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Para empezar, en el mensaje de la parábola del Sembrador, el Señor nos enseña como la semilla
de la palabra al ser plantada en el corazón del hombre tiene efectos diferentes en muchas
personas. Lo más relevante en esta parábola, es como se enfatiza más en los cuatro tipos de
terrenos. Cada terreno simboliza el corazón del hombre en quien fue sembrada la palabra.
También vemos, que Jesús al predicar, fueron muchas personas las que oyeron la palabra. Por lo
cual, es similar a hoy en día, cuando el mensaje de salvación es también predicado en el mundo
entero desde hace más de 2000 años. Sin embargo, en cada persona hay una reacción distinta y El
Señor Jesús da una interpretación, explicando los 4 diferentes tipos de suelos (corazones) donde
fue sembrada la palabra y hace referencia aquellos que la oyen.
En pedregales.
Entre espinos.
En buena tierra.
“Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron”
(Mt 13:4).
Explicación dada por Jesús: “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el
malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino”
(Mt 13:19).
Primeramente esto nos explica, que al igual que lanzar una semilla en el pavimento, este tipo de
personas tienen el corazón endurecido, tanto así que la palabra no halla lugar en ellos. También, al
igual que muchas veces vemos como las aves bajan a comer las semillas que se encuentran en la
superficie del pavimento o de las plazas, de esa manera el maligno arrebata la palabra que fue
sembrada en ellos.
Por este motivo, una de las muchas referencias que hallamos en la palabra, es cada vez que los
fariseos escuchaban al Señor, su religión y sus tradiciones impedían y chocaban con la doctrina de
Cristo. De igual manera ocurre hoy en día cuando muchos no aceptan la palabra del Señor y
colocando su religión por encima de Dios. Por lo cual, el corazón de estas personas estaba
endurecido y la Biblia menciona cuando Esteban dijo: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón
y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo” (Hechos 7:51).
“Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía
profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó” (Mt 13:5-6).
Explicación dada por Jesús: “Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y
al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al
venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (Mt 13:20-21).
Este tipo de personas que describe las escrituras es de corazón poco profundo, al igual que una
roca con una fina capa de tierra encima. Por lo tanto, no puede echar raíz, ya que solo ha ocurrido
un gozo emocional momentáneo, pero no un arrepentimiento verdadero. Ya que primeramente,
cuando se realiza la obra redentora de Cristo en nuestras vidas, lo que se produce en nosotros es
contrición, arrepentimiento y humildad, no un gozo efímero y pasajero.
Además la palabra de Dios no puede echar raíz en este tipo de personas, por la falta de una vida
de oración, lectura de la palabra y devoción a Dios. En consecuencia a esto, al venir las pruebas, las
tentaciones y persecución por causa de la palabra, luego caen.
Así que este tipo de personas son creyentes temporales, que tan pronto vienen las situaciones
abandonan la iglesia y no están dispuestos a luchar por la fe que le fue dada (Jn 6:66).
“Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron” (Mt 13:7).
Explicación dada por Jesús: “El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero
el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (Mt
13:22).
En este ejemplo, el corazón es a medias, y no ha sido rendido totalmente a Dios. Por lo tanto,
debemos tener cuidado, porque los afanes van a llegar, pero con respecto a esto, la palabra de
Dios nos alienta diciendo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Flp 4:6). Por esta razón, debemos
orar y clamar a Dios. También debemos detectar los espinos y cortarlos, porque estos estancan la
vida del creyente, haciendo que, al tener la mirada puesta en los afanes y las cosas externas, no se
lleve fruto a Dios.
En conclusión, en “los oidores junto al camino” y “los oyentes en pedregales”, vemos que las
causas son internas, “la dureza del hombre y la superficialidad de la carne”. Mientras que los
“oyentes en tierra espinosa”, las trampas son externas, “la codicia de otras cosas” y “los placeres
de la vida”.
Los oyentes en buena tierra
“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
El que tiene oídos para oír, oiga” (Mt 13:8).
Explicación dada por Jesús: “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y
entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (Mt 13:23).
Este tipo de personas la Biblia las describe en Lucas 8:15, como las de “corazón bueno y recto”. Y
no solo eso, también dice que son las que “retienen la palabra y dan fruto con perseverancia”. Por
lo tanto, los requisitos para que la palabra diera fruto en este tipo de creyentes fueron, un corazón
sencillo y una mente abierta para comprender la palabra de Dios, aferrándose fuertemente a ella.
Así que es importante que haya mucha oración, para entender, tener paciencia y atesorar la
palabra en nuestros corazones con el deseo de guardarla.
Junto al Camino: Nos enseña que cada ser humano, es responsable de escuchar y recibir La
Palabra.
En Pedregales: Nos da como enseñanza lo importante que tiene congregarse, para echar raíz y
aprender mas acerca de la palabra de Dios. Pero también nos exhorta a orar y a tener una vida de
devoción a Dios.
Entre Espinos: Nos deja como enseñanza a estar atentos a esos afanes y deseos que pueden
convertirse en espinos en nuestras vidas. Por este motivo, debemos detectarlos y cortarlos,
pidiendo ayuda a Dios en oración, para que aparte esos afanes y deseos que quieran estancar
nuestra vida espiritual (He 2:18).
En buena tierra: Nos enseña a perseverar en la oración y seguir en el camino que Cristo trazó para
nuestras vidas.
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22 JUNIO, 2018
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13 MARZO, 2018
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Gracias, hermano por la informaciòn compartida, es ùtil, para aprender cada dìa màs de la Palabra
de Dios.
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22 JUN, 2018
sabiduría biblia, versículos de sabiduría, versículos sobre la sabiduría de Dios, versículos bíblicos
de sabiduría
VERSÍCULOS
35 Versículos sobre la Sabiduría de Dios en la Biblia
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significa llamad y se os abrirá, pedid y se os dara versiculo
REFLEXIÓN BÍBLICA
Pedid y se os Dará, Buscad y Hallaréis, Llamad y se os Abrirá
27 ABR, 2018
Sembrador y su Explicación
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El mensaje de la parábola del sembrador es uno más populares que tiene de la Biblia. También es
donde el Señor Jesús, narra una historia simbólica para enseñar las verdades espirituales del
evangelio. Lea También: Jesús es la Vid Verdadera.
Para empezar, en el mensaje de la parábola del Sembrador, el Señor nos enseña como la semilla
de la palabra al ser plantada en el corazón del hombre tiene efectos diferentes en muchas
personas. Lo más relevante en esta parábola, es como se enfatiza más en los cuatro tipos de
terrenos. Cada terreno simboliza el corazón del hombre en quien fue sembrada la palabra.
También vemos, que Jesús al predicar, fueron muchas personas las que oyeron la palabra. Por lo
cual, es similar a hoy en día, cuando el mensaje de salvación es también predicado en el mundo
entero desde hace más de 2000 años. Sin embargo, en cada persona hay una reacción distinta y El
Señor Jesús da una interpretación, explicando los 4 diferentes tipos de suelos (corazones) donde
fue sembrada la palabra y hace referencia aquellos que la oyen.
En pedregales.
Entre espinos.
En buena tierra.
“Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron”
(Mt 13:4).
Explicación dada por Jesús: “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el
malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino”
(Mt 13:19).
Primeramente esto nos explica, que al igual que lanzar una semilla en el pavimento, este tipo de
personas tienen el corazón endurecido, tanto así que la palabra no halla lugar en ellos. También, al
igual que muchas veces vemos como las aves bajan a comer las semillas que se encuentran en la
superficie del pavimento o de las plazas, de esa manera el maligno arrebata la palabra que fue
sembrada en ellos.
