”, asegura Duva, de la carpintería La Nacional. Lo que lo entusiasma es la

creación de la flamante Confederación Nacional de Cooperativas de trabajo (CNct), que reúne una veintena de

federaciones.

“En el Ministerio de Trabajo, en la Secretaría de Industria y en todos lados siempre se sientan con ‘los

Hugos’, como nosotros llamamos a Hugo Moyano (CGT) y a Hugo Yasky (CTA), y a nosotros nunca nos llaman.

Entre todas las cooperativas hoy representamos cerca de 300 mil puestos de trabajo y no tenemos una

representatividad directa del sector”, plantea Duva.

José Sancha, de Fecootra, es uno de los titulares de la nueva Cnct: “Hacia adentro, el objetivo es profundizar

la autogestión y mejorar la eficiencia de las cooperativas de trabajo. Hacia fuera, nuestro desafío es luchar por la

sanción de una ley de cooperativas de trabajo que tenga en cuenta nuestros derechos”.

En este sentido, Orbaiceta resalta que los “trabajadores asociados” (que conforman las cooperativas de

trabajo) no buscan “echar por tierra lo que son años y años de lucha y de conquistas”, sino que a través de la

Cnct pretenden “contribuir a esta historia común. Sabemos que hay gente inescrupulosa que usa la figura de

cooperativa de trabajo para precarizar y flexibilizar”, indica. Pero éste no es el caso.

Además de buscar la sanción de una Ley de Cooperativas de Trabajo, pugnan por una reforma a la Ley de

Concursos y Quiebras para que se contemple la posibilidad de que los trabajadores asociados puedan adquirir la

firma ante el cierre o abandono. De esta forma, se garantizaría la continuidad laboral, plantean.

También, proponen una Ley de Cooperativas Sociales con el fin de incluir a aquellas que son creadas para

incorporar al sistema de trabajo a gente en situación de vulnerabilidad y a desocupados, y una Ley de

Sociedades Anónimas Laborales en la que se puedan encuadrar las que deseen desarrollar una organización más

democrática.

46 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

Redes e incubadoras

Frente a la innegable presencia de la crisis, las cooperativas de trabajo empezaron a desplegar estrategias.

Así, tomando la experiencia de la Red Gráfica, formada por una decena de cooperativas del sector, frigoríficos,

madereros y textiles intentan replicar el modelo.

“El cooperativismo en general lucha para combatir la pobreza y para construir la otra economía, y para eso

hay un solo camino: la integración”, postula Orbaiceta. “Las empresas gráficas constituimos una federación,

cuyo objeto es hacer mejores negocios y ahora ese camino lo están comenzando a recorrer otros sectores.

Indudablemente, esto nos da más fortaleza frente a la crisis y mayor capacidad competitiva. Entre todos tenemos

que ir construyendo un modelo de gestión cooperativa y de sustentabilidad”, remarca.

A fines de junio último, el Hotel Bauen, una empresa recuperada, fue escenario de un desfile en el que

expusieron sus diseños más de una decena de firmas textiles gestionadas por sus trabajadores.

A partir del éxito de esa iniciativa y respaldadas por el Inaes, comenzaron a reunirse con el objetivo de

armar una red. “Una de las posibilidades es abrir un local en Buenos Aires donde podamos vender nuestros

productos”, relata Dardo Fernández, presidente de la cooperativa Contex, de la localidad bonaerense de Las

Flores. En tanto, Gastón Peña, de Mac Body, se entusiasma con la posibilidad de complementarse en el trabajo:

“La red tiene mecanismos para diagramar un plan de trabajo y, por ahí, puede lograr incluso ser proveedor del

Estado”, señala.

En tanto, para los emprendimientos creados bajo el paraguas de los planes sociales, Elgue sugiere otro modo

de funcionamiento. Para él, allí se podría aplicar la experiencia de las “incubadoras” de emprendimientos de la

economía popular, utilizadas en España y Francia. “A partir de una empresa convencional o de una cooperativa

consolidada, el Estado podría subsidiar proyectos que involucren a estos nuevos emprendedores y ayudarles

económicamente, con asistencia técnica, tutorías y capacitación. Claro que esto lleva más tiempo y cuesta más

capitalizar rápidamente, pero sería mucho más sustentable a largo plazo”, plantea Elgue.

Quizás la clave sea ésa: multiplicar y robustecer la economía social, sin acotarla a una política frente a la

emergencia, sino considerándola como una alternativa viable para la construcción de un proyecto de desarrollo

nacional. Quizá sea la hora de pensar más en grande.

47 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

4.2 Finanzas para la Economía Social

Microcréditos, la banca de los pobres 16

El economista Muhammad Yunus (reciente Premio Nobel de la Paz) nos acerca la oportunidad de pensar

sobre la relación que debe establecerse entre los factores económicos y los sociales. Algunos modelos

neoliberales implementados en América Latina durante la década de 1990 colocaron a la economía en una esfera

totalmente separada de los problemas de la pobreza y del bienestar de las mayorías.

La búsqueda de un supuesto equilibrio económico aparecía alejada por completo del equilibrio social; se

presentaba una racionalidad técnica divorciada de toda racionalidad ética. En países como la Argentina, el

resultado fue especialmente devastador para los sectores más desprotegidos.

Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, vincula el desarrollo económico con la expansión de las libertades

reales que disfrutan las personas. Éstas, por lo tanto, requieren eliminar las principales fuentes de privación de

libertad como la pobreza, o la falta de servicios públicos o de libertades políticas. Pero esa expansión de las

libertades no puede ser alcanzada por la simple provisión de bienes o subsidios; éstos sirven para atacar los

problemas de urgencia social, pero nunca logran el desarrollo autónomo de la gente. Ese desarrollo requiere la

incorporación de capacidades o la toma de conciencia de las potencialidades que cada persona posee.

Enfrentar esta realidad plantea la necesidad de llevar adelante estrategias económicas que combatan la

problemática de la desigualdad, así como de promover proyectos de desarrollo local que contemplen las

demandas específicas de los sectores más afectados por la exclusión social.

Los sectores más pobres carecen totalmente de acceso al crédito. Es la población más pudiente la que recibe

la mayor parte de los préstamos bancarios; de allí la importancia de los proyectos de microcréditos,

implementados inicialmente por Yunus, orientados al desarrollo de microemprendimientos. Estos proyectos

pueden jugar un rol fundamental para elevar los niveles de empleo y de calidad de vida de las personas

excluidas del proceso productivo.

En este contexto, es primordial analizar cuáles son los requerimientos para que los programas de

microcréditos sean potenciados en la lucha contra la exclusión. La experiencia realizada hasta el presente

16
Extracto del texto “Responsabilidad social empresarial” de Héctor A. Larocca

48 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

muestra que, para que las microempresas que inicialmente son de subsistencia puedan moverse hacia

actividades de mayor calidad, se precisan créditos cada vez mayores y asociados a actividades de capacitación.

En el mundo se han desarrollado instituciones como el Grameen Bank, de Bangladesh, o el Banco Rakyat, de

Indonesia, que han presentado un crecimiento notable en cuanto al número de prestatarios alcanzado. En la

Argentina, este tipo de proyectos también comenzaron a ser implementados, aunque en forma muy incipiente, y

sobre todo, por ONG. Algunas instituciones y bancos públicos asimismo empezaron a desarrollar sistemas de

microcréditos, pero, por los montos otorgados, están generalmente orientados a personas que no se encuentran

en los umbrales más bajos de la pobreza.

Para poder cumplir su función en forma eficaz, estos programas deben estar muy bien gestionados por

equipos de trabajo que actúen en los propios barrios a los que están dirigidos. Es decir, se requiere el desarrollo

de una fuerte capacidad institucional por parte de las organizaciones que los lleven adelante.

Se destaca el caso de la Asociación Civil AVANZAR por el Desarrollo Humano, que otorga microcréditos y

capacitación a habitantes de villas de emergencia para la realización de microemprendimientos, y que fue creada

por Marta Bekerman, profesora de Desarrollo Económico en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, una

de las máximas referentes y conocedoras en la materia, y a cuyos trabajos publicados en La Nación (2007) y La

Gaceta de Económicas (2006) se remite. Estos créditos son, en promedio, de 400 pesos y para la capacitación se

trabaja con un cuerpo de “oficiales de crédito”, integrado por estudiantes y egresados de distintas facultades de

la UBA, así como por habitantes de las villas de emergencia.

El área geográfica de su accionar incluye las villas de emergencia de Los Piletones, Fátima (Villa 3), Villa 15,

Cildáñez (Villa 6), Charrúa, y las de los barrios de Copello y Soldati, en la Capital Federal.

Se han otorgado más de 4.000 préstamos y actualmente se promueven talleres por actividad, para impulsar

actividades asociativas entre los microemprendedores y dar respuesta a sus necesidades de capacitación.

Los programas de microcrédito se constituyen de esta forma en un instrumento muy importante por

desarrollar el espíritu emprendedor y una cultura del trabajo en vastos sectores de la población que se ubican en

los niveles más bajos de pobreza.

De ello surge que estos programas pueden aumentar sustancialmente su efectividad si son enmarcados en

una estrategia global que incluya mejores planes de educación, de capacitación y de cuidado de la salud. Eso es

posible en la medida en que una estrategia de expansión de bienes públicos vaya reemplazando a los subsidios

de desempleo (políticas asistencialistas).

49 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz dice que la globalización ha contribuido a agudizar las

diferencias de ingresos entre países y personas. Esto es así no porque sea un fenómeno malo en sí mismo, sino

porque está siendo gestionado de una manera que favorece a ciertos intereses concentrados, y no a las mayorías

pobres del planeta.

La propuesta de lucha contra la pobreza es promover que las familias más pobres, especialmente las

mujeres, puedan recibir pequeños créditos para realizar actividades de autoempleo.

En noviembre de 2006, se llevó a cabo en Halifax (Canadá) la Cumbre Global del Microcrédito. Concurrieron

al evento 2.000 delegados, la mayoría, líderes de microcréditos de América Latina y personalidades de apoyo

como Muhammad Yunus –el “banquero de los pobres” y, como ya se mencionó, flamante Premio Nobel de la

Paz–, la reina Sofía de España y la princesa Máxima de Holanda.

Allí se plantearon objetivos cuantitativos, en el sentido de pasar de los 113 millones de prestatarios en 2006 a

175 millones en 2015.

A pesar del fuerte impacto que están teniendo los proyectos de microcréditos en aquellos países que

alcanzaron un fuerte desarrollo, en especial, los asiáticos, existen críticas y observaciones referidas a que el

cambio debe hacerse desde la política a través de transformaciones sociales y económicas que modifiquen la

distribución del ingreso y generen trabajo digno para la gente.

Otro aspecto importante a destacar es que el microcrédito no sólo debe ser analizado desde el punto de vista

de la rentabilidad económica (que debería ser la menor), sino como un negocio social, es decir que su

rentabilidad se mida en función de su impacto sobre las personas.

En definitiva, hablamos aquí de gerencia social en acción para la inclusión, el desarrollo de las capacidades y

las oportunidades.

Los bancos comunales: la experiencia de la Asociación Civil Nuestras Huellas.17

Nuestras Huellas es un camino que comenzó a ser recorrido intentando tomar la experiencia y el caudal de

aprendizajes de muchos otros caminos que habían nacido previamente en distintos rincones del país e incluso en

distintos lugares del mundo. Así fue que en junio de 2002, con el ánimo y el compromiso de contribuir a mejorar

17
Texto preparado especialmente para esta guía escrito por María Paz González y Marcos Pearson del Equipo de Nuestras Huellas. Enero, 2011. Para
más información, consultar la página: www.nuestrashuellas.org.ar

50 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

las condiciones de vida de los sectores más carenciados del Gran Buenos Aires, un grupo de jóvenes comenzaba

una tarea que iría mutando con el correr de los años y con nuevos aprendizajes y lecturas de la realidad. Hoy,

constituidos luego de los años como organización y asociación civil sin fines de lucro, Nuestras Huellas creció y

son muchos más los jóvenes que continúan avanzando en el proyecto, conscientes de que este trabajo forma

parte de un entramado que se teje junto a muchos otros y otras que trabajan día a día para hacer de este mundo

una experiencia más digna y justa para todos y todas. Ese entramado está compuesto por todas aquellas

organizaciones que trabajan desde la perspectiva de la Economía Social y Solidaria. En este sentido, la

organización comparte iniciativas junto a muchos otros y otras en varias redes. Ejemplo de esto son el Espacio

Nacional de Economía Social y Solidaria (ENESS) y la red Saberes Colectivos.

