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Equipo 9V

El Caso de la Familia Coco Rivera


Vs.
El Estado de Thanos y la República de Namor

Escrito de Solicitudes, Argumentos y Pruebas presentado ante la Honorable Corte


Interamericana de Derechos Humanos
Tabla de contenido.
A. Bibliografía.
B. Objeto de la demanda.
C. Exposición de hechos.
D. Competencia de la Corte.
E. Alegatos y fundamento de derecho.
1.- Incumplimiento del artículo 1.1 derivada de la obligación de garantizar los artículos 4.1 y
5.1 en el contexto de la protección del medio ambiente.
2.- Incumplimiento del artículo 1.1 de la Convención Americana en relación con los artículos
22.1, 13.1, 5.1 y 26 del mismo instrumento.
a) Violación del artículo 22.1 y 13.1 de la Convención Americana en relación
con la obligación de respeto y garantía derivado del derecho a no ser
desplazado.
b) Violación al artículo 22 y 26 de la Convención Americana en relación con las
obligaciones de respetar y garantizar el derecho a una vivienda digna, la
salud, al trabajo, a la alimentación y al acceso al agua.
c) Violación de los artículos 5.1 y 22 de la Convención Americana en relación
con el deber de respetar y garantizar el derecho a la integridad personal
3.- Incumplimiento del artículo 1.1 de la Convención Americana en relación con la violación
de los artículos 7, 8, 19 y 25 del mismo instrumento.
4.- Incumplimiento del artículo 1.1 de la Convención Americana en relación a los artículos
22.7 y 19 del mismo instrumento.
5.- Incumplimiento del artículo 1.1 de la Covención Americana en relación con el artículo
22.8 y 19 del mismo instrumento.
F. Reparaciones.
G. Petitoria
A. Bibliografía.
Tratados e Instrumentos Internacionales
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS
▪ ONU, Principios rectores de desplazamiento interno. Doc.
E/CN.4/1998/53/Add.2, 11 de febrero de 1998. Pág. 20 y 23.
▪ ONU “El futuro que queremos”. Doc. ONU A/RES/66/288, Resolución 66/288,
27 de julio de 2012. Pág. 18 y 19.
▪ ONU Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos sobre la relación entre el cambio climático y los
derechos humanos. A/HRC/10/61, 15 de enero de 2009. Pág. 17.
▪ ONU Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentación en
desalojos forzosos. (A/65/281). Pág. 25.
▪ ONU Relatoría Especial para la Libertad de Expresión. Mecanismos
internacionales para la promoción de la libertad de expresión. Declaración
Conjunta; Relator Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Opinión
y Expresión, el Representante de la Organización para la Seguridad y
Cooperación en Europa para la Libertad de los Medios de Comunicación y el
Relator Especial de la OEA para la Libertad de Expresión, 6 de diciembre de
2004. Pág. 20.
▪ OIM, Reintegración, Enfoques Eficaces, 2015. Pág. 24.
▪ IASC, Directrices Operacionales del IASC sobre la Protección de las Personas
en Situaciones de Desastres Naturales, 2011. Pág. 28 y 30.
▪ FAO, Derecho a la alimentación adecuada, 2004. Pág. 30.
▪ OMS, Derecho al agua. 2003. Pág. 32.
ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
▪ OEA, Convención Americana Sobre Derechos Humanos. Adoptada en San José,
Costa Rica, 1969. Pág. 26, 38.
▪ OEA, Protocolo Adicional a la Convención Americana en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador). Adoptado en el
Salvador, 1988. Pág. 26 y 28.
▪ CIDH, Derechos humanos de migrantes, refugiados, apátridas, víctimas de trata
de personas y desplazados internos: Normas y Estándares del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 46/15, 2015. Pág.
35.
▪ CIDH, Derechos humanos de los migrantes y otras personas en el contexto de la
movilidad humana en México, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 48/13, 30 de diciembre
2013. Pág. 36.
▪ CIDH, Indicadores de Progreso: Segundo Agrupamiento de Derechos,
OEA/Ser.L/XXV.2.1, 5 de noviembre de 2013. Pág. 19.
▪ CIDH, Informe Anual Volumen II: Informe Anual de la Relatoría Especial
para la Libertad de Expresión. Capitulo III: Marco jurídico interamericano del
derecho a la libertad de expresión, párrs. 140 y 142, 2008. Pág. 20.
Documentos del ACNUR
● ACNUR, Directrices sobre los Criterios y Estándares Aplicables con Respecto a la
Detención de Solicitantes de Asilo, 26 de febrero de 1999. Pág. 35.
● ACNUR, Manual de Procedimientos y Criterios para Determinar la Condición de
Refugiado en virtud de la Convención de 1951 y el Protocolo de 1967 sobre el
Estatuto de los Refugiados, Ginebra, 2011. Pág. 40.
● ACNUR, Conclusiones sobre la protección internacional de los refugiados
aprobadas por el Comité́ Ejecutivo, No 65 (XLII), 1991. Pág. 41.
Documentos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
● CIDH, Refugiados y migrantes en Estados Unidos: Familias y niños no
acompañados, OAS/Ser.L/V/II.155 Doc. 16 24 julio 2015. Pág. 36.
● CIDH, Informe No. 49/99. Caso 11.610. Loren Laroye Riebe Star, Jorge Barón
Guttlein y Rodolfo Izal Elorz, México 13 de abril de 1999. Pág. 34.
● CIDH, Volumen II: Informe Anual de la Relatoría Especial para la Libertad de
Expresión. Capítulo III: Marco jurídico interamericano del derecho a la libertad de
expresión, Informe Anual 2008. Pág. 20.
● CIDH, Folleto informativo número 25 -Desalojos forzosos y los derechos humanos,
1993. Pág. 26.
● CIDH, Caso 11.610. Loren Laroye Riebe Star, Jorge Barón Guttlein y Rodolfo Izal
Elorz (México), Informe No. 49/99, 13 de abril de 1999. Pág. 34.
● Derechos humanos de migrantes, refugiados, apátridas, víctimas de trata de personas
y desplazados internos: Normas y Estándares del Sistema Interamericano de Derechos
Humanos. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, OEA/Ser.L/V/II. Doc.
46/15, 2015. Pág. 35.
● CIDH, Derechos humanos de los migrantes y otras personas en el contexto de la
movilidad humana en México, OEA/Ser.L/V/II, Doc. 48/13, 30 de diciembre 2013.
Pág. 36.
Casos contenciosos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
● Corte IDH. Caso de los "Niños de la Calle" (Villagrán Morales y otros) Vs.
Guatemala. Fondo. Sentencia de 19 de noviembre de 1999. Serie C No. 63. Pág. 16 y
37.
● Corte IDH. Caso Vélez Loor Vs. Panamá. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de noviembre de 2010. Serie C No. 218. Pág.
34.
● Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y otros) vs Ecuador.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de agosto
de 2013. Serie C No. 268. Pág. 22.
● Corte IDH. Caso Comunidad indígena Sawhoyamaxa vs Paraguay. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C. No. 146. Pág. 18.
● Corte IDH. Caso Chinchilla Sandoval y otros Vs Guatemala. Excepción preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia 29 de febrero de 2006. Serie C. No. 312.
● Corte IDH. Caso Defensor de Derechos Humanos y otros Vs. Guatemala.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de agosto
de 2014. Serie C No. 283. Pág. 18.
● Corte IDH. Caso Poblete Vilches y otros Vs. Chile, Sentencia de 8 de marzo de 2018,
Fondo, Reparaciones y Costas. Serie C No. 349. Pág. 27 y 28.
● Corte IDH. Caso Gonzales Lluy vs Ecuador, Excepciones preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de septiembre de 2015. Serie C. No. 298. Pág.
19.
● Corte IDH. Caso I.V. vs Bolivia. Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 30 de septiembre de 2016. Serie C. No. 329. Pág. 19.
● Corte IDH. Caso Velásquez Paiz y otros vs Guatemala. Excepciones preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de noviembre de 2015. Serie C. No.
307. Pág. 17.
● Corte IDH. Caso González y otras (Campo Algodonero) vs México, Excepción
Preliminar. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009.
Serie C. No. 205. Pág. 43.
● Corte IDH. Caso Kawas Fernández Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 3 de abril de 2009. Serie C No. 196. Pág. 16.
● Corte IDH. Caso Artavia Murillo y otros ("Fecundación in vitro") Vs. Costa Rica.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas Sentencia de 28 noviembre
de 2012. Serie C No. 257. Pág. 16.
● Corte IDH. Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo
Reparaciones y Costas. Sentencia 17 de junio de 2005. Serie C No. 125. Pág. 18.
● Corte IDH. Caso de la Comunidad Indígena Xákmok Kásek vs. Paraguay. Fondo
Reparaciones y Costas. Sentencia 24 de agosto de 2010. Serie C No. 214. Pág. 25.
● Corte IDH. Caso Pueblos Kaliña y Lokono Vs. Surinam. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2015. Serie C No. 309. Pág. 18.
● Corte IDH. Caso Yarce y otras vs Colombia. Excepción preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2016. Serie C. No. 325. Pág.
23.
● Corte IDH. Caso Familia Pacheco Tineo Vs. Estado Plurinacional de Bolivia.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, y Costas. Sentencia de 25 de
noviembre de 2013. Serie C No. 272. Pág. 41.
● Corte IDH. Caso Claude Reyes y otros Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 19 de septiembre de 2006. Serie C No. 151. Pág. 20.
● Corte IDH. Caso Chitay Nech y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de mayo de 2010. Serie C No. 212.
Pág. 23.
● Corte IDH. Caso Masacres de El Mozote y lugares aledaños Vs. El Salvador. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de octubre de 2012. Serie C No. 252. Pág. 23.
● Corte IDH. Caso de las comunidades afrodescendientes desplazadas de la Cuenca
del Río Cacarica (Operación Génesis) Vs. Colombia. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de noviembre de 2013. Serie C No.
270. Pág. 23.
● Corte IDH. Caso Nadege Dorsema y otros vs República Dominicana. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de octubre de 2012. Serie C. No. 257. Pág.
25.
● Corte IDH. Caso Suárez Peralta Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de mayo de 2013. Serie C No. 261. Pág. 27.
● Corte IDH. Caso Furlan y familiares Vs. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas ,
Sentencia de 31 de agosto de 2012. Serie C No. 246. Pág. 43.
● Corte IDH. Caso de la Comunidad Moiwana Vs. Suriname, Excepciones
Preliminares, Fondo, reparaciones y Costas, Sentencia 15 de junio de 2005. Serie C
No. 124. Pág. 32.
● Corte IDH. Caso de las Hermanas Serrano Cruz Vs. El Salvador. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de marzo de 2005. Serie C No. 120. Pág. 33.
Opiniones Consultivas e interpretaciones de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos
● Corte CIDH. Medio Ambiente y Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-23/17
de 15 de noviembre de 2017. Serie A No. 23. Pág. 33
● Corte IDH. Derechos y garantiá s de niñas y niños en el contexto de la migración y/o
en necesidad de protección internacional. Opinión Consultiva OC-21/14 de 19 de
agosto de 2014. Serie A No. 21. Pág. 42.
● Corte IDH. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Opinión Consultiva
OC-17/02 de 28 de agosto de 2002. Serie A No. 17. Pág. 37.
● Corte IDH. La Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el
Sistema Interamericano de Protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo
de 2018. Serie A No. 25. P´sg. 34.
B. Objeto de la demanda.
La demanda que hoy se presenta ante esta Honorable Corte Interamericana de Derechos
Humanos tiene por objeto que se declare la responsabilidad internacional del Estado de
Thanos y la República de Namor por la violación a diversos derechos reconocidos en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio de los miembros de la Familia
Coco Rivera, y a su vez reivindicar los derechos de la Comunidad de Santa Cándida.
Particularmente, se solicita a este Ilustre Tribunal que se valore en todo momento, la
condición de olvido por parte del Estado de Thanos, que ha ocasionado la marginación y
especial vulnerabilidad en la que ha vivido históricamente la comunidad de Santa Cándida,
como resultado de una ineficiente política estatal y la falta de interés por parte del Estado,
que ha tenido como consecuencia la condición infrahumana en la que han tenido que vivir las
personas de ésta en perjuicio de sus derechos.
Es por lo anterior que esta representación pide a este Tribunal que para la resolución del
presente caso considere en los apartados correspondientes, la corresponsabilidad del Estado
de Thanos y la República de Namor y se sirva de los estándares más altos y que más
favorezcan a las personas en torno a la protección de su derechos.
C. Exposición de Hechos.
El Estado de Thanos está ubicado en el sur del continente americano, su población oscila los
4,300,000 habitantes a lo largo de sus 88.300 km cuadrados, su clima está caracterizado por
dos estaciones muy marcadas, una de lluvia abundante que va de febrero a agosto y otra muy
seca el resto del año. Thanos históricamente ha mantenido altos niveles de pobreza en su
población, en general, está considerado como un país de renta baja.
El Estado de Thanos se compone de nueve Departamentos entre los cuales destaca el de
Zuvalki pues en él se encuentra la comunidad de Santa Cándida, la cual desafortunadamente
ha percibido con mayor intensidad los efectos del cambio climático debido a que el 85% de