Por este motivo, una de las muchas referencias que hallamos en la palabra, es cada vez que los
fariseos escuchaban al Señor, su religión y sus tradiciones impedían y chocaban con la doctrina de
Cristo. De igual manera ocurre hoy en día cuando muchos no aceptan la palabra del Señor y
colocando su religión por encima de Dios. Por lo cual, el corazón de estas personas estaba
endurecido y la Biblia menciona cuando Esteban dijo: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón
y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo” (Hechos 7:51).
“Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía
profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó” (Mt 13:5-6).
Explicación dada por Jesús: “Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y
al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al
venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (Mt 13:20-21).
Este tipo de personas que describe las escrituras es de corazón poco profundo, al igual que una
roca con una fina capa de tierra encima. Por lo tanto, no puede echar raíz, ya que solo ha ocurrido
un gozo emocional momentáneo, pero no un arrepentimiento verdadero. Ya que primeramente,
cuando se realiza la obra redentora de Cristo en nuestras vidas, lo que se produce en nosotros es
contrición, arrepentimiento y humildad, no un gozo efímero y pasajero.
Además la palabra de Dios no puede echar raíz en este tipo de personas, por la falta de una vida
de oración, lectura de la palabra y devoción a Dios. En consecuencia a esto, al venir las pruebas, las
tentaciones y persecución por causa de la palabra, luego caen.
Así que este tipo de personas son creyentes temporales, que tan pronto vienen las situaciones
abandonan la iglesia y no están dispuestos a luchar por la fe que le fue dada (Jn 6:66).
“Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron” (Mt 13:7).
Explicación dada por Jesús: “El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero
el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (Mt
13:22).
En este ejemplo, el corazón es a medias, y no ha sido rendido totalmente a Dios. Por lo tanto,
debemos tener cuidado, porque los afanes van a llegar, pero con respecto a esto, la palabra de
Dios nos alienta diciendo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Flp 4:6). Por esta razón, debemos
orar y clamar a Dios. También debemos detectar los espinos y cortarlos, porque estos estancan la
vida del creyente, haciendo que, al tener la mirada puesta en los afanes y las cosas externas, no se
lleve fruto a Dios.
En conclusión, en “los oidores junto al camino” y “los oyentes en pedregales”, vemos que las
causas son internas, “la dureza del hombre y la superficialidad de la carne”. Mientras que los
“oyentes en tierra espinosa”, las trampas son externas, “la codicia de otras cosas” y “los placeres
de la vida”.
“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
El que tiene oídos para oír, oiga” (Mt 13:8).
Explicación dada por Jesús: “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y
entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (Mt 13:23).
Este tipo de personas la Biblia las describe en Lucas 8:15, como las de “corazón bueno y recto”. Y
no solo eso, también dice que son las que “retienen la palabra y dan fruto con perseverancia”. Por
lo tanto, los requisitos para que la palabra diera fruto en este tipo de creyentes fueron, un corazón
sencillo y una mente abierta para comprender la palabra de Dios, aferrándose fuertemente a ella.
Así que es importante que haya mucha oración, para entender, tener paciencia y atesorar la
palabra en nuestros corazones con el deseo de guardarla.
Cada mensaje del Señor Jesús tenia una enseñanza para meditar y poner en practica, la reflexión
de la Parábola del Sembrador es la Siguiente:
Junto al Camino: Nos enseña que cada ser humano, es responsable de escuchar y recibir La
Palabra.
En Pedregales: Nos da como enseñanza lo importante que tiene congregarse, para echar raíz y
aprender mas acerca de la palabra de Dios. Pero también nos exhorta a orar y a tener una vida de
devoción a Dios.
Entre Espinos: Nos deja como enseñanza a estar atentos a esos afanes y deseos que pueden
convertirse en espinos en nuestras vidas. Por este motivo, debemos detectarlos y cortarlos,
pidiendo ayuda a Dios en oración, para que aparte esos afanes y deseos que quieran estancar
nuestra vida espiritual (He 2:18).
En buena tierra: Nos enseña a perseverar en la oración y seguir en el camino que Cristo trazó para
nuestras vidas.