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Parásitos: Molestos habitantes en

nuestros intestinos

Tierra, objetos del suelo, frutas sin lavar, manos


sucias, etc. Los niños se llevan todo lo que encuentran a la boca, por lo tanto, es comprensible que
sean ellos una de las víctimas preferidas de los parásitos intestinales.

De acuerdo con la doctora Patricia Muñoz Casas del Valle, gastroenteróloga infantil de Clínica
Alemana, especialista en parasitosis, "los parásitos en los niños son frecuentes en la edad
preescolar, entre los dos y seis años, porque ellos acostumbran a jugar con tierra, tienen menos
hábitos de lavado de manos y suelen echarse a la boca alimentos sin lavar o cosas que recogen
del suelo. Además, muchos asisten a jardines infantiles donde están en contacto con muchos otros
niños que pueden tener esta infección".

En el caso de los humanos, el parasitismo intestinal se presenta cuando una especie (parásito)
vive a expensas de una persona (huésped), dentro del tracto intestinal, pudiendo provocar daño.

La principal forma de adquirir estos parásitos es a través de la contaminación del agua, de frutas,
de verduras o de tierra con deposiciones humanas infectadas con sus huevos, o directamente a
través de un manipulador de alimentos con malos hábitos higiénicos que lo hagan portador de
alguna parasitosis. "Es por esto que cuando se iniciaron campañas televisivas para prevenir el
cólera -que aconsejaban lavarse las manos con frecuencia, utilizar agua potable y consumir
verduras bien lavadas y alimentos cocidos- disminuyeron los afectados por parásitos intestinales; y
apenas se relajaron las medidas, estos problemas reaparecieron", explica la especialista.

Los niños que están infectados con parásitos intestinales pueden presentar una amplia gama de
sintomatología. Hay algunos que ni siquiera muestran indicios de la enfermedad, mientras que
otros sufren cólicos abdominales recurrentes, disminución o ausencia de apetito, detención del
progreso en el aumento de peso o peso insuficiente y una serie de trastornos digestivos.

Los síntomas más comunes de los Oxiuros son picazón (prurito anal o nasal)
y en el caso de las niñitas vaginal, porque muchas veces el parásito migra hacia la vagina y
produce secreción anormal. En estos casos es común que la madre descubra en las márgenes del
ano un gusanito blanquecino, en forma de hilacha, que mide alrededor de medio centímetro de
largo, ése es el pidulle. Para diagnosticarlo se utiliza el Test de Graham, que consiste en pasar
papel engomado transparente (cinta scotch) por las márgenes del ano durante varios días para
luego examinarlo bajo el microscopio.

En el caso de las Giardias una vez que los quistes llegan al estómago, de ellos salen los
trofozoítos (formas activas del parásito) que pasan al intestino delgado, donde se pegan a las
paredes provocando diarreas y cólicos intestinales. Para detectarlos, se realiza un examen
parasitológico, que consiste en juntar muestras de deposiciones día por medio y analizarlas
posteriormente en el microscopio.

Las abuelitas recomendaban tomar vinagre y otra serie de secretos


naturales para acabar con estos molestos parásitos. Actualmente existe una serie de
medicamentos rápidos y efectivos para combatirlos. En el caso de los microscópicos, como las
Giardias, se receta metronidazol. En cambio, en el tratamiento de los pidulles o de otros gusanos,
se utilizan medicamentos como el albendazol o mebendazol.

Tratar estas infecciones a tiempo permite evitar los molestos síntomas y prevenir consecuencias
peores, como la desnutrición o intensos daños abdominales. "La filosofía del parásito es vivir a
expensas de otro, tratando de no perjudicarlo para no ser descubierto y mantenerse como especie.
Sin embargo, puede causar mucho daño si se encuentra en grandes cantidades y en un terreno
propicio, como un niño que se alimenta mal o que sufre de otras enfermedades que reducen sus
defensas, ya que al alterarse la inmunidad, los parásitos se multiplican con más facilidad y
provocan mayor daño", explica la doctora Muñoz.
Otros parásitos
-Amebas: En algunos casos la amebiasis puede provocar malestar y estreñimiento alternado con
diarreas, las que a veces se acompañan de sangre y moco en abundancia. También hay casos en
que estos parásitos entran en la corriente sanguínea e introducen infecciones en el hígado,
pulmones y el cerebro, además de producir úlceras en la cara y anemia.

-Lombriz solitaria (Taenia solium): Se trata de un gusano aplanado que puede llegar a medir de 10
a 12 metros y se adquiere por comer carne de cerdo cruda o insuficientemente cocida. Si una
persona consume agua o alimentos contaminados con deposiciones que tengan huevos de este
parásito es posible que desarrolle una larva que se enquista en distintos tejidos. El caso más grave
es cuando se enquista en el tejido nervioso central provocando una Neurosistisarcosis. También
existe la Taenia saginata, que se adquiere por comer carne cruda de vacuno. En este caso sus
huevos no producen daño al hombre.

Medidas preventivas

 Buen aseo de manos.


 Evitar comerse las uñas, ya que la onicofagia facilita el contagio.
 Consumir alimentos bien lavados y cocidos.
 Beber siempre agua potable.
 Alimentarse adecuadamente y en forma balanceada.
 Mantener la vivienda, los pisos, las paredes y los alrededores limpios y secos.
 Evitar el contacto de las manos y los pies con el lodo, como la tierra o la arena de aquellos
sitios donde se sabe o se sospecha que existe contaminación fecal.
 Evitar ingerir alimentos en ventas callejeras y lugares con deficientes condiciones
higiénicas.

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