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2º ENCUENTRO DE EDUCACIÓN ARTÍSTICA.

Participante: Ana Lilia Maciel Santoyo


Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado. “La Esmeralda”

Teorías Relativizantes Complejas: Una aproximación a la evaluación.


Palabras clave: Complejidad sistémica, evaluación de procesos interdisciplinarios artísticos,
procesos de desplazamiento, zona de lo posible, hábitos interpretativos, lógica abductiva,
dimensiones semióticas.
Esta participación se dirige al planteamiento de tres campos de discusión enfocados hacia
el problema de la evaluación de procesos interdisciplinares, sus efectos en las prácticas
formativas de los artistas y los docentes de las artes. Estos tres campos proponen una
dimensionalidad metodológica del fenómeno entendida desde la Semiótica Descriptiva de
Charles Morris, y que puede ser reconocida de forma sistémica en sus relaciones y sus
procesos.
Las dimensiones surgen de la observación de esas relaciones en tres instancias:

1. Las experiencias de exploración que dan sentido a las prácticas, y que construyen
las realidades posibles que detonan los procesos interdisciplinares
2. Las estructuras y cuerpos metodológicos que organizan esas experiencias
haciéndolas reconocibles como disciplinas.
3. La búsqueda e indagación de interpretantes, es decir, de conceptos, pensamientos e
ideas para que eso que emerge se transforme en algún tipo de conocimiento del
mundo y así la exploración no quede en el olvido, o en un mero dato de la
experiencia.

Cada una de estas dimensiones constituye todo un territorio en el que surgen múltiples
procesos aunado a la necesidad de valorar su funcionamiento. Es por eso que las vamos a
reconocer en su complejidad específica y para esto nos va a ser de utilidad la visión
sistémica, que no es otra cosa que asumir las relaciones entre totalidad y partes del sistema,
así como sus procesos recursivos, retroactivos, hologramáticos y dialógicos, todos ellos
entendidos desde las Teorías de Complejidad. Estos procesos van a propiciar la expresión y
el reconocimiento de zonas de intensidad y surgimiento de lo posible, y en nuestra
experiencia esto genera conflictos, turbulencias e incertidumbre, porque así sucede cuando
nos enfrentamos a lo desconocido.
Si aceptamos esto como parte de la función interdisciplinaria, nuestro siguiente punto de
discusión será observar el proceso como una danza de partes interactuantes y gradualmente
ir construyendo los criterios para evaluar su funcionamiento
INTRODUCCIÓN.

Para introducir a los temas que voy a plantear, voy a desglosar esta participación en tres
tiempos:

I. El de las experiencias y procesos que hicieron posible esta participación, que reconocen
el carácter cambiante de la realidad que se construye en los procesos interdisciplinarios y
que fue el principal objeto de indagación en el Seminario Tránsitos del CENART, en el que
he tenido la oportunidad de participar como integrante de la comisión de evaluación de el
acontecimiento interdisciplinar. Llamo acontecimiento al reconocimiento de una red de
relaciones entre los sujetos de la práctica interdisciplinaria y los objetos de la realidad con
los que se relacionan los participantes en esos encuentros.

II. El de las estructuras teórico-metodológicas que van a hacer posible una organización de
esas experiencias surgidas de los procesos interdisciplinarios que son el tema de discusión
en todos los espacios de enseñanza y aprendizaje a nivel superior y son los que nos interesa
evaluar por lo que aquí trataré de esclarecer algunas cuestiones sobre el concepto de
evaluación y del acto de evaluar desde teorías relativizantes.

III. Y por último el de la misma acción de valorar la pertinencia de esas teorías y


metodologías con diversas clases de argumentos y estrategias, revisando diversas posturas
de autores que se han interesado en los procesos interdisciplinares y en la naturaleza
dinámica de las actuales prácticas artísticas.

1. De las experiencias en la valoración de procesos interdisciplinares o la


evaluación como objeto de exploración.

Voy a partir de la experiencia en procesos de evaluación de procesos interdisciplinares,


donde me ha tocado participar y que constituye mi lugar de observación.
Esa experiencia ha permitido reconocer que el tema central de la educación artística actual
gira en torno a los procesos de creación y producción interdisciplinaria los cuales nos han
estado revelando los últimos años ciertas tendencias en los espacios académicos.
En el Seminario Tópicos Problemáticos en la Cultura Contemporánea del Centro Nacional
de las Artes y en los Diplomados Interdisciplinares que he coordinado se planteó la
necesidad de identificar hacia dónde nos llevarían esas tendencias, las que nos marcaron un
problema eje en la función de la postura interdisciplinaria de la creatividad artística, que
surge con la cuestión de la ruptura y la destrucción de lo dado o establecido en las
disciplinas de origen.
La ruptura y el desarraigo llevan a construir territorios en los que se puede dar curso a las
anomalías como zonas de intensidad y de expresión de lo posible en los términos
cualitativos que plantea Peirce. La aparición del ámbito cualitativo nos es otra cosa que el
encuentro con lo inédito, lo fresco y sorprendente. Es como perdernos, y desarrollar tácticas
y estrategias para movernos en medio de lo desconocido, por eso es muy importante la
experiencia del desarraigo de la propia disciplina para acceder a ese encuentro con lo
cualitativo en su estado emergente. La disposición para ese encuentro está llena de
incertidumbre, pero, curiosamente, es la vía para construir un territorio nómada que
identificamos como interdisciplina.
Cabe aclarar que el propio término interdisciplina se ha vuelto lugar común para justificar
en las escuelas superiores una diversidad de intercambios ya institucionalizados y
ordenados como espacios obligatorios de investigación, y como condición para que una
institución sea reconocida por su actualidad acorde con el espíritu de los tiempos. Esto es
sintomático de una inclinación a disciplinar la interdisciplina, lo cual es paradójico, pero
también pertinente para tener en consideración cuando nos adentramos en la tarea de
evaluar esos procesos. Los procesos interdisciplinares no surgen de una zona indefinida y
confusa, en realidad es nuestra disciplina de origen la que nos provee de la “armadura” o si
se quiere, la “estructura” que nos sirve para los embates que establecemos con los “otros”
disciplinares en el mundo. Los espacios de certeza disciplinaria, van a ser parte de nuestro
sistema de creencias y desde ahí es desde donde nos vamos a desplazar cuando surja la
necesidad de un intercambio, cruce o ejercicio interdisciplinar. Esto es una de las premisas
que pueden identificarse en los intercambios disciplinares y que son su condición de inicio
y nuestro capital simbólico para entrar en territorios nómadas. Pero yo les estoy planteando
un problema de evaluación y eso supone que ya pasó algo que nos arrojaría resultados para
evaluar, cuando menos que hay competencias adquiridas o que observamos algún objetivo
cumplido.
En los procesos interdisciplinares hemos identificado dificultades para evaluar objetos,
objetivos, competencias o resultados antes de dimensionar los procesos que dieron lugar a
esos objetos y competencias.
Los resultados se dan en función de una serie de desplazamientos y transformaciones que
nos dan la puntuación de que algo apareció en la realidad que no estaba en los datos
iniciales. Por eso es pertinente llamar a esos procesos “acontecimientos interdisciplinares”,
porque en los procesos que les acompañan siempre se reconoce una red de relaciones
complejas que generan conflictos inicialmente y dan lugar a momentos de incertidumbre.
Si lo interdisciplinar es el territorio de la transgresión, la duda y el riesgo, ¿entonces cómo
evaluarlo sabiendo que, si bien es la tendencia que muestran los espacios de educación
superior y la investigación universitaria, no ofrece garantías sobre los objetivos fijados ni
control de los procesos involucrados ?.
El interés de las interdisciplinas no radica simplemente en producir turbulencias
controladas a través de las rupturas o fisuras al interior o exterior de los límites
disciplinares. Si la disciplina es la vía de seguridad hacia la continuidad en un campo de
prácticas sociales, profesionales tecnológicas, etc., la “indisciplina” de lo interdisciplinar
nos obliga a estar preparados para enfrentar el choque o la ruptura cuando esa continuidad
se quiebra y la práctica es cuestionada, que es el real momento donde se da la emergencia
de lo inesperado y lo inédito. El primer objeto a evaluar se da entonces, a través de un
diagnóstico sobre el estado de nuestra práctica disciplinar. Cuestionando nuestra práctica y
sacudiendo los cimientos de nuestras certezas sobre el campo donde nos movemos tanto en
la producción como en la educación artística, podremos reconocer si muestran signos de
agotamiento aún cuando constituyen nuestra zona de confort y certeza disciplinar.
Aunque se haya vuelto un hábito controlado, el proceso que lleva a lo interdisciplinar
promueve las inadecuaciones, y la descodificación de la disciplina implicada, es cuando se
vuelve interesante y emergen otras posibilidades, particularmente en el momento de la
fisura mas profunda que se manifiesta compulsivamente justo antes de que los procesos
sean hechos rutina o ritual y que nos internan en la verdadera experiencia del desarraigo.
Esta experiencia de ruptura sólo puede ser llevada a la interpretación y al diálogo
interdisciplinar desde una lógica abductiva, que haga posible conjeturar sobre nuevas
reglas de transformación para los procesos, que eso es lo que se persigue en el intercambio
de métodos entre disciplinas. En los cursos y seminarios sobre interdisciplina el diagnóstico
es diseñado por el conductor del curso y puede simplemente referirse a las vivencias sobre
el campo de producción artística o de enseñanza que conocemos porque lo hemos
aprendido y llevado a la práctica, pero que muestra signos de fatiga o ya no nos revela nada
nuevo sobre la realidad que pretende aludir. La creación de nuevas reglas de transformación
surge con la misma necesidad de intercambio disciplinar y nos va a llevar a proponer un
territorio emergente de indagación porque hemos decidido desplazarnos hacia los actuales
problemas del arte. Sabemos que el arte actual se mueve en territorios nómadas y promueve
la experiencia del desarraigo, supone un campo de estrategias y el uso de tácticas para
desplazarse de un soporte físico a un medio electrónico, de una herramienta visual hacia un
soporte sonoro, de un medio corporal a un discurso social o antropológico, es decir, de
reglas de transformación y métodos de una disciplina conocida hacia el espacio del otro
disciplinar que es el lugar de lo desconocido. Por eso menciono la necesidad de una lógica
abductiva la cual nos permite interpretar lo que emerge de esos procesos de intercambio y
la creación de nuevas reglas de transformación susceptibles de ser evaluadas con esa
herramienta inferencial.

2. De las estructuras teórico-metodológicas para evaluar los procesos


interdisciplinares.
Antes de adentrarme en las teorías y metodologías voy a recurrir a algunas definiciones
sobre lo concerniente a evaluación que nos arrojan algunos datos interesantes:
Es una vía para determinar el valor de algo y emitir un juicio o diagnóstico, analizando sus
componentes, funciones, procesos, resultados para posibles cambios enfocados a la mejora
de un proyecto o proceso. Este enfoque de la evaluación comporta una visión sistémica
pues supone diversos aspectos y niveles a evaluar que permite reconocerla como una
estrategia pertinente para recabar información y tener criterios adecuados sobre el
impacto y efectividad de una acción formativa1. Los resultados de esta medición pueden
ser el mejoramiento de esa oferta formativa o la elección de otras estrategias de trabajo.
Para esto una herramienta muy útil es la creación de una bitácora de los procesos a evaluar,
puede ser la bitácora de un proceso de producción artística, de las experiencias en un
territorio de indagación, o de la investigación teórica en un proceso de complejidad
metodológica, etc.
La definición de evaluación puede llegar a ser tan compleja como delimitar el número de
autores, corrientes y teorías que lo han hecho.
Pero en la medida en que una decisión depende de la elección entre alternativas
diversas, tenemos un problema de evaluación. Esta forma de plantear el problema de la
evaluación resulta especialmente útil para aproximarnos a muchos ámbitos de la actividad
humana, incluida la creación artística interdisciplinar. Allí donde hay un problema de

1
www.fundacionsepec.cl/.../definicion_de_evaluacion.pps
decisión hay siempre un problema de evaluación. De modo que, en resumidas cuentas,
podemos afirmar lo siguiente2: cuando una persona se enfrenta con una situación ante la
que se ve obligada a elegir, tiene que resolver un problema de evaluación. Si nos movemos
en un territorio complejo que nos genera incertidumbre es que nos enfrentamos con
múltiples alternativas de elección. Así evaluar resulta un fenómeno complejo aunque
conviene diferenciar la óptica con que nos aproximamos a una valoración, por ejemplo:
- La Medición, que se refiere a la extensión y/o cuantificación de algo, pero sin determinar
su valor.
- La Estimación que tiene un carácter aproximado y una carga subjetiva, pero no implica
exigencia metódica y formal.
- El Seguimiento es el proceso analítico para registrar, recopilar, medir y procesar una
serie de informaciones que revelan el desarrollo de un programa o proceso y proporciona
una retroalimentación constante.
- El Control, que consiste en una verificación de resultados, no de su valoración. .
De esta primera aproximación a la noción de “evaluación sistémica”, surgen tres de sus
esencias.
A. Cuando se habla de evaluación en sentido estricto, siempre se hace referencia a la
necesidad de una investigación evaluativa.
B. La investigación evaluativa no tiene métodos y técnicas que le son propios; son los
que se van identificando en el decurso de la acción y por lo tanto son inductivos y
estratégicos y se pueden construir en función de los resultados esperados.
Apoyados en las consideraciones anteriores podemos avanzar la siguiente definición:
La evaluación es una forma de investigación inductiva, aplicada, sistemática,
planificada y dirigida; encaminada a identificar, obtener y proporcionar de manera
válida y fiable, datos e información suficiente y relevante en que apoyar un juicio
acerca del mérito y el valor de los diferentes componentes de un programa en la fase
de diagnóstico, programación o ejecución, o de un conjunto de actividades específicas que
se realizan, han realizado o realizarán, con el propósito de producir efectos y resultados
específicos; comprobando la extensión y el grado en que dichos logros se han dado, de
forma tal, que sirva de base o guía para una toma de decisiones.
2
www.ulpgc.es/descargadirecta.php?codigo_archivo=38196. Ana Cano Ramírez. Aspectos para una
definición de evaluación
Ya pudimos aproximarnos a la definición evaluación, y nos sirve mucho saberlo, pero nos
encontramos con proyectos y procesos que se expresan en lógicas complejas que no
admiten aseveraciones binarias del tipo éxito-fracaso, bueno-malo, y que además tienen
múltiples niveles de actuación.
Hacemos esta aclaración porque muchas veces se identifica la tarea de evaluar con una
acción a posteriori de algo ocurrido. Pero sabemos que la evaluación de programas puede
realizarse tanto en el diagnóstico, como en la fase de programación (es el caso de las
evaluaciones previas o evaluaciones del diseño de un proyecto) y en la ejecución
(evaluación en curso, seguimiento, etc.). Por lo general la evaluación se torna necesaria una
vez que el programa o el proyecto han finalizado (evaluación de impacto o resultados).

Ya se trate de evaluar una acción, un proceso, un mero desplazamiento, un resultado o lo


que fuere, la necesidad de la evaluación viene dada porque permite una retroalimentación
acerca de lo que se está haciendo. Asimismo, sirve para proporcionar información
específica que pueda fundamentar las decisiones de los responsables de un programa o
proyecto, porque creemos que así disminuyen las posibilidades de fracaso del mismo.
A continuación veremos que la incertidumbre y el azar forman parte del proceso y nos
llevan a otras posibilidades de evaluar nuestros proyectos.

2.1. La lógica abductiva como dispositivo y estrategia de desarraigo.


En el caso que nos ocupa es importante reconocer y eventualmente evaluar los
desplazamientos y transformaciones identificados en los procesos interdisciplinares,
Particularmente estamos frente a prácticas artísticas y procesos formativos en las artes.
Parto de las consideraciones anteriores para analizar habida cuenta de que hay diferentes
formas de abducir que han sido estudiadas por investigadores como Umberto Eco y
Massimo Bonfantini.
Pero antes que ellos Pierce estableció para la abducción una dimensión creativa, una dosis
de arbitrariedad que -para ponerlo en los términos de Khun- la aproxima más como
pensamiento conjetural a la ciencia revolucionaria que a la ciencia normal y a las artes inter
o transdisciplinarias mas que a las disciplinas artísticas tradicionales porque suponen una
visión menos ligada a las leyes, los métodos y las normas.
Esto nos lleva a internarnos más en la naturaleza de las inferencias abductivas en los
procesos de creación y las prácticas artísticas:
¿Qué tipo de procesos inferenciales ocurren cuando participamos en proyectos de carácter
interdisciplinar?, ¿cuánto nos permitimos un suave desplazamiento o un cambio radical?
¿Qué relación guarda la interdisciplina con la abducción?
Recordemos también que para Peirce todo razonamiento nos obliga a construir un icono
diagramático de nuestro hipotético estado de cosas para proceder a observarlo. Esta
observación nos lleva a sospechar que hay algo que es posiblemente realizable o verdadero,
lo cual podemos o no ser capaces de formular con precisión, y después proceder a
investigar si es o no verdad. Todo este procedimiento es abductivo.
En sus Lecciones de Harvard sobre el Pragmatismo Peirce3 reflexiona sobre la naturaleza
de los tres tipos de razonamiento y particularmente plantea que:
La abducción es el proceso de formar una hipótesis explicativa. Es la
única operación lógica que introduce alguna idea nueva; pues la
inducción no hace más que determinar un valor, y la deducción
desarrolla meramente las consecuencias necesarias de una pura
hipótesis.(…) Para Peirce la abducción no necesita razón alguna pues

sólo ofrece sugerencias, y al ser una facultad que participa del instinto,
nos hace conducirnos como si estuviésemos en posesión de un tipo de
experiencias de facto que se encuentran mas allá del alcance de
nuestros sentidos, por esta misma condición presenta una pequeña
predisposición al error, pero no lo suficientemente frecuente para que no
sea en conjunto el mas poderoso dispositivo de invención y creación del
ser humano.

Y añade que:
(… ) La inferencia abductiva se funde insensiblemente con el juicio
perceptual, sin una línea tajante de demarcación entre ellos; o, en otras
palabras, nuestras primeras premisas, los juicios perceptuales, han de
considerarse como un caso extremo de las inferencias abductivas, de las
3
Peirce, Ch. S. Lecciones sobre pragmatismo, Buenos Aires, Aguilar, 1978
cuales difieren en estar absolutamente por encima de toda crítica. La
sugerencia abductiva viene a nosotros como un relámpago. Es un acto
de intuición, aunque sea una intuición extremadamente falible. Es cierto
que los diversos elementos de la hipótesis estaban con anterioridad en
nuestra mente; pero es la idea de juntar lo que jamás habíamos soñado
juntar la que hace fulgurar ante nuestra contemplación la nueva
sugerencia.(…)por eso una sugerencia abductiva es algo cuya verdad
puede ser puesta en duda e incluso negada.
(…) Conviene recordar que la abducción, aunque apenas se ve
estorbada por las reglas lógicas, es sin embargo una inferencia lógica,
que asevera su conclusión sólo problemática o conjeturalmente, pero
que, no obstante, tiene una forma lógica perfectamente definida.

Massimo Bonfantini 4profundiza en este carácter de arbitrariedad de la abducción al


identificar tres tipos según su relación con la premisa mayor o ley general de esta manera:
(Ver diagrama de las tres inferencias y el de los 3 tipos de abducción)
Primer tipo de abducción: la ley mediadora a emplear para inferir el caso del resultado
viene dada de una manera necesaria y automática o semiautomática; es el caso de las
prácticas artísticas en las que una disciplina conserva sus métodos intactos y sólo se
transforma o desplaza al momento de interpretar a posteriori lo sucedido en el evento de
intercambio.

