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El ciclo vital familiar

Dra. Gladys Caro Lovera


Medico de familia

La familia es el contexto principal y determinante del desarrollo físico,


emocional e intelectual de cada uno de sus miembros y como un organismo
vivo pasa por fases evolutivas a través del tiempo, de curso predecible,
regulado por factores internos como son los biológicos y psicológicos; y
por factores externos como son las expectativas y posibilidades sociales y
culturales. Así en cada sociedad, en cada cultura, y en cada etnia se tienen
modelos esperados de conductas, con roles y responsabilidades para cada
edad.
En esta evolución y travesía de la familia a lo largo del tiempo se
producen momentos de transición que implican tensiones y cambios en la
organización familiar para lograr adaptarse a las necesidades cambiantes de
sus miembros. Los limites se relajan o se hacen rígidos, las reglas y los
roles se confunden, se replantean las jerarquías, se reviven conflictos
irresueltos. Estos momentos serán más o menos estresantes para la familia,
lo que depende de la cohesión familiar, la adaptabilidad, la historia de
resolución de crisis previas, etc. Es importante aprender a reconocer estos
momentos de crisis evolutivas para no patologizar la vida y la familias.
El ciclo vital familiar es un concepto ordenador para entender la
evolución secuencial de las familias y las crisis transicionales que atraviesa
en función del crecimiento y desarrollo de sus miembros. Evelyn Duvall en
1948, describe el ciclo vital familiar en ocho etapas, que se inicia con la
formación de la pareja y termina al desaparecer ambos miembros de esta,
cuyas etapas están definidas y marcadas con las entradas y salidas de
miembros de la familia y con eventos nodales de crianza. Una generación se
apoya sobre la otra en una “espiral generacional” en mutua dependencia.
Las etapas que describe corresponde a las vividas por familias nucleares
completas de clase media profesional en EEUU y Europa.
Sin embargo, para la comprensión del ciclo vital familiar hay que
tener presente su carácter transgeneracional, pues tres o hasta cuatro
generaciones diferentes se deben acomodar simultáneamente a las
transiciones del ciclo, puesto que los acontecimientos que tienen lugar en
un nivel inevitablemente tienen efectos en las relaciones de otros niveles:
cuando nace el primer hijo de una pareja todos avanzan una generación, los
cambios en la cohesión del sistema familiar oscilando entre periodos de
aglutinamiento normal y distanciamiento. A través de este proceso
repetitivo la familia proporciona a sus miembros el medio para la
generación de la cercanía, la intimidad, la diferenciación y la individuación.
El conocimiento y aplicación del ciclo vital familiar por parte de los
equipos de salud provee una perspectiva a partir de la cual:
 Seleccionar mas adecuadamente las practicas preventivas para
determinado paciente/familia al conocer el momento vital que
esta atravesando y cuales son las tareas y preocupaciones
inherentes a ese momento.
 Incorporar la guía anticipatoria al control de salud,
adelantando a los pacientes los desafíos que implica la etapa
por la que van a transitar permitiéndoles una mejor
adaptación
 Valorar el riesgo de disfunción familiar cuando no se asumen
los roles ni se cumplen las tareas esperadas para cada etapa.
El equipo de salud puede colaborar en superar las dificultades
propias de los cambios de fase del ciclo vital, así como a
diagnosticar y derivar para tratamiento a las disfunciones
familiares.