Nuestra oportunidad para progresar

En Nuestras Huellas afirman que la apuesta es encontrar y construir la propia oportunidad de progresar. Y

cuando dicen la propia, es la de todos, los emprendedores, las familias, los vecinos, las distintas provincias, el

país y los países hermanos.

Desde este lugar es que se plantean trabajar para promover el desarrollo integral de las personas en sus

comunidades mediante programas de finanzas solidarias, fomentando acciones participativas, autogestivas y

éticamente responsables en un marco de Economía Social y Solidaria.

Para ello, una de las principales herramientas de trabajo es el Programa de Bancos Comunales. Junto a ellos

se va generando ése marco de Economía Social y Solidaria toda vez que se promueve el acceso al ahorro, se

ofrece capacitación, trabajo grupal y créditos destinados al emprendimiento y la vivienda, al tiempo que se

intenta brindar un servicio integral incluyendo asistencia técnica en comercialización y formación para

emprendedores.

Luego de tres años, hoy Nuestras Huellas puede afirmar que, a través de esta iniciativa, acompaña a más de

1000 emprendedores en los municipios bonaerenses de San Fernando, Tigre, San Isidro, San Martín, San Miguel,

José C. Paz, Malvinas Argentinas y Pilar.

Los Bancos Comunales

Un Banco Comunal no es otra cosa más que una organización barrial que se autogestiona. Cada grupo está

compuesto, como mínimo, por siete personas y los hay, incluso, con más de 20 integrantes. En su mayoría son

51 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

mujeres y el único requisito para participar, además del espíritu para trabajar junto a otros, es que ya se

encuentren desarrollando un emprendimiento o que lo hayan estado haciendo en el último tiempo. De esta

manera, cada socio – como se llama a los emprendedores en los bancos comunales - recibe un crédito individual

que podrá tener crecimiento progresivo, pero la garantía para acceder a éste es necesariamente la confianza y el

cumplimiento de su propio grupo. Asimismo, el destino del crédito puede ser para fortalecer el emprendimiento

o para mejorar la vivienda. Actualmente se acompaña a más de 120 organizaciones distribuidas por todo el

conurbano norte del Gran Buenos Aires.

Por otra parte, para que la propuesta sea verdaderamente transformadora en un marco real de Economía

Social y Solidaria, en los Bancos Comunales, a través del trabajo grupal, se impulsan mecanismos de ahorro que,

además, brindan la posibilidad de ayudar a otros vecinos con créditos solidarios. Este sistema de ahorro, que

siempre es programado y voluntario, tiene por objetivo que los grupos puedan independizarse de Nuestras

Huellas.

Creciendo juntos

Una característica observada a lo largo de los años es que la organización y sus equipos de trabajo han ido

creciendo y fortaleciéndose junto a los emprendedores. Y en este crecimiento y aprender juntos se fue dando el

encuentro con emprendedores diversos. Algunos con grandes negocios, ubicados en locales en lugares

principales; otros más pequeños y dentro del hogar; y otros ambulantes.

Las dificultades más frecuentes a las cuales se enfrentan los emprendedores de los Bancos Comunales y que

se intenta ir resolviendo poco a poco son la falta de negociación con proveedores, el poco acceso a fuentes de

financiamiento, la falta de capacitación en gestión empresarial y cierta dificultad para llevar registros de

entradas y salidas de dinero al día. También suele ser un problema el hecho de que muchos emprendimientos se

repitan (mucha oferta, poca demanda) y la poca continuidad en la misma actividad económica por parte de los

emprendedores.