Segundo tipo de abducción: la ley mediadora a emplear para inferir el caso del resultado
se encuentra por selección en la enciclopedia disponible. Aquí podemos ubicar las
exploraciones en los modos de representación de algunas de las vanguardias del siglo XX,
lo que llevó a explorar la transferencia de métodos de representación entre disciplinas de las
artes plásticas y visuales.
Y también están todos los proyectos interdisciplinares de los departamentos universitarios
que buscan transformar sus métodos sólo en el campo experimental, pero no romper con las
leyes generales.
4
.Bonfantini, Massimo en Eco, U. y Sebeok, T (comp). ,El signo de los tres , Barcelona , Lumen, 1989.
Tercer tipo de abducción: la ley mediadora a emplear para inferir el caso del resultado es
enunciada ex novo, o inventada. En este tipo de abducción hay una ruptura radical en todos
los elementos del proceso, en las premisas, en las reglas de transformación y culmina en la
construcción de un caso inédito.
Aquí podemos ubicar la transformación radical operada por Duchamp que cambió todo el
circuito de las artes visuales en el siglo XX. También las rupturas a las formas de notación,
interpretación y consideraciones sobre el estatus objetual de los instrumentos musicales
promovidas por John Cage en la época del movimiento Fluxus.

Umberto Eco5, por su parte lleva más allá la cuestión al hablar de abducción
hipercodificada, hipocodificada y creativa de manera análoga a las tres que plantea
Bonfantini pero añade una cuarta que denomina meta-abducción.
Sostiene también que la abducción es la adopción provisional de una inferencia explicativa
que pretende hallar al mismo tiempo el caso y la regla; pero en la abducción creativa
profundiza en dos cuestiones que pueden interesarnos: una es el hecho de que en ella
tratamos de averiguar no sólo la naturaleza del resultado, es decir, su causa, sino también
indagar acerca de la naturaleza de la enciclopedia; y esto es un propósito fundamental de
los intercambios disciplinares, al cuestionar la enciclopedia, o al deconstruir los aspectos
del conocimiento que han sido estabilizados en otros contextos históricos y sociales pero
que se muestran anquilosados en el presente, de esta manera la enciclopedia se revitaliza, se
relativiza y se transforma o eventualmente caduca. Esta es una de las razones por las que
las inferencias abductivas son una herramienta útil para actualizar nuestros conceptos sobre
evaluación.
Otro aspecto que le interesa a Eco es que la creatividad de una ley implica necesariamente
aspectos estéticos, Eco investiga las conjeturas posibles que nos llevan a optar por la
alternativa que ofrece mayor coherencia estética, con el grado de arbitrariedad que
podamos adjudicar a esto. En la evaluación también opera nuestra valoración sensorial y
afectiva, sobre todo en el campo de las artes, nuestras decisiones en este campo oper.an
bajo criterios estéticos
A diferencia de la investigación científica, no hay en la creación artística la búsqueda de
5
Eco, U. y Sebeok, T (comp.), El signo de los tres, Barcelona, Lumen, 1989.
una causa para la anomalía. Hay proposición de una hipótesis cuya única prueba es
demostrar su pertinencia dentro de un planteamiento determinado. Algo así como una
hipótesis explicable pero no demostrable donde antes que comparar un caso singular con
una ley universal, confrontamos un caso singular con su propia ley singular dentro de un
contexto razonable de interpretación.
En este caso incluimos las transgresiones en las prácticas artísticas
actuales.
Los artistas en sus prácticas ya no temen transgredir ningún límite pues la misma noción de
límite se ha relativizado. En términos inferenciales diríamos que si hay una inclinación
hacia las anomalías y a la transgresión en las experiencias y prácticas artísticas, entonces
los argumentos para esa relación van a ser abducciones creativas o meta-abducciones.
Esto no ha podido ser del todo absorbido por los límites disciplinares. Por ello los campos
interdisciplinares son el suelo fértil para que la experimentación inductiva construya esos
casos inéditos, que han aparecido por medio de una meta-abducción.