su población vive en pobreza extrema pues se encuentra apartada del resto del país y nunca
han contado con servicios básicos como lo son el acceso a la salud, el precario servicio de
agua el cual ha provocado enfermedades dentro de la población, carecen de infraestructura y
medios de transporte accesibles que les permitan movilizarse a otros lugares de Thanos, y si
bien cuentan con una avioneta como único transporte, ésta resulta económicamente
inaccesible para la comunidad.
Santa Cándida tiene también uno de los climas más secos, lo que limita su actividad principal
que es la agricultura, a pesar de esto y de la exclusión por parte del Estado han logrado
subsistir gracias al trabajo colectivo de sus tierras ya que han desarrollado fuertes lazos de
unidad y de solidaridad con ella y con las demás personas de la comunidad.
Desde inicios del año 2009 los efectos del cambio climático se hicieron más notables,
particularmente las sequías llegaron a abarcar hasta ocho meses del año en el territorio de
Thanos, sin embargo, la comunidad de Santa Cándida resultó más afectada producto de la
combinación de factores antes mencionados. Para este momento la situación de riesgo en que
estaba la comunidad no solo era evidente por el cambio climático sino también por su
situación de marginación y precariedad general.
En ese mismo año el Estado de Namor, país que colinda con Thanos y que está caracterizado
con una renta alta y con un desarrollo económico estable, comenzó a financiar
investigaciones para el desarrollo de un proyecto denominado “Marvel” el cual, de ser viable
se establecería en el territorio de la comunidad de Santa Cándida; sin embargo toda la
información respecto de dichas investigaciones y del mencionado proyecto se mantuvo en
secrecía a petición del Namor.
Para el año 2011 el riesgo anunciado que sufría Santa Cándida se materializó ya que un
informe emitido por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alertó al
Estado de Thanos de los efectos y consecuencias del cambio climático y particularmente hizo
énfasis en los riesgos que la comunidad de Santa Cándida enfrentaría y que por lo tanto el
Estado debía tomar medidas en beneficio de ésta.
Para marzo de 2012, el Ministro del Interior, Antonio Stark, en representación del Estado de
Thanos, reconoció públicamente en una conferencia de prensa, la deuda histórica que se tenía
con la comunidad y anunció que el Estado llevaría a cabo un programa al que denominó
“Relocalización por la vida” el cual consistía en desplazar a la comunidad de Santa Cándida
de forma seccionada a diversos puntos del país. A su arribo se les ofreció un subsidio de
vivienda por un año y una gama de empleos que resultaban incompatibles con las habilidades
que la comunidad tenía previamente y a los cuales tan solo el 35% de las personas pudo
acceder, dejando así a más de la mitad de la comunidad en completa indefensión pues dentro
del ordenamiento jurídico vigente en Thanos para ese momento se indicaba que solo las
personas con un trabajo formal podían acceder a la seguridad social.
En enero del 2013 Thanos anunció la realización del proyecto de desarrollo “Marvel” el cual
consistía en la construcción de un lago y servicios relacionados a turismo acuático, la
construcción de hoteles y restaurantes, cuya dimensión geográfica abarcaba el 60% del
territorio de Santa Cándida, dejando el otro 40% para posibles actividades futuras y el
asentamiento de los trabajadores de dicho proyecto y sus familias.
En cuanto la información del proyecto salió a la luz, la Comunidad de Santa Cándida
manifestó su inconformidad hacia el mismo, enfatizando el engaño por parte de los Estados
en contra de su comunidad ante una alternativa de desarrollo y progreso para la misma;
paralelamente, para enero del mismo año la situación de los ex pobladores de Santa Cándida
se volvió aún más crítica, las personas que habían tenido acceso a un trabajo fueron
despedidas por alegada incompetencia, de modo que un 78% de la población para esa fecha
estaba sin trabajo y sin acceso a seguridad social.
Como consecuencia, para septiembre de ese año el 56% de las personas ex pobladoras de
Santa Cándida había sido desalojada de sus hogares quedando en situación de calle o con un
empleo informal, padeciendo altos niveles de pobreza y de explotación laboral.
Derivado de la situación de calle y de los altos niveles de contaminación a los que las
personas estaban expuestas, así como la mala calidad del agua y el difícil acceso a alimentos
las personas comenzaron a enfermar, lo que ocasionó la muerte de 26 de ellas por falta de
asistencia médica. Como muestra de la inconformidad de la comunidad, al menos 82 amparos
fueron presentados ante la Corte Constitucional para exigir el retorno a su territorio, sin
embargo todos fueron rechazados bajo el argumento central de que el Estado ya había
realizado acciones progresivas y de comportamiento.
La situación se hizo insostenible y los ex pobladores de Santa Cándida comenzaron a huir en
un número considerable hacia la República de Namor, quien al percatarse de tal fenómeno
agudizó sus políticas migratorias para el ingreso de personas de nacionalidad thanoense.
A partir de ese momento aproximadamente un 15% de las personas que habían logrado
ingresar a Namor solicitaron el reconocimiento de la condición de refugiado, sin embargo
este fue negado pues, conforme a la justificación de Namor no cumplían con los requisitos
establecidos en su legislación. En general, el flujo migratorio era de ex pobladores de la
comunidad de Santa Cándida y alcanzó una cifra de hasta 83 personas por día que escapaban
de Thanos buscando salvaguardar sus vidas, sin embargo a su llegada eran llevadas a un
centro de detención mientras se resolvía su situación, no obstante todas las solicitudes fueron
rechazadas.
Para diciembre de 2013, el proyecto “Marvel” ya estaba en funcionamiento pero ninguna de
las personas miembros de la Comunidad de Santa Cándida fue considerada para ser
contratada, aunado a ello, el sistema de distribución del agua, que supuestamente era la razón
de dicho proyecto, no estaba llevándose a cabo aún.
Familia Coco Rivera.
La familia Coco Rivera es una de las muchas familias pertenecientes a la comunidad de Santa
Cándida que desde los años 50s’ comparten lazos de identidad y solidaridad con los demás
pobladores; la familia está conformada por siete miembros; dos adultos mayores, Imelda y
Héctor de 85 y 82 años respectivamente, Julio y Gloria de 58 y 43 años de edad, y Miguel,
Rosa y Luisa tres infantes de 11, 9 y 5 años de edad.
En Santa Cándida, antes del programa “Relocalización por la Vida”, la familia Coco Rivera
vivía en un mismo hogar y cada una de las personas de ella cooperaban de alguna forma para
el sustento de ésta, por el contrario tras su desplazamiento hacia la cabecera del
Departamento de Zuvalki los únicos que pudieron acceder a un empleo fueron Julio y Gloria,
quienes fueron contratados en una maquiladora aún cuando no contaban con ningún
conocimiento para trabajar y desempeñar esas actividades.
10 meses después, durante la ola de despidos, se quedaron sin empleo pues sus jefes alegaron
que eran incompetentes para desempeñar ese trabajo, a consecuencia, la familia entera quedó
sin una fuente de sustento económico y sin seguridad social de modo que presentó una
demanda en la cual explicaba que sin el empleo quedaría totalmente desamparada, a pesar de
ello la demanda fue juzgada improcedente.
Ante esta situación, la familia Coco Rivera y, específicamente Imelda, Julio, Gloria, Héctor y
Miguel se vieron obligados a pedir dinero en las calles; tanto Gloria como Héctor sufren de la
enfermedad crónica de diabetes y ante la ausencia de seguridad social se vieron forzados a
utilizar el dinero del subsidio de vivienda para hacerse de los medicamentos y alimentos en
centros privados ocasionando la falta de pago de la vivienda, como resultado fueron
desalojados de ella aún cuando trataron de explicar las razones por las cuales les había sido
imposible pagar.
Por varios meses la familia Coco Rivera vivió en la calle, bajo un puente altamente
transitado, en condiciones denigrantes y poco salubres, con altos índices de contaminación,
en una muy precaria situación económica y con problemas para acceder a alimentos y agua.
Debido a las condiciones infrahumanas en las que se encontraban viviendo y a siete meses de
vivir en situación de calle, la Familia Coco Rivera huyó a Namor en busca de mejores
condiciones de vida; una vez en la frontera, ingresaron sin papeles a Namor el 4 de
noviembre de 2013, pero fueron detectados por agentes migratorios y llevados a un centro de
detención migratoria donde se les mantuvo.
La familia solicitó protección al Estado de Namor y manifestó su necesidad de quedarse en el
país por razones humanitarias, sin embargo éste alegó que por su condición era imposible
otorgarles aquella, e incluso se les propuso regresar a Thanos, argumentando que debido a su
situación irregular no podrían siquiera acceder a servicios básicos de salud.
La familia Coco Rivera, ante la imposibilidad de regresar a Thanos a seguir viviendo en las
condiciones en las que lo hacían, decidió presentar formalmente su solicitud de asilo; aunque
los adultos fueron entrevistados, no se tomó en cuenta la opinión de los niños. La solicitud
fue rechazada el 20 de noviembre del mismo año, alegando que no se cumplían con las
condiciones del Estatuto de Refugiados de 1951 y que las medidas progresivas dentro de su
Estado de origen eran suficientes para proteger a la familia y a sus ciudadanos en general.
Pese a la situación de marginación y miseria que vivían en Thanos, la familia Coco Rivera
fue deportada.
D. Competencia de la Corte.
Esta representación reconoce la Competencia de este Alto Tribunal para conocer del presente
asunto en virtud del artículo 62.3 de la Convención Americana que faculta a la Corte
Interamericana para interpretar y aplicar dicha convención siempre que los Estados Partes en
el caso hayan reconocido su competencia. El Estado de Thanos ratificó la Convención
Americana el 18 de julio de 1992, y reconoció́ la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana en esa misma fecha mientras que la República de Namor ratificó la
Convención Americana el 23 de septiembre de 1995, y reconoció la competencia contenciosa
de la Corte Interamericana en ese mismo año.
Asimismo el artículo 44 de este mismo instrumento faculta a las presuntas víctimas o a sus
representantes a presentar peticiones ante la Comisión que contengan denuncias o quejas
sobre violaciones a disposiciones establecidas en la Convención Americana. En ese sentido,
el presente caso fue presentado ante la Comisión por esta representación el 15 de Diciembre
de 2013 y con base en el artículo 51.3 de la Convención se considera la existencia de
violaciones e incumplimientos por parte de los Estados de Thanos y de Namor.
E.- Alegatos y fundamentos de Derecho.
1.- Incumplimiento del artículo 1.1 derivada de la obligación de garantizar los artículos 4.1
y 5.1 en el contexto de la protección del medio ambiente.
Esta representación denuncia que el Estado de Thanos es responsable internacionalmente por
no garantizar los derechos contenidos en los artículos 4.1 y 5.1 de la Convención en el
contexto de la protección del medio ambiente, en virtud del olvido de la comunidad de Santa
Cándida y la falta de protección de aquél, que tuvieron como consecuencia la violación de
estos derechos en perjuicio de la familia Coco Rivera.
El artículo 26 de la Convención Americana de Derechos Humanos consagra el contenido
ambiental que surge de la protección de otros derechos1, al respecto del mismo, este Alto
Tribunal ha reconocido que existe una relación innegable entre la protección del medio
ambiente y la realización de otros derechos humanos y, asimismo se reconoce que la
degradación ambiental y los efectos adversos derivados del cambio climático afectan el goce
efectivo de aquellos2, haciendo hincapié en que particularmente son vulnerables a
afectaciones en el medio ambiente los derechos a la vida y la integridad personal3.
La Corte ha afirmado reiteradamente que el derecho a la vida es fundamental en la
Convención Americana, pues de su salvaguarda depende la realización de los demás
derechos4 pero también reconoce que la degradación del medio ambiente puede causar daños
irreparables en los seres humanos, por lo cual un medio ambiente sano es un derecho
fundamental para la existencia de la humanidad5 y por lo tanto para la existencia de la vida.
En este orden de ideas este Alto Tribunal enfatiza que las obligaciones que contemplan los
artículos 4 y 5 de la Convención en relación con el artículo 1.1 implican la adopción de todas
las medidas apropiadas para prevenir violaciones a estos derechos y que no se impida a
persona alguna el acceso a todas aquellas condiciones que los garanticen6.
Este Ilustre Tribunal ha establecido que para que surja la obligación positiva de prevenir para
un Estado, debe establecerse que al momento de los hechos las autoridades sabían o debían

1
Cfr. Corte IDH, Medio Ambiente y Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-23/17 de 15 de noviembre de
2017 Serie A No. 23, párr. 62.
2
Cfr. Corte IDH, Caso Kawas Fernández Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de abril
de 2009. Serie C No. 196. párr. 148 y Medio Ambiente y Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-23/17 de
15 de noviembre de 2017 Serie A No. 23, párr. 47.
3
Cfr. Corte IDH, Medio Ambiente y Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-23/17 de 15 de noviembre de
2017 Serie A No. 23, párr. 66.
4
Cfr. Corte IDH, Caso “Niños de la Calle” (Villagrán Morales) Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 19 de
noviembre de 1999. Serie C No. 63. Párr. 144.
5
Cfr. Corte IDH, Medio Ambiente y Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-23/17 de 15 de noviembre de
2017 Serie A No. 23, párr. 59.
6
Cfr. Corte IDH, Caso Artavia Murillo y otros ("Fecundación in vitro") Vs. Costa Rica. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 noviembre de 2012. Serie C No. 257. párr. 172.
saber de la existencia de una situación de riesgo real e inmediato para la vida e integridad de
un individuo o grupo de individuos determinados, y que la misma se incumple cuando a pesar
de este conocimiento no se toman las medidas necesarias dentro del ámbito de sus
atribuciones que razonablemente podían esperarse para prevenir o evitar ese riesgo7.
En ese sentido, esta representación denuncia que en tanto la Municipalidad era el órgano
estatal thanoense encargado de la de la distribución de agua8, el Estado sabía de la existencia
del riesgo real e inmediato ante los niveles potencializados de sequía en la Comunidad de
Santa Cándida y de las múltiples enfermedades diarreicas como cólera y fiebre tifoidea9 que
derivaban de dicha situación y que afectaban a la familia Coco Rivera y a la comunidad,
consecuencia de la ingesta de agua proveniente de fuentes contaminadas, así como el uso que
le daban a ésta para aseo personal, lavado de ropa, para la limpieza de las casas y otras
actividades10 y que por lo tanto como órgano estatal en función y que conocía todas las
circunstancias enunciadas debía tomar todas las medidas necesarias para hacerles frente en
ese momento ante la situación.
Para el año 2009 las sequías se incrementaron lo cual generó la obligación del Estado de
establecer estrategias de adaptación para hacer frente al cambio climático que incluía, el
fortalecimiento de las capacidades y los mecanismos de superación de las personas y la
comunidad11 y establecer medidas para que se difundiera información sobre el uso y
protección del agua y de las fuentes de alimentación adecuada12 de forma tal que el clima no
fuera un factor más a su preexistente situación de riesgo13 para evitar una mayor afectación a
la comunidad a causa del mismo.
Entre las medidas necesarias para prevenir las afectaciones a los derechos a la vida e
integridad derivado del cambio climático, la Corte se ha referido al acceso de calidad al agua,

7
Voto concurrente del Juez Diego García-Sayan en Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205.
parr. 5 y Velásquez Paiz y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 19 de noviembre de 2015. Serie C No. 307. parr. 109.
8
Hechos del caso párr. 7
9
Hechos del caso párr. 7
10
Hechos del caso párr. 7
11
Cfr. ONU, Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
sobre la relación entre el cambio climático y los derechos humanos, A/HRC/10/61, 15 de enero de 2009. Párr.
15.
12
Cfr. Comité DESC, Observación General No. 15: El derecho al agua, Doc. ONU E/C.12/2002/11, 20 de enero
de 2003, párr. 25, y, Observación General No. 12: El derecho a una alimentación adecuada, Doc. ONU
E/C.12/1999/5, 12 de mayo de 1999, párr. 6.
13
Cfr. Corte IDH, Medio Ambiente y Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-23/17 de 15 de noviembre de
2017 Serie A No. 23, párr. 121.
y a la salud14, indicando que estas condiciones impactan de manera aguda en el ejercicio de
estos derechos y que son condiciones básicas para el disfrute de otros15, como lo es el
derecho a la protección del medio ambiente16.
Por lo que se refiere a esta situación, es importante resaltar que la comunidad no contaba con
servicios de salud, agua, alimentación, electricidad y transporte y si bien el cumplimiento de
estos derechos es de forma progresiva el Estado de Thanos tenía respecto de ellos
obligaciones inmediatas para garantizarlos sin discriminación y adoptar medidas para lograr
su plena realización17.
Es por lo anterior que se solicita a este Tribunal que tome en cuenta que la afectación a estos
derechos pueden darse con mayor intensidad en determinados grupos que se encuentran en
una situación especial de vulnerabilidad, como las personas en situación de extrema pobreza,
las minorías y aquellas comunidades que dependen económicamente o para su supervivencia
fundamentalmente de los recursos ambientales18.
En el presente caso, la familia Coco Rivera, miembro de la comunidad de Santa Cándida,
cumplía con todas las características mencionadas, pues el 85% de su población vivía en
pobreza extrema, igualmente la comunidad regía su vida de forma autosustentable, debido a
que su principal actividad económica era la agricultura. Con respecto a esto, mediante una
conferencia de prensa el Ministro Antonio Stark reconoció de manera pública la deuda
histórica que tenía el Estado de Thanos con la comunidad, de lo que se desprende que,
indudablemente, el Estado era consciente de la situación de vulnerabilidad de los miembros
de la comunidad Santa Cándida y, a pesar de ello, omitió actuar y llevar a cabo políticas
encaminadas a evitar la violación de su derecho a la vida e integridad.

14
Cfr. Corte IDH, Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia
17 de junio de 2005. Serie C No. 125, párr. 167. Caso Comunidad Indígena Sawhoyamaxa Vs. Paraguay.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C No. 146, párrs. 156 a 178 y Caso de
la Comunidad Indígena Xákmok Kásek vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia 24 de agosto de
2010. Serie C No. 214, párrs. 195 a 213.
15
Cfr. Corte IDH, Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia
17 de junio de 2005. Serie C No. 125, párr. 163 y Caso Chinchilla Sandoval y otros Vs. Guatemala. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de febrero de 2016. Serie C No. 312 , párr. 168.
16
Cfr. Corte IDH, Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia
17 de junio de 2005. Serie C No. 125, párr. 163. Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay.
Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia 24 de agosto de 2010. Serie C No. 214 párr. 187 y Caso Pueblos
Kaliña y Lokono Vs. Surinam. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2015. Serie C
No. 309, párr. 172.
17
Cfr. Comité DESC, Observación General No. 15: El derecho al agua, Doc. ONU E/C.12/2002/11, 20 de enero
de 2003, párr. 21.
18
ONU. Asamblea General de Naciones Unidas, “El futuro que queremos”, Doc. ONU A/RES/66/288,
Resolución 66/288, 27 de julio de 2012, párr. 30.
Con base en la normativa internacional de derechos humanos, los Estados están jurídicamente
obligados a hacer frente a esas dificultades de conformidad con el principio de igualdad y no
discriminación19, en este sentido, existía un deber reforzado del Estado de prevenir
afectaciones a la Comunidad de Santa Cándida, ya que si bien las amenazas son naturales, los
desastres no lo son pues estos surgen como resultado de una construcción social y derivan de
la mala ejecución de políticas públicas que hace que sólo resulten afectados ciertos sectores
de un territorio.
Dichas obligaciones consistían en garantizar a toda persona, sin discriminación alguna, un
medio ambiente sano para vivir, la promoción de la protección, preservación y mejoramiento
del mismo así como servicios públicos básicos20, además de guiarse por criterios de
disponibilidad, accesibilidad, sostenibilidad, aceptabilidad21 y adaptabilidad, común a otros
derechos económicos, sociales y culturales22 de manera tal que se evitara que la degradación
ambiental repercutiera en el pleno goce y ejercicio de los derechos humanos de la familia,
obligaciones que no fueron cumplidas por el Estado de Thanos.
Es importante resaltar que el derecho al medio ambiente sano considerado en una dimensión
individual, se refiere a que su vulneración puede tener repercusiones directas o indirectas
sobre las personas debido a su conexidad con otros derechos23 por lo cual el Estado de
Thanos debía prestar especial atención en sus obligaciones de prevención.
Es por todo lo anteriormente declarado que el Estado de Thanos es responsable
internacionalmente por incumplir su obligación de garantía del derecho a la vida y a la
integridad personal en el contexto de la protección del medio ambiente.
2.- Incumplimiento del artículo 1.1 de la Convención Americana en relación con los artículos
22.1, 13.1, 5.1 y 26 del mismo instrumento.

19
Cfr. ONU. Asamblea General de Naciones Unidas, “El futuro que queremos”, Doc. ONU A/RES/66/288,
Resolución 66/288, 27 de julio de 2012, párr. 67.
20
Cfr. OEA, “Indicadores de Progreso: Segundo Agrupamiento de Derechos”, OEA/Ser.L/XXV.2.1, 5 de
noviembre de 2013, párr. 26 y Corte IDH, Medio Ambiente y Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-
23/17, 15 de noviembre de 2017. Serie A No. 23, párr. 60.
21
Cfr. OEA, “Indicadores de Progreso: Segundo Agrupamiento de Derechos”, OEA/Ser.L/XXV.2.1, 5 de
noviembre de 2013, párr. 33 y Corte IDH, Medio Ambiente y Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-
23/17, 15 de noviembre de 2017. Serie A No. 23, párr. 60.
22
Cfr. OEA, “Indicadores de Progreso: Segundo Agrupamiento de Derechos”, OEA/Ser.L/XXV.2.1, 5 de
noviembre de 2013, párr. 29. Corte IDH, Caso Gonzales Lluy y otros Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de septiembre de 2015. Serie C No. 298, párr. 235. Caso I.V. Vs.
Bolivia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de noviembre de 2016. Serie
C No. 329, párr. 164 y Medio Ambiente y Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-23/17, de 15 de
noviembre de 2017. Serie A No. 23, párr. 60.
23
Cfr. Corte IDH, Medio Ambiente y Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-23/17, 15 de noviembre de
2017. Serie A No. 23, párr. 59.
a) Violación del artículo 22.1 y 13.1 de la Convención Americana en relación con la
obligacion de respeto y garantía derivado del derecho a no ser desplazado.
Los Estados de Thanos y de Namor son responsables internacionalmente de violar los
derechos contenidos artículos en los 22.1 y 13.1 de la Convención Americana toda vez que
han omitido prevenir y evitar la aparición de condiciones que provocarán el desplazamiento24
dada la situación de riesgo real e inmediata conocida por el Estado25 debido a una intención
no declarada acerca del proyecto “Marvel” que violó el derecho de acceso a la información.
Respecto de la falta de proporcionar información, esta Corte ha establecido que el derecho de
acceso a la misma comprende una obligación positiva del Estado de brindar a los ciudadanos
acceso a la información que está en su poder, y un derecho correlativo de las personas a
acceder a ella26; aunado a lo anterior, aún cuando ésta no fuera solicitada las autoridades
tienen la obligación de publicar de forma dinámica toda una gama de información de interés
público27.
En la misma línea, si bien en el presente caso ninguna persona solicitó la información es
completamente evidente que no se hizo porque la información se había manejado por parte
del Estado de forma oculta y de mala fe, desprendiéndose de ello que el Estado debía cumplir
la obligación de transparentar la gestión pública28 y de suministrar de oficio la información
pues implicaba daños o posibles daños o molestias de los derechos humanos de las personas,
y que debía otorgarla de forma oportuna, accesible y completa ya que dicha información
representa un instrumento para ejercer otros derechos humanos, particularmente, por parte de
los sujetos más vulnerables29.
Si bien la comunidad de Santa Cándida no está reconocida expresamente como una
comunidad indígena es importante para esta representación resaltar que este Tribunal otorga
un derecho especial a estos grupos de acceder a toda aquella información que verse sobre
algún tipo de injerencias sobre su territorio en función de la existencia de los lazos estrechos
24
Cfr. ONU, Principios Rectores de Desplazamiento Interno, DOC.E/CN.4/1998/53/Add.2, 11 de febrero de
1998, principio 5.
25
Cfr. Corte IDH, Caso Yarce y otras Vs. Colombia. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 22 de noviembre de 2016. Serie C No. 325. Párr. 222.
26
Cfr. CIDH, Informe Anual 2008. Volumen II: Informe Anual de la Relatoría Especial para la Libertad de
Expresión. Capítulo III: Marco jurídico interamericano del derecho a la libertad de expresión, párrs. 140 y 142.
27
Cfr. ONU, Relatoría Especial para la Libertad de Expresión. Mecanismos internacionales para la promoción
de la libertad de expresión. Declaración Conjunta; Relator Especial de las Naciones Unidas para la Libertad
de Opinión y Expresión, el Representante de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa para
la Libertad de los Medios de Comunicación y el Relator Especial de la OEA para la Libertad de Expresión. 6 de
diciembre de 2004. Punto 2.
28
Cfr. Corte IDH, Caso Claude Reyes y otros. Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de
septiembre de 2006. Serie C No. 151, párr. 77.
29
Cfr. CIDH, Informe Anual 2008. Volumen II: Informe Anual de la Relatoría Especial para la Libertad de
Expresión. Capítulo III: Marco jurídico interamericano del derecho a la libertad de expresión, párr. 147.
de unión con ellos30, pues de dicha información dependerá que se aseguren otros derechos,
incluso el derecho a su existencia misma como comunidad y por lo tanto dicha obligación
debía hacerse extensiva a la comunidad de Santa Cándida en tanto guardaba la misma
relación con sus tierras para poder cumplir con la correcta salvaguarda de los derechos
fundamentales de las personas.
A pesar de la existencia de dichas obligaciones, los Estados, como ya se indicó, omitieron
informarle a la comunidad todo referente al proyecto “Marvel” pues éste y los intereses de
Thanos y Namor eran incompatibles con los de Santa Cándida y su estancia dentro de dichas
tierras por lo que se mantuvo en secrecía constituyéndose una intención no declarada.
En esta línea, hacia el año 2011 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
publicó un informe en el que concretamente alertaba de los riesgos que por el cambio
climático enfrentaba y enfrentaría la comunidad de Santa Cándida e hizo por medio del
mismo un llamando a Thanos y a la comunidad Internacional a la acción, para salvaguardar el
respeto y pleno ejercicio de los derechos humanos de la comunidad.
Al momento en que el Estado de Thanos y la República de Namor tuvieron conocimiento del
informe emitido por el PNUD se tomó la decisión de desplazar a la comunidad de Santa
Cándida de su propiedad, pues dicho informe representaba para los Estados la oportunidad de
hacerse del territorio de la comunidad para concretar su proyecto por lo que informaron a los
pobladores de Santa Cándida que la opción más viable para salvaguardar sus vidas era
retirarse de su territorio.
En este sentido, nuestra representación hace énfasis y denuncia ante esta Corte una acción de
desvío de poder detrás del proyecto “Relocalización por la vida” y las aparentes intenciones
del Estado de Thanos y la República de Namor, quien continuaba participando y proveyendo
de los recursos económicos que se necesitaban para dicho proyecto por lo que puede ser
considerado un tercero interviniente31, ya que existía una motivación previa de los Estados de
ocupar ese espacio por lo que no les importó si la medida de la nombrada “relocalización”
resultaba o no necesaria pues sólo respondía a los intereses económicos de ambos.
En este sentido, este Tribunal ha reconocido que existe desviación de poder cuando el Estado
hace uso de potestades administrativas para fines distintos de los fijados por el ordenamiento

30
Cfr. CIDH, Caso No. 12.503. Comunidades Indígenas Mayas del Distrito de Toledo (Belice). 12 de octubre de
2004, párr. 142.
31
Cfr. TEDH, Caso Behrami y Behrami C. Francia, No. 71412/01 - Saramati C. Francia, Alemania y Noruega,
No. 78166/01, 2 de mayo de 2007, pág. 5.
jurid́ ico32 y que tiene otra motivación que no es reconocida públicamente por este, cuestión
que en el presente caso resulta notoria, pues como esta representación ha denunciado antes,
los Estados usaron el informe emitido por el PNUD con el único fin de desplazar a la
comunidad y poder ocupar las tierras.
Este Alto Tribunal debe tener en cuenta que Santa Cándida ha sido ignorada históricamente
por Thanos, para esta ocasión, existía una posibilidad de tener prosperidad y mejorar las
condiciones de marginación de la población de Santa Cándida y a pesar de ello, el Estado
reafirmando su política de persecusión omisiva decidió callar y fingir interés por primera vez
en esta comunidad para decirles que no existía otra alternativa que la de abandonar esas
tierras.
Si bien esta representación no cuenta con medios probatorios directos, en los hechos del caso
consta la existencia de la intención no declarada y del desvío de poder. Al respecto,
recordamos a este Honorable Tribunal que en estos casos los indicios y las sospechas deben
de ser considerados ampliamente pues al tratarse de una acción no declarada del Estado es
lógico que existan problemas probatorios33.
Respecto de la corresponsabilidad esta representación quiere aclarar que si bien nunca ha
existido un caso similar en el Sistema Interamericano, tanto esta Corte como su homólogo
europeo, han reconocido que el término «jurisdicción» no se limita al territorio nacional de
las Altas Partes contratantes y que su responsabilidad puede entrar en juego en razón de actos
derivados de sus órganos que producen sus efectos fuera de dicho territorio34. Dada la
situación de Santa Cándida en 2009 el Estado de Thanos, con el financiamiento de la
República de Namor quien en todo momento conservó un poder de acción35 muy amplio en
todas las actividades que pudiera realizar Thanos con el capital que le proporcionaba,
iniciaron investigaciones del proyecto denominado “Marvel” dentro de las tierras de la
comunidad de Santa Cándida, emitiendo Namor la orden de que la información respecto del
proyecto se mantuviera oculta para las personas.

32
Cfr. Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y otros) Vs. Ecuador. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de agosto de 2013. Serie C No. 268 y Voto
particularmente disidente del Juez Eduardo Ferrer Mac-Gregor en Caso del Tribunal Constitucional (Camba
Campos y otros) Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de
agosto de 2013. Serie C No. 268, párr. 120.
33
Cfr. Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y otros) Vs. Ecuador. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de agosto de 2013. Serie C No. 268. párr. 130.
34
Cfr. TEDH, Caso Drozd y Janousek vs. Francia y España, No. 12747/87, de 26 de junio de 1992, pág. 19 y
Corte IDH, Medio Ambiente y Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-23/17, de 15 de noviembre de 2017.
Serie A No. 23, párr 72.
35
Cfr. TEDH, Caso Behrami y Behrami C. Francia, No. 71412/01 - Saramati C. Francia, Alemania y Noruega,
No. 78166/01, 2 de mayo de 2007, pág. 6.
Aunado a lo anterior, se denuncia que la empresa encargada del desarrollo del proyecto
“Marvel” es nacional de Namor y aunque es de gestión autónoma y no se encontraba dentro
del territorio de dicho Estado, responde de sus actos directamente a este quien tiene en su
poder la función de regulación y fiscalización; además en estos casos la jurisprudencia nos
indica que dicha empresa y sus acciones caen bajo la jurisdicción del Estado que les envía y
las reglas bajo las que se rigen son nacionales del mismo36, por lo cual se puede entender que
ambos Estados son responsables en conjunto ya que existía un vínculo jurisdiccional
suficiente que lleve a considerar a ambos Estados como responsables de los hechos en
función de conseguir una mejor salvaguarda de los derechos de las personas.
Por lo que hace al derecho contenido en el artículo 22.1 de la Convención Americana sobre
derechos humanos y la interpretación que de éste ha hecho esta Honorable Corte, toda
persona tiene derecho a no ser desplazada internamente y esta obligación se hace aún más
amplia cuando se trata de comunidades indígenas, tribales o comunidades campesinas o
agrícolas con fuertes lazos de unidad social y con sus tierras37 característica, esta última que
resulta identificable en la comunidad a la que pertenecía la familia Coco Rivera.
A su vez este Ilustre Tribunal ha dicho que proteger los derechos de las personas desplazadas
conlleva no sólo el deber de adoptar medidas de prevención, sino también proveer las
condiciones necesarias para un retorno digno y seguro a su lugar de residencia habitual o su
reasentamiento voluntario en otra parte del país, lo que implica garantizar su plena
participación en la planificación y gestión de su reintegración.38
Sin embargo en el presente caso ninguno de los Estados contempló el retorno al territorio de
la comunidad de Santa Cándida toda vez que el proyecto “Marvel” ocupaba el 60% del
mismo y el 40% restante ya estaba contemplado para ser habitado por personas ajenas a la
comunidad que a su vez prestarían sus labores en dicho proyecto; es de menester importancia
señalar que en ningún momento se les contempló a los miembros de la comunidad de Santa
Cándida para ser parte de aquel, esto también derivado de la falta de información que
debieron proporcionar los Estados para así asegurar su participación en el mismo.

36
Cfr. TEDH, Caso Behrami y Behrami C. Francia, No. 71412/01 - Saramati C. Francia, Alemania y Noruega,
No. 78166/01, 2 de mayo de 2007, pág. 6.
37
Cfr. ONU, Principios Rectores de Desplazamiento Interno, DOC.E/CN.4/1998/53/Add.2, 11 de febrero de
1998, principio 9.
38
Cfr. Corte IDH. Caso Chitay Nech y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 25 de mayo de 2010. Serie C No. 212 párr. 149. Caso Masacres de El Mozote y lugares
aledaños Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de octubre de 2012. Serie C No. 252.
párr. 188. Caso de las comunidades afrodescendientes desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación
Génesis) Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de
noviembre de 2013. Serie C No. 270. párr. 220 y Caso Yarce y otras Vs. Colombia. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2016. Serie C No. 325.
En la misma línea ambos Estados incumplieron con su obligación de garantizar la
reintegración de los miembros de la comunidad de Santa Cándida pues 78% de los
pobladores quedaron sin un empleo, y sin acceso a seguridad social; las afectaciones todavía
fueron más graves a la familia Coco Rivera pues a causa de la ineficaz política de
reintegración que debía contemplar oportunidades para alcanzar su autonomía, el acceso a
vínculos sociales, y a un buen estado de salud psicosocial39 ocasionaron la situación de calle
de la familia Coco Rivera que será desarrollado en el siguiente apartado.
Es por todo lo anteriormente dicho que el Estado de Thanos y Namor son responsables
internacionalmente por la violación de los artículos ulos 13.1, 22.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.

b) Violación al artículo 22 y 26 de la Convención Americana en relación con las


obligaciones de respetar y garantizar el derecho a una vivienda digna, a la salud,
al trabajo, a la alimentación y al acceso al agua.
Los Estados resultan responsables internacionalmente de la violación de los derechos
protegidos por el artículo 26 de la Convención Americana, derivado de la violación al
artículo 22 del mismo instrumento.
Derecho a una vivienda digna en relación con la violación al artículo 22 del mismo
instrumento.
Los Estados, son responsables de violar el artículo 22.7 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos ya que las personas se vieron obligadas a vivir en lugares culturalmente
inadecuados que, como debió ser previsto por el Estado, les resultaría imposible
económicamente mantenerlo y subsistir en él y ejercer una vida plena, trayendo como
consecuencia el desalojo forzoso de la familia Coco Rivera, su posterior situación de calle en
condiciones deplorables y en detrimento de sus derechos humanos, violando por este acto el
derecho a una vivienda digna.
Esta representación quiere señalar la existencia de discriminación indirecta que, como ha
señalado este Tribunal, consiste en que las acciones de un Estado tengan repercusiones
particularmente negativas en una persona o grupo con características determinadas40, se trata
de polit́ icas o prácticas que tienen impacto discriminatorio contra ciertas categorías de

39
Cfr. OIM, Reintegración, Enfoques Eficaces, 2015, pág. 13.
40
Cfr. Corte IDH, Caso Artavia Murillo y otros (fecundación in vitro) vs Costa Rica. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de Noviembre. Serie C. No. 257. Parr. 286.
personas41, pues no se toma en consideración dichas características y se emiten medidas
generales; es por lo que este Alto Tribunal prohíbe la toma o emisión de políticas o leyes sin
tomar en consideración a dichos grupos42.
En este sentido, las acciones de los Estados de Thanos y Namor omitieron tomar en cuenta
las particularidades de la comunidad de Santa Cándida creando situaciones de facto
discriminatorias, que causó repercusiones negativas dentro de la misma; en la misma línea
esta representación hace hincapié en que dichos efectos discriminatorios fueron factor
determinante para la existencia del desalojo, pues las vić timas de desalojos forzosos son
quienes pertenecen a grupos especif́ icos de la población: los más pobres, las comunidades
que sufren discriminación, las personas marginadas que no tienen el poder para cambiar las
decisiones pues su propia pobreza les somete43, en este sentido dichos factores que se
encontraban presentes en la familia Coco Rivera tuvieron como resultado que esta no pudiera
sino aceptar las condiciones impuestas durante el desplazamiento aunque esto implicara un
hogar culturalmente inadecuado para ella y sin la garantía de estabilidad y seguridad, pues era
un hogar de renta que dependía de sus ingresos económicos.
En relación a lo anterior era obligación de los Estados prestar especial cuidado en las
condiciones de la nueva vivienda que tendrían las personas y no solo proporcionar un
subsidio, pues no se trataba solo de que tuvieran un lugar donde residir sino que se debía
tener en cuenta que estas personas encontraban en sus tierras y en los demás pobladores de
Santa Cándida los medios para sobrevivir y por lo tanto tener en cuenta que como pequeños
agricultores el acceso a la tierra productiva era una condición para el logro de un nivel de
vida digno44 y para que la estancia en ese hogar fuera segura y permanente.
Al respecto, se ha establecido que si no se proporciona una adecuada alternativa para habitar
a las vić timas de los desalojos forzosos se pone en riesgo su vida y su salud y, a menudo,
pierden el acceso a los alimentos, la educación, la atención de la salud, el empleo y otras
oportunidades de subsistencia, incluso tiene lugar la pérdida de los medios para producir o
adquirir alimentos o la interrupción temporal o definitiva de la escolarización de los niños45.

41
Cfr. Corte IDH, Caso Nadege Dorsema y otros vs República Dominicana. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 24 de octubre de 2012. Serie C. No. 257. Parr. 234.
42
Cfr. Corte IDH, Caso Artavia Murillo y otros (fecundación in vitro) vs Costa Rica. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de Noviembre. Serie C. No. 257. Parr. 286 y Caso Comunidad
Indígena Xákmok Kasek vs Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de agosto de 2010. Serie
C. No. 214. Parr. 271.
43
Cfr. CIDH, Folleto informativo número 25, Desalojos forzosos y los Derechos Humanos de 1993, pág. 8.
44
Cfr. ONU. Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentación en Desalojos forzosos, A/65/281
y CIDH, Folleto informativo número 25, Desalojos forzosos y los Derechos Humanos de 1993, pág 12.
45
Cfr. CIDH, Folleto informativo número 25, Desalojos forzosos y los Derechos Humanos de 1993, pág. 1.
A pesar de que existían dichas obligaciones para los Estados al momento del desplazamiento,
la familia Coco Rivera sufrió éste, sin que se tuviera en cuenta la importancia de acceder a
una vivienda adecuada y digna pues los Estados únicamente consideraron un subsidio y no un
genuino interés en las necesidades de las personas tomando en cuenta su situación particular;
sin embargo, este Tribunal debe tener en cuenta que la medida tuvo un resultado estéril, la
familia fue desalojada y aquello que debía prevenirse se materializó pues las personas
quedaron en situación de calle.
En línea con lo anterior, es importante recalcar que los desalojos no deberían dar lugar a que
haya personas que se queden sin vivienda o expuestas a violaciones de otros derechos
humanos, en este sentido, los Estados debían tomar todas las medidas necesarias para que se
proporcionara otra vivienda pues la familia no disponía de recursos económicos suficientes,
para evitar exponerlos a grandes riegos en contra de sus derechos fundamentales46 por lo que
en cuanto la familia Coco Rivera fue desalojada, de haber existido interés por parte de los
Estados estos hubieran podido actuar y procurar revertir y solucionar los daños ya causados.
Es por todo lo anteriormente dicho que el Estado de Thanos y la República de Namor resultan
responsables por la violación del derecho a una vivienda digna en relación con el derecho a
de las personas a no ser desalojadas; todo como resultado de la mala o nula implementación
de medidas que evitaran dicha situación.
Derecho a la salud.
Asimismo, los Estados de Thanos y Namor son responsables de violar el derecho a la salud
de la familia Coco Rivera toda vez que no se garantizó la satisfacción y protección del mismo
que indica que toda persona tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto
nivel de bienestar físico, mental, social y que es entendido como un bien público47.
Durante su jurisdicción, esta Corte ha establecido que la salud es un derecho humano
fundamental e indispensable para el ejercicio adecuado de los demás derechos humanos y que
todo ser humano tiene derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud que le permita
vivir dignamente, entendiendo la salud, no sólo como la ausencia de afecciones o
enfermedades, sino también a un estado completo de bienestar fiś ico, mental y social,
derivado de un estilo de vida que permita alcanzar a las personas un balance integral.
Este Tribunal asimismo ha precisado que la obligación general de los países se traduce en el
deber por parte de estos de asegurar el acceso de las personas a servicios esenciales de salud,

46
Cfr. ONU. Comité DESC, Observación general Nº 7: El derecho a una vivienda adecuada. DOC.ONU
E/1992/23, 1991, párr 16.
47
Cfr. OEA, Protocolo Adicional a la Convención Americana en materia de -derechos Económicos, sociales y
culturales (Protocolo de San Salvador). Adoptado en el Salvador, 1988. art. 10.
garantizando una prestación médica de calidad y eficaz, así como la de impulsar el
mejoramiento de las condiciones de salud de la población48; además, menciona que este
derecho incluye una serie de elementos esenciales e interrelacionados, que deben satisfacerse
en dicha materia49 a saber: disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad50.
En el caso que nos ocupa los Estados de Thanos y Namor, nunca demostraron voluntad
política para tomar las medidas pertinentes para mejorar la situación de la familia Coco
Rivera tras el desplazamiento, pues derivado del mismo y tras la pérdida de sus empleos
quedaron sin acceso al servicio de salud, situación que era tan grave que ocasionó la muerte
de 26 personas de la comunidad debido a la falta de provisión de medicamentos y de
asistencia médica.
En la misma línea se enfatiza que en la familia Coco Rivera había adultos mayores que
necesitaban y merecían un cuidado especial en función de su doble situación de
vulnerabilidad ante enfermedades comunes de la edad, así como en el caso de los niños, los
cuales comenzaron a tener problemas estomacales severos51 pues ambos grupos, en función
de la edad, requerían atención oportuna, pronta y adecuada a sus necesidades en virtud de
garantizar el pleno ejercicio de su derecho a la salud.
Aunado a ello la falta de programas, infrestructura y actividades necesarios para el bienestar
personal o la deficiente calidad de ellos puede resultar en una violacion al derecho a la salud
pues con base al principio de igualdad y no discriminación este Alto Tribunal considera que
tiene dos concepciones, una negativa relacionada con la prohibición de diferencias de trato
arbitrarias, y una positiva relacionada con la obligación de los Estados de crear condiciones
de igualdad real frente a grupos que han sido históricamente excluidos o que se encuentran en
mayor riesgo de ser discriminados52.
En tal sentido, la adopción de medidas positivas se acentúa en relación con la protección de
personas en situación de vulnerabilidad o en situación de riesgo, quienes deben tener
garantizado el acceso a los servicios médicos de salud en vía de igualdad53, en este sentido la

48
Cfr. Corte IDH, Caso Poblete Vilches y otros Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de
marzo de 2018. Serie C No. 349. párr. 118.
49
Cfr. ONU. Doc. E/C.12/2000/4. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación
General No. 14. Derecho al nivel de salud más alto posible. 22º período de sesiones (2000). Párr. 12. Cp 1
50
Cfr. Corte IDH, Caso Suárez Peralta Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de mayo de 2013. Serie C No. 261. párr. 152.
51
Hechos del caso, párr. 34
52
Cfr. Corte IDH, Caso Poblete Vilches y otros Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 8 de
marzo de 2018. Serie C No. 349. párr. 123 y Caso Furlan y familiares Vs. Argentina, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia de 31 de agosto de 2012. Serie C No. 246. párr. 267.
53
Cfr. Corte IDH, Caso Poblete Vilches y otros Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 8 de
marzo de 2018. Serie C No. 349. párr. 123.
comunidad de Santa Cándida en sí misma vivía en situación de riesgo por razón de su
pobreza y marginación y aún más grave resultaba la situación para las personas adultas
mayores y para los niños, niñas y adolescentes.
Derivado de lo anterior se desprende que el Estado nunca pudo garantizar el acceso físico ni
geográfico de establecimientos de salud para la comunidad lo que resulta en que el Estado no
tomó medidas adecuadas y efectivas para poder garantizar este derecho, pues no se evidencia
de los hechos del caso acciones positivas para garantizar la accesibilidad, que estuvieran
dentro de un alcance seguro y pudieran ser físicamente accesibles54 para la familia Coco
Rivera y para la comunidad en general. Es por todo lo anterior que el Estado es responsable
de violar el derecho a la salud en perjuicio de la familia Coco Rivera y de la comunidad.
Derecho al trabajo.
Los Estados son responsables por la violación del artículo 26 que reconoce el derecho al
trabajo pues tras el desplazamiento de la familia Coco Rivera no se tomó en consideración
que su fuente de trabajo estaba en la agricultura y que al no brindarles oportunidades iguales
o similares en los lugares de arribo ni capacitación para desarrollar otro tipo de trabajo no
tendrían posibilidad material de acceder a uno.
De acuerdo con el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el
derecho a trabajar debe comprender la oportunidad de obtener los medios para llevar una vida
digna y decorosa a través del desempeño de una actividad lícita libremente escogida o
aceptada55 pues es es un derecho humano fundamental para una vida digna en tanto es la
fuente que permite obtener todos aquellos recursos necesarios para la misma, por lo que todas
las personas, deben tener las oportunidades de acceder a su pleno y efectivo disfrute, sin
discriminación alguna.
Si bien, el Estado de Thanos firmó con empresas cierto tipo de convenios para la contratación
de habitantes de Santa Cándida, el artículo 26 de la Convención establece que para el
cumplimiento efectivo de ese derecho los Estados debieron implementar proyectos de
capacitación técnico-profesional por lo que se deduce que ni Thanos ni Namor cumplieron,
pues no bastaba con ofrecerlos sino que efectivamente la gente tuviera la posibilidad material
de ejercerlos, en este sentido, los Estados no podían excusarse tan solo aludiendo a la falta de
recursos económicos pues dichas actividades requerían de la voluntad política de ambos.

54
Cfr. IASC, Directrices Operacionales del IASC sobre la Protección de las Personas en Situaciones de
Desastres Naturales, 2011, pág. 30.
55
OEA, Protocolo adicional a la Convención Americana en materia de Derechos Económicos Sociales y
Culturales (Protocolo de San Salvador). Adoptado en el Salvador, 1998. art 6.
Además, como parte de la política de discriminación indirecta, aún cuando Julio e Imelda
tuvieron acceso a un trabajo, éste no fue culturalmente adecuado para ellos pues no tenían los
conocimientos para desempeñarlo por lo cual Thanos y Namor debieron procurar que los
empleos giraran entorno a sus capacidades y aptitudes para así evitar que fueran despedidos.
Una vez ocurridos los despidos y desalojada la familia por falta de pago, los miembros de la
familia se vieron obligados a integrarse al campo informal de la economía y acerca de este
fenómeno se ha dicho que el derecho al trabajo, implica para los Estados Parte el adoptar las
medidas necesarias para reducir en la mayor medida posible el número de trabajadores en la
economía sumergida ya que estas personas carecen de protección y el Estado debe recordar y
tener presente de que las mismas se encuentran en esa situación de trabajo informal, debido a
la necesidad de sobrevivir, antes que como una opción personal56, y efectivamente fungió
como la medida desesperada de la familia Coco Rivera.
Aunado a lo anterior esta representación señala que no solo las personas adultas tuvieron
afectaciones respecto de este derecho pues Miguel con solo 11 años de edad se vio obligado a
pedir dinero en las calles para que junto con su familia pudiera subsistir, se debe enfatizar que
de la interpretación del artículo 26 se ha desprendido la necesidad de proteger a los niños
frente a todas las formas de trabajo que puedan perjudicar su desarrollo o su salud física o
mental57; es en este sentido que dicha violación alcanzó también al hijo mayor de la familia
Coco Rivera incumpliendo además su deber de velar por el interés superior del niño.
Derivado de todo lo anterior se concluye que el Estado de Thanos y la República de Namor
violaron el derecho al trabajo de la familia Coco Rivera, protegido por el artículo 26 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en relación con el derecho al trabajo.
Derecho al agua y alimentación.
Los Estados son responsables por la violación del derecho al agua y la alimentación
protegidos por el artículo 26 de la Convención Americana debido a que las medidas
adoptadas derivado del desplazamiento la familia Coco Rivera fueron inadecuadas e
inefectivas para garantizar dichos derechos.
Por lo que respecta al derecho a la alimentación, los miembros de la comunidad sufrieron
graves restricciones después del desplazamiento, Braulio Tanner, miembro de la comunidad,
manifestó que ésta se encontraba en una situación precaria en distintas partes del país, sin