Sin embargo, también ha habido grandes avances en todo este tiempo y muchos de ellos tienen que ver, por

ejemplo, con el nivel de formalización y profesionalización de los emprendimientos. El registro en el

Monotributo Social es un ejemplo bastante claro de esto. El último año, en la sede de la organización, se inscribió

a gran cantidad de emprendedores que, a partir de ahora, podrán facturar, articular con el Estado y habilitar sus

espacios de trabajo para aquellos que tengan locales. También es la oportunidad de tener una obra social y

52 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

realizar el correspondiente aporte jubilatorio. Otros ejemplos de este avance en la formalización y el crecimiento

de las iniciativas locales son la alta participación en ferias, encuentros y espacios de intercambio, la búsqueda de

nuevos espacios de venta como el Portal www.compremoslonuestro.com y la asistencia a cursos de formación

emprendedora.

Gerencia social

Nuestras Huellas, siguiendo algunos lineamientos de lo que se conoce como gerencia social, aporta en la

construcción del capital social entendiéndolo como “los vínculos sociales que nos atan a una sociedad, y que nos

hacen formar parte de algo mayor e integrarnos a un grupo que estimamos y supera nuestra individualidad” 18

Por otra parte, trabajar entendiendo que la participación de todos los integrantes tiene que ser respetuosa y

donde los protagonistas son los emprendedores de los Bancos Comunales es un punto principal del

pensamiento y propuesta de Nuestras Huellas. Así como también es muy importante la apertura constante al

aprendizaje, porque la organización sostiene que en la diversidad todos tienen algo que aportar.

También se destaca la valoración del trabajo en red y se trabaja para fomentarlo desde redes barriales,

nacionales y espacios de construcción internacionales; no por ser la forma más simple, sino la más rica, siempre

con la certeza de que la realidad es sumamente compleja y que a la hora de trabajar en red es necesario hacerlo

desde los puntos que se tienen en común.

El cambio es en el barrio

El trabajo de Nuestras Huellas hace pie en los barrios, donde la gente vive, trabaja y se relaciona. El cambio

se da ahí o no se da. De ahí que se fomenta el fortalecimiento de la autonomía de todos los miembros integrando

las capacidades existentes como protagonistas en sus propias comunidades. Pero también es importante rescatar

que en Nuestras Huellas – trabajando en finanzas solidarias - lo humano está siempre sobre lo económico donde

se comprende al otro como alguien valioso.

18
Más información sobre este tema en: Federico Saravia (compilador), Seminario de integración y aplicación en proyectos sociales (RSU), 1a ed.,
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2009.

53 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

5) El rol de la Universidad
19
5.1 Responsabilidad Social Universitaria

Al igual que la Empresa que ha debido superar el enfoque filantrópico de la inversión social (como gasto

extra) para entenderse a sí misma bajo el nuevo paradigma de la Responsabilidad Social, la Universidad debe

tratar de superar el enfoque de la "proyección social y extensión universitaria" como “apéndices” bien

intencionados a su función central de formación estudiantil y producción de conocimientos, para poder asumir

la verdadera exigencia de la Responsabilidad Social Universitaria. Todo parte, en nuestra opinión, de una

reflexión de la institución académica sobre sí misma en su entorno social, un análisis de su responsabilidad y

sobre todo de su parte de culpabilidad en los problemas crónicos de la sociedad, dejando de pensarse como una

burbuja de paz y racionalidad en medio de la tormenta en que se debate el “Titanic planetario”, como llama

Edgar Morin a nuestro “barco Tierra”, esa lujosa nave tecnocientífica pero sin rumbo. La verdad es que todos los

líderes que hoy gobiernan las instituciones públicas y privadas que dirigen a este Titanic salen de las mejores

Universidades y aplican a diario ciencias y tecnologías aprendidas ahí, que sin embargo crean y reproducen el

mal desarrollo en el cual la mayor parte de la humanidad trata de sobrevivir. La relación entre la crisis del saber

tecnocientífico hiperespecializado (fragmentado) y su ceguera crónica concerniente a los efectos globales que

engendra por un lado, y la crisis social y ecológica mundial por otro lado, tiene que ser el punto de partida para

una reforma universitaria de responsabilización social que no sea meramente cosmética, sino una profunda

reflexión sobre el significado social de la producción de conocimiento y la formación profesional de líderes en la

era de la ciencia.