De manera que en estos procesos se valora una idea no solamente por la capacidad de
construir cadenas deductivas, es decir, de dar los resultados esperados, sino
fundamentalmente por la capacidad de generar paradojas, bifurcaciones, o puntos de
escisión, aquí irrumpe lo aleatorio. Para que esa ruptura no sea la pura irrupción de un
capricho o la imposibilidad procedimental del que piensa sino el advenimiento de la ruptura
de una lógica, tiene que enfrentar un punto de indecidibilidad; es aquí nos puede frenar la
incertidumbre o el temor a errar, por eso evaluamos con enfoques inductivos pero esto sólo
nos permite reconocer lo que esperamos, mas no reconocer la aparición de lo desconocido.
Esta noción, como punto de partida obliga a un recorrido que no es progresivo sino
retroactivo. En estos procesos no hay un paso detrás de otro en una lógica predeterminada,
hay algo más del orden de la invención, pero guiada por el instinto. De esta manera,
podríamos pensar cualquier proyecto no como un camino por recorrer sino como la estela
de un recorrido, o como un proceso complejo lleno de contradicciones; pero que ofrece en
sus bifurcaciones muchas mas alternativas para construir zonas de expresión de lo posible ,
que es en donde los conocimientos y sus universos de discurso nunca se definen
exhaustivamente, sino que se construyen en sentido propio y dependen de la red de
relaciones concretas de antagonismo, complementación y de cooperación entre los
múltiples puntos de vista implicados. Es entonces cuando los dispositivos de desarraigo y
fuentes de incertidumbre se integran al proceso de evaluación como índices del
desplazamiento que se ha decidido realizar.

3. Las zonas de expresión de lo posible y su relación con las dimensiones


semióticas de Morris
La Semiótica Descriptiva Relacional de Morris fue pensada como un metalenguaje para
el estudio de las disciplinas. Es una estructura formal y comparativa que persigue el
conocimiento global de un sistema o la conceptualización de la totalidad en la que todas las
disciplinas están involucradas. Esta aproximación interdisciplinar supone una función
arquitectónica en el aprendizaje, que es piramidal o triádica, como un cuerpo organizado de
producción de conocimiento que puede regular el flujo de información de una parte de la
estructura a cualquier otra. Está integrada por tres dimensiones que son (ver diagrama del
triángulo de Dimensiones): La Sintáctica, es decir, el campo formal o los cuerpos teórico-
metodológicos de las disciplinas, la Semántica o campo de construcción o ruptura de las
realidades disciplinarias y la Pragmática o campo de relación con los cuerpos
interpretativos o contextos discursivos de las disciplinas. Su utilidad en los procesos
interdisciplinares es organizativa, sistémica y hace posible comprender la manera en que
los intercambios entre disciplinas muestran una tendencia hacia alguna de las dimensiones
señaladas. También nos permite detectar las estrategias de integración que hacen posible la
aparición en esas zonas de lo posible, del hecho interdisciplinar y sus diversas relaciones.
(Ver diagrama).
Si combinamos la aproximación Semiótica de Morris con una visión sistémico compleja,
podemos observar estos procesos como una danza de partes interactuantes y las relaciones
entre la totalidad y partes van a ser distintas en cada dimensión. Cada dimensión provee de
información que se puede recopilar con una serie de tablas como las que veremos a
continuación.
En un primer acercamiento a la detección de estrategias para aproximarnos al hecho
interdisciplinar, ( ver slide 35) nos podemos enfocar a reconocer las fuentes de donde surge
la necesidad de transformación, como las propuestas surgidas de los constructos de los
mismos estudiantes de nuestros cursos, o de las necesidades de investigación o
actualización de los cuerpos académicos y también de las propias demandas socioculturales
emergidas de las problemáticas producto de la globalización, el vertiginoso desarrollo de
las telecomunicaciones y su impacto en las prácticas artísticas actuales y las tecnologías
electrónicas, entre otros fenómenos. Este análisis inicial lo veremos reflejado en las tres
dimensiones de un proyecto y para evaluar su impacto tendremos que reconocer cómo
operan en cada espacio de función sígnica. Necesitaremos también reconocer las formas
argumentales a las que les estamos dando preferencia, las tablas que ahora vamos a revisar
nos pueden servir de herramienta para detectar esas preferencias y así valorar la pertinencia
de las aproximaciones abductivas, inductivas o deductivas en cada dimensión

Si detectamos que hay desplazamientos argumentales, en el campo Sintáctico es posible


que haya intercambio de métodos acompañados de desplazamientos en las formas de
representación de las disciplinas implicadas. La implicación es la forma en que las
disciplinas se relacionan en este campo, pero los argumentos en esa implicación pueden
privilegiar el desarraigo, lo inédito o sólo intercambiar prácticas, sin afectar su estructura.
Si sucede el desplazamiento en el campo Semántico podremos detectar que emerge una
realidad distinta de esos momentos de turbulencia que, aunque estén mediados por el
conflicto van a permitir reconocer nuevos objetos artísticos o nuevas prácticas educativas
en las disciplinas implicadas. Lo anterior nos va a llevar a detectar, a su vez, un
desplazamiento necesario en el campo Pragmático pues los argumentos para dar cuenta de
lo que ha sucedido en las otras dimensiones y de ese modo van a posibilitar nuevas
metáforas para expresar esa realidades emergentes.
Las tablas que les estoy mostrando son sólo una de muchas alternativas para detectar esos
fenómenos emergentes, su diseño es producto de las investigaciones de Humberto Chávez
en el campo de la evaluación de procesos interdisciplinares y son una útil herramienta si
deseamos considerar otras alternativas a la evaluación que estén mas orientadas a los
procesos que a las competencias o a resultados predeterminados como sucede en la
planeación por objetivos. No estoy negando su pertinencia, sin embargo no nos dan
información sobre la riqueza del recorrido por los participantes en un territorio de
indagación interdisciplinaria, ni de los tipos de desplazamientos que en ese territorio se han
dado en decurso de la acción. Si aceptamos que en ese territorio los sujetos están en
situación de juego, sus recorridos nos van a dar mas información que el sólo conocimiento
del resultado. La información que se maneje en los procesos también puede ser reconocida
como estable, compleja o fronteriza y así darnos índices de los riesgos que se están
poniendo en el juego. Los tres tipos de abducción son los indicadores de esa disposición a
arriesgarse y buscar el descubrimiento fronterizo.
Al ejercitar el manejo de las tablas nos podemos percatar que la vía para acceder a una
evaluación de los procesos e intercambios entre disciplinas, es la permanente investigación
en esos territorios pues el carácter dinámico de esos intercambios no nos permite trivializar
los fenómenos y darles un carácter permanente o estable. A cambio de eso vamos a tener un
espacio de investigación evaluativo más cercano a la acción. También podremos detectar
cuando el caos que priva en los momentos de indisciplina, conduce a que las rupturas
muestren compulsivamente las contradicciones de una disciplina, su propia inadecuación en
la manera de hacer cosas con el consecuente el agotamiento de sus discursos.
Si estamos de acuerdo en el agotamiento de los discursos educativos en los diversos
territorios de las artes, las teorías y las estrategias relativizantes complejas nos van a
permitir reconocer nuestra propia participación en ese problema; si recordamos que somos
observadores implicados no podemos permanecer ajenos a este fenómeno.

Con estas reflexiones sólo espero que se muestre un interesante campo de investigación en
lo concerniente a evaluación, pero también mostrar la pertinencia de revisar nuestra forma
de entender el rol de la evaluación en la educación artística, fundamentalmente en los
procesos interdisciplinares que nos están mostrando la urgencia de que nosotros también
necesitamos ejercitar otro modo de interpretarlos. La evaluación es un tópico problemático
en la medida en que nos obliga a revisar nuestras creencias y nuestros criterios sobre el tipo
de realidad que esperamos que aparezca cuando presenciamos un proceso de creación, o un
proceso de aprendizaje. Lo que hace mas interesante el hecho de evaluar, es que siempre va
a aparecer información que no estaba en los datos dando cabida a resultados que no eran
esperados, eso es justamente lo que va a constituír la educación como creación y a
transformar a la evaluación como un territorio de investigación y un verdadero acto de
conocimiento. Muchas gracias por su atención.
BIBLIOGRAFÍA Y LIGAS

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Reproducido con el permiso de José Vericat. Esta traducción está publicada en Charles S.
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