Etapa de formación

Formación de la pareja y comienzo de la familia


Aunque la familia se inicia con el matrimonio(o alguna relación
equivalente), los pasos psicológicos que implican prepararse para la unión y
convivencia estable se inician con bastante anterioridad, en general
durante el momento del pololeo y noviazgo. En este período quizás lo más
importante es haberse independizado emocionalmente de la familia de
origen, habiendo tenido la posibilidad de formarse objetivos personales
individuales y tener un “si mismo” bastante diferenciado, lo que permite
que la pareja este lista para realmente comprometerse el uno con el otro y
así ir formando su propia identidad, y por otro lado, que los padres sean
capaces de enfrentar satisfactoriamente la partida de sus hijos. Cuando las
parejas no logran una verdadera separación de las familias de origen y
estas invaden la nueva relación, las medidas que se toman a veces son
extremas, llegando hasta cortar todo contacto con ellas. En otros casos,
alguno de los miembros de la pareja suele cortar abruptamente con su
familia de origen mostrando rebeldía y una pseudoindependencia, pero en
general solo es un distanciamiento físico permaneciendo ligado
emocionalmente a sus padres por periodos muy prolongados.
Rapoport ha distinguido entre tareas intra e interpersonales en esta
etapa:
Tareas intrapersonales
 Capacidad para asumir el rol de marido o mujer: implica separarse
o alejarse de otros compromisos externos e internos que pudieran
interferir con la intimidad y cercanías necesarias para la vida en
pareja. Es necesario negociar y delimitar funciones, además de
diferenciar roles.
 Adopción de estilos de vida y patrones de interés comunes: se refiere
a la adopción de rutinas, intereses y gratificación comunes a ambos
miembros de la pareja, lo que requiere inevitablemente una
adaptación y acomodación mutua.
Tareas interpersonales
 Formación de una identidad de pareja: una identidad que trasciende
a la de ambos individuos y a partir de un “nosotros” se definen
modos de satisfacción mutua en los planos intelectual, sentimental y
físico. Por ejemplo definiendo las relaciones que se mantendrán con
las familias de origen, el trabajo y los amigos.
 Consolidar el proceso de tomas de decisiones y de comunicación: es
aprender a reconocer y analizar las diferencias y conflictos, y
encontrar formas de solución satisfactorias para ambos.
 Desarrollo de un comunicación sexual y afectiva: se refiere al
desarrollo de una expresividad y lenguaje de la intimidad de la
pareja, que puede estar cruzado por variables como las expectativas
previas de ambos cónyuges, los mitos y prejuicios previos y las
necesidades psíquicas y físicas de cada uno.
 Manejo del dinero: El manejo del dinero es símbolo de poder en
nuestra sociedad, siendo un tema que en general no se discute
explícitamente, por lo que no se logran acuerdos. Hay mujeres que se
sienten menoscabada porque solo se dedican a labores de la casa, en
cambio, en que aquellos matrimonios en que ambos aportan
económicamente, los dos tienden a sentirse con derecho a participar
en la distribución del presupuesto.

Etapa de crianza inicial de los hijos


La llegada de un niño origina madres, padres, abuelos, tíos, etc.
repercutiendo a través de todo el sistema familiar. El niño puede ser
bienvenido o constituir una dificultad, puede consolidar un matrimonio o
disolverlo, y no siempre es producto de una decisión plena de la pareja.
También sucede que algunas parejas inician su vida conyugal con un hijo ya
nacido o en camino, lo que frecuentemente interfiere para que la pareja
alcance las tareas de la primera etapa. En general es un periodo centrípeto
de gran cohesión familiar y con límites difusos, pudiendo presentar
dificultades la relación con la familia de origen

Nacimiento del primer hijo


 Aparición de un vinculo madre-hijo muy poderoso, que es
fundamental para que el niño enfrente su mundo con un vivencia de
confianza en este. Para la mujer implica empatizar con las
necesidades físicas y emocionales del recién nacido, a la vez que el
niño se “apodera” de la madre. Transcurrido un tiempo, la madre
puede empezar a sentir el peso de la responsabilidad, el agotamiento
de los cuidados, y el aburrimiento de la rutina diaria al no tener ni un
momento para sí.
 El padre: ocurre una identificación con el hijo indefenso que crea una
fuerte respuesta de protección hacia el niño. Por ello, cobran especial
importancia su mujer e hijo, asumiendo un nuevo rol como cuidador
y protector de ellos, pero además asume el deber de cuidarse para
permanecer para los otros.
 La pareja: la pareja debe acomodarse y crear espacio para un nuevo
miembro, lo que indudablemente plantea nuevas tareas y potenciales
conflictos. Uno de los grandes desafíos de este periodo es el de
establecer adecuada y diferenciadamente los roles de esposa-madre
y esposo-padre, llegando a ser fuente de tensión para la pareja, lo
que puede favorecer la infidelidad o bien el cumplimiento de los roles
parentales dejando de lado los roles conyugales. Por ende, se hace
necesario renegociar la adaptación sentimental y sexual, debiendo
compartir el amor, adaptarse a las restricciones eróticas y la falta de
privacidad. Pero además es fundamental renegociar, los otros
espacios de la pareja, como los tiempos de recreación, las
responsabilidades hogareñas y del cuidado del niño, etc, de otra
manera, hay riesgo de que surga un vida domestica confusa y
caótica, disminución de los tiempos libres o descuido y maltrato del
niño.
Nacimiento de los otros hijos
 Hermanos mayores: la hostilidad hacia el recién nacido se puede
expresar en forma directa o indirecta, como son los retrocesos en los
logros evolutivos, es decir, perdida del control de esfínteres, necesitar
que lo hagan dormir, no saber alimentarse por si mismos, etc.
También aparece la competencia entre hermanos, que en general
tiene un rol positivo, y el sentido de protección hacia la indefensión
 El padre representa un factor de estabilidad y apoyo para la familia,
disminuyendo la presión por demandas de adaptación y afecto hacia
la madre desde los hijos mayores, por ejemplo al renegociar el uso
de tiempo de recreación.

Familia con hijos preescolares


En el niño aparece un una mayor capacidad de iniciativa y de
autonomía, determinado por el mayor dominio de su cuerpo y su interés en
comenzar a explorar el medio circundante. Los padres van aprendiendo a
reconocer y tolerar esta mayor autonomía, aunque la relación esta
centrada más bien en el tema de control y recompensa, y en ir
incorporando normas. El exceso de sobreprotección en esta etapa puede
inhibir y coartar las potencialidades del niño.
Asimismo, en esta etapa se completan las identificaciones con el
propio sexo y se definen las relaciones con el sexo opuesto. Los padres se
constituye en modelos para la orientación da las conductas sexuales del
niño y por otro parte so objeto de atracción para los hijos del sexo opuesto.
Otro elemento característico de esta etapa, es el desarrollo e interés
de los padres en su trabajo, pues están en plena actividad y “éxito”,
corriendo el riesgo de descuidar otros roles. La mujer dueña de casa corre
el riesgo de centrarse en la maternidad descuidando sus aspiraciones y
expectativas.

Etapa de consolidación y apertura

Familia con hijos escolares


El inicio de esta etapa esta claramente definido por el ingreso del hijo
mayor al sistema de educación regular. Con la salida del hijo del hogar se
inicia en él la búsqueda de un identidad más allá de la familia, pues hasta
este periodo los padres conforman tanto el sostén físico como espiritual del
niño, en cambio ahora, el desarrollo, estabilidad y sobrevivencia emocional
de la familia no es solo función de los padres, sino también del medio con
el cual hijo se contacta.
El niño comienza ya a recocer lo que es permitido y prohibido
socialmente, y desarrolla en mayor o menor medida su capacidad de
trabajo y de relacionarse con los demás mediante el juego. También
comienza a conocer otras familias y su funcionalidad, lo que le permite
tomar distancia de las características de la propia, y relacionarse con ella
en forma más objetiva. Uno de los desafíos para los padres en esta etapa,
es apoyar y fortalecer el proceso de individuación de sus hijos que se van
desarrollando a través de la participación fuera de la casa, pudiendo ocurrir
que el sistema niegue o limite las oportunidades para este proceso.
Los padres pasan a tener más tiempo libre para tomar actividades
alternativas o para avanzar en los intereses propios. La mujer dueña de
casa teóricamente tendría la oportunidad de retomar sus aspiraciones. La
relación de pareja, en general se afianza, no obstante, esta es la etapa en
la cual ocurre el alejamiento definitivo si es que no hay afecto e interés
mutuo.
De las tareas en esta etapa:
 La familia debería cambiar el foco desde los intereses familiares a los
individuales, es decir, verse como individuos con intereses y
necesidades propias. De este modo, se favorece el desarrollo
individual de todos los miembros de la familia
 Redefinición de los limites, que implica una organización del tiempo
familiar y del espacio disponible para la intimidad de sus miembros,
estos, por la apertura hacia el exterior (amigos de colegio y población
en el sistema familiar)
 Redefinición de nuevas reglas y patrones de convivencia que
permitan satisfacer las necesidades de autonomía y libertad: horarios
para salir a jugar, limitación del tiempo para ver televisión, solo
entrar a jugar en las casas de niños cuyas familias son conocidas,
etc.
 Estimular y motivar la laboriosidad de los niños en esta etapa: dar
reconocimiento, tener útiles y juguetes disponibles para los niños,
dejar que participen en tareas simples del hogar, demostrar interés
en el trabajo escolar y amistades del niño, etc.