Después de reconocer que no sólo se trata de reformar a las malas políticas, sino también a los malos

conocimientos y epistemologías que la Universidad contribuye en producir y transmitir, y que inducen estas

malas políticas, cada Universidad podrá empezar a elaborar su propio diagnóstico y reforma. La

Responsabilidad Social Universitaria exige, desde una visión holística, articular las diversas partes de la

institución en un proyecto de promoción social de principios éticos y de desarrollo social equitativo y sostenible,

para la producción y transmisión de saberes responsables y la formación de profesionales ciudadanos

igualmente responsables.

19
Extractos del texto: “¿Qué es la Responsabilidad Social Universitaria?”, por Vallaeys, François, Artículo publicado por la Universidad Internacional,
www.rsu.uninter.edu.mx/

54 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

La profundidad y la radicalidad de la reforma puede asustar, pero no debemos olvidar que el proceso puede

ser gradual y empezar por cambios organizacionales sencillos. Además, muchos de los elementos de la reforma

de responsabilización social están ya presentes en la mayoría de nuestras Universidades (como por ejemplo la

investigación interdisciplinaria, la articulación en ciertos cursos de la docencia con la proyección social, el

desarrollo de los métodos pedagógicos del Aprendizaje Basado en Problemas y el Aprendizaje Basado en

Proyectos, etc.) salvo que de modo desarticulado y sin perspectiva institucional integrada.

Para precisar orientaciones estratégicas generales de responsabilización social universitaria, es provechoso

enfocar 4 líneas de acción institucional:

1- En lo que concierne la Gestión interna de la Universidad: La meta es orientarla hacia la transformación

de la Universidad en un pequeña comunidad ejemplar de democracia, equidad (supresión de las segregaciones

y corrección de los privilegios), transparencia (política y económica), y hacer de ella un modelo de desarrollo

sostenible (política de protección del medio ambiente, uso de papel reciclado, tratamiento de los desechos, etc.).

Será pertinente utilizar herramientas empleadas ya por las empresas para lograr niveles de calidad como la

norma SA 8000 por ejemplo, o el Balance social. Hacer de la Universidad una comunidad socialmente ejemplar,

es beneficiarse de una doble fuente de aprendizaje: el estudiante aprende en la Universidad su carrera, pero

también aprende de la Universidad los hábitos y valores ciudadanos. Más que los cursos de ética, cuyo impacto

actitudinal es discutible, es la práctica cotidiana de principios y buenos hábitos comunes que forma las personas

en valores.

2- En lo que concierne la docencia: La meta es de capacitar a los docentes en el enfoque de la

Responsabilidad Social Universitaria y promover en las especialidades el Aprendizaje Basado en Proyectos de

carácter social, abriendo el salón de clase hacia la comunidad social como fuente de enseñanza significativa y

práctica aplicada a la solución de problemas reales. Aquí se trata de ser creativos, y de imaginar (no sólo a través

de prácticas profesionales sociales, sino también en los cursos teóricos de cada carrera) cómo el estudiante puede

aprender lo que tiene aprender haciendo cosas socialmente útiles y formándose como ciudadano informado y

responsable. Esto fomentará la creación de talleres de aprendizaje en las facultades, mayor articulación entre las

disciplinas (por la necesidad de un enfoque multi e interdisciplinario para tratar los problemas sociales), y

mayor articulación entre la docencia, la investigación y la proyección social.

3- En lo que concierne la investigación: La meta es de promover la investigación para el desarrollo, bajo

todas las formas posibles. Por ejemplo, una estrategia posible es que la Universidad firme convenios de

55 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

hermanamiento con distritos urbanomarginales o rurales e invite a los departamentos de las diversas carreras a

desarrollar investigaciones interdisciplinarias aplicadas con dichas localidades. Así, investigadores y docentes se

encuentran trabajando sobre la misma problemática en el mismo lugar desde sus especialidades respectivas,

creando una sinergia de saberes, y la interdisciplinariedad deja por fin de ser el “elefante blanco” del cual todos

hablan pero que nunca nadie ha podido domar y montar.

4- En lo que concierne la proyección social: La meta es de trabajar en interfaz con los departamentos de

investigación y los docentes de las diversas facultades para implementar y administrar proyectos de desarrollo

que puedan ser fuente de investigación aplicada y recursos didácticos para la comunidad universitaria.

Dejando atrás la marginalización institucional de estas iniciativas voluntarias humanitarias, por la debilidad

de su vínculo con la formación profesional y la didáctica universitaria, la idea es de lograr una integración de la

proyección social en el corazón de la institución, gracias a una Dirección Académica de Responsabilidad Social

Universitaria que gestione las iniciativas estudiantiles y docentes, y pueda controlar su calidad. Inútil de

precisar que tal unión estrecha entre proyección social, docencia e investigación resultará sin duda en el

aumento significativo del voluntariado estudiantil, puesto que el alumnado habrá podido aprovechar de un

aprendizaje basado en proyectos durante su formación.

La articulación entre las líneas de acción institucional y las diversas carreras que propone cada Universidad

se formula a través de los diferentes tipos de ejes temáticos que el campo del desarrollo ofrece, y que las ONGs y

Organizaciones Internacionales han puesto en la agenda social: desarrollo humano y calidad de vida, desarrollo

económico, desarrollo tecnocientífico sostenible, desarrollo ciudadano y de la democracia, desarrollo de

capacidades y cultural, etc. Tantos temas que pueden interesar a todas las carreras universitarias posibles, desde

las ingenierías hasta las artes plásticas, pasando por la psicología o la educación.

Las posibilidades de integración entre las iniciativas de enseñanza, investigación y proyección social son casi

infinitas, sólo conviene brindar el apoyo institucional adecuado a las personas creativas de cada claustro

universitario, y cuidar del retorno permanente de las acciones sociales emprendidas hacia el mejoramiento de la

formación académica y profesional de la comunidad universitaria, única medida que garantice la continuidad a

largo plazo de la dinámica de Responsabilidad Social Universitaria.

56 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

5 . 2 E l v o l u n t a r i a d o 20

Múltiples y variadas son las definiciones que existen sobre el voluntariado. Y con ello, también pueden

encontrarse numerosas características y valores que se atribuyen a él. Más aún, cuando es la misma persona

que realiza tareas voluntarias, quien se halla en mejores condiciones para definir qué es lo que hace; así como

también cuáles son los motivos que lo mueven, y en busca de qué satisfacciones. Sin embargo, es posible y por

demás útil, poder llegar a un consenso acerca de lo que entendemos por voluntariado, y por “voluntariado

universitario”, en particular.

Un avance hacia la búsqueda de una definición común, sería establecer los rasgos prevalecientes en toda

actividad voluntaria. Sin duda, el primero de ellos da cuenta de la libre determinación de los individuos, a saber,

de la propia decisión de emprender labores solidarias. Toda coerción, inducción o presión sobre la persona

excluye la posibilidad de encontrarse frente a un trabajo voluntario.

El segundo aspecto a destacar es la realización de tareas de índole general, de manera gratuita, sin percibir

intercambio monetario alguno. En este sentido, la contrapartida del voluntariado se relaciona con sentimientos y

valores intrínsecos, con la ampliación del rol ciudadano; más que con la recompensa dineraria o en especie que

se puede llegar a recibir por cualquier otra tarea. El amor y la solidaridad son los protagonistas a la hora de

hablar de los motivos que inducen al voluntariado.

Finalmente, se puede agregar que involucra a otros: una persona, una organización, la sociedad en sí, como

los destinatarios del trabajo voluntario. Es decir, implica el compromiso de atender las necesidades puntuales de

los miembros de la comunidad. No se trata de llevar a cabo actividades definidas por azar, sino de que las

mismas se articulen de manera tal con las dificultades u obstáculos de los actores, que favorezcan a su

superación, abriendo el camino para una nueva realidad.

Entonces, podemos concluir que un voluntario es la persona que desarrolla -por su libre determinación y de

un modo solidario-, tareas de interés general destinadas a la atención de necesidades sociales, tanto de manera

individual como en organizaciones públicas o privadas, sin percibir por ello remuneración, salario, ni

contraprestación económica alguna.

20
Extracto de “Pequeña Guía para el Voluntario” - Secretaría de Bienestar Estudiantil, Facultad de Ciencias Económicas-UBA.
Más información sobre este tema puede encontrarse en el libro Hacia una democracia socialmente responsable. Una reflexión desde la Universidad
pública de Federico Saravia y Juan Escobar. Editorial Prometeo. Edición 2010.

57 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

El voluntariado, entendido como la acción voluntaria realizada de manera sostenida y sistemática, sólo tiene

existencia real cuando repercute en los otros, cuando su interés es colectivo, general, público. Es un medio para

dar respuesta a necesidades, problemas e intereses sociales, y no un fin en sí mismo para brindar satisfacción a

las personas voluntarias. La acción voluntaria supone un compromiso solidario para mejorar la vida colectiva.

Por eso decimos que el voluntariado es un medio para hacer posible lo necesario.

A ello cabe agregar la particularidad del voluntariado universitario, dado que el estudiante o graduado

carga con un importante bagaje de conocimientos y convivencias cultivados a lo largo de su estadía en la

universidad. Este bagaje debe ser apto de volcarse y aplicarse en beneficio de la comunidad.

El trabajo voluntario junto con organizaciones de la sociedad civil y con el conjunto social en general,

además de reforzar la responsabilidad social, es un factor que contribuye a una mayor excelencia académica, al

incluir una capacitación extra-curricular, alineada a las problemáticas que afectan al país. A pesar de que se trata

de un trabajo no remunerado (al menos en dinero) creemos que la contrapartida de esta actividad voluntaria es

la capacitación en áreas de incumbencia profesional, la cual no sólo proviene de la organización en la cual los

voluntarios realizan sus tareas, sino también a través de la transmisión de conocimientos desde el docente

coordinador de cada proyecto.

El hecho de que los frutos de la actividad académica y científica puedan llegar a todos los rincones de la

comunidad, abre las puertas hacia un modelo de país con igualdad de oportunidades de crecimiento y

desarrollo para todos sus miembros. Y a su vez, retroalimentar con las problemáticas que deben ser estudiadas e

investigadas desde la comunidad académica, para dar respuesta a las demandas sociales existentes.

Empresas, organizaciones sociales, sindicatos, instituciones educativas, organismos del Estado, y demás

actores sociales, deben interactuar en un contexto cruzado por confusiones e incertidumbres, en el que para su

correcto funcionamiento y mejor convivencia, se ven obligados a generar un entramado de alianzas estratégicas,

que configuran la base para la puesta en práctica del pacto social abarcativo del conjunto que la hora reclama.

58 de 59
Guía de Lectura “Ética para el Desarrollo”

ACTIVIDAD PRÀCTICA
Consigna

a) Los participantes del Programa Amartya Sen, luego de la lectura de la introducción

conceptual precedente, deberán seleccionar una noticia aparecida en dos medios gráficos

(diario, revista, etc.) durante los últimos tres meses y analizarla a la luz de los elementos

conceptuales, teniendo como resultado una nota de opinión.

La nota tiene que hacer referencia al menos cinco de los siguientes temas/conceptos:

Neoliberalismo - Crecimiento- Reduccionismo economicista - Desarrollo Humano- Desigualdad


social – Exclusión social - Pobreza – Ética - Discriminación – Mal desarrollo o desarrollo
descontrolado de la tecnología – Crisis Ecológica – Gerencia Social- Responsabilidad Empresaria -
Capital Social – Economía social – Consumo responsable – Microemprendimiento – Empresa Social -
Voluntariado.

Tendrá que tener la siguiente estructura:

Introducción: Detalle de la noticia y descripción de los sucesos (1 hoja).

Desarrollo: Análisis del caso en base a la bibliografía. (2 o 3 hojas)

Conclusión: Reflexión personal sobre lo narrado (1 hoja)

b) Deberán presentar un anexo que contenga:

1- Las noticias utilizadas para la elaboración de la nota, indicando:

- Fecha de la/s comunicaciones y fuente/s de referencia

- Lugar de referencia (país, provincia o cuidad)

2- Bibliografía consultada y citada.

Fecha límite de entrega: 18 de febrero de 2012

59 de 59

Potrebbero piacerti anche