56
ONU. Comité de Derechos Económicos Económicos Sociales y Culturales. Observación general Nº 18: El
derecho al trabajo, HRI/GEN/1/, 2005. párr. 10.
57
ONU. Comité de Derechos Económicos Económicos Sociales y Culturales. Observación general Nº 18: El
derecho al trabajo, HRI/GEN/1/, 2005. párr. 15.
acceso a salud, alimentación o a niveles mínimos de vida digna58, es por ello que esta Ilustre
Corte debe evaluar las obligaciones del Estado a la luz de la accesibilidad y disponibilidad de
la alimentación otorgada a los miembros de la comunidad y a la familia Coco Rivera para que
se reconozca que ante la omisión de los Estados no se satisfacen los requerimientos básicos
de una alimentación adecuada y generaron una discriminación indirecta59.
Este Alto Tribunal debe considerar que la situación de extrema y especial vulnerabilidad de la
familia Coco Rivera y de la comunidad de Santa Cándida se debía a la falta de recursos
adecuados y efectivos que los protegiera de facto y no solo de manera formal, pues la débil
presencia de las instituciones estatales obligadas a prestar servicios y bienes60 ocasionó que
estas personas tuviera que acudir a centros privados para hacerse de ellos.
Se debe enfatizar que el derecho a los alimentos debe ser respetado y protegido, ya que tiene
que entenderse como un derecho de acceso físico y asequible sin discriminación alguna, se
debe garantizar que los alimentos distribuidos cumplan con las normas de nutrición
internacionales y tomen en cuenta la cultura, pues de estar disponibles deben proporcionarse
alimentos a los que las personas están acostumbradas61.
En cuanto a los niños miembros de la Familia Coco Rivera esta Corte debe considerar que si
estos y su familia no podían gozar del derecho a la alimentación con los medios que tenían a
su disposición, el Estado debía prestarles apoyo, por ejemplo, con programas de alimentación
o ayuda alimentaria y también que los alimentos entregados con ese tipo de apoyo debían
satisfacer las necesidades de la dieta de los niños62.
Es importante mencionar que en la jurisprudencia de este Tribunal se ha dicho que el derecho
a la alimentación y la salud son obligaciones de realización progresiva, y aún si los Estados
tienen limitaciones de recursos, no es impedimento para que los Estados actúen con debida
diligencia. Por el contrario, significa que los Estados deben formular inmediatamente un plan
para lograr la plena realización del derecho a la alimentación, y demostrar que están haciendo
todo lo posible, utilizando todos los recursos disponibles, para respetar, proteger y cumplir
mejor el derecho a la alimentación63.

58
Hechos del caso párr. 21.
59
ONU. Comité de Derechos Económicos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 12: El
derecho a una alimentación adecuada, Doc. ONU E/C.12/1999/5, 12 de mayo de 1999. Párrs. 6 a 8.
60
Cfr. Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24
de agosto de 2010. Serie C No. 214. párr. 273.
61
IASC, Directrices Operacionales del IASC sobre la Protección de las Personas en Situaciones de Desastres
Naturales, 2011, pág. 34.
62
ONU, FAO, Derecho a la alimentación adecuada, 2004, Pág. 21.
63
ONU, FAO, Derecho a la alimentación adecuada, 2004, Pág. 22.
En la misma línea esta representación denuncia que el desplazamiento de la familia Coco
Rivera ocasionó graves dificultades para obtener el alimento, pues la condición de calle en la
que se encontraban impidió el acceso a sus tierras, generando que estas condiciones
impactaran negativamente a su debida nutrición; en suma si la familia Coco Rivera miembro
de la comunidad de Santa Cándida no tenía tierras dado su especial estado de vulnerabilidad,
los Estados debían entregar alimentos en cantidad, variedad y calidad suficientes para que los
miembros de la familia tuvieran las condiciones mínimas de una vida digna y de acuerdo a
su condición particular64.
Por lo que toca al derecho al agua, la familia Coco Rivera como parte de la comunidad de
Santa Cándida no tuvo acceso al agua lo que les obligaba a tomar este recurso de fuentes
contaminadas tanto para beber como para aseo personal, lavar ropa y hacer la limpieza de la
casa, ocasionando enfermedades y poniendo en riesgo sus vidas frente a posibles
enfermedades infecciosas.
Cabe destacar que el derecho al agua incluye el acceso para uso personal y doméstico que
comprende el consumo, el saneamiento, la colada, la preparación de alimentos y la higiene
personal y doméstica, así también para algunos individuos y grupos también incluye recursos
de agua adicionales en razón de su salud, el clima y las condiciones de trabajo65 motivo por el
cual el los Estados no debían descuidar ésta obligación respecto de la familia Coco Rivera
toda vez que el acceso a la misma era necesario para su uso vital, en razón de su salud,
consumo e higiene.
Este Alto Tribunal ha dicho que en casos particulares de personas o grupos de personas que
no están en condiciones de acceder por sí mismos al agua por razones ajenas a su voluntad,
los Estados deben garantizar un mínimo esencial de agua y alimentación66.
En relación con los niños miembros de la familia Coco Rivera quienes también se vieron
perjudicados ante la omisión de acciones efectivas tomadas por los Estados, esta
representación desea puntualizar que el agua potable y el saneamiento son fundamentales
para la salud de los niños, pues a falta de ésta aumenta la vulnerabilidad de los niños a las
enfermedades ya que su sistema inmunológico y sus mecanismos de desintoxicación no están

64
Cfr. Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia 17 de junio
de 2005. Serie C No. 125. párr. 221.
65
Cfr. Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 15: El derecho al
agua. Doc. ONU E/C.12/2002/11, 20 de enero de 2003, párr. 12. Cfr, Caso de la Comunidad Indígena Xákmok
Kásek vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia 17 de junio de 2005. Serie C No. 125. párr. 195.
66
Cfr. Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 12: El derecho a una
alimentación adecuada, Doc. ONU E/C.12/1999/5, párr. 17. Cfr. Medio Ambiente y Derechos Humanos.
Opinión Consultiva-23/17 de 15 de noviembre de 2017. Serie A No. 23. párr. 121.
plenamente desarrollados, por lo que tienen menos defensas ante las infecciones relacionadas
con el agua insalubre67; es evidente que Miguel, Rosa y Luisa resultaron perjudicados toda
vez que comenzaron a tener problemas estomacales severos68 ante la omisión de los Estados
de adoptar medidas encaminadas a su correcta garantía.
En suma el Estado de Thanos y la República de Namor no cumplieron con las obligaciones
de efecto inmediato y contenido esencial, como permitir el acceso físico y geográfico de
forma regular y suficiente de agua salubre, adoptar y aplicar una estrategia sobre el agua para
toda la población y adoptar medidas para prevenir, tratar y controlar las enfermedades
asociadas con este recurso, en particular velando por el acceso a servicios de saneamiento
adecuados69.
Es por todo lo anteriormente dicho que los Estados violaron el derecho a la alimentación y al
agua protegidos por el artículo 26 de la Convención en perjuicio de los miembros de la
familia Coco Rivera.
c) Violación de los artículos 5.1 y 22 de la Convención Americana en relación con el
deber de respetar y garantizar el derecho a la integridad personal.
Los Estados, en este mismo orden de ideas, resultan responsables internacionalmente por la
violación del artículo 5.1 de la Convención Americana pues derivado del desplazamiento la
comunidad de Santa Cándida ha sufrido daños que han sido considerados por este Honorable
Tribunal y por la Comisión Interamericana como constitutivos de daños a la integridad
personal.
En relación con el artículo 22 esta Corte ha establecido que la libertad de circulación es una
condición indispensable para el libre desarrollo de la persona ya que no solo resulta relevante
en cuanto a que ofrece la posibilidad de moverse por el territorio y a elegir un lugar para
estar, sino que permite a las personas crear lazos con otras y desarrollarse como seres
humanos por lo que coartar el ejercicio de este derecho no solo impone dicha violación de
forma aislada sino que se ven afectados otros tantos derechos por cambiar los planes de vida
de las personas e incluso causarles sufrimiento y angustias a las mismas y a sus familiares 70,

67
OMS, Derecho al agua. 2003. pág. 23.
68
Hechos del caso párr.34.
69
Cfr. Corte IDH Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 15: El
derecho al agua. Doc. ONU E/C.12/2002/11, 20 de enero de 2003. párr.12.
70
Cfr. Corte IDH Caso de la Comunidad Moiwana Vs. Suriname, Excepciones Preliminares, Fondo,
reparaciones y Costas. Sentencia 15 de junio de 2005. Serie C No. 124 párr. 94. Cfr. Corte IDH Caso de las
Hermanas Serrano Cruz Vs. El Salvador, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de marzo de 2005.
Serie C No. 120. párrs. 113 a 115.
en este sentido la familia Coco Rivera y la comunidad en su conjunto, resultaron afectadas a
causa del desconocimiento de las circunstancias venideras.
En el caso de la comunidad de Santa Cándida y de la familia Coco Rivera las personas no
solo fueron desplazadas sino que dicho desplazamiento se hizo sin cumplir los estándares
mínimos aplicables en estos casos pues las medidas tomadas resultaron insuficientes y
respecto de algunos derechos incluso fueron inexistentes, lo que derivó a su vez en múltiples
violaciones a los derechos fundamentales de los ex pobladores de la comunidad pues se
vieron obligadas a abandonar sus tierras, que eran fuente de su sustento material y con las que
además guardaban una relación especial de unión.
La comunidad de Santa Cándida fue obligada a moverse a lugares que desconocían por
completo, a realizar labores que nunca habían realizado, a depender exclusivamente de las
acciones que pudiera proveer el Estado de Thanos con el financiamiento de Namor y se
vieron además obligados a vivir no solo fuera de sus prácticas culturales sino también en la
miseria, vivieron con escasez de agua, falta de acceso a servicios básicos, dejándonos
concluir que los miembros de la comunidad han sufrido emocional, psicológica, espiritual y
económicamente71 como este Tribunal ha concluido en casos similares, en forma tal que
constituye un violación por parte del Estado del artić ulo 5.1 de la Convención Americana.
Al respecto esta representación quiere enfatizar que debido a que la comunidad se componía
en un 68% de niñas, niños y adolescentes, implicaba un mayor cuidado por parte de los
Estados para evitar que estos se vieran en dichas circunstancias, en relación con el deber de
especial cuidado derivado de la obligación de proteger el interés superior del niño; misma
situación, en el caso de adultos mayores a los cuales se les debió proporcionar un trato
preferente y la adopción de medidas de carácter positivo para revertir los efectos de su
referida condición de vulnerabilidad e indefensión72 en función de su edad.
Es por lo anteriormente dicho que debe tomarse en cuenta que los Estados pusieron en grave
peligro a las personas, pues estos tenían conocimiento de que eran las personas de la
comunidad de Santa Cándida las que se encontraban en esta situación; en suma los Estados
debían prestar especial atención para evitar perpetuarla y así favorecer a que las personas
mantuvieran un nivel de vida adecuado con las garantías básicas de sus derechos
fundamentales.

71
Cfr. Corte IDH Caso de la Comunidad Moiwana Vs. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia 15 de junio de 2005. Serie C No. 124, párrs. 86 y 42.
72
Cfr. Corte IDH Caso Yarce y otras Vs. Colombia, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 22 de noviembre de 2016. Serie C No. 325. Parr. 225.
3.- Incumplimiento del artículo 1.1 de la Convención Americana en relación con la violación
de los artículos 7, 8, 19 y 25 del mismo instrumento.
El Estado de Namor es responsable internacionalmente por la violación de los artículos 8 y
25 de la Convención Americana en relación con obligación de asegurar las garantías mínimas
de debido proceso en procedimientos justos y eficientes para determinar la condición o
estatuto de refugiado73, toda vez que se violaron las garantías básicas relacionadas con el
mismo.

Si bien el artículo 8.1 aplica en materias que conciernen a la determinación de derechos y


obligaciones en cualquier carácter no se especifican garantías mínimas, como en el numeral 2
que guarda una serie de ellas al referirse a materias penales sin embargo, la Corte
Interamericana en una interpretación evolutiva ha ampliado su ámbito de aplicación a otros
procesos más allá de los de orden penal en los que esté de por medio la determinación de
derechos y obligaciones74 dando como resultado su exigencia también en aquellos procesos
relacionados con procedimientos tendientes a establecer la situación migratoria de una
persona75 pues éstos involucran determinaciones sobre dichos derechos fundamentales, lo que
exige la interpretación más amplia posible del derecho al debido proceso76 como presupuesto
para la correcta protección de los derechos humanos de las personas.
En el mismo sentido esta representación hace énfasis en que el régimen de protección de
refugiados no puede escindirse de los derechos humanos, de forma que debe entenderse a la
protección internacional con un enfoque basado en ellos para la mejor protección de las
personas incorporando las garantiá s del debido proceso en los procedimientos para la
determinación de la condición de refugiado77.
Dentro de la obligación de garantizar el debido proceso para la determinación de la condición
de persona refugiada existe el deber de no penalizar o sancionar por ingreso o presencia
irregular relacionada con el deber de no detención78; en este sentido el Estado de Namor

73
Cfr. Corte IDH La Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el Sistema
Interamericano de Protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25. párr. 99.
74
Cfr. Corte IDH. Caso Vélez Loor Vs. Panamá. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 23 de noviembre de 2010. Serie C No. 218, párr. 142.
75
Cfr. Corte IDH. Caso Vélez Loor Vs. Panamá. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 23 de noviembre de 2010. Serie C No. 218, párrs. 141 y 142.
76
Cfr. CIDH, Informe No. 49/99. Caso 11.610. Loren Laroye Riebe Star, Jorge Barón Guttlein y Rodolfo Izal
Elorz, México13 de abril de 1999, párr. 70.
77
Cfr. Corte IDH La Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el Sistema
Interamericano de Protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25. párr. 42.
78
Cfr. Corte IDH La Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el Sistema
Interamericano de Protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25.
resulta responsable internacionalmente por la detención de la familia Coco Rivera y su
reclusión en un Centro de Detención para Familias.
La Comisión Interamericana ha enfatizado que las personas migrantes en situación irregular
no son criminales y que el hecho de que se encuentren en un Estado sin todos los
requerimientos formales para esto no autoriza a ningún Estado a hacer uso de su poder
punitivo, pues éste sólo podrá usarse cuando se afecte un bien jurídico fundamental y
siempre, como última ratio79, en este sentido la política migratoria de Namor no debía basarse
en la privación de la libertad como regla.
En el presente caso según consta en los hechos, todas las personas provenientes de Santa
Cándida eran recluidas en un Centro de Detención, es decir, no era una medida excepcional,
sino la regla que aplicaba Namor arbitrariamente y sin perseguir fin alguno que hiciera a la
medida necesaria, idónea y proporcional80 y por lo tanto aquella resulta incompatible con la
Convención de la que el Estado es parte.
Esta representación considera pertinente recordar a esta Honorable Corte que la privación de
la libertad afecta otra gran cantidad de derechos por lo cuál, sea cual fuere el nombre que
tome la detención, cualquiera que haya sido la razón para esta y sin importar por quien fuera
ordenada la medida, siempre que restrinja la libertad deambulatoria de una persona será
considerada detención, y por lo tanto deberá respetar todas las garantías establecidas en el
artículo 7 de la Convención y los artículos I y XXV de la Declaración Americana.
En este orden de ideas, la detención de las personas que solicitan protección internacional
debe ser una medida excepcional y de último recurso a la cual solo se podrá llegar
cumpliendo con las condiciones antes establecidas81. Además cabe agregar que en ningún
caso la detención podrá ser por tiempo indefinido ya que esto implicaría de facto, un efecto
sobre la integridad personal y puede llegar a constituir un trato cruel, inhumano o
degradante82 por lo que detener a la familia hasta que se solucionara su situación migratoria
resultaba una medida incompatible con la Convención Americana.

79
Cfr. CIDH, Derechos humanos de migrantes, refugiados, apátridas, víctimas de trata de personas y
desplazados internos: Normas y Estándares del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 46/15, 2015, pág. 191.
80
Cfr. Corte IDH, Caso Vélez Loor Vs. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia de 23 de noviembre de 2010, Serie C No. 218, párr. 166.
81
Cfr. ACNUR, Directrices sobre los Criterios y Estándares Aplicables con Respecto a la Detención de
Solicitantes de Asilo, 26 de febrero de 1999, pág. 16.
82
Cfr. CIDH, Derechos humanos de los migrantes y otras personas en el contexto de la movilidad humana en
México, OEA/Ser.L/V/II, Doc. 48/13, 30 de diciembre 2013, párr. 454.
En la misma línea, otra obligación incumplida por Namor fue la de obligación de adaptar los
procedimientos a las necesidades especif́ icas de las niñas, niños y adolescentes83 pues de
conformidad con el artículo 19 de este instrumento, los Estados tienen obligaciones
especiales con respecto a niñas, niños y adolescentes, las cuales, pese a su detención
migratoria, no fue garantizada por Namor.
Respecto de este principio, el sistema interamericano al igual que distintos organismos
internacionales se ha expresado respecto del principio de última ratio de la privación de la
libertad en el sentido de que los niños y niñas migrantes en ningún caso puede ser aplicado en
el ámbito de los procedimientos migratorios para ellos84; nunca deberían ser detenidos85 y
mucho menos si la medida fuera tomada unicamente en virtud de su condición migratoria86,
pues su detención nunca puede ser compatible con la obligación de proteger el interés
superior de la niñez.
Asimismo, la Corte también ha establecido que los Estados no pueden recurrir a la privación
de libertad de niñas o niños alegando que sea una medida para llevar a cabo correctamente el
proceso migratorio ni tampoco fundamentarla en una situación de irregularidad respecto de su
condición migratoria en el país de que se trate o porque se alegue que tiene como fin asegurar
la unidad familiar, es obligación de los Estados crear alternativas que resulten menos lesivas
y que protejan de forma prioritaria e integral los derechos de la niña o del niño87.
En el presente caso, toda la familia fue enviada a un Centro de Detención Familiar, tanto
adultos, adultos mayores y niños y niñas por lo que derivado del párrafo anterior, si bien se
cumplió con principio de unidad familiar, en el presente caso de ninguna manera se podría
afirmar que esa fue una justificación para privarles de la libertad.
Aunado a la obligación anterior de adaptar los procedimientos a las necesidades especif́ icas
de las niñas, niños y adolescentes88 de acuerdo con el artículo 19, la siguiente garantía que
resulta indispensable analizar dentro del derecho al debido proceso en el contexto de

83
Cfr. Corte IDH, La Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el Sistema
Interamericano de Protección, Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018, Serie A No. 25, parr. 99 .
84
Cfr. Corte IDH, Derechos y garantías de niñas y niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de
protección internacional, Opinión Consultiva OC-21/14 de 19 de agosto de 2014, Serie A No. 21, párr. 150.
85
Cfr. CIDH, Refugiados y migrantes en Estados Unidos: Familias y niños no acompañados,
OAS/Ser.L/V/II.155 Doc. 16 24 julio 2015, párr. 74.
86
Cfr. ONU, Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 6, Trato de los menores no
acompañados y separados de su familia fuera de su país de origen, CRC/GC/2005/6, 1o de septiembre de 2005,
párr. 61.
87
Cfr. Corte IDH, Derechos y garantías de niñas y niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de
protección internacional, Opinión Consultiva OC-21/14 de 19 de agosto de 2014, Serie A No. 21, párrs. 156-
160.
88
Cfr. Corte IDH. La Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el Sistema
Interamericano de Protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25, parr. 99.
solicitudes de reconocimiento de la condición de persona refugiada es la de otorgar a cada
uno de los individuos que solicitan dicho reconocimiento, una entrevista individualizada que
garantice que cada una de ellas puede alegar y explicar su propia situación 89.
En este sentido, Namor resulta responsable internacionalmente por violar el principio de la
protección especial en favor de la niñez pues, en aquellos casos en que el titular de derechos
es un menor de 18 años se crea para el Estado un deber de adoptar medidas especiales de
protección y asistencia en favor de los mismos que se encuentren bajo su jurisdicción90
debido a la situación especial de vulnerabilidad en que ellos se encuentran en función de su
edad.
En este sentido el ejercicio de los derechos procesales y sus correlativas garantías supone, la
adopción de ciertas medidas especif́ icas con el propósito de que gocen efectivamente de
dichos derechos y garantiá s91 especialmente en procedimientos que involucren a niñas y
niños migrantes, tales como los de detención, expulsión y determinación del estatuto de
refugiados pues con el objeto de brindar una efectiva protección de éstos, es necesario que las
garantías del debido proceso conjuguen los estándares específicos de protección de migrantes
con las medidas especiales de protección que requieren los niños.
De los hechos del caso se desprende que durante el procedimiento la República de Namor
hizo entrevistas individuales a las personas adultas y que no se les ofreció la oportunidad de
ser oídos a niños, niñas y adolescentes durante dicho procedimiento; por lo que se puede
concluir que sus situaciones no fueron analizadas como exige dicha obligación, de manera
que fuera de acuerdo a su capacidad y necesidades específicas derivadas de su situación
especial por motivo de su edad y que por lo tanto no darles condición de personas refugiadas
no se basó en su situación real.
4.- Incumplimiento del artículo 1.1 de la Convención Americana en relación a los artículos
22.7 y 19 del mismo instrumento.
El Estado de Namor es igualmente responsable internacionalmente por la violación del
artículo 22.7 de la Convención Americana, el cual contempla el derecho a buscar y recibir
asilo en razón de que no se reconoció la condición de personas refugiadas a los ex pobladores

89
Cfr. Corte IDH. Derechos y garantías de niñas y niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de
protección internacional. Opinión Consultiva OC-21/14 de 19 de agosto de 2014. Serie A No. 21, párr. 104 y
OC 25 párr. 122.
90
Cfr. Corte IDH. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala, Fondo.
Sentencia de 19 de noviembre de 1999, párr. 146.
91
Cfr. Corte IDH. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Opinión Consultiva OC-17/02 de 28 de
agosto de 2002. Serie A No. 17, párr. 98.
de Santa Cándida debido a la política constitutiva de una persecución por omisión dentro del
Estado de Thanos.
Otra obligación que surge para los Estados en razón del derecho de las personas a recibir
asilo es la de de otorgar la protección internacional si se satisface la definición de refugiado92.
En este sentido cabe señalar que al tratarse de un derecho humano establecido en la
Convención, la Corte debe recurrir a las pautas interpretativas propias del sistema y guiarse
por el objeto y fin del tratado que es “la protección de los derechos fundamentales de los
seres humanos”93 independientemente de su nacionalidad y de si se encuentra frente a su
propio Estado o a cualquier otro94 todo lo cual tiene como efecto que la interpretación de las
normas deba desarrollarse también a partir de un modelo basado en valores que el sistema
interamericano para resguardar de la mejor manera los derechos de la persona95.
En relación con lo anterior, no se debe perder de vista que se encuentra configurado como un
derecho humano individual el de buscar y recibir protección internacional en territorio
extranjero, incluyendo con esta expresión el Estatuto del Refugiado según los instrumentos
pertinentes de las Naciones Unidas o las correspondientes leyes nacionales, y el asilo
conforme a las diversas convenciones interamericanas sobre la materia
El Estado de Namor es parte de la Convención del Estatuto de los Refugiados de 1951 desde
el año 1973 cuando ratificó dicho instrumento, aunado a ello se encuentra establecido en el
artículo 17 de su Constitución Política que “toda persona tiene derecho a buscar y recibir
asilo en la República de Namor y que el reconocimiento de la condición de refugiado se
realizará de conformidad con los tratados internacionales”96.
Este Ilustre Tribunal ha entendido que la referencia a “convenios internacionales” implica
que la interpretación del artić ulo 22.7 no solo debe centrarse en las convenciones
latinoamericanas, sino también en el instrumento de mayor relevancia universal en cuanto a
la protección de las personas que huyen de persecución lo cual es de suma importancia, ya

92
Cfr. Corte IDH. La Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el Sistema
Interamericano de Protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25, párr. 99.
93
Cfr. Corte IDH. El efecto de las reservas sobre la entrada en vigencia de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-2/82 de 24 de septiembre de 1982. Serie A No. 2, párr. 29. y La
Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el Sistema Interamericano de Protección.
Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25, párr.135.
94
Cfr. Corte IDH. El efecto de las reservas sobre la entrada en vigencia de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-2/82 de 24 de septiembre de 1982. Serie A No. 2, párr. 33. y Corte
IDH. La Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el Sistema Interamericano de
Protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25, párr. 135.
95
Cfr. Corte IDH. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205, párr. 33.
96
Hechos del caso. párr. 38.
que permite a la Corte interpretar las causales de la misma con base en el artić ulo 22.7 a la
luz de las condiciones actuales en cuanto a las necesidades de protección internacional97.
En función a lo anterior, este Alto Tribunal ha señalado que el derecho a buscar y recibir asilo
bajo el Estatuto de Refugiado y reconocido en el artículo 22.7 de la Convención Americana
impone al Estado determinados deberes específicos derivados de la obligación de otorgar la
protección internacional cuando las personas que lo solicitan se encuentran en alguna de las
situaciones que se encuentran en la definición de refugiado, y la obligación de brindar acceso
a derechos en igualdad de condiciones que al resto de las bajo su jurisdicción98.
En relación con lo anterior, ACNUR ha señalado que si bien no existe una definición
universalmente aceptada del concepto de “persecución” del artículo 33 de la Convención de
1951 puede deducirse que es toda amenaza contra la vida o la libertad de una persona por
motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones
políticas es siempre persecución y que también constituiriá n persecución otras violaciones
graves de los derechos humanos por las mismas razones99.
En este sentido, nuestra representación sostiene que la República de Namor debió otorgar
protección internacional a la familia Coco Rivera toda vez que efectivamente eran personas
refugiadas a causa de un temor fundado de las políticas del Estado de Thanos que derivaron
en una persecución por omisión, lo que marginó a ésta y las colocó como personas
perseguidas por su pertenencia a la comunidad haciéndoles imposible una estancia en dicho
país debido a la imposibilidad de facto de encontrar un lugar seguro para residir dentro de
Thanos en donde tuvieran acceso a condiciones mínimas de supervivencia y acceso a
servicios básicos en igualdad a otros pobladores.
Es importante para esta representación señalar que para el análisis de las situaciones que
derivan en que a una persona se le deba reconocer la condición de refugiada, los temores del
solicitante pueden considerarse fundados si puede demostrar, en medida razonable, que la
permanencia en su país de origen se había hecho intolerable por alguna las razones indicadas
en la definición100.

97
Cfr. Corte IDH. La institución del asilo y su reconocimiento como derecho humano en el Sistema
Interamericano de protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25. párr. 142.
98
Cfr. Corte IDH. La institución del asilo y su reconocimiento como derecho humano en el sistema
interamericano de protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25. párr. 99
99
Cfr. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Manual y Directrices de
Procedimientos y Criterios para Determinar la Condición de Refugiado en virtud de la Convención de 1951 y el
Protocolo de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados, diciembre de 2011, UN Doc. HCR/1P/4/SPA/REV.3,
párr. 51.
100
Cfr. ACNUR , Manual de Procedimientos y Criterios para Determinar La Condición de Refugiado en virtud
de la Convención de 1951 y el Protocolo de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados, Ginebra, 2011, párr. 42.
La comunidad de Santa Cándida y su historia dan testimonio de que Thanos jamás ha tenido
interés en implementar políticas dirigidas a por lo menos intentar mitigar las carencias que
tenían y les permitieran desarrollarse en un nivel similar frente al resto de sus connacionales,
situación que refleja el abandono en cuanto a la garantía de los derechos de la comunidad y
sin embargo, Santa Cándida tuvo que unirse y aprender a trabajar de forma solidaria,
estructurada y continua en favor de su comunidad lo cual dio como resultado situaciones más
favorables que les permitieron por sí mismos sobrellevar su existencia.
A pesar de sus esfuerzos por sobrevivir aún en contra de una política que les invisibilizaba,
en el año 2011 Thanos con la cooperación de Namor llevaron a cabo el desplazamiento
forzado de Santa Cándida privándola de una oportunidad histórica para mejorar sus
condiciones de vida con la finalidad de poder implementar el proyecto “Marvel” una política
dirigida a generarle beneficios económicos a los Estados, haciendo aún más evidente el riesgo
que corrían en ese país y aumentando su sensación de persecución; en este sentido, Braulio
Tanner, miembro de la comunidad, expresó en una entrevista que nunca recibieron
información de las cosas y que la comunidad se sentía engañada y traicionada en su propio
país101.
Por si lo anterior no fuera suficiente esta representación hace referencia a que incluso cuando
desplazaron a la comunidad fue notoria la falta de interés por parte de los Estados hacia ésta,
pues dicho plan de “Relocalización” constituyó discriminación indirecta en función de que
los Estados omitieron adaptar las medidas de la misma y tener en cuenta necesidades
específicas, haciendo evidente con estas acciones que la comunidad enfrentaba un verdadero
riesgo dentro de Thanos.
Es por eso que el hecho del olvido y la marginación en que vivió Santa Cándida aunada al
sentimiento de engaño y traición por parte de Thanos despertó en las personas de dicha
comunidad sentimientos de persecución pues no habían logrado condiciones óptimas en su
lugar de origen ni mucho menos una vez desplazados, ya que la situación de calle y
relegación no vino más que a reafirmarles su lamentable situación; en Thanos nunca tendrían
posibilidades de vivir dignamente.
Esta representación asimismo considera prudente apuntar a que Namor no tenía intenciones
de reconocer a estas personas su condición de personas refugiadas pues no se debe obviar que
este país fue un gran factor para la situación de movilidad de la familia en función del
proyecto “Marvel” y de los intereses que este país tenía en él.

101
Hechos del caso párr. 21.
Es por lo antes declarado que el Estado de Namor debía otorgar la condición de refugiado a
cada uno de los miembros de la familia Coco Rivera y de las personas ex pobladoras de Santa
Cándida pues si realmente se hubiera realizado un análisis de su situación, como lo exige el
procedimiento para el reconocimiento de la condición, Namor se habría percatado de lo
necesario que era reconocerlos debido a que se encontraban dentro de uno de los supuestos
señalados por el Estatuto de los Refugiados y que al no hacerlo, colocó en una situación de
riesgo a las personas.
5.- Incumplimiento del artículo 1.1 de la Convención Americana en relación con el artículo
22.8 y 19 del mismo instrumento.
Finalmente la República de Namor resulta responsable por la violación del artículo 22.8 de la
Convención Americana en relación con la obligación de no devolver (non- refoulement)102 a
las personas extranjeras toda vez que las personas de la comunidad de Santa Cándida fueron
deportadas a Thanos, aún cuando en aquél lugar su vida e integridad se encontraban en
peligro debido a la política de persecución por omisión en que vivían dentro de Thanos.
En el sistema interamericano, el principio de no devolución es más amplio en su sentido y
alcance en virtud de la complementariedad que opera en la aplicación del Derecho
Internacional de Refugiados y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos por lo cual
se ha establecido que la prohibición de devolución constituye a la vez la piedra angular de la
protección internacional de las personas refugiadas o asiladas y de las personas solicitantes de
asilo103.
En este sentido, el principio de no devolución establece que "ningún Estado Contratante
podrá expulsar ni devolver de manera alguna a un refugiado a un territorio dentro de cuyas
fronteras su vida o libertad puedan correr peligro en virtud de su raza, religión, nacionalidad,
pertenencia a determinado grupo social u opinión polit́ ica", como declara el artículo 33.1 del
Estatuto del Refugiado de 1951 por lo cual, una vez establecido que debía otorgarles la
protección, Namor tenía la obligación de no devolver a la familia Coco Rivera.
Aunado a lo anterior, aún cuando no hubieran podido acceder a dicho reconocimiento, esta
representación quiere hacer énfasis en que esta definición ha sido tomada por el Sistema
Interamericano y el artić ulo 22.8 de la Convención Americana señala que “en ningún caso el

102
Cfr. Corte IDH. La Institución del Asilo y su reconocimiento como Derecho Humano en el Sistema
Interamericano de Protección. Opinión Consultiva OC-25/18 de 30 de mayo de 2018. Serie A No. 25 párr. 99.
103
Cfr. Corte IDH. Caso familia Pacheco Tineo Vs. Bolivia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2013. Serie C No. 272. párr.151. y Cfr. Comité Ejecutivo del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Conclusiones sobre la protección internacional de
los refugiados aprobadas por el Comité Ejecutivo. 1991 (42 período de sesiones del Comité Ejecutivo) No 65
(XLII) Conclusiones generales, párr. C.
extranjero puede ser expulsado o devuelto a otro paiś , sea o no de origen, donde su derecho a
la vida o a la libertad personal está en riesgo de violación a causa de raza, nacionalidad,
religión, condición social o de sus opiniones políticas” reafirmando que Namor no debía
devolverles pues aquello implicaba poner en una situación de riesgo sus derechos
fundamentales104 y por lo tanto incumpliendo sus obligaciones convencionales105.
De forma aclaratoria, esta representación recuerda a este Ilustre Tribunal que el principio de
no devolución es una norma consuetudinaria de Derecho Internacional pues como reconoce la
misma Declaración de los Estados Partes en el Estatuto de los Refugiados de 1951, párrafo 4,
su aplicabilidad “...se inserta en el derecho consuetudinario internacional”, y adicionalmente
siendo una obligación derivada de la prohibición de la tortura, el principio de no devolución
en este ámbito es absoluto y adquiere también el carácter de norma imperativa de derecho
internacional consuetudinario, es decir, de ius cogens106.
Por lo que respecta al art. 19 este tribunal ha señalado que el retorno al país de origen sólo
podrá contemplarse en principio si redunda en el interés superior por lo que se encuentra
prohibido cuando produce un riesgo razonable de traducirse en la violación de los derechos
humanos fundamentales del niño o niña107.
Es por tanto que esta representación solicita se declare responsabilidad internacional de
Namor pues debían conocer y de hecho conocían que devolver a las víctimas y en particular a
los menores a Thanos implicaba ponerles en una situación de riesgo ante la política que
provocaba persecución tanto por acción y omisión en aquél.

104
Cfr. Corte IDH. Caso Familia Pacheco Tineo Vs. Estado Plurinacional de Bolivia. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones, y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2013. Serie C No. 272. párr.
153.
105
Cfr. Corte IDH. Caso Familia Pacheco Tineo Vs. Estado Plurinacional de Bolivia. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones, y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2013. Serie C No. 272, párr.
153.
106
Cfr. Corte IDH.Caso Familia Pacheco Tineo Vs. Bolivia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, y
Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2013. Serie C No. 272. párr. 134. y Corte IDH. Derechos y garantías
de niñas y niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de protección internacional. Opinión
Consultiva OC-21/14, 19 de agosto de 2014, párr. 214.
107
Cfr. Corte IDH. Derechos y garantías de niñas y niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de
protección internacional. Opinión Consultiva OC-21/14 de 19 de agosto de 2014. Serie A No. 21, párr. 84 y
ONU.Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 6, Trato de los menores no acompañados y
separados de su familia fuera de su país de origen, CRC/GC/2005/6, 1 de septiembre de 2015, párr. 84.
Reparaciones.

Ha sido reconocido por esta Corte, que con base en el artículo 63.1 toda violación a una
obligación internacional, produce el deber de reparar adecuadamente los daños causados108.
Este deber tiene alcance para la parte lesionada, quien ha sido declarada víctima de la
violación de algún derecho reconocido en la Convención109.
En este sentido, la reparación integral busca restablecer la situación anterior a la violación y
eliminar los efectos que produjo, en ciertos casos, deben tener un carácter correctivo110. Por
ello, esta representación, pide a esta Honorable Corte determine las siguientes medidas de
reparación:
1. Que el Estado de Thanos haga pública toda la información relativa al proceso de
planificación del proyecto “Marvel”, desde el momento en que comenzaron los
estudios de impacto ambiental en 2009.
2. Que el Estado de Thanos garantice que la familia Coco Rivera, como parte de la
comunidad de Santa Cándida podrán tener acceso para su uso, al 20% de tierra
desocupada en lo que era su territorio.
3. Que el Estado implemente un programa habitacional, mediante el cual se provea de
vivienda adecuada a aquellas vić timas que así lo requiera.
4. Que el Estado cambie sus políticas migratorias que garanticen los derechos de las
personas solicitantes de asilo.
5. Que el Estado de Namor pague los daños inmateriales causados a la familia Coco
Rivera por el incumplimiento de un debido proceso.
6. Que se difunda la sentencia dictada por esta Corte, en los periódicos de circulación
nacional de cada Estado.
7. El reconocimiento de responsabilidad internacional de los Estados en un acto público.
8. El pago de gastos y costas.

108
Cfr. Corte IDH. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205. párr. 446
109
Cfr. Corte IDH. Caso Furlan y familiares Vs. Argentina. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2012. Serie C No. 246. párr 274.
110
Cfr. Corte IDH. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205. párr. 450.
Petitorio.

De conformidad con lo expuesto anteriormente, esta representación pide a esta Corte que
declare:

1. Que reconozca que es competente para conocer del caso y que la presente
representación tuvo legitimidad para la presentación del caso.
2. Declare la responsabilidad internacional de Thanos por la violación a los derechos
consagrados en los artículos 4.1 y 5.1, 22, 13.1, 5.1 y 26, 8, 25, 7 y 19 en relación con
el 1.1 de la Convención.
3. Declare procedentes todas las reparaciones.

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