Familia con hijos adolescentes


La llegada de un hijo a la adolescencia puedes ser un suceso
perturbador para la vida familiar. Comparativamente con otras etapas del
desarrollo, esta se considera como la más difícil y temida, por las
dificultades que experimentan tanto el adolescente como sus padres en la
convivencia diaria.
El adolescente esta viviendo una serie de cambios biológicos-
sexuales, sicológicos y sociales, que se traducen en el desarrollo de los
caracteres sexuales y su interés en establecer relaciones de afecto,
fluctuación de la personalidad entre la extroversión bulliciosa y una
introversión pasiva, se excita con facilidad frente a muchos estímulos,
siendo esto una expresión inicial de la maduración sexual, afán de
independencia y egocentrismo , la individuación es esencialmente creativa
y tiende a descubrir los motivos, capacidades y habilidades personales a
través de una reflexión activa. Este es un proceso difícil, y en algunos casos
hasta doloroso, el hijo cuestiona a los padres y hasta deja de mirarlos con
admiración. A los padres les cuesta reconocer a este “nuevo” hijo que toma
posiciones, que critica, desobedece y se comporta en “forma incorrecta”.
Los límites del sistema familia pasan a ser cada vez más permeables,
para permitir la salida de los hijos por periodos cada vez más prolongados,
así como para ingresar a la familia amigos, pololos y luego novios. Sin
embargo, algunas familias reaccionan reafirmando su estructura previa y
tratan de aumentar el grado de control, mientras que otras reaccionan
flexibilizando sus normas. Es importante que los padres aprendan a
enfrentar el hecho de que sus hijos tienen vida propia y derecho a tomar
decisiones personales, pero sobretodo a aceptar la diversidad de los hijos.
Desde el punto de vista de la pareja, están en la “crisis de la edad
media de la vida”, en la cual se revisan los objetivos y logros personales,
maritales, familiares y del trabajo. Muchos matrimonios entran en crisis en
esta etapa, por lo que muchas consultas por problemas de los hijos
adolescentes corresponden realmente a problemas de la pareja.
Por lo tanto, y según afirma Rodhes (1981) la principal tarea de la
familia en esta etapa es establecer una nueva relación padres-hijos, y
desarrollar la habilidad de flexibilizar los limites para que los adolescentes
puedan tener la libertad que necesitan, sin dejar por ello de ejercer su rol
de padres, es decir, deben continuar siendo un apoyo afectivo permanente,
estableciendo limites y negociando con ellos

Familia plataforma de lanzamiento


Llega el momento en el cual los hijos uno a uno dejan de participar
en la rutina diaria del hogar. Estos siendo adultos, comienzan a hacer sus
propias vidas en forma cada vez más independiente, hay más silencio y más
posibilidades para estar solos. Al ocurrir la separación de los hijos de su
familia de origen, ya sea por trabajo o matrimonio, aun siendo fuerte el
anhelo de ser adultos independientes esta el temor a no ser capaces de
enfrentar la vida por sí solos. Un hecho que marca esta etapa, que ayuda a
los padres y a los hijos es la reagrupación de generaciones, que se refiere a
agruparse por edades entre adultos y los hermanos con sus hermanos. Esta
alianza ayuda a enfrentar la autoridad paterna y las inseguridades.
Las dificultades se presenta mayoritariamente cuando el primero de
los hijos abandona el hogar, pues es una experiencia hasta ese momento
aunque predecible, desconocida. Este periodo puede ser particularmente
difícil para las mujeres, en especial para aquellas que se han dedicado casi
exclusivamente a su rol maternal, pues al desaparecer el objeto del rol
podría aparecer confusión y frustración, lo que se ha denominado “nido
vacío” La búsqueda de nuevos intereses y preocupaciones, con un
reordenamiento de su relación matrimonial y de su vida diaria es una tarea
importante a desarrollar, evitando así que los padres se apoyen
excesivamente en los hijos y se entorpezca su independencia.
En el caso de que el joven abandone el hogar para iniciar su propia
familia, los rituales prematrimoniales (noviazgo, cambio de anillo, etc.),
constituyen la forma de ir preparándose para la transición.
A menudo, en este periodo, los padres deben enfrentar la perdida de
sus propios padres, con el duelo consiguiente.

Familia en edad media


Al partir lo hijos, la pareja se encuentra por primera vez a solas, sin
la responsabilidad ni la compañía de los hijos después de 20 o 30 años. La
familia vuelve a estar constituida por su primer núcleo, el matrimonio.
Esta etapa puede ser un periodo duro para marido y mujer. Un
dificultad que puede emerger es que la pareja se encuentra sin nada que
decirse ni compartir, viéndose amenazados por el aburrimiento, la
infidelidad e incluso la disolución de la relación. Otras parejas, en cambio,
presentan un aumento de la satisfacción marital, pues ven renovarse su
sentido de compañía, de amistad y de cercanía espiritual, como sucede en
parejas que desarrollaron una fuerte intimidad durante la primera etapa de
su matrimonio, o en parejas que fueron capaces de mantener sus propios
intereses y compartirlos a lo largo de la relación.
También esta la condición de aquellas personas que han centrado
todos sus intereses en la vida laboral, de modo, que al jubilarse toleran mal
el tiempo libre. Esto puede condicionar el “nido vacío” en hombres.
Por lo demás, Con cierta frecuencia en esta etapa, en lugar de
generarse el nido vacío se da origen a la familia extendida, ya que se acoge
a la descendencia, esto es un hijo casado, el yerno o nuera y los nietos, o
solo los nietos, etc. Se comparte la vivienda, los gastos del hogar, se
distribuyen las tareas de proveer los ingresos, las labores domesticas y el
cuidado de las personas. En este tipo de familia las relaciones son más
complejas, las oportunidades de intimidad son menores y tiende a un clima
de mayor tensión
Otra situación, es que se pudiera requerir la adaptación a la
enfermedad crónica en uno o ambos cónyuges, lo que puede limitar la
actividad por la propia enfermedad o al tener que cuidar al cónyuge.
Asimismo, es frecuente, que la pareja tenga que asumir el cuidado de sus
propios padres ancianos, quienes pueden pasar a depender de sus hijos
para la satisfacción de sus necesidades.
La tarea principal de esta etapa es el redescubrimiento conyugal, el
acercarse mutuamente y renegociar la relación de pareja, de padres y
abuelos.

Etapa de disolución

Familia anciana
Durante el envejecimiento se viven fuertes experiencias como la
perdida de la salud física, la muerte del cónyuge o los hermanos y primos,
el desmembramiento de la familia. El anciano siente que se va cerrando su
propia historia y percibe que se acerca el fin de su existencia, pero
igualmente parece haber logrado una fortaleza interior y sabiduría ante la
vida. La sabiduría de esta etapa esta ligada a que el anciano tiene la
capacidad de aceptar las limitaciones y perdidas corporales, económicas y
afectivas, ajustar la vida a estas limitaciones y aprender a depender de
otros, junto con ser capaz de aprender a relacionarse de otra manera con
las personas significativas y dejar de obsesionarse con el tiempo,
adquiriendo un sentido del presente o de la elementaridad (vivir el
momento).
Los hijos se van ocupando de los padres ancianos, siendo
generalmente las mujeres quienes toman la mayor responsabilidad. El
impacto emocional y económico en la vida de los hijos puede llegar a ser
muy importante.
La gratificación emocional de la abuelitud puede llegar a ser muy
motivadora e incluso dar espacio para continuar activo en la sociedad, a
través del cuidado de los nietos.
En cuanto a la pareja, el desafío de esta etapa es poder mirar el
pasado y aceptar la propia historia como la única que pudo ser vivida por
cada uno. Aumenta el tiempo de convivencia juntos, por la jubilación, lo que
puede ser un periodo muy fructífero, o bien difícil, ya que se deben
renegociar los roles. También se vive cierto grado de aislamiento social al
perderse el contacto con los amigos y familiares, por fallecimiento o
razones de salud de estos.
Otra situación generadora de ansiedad es en relación a lo económico,
pues se puede llegar a temer por la falta de recursos.
Viudez
Toda pareja en esta etapa de su vida debe enfrentar el hecho
inevitable de que uno va a morir antes que el otro. De todas las crisis de la
vida, la muerte del cónyuge puede ser la más severa. Este hecho
habitualmente significa una viudez femenina, etapa que en promedio en
Chile dura nueve años. El cónyuge viudo puede vivir un periodo de gran
desolación, o bien un periodo de crecimiento y de compromiso consigo
mismo.
La forma de como se enfrenta la viudez según algunos autores
(Feinson, 1998) dependerá de si es una viuda o viudo pues:
 Las mujeres tiene mayor capacidad para volverse a vincular
 Mayor desorientación del hombre jubilado en el hogar que no
sabe cómo comportarse en dicho contexto durante tanto
tiempo
 Las mujeres poseen mayor capacidad para expresar sus
emociones.
Por otra parte, los hijos deben enfrentar el difícil problema de
acompañar al cónyuge viudo o definir el modo de cuidarlo, pero además
con su apoyo, se constituyen en un elemento crucial para la recuperación
del proceso de duelo
En esta etapa es importante redefinir la relación con la familia y
sobretodo los limites.

BIBLIOGRAFIA
1. A. Trigub. El ciclo vital familiar/individual como guía de
práctica preventiva. Material escrito para el Programa de Educación
Continua para Médicos de Referencia. Fundación Universitaria I-Salud,
2001. España
2. M. Abengózar Tores. Envejecimiento normal y
patologico. Ed Promolibro. ¡997, Valencia España
3. P. Elsner. La familia un aventura. Ed. Univ. Católica de
Chile. 1993, Chile
4. R.Florenzano. Familia y salud de los jóvenes. Ed. Univ.
Católica de Chile. 1994, Chile

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