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José Ignacio Avellaneda Navas, Ph. D.

University of Florida, 1993

La expedición
de Gonzálo Jiménez de Quesada
al mar del sur y la creación
del Nuevo Reino de Granada

BANCO DE LA REPUBLICA
Colección Bibliográfica Banco de la República
Historia Colombiana

© 1995 José Ignacio Avellaneda Navas


Banco de la República, 1995

ISBN: 958-664-018-3
Editado por: Banco de la República
Diágramación e
Impresión: Editora Guadalupe Ltda.
Cra. 42 No. 10-57
Tel.: 269 05 32
A: lppolita
Mónica
Silvana Carolina
Ignacio Hipólito

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1

1
CONTENIDO

Pág.

Tablas............................................................................................... IX
Abreviaciones ........ .............................................................. ... .. ....... X
Prefacio ...... .. ......... .. ... .... .. ... ... ... ..... .. ....... .... ... .. .... ... ........... .. .. ....... .. . XIII

PARTE I
LA EXPEDICION

1. La Expedición al Mar del Sur.................................................. 3


Propósito .............. ,..................... ........................................... .. ... 5
Organización ................................. ............. ,.. .. .. ...... .................. . 7
Primera Etapa: La Tora ........................................................ .,... 1O
Segunda Etapa: El Valle de la Grita .. .. .... .. .... .... .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. . 14
1 2. Análisis de la expedición ......................................................... 17
La Lucha Contra la naturaleza .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .... .. ... .. .. . 17
Obstáculos geográficos ...... ........................ ......................... ..... 18
Incomodidades del clima.......................................................... 20
Insectos, sabandijas y fieras .................................................... 22
Los trabajos, las enfermedades y las muertes ........................ 23
/ La lucha contra el indio............................................................ 27
1 Contribución indígena a la expedición.................................... 28
Consideraciones generales sobre la expedición .. .. .. ........... .... 31

PARTE Il
LOS HOMBRES

3. Los sobrevivientes ............................................................... ..... 37


4. Biografías de los sobrevivientes.............................................. 45

VII
Pág.

5. Características Personales ............. .. .......... .... .... ........ ... ......... ... 283
Edad al llegar al Nuevo Reino .. ......... .... .................................. 283
Previa experiencia en Indias .. .. .... .. .... .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .... 284
Edad al morir................. ...... ............. .. .. ........ .......... .............. .. ... 289
Lugar de nacimiento ...... .. .. .. ................................ .... ............... .. 289
Rango social ................ :................... :.:... ... ... ... .. ..... ...... ..... ........ . 290
Instrucción ...... ..... .. .. ........................... .... ........ .... ... .. ...... ............ 293
Otras características ....... .. .. .. .......... .... ..................... .. .. .. ............ 294
Experiencia militar.. .. ................ .. .............................. .. ............. . 294
Cargos no militares durante la expedición .................. .... ....... 2,95
Parentescos entre sí .... .. ...... ... ........... .... .... ..... ........ ........ .... ........ 295
Minorías presentes en la expedición ............ ........................... 295

PARTE 111
LA LABOR COLONIZADORA

. 6. Los que Permanecieron .... :.... ......... .......... ... .. ,. .......... .......... .... .. 303
7. Fundación de ciudades .............................................. .............. . 306
8. Formación de familias .... ...... .. ................................ ................ .. 313
9. Actividades económicas ............................. :.......................... .. . q:~
Encomenderos .............. ... .. .... ...... .............. :... .... ·... .. ... .... .......... .. 321
Agricultores y ganadero .... ....... .......................... ............... ...... . 328
Comerciantes y Artesanos .... .................................................... . 329
Mineros y transportadores ...... ................... .. .·... ...................... .. 330
. Clérigos ...................................... ........... ........... ... ........... ............ .. 331
Escribanos y otros ...... ....... .... ... ........... ........... .. ,.... ................... . 331
10. Actividades política ................................................................. . 333
11 . Conclusiones ... ....................................... ...................... ........ ... .. 337
Bibliografía .. ........ ................ :........................... :.......... ....,.... .... ..... .. . 345
Indice Onomástico ........ i .. . ... ........................ . .. ......... .. ............... ... .. . 351

VIII
TABLAS

Pág.

1. Características Compañeros de Jiménez .


Año de Nacimiento, Años de Experiencia en Indias,
Edad al Llegar al Reino, al Morir, y si Sabían Firmar...... .... 295
2. Provincias Españolas y Países Donde Nacieron.......... .... ...... 290
3. Lugar de Nacimiento, Hidalguía,
y Otras Carac.terísticas ... .. ... .. ....... ... .. .... ... .... .. ........ ....... .. .......... 297
4 . Conquistadores idos después de la expedición...................... 304
5. Resúmen Uniones Conyugales................. .... .. ........ ......... .. ...... 314
6. Uniones Conyugales y Números de Hijos........ ...................... 316
7. Encomenderos y Sus Encomiendas .. .... .......... ... .... .. ........ ........ 323
8. Cargos Públicos que Ocuparon ... ................................... .. ....... 334

IX
ABREVIACIONES

AGI Archivo General de Indias, Sevilla


ANC Archivo Nacional de Colombia, Bogotá
ARB Archivo Regional de Boyacá, Tunja
BHA Boletín de Historia y Antigüedades, Bogotá
CDP Enrique Otero D'Costa, Primer libro de actas del cabildo
de la ciudad de Pamplona en la Nueva Granada, 1552-1561
(Bogotá, 1950)
CDT Enrique Ortega Ricaurte, Libros de cabildos de la ciudad de
Tunja 1539-1542 Volúmen 1 (Bogotá, 1939)
CJA Coronel JoaquínAcosta, Compendio histórico del descubrimien-
to y colonización de la Nueva Granada en el siglo décimo sex-
to (París, 1848)
CPI Cristóbal Bermúdez Plata, Catálogo de pasajeros a Indias, vols.
I, II, III (Sevilla, 1940-1942). Luis Romera Iruela y María del
, Cármen Galbis Díez, vols. IV y V (Sevilla, 1980)
DIHC Juan Friede, Documentos inéditos para la historia de Colom-
bia (1509-1550), 10 vols . (Bogotá, 1955-1960)
EOD Enrique Otero D'Costa, Cronicón solariego (Bucaramanga,
1972)
EOR Enrique Ortega Ricaurte, Libros de acuerdos de la Real Au-
diencia del Nuevo Reino de Granada, 2 vols. (Bogotá, 1947-
1948)
PAL Fray Alberto Lee López, Archivos, 5 números (Bogotá, enero/
junio 1967-enero/diciembre 1972)
FAZ Fray Alonso Zamora, Historia de la provincia de San Antonino
del Nuevo Reino de Granada, 4 vols. (Bogotá, 1980)
FDNR Juan Friede, Fuentes documentales para la historia del Nuevo
Reino de Granada, 8 vols. (Bogotá, 1975-1976)
FPA Fray Pedro Aguado, Recopilación historial, 4 vols. (Bogotá,
1956-1957)

XI
FPS Fray Pedro Simón, Noticias historiales de la conquista de Tie-
rra Firme de las Indias Occidentales, 7 vols. (Bogotá, 1981-
1982)
GFO Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia general y natural de
las Indias, 5 vols. (Madrid, 1959)
GHA Guillermo Hernández de Alba, "Primicia Documental del Ar-
chivo de la Ciudad de Bogotá," en Boletín Cultural y Biblio-
gráfico, 11:10 (Bogotá, 1968), pp. 64 a 65
JC Juan de Castellanos, Elegías de varones ilustres de Indias, 4
vols. (Bogotá, 1955)
JF Juan Friede, Gonzalo Jiménez de Quesada a través de docu-
mentos h.i stóricos (Bogotá, 1960)
JFO Juan Flórez de Ocariz, Genealogías del Nuevo Reino de Gra-
nada, 3 vols (Bogotá, 1943-1955). Para los árboles genealógicos
ver la edición príncipe, 2 vols. (Madrid, 1674-1676)
JMG José Manuel Groot, Historia eclesiástica y civil de la Nueva
Granada, 5 vols. (Bogotá, 1889-1893)
JRF Juan Rodríguez Freile, El carnero (Bogotá, 1977)
LFP Lucas Fernández de Piedrahita, Noticia historial de las_con-
quistas del Nuevo Reino de Granada, 2 vols. (Bogotá, 1973)
MAEM María de los Angeles Eugenio Martínez, Tributo y trabajo del
indio en la Nueva Granada (Sevilla, 1977)
MDR Moisés de la Rosa, "Los Conquistadores de los Chibchas," en
BHA XXXII-225 a 253
RR Raimundo Rivas, Los fundadores de Bogotá (Bogotá, 1923)

XII
PREFACIO

La expedición dirigida por el licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada,


las personas que participaron en ella y su labor colonizadora que esta-
bleció el Nuevo Reino de Granada, son el objeto de este libro que está
dividido en tres partes, cada una correspondiente a uno de estos tres
temas sucesivamente.
En la primera parte, La Expedición, se revisa la percepción tradi-
cional de que esta empresa fue el producto del esfuerzo exclusivo de un
grupo de hombres españoles que por sus propios medios y sin ninguna
ayuda, lograron vencer dos grandes obstáculos que se les interpusie-
ron, la naturaleza y los indios. En la segunda parte, Los Hombres, se
describe cada uno de los 173 hombres europeos que sobrevivieron la
expedición. Con base en estas descripciones y por medio de un método
prosopográfico, se define el tipo de hombre que era este conquistador,
sin dejar de realzar las ca,·acterísticas personales que les diferencia-
ban. En la tercera parte, La Labor Colonizadora, se estudia la partici-
. pación de aquellos conquistadores que permanecieron en la tierra recién
encontrada, en la fundación de las primeras ciudades del Nuevo Reino,
en el establecimiento ele las primeras familias, en las actividades pro-
ductivas y en el gobierno ele la nueva entidad política que crearon.
Historiográficamente, este estudio se sitúa después del brillante
trabajo de Mario Góngora, Los Grupo de conquistadores de Tierra Fir-
me (1509-1530) (Santiago de Chile, 1962), el pulcro y detallado de James
Lockhart, The Men of Cajamarca (Austin, TX, 1972) y paralelo a mis
estudios sobre cada una de las seis expediciones que dieron vida y colo-
nizaron el Nuevo Reino de Granada, a saber las dirigidas por Nicolás
Féderman, Sebastián de Be/alcázar, Jerónimo Lebrón, Lope Montalvo
de Lugo, y Alonso Luis de Lugo. Estos .cinco libros mas el presente
forman a su vez, la base para mi análisis de los conquistadores del
mismo Nuevo Reino, de próxima aparición.
La parte descriptiva de este libro se basa en primer lugar en
documentos, la gran mayoría inéditos, en los escritos de los cronistas

XIII
de Colombia y España, a saber: en Colombia, el Archivo Central del
Cauca en Popayán (ACC), el Archivo Nacional de Colombia en Bogotá
(ANC, ahora Archivo General de la Nación), el Archivo Regional de
Boyacá en Tunja (ARB ), los fondos notariales que reposan en estos dos
últimos, mas en las notarías de Vélez y Villa de Leyva. En España, en el
Archivo General de Indias (AGI), e/Archivo General de Simancas (AGS)
y algunos archivos parroquiales y notariales concentrados en Burgos y
en varias localidades anda/usas, incluído el Archivo Municipal de Sevilla.
Los fondos donde se encontraron mas documentos fueron: en ANC
Caciques e Indios, Criminales, Encomiendas, Historia Civil,
Misceláneas, Negros de Santande,; Real Audiencia de Cun.dinamarca,
Residencias de Boyacá, Residencias de Santande,; Testamentarias,
Tierras de Cundin.amarca, Visitas de Santander; en ARB en el Archivo
Histórico de Tun.ja y en los Libros de Cabildo de Tunja; enAGJ Audiencia
Santa Fe, Contaduría, Escribanía de Cámara, Indiferente General,
Justicia y Patronato. Las notas de este libro detallan los documentos de
donde se extractaron.
Una relación de don Gonzalo Jiménez ( "Memoria y Relación de
Todos los Conquistadores que Tienen Méritos en este Reino") y los es-
critos de los cronistas del siglo XVI (y parte del XVII) a saber: fray
Pedro Aguado, el clérigo Juan de Castellanos, Juan Rodríguez Freyle,
fray Pedro Simón y décadas mas tarde el escribano Juan Flórez de
Ocariz, el obispo Lucas Fernández de Piedrahita y fray Alonso de
Zamora, también contribuyeron sus irreemplazables datos a la recons-
trucción de las vidas de los compcuieros del licenciado Jiménez encon-
trados en esta obra.
Entre 'las fuentes impresas utilizadas en esta obra inerece especial
mención el grupo de biografías de 105 de esos hombres escritas por el
señor Raimundo Rivas ( a los cuales llama compañeros seguros de
Quesada) y que consignara en su obra Los fundadores de Bogotá (Bo-
gotá, 1923). Exceptuando una de estas biografías (la de Jorge Celi de
Alvear); escritas antes de que se encontrara el documento precioso so-
bre el reparto del botín que tuvo lugar en junio de 1538 entre todos los
173 compañeros del licenciado Jiménez que entonces estaban vivos, estas
continúan siendo tan buenas hoy como cuando las escribió. Aquí son
ampliadas, cuando es necesario, con aquellos datos sobre sus vidas o
sus actividades que ayudan a definir al típico conquistador y son redu-
cidas considerablemente alno describir detalladamente las acciones de
conquista y exploración en que participaron y que se encuentran en
otras fuentes publicadas. También se reducen considerablemente al no
incluír en ellas las datos genealógicos de los descendientes de esos con-
quistadores de segunda generación. en adelante, extractados por el se-

XIV
ñor Rivas de las Genealogías del Nuevo Reino de Granada escritas por
Juan Fl6rez de Ocariz y publicadas en 1674.
Agradezco las ayudas monetarias recibidas del Vining Davis/Curtis
Wilgus Research Grants, del Departamento de Historia de la University
of Florida en Gainesville y del Instituto de Cooperación Ibero-America-
no, que me ayudaron a llevar a cabo buena parte de mis investigaciones
en Colombia y España. Agradezco la gran colaboración de las señoras
Pilar Moreno de Angel, entonces directora del ANC, de Rosario Parra,
directora delAGI, y del doctor Jorge Palacios Preciado quien dirigía el
ARB, mas las de sus buenísimos grupos de colaboradores, quienes tan
gentilmente y con tanta paciencia siempre me han ayudado. Mucho debo
a mis antiguos profesores David Bushnell, Michael Gannon, David
Geggus, Murdo MacLeod, Lyle McAliste1; Michael Mosseley, Jeffrey
Needell y Darrett Rutman, por haber ampliado mi visión sobre la histo-
ria y la antropología. A Ippolita, mi esposa de toda la vida, gracias por
haberme oído y detectado muchos de mis errores; por los otros que se
pueden haber pasado, invoco la clemencia del lecto,:

Gainesville, Florida, 1993.

XV
PARTEI
La Expedición
l. LA EXPEDICION AL MAR DEL SUR

La primera expedición europea que llegó al futuro Nuevo Reino de


Granada fue gestada, organizada y financiada por el adelantado de
Canarias don Pedro Fernández de Lugo, quien cumpliendo con los
términos de la capitulación que acordara con la corona española, lle-
gó al puerto de Santa Marta en enero de 1536 a finalizar la conquista
y a encargarse del gobierno de la provincia de ese nombre. 1 Un
lucido, colorido y elegante grupo de unas mil personas, formado en
su mayoría de hombres jóvenes e inexpertos, mas algunas mujeres,
se embarcó en unas diez naves para acompañar a don Pedro en la
travesía del océano que separaba la isla de Tynerife en las Canarias,
de las tropicales, primitivas y algo desoladas costas de esa goberna-
ció11, que por el este se extendía hasta la p-rovincia de Venezuela, por
' . '
el oeste lindaba con el río Grande de la Magdalena que demarcaba
los límites con la gobernación de Cartag-ena, y por el sur se confun-
día con tierras ignotas que se suponían llegaban hasta el Mar del
Sur, inmediato al imperio Inca.
La llegada de tantos europeos, muy superiores en número a
r:J sus coterráneos que entonces habitaban la precaria ciudad de Santa
Marta, impuso tan dura carga a los limitados recursos de esta, que
obligaron al gobernador don Pedro a organizar expediciones fuera,

1
La capitu lación de don Pedro Fernández de Lugo está tra nscrita en DIHC III-196 a 210.
FPA I-188 escribió que don Pedro llegó a Santa Marta con 1.200 hombres en 18 naves, ambos
números quizás exagerados. Sábese que las siguientes diez naves fueron contratadas, las
cuatro primeras en Sevilla, las otras seis en Tenerife: el galeón San Cristóbal, la nao Santa
María, la nao Sane ti Spiritus y el galeón La Magdal ena; las naves de Domenico Rizo, Antonio
Jove, Bartolomé de Fonseca y Alonso Núñez, mas la San Nicol6s, y la San Salvador que
pertenecía a Lázaro Fonte, futuro conquistador del Nuevo, Reino. En estas, y cuaquier otra
que hubiera podido contratar don Pedro, viajaron alrededor de mil personas. A estas diez
naves se les puede sumar la de Juan del Junco quien iba para Cartagena pero que por pedido
de la Audiencia de Santo Domingo se desvió a Santa Marta. Con Junco viajaron cerca de 150
personas. Todos los individuos que viajaron con don Pedro, a excepción de los clérigos,
tuvieron que pagar el pasaje a razón de 6 a 25 ducados cada uno. Ver Leopoldo de la Rosa
Olivera, "Don Pedro Fernández de Lugo Prepara la Expedición a Santa Marta," en Anuario
de estudios atlánticos No. 5, (1959), 399 a 444.

3
01 con el triple propósito de alimentarlos con el fruto de los cultivos
indígenas situados lejos de la ciudad, dar ocupación a los chapetones,
o inexpertos recién llegados, ansiosos de ensayar contra un supues-
to enemigo las artes marciales que estaban aprendiendo y, natural-
mente, recoger algún oro. "Marchando por hileras y en buen orden
como lo dispone el arte militar " salieron 900 hombres hacia las sie-
'
rras de Bonda bien apertrechados de caballos, municiones y armas,
acompañados también por Alonso Luis de Lugo, hijo y heredero de
los títulos y gobernaciones de su padre don Pedro quien al poco se
regresó a Santa Marta .
Desde esa sierra y pasando por Tairona extendieron sus activi-
dades hasta La Ramada, lugar situado cerca del mar y a orillas del
actual río Dibulla. Por esa región sacaron a relucir sus armas para
usarlas contra los naturales, quienes tuvieron que defenderse con
piedras y palos mas con efectivas flechas envenenadas disparadas
con recios arcos. Después de vencerlos, los europeos les quemaron
un pueblo y les tomaron cantidades de cazabe, yucas, ahuyamas y
batatas y cerca de 3.000 pesos de oro. Terminada esta entrada, pre-
ludio de otras mayores, regresaron a Santa Marta, de donde según
una versión, el hijo Alonso Luis se escapó hacia España con el oro
recogido, y en donde sus acompañantes encontraron a don Pedro
quien mientras tanto se había entretenido estudiando posibles expe-
diciones a otros rincones de su gobernación . .
No debió ser muy difícil a don Pedro decidir como proceder.
Hacia el inmediato suroeste y sur de Santa Marta se extendía una an-
gosta y conocida faja de tierra que llegaba hasta la provincia de
Cartagena. Inclinada hacia el sur estaba la región donde vivía el temi-
do grupo Chimila y al oriente de esta, otra donde hacían su casa otro
grupo distinguido con el genérico nombre de Caribe, que por belicoso
y pobre ofrecía poco atractivo. Se sabía que algunas de las· tierras si-
tuadas al este y hacia Venezuela, tales como el Valle de Buritaca y La
Ramada eran ricas, mas eran bien conocidas. Lo mismo sucedía con
aquellas regiones situadas mas allá de la Sierra Nevada y las que le
daban la vuelta siguiendo hacia el sur y continuaban por el Valle de
Eupari y su prolongación por la hoya del río Cesar hasta Chiriguaná y
la zona donde estaba asentado el buen proveído pueblo indígena de
_1 Tamalameque ..,Como hacia el norte estaba el mar, la única región que
7
" le quedaba __a_don Pedro por explorar era hacia ese sur incógnito que
apuntaba al Perú, donde las enormes riquezas extractadas a los incas
eran el polo de atracción que deslumbraba a los aventureros, incluidos
muchos de los llegados a Santa Marta .

4
Propósito

Ningún trabajo le debió tomar a don Pedro el informarse que su antece-


sor, el gobernador Rodrigo Alvarez Palomino, había mostrado
especialísimo interés en alcanzar por tierra el país a donde había llegado
Francisco Pizarra antes de que este subyugara al Inca, el gran señor del
Perú. Alvarez Paiomino quedó fascinado cuando vio en el barco que paró
en Santa Marta las dos "ovejas" del Perú que Francisco Pizarra llevµba
para obsequiarlas al rey español según cuentan los cronistas, pero mas
intrigado y mas ambicioso debió quedar con las noticias sobre el Perú
que debieron relatar quienes en esa nave iban. Fácilmente pudo haberse
enterado don Pedro por boca de los líderes Antonio de Lebrija, Juan de
San Martín o Juan de Céspedes, o por los cuarenta soldados de a caballo
o ciento y cincuenta y cinco peones que en 1531 acompañaron a Pedro
de Lerma, el díscolo sobrino del Gobernandor García de Lerma, en la
· exploración que después de recorrer el Valle de Eupari tomó el curso del
río Cesar hasta su confluencia con el Magdalena. Entusiasmados por tan
valioso hallazgo (la boca del Magdalena se consideraba impasable), con-
tinuaron navegando río arriba por tanto trecho, que llegaron hasta la con-
fluencia con otro muy correntoso al que bautizaron con el nombre de río
Lebrija, el mismo que hoy corre por el Departamento de Santander. 2
Fácilmente se debió enterar don Pedro que después de lo descrito
arriba, la imposible hazaña de entrar por la boca del Magdalena ya la
había realizado el portugués Jerónimo de Melo, quien conduciendo
cincuenta hombres en dos carabelas, alcanzó a subir por el río unas 35
leguas, o sea hasta llegar cerca del sitio que después se distinguió con el
español nombre de Tenerife. 3 No obstante lo anterior, lo que mas debió
llamar la atención a don Pedro fue saber que su antecesor, el gobernador
García de Lerma, combinando los conocimientos anteriores y acosado
por sus gentes. que no perdían oportunidad para huir al Perú, había
organizado una expedición hacia ese país. A órdenes del clérigo y bachiller
Francisco de Viana, Lerma envió dos grupos de soldados a que remontaran
el Magdalena hasta dar con su nacimiento, el que se estimaba debía quedar
cerca del Perú. Un grupo formado de 150 hombres de a pie y de a caballo

'2
Ver "Relación Anónima de la Conquista de Santa Marta y Nuevo Réino de Granada," en Juan
Friede, Descubrimiento del Nuevo Reino de Gra11ada y fi111daci611 de Bogotá ( 1536-1539), p. 201
y ss; ver también DIHC II-232 a 238 , y FPA I-174.

3
DIHC II-266 y 368.

5
avanzaría por tierra, mientras otro de 140 hombres remontaría el
Magdalena en una carabela y tres bergantines cargados además de todo
lo necesario que podrían necesitar para la exploración . Como
desafortunadamente Viana murió al poco de salir de Santa Marta, fue
reemplazado por los capitanes Juan de Céspedes y Juan de San Martín,
destinados a ganar aún mas fama después . Estos dos grupos lograron
subir río arriba hasta el sitio indígena llamado Sompallón, y cambiando
de banda, subieron por tierra hasta la confluencia de los ríos Cauca y
San Jorge de donde se regresaron a San'ta Marta. Tanto Céspedes como
San Martín estaban listos en esa ciudad, a servir en cualquiera otra
aventura. 4
La situación de la incipiente y rústica Santa Marta había vuelto a
empeorar con el regreso de los expedicionarios que habían ido a La Ra-
mada capitaneados por Alonso Luis, el hijo del gobernador don Pedro.
·- La contaminación de las aguas potables con los detritus de tanta gente
que habían eregido su s improvisadas viviendas sobre las arenas de una
bella bahía, había sido el origen de muchas enfermedades que al multi-
plicarse causaron tantas muertes, que según la macabra descripción de
los cronistas de la época, las campanas no volvieron a doblar por los
muertos en consideración a que su tañer entristecía a los muchos enfer-
mos que por entonces había. Sacar las gentes de la ciudad se volvió
- · apremiante, no solo para apartarlas de tanta enfermedad, sino porque
muchas estaban ansiosas, como es fácil entender, de lanzarse tras el oro
y la fama .
...- / Definido el rumbo general de la próxima empresa, don Pedro no
esta:ba en condiciones de dilatarla porque había otras personas interesadas
en la misma meta. Dos años atrás don Pedro de Heredia, el gobernador de
la vecina provincia de Cartagena, había mandado a su hijo Antonio con
muchos cristianos y diez negros, a que encontraran un paso al Perú. 5
Tampoco eran de descuidar los vecinos venezolanos . El gobernador
Ambrosio Alfinger había iniciado en 1529 la búsqued a de un camino al
Mar del Sur que permitiera a sus jefes, los comerciantes alemanes de la
. poderosa casa Welser, llegar a los mercados del oriente. Años atrás y en
esa búsqueda, Alfinger también había dirigido una importante expedición
que había llegado hasta Tamalameque y que a su regreso a Coro en

4
"Relaci ón Anónima" en Friede, Descubri111ie11to, p. 224; DIHC III 0 98 y 65 ; FPA I-177 a 183;
FPS III-35 a 38.

5
DIHC III-148.

6
Venezuela, había tenido noticias de una rica reg10n situada al sur,
identificada entonces como Xerira.
-·-»-·"' '
J'
(\!',-, [ (, ). -.,
,.., ,\ - \¡ 12
Organización

Apremiante era entonces ordenar en Santa Marta una expedición que


.; encontrara el camino al Perú. El seleccionar un teniente general que die
rigiera la empresa fue cosa fácil para don Pedro. A su lado tenía al licen-
ciado Gonzalo Jiménez, a quien desde antes de salir de España le había
escogido como su segundo en asuntos militares, confiriéndole en la ciu-
dad de Santa Cruz de Tenerife el 10 de noviembre de 1535 "poder bas-
6
tante, cumplido, libre y llenero," para desempeñar tal cargo. Al decir de
su contemporáneo el cronista colonial fray Pedro de Aguado, el licencia-
do Jiménez poseía suficientes cualidades para ocupar el cargo, pues "aun-
·que era hombre criado entre las letras y sosiego y reposo del estudio,
moraba en él un vigor y excelencia de ánimo y buena fortuna que le
convidaba a abrazar aquesta trabajosa y dificultosa empresa," o como
escribió en verso otro cronista, el padre Juan de Castellanos, sobre la
decisión que don Pedro tomó:

"Ya tiene mi poder y está nombrado


Para ser general de la jornada
El docto y animado Licenciado
Don Gonz.alo Jiménez de Quesada
Varón de quien yo vivo confiado
Que para bien regir le falta nada." 7

Animo, liderazgo, constancia, buen juicio, prudencia, paciencia,


apreciador de las cualidades de las personas a su cargo y su defensor en
la mayoría de las veces, estas eran cualidades que compensaban su igno-
rancia en asuntos militares, y le distinguían por encima de los otros po-
sibles aspirantes a dirigir el grupo de los expedicionarios que marcharía
por tierra. Teniendo en cuenta una vez mas las experiencias de su antece-

6 Juan Friede, El adelantado don Gonzalo Jiménez de Quesada, 2 vols. (Bogotá, 1979), PP· 12
Y 13; "Relación Anónima" en Friede, Descubrimiento, p. 232. Friede dedica el capítulo IV de
esta última obra en confirmar que la expedición de Jiménez fue planeada para que alcanzara el
Mar del Sur o el Perú.

7 FPA 1-210 y -188; JC II-448; "Relación Anónima en Friede Descubrimiento, P· 232.

7
\ 1¡ ·-, -
.i j
1,
sor el gobernador Lerma, don Pedro decidió enviar también cinco ber-
gantines río arriba cargados con todo tipo de herrajes, provisiones, ar-
mas y medicinas, para que dieran apoyo a los que marcharían por tierra.
Los del río irían dirigidos por otro capitán que podía obrar con bastante
independencia de Jiménez, lo que resultó en malos entendimientos y
futuros pleitos. Una operación mas 'integrada se hubiese conseguido si
estas dos partes respondieran a una misma cabeza que aunara el interés,
mas no fue así.
El tipo de expedición planeada fue decididamente conquistadora y
de corte militar. Las instrucciones que don Pedro diera al licenciado
Jiménez establecfan en detalle cómo se debían repartir las riquezas obte-
nidas de los naturales hallados en el camino y cómo se les debía tratar,
mas no contemplaban la posibilidad de establecer la mas rudimentaria
colonia, menos fundar un pueblo, y muchísimo menos el establecer una
provincia, lo que inesperadamente vino a ser el resultado de la expedi-
ción. 8 Este objetivo militar y no colonizador, en mucho explica el futuro
titubeo de Jiménez en sentar reales en la tierra que alcanzara y en la
actitud avasalladora de sus gentes, quienes desde el principio creyeron
que estaban luchando contra un enemigo; el indígena. Esta actitud iría a
dificultarles en mucho, el poder hacer la transición de conquistadores a co-
lonizadores. A juzgar por los resultados, buen cuidado y acierto tuvieron
don Pedro y el licenciado Jiménez en escoger capitanes, pues no solo consi-
deraron a los obvios que les acompañaban desde Espaí).a, sino también a los
sazonados en las cosas de Indias que encontraron en Santa Marta. 9
La nómina que conformaron fue lucida: alguacil mayor Hernán
Pérez de Quesada, joven de poca experiencia pero quien gozaba de la
plena confianza de su hermano el licenciado; capitán Juan de Céspedes,
con 1O años de experiencia en Indias y líder de la jornada que alcanzó la
boca del río San Jorge; capitán Pedro Fernández de Valenzuela, experto
en las guerras de Italia; capitán Lázaro Fonte, canario que aportó a la
compañia de don Pedro una nave con mas de 100 hombres; capitán Juan
del Junco, veterano soldado que había estado en el Río de la Platá ~n
1526 y quien había llegado a Santa Marta poco antes que don Pedro,
trayendo por su cuenta 144 hombres; tesorero real y capitán Antonio de
Lebrija, con siete años de experienc;ia en Indias incluida la expedición
Magdalena arriba hasta la confluencia del río que tomó su nombre; con-

8
DIHC IV-75 a 79.
9
Ver biografías en el Capítulo 4.

8
tador real y capitán Juan de San Martín, quien se hallaba en Santa Marta
desde su · fundación y quien había sido líder en la jornada al río San
Jorge y Sompallón; capitán Gonzalo Suárez Rendón, militar curtido en
las guerras de Italia; capitán Juan de Madrid, de quien se sabe poco por
haber muerto en el camino recorrido por la expedición. ·
Los capitanes seleccionados para dirigir la empresa eran enton-
ces en su mayoría personas de probada habilidad o de probada influen-
cia por sus aportes materiales. Cuatro eran expertos en India.s y dos en
guerras europeas; solo uno, Ponte, no aparece como veterano, aunque
en realidad de él no se conocen todos sus antecedentes ·, Teniendo en
cuenta al fallecido en el camino, los ocho capitanes comandaban sen-
das compañías en que se dividió el ejército de tierra, formado por unos
600 hombres, incluidos los de a caballo. 10 Si la proporción de los
soldados de a pie que salieron de Santa Marta fue la misma de los que
llegaron al Nuevo Reino, los primeros fueron 39 macheteros, 56
arcabuceros, 83 ballesteros, 334 rodeleros, y 17 soldados aventureros
que iban por su cuenta .Y por lo tanto no tenían derecho a participar en
el botín que recogiesen.
Los bergantines enviados desde Santa Marta fueron cinco, de los
cuales solo dos, uno de Juan Chamorro, pudieron negociar una tormenta
que les acosó y vencer la boca del Magdalena. Los perdidos fueron re-
emplazados por uno del licenciado Diego Hernández Gallego quien asu-
mió la capitanía de los que avanzaron por agua, y por otros tres
comandados por Juan de Albarracín, Antonio Díaz Cardozo, y Gómez
del Corral. En estas cinc/ naves podían fr hasta 250 hombres. "

,,,
10
Las fuentes indican lo siguiente: a) la contemporánea y confiable relación de Lebrija y San
Martín, escrita por testigos presenciales que como oficiales reales estaban acostumbrados a
llevar minuta de lo sucedido durante la expedición, indicaron que de Santa Marta salieron 500
hombres de a pie y otros de a caballo. b) el "Epítome de la Conquista" señaló que por todos
salieron 600 soldados incluídos los de a caballo. e) El Cronista Anónimo escribió que por todos
fueron 750 personas, incluídos los de los bergantines. d) Aguado escribió que fueron 600 hom-
bres llevando 100 caballos y, e) Castellanos apuntó que fueron 500 mas 30 de a caballo y 30
bestias de carga. En resúi:nen, los de tierra debieron ser menos de 600, y los de a caballo unos 50
si se tiene en cuenta que sobrevivieron 33. Para efectos de este trabajo se toma que quienes
salieroii por tierra fueron 550 hombres de a pie y 50 de a caballo. Zamora escribió que por todos
fueron 800 hombres quienes iban acompañados de "un gran número de indios e indias que
estaban de paz y habían recibido el bautismo.'' (FAZ I-196).

11
"Relación de Lebrija y San Martín" en Friede, Descubrimiento, p. 181; "Relación Anónima,"
p. 234; "Epítome de la Conquista" en Hermes Tovar Pinzón, No hay cac iqu es ni seíiores (Barce-
lona, 1988), p. 166; JF -195 a 214; FPA I-213 a 217; FPS III-87 a 88. No está claro si los
bergantines que remontaron el rio fueron cuatro o cinco; los croni stas y documentos indican que
cuatro hicieron el viaje de regreso, sin decir cuando o donde se perdi ó el quinto.

9
Primera Etapa: La Tora

Tan bien conformada y grande expedición, superior en número de


soldados a las comandadas por Hernán Cortés a México y por Fran-
cisco Pizarra al Perú, salió de Santa Marta a principios de abril de
1536, o sea tres meses después de la llegada a esa del licenciado
Jiménez. Iba acompañada de los acostumbrados indios de servicio,
algunos esclavos negros y otros moriscos, caballos de guerra y de
carga, perros, y posiblemente cerdos y cabras, pues el cronista Agua-
do escribió que llevaban un hato al cual su colega fray Pedro Simón
llamó carnada.
El curso de esta expedición se puede dividir en dos grandes eta-
pas. Una, de Santa Marta a La Tora, gran pueblo indígena, siguiendo los
valles de varios ríos previamente conocidos en la mayoría de su exten-
sión, a excepción de las últimas 20 leguas que se extendían desde la
confluencia del río Lebrija a las barrancas de La Tora. Otra, la compren-
dida desde La Tora y que siguiendo por el río seguía montaña arriba-por
el Camino de la Sal hasta llegar al valle de la Grita q_ue marcaba el límite
de las tierras habitadas por la nación Muisca.
Con el propósito de analizar varios aspectos de esta expedición, a
continuación se sigue lo que sobre esta se sabe, extractado de los docu-
mentos Y los escritos de los cronistas coloniales. 12
Aunque hay dos versiones de la ruta que inicialmente tomó el ejér-
cito del licenciado Jiménez, las fuentes primarias son casi unánimes en
señalar que el camino tomado fue directamente hacia el sur y nó rodean-

12
Las fuentes primarias sobre esta expedición son: Ja "Relación" escrita por Lebrija y San
Martín; la "Relación anónima," a veces llamada Ja "Relación de Santa Marta," probablemen-
te escrita por Antonio Díaz Cardozo; el Epírome .de /a conquisra, o Gran cuaderno de Gonzalo
Jiménez de Quesada; las crónicas coloniales escritas por fray Pedro Aguado, Gonzalo Fernández
de Oviedo quien usó el Gran cuaderno que Je prestó Jiménez; el padre Juan de Castellanos
que copiara fray Pedro Simón muchas veces sin aportar datos nuevos; los documentos del
Archivo General de Indias en Sevilla, algunos transcritos por el historiador Juan Friede en
varias de sus obras; y por último, aunque bastante posterior, la crónica escrita por el obispo
Lucas Fernández de Piedrahita quien tuvo en sus manos los escritos del licenciado Jiménez,
hoy perdidos. También se puede considerar con cautela lo escrito por fray Alonso de Zamora.
Ya que estos cronistas son bien conocidos, en las notas dadas a continuación se citan una sola
vez, mientras que los documentos se citan en cada oportunidad. Además de los escritos de
Jiménez que pueden aún existir, puesto que en el siglo pasado los tuvo en sus manos el histo-
riador Plazas, de pronto se encuentran en algún archivo olvidado las relaciones escritas por
Antón de Besos y por Juan del Junco que no son conocidas, pero que están mencionadas en
DIHC IV-197, 199, y DIHC V-350.

10
do la sierra de Santa Marta. 13 Tratando de evitar en lo posible los temi-
bles chimilas y los pantanos que ya empezaban a formarse por las pri-
meras lluvias de invierno, los soldados se pegaron a la Sierra Nevada,
metiéndose algo mas en los terrenos de los caribes y menos en los de los
chimilas. Sinembargo, parte de la provincia Chimila tenía que ser atra-
vesada y mientras lo hacían, empezaron a escasearles los alimentos que
invariablemente eran arrancados de los sembrados indígenas o sacados
de los depósitos de estos. Afortunadamente encontraron varios de estos
sembrados y también a algunos de sus dueños, a quienes apresaron para
que cargaran lo tomado hasta donde posaba el ejército. Este prosiguió su
camino hasta las estribaciones sur de la Sierra donde se le interpuso el
crecido Ariguaní, río que marcaba el límite chimila. Cruzando este los
expedicionarios perdieron una buena parte de lo que llevaban, incluidos
algunos cerdos o cabras. Poco antes Juan del Junco había perdió un
caballo y al salir de esa región al licenciado Jiménez se le murió una
yegua. 14 Desviándose hacia el sureste dieron con el valle del río Cesar
por el que bajaron hasta Chiriguaná, sitio donde el 6 de mayo de 1536,
la expedición hubo el primer oro de los naturales . 15
Ya para esas el número de enfermos era lo suficientemente grande
como para que el licenciado Jiménez deseara contactar los bergantines
antes de llegar al sitio acordado, que era Sompallón sobre el Magdalena,
situado bastante mas arriba de donde estaban y a unas 100 leguas del
mar. Cualquier prisa que se dieron en lograr ese propósito resultó vana,
pues los guías cristianos equivocaron el camino y fueron a dar a lugares
despoblados y por lo consiguiente, desprovistos de cultivos indígenas.
Si no fuera por la abundancia de venados, de los que cazaron algunos,
durante los doce días que estuvieron perdidos hubieran sufrido peores
hambres. Este aprieto de todas maneras aceleró la muerte de algunos de
los enfermos, necesitados de mejor sustento, cuidado, medicinas, y pro-

13
Con buenas razones ma s con débil ev idencia hi stórica, Juan Friede sostuvo que el ejército de
tierra fue al este hacia La Ramada, y ya al lado de la Sierra Nevada tomó el camino al su r hasta
dar con el Valle de Eupari y el Cesar, para ir a Chiriguaná y Tamalameque; ver Friede, Desc11bri-
mie11to, p. 55 a 58. Fray Alberto Ari za, "Itinerario Cronológico y Geográfico de la Expedición
de Jiménez de Quesada al Reino Chibcha" en Boletín Cultural y Bibliográfico, 6:7 (Bogotá,
1963), p. 984 a 997, bas ándose en lo s cronistas co loniales y en el Cuaderno de la Jornada,
arguye convincentemente que aquel bajó directo al sur y al sobrepasar la Sierra tomó rumbo al
sureste hasta llegar a Chiriguaná, punto por el cua l tanto Friede como Ariza, están de acuerdo
que pasó la expedición .
14
JF -138; FPA I-209 y ss.; FPS III-85 y ss.; JC II-449 y ss.

1
' DIHC IV-79.

11
bablemente de descanso y de protección a las inclemencias del tiempo.
Para su suerte dieron con unos naturales de quienes tomaron guías para
que les encaminaran hasta la provincia de Pacabueyes y tierras del señor
de Tamalameque, en cuyo pueblo, famoso por sus mercados y ferias,
por la hospitalidad de sus habitantes, sus buenos aposentos y sus abun-
dantes frutas, entraron bastante a la fuerza y se quedaron unos veinte
días. Este importante centro estaba localizado en las cercanías del Banco
de hoy y nó en las del actual Tamalameque.
Mientras en tan buen sitio recuperaban las fuerzas, los naturales,
invariablemente bien informados de lo que en sus regiones pasaba, les
informaron que los bergantines venían todavía muy abajo. Levantado el
campamento, por la inexperiencia de los soldados en manejar las canoas
graciosamente prestadas por los naturales, tuvieron mucho trabajo en
atravesar el Cesar. Sin otra detención siguieron al sur por caminos indí-
genas hasta dar con el conocido Sompallón situado cerca de La Gloria
actual, donde sabían que encontrarían alimentos suficientes y donde es-
perarían a los bergantines.l Apuntó el cronista Aguado ,'' que a pesar de
que el camino era cosa sabida y por lo tanto menos difícil, no por ello
dejaron de pasar muchos trabajos por las hambres, enfermedades, incle-
mencias del tiempo y los obstáculos naturales representados por los ríos
caudalosos, las ciénagas, los arcabucos y las montañas que tuvieron que
atravesar, lo cual sumado a que "la mas de la gente que consigo llevaba
era de poco tiempo venida de España y no estaban curtidos de los a_ires y
vapores de la tierra, y después de esto la región de Sompallón era muy
malsana," contribuyeron a que murieran 100 cristianos desde que salie-
ron de Santa Marta hasta este sitio de reunión . .
- Allí llegaron los bergentines con el necesitado auxilio y sus
ocupantes le informaron a Jiménez las grandes dificultades que habían
tenido en remontar la boca del Magdalena. Después de un descanso y
notando que el número de enfermos crecía, el licenciado se ocupó de
acomodarlos en las naves y sobre los caballos de carga, mientras los
sanos proseguían el camino, ahora sí con serias dificultades. Porque a
las conocidas se les agregó que como los naturales de la región eran
menos numerosos que en las anteriores y hacían todo su comercio en
canoas, no habían caminos indígenas ni sus acostumbrados cultivos, ni
era fácil apresarles para que les llevaran las cargas y les sirvieran de
guías e intérpretes. Como resultado, el avance terrestre era mas difícil y
los europeos andaban mas hambrientos, flacos, débiles y enfermos,
quedándoles solo el consuelo espiritual ofrecido por los dos sacerdotes
que les acompañaban .
Continúan los cronistas relatando que arriba de Sompallón iban
los conquistadores cortando montes y haciendo puentes y otros aparejos

12
para atravesar los crecidos ríos. Las ciénagas mas vadeables, que a veces
escogían para acortar la ruta, estaban infestadas de caimanes y las selvas
1 de ferocísimos tigres. Testigos de estos ataques fueron Juan Serrano a
quien se lo llevó un tigre y Juan Lorenzo atacado por un caimán.
Tanta llegó a ser el hambre que parece hubo casos de canibalismo
entre los cristianos y algunos soldados osaron sacrificar tres caballos,
por lo que el licenciado impuso la pena capital a quien matase otro de
esos animales. El cronista Aguado hizo énfasis en que muchos de los
enfermos preferían escaparse del campamento y esconderse en lugar tran-
quilo a que les llegase la muerte, en vez de tratar de seguir la agotadora
ruta para fenecer mas adelante de todas maneras. Adicionábanse a todas
las penalidades las llagas que algunos tenían y las frecuentes lluvias,
cuyas gotas engendraban gusanos que iban creciendo entre las carnes y
devorando vivos a quienes los tenían. Estos solo se notaban porque de-
jaban en la piel un punto del tamaño de un alfiler, por el cual respiraban.
Tantas eran las muertes, que según el cronista Simón, ya no se contaban
los difuntos sino los que continuaban vivos . En contraste a semejante
situación tan angustiosa, los mismos cronistas refirieron cómo en ratos
de descanso, los de a caballo salían a cazar los numerosos ·venados que
abundaban en las sabanas, y cómo en una de esas oportunidades tanto
acosaron a un oso hormiguero que este se prendió de las ancas del caba-
llo de Juan Tafur. Aguado, sensible a que la credibilidad de sus lectores
tiene límite, explicó que el temor de Tafur no era de que el hostigado y
acorralado animalito le alcanzase con las inexistentes fauces, sino que
de pronto le pudiera herir con sus afiladas uñas.
Mientras lo anterior sucedía por tierra, los que iban en los
bergantines dieron con un pueblo donde encontraron maíz y las primeras
mantas de algodón tejidas y lindamente decoradas al pincel. Esta seña
... les afianzó las esperanzas a .unos, especialmente al licenciado Jiménez,
de que río arriba debían existir poblaciones indígenas importantes, pues
además habían notado que la sal granulada de mar la consumían los
indígenas que vivían hasta unas 70 leguas río arriba y que luego de
desaparecer esta sasón por un trecho, la empezaba a reemplazar una sal
distinta en forma de panes que por el río bajaba. Al poco notarían que las
montañas se iban cerrando y el Magdalena angostando, hasta llegar al
acogedor pueblo indígena de La Tora o Barrancas Bermejas, que
acertadamente el mismo licenciado estimó, estaba situado a 150 leguas
del mar. 16 Los capitanes Lebrija y San Martín escribieron que a este

16
"Epítome" en Friede, Descubrimiento del Nuevo Reino, pp. 258 y 259 .

13
pueblo situado a 200 leguas de la costa marina, llegaron menos de la
mitad de los que salieron de Santa Marta, por los trabajos y hambres que
pasaron y por ser la gente recién venida de España. El cronista anónimo
discrepó estimando la distancia recorrida en 110 leguas solamente, mas
agregó que hasta allí se demoraron ocho meses en llegar y allí quedaron
otros tres . 17

Segunda Etapa: el Valle de la Grita

Sucédese ahora un evento crucial que le daría un viraje completo a la


expedición y que tendría consecuencias insospechadas . Mientras mu-
chos conquistadores descansaban, dos bergantines fueron a recorrer parte
del río arriba y volvieron con la noticia, poco alentadora; de que sus
aguas explayadas por el invierno hacían muy difícil su navegación. Por
ello el licenciado resolvió mandar al capitán San Martín con un grupo de
hombres, a que entraran por un río cuyas aguas fluían de las montañas
orientales al Magdalena. Estos navegaron unos tres días en varias ca-
noas hasta dar con unos bohíos que servían de alojamiento a mercaderes
indígenas y a pasajeros locales. Dejando las canoas prosiguieron por
tierra, siguiendo un buen camino que les condujo primero a unos bohíos
que contenían alguna sal y mantas pintadas, mas arriba a otros de mayor
tamaño y finalmente, al propio pie de la sierra, a unos depósitos mas
grandes que además de sal contenían maíz.
Considerando que habían recorrido 25 leguas , prudentemente re-
gresaron a dar la nueva. San Martín dio cuenta al licenciado de lo encon-
trado, quien entusiasmado, decidió cerciorarse de tan buen hallazgo.
Como escribió el historiador Juan Friede, en ese momento Jiménez cam-
bió el oro por la sal. En vez de continuar tras el oro peruano fue tras la
sal muisca. 18
El licenciado Jiménez escogió ir por tierra, vía que le resultó mas
difícil, porque adelante encontró anegado el valle del Opón . La demora
ocasionada por el rodeo que tuvo que dar avanzando pegado al pie del

17
Relación de Lebrija y San Martín en Friede, Descubrimiento, p. 183 y ss. De ser cierto lo de
la Relación Anónima (p. 233), la expedición habría llegado a La Tora en diciembre y habría allí
permanecido hasta febrero o marzo de 1537. Mejor cuadra con la relación del botín recogido
que allí estuvieron hasta febrero, puesto que el 9 de marzo entró a la caja común una buena
cantidad de oro habido por el padre Antón de Lezcámez, Andrés de Murcia, Nicolao de Troya,
Jerónimo de la Inza, Juan Valenciano, y Antonio Día z Cardozo .

18 Friede, Descubrimiento, p. 60.

14
monte, hizo que le escasearan los alimentos hasta cuando llegó al primer
bohío donde encontró maíz y raíces cultivadas. Ya repuesto el y sus
acompañantes continuaron hasta el sitio a donde San Martín había llegado.
Allí el licenciado decidió permanecer acompañado de varios hombres,
incluidos un negro y un indio, mientras los capitanes Juan de Céspedes y
Antonio de Lebrija mas otros veinte atrevidos se aventuraban camino
indígena arriba. Añadió el cronista Aguado, que estos se fueron solos
sin las acostumbradas mamás, chinos y chinas que solían usar los
conquistadores para que les sirvieran en todo , les cocinasen sus comidas,
les lavasen las ropas, y hasta les recogiesen la paja sobre la que dormían.
El grupo de avanzada anduvo por la sierra hasta dar con doce ca-
sas que encontraron desiertas aunque con abundante alimento. Con tra-
bajo dieron con un indio que les conduciría no solo cuesta arriba, sino
tiempo después hasta donde los indígenas hacían los panes de sal. Cés-
pedes y compañeros continuaron hasta el valle del Opón que dio nombre
a toda la región y serranía que habían recorrido en una extensión estima-
da en 25 leguas. Allí dieron con unas 12 casas habitadas, donde prendie-
ron una docena de personas, entre ellas una mujer despechada porque el
cacique Opón se estaba casando ese día con otra.
Céspedes y compañeros conocieron al señor de Opón quien le fa-
cilitó hasta material para que se hiciesen unas alpargatas y les condujo
durante tres jornadas hasta el Valle del Alférez y otras tres hasta dar con
el Valle de las Turmas o de La Grita, que era el primero situado en el
altiplano donde se iba a establecer el Nuevo Reino de Granada. Desde
allí divisaron muchos caminos y columnas de humo , indicativas de estar
la región muy bien poblada . Obtenidas las primeras muestras de oro fino
y las primeras esmeraldas (ver nota 17), regresaron a casa del Opón
donde tomaron alimentos e indios para que los llevasen hasta donde
había quedado el licenciado. Este al verlos llegar con tan buenas noticias
se alegró mucho y decidió regresar a La Tora por el resto del ejército,
dejando donde estaba a su hermano a que cuidara los alimentos y otras
provisiones que allí quedaban.
De vuelta en La Tora el licenciado encontró dos novedades: una,
muchos indígenas en canoas habían atacado los bergantines sin hacerles
mayor daño; y dos, tanta de su gente había muerto que si unas doscientas
personas se habían perdido hasta llegar allí, otra cantidad casi igual ha-
bía fallecido en este puerto . A pesar de sentirse enfermo, con su caracte-
rística tenacidad que le ayudó a llevar a buen término su empresa, hizo
que los bergantines subiesen por el brazuelo del río hasta el sitio donde
San Martín originalmente había dejado las canoas.
Allí se acordó pasar los enfermos a las naves, cuyos capitanes
iban a decidir unilateralmente después regresar a Santa Marta, en cuyo

15
camino tuvieron grandes dificultades por los recios ataques que les dieron
los naturales, bien escarmentados de la mala visita que les hicieron cuando
remontaban el río. Al llegar a Santa Marta contaron sus desdichas al
gobernador Jerónimo Lebrón, quien había reemplazado al diful)tO don
Pedro. Con las noticias recibidas, en mayo de 1537 Lebrón escribió a la
Corte en España informando que Jiménez había quedado con 170
hombres, entre ellos 30 de a caballo, listo a subir hacia la Laguna de la
Sal situada en la tierra rasa que habían encontrado los capitanes Céspedes
y San Martín. 19
Volviendo al licenciado, este continuó camino hasta el sitio donde
había llegado tras las noticias de San Martín y de allí continuó al valle
del Alférez, no sin antes haber tenido sus soldados un encuentro con los
indígenas que resultó sin consecuencias para los cristianos. De los de-
rrotados obtuvieron varios guías que les resultarían muy útiles, entre
ellos uno que dijo ser de Bogotá.
Los naturales de La Grita y vecindades decidieron frenar a los
cristianos y si posible, echarlos de allí. Juntándose muchos de poca ex-
periencia en artes marciales y muy pobremente armados con peque-
ños dardos que impulsaban mal, salieron a frenar a los recién llegados.
Naturalmente fueron fácilmente vencidos por unos pocos de los recién
llegados, quienes confiados en victoria fácil se prepararon para seguir
retando su suerte hasta la Laguna de la Sal, donde los naturales hacían
los panes que exportaban río Magdalena abajo. En ese momento se con-
taron los efectivos del licenciado, resultando ser, según Lebrija y San
Martín 170 por todos y según otras fuentes, 180. A partir de esta revista
se inició el proceso que resultó en la destrucción de los señoríos del
Zaque y del Zipa, y el final de la expedición exploratoria.

19 DIHC IV-195 y 196. Esta versión coincide con la Relación de Lebrij a y San Martín en Friede,

Descubrimiento, p . . 183 y 184.

16
2. ANALISIS DE LA EXPEDICION

La primera expedición europea que contribuyera a la creación del


Nuevo Reino de Granada en tierra muisca, se ha percibido tradicio-
nalmente como una odisea de descubrimiento, en que un grupo de
arrojados y valientes soldados, equipados con las mejores armas que
la tecnología del mundo occidental ofrecía, por sus propios y sin
otra ayuda, lograron vencer dos grandes obstáculos, la naturaleza y
los indios.

La Lucha Contra la Naturaleza

Los primeros cronistas coloniales, fray Pedro Aguado, y el padre


Juan de Castellanos, seguidos por su colega fray Pedro Simón, escri ~
bieron cómo los expedicionarios sufridamente soportaron enferme-
dades, hambres, incomodidades y trabajos derivados de las
condiciones físicas inherentes a una naturaleza tropical americana.
Las dilatadas distancias, los ríos con sus correntosos y anchos cau-
ses, las extensas ciénagas, las montañas y sus malos pasos, los mon-
tes cerrados, todos esos accidentes geográficos se oponían al avance
cristiano. Las lluvias que inundaban los esteros engendraban gusa-
nos en las carnes, apagaban la lumbre y pudrían vestimentas y provi-
siones sin dar descanso de día o de noche; las violentas tempestades
con sus rayos, truenos y relámpagos; los excesivos calores; todo esas
condiciones climáticas propias de las bajas tierras les incomodaban.
A todo lo anterior se sumaba otro elemento natural de vaga defini-
ción, que señalaron los cronistas como vapores dañinos, aires des-
templados o corruptos que la constelación del cielo engendraba, para
tratar de explicar la idea de que de algunos suelos emanaban unos
miasmas que enfermaban. A todos estos inconvenientes geográficos
y meteorológicos se sumaban los aportados por los animales encon-
trados en al ruta: las fieras que moraban en las aguas y en tierra y los
insectos acompañados de toda clase de sabandijas, constantemente
atacaban y molestaban a los andantes.

17
Los escritores de épocas posteriores que siguieron a Aguado,
Castellanos y Simón, fueron gradualmente exagerando las agrestes
condiciones naturales, quizás con el deseo de hacer aparecer a los
conquistadores mas y mas meritorios y valientes, al vencer naturale-
zas mas y mas inhóspitas. Por ejemplo, a finales del siglo XVII fray
Alonso de Zamora describió así la jornada de los de Jiménez: "Los
que caminaban por tierra iban despedazados los cuerpos y los vesti-
dos entre las espinas y ramazones, picados de los tábanos, seguidos
de innumerables ejércitos de zancudos, jejenes y rodadores, cuyas
lanzas llenas de quemazón y ponzoña no tiene resjstencia; guare-
ciéndose debajo de los árboles, para defenderse de las tempestades
con sus hojas; comiendo de sus frutos y raíces silvestres de que en-
fermaban los más y murieron muchos comidos de tigres y picados de
culebras ... los que navegaban atemorizados de feroces y carniceros
caimanes ... todos asombrados de noche de obscuras tempestades, ra-
yos y truenos tan espantosos." 20
Las descripciones vívidas de una naturaleza implacable, feroz,
devoradora de hombres, contrastadas con un coro de alabanzas a los
que por ella avanzaban hacia el altiplano muisca, continuaron siendo
la norma seguida por los escritores del siglo XIX y aún del XX.

Obstáculos Geográficos

Haciendo a un lado las fuentes históricas secundarias, se vuelve a


· los primeros cronistas para interpretarlos en otra forma. A pesar de
que la extensión y conformación del territorio atravesado fue sin duda
una dura prueba a la resistencia del licenciado Jiménez y sus compa-
ñeros, hay que considerar también las ventajas geográficas de la ruta
que escogieron. Las sabanas de Fundación y las del suroeste y sur de
la Sierra Nevada, el valle del Cesar que se extiende hasta el Magda-
lena, el valle de este rfo hasta el de su afluente, el Opón, todas eran
tierras planas y sin otros obstáculos geográficos que los ríos y las
ciénagas. Esas llanuras formaron cuatro quintas partes del territorio
recorrido desde Santa Marta hasta Bogotá. El río Magdalena era y
fue por varios siglos el mejor y mas fácil camino de penetración al

2° FAZ I-198. Este mismo autor criollo de nacimiento, escribió en la misma página de su libro que

"rendidos a tantas calamidades los españoles, nación que entre las del mundo es la mas señalada en
la tolerancia y espera, que sufre los u·abajos porque con ellos se ensorbese y encoleriza y como mas
ejercitada en grandes peligros, busca la gloria entre las mayores dificultades."

18
<
Nuevo Reino y aunque bogar un bergantín río arriba era una labor
durísima que dependía únicamente del esfuerzo humano, muchas
veces mas lo hubiera sido transportar cargas a la espalda por seme-
jante distancia . El bajar de Guataquí, puerto sobre el Magdalena cer-
cano a Tocaima, hasta llegar a la costa atlántica, aún incluido el
trasbordo obligado por los saltos de Honda, fue trayecto fácil que en
menos de tres semanas recorrió el licenciado Jiméhez en dos bergan-
tines, cuando en mayo de 1539 se decidió regresar a España en com-
pañía de los generales Nicolás Federman y Sebastián de Belalcázar a
quienes conoció en tierra muisca. El Magdalena no debe entonces
considerarse como un inconveniente, sino como una gran ayuda que
facilitó el avance de los expedicionarios cristianos y que permitió
que la expedición del licenciado fuera ayudada por los hombres y las
provisiones que avanzaron río arriba en cinco bergantines.
El avance de los conquistadores se vio interrumpido por algunos
ríos; pero de lo sucedido según los cronistas durante los cruces del
Ariguaní y el Cesar, se llega a una conclusión diferente. Según estos, la
labor de atravesar el Ariguaní pasando las armas, el hato y las pertenen-
cias de los conquistadores fue labor improvisada y hecha "con mal ade-
rezo," en la que se usaron cabuyas y lazos sacados de las hamacas. Con
una mejor preparación y un poco mas de conocimiento de quienes hicie-
ron las maromas, este cruce hubiera sido un evento corriente que no
hubiera tenido cabida en las crónicas coloniales. Aún fue mas claro el
cronista Aguado en condenar la inexperiencia de los exploradores cuan-
do cruzaron el río Cesar, pues escribió que a este "pasaron en pequeñas
canoas, con harto riesgo y peligro de las vidas de muchos por no tener el
sostén y hueco que se requería para navegar gentes bisoñas y chapetonas.
Este nombre chapetón o chapetones comunmente se usa en muchas par-
tes de Indias, y se dice por la gente que nuevamente va a ellas, y que no
entienden los tratos, usanzas, dobleces y cautelas de las gentes de In-
dias, hombre que ignora lo que ha de hacer, decir o tratar." Pasar en
canoa un río de harto caudal era cosa fácil, a no ser que quien bogaba no
supiera hacerlo. Las ciénagas ribereñas no debieron ser grande obstácu-
lo, aunque sí una molestia puesto que desviaba y prolongaba el camino.
O se vadeaban como lo hicieron en varias ocasiones, o se circundaban.
El que hubiesen estado crecidas y mas difíciles de atravesar en esa épo-
ca, se comentará mas adelante cuando se trate del clima.
La travesía sobre terreno plano se prolongó Magdalena arriba has-
ta llegar a la confluencia con el Opón y por este valle durante un corto
trayecto, hasta dar con el extremo bajo del Camino de la Sal. De ahí en
adelante, una trocha abierta y mantenida por los indígenas para mover
su nutrido comercio, facilitaba el transitar este el primer agreste tramo

19
de montaña que encontraron los expedicionarios desde que salieron de
Santa Marta. Durante el recorrido de las 25 leguas que habían desde las
estribaciones de las sierras del Atún, pasando por las montañas del Opón
y hasta el Valle del Alférez, los expedicionarios tuvieron que subir y
bajar varias cuestas, algunas de ellas tan inclinadas que les obligaron a
retrazar el camino para que pudieran pasar las bestias. Topográficamente,
este fue el tramo mas duro que hubieron de recorrer. Pasado el Valle del
Alférez y de la Grita en adelante, el terreno lo conformaban lomas ame-
nas cruzadas por cómodos, aunque primitivos, caminos indígenas.

Incomodidades del Clima

Las lluvias, las tormentas, el calor, el frío, y los "vapores dañinos y aires
destemplados," fueron los obstáculos relacionados con las condiciones
climatéricas encontradas en al ruta. Aunque ninguno de los tres prime-
ros causaban la muerte, sí pudieron haber contribuido a debilitar el cuer-
po humano y hacerlo mas propenso a las enfermedades. Las lluvias
incesantes que mojaban todo, sacaban los ríos de madre, inundaban las
llanuras y que frecuentemente venían acompañadas por rayos y truenos,
eran un evento estacional, o sea que se sucedían en determinados meses
del año solamente. Don Pedro y el licenciado Jiménez, probablemente
ignorantes de este hecho, no pudieron haber escogido peor momento
para lanzar su expedición en búsqueda de un camino al Perú. Salieron en
el mes del que dice el viejo proberbio "en abril aguas mil, y en mayo
hasta romper el sayo." Por eso las lluvias les estorbaron desde abril
hasta el final de junio cuando generalmente amainan, o sea que les mor-
tificaron al poco de haber abandonado Santa Marta y les acompañaron
hasta cuando llegaron a Tamalameque. Volverían a molestarles en sep-
tiembre cuando estaban ya cerca de La Tora, lugar donde prudentemen-·
te, ya mas conscientes de los rigores del clima, descansaron hasta
comienzos del otro veranillo.
Los calores del valle del Magdalena son sin duda sofocantes, es-
pecialmente para quien viene de las montañas, pero no son mayores de
los experimentados en los fuertes veranos Andaluces, provincia de don-
de provenían muchos de los conquistadores. Allí, en Ecija, llamada La
Sartén de España, el termómetro sube a 45 grados centígrados a la som-
bra, cosa que muy raramente sucede en cualquier lugar del valle del Mag-
dalena. Comparativamente, entonces, los calores no deberían haber sido
una gran sorpresa para los soldados pues ya los habían sufrido en las
tierras de donde provenían. Así mismo, cuando subían a la altiplanicie,
les incomodó el frío porque ya venían muy escasos de ropas, pero nue-

20
vamente, esas temperaturas son suavísimas al compararlas con los cru-
dos invierrios de Castilla, Extremadura, León y en menos grado Andalu-
cía. Además, al frío lo combatieron exitosa y rápidamente con las mantas
que tomaron de los indígenas.
Los aires y vapores dañinos son algo mas difícil de tratar por no
ser tan fácilmente identificables. Refiriéndose un escritor del siglo XIX
a la salubridad de la región de Tamalameque apuntó que "su tempera-
mento es cálido y las miasmas que se levantan de las ciénagas y panta-
nos producen fiebres intermitentes, peligrosas para el extranjero ." 21
Obviamente se refería a un fenómeno que entonces no se conocía bien,
mas sus resultados sí: que en las aguas estancadas se criaban mosquitos
cuyas picaduras transmitían la malaria y la fiebre amarilla, enfermeda-
des que se manifestaban en graves fiebres intermitentes y que molesta-
ban mas a los foráneos que a los criados en la región. A pesar de que
parece existir cierto paralelo entre las descripciones del siglo XVI y las
del XIX, hasta allí llega su similitud. Está razonalmente probado que
ninguna de esas dos enfermedades existían en la América antes del siglo
XVII, cuando se cree fueron introducidas del Africa occidental. 22
Probablemente los cronistas se referían a algún tipo de fiebres que
atacaban a los hombres, originadas mas por dietas inadecuadas o mala
nutrición, que por transmisiones parasíticas. Conviene tener en cuenta
que Simón escribió que "porque como los mas eran chapetones y no
acostumbrados a los aires y destemples de estas tierras, que son bien
diferentes a las de España," lo que sugiere que existía alguna relación
entre lo que consideraba la causa de un tipo de enfermedad imputable al
ambiente y a la falta de experiencia en Indias. Por último, en cuanto a las
gotas de agua--mejor a las picaduras de unas moscas--que engendraban
gusanos en ciertas partes del cuerpo, para cualquier persona que vive en
zonas cálidas tropicales esto es creíble. Los nuches no solo crecen en el
ganado sino en cualquier otro animal, incluido el hombre, cuando es
picado por la mosca que lo produce. Estos pueden causar mas que mo-
lestia un gran dolor, pero no se comen a las personas. Quizás en casos
rarísimos, un gran número de nuches pueden causar considerables pér-
didas de sangre, debilitamiento, y aún la muerte si no son extraídos, mas
los conquistadores sabían, y así lo escribieron los cronistas, que si a
esos gusanos se les tapaba el respiradero con cualquier resina, morían y
fácilmente los podían extraer.

21
Manuel Ancízar, Peregrinación de Alpha (Bogotá, 1956), p. 430.

22
William H. McNeill, Plagues and Peop/e (Garden City, NY. 1963), p. 430.

8 8 2 16 21
Insectos, Sabandijas y Fieras

El habitat tropical ofrece nichos ecológicos favorables a la multiplica-


ción de los insectos, incluidos los mosquitos, las garrapatas, hormigas,
avispas, niguas y otros parásitos; de las sabandijas como culebras, mur-
ciélagos y alacranes; de las fieras como jaguares y osos; de los saurios
como los caimanes. Los mas prominentes entre los insectos, por la con-
tinua molestia que causan, debieron ser los mosquitos, de los que Simón
aclaró en su crónica que los de acá, llamados zancudos, eran los mismos
bientearé de España. Recuérdese que el mosquito molesta mucho mas al
recién llegado que al "curtido en Indias," así que entre los expediciona-
rios habían algunos veteranos que pudieron sufrir mejor las molestias de
esa plaga. Afortunadamente, con cuidado y precaución se podían evitar
las molestias de las hormigas y avispas, mas no de las garrapatas pues
con frecuencia no se pueden detectar a simple vista.
Si aún en las selvas andinas se encuentran hoy sapos que exhudan
substancias altamente venenosas, no sería de extrañar que hubiese alguno
que al comerlo pudiera afectar el organismo humano y producir algún tipo
de locura, como refieren los cronistas, le sucedió al soldado Juan Duarte.
Las culebras debieron ser tan conspicuas como las nubes de mosquitos, mas
es posible, sinembargo, que por no haber sido la causa directa de la muerte
de ningún cristiano, no hubieran dejado los cronistas coloniales, con excep-
ción de Zamora quien escribió sus relatos muchos años después, constancia
escrita de su presencia. En cuanto a los murciélagos que les chupaban la
sangre de noche, el único remedio conocido era dormir cubierto, práctica
que señaló Simón, no tenían los soldados.
El caimán, animal que impresionó tanto al europeo por ser a sus
ojos tan exótico, es mencionado en las crónicas en dos contextos: uno,
cuando la muerte del soldado Juan Lorenzo; dos, cuando se volvieron
un peligro en La Tora. Hay que hacer énfasis que lo primero es una
conjetura de los cronistas y no un hecho probado, porque escribieron
que cuando Lorenzo cayó al agua, le debió asir el pie un caimán, animal
del que seguramente alcanzó a soltarse lo suficiente como para sacar la
cabeza y gritar "señor mío, misericordia," después de lo cual se hundió
a la vista de muchos para no volver a aparecer. Aunque no es ilógico
pensar que un caimán le hubiese podido asir y ahogar, también cabe la
posibilidad de que Lorenzo, soldado que parece sabía nadar, pudiera
haber sufrido un calambre que lo agobió.
En cuanto a lo segundo, los cronistas escribieron que cuando el
ejército descansaba en La Tora durante tres meses, se sucedieron tan
frecuentes las muertes de hombres, que se volvió práctica el botar los

22
cadáveres al agua en vez de enterrarlos. Con esto se cebaron los caimanes
y se volvieron una amenaza, en primer lugar para los perros ( !) que al
río iban a tomar agua. También refieren las crónicas que a un asno le
asió el hocico un caimán, dejándolo tan descarnado que después daba la
sensación de estar siempre riendo . No sería de extrañar que semejante
práctica de botar los cadáveres al agua hubiese contaminado las aguas
que seguramente también tomaban, contribuyendo quizás a que se
sucediesen mas muertes, no por los caimanes, sino por las enfermedades
que resultaban.
Los tigres, animal que ocupa prominente lugar en nuestro folklo-
re, también aparece como causante de la muerte del soldado Serrano.
Cuenta la crónica, para el que desee creerla, que mientras se lo llevaba
un tigre "como un gato a un ratón," tuvo tiempo para pedir socorro que
se lo dieron sus compañeros saliendo tras la fiera y quitándoselo de las
fauces, aunque de poco sirvió, pues el tigre volvió en la madrugada y se
lo volvió a llevar, esta vez para siempre. Concedido; es probable que un
jaguar--no había tigres por esos lados--hubiese causado la muerte a un
soldado o dos, mas de allí inferir que fue un factor prominente en las
pérdidas humanas, es algo menos cierto. La historia del oso hormiguero,
tan cruelmente acosado por las lanzas de sus perseguidores, puede dejar
en el lector más un sentimiento de compasión con el animalito, que uno
de preocupación por la suerte de Juan Tafur quien se creía amenazado
por las afiladas uñas de este cuando, seguramente _aterrorizado el oso,
alcanzó la anca del caballo que aquel montaba.
Indudablemente los animales salvajes representaban un elemento
de cuidado para quienes se internaban en su habitat, y pudieron haber
sido bien peligrosos para los enfermos que se quedaban rezagados y
escondidos en el monte a esperar la muerte (Estaría Serrano esperando
la muerte en una hamaca?) . Pero de allí a concluir que muchos de los
expedicionarios murieron comidos de tigres y de carniceros caimanes,
es sencillamente una exageración atractiva e intrigante y por ello de mucho
raigambre popular. 23

Los Trabajos, las Enfermedades y las Muertes

Ya que los cronistas dedicaron su atención a los peligros de la naturaleza


para explicar lo difícil que fue la expedición y las muertes que causó,
a
habiendo estudiado lo primero, se pasa lo segundo. Dejando a un lado

23
Ver Horacio Cabrera Sifontes, El tigre del Madre- viejo (Caracas, 1985).

23
los bergantines, el ejército de tierra, consistente de unas 600 personas,
perdió unas 100 de Santa Marta a Sompallón, otras 100 desde allí hasta
La Tora, unas 200 mientras descansaban y dejaba pasar el invierno en
este sitio, y mas de 20 entre La Tora y las cumbres de la Sierra del Opón,
situadas en el actual departamento de Santander.
Muchos mas prominentes con~o causantes de muertes figuran en
los escritos de los cronistas las hambres y las enfermedades que los
peligros debidos a la configuración geográfica, al clima y a los animales
que habitaban los sitios por donde pasaron. Estos escritos también im-
plican que había una interrelación, aunque no entendida, entre las ham-
bres, las enfermedades, y las muertes, distinta de la sencilla interpretación
que las gentes morían de hambre y de enfermedades. Parecía como si los
cronistas percibieran un ciclo en que los trabajos debilitaban a las gente
y las predisponían a enfermar, y cuando les faltaba la comida, morían
mas rápidamente. Por ello, parece conveniente tratar las hambres y las
enfermedades al mismo tiempo.
Anota el cronista Simón que a las pocas leguas de salir la expedi-
ción de Santa Marta y ya en el país Chimila, por llevar el ejército poca
comida les faltó esta y se detuvieron a tomarla de cultivos indígenas.
Salidos de Chiriguaná, anota Aguado, por haber equivocado el camino
dieron los cristianos con unos despoblados desprovistos de cultivos y
por andar sin alimentos, murieron algunos de los que iban enfermos, a
pesar de que en este caso también, el resto se salvó porque comieron
unos venados que cazaron . Mucho hay de común en estos dos primeros
casos que volverían a sucederse varias veces a medida que la expedición
hacía camino. Lo que es mas de extrañar, sinembargo, es que tan al poco
tiempo de haber salido ya les hubiera hecho falta el alimento y que des-
pués, andando por caminos hollados y conocidos, hubieran perdido la
ruta, no por un rato, sino por doce días .
Ya se vio que los capitanes eran hombres curtidos en asuntos mili-
tares y de rara habilidad; pero les faltó un maese de campo experto en
ciertos aspectos prácticos, consciente que la gloria cae mejor sobre gen-
. tes con estómagos satisfechos y que la expedición debía marchar por
etapas previamente comprobadas por los guías y baquianos. A pesar de
esta aparente deficiencia, los cristianos se dieron mañ~s para seguir y
llegar al oasis indígena de Tamalameque, donde los alimentos eran abun-
dantes y hasta delicados y desde allí pudieron recorrer otro trecho hasta
Sompallón, sitio previamente conocido y rico en provisiones. A simple
vista parece inexplicable que la tropa perdiera una sexta parte de. sus
efectivos recorriendo lugares conocidos, tierras llanas, comparativamente
de pocos peligros y dificultades, y de haber sufrido pocas hambres, pues
las dos _que experimentaron no duraron mucho .

24
El siguiente trecho que recorrió la expedición hasta llegar a La
Tora, fue muchísimo mas duro que el anterior. Parte ele ese, hasta llegar
al río Lebrija, se extendía por lugares conocidos, pero el resto hasta
llegar a La Tora, era totalmente nuevo para la tropa. Tocia la región era
menos habitada por los naturales, lo que se traducía en una ausencia
total ele caminos terrestres, pues los pocos habitantes que habían hacían
su comunicación y comercio en canoas y sus cultivos estaban menos a la
vista, y por lo consiguiente, menos accesibles a los cristianos. El trabajo
se multiplicó ante la necesidad ele ir abriendo trocha para lo cual se creó
un grupo especializado ele macheteros. Las enfermedades siguieron au-
mentando por falta ele alimentación. En este trayecto, como en el ante-
rior, murieron otros 100 hombres, pero al menos, a simple vista su pérdida
parece mas comprensible que durante el fácil tramo anterior. Tantas mas
fueron las hambres y los muchos trabajos que experimentaron los expe-
dicionarios que hasta parece se dieron algunos casos ele canibalismo y
subrepticiamente se sacrificaron tres caballos. La única ventaja aparente
durante este último trayecto fue que caminaron sin tener que cargar en-
fermos, pues en Sompallón los pasaron a los bergantines y probable-
mente, lo mismo hicieron con los que se iban agravando en el camino.
Disminuido el ejército en una tercera parte, los sobrevivientes lle-
garon al cómodo sitio indígena ele La Tora, que aunque no muy rico en
siembras y cultivos, los bergantines no tuvieron dificultades en encon-
trarlos en los alrededores y de allí llevarlos al campamento. Por las con-
veniencias que este sitio ofrecía, fue que allí la tropa descansó durante
tres meses. Sinembargo, a pesar de que los soldados no estaban allí
soportando ninguna de las incomodidades inherentes a estar avanzando
en medio de una selva tropical y ele tener comida mas o menos a la
mano, igual continuaron muriendo. Tantos se perdieron en La Tora--
doscientos--como en tocio el trayecto de Santa Marta a esta. Entonces, si
las muertes se sucedían cuando estaban los soldados haciendo recorri-
dos fáciles o difíciles, o aún ninguno, es necesario descartar cualquier
influencia sobre las enfermedades y las muertes, derivada de los traba-
jos inherentes al estar viajando. Igual la gente moría haciendo puentes,
caminos, trochas, atravesando ríos, vadeando ciénagas y de noche col-
gando su hama_ca ele cualquier árbol y bajo la lluvia, que comiendo y
descansando en lugar mas permanente, protegido de los elementos, y
por lo consiguiente mas cómodo .
Podría ser que los hombres no morían tanto ele trabajos y hambres
como de alguna enfermedad contagiosa nó identificada que igual ataca-
ba a hombres en ejercicio o en reposo. Sinembargo, el general ele la
expedición no murió , ni tampoco su hermano; no murieron ninguno ele
los tres oficiales reales ni ele los dos sacerdotes; ni perecieron siete de

25 .
los ocho capitanes en que se dividió la tropa; ni ninguno de los cinco
capitanes de los bergantines; ni el alférez de a caballo. En fin , no murió
ninguno de los líderes que se sabe salieron de Santa Marta, excepto el
Capitán Juan de Madrid. No es dable pensar en enfermedades contagio-
sas que afectaban al soldado y nó al capitán, o que diferenciaban entre
líderes y subalternos.
Sería que una vez afectados por enfermedad contagiosa no menciona-
da ni identificada por los cronistas, las tropas rasas, por rio tener acceso a las
medicinas, morían mientras los capitanes nó? Esto parece muy improbable,
primero porque semejante proceder tan inaudito y anti-cristiano sencilla-
mente no se daba entre gentes que tenían un mismo propósito y que necesi-
taban de ayuda mutua para lograrlo, y porque cómo podrían haberse proveído
previamente de una cura para algo que desconocían?
Hay algo de uso diario que debe ser considerado: el alimento. Es
bien probable que el capitán y clérigo tuvieran prelación en la distribu-
ción de la comida y quizás la veteranía había enseñado al primero lec-
ciones que el soldado chapetón no conocía. Tal vez el capitán y el clérigo
sabían, bien por experiencia o porque el indio que les servía se lo había
enseñado o simplemente les preparaba una comida adecuada, que había
necesidad de mantener una dieta balanceada de los alimentos america-
nos que entonces consumían. Quizás el capitán también estaba mas acos-
tumbrado a consumir venado , aves, pescado y hasta tortuga que su
compañero mas rudo . De todas maneras, el capitán murió menos que el
soldado, probablemente porque se alimentaba mejor.
Probado está que la dieta tuvo mucho que ver con las enfermeda-
des durante las expediciones. Atrás habían quedado los jamones y em-
butidos, los quesos, las conservas, el aceite de oliva, los ajos y cebollas;
lo que ahora había era maíz, raíces comestibles, ahuyamas y algunos
fríjoles . Ya no es necesario explicar en este siglo la importancia de las
vitaminas en la salud del cuerpo humano. La deficiencia de liamina (vi-
tamina B 1) puede causar beriberi, la de niacina (vitamina B3) pelagra, la
de cobalamin (vitamina B 12) anemia, la de ácido ascórbico (vitamina C)
escorbuto . Una dieta basada en maíz, como la seguida por muchos de
los conquistadores, es alta en carbohidratos, baja en proteínas y muy
baja en las vitaminas acabadas de mencionar. De las enfermedades pro-
ducidas por esas deficiencias, el escorbuto ha sido señalado como la
principal causa de la muerte de otros conquistadores. 24 Hay evidencia de
que este afectó también a los soldados del licenciado Jiménez. Los ero-

24
Percy M. Ashbum , The Ra11ks of Dearh : A M edi ca/ Hisrory of rh e Conqu esr of Ame rica (New
York, 194 7), pp. 57 a 79.

26
nistas escribieron como los enfermos de su expedición se huían sigilosa-
mente del real y se escondían en el monte en busca de tranquilidad y de
una muerte pacífica. Este deseo de morir tranquilo, es una manifestación
típica del escorbuto, como también lo es la caída de los dientes--no men-
cionada por los cronistas--e hinchazón en las extremidades y posible
ulceración, lo cual sí describieron estos aunque muy someramente.
A los conquistadores los mataba no tanto el hambre y las enfenneda-
des, como las enfermedades causadas por el hambre, o mejor, por el mal
comer, el cual lamentablemente, también está relacionado con la falta de
experiencia sobre las cosas de Indias de la mayoría de los conquistadores.
Parte de esta pudo deberse a la altivez y terquedad. Desde tiempos
inmemoriales el indio había resuelto esos problemas fundamentales y podía
enseñarle a los recién llegados como sobrevivir muy bien en su medio.
Cómo explicar que alguien hubiese muerto de hambre, o de avitaminosis,
en un medio americano dotado de ríos colmados de peces y tortugas, sus
cielos de aves, algunas de ellas como patos, paujiles y guacharacas no solo
comestibles sino deliciosas, sus tierras abundantes de venados y sus bos-
ques plenos de frutos tropicales incluidos varios tipos de nueces con un alto I
valor proteínico, a lo que se le sumaba lo cultivado por los indígenas, todo '
lo cual lo tenía el conquistador a su mano? En verdad el ser chapetón tenía
tan graves inconvenientes que hasta podía ser causa de la muerte. Algo
de lo que escribió Zamora, y visto atrás, tal vez explica el proceder de
aquel rudo e inexperto conquistador del Siglo XVI: esa actitud de que
"en los trabajos se ensorbece y encoleriza, como [nación] mas ejercitada
,,--en grandes peligros, busca la gloria entre las mayores dificultades," pudo
haberle cerrado tanto los ojos que no le dejó buscar la cura donde es-
taba: en el conocimiento del indio.
(
La Lucha Contra el Indio
1\
El segundo obstáculo que se imponía a los designios de los conquistado-
res y que junto con la naturaleza había que vencer, eran los indios. Por
ello fue que la expedición del licenciado Jiménez fue de tipo militar y
para eso eran los arcabuces, rodelas, ballestas, espadas y otras armas
que llevaban. Mas no siempre fueron percibidos los indígenas como in-
útiles enemigos, pues en demasiadas oportunidades resultaron conve-
nientes y hasta necesarios, como aquellos que les servían y de los que en
buena cantidad sacaron forzados de Santa Marta. 25 Al poco de salida la

" FPS Ill-149, LFP I-222 .

27
expedición de esa ciudad se entraba en tierras de los primeros contendores,
los de la nación Chimila, a quienes pinta Aguado como "gente desnuda,
belicosa y muy crecida y herbolaria [o sea que envenenaban sus flechas
con yerbas]. ..traidora que nunca acomete sino en celadas y embosca-
das." Mas como los soldados estaban ansiosos en llegar al Perú y no en
guerrearles, siguieron de largo hasta cuando faltos de comida, se detu-
vieron a recoger las cosechas de los cultivos indígenas.
Mas adelante de Chiriguaná los guías españoles perdieron el ras-
tro y metieron a sus compañeros por despoblados faltos de alimentos de
donde los sacaron unas indígenas locales que lograron apresar. Al llegar
a Tamalameqüe, a la fuerza entraron en el pueblo y a la fuerza permane-
cieron en él durante veinte días porque los alimentos eran abundantes y
porque el sitio ofrecía algunos otros atractivos siendo, como era, un
gran centro de comercio y comunicaciones regionales provisto de cami-
nos acuáticos y terrestres . Ya descansados, los expedicionarios tomaron
prestadas de los indígenas una canoas y con gran trabajo atravesaron el
Cesar, no sin antes haber sido informado por los locales que los bergan-
tines venían retrasados. Seguramente la expedición tomó el camino indí-
gena que debía llevar a otro centro regional, Sompallón, porque en parte
alguna mencionan los cronistas o documentos que la tropa fuera cortan-
do montaña, sino simplemente caminando. Por encontrarse en este sitio
sembrados y casas indígenas, allí quedó el licenciado Jiménez con sus
compañeros y allí se reunieron con los bergantines.

Contribución Indígena a la Expedición

El panorama que hasta aquí se presenta subraya con gruesos trazos la


enorme contribución indígena al éxito de la expedición, que en solo tres
meses largos, y a pesar del invierno y de haber deambulado perdida
durante doce días, pudo avanzar desde el mar Caribe hasta Sompallón.
Si el Gobernador Pedro Fernández de Lugo y algunos de sus compañe-
ros habían financiado las armas, bergantines, caballos, provisiones y
todos los herrajes necesarios, los naturales estaban contribuyendo la ali-
mentación, parte del transporte y hospedaje, los servicios de guías e
intérpretes, comunicaciones y hasta el cruce de ríos y uso de caminos.
Los indios hasta proveían a algunos cristianos de servicios completos de
lavado de ropas, arreglo de cama, aderezo de alimentos, cuidado de ca-
ballos y otros menesteres.
Si se supone que sin los guías indígenas, ni sus canoas, sus aloja-
mientos y sus servicios, la expedición dirigida por el licenciado Jiménez

28
se hubiese _d emorado unos meses mas en llegar a Sompallón, sin el pro-
ducto de los cultivos indígenas que los europeos libremente recogieron a
lo largo del camino, nunca hubiese podido llegar a feliz término . No al
menos durante varias decenas de años. Sin ese aporte vital de los indíge-
nas, el proceso colonizador de la provincia de Santa Marta hubiera sido
totalmente distinto, quizás mas parecido al iniciado por las colonias in-
glesas de Jamestown, Plymouth y Boston. Se habrían establecido en el
litoral grupos de agricultores que de acuerdo a sus tasas de crecimiento
demográfico mas de inmigración, se hubiesen extendido lentamente ha-
cia el interior hasta llegar, mucho tiempo después, a tierra muisca. Ha-
blar de que este proceso de expansión, ante la ausencia del alimento
proveído por el indígena, hubiese durado decenas de años no es ·enton-
ces una exageración, si se tiene en cuenta, además, cuán bien arraigó en
el Nuevo Mundo el concepto castellano de la hidalguía que consideraba
indigna la labor manual necesaria para cultivar el campo.
Las condiciones del trayecto de Sompallón a La Tora fueron muy
distintas al anterior, principalmente porque la densidad de población in-
dígena era menor. Por ello habían menos caminos y cultivos indígenas,
mas señalar que el valle del Magdalena estaban cubierto de selvas vírge-
nes, es negar la existencia de todos los indígenas que allí vivían. 26 Afor-
tunadamente al sur de La Tora y río Opón arriba, el capitán Juan de
San Martín dio con el Camino de la Sal y un sistema indígena de trans -
porte completo con almacenes de depósitos y servicios de alojamiento y
alimentación para los mercaderes y transportadores que lo frecuentaban,
el que quedó a disposición del licenciado y su tropa.
Las dificultades que este grupo tuvo que afrontar ele ahí en adelan-
te hasta llegar al valle de la Grita fueron tres . Una, capturar algunos
guías indígenas lo cual lograron cuando tomaron al indio Pericón, a los
indígenas que les facilitó el cacique Opón y a otros que encontraron mas
adelante. Dos, suavizar los mas abruptos pasos del camino pedáneo que
subía por las sierras del Atún y el Opón para que pudieran pasar los
caballos. Tres, obtener mantas ele algodón tejidas por los indígenas, para
que los del ejército pudieran abrigarse ele los fríos de aquellas montañas.
No vale la pena detenerse a considerar los pequeños encuentros
que tuvieron con los naturales a la boca del Valle del Alférez porque

26
Aún el cuidadoso escritor Raimundo Rivas cayó en esa trampa; ver RR-166 . El fiscal real Francisco
Guillén Chaparro, escribió en 1583: "El Rio Grande de la Magdalena por donde se sube a este
Reino, la cual ahora cincuenta años cuando fue descubierto, estaba muy poblado de indios naturales,
entre los cuales había mucha riqueza de oro y abundancia de comidas. Lo cual ha venido tan a
menos, que de cuarenta mil indios y más que e11to11ces había, no hay al presente mil ... "

29
1 ¡
\
l

fueron de consecuencias mínimas para los soldados aunque nó para los
naturales . Mas serio fue lo que en este valle sucedió. Al ver los naturales
que a sus labranzas y casas entraban los arribados y tomaban lo que
deseaban, se reunieron para detenerles. Con sus débiles armas--no
usaban arcos para propeler a distancia flechas envenenadas como los
· de Santa Marta--consistentes en pequeños dardos, lanzas largas y
espadas de madera de palma, salieron al ataque que fue fácilmente
repelido por unos pocos hombres comandados por Jerónimo de la Inza
y ayudados por solo un hombre de a caballo. Esta fue toda la fuerza
militar que se requirió para desbaratar la resistencia indígena, pues estos
naturales estaban acostumbrados a otro tipo de guerra muy distinta, en
la que primaba el concepto de "tomar a mano al contrario," y no de
matarlo en el campo de batalla. Desafortunadamente, no era dable
"tomar a mano" a los avezados españoles expertos en correr a los moros
de la península ibérica y en ganársela a todos los ejércitos de Europa.
Aquí notaron los recién llegados cuan débil era la fuerza bélica del
muisca y que tan fácil era abusar de ellos.
Desde el Valle de la Grita continuarían sirviendo los indígenas a
los conquistadores en todas las modalidades mencionadas, especialmen-
te de guías. Suena pretencioso, y es inexacto, seguir repitiendo que los
recién llegados descubrieron esto y aquello. Fueron los guías indígenas
que los condujeron y les mostraron dónde vivían sus soberanos como el
Zaque, el Zipa y otros señores principales; dónde guardaban algunos de
sus tesoros; dónde estaban sus adoratorios mas importantes como el tem-
plo de Sogamuxi; dónde estaban las tumbas de sus antepasados; dónde
se encontraban las minas de esmeraldas y como las explotaba el señor de
"Somynduco"; con cuales otros grupos indígenas mantenían un activo
comercio intecambiando sal y mantas de su manufactura por oro, esme-
raldas, coca, plumas, caracoles y otras preciosidades. En fin, el indígena
mostró al conquistador mucho de lo que quiso ver, mientras le alimenta-
ba y entretenía hasta prestándoles sus mujeres e hijas, y sirviéndole, sin
exagerar, a cuerpo de rey y aún mejor, pues los cronistas hasta sugirie-
ron, quizás equivocadamente, que los indígenas percibieron a los cris-
tianos como hijos de su dios el sol. 27 Esta gran reverencia hacia los
recién llegados no duró mucho, pues sus abusos y exageradas exigencias
hicieron que los indios les perdieran respeto.
Allí en el altiplano Cundi-Boyacense encontraron los recién llega-
dos una civilización que había aprendido a vivir en paz con la naturale-

27 FPS III-167.

30
za, aunque tuvieran que defenderse de sus aguerridos vecinos panches y
muzos. Allí tenían su casa medio millón de indígenas; 28 allí cultivaban
sus tierras, cazaban en sus bosques, pescaban en sus ríos, hacían su
comercio, preparaban sus comidas y bebidas, levantaban sus edificios,
fabricaban sus artefactos, rendían tributo a sus señores, defendían su
territorio, adoraban a sus dioses, se expresaban artísticamente, se diver-
tían y practicaban sus deportes, se reproducían y educaban a sus hijos, o
sea, que cumplían con las mismas funciones inherentes al ser humano
que los europeos; ni una mas, ni una menos, aunque en un grado inferior
de civilización cuando esta se mide en términos de desarrollo material.
Estos señores indígenas y sus familias sabían que existían al descubier-
to, que estaban tan vivos como los del otro lado del mar.
Por lo anterior se debe evitar tildar el evento de la llegada de los
cristianos a la tierra muisca como un descubrimiento. Repitiendo lo dicho
por otros, lo que está descubierto no se puede descubrir. El pretender los
europeos, aunque no intencionalmente a veces, continuar viendo las cosas
desde un punto de vista exclusivamente europeo, tiene cierto tono de
arrogancia y es irrespetuoso con los nativos americanos. El continuar
los americanos percibir su pasado desde un punto de vista europeo, es
anacrónico . El considerar esas dos masas humanas en el mismo plano
permite, en cambio, valorar la reunión de los indígenas con los
expedicionarios dirigidos por el licenciado Jiménez como un encuentro
entre dos grupos humanos con idénticos derechos e idéntic~ dignidad.
El que nó hubiese sido percibido entonces por aquellos que escribieron
la historia no da cabida a que hoy no se le mire como fue . Sinembargo,
el sesgarse en favor de uno u otro lado previene que hagamos lo más
valioso: estudiar nuestro pasado para aprender mas sobre nuestra
identidad.

Consideraciones Generales Sobre la Expedición

La expedición que dirigió el licenciado Jiménez en 1536, ni recorrió la


distancia mas larga, ni fue la mas demorada de las que se internaron en
la parte norte del continente suramericano durante la década de 1530.
Mas largas fueron las de Diego de Ordás al Orinoco, la de Gerónimo

28Jaime Jaramillo Uribe, Ensayos de historia so cial colombia11a (Bogotá, 1968), p. 93; Germán
Colmenares, Historia económica y social de Colombia , 1537-1719 (Bogotá, 1978), p. 101.

31
Ortal al Meta, la de Nicolás Federman al Nuevo Reino. Mas tiempo
tomaron las de Ambrosio Alfinger a Tamalameque (Pacabueyes) y la de
Jorge Espira hasta el Caquetá que también recorrió una distancia mas
larga. Sinembargo, fue la mas grande si se mide por el número de personas
que tomaron parte en ella, y si no fue la mas larga ni la mas demorada,
fue la mas exitosa de todas y por ello la mas importante. Su éxito consistió
en haber encontrado una numerosa y próspera sociedad indígena que
soportó la superposición de una civilización tipo europea y su importancia
fue que la nueva comunidad constituida progresó y se convirtió en una
de las mas grandes y productivas colonias del reino de Castilla y del
imperio español hasta cuando logró su independencia.
Indudablemente es admirable que un grupo de hombres aventura-
ran sus vidas en busca de riquezas y fama, mas ello en sí no es cualidad
única, puesto que en una forma u otra, todos los que dejaron las costas
del viejo continente para venir al nuevo, hicieron los mismo. Lo real-
mente admirable de la expedición dirigida por el licenciado Jiménez re-
side en dos puntos claves: primero en la tenacidad que demostraron ante
condiciones adversas al progreso de la misma; y segundo, haber percibi-
do que detrás del comercio de la sal y las mantas de algodón tenía que
existir una civilización indígena digna de conocerse.
De estos dos puntos anteriores quizás el mas significativo sea el
segundo, pues en una forma u otra las expediciones diferentes de las
dirigidas por el licenciado también demostraron gran tenacidad. Sin dis-
culpar razones, cuando la expedición de Alfinger pasó por tierras veci-
nas a Guane en el actual departamento de Santander, vio indígenas
vestidos con mantas de algodón y que comían sal de minas y supo que al
sur estaba el rico Xerira, mas no siguió en su búsqueda. Gerónimo de
Ortal, o mejor su segundo Alonso de Herrera, conoció de las riquezas
que llamaban· del Meta y remontando el Orinoco desde la boca del Drago
sobre el océano Atlántico, llegó a la confluencia con el Meta por el cual
subió unos pocos kilómetros mas no siguió; de haberlo hecho, quizás
hubiese sido guiado por los indios a continuar por el Pauto u otro afluente
del Meta hasta llegar a espaldas de tierras del Zaque y del señor de
Sogamoso. Primero Espira, quien le hubiera ganado la carrera al licen-
ciado, y segundo Federman, quien la hubiera perdido, cuando pasaron
por la región del Casanare fueron informados por los indígenas que al
otro lado de las montañas habían civilizaciones ricas en sal, oro, y man-
tas. Ninguno de los dos, sinembargo, percibió en estas señales lo que fue
tan claro para Jiménez. Seguramente que los indios del Casanare, quie-
nes mantenían un comercio bien activo con sus semejantes de la región
del Cocuy, les mostraron a Espira y Féderman las mantas de algodón y la

32
sal que bajaban de la montaña, iguales quizás, a las mismas que vio con
ojos mas abiertos el lícenciado Jiménez. 29
La expedición fue bien organizada por un general capaz y hábiles
capitanes, salvo pequeñas fallas en el aprovisionamiento adecuado de comi-
das y de elementos para cruzar 1íos y de estrategia en el avance especial-
mente en el tramo adelante de Chiriguaná. Falla mayor fue haber salido en
abril, cuando comenzaban las lluvias, pues las incomodidades subsiguien-
tes causaron demoras que pudieron haber contribuido a la muerte de algunos
soldados. El recorrer grandes distancias y afrontar las dificultades que im-
pone una naturaleza tropical exige fortaleza personal, preparación, expe-
riencia y algo de suerte. Aquellos menos dotados de estas cualidades dejaron
sus huesos en la ruta. El curtido en Indias, o baquiano, tenía mejor posibili-
dad de cruzar un río en una canoa, sabía como extractar su subsistencia de la
naturaleza, como defenderse de los peligros que ésta escondía, entendía mejor
a los nativos, sabía comer mejor y balancear su dieta y hasta lo picaban los
mosquitos menos. El experimentado contó con una gran ventaja para sobre-
vivir los trabajos, como también la tuvo el que fue general, o alférez, oficial
real, capitán, o sacerdote.
La ruta que tomó la expedición no fue peor ni mejor que otras, aun-
que contó con algunas ventajas importantes derivadas de poder utilizar ca-
minos indígenas, no tener que atravesar largos páramos y de haber sido
ayudada por bergantines cargados de provisiones que también hicieron las
veces de hospitales flotantes. Gran parte de la ruta fue por tierras planas a

29
Sobre Alfinger ver Juan Friede, los We/ser en la co11q11ista de Vene zuela (Caracas, 1961),
p. 206. En un pleito entre Bartolomé Camacho, compaiiero de Jiménez, y Andrés de Ayala,
compaiiero de Féderman, le tachaba el primero al segundo no tener tantos méritos por no ser
de los que primero entraron al Nuevo Reino. Contestó Ayala que en efecto, él no vino con
Jiménez, mas "que este que declara vino en descubrimiento <leste Reino de la gobernación de
Venezuela con el gobernador della nombrado rniser Ambrosio e que a la entrada <leste reino en
el páramo que hoy dia nombran de miser Ambrosio les dio un temporal en el dicho páramo que
duró tres horas de mal tiempo en tanto grado que en el dicho páramo se quedaron helados e
muertos 116 personas asi de españolas como de indios ... e se perdió la mayor parte dello [de lo
que traían] y allí como no fueron parte para entrar en este reino se volvieron a la dicha gober-
nación de Venezuela y esto fue antes que el dicho mariscal don Gonzalo Jiménez de Quesada
se saliese de la dicha ciudad de Santa Marta en descubrimiento <leste reino." AGI Justicia
1107 No. 1, fl. 94 y ss ., pleito Camacho vs. Aya la por Toca vita, 1567. Sobre Alonso de Herrera
ver FPS 1-398. Sobre Espira, ver Friede, los Wclser, p. 352. Sobre Féderman, ver AGI Patro-
nato 162-1-1, probanza de Frncisco de Murcia. En ella uno de los testigos declaró que vinien-
do por los Llanos "dieron en un paraje hacia Pamplona y una lengua [traductor del lenguaje de
los indios] que traían les dijo que tenía noticia de este Nuevo Reino, que era tierra muy rica de
oro y mantas y de mucha gente y qne siéndolo así, el dicho Fedreman juntó la gente y les hizo
un parlamento diciéndoles de la noticia que tenía, y que era mejor la que llevaban por delante;
y que cuando aquella les faltase, volverían sobre lo otro. "

33
excepción del tramo arriba del desembarcadero sobre el Opón.Allí contaron
con la ventaja del Camino de la Sal, que por ser hecho para tráfico pedáneo
tuvieron a veces que rectificar para hacer paso a los caballos y a las bestias
de carga. Sin embargo, este trabajo no pudo ser tan duro como el afrontado
por Féderman, quien para llegar a Fosca tuvieron sus compañeros que usar
lazos para subir en vilo a los caballos.
Las condiciones climatéricas encontradas en la ruta fueron malas
por la época en que los expedicionarios partieron de Santa Marta, pues
lo hicieron al comienzo de las lluvias, mas pronto aprendieron y la si-
guiente estación invernal la pasaron descansando en La Tora. Ni los ca-
lores ni los fríos que encontraron en el trayecto fueron peores de los que
ya conocían en España o en otras partes de Europa.
Los animales encontrados en la ruta contribuyeron a la incomodidad
de los expedicionarios. Mientras con experiencia se podían proteger de las
hormigas, avispas y murciélagos, poco podían hacer contra los mosquitos,
especialme1:te molestos para quienes no estaban acostumbrados a ellos, o
contra las garrapatas y las moscas del nuche. Todas estas plagas, sinembargo,
eran comunes a la extensa región tropical que cubre gran parte del continen-
te, no exclusivas de la hoya del Magdalena y sus afluentes, y que se sepa,
ninguna de ellas causó directamente la muerte a conquistador alguno. Otros
animales, como el jaguar y el caimán, sí pudieron haber sido responsables
de la desaparición de unos tres soldados como lo anotó el licenciado. A
estos animales se les pinta invariablemente mas grandes y feroces de lo que
en realidad fueron y hoy se sabe que raramente atacan a un hombre sano,
aunque bien lo pudieron hacer a uno que estuviera enfermo y recostado en
algún lugar escondido esperando a la muerte.
La expedición fue financiada y equipada por el gobernador
Fernández de Lugo. La alimentación, el transporte en canoas, parte im-
portante del hospedaje, comunicaciones, múltiples servicios incluido el
de guías y uso de caminos, fueron aportadas por el indio. Sin la provi-
sión de alimentos indígenas durante la ruta, la expedición hubiera tenido
que demorarse varias décadas y quizás siglos , hasta que las colonias
establecidas en el litoral atlántico se hubiesen expandido lentamente hasta
llegar a la altiplanicie muisca. El indio, originalmente percibido por el
europeo como un enemigo, en realidad fue su mejor aliado .
La tenacidad del licenciado Jirnénez y algunos de sus acompañan-
tes, su habilidad de percibir lo que significaban unos panes de sal de
mina y unas mantas de algodón, la fortaleza física y de carácter de los
sobrevivientes, y la permanente contribución indígena manifestada en
los diversos servicios que aportaron, fueron las razones para que se hu-
biese implantado de una civilización tipo europeo en las tierras de los
muiscas y sus vecinos.

34
PARTE 11
Los Hombres
3. LOS SOBREVIVIENTES

A diferencia de las expediciones de Sebastián de Belalcázar y de


Nicolás Féderman que llegaron al altiplano Cundi-Boyacense un poco
mas tarde, el estudio de los hombres que participaron en la dirigida
por el licenciado Gonzalo Jiménez, cuenta con la ventqja de un do-
cumento que lista a todos los conquistadores que la sobrevivieron y
que párticiparon en el botín repartido el 15 de junio de 1538 en los
dominios del Zaque.
Parece que habíase celebrado un acuerdo entre las personas que
viajaban en los bergantines y los que iban por tierra, de repartir en-
tre todos el botín que los expedicionarios recogiesen. Por aparente
incumplimiento del licenciado Jiménez a lo acordado, fue doblemente
demandado por Diego Hernández Gallego, capitán de los berganti-
nes, y por el soldado Juan Castellanos, quienes cada uno por su lado,
exigieron a aquel su parte de lo recogido de los naturales desde que
salieron de Santa Marta hasta cuando se repartió el botín, acto. en el
que se favoreció a los de tierra y se ignoró a los de los bergantines.
Aunque el soldado Castellanos, o sus herederos, salió bien li-
brado pues las autoridades condenaron al licenciado a pagar una suma
de dinero, los mas favorecidos, después de los abogados que mane-
jaron estos largos pleitos, fueron los historiadores, pues en el curso
de ese litigio el acusado tuvo que presentar dos documentos de gran
valor que aún se conservan. El uno es un cuaderno cloncle se anotaron
todas las partidas ele lo recogido y el otro es el acta del reparto del
botín.' Por este último documento se sabe quienes fueron los com-
pañeros del licenciado que sobrevivieron la expedición, que cargos

' El cuaderno de las partidas está en AGI Escribanía de Cámara 1006 y ha sido publicado en
DIHC IV-79 a 91 y en Luis Gálvis Madero, El Ade/a111ado (Madrid, 1957), p. 348 a 361. El
reparto del botín se encuentra a continuación del documento anterior y ha sido publicado en
BHA XVI-662 a 687 . Este último fue comentado por Raimundo Rivas '¡l,os Compañeros de
Quesada" en BHA XVI-705 a 715 y cuidadosamente estudiado por Moisés de la Rosa en "Los
Conquistadores de los Chibchas," BHA XXII-225 a 253. El pleito de Castellanos vs. Jiménez
fue publicado en el BHA XI-610 a 628; ver también JF -224 a 233. Sobre el pleito de Hernández
Gallego vs. Jirnénez de Quesada, ver JF -195 a 214; este docurnenlo ha sido cambiado de legajo
y ahora se encuentra en AGI Justicia 534B, ramos I a 6.

37

\ .
ocuparon en ella, cuantas partes del botín recibieron y otros datos de
interés .
Después de cuidadoso estudio de este documento hecho por
Moisés de la Rosa, se conocieron mejor los nombres completos de
los soldados participantes, pues varios de ellos aparecen en el origi-
nal con su primero o segundo apellido únicamente y aún por su apo-
do. Mas al confrontar la lista final del señor de la Rosa con otros
documentos, esta se puede m~jorar aún mas. 2 El resultado de esta
confrontación mejora la lista de los sobrevivientes de la expedición
del licenciado Jiménez en los siguientes 18 nombres.

Nombre dado
por Moisés de la Rosa Nombre revisado

Al varado Pedro de Alvarado


Pero Yáñez Pero Añez
Barranco Pedro Barranco
Pedro de Madrid Pedro Daza de Madrid
Juan Gómez Juan Gómez Portillo
Juan González Juan González del Prado
Maldonado Juan Maldonado
Alonso Novillo Francisco Novillo
Cristóbal Bernal Cristóbal Ortiz Bernal
Diego Sánchez Paniagua Alonso de Paniagua
Romero Blasco Romero
Ruano Juan Ruano
Alcobaza Francisco Sánchez Alcahaza
Sandoval Alonso de Sandoval
Segarra Bartolomé Segarra
Serrano Alonso Serrano
Nicolás Nicolao de Troya
· Cristóbal de Celada Cristóbal de Zelada

2
El correspondiente soporte documental de las modificaciones hechas acá, está detallado en las
biografías de los conquistadores que están incluídas en el capítulo siguiente.

3
MDR -239

38
Consideradas estas modificaciones, a continuación se listan los
173 compañeros del licenciado que participaron en el reparto del botín y
el cargo que tuvieron durante la expedición. Estos, sinembargo, no son
todos los que llegaron al Valle de la Grita. Martín Bravo, Juan Gordo,
Jiménez, Andrés de Murcia, Villalobos, y Valle también lo hicieron, mas
murieron antes de que se hiciera el reparto y por ello no dejaron rastro
alguno en el Nuevo Reino .3 El licenciado, los 173 sobrevivientes y los 6
muertos suman 180 hombres, que fueron en total, los llegados al valle
de la Grita.

Lista de los compañeros de Gonzalo Jiménez de Quesada

Nombre Cargo Durante la expedición

l. Martín de Abriva Rodelero


2. Pedro del Acevo Sotelo Rodelero
3. Alonso de Aguilar Machetero
4. Diego de Aguilar Veedor, soldado de caballo
5. Domingo de Aguirre Soldado de caballo
6. Martín de Aguirre Rodelero
7. Juan de Albarracín Capitán de bergantín
8. Juan de Alcalá Arcabucero
9. Juan Alonso Rodelero
10. Juan Alonso de la Torre Ballestero
11. Pedro Alvarado Rodelero
12. Pero Añez Arcabucero
13. Cristóbal Arias de Monroy Ballestero
14. Juan de Aroca Rodelero
15. Juan de Aroche Caporal de rodeleros
16 . Pedro Barranco Arcabucero
17. Antonio Bermudez Soldado de caballo
18. Pedro Bravo de Rivera Soldado de caballo
19. Juan de Cáceres Ballestero
20. Diego Calvache Ballestero
21. Bartolomé Camacho Rodelero
22. Domingo de las Casas Capellán
23. Juan Castellanos Ballestero
24. Jerónimo Castillejo Aventurero independiente
25. Antonio de Castro Rodelero

39
Lista de los compañeros de Gonzalo Jiméne:i de Quesada

Nombre Cargo Durante la expedición

26. Catalán Aventurero independiente


27. Juan de Céspedes Capitán
28. Gómez de Cifuentes Soldado de caballo
29. Pedro de Colmenares Soldado de caballo
30. Gómez del Corral Capitán de bergantín
31. Criado Alférez del Cap. Lebrija
32. Pedro Daza de Madrid Soldado de caballo
33. Alonso Díaz Rodelero
34. Antonio Díaz Cardoso Capitán de bergantín
35. Juan Díaz Rodelero
36. Simón Díaz Rodelero
37. Alonso Domínguez Beltrán Caporal de ballesteros
38. Juan Domínguez de las Canoas Rodelero
39. Juan Duarte Rodelero
40. Juan Fernández Rodelero
41. Juan Fernández Valenzuela Ballestero
42. Pedro Fernández de Valenzuela Capitán
43. Francisco de Figueredo Soldado de caballo
44. Lázaro Ponte Capitán
45. Diego Franco Rodelero
46. Diego de Frías Soldado de caballo
47. Martín Galeano Soldado de caballo
48. Luis Gallegos Rodelero
49. Gonzalo García Zorro Alférez de caballo
50. Juan García Manchado Rodelero
51. Pedro García de las Cañas Ballestero
52. Alonso Gascón Ballestero
53. Alonso Gómez Sesquillo Ballestero
54 . . Diego Gómez Ballestero
55. Francisco Gómez Arcabucero
56. Hernán Gómez Castillejo Soldado de caballo
57. Juan Gómez Portillo Machetero
58. Pedro Gómez de Orozco Rodelero
59. Francisco González de Trujillo Rodelero
60 . Juan González del Prado Ballestero
61. Juan González Machetero
62. Juan de Güémez Rodelero

40
Lista de los compañeros de Gonzalo Jiménez de Quesada

Nombre Cargo Durante la expedición

63. Guillebién Rodelero


64. Alonso Hernández Rodelero
65. Alonso Hernández de Ledesma Rodelero
66. Antonio Hernández Rodelero
67. Francisco Hernández Ballestero
68. Martín Hernández de las Islas Rodelero
69. Pedro Hernández de Aguilar Rodelero
70. García del Hito Rodelero
71. Jerónimo de la Inza Capitán de macheteros
72 . Juan Izquierdo Soldado de caballo
73. Julián Rodelero
74. Juan del Junco Capitán
75. Antonio de Lebrija Tesorero y capitán
76. Antón de Lezcámez Capellán
77. Pedro de Lombana Rodelero
78. Diego López Castilblanco Rodelero
79. Gil López Escribano, y de caballo
80. Juan López Rodelero
81. Pedro López de Monteaguado Machetero
82. Lorana Rodelero
83. Gonzalo Macías Rodelero
84. Juan Maldonado Machetero
85. Baltasar Maldonado Soldado de caballo
86. Alonso Martín Cobo Rodelero
87. Alonso Martín, el mozo Rodelero
88. Diego Martín Hiniesta Soldado de caballo
89. Hernán Martín Rodelero
90. Juan Martín Rodelero
91. Matarrubia Rodelero
92. Mateo Rodelero
93 . Francisco Medrano Arcabucero
94. Gaspar Méndez Ballestero
95. Francisco de Mestanza Rodelero
96. Juan de Montalvo Rodelero
97. Diego Montañez Rodelero
98. Juan Montañez Rodelero
99. Alonso de Morales Rodelero

41
Lista de los compañeros de Gonzalo Jiménez de Quesada

Nombre Cargo Durante la expedición

100. Hernando Navarro Rodelero


101. Francisco Novillo Rodelero
102. Pedro Núñez Cabrera Rodelero
103. Antón de Olalla Alférez
104. Juan de Olmos Rodelero
105. Ordóñez Arcabucero
106. Juan de Ortega Soldado de caballo
107. Cristóbal Ortiz Berna! Soldado de caballo
108. Miguel de Otáñez Aventurero independiente
109. Juan de Palacio Soldado de caballo
110. Alonso de Paniagua Rodelero
111. Diego de Paredes Calderón Rodelero
112. Gonzalo de Pereira Trompeta, de caballo
113. Antonio Pérez Ballestero
114. Hernán Pérez de Quesada Alguacil mayor
115. Juan de Pinilla Soldado de caballo
116. Hernando de Prado Soldado de caballo
117. Juan de Puelles Rodelero
118. Martín Pujol Caporal de arcabuceros
119. Juan Quincoces de Llana Rodelero
120. Juan Ramírez de Hinojosa Rodelero
121. Cristóbal de Roa Arcabucero
122. Antón Rodríguez Cazalla Rodelero
123. Cristóbal Rodríguez Rodelero
124. Francisco Rodríguez Arcabucero
125. Juan Rodríguez Benavides Rodelero
126. Juan Rodríguez Gil Rodelero
127. Juan Rodríguez Parra Rodelero
128. Pedro Rodríguez del Carrión Rodelero
129. Pedro Rodríguez de León Machetero
130. Blasco Romero Rodelero
131. Diego Romero Arcabucero
132. Juan Ruano Rodelero
133. Cristóbal Ruiz Rodelero
134. Pedro Ruiz Corredor Ballestero
135. Pedro Ruiz Herrezuelo Rodelero
136. Juan de Salamanca Rodelero

42
Lista de los compañeros de Gonzalo Jiménez de Quesada

Nombre Cargo Durante la expedición

137 . . Pedro de Salazar Rodelero


138. Alonso de Salcedo Soldado de caballo
139. Juan de Salcedo Soldado de caballo
140. Francisco Salguero Soldado de caballo
141. Hernando de Salinas Sargento mayor
142. Francisco de San Martín Soldado de caballo
143 . Juan de San Martín Contador y capitán
144. Bartolomé Sánchez Ballestero
145. Bartolomé Sánchez Suárez Rodelero
146. Francisco Sánchez Alcobaza Machetero
147. Juan Sánchez de Toledo Tambor y ballestero
148. Juan Sánchez de Utrera Rodelero
149. Martín Sánchez Ropero Soldado de caballo
150. Mateo Sánchez Cogolludo Machetero
151. Miguel Sánchez Rodelero
152. Pedro Sánchez Sobaelbarro Soldado de caballo
153. Alonso de Sandoval Soldado de caballo
154. Miguel Seco Moyana Rodelero
155. Juan Sedano Rodelero
156. Bartolomé Segarra Rodelero
157. Diego de Segura Soldado de caballo
158 . Alonso Serrano Soldado de caballo
159. Francisco de Silva Aventurero independiente
160. Diego Suárez Montañez Machetero
161. Gonzalo Suárez Rendón Capitán
162. Juan Tafur Soldado de caballo
163 . Francisco de Tordehumos Arcabucero
164. Lázaro.-de la Torre Rodelero
165 . Diego de Torres Ballestero
166. Juan ele Torres Arcabucero
167. Nicolao ele Troya Rodelero
168. Salvador de Umbría Rodelero
169. Juan Valenciano Caporal de rodeleros
170. Andrés Vázquez de Molina Arcabucero
171. Hernán Venegas Soldado ele caballo
172. Francisco de Villaviciosa Soldado ele caballo
173. Cristóbal de Zelada Rodelero

43
4. BIOGRAFIAS DE LOS SOBREVIVIENTES

A continuación se describen las biografías de 173 de los compañeros del


licenciado Jiménez que participaron en el reparto del botín tomado a los
naturales durante el trayecto de la expedición, desde su salida de Santa
Marta hasta cuando recogieron los tesoros del señor de Tunja y Sogamoso
que fueron los mayores habidos. El principal propósito de estas biogra-
fías es describir las características de estas personas mas suceptibles de
análisis, tales como sus fechas y lugares de nacimiento, si eran hidalgos
o de una extracción social mas baja, si sabían firmar, que experiencia
tenían, que parentezcos había entre sí, con quienes tuvieron relaciones
conyugales, que ocupación tuvieron durante la expedición distint? de la
militar, que cargos públicos llenaron en el Nuevo Reino, a que edad
llegaron y a la que murieron. Además se listan las principales acciones
guerreras y civiles en que participaron, incluyendo la fundación de ciu-
dades en el Nuevo Reino y vecindades.

MARTIN DE ABRIVA

Este soldado rodelero de la expedición del licenciado Jiménez alcanzó la


tierra de los muiscas y recibió una parte del botín obtenido de los natu-
rales hasta junio de 1538, la que equivalió a 510 pesos de oro fino, 57
pesos de oro bajo y cinco piedras esmeraldas . 4 Probablemente se halló
en la fundación de Tocaima pues en 154 7 de ella era vecino, ciudad en la
que declinó firmar una declaración que rindió por no saber escribir. 5
De Tocaima regresó a Santa Fe de donde manifestó ser vecino en
1552, cuando atestiguó en una causa civil que el fiscal Antonio de Luján
abrió contra Cristóbal de San Miguel, tesorero real del Nuevo Reino. En
esa causa indicó Abriva conocer a este desde 1540 y a Luján desde 1544
y haber nacido en 1507. Le constaba que San Miguel, compañero de

4
MDR -251; JF -152.

' AGI Justicia 545, f. 280v, juicio de residencia de Montalvo de Lugo.

45
Féderman, en un viaje que hizo a España había traído mercancías al
Nuevo Reino que vendido en las tiendas de Santa Fe-. 6 Catalina de Cés-
pedes, mujer de Abriva, en 1553 declaró sobre un enredo urdido aparen-
temente con el propósito de desprestigiar a Alonso Téllez, escribano y
compañero de Belalcázar. 7 Abriva todavía era vecino de Santa Fe el 29
de mayo de 1557, en cuya calidad le tocó contribuir con el costo de un
soldado de a pie para combatir la guerra que se planeaba contra los in-
dios rebelados de !bagué y Mariquita.8

6 ANC Audiencia Cundinamarca XIV, f. 1 a 876.

7
AGI Justicia 569-3-3, causa contra Téllez, 1553.

8 AGI Justicia 588, f. 680 a 688 .

46
PEDRODELACEVOSOTELO

Nacido en 1510 en Zamora, España, había llegado a la provincia de San-


ta Marta con el adelantado de las Canarias Pedro Fernández de Lugo. De
allí salió con el licenciado Jiménez de Quesada a explorar las tierras
hacia donde nacía el río de la Magdalena y hallar un camino al Perú,
aventura que terminó con el desvío hacia la sede de la civilización Muisca.
En la distribución de naturales que Jiménez hizo Acevo fue premiado
con los repartimientos (o encomiendas) de Sasa en Tunja y Cuencuba en
Vélez, los que no pudo disfrutar porque se regresó a España con el li-
cenciado, a quien también acompañó durante dos años en los otros via-
jes posteriores que hizo en Europa. 9 Según sus propias declaraciones, de
allá regresó en 1543 al Nuevo Reino acompañando al gobernador y ade-
lantado Alonso Luis de Lugo. Este hecho lo recalcó en Santa Fe en 1579
cuando declaró en una diligencia civil ser vecino de esa, de 67 años de
edad y estar ocupando el cargo de procurador de causas de la Real Au-
diencia. 10 Además de haber tenido esa posición, Acevo fue escribano
durante muchos años.
Luis de Lugo no debió dejar aAcevo disfrutar del trabajo y tribu-
to de los indios que le había asignado Jirnénez, puesto que se unió al
clamor de muchos conquistadores que habían originalmente recibido
repartimientos y los habían perdido o se los habían suspendido los
gobernantes posteriores. 11 A pesar que años después tuvo unas enco-
miendas de indios en La Palma y Topaipí, en general corrió con poca
suerte en sus negocios, a juzgar por una sentida carta que en 1587
dirigió al rey desde la ciudad de La Palma. Por medio de esa le pedía,
que por amor de Dios, atendiera sus anteriores solicitudes de ayuda
bien merecida por sus extensos méritos, para poder disfrutar de una
vida mas cómoda en unión de sus mujer y sus dieciséis hijos, nietos y

9
El dato sobre haber acompañado a Jiménez por dos años se encuentra en AGI Justicia 547 No. 2,
r. 2, secreta contra Jiménez y su hermano Hernán Pérez. Añadio Sotelo que llevaban 11.000 pesos
de oro de Su Magestad, y otros 13.000 de oro fino de la caja de Su Magestad que no entregaron.
Jiménez llevaba 26.000 pesos. de oro de su propiedad. RR -328 trae una biografía bastante com-
pleta de Acevo. La nomenclatura moderna de sus probanzas es AGI Patronato 153-3 y AGI Patro-
nato 156-11; el interrogatorio de la de 1569 es el mismo transcrito en FDNR V-236 a 247. El
documento de la asignación de Sasa está transcrito en JF - 192.

10
ANC Historia Civil XX, fl. 627 a 663, probanza de Francisco Hernández Hermoso.

11 El documento de la asignación de Sasa por Jiménez esta transcrito en JF -19 I a 192. Ver DIHC

VI-187 y 188 y VII-Il2 a 114.

47
biznietos, ahora que tenía casi 80 años. 12 Su mujer se llamaba Ana
Núñez y con ella tuvo 14 hijos.
Acevo hizo de testigo en las probazas de servicios de hicieron
varios conquistadores del Nuevo Reino, entre otros Agustín Castella-
nos, Francisco Hernández Hermoso, Pedro Rodríguez de los Ríos, Fran-
cisco Maldonado, Antonio Ruiz, y Cristóbal de San Miguel.

12 Carta transcrita en FDNR VIII-376 a 380.

48
ALONSO DE AGUILAR

Natural de Hinhiesta (Castilla la Nueva), fue soldado machetero en la


expedición que dirigió el licenciado Jiménez al Nuevo Reino. 13 Al igual
que muchos de los conquistadores que acompañaron a Hernán Pérez a
buscar la Casa del Sol por los lados del nevado del Cocuy y que de
regreso se avecindaron en Tunja el 24 de diciembre de 1539, Aguilar
debió hacer lo mismo porque en ese día el cabildo de esa ciudad le ins-
cribió como vecino y le dio un solar para que construyera su casa. 14
Luchó Aguilar en las guerras contra los indígenas que tuvieron
lugar entre 1539 y 1543 pdncipalmente, habiendo tomado parte en la
que Baltasar Maldonado le hizo al señor de Duitama. En el distrito de
Tunja tuvo la encomienda de Coaza. Casó con Catalina Robles con quien
tuvo varios hijos, entre ellos María de Aguilar. 15 Antes de la fundación
de Trinidad de los Muzos en 1559, Aguilar murió a manos de los feroces
muzos cuando Luis Lanchero, jefe de la última expedición a esa región,
le mandó a comprar pólvora a Tunja con el propósito de seguirles la
guerra. 16 Cuando en marzo de 1566 su viuda Catalina hizo una diligen-
cia legal en Tunja, mencionó el testamento y el inventario de bienes que
Aguilar dejó a ella y a sus hijos. 17

13
JFO 1-166; MDR -250 .

14
CDT 1-40.

15
JFO Arbol XI, par. 38. Ver también RR -39 y 40. La probanza de Aguilar ahora está en AGI
Patronato 168-12-1.

16
AGI Patronato 157-1, probanza de Sebastián Saavedra. Ver tamb ién FPA II-234 , 245,246.

17
ARB Archivo Histórico de Tunja, f. 17 a 74.

49
DIEGO DE AGUILAR

Ocupó el importante cargo de veedor real, en razón del cual tuvo que
constatar la repartición del botín quitado a los naturales y comparar sus
notas con las que había tomado el licenciado Jiménez, líder de la expedi-
ción que originó el Nuevo Reino. Como soldado de a caballo que era, de
ese botín le tocaron dos pártes mas 200 pesos de mejoría por el cargo
real que desempeñaba, después de habérsele compensado con 200 pesos
por dos caballos que perdió en el camino, mas 46 pesos por otras cosas
que contribuyó a la expedición. En total recibió Aguilar la buena suma
de 1.466 pesos de oro fino, 114 de oro bajo y 10 esmeraldas. 18 Los
cronistas le mencionaron como tomando parte en el asalto que a espada
desnuda el licenciado hizo al señor de Tunja, soberano que terminó per-
diendo autoridad, tesoros, y hasta la vida. 19
Aguilar no permaneció en el Nuevo Reino sino que con los gene-
rales Belalcázar, Féderman y Jiménez, se embarcó en los dos berganti-
nes que se construyeron a orillas del Magdalena en un sitio no muy
cercano a la futura Tocaima y se fue a la costa de regreso a España. El 21
de junio de 1539 ya se encontraba en Cartagena haciendo declaraciones
en el pleito que el capitán Diego Hernández Gallego puso al licenciado
Jiménez por su parte en el botín. Aguilar declaró entonces tener 30 años
y firmó su deposición. 20
Años mas tarde se vuelve a saber de Aguilar porque su compañe-
ro Juan Tafur le demandó por 75 esmeraldas que le entregó en el Nue-
vo Reino para que se las llevara a España . Era entonces el año de 1552
y Aguilar estaba bien establecido en Málaga, Andalucía, con su mujer
e hijos. 21

18 MDR-251

19
FPA IV-286; FPS III-250 .

'ºAGI Justicia 599, mencionado en Juan Friede, El Adelantado Don Gonzalo Jimé11ez de
Quesada, 2 vols. (Bogotá, 1979), vol. 2, p. 33. Este pleito ha sido trasladado a AGI Justicia
534B-l, ff. 1 a 6.

21 AGI Justicia 1102, Juan Tafur vs. Diego de Aguilar.

50
DOMINGO DE AGUIRRE

Nació en Vizcaya en 1517 y vino a Santa Marta alrededor de 1529.Acom-


pañó la expedición que dirigió Pedro de Lerma Magdalena arriba y por
tanto conocía esa región cuando a ella volvió como soldado de a caballo
acompañando al licenciado Jiménez en . su búsqueda de un camino al
Perú. Participó en un ataque a los naturales del Magdalena para quitarles
víveres y después de llegado al Nuevo Reino, estuvo presente en la pri-
mera entrada que se hizo a tierras panches. Como escribano atestiguó la
fundación de Tunja y de allí fue uno de sus primeros vecinos . Allí dos
años después, volvió a ocupar el cargo de escribano. En 1551 fue alcal-
de de esa misma ciudad, y en 1548, 1556, y 1562 fue su regidor. En ese
distrito recibió la encomienda de Tobasía y Sátiva que le duraron poco
porque el Gobernador Alonso Luis de Lugo se las quitó. Por el camino
de Popayán se fue a España a quejarse de esta injusticia, y cuando regre-
só en 1547 le asignaron en encomienda los indios de Tópaga, cuyos
tributos le permitieron vivir cómodamente en Tunja con su mujer Ana
Maldonado, quien por no haber tenido hijos en el matrimonio, heredó el
derecho a la encomienda. A la muerte del marido, Ana volvió a casar con
Pedro Bravo de Malina y tuvieron descendencia. 22
En 1543 Aguirre declaró no saber que el cacique de Sogamoso
había hecho guerra a los cristianos, mas sí estaba al tanto que Baltasar
. Maldonado le había atacado, cortando manos y narices a mas de 100
indígenas y talándoles las sementeras para que murieran de hambre. 23
Aguirre a su vez, fue acusado por el fiscal de haber sido cruel con los
naturales y de haber usado la escribanía sin tener licencia para ello. 24 A
su muerte ocurrida en 1564, su mujer, Ana, hizo inventario de los bienes
dejados como parte de su mortuoria, documento que no contiene el tes-
tamento de Aguirre. 25

22
Tomado de RR -40 a 41; los datos sobre la familia de Aguirre se encuentran en JFO Arbol XIV,
par. 95. La probanza de Aguirre, iniciada en Timaná en 1543 y continuada en Sevilla en 1545, se
encuentra en AGI Patronato 153-4-1.

23
DIHC VII-89 a 90.

24
AGI Justicia 1116B.

21
ARB Archivo Histórico de Tunja V, ff, 390 a 413.

51
MARTIN DE AGUIRRE

El 7 de abril de 1535 un Martín de Aguirre, hijo de Martín de Aguirre


y de Dominga de Jurón, vecinos de Vergara, se inscribió en Sevilla
para ir a la provincia de Veragua con el Capitán Felipe Gutiérrez. 26
Es probable que a último momento hubiese cambiado de expedición ,
cosa que no era tan insólita, y embarcarse en lugar en la nave del
Capitán Juan del Junco que también se hallaba en puerto reclutando
candidatos para ir a Cartagena, pero que terminó variando su rumbo
a Santa Marta.
De todas maneras, un Martín de Aguirre subió de ese puerto al
Nuevo Reino acompañando al licenciado Jiménez, quien por haber sido
soldado rodelero recibió una parte del botín habido . 27

26
CPI II-38.

27 MDR -251; JF-152.

52
JUAN DE ALBARRACIN

Nacido en el Puerto de Santa María en Andalucía, Albarracín fue una de


las personas principales que acompañaron al adelantado Pedro Fernández
de Lugo a Santa Marta. Al poco de llegar a esta fue al Cabo de la Vela a
ensayar la pesca de perlas con unos aparejos traídos para el propósito. 28
Ya de regreso, Don Pedro le pidió que fuera capitaneando uno de los
bergantines del segundo grupo que acompañaría a los expedicionarios
que iban a avanzar por tierra, y con mejor éxito que el primer grupo,
negoció la boca del Magdalena y penetró en el río. 29 Prosiguió corriente
arriba hasta La Tora donde se reunió con los soldados de tierra, a los
cuales auxilió con 50 ovillos, 48 pares de alpargatas, siete hachas, tres
libras de resina y tres libras de cebo, por lo cual después pasaría la cuen-
ta y le pagarían 213 pesos de buen oro. 30
Continuó con el resto de la gente guiándose por el tráfico de panes
de sal que los naturales bajaban de la montaña y llegó a tierra muisca
donde participó en varias acciones y en el reparto del botín tomado a los
indígenas. Como capitán que era, le tocaron cuatro partes del mismo. El
8 de abril de 1539 atestiguó en una diligencia legal hecha por Pérez de
Quesada sobre el tormento y muerte que los cristianos dieron a Saguipa,
señor de Bogotá, cuando trataron de sacarle el tesoro que se suponía tener.
En esas declaró ser de 40 años de edad, o sea haber nacido en 1499. 31
Después de reunidos los generales Belalcázar y Féderman con
Jiménez, quien les precedió casi dós años en llegar a tierra muisca,
Albarracín fue mandado a Guataquí sobre el Magdalena a encargarse
de la construcción de los bergantines que les llevarían camino a Espa-
ña. En ellos también se embarcó y sin que se sepan detalles de su viaje,
ya en diciembre de 1539 se encontraba en Sevilla declarando en el
pleito que el soldado Juan Castellanos puso al licenciado Jiménez por
no haberle dejado participar en la parte final de la expedición y por no
haberle dado parte del botín. Albarracín no firmó su declaración por no
saber escribir. 32

28 DIHC VI-273 y 274.

29
FPA I-188 y 215.

30
JF-142, 146,150.

31
DIHC V-143.

32
BHA XI-627 a 628.

53
Quedó en España y rrias precisamente en Jerez de la Frontera de
donde era vecino en septiembre de 1541, según su declaración dada en
un pleito, la cual tampoco firmó . 33 Allí en Jerez fu.e a visitarlo su parien-
te político, el adelantado Alonso Luis de Lugo, cuando este abandonó el
gobierno del Nuevo Reino en 1544 y se regresó a España. Albarracín era
casado con Ana de Lugo hermana de Alonso Luis, y tuvieron un hijo
llamado Pedro de Lugo. En 1549 aún continuaba en Jerez según él mis-
mo lo manifestó en otro pleito, esta vez del licenciado Jiménez con su
compañero de expedición, el capitán Diego Hernández Gallego. 34
El escritor colonial Juan Rodríguez Freile indicó que Albarracín
fue encomedero en Tunja donde tuvo familia, sobre lo cual no se ha
encontrado ningún documento que lo respalde y sí que lo contradiga
como ya se anotó. 35

33 AGI Justicia 990, el fi scal vs. Los Welser.

34
AGI Justicia 534B.

35 JRF -78 .

54
JUAN DE ALCALA

Nacido alrededor de 1515, vino con el adelantado Fernández de Lugo a


Santa Marta, en cuya pacificación y en la de la Sierra Nevada sirvió.
Junto con su hermano Pedro Barranco tomó parte en la expedición del
licenciado Jiménez como soldados arcabuceros y fueron de los sobrevi-
vientes. Después de haber Alcalá asistido con todos sus compañeros a la
fundación solemne de Santa Fe el 27 de abril de 1539, se halló también
en la de Vélez y en la pacificación de la provincia de los panches de
Tocaima en lo que gastó mas de cuatro años. Avecindóse en Santa Fe y
fue a la jornada contra los muzos dirigida por Pedro de Orsúa en la que
se fundó la efímera ciudad de Tudela y fue alcanzado por una flecha
envenenada de lo que murió (1551 ?). En el distrito de Santa Fe tuvo la
encomienda de Ti bitó que a su muerte fue concedida por la Real Audien-
cia al capitán Melchor de Valdés. Siendo soltero, en Francisca india sol-
tera y natural del pueblo de Bogotá, tuvo a Diego de Alcalá quien nació
en 1538, mas dos hijas. 36
Juan de Alcalá no sabía escribir porque no sabía firmar; sinembargo,
se preocupó porque su hijo mestizo fuese adoctrinado y educado lo sufi-
ciente como para que después fuera solicitador del Real Fisco y tuviese,
según este, "oficio de pluma" por el que le pagaban 150 pesos anuales.
Además de haber hecho Diego la probanza de su padre Juan en
1559, también ordenó se hiciese otra diligencia relacionada con esa y
llamada de oficio y parte, que no contiene detalles adicionales sobre la
vida del padre. 37

36
AGI Patronato 153-7-2 , probanza de Alon so Dornínguez, J 549. MDR -215 . La probanza de
Alcalá hecha por su hijo en 1559 se encuentra ahora en AGI Patronato 154-1-1 ; ver RR -43 y 44.

37
AGI Santa Fe 127-2-30.

55
JUAN ALONSO

Según el documento del reparto del botín, al valle de los Alcázares llega-
ron dos soldados con este nombre, el uno rodelero y el otro ballestero. 38
El mejor conocido de los dos se llamaba Juan Alonso de la Torre y se
avecindó en Vélez, ciudad en la que fue conquistador y colonizador ac-
tivo en guerras y gobiernos . El otro soldado fue el menos conocido Juan
Alonso, de quien aquí se trata.
Este Alonso se radicó en Santa Fe y en su distrito fue encomendero.
Casó con Luisa Fuerte, hija de Juan Fuerte el compañero de Féderman.
El 22 de diciembre de 1559, su suegro hizo dejación de la encomienda
de Cueca a su favor, en la que le sucedió su primogénito llamado tam-
bién Alonso . 39 Alonso, padre, hizo su testamento en Santa Fe el 14 de
septiembre de 1569, a pesar ser vecino de La Palma, donde consta que
tuvo con su mujer, Luisa, cuatro hijos: Juan, Martín, Estebanía y Catali-
na, quienes heredaron las tres estancias y otros bienes que dejó. 40 Debió
morir al poco tiempo de hacer su testamento, pues cuando el menor tomó
posesión de Cueca en 1582, manifestó que su padre era difunto.
Flórez de Ocariz trae en su lista de los compañeros de Lebrón a un
Juan Alonso avecindado en Santa Fe, de lo que no he encontrado evi-
dencia alguna en otras fuentes. Es por tanto posible, que lo haya confun-
dido con este compañero de Jiménez. 41

38
MDR -253 y 250.

39
ANC Misceláneas XXVII, ff. 427 a 476. Aquí se encuentra el título de la encomienda y otros
documentos transcritos en Revista del Archivo Nacional, 3:23 (Bogotá, feb. 1939), pp. 92 a 94 .

'º ANC Notaría Primera de Santa Fe, 14 de septiembre de 1569, ff. 683 y 684 .

41
JFO 1-186.

56
JUAN ALONSO DE LA TORRE

Nació en Al buera, Extremadura, alrededor de 1500 y vino a Santa Marta


en 1536. Subió a tierra muisca entre los primeros, asistió a la fundación
de Vélez donde se radicó y fue su primer alcalde, cargo que repitió en
1546, 1553, 1557, mas regidor perpetuo en 1548. En este distrito le tocó
sufrir la agresividad de los indígenas comarcanos y salió a hacerles la
guerra. Le encomendaron a los naturales de Site, Tisquisoque, Mayo y
Tumininga. 42 Casó con Francisca Rodríguez de Benavides (Florez de
Ocariz la llama equivocadamente Juana de Benavides), hija de su com-
pañero Juan Rodríguez de Benavides, y tuvieron trece hijos, de quienes
se conoce por nombre a Martín Alonso Galindo, Juan Ramírez de
Benavides, Bias Martín de Benavides, cura Lorenzo Martín de Benavides,
María de Benavides y Juan Alonso de la Torre. 43
Atestiguó en el juicio de residencia que se hizo al gobierno de
Martín Galeano y aunque solo ha sobrevivido el documento de los des-
cargos y no el de las acusaciones, tanto el interrogatorio como las res-
puestas de Alonso son una magnífica fuente para valorar las reacciones
violentas y agresivas de un pequeñísimo grupo de rudos, envalentona-
dos, pero a la vez muy amedrentados y temerosos europeos, quienes
considerándose muy superiores a los que intentaban subyugar, en un
medio de hostil exuberancia tropical tenían que enfrentar cantidades
muchas veces mayores de inescrutables, desconcertados y valientes na-
turales con una mentalidad muy diferente sobre cual era el fin inmediato
de una guerra, y quienes estaban dotados de armas y técnicas bélicas
muy inforiores a las de sus contendores o aún a los de sus vecinos mas
agresivos . 44
Juan Alonso hizo de testigo en las siguientes diligencias legales:
probanza de Alonso Hernández de Ledesma, probanza de Pedro de
Salazar, probanza de Melchor Ramírez, y pleito de Domínguez vs.
Mateos por una encomienda. A pesar de que en algunos de estos docu-
mentos se indica que Alonso puso su firma, esta consistía en dos ele-
mentales cuadritos puestos uno al lado de otro, partidos cada uno por
una línea horizontal y otra vertical y que en conjunto remedan las ven-

42
Tomado de RR -44 a 46.

3
• JFO Arbol ll, par. 106.

44
ANC Residencias de Santander LVI, ff. 549 y ss. En interrogatorio fue transcrito en Revista del
Archivo Nacional 2:15 (marzo y junio, 1537), pp . 1 a 21.

57
tanas que los niños les pintan a las casas. En estos documentos se en-
cuentra la información citada arriba. 45 Su hijo Lorenzo Martín, clérigo
de V~lez en 1590, hizo su probanza en la que menciona los méritos de
su padre y los suyos propios. 46

'5 AGI Patronalü 154-1-6, probanza de Alonso Hernández de Ledesma ; ANC Encomiendas XVI,
ff. 55 a 84, probanza de Pedro de Sala Izar; ANC Historia Civil XXII , proban za de Melchor Ramírez;
ANC Encomiendas XI , ff. 275v a 303 , pleito Domínguez vs Mateas.

46
AGI Santa Fe 127-1-13, aíio 1590 ..

58
PEDRO DE ALVARADO

Rodelero de la hueste del licenciado Jiménez que recibió una parte del
botín repartido en junio de 1538. 47 Fue uno de los primeros pobladores
de Vélez. Estando en esta provincia y yendo en 1540 de la tierra del
señor Tisquisoque a la provincia de Chevere acompañado del alcalde
Baltasar Moratín, con el propósito de castigar a los naturales rebelados,
se hirieron los dos con puyas envenenadas escondidas en el suelo, de lo
cual murieron. 48

47
MDR -251; JF-152.

48
JC IV-344; FPS IV-46.

59
PEROAÑEZ

Juan Flórez de Ocariz le dedicó el Arbol XXXI de sus Genealogías, lla-


mándole Periañez Portoes. En este cuenta que en su testamento de 1562
no decía quienes habían sido sus padres, mas que era portugués. Fue de
los conquistadores y pobladores del Nuevo Reino de Granada que entra-
ron a este con el licenciado Jiménez. Avecindóse en la ciudad de Tunja
en la que le dieron las encomiendas de Sotaquirá y Gámeza. Casó en la
ciudad de la Laguna en Tenerife, Canarias, con Constanza Rodríguez
Hermoso, y tuvieron solo un hijo, Francisco Hernández Hermoso . Murió
en 1562 y la viuda volvió a casar con el mercader Andrés Jorge, compa-
ñero de Lebrón. Fuera del matrimonio tuvo un hijo llamado Periañez.
En la probanza de servicios que ordenó hacer su hijo en 1587 en
Tunja, indicó que Añez era hijodalgo venido a Santa Marta con el ade-
lantado de Canarias Don Pedro Fernández de Lugo y que después de
haber llegado al Nuevo Reino con el licenciado Jiménez fue muy activo
en conquistar la tierra, hallándose en el ataque al Duitama y en la funda-
ción de Santa Fe y Tunja. 49
Fue arcabucero de la expedición al Nuevo Reino, activo en Tunja
donde el cabildo le concedió huerta y estancia y en 1541 le nombró
agrimensor. En esa ciudad firmó una carta en 1543 pidiéndole al Gober-
nador Lugo repartir a los naturales de la tierra. 50 Viajó a España y en
Madrid declaró en un pleito de 1552, agregando que había nacido alre-
dedor de 1505. En esa oportunidad también se presentó en la Corte a
pedir justicia sobre unos problemas que tenía con su encomienda. 51

49
La probanza de los Añez se encuentra ahora en AGI Patronato 165 -3- 7. En ella declaró Francis-
co Yáñez Hermoso que su padre era Periañez y su abuelo era Francisco Hernández Hermoso. Ver
RR -381 a 382.

50 MDR -250; CDT 1-71, 89, 154, 178; DIHC VII-123 .

51 AGI Justicia 1117B , Montalvo de Lugo sobre salarios; FDNR 1-244.

60
CRISTOBAL ARIAS DE MONROY

Nacido en 1506 en Almodábar del Campo, Castilla la Nueva, llegó a


Santa Marta en 1536 con el adelantado Don Pedro Fernández. Como
soldado ballestero enrolase en la expedición del licenciado Jiménez y
alcanzó la tierra muisca. Una vez fundada la ciudad de Santa Fe donde
se avecindó, probablemente fue con Hernán Pérez a buscar la Casa del
Sol pues él mismo declaró que no había ido a la expedición del Dorado,
dos aventuras muy confundidas una con otra hasta por los cronistas de
la época. Siguiendo la ley, en 1544 el gobernador interino, Montalvo de
Lugo, le ordenó ir a vivir con su mujer que había abandonado en Espa-
ña, lo que quiere decir, como se apreciará mas abajo, que casó dos ve-
ces. Estuvo presente en la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de
los Remedios (1559) y allí tuvo algunos naturales en encomienda a quie-
nes abandonó. De regreso en Santa Fe le asignaron en encomienda los
indígenas de Machetá y Tibirita, los que tuvo hasta su muerte. Era anal-
fabeta y casó con Catalina Silíceo en 1576 (?), con quien tuvo una hija,
Francisca Arias de Monroy. 52
Fuera del matrimonio Cristóbal tuvo a Juana de Monroy. Murió
después de 1583 cuando hizo declaraciones en Santa Fe. 53

52
Flórez de Ocariz le dedicó su Arbol XXI, ver. Sobre su fecha de nacimiento y el no haber ido al
Dorado ver AGI Patronato 160-1-9, probanza de Cristóbal Arias de Monroy. Lo de haber sido
arcabucero se encuentra en MDR -250. La órden de Monlalvo de Lugo es tratada en AGI Justi-
cia 546, ff. 1233, preguntas 15 y 16.

53 AGI Patronato 163-1-13, probanza de Hernando de Velasco.

61
JUAN DE AROCA

Haciendo de rodelero bajo el caporal Juan deAroche, llegó a tierra muisca


con la expedición del Licenciado Jiménez, por cuyo oficio le correspon-
dió una parte del botín . 54
Aro ca, quien debió nacer alrededor de 1515 , había venido de Es-
paña a Santa Marta con la numerosa expedición del adelantado Don Pe-
dro Fernández y en ella vio como Lázaro Fonte traía un navío suyo con
muchos soldados, pertrechos, municiones y matalotaje para él y sus gen-
tes. De ese puerto de Santa Marta salió en búsqueda de nuevas tierras y
fue de los primeros en llegar al Nuevo Reino . Allí se halló en la conquis-
ta y pacificación de la provincia de Vélez y luego acompañó a Hernán
Pérez a buscar las provincias del Dorado, donde padecieron muchos tra-
bajos durante unos dos años, antes de salir derrotados a Pasto.
Acto seguido se radicó en Quito, pues en 1565 declaraba que de
esa era vecino desde hacía mucho tiempo. Continuó atestiguando que
cuando se rebeló Gonzalo Pizarro en el Perú, él estuvo al lado del virrey
Blasco Núñez Vela en Otavalo y de allí le acompañó hasta Popayán. Con
este virrey volvió a Quito y constábale, porque estuvo en ello, que se dio
la batalla deAñaquito donde fue muerto el virrey. Aroca estaba en Popayán
cuando el rebelado Alvaro de Oyón tomó la población de La Plata y
quemó a Neiva; mas cuando venía a Popayán, le salieron al encuentro y
le derrotaron. Firmó su declaración. 55

" MDR-253.

55 Lo escrito es un resúmen de las declaraciones de Aroca contenidas en tres proban zas: ANC
Historia Civil IX, ff. 372 y ss., probanza de Diego de Herrera , 1558 ; AGI Patronato 114- 12,
probanza de Luis de Mideros , 1565 ; AGI Patro nato 11 2-1-1, probanza de Lá za ro Fonte, 1565 .

62
JUAN DE AROCHE

Los rodeleros que vinieron con el Licenciado Jiménez y entraron de pri-


meros a tierra muisca, venían divididos en dos grupos comandados por
dos caporales. 56 Uno de estos era Juan de Aroche, en cuyo grupo venía
Juan de Aroca. Al jefe Aroche le dieron dos partes del botín mientras
que al subalterno le tocó una. Por el documento del reparto de ese tesoro
habido de los naturales, se sabe además que el caporal Aroche entregó al
común media botija de trementina, por la cual le compensaron con seis
pesos de oro. 57

6
' MDR -252 y 253.

57
JF -142, 143, 152 y 153.

63
PEDRO BARRANCO

Al igual que su mejor conocido hermano Juan de Alcalá, vino al Nuevo


Reino como arcabucero del ejército que comandaba el licenciado Jiménez
y como tal recibió una parte y media del botín recogido entre todos y
distribuido en junio de 1538. 58
Molestos, amedrentados, desconcertados y con equivocadas ideas
de cómo preservar su modo de vida ante la violenta invasión de los cris-
tianos quienes cometían cualquier exceso para extraerles lo de valor que
poseían, muchos caciques, señores principales y sus gentes, decidieron
no seguir sirviendo ni obedeciendo a los recién llegados. Un grupo grande
de naturales se atrincheró en las cimas de las mas altas e inaccesibles
rocas de Suta y Tausa. Esta acción, a todas luces defensiva y nunca
ofensiva, fue tomada por los cristianos, muy poco dados a esforzarse en
entender y apreciar al indígena, como un desacato a la autoridad real.
Por ello se les tachó de rebeldes a quienes había que someter sin impor-
tar cómo. Entre los que fueron a desalojarlos y "traerlos de paz" se en-
contraba Pedro Barranco, quien atrevidamente empezó a escalar los riscos
con tan mala suerte que a mitad del ascenso le alcanzó una gran piedra
lanzada de lo alto, la que le mandó al abismo en cuyo fondo se hizo
pedazos. 59 Esto ocurrió en 1540.

'8 JF -151; MDR -250.

'9 JC IV-462; FPS IV-118; LFP II-440 y 442 .

64
ANTONIO BERMUDEZ

Siendo muy joven--había nacido en 1510--este hijodalgo notorio había


iniciado su carrera militar en las guerras de Italia y otras partes de Euro-
pa. Pasó a Indias con el adelantado de las Canarias y participó en algu-
nas luchas contra los indígenas de la provincia de Santa Marta. Como
soldado de a caballos se alistó en la hueste del licenciado Jiménez que
salió de esa provincia a explorar regiones desconocidas a los europeos y .
llegó a tierras muiscas donde recibió dos partes del botín recogido de los
naturales.
Concurrió a la fundación de Santa Fe donde fue uno de los prime-
ros regidores y después a la de Tunja de donde también le nombraron
regidor y le asignaron solar para su casa. Avecindóse sinembargo en
Santa Fe donde le concedieron en encomienda los indios de Ubaté, Suba
y Tuna y después compró los de Chía. Se alistó a dar auxilio al presiden-
te Pedro de la Gasea del Perú para combatir al rebelado Gonzalo Pizarro,
pero no tuvo necesidad de ir. En 1560 fue comisionado por la audiencia
para dar socorro a los de Muzo acosado por los indígenas y con su ayu-
da la ciudad no se despobló.
Esta misma audiencia le nombró alguacil mayor en 1551 y fue
procurador general y alcalde de Santa Fe en 1559. De esta fue también
regidor en 1547, 1558, 1560, 1561 y 1562. En 1565 fue corregidor de
Los Remedios y dos años después hizo su probanza de servicios y con
ella se fue a la corte a pedir ayuda para poder sustentar sus gastos, pues-
to que no podía vivir con el producido de su encomienda.
En 1569 Bermúdez fue nombrado contador real de Cartagena, car-
go que desempeñó diez años y del que fue jubilado con una pensión.
Volvió a España en 1580 a que le aumentaran la pensión en lo que fue
exitoso, mas en 1582 volvió a pedir mas ayuda por medio de otra pro-
banza que hizo ese año. Casó en 1555 con María de Ana ya con quien no
tuvo hijos, mas fuera del matrimonio tuvo a Catalina Bermúdez quien
casó con Gaspar Enríquez, conquistador activo en los Llanos. 60
También se sabe que sostuvo pleito con Juan Ruiz de Orejuela por
la parte de Gacha de la encomienda de Choachí. 61

60La mayoría de estos datos son de sus probanzas, la una de 1567 que está en AGI Patronato 168-
1-4, la otra de 1582 que está enAGI Patronato 162-2-6. Seguramente Flórez de Ocariz utilizó esas
mismas fuentes pues muchos de los datos están duplicados en el Arbol XIX de sus Genealogías,
dedicado a Bermúdez. Ver también RR -46 a 49, MOR -249, JF -150, DIHC IX-134, ANC Enco-
miendas XXX, ff. 287 a 374 y 1023 a 1024.

61
ANC Encomiendas XXX, ff. 287 a 374 y 1023 a 1024.

65
PEDRO BRAVO DE RIVERA

Aunque su viuda haya indicado 4 7 años después que su exmarido había


llegado a Santa Marta en 1531, es casi seguro que lo hizo en 1529 con el
gobernador García de Lerma. 62 Allí estuvo en varias pacificaciones y
tomó parte en exploraciones, especialmente en la que se hizo a Valledupar
con el capitán Mejía. Como soldado de a caballo acompañó al licenciado
Jiménez al Nuevo Reino y recibió su parte del botín . 63 Estuvo presente
en la fundación de Santa Fe y aunque su viuda haya asegurado que
Pedro fue con el capitán Gonzalo Suárez a fundar a Tunja y se halló en
la búsqueda de la Casa del Sol, lo cierto es que hizo lo uno o lo otro,
puesto que estos fueron eventos simultáneos según lo que sigue.
El 10 de mayo de 1539 Jiménez ordenó fundar a Tunja sin estorbar la
conquista de la Casa del Sol que se espera hacer, y el 18 de junio siguiente
Hernán Pérez ordenaba a Gonzalo Suárez " ... después de yo ido a hacer esta
jornada de la Casa del Sol..." ir a fundar a Tunja. 64 Así fue que Pérez salió a
esa exploración a finales de junio o principios de julio, y "atravesando por la
provincia de Tunja, sin que en ella estuviese fundado pueblo de españoles,"
continuó hasta Chita y el Cocuy, mas preocupado por haber estado tanto
tiempo ausente, se regresó. El siguiente 6 de noviembre se presentó ante el
recién establecido cabildo de Tunja a que le aceptara por justicia mayor del
Reino. 65 Como muchos otros, seguramente Bermúdez fue a esa explora-
ción y a su regreso quedó en Tunja.
En efecto en esa ciudad le recibieron de vecino el 24 de diciembre de
1539 y le asignaron solar para su casa y de aquella fue mayordomo en 1541. 66
En ese distrito tuvo en encomienda a los indígenas de Chivatá. Acompañó a
Pedro de Orsúa cuando este fundó la ciudad de Pamplona. En Tunja casó
con María de Guzmán y con ella tuvo ocho hijos, según consta en la proban-
za sobre los servicios de su marido que ella, siendo ya viuda, mandó hacer
en 1571 con el propósito de pedir un auxilio real. Fuera del matrimonio
Bravo tuvo con una india un hijo llamado Hernán. 67 Había nacido alrededor
de 1498 y sabía firmar. 68

6
'CPI I-271: en la li sta de los que viajaron con Pedro de Lerma aparece un Pedro Bravo, quien
bien puede ser el hombre aquí considerado.
63
MDR-249.
6
' CDT I-5 y 6, 7 y 8.
65 FPA I-331 y 332; CDT 1-130.
66
CDT I-40, 81 y 82 .
67
La probanza de 1576 se encuentra en AGI Patronato 160-2-4. Ver RR -51 a 53.
68
AGI Patronato J 68-11-1, probanza de Miguel Holguín .

66
JUAN DE CACERES

Soldado ballestero que llegó entre los primeros a los dominios del Zaque
y quien por sus trabajos recibió parte y media del botín recogido por
todos los de la hueste del licenciado Jiménez. 69 Avecindóse en Tunja en
fecha incierta, mas el 14 de marzo de 1541 estaba allí bien establecido,
ya que el cabildo de la ciudad le concedió una huerta. 70 Allí continuó
viviendo, declarando en esa en 1551 ser de mas de 40 años, o sea nacido
alrededor de 1510 y no firmó su testimonio por no saber escribir. 7 t Fue
encomendero de Cerinza y debió morir sin sucesión antes de 1554, cuando
esta encomienda pasó a manos de su compañero Antón de Castro. 72

69
MDR -251; JF-151.

JO CDT -94.

71
ANC Encomiendas XX , f. 24, probanza de Rodríguez Casalla.

72
MAEM -589.

67
DIEGO CALVACHE

Fue soldado ballestero de la expedición dirigida por el licenciado Jiménez


y recibió su parte y media del botín habido por todos. 73 Creando un
verdadero rompecabezas, el cronista Simón, o el tipógrafo de sus libros,
escribió que entre los que permanecieron en el Nuevo Reino después de
idos los tres generales a España a reclamar su jurisdicción, se encontra-
ba Risano Benito Claro Calvache. 74 Estaría refiriéndose a Calvache quien
tendría otros nombres .además de Diego? Estaría confundiendo tres con-
quistadores del Nuevo Reino a saber, Ruano, Benito Claro o Careo o
Zarco como se le apellida, y Calvache en uno? Sería que el inidentificable
Benito Zarco, alcalde de Vélez, se llamaba, por ejemplo, Diego Benito
Zarco Calvache? Lo anterior está en espera de una aclaración; mas vol-
viendo al Diego tratado acá, el escribano Flórez de Ocariz también le
listó entre los de J_iménez con el nombre en que acá aparece, añadiendo
que se avecindó en Tunja y que no dejó sucesión. 75

73
MDR -250; JF -151.

7
' FPS III 0 356.

15 JFO 1-167.

68
BARTOLOMECAMACHO

Nació alrededor de 1510 en Villafranca, Extremadura, del matrimonio


de Juan Camacho y Elvira Zambrano y llegó a Santa Marta en 1535. Allí
se ocupó en hacer entradas y pacificar los pueblos del Cabo de la Vela,
Banda, Sierras Nevadas, la Ramada, Coto y Vallehermoso. Fue soldado ·
rodelero en la expedición al Reino dirigida por el licenciado Jiménez y
en el camino se distinguió porque desde La Tora salió y halló la entrada
del río Opón que usaron los conquistadores, al ver allí unos indios que
transportaban panes de sal y mantas de algodón. 76 Estuvo en la funda-
ción de Santa Fe y al igual de su compañero Bravo de Rivera, si estuvo
en la Casa del Sol como aseguró su hijo, no fue de los fundadores de
Tunja y en efecto, se inscribió en ella como vecino el 24 de diciembre de
1539 y el cabildo le asignó un solar para su casa. 77
De sus acciones guerreras se sabe que acompañó al licenciado a
explorar el valle de Neiva y participó en la guerra que el capitán Baltasar
Maldonado hizo al Tundama. Seguramente que el gobernador Alonso
Luis de Lugo le suspendió el usufructo de sus encomiendas de Sátiva,
Venga, Chinatá y Ocavita y la mitad de Baganique, porque Camacho
tomó parte en una petición que le enviaron todos los damnificados pi-
diéndole que volviera a repartir los naturales. 78 A pesar de su baja educa-
ción, pues no sabía firmar, fue regidor, procurador, y alcalde de Tunja
varios años, incluido 1583. 79
Casó con Isabel Pérez de Cuéllar y tuvieron seis hijos: las señori-
tas Elvira y María quienes casaron con Pedro Niño y Diego Rincón,
compañeros de Lebrón; Isabel quien casó con Juan de Orozco el de
Belalcázar; Ana o Anastasia Zambrana; Juan y Esteban. Fuera de estos
hijos legítimos tuvo tres naturales. 80

76 JFO Arbol XIII, par. 6; MDR -240.

77
CDT I-40.

78
DIHC VII-114.

79
Parte de estos datos se encuentran en RR -53 a 58 quien cita una información levantada por el
Capitán Rodrigo Sánchez Zambrano que se encuentra en ANC Encomiendas XXVII, la cua l no he
visto.

80
JFO Arbol XIII, par. 6.

69
11'
• 1
,· 1 ' " '
-Cuando un hijo suyo, llamado Bartolomé Camacho, se inscribió
en Sevilla para regresar al Nuevo Reino, declaró que en este había naci-
do y que era hijo de Bartolomé y una india. 81 Atestiguó en las probanzas
de Francisco Rodríguez y de Pedro Niño, su yerno y murió siendo alcal-
de de Tunja en 1583.

81
CPI V-60.

70
DOMINGO DE LAS CASAS

A pesar de la importancia que se le ha dado y de lo que sobre este fraile


dominico se ha escrito, sobre el existen muy pocos datos documentales.
Su llegada a Santa Marta se sucedió en fecha incierta y pudo haber sido
uno de los que remontaron el Magdalena en los bergantines que dieron
soporte a la expedición del licenciado Jiménez. El cronista Zamora, de
la misma comunidad que las Casas, escribió palabras muy elogiosas so-
bre su labor y sobre la importancia de su presencia en la expedición,
incluyendo datos incomprobables. Las actuaciones de este fraile durante
esa expedición, sinembargo, fueron criticadas por algunos de sus com-
pañeros y especialmente por su colega el clérigo Antón de Lezcámez,
quien declaró que le tocó trabajar mucho auxiliando a los enfermos y
enterrando los muertos, porque fray Domingo de las Casas se eximía de
esas obligaciones. 82
Cuando estaba en Sompallón se le murió una yegua que traía por
la cual le compensaron con 60 pesos de oro sacados del botín tomado a
los naturales. De este mismo montón le entregaron 200 pesos para que
dijese misas, unas de ellas en el monasterio de San Pablo en Sevilla. En
este reparto también le tocaron dos partes en razón a su cargo. 83
Fray Domingo debió ser el capellán del ejército y de haber per-
manecido en el Nuevo Reino, tal vez hubiese sido nombrado por el
licenciado Jiménez primer cura párroco de la iglesia de Santa Fe. Ese
honor en cambio, recayó en el generoso padre Juan Esteban Verdero,
compañero de Féderman, nombrado cuando se estableció la ciudad el
27 de abril de 1539. Fray Domingo al poco viajó a Cartagena donde el
siguiente mes de julio declaró que había nacido en 1507 y firmó su
. testimonio. 84
Antes de partir para España con el licenciado Jiménez, las Casas
recogió unos 7 .000 ducados entre los conquistadores para eregir una
capellanía en Sevilla, cosa que parece no hizo. 85 Esto dio base para una
controversia en la que el cronista Zamora sostuvo que fray Domingo no
lo pudo hacer porque el licenciado se quedó con el dinero, mientras
otros arguyen que el beneficiado fue fray Domingo. Pedro del Acevo

82
Ver FAZ I-196 a 251 ; RR -58 a 61; AGI Patronato 158-1 -8 , probanza de Antón de Le zcámez.

83
JF -138 y 147.

84
JF -213.

8
' FPS III-297.

71
Sotelo, quien acompañó al licenciado no solo en el viaje de regreso a
España sino durante dos años en ese país, declaró que vio a las Casas
recoger el oro para que "lo llevase a Sevilla e dello hiciese dotar una
capellanía y memoria en la Torre de Oro en Sevilla para dedicase una
misa ciertos días de la semana e que la viese la gente que estaba en el río
e por aquella plaza." 86 Hoy en el museo de la Torre de Oro no hay
memoria de capellanía alguna que haya sido fundada a nombre de los
conquistadores del Nuevo Reino de Granada por el fraile las Casas o por
otra persona.

86 AGI Justicia 547-2-2, secreta contra Gonzalo Jiménez.

72
JUAN CASTELLANOS

Soldado que vino con el licenciado Gonzalo Jiménez explorando y reco-


giendo botín de los naturales encontrados en el camino al territorio muisca.
Después de haber dado con el señor de Tunja quien fue desposeído de su
tesoro, los recién llegados repartieron lo habido tocándole a Castellanos
una parte y media en razón a su categoría de soldado ballestero. 87 El
cronista colonial, poeta y cura Juan de Castellanos, seguido por su cole-
ga Fray Pedro Simón, refirieron que el soldado Castellanos entró con
Jiménez y lo mismo hizo el escribano y genealogista Flórez de Ocariz. 88
Los tres a su vez están de acuerdo en que este ballestero se fue y volvió
al Reino acompañando al gobernador Alonso Luis de Lugo.
Después de ido el soldado Castellanos a la Mar del Norte forman-
do parte del grupo que bajó a la Costa con Jiménez, Féderman y
Belalcázar, pasó a Santa Marta donde en abril de 1541 atestiguó en una
probanza hecha por el gobernador Jerónimo Lebrón sobre las actuacio-
nes del licenciado Jiménez y su hermano Hernán Pérez en el Nuevo Rei-
no. En esas declaró ser de 30 años y haber visto cómo el oro habido en la
jornada al Reino era guardado por los oficiales reales Juan de San Mar-
tín, Diego de Aguilar, y Antonio de Lebrija, y cómo se repartió entre
todos los participantes en ella. Supo también que estando el licenciado
listo para salir del Reino camino a España, Hernán Pérez pidió a los
soldados le ayudasen con dinero para los gastos de viaje. Indicó que
estando el cacique Bogotá de paz y trayéndoles de comer a los cristia-
nos, el licenciado le tuvo preso en un bohío a donde sus súbditos le
traían oro y esmeraldas para cumplir con la promesa dada a Jiménez de
llenarle una casa de ese metal. Por no haber conseguido la cantidad pro-
metida, por órden del licenciado dieron varios tormentos al Bogotá de lo
cual murió. Supo que en el Reino quedó por teniente el mancebo Hernán
Pérez, quien por saber que los indios planeaban matar a los cristianos,
mandó matar y quemar a muchos de ellos "porque eran bellacos." 89
En relación a su participación en el viaje del adelantado Lugo ha-
cia el Nuevo Reino, Antonio Cabrera de Sosa dijo que estando en el
recién fundado pueblo de Santiago de Sompallón sobre el Río Grande y
no sabiendo por donde seguía el camino, Lugo mandó adelante a Juan

87 MDR XXII-251; JF -15 l.

88
JC IV-422 a 426; FPS IV- 144 y 149; JFO I-171.

89
AGI Justicia 1123, parcialmente transcrito en JF -246 y 247.

73

¡ ·- .. (
Castellanos quien ya había subido antes , mas este se perdió. En otro
documento adicionó Cabrera que reunidos en Sompallón los bergantines
con los hombres que avanzaban por tierra y por no saber el camino que
habían tomar, el adelantado envió a Juan de Castro (sic) quien ya había
estado en el Nuevo Reino , a que con 20 o 25 hombres fueran adelante
buscando la vía. Quince o 20 días después el adelantado con el resto de
la gente siguió el rastro macheteado por Castellanos hasta que llegaron a
los Cuatro Brazos . Allí supieron que este y su grupo se habían perdido
en las sierras del Atún y por eso se habían devuelto, no sin perder a
varios hombres que les tomaron los naturales . 90
Castellanos continuó viviendo en el Nuevo Reino por un tiempo se-
gún lo atestiguan cuatro escrituras hechas entre 1544 y 1547, a raíz de sus
actividades, incluida una que tiene que ver con un negro que poseía. 91

90
AGI Patronato 165 -3-4, probanza de Antonio Hernández, y AGI Patronato 156-1 -5, probanza
de Agustín Castellano.

91
DIHC IX-64, 70, 83 , 91.

74
JERÓNIMO CASTILLEJO

A diferencia de la gran mayoría de los que acompañaron a Gonzalo


Jiménez hasta crear el Nuevo Reino, a Castillejo no le tocaba parte de lo
que entrase al común porque era considerado soldado aventurero. Pro-
bablemente, en cambio, podía quedarse con lo que él por su cuenta reco-
giese. Por esa razón cuando se repartió el botín habido por todos, no le
tocó una parte como a los rodeleros, sino que se hubo de contentar con
150 pesos que le asignaron. 92
Castillejo acompañó a los tres generales en su viaje por el Magda-
lena abajo hacia la costa, y junto con Pedro del Acevo y el capitán Pedro
de Limpias, el compañero de Féderman, se embarcó en una canoa que
iba adelante de los bergantines inspeccionando el río, estrategia que les
resultó muy bien porque pudieron darse cuenta anticipada de los rauda-
les de Honda y avisar a sus compañeros que les seguían, para que pudie-
ran negociarlos sin peligro . 93

92
JF -144; MDR -253.

93
FrÍede, El Adelantado, vol. 2, p. 325.

75
ANTONIO DE CASTRO

Lusitano nacido alrededor de 1510, llegó a Santa Marta con el adelanta-


do de Canarias en 1536, participó en la aventura de La Ramada dirigida
por Alonso Luis de Lugo y como soldado rodelero subió al Nuevo Reino
con el licenciado Jiménez. 94 Se halló en las fundaciones de Santa Fe y
Tunja y se avecindó en la última, de la cual fue alcalde mayor, alcalde
ordinario en 1579 y alguacil. Sirvió en las varias pacificaciones que hubo
necesidad de hacer después de fundadas las tres primeras ciudades y se
alistó para ir (aunque no fue) a combatir al rebelado Gonzalo Pizarro en
el Perú y mas tarde a Alvaro de Oyón y al marañón Aguirre. El general
Quesada le concedió el repartimiento de Tinjacá y Guanaisá, y mas tarde
le asignaron el de Cerinza.
Involuntariamente fue Castro el motivo principal para que Hernán
Pérez ordenara el terrible castigo que por mano de Lázaro Fonte se les
dio a los naturales de Fusagasugá, al presumir que estos le habían mata-
do, lo cual resultó falso. 95 Probablemente el gobernador Lugo le suspen-
dió el usufructo de sus encomiendas, porque en noviembre de 1543 se
unió al clamor de otros vecinos de Vélez y le enviaron una carta pidién-
dole que las volviera a asignar, carta que por no poder firmar, le pidió a
Pedro Bravo lo hiciera por él. 96
Castro se preciaba de ser hijodalgo. Casó con Ana de Velosa y
tuvo ocho hijos legítimos: Juan, Luisa, Ana de Betancourt, Beatriz de
Alencastro, Jerónimo e Isabel Grimaldos, Antonio y Francisco de Cas-
tro. Fuera del matrimonio tuvo a Juan de Velosa. 97 Aún estaba vivo en
1587 cuando hizo de testigo en la probanza de su cuñado Juan de
Avendaño, asegurando ser de mas de 70 años y, según lo anotó el escri-
bano, pudo entonces firmar su testimonio. 98 En consideración a su edad,
debió morir al poco tiempo.

94 MDR -251. Mucha de la información contenida acá proviene de JFOArbol III, par. 10 a 12 y de
su probanza en ANC Encomiendas XXXII, ff. 396 a 441. Ver también RR -63 a 66.

95
DIHC VII- 139.

96
DIHC VII-123.

97 JFO Ar bol III, par. 1O a 12.

98
AGI Patronato 165-3-8.

76
CATALAN

Este es otro de los cuatro soldados aventureros que sobrevivieron la ex-


ploración dirigida por el licenciado Jiménez y que terminó dando ori-
gen al Nuevo Reino. En razón a su categoría no tenían participación en
el botín recogido por todos, sinembargo, en consideración a sus trabajos
le premiaron con 70 pesos de buen oro. 99 Este aventurero;de quien no se
conoce ni su nombre, gozaba de un apodo que bien puede reflejar su
lugar de origen .

99
MDR -253; JF -144 y 146.

77
JUAN DE CESPEDES

Hijodalgo comprobado nacido en Argamasilla, Andalucía, al principio


del siglo XVI, fue en concepto del mariscal Gonzalo Jiménez, la perso-
na que mas se destacó en la conquista del Nuevo Reino. Antes de llegar
a Indias con Rodrigo Bastidas y haber participado en la fundadón de la
ciudad de Santa Marta, pudo haber tomado parte en la lucha contra los
Comuneros en España. Por su actividad contra los naturales de la región
de Santa Marta mereció ser nombrado capitán y con este título dirigió
una de las compañías que fueron a pacificar el Valle de Upar y después,
junto con Juan de San Martín, participó en la expedición precursora de
García de Lerma que salió río Magdalena arriba a buscar un camino al
Perú, llegando hasta el futuro sitio de Sornpallón y entrando por el Canea
hasta las bocas del río San Jorge. En lo civil, fue alcalde de Santa Marta
en 1527. 100
Por su veteranía y condiciones lo escogió Don Pedro Fernández de
Lugo para que fuera a explorar si había un camino al Perú y por ello
marchó como capitán bajo el licenciado Jiménez. Fue de los primeros en
divisar la tierra muisca por haber ido dirigiendo la avanzada y en ella
tomó parte en varias acciones contra los naturales, incluida la primera y
segunda incursiones que se hicieron en tierra panche, la exploración hacia
los llanos orientales por los lados del actual Cundinarnarca y la del valle
de Neiva. También acompañó a Hernán Pérez a investigar quienes eran
los cristianos que merodeaban por los lados del Magdalena, resultando
ser los de Sebastián de Belalcázar. 101 Quizás por haberlos ya conocido
en su exploración anterior, le asignaron en encomienda los naturales de
Chipaque, Ubaque, Cáqueza y Ubatoque.
Fundada Santa Fe fue de caudillo principal a la búsqueda de la
Casa del Sol. Ayudó a apaciguar varias de las rebeliones de indios que

100 DIHC 1-216, 253; Il-27, 41, 75 (aunque lea Juan Día z Pérez en vez de Juan de Céspedes), 76,

93; IV-86. Además de los cronistas coloniales que mencionan a Céspedes frecuentemente, la prin-
cipales fuentes escritas sobre este son la "Relación de Lebrija y San Martín," la "Relación de la
Conquista de Santa Marta," el "Epítome de la Conquista," y el Arbol VI de las Geneologías de
Flórez de Ocariz dedicado a este conquistador. Los documentos mas importantes sobre el son su
probanza conservada en AGI Patronato 153-13-2 y su probanza para vestir el hábito de Santiago
que se guarda en el Archivo de las Ordenes Militares. En adición, en los documentos publicad(!S
por Juan Friede en dos series, DIHC y FDNR, se le menciona frecuentemente . Además de estas
fuentes ver también las mencionadas en las dos notas sigui entes y sus índices. A excepción de
estas dos series, el seííor Rivas utilizó los escritos acá listados e hizo un buen resúmen de ellos;
ver RR -66 a 96.

101
Ver DIHC IV-195 a 196 y 232 a 233.

78
se sucedieron entre 1539 y 1540, tales como las de Guatavita, Tinjacá,
Simijaca y las de Vélez. No fue con Pérez a explorar las provincias del
Dorado pero le acompañó parte del camino y se regresó a Santa Fe,
ciudad de la que fue alcalde en 1542 y 1543. Cuando se fundó esa
ciudad había sido uno de sus primeros regidores, cargo que volvió a
repetir al año siguiente, siendo nombrado perpetuo en 1548. 102 Siendo
ya Luis de Lugo gobernador del Nuevo Reino, los franceses destruye-
ron a Santa Marta . Para reconstruirla Lugo mandó a Céspedes con el
cargo de teniente de gobernador y capitán general. En esas el estaba
alistando gente para ir a poblar en Tocaima, mas este honor le tocó a
Hernán Venegas. Regresó cuando Pedro de Orsúa gobernaba el Reino
a nombre de Díez de Armendáriz y fue alcalde de Santa Fe en 1546 y
también su teniente general y justicia mayor hasta cuando en 1550 se
estableció la Real Audiencia.
Ya casado con Isabel Romera, viuda de Francisco Lorenzo el com-
pañero de Lebrón y con dos hijos Antonio y Lope, en 1556 levantó in-
formación de sus servicios y pidió en perpetuidad sus encomiendas de
Cáqueza y Ubaque, una renta anual de 2.000 ducados e investidura en la
órden de los caballero de Santiago, lo cual no le concedieron. El presi-
dente Venero de Leyva le nombró en 1567 teniente general y justicia
Mayor del Reino, título que usó hasta cuando este fue suprimido por
órden real. Murió en 1573, o al principio del siguiente año, cuando esta-
ba entusiasmado con la próxima conquista de Yeima y Moquigua que
iba a realizar. Fuera del matrimonio y con la india Isabel del Perú, tuvo
a Juan de Céspedes. 103

102 DIHC V-164, 172, 319. Sobre sus acciones como alcalde de Santa Fe en 1543, ver DIHC VII-

20, 27, 36, 76, 82, 86, 11 O. Sobre su nombramiento de teniente de Santa Marta ver DIHC VII-230.
Sobre su alcaldía del 46 ver DIHC YIII-202 a 237. Sobre su tardío matrimonio que necesitó
intervencion oficial para que se realizase, ver DIHC IX-197 . Su nombramiento como regidor
perpetuo es mencionado en DIHC IX -227 , X-13 y 70.

103
RR -66 a 96, recordando que la probanza de Céspedes se encuentrar en AGI Patronato
153-13-2.

79
GOMEZ DE CIFUENTES

Nació en Avila, Castilla la Vieja, alrededor de 1514, del matrimonio de


Rodrigo de Cifuentes y de María de Covarrubias. Llegó a Santa Marta
posiblemente con García de Lerma, en cuya provincia fue activo. Como
soldado de a caballo vino al Nuevo Reino con el licenciado Jiménez y
recibió dos partes del botín habido de los naturales. 104 Probablemente
fue a la Casa del Sol y de regreso llegó a Tunja donde se avecindó el 24
de diciembre de 1539, habiéndole dado el cabildo un lote que daba a la
plaza principal y que quedaba al frente del mismo. 105 En este distrito le
concedieron la buena encomienda de Paipa y tomó parte en las guerras
que se les hicieron al Tundama y al Ocavita. Cifuentes fue regidor de esa
ciudad en 1543, 1544, 1548, 1550, 1552, 1553 y 1554, procurador en
1566, y alcalde en 1549, 1571 y 1575. Sabía escribir. 106 Se consideraba
hijodalgo notorio, fue a España como procurador y de allá regresó. 107
En 1548 casó en Tunja con Isabel Contreras quien había llegado
a Indias con María de Carvajal la mujer del mariscal Jorge Robledo, y
tuvieron seis hijos: Rodrigo Cifuentes, Gómez de Cifuentes, García
Martínez de Castro, Felipe de Contreras, Ana de Cifuentes Contreras,
y Beatriz de Contreras. La señora Isabel murió en Tunja en 1557, o sea
que su matrimonio solo duró nueve años. Felipe, el hijo, también fue a
España como el padre y de regreso se inscribió en Sevilla el 3 de febre-
ro de 1579 para volver al Reino, indicando ser de apellido Cifuentes,
no Contreras. 108

'º' JFO Arbol XI, dedicado a Gómez de Cifuentes, contine muchos datos de los acá indicados;
MDR -249; JF -150.

'º' CDT 1-40.


106
DIHC VII-118; FAL I-9; DIHC IX-234; AGI Patronato 160-1-4, probanza de Juan de Villanueva,
1575.

107
Ver JFO Arbol XI de Gómez de Cifuentes. Ver también AGI Justicia 1095, pleito Martín Pujo!
vs. Gómez de Cifuentes por Paipa.

10
• JFO Arbol XI, par. 25; CPI Vl-287.

80
PEDRO DE COLMENARES

Hijodalgo notorio, nacido en Málaga, Andalucía, llegó a Santa Marta y


de allí salió como soldado de a caballo en la expedición de Jiménez.
Estuvo en la fundación de Tunja y allí le nombraron regidor, mas
avecindóse en Santa Fe y fue de sus primeros regidores, alcalde en 1547,
teniente general desde 1541 a 1543, contador real hasta 1543, tesorero
del mismo en 1558 . En el distrito de esa ciudad le encomendaron Suba y
Tuna que no logró retener porque antes se la habían encomendado a
otros, mas en 1558 le encomendaron Basa, Soacha y Tena, las que dis-
frutó hasta su muerte ocurrida al año siguiente. Como procurador viajó a
España en 1548 y 1555. Casó con la viuda María de Nava y Olivares
quien tenía hijos, y con ella tuvo a Luis de Colmenares. 109
Flórez de Ocariz le dedicó el árbol genealógico VIII de sus Genea-
logías, donde se pude observar que en efecto, Colmenares era hijodalgo
pero segundón, o sea sin derecho a mayorazgo o primogenitura alguna.
Había nacido alrededor de 1515 y sabía escribir. 110 Murió en 1560 de-
jando a su familia con una deuda grande, pues la revisión de sus cuentas
de tesorería mostraron un alcance de 4.742 pesos de oro, que su hijo se
comprometió a pagar. Además, su mortuoria fue demandada por Remando
de Alcacer. 111 En 1557 Pedro de Colmenares se registró en Sevilla para
regresar al Nuevo Reino, declarando ser tesorero de este, natural de
Málaga y soltero, hijo de Pedro de Colmenares y de María de Trujillo,
quien viajaba acompañado de sus criados Pedro de Velasco y Bartolomé
Ortiz. 112

109
JFO Arbol -VIII; AGI Patronato 161 -2- 5, probanza levantada por su hijo Luis en 1579 RR
-100 a 103. La probanza lev antada por su hijo Luis en 1579; probanza de Francisco de
Colmenares (donde es mencionado Céspedes), está en ANC Encomiendas XXVIII ff. 878 a
886; RR -100 a 103.

11 0
AGI Audiencia Santa Fe 122-2-10, prob anza de Gonzalo García Zorro.

111 FDNR V-187 ; Testamentarias de Cundinamarca XXIV, ff. 898 y ss.

11 2 CPI III-278 . Sobre su segundo viaje a España, ver FDNR 11-139, 267,370, mas III-79 y 254.

81
GOMEZ DEL CORRAL

Con el grado de capitán, el 17 de noviembre de 1535 se encontraba en


Santa Cruz de Tenerife enajenando una caja llena de ropas y sedas que
tenía a bordo de la nao María para garantizar un pago que se haría a los
15 días después de llegados a Santa Marta en la armada que estaba orga-
nizando el adelantado de Canarias. 113 Al igual que Don Pedro y su hijo
Alonso Luis de Lugo, apenas llegados a esa provincia salieron a ran-
chear indios con el propósito de recoger oro para pagar las deudas que
tenían con los mercaderes que les esperaban en el puerto, acción que los
cronistas coloniales y los conquistadores dieron por llamar pacificación
y otros cabalgadas y exploraciones.
Fue Gómez del Corral uno de los capitanes de los cinco berganti-
nes que re.montaron el Magdalena para dar soporte a las gentes que mar-
chaban por tierra, y que suplían--a un costo--mercancías, herramientas,
medicinas y otros implementos. 114 Dejando su bergantín entró por el
brazuelo del Opón y continuó con los de tierra como capitán de un grupo
que alcanzó la altiplanicie muisca. Cuando allí se hizo el reparto del
botín habido por todos, después de atacado el Zipa y el señor de
Sogamoso , le correspondieron cuatro partes. 11 5
Asistió a la fundación de Tunja y fue en verdad uno de sus prime-
ros vecinos, pues allí se avecindó el 18 de agosto de 1539 y le adjudica-
ron un solar en la plaza principal al lado del de Juan del Junco. Aunque
al año siguiente recibió por lo menos un voto para que fuera alcalde, no
salió elegido. Allí quedó viviendo sinembargo todo el año y allí recibió
una encomienda cuyo nombre se desconoce.
A principios del siguiente año bajó a la costa con Jerónimo Le-
brón quien no fue recibido por gobernador del Nuevo Reino y se regresó
a España. En 1545 se encontraba en Sevilla declarando en la probanza de
su compañero Domingo de Aguirre, por la que se sabe que había nacido
antes de 1500 y sabía firmar. 11 6 Antes de salir del Reino Hernán Pérez le
entregó doce finas esmeraldas para que se las llevase a España y allá las
vendiese, mas la corte ordenó que se las quitasen a del Corral , quien ya
en 1542 aparece viviendo en San Lúcar de Barrameda. 11 7

11 3
De la Rosa Olivera, "Don Pedro Fernánde z de Lugo," , pp. 30 y 31.
11 4
"Relación de la Conquista de Santa Mart a," en Friede, Descubrimiento, p. 233 .
11 5 MDR -248; JF -149.
11 6
AGI Patronato 153-4-1, proban za de Domingo de Aguirre, Sevilla 1545 .
11 7 DIHC VI-94, 95, 234 ; ver también VII -333 .

82
CRIADO

Sin saberse si su este era su apellido o su oficio, vino Criado al Nuevo


Reino con la hueste de Jirnénez de Quesada sirviendo de alférez del
capitán y tesorero Antonio de Lebrija. No debería sinernbargo estar tan
bajo en el escalafón de la hueste, pues al momento de repartir el botín
habido en esa aventura le correspondieron dos partes, o sea el doble de
los rodeleros. 11 8 Como este en razón a su cargo debería seguir a su jefe,
es bien probable que con él se haya ido al Mar del Norte camino a Espa-
ña, puesto que no dejó en el Nuevo Reino otras huellas de su vida.

118
MDR -238 y 248; JF -150.

83
PEDRO DAZA DE MADRID

Seguramente este es el Pedro de Madrid, hijo de Diego de Valladolid y


de Leonor Alvarez, vecinos de Villamanrique, que se alistó en Sevilla en
marzo de 1535 para ir en la nave de Juan del Junco a Cartagena, la que
se desvió a Santa Marta por petición de la audiencia de Santo Domingo.
El mismo Daza afirmó que había llegado a Santa Marta poco antes que
el adelantado Fernández de Lugo, con lo cual confirma lo anterior. 119
Nació alrededor de 1510 y como soldado de a caballo participó en la
expedición dirigida por el licenciado Jiménez y que llegó al Nuevo Rei-
no, por lo que le tocaron dos partes del botín habido de los naturales . 120
Después de fundada Santa Fe acompañó a Hernán Pérez a buscar
la Casa del Sol, mientras que su amigo Juan Valenciano le hacía el favor
el 18 de agosto de 1539, de inscribirlo en Tunja como vecino. 121 Regre-
sado de aquella búsqueda quedó en esa ciudad, en cuyo distrito tuvo las
encomiendas de Pesca, Bombasá, Tobasía, Nomexirá, Toquechá y
Moquechá. El gobernador Luis de Lugo le suspendió el uso de ellas y
por eso en noviembre de 1543 le dirigió una carta firmada por él en que
le solicitaba volver a distribuir a los naturales entre los conquistadores
meritorios. 122 Durante sus primeros años de vida en el Nuevo Reino
participó en las guerras contra los naturales de Ocavita, Lupachoque,
Simijaca, Rincón de Vélez, Tumungua, Garagoa, Tena y Onzaga. Pleiteó
con Juan Rodríguez por la encomienda de Pesca y poco antes de morir
en 1575, atestiguó en una probanza. 123
Casó con María Magdalena de Alcántara y dejaron dos hijos,
Mariana Daza de Erazo y Pedro Daza. 124

119
CPI Il-25; AGI Audiencia Santa Fe 123-2-15 , probanza de Francisco Rodríguez, 1564.

120
MOR -249; JF -155.

121
CDT I-24.

122
DIHC VII-114.

123
AGI Patronato 160-1-4, probanza de Juan de Villanueva, 1575 ; AGI Justicia 490, pleito por
Pasea.
124
Varios de los datos mencionados acá están en JFO Arbol III, par. 63. Allí lee erróneamente que
Pedro Daza de Madrid y su padre Juan de Madrid fueron descu bridores compañeros del Licencia-
do Jiménez.

84
ALONSODIAZ

Rodelero de la expedición del Licenciado Jiménez al Nuevo Reino. 125


Este soldado puede ser el mismo Alonso Díaz que después de haber vivi-
do en Santa Fe regresó a España por un tiempo. Allí, en 1566 en Sevilla,
se registró "Alonso Díaz, vecino de Santa Fe en el Nuevo Reino de Gra-
nada," natural de Soria e hijo de Juan Díaz y de Catalina Martínez, para
viajar con su mujer Francisca López . 126 _

No se le debe confundir a este con el mejor conocido Alfonso


Díaz quien fuera encomendero de Serrezuela y quien vino junto con su
mujer Leonor Gómez en la ávanzada que envió Alonso Luis de Lugo a
cargo de su capitán Alonso Suárez.

"' MDR -251.


126
CPI lll-248 .

85
ANTONIO DÍAZ CARDOZO

Portugués, nacido en el hogar de Diego Díaz y doña Marquesa Cardozo,


llegó a Santa Marta en 1529 o antes y en esa provincia fue muy activo,
habiendo ido con Pedro de Lerma río Magdalena arriba hasta llegar a la
confluencia con el Lebrija. Don Pedro Fernández de Lugo le escogió
para que capitaneara uno de los bergantines que darían soporte al ejérci-
to de tierra que comandaría el licenciado Jiménez. Después de dos
intentonas logró vencer la boca del Magdalena y entrar por este río al
que navegó durante ocho meses hasta llegar a La Tora donde se reunió
con el ejército que marchaba por tierra. Allí fue uno de los pocos que
secundó la determinación de Jiménez de continuar la expedición, pues la
mayoría deseaba regresar a Santa Marta. Con Albarracín fueron en un
bergantín y encontraron la entrada por el río Opón por donde bajaban
los indígenas su comercio de sal y mantas.
Después de dar la nueva y haber acordado seguir adelante, dejó su
bergantín y siguió el camino a tierra hasta dar con la altiplanicie habita-
da por los muiscas. Allí participó en varios de los encuentros con los
naturales y fue de los que tomaron parte en la apresada del Zaque y la
despojada de su tesoro . Fue a la exploración del valle de Neiva y mas
tarde a este volvió cuando se supo de la presencia de cristianos por esos
lados, quienes resultaron ser los soldados de Belalcázar.
Fundada Santa Fe solemnemente en abril de 1539, Díaz fue esco-
gido como uno de sus primeros regidores y al año siguiente fue elegido
alcalde. Recibió en encomienda los indígenas de Suba y Tuna, que eran
de fas mas grandes. Cuando Pérez fue a buscar la Casa del Sol, Díaz
quedó como de teniente general del Reino . Se opuso a que se recibiese
como gobernador a Jerónimo Lebrón y viajando con este a Santa Marta
para volver a España por su mujer e hijas, Lebrón le apresó. De todas
maneras fue a España, litigó en la corte y salió bien librado. Después de
1545 regresó al Nuevo Reino y volvió a ser alcalde de Santa Fe en 1562,
1567 y 1572, falleciendo allí después de 1573. Desde antes de venir al
Nuevo Reino había casado con Felipa de Almeida con quien había teni-
do dos hijas, Marquesa e Isabel. 127

127 RR -106 a 124. El señor Rivas tomó mucho s de sus datos de dos fuente s: uno, la "Relación de

la Conquista de Santa Marta y Nuevo Reino de Granada" que algunos historiadores atribuyen con
razón a la pluma de Díaz Cardozo y la que fuera publicada por Friede en su obra D esc11bri111ie11to,
p. 201 a 252; dos, el Arbol IX de Flórez de Oc ariz, dedicado a Díaz. La probanza de este conquis-
tador se encuentra en AGI Patronato 168- 13-1.
Por haberse opuesto a recibir a Lebrón como gobernador, este le
acusó en Santa Marta donde fue condenado al perdimiento de sus bienes
y a muerte. Custodiado por Juan del Junco salió preso a España para que
allí fuese juzgado. 128 Estando en ese país en 1545, declaró ser vecino de
Sevilla, de mas de 40 años, o sea nacido alrededor de 1500, y firmó su
testimonio . 129 Las encomiendas de Suba y Tuna que dejó en Santa Fe le
fueron quitadas y entregadas a Pedro de Colmenares; por ello hubo un
pleito entre los dos y las volvió a recuperar. 130 Solamente hasta 1556 se
registró para regresar al Nuevo Reino, dejando a su mujer Felipa de
Almeida y a sus hijos Manuel, Isabel y Margarita, para que lo hicieran
luego. Manuel finalmente no viajó con ellas e Isabel lo hizo con sus
hijos, 3 mujeres y un niño. Este viaje fue muy accidentado porque tuvie-
ron que devolverse a raíz de una tormenta. 131 Además de los cuatro hijos
legítimos ya mencionados, Díaz Cardoso también tuvo con una india un
hijo llamado Diego Díaz.

128
DIHC VI-144.

129
AGI Patronato 153-4-1 , probanza de Domingo de Aguirre.

130
DIHC VJII-232.

131
Sobre este viaje tan accidentado, ver AGI lndifercnte Gene.mi 1212, aíío 1555 , y CPI III-244,
248, 275 .

87
JUAN DIAZ

Soldado rodelero a quien le tocó una parte del tesoro recogido por la
hueste conquistadora del Nuevo Reino dirigida por el licenciado Jiménez,
cuando se hizo el reparto del botín en 1538. 132

132
MDR -252; JF -153.

88
SIMON DIAZ

Cuando Díaz hizo su testamento en Tunja en 1551, no debería ser casado


ni tener hijos legítimos porque nombró por heredero universal a su padre
Cristóbal Díaz, quien vivía en la lejana Sevilla en Andalucía. Segura-
mente, al igual que sus hermanas Antonia y Ana a quienes mencionó en
su testamento que hoy se conserva incompleto, él también debería ser de
esa ciudad donde debió nacer alrededor de 1521. 133
Después de arribar a Santa Marta actuó como soldado rodelero en
la expedición que dirigió el licenciado Jiménez río Magdalena arriba y le
tocó una parte del botín recogido en el trayecto y en el futuro Nuevo
Reino. Llegado a esa tierra se estableció en Tunja, ciudad de donde salió
a participar en la cruel guerra que se le hizo al cacique de Duitama por-
que se había recogido con su gente en medio de un pantano para prote-
gerse de los atropellos de los recién llegados. En 1541 el cabildo de esa
ciudad le asignó un hierro para marcar ganado y Hernán Pérez le enco-
mendó el pueblo de las Guacamayas, quizás en consideración a los ser-
vicios que había prestado--incluidos los que hizo cuando le acompaño a
la expedición que Pérez dirigió en búsqueda de la Casa del Sol--y quizás
también para compensarlo por haberle quitado la rica encomienda de
Tenza que le había asignado el licenciado Jiménez. 134 Cuando en 1544 el
adelantado y gobernador Alonso Luis de Lugo se preparaba para aban-
donar el Reino, dio instrucciones a varios de los que quedaban, incluido
Díaz, para que obedecieran a Antón de Olalla a quien dejaba de guarda
de Tunja. 135 Para entonces, Díaz no solo estaba dedicado a la cría y
levante de ganado que marcaba con el hierro asignado, sino según lo
declarado por el capitán Juan de Montalvo en el juicio de residencia del
gobierno de Lope Montalvo de Lugo, también ejercía la sastrería. 136 Tam-
bién avalan la llegada de Díaz al Nuevo Reino en la expedición del li-
cenciado Jiménez el cronista Simón y el escribano Flórez quien confirmó
que Díaz no dejó sucesión. 137

133 ARB Archivo Histórico de Tunja III, f. 194; AGI Justicia 547, f. 827v a 832 donde se encuen-

tran otros datos mencionados adelante .

13
' MDR -252; CDT I-101; ARB Notaría Primera, f. 425v.

131
JFO Arbol IV, par. 2.
/
136 AGI Justicia 546, juicio de residencia de Montalvo.

137 FPS JJI-356 y JFO I-174.

89
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El siguiente gobernador de turno, Miguel Díez de Armendáriz,
concedió a Díaz una encomienda que había quitado a Francisco de
Monsalve. 13 8 Esta debería ser Chiscas en la región del Cocuy, porque es
la única encomienda que se sabe Monsalve poseyó y que de paso, estaba
en la misma región que la de Guacamayas. 139 Díaz debió morir al poco
de ordenar su testamento de 1551. En efecto , es bien probable que este
hombre haya sido el mismo Simón Díaz muerto por los bravos· naturales
de Coyaima cuando los cristianos salieron a hacerles la guerra para paci-
ficar la región donde estaba asentada la recién fundada !bagué. 140

13 8
DIHC IX -343 .

139
CJA-426.
14
º AGI Ju sticia 566, f. 308.

90
ALONSO DOMINGUEZ BELTRAN

Soldado de a pie nacido en 1513 o antes (alrededor 1510), formó parte


de la expedición al Nuevo Reino de Granada y al llegar a este, sin darse
cuenta, mató al Zipa Tisquesusa. Según sus afirmaciones, el licenciado
le asignó en encomienda al cacique de Umbita llamado por los indios
Cochunuba, del cual nunca disfrutó porque según Gonzalo Suárez, los
de Cochunuba eran suyos. De esto resultó pleito que fue ganado por
Suárez. Desde antes se había ido Domínguez a vivir a Vélez donde tam-
bién tuvo una encomienda y donde participó en las guerras que se les
hicieron a los naturales de los alrededores. Fue a España por su mujer e
hijos y los trajo. En Vélez también pleiteó con Juan Mateas por la pose-
sión de las encomiendas de Cuencuba, Sacatime y Suaita. Usufructuó la
de Sacre y fue uno de los vecinos principales de la localidad, regidor y
alcalde varias veces, entre estas en 1563. Logró le asignaran Butaregua,
mas no contento, regresó a España y allá hizo otras diligencias legales
en 1566. Casó con Isabel Gómez y tuvo varios hijos. 141
No están muy claras las actividades de Domínguez durante los dos
primeros años de vida de las ciudades del Nuevo Reino. No he encontrado
evidencia de su vida en Tunja durante los mismos y se sabe que entonces no
vivía en Vélez pues a esa llegó después de dos años de fundada. 142 Debió,
sinembargo, continuar manteniendo algunos intereses en Tunja donde se
encontraba en 1543 segundando la idea de abrir un camino de esa ciudad a
la parte sur de la laguna de Maracaibo, para evitar el paso por Vélez cuando
se iba a la costa atlántica. 143 Nótese lo inconveniente de la propuesta para la
ciudad donde ya vivía Domínguez. En 1548 el gobernador Miguel Díez le
nombró regidor perpetuo de Vélez. 144
Viajó a España otra vez además de las consignadas arriba, porque
en 1557 se inscribió en Sevilla para regresar a Vélez en el Nuevo Reino,
declarando ser hijo de Pedro Domínguez y de Ana Rodríguez Beltrán,
nacido en Aznalcazar, e ir acompañado de Francisca de Torres, quien
podría ser su segunda mujer, Ana Beltrán, quizás su hermana, Pedro de
Torres con su mujer e hijos, Pedro Ortiz su criado, y las solteras Juana

141
RR -124-127.

142 ANC Encomiendas XI, ff. 275v a 303, pleito Domínguez vs. Mateas. Ver lambién AGI Justicia

488, pleito Domínguez vs. Gonzalo Suáre z por encomiendas, contenido en unos 500 folios.

14 3
DIHC VII-106 .

144
DIHC IX-227.

91
Hernández Peña y Elvira Zamora. 145 Continuaba activo en 1574 cuando
declaró en la probanza de Pedro Rodríguez de los Ríos, compañero de
don Gonzalo Jiménez quien entonces ya era adelantado, que los dos vi-
nieron con este y padecieron tantas necesidades que tres cuartas partes
de sus compañeros murieron en el camino. Declaró en esas ser de 64
años, o nacido en 1510, y firmó. 146 Sábese también que fue activo mine-
ro en el Río de Oro donde sostuvo una cuadrilla de trabajadores y que
tuvo por lo menos_dos hijos llamados Hernando y Alonso Domínguez. 147

145
CPI III-262.

146 AGI Patronato 160-1-2, probanza de Rodríguez. Domínguez tambi én atestiguó en la probanza

de Pedro de Salazar, ANC Encomiendas XVI, ff. 55 a 84.

147 Enrique Otero D'Costa, El cro11ic6n solariego, (Bucaramanga, 1972), pp. 28, 133, 179.

92
JUAN DOMINGUEZ DE LAS CANOAS

Seguramente que este soldado rodelero de la'expedición del licenciado


Jiménez adquirió la segunda parte de su nombre después de llegar a
Indias, pero así se le llamaba. Como todos sus colegas de arma recibió
una parte del botín quitado a los indígenas por todos los expediciona-
rios. 148 Se le menciona en las crónicas como participante en la entrada
que hizo Juan de Céspedes a los panches, por un episodio que llama la
atención: un famoso guerrero local enfrentó al mejor armado Domínguez
y con un palo que traía por única arma, le asestó tan fuerte y certero
golpe en la rodela que se la hizo trizas y le dejó tambaleando. Céspedes
quiso que no castigaran al valiente panche, mas apenas volvió la espal-
da, el vengativo Domínguez le cortó la cabeza que convirtió en trofeo. 149

148 MDR -253; JF -153.

149
JC IV-210 a 213.

93
1} /"

( .... :
.,i·, ·,, ~ '!I
JUANDUARTE

De este soldado rodelero que subió al Nuevo Reino con el licenciado


Jiménez y recibió una parte del botín recogido, se sabe poco porque
vivió poco después de su llegada a la nueva tierra. 150 En efecto, el 16 de
diciembre de 1540 ya había fallecido según una anotación de curiosa
redacción que se encuentra en un libro de cabildos de la ciudad de Tunja
donde Duarte se avecindó, y qúe obedece al hecho de que en esas las
autoridades se encargaban de administrar los bienes de los difuntos y
supuestamente hacerlos llegar a sus justos herederos. Esa lee así: "En
este dicho cabildo los dichos señores dixeron que teniendo respeto a los
servicios de Juan Duarte, difunto, ha hecho a Su Magestad en estas par-
tes e reino, le daban por servido el solar y la caballería que tiene proveí-
do por el dicho cabildo, y le hacen merced del en nombre de Su Magestad,
para que como cosa suya propia del dicho difunto se pueda vender y
disponer." 151
A juzgar por los escritos del cronista Juan de Castellanos seguido
de sus colegas, Juan Duarte murió loco. Anotó este cronista que en al-
gún lugar del camino al Nuevo Reino, Duarte iba con tanta hambre que
se comió un sapo, de lo cual al punto perdió el juicio. 152 Parece que
Duarte sí sufría de alguna anomalía psíquica, pues aún en 1553, o sea
mas de una década después de su muerte, un testigo aseguraba en Santa
Fe que recién fundada V élez, y estando acosada por los naturales de sus
alrededores, fue el capitán Juan de Céspedes a auxiliarla con varios sol-
dados, entre los que se encontraba Duarte. Se acordaba el testigo que
este había matado con un arcabús a un natural, "por ser alocado y en
venganza." Se acordaba también que Duarte había usado el cargo de pre-
gonero en Santa Fe y que había muerto empuyado. 153
Es bien probable que Duarte haya sido uno de los primeros en
Tunja, pues hay evidencia de que ya estaba avecindado en ella el 31 de
diciembre de 1539 porque a Baltasar Maldonado le concedieron una es-
tancia vecina de la suya. 154 Parece que estaba casado antes de venir a

llO MDR -252; JF -153.

lll CDT 1-67 y 68.

152
JC IV-174; FPS III-139; LFPI-199.
153
AGI Justicia 566, f. 1152, testimonio de Diego Ortiz.

ll4 CDT I-44.

94
Indias, pues un hijo suyo nacido en Vizcaya de donde probablemente
también provenía el padre, casó con una hija de Juan/Mateos, el compa-
ñero de Féderman, quien manejaba a finales de la década de 1560 una
cuadrilla de trabajadores en las minas del Río de Oro que eran de Mateos
el padre. 155

155 Otero D'Costa, El cronicón, pp. 154 y 172.

95
JUAN FERNANDEZ

Soldado portugués que entró a tierras muiscas con el licenciado Jiménez,


se avecindó en Tunja y no dejó sucesión según el escribano Flórez de
Ocariz. En efecto, Fernández, o Hernández, fue soldado rodelero re-
compensado con una parte del botín recogido entre todos los miembrns
de la expedición 156 • Después de avecindado en Tunja, el 17 de diciembre
de 1540 el cabildo le concedió una huerta junto a la de Pero Añez, su
coterráneo y compañero. 157
Hernán Pérez le asignó las encomiendas de Ochica y Tobasía y
después adquirió las de Viracusa y Samacá. Cumpliendo con las exi-
gencias del gobernador Miguel Díez, salió del Nuevo Reino a auxi-
liar al presidente del Perú de lo que pronto regresó, mas perdió en el
interim sus encomiendas que fueron readjudicadas a Antón Rodríguez
Cazalla. 158 Debió retener Tobasía, sinembargo, porque esta se men-
ciona en su testamento abierto en 1559 o 1560, del que se sabe que no
dejó hijos legítimos pero sí naturales y mestizos . Uno de estos se
llamaba Hernando , quien fue a España y regre só en enero de 1562,
cuando declaró ser hijo de Juan y de una india llamada Catalina. 159

" ' JFO I-171 ; MDR -253 ; JF-153.


157
CDT I- 71.

158
ANC Encomiendas XX.

159 ARB Archivo Histórico de Tunja IV, f. 228 ; CPI IV- 2 12.

96
JUAN FERNANDEZ DE VALENZUELA

Soldado de la expedición al Nuevo Reino con Jiménez, nacido en 1497 y


avecindado en Vélez. Participó en acciones para amedrentar a los indí-
genas de Agatá, con cuyo fin tomaron varios de estos prisioneros y los
mutilaron para que fueran donde sus compañeros a mostrarles lo que les
podía pasar si no servían a los cristianos. Cuando Martín Galeano, el
fundador de Vélez, dejó la ciudad para ir a conocer la región de Guane,
dejó en su lugar a Fernández quien dio permiso a un encomendero de ir
a. extraer tesoros al señor de Tisquisoque. Este, molesto por las exigen-
cias, permitió que sus gentes mataran a los visitantes. Por ello se armó
una guerra de grandes proporciones en toda la región, en la cual fue
herido de alguna gravedad Fernández. Habiéndose tenido noticia en el
Nuevo Reino de la muerte violenta del virrey del Perú, Fernández fue
escogido con otros tres a que fueran a dar la noticia al gobernador Mi-
guel Díez quien estaba en Cartagena. En 1548 fue nombrado regidor de
Vélez y en el año siguiente rindió un testimonio en Santa Fe como alfé-
rez de Vélez. Debió morir o ausentarse unos años después. 160
Algo mas se sabe sobre este destacado soldado . Durante la expedi-
ción al Reino fue ballestero y ya establecido en Vélez fue con Hernán
Pérez a buscar las provincias del Dorado. En el distrito de esa ciudad
gozó de las encomiendas de Sorocotá y Pavachoque. 161 En 1547 le pre-
sentó Galeano para que atestiguara a su favor en el juicio de residencia
que se le hacía a su gobierno. Depuso Fernández que él no se halló cuan-
do se fundó Vélez, mas ele que allá llegó poco tiempo después y que por
órden de Galeano fue aAgatá y trajo algunas piezas (forma conveniente-
mente deshumanizante de llamar a los indígenas) . Le constaba que en
algunas oportunidades otros soldados también habían traído muchas pie-
zas a Galeano a quienes este les hablaba y les pedía "no fueran bellacos
y vinieran a servir a los cristianos," después de lo cual los soltaba. Mas
cuando esos naturales mataron al soldado Cuéllar (compañero de
Belalcázar), los otros vecinos de Vélez dijeron a Galeano que si nó cas-
tigaba tanta desvergüenza abandonarían la ciudad, siendo esta la causa
para que se hiciese el castigo a los de Guane. Que si algún daño se hizo

160
RR -360 a 361.

161
MDR -250; ARB Archivo Histórico de Tunja III, ff. 135 y ss., te stamento del padre Estéban
Verdero; sobre las encomiendas ver Darío Fajardo, El régimen de la encomienda en la provincia
de Vélez (Bogotá, 1969) , p. 56. Allí se lee que el encomendero se llamaba Juan Alonso de
Valenzuela, lo que puede ser una mala transcripción.

97
a estos indios no fue por culpa de los españoles sino de aquellos, por no
querer dar la obediencia al rey y servir a los cristianos. Si a esos se les
quemaron algunos bohíos, fue solo después que Galeano les había re-
querido ir a servir y no lo hicieron; y no fue cierto que les quitara oro
distinto del que voluntariamente quisieron dar, y nunca vio que Galeano
les hiciese comer el oro de bajos quilates que llevaban. Continuó
Fernández contestando las 56 preguntas que le hicieron, siempre
corraborando que los indios eran muy malos y mentirosos, que por sus
acciones habían merecido los pocos y suaves castigos que se les habían
dado y que solo era cuando estaban amedrentados que servían a los cris-
tianos, haciéndoles labranzas, trayéndoles la caza en buen estado, y ha-
ciéndoles otros menesteres, sin cuyos servicios se hubiese despoblado
Vélez. Al final de su testimonio puso sus señales. 162
La última intervención conocida de este soldado es cuando en agos-
to de 1549, siendo regidor de Vélez, hizo de testigo en el juicio que se le
hizo a Pedro de _ürsúa por haber ido a guerrearles a los de Guane y des-
truido a los de Pore. En esa oportunidad no trató de poner sus se~ales al
pie de su deposición; solo se limitó a decir que no sabía escribir. 163

162
ANC Residencias de Santander LVI, ff. 626 a 633.

163
ANC Residencias de Santander LVI , ff. 722 y ss.

98
PEDRO FERNANDEZ DE VALENZUELA

Cuenta Flórez de Ocariz que este conquistador cordobés, primo de Hernán


Venegas y Martín Yáñez Tafur, y compañero del licenciado Jiménez, se
regresó a su ciudad natal y se hizo clérigo. Alcanzó a dejar dos "hijos de
aventura," llamados Isabel de Valenzuela y Pedro Hernández de
Valenzuela. 164 Complementa esta información la dada por Rodrigo Suárez
(hermano de Gonzalo Suárez), quien después de haber llegado al Reino
en 1555 volvió a España por corto tiempo . Contó que en ese viaje " ... pa-
sando por la ciudad de Córdoba ... este testigo posó y estuvo algunos días
en casa de Pero Fernández de Valenzuela, clérigo sacerdote, persona
tenida por caballero hijodalgo ... quien antes que tomase el hábito de sa-
cerdote es público y notorio haber estado en las partes de Italia y en ellas
haber sido capitán, y venido dellas, haber venido a este Reino en descu-
brimiento del por capitán y ser una de las mas principales personas que
en el entraron ." 165
Fue Fernández en efecto, capitán de una de las ocho compañías en
que se dividió el ejército del licenciado Jiménez y por sus trabajos reci-
bió cuatro partes del botín habido durante el curso de la expedición.
También recibió compensación por dos monteras de grana, una caja pe-
queña con dos cuchillos, dos cuchillos, una almarada y un machete que
puso durante el camino. 166 Llegado a tierra muisca fue a buscar las
minas de esmeraldas del señor de Somyndoco , de las que se supo por
boca de los indios y quienes les mostraron de donde y como sac_aban las
gemas. Allí se enteró de la existencia de los Llanos, lo que originó la
futura exploración de Juan de San Martín . Participó en averiguar quie-
nes eran los cristianos que andaban por el valle del Magdalena--los de
Belalcázar--y también los que vinieron por Pasea, o sea los de Féderman.
Acompañó a los tres generales a la costa. En junio de 1539 se
encontraba en Cartagena rindiendo declaraciones en el pleito entre los
licenciados Hernández Gallego y Jiménez de Quesada quienes dirigie-
ron las tropas de agua y tierra que subieron de Santa Marta. Dijo enton-
ces ser de 40 años y demostró saber firmar. 167 Llegado a España presentó

164
JFO Arbol XX, par. 11.

16' ANC Hi storia Civil X VI, f . 103v. p roban za de Hern ando de Roj as .

166
MDR -248; JF -142 y 149 .

167
AGI Justici a 534B-l-2.

99
una relación a la corte sobre la exploración en que acababa de tomar
parte, notando que el licenciado Jiménez le había encomendado al caci-
que de Pasea con todos sus sujetos, incluidos los señores Sueta y Acuativa.
Pedía al Rey, que en consideración a que pensaba volver allá, no le fue-
ran a quitar ni su encomienda ni su casa y ganados ( !) que había dejado.
168
Como se anotó arriba, aún estaba vivo alrededor de 1560.

168
DIHC VI-59 a 60; ver también -89. La aseveración de Fernández sobre los ganados que dejó en
el Reino es sorprendente. Aunque por ganados se podía entender un par de cabras flacas o unos
cerditos recién nacidos, también podían ser algunas vacas co n su toros. Sábese que Belalcázar
introdujo al Nuevo Reino una pira de cerdos; sinembargo, la aseveración de Fernández refuerza la
posibilidad que con Jiménez llegaron al Reino otros animales domésticos como cabras, ovejas y
aún vacunos.

100
FRANCISCO DE FIGUEREDO

Nuevamente es Flórez de Ocariz quien aporta la mayoría de los


datos conocidos de este conquistador. Nació en La Guardia, Portugal, y
vino a Santa Marta con el gobernador doctor Infante en 1534, donde
participó en varias acciones guerreras contra los indios de Bonda, Coto,
Valle Hermoso y Buritaca. Como hombre de a caballo subió al Nuevo
Reino con el general Jiménez, se avecindó en Santa Fe y en premio a sus
servicios recibió en encomienda al cacique Zipacón y sus súbditos. Fue
procurador en 1549, alcalde de Santa Fe en 1561 y su regidor en 1558.
Tomó parte en las guerras contra los de Tocaima, !bagué, Mariquita y
Pamplona. Casó con Eufrasia de Santiago y murió en 1570 sin dejar
hijos de este matrimonio, mas sí fuera de el. Con Isabel González tuvo
al futuro clérigo Juan de Figueredo y con Catalina, india, a Pedro
.González. La viuda doña Eufrasia casó con Juan de Chávez, quien había
sido compañero de Alonso Luis de Lugo . 169
Fue Figueredo testigo en las probanzas de Diego García Cabezón,
Alonso Hernández de Ledesma, Diego López Castilblanco, Gonzalo
García Zorro 1542, y Juan de Alcalá. Por estas se sabe que había nacido
alrededor de 1510 y que sabía escribir. 170

169 JFO Arbol XXVII, par. 40. El dato de que fue hombre de a caballo es de MDR -249. La proban-

za de Figueredo hecha en 1562, ahora se encuentra en AGI Patronato 155-1 -8, de donde segura-
mente tomó sus datos Flórez de Ocariz. RR -128.

17º En su órden: AGI Justicia 492; Patronato 154-2-6; AGI Patronato 158-3-4; AGI Audiencia

Santa Fe 122-2-10; AGI Patronato 151 - 1-1.

101
LAZARO FONTE

Nacido en Tenerife, Canarias, alrededor de 1505, gastó casi toda su for-


tuna en comprar una nave y en reclutar hasta 150 hombres que trajo
desde esa ciudad a Santa Marta, en cuya provincia participó en acciones
contra los naturales, antes de acompañar al licenciado Jiménez como
capitán de una de las compañías que terminaron llegando a tierra muisca.
Los cronistas relatan que hubo una desavenencia entre Ponte y Jiménez,
tan grave que este le sentenció a muerte, conmutándole esta pena por
destierro a Pasea de donde fue salvado de una muerte segura por la hija
de un cacique. Estando allí se enteró Fonte que por esos lados venía
Féderman y le mandó aviso a Jiménez . Fue uno de los primeros regidores
de Santa Fe y recibió un encomienda grande en ese distrito. Con los
buenos dineros que hizo durante la conquista ayudó a financiar la expe-
dición a las provincias del Dorado dirigida por Pérez, en la cual tomó
parte. Regresó a Santa Fe mas cuando el presidente Gasea del Perú en-
vió a pedir auxilio para combatir al rebelado Gonzalo Pizarra, Fonte se
alistó y siguió hasta llegar a Quito donde la audiencia le encargó llevar a
Gasea las órdenes cerradas del emperador. Para hacerlo caminó mas de
700 leguas hasta llegar al Cuzco. Quedó en Quito donde fue nombrado
contador real en 1553 y de esta fue alcalde y regidor. Allí casó con Juana
de Bonilla y tuvo varios hijos; aún estaba vivo en 1583. 171
Aunque Ponte pudo haber nacido en Cádiz, es seguro que de tiem-
po atrás estaba radicado en las Canarias, siei1do sus padres Rafael Font,
mercader catalán que había sido regidor en Cádiz y en Tenerife, y Paula
Bernat. Hecho comprobado es que Fonte, quien iba de capitán de la
armada, compró la nao El Salvador o San Salvador, la que junto con las
otras preparadas por el adelantado Don Pedro Fernández de Lugo, salie-
ron de Santa Cruz de Tenerife después del 14 de noviembre de 1535 y
llegaron a Santa Marta el 2 de enero del siguiente año. 172 Hecho com-
probado también es que el liéenciado Jiménez le condenó a pena de muerte
por razón quizás personal, aunque le permitió apelar ante la audiencia de
Panamá, lo que hizo por medio de un procurador. 173 Esta audiencia,

171
Probanza de Fonte, AGI Patrona to 112-1-2 ; RR -130 a 135.

172
De la Rosa Olivera, " Don Pedro Fernández ."

173
Sobre las razones de la mala vo luntad que le tomó el Licenciado a Fonte, se aducen que fue
porque le acusó de haber escondido una s esmeraldas sin quintar, o que le llamó converso; ver JF
-18 a -20.

102
1

111
sinembargo, sostuvo en parte su culpabilidad y lo condenó a que saliese
desterrado del Nuevo Reino a perpetuidad, sentencia escrita que Ponte
al recibirla la rompió. Por esto y otras faltas g1:aves, el gobernador Luis
de Lugo le abrió causa en 1543. 174
Ponte fue acusado de desacatar las órdenes de la audiencia de Pa-
namá sobre su destierro, de haber matado a un alguacil en Cádiz, de
haber sido cruel con los indígenas del Reino y de haber violado niñas
indígenas. Mas específicamente, sobre los cargos tercero y cuarto se le .
acusó de con el fin de sacar a los indígenas oro y esmeraldas, les auchaba
los perros para que se los comiesen, mataba a otros y los tasajeaba para
alimentar y cebar a estos animales, y a muchos indios les mandó cortar
las narices y las manos y a las mujeres los senos (tetas, dice el documen-
to). Los testigos calculaban que las niñas que había violado Ponte eran
pre-púberes y de unos ocho o nueve años de edad. En Turmequé tomó
una niña virgen y amarrándole los pies a dos estacas que clavó en el
suelo, y las manos a los palos de un bohío, la forzó. A una niña virgen,
hija del señor de Bogotá, tan pequeña que la traía un indio en los brazos,
la violó. Aseguraba el testigo Simón Díaz que ello había sucedido así
"porque este testigo la oyó llorar y dar gritos aquella noche, y otro día
vio este testigo en la cama del dicho Lázaro Fonte la sangre que había
caído a la dicha niña." Este negó todos los cargos.
Ponte le hizo cruenta guerra al Fusagasugá porque se sospechaba
había matado a Juan de Castro lo que resultó ser falso. Entre otros deta-
lles macabros, con engaños metió en un cercado a 25 o 30 indígenas
entre quienes se encontraban dos señores principales, . y les soltó los
perros hasta que los mataron. Con un alfanje que siempre llevaba al
cinto, mató a otros indios. El propósito principal de estas acciones era
hacer que le dieran mas oro. Mientras estuvo en el Nuevo Reino había
sido recompensado con la encomienda del cacique Mazeya de Pusagasugá
y a Techativá e Ingativá en Fontibón, los cuales pasaron a Gonzalo García
Zorro cuando Ponte se fue con Pérez al Dorado. 175

174
DIHC VII-131 a 139.
175
AGI Patronato 122-2-10, probanza de García Zorro; ver también DIHC V-163 y 182 a 184, VI-
99 y ss. Ülra referencia importante, AGI Patronalo 159-2-2, probanza de Alvaro Rodrígu·ez, com-
pañero de Féderman y quien vivía en Quito, 1572.

¡)e.J f/'--'-'~ 1 1· r.- 103


. , • .', ;,'. I
/
f'' ·.
DIEGO FRANCO

Se puede tener certeza de que subió al Nuevo Reino con el licenciado


Jiménez, en primer lugar porque como rodelero que fue de esa expedi-
ción recibió su parte del botín que fue recogido por todos y en segundo
lugar, porque así lo declaró él mismo en 1550 cuando fue llamado a
atestiguar en el juicio de residencia que se le siguió a Miguel Díez por
las actuaciones de su gobierno. 176 En este juicio declaró conocer desde
1536 a Martín Galeano, Juan de Céspedes y Hernando del Prado, todos
sus antiguos compañeros de expedición y desde 1542 a Ortún Velasco
quien había subido al Nuevo Reino con Jerónimo Lebrón. Dijo ser de 35
años, o sea nacido en 1515, y estar avecindado en Vélez. Como algunas
de las preguntas mencionaban a Céspedes, aclaró Franco que bajo su
capitanía vino al Reino, pero que por ello no dejaría de decir la verdad.
Contestó la mayor parte de las 89 preguntas que le hicieron demostran-
do su familiaridad con lo sucedido durante el gobierno de Díez y tam-
bién su poca participación en esos hechos. Solo estuvo con Pedro de
Orsúa cuando sacaron naturales de Guane para llevarlos de cargueros a
Pore, porque aseguró que Orsúa fue por la otra banda del río Sogamoso
y él por la mas cercana a Vélez.
Dejando establecido que Diego Franco fue parte de la hueste de
Jiménez, se puede negar lo aseverado por el cronista Simón y Flórez de
Ocariz seguido por Fernández de Piedrahita, quienes le dan por compa-
ñero de Féderman. Todos, sinembargo, están de acuerdo en que se
avecindó en Vélez y Ocariz agrega datos valiosos sobre su vida perso-
nal, aunque algunos contradictorios. En una parte de su obra, este escri-
bano indicó que Franco era uno de los primeros conquistadores,
encomendero de Ubasa, Pare, Cutiseo y Boare en el distrito de Vélez de
donde fue vecino, encomiendas en que le sucedió su mujer Ana de Po-
rras, ya que no tuvieron hijos. Escribió también que Diego era hermano
de Francisco Franco nacido en Palos de Moguer, de lo que se puede
deducir que quizás Diego también fuera de esa localidad en Andalucía.
177
La mujer de Diego realmente se apellidaba Porras aunque el mismo
Ocariz en otra parte de su obra escribió que "Ana Fonseca había sucedi-
do a Diego Franco su primer marido," en las encomiendas de Ubasa y

176
MDR -252; AGI Justicia 552, ff. 274 y ss. JFO 1-175, FPS III-356, LFP 1-306, escribieron que
Diego Franco, vecino de Vélez, había llegado con Féderman.

177 JFO Arbol XXXI, par. 30. Ver también JRF -89, FPS III-356; LFP 1-306.

17 8 JFO Arbol XVIII, par. 11.

104
Pare. 178 Al enviudar ella casó con Juan Fernández Pardo quien en la
década de 1560 adquirió título de por lo menos Ubaza, lo cual indica que
Diego debió morir poco antes. 179
Participó Diego Franco en la guerra que los vecinos de Vélez hi-
cieron a los agataes durante los primeros años de vida de esa ciudad y
tomó parte activa en la emboscada exitosa que les armaron. 180
Esta acción ha dado pie para que se le considere, con razón, uno de
los primeros pobladores de esa ciudad, la segunda mas antigua del Nue-
vo Reino. 181 Por el año de 1555 viajó a España, seguram~nte con el
cargo de procurador de Vélez, porque presentó ante la corte una serie de
solicitudes a favor de esa comunidad. 182 Cuando trató de regresar al Nuevo
Reino tuvo serias dificultades en salir de la península Ibérica, por haber
encallado su barco en la barra de San Lúcar. Cuando finalmente zarpó en
1558 , lo hizo acompañado de su mujer Ana de Porras, sus cuñados Luisa
y Juan de Porras y su mamá Juana Pérez, según el registro de pasajeros
que se asentó en Sevilla, en el que consignó que regresaba al Nuevo
Reino y que era natural de Andalucía. 183

179
Fajardo, El rég i111e11 de e11co111ie11da, p. 58 .

180
JCIV-311:FPSIV-19:LFP!-364.

181
Otero D'Costa, El cro11ic611, p. 359.

182 FDNR 11-331 y 334.

183
AGI Indiferente General 1214, año 1558; CPI III-296 .

105
DIEGO DE FRIAS

Este soldado de a caballo recibió dos partes del botín habido en la expe-
dición del licenciado Jiménez al Nuevo Reino, recogido hasta junio de
1538. 184 Aunque los cronistas le llamaron Juan, escribieron que Frías
fue con el grupo enviado por Jiménez a averiguar quienes andaban por el
Río Grande. Estos resultaron ser los de Belalcázar a quienes después de
corteses saludos, les invitaron al valle de los Alcázares. 185 Frías se regre-
só a la costa acompañando a Belalcázar, Féderman y Jiménez y ya en
junio de 1539 declaraba en Cartagena en el pleito entre los licenciados
Hernández Gallego y Jiménez, por el botín mencionado arriba. Añadió
que había nacido en 1514 y firmó su testimonio. 186 Debió regresar al
Reino un tiempo después.
Recordando que fue soldado de a caballo y por tal de mayor dis-
tinción que los de a pie, se comprende mejor que la corte le expidiera
título de regidor de Santa Fe en 1547, lo cual no hay evidencia que
habiera materializado. También le dirigió a la audiencia una cédula reco-
mendando a Diego por servir desde hacía mucho tiempo y por ser pa-
riente de "criados y servidores del rey." 187

184
MOR -249; JF -150 .

' '" JC III-373; FPS III-335.


186
AGI Justicia 599 según referencia en BHA XXVIII-59; sinembargo, este documento ha pasado
a Justicia 534B-l-2.

187
DIHC VIII-338; DIHC X-28.

106
MARTIN GALEANO

Si se recuerda que el escribano Juan Flórez de Ocariz estaba casado con


Juana Paula de Acuña y Angulo, descendiente de la segunda mujer de
Martín Galeano, mas no de este, se sospecha porqué dedicó a Martín el
segundo árbol de sus genealogías--antecedido solo por el de don Gonza-
lo Jiménez--y le llamó "hidalgo de nobilísimo linaje" aunque no sa~ía
quienes habían sido sus padres, y "uno de los esenciales capitanes" sien-
do que entró al Reino como soldado de a caballo. A pesar de sus divaga-
ciones genealógicas que pueden corresponder a unos GaJeanos distintos
de los antecesores de Martín, puesto que parece sus padres no usaban
ese apellido, Flórez agregó varios datos importantes sobre este conquis-
tador. Militó en Italia antes de embarcarse en 1535 para Santa Marta y
aunque el licenciado le había encomendado Chita, la abandonó para acom-
pañado de 50 hombres ir a fundar a Vélez, la segunda ciudad del Nuevo
Reino, lo que hizo el 3 de junio de 1539 (quizás un mes antes). Pacificó
los indígenas de su región y los de la provincia de Guane y los distribu-
yó en encomienda entre los cristianos. Exploró las provincias de Pore,
Maporiche, Muzos y Colimas, bajó con el tesoro real que había recogido
el gobernador Luis de Lugo al Cabo de la Vela y de regreso "trajo" a
Pedro de Orsúa quien venía a gobernar a nombre de Miguel Díez. Tam-
bién medió las diferencias que se presentaron entre los gobernadores
Sebastián de Belalcázar y Pedro de Heredia sobre los términos de sus
jurisdicciones. 188
Corno se comprueba mas adelante, volvió Florez de Ocariz a alte-
rar la verdad de lo sucedido al escribir que "de viaje a España, por gra-
tificación de sus lucidos servicios, en la flota del General Farfán murió
en la mar."
Muy probablemente Martín Galeano, al igual que sus compañeros
Cristóbal (Ortiz) Bernal, Martín Pujo!, y Juan Rodríguez Gil, se enlistó
inicialmente en la armada de Pedro de Mendoza que se dirigía al Río de
la Plata y por demoras u otros inconvenientes, decidió cambiar a último
momento y embarcarse, en cambio, en las naves que en esos mismos
días y en el mismo puerto estaban haciendo gente para ir a Santa Marta.
En esas se registró en Sevilla el 26 de julio de 1535 como Martín Galeano,
hijo de Juan Miguel y de María Ruiz, vecinos de Valencia. 189

188
JFO Arbol II, par. 1.

189
CPI II-98.

107

¡:, ··-
Galeano era muy activo, sin dudas . Además de haber sido justicia
mayor de Vélez varios años , también fue mercader y en esa ciudad tenía
una tienda donde vendía mercancías . Propuso abrir un camino para re-
cuas de Vélez al puerto del Carare si la audiencia de Santa Fe le daban la
exclusiva de operarlo por 20 años. 190 Del juicio de residencia que las
autoridades hicieron de su gobierno en Vélez han sobrevivido solo los
descargos, que bien leídos, dan idea de cómo justificaba los abusos que
cometía, mentalidad que no le era exclusiva pues reflejaba muy bien el
espíritu que encerraba el Requerimiento, aquel famoso documento que
los españoles debían leer a los indígenas al primer contacto. Hizo énfa-
sis en que siempre procuró que los naturales se sometieran al rey, fuesen
amigos y sirviesen a los cristianos, porque así podía la ciudad subsistir,
lo cual convenía al servició de Dios y del rey; mas aquellos naturales,
sin causa ni razón y sin que se les hiciesen daños, se rebelaban de la
obediencia que debían.
Para que los naturales circularan el mensaje de lo que les conve-
nía, Galeano ordenaba a sus soldados que tomasen piezas (mote que
denota una cosa, no un ser humano) y los llevasen a Vélez, a los que
soltaba sin hacerles daño, excepto cuando los deAgatá mataron a Baltasar
de Cuéllar, ya que requerido por los vecinos, tuvo que ceder ante la
conveniencia de escarmentarlos para que no volviesen a matar un cris-
tiano, ni rebelarse, ni tratar de quemar a Vélez. Así que si les hizo algún
daño y se les quemaron algunos bohíos, no fue por culpa de él sino de
los indios que no querían dar la obediencia a Su Magestad. Nunca les
tomó nada contra su voluntad y si les pidió algún oro, no era para sí sino
para los encomenderos que lo necesitaban para sustentarse y para que
por ese medio los indígenas demostraran su amistad a los cristianos .
Nunca les hizo comer el oro de bajos quilates que le traían y al
indio que le "hizo ademán de hacer comer un oro o cobre, no murió; y
aunque muriera, merecía la muerte· por el escarnio y burla que hacía a lo
que Galeano le decía a nombre de Su Magestad." Nada tuvo que ver
cuando despeñaron al señor de Chipatá, muerte que redundó en mucho
provecho, pues sus súbditos volvieron a aparecer y a servir muy bien.
Cuando los indios venían con sus fraudes y mentiras para que no los
maltrataran y traían la caza podrida y hedionda, Galeano "hacía ademán
de hacérsela comer para que se enmendasen." Si no fuera por los casti-
gos que les mandaba hacer, los indios no hubieran mantenido a los de
Vélez ni a las personas que transitaban por el camino del Carare, trayén-

° FDNR I-147 y 284.


19

108

11
dales carne y haciéndoles las sementeras tan necesarias para que esta
ciudad no se despoblase. 191
El resto del documento es del mismo tenor. Tan graves serían los
cargos impuestos a Galeano que las autoridades locales le enviaron pre-
so a España para que allá fuese juzgado. 192 Salió para Cartagena y allí lo
embarcaron en La Gallega, nave que se agregó a la flota comandada por
Cosme Rodríguez Farfán, mas al llegar al paraje donde desemboca el
canal de Bahamas, murió, no sin antes dejar de albacea al rico y piadoso
comerciante Luis López Ortiz y a Diego Franco, su compañero y vecino.
Franco atestiguó lo anterior en Valladolid en mayo ele 1555, añadiendo
que Galeano le había entregado 700 pesos que llevaba . 193
Tal vez para hacerse cargo ele las pertenencias del difunto, su viu-
da Isabel Juan ele Arroyo (no Isabel Juan de Meteller como escribió
Ocariz), con su mamá Jerónima Fortuna e Isabel Angela, viajaron ese
año de España al Nuevo Reino. 194 Galeano poseía las encomiendas de
Chipatá, Guavatá, Guane, Orta, Saboyá y Semisa, varias ele las cuales
aparecen después a nombre de su hermano Pedro Galeano quien vivía en
Vélez desde 1541. También disfrutó de los servicios ele dos negros que
en algún momento se le escaparon. 195 Nacido en 1505, en Valencia se-
gún el cronista Castellanos y su inscripción ele pasajero en Sevilla, no
tuvo hijos con Isabel ele Arroyo mas con otra mujer tuvo a Marina Galeano.
Sabía firmar. 196

191
ANC Residencias Santander LVI, ff. 549 a 672.

192
FDNR II-185 y 194.

193
AGI Justicia 1102-3-1, Montalvo de Lugo vs. Diego Franco.

194
CPI III-152.

195
Fajardo, El régimen de encomienda, pp. 55 a 62; AGI Justicia 561, ff. 124 v.

196
Su declaración en ANC Encomiendas XI, ff. 275 a 303. pleito Mateas vs. Domínguez.

109
LUIS GALLEGOS

En la antigua Guacacallo, después llamada Timaná, en noviembre de


1543 declaraba Gallegos que había llegado a Santa Marta hacía ocho
años, donde había visto a Domingo de Aguirre servir con sus armas y
caballos en pacificaciones de esa provincia. De esta salieron con el li-
cenciado Jiménez en demanda del Nuevo Reino porque los indios y
muchas gentes decían que allá había gran riqueza. Supo, porque lo vio ,
que a esa tierra llegaron no mas de 175 personas y que allí hubo tan gran
a
escasez de todo género de cosas, que un caballo llegó valer 1.000,
1.500 y hasta 2.000 pesos de oro y las herraduras a 25 y 30 pesos.
Constábale que después de llegados al Reino se fundó la ciudad de Tunja
porque allí se avecindó y vio a Aguirre hacer lo mismo, ciudad de la que
salió en descubrimiento del Dorado. Firmó su declaración. 197 Esa mala
expedición a las provincias del Dorado fracasó y sus sobrevivientes sa-
lieron por Sibundoy y Pasto, de donde seguramente siguió Gallegos hasta
dar a Timaná.
Gallegos fue rodelero de la expedición del licenciado y los cronis-
tas coloniales dieron cuenta de él. 198 Como no se han encontrado otra
evidencias de su vida en Indias, es posible que haya seguido camino a
España como lo hizo Aguirre.

197
AGI Patronato 153-4-1, probanza de Domingo de Aguirre .

198
MOR I-153; JF -153; FPS III-356; JFO 1- 172; LFP I-202.

110
GONZALO GARCIA ZORRO

Este hijodalgo notorio había nacido alrededor de 1500 en Guadalcanal,


Extremadura, y había llegado a Santa Marta en 1536 de donde subió con
el licenciado Jiménez como alférez de los soldados de a caballo hasta la
región donde crearon el Nuevo Reino. Participó en los ataques al
Zipaquirá y a los panches y mas tarde en los de Tisquisoque, Saboyá,
Ocavita y Lupachoque de la provincia de Vélez. Residenciase en Santa
Fe en cuyo distrito recibió la encomienda de Fusagasugá y de donde fue
alcalde en 1544, 45, 48, 50, 53, 56, y 64 y regidor en 1540, 41 y 48, mas
procurador en 1542. Casó con Francisca Pimentel y no tuvo hijos.
Sinembargo, con Margarita ele Tunja, tuvo a los mestizos Gonzalo y
Diego García Zorro y en india Luisa a Francisca. Murió en 1566 como
resultado de una caña.afilada que le lanzó en un juego un hijo del maris-
cal Venegas. 199
En Santa Fe, el 7 de julio de 1542 hizo una probanza de sus servi-
cios ante el alcalde Juan de Céspedes. Aseguró que por órclen de Pedro
Fernández de Lugo, el hijo de este le dio comisión en el puerto de Santa
María en Andalucía para que con el grado de capitán hiciese gente en los
lugares comarcanos para llevar en la armada, lo que efectuó, partiendo
tocios para Santa Marta vía Tenerife. Llegado a esta fue a pacificar los
indios de Bonda, La Ramada y Valle Hermoso. Regresado a Santa Marta
Don Pedro le dio un estandarte para que lo llevase como alférez ele los
hombres de a caballo y junto con mas de 500 hombres tomó parte en la
expedición dirigida por el licenciado Jiménez que llegó al Nuevo Reino,
después de haber gastado once meses en hacer el recorrido. Ya en el
Nuevo Reino le enviaron a luchar con los indios que estaban rebelados.
En el pueblo de Turmequé se le despeñó un caballo castaño por lo que le
tocó comprar otro morcillo que le costó 1.200 pesos, el que se mancó
yendo a la búsqueda ele la Casa del Sol. En esa misma jornada también
perdió a Juanillo que era un esclavo morisco.
A principios de 1541 Hernán Pérez le envió a poblar en la provincia
del Cocuy y "poblé poniendo alcaldes y regidores y tocio lo demás que
convenía al real servicio de Su Magestacl." A los cuatro meses el mismo

199
JFOArbol V, par. 1 y 7, dedicado a García Zorro. Flórez escribió que García había subido como
alférez de los bergantines, lo que no es cierto . Ver RR -149 a 154, teniendo en cuenta que la
probanza de García Zorro está ahora en AGI Patronato 157-2- 1. Como el Sr. Rivas solamente usó
las probanzas del Archivo de Indias que se encuentran en el fondo de Patronato, se le pasó otra
hecha anteriormente y que se encuentra en AGI Audiencia Santa Fe 122-2-10, la cual se comenta..
en el siguiente párrafo.

111
Pérez mandó al capitán Céspedes para que él y toda la gente regresasen y
recogiesen indígenas para llevarlos a la expedición del Dorado. Ido Pérez le
dejó con el cargo de alguacil mayor del Reino el cual, según él, hasta la
fecha de su probanza lo había ejercido muy bien. 200
García Zorro fue acusado de haber sido cruel con los naturales en
dos ocasiones. Estando en el Cocuy pidió oro a un cacique y porque no
se lo dio mandó que le soltaran los perros que mataron a varios indios e
indias. Habiendo encontrado al cacique del Cocuy y su hermano
Palmaboya, le pidió oro al primero y como no le dio, lo colgó por los
brazos y le ató a los compañones (arcaísmo por testículos) una piedra
del tamaño de la cab~za de un hombre. Después le auchó los perros
hasta que lo destrozaron. A Palmaboya le hizo poner los pies tan cerca
del fuego que se le tostaron, añadiendo un testigo que García Zorro "le
hizo pringar con tocino derretido ... y le vio poner muchas veces los pies
al fuego y se los vio arrugados y que no podía andar sobre ellos." 201
Fue testigo en varias probanzas a saber: la de Melchor Ramírez
donde aparece su firma, aparentemente hecha con mucho trabajo, o me-
jor dibujada mas que escrita; en la de Diego Romero y en la de Agustín
Castellano donde rindió testimonio un año antes de su muerte. 202

200
AGI Audiencia de Santa Fe 122-2-10. Sobre la fundación del Cocuy ver también DIHC VJI-32.

º AGI Justicia 567, ff. 150 y ss.


2 1

202
ANC Historia Civil XXII; AGI Patronato 154-3-1; AGI Patronato 156-1-5.

112
JUAN GARCIA MANCHADO

Había nacido en 1515 y en 1536 había venido a Santa Marta con el go-
bernador Pedro Fernández de Lugo . De allí subió como soldado
rodelero siguiendo al licenciado Jiménez hasta que llegaron de primeros
a tierra de los muiscas. 203 Se avecindó en Tunja y allí tuvo su parte en
una carta en que los "primeros descubridores y conquistadores" pedían
al gobernador Alonso Luis de Lugo que repartiera las encomiendas que
había suspendido, carta que pidió a otro que firmara en su nombre. 204
Continuó viviendo en Tunja hasta 1572, cuando siendo soltero, se
decidió por el mas benigno clima de Villa ele Leyva a cuya fundación
asistió. 205 Murió en 1584 dejando asentado en los papeles de la mortuoria
que era del distrito de Toledo, Castilla la Nueva, hijo ele Juan García
Manchado y de Beatriz García y declaró no haber sido casado ni en
España ni en el Nuevo Reino. Dejó, sinembargo, dos hijos naturales,
Diego García Manchado e Isabel Manchado . 206

203
MDR -252. La edad se saca de su testimonio en el pleito de Fra y Vicente de Requejada con la
viuda de Sánchez Ropero por una estancia en Moniquirá, at es tiguado por García en 1569. Este
quedó ciego hacia 1549 y no firmaba por esa razón: ver BHA XIII-159.

20
• DIHC VII-123.

2
º' FPS IV-473.

206
ARB Archivo Hi stórico de Tunja XV, 1584 . Ver también RR - 193.

113
PEDRO GARCIA DE LAS CAÑAS

Fue soldado ballestero de la expedición que dirigió el licenciado Jiménez


al Nuevo Reino. Probablemente fue tras la Casa del Sol con Hernán
Pérez y de regreso se avecindó en Tunja el 24 de diciembre de 1542,
cuando el cabildo de la misma le concedió un solar para construir su
casa. Se hizo presente en la fundación de Málaga. 207 Debió nacer alrede-
dor de 1520 y no sabía firmar. 208 En 1550 declaró tener a su mujer Andrea
en Sevilla, España, y por no poder ir por ella, pidió a Francisco de Silva
que se la trajese. 209

º'
2
MDR -250; CDT I-40; LFP II-507.
208
ANC Encomiendas XI ff. 8 a 169, pleito Suarez vs. Domínguez.

209
ARB Notaría Primera de Tunja I, f. 14v.

114
ALONSO GASCON

Ocupando el cargo de ballestero llegó al Nuevo Reino en compañía del


licenciado Jiménez y recibió parte y media del botín habido de los natu-
rales. A este soldado lo confundió Flórez de Ocariz con Juan Gascón,
compañero de Féderman, quien fue uno de los primeros alcaldes de Vélez
y quien murió a manos del caciqueTisquisoque en 1540. 210 De esteAlonso
nada mas se sabe; regresaría a España?

210
MDR-251; JF-151; JFO 1-166; José Ignacio Avellaneda Navas, Los comp01ieros de Féderman,
cofundadores de Santa Fe de Bogot6 (Bogotá, 1990), pp. 143 y 144.

115
ALONSO GOMEZ SESQUILLO

Con el nombre de Alonso Gómez a secas, en 1560 declaraba en la pro-


banza de su compañero Alonso Hernández de Ledesma que tenía alrede-
dor de 50 años de edad, que había llegado a Santa Marta con el adelantado
Don Pedro y que hacía mas de 20 años había venido con el licenciado
Jiménez en búsqueda de este Reino. Añadió que fue con el capitán Mar-
tín Galeano a la fundación de Vélez y allí se avecindó, donde siempre
había visto a Hernández vivir. Firmó su declaración. 21 1
Con el nombre de Alonso Gómez Sesquillo depuso en el juicio de
residencia que se hizo en 1547 al gobierno de Martín Galeano, justicia ma-
yor de Vélez, afirmado lo que sigue. Conocía a Galeano desde hacía mas de
10 años, había nacido alrededor de 1510 y sabía de las muchas pacificacio-
nes y castigos que se le habían hecho a los naturales de la región, bien fueran
de nación Mosca u otras. Por sus 56 respuestas se hace evidente su familia-
ridad con esa época difícil, pues la resistencia de los naturales a la invasión
de los cristi.anos fue muy persistente y el rigor de estos para escarmentarlos
y reducirlos fue mas que exagerado. 212
Con el nombre de Alonso Gómez Hiel ele la Tierra declaró en la
probanza ele Juan ele Angulo en 1564 que era vecino de Vélez y de mas
ele 50 años ele edad. Por lo señalado en ella se deduce una vez mas su
familiaridad con lo sucedido durante los primeros años ele esa ciudad,
mas sin agregar algo que pudiera ciar mas indicios sobre su vicia. 213 Sábese,
sinembargo, que Gómez vino como ballestero de la expedición al Nuevo
Reino y por sus trabajos recibió una parte y media del botín recogido. 214
Era casado y en Vélez tuvo una encomienda cuyo nombre no se conoce
pero que tenía 150 tributarios y que en la década ele 1560 estaban
rebelados. 215

211 AGI Patronato 154-2-6, 1560.

2 12
ANC Residencias de Santander LVI, ff. 569v a 579v.

213 AGI Patronato 155- 1-5.

214 MDR -250; JF -151.

215
Tovar Pinzón, No hay caciques, p. 96.

116
DIEGOGOMEZ

Para fortalecer sus argumentos en el pleito que ventilaba con Diego Ortiz
el compañero de Féderman, Diego Gómez hizo una probanza de sus
servicios en 1551 en la ciudad de Vélez de donde era vecino . En esa
preguntó a los testigos, quienes asintieron a sus afirmaciones, si sabían
que hacía 15 años había venido con el gobernador Pedro Fernández de
los reinos de España a Santa Marta, ciudad de la cual salió con el licen-
ciado Jiménez en busca del Nuevo Reino, pasando en el camino tantos
trabajos que solo llegaron 170 hombres. Después de instalado en la nue-
va tierra fue con Hernán Pérez a la jornada de la Casa del Sol donde fue
herido malamente y de regreso fue con el capitán Juan de Ribera a paci-
ficar la provincia de Guane donde los naturales habían matado varios
españoles, hallándose en un grupo que de pronto fue rodeado por 2.000
indios. Si no fuera por la buena maña que se dieron, hubieran muerto
todos los cristianos. En el curso de esa pacificación construyó un puente
para que Ribera y sus soldados pudieran pasar un río. Preguntó a los
testigos, además, si sabían que a él le dieron la encomienda de T (ilegi-
ble) y Cochavita, por otro nombre llamada Sotaquirá, que había tenido
por mas de ocho años hasta que el gobernador Díez se la quitó y se la dio
a Diego Ortiz. 216
Algunos cronistas pintaron a Diego Gómez, lucitano, participando
en la arriesgada atravesada de un río cuando con el capitán Juan de San
Martín fueron a averiguar que había por los Llanos Orientales, indirecta-
mente confirmando que Gómez vino al Reino con Jiménez, pues esa
acción tuvo lugar antes de la llegada de Belalcázar y Féderman. Radica-
do en Vélez como se vio, Gómez salió a auxiliar al gobernador Luis de
Lugo quien tenía problemas para encontrar el camino del Opón a esa
ciudad. Posteriormente en vista de las dificultades que tuvo con el go-
bernador Miguel Díez, se fue a España a solicitar le hiciesen justicia. 217
Según la versión de Díez, él había condenado a Gómez por tratar mal a
algunos naturales y por otros delitos, razón para que se fuese huyendo
del Reino. 218

21 6
AGI Justicia 492-1, pleito entre Pero Añez, Diego Ortiz y Diego Gómez por Sotaquirá.

217JC IV-220, 430 y 503; FPS III-233 y IV-153, donde le cambia el nombre llamándole Diego
Jiménez.
218
DIHC IX-321

117
Para que se pueda saber mejor lo ocurrido entre Gómez y Díez, se
trae a relación la versión del gobernador interino Lope Montalvo de Lugo
quien acusó a Díez de que atendía mal a sus gobernados " ... con palabras
muy soberbias y de mala crianza, afrentar a las personas diciéndoles que
mienten como bellacos, a los que ante él vienen a pedir justicia, como lo
hizo con ... y a otras personas mandándoles dar palos y cuchilladas, como
fue a ...Diego Gómez. 219
Cuando vino explorando con el licenciado Jiménez ocupó el cargo
de ballestero, por cuya razón le tocó parte y media del botín recogido.
En otra oportunidad declaró que había nacido antes de 1520, quizás alre-
dedor de 1515, y que no fue al Dorado . Firmó su declaración . 220

21 9
DIHC IX-349.

22
º MOR -251; JF -151; AGI Justicia 492-5, Arias vs . Sánchez por Moniquirá .

118
FRANCISCO GOMEZ

Llamado también Gómez de Feria, este cordobés llegó a Santa Marta


con el adelantado de Canaria en 1536. Como soldado arcabucero acom-
pañó al licenciado Jiménez en la expedición al Nuevo Reino de Granada
y fue de los primeros en llegar a tierra muisca. Asistió a la fundación de
Santa Fe donde se avecindó y en ella fue regidor, mayordomo en 1549 y
procurador en 1553. En ese distrito tuvo encomendados a los señores
Tibacuy, Chueca, y Hugo en Bogotá y en el valle a la otra parte de Fusa-
gasugá a Ponte, Saque, Chumbita, Coyoa, Ibacote, Cimbi, Cheyseca, y
en la provincia de Piterma a Macayma y los principales Topo, Nucayma,
Tuquima, Laho, Binita y Brande. Fue el segundo en casar en Santa Fe y
lo hizo con Catalina de Quintanilla con quien tuvo un hijo y cinco hijas
que fueron Francisco Gómez de la Cruz; Francisca, Mariana y Catalina
Taboada; Inés Arias, y otra. Fuera del matrimonio tuvo a los clérigos
Francisco y a Hernán Gómez de la Cruz. 221
Estuvo en la fundación de Tocaima y en la pacificación de sus
naturales. Había nacido en 1515 y sabía escribir. Fue a España después
de 1562 y al regreso lo mataron unos piratas franceses. 222

221
JFO Arbol XVII, par. 1, dedicado a este conquistador.

222
AGI Patronato 154-1-1, probanza de Juan de Alcalá. También hizo de testigo en la probanza de
Diego García Cabezón, AGI Justi cia 492 No. 2. La proban za de 1562 mencionada por el Sr. Rivas
en nota 4 p. 155, se encuentra ahora en AGI Patronato 155-1 -9.

119
HERNAN GOMEZ CASTILLEJO

Siendo alcalde de Santa Fe en 1561, declaró en la probanza de Diego


Romero, su compañero de expedición, que le conocía de hacía 25
años, tenía mas de 40 años y había llegado a Santa Marta con el ade-
lantado Don Pedro. 223 Después de participar en algunas actividades
en esa provincia, se preparó para remontar el Magdalena, en cuya
jornada pasaron toda clase de trabajos por no tener quien les sirviera
ni cargara lo que llevaban, por tener que comer toda clase de alima-
ñas, por las llagas que se les hacían por andar descalzos y desnudos,
por los ataques de los naturales, y por los daños que les causaban los
caimanes y tigres. Debido a las pérdidas de cosas que tuvieron en el
camino, los caballos y todos los artículos de Castilla llegaron a valer
mucho en el Reino.
A Gómez le tocó su parte en las exploraciones después de llegar
a tierras muisca pues fue tras las esmeraldas y a buscar las Amazonas,
ayudando a continuación en las pacificaciones de los naturales que se
hicieron, principalmente en Duitama y Guatavita. Asintió Gómez a las
preguntas restantes del interrogatorio presentado por Romero, mas no
agregó algo sobre su persona, excepto que firmó su deposición.
Confirmase una vez mas que Gómez vino con el licenciado como
soldado de a caballo y por ello le tocaron dos partes del botín recogido
por todos. 224 Fundadas las ciudades del Nuevo Reino se radicó en Tunja,
de la cual el cabildo le nombró procurador el 13 de marzo de 1541.
Acompañó a Hernán Pérez a buscar las provincias del Dorado y cuan-
do en el transcurso de esta murió el padre Juan Esteban Verdero, el
primer cura párroco de Santa Fe, de los bienes que este dejó compró
una chamarra vieja en cuatro pesos de oro, que por no tenerlos, lo fió
Luis Lanchero. 225 Tal vez al regreso de esa expedición, que al igual de
otras empresas dirigidas por Hernán Pérez nada se ganó y todo se per-
dió, se quedó a vivir en Santa Fe, y Lope Montalvo de Lugo le conce-
dió la encomienda de Suesca en ese distrito, que el anterior gobernador,
Luis de Lugo, había quitado a Juan Tafur. 226

223
AGI Patronato 154-3-1.

224
MDR -241; JF -150.

m CDT 1-92; ARB Archivo Histórico de Tunja III, f. 136.

226
AGI Justicia 552.

120
Gómez nació en Córdoba alrededor de 1515, y era hijo de Juan Gómez
Castillejo, tintorero. Del hijo Hernán se decía que era mercader y había
vuelto a España en 1548. Regresó a Santa Fe y en 1550 ocupó el cargo de
mayordomo. Murió a principios de la década del 60 y su viuda, Catalina
Gaitán, heredó Suesca por no dejar su marido herederos legítimos. 227

227José de la Torre, "Hernán Gómez Castillejo," en BHA XXXllI-307 a 312; MAEM -612; JFO 1-
169; RR -158.

121
JUAN GOMEZ PORTILLO

Nacido en Toledo antes de 1509, vivía en Carmona cuando se alistó para


ir a Santa Marta con el adelantado Pedro Fernández de Lugo. Al llegar
se halló en algunas pacificaciones de naturales de esa provincia y como
machetero de la expedición dirigida por el licenciado Jiménez subió al
Nuevo Reino. Avecindóse en Santa Fe en cuyo distrito el licenciado le
encomendó Usme. Se halló en las pacificaciones de Suta, Simijaca y
Tausa. Volvió a España y regresó con su prima Beatriz Pacheco y Ojeda
quien casó con el conquistador Cristóbal de Malina. Como vecino de
Santa Fe declaró en una probanza de 1563 y no la firmó porque no sabía
escribir. Era casado en España con Catalina Martín Pacheco, viuda que
tenía cinco hijos. Fuera del matrimonio tuvo a Diego Muñoz y murió
antes de 1569 .228
Fue acusado de crueldades contra los naturales de Usme y atesti-
guó en las probanzas de Diego López Castilblanco, Antón Flamenco y
Francisco de Figueredo. 229

228 Flórez de Ocariz le dedicó el Arbol XIV, donde se encuentran todo s los datos sobre la familia

de Gómez. Ver también AGI Patronato 153-7-2, probanza de Alonso Domínguez; MOR -249; AGI
Justicia 545 f. 350 v. donde se establece que de manos del Licen ciado Jiménez recibió Usme; RR
-158 a 161.

ANC Caciques e Indios LV, ff. 12 y ss. ; ver AGI Justicia 545, f . 350v; AGI Patronato 158-3-4;
229

ANC Historia Civil VII; AGI Patronato 155- 1-8.

122
PEDRO GOMEZ DE OROZCO

Antes de considerar los hechos mas salientes de la vida de este con-


quistador y con el propósito de evitar confusiones causadas por las
crónicas de la colonia, se debe recordar que en el Nuevo Reino vivían
al mismo tiempo que él, Pedro de Arévalo Orozco y Juan de Orozco,
los dos compañeros de Belalcázar. Arévalo fue vecino de Santa Fe y
encomendero de Tibaguyas . Juan de Orozco fue vecino de Tunja y es-
taba vivo en 1571. 23 º
Según declaraciones del mismo Pedro Gó111ez de Orozco, había
nacido entre 1515 a 1520. Se alistó en la armada de Pedro Fernández de
Lugo con quien llegó a Sa~ta Marta y de allá subió al Nuevo Reino con
la hueste del licenciado Jiménez que vino por tierra. A partir de 1559 se
residenció en Pamplona, de donde vio salir y regresar a Ortún Velasco
cuando se fundó Mérida, lo que quiere decir que él no se halló a esa
fundación y menos a la de Pamplona. Acompañó al capitán Francisco
Hernández a poblar la ciudad de Ocaña y descubrieron el puerto sobre el
río Grande de la Magdalena lo que fue de gran servicio para Pamplona.
Gómez siempre firmó sus declaraciones. 231
Según informaciones dadas por un hijo suyo después de muerto el
padre, después de llegado Gómez al Reino se avecindó en Vélez donde
le asignaron una encomienda y en ese distrito fue de los primeros que
exploraron la provincia de Guane. Participó en la fundación de Tocaima
y en las pacificaciones de los naturales que habitaban sus alrededores.
Después fue a Pamplona donde le asignaron la encomienda de Cáchira y
de esa ciudad salió con el grupo que fundó a San Cristóbal.
El licenciado Jiménez confirmó que Gómez vivió primero en Vélez
donde tuvo una encomienda antes de irse a vivir a Pamplona y el cronis-
ta Simón le describió como partícipe del castigo que se dio a los indíge-

230 Alonso Luis de Lugo quitó Baganique a Juan de Orozco para dársela a Cristóbal Ruiz, mas
pudo recuperarla después por mano de Miguel Díaz; ver AGI Justicia 548 No. 2, ff. 317 a 382.
Como este Orozco estaba vivo en 1571, desconcierta el contenido de una cédula real fechada el
17 de febrero de 1563, donde se lee que por muerte de Pedro de Orozco, vecino de Tunja , quedó
vaco el repartimi e nto de Baganique y por ello se le asignaba a Don Gonzalo Jiménez; ver "Real
Provisión" en Revisra del Archivo Nacional 5 :53-54 (sep. a dic. 1943) , p. 369. Se menciona esto
porque Ocariz escribió que Pedro Gómez de Orozco tuvo una encomienda de Tunja lo cual parece
errado .

231 AGI Patronato 152-3, probanza de Ortún Vela sco; ANC Encomiendas IV, ff. 1017 a 1044,
probanza de Simón del Basto, año 1583 ; ANC Historia Civil XIX, información de servicios de
Alonso Carrillo; ANC Encomiendas XI, pleito Juan Mateas vs. Alonso Domínguez ..

123
nas de Vélez que habían matado a Miguel Seco Moyano en 1553. 232 El
22 de diciembre de 15 51 fueron requeridos todos 1os vecinos de V élez
de mantenerse armados para servir al Rey en caso de necesidad. A Pedro
Gómez le exigieron mantener un caballo, lanza, y adarga. 233 Esta evi-
dencia es la única que se ha encontrado de su vida en esa ciudad y su
nombre no aparece en las listas de encomiendas correspondientes a ese
período de tiempo. Confirma, sinembargo, que fue solo años después de
fundada Pamplona que allá se fue a vivir.
La primera evidencia que se tiene de su vida en Pamplona a donde
según él mismo fue a vivir en 1559, está fechada el 28 de noviembre de
1560. En esa fecha.aparece dando una contribución de tres y medio pe-
sos para sufragar varios gastos extraordinarios que tuvo la ciudad. Ya el
siguiente año fue elegido regidor del cabildo y el 29 de diciembre de
1560, este le asignó una estancia para ganado sobre las márgenes del río
Chopo. 234 De esa ciudad fue que salió a asistir en la fundación de San
Cristóbal, lo cual tuvo lugar el 31 de mayo de 1561. Cuando las autori-
dades de Pamplona pidieron a los vecinos man!festar qué armas podían
poner al servicio del Rey, orgullosamente Pedro se presentó con sus dos
hijos, Pedro y Gonzalo, bien montados sobre sendos caballos de guerra.
235
Casó con Isabel Domínguez con quien tuvo esos dos hijos , mas la
niña Brígida. El padre murió después de 1583 , pues ese año atestiguó en
la probanza de Simón del Basto ya anotada.

232 Friede, El Adelantado, vol 2, p. 319; FPS IV-320.

233
ANC Criminales XVIII, ff. 981 a 1005 .

234
CDP -324, 327 , 335.

235
Joaquín de Urdiciáin, "Fundación y Fundadores de San Cristóbal ," en Boletín de la Academia
Na cional de Historia, vol. 41 (Caracas, 1958), p. 501. ANC Criminales L, ff. 525 y ss.

124
FRANCISCO GONZALEZ DE TRUJILLO

Desde 1927, cuando se encontró el documento del reparto del botín efec-
tuado en junio de 1538 entre todos los soldados que habían sobrevivido
la expedición del licenciado Jiménez que dio origen al Nuevo Reino, se
sabe que Trujillo, miembro de esa expedición, se llamaba Francisco
González y era probablemente de Trujillo en Extremadura. Como rodelero
que fue en esa aventura, le correspondió una parte del botín. 236
Habiendo ya reposado en la nueva tierra, debió ser la heredad del
Zaque la que mas le agradó, porque fue uno de los pobladores de la
ciudad de Tunja, quedando inscrito como vecino el 24 de diciembre de
1539 y habiendo recibido un solar para construir su casa. 237 Probable-
mente acababa de llegar a Tunja de la expedición de la Casa del Sol, de
la que venían muchos de los inscritos en esa fecha. Como a los otros
conquistadores, Alonso Luis de Lugo le debió suspender el título que
tenía de una encomienda, porque junto con otros compañeros de expedi-
ción le escribió una carta pidiéndole que hiciese una nueva distribución
de las mismas . 238 Al finalizar 1543, hizo de testigo en Tunja al proceso
que abrió el gobernador Lugo contra Lázaro Ponte, a quien acusaba de
estar ilegalmente en el Reino, de haber matado un alguacil en Cádiz, de
haber sido cruel con sus encomendados de Fusagasugá y de haber co-
rrompido niñas indígenas. 239
González también atestiguó en el proceso que en 1547 abrió el
gobernador Miguel Díaz contra Gonzalo Jiménez, contestando pregun-
tas sobre el castigo que· este hizo al Duitama y su participación en la
muerte del Zipa Saguipa. 240 Había nacido alrededor de 1516 y no sabía
escribir porque no podía firmar. 241

236
JF-153; BHA XVl-705 a 715 y XXIl- 152.

237
CDT I-40.

238
DIHC VII-114.

239
DIHC Vll-137.

240
JF -90. Allí se lee equivocadamente, Francisco Gutiérrez de Trujillo.

241
ANC Encomiendas XI, f. 109, citado por RR -357.

125
JUAN GONZALEZ DEL PRJ\.DO

Con el licenciado Jiménez llegaron al valle de los Alcázares dos solda-


dos de idéntico nombre, Juan González, el uno ballestero y el otro
machetero. El ballestero recibió parte y media del botín repartido entre
todos los sobrevivientes, mientras el machetero recibió una parte. 242
Como no es dable diferenciarlos por medio de los documentos estudia-
dos a la fecha, aquí se menciona el que dejó las mayores huellas en la
nueva tierra.
Uno de los dos Juanes González se avecindó en la ciudad de Vélez.
Allí declaró en 1552 haber sido de los primeros conquistadores, haber
nacido antes de 1512 y no firmó la declaración porque dijo no saber
escribir. 243 Otro compañero de Jiménez, Diego Franco, aseguró en Vélez
en 1550 que conocía a Juan González, portugués, alguacil que fue de
Vélez, "de muchos días a esta parte ." 244 En adición, en 1551 y por segu-
ro encargo del cabildo de la ciudad, el mismo Juan elaboró una lista de
las personas que deberían mantener armas y caballo para la defensa de la
ciudad y allí se lista él mismo como "Juan González, portugués." 245
En 1544 Lope Montalvo de Lugo, quien gobernaba el Nuevo Rei-
no interinamente, hizo una diligencia para calificar las acciones de Mar-
tín Galeano quien había sido teniente de gobernador de Vélez. La pregunta
10 tenía como propósito averiguar si Galeano había administrado bien la
justicia. El testigo Juan Alonso, compañero de Jiménez y también veci-
no de Vélez, contestó que vio a Juan González del Prado y otro, pedir
justicia a Galeano y que este no se la hizo. 246 Como el único Juan González
que fuera vecino de Vélez durante los cinco primeros años de esas ciu-
dad, era el compañero de Jiménez de quien aquí se trata, se sigue que es
la misma persona. Si este González del Prado fuera de otra ciudad, iría
donde su justicia mayor de ella y no recurriría a Vélez.
Hay mas. El genealogista Flórez de Ocariz, seguido por Fernández
de Piedrahita, escribió que Juan del Prado fue uno de los conquistadores
del Reino que acompañó al licenciado Jiménez. Por la lista del repartí-

242 MDR -250; JF -151.

243
RR -163.

244
AGI Justicia 552, ff. 274 y ss.

245 ANC Criminales LXVIII, ff. 981 a 1005.

2 6
' AGI Justicia 566, ff. 772 y ss.

126
miento del botín se sabe que el único Prado que entró con Jiménez fue
Remando del Prado, vecino de Santa Fe y luego de Tocaima, mas nó de
Vélez. Remando, entonces, no es confundible con Juan y por eso se le
pone al lado. La primera impresión es creer que Flórez de Ocariz se
equivocó en listar a Juan del Prado como uno de los primeros en el
Reino, mas cuando se sabe que una persona con ese nombre fue uno de
los primeros regidores de Vélez según lo relatan los cronistas Castella-
nos, Simón, y Piedrahita, saltan las dudas . 247 No será que Juan del Prado
es el mismo Juan González del Prado, llamado por su segundo apellido
como a veces se acostumbraba? Por ejemplo, en el índice del libro Los
fundadores de Bogotá del señor Rivas, se encuentran varios soldados
listados como Castilblanco, Corredor, Ledesma, Manchado, Malina,
Monroy, etc, y que corresponden a Diego López Castilblanco, Pedro
Ruiz Corredor, Alonso Hemández de Ledesma, Juan García Manchado,
Andrés Vázquez de Malina, Cristóbal Arias de Monroy.
Todo lo anterior señala que Juan del Prado, primer regidor de Vélez
en 1539, fue el mismo Juan González del Prado a quien Galeano le negó
justicia antes de 1544 y el mismo Juan González que fue alguacil de la
misma ciudad antes de 1550. Sorprende menos saber que Juan González,
quien no sabía escribir como se anotó arriba, hubiera tenido cargos de
regidor y alguacil, además de confeccionar listas de gentes, cuando se
conoce que, por ejemplo, los influyentes capitanes y alcaldes de Santa
Fe, Antón de Olalla y Gonzalo García Zorro tampoco sabían escribir, o
cuando se ve la cruda señal que estampaba en los documentos Juan Alonso
en vez de firma, persona que fue varias veces alcalde de Vélez.

247
JC IV-299 y 300; FPS IV-10; JFO I- 171; LFP I-329 .

127
JUAN GONZALEZ

Según se indicó bajo su homónimo, hubo dos conquistadores del Nuevo


Reino de Granada llamados Juan González, uno de los cuales fue balles-
tero y el otro machetero. 248 El referido acá es el otro, distinto del vecino
de Vélez que había nacido en Portugal antes de 1512 y que no sabía
escribir. Los documentos consultados a la fecha no revelan dato alguno
sobre la vida de este soldado.

248
MOR -250; JF -151.

128
JUAN DE GÜEMEZ

Pasó de Santa Marta al Nuevo Reino con el cargo de rodelero, acompa-


ñando al licenciado Jiménez por lo cual recibió una parte del botín reco-
gido por todos. 249 Se avecindó en Santa Fe donde gozó de los tributos y
otros servicios que le rendían los naturales de Subachoque encomenda-
dos en él y de la buena compañía de su mujer, Juana Flórez, con quien
no tuvo hijos. 250 En diciembre de 1543 el gobernador Luis de Lugo abrió
un proceso contra Lázaro Ponte, el compañero de Jiménez, por delitos
cometidos contra varios indios incluidos sus encomedados de Fusagasugá.
En este proceso Güémez declaró que en Turmequé, Ponte "enraspó una
india para se echar con ella de doce o trece años de edad e que no era
cristiana," a quien violó siendo virgen, después de haberle amarrado los
pies a dos estacas clavadas en el suelo y las manos a dos palos de un
bohío. También forzó a una niña virgen, hija del cacique de Bogotá, de
siete u ocho años de edad, añadiendo Güémez que "lo sabe por haberlo
visto e ver la sangre que había caído de la dicha niña en la cama."
Constábale también que Ponte "se echó con otras niñas indias sin ser
cristianas e que las corrompió así mismo." Firmó su declaración. Proba-
blemente murió en 1547 porque en un documento de ese tiempo semen-
ciona su testamento. 251
Muerto Güémez, su mujer Juana heredó la encomienda de
Subachoque y volvió a casar con Juan de Santander, hombre quien se-
gún ella, en 1553 usufructuaba del producto de la encomienda y no le
daba ningún dinero. En esas Juana le abría a Luis de Sandoval la venta-
na de su habitación que daba a la calle, para que entrara cuando su mari-
do estaba ausente. Sorprendida por el marido, Juana insistía en que
Sandoval la visitaba en su cama para conversar con ella. Santander la
demandó por adulterio pero luego resolvió que era mejor reconciliarse
con la acomodada Juana y quizás hasta tratarla mejor. 252

249
MDR -252; JF-152.

"º JFO 1-170; aquí lee equivocadamente que Güemez era vecino de Tunja.

251
DIHC IX-74.

252
AGI Justicia 585, ff. 550 y ss., Juan de Santander vs Juana Flórez.

129
GUILLEBIEN

Formando parte de la hueste de Jiménez como so ldado rodelero,


Guillebién alcanzó el valle de los Alcázares. Por su participación en
esa conquista recibió una parte del botín habido por todos hasta junio
de 1538 .253
Dudosamente Guillebién es un apellido español. Hay un Francis-
co Gabullet que llegó a Santa Marta con Juan del Junco, hijo de Felipe
Gabullet y de Juana de Sosy, vecinos de Borgoña (Francia), quien se
enlistó en Sevilla el 5 de abril de 1535. 254 Será este el mismo Guillebién
descrito acá?

"' MDR -252; JF -153 .

25
' CPI II-38.

130
ALONSO HERNANDEZ

El listado de los europeos que participaron en el tesoro quitado a los


naturales durante la expedición al Mar del Sur dirigida por el licenciado
Jiménez y que dio origen al Nuevo Reino de Granada, indica que en
junio de 1538Alonso Hernández recibió una parte por su labor de rodelero.
255
No se ha encontrado ningún otro dato sobre su vida, en los documen-
tos consultados a la fecha.

m MDR -251; JF-153.

131

'·i
ALONSO HERNANDEZ DE LEDESMA

El 30 de enero de 1560 en Santa Fe, inició su probanza de servicios con


el propósito de demostrar por medio de testigos los servicios que había
hecho al rey y pedirle ayuda para poderse sustentar, pues los indios que
le habían asignado en la provincia de V élez no le producían la renta
necesaria para vivir de acuerdo a sus necesidades . Aseguró entonces que
en 1535 había salido de España en la armada del adelantado Pedro
Fernández de Lugo y había llegado a Santa Marta. A los pocos días de
llegado, a su propia costa y con sus propias armas salió en compañía de
este adelantado a pacificar la sierra de Banda, Coto, Valle Hermoso, los
Siete Pueblos, y las Sierras Nevadas. De vuelta a Santa Marta encontró
,que el adelantado enviaba a licenciado Jiménez, quien al momento de la
probanza ya era mariscal del Nuevo Reino, a descubrir y pacificar indios
y él vino en su compañía a su costa y sin llevar sueldo alguno, sirvió al
rey en esas. Cuando ya estaba pacificada una buena parte del Reino, por
mandato del mariscal fue con el capitán Martín Galeano a pacificar la
región y a fundar a Vélez. Cuando a esta ciudad llegó el gobernador
Jerónimo Lebrón y sus gentes, en su casa acogió a muchos de estos
soldados recién llegados y sin cobrarles nada, también les dio de comer.
Cuando se supo que venía P<?r gobernador Alonso Luis de Lugo,
con algunas gentes fue a recibirlo hasta el desembarcadero que estaba a
40 leguas de distancia, llevándole alimentos sacados de sus propios ha-
beres. Durante todo el tiempo que había residido en Vélez había tenido
su casa, armas y caballos al servicio del rey y como por ese pueblo
pasaban los que iban y venían del Reino, él hospedaba y daba de comer
a muchos transeúntes sin cobrarles costas. Aseguró que los gobernantes
del Reino nunca le habían gratificado lo suficiente, pues entonces solo
tenía encomendados 30 indios, quienes por no poderle sustentar, tenía él
que dedicarse a hacer granjerías y a industriarse en otras formas para
sufragar sus gastos, por lo que estaba muy pobre y endeudado.
Después de haber recogido los testimonios dados en Santa Fe por
sus compañeros Cristóbal (Ortiz) Bernal, Francisco de Mestanza, Alonso
Gómez, Francisco de Figueredo, Gonzalo Jiménez de Quesada (de 48
años de edad), y Juan de Céspedes, mas los dados en Vélez por Juan
Alonso, Bartolomé González, Diego Ortiz y Francisco de Murcia, se fue
a la corte en España a que le hicieran justicia y le compensasen con
1.000 pesos de renta anual.
La solicitud de Hernández fue atendida por la corte en Madrid por
medio de la expedición de una cédula real fechada en 1561 dirigida a los
miembros de la audiencia de Santa Fe pidiéndoles le asignasen a

132
Hernández de Ledesma cualquier repartimiento que estuviera vacío. Como
muchas otras ódenes reales esta tampoco se cumplió, así que el paciente
Hernández volvió a España en 1577 y pidió una renta, ya no de 1.000
sino de 2.000 pesos anuales. La corte solo le aprobó 800 pesos por me-
dio de otra cédula. Contento debió regresar de Madrid al Nuevo Reino
con el nuevo mandato real que al final tampoco tuvo efecto, pues
Hernández murió después de pasados dos años ya que en 1579 atestiguó
en la probanza de Hernán González Hermoso. 256
En 1570 ya había trasladado su vivienda de Vélez a Tunja, pues
declaró ser vecino de esa cuando depuso en la probanza de Diego López
Castilblanco, por lo cual también se sabe que había nacido alrededor de
1516 y que sabía firmar. 257 Cuando fue la primera vez a España,
Hernández debió viajar acompañado de un hijo mestizo que tenía, pues
al inscribirse en 1562 en Sevilla como pasajero que regresaba al Nuevo
Reino, lo hizo añadiendo que había nacido en la Ciudad Rodrigo en León,
y que viajaba con su hijo Marcos, habido en Leonor, india. La enco-
mienda que tuvo en Vélez se llamaba Chocoa. 258

" 6 ANC Historia Civil XX, ff. 627 a 663v.

"' AGI Patronato 158-3-4.

"' CPI V-24; Fajardo, El régimen de la encomienda, p. 57.

133
ANTONIO HERNANDEZ

Rodelero de la expedición del licenciado Jiménez a tierra muisca, quien


en razón a su cargo recibió una parte del tesoro recogido por todos los
expedicionarios. 259 Aunque deletreando su nombre en cualquiera de las
dos formas como se usaba en la época, el escribano Flórez de Ocariz
escribió que Antonio Fernández fue un soldado portugués que entró al
Nuevo Reino con Jiménez y se avecindó en Vélez donde no dejó suce-
sión. 260 De ser así, en Vélez vivieron dos soldados portugueses venidos
con Jiménez: este y Juan González.

259
MDR -251 ; JF -152.

260
JFO 1-167.

134
FRANCISCO HERNANDEZ

Seguro soldado ballestero que entró conquistando la tierra donde se crearía


el Nuevo Reino de Granada y que por su labor recibió una parte y media
del botín recogido. 261 Los cronistas están de acuerdo en que así sucedió
y algunos de ellos le ponen como segundo apellido el cargo que tuvo:
Ballesteros. 262
A pesar de que nada mas se sabe de este soldado, no se le debe
confundir con Francisco Hernández, el fundador de Ocaña en el actual
departamento de Santander, como lo hizo el escribano Florez de Ocariz
quien le dedicó el Arbol XVI de sus Genalogías, persona .bien distinta
puesto que llegó al Nuevo Reino con el gobernador Miguel Díez, según
sus propias declaraciones. 263

261
MDR-250; JF-151.

262
FPS III-356; JFO I-168; LFP I-201.

263
ANC Historia Civil XIX, probanza de Francisco Hernández, 1572. Ver RR -25 a 27 quien da
una buena descripción del contenido de la probanza.

135
MARTIN HERNANDEZ DE LAS ISLAS

Atestiguando en Timaná en noviembre de 1543 en la probanza de Do-


mingo deAguirre, su compañero de expedición a tierras muiscas, asegu-
ró Hernández lo siguiente. Cuando llegó a la provincia de Santa Marta
con el adelantado Pedro Fernández de Lugo, allí encontró a Aguirre. Al
Nuevo Reino había llegado en compañía del licenciado Jiménez. En ese
había participado en la pacificación de los naturales, especialmente en la
guerra que le hicieron al Duitama. Asintió al resto de las afirmaciones de
Aguirre sin agregar nada sobre su propia vida y manifestó no saber es-
cribir y por eso ·no firmó su declaración. 264
El año anterior a esta declaración era vecino de Tunja y como tal
confirmó el nombramiento de Gonzalo Suárez como capitán y justicia
mayor del Reino y como no sabía firmar, pidió a Juan de Quincoces que
lo hiciera por él. 265 Fue por esa época que Suárez ordenó a Martín
Hernández ir a desalojar los naturales que se habían atrincherado en el
peñol de Ocavita y no querían bajar a servir a los cristianos, mas este no
pudo tener éxito por lo que después mandaron a Mateo Sánchez Cogolludo
quien era su encomendero. 266 Estando por los lados de Vélez a mediados
de 1543, fue enviado por los vecinos a que fuera a auxiliar al goberna-
dor Lugo quien se hallaba en grandes dificultades para encontrar el ca-
mino a Vélez.
Andariego resultó este Hernández pues era vecino de Tunja en 1542,
a mediados del siguiente estaba en Vélez y a su final en Timaná. En ese
mismo año asistió infructuosamente a los cristianos de Popayán en los
encuentros que tuvieron con los paeces, pues estos mataron al Capitán
García de Tovar y otros 11 soldados. 267
El segundo apellido de Hernández estaba bien justificado porque
era de Tenerife en las islas Canarias de donde viajó con el adelantado
Fernández de Lugo. Fueron sus padres Martín Hernández Gratadilla e
Inés de Remona. Había casado con Catalina López y dejó varios hijos y
tres hijas, según su testamento abierto en diciembre de 1558. 268 Contra-

264
AGI Patronato 153 -4-1.

265
CDT 1-178.

266 ANC Caciques e Indios XXIV, ff. 645 y ss., interrogatorio de Sánchez Cogolludo.

267 FPS V-315 a 318 .

268
ARB Archivo Histórico de Tunja VI, ff. 208 a 289.

136
riamente a lo expresado por sus descendientes, especialmente por Juan
Mejía quien era el marido de una de sus hijas, Hernández no murió po-
bre pues dejó bienes de consideración en el Nuevo Reino y en Tenerife,
además de una larga lista de acreedores y deudores que atestiguan las
frecuentes transacciones que realizaba en vida. Tenía además negocios
de importancia con Mateo Ordóñez y dejó un esclavo negro llamado
Antonillo. 269

269 ANC Historia Civil VII, proban za de Juan de Serrada, 1623.

137
PEDRO HERNANDEZ DE AGUILAR

Posiblemente de Aguilar en Andalucía, había nacido en 1513, había


pasado a Santa Marta de donde salió con el cargo de rodelero en la expe-
dición del licenciado Jiménez que buscaba un camino al Mar del Sur, y
no sabía firmar. 27°Fue con el capitán Galeano a la fundación de Vélez y
allí se avecindó, recibiendo en ese distrito la encomienda de Iroba. 271
Aún estaba vivo en 1582 cuando atestiguó una probanza hecha en Vélez
en la que aseguró ser de 70 años, o sea nacido alrededor de 151 O. Añadió
que estuvo en varias guerras que se les hicieron a los indígenas de la
vecindad y de haber participado en la búsqueda del mas cómodo puerto
del Carare con el que se sirvió mejor a Vélez. 272

.270 ANC Encomiendas XI, ff. 170 a 303, pleito Domínguez vs. Mateas; MOR -25 1.

271
ANC Visitas Santander III, ff. 479 a 558.

272
AGI Patronato 1'62-1-1, probanza de Francisco de Murcia.

138
GARCIA DEL HITO

Unos 80 kilómetros al noreste de Madrid está la población de Hita, que


pudo haber sido la cuna de este soldado rodelero, quien de Santa Marta
subió a la tierra del señor de Bogotá con la primera expedición europea
que allá llegó, comandada por el licenciado Jiménez. En razón al oficio
que tuvo en esa jornada, recibió su parte del botín habido de los natura-
les, incluido el mas importante, el del Zaque . 273 Ninguno de los cronis-
tas coloniales le mencionó y solo el escribano Flórez de Ocariz le incluyó
en su lista de los venidos al Reino con Jiménez, e indicó que se avecindó
en Tunja donde vivió sin dejar sucesión. 274 Confírmase su vida en esa
porque el 21 de febrero de 1542 fue uno de los vecinos que firmaron un
documento aceptando a Gonzalo Suárez como justicia mayor del Nuevo
Reino. 275 En el distrito de esa ciudad recibió en encomienda los natura-
les de Tata y Guáquira. 276

273 MOR -251; JF -152.

27• JFO I-169.

m CDT I-179.

276 MAEM -604 .

139
JERONIMO DE LA INZA

Ante el muy noble señor capitán Juan de Céspedes, alcalde ordinario por
Su Magestad en esta ciudad de Santa Fe y en presencia de Onorato Vi-
cente Bernal escribano público y de su cabildo, el 17 de julio de 1542 se
presentó Gonzalo García Zorro a hacer la probanza de los servicios que
había prestado al rey su señor. Como testigo presentó, entre otros, a Je-
rónimo de la Inza (apellidado también de Ainsa, Ainza, Aynsa, Ayusa)
quien aseguró conocerle desde que llegó a Santa Marta el adelantado
Pedro Fernández de Lugo, indicando así que entonces él ya estaba en
Santa Marta. Siguió declarando que tenía mas de 40 años, o sea nacido
alrededor de 1500, y haber visto a García servir muy bien como alférez
de caballos, no solo en Santa Marta sino en el camino al Reino y des-
pués de entrados en este. Hall ose con García en la jornada que pretendió
encontrar la Casa del Sol, pero no asistió a la fundación del Cocuy por-
que entonces se hallaba en la exploración de las Sierras Nevadas (con
Baltasar Maldonado). Firmó su testimonio. 277
De la Inza fue capitán de macheteros durante la expedición que
dirigió el licenciado Jiménez y en razón a su cargo fue recompensado
con cuatro partes del botín habido por todos, al que él mismo contribu-
yó algo mas de 6 pesos el 9 de marzo de 1537, lo que prueba que fue
uno de los primeros en llegar al valle de la Grita. 278 Llegados a su
destino se residenció en Santa Fe, de la cual fue uno de sus dos prime-
ros alcaldes. 279 De esta debió partir a mediados del 39 a la jornada de
la Casa del Sol y debió regresar a Santa Fe a finales de ese mismo año.
En el primer semestre del 41 fue entonces a explorar las Sierras Neva-
das del Quindío con el capitán Maldonado, regresando a mediados del
año . Poco después reemplazó en el cargo de alcalde a Juan Díaz Hidal-
go, el compañero de Belalcázar, cuando se ausentó. El 9 de diciembre
pidió tierras en el distrito de Santa Fe y en el siguiente del 42 fue
elegido regidor. 280
Siguiendo el órden del tiempo, en mayo de 1542 unas 15 perso-
nas encabezadas por Inza pidieron licencia al cabildo de Santa Fe para

277
AGI Audienci a de Santa Fe 122-2-10. No es improbable que el ve rd adero gentilicio de Jeróni -
mo fuese Ainsa, nombre de un pueblito situado en la s provin cias Va sco ngadas.

278
MDR -248 ; JF -150; DIHC IV-80 .

279
JFO I-3 53.

280
GHA -58 y 59.

140
que les permitieran hacer el arriesgado viaje a Santa Marta. Inza debía
continuar a la audiencia de Santo Domingo en negocios oficiales, mas
no salió inmediatamente de Santa Fe porque, como se vio, en julio
declaró en la probanza de García Zorro y aún 10 días después seguía
en la ciudad. 281 Poco venturoso le resultaría a Inza este viaje, más mo-
tivado por la idea de atender asuntos oficiales como por traer mercan-
cías de Santa Marta, lo cual era un gran negocio como ya lo habían
probado el gobernador Jerónimo Lebrón y su acompañante el mercader
Alonso Martín. De la Inza llegó en efecto a Santa Marta, mas el 15 de
noviembre le sorprendió la muerte mientras que con su socio, el expe-
rimentado Alonso Martín, preparaban un bergantín para subirlo al Rei-
no cargado de mercancías. A su muerte dejó muchos bienes, entre ellos
por lo menos diez tejuelos de oro que valían 4.899 pesos, varias cade-
nas y medallas de oro, vajilla de plata, ropas, zapatos, sedas, tijeras,
hilos, cuchillos, un arcabuz y una espada. También dejó a los negros
Antón y Juana y a la india mexicana y esclava, Catalina, a quien había
comprado en 60 pesos. 282
Antes de morir, de la Inza alcanzó a hacer su testamento y nombró
por herederos a su socio Martín y a Juan Ortiz de Zárate quien parece
tenía parte en el negocio. Estos prosiguieron con el plan y cargaron el
bergantín y continuaron río Magdalena arriba, mas en el pueblo de las
guayabas, cerca a Melo, él y el año de 1542 llegaron a sus términos. El
bergantín prosiguió acompañado de otros cuatro de Alonso Luis de Lugo
y compañeros que también remontaban el río con destino al Reino, pero
todas las mercancías que llevaban--incluidos negros esclavos--fueron
rematados en Santiago de Sompallón.

281 GHA -61 a 63. Ver también LFP II-516.

282 AGI Justicia 549-2-2, ff. 206 a 492.

141
JUAN IZQUIERDO

Vino como soldado de a caballo en la expedición del licenciado Jiménez


que conoció los señoríos de Zaque y del Zipa y recibió dos partes del
botín quitado a estos y otros naturales. 283 Acompañó a Gonzalo Suárez
en la fundación de Tunja y atestiguó el 6 de agosto de 1539 el nombra-
miento del escribano de esa localidad, pero mas importante, el acta de la
fundación . Allí se avecindó y el 20 de agosto siguiente, el cabildo de la
ciudad le encargó la misión de recorrer la tierra y determinar los límites
de la misma. 284
Regresóse a Santa Marta con el gobernador Lebrón y allí en abril
de 1541 declaró a los cargos que este hizo a los Jiménez por no haber
sido recibido como gobernador del Nuevo Reino. En esta ocasión mani-
festó haber nacido en 1511 y no saber escribir. Continuó camino a Espa-
ña y se radicó en la collación de Santiago en Cádiz. Estando aún allí en
1549 depuso en el pleito entre los licenciados Hernández Gallego, capi-
tán de los bergantines, y Jiménez de Quesada, capitán de la tropa de
tierra, por el botín recogido que según Hernández, debía ser repartido
entre todos. 285 Parece que no regresó al Reino.

283
JF -150 y MOR -249.
284
CDT I-4, 9, 25 y 26.

285
JF -250; AGI Justicia 534B - l-5.

142
JULIAN

Fue soldado rodelero en la expedición al Nuevo Reino dirigida por el


licenciado Jiménez y recibió su parte del botín recogido por todos . 286

286
MDR -251 ; JF-152.

143

1'; ·. / 1'
; )
JUAN DEL JUNCO

Fue uno de los hombres mas experimentados que tomaron parte en la


primera expedición europea que llegó a la región donde se crearía el
Nuevo Reino de Granada. En reconocimiento, el adelantado Pedro
Fernández de Lugo había determinado que en caso de faltar Jiménez
debería reemplazarle Junco. 287 Este había servido con las fuerzas del
emperador en Hungría e Italia, pero mas interesante para el caso, había
participado en la larga expedición colonizadora de Sebastián Gaboto a la
dilatada región del Río de la Plata. Esta salió de San Lúcar de Barrameda
el 3 de abril de 1526 en cuatro carabelas que llevab.an 250 hombres,
quienes después de las muchas peripecias experimentadas en tan largo
viaje, menos de la mitad de ellos regresaron el 22 de julio de 1530 sin
haber logrado su fin. ·288
Parece que se había celebrado un acuerdo por el cual el goberna-
dor Pedro de Heredia saldría de España en 1532 a colonizar la provin-
cia de Cartagena en las naves que ya tenía preparadas y al poco le
seguiría Juan del Junco después de hacer la correspondiente leva de
gente y obtener un barco en que transportarles. 289 Con considerable
retraso salió Junco de Sevilla con los 144 hombres que enganchó entre
el 7 de febrero y el 14 de abril de 1535 y se. dirigió a Santo Domingo,
sitio de descanso y reaprovisionamiento. Al llegar allí le pidieron los
oidores de la audiencia que en vez de continuar a Cartagena a donde ya
habían ido varias huestes de refuerzo, fuese a la necesitada Santa Mar-
ta que estaba siendo gobernanda por el doctor Infante, quien había
sido enviado por la misma audiencia. Junco aceptó y cambió su rumbo
a Santa Marta donde quedó. 29 º

287 Instrucción dada por el Adelantado al Licenciado Jiménez el 4 de abril de 1536, en JF -126.

288
GFO II-353 a 367.

289
LFP I-143.

29
° CPI II-3 a 49. Aquí están listados los 144 hombres que se inscribieron en Sevilla para viajar
con Junco. Extrañamente, solo tres de estos aparecen en la lista de los sobre vi vientes de la expe-
dición del Licenciado Jiménez al Nuevo Reino: el c érigo Juan de Lezcámez y muy probablemen-
te Nicolao de Troya quien aparece como Nicolás de Troan y Guillebién que debe corresponder al
listado como Francisco Gabullet. Sobre su desvío a Santa Marta, ver la "Relación de Santa Marta,"
en Friede, Descubrimiento, p. 227.

144
Había salido de España muy recomendado por el rey, quien ade-
más de enviar cédulas de encomio a varias autoridades, le había concedi-
do a Junco licencia para llevar 1O esclavos libres de derechos, le había
prestado una pequeña suma de dinero y le había nombrado regidor de
Cartagena. 291 Sinembargo, sus pocas acciones destacadas desde que lle-
gó en 1535 a Santa Marta hasta cuando salió del Nuevo Reino después
de una corta permanencia, parecen no justificar tanta distinción real. No
se sabe en que se ocupó ni él ni su gente desde que llegaron a Marta
hasta el arribo de don Pedro. De todas maneras, a los tres meses de este
evento saldría Junco dirigiendo, con el grado de capitán, una compañía
de la gran expedición que buscaría una vía de penetración al Mar del Sur.
Sábese que en el recorrido desde Santa Marta hasta llegar a tierra muisca,
donde se fundó en Nuevo Reino, perdió dos caballos, uno en tierras de
· la nación Chimila y el otro en el río Sogamoso. Sábese también, que fue
de los primeros en entrar al valle de la Grita. Cuando unos dos años
después de llegados a donde los muiscas se supo de que por los alrede-
dores estaba acercándose la expedición de Nicolás Féderman, el licen-
ciado le envió a Pasea para que fuera a recibirle, pues Junco le conocía
desde antes. 292
Aunque no es evidente que acompañara a Gonzalo Suárez a la fun-
dación de Tunja, este le nombró como uno de sus primeros regidores--
cargo que no ejerció--y el siguiente 18 de agosto el cabildo le inscribió
como vecino y le adjudicó solar para su casa, lo que parece sucedió in
absentia. Así se explica porqué el 29 de diciembre siguiente, Junco pre-
sentó una petición al cabildo de esa ciudad para que le recibiera de veci-
no y le asignara un lote, a lo cual aquel respondió mas que generosamente,
al concederle solar, estancia, caballería y huerta. Ningún rastro dejó en-
tonces digno de aparecer en las actas del cabildo de esa ciudad, a la que
debió abandonar antes del 18 de diciembre de 1540, porque en esa fecha
el cabildo dispuso de su solar y se lo asignó a otro vecino. 293
A principios del siguiente año Junco dejó el Nuevo Reino y se fue
a Santa Marta con el gobernador Lebrón, no sin antes haber recolectado
una buena cantidad de esmeraldas y oro y de haber escrito una relación
sobre lo sucedido en la expedición en que participó, la cual puede aún
reposar en algún archivo. 294 El 30 de marzo de 1541 ya se encontraba en

291
Ver seis cédulas reales que le favorecen, en DIHC III-190 y 191.

29 2 JF - 138; "Relación de Santa Marta," en Friede, Desc11brimie1110, p. 247.

293
CDT I-12, 24, 42, 43, 69.

294
DIHC V-350.

145
la costa atlántica rindiendo declaraciones sobre ciertos cargos que el go-
bernador Lebrón hizo a uno de los compañeros de Belalcázar. Indicó
en esas que había nacido en 1503. 295 Allí mismo le pidió el gobernador
que llevara preso a España al capitán Antonio Díaz Cardozo junto con
dos probanzas selladas que contenían una descripción de lo que estaba
sucediendo en el Nuevo Reino, para entregarlas a los oficiales de la
Casa de Contratación. 296
En algún momento Junco cambió de destino. De Santa Marta
salió en una carabela que iba para la Española, mas en lugar de seguir
hacia Sevilla se desvió a Santo Domingo a donde llegó en julio de
1541, según lo escribió el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, quien
quedó muy impresionado con las esmeraldas que Junco le mostró . Allí
se quedó a vivir, allí casó con Inés de Villalobos, hija de Lucas Vázquez
de Ayllón el viejo quien había sido oidor de la audiencia, y allí conti-
nuaba viviendo en 1560, año en que ejercía el cargo de factor real,
según se desprende de su propia declaración en la que manifestó haber
nacido en 1500. 297
Cerca de 30 años después de haber salido Junco del Nuevo Reino,
y a raíz de su muerte, llegó a Tunja un hijo y heredero suyo, llamado así
mismo Juan, a reclamar los derechos que debían existir sobre unas enco-
miendas que su padre dejó. Tamaña sorpresa se debió llevar el mucha-
cho cuando fue recibido por quienes tenían entonces los títulos de ellas,
con una requisitoria en los siguientes términos . Que el Capitán Juan del
Junco, compañero de don Gonzalo Jiménez y padre del Juan que ahora
se presentaba, durante los 20 meses que permaneció en el Reino había
tomado 20.000 pesos de oro de los caciques Quiminza, Cucayta, Boyacá,
Sora, Sutamanga y Cuqueitagacha. Que durante ese tiempo atormentó al
señor de Quiminza y a los otros caciques y los apremió para que le
dieran mucho oro y esmeraldas. Que como después de ido el padre,
nunca volvió a aparecer ni dejó bienes en el Reino, los actuales
encomenderos se encontraban complacidos por la venida del hijo here-
de"ro, pues a él le podían poner cargo para que cancelara los 20 .000
pesos que se había llevado el padre. 298 Sobra decir que no hay evidencia
de que el hijo hubiese permanecido en Tunja mucho tiempo.

295
DIHC Vl - 129.

296 DIHC Vl-144.

297
AGI Patronato 50 No. 23 , ramo 5.

298
ARB Archivo Hi stórico de Tunja X, 15 de enero de 1570. Ver también DIHC V-305 .

146
Juan del Junco era de una familia prominente de Asturias que a
través de los años había mantenido relaciones sólidas con otras de la
misma región y que en conjunto, fueron muy influyentes en los eventos
de Indias . Junto con los Alas, Arango, Flórez, Hevia, Menéndez, Miran-
da, Salís, Valdés y otras, dejaron muchas huellas de sus actividades en
el área del Caribe, incluida Cartagena, y mas tarde en la Florida. 299

299
Eugene Lyon, The Emerprise of Florida, 74 y 75.

147
ANTONIO DE LEBRIJA

Probablemente había llegado en 1529 a la provincia de Santa Marta con


el gobernador García de Lerma, porque en septiembre de ese año partici-
pó en la entrada que hicieron al Pueblo Grande o Pocigueica, por lo que
recibió ocho pesos de oro del tesoro recogido. 300 Este gobernador envió
a su díscolo sobrino Pedro de Lerma acompañado de Lebrija, San Mar-
tín, Céspedes y otro distinguidos conquistadores, a una exploración que
ayudaría en mucho a la que . iba a dirigir años después el licenciado
Jiménez, pues saliendo de Santa Marta hacia el oriente pasaron por el río
de la Hacha y volteando la Sierra Nevada dieron con el valle del Cesar al
que siguieron hasta Tamalameque y el Magdalena, río al que remontaron
buenas leguas hasta dar con la confluencia del río que tomó el nombre
de Lebrija. 301
Conocedor don Pedro Fernández de Lugo de las dotes de Lebrija,
quien en Santa Marta ya ejercía el cargo de tesorero real, le nombró
capitán de una de las compañías que marcharía por tierra bajo el licen-
ciado Jiménez en busca del Mar del Sur. De esa ciudad salió el 6 de abril
de 1536. Después de afrontar muchos trabajos en el camino fue uno de
los primeros en divisar la tierra muisca, a la que llegó junto con el capi-
tán Céspedes y 25 hombres . Desde ese punto se regresaron a dar la
nueva al licenciado quien había quedado algo atrás y juntos regresaron
al real sobre el Magdalena a ordenar el ascenso de todos .
Llegados al asiento del futuro Nuevo Reino, fue con el licenciado
a explorar el valle del Magdalena en cuya acción perdió un caballo. Como
tesorero real que era, junto con sus otros colegas , el contador Juan de
San Martín y el veedor Diego de Aguilar, tomó parte muy activa en el
conteo y valoración de todo el oro y esmeraldas obtenidos durante la
expedición y principalmente en los dominios del Zaque, de cuyo botín,
como capitán que era, le tocó una buena parte .
Acompañando al licenciado y a los recién llegados Sebastián de
Belalcázar y Nicolás Féderman , bajó hasta el lugar de Guataquí sobre el
Magdalena, a embarcarse en uno de los dos bergantines fabricados al
propósito para tomar el rumbo a España. Navegadas 30 leguas llegaron
a los saltos de Honda que con gran trabajo pasaron, y a los doce días ya
desembocaban al mar y de ahí seguían a Cartagena, donde se fundió el
oro y se hizo relación completa de lo que llevaban.

300
DIHC II-81.
301
FPAI-174.

148
Mucho de lo aquí relatado sobre la expedición ha sido extractado
de la famosa relación que Lebrija y su compañero Juan de San Martín
escribieran al Rey. Parte de esta fue redactada en Santa Fe y completa-
da en Cartagena mientras esperaban que el 8 de julio zarpase la nave
que les conduciría a España. 302 Seis días antes, sinembargo, atestiguó
Lebrija una diligencia que hizo el licenciado Jiménez para defenderse
del pleito que le puso el licenciado Hernández Gallego, capitán de los
bergantines que surcaron el Magdalena hasta el río Opón, descontento
por la forma como se había repartido el botín . Por esta se sabe que
Lebrija había nacido en 1507. 303 Continuó su viaje pasando por la isla
Española y ya en enero de 15.40 se encontraba en Madrid atestiguando
en el pleito sobre la jurisdicción del Nuevo Reino, en el cual no agregó
nada mas a lo ya conocido, sobre su participación en esa conquista o
sobre su persona. 304

302Esta Relación cuidadosamente cotejada y anotada se encuentra en Friede, Descubrimiento, pp.


181 a 199. De esta existe un extracto que el Consejo de Indias envió al Emperador Carlos V: ver
DIHC V-262 a 264 .

303 JF -214.

3
º' DIHC V-302 a 304.

149
ANTON DE LEZCAMEZ

El 16 de marzo de 1535 se inscribió para pasar a Cartagena de Indias en


la armada del capitán Juan del Junco, Antón de Escáñez (sic) hijo de
Antón de Escañaes (sic) y de Constanza Jiménez, natural de la villa de
Mula. 305 Como se puede leer bajo Juan del Junco, esta nave terminó
desviándose a Santa Marta por solicitud de la audiencia de Santo Do-
mingo para auxiliar al gobernador interino, doctor Infante, quien había
sido enviado por la misma. Este padre secular residía en Santa Marta
cuando a esta llegó don Pedro Fernández, quien le escogió para que jun-
to con el dominico fray Domingo de las Casas, acompañara a los de la
expedición que iba a dirigir el licenciado Jiménez.
Según su propio relato, en el camino le tocó auxiliar muchos en-
fermos y enterrar muchos muertos, pues su colega fray Domingo, se
eximía de participar en esas labores. Llegado al altiplano acompañó al
licenciado a la exploración del valle de Neiva, al capitán Céspedes a
auxiliar a Vélez, y a Hernán Pérez al Dorado. Residenciase en Santa Fe
y años después, cuando fue fundada Mérida, allá se estableció. 306
Al igual que los soldados, este clérigo quitaba oro a los naturales:
en marzo de 1537, o sea recién llegado a tierra muisca, contribuyó al
común 44 pesos de oro fino. 307 Al igual que los soldados, este clérigo
extractaba tributo de los naturales: su compañero de expedición, Cristó-
bal Arias de Monroy, declaró que Lezcámez gozó por un tiempo de la
encomienda de Guasca, a cuyo señor torturaron con una argolla para
extraerle tesoros. 308 Al igual que los soldados, este clérigo torturaba a
los naturales para que le dieran oro: preguntado el testigo Juan de Ol-
mos, su compañero de expedición, si le constaba que a los caciques de
Chía y Guasca "le hecharon al pescuezo una argolla de acero de las que
se hacen en Flandes, que cierra y abre con su llave, que en doce o quince
días muere a quien se le hecha," contestó que hacía tres años, o sea en
1540, "este testigo vido e sabe que al señor de Guasca le hecharon la
dicha argolla por que diese oro y esmeraldas e que se la hechó el Padre
Lezcano." 309

3
º' ·cpr n-12.
306
AGI Patronato 158-1-8, probanza de Antón de Lezcámez, 1567.

307
DIHC IV-80.

308
AGI Patronato 153-7-2, probanza de Alonso Domínguez.

309
AGI Patronato 195-12, ff. 86v y 87.

150
Aunque todos los cronistas coloniales lo nombran en sus escritos,
nada mas se sabe de él desde que regresó del Dorado hasta cuando fue
enviado por el obispo Barrios a que fuera cura de la iglesia mayor de la
recién fundada Mérida. Parece que allí tomó mas arraigo su vida y allí
quedó atendiendo las necesidades espirituales de sus feligreses y tam-
bién sirviendo de albacea a varios testantes. Debió morir poco después
de 1581. 310

310 Agustín Millares Carló, Protocolos del siglo XVI (Caracas, 1966), pp. 8 a 50.

151
PEDRO DE LOMBANA

Pedro de Lombana, o de la Lombana, declaró conocer al Alférez Gonzalo


García Zorro cuando este llegó con el adelantado Fernández de Lugo a San-
ta Marta. No le acompañó a la entrada que se hizo a la Ramada porque él
quedó en Bonda con el adelantado. Aseguró que "vino de Santa Marta con
el dicho licenciado a este Reino y estuvieron poco menos de un año en
llegar a este Reino en lo cual se pasó muy grandes trabajos en general así de
hambres, trabajos, necesidades y enfermedades." De sus otras respuestas
se conoce que fue a buscar la Casa del Sol, no se halló en la fundación del
Cocuy, ni tampoco a buscar las provincias del dorado con Hernán Pérez de
Quesada. Ratificase en lo dicho ese día 17 de julio de 1542, cuando añadió
que era de mas de 30 años de edad, o sea nacido alrededor de 1510 y no
firmó su declaración porque dijo no saber hacerlo. 311
En atención a la edad y a que su apellido no era común, no es impro-
bable que fuese el mismo Pedro de la Lombana que se inscribió en Sevilla
para pasar a Indias el 12 de septiembre de 1527, indicando ser natural de
Satién de la Lombana en Trasmiera (por Trasmiras?), hijo de Gonzalo de la
Lombana y de Mari Hernández del Castillo. 312 Al menos con seguridad se
sabe que dos años después ya estaba en Santa Marta, porque en 1529 fue a
la conquista y pacificación del Pueblo Grande o de Pocigueica, y por ello
fue compensado con dos partidas que sumaron 11 pesos. 313
Lombana en efecto formó parte de la hueste del licenciado Jiménez,
como soldado rodelero, y fue uno de los sobrevivientes que fue premia-
do con una parte del botín recogido por todos los expedicionarios. 314
Estando gobernando Alonso Luis de Lugo el Nuevo Reino, mandó al
capitán Baltasar Maldonado y a Pedro de Lombana a la provincia de
Popayán a que negociasen algunas cosas con Sebastián de Belalcázar.
Antes de salir Lombana prestó 250 castellanos a Lugo, mas como murió
en Neiva, Lugo no quería pagar el dinero, por el cual su albacea, Juan de
Ortega, le demandó. 315 Lombana alcanzó a dejar dos hijos naturales en

311
AGI Audiencia de Santa Fe 122-2-10, probanza de Gonzalo García Zorro.

312
CPI I-237.

313
DIHC II-80 y 82.

314
MDR -252, JF -152.

315
AGI Justicia 1097, Ortega vs. Lugo. Ver también Testamentarias de Cundinamarca XXIII. ff.
557 a 710, pleito sobre los bienes de Lombana, que al decir de su hija Catalina, el albacea Ortega
malbarató los bienes; por eso esta demandó la mortuoria.

152
el Nuevo Reino : Juan y Catalina. Esta casó con Alonso Delgado quien el
6 de marzo de 1583 levantó en Santa Fe una probanza de los servicios de
su suegro . Por ella se sabe que de manos del mismo licenciado Jiménez,
Lombana recibió en el distrito de Santa Fe, donde se avecindó, los
repartimientos de Ciénaga y Subía y que al morir esos fueron asignados
a Mateo Sánchez Rey, el compañero de Féderman. 316

316 AGI Patronato 163-1-2.

153
DIEGO LOPEZ CASTILBLANCO

En 1535 llegó a Santa Marta con el doctor Infante y en esa provincia


asistió a varias entradas que entonces se hicieron. Acompañó al licencia-
do Jiménez en la conquista del Nuevo Reino y fue con Martín Galeano a
fundar a Vélez donde se avecindó. Contribuyó en la pacificación de esa
provincia luchando contra los naturales de Saboyá y del Rincón, mas los
de Tinjacá en Tunja. A&istió a los compañeros del gobernador Lebrón
para que pudiesen llegar a Vélez desde las sierras del Opón y fue con
Baltasar Maldonado a explorar las Sierras Nevadas del Quindío. Acom-
pañó a los capitanes Diego Martínez y Juan de Ribera en las entradas
que hicieron a Muzo y contra los naturales de Vélez respectivamente, y
a Pedro de Orsúa a la exploración de Pore.
Siendo casado hizo una probanza de servicios en 1558 para pedir
mercedes reales, indicando que no tenía encomiendas ni otras entradas.
El mariscal Jiménez estuvo de acuerdo cuando escribió su memoria so-
bre sus compañeros porque indicó que Castilblanco no tenía indios ya
que los había vendido. Al comentar su probanza la audiencia del Nuevo
Reino conceptuó que no lo conocía, pero que había servido en Vélez.
Fue a la corte en España donde se presentó en 1581 y esta le concedió
licencia para volver al Nuevo Reino con su mujer y tres criados. Proba-
blemente no dejó descendientes legítimos. 3 17
Es extraño que de un vecino bien establecido por tantos años en
una ciudad del Nuevo Reino a la que ayudó a fundar, haya dejado una
huella tan tenue, explicable en buena parte por no haber retenido su
encomienda. López no aparece siquiera en la lista de todos los vecinos
de Vélez elaborada en 1551, en que se apuntó que tipo de armas debía
mantener cada uno de ellos para defender la ciudad. Solamente dejó dos
rastros documentales: uno resultó de que participó en la repartición del
botín distribuido entre todos los sobrevivientes de la expedíción del li-
cenciado Jiménez, en la que como rodelero recibió una parte. El otro fue
porque declaró en la probanza que hizo Antón de Rodas en 1557, indi-
cando entonces que había nacido alrededor de 1517 y que sabía firmar. 318

3 17
RR -61 a 63.

La lista de los vecinos de Vélez está en ANC Criminales LXVIII, ff. 981 a 1005. MOR -252; y
318

ANC Encomiendas XXIX ff. 761 y ss.

154
GIL LOPEZ

Ocupó el cargo de escribano de la expedición al Nuevo Reino dirigida


por el licenciado Jiménez. En razón a tener ese oficio, corrió las escritu-
ras del reparto del botín habido de los naturales hasta junio de 1538, los
mismo que avaló la veracidad de los sitios y fechas donde este fue reco-
gido y por quienes. 319 Participó en la distribución de ese tesoro y recibió
dos partes, no por ser escribano, sino por ser soldado de a caballo. 32º
Ante él y su colega Juan Rodríguez de Benavides, se levantó la informa-
ción sobre la muerte de Saguipa, el señor de Bogotá, hecha en la villa de
Santa Fe el ocho de abril de 1539, o sea 19 días antes de la fundación
solemne y legal que la convirtió en ciudad. 321
Establecido en el Nuevo Reino y fundada su primera ciudad, Gil
López acompañó al licenciado Jiménez de regreso a España y en enero
de 1540 declaró en Sevilla en el pleito que Juan Castellanos le puso al
licenciado porque no le había dado parte del botín recogido, a pesar de
haber sido uno de los que ayudó a la expedición con los bergantines que
subieron por el Magdalena. 322 El siguiente año de 1541 y por septiem-
bre, fue llamado a declarar en Córdoba, España, sobre las actividades de
Nicolás Féderman en el Nuevo Reino . Inició su testimonio indicando
que era de la villa de Calzadilla en el maestrazgo de Santiago y que era
de 26 o 27 años de edad. Añadió que estuvo en la provincia de Santa
Marta un total de seis años y que estando en el Nuevo Reino oyó nom-
brar a Ambrosio Alfinger y a Jorge Espira, pero que no los conoció. Dijo
también que estando en el citado Reino y dos años y medio atrás, allá
llegó Nicolás Féderman con unos 150 hombres. 323 Gil debió continuar
viviendo en España sin regresar al Nuevo Reino.

319
DIHC IV-79 a 91; JF-136 a 161.

320 MOR -249 ; JF -150.

321
DIHC V-139.

322
BHA XI-622 a 625.

323
AGI Justicia 990, ff. 8 y ss.

155
JUAN LOPEZ

Nacido en 1497, este soldado rodelero vino de España con el adelanta-


do Fernández de Lugo. Participó en las entradas qUe se hicieron alre-
dedor de Santa Marta antes de salir de allí formando parte de la hueste
del licenciado Jiménez. Por el camino ayudó a buscar alimentos. Lle-
gado al altiplano muisca fue con Gonzalo Suárez a poblar a Tunja,
cuya acta de fundación atestiguó y en esta se avecindó en 1540. El 26
de octubre de ese año fue nombrado procurador de la ciudad, cargo
que desempeñó hasta marzo del año siguiente, en cuyo mes el cabildo
le concedió una huerta. 324
Han quedado algunas evidencias de su actividad en el Nuevo Rei-
no. Habiendo recuperado su cargo de procurador de Tunja, en 1543 hizo
una diligencia legal demostrando los inconvenientes que tenía el actual
camino de Tunja al mar, pasando por Vélez, el puerto del Carare y si-
guiendo por el Magdalena abajo, para solicitar que se poblase sobre la
parte sur de la laguna de Maracaibo y de allí se hiciese un camino terres-
tre a Tunja. Como al poco de llegar el gobernador Alonso Luis de Lugo
suspendió los títulos de todas las encomiendas, López y otros afectados
le escribieron una carta urgiéndolo que llevara a efecto su plan de volver
a repartir los indios en forma mas equitativa y legal. Nuevamente como
procurador de Tunja en 1547, pidió al gobernador Díez suspender las
Nuevas Leyes expedidas por la corona para dar alguna protección a los
desvalidos indígenas, de los abusos de los encomenderos. 325
La encomienda que usufructuó Juan López en compañía de su mujer
María de Rioja se llamaba Sáchica, la cual a la muerte del marido proba-
blemente ocurrida en 1572, pasó a su hija mayor Luisa López quien casó
con Pedro García y luego con Antonio de Encizo. Flórez de Ocariz, quien
le cambió el nombre a la mujer, añadió que López tuvo también una hija
llamada Catalina Valero, quien casó con el conquistador Juan Rodríguez
Parra, compañero del licenciado Jiménez. 326

324
RR-179 y 180, actualizando sus referencias así: CDT I-10, 62, 92, 94.

325
DIHC VII-103, 123; VIII-238 a 278 y 326 a 332; IX-100 a 105.

326
Ver MAEM -598; José Mojica Silva, Relación de visitas coloniales (Tunja, 1946) , p. 21.

156
PEDRO LOPEZ DE MONTEAGUADO

Soldado machetero en la expedición dirigida por· el licenciad9 Jiménez al


Mar del Sur, que terminó dando origen al Nuevo Reino. Por sus contribu-
ciones durante el curso de esa recibió una parte del botín recogido de los
naturales en el camino y en las tierras del Zipa. 327 Su mayor contribución a
la expedición, y de la cual se enorgullecía, fue porque con otros 17 hombres
acompañó al capitán San Martín en ir desde La Tora en canoas a buscar un
camino para subir la montaña, el cual encontraron.
Avecindóse en Tunja con anterioridad al 13 de marzo de 1541,
pues en esa fecha de la ciudad le concedió una huerta. El 21 de febrero
del siguiente año estuvo de acuerdo con un documento que otro firmó
por él, aceptando a Gonzalo Suárez por justicia mayor de la ciudad,
provincia y Nuevo Reino y en noviembre del 43 participó en una solici-
tud que otro firmó por él, hecha por muchos conquistadores al goberna-
dor Luis de Lugo para que volviera a repartir los indígenas en encomienda,
títulos que él había suspendido a su llegada. m Quien sabe que problema
tendría con su compañero Juan Tafur, porque después de 1544 le hizo un
requerimiento legal. 329
Las encomiendas que gozaba López desde antes de venir al Reino
el gobernador Lugo fueron las de Cuítiva y Topia en el distrito de Tunja,
las que heredó su mujer Isabel Ruiz de Quesada por no haber tenido
hijos el matrimonio . Al enviudar la señora volvió a casar con Rodrigo
Suárez Sabarriego, hermano del fundador de Tunja y por muerte de este,
volvió a casar la tercera vez con Cristóbal de Rojas. 330
López de Monteaguado aún estaba vivo en 1565 cuando atestiguó
en la probanza de su compañero Bartolomé Camacho. Manifestó tener
entonces mas de 50 años , o sea haber nacido antes de 1515, y no firmó
su declaración porque dijo no sabía escribir. 331

327 MDR-250 ; JF-151.

328
CDTI-92yl78 ; DIHCVII-12 3.

329
DIHC IX-73.

330
JFO Arbol III, par. 17.

33 1
AGI Patronato 157-1-2.

157
LORANA

Rodelero del ejército de Gonzalo Jiménez de Quesada, subió desde San-


ta Marta en conquista del Nuevo Reino y recibió una parte del botín
recogido por todos los soldados hasta junio de 1538. 312 Quejábase el
mercader Melchor de Fábregas en 1547, que por octubre o noviembre de
1543, yendo por el camino de Santa Fe hacia Timaná en compañía de
Lorana y rumbo a España, les salieron gentes enviadas por el goberna-
dor Lope Montalvo de Lugo y los requisaron, apresaron y atormentaron,
para que les entregaran unos despachos de Lázaro Ponte en que pedía
justicia a otras autoridades fuera del Reino. 333 ·
Vale la pena mencionar que no existe relación entre este Lorana y
un Loranda o Laranda que era vecino en el Nuevo Reino y quien no era
otro que Melchor de Loranza, el compañero de Lebrón. 334

332
MDR -252.

333
AGI Justicia 545, Fábregas vs . Lugo.

334
DIHC IX-169 y 199.

158
GONZALO MACIAS

El escribano Juan Flórez de Ocariz le dedicó el Arbol XIII de sus Genealo-


gías, en el que escribió que el hijodalgo notorio Macías había nacido en
Calamonte, cerca de Mérida en Extremadura, había participado en las con-
quistas de Río Hacha, Tairona y Valledupar en la provincia de Santa Marta,
de donde fue uno de los primeros en subir al Nuevo Reino con el licenciado
Jiménez. Avecindóse en Tunja y allí tuvo la encomienda de Tutasá. Casó
con Juana Moreno de Figueroa, nacida en el mismo sitio que el marido,
acompañó al gobernador Diego de Vargas a la conquista del Dorado y al
mariscal Jiménez de Quesada a la misma región, en donde murió. Con su
mujer tuvieron dos hijas, Leonor y Juana Macías de Figueroa, casando la
primera con Luis de Sanabria, el compañero de Belalcázar y la segunda con
Francisco de Salguero, su compañero de expedición. 335
Este soldado rodelero probablemente fue a buscar la Casa del Sol
y a su regreso se avecindó en la ciudad de Tunja, cuyo cabildo le inscri-
bió el 24 de diciembre de 1539 como uno de sus vecinos y le concedió
un solar para edificar su casa. 336 En noviembre de 1543 firmó una peti-
ción dirigida al gobernador Alonso Luis de Lugo para que volviera a
repartir los indígenas en encomienda, pues al poco de haber llegado ha-
bía suspendido los títulos correspondientes con el propósito de volver-
los a repartir, supuestamente, mas legal y equitativamente. 337 De su vida
en Tunja también se sabe que en 1545 trató de edificar un lote en la
ciudad que aparentemente no le había sido adjudicado. 338
Cuando en mayo de 1557 se hizo una colecta entre todos los vecinos
y residentes de Tunja para sufragar la guerra que se iba a hacer a los natura-
les de laregión de Mariquita, Macías no apareció en la lista de los 34 a
quienes les tocó contribuir con un soldado de a caballo. Aparece sí, sufra-
gando junto con Alonso Martín Cabo, los costos de enviar medio soldado
de a pie, aporte que da una buena idea de su posición socio-económica, en la
sociedad estilo europeo que se estaba organizando en Tunja. Había nacido
en 1509 y llegado a Santa Marta con el adelantado Fernández. 339

335
JFO Arbol XIII, par. l. Aquí lee equivocadamente que fue al Dorado con Hernán Pérez de
Quesada, en vez de con Gonzalo Jiménez de Quesada, en cuya expedición murió.

336
MDR -252; CDT I-40.

337
DIHC VII-123.

338
FAL V-25.

339
RR -180 a 182.

159
BALTASAR MALDONADO

Este distinguido hijodalgo notorio salmantino, llegó con el doctor Infante a


la provincia de Santa Marta, cuyos naturales y los de la vecina Cartagena
ayudó a pacificar, antes de tomar parte en la expedición al Nuevo Reino
dirigida por el licenciado Jiménez. Después del duro camino en que se
distiguió ayudando a buscar alimentos, llegó a tierra muisca en donde parti-
cipó en la lucha contra los indígenas de Zipaquirá, Duitama y el cercado de
Facatativá y a nombre de los soldados de a caballo, entre los cuales él se
contaba, supervisó el reparto del botín habido hasta junio de 1538.
Fundada Santa Fe fue nombrado alguacil inayor, en cuyo carácter
atestiguó la fundación de Tunja, ciudad donde se avecindó y donde el
cabildo le asignó solar para su casa y le reconoció como sustituto de
Gonzalo Suárez. En esa jurisdicción le encomendaron los caciques de
Duitama y Cerinza y al rebelarse el primero buscando refugio en el pan-
tano de Tundama, en diciembre de 1539 les hizo dura guerra en la que
murieron millares de indígenas, seguido lo cual combatió a los de
Sogamoso. Cuando el señor Duitama no le llevó todos los tributos que
le pedía, Maldonado mostró su enojo dándole en la cabeza un fatal mar-
tillazo. Se le opuso a Jerónimo Lebrón cuando llegó a reclamar la gober-
nación del Reino. Salió (en enero o febrero de 1541) a explorar los nevados
del Ruiz y Quindío y regresó con bastantes pérdidas de hombres y sin
haber logrado algún provecho. A los pocos meses fue con Hernán Pérez
a explorar las provincias del Dorado, saliendo desecho después de dos
años (en verdad 16 meses), por los lados de Pasto.
De regreso encontró el Reino gobernado por Alonso Luis de Lugo
quien le envió a una comisión a la gobernación de Popayán. Allí perma-
neció un tiempo en que acompaño al capitán García del Tovar a pacificar
a los paeces, después de lo cual regresó. Buscando descanso en Santa
Fe, recibió noticias de lo necesitado de ayuda que estaba el virrey del
Perú Blasco Núñez Vela por haberse rebelado Gonzalo Pizarra quien
logró constituir un fuerte ejército con la ayuda de sus seguidores, los
encomenderos del Perú, convencidos que las Nuevas Leyes promulga-
das por Núñez significarían su ruina total. Maldonado fue a asistir al
virrey mas al llegar cerca de Otavalo fue apresado por el rebelado. Mien-
tras estaba detenido se dio la batalla de Añaquito (18 de enero de 1546)
en la que fue muerto el virrey. Al poco Pizarra soltó a Maldonado quien
se regresó a Cali, ciudad en la que en agosto siguiente hizo una probanza
antes de proseguir a Santa Fe.
Acusado por el fiscal de haber cometido grandes crueldades con-
tra sus encomendados, el gobernado Díez le exigió que fuera al Perú a

160
ser juzgado. Maldonado obedeció y se presentó ante el presidente de la
Gasea quien por sentencia dictada en Cuzco en mayo de 1548, le dio por
libre y le restituyó su perdida encomienda. Volvió a ser acusado por lo
mismo por el licenciado y juez Alonso de Zorita, mas los documentos
correpondientes se quemaron en el incendio de la casa del escribano
Alonso Téllez en Santa Fe. A pesar de esto, la real audiencia le nombró
alcalde mayor de la provincia de Santa Fe y le tocó visitar a los naturales
del Nuevo Reino para saber cuantos y en que condiciones estaban. Nue-
vamente fue investigado por el oidor Montaña por crueldades contra los
naturales, mas la causa se suspendió para atender el levantamiento de
Alvaro de Oyón. Finalmente y por órden de la audiencia, definió los
términos entre las ciudades de Tocaima, Mariquita y Victoria.
Casó en Santa Fe con Leonor Carvajal, hermana de María la viu-
da del mariscal Jorge Robledo y tuvieron a Alonso, María y Ana. Tuvo
también hijos fuera del matrimonio, uno llamado Juan Gómez
Maldonado. 340 En su segunda probanza lee que murió en 1558. Había
nacido alrededor de 1510 y sabía firmar. 341

340
Lo anterior ha sido extractado de RR -184, quien para facilidad del lector, transcribe buenas
partes de los comentarios de los cronistas coloniales sobre este conquistador. Flórez de Ocariz
dedicó a Maldonado el Arbol XXXIII de sus Genealogías, donde se encuentran muchos de los
datos sobre su descendencia. Las probanzas de Maldonado tienen ahora otra nomenclatura: la
iniciada en Cali en 1546 y que contiene interrogatorios de 1551 y 1583, esta ahora en AGI
Patronato 153 No. 5. La de 1565 en Tunja está en Patronato 157-2-5. En esta se establece que
murió en 1558, y que durante la expedición del Licenciado (pregu nta 4) no solo comieron sapos
y culebras sin que hasta hubo canibalismo pues algunos comieron carne humana, de indios e
indias, a lo cua l asintió el testigo Francisco Rodríguez . En CDT I, en DIHC VI, VIII, IX y X, y
en el vol. 2 del Libro de acuerdos de la A11die11cia, hay varios documentos donde aparece su
nombre; favor consultar sus índices.

341
AGI Justicia 561 f. 116, juicio residencia Miguel Díez.

161
JUAN MALDONADO

Además del bien conocido capitán Baltasar Maldonado, en compañía del


licenciado Jiménez también vino un soldado machetero, quien al mo-
mento de repartirse el botín entre todos los sobrevivientes de la expedi-
ción, solo se le distinguió con su apellido. 342 Su nombre de Juan se
conoce posteriormente, porque en 1543 firmó una petición dirigida al
· gobernador Alonso Luis de Lugo pidiéndole volviera a repartir los natu-
rales en encomienda, cuyos títulos existentes había suspendido mientras
hacía una nueva distribución, en lo que se estaba demorando mucho . 343
Es probable que este Juan sea el mismo que según testimonio de
Juan de Montalvo dado en una diligencia jurídica hecha por el goberna-
dor Jerónimo Lebrón en Santa Marta en 1541, era estanciero de Chía,
encomienda que era de Juan de Arévalo el compañero de Belalcázar. 344
A juzgar por las evidencias encontradas en los documentos aquí citados,
Maldonado sabía firmar.

342
MDR-250; JF -151.

343
DIHC VII-114.

344
AGI Ju sticia 1123, inform ac ión de Jerónimo Lebrón.

162
ALONSO MARTIN COBO

Este soldado rodelero había nacido en 1517, no sabía escribir y por su


participación en la expedición del licenciado Jiménez al Nuevo Reino,
recibió una parte del botín. 345 Avecindóse en Tunja donde junto con el
cabildo y los vecinos de esta, en noviembre de 1543 elevaba una peti-
ción al gobernador Alonso Luis de Lugo, pidiéndole redistribuyera a los
naturales entre los conquistadores, pues hacía meses había suspendido
los títulos de encomienda con el supuesto propósito de hacer una mejor
y mas legal distribución. Como Martín no podía firmar, le pidió a Fran-
cisco Monsalve hacerlo por él. 346 En el distrito de Tunja tuvo en enco-
mienda los naturales de Tipa y Tuza los cuales aún poseía en 1560, cuando
fue registrado como soltero. Debió morir al poco tiempo, porque en 1563
sus encomiendas fueron reasignadas a don Gonzalo Jiménez. 347
A pesar de ser soltero dejó al menos una hija porque Cristóbal
Estrada declaró que Alonso Martín Cobo había sido su suegro. Los tes-
tigos aseguraron que Martín se halló en la fundación de Tunja y que
llegó a Santa Marta al tiempo con Francisco de Tordehumos, lo que
quiere decir que vino con el adelantado Don Pedro. 348

345
MDR -251; JF -151; ANC Encomiendas XX, ff. 1 a 61, probanza Antón Rodríguez Cazalla.

346
DIHC VII-123.

347
Tovar Pinzón, No hay caciques, p. 88 y MAEM -272.

348
AGI Santa Fe 126-3-30.

163
ALONSO MARTIN, EL MOZO

Con el licenciado Jiménez vino en la expedición al Nuevo Reino un


rodelero llamado Alonso Martín, el mozo, quien en razón a su oficio le
tocó una parte del botín habido de los naturales hasta junio de 1538. 349
Este es distinguido también como Alonso Martín del rancho de Ropero,
para hacer notar que durante la expedición acampaba y comía con el
grupo de Martín Sánchez Ropero, o Martín Ropero, el albéitar (veterina-
rio) de la expedición. 350
Se avecindó en Tunja y allí tuvo parte en una carta que el cabildo
envió al gobernador Alonso Luis de Lugo, "a nombre de los primeros
descubridores," pidiéndole repartiera los naturales en encomienda. Que-
riendo incluir sus nombres en esa petición, mas no sabiendo firmar, los
dos Alonsos Martín que entonces vivían en Tunja, pidieron a Martín
Sánchez Ropero y a Francisco de Monsalve que lo hicieran por ellos. 35 1
Como con el licenciado llegaron el Alonso Martín aquí descrito y Alonso
Martín Cobo, los dos únicos que podían ser considerados como de los
"primeros descubridores," los participantes en la carta tienen que ser
estos, ambos entonces analfabetas.
Sábese también que este Martín era del Portugal y que en 1550
estaba cojo, porque así lo declaró en un diligencia que hizo su amigo
Sánchez Ropero, en la que manifestó Martín conocerle desde 1536, ser
de 42 o 43 años de edad, o sea nacido alrededor de 1505, haber estado
en la conquista de Valledupar con Fray Martín, no haber ido al Dorado
con Hernán Pérez y no firmó su declaración porque manifestó no saber
hacerlo. 352

349
MDR -252 .

350
JF -152.

35 1
DIHC VII-123.

352
AGI Justicia 492-5, Francisco Arias vs. Manín Sánchez Ropero por Moniquirá.

164
DIEGO MARTIN HINIESTA

Fue uno de los treinta y tres soldados de a caballo que llegaron al Nuevo
Reino acompañando al teniente de gobernador y futuro mariscal del Nuevo
Reino, Gonzalo Jiménez de Quesada, por cuyos trabajos le recompensa-
ron con dos partes del botín habido por todos los de la expedición. 353
Los cronistas coloniales asintieron a que Martín vino con el licenciado,
quien probablemente era de la localidad de Hiniesta en Zamora, aña-
diendo uno de ellos que era hermano de Juan Martín de Hiniesta. 354
Con un alto grado de seguridad se puede afirmar que Diego fue
uno de los fundadores de Vélez y uno de sus primeros vecinos. Allí
estaba activo ayudando a asentar la tierra al poco tiempo de esa funda-
ción, hasta cuando con otros compañeros se adentraron en la provincia
de Chevere y fueron heridos con armas indígenas envenenadas , lo que le
causó la muerte a Diego y a otro soldado. Como durante el siglo XVI se
confundían los apellidos Martín y Martínez, no es de extrañar que el
cronista Castellanos, copiado por Simón y Fernández de Piedrahita, hu-
biera llamado Martínez a este conquistador. 355
Para mayor confirmación de la muerte de Martín, nótese que cuan-
do otro soldado compañero de Jiménez, Pedro de Salazar, hizo su pro-
banza de servicios, indicó que "por fin y muerte de Diego Martín, vecino
de la ciudad de Vélez, vacaron los indios ele Cocunuba, que es en los
términos de la dicha ciudad" y Gonzalo Suárez, en esas capitán y justicia
mayor del Reino, se los concedió . 356 O sea, que aún antes o durante el
mandato de Gonzalo Suárez, que tuvo lugar entre el primero ele septiem-
bre de 1541 y mayo de 1543, fue cuando murió Diego Martín . Como se
puede notar en el libro de cabildos de Tunja, el único Diego Martínez
activo en esa ciudad y en ese tiempo, era el capitán de ese nombre que
había llegado al Reino con Féderman.

353
MDR-249; JF-150.

354 FPS III-355; LFP 1-201; JFO 1-167.

355
JC IV-343; FPS IV-45; LFP 1-4 14 .

356 ANC Encomi endas XVI , ff. 55 a 84, pregunta No. l O y sus respuestas.

165
HERNAN MARTIN

Aunque de sus antecedentes solo se conozca su nombre y edad, este sol-


dado rodelero vino al Nuevo Reino con el licenciado Jiménez y recibió
la parte que le correspondía en el botín recogido por todos, en su recorri-
do desde Santa Marta hasta las tierras del Zipa. 357
Después de vivir algún tiempo en este Reino, debió bajar a Santa
Marta con Jerónimo Lebrón, pues allí atestiguó en abril de 1541 en una
diligencia que este hizo acerca de las actuaciones de los hermanos Jiménez
de Quesada. Por este documento se sabe que Martín había nacido al
iniciarse el siglo XVI. 358

317 MDR -251; JF -152.

358 JF -250 .

166
JUANMARTIN

Con el licenciado Jiménez vino el soldado rodelero Juan Martín explo-


rando las tierras existentes río Magdalena arriba, hasta llegar a donde se
creó el Nuevo Reino de Granada. 359 Avecindóse en Vélez y allí presen-
ció en 1540, la toma de posesión de Juan Mateas de la encomienda de
Lenguaruco, hecha ante el alcalde Santiago Campana. 360 En esa misma
ciudad también atestiguó en la probanza de Antón de Rodas hecha en
1557. En esa indicó ser de 40 años poco mas o menos, haber estado en el
puerto de Santa Marta cuando llegaron don Pedro Fernández de Lugo y
su hijo Alonso Luis y que en esa provincia fue a la entrada que se hizo a
Bonda. Poco después salió con el licenciado Jiménez en exploración de
nuevas tierras hasta llegar al Nuevo Reino. Estando en Vélez supo que
el gobernador Jerónimo Lebrón, quien venía de Santa Marta, estaba en
las sierras del Atún con mucha necesidad, por lo que él y otros vecinos
fueron y le llevaron comida. Contestó el resto de las preguntas sin aña-
dir mas sobre sí, excepto que firmó su testimonio. 361 Este soldado pue-
de ser el llamado Juan Martín Hiniesta por los cronistas. De ser así, sería
hermano de Diego Martín de Hiniesta. El Juan Martín aquí tratado es
distinto de Juan Martín Hincapié, compañero de Federrnay y también
vecino de Vélez.

359
MDR -252; JF -153 dondes se le lista equivocadamente como Valle.

360
ANC Encomiendas XI, f. 279v, pleito Mateas vs. Domínguez.

361
ANC Encomiendas XXIX, ff. 756 y ss.

167
MATARRUBIA

Rodelero del ejército del licenciado Jiménez que sobrevivió la explora-


ción que terminó en tierras muiscas y que dio origen al Nuevo Reino de
Granada. Por su participación recibió una parte del tesoro habido por
todos los hombres que arriesgaron sus vidas en esa aventura. 362

362 MDR -251; JF-152.

168
MATEO

Soldado rodelero compañero del licenciado Jiménez, quien por haber


sido de los primeros europeos en llegar a tierras muiscas, recibió su
parte del botín recogido por todos los miembros de esta exploración
desde que salieron de Santa Marta hasta junio de 1538. 363 Dificulta co-
nocer mas de él el hecho que solo se conozca uno de sus nombres, que
para mayor complicación, puede ser un nombre propio o un apellido.

363
MDR -252; JF -152.

169
FRANCISCO MEDRANO

Acertadamente le incluyó el escribano Flórez de Ocariz en la lista de los


venidos al Nuevo Reino con el general Gonzalo Jiménez, añadiendo que
se avecindó en Santa Fe y no dejó sucesión. 364 Fue uno de los 13
arcabuceros que sobrevivieron esa expedición, por lo que le tocaron una
y media parte del botín habido de los naturales desde que salieron de
Santa Marta hasta junio de 1538. 365

364
JFO 1-168.

365
MDR -250; JF -151.

170
GASPAR MENDEZ

Fue otro de los ballesteros de la expedición del licenciado Jiménez al


Nuevo Reino, quien en razón a su oficio recibió una parte y media del
botín quitado a los naturales que encontraron desde que salieron de San-
ta Marta hasta que llegaron a los aposentos del Tunja. 366 Seguramente
por estar Méndez muy bien informado y por gozar de la confianza de
Jiménez, este le recordaba cuando de regreso a España fue sorprendido
en Cartagena con la demanda que le puso su compañero de expedición el
licenciado Hernández Gallego, comandante de los bergantines que re-
montaron el Magdalena, por no haber repartido el botín con él y sus
hombres. Ante las acusaciones de Hernández, su colega Jiménez arguyó
que no podía llamar a los testigos que necesitaba porque algunos, como
Méndez, habían quedado en el Nuevo Reino. 367
El cronista Castellanos relató que el portugués Gaspar Méndez,
vecino de Santa Fe,• andando por los parajes donde años antes los con-
quistadores habían matado al señor de Bogotá, violentó una sepultura en
la que encontró joyas que pesaron 8.000 castellanos, o sea casi 40 kilo-
gramos de oro fino. 368 En el distrito de esa ciudad también se benefició
con haber tenido encomendado a los cacicazgos de Meusa y Teusacá, los
cuales tuvo hasta 1553 o un poco antes, pues en ese año otro conquista-
dor de los de Jiménez, Pedro del Acevo Sotelo, se dirigió a las autorida-
des pidiéndolos porque por muerte de Méndez, estaba vacos. 369 Esta,
sinembargo, fue adjudicada a su compañero Cristóbal Ruiz quien parece
estaba realmente necesitado.

366
MDR -250; JF -151.
367 Friede, El adela111ado, vol. 2, p. 32.

368
JC IV-254; FPS III-276.
369
JFO I-169; LFP I-202; AGI Patronato 153-3-1, probanza de Acevo, 1553.

171
FRANCISCO DE MESTANZA

Bien comprobada está su llegada a Santa Marta con don Pedro Fernández de
Lugo y al Nuevo Reino como rodelero de la expedición dirigida por el licen-
ciado Jiménez, lo mismo que su participación en el botín habido en el curso
de esta expedición y distribuido entre todos los sobrevivientes. 370 Radicóse
en Santa Fe de donde salió a tomar parte en la cruenta guerra ordenada por
Hernán Pérez contra el cacique Guatavita quien rehusaba reunirse con los
cristianos. En esta acción y bajo las órdenes del capitán Melchor de Valdés,
fue al valle de Gachetá donde entre todos los soldados quemaron muchos
bohíos, destruyeron muchas labranzas y a muchos indios les cortaron las
manos o las narices. Como premio a sus acciones conquistadoras le corres-
pondió la encomienda de Cota en el distrito de Santa Fe, ciudad en la que se
avecindó. Hernán Pérez le quitó esta encomienda para dársela a su amigo
Juan de Arévalo, pero posteriormente recibió Cajicá que tuvo hasta cuando
se la quitaron por haber tratado mal a sus encomendados. Los oidores Góngora
y Galarza escribieron al rey en noviembre de 1550 que Mestanza, estando
en la cárcel por haber tratado mal a los naturales de Cajicá y por haber
robado el proceso correspondiente, se había fugado porTocaiina para seguir
Magdalena abajo. 371
Continuó su camino y no paró hasta llegar a España, presentándo-
se en noviembre de 1552 ante las autoridades en Madrid a declarar en un
reclamación que Lope Montalvo de Lugo le hizo a la corona. Allí decla-
ró Mestanza y firmó su testimonio, el haber nacido alrededor de 1520,
ser vecino de Santa Fe, conocer a Montalvo desde 1542 y haber ido con
Hernán Pérez a la expedición del Dorado. 372
Mestanza no se quedó en España. En 1561 declaró que no estaba
en el Reino cuando se rebeló Alvaro de Oyón y también en 1560 y 1561
rindió declaraciones en Santa Fe en sendas probanzas de dos de sus
compañeros. 373 Aunque nunca recuperó la buena encomienda de Cajicá,
el presidente Venero de Leyva le favoreció con el depósito temporal de
algunos naturales que vivían en el distrito de Mariquita, ciudad donde se
avecindó y murió después de 1569 sin dejar sucesión. 374

37
º MDR -252; JF -153.
37 1
AGI Justicia 547 , ff. 788 a 792 y 830; MAEM -45; DIHC X-327 y 328 .
372 AGI Justicia 1117B, f. 19v.
373
Respectivamente: AGI Patronato 154-3 - 1, probanza de Diego Romero; AGI Patronato 154-2-
6, probanza de Alonso Hernánde z de Ledesma; AGI Patronato 155-1- 8, probanza de Francisco de
Figueredo.
374
JFO I-168; AGI Patronato 158-3-1, probanza de Juan Ramírez de Hinojosa, 1569; MAEM -74.

172
JUAN DE MONTALVO

Después que este conocido soldado rodelero compañero del licenciado


Jiménez había llegado a Santa Marta con el adelantado don Pedro
Fernández y había subido al Nuevo Reino, se estableció en Santa Fe. Al
poco tiempo salió con Hernán Pérez de Quesada a buscar la Casa del Sol
por los lados del Cocuy antes que se fundara Tunja y varios meses des-
pués de regresado tomó parte en el asalto al peñol de Simijaca. Allí se
habían atrincherado los amedrentados naturales con sus mujeres y ni-
ños, no para atacar, sino para defenderse de la dura civilización que
querían imponerles los recién llegados a verdadera sangre y fuego. En la
lucha subsiguiente se distinguió Montalvo recogiendo el desbaratado
cuerpo de su compañero de ataque Alonso de Olalla, quien milagrosa-
mente se salvó de una caída desde increíble altura. 375
Después de esas dos aventuras por lo menos, ansioso el joven
Montalvo de reunirse con su mujer a quien había dejado atrás, bajó con
el gobernador Jerónimo Lebrón a Santa Marta. El 30 de marzo de 1541
en esa ciudad atestiguó una serie de cargos graves que este le hizo a Juan
de Arévalo, el compañero de Belalcazar, por haberse opuesto con tanto
denuedo a que le recibieran en el Nuevo Reino como la máxima autori-
dad. Dijo Montalvo ser vecino de Toledo, España, de 25 años de edad, o
sea nacido en 1516, y de haber presenciado unas y haber oído decir de
otras muchas crueldades cometidas por Arévalo contra los señores de
Cota, Chía, Chiasuanga, y principalmente contra los refugiados en los
riscos de Sutatausa. 376
En la provincia de Santa Marta se reunió Montalvo con su señora
Eloísa Gutiérrez y con ella se preparó para subir al Nuevo Reino por
invitación del adelantado Alonso Luis de Lugo quien hacía poco había
llegado al Cabo de la Vela. 377 Formando parte de esta hueste tomaron
camino, bien por tierra o en los bergantines, hasta Santiago de Sompallón,
donde se volvieron a reunir esas dos partes. Allí iniciaron el recorrido
que se les volvió durísimo, por falta de cómida y por no haber podido
encontrar la senda seguida por sus antecesores. Afortunadamente les

375
AGI Patronato 165-1-7, probanza de Alonso de Olalla. RR -202 a 206 contiene una biografía
de Montalvo; sinembargo, bastante de lo acá descrito es adicional, excepto por sus acciones en el
Cabo de la Vela. Flórez de Ocariz le dedicó el Arbol XXIV en donde se encuetran bastantes de los
datos sobre su persona.

376
AGI Justicia 1123, Lebrón vs. Arévalo.

377 LFP II-515; JFO Arbo l XXIV, par. l.

173
asistió ayuda enviada desde Vélez, ciudad a donde llegaron primero. A
finales de 1543 ya estaba Montalvo en Santa Fe firmando peticiones al
adelantado para que repartiese los naturales entre los conquistadores. 378
Durante su vida en el Reino ocupó varios cargos importantes
como el de mayordomo de Santa Fe entre 1546 y 1548, alguacil mayor
en el 64, alcalde ordinario de la misma ciudad en el 68, 74 y 82, procu-
rador general en el 94 y teniente de gobernador de La Palma. Con su
señora Eloísa no tuvo hijos, mas í una hija fuera del matrimonio. Murió
en 1597 después de haber ayudado mucho a sus compañeros conquis-
tadores, pues les sirvió de testigo en por lo menos 17 probanzas de sus
servicios.

378 DIHC VII-114.

174
DIEGO MONTAÑEZ

Según el documento del reparto del botín habido de los naturales por la
hueste del licenciado Jiménez, llegaron al Nuevo Reino los rodeleros
Diego Montañés y Juan Montañés, mas el mejor conocido machetero
Diego Suárez Montañez. 379 Como al Diego Suárez Montañez, casado
con Ana Rodríguez de León y encomendero de Chiquisa, Tota y otras,
también se le llamaba Diego Montañés, queda difícil ditinguir cuales
actividades corresponden a él y cuales al soldado aquí tratado. A Suárez
Montañés se le pueden estar imputando algunas acciones que en verdad
correspondieron a este Diego Montañez.
De Diego, con primer apellido Montañés, se sabe que fue soldado
rodelero y que recibió una parte del botín.

379
MDR -249 y 251; JF-151 y 152.

175

'•; '. ·,J


'1
JUAN MONTAÑEZ

Rodelero de la expedición conquistadora del Nuevo Reino dirigida por


el licenciado Jiménez, quien por su cargo recibió una parte del botín
habido por todos los de esta hueste. 380 El escribano Flórez de Ocariz
anotó que Juan fue vecino de Tunja y murió sin haber dejado sucesión.
En efecto, antes del 6 de junio de 1542 se había avecindado en Tunja,
porque ese día el cabildo de la ciudad le proveyó un solar para que cons-
truyera su casa. 381

380
MDR -251; JF -152.

381
JFO I-171; CDT I-196.

176
ALONSO DE MORALES

En el mes de junio de 1543 el gobernador Alonso Luis de Lugo mandó


hacer en Santa Fe un pedimento e interrogatorio con el aparente propó-
sito de inculpar a Gonzalo Jiménez y a su hermano Hernán Pérez, de
haber mandado y permitido tratar cruelmente a los naturales del Nuevo
Reino. Uno de los testigos llamados a declarar fue Alonso de Morales,
quien en resúmen, respondió lo siguiente. Vino de los reinos de España
a Santa Marta con el adelantado Pedro Fernández de Lugo y su hijo
Alonso, personas a quienes junto con el licenciado Jiménez conoció en
1535. Supo que el adelantado envió al licenciado Jiménez con bastimentas
y municiones a una jornada en la que se descubrió el Nuevo Reino,
hecho que al testigo bien le constaba porque había tomado parte en ello.
Después de llegados al Reino, el señor de Bogotá le prometió al licen-
ciado que le daría una casa llena de oro, mas al no cumplirlo, el licencia-
do le mandó dar tormentos hasta que murió. Supo, por haberse hallado
presente, que Hernán Pérez fue donde el Guatavita a hacerle la guerra y
a pesar que este cacique envió varios indios con comidas, Pérez siguió
adelante con su propósito quemándole muchos pueblos, destruyéndole
muchas labranzas y matándole muchos súbditos, por lo cual el Guatavita
se alzó y no volvió a aparecer. Supo, por haber estado presente, que el
señor de Duitama se retrajo en un pantano con mucha de su gente, sin
haber matado ni hecho daño a ningún cristiano. Al ser estci de conoci-
miento de Pérez, le mandó hacer la guerra y le mataron mucha gente, por
lo que el Duitama se alzó durante mucho tiempo .
Añadió Morales que Hernán Pérez no era fijo en sus decisiones, así
que quitaba encomiendas a unos conquistadores para darlos a otros. Al no
estar estos seguros de que iban a disfrutar permanentemente de los indíge-
rias asignados, procuraban sacarles la mayor cantidad de oro y esmeraldas
posibles mientras les pertenecían, con el resultado de que muchos abusaron
de sus encomendados, aprisionándoles, atormentándoles y aperreándoles,
lo cual resultaba en que estos naturales se alzaban y desaparecían. Creía
Morales que los malos tratos dados a los naturales del Reino eran la causa
de que hubiesen disminuído tanto, lo que iba en perjuicio de los conquista-
dores y en deservicio de Dios y del rey. A otro interrogatorio añadido,
constestó que conoció al gobernandor Lebrón en 1540 y que cuando este
trató de entrar en Tunja, le salieron al camino gentes armadas de Pérez de
Quesada; y si no fuera por la intervención de mediadores de los dos bandos,
hubiese habido muertes de hombres. Firmó su testimonio. 382

382AGT Patronato 195-12, información de Alonso Luis de Lugo, 1543 . Este es citado en DIHC
Vll-34.

177
Conócese que Morales tenía el cargo de rodelero durante la expe-
dición de Jiménez al Mar del Sur porque su nombre aparece entre los
que participaron en el repartimiento del botín habido por todos . 383 Acer-
tadamente Flórez de Ocariz le listó entre los de la hueste de Jiménez que
se avecindaron en Tunja, mientras Raimundo Rivas, al confundirlo con
Alonso Morales Farfán de los Godos, le excluyó de su libro . 384 Por últi-
mo, el nombre de Alonso Morales es mencionado en otro documento
corrido durante el mandato del gobernador Miguel Díez y que trató de
un despojo que le hicieron. 385

383
MDR -252 ; JF -152.
384
JFO I-166; RR -29 .
385
DIHC IX-94.

178
HERNANDO NAVARRO

Fue soldado rodelero en la expedición del licenciado Jiménez que termi-


nó con la creación del Nuevo Reino de Granada y recibió una parte del
botín habido de los naturales . 386
Declaró en 1551 en el pleito entre Alonso Domínguez y Gonzalo
Suárez por la encomienda de Icabuco. Aseguró haber sido compañero de
Jirnénez en su viaje al Reino, ser vecino de Tunja y de 32 años de edad.
Fue a buscar la Casa del Sol y supo que Gonzalo Suárez tomó para sí las
mejores encomiendas y durante su gobierno cometió muchas arbitrarie-
dades. 387 Dos años después, su nombre ya no aparece como vecino de
Tunja en una derrama que se hizo para sufragar unos gastos de la ciu-
dad, bien porque se fué o porque murió. 388

386
MDR -253 ; JF -153.

387
AN C Encomiendas XI, ff. 70 y ss.

388
ARB Libro de Cabildos de Tunj a, 24 de dic iembre de 1553.

179
FRANCISCO NOVILLO

El cronista Simón incluyó en su lista de conquistadores que vinieron al


Nuevo Reino con el licenciado Jiménez a Novillos (sic) y lo mismo hizo
F órez de Ocariz quien le llamó Novillero, añadiendo que no dejó suce-
sión ni otras evidencias de su vida. 389 Pues bien, aunque no se sepa de
sus sucesores, sí se conoce algo mas sobre su persona. Con el nombre de
Francisco Novillo declaró en Santa Fe el 28 de septiembre de 1543 a los
cargos que el Gobernador Lugo hacía a Hernán Pérez por crueldades
hechas a los naturales. Fue testigo idóneo porque había participado en la
guerra que por órden de Pérez se le había hecho al Sogamoso, "sin (este)
haber hecho guerra a ningún cristiano e sin haber muerto español ningu-
no e que se le hizo de manera que le aperrearon muchos indios e le
cortaron a muchos indios las manos y a las mujeres las narices e le aso-
laron y destruyeron sus labranzas e sementeras." Firmó su testimonio . 390
Novillo se radicó en Tocaima, ciudad de la cual como su procura-
dor, entre 1547 y 1548, intercedió a favor de esta ante el gobernador
Díez de Armendáriz. 391 En 1547 también le pidió Martín Galeano, el
fundador de Vélez, que declara en el juicio que el fiscal del Nuevo Reino
le estaba siguiendo por crueldades a los naturales . Aunque sus respues-
tas no dejan entrever lo sucedido, sábese por ellas que en 1544 fué escri-
bano de Tocaima y que había nacido en 1508. 392 Debió ser Novillo
persona destacada pues la corte envió una carta de recomendación a la
real audiencia de Santa Fe, por ser de los primeros conquistadores y
viejo servidor del rey. 393
Novillo también atestiguó en la probanza del fundador de !bagué,
Andrés López de Galarza, hecha en esa ciudad en 1553, cuando indicó
que él se había mudado a esa después de haber sido fundada. 394

389
FPS III-356; JFO I-172.
390
AGI Patronato 195-12, parcialmente transcrito en DIHC VII-90, donde aparece su nombre mas
no sus respues tas.
391
DIHC VIII-238 a 278; DIHC IX-103.
392
AGI Justicia 566, ff. 1091 y ss., interrogatorio Galeano.
393
DIHC X-61 a 62; también ver documento siguiente.
394
AGI Patronato 153-8-2.

180
PEDRONU~EZCABRERA

Probablemente es el Pedro Núñez que tomó parte en la entrada que los


españoles hicieron al valle de Buritaca en la provincia de Santa Marta en
tiempos del gobernador García de Lerma, cuando recogió 23 pesos de
oro. 395 De esa provincia subió entre los primeros al Nuevo Reino acom-
pañando al licenciado Jiménez con el cargo de soldado rodelero, por lo
cual recibió una parte del botín recogido. 396 Los cronistas coloniales
asienten a lo anterior y le hacen partícipe en algunas acciones como cuando
llamó los bergantines para que ayudaran a unos hombres a pasar el río
donde a un soldado le asió el pie fiero caimán. 397
Llegado a tierra muisca fue con Gonzalo Suárez a fundar a Tunja
en la que se avecindó oficialmente el 18 de agosto de 1539, concedién-
dole su cabildo un solar para que construyera su casa, situado a espaldas
del ocupado por Gómez del Corral. En las elecciones del primero de
enero de 1540 fue escogido regidor deTunja, cargo que desempeñó cum-
plidamente a juzgar por las actas de ese año que han sobrevivido. 398 Fue
a fines del año anterior que Núñez participó en el ataque al señor de
Duitama. Molesto este por las continuas exigencias de los cristianos,
resolvió recoger a sus gentes, incluídas las mujeres y los niños, en una
fortaleza que erigió en la mitad de una laguna. Nunca pensó el Duitama
que esta táctica a todas luces defensiva y nunca ofensiva, la tomasen los
recién llegados como una rebeldía contra su católico rey y por ello le
atacaron brutalmente con todo el rigor que sus tácticas bélicas lo permi-
tían, para desalojarlo cruentamente de la laguna. 399 Núñez fue hijo del
matrimonio de Pedro Núñez Cabrera y Ana Domínguez, vecinos de San
Lúcar de Barrameda en Andalucía, según él mismo lo declaró en su tes-
tamento abierto en Tunja en 1559, año de su muerte. 400 Ignorante de ese
hecho, el escribano Flórez de Ocariz escribió que le parecía debía ser
portugués, y asido de esa conjetura dio vuelo a su imaginación y descri-

395
DIHC II- 79 y 82.

396 MDR -253; JF-153.

397 FPS II-107 y 355; LFP 1-178 y 201.

398 CDT 1-23, 53, 54, 56, 60; 61, 64, 65, 66, 69.

399
JC lV-454; FPS III-265.

ARB Archivo Histórico de Tunja IV, ff. 154 a 220 , mortuoria de Núñe z. Ver también III, f.
• 00

279.

181
bió una casa Cabrera que tuvo su orígen a orillas del río Miño. Casó con
Isabel Maldonado de Bohorquez, en otro documento llamada Isabel
Lidueña Maldonado, con quien tuvo a Pedro Núñez Cabrera. 401 El padre
recibió de Hernán Pérez la encomienda de Bonza en el distrito de Tunja
y posteriormente el gobernador Luis de Lugo le concedió las de Turga,
Susa, y Támara. 402
Años después y a la muerte de su marido, Isabel debió tener dudas
sobre la protección que podían darle las leyes, porque entonces insistió
ante las autoridades que por no haber quedado hijos legítimos del matri-
monio, las encomiendas del marido deberían pasar a ella. Los testigos
presentados asintieron a lo asegurado, sin que nadie en ese momento
hubiera sostenido lo que para algunos podría haber sido obvio: a la muerte
de Núñez padre, Isabel estaba en cinta y por lo consiguiente, sí había
heredero legítimo en camino. 403 A pesar de ese ardid, Pedro hijo no per-
dió la herencia ni la mamá se vió desamparada porque volvió a casar con
Miguel Holguín, compañero de Féderman, quien tenía indígenas enco-
mendados quienes producían lo suficientes para garantizarles una vejez
tranquila. Además de este hijo legítimo, Núñez Cabrera tuvo fuera del
matrimonio y con una señora de la tierra, a las hijas mestizas Francisca,
Luisa y Ana. 404
El algún momento el hijo de Pedro hizo la probanza de los servi-
cios del padre, la cual no se encuentra. Sábese de la existencia de esta
porque en 1586 el hijo levantó un documento llaniado de oficio y parte,
para recordar a las autoridades que debían resolver la probanza del pa-
dre que estaba pendiente. 405

4
o, JFO Arbol XIV, par. 98 .

4 2 º MAEM -588 y AGI Justi cia 616, ff. 1959 y ss.

403
AGI Justicia 616, mencionada en BHA XXVIII-89 a 90.

4
o, ARB Archivo Histórico de Tunja V, ff. 377 a 389.

405
AGI Audiencia Santa Fe 126-1-5.

182
ANTÓN DE OLALLA

Natural de Bujalance en Córdoba, Andalucía, nació en 1510 y luchó en


las guerras de Italia antes de llegar a Santa Marta en 1536. Con el cargo
de alférez del licenciado Jiménez (no de Juan Ruiz de Orejuela) subió a
tierra muisca entre los primeros, llegando al valle que en su honor lla-
maron del Alférez por la lucha que sostuvo con varios indígenas. Se
avecindó en Santa Fe y en su distrito le concedieron en encomienda al
señor de Bogotá y sus sujetos que tanto le enriquecieron lo mismo que a
sus descendientes. En 1552 regresó a España donde permaneció tres
años, regresando .en 1556 con su mujer María de Orrego Valdaya. Fue
regidor de Santa Fe en 1541, 1542 y perpetuo en 1544, alférez mayor en
1543, capitán de infantería en 1561, alcalde en 1557, 58, 67 y 73. Con
su señora tuvo ocho hijos de los cuales a su muerte ocurrida en 1581, le
heredó el único sobreviviente, la hija llamada María de Orrego. 406
No hay eviencia de que Olalla hubiese manifestado en vida ser
hijodalgo notorio. Cuando regresó de España en 1555 (no 1556), vino
acompañado de su mujer María Valdaya, sus criados Diego y Pedro de
Castro naturales de Bujalance, y Bárbola Martínez, soltera. 407 Además
de gozar del tributo de sus encomendados, en sus tierras mantenía can-
tidades apreciables de ovejas, vacas, yeguas y cerdos, que también
debieron contribuír a su enriquecimiento. El fiscal de la real audiencia .
le acusó de haber maltratado a sus encomendados, mas estos cargos se
limitaron a que no les había proveído de doctrina adecuada. 408 Olalla
no sabía escribir. 409

406 RR -210 a 218. Florez de Ocariz Je dedicó el Arbol IV de sus Genealogías, donde se encuen-
tran muchos datos sobre su familia y descendencia. La probanza de 1590 se halla en AGI Patrona-
to 166-1-1.

407
CPI III-325.

408
ANC Encomiendas XXVI, ff. 870 y ss.

409
AGI Justicia 546, f. 1196v y 1273, juicio de Montalvo de Lugo. Son numerosas las citas que
hay de Olalla en DIHC; favor consultar sus buenos índices .

183
JUAN DE OLMOS

Hijodalgo notorio natural de Portillo en Castilla la Vieja, llegó a Santa


Marta en 1532 donde ayudó a pacificar la provincia por cuatro años.
Acompañó al licenciado Jiménez en su exploración--probablemente en
el bergantín de Díaz Cardozo--que dio por resultado la creación del Nuevo
Reino y se avecindó en Santa Fe en cuyo distrito recibió en éncomienda
a los señores de Nemocón y Tibitó, mas Tasgatá y Pacho. Acompañó a
Hernán Pérez a buscar la Ca~a del Sol (por lo cual no pudo haber estado
en la fundación de Tunja) y estando acosada la ciudad de Muzo por los
indígenas de sus alrededores, ayudó a pacificarla con el grado de justicia
mayor de la misma (como juez de residencia escribió Aguado). Como
supuestamente su encomienda no le daba suficiente renta para vivir de
acuerdo a sus exigencias, fue a Popayán a pacificar los indios paeces en
lo cual gastó cinco años. Fue alguacil mayor de Santa Fe. Murió antes
de 1579.
En 1551 casó con María de Cerezo Ortega, hermana de la mujer de
Cristóbal Ortiz Berna] y tuvo a Juan de Olmos quien le sucedió en las
encomiendas de Nemocón y Pacho, Fray Luis de Olmos, Bernardino de
Salazar, Fray Francisco de Olmos, Catalina Ortega de Salazar y Fray
Melchor de Olmos. Dejó además varios hijos naturales. 410
Fue testigo en el juicio que se le siguió a los hermanos Jiménez de
Quesada. Confirmó que vino con el ejército dirigido por el licenciado
Jiménez (como soldado rodelero), el cual como los bergantines que le
acompañaron por el Magdalena, habían sido a costa del adelantado Pe-
dro Fernández de Lugo. Vió cuando el señor de Bogotá vino a dar la paz
al licenciado Jiménez y prometió darle una casa llena de oro, mas al no
hacerlo, el licenciado lo hizo atormentar de lo que murió. El sucesor del
Bogotá se escondió y no apareció hasta cuando el adelantado Alonso
Luis llegó al Reino. Hernán Pérez le pidió mucho oro al Guatavita quien
estaba en paz, y como no lo dió prontamente, se enojó y acompañado de
otros, fue personalmente a hacerle la guerra. A pesar que este cacique
les envió regalos y comidas, Pérez entró en sus tierras quemándole las
poblaciones, destruyéndole los maizales y bastimentas y aperreándole
muchos indi°os. Pérez también ordenó la guerra al Duitama que se había
retraído a un pantano y a otros caciques incluído el Bogotá, y mandó

410
RR -218 a 224. Flórez de Ocariz le dedicó el Arbol XII de sus Gen ea logía s donde se encuen-
tran muchos de los datos sobre su familia y descendiente s. Las dos probanzas de este conquista-
dor se encuentran ahora en AGI Patronato 154-3-4 y 163-1-5.

184
cortar muchos brazos, manos y narices, "y a las mujeres las tetas." Fir-
mó su declaración. 41 1
Flórez de Ocariz escribió que Olmos era hijodalgo notorio, mas
anota que era el quinto hijo, o sea que estaba lejísimos de poder aspirar
al mayorazgo, herencia de bienes y de cualquier título si lo había. Había
nacido en 1510 mas o menos. 412

411
AGI Patronato 195-12, f . 20v.

41 2 AGI Justicia 561, f. 105, juicio residencia Miguel Díez.

185
ORDOÑEZ

Hubo un arcabucero de este apellido que siguió al licenciado Jiménez en


búsqueda de un camino terrestre al Perú y al Mar del Sur y terminó
llegando a tierra muisca, donde participó en el reparto del botín habido
por todos los de la hueste, tocándole una parte y media en razón a su
cargo. 413
Hubo un Ordóñez, de quien solo se sabe su apellido, que llegó a
Santa Marta con el Gobernador García de Lerma. 414 Después de salida la
hueste del licenciado de Santa Marta, en esa ciudad quedó un Juan
Ordóñez quien participó en una petición al rey para que se pudieran
esclavizar a los niños y a las mujeres indígenas que hubiesen sido apre-
sadas en guerra. 415 Obviamente Juan no es el Ordóñez aquí tratado pero
pudo serlo el que vino con Lerma.

413
MDR-250; JF-151.
4 14
CPI I-269.

415
DIHC IV-45.

186
JUAN DE ORTEGA

Nacido en La Toba, Siguenza, del matrimonio de Ortún López de Ortega


y María de Morales, llegó a Santa Marta con (Nofro) Sagredo quien
venía con el gobernador García de Lerma. Allí sirvió en las pacificacio-
nes que se ofrecieron. Acompañó al licenciado Jiménez en su expedi-
ción y estuvo presente en la fundación de Santa Fe donde se avecindó y
donde tuvo en encomienda Zipaquirá con la que se enriqueció. Acompa-
ñó a Baltasar Maldonado a la exploración de los Palenques y regresó a
Santa Fe donde le llamaban El Bueno, ciudad de la que fue mayordomo
en 1547 y alcalde en 1557, 1570, 1573 y 1576. Se mantuvo soltero hasta
su muerte y mucho tiempo vivió acompañado por su sobrino Diego;
sinembargo, en una india tuvo a Francisco, a quien dejó cuantiosa he-
rencia cuando el padre murió en 1583 . 416
En septiembre de 1529 participó en una entrada a Buritaca que se
hizo desde Santa Marta, en la cual obtuvo oro de los naturales. 417 Puso
pleito al gobernador Lugo porque habiendo recibido Zipaquirá de manos
del licenciado Jiménez, Lugo se la suspendió varios meses en los que
recogió tributos por valor de 500 pesos oro. 418 Juan no sabía escribir y
había nacido alrededor de 1515. 419

416
RR -221 a 224.

417
AGI Patronato 158-3-4.

418
AGI Justicia 549 No. 1, ff. 1 a 69.

419
AGI Patronato 158-3 -4 , probanza de Diego López Castilblanco.

187
CRISTOBAL ORTIZ BERNAL

Hijodalgo salmantino nacido en 1518, llegó a Santa Marta con el adelan-


tado Fernández de Lugo y como soldado de a caballo tomó parte de la
expedición del licenciado Jiménez. Llegado a tierra muisca se halló en el
asalto al Zaque. Avecindóse en Santa Fe y allí recibió en encomienda a
Sesquilé. Acompañó a Hernán Venegas a la fundación de Tocaima y a su
costa construyó la ermita de Las Nieves. Casó con Ana de Castro y
tuvieron a Luis Berna! Castro, Beatriz de Salazar, Micaela Bernal quien
casó con el conquistador Diego de Paredes Calderón, Cristóbal Berna!,
Ana de Castro y Jerónima de Castro. Murió después de 1575. 420
Sus padres se llamaban Tristán Ortiz y Guiomar Maldonado, veci-
nos de Salamanca. 421 Sabía escribir según se sigue de sus declaraciones
dadas en las probanzas de Alonso Hernández de Ledesma, Diego Rome-
ro, Cristóbal Ruiz y Juan de Alcalá.

420
RR -49 a 51. Flórez de Ocariz le dedicó el Arbol XXIII que trae muchos de los datos de la
familia de este conquistador a quien llama por su nombre completo, Cristóbal Ortiz Bernal.

421
CPI II-124.

188
MIGUEL DE OTAÑEZ

Este fue uno de los cuatro soldados aventureros quienes a su costa y


riesgo se unieron a la expedición del licenciado Jiménez que llegó al
asiento del futuro Nuevo Reino. En razón a su condición de aventurero
no tenía parte en el botín recogido de los naturales, mas de allí sus com-
pañeros sacaron cien pesos que le dieron como recompensa. 422
Probablemente Otáñez se halló a la fundación de Mariquita ocurri-
da antes de 27 de agosto de 1552, porque en el siguiente año declaraba
como vecino de ella en la probanza de Melchor Ramírez, uno de los
compañeros de Féderman. Aseguró ser de mas de 30 años o sea nacido
alrededor de 1520, y que cuando vino Féderman "vido que esta ciudad
de Santa Fe estaba poblada de la gente del licenciado Jiménez aunque
entonces a lo que este testigo entiende, no estaban puestos ni llenados
los oficios de regidores e alcaldes e otras justicias que se requieren tener
en semejantes pueblos, poblado de muchos días e tiempo, e que sabe e
vido que las demás ciudades de este reino que la pregunta declaran aún
no estaban pobladas; porque después de ser venido el dicho Fedreman
con la dicha gente suya, vido que se poblaron e se pusieron en ellas
(ilegible) este de Santa Fe e las dichas, con los oficiales de justicia y
regimiento que requieren." Declaró además, que se halló en la búsqueda
de la Casa del Sol con Hernán Pérez y que llegaron hasta la región don-
de después se pobló Pamplona. Tiempo después salió con Baltasar
Maldonado en búsqueda de las Sierras Nevadas. Firmó su testimonio. 423
Alrededor de 1560 continuaba avecindado en Mariquita, donde
siendo soltero, tuvo parte de la encomienda de Chapayma. 424

422
MDR -253; JF -144 transcribe su nombre corno Otoñes.

423
ANC Historia Civil XXII, ff. 299 y ss.

424
Tovar Pinzón, No hay caciques, p. 67.

189
JUAN DE PALACIO

Participó en la primera expedición al Nuevo Reino con el distiguido


oficio de guerrero de a caballo, lo que en la época se consideraba como
una de las mejores formas como un hombre podía servir a su rey. Por su
buena labor y en consideración a su cargo, recibió del botín repartido el
doble de lo dado a los soldados rodeleros y rnacheteros. 425 En adición, el
licenciado Jiménez ordenó que del fondo común y a cargo de los gastos
de la expedición, le pagaran 15 pesos por una camisa de ruan que debió
perder en el camino. 426
De este conquistador nada mas se sabe, aunque hubo un Juan de
Palacios activo en Mompox en 1541 y otro que era regidor de Timaná en
1544, pero quienes parecen ser muy distintos al acá tratado. 427

m MDR -249; JF -150 y 142.

426
DIHC VI-167 y X -193.
427 DIHC VI-167 y X-193 ; DIHC VII-275 .

190
ALONSO DE PANIAGUA

Los mas antiguos cronistas del Nuevo Reino fueron en su orden fray Pedro
Aguado, el padre Juan de Castellanos y fray Pedro Simón. Todos los tres
mencionaron a un soldado Paniagua sin indicar su primer nombre. Simón lo
incluyó en su lista de los venidos al Nuevo Reino con el licenciado Jiménez
y todos lo asociaron con acciones ocurridas en esa expedición o en la pro-
vincia de Vélez algún tiempo después de haber sido fundada esa ciudad. 428
En el documento sobre el reparto del botín aparece el nombre de un rodelero
llamado simplemente Paniagua, quien recibió una parte de este. 429
Mas de un siglo después de ocurridos los hechos descritos, el es-
cribano Juan Flórez de Ocariz antecedió el nombre de Diego Sánchez al
de Paniagua, escribiendo que con el general Jiménez había entrado al
Nuevo Reino el soldado ballestero Diego Sánchez Paniagua, natural de
Alia, quien murió sin sucesión. 430 Aunque Flórez de Ocariz tenía a su
alcance todos los documentos del Reino por ser escribano mayor de la
cancillería, se pudo haber equivocado con el nombre de Paniagua al lla-
marle Diego Sánchez, como se equivocó en llamarle ballestero cuando
en realidad fue rodelero . En nada refuerza la posibilidad de que su pri-
mer apellido fuese Sánchez el hecho de que el cronista Fernández de
Piedrahita también lo apellidó así, porque este sacó de la obra de Flórez-
-la cual indicó que conocía--la lista de los soldados de Jiménez, intro-
duciéndole cambios mínimos. Así las cosas, se tendría un soldado
Paniagua, seguro compañero de Jiménez, con la posibilidad de que se
llamara Diego Sánchez Paniagua.
Esta posibilidad se dismunuye sinembargo, cuando se nota que
hasta la fecha no existe evidencia documental conocida que la soporte.
En cambio, la existencia de un Alonso Paniagua está comprobada am-
pliamente. De este se sabe que el 18 de agosto de 1539, o sea a los 12
días de fundada Tunja, el cabildo de esta le nombró agrimensor de la
ciudad para que definiera la cabida de los solares y estancias que se
fueran adjudicando a los vecinos. Continuó ejerciendo su cargo hasta
febrero de 1541, cuando el mismo cabildo resolvió reemplazarle por
estar enfermo. 431 Este Alonso Paniagua fue muerto por el Ocavita, co-

428
JC Parte II, elegía IV, canto IV; FPA I-347; FPS IIl-356.

429
JF -152.

430
JFO I-167. Ver también RR -394 y 395 .

431
CDT I-22 y 89.

191
yuntura que usó el capitán Juan de Céspedes para hacerle la guerra, la
cual condujo con las crueldades acostumbradas de atormentar naturales
cortándoles manos, pies , senos, narices y orejas y auchándoles los pe-
rros para que les destrozaran en vida. 432
Para precisar cuando ocurrió esta acción se recurre a los testimo-
nios de otros testigos presentes, quienes añadieron que tuvo lugar du-
rante la jornada de Hernán Pérez al Dorado, o sea después de septiembre
de 1541, cuando ya Paniagua debió haberse repuesto de su enfermedad
para venir a morir de otra causa. Tal guerra fue ordenada por el teniente
de gobernador Gonzalo Suárez quien también tomó parte en ella. Según
la cronología deducida de los relatos de) cronista Simón, esta tuvo lugar
antes que Jerónimo de Aguayo saliese de Tunja a fundar a Málaga, lo
que se sucedió en marzo de 1542. El ataque al Ocavita sucedió, enton-
ces, entre septiembre de 1541 y marzo de 1542.
Lo anterior permite devolver al soldado Paniagua su original nom-
bre de Alonso, quien por su muerte a manos de las gentes del Ocavita
causó una dura guerra entre septiembre y marzo de 1542, y quien había
nacido enAlia--no Italia como escribió el señor Rivas--una población de
Cáceres que queda en la provincia de Extremadura.

432
ANC Caciques e Indi os XXIV, ff. 560 a 664 , Mateo Sánc hez Cogollud o es ac usado de cruel-
dades.

192
DIEGO DE PAREDES CALDERON

Nacido en Ronda, Andalucía, alrededor de 1515, llegó a Santa Marta en


1536 con el adelantado de Canarias y estuvo pacificando los naturales
de esa provincia antes de salir en le expedición dirigida por el licenciado
Jiménez que llegó al Nuevo Reino. Fue a la exploración de las minas de
esmeraldas y al encuentro de los cristianos que andaban por Pasea (los
de Féderman). Avecindose en Tunja después de haber ido a buscar la
Casa del Sol con Hetnán Pérez y acudió a las guerras que se les hicieron
al Tundama y al Ocavita. Durante el gobierno del adelantado Luis de
Lugo fue enviado por este a: la gobernación de Popayán a que tratara
algunos asuntos con Belalcázar y fue al castigo de los belicosos paeces y
yalcones. A continuación acompañó al Capitán (García) del Tovar a lu-
char contra otros indígenas, donde este perdió la vida. Regresó a Tunja-
-donde fue regidor en 1565--a gozar del producido de sus encomiendas
de Somondoco, Ciénaga y Panqueba, en compañía de su mujer Leonor
de la Fuente con quien tuvo varios hijos, de los cuales se conoce por
nombre a Juan Calderón de la Fuente y a Diego de Paredes Calderón.
Murió el padre después de mayo de 1588. 433
Fue a la jornada de los Palenques con el Capitán Maldonado. 434
Su estadía en la provincia de Popayán no fue larga puesto que Lope
Montalvo de Lugo, sucesor de Alonso Luis, sostuvo que él fue quien dio
la encomienda de Somondoco a Paredes a quien tuvo preso por ciertos
cargos que se le hicieron por crueldades a los naturales. 435 No firmó su
testimonio en la probanza de Ortún Velasco, mas aparece como si hubiere
firmado otra. 436
No se debe confundir a este compañero de Jiménez con Diego de
Paredes Calvo, también llamado Diego de Paredes de Sunuba--por ser
encomendero de Sunuba--quien acompañó al gobernador Lebrón en su
jornada al Nuevo Reino.

433
RR -224 a 226.

434
AGI Patronato 157-2-5, probanza de Maldonado.

435
AGI Justicia 546, f. 1046v (o 334v).

436
AGI Patronato 152-3, AGI Patronato 165-3-8, probanza de Juan de Avendaño.

193
GONZALO DE PEREIRA

Aunque a primera vista parezca que el oficio de trompeta desempeñado


por Pereira durante la expedición que llegó de primera al Nuevo Reino
no hubiese sido importante, debió considerarse entonces en bastante más,
porque cuando se distribuyó entre todos los compañeros sobrevivientes
del licenciado Jiménez el tesoro habido de los naturales, al trompetero
Pereira le tocaron dos partes. 437

437
MDR -249; JF I -150.

194
ANTONIO PEREZ

Con su ballesta al hombro exploró Antonio Pérez el camino río Magda-


lena arriba y en La Tora se desvió hasta dar con el futuro Nuevo Reino,
siguiendo los pasos de su líder el licenciado Jiménez. Por su participa-
ción en esta expedición recibió su parte y media del botín habido. 438 Los
cronistas coloniales le mencionaron como compañero del licenciado y
avecindado en Vélez, sin que ninguno indicara su nacionalidad. 439 Hay
otro Antón Pérez, portugués, con quien no se le debe confundir, quien
fue compañero de Lebrón, vecino de Vélez y quien murió empuyado en
diciembre de 1540.
Como además del último mencionado también hay otro compañe-
ro de Lebrón llamado Antón Pérez de Lara quien murió en la expedición
del Dorado (septiembre 1541-noviembre 1542), no es dable saber si el
compañero de Jiménez considerado aquí o el Pérez de Lara, fue a quien
el cabildo de Tunja nombró pregonero de esa ciudad el 27 de diciembre
de 1540. 440

438
MDR -250; JF-151.
439
JC IV-300; FPS IV-10; JFO 1-167.

° CDT 1-70
44

19:S
HERNANPEREZDEQUESADA

Nacido en Granada alrededor de 1515 en el seno de la familia formada


por el Licenciado Gonzalo Jiménez e Isabel de Quesada, vino a la pro-
vincia de Santa Marta probablemente con el adelantado Pedro Fernández
de Lugo y su hermano Gonzalo Jiménez de Quesada. Su vida pública se
inició el 4 de abril de 1536, recién cumplidos los 20 años-, cuando el
adelantado Pedro Fernández de Lugo le nombró alguacil mayor del ejército
que marcharía dos días después a buscar el camino al Mar del Sur. 441
Contribuyó activamente al progreso de la expedición y fue con su
hermano río Magdalena arriba siguiendo las noticias traídas por el capi-
tán San Martín, y quedó en las estribaciones del Atún guardando los
bastimentas y alimentos cuando el licenciado regresó a La Tora por el
grueso del ejército para volver a escalar la montaña. Antes de salir su
hermano el licenciado a conocer las minas de esmeraldas de Somondoco,
le envió hacia la región de Muzo a que averiguara que tan cierto eran los
rumores sobre la existencia de minas similares. Bastantes días se demo-
ró Pérez en el encargo, regresando solo con la noticia de haber conocido
a la cacica Furatena que dio origen a la leyenda de que había Amazonas
por los lados del Magdalena.
Después de regresados los dos hermanos al altiplano oyeron mas
rumores sobre la existencia de las Amazonas, tras de cuya noticia salió
Pérez, regresando después de gastados 60 días a informar a su herma-
no que no había podido llegar hasta allá por las muchas aguas y sierras
que encontró : Tal vez el paliativo de este fracaso fue que de regreso, el
12 de mayo de 1538, depositó en el fondo común la cantidad 2.850
pesos de oro habidos en esa exploración. 442 Hallóse también en la car-
ga que dieron contra los panches cuando cristianos y muiscas se alia-
ron para derrotarlos.
El tratar de distanciar a Hernán Pérez o a su hermano el licenciado
de los hechos que dieron por resultado la muerte del señor mas principal
de Bogotá, el Zipa Saxagipa, o Sagipa, es labor inútil si se acepta la
veracidad de los documentos existentes. Ambos tomaron tanta parte en

441 El señor Rivas hizo una magnífica cond ensación de lo escrito por los cronistas coloniales y

otras fuentes históricas, que aquí se sigue, exc epto cuando se indi ca; ver RR -230 a 273. DIHC IV-
78. Rivas escribió que Pércz había nacido al principios del siglo XVI , mas e l escribano Pedro del
Acevo Sotelo, compañero de Pérez, calculó que cuando este tomó las riendas del Reino (1539)
tenía 24 o 25 años; ver AGI Justicia 547-2-2, infonnación secre ta contra Gonzalo Jiménez y Hernán
Pérez.

442
DIHC IV-90.

196
este hecho delictuoso, como quizás todos los conquistadores que les acom-
pañaban. Los 150.500 pesos hallados en los aposentos del Zaque mas los
52.000 encontrados en las manos del Sogamoso habían aguzado la codi-
cia a todos e iniciado un proceso asaz irreversible. El ser de conocimien-
to general el rumor que el Sagipa era mas rico que el Zaque y el hecho de
que hubiese prometido dar a los conquistadores un bohío lleno de oro,
exacerbaron hasta el límite los deseos de todos por conseguir mas oro y
esmeraldas. Hasta los mas moderados empezaron a perder la paciencia
cuando el Sagipa postponía lo prometido y se vio progresivamente ami-
norada cuando les llevó de sitio en sitio con la disculpa que en el próxi-
mo encontrarían el tesoro. Después de tanta dilación, Sagipa se vio solo
y sin amigos que intercediesen en su favor y le libraran de tormento
inminente, práctica tan común en la época para forzar confesiones de
moros, judíos y cristianos, y porqué no, de indios? Ya nadie venido del
otro lado del mar iba a permitir que un indígena, de los que había muchí-
simos, se fuese a interponer entre ellos y un tesoro que estaba, aparente-
mente, tan al alcance de la mano.
Tan lamentable parece hoy el tormento y muerte de Sagipa ama-
nos de los creadores del Nuevo Reino, como la farsa legal que armaron
entre todos para justificar sus acciones con razonamientos triviales. En
esa tramoya legal Hernán Pérez sirvió de defensor, Jerónimo de la Inza
de acusador, el licenciado Jiménez de juez, Juan Rodríguez de Benavides
de escribano y varios conquistadores de testigos . La primera fase del
tormento consistió en colgarlo de una viga por las manos atadas detrás
del cuerpo! Preguntaba el licenciado a los testigos que presentó si no fue
cierto que "todas las veces (dos) que se le dio (este tormento) fue muy
liviano y cosa de que no pudo recibir (Sagipa) detrimento ni daño en su
persona, no solamente para morir de ello, pero aún que no recibiese
perjuicio ni manquedad de sus miembros."
Inculpando el licenciado a otros y tratando de lavarse las manos de
este crímen, añadió que cuando mandó a los capitanes San Martín y Suárez
con "cierta gente de a pie y de caballo," al ver que Sagipa nada les entre-
gaba, le dieron dos o tres tormentos muy recios "rayéndole las plantas de
los pies y dándole muchas veces fuego y mucha cantidad, de manera que
luego al instante, por causa de los dichos tormentos, por dos o tres ve-
ces, de manera que de allí a pocos días que le tornaron a traer al real
murió sin darle el dicho licenciado mas tormentos." 443 Que no se diga
ahora que Sagipa murió porque era débil y no fue capaz de resistir un
tormento liviano, o porque cayó en las manos de los despiadados San

443
DIHC V-113 a 115 y 139 a 145

197
Martín , Suárez y acompañantes. Sagipa, como el comendador de
Fuenteovejuna, murió por mano de todos.
Hernán Pérez salió a explorar las sierras nevadas del Quindío don-
de se sospechaban habían grandes riquezas, mas habiéndose tenido noti-
cia de los indios que algunos cristianos merodeaban por el valle del
Magdalena, se desvi6 a averiguar quienes eran, resultando ser los de
Belalcázar quienes le siguieron hasta los predios del señor de Bosa que
tributaba al de Bogotá. Fundada Santa Fe, nombrado su cabildo y estan-
do de salida el licenciado para ir a España a dirimir la jurisdicción del
Nuevo Reino, a la que creían tener derecho no solo los de Santa Marta,
Venezuela y Popayán, sino al poco hasta los de Cartagena, se borró cual-
quier traza de ilegalidad que hubiese quedado del hecho que el licencia-
do había fundado una ciudad sin tener poder para ello. El cabildo de
Santa Fe, legalmente constituido y en todo su derecho, el 13 de mayo de
1539 aceptó a Pérez como su teniente de gobernador y justicia mayor de
la ciudad y Nuevo Reino de Granada. 44 4
Probablemente en abril Pérez dio órdenes a Martín Galeano para
que fuera a fundar a Vélez y el 18 de junio hizo lo mismo con Gonzalo
Suárez para Tunja, habiendo dos días de esta última fecha a cuando or-
denó a Lázaro Fonte hacer la guerra a los de Fusagasugá. Antes de Suárez
salir a tierras del Zipa, Pérez marchó a buscar la Casa del Sol que se
suponía quedaba por los lados del Cocuy. Los i1evados intrigaron y lue-
go facinaron a los conquistadores. Aquí tuvo Pérez otro fracaso pareci-
do al de la búsqueda de las amazonas o de Muzo: después de gastarse
cuatro meses recorriendo montañas regresó con las manos vacías y pre-
ocupado por haber dejado el Reino por tan largo tiempo. De acuerdo con
el cronista Piedrahita, Pérez en algún momento salió a guerrear a los
panches de Nimaima y Bituima, mas estos lo rechazaron y tuvo que
regresarse a Santa Fe sin haber logrado su propósito.
Por ese tiempo sucedió la supuesta conspiración de los naturales
para acabar con los cristianos, lo que movió a Pérez a cortarle la cabeza
al gran Zipa Aquimín y a otros 400 señores principales (número segura-
mente exagerado) en la plaza de Tunja. Le hizo la guerra al Guatavita,
antes había ordenado a Baltasar Maldonado ir contra el Duitama atrin-
cherado en la laguna de Tinjacá y ordenó los ataques a los naturales que
se habían retirado a los riscos de Suta, Tausa y Simijaca. También envió
a dar auxilio a los cristianos de Vélez acosados por los naturales de los
alrededores. Si se puede poner en duda la existencia de un plan indígena
para en un día determinado esconder los frenos de los caballos, soltar a

'" DIHC V-162 a 164.

198
estos y matar a todos los europeos, lo que sirvió de disculpa a Pérez para
matar al gran zaque Aquimin y compañeros, la determinación indígena
de retirarse tan lejos o alto como podían para no servir a los cristianos,
no tributar y que los dejaran en paz, es evidente. Esta fuerte oposición
de los naturales y sus grandes consecuencias sociales está en espera de
un estudio. Los cronistas, todos ellos europeos e ignorantes de la menta-
lidad indígena, han pintado a los muiscas como débiles, apocados, faltos
de voluntad y de propósito. Esta caracterización superficial, seguramen-
te basada en que los muiscas usaban armas poco efectivas, también re-
quiere una reevaluación.
Mientras parte de lo anterior sucedía, el gobernador Jerónimo Le-
brón llegó al Nuevo Reino a reclamar la gobernación, mas los cabildos
de Tunja y Santa Fe--Vélez ya había obrado positivamente--influenciados
por Pérez y consejeros, no lo recibieron sobre el tecnicismo de que sus
provisiones reales sólo leían gobernador de Santa Marta y no del Nuevo
Reino. Al igual que las muertes de Sagipa y Aquimín, esta pobre deci-
sión de Pérez le ocasionaría sus ratos amargos poco después, porque
Lebrón le abrió un proceso al poco de regresar a Santa Marta. Le acusa-
ba de sus acciones contra los naturales que serán comentadas con mayor
detalle mas adelante, y de que era muy falto de experiencia, voluble,
lascivo y que favorecía a los que habían llegado con Belalcázar porque
estos le hacían buenos regalos y hasta le prestaban indias del Perú ex-
pertas en amores·"para que se echase con ellas. " 445
Aunque en el caso del gobernador Lebón, Pérez obró equivocada-
mente pero con determinación, mas esta última cualidad no le asistió
cuando envió al capitán García Zorro a que fundase la cuarta ciudad del
Nuevo Reino, El Cocuy. Pasarían cuatro meses de tomada esa decisión,
lo que hizo a principios de 1541 , cuando influenciado por los fabulosos
relatos del recién llegado Lope Montalvo de Lugo y sus compañeros,
acerca de la existencia de tesoros por la región de los Llanos, decidió
ordenar la despoblación del Cocuy y la recogida de todos los indígenas
comarcanos que se pudiese para llevarlos de cargueros. Los esfuerzos
de García Zorro y compañeros se perdieron, junto con las vidas de mi-
llares de indígenas.
Juzgando en retrospecto, acción nada difícil, Pérez ya estaba listo
para tomar la peor decisión que fue precisamente la de conducir esa
expedición de grandes proporciones que llamó del Dorado, la que reco-
rrió dilatadas regiones de los llanos y las selvas orientales, incluidas
partes del Caquetá y Putumayo. Comprometió grandes recursos de seres

445
DIHC VI-118 a 130, JF -244 a 254.

199
humanos americanos y europeos, caballos, bastimentas, y provisiones,
en un momento en que quizás se requerían para asentar mejor el Nuevo
Reino. Tomó unos 5.000 naturales (otras fuentes dicen mas), 260 euro-
peos, casi 200 caballos y grandes provisiones y con ellos anduvo por los
Llanos en un deambular sin rumbo que al cabo de 16 meses fue a termi-
nar en Mocoa, Sibundoy y Pasto, sin que se hubiese logrado cosa alguna
de valor. Con carta escrita en Cali el 16 de mayo de 1543, tersamente
informaba al rey que en esa aventura "murieron en ella 80 españoles y
los demás salieron flacos y mal dispuestos. Caballos murieron 110 y
todo el servicio que traíamos." 446 Cuando Pérez escribía esa carta, ya
dirigía los destinos del Nuevo Reino el adelantado Alonso Luis de Lugo.
Antes de viajar Hernán Pérez de Cali a Santa Fe el adelantado
Lugo abrió causa contra él y contra su mucho mas meritorio hermano. 447
Acusaba al licenciado de haber matado a tormentos al señor de Bogotá y
a Pérez le hacía muchos cargos y mas graves: le acusaba de haber sacado
a la fuerza millares de indios del Cocuy y otras partes para llevarlos de
cargueros y sirvientes al Dorado; de haber mandado hacer la guerra al
Duitama atrincherado junto con sus súbditos y sus familias en una isla
situada en la mitad de la laguna de Tinjacá, ocasión en la que los cristia-
nos le mataron mas de 1.500 súbditos; de haber atacado al Guatavita y
haberle matado centenares de sus vasallos, quemado sus ranchos y arra-
sado sus sementeras.
La lista de cargos contra Pérez continúa. Dio permiso para que en
varias ocasiones por separado se soltaran los perros a decenas de inde-
fensos naturales que fueron así desmembrados y para que a señores prin-
cipales se les diera tormento hasta la muerte con la esperanza de que
revelaran sus tesoros muchas veces inexistentes. Para escarmentar a gru-
pos indígenas tomaba algunos individuos y les mandaba cortar las nari-
ces, las manos, los pies, las orejas o a las mujeres hasta los senos, y los
dejaba ir para que llevaran el mensaje a sus compañeros de lo que les
esperaba si no eran sumisos . Los señores de Sogamoso, Firavitoba, Chía,
Guasca, Fusagasugá y otros no mencionados por el adelantado, como
. Aquimín y sus señores, tuvieron que sufrir las crueldades hechas, orde-
nadas, o permitidas por Pérez. A pesar de que estos horrores estaban
sucediendo en toda la América Hispánica entonces, su generalización no

446
Ver la "Relación del Descubrimiento de la Canela," escrita por el mismo Pérez: DIHC VII-
12 a 16.

447 La causa contra los Quesada se encuentra en AGI Patronato 195-12 ; DIHC VII-20 a 36 contie-
ne un resúmen de estos. Una versión ampliada de los mismo se encuen tra en AGI Justicia 547, tl.
635 a 942. Ver también DIHC VII-86 a 90 y 137.

200
libra a Pérez de que teniendo la autoridad para poner algún freno a los
abusos, optó por dejar que un grupo desordenado de aventureros dis-
puestos a hacerse ricos muy rápidamente, se burlaran de los mandatos
reales y de las recomendaciones eclesiásticas que en una buena medida
pretendían proteger al indiano .
A las acusaciones del adelantado Luis de Lugo sobre maltrato a
los naturales se sumó la que tanto Pérez como su hermano el licenciado,
habían dispuesto de fondos reales sin la debida autorización . Pero lo que
debió rebasar la copa de las autoridades fue que hubo un mal entendido
y mal juzgado conato de rebeldía en que estuvo envuelto Pérez y su .
mucho menos conocido, y aparentemente menos culpable hermano, Fran-
cisco Jiménez, al poco de llegados de Cali. Por esto se abrió causa y los
dos hermanos fueron juzgados y condenados a galeras perpetuas y a la
pérdida de todos sus bienes .
Seguramente que las sospechas de rebeldía por parte de Hernán
Pérez se vieron reforzadas con la declaración del cabildo de Santa Fe del
30 de octubre de 1543, de que Pérez tenía en su casa "como criados 50
españoles, 150 indios, veinte y tantos negros, treinta y tantos caballos, 5
acémilas." 44 8 Esta era una fuerza de consideración que en las manos de
una anterior cabeza de gobierno, podía causar justa preocupación a las
autoridades . Por el mes de noviembre de 1543 apareció fijado en un
poste de Tunja al frente de la casa donde se quedaba el adelantado Luis
de Lugo, un "libelo infamatorio" cuyo contenido no se conoce. Este dio
pie a que se abriera una investigación en la que se encontró que también
existía una carta escrita por mano de un Bartolomé Sánchez encomendero
de Sáchica, 449 y firmada por varias personas destacadas como García
Arias Maldonado, Hernando de Beteta, Pedro de Colmenares, los dos
hermanos Quesada y otros . Según unos testigos, esa carta contenía "co-
sas muy feas contra el adelantado y contra su honra y fama ," pero añadió
Lázaro Fonte, uno de los que depuso así, que no la había leído. Según
los implicados, la carta que era dirigida al rey, solo contenía acusaciones
contra el adelantado por lo que les había hecho a varias personas del
Nuevo Reino, como haberle quitado a Beteta la vara de alcalde de Tunja,
haber suspendido las encomiendas y cobrado las correspondientes de-
moras que no le pertenecían. 450 Era imposible que una carta a la máxima

448
GHA -67.

" 9Este es di stinto de Bartolomé Sánchez Suárez y Bartolomé Sánchez a sec as , ambos compañeros
de Gon zalo Jiménez.

"º AGI Justicia 547 fl. 136 hasta prin cipio No. 2 ramo 2.

201
autoridad en España fuera a contener "cosas muy feas" aunque sí acusa-
ciones bien vehementes .
Beteta y Arias Maldonado fueron condenados a la horca pero ape-
laron y los hermanos Hernán y Francisco a galeras perpetuas. Desde
antes, Lugo había continuado la causa a los hermanos Quesada por re-
beldía y por las razones ya mencionadas sobre las crueldades hechas a
los naturales, no haber recibido a Jerónimo Lebrón como gobernador y
haber tomado dineros de la caja del rey. Para finales de diciembre de
1543 , el adelantado ya enviaba a los hermanos presos a la audiencia de
Santo Domingo para que los mandasen a las galeras. 45 1 Ante esa audien-
cia se presentaron, mas sabedores las autoridades de que la corona había
nombrado juez de residencia para que viera los casos del Nuevo Reino,
vía el Cabo de la Vela fueron enviados a Cartagena donde este juez esta-
ba. Habiendo sido acomodados en el navío del capitán de la flota de
Indias que paró en el Cabo para que llevarlos a Cartagena, un rayo les
alcanzó y mató a los dos. 452 Pérez tendría entonces unos 30 años de
edad, debía ser soltero y sin hijos conocidos. En vida disfrutó por un
tiempo de las buenas encomiendas de Sogamoso y Fontibón .

" ' DIHC VII-139 a 140.


452
Sobre lo ocurrido ver carta del obispo de Santa Mart a .quien tambi én iba en la Capi ta na, tra scri-
ta en DIHC VIII-32 a 33. Ver también DIHC VII-312 .

202
JUAN DE PINILLA

En el pleito de 1551 entre Alonso Domínguez y Gonzalo Suárez Rendón


por la encomienda de Icabuco, Juan de Pinilla declaró que había venido
entre los primeros al Nuevo Reino siguiendo al licenciado Jiménez, que
era de 38 años, o sea nacido en 1513 y pudo marcar su deposición con
una señal, no con una firma completa. 453 En verdad, como lo escribieron
los cronistas coloniales, Pinilla, o Penilla, fue uno de los soldados de a
caballo que acompañaron al licenciado, por cuya labor recibió dos par-
tes del botín. 454
Pinilla cambió en Tunja sus ropajes de conquistador por los de
colonizador, ciudad donde se avecindó. Ya el 11 de febrero de 1541 el
cabildo de esta le concedía una huerta al lado de la de su compañero
Francisco Salguero. 455 Tal vez mejor entrenado en eso de hacer firmas
y evidenciando su continuada vida en Tunja, en noviembre de 1543
participó en una carta que los de esta ciudad dirigieron al adelantado
Lugo para que repartiera las encomiendas que había suspendido a su
llegada. 456 Junto con su compañero de expedición Antón de Olalla,
hicieron la guerra al Guatavita quien desde que Hernán Pérez había
castigado tan duro a su pueblo, se había retirado al monte para no ser-
vir a los cristianos. En algún momento las autoridades le concedieron
el repartimiento de Iguaque y el cacique Yaquina y debió tener alguna
participación en Tinjacá, pues en los años 40 hubo un proceso por esta
última entre él y Garci Arias Maldonado. 457
Excediéndose en sus atribuciones, en diciembre de 1552 el cabil-
do de Pamplona nombró por capitán y justicia mayor de ella al local-
mente influyente_ Ortún Velasco. Esta determinación fue rechazada por
la real audiencia de Santa Fe, que en febrero siguiente nombró a Juan
Pinilla para que ocupara esa importante posición . Este se posesionó el
27 de marzo siguiente, mas el poco acogedor ambiente que encontró,

453
ANC Encomiendas XI, ff. 8 a 169.

454
FPS III-356; MDR -219; JF - 150.

4ll CDT 1-91.

"' DIHC VII-118 a 123.

"'DIHC IX-96.

203
unido quizás a su falta de firmeza, abocaron a que en mayo no quisiera
volver a asistir a las reuniones del cabildo . Notando esas rencillas y
seguramente con la influencia de Velasco, la audiencia nombró a este
justicia mayor de Pamplona en reemplazo de Finilla. 458
Finilla, a pesar de todo, no se incomodó tanto con este nombra-
miento y se quedó viviendo en esa ciudad, según evidencia que dejó en
abril de 1554, diciembre del 55, diciembre del 57, diciembre del 58 y
marzo del 59. Ya en noviembre del 60 se nota su ausencia y nada mas se
vuelve a saber de su vida. 459 Durante su permanencia en Pamplona gozó
de las encomiendas de Mene, Izcala, y Guesguira, las cuales aún tenía en
1560 cuando era soltero . 460

'" B. Matos Hurtado, "Apuntaciones y Docume ntos Para la Hi storia de Pampl ona ," en BHA XVIII-
311 a 318 .
459
CDP -86, 149, 227, 259, 279, y 324.

460
Tovar Pin zón, No hay caciques ni seliores , p. 1OO.

204
HERNANDODELPRADO

Hijo del segundo matrimonio de María Ruiz, madre también del capitán
Juan de Céspedes, nació en Castilla alrededor de 1510 y llegó a Santa
Marta con el adelantado Fernández de Lugo, provincia en que participó
en la entrada que hicieron al valle de Tairona. Como soldado de acaba-
llo enrolóse en la expedición al Mar del Sur dirigida por el licenciado
Jiménez y se distiguió en el camino, especialmente porque junto con
Antón de Olalla y otros tres hombres quedaron en el valle del Alférez
mientras el capitán Céspedes regresaba montaña del Opón abajo a dar
nueva de la tierra llana encontrada. 461 Asistió a la fundación de Santa Fe
donde permaneció y de la que era regidor en 1540 cuando a ella llegó
Jerónimo Lebrón a solicitarle al cabildo que le recibieran de gobernador
del Nuevo Reino, solicitud que ese no aceptó. De regreso en Santa Mar-
ta Lebrón inculpó a todos quienes no lo recibieron, incluido Prado. 462 En
1542 volvió a ser regidor de la ciudad de su residencia, mas no durante
todo el término, porque en agosto de ese año fue uno de los que bajaron
a Santa Marta con el grupo de Jerónimo de la Inza, Alonso Martín, y
otros, a traer mercancías al Nuevo Reino. A principios del 43 haciendo
el viaje de regreso camino Magdalena arriba acompañado de Juan Va-
lenciano, llegó a Sompallón que acababa de ser fundado. Su justicia
mayor Lorenzo Martín les quitó el oro que llevaban y les pidió que fue-
ran donde el adelantado Alonso Luis de Lugo estaba, mas Prado rehusó
y en cambio se fue a Mompox con otros tres soldados con quienes llegó
a Cartagena de camino a España. 463
Prado no siguió para España, sinembargo. Inexplicablemente se
le encuentra en Timaná en noviembre de 1543, declarando en la pro-
banza que Domingo de Aguirre hizo allí cuando iba camino a Europa.
Asintió a todo lo preguntado, incluido que habían explorado de Santa
Marta al Nuevo Reino con el licenciado Jiménez, que no estaba en ese
Reino cuando llegó Alonso Luis de Lugo y firmó su declaración. 464 De
Timaná regresó a Santa Fe porque en 1545 volvió a ser regidor. Allí
continuó viviendo y en abril de 1547 compraba una estancia en el pue-

461
RR -227 a 229. MDR -249.

462
DIHC VII-292.

63
' AGI Justicia 1095 No. 1, respuestas de Prado al interrogatorio de Miguel Trujillo. Lo de regi-
dor en 1542 está en GHA -59.

464
AGI Patronato 153-4-1.

205
blo de Punza. 465 Habiendo llegado el gobernador Miguel Díez le nom-
bró justicia mayor de Tocaima y a esta se trasladó permanentemente.
Allí fue premiado con las encomiendas de Guanacapila, Almiba,
Guataquí y Ambalema, y con el tiempo tuvo su parte en la explotación
del oro de Mariquita. Fue regidor de Tocaima en 1572 y su alcalde en
1576 y 1578, último año en que se sabe de su existencia. 466 No fue
casado, pero con una india tuvo a Francisco del Prado quien le sucedió
en sus encomiendas.

465
GHA -70; RR -228.

466V. Ernest Aitken, "Gobernantes de Tocaima Desde el Siglo XVI Hasta la Terminación de la
Colonia," BHA XXXI-736 a 741.

206
JUAN DE PUELLES

Presentándose como vecino de Santa Fe y de los primeros en llegar al


Nuevo Reino, declaró en 1549 en la probanza de su compañero Alonso
Domínguez, que le conocía desde 1537 y que era de 33 años, o sea
nacido en 1516. Reiteró que por haber subido con el licenciado Jiménez
fue que vio aAguirre servir muy bien durante el curso de esa expedición.
Cuando llegaron a La Tora, "muy desvalidos y la gente muy perdida e
trabajada e sin saber por donde iban ni por donde no, hubo muchos pare-
ceres que el dicho licenciado Jiménez e sus capitanes de hecharse el río
abajo pa volverse a Santa Marta e que el dicho licenciado Jiménez dijo
que todos habían de morir e que no habían de volver a Santa Marta si no
fuese llevando buenas nuevas al rey." Firmó su declaración . 467 Puelles
fue rodelero de la expedición.
De Santa Fe salió con Lázaro Fonte a hacerle la guerra al
Fusagasugá y Pasea. También atestiguó el maltrato que Juan deArévalo,
el de Belalcázar, hizo al cacique de Chía, a quien le puso una argolla de
las de Flandes que mataba a los pocos días, porque este no les dio otros
600 pesos que le pedía. Firmó su declaración. En los archivos se en-
cuentran otros protocolos que atestiguan la existencia de Puelles en el
Reino alrededor de 154 7. 468

467
AGI Patronato 153-7-2.

468 DIHC VI-102 . AGI Patronato 195-12, f. 90v. Ver DIHC VII-89; la respuesta de Puelles se

encuentra en el original.

207
MARTIN PUJOL

El 9 de marzo de 1537 hubo Pujo! ocho pesos de oro de los naturales,


que entraron a engrosar el fondo común que iba a repartirse entre todos
los sobrevivientes de la expedición del licenciado Jiménez que dio ori-
gen al Nuevo Reino. En esa distribución le tocaron dos partes al caporal
de arcabuceros Pujo!. 469 Al poco de fundada Santa Fe atestiguó el poder
que el licenciado entregó a su hermano para que le reemplazara como
justicia mayor del Nuevo Reino. Avecindóse en Tunja de la cual fue
regidor en 1541, teniendo a su cargo la administración de los bienes de
difuntos. Como regidor requirió a Hernán Pérez en julio del mismo año
no ir a la expedición del Dorado, pero esta diligencia debió ser solo un
formulismo legal, porque Pujo! fue uno de los que le acompañaron. 470 El
mismo Pérez, quien antes había encomendado en Pujo] los señores de
Bonsa y Paipa, le pidió los dejara libres antes de ir al Dorado, para enco-
mendarlos en Pedro Núñez Cabrera y Gómez de Cifuentes respectiva-
mente. 471
De la desastrosa expedición al Dorado regresó Pujo! al Nuevo Reino
y ya en noviembre del 43 firmaba un requerimiento dirigido al goberna-
dor Luis de Lugo pidiéndole repartir las encomiendas nuevamente. Este
gobernador le nombró alcalde mayor del Reino, por cuya labor le pusie-
ron los siguientes cargos posteriormente: desterró del Reino a los seño-
res de Pasea y Chámeza; autorizó a Antón de Olalla y Juan de Pinilla que
hiciesen la guerra al Guatavita quien estaba de paz; hizo aperrear algu-
nos naturales de Guasca y Suba; fue parcial en la administración de jus-
ticia; desterró a Pedro de Enciso quien era el abogado de los pobres;
tuvo preso a Antonio de Luján sin razón; no concedió apelación a varios
presos. 472
En el rutinario juicio de residencia que se hizo al gobierno ele
Montalvo de Lugo, declaró Pujo!. Dijo entre otras haber nacido en 1502,
que cuando regresó del Dorado el Guatavita estaba huyendo ele los espa-
ñoles y firmó su declaración. 473 Trató de recuperar sus encomiendas per-
didas por haber ido al Dorado y también que el gobernador Díez le

469
DIHC IV-89; MDR-250; JF-151.

470
DIHC V-162; CDT I-79 , 81 , 104 a 106.

471 MAEM 35 a 36.

472
DIHC Yil-123; AGI Justicia 547 juicio de residencia de Luis de Lugo; ver resúmen en BHA
XXVI-318 a 319.

473
AGI Justicia 545, f. 1180.

208
modificara la sentencia a la lista de cargos mencionados arriba. Este en
vez de mostrarse· benigno, le metió en la cárcel. 474
Pujol debió continuar ejerciendo la ganadería en Tunja, pues se
sabe que el 5 de julio de 1551 recibió un poder del capitán Diego Martínez
y el 24 de diciembre del 53 contribuyó a sufragar unos gastos de la
comunidad. 475

474
DIHC VII-234; DIHC IX-353 y ver también DIHC X-330.

"' ARB Notaría Primera deTunja III, f. 96; ARB Libro de Cabildos deTunja, diciembre 1553 . Ver
también CDT I-17 donde está ilustrado el hierro para marcar ganados que usaba Pujol.

209
'1, \

. ..).1
JUAN QUINCOCES DE LLANA

Hombre de corta estatura pero muy fuerte, llegó a Santa Marta en 1536 y
subió al Nuevo Reino como soldado rodelero de la expedición dirigida
por el licenciado Jiménez, tocándole una parte del botín recogido por
todos. Llegado al Nuevo Reino luchó contra los naturales de Vélez y
Simijaca para reducirlos a la paz y se avecindó en Tunja donde Je
encomedaron Furaquirá, Guatochá, Susacón y Tobasía. 476 En 1543 firmó
una petición dirigida al gobernador Luis de Lugo para que repartiera las
encomiendas y continuó viviendo en Tunja donde se volvió ganadero
importante: en 1556 una cédula real ordenaba a las justicias del Reino
no ponerle trabas para que pudiera sacar y vender ganados en el Perú(!)
y otras partes. 477
No fue casado pero dejó hijos. En 1564 se inscribió para regresar
al Reino Alvaro de Quincoces, natural de Santa Fe, hijo de Juan de
Quincoces y de una india. 478 Murió antes de noviembre de 1567.

476
RR -274 y 275; MOR -253 .

477
DIHC VII-114; ver también -123. FDNR !II-81 y 82.

478
Tovar Pinzón, No hay caciques , p. 87; CPI IV-409.

210
JUAN RAMIREZ DE HINOJOSA

Este soldado rodelero quien pedía le tuviesen por hijodalgo notorio, lle-
gó a Santa Marta con el adelantado Don Pedro y allí tomó parte en algu-
nas de las pacificaciones de indios que se hicieron. Se enroló en la
expedición del licenciado Jiménez y con el subió hasta el Nuevo Reino,
habíendose distiguido en el camino por ayudar a sus compañeros. Fue
uno de los primeros en entrar por el río Opón y dar con el Camino de la
Sal y sus depósitos y también de los primeros en llegar al valle del Alfé-
rez. Asistió a la fundación de Santa Fe y fue con Hernán Pérez a buscar
la Casa del Sol. Mientras estaban en esas se sublevaron los naturales de
la tierra y de regreso Pérez envió al capitán Céspedes a que luchara en
Tinjacá. Con este capitán fue al socorro de Vélez en lo que se demoraron
3 o 4 meses, luego a luchar con los rebelados de Simijaca y por último
con aquellos que se habían atrincherado en los peñoles de Suta y Tausa,
donde trabajó al lado del capitán Juan de Arévalo durante cuatro o cinco
meses. También estuvo con el capitán Maldonado desalojando a los in-
dios que se habían metido en el centro de una laguna. 479
Acompañó al capitán Venegas en la fundación de Tocaima donde
se estableció, fue su alcalde en 1569 y su regidor en 1571, ciudad donde
además tuvo la encomienda de Tocaima que tenía pocos indios . Asistió
también al capitán Núñez Pedroso en la fundación de Mariquita. Casó
con María del Campo y tuvieron cinco hijas, Gregaria quien casó con un
hijo de Martín Yañez Tafur, Juana, María, Isabel y otra. En los docu-
mentos figura además un escribano de Tocaima entre 1581 y 1602, lla-
mado Francisco Ramírez de Hinojosa, quien debía ser su familiar. 48 º
Juan debió casar después de 1560 porque en ese año figuró como soltero
y encomendero de Tocaima. 481

479
AGI Patronato 158-3-1, probanza de Juan Rarnírez de Hinojosa , 1569 ; RR -275 y 276;
MDR -25 3.

480
W. Ernest Aitken, «Gobernadores de Tocaima» en BHA XXXI-736 a 741. JFO Arbol XX, par.
6 y 7.

481
Tovar Pinzón, No hay caciques, p. 71.

211
CRISTOBAL DE ROA

Nacido alrededor de 1490 en Medina de Ruiseco, León, llegó a Santa


Marta con don Pedro Fernández de Lugo y estuvo pacificando los indios
de esa provincia antes de marchar como soldado arcabucero en la expe-
dición del licenciado Jiménez, mas viajó en el bergantín comandado por
el capitán Albarracín hasta La Tora. Asistió a la fundación de Santa Fe
en cuyo distrito el licenciado le concedió la encomienda de Sutatenza,
mas no permaneció porque regresó a Cartagena con los tres generales
Jiménez, Féderman y Belalcázar y de ahí siguió rumbo a España prote-
giendo el tesoro real. A Sevilla ya había llegado en 1539, en donde de-
claró en el pleito entre el soldado Juan Castellanos y Gonzalo Jiménez y
en donde logró una cédula real prohibiendo que le quitaran su enco-
mienda y otra para que no saliese perjudicado por su ausencia. Allí se-
guía en 1541, pues declaró en el pleito entre Féderman y la casa alemana
de Welser 482
Regresó al Nuevo Reino con al adelantado Luis de Lugo y en este
quedó por un tiempo. Tuvo suficiente dinero y energías para volver a
hacer el costoso y peligroso viaje a España y allí hizo de testigo en una
diligencia hecha por Hernán Suárez de Villalobos en 1555. En esta de-
claró Roa ser de 60 años de edad. 483 Cuando al año siguiente se disponía
a regresar al Reino, se inscribió en Sevilla como vecino de Tunja, nacido
en Sahagún que es cerca de Medina de Rioseco, e hijo de Alonso de Roa
y de Mari Juan. 484 Dos años después de su regreso, el cacique de Tensa
(no Sutatenza) acusó a él y a su hijo Alonso de que habían prendido
varios indios y los habían puesto en un cepo, les habían quitado mucho
maíz, les habían arrancado una labranza de algodón y hecho otras mu-
chas vejaciones y molestias. 485
Roa casó con Catalina Ruiz con quien tuvo tres hijas y dos hijos,
Alonso, Bernabé, Santiago, Juan, y Polonia. Sabía firmar y estaba aún
vivo en 1579.

482
RR -277 a 279; JF -231; BHA XI-617 a 619; DlHC V-3 19 y 323; AGI Justicia 990 No. 2, los
Belzeres (Welser) vs. Féderman.

483
AGI Indiferente General 1212, o de abril de 1555.
484
CPI III-252.

485
ANC Criminales CI, ff. 378b a 414.

212
ANTON RODRIGUEZ CAZALLA

Ya estaba en Santa Marta cuando a ella llegó el adelantado Fernández de


Lugo. A pesar de indicar que había servido con sus caballos en la expe-
dición que llegara al Nuevo Reino de primera, lo cierto es que lo hizo de
a pie como soldado rodelero de la expedición comandada por el licencia-
do Jiménez y por este servicio recibió una parte del botín. Como todos
los compañeros del licenciado, se halló en la fundación de Santa Fe y
debía acompañar a Hernán Pérez a buscar la Casa del Sol y a su regreso
el 24 de diciembre, el cabildo de Tunja le inscribió como uno de sus
vecinos y le asignó solar para su casa. 486 En 1565, siendo alguacil mayor
de Tunja, declaró que acompañó a Baltasar Maldonado a la expedición
de las Sierras Nevadas y Palenques y cuando regresaron, Hernán Pérez
estaba preparando su expedición al Dorado. Vio salir en ella a Maldonado
mas él no fue a esa. Firmó su declaración y manifestó haber nacido
alrededor de 1517. 487
Aunque tuvo parte de las encomiendas de Onzaga, Susa, Soatá y
Ciénaga, la que retuvo mas tiempo y hasta su muerte fue la de Ochica,
Viracusa y Samacá, aumentada en Tobasía. Probablemente casó primero
con Francisca de .Betancourt con quien no tuvo hijos y en segundas con
Leonor Pérez de cuya unión quedaron varios hijos, uno de ellos del mis-
mo nombre que el padre. Antón murió en 1587 .

486 RR -279 a 281; MDR -252 ; CDT I-40.

487
AGI Patronato 157-2-5 , probanza de Baltasar Maldonado, 1565.

213

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-~.
·'
CRISTOBAL RODRIGUEZ

Rodelero de la expedición al Nuevo Reino dirigida por el licenciado


Jiménez, quien recibió su parte del botín tomado a los naturales . 488 Como
con Sebastián de Belalcázar y Nicolás Féderman llegaron al Nuevo Rei-
no dos homónimos de este y vivieron al tiempo en las mismas partes, no
es posible diferenciar cuales de las acciones conocidas corresponden a
este o a los otros. Sinembargo, el conocido como amanuence y secreta-
rio de Hernán Pérez parece ser el mismo que fuera escribano en Quito y
por lo consiguiente el de Belalcázar, mientras aquel que tenía negocios
de ganados entre Tocuyo, Venezuela, y el Reino, parece era el de
Féderman. Ninguno de los tres mencionados acá es Cristóbal Rodríguez
Cano, persona que vino al Reino en la década de los cincuenta.

488
MDR -252; JF - 152.

214
FRANCISCO RODRIGUEZ

Nació alrededor de 1504 en Segura de la Sierra, Murcia. Aunque haya


indicado que llegó a Santa Marta con Juan del Junco, su nombre no
aparece en el registro de pasajeros de Sevilla donde están anotados todas
las personas que viajaron con ese capitán . Como soldado arcabucero
acompañó al licenciado Jiménez en su expedición al Nuevo Reino y a la
exploración que hizo al valle de Neiva . Presenció la fundación de Santa
Fe, fue con Hernán Pérez a buscar la Casa del Sol y a su regreso se
avecindó en Tunja el 24 de diciembre de 1539 y el cabildo de esta le
asignó solar para su casa. De esta salió con el mismo Pérez a explorar
las provincias del Dorado en lo que gastó cerca de dos años y pasó
muchas dificultades . De vuelta a Tunja gozó del producido de su enco-
mienda de Soracá y edificó a su costa la iglesia y monasterio de San
Francisco. 489
En 1559 casó con Francisca de Morales y tuvieron a Juan, Fran-
cisco, Agustín, Pedro, María y Francisca. Con una india ladina tuvo
también a Diego Rodríguez, quien en 1564 era de mas de 20 años. Debió
morir al poco de otorgar su testamento en 1574 y sabía firmar.

489
JFO Arbol 111, par. 12; AGI Audiencia de Santa Fe 123-2- 15 y ANC Encomienda s XXXII, ff.
359 a 395, proban zas de Franc isco Rodrígu e z. La de ANC , f. 383 y ss. , contiene su tes tamento de
1574; MOR -250; RR -281 a 283 .

215
JUAN RODRIGUEZ BENAVIDES

Gil López había sido el escribano de la expedición dirigida por el licen-


ciado Jiménez. Sinembargo, desde por lo menos el 13 de agosto de 1538
Juan Rodríguez aparecía ya actuando de escribano en asuntos civiles y
fue el primero que tuvo ese cargo en la recién fundada ciudad de Santa
Fe. 490 A tierra muisca había llegado con el oficio de rodelero del ejérci-
to, por lo que recibió una parte del botín recogido por todos los expedi-
cionarios. 491 Se avecindó en Santa Fe, continuó ejerciendo su profesión
de escribano por lo menos un año y tuvo una hija llamada Juana Benavides
quien casó con Juan Alonso (de la Torre), también compañero de Jiménez
y por lo consiguiente suyo. 492

490 JF -161 y 163; FPS III-346; JFO I-353.

491
MDR -252; JF -152.
492
JFO Arbol II, par. 106.

216
JUAN RODRIGUEZ GIL

El 31 de julio de 1535 se registró en Sevilla para pasar al Río de la Plata


Juan Rodríguez Gil, hijo de Juan Rodríguez Gil y de María García, veci-
nos de Alanís (Extremadura). A último momento debió cambiar de nave
y se embarcó en una de las de don Pedro Fernández de Lugo que estaba
allí mismo recogiendo soldados para la empresa de Santa Marta. 493 Du-
rante la expedición del licenciado Jiménez y según los cronistas colonia-
a
les, este rodelero casi lo ataca un caimán del Magdalena, y también
tuvo que afrontar el ataque del cacique Sacre cuando ya había llegado al
altiplano . Hallóse presente en la primera entrada a tierra panche dirigida
por el capitán Juan de Céspedes, fue con Juan de San Martín a explorar
los Llanos cosa que hicieron a medias, y estuvo en el valle del Magdale-
na averiguando quienes merodeaban por allí, resultando ser los compa-
ñeros de Belalcázar. Después de haber ido a buscar la Casa del Sol con
Hernán Pérez avecindóse en Tunja, donde gozó por un tiempo de los
tributos de Topia y Soacá, los cuales perdió cuando con el mismo Pérez
se fue a explorar el Dorado, y solo recuperó hasta 1549. 494 Al pedírsele
que fuera a auxiliar al presidente del Perú quien estaba sufriendo la rebe-
lión de Gonzalo Pizarro, Rodríguez se ausentó por lo que el gobernador
Miguel Díez le condenó a 200 azotes y a pagar 180 pesos de oro. 495
Al poco tiempo debió viajar a España y en noviembre de 1552
declaraba en Madrid en un pleito entre el Lope Montalvo de Lugo, ante-
rior gobernador interino del Nuevo Reino, y el fiscal del Rey. Dijo en-
tonces ser vecino de Tunja, de unos 30 años (nacido alrededor de 1520)
y demostró su familiaridad con los sucesos ocurridos durante la gober-
nación de Montalvo. Firmó su declaración. 496 Otra vez se le encuentra
deponiendo en España en 1560 en una probanza que hizo Alonso de Hoyos,
el compañero de Belalcázar, inscribiéndose al poco en Sevilla como pasaje-
ro que iba rumbo al Nuevo Reino, soltero, natural de Ala ís de Extremadura,
hijo de Juan Rodríguez Gil y Ana García de Melgarejo. 497

493 CPI JJ-114 . Otros de sus compañeros hicieron los mismo; por ejemplo, Martín Galeano, Martín

Pujo! y Cristóbal (Ortiz) Berna!.

494
RR -283 a 286; MD_R -251.

495
DIHC VIIJ-231 y X-352.

496
AGI Justicia 1117B, Montalvo de Lugo sobre salarios.

497
AGI Audiencia de Santa Fe 80-3-46; CPI JV-87.

217
El mismo año de 1560 vuelve a aparecer como soltero y
enc~mendero de Soaca en la provincia de Tunja. Probablemente volvió a
España en 1577 y estaba aún vivo en 1579 . Casó dos veces: la primera,
con Salvadora Sánchez con quien no tuvo hijos; la segunda, tal vez des-
pués de 1560 cuando estaba soltero, con Catalina Jorge de Meneses, hija
de Andrés Jorge el compañero de Lebrón. Con esta última tuvo a Fran-
cisco, Juan, Ana de Jesús y Catalina. Fuera del matrimonio tuvo a Isabel
Rodríguez Melgarejo, Mari González Melgarejo, Juana la soltera, Juana
la casada con Garzón, Catalina Rodríguez Melgarejo, Ana, Francisca y
Leonor, todas criollas nacidas en Tunja. 498

498
Tovar Pinzón, No hay caciques , p. 89; JFO Arbol XXII, par. 1-5.

218
JUAN RODRIGUEZ PARRA

Llegó con don Pedro Fernández de Lugo a Santa Marta, en cuyos alrede-
dores hizo algunas entradas a tierras indígenas antes de actuar como sol-
dado rodelero en la expedición del licenciado Jiménez. Después de llegado
al altiplano fue a explorar el valle del Magdalena y se hizo tristemente
célebre porque con su compañero Miguel Sánchez, fue el causante del
incendio que arrasó el magnífico templo de Sogamuxi, el . adoratorio
mas importante que había en los dominios del Zaque . Fue a la jornada de
la Casa del Sol y mientras esto ocurría, Gonzalo Suárez fundaba Tunja,
ciudad a donde regresó Rodríguez y se avecindó el 24 de diciembre de
1539. Allí el cabildo le entregó un solar para construir su casa y las
autoridades le asignaron los repartimientos de Chicamocha, Tequia, y
Viracusa. 499 En 1548 acusó a un Aguilino Calatrava de haber entrado en
Chicamocha y haber matado cinco de sus encomendados y aprisionado
otros para pedirles oro de santuarios. 500
Casó con Catalina de Valero, hija de Juan López compañero de
Jiménez y no tuvieron hijos por lo que su mujer heredó la encomienda.
Había nacido alrededor de 1517 y sabía firmar, mas cuando depuso en la
probanza de Juan de Avendaño hecha en 1587, no lo pudo hacer por
estar impedido de la mano. 501

99
' RR -286 y 287; MDR -251; CDT I-40.

'ºº ARB Arhivo Histórico de Tunja III, f. 91.

'º' AGI Pa tronato 165-3-8.

219
PEDRO RODRIGUEZ DEL CARRION

Pedro Rodríguez del Carrión, 6 Pedro Rodríguez de los Ríos, o Pedro


Rodríguez del Carrión de los Ríos--como parece era su nombre com-
pleto--nació alrededor de 1517 en Hormas, Reinosa, Castilla la Vieja, en
el seno de la familia formada por Juan Rodríguez y Mencia Castilla. 502
Como soldado rodelero se alistó en la expedición del licenciado Jiménez
y fue uno de los sobrevivientes que participó en el botín habido por
todos los soldados de los indígenas encontrados en el camino o en el
altiplano muisca. Quedó en Tunja y como vecino de esta eri febrero de
1542, firmó un documento aceptando a Gonzalo Suárez como capitán
general de esa ciudad y del Nuevo Reino. 503
Parece que desde temprano se dedicó a sacar el máximo provecho
· a sus encomendados y a la tierra, porque no dejó rastro de haber comba-
tido las muchas rebeliones de indígenas ni en adelantar las diferentes
exploraciones que tuvieron lugar durante los primeros años del Reino.
En marzo de 1558 atestiguó en la probanza de Miguel Holguín, uno de
sus vecinos en Tunja, identificándose por su nombre y porque fue uno
de los que llegaron de primeros al Reino con el Mariscal Jiménez. 504
Tuvo negocios de cría de caballos y al morir dejó en Tunja considerables
bienes consistentes en casas, estancias y ganado. Cuando en 1570 hizo
su testamento en Cartagena, donde se encontraba de paso, manifestó haber
comprado y pagado 36 esclavos entre hombres y mujeres. No se conoce
ninguna actividad de Rodríguez en que pudiera dar empleo a tantos de
estos (minería de oro), así que si los compró pudo haber sido para
revenderlos o alquilarlos. Vale la pena notar que Rodríguez era amigo
del padre Juan de Castellanos quien al morir dejó 26 esclavos negros.
Aunque parece no fue casado, pues de serlo debería estar mencio-
nado este hecho en su testamento, cuando las autoridades visitaron su
encomienda de Iguaque en 1560, quedó registrado como casado. Tuvo
cinco hijos e hijas naturales, llamados Inés de los Ríos, Beatriz, Catali-
na, Lope Ríos Mantilla, y Luis, a quienes dejó todos sus bienes, siempre
y cuando viviesen en el Nuevo Reino. Murió en 1575 con la pretensión
de haber sido hijodalgo notorio.

502
Los datos sobre su familia y bienes son tomados de su testamento de 1570, en ARB Archivo Histó-
rico de Tunja VIII, ff. 35-65. Este es mencionado por JFO Arbol XV dedicado a Rodríguez, donde se
encuentran varios datos complementarios. Ver RR -287 a 289 quien mencíona la probanza de Rodríguez
hecha por un yerno en 1575, la cual se encuentra ahora en AGI Patronato 160-1-2.

503
MOR -253; CDT 1-179.

504
AGI Patronato 168-11-1.

220
PEDRO RODRIGUEZ DE LEON

Nacido alrededor de 1511 en León, llegó a la provincia de Santa Marta


con el adelantado don Pedro Fernández de Lugo y en ella se entretuvo
un corto tiempo en hacer entradas a tierras de los naturales, antes de
enrolarse como soldado machetero en la expedición del licenciado
Jiménez. A pesar de su bajo rango, se llamó hijodalgo notorio y se
avecindó en Tunja en diciembre de 1539, probablemente al regresar de
la exploración a la Casa del Sol que dirigió Hernán Pérez. En ese distrito
le encomendaron a los naturales de Chusbita y Sagre (o Chusbita,
Chiquisa, Muxica y Socha ccimo las llamó Flórez de Ocariz). 505
Fue de los primeros en llegar al valle del Alférez situado ya sobre
el altiplano y acoinpañó al licenciado a explorar el valle de Neiva. Cuan-
do el gobernador Alonso Luis de Lugo le suspendió sus encomiendas,
junto con otros vecinos de Tunja le envió una carta pidiéndole que las
volviese a repartir, carta que otro firmó en su nombre, señal segura de
que no sabía escribir. 506 Fue a España por su mujer Catalina Rodríguez y
su hija única, Ana Rodríguez de León, quien casó con Diego Montañez,
compañero del licenciado. En 1549 ya se presentaba en la corte la cual le
autorizó a edificar una casa fuerte y una iglesia incorporada a esta para
que pudiera defenderse de los indios y al mismo tiempo ofrecerles un
sitio donde se les enseñase la doctrina(!). 507 En 1566 fue regidor deTunja
y murió después de 1579.

505
RR-290 y 29l;ANC Encomiendas XXXII, ff. 396 a 441, probanza deAntón de Castro; MDR
-250; CDT 1-40; JFO Arbol XIII, par. 45.

'º6 DIHC VII-123, donde aparece su nombre como Pedro Rodríguez de Aillón.

507
DIHC X-121 a 122; ver también 123.

221
BLASCO ROMERO

Este soldado rodelero recibió su parte del botín habido durante la expedi-
ción dirigida por el licenciado Jiménez al Nuevo Reino. 508 Allí permaneció
hasta cuando el gobernador Jerónimo Lebrón, rechazado en ese cargo por
los cabildos de Tunja y Santa Fe, decidió regresar a Santa Marta en 1541.
Con él viajó Romero, manifestando posteriormente que lo había hecho dis-
gustado por el trato cruel que Hernán Pérez de Quesada había dado a los
indígenas del Nuevo Reino. Quien sabe que otras razones le asistieron para
tomar tal decisión y que calló, mas lo cierto fue que atestiguó en unas
acusaciones que Lebrón hizo en 1541 a Juan de Arévalo en Santa Marta,
uno de los que mas se habían opuesto a que fuese recibido por gobernador.
Declaró Romero que estaba provisionalmente en ese puerto, que era aproxi-
madamente de 40 años de edad y desde que conoció a Arévalo dos años
atrás, le había visto ser hombre tan bullicioso y escandaloso que de los 300
vecinos del Reino 250 le querían mal. Oyó decir que Arévalo había dado
tormento a un cristiano en Guatemala y le vio castigar a los de Cota, torturar
al Chía y atacar tan duro a los naturales refugiados en el peñol de Sutatausa,
que esto había sido peor crueldad que la hecha por Herodes. Vio a Hernán
Pérez tener en su casa a la india que había traído Arévalo del Perú y quien
era mas apreciada que muchos pesos de oro. Dijo que en Santa Fe se rumoraba
que Pérez había dado mas indios a Arévalo, no por sus méritos, sino por su
moza Beatriz. Firmó su testimonio . 509
Dos semanas después volvió Blasco a deponer en otra probanza he-
cha por Lebrón contra los hermanos Jiménez de Quesada a quienes acusaba
de manejar mal los dineros del rey y a Hernán Pérez por ser un jovenzuelo
inexperto e incapaz de gobernar. Romero estuvo de acuerdo en que Jiménez
presionó a sus soldados para que contribuyesen a pagarle el viaje a España,
que antes de embarcarse en el puerto del Magdalena sacó doce o trece mil
pesos de la caja del rey, que mandó torturar al Bogotá echándole cebo ar-
diente en el estómago porque no le dio un bohío lleno de oro, y que mandó
a él traerlo a Santa Fe, lo que hizo en una hamaca porque el cacique estaba
tan herido que murió a los dos días de haber llegado. Por todas las cruelda-
des que se cometían y por la inexperiencia de Pérez en gobernar, fue por lo
que según él, se fue a Santa Marta, probablemente sin regresar al Reino
porque nada mas se sabe de su vida. 510

508 MDR -252; JF -153.

509
AGI Justicia 1123, parcialmente tl'anscrito en DIHC VI-127 a 129.

"º JF -348.

222
DIEGO ROMERO

Cuenta el escribano Flórez de Ocariz que Romero era hijo natural de don
Carlos de Mendoza y de Inés Romero, que había llegado a Santa Marta
con don Pedro Fernández de Lugo y se había ocupado, como sargento
de una compañía, en varias pacificaciones hechas en los alrededores de
esa donde fue herido. Como soldado (arcabucero) subió al Nuevo Reino
con el licenciado Jiménez pasando muchos trabajos y ya llegados a ese,
fue a Somondoco a buscar las minas de esmeraldas y se halló en las
pacificaciones que se hicieron a los caciques de Duitama y Guatavita. Se
avecindó en Santa Fe donde disfrutó de las encomiendas de Engativá y
Uneapá (Une), ciudad de la cual fue su alguacil mayor, procurador gene-
ral y mayordomo en 1552. Casó con María de Aguilar con quien tuvo a
Diego y Melchor Romero deAguilar y a Francisca de Mendoza deAguilar.
Fuera del matrimonio tuvo a Andrés, Alonso e Isabel Romero. Murió en
1592 y había nacido alrededor de 1510. 511
En 1561 hizo su probanza de servicios en Santa Fe, de donde pro-
bablemente sacó Flórez de Ocariz varios de sus datos mencionados arri-
ba. En ella, atestiguada entre otros por don Gonzalo Jiménez, hizo Romero
una buena descripción de como debía portarse un hidalgo notorio como
él. Este documento contiene además, la tasación de las encomiendas de
Engativá y Une hechas por el visitador Villafañe en 1561. 512
El señor Rivas hizo un recuento de las acciones en que se halló
Romero según ·1os cronistas coloniales, algunas de las cuales un tanto
dudosas, pues no fueron mencionadas en su probanza. Estas son, en re-
sumen, que estuvo en la exploración de los panches con Pérez, asaltó el
peñol de Lupachoque, fue con Pedro de Orsúa a la entrada de Muzo y
que ayudó a pacificar esa provincia en 1559. Tenía mas de 80 años cuan-
do murió en 1592. 513
Hizo de testigo en muchas probanzas de conquistadores, entre otros
Alonso Domínguez, Francisco de Aguirre, Lázaro Ponte, Cristóbal
Gómez, Francisco Hernández Hermoso, Francisco de Murcia, Pero Niño,
Cristóbal Ruiz, Domingo de Guevara, Ortuño Ortiz, Pero Hernández,
Francisco Maldonado, Alonso de Olalla, Antonio Ruiz, Cristóbal de San
Miguel, Hernando de Velasco, Ortún Velasco, Juan de Alcalá y Juan de
Torres. En varias de ellas hay constancias de que Romero sabía firmar.

511
JFO Arbol V, par. 47 y 48. El dato de haber sido arcabucero es de MDR -250.

512
AGI Patronato 154-3-1.

513
RR-291 a 294.

223
JUAN RUANO

El cronista fray Pedro Simón le incluyó en su lista de los compañeros de


Jiménez que entraron en el Nuevo Reino, aunque lo llamó Risano y le
asignó otros dos nombres, los de Benito Claro (?) y Calvache. Flórez de
Ocariz añadió que no dejó sucesión. Fue soldado rodelero de la expedi-
ción del licenciado y recibió una parte del botín habido por todos . 514 Se
residenció en Tunja donde el cabildo le aceptó como vecino el 24 de
diciembre de 1539 y le asignó un solar para su casa. En enero de 1541
vendió un negro llamado Francisco Terranova (le acompañaría en la ex-
pedición al Reino?). Pocos meses después fue al pueblo del Cocuy a
informar a su fundador, Gonzalo García Zorro, que por orden de Hernán
Pérez lo debía despoblar y regresarse para ir a explorar el Dorado. 515
Como muchos de los indígenas sacados del Cocuy para que sirvie-
sen de cargeros y otros menesteres, Ruano también fue al Dorado. En
esas, el 2 de noviembre de 1542 al haber muerto el padre Juan Verdero,
Ruano remató en 12 pesos de oro una vieja mesa de manteles dejada por
el difunto. 516 Nada mas se sabe de este conquistador.

514
FPS III-356; JFO I-173; MDR -252; JF -153.

m CDT I-40; ARB Notaría Primera de Tunja !, f. 410.; DIHC VII-34 y 35; AGI Audiencia Santa
Fe 122-2-10, probaza de García Zorro.

516
ARB Archivo Histórico de Tunja III, ff. 135 y ss.

224
CRISTOBAL RUIZ

Este soldado rodelero durante la expedición del licenciado Jiménez al


Nuevo Reino, nació en Córdoba en 1510, llegó a Santa Marta en 1536 y
no sabía escribir. 517 Asistió a la fundación de Santa Fe en donde se
avecindó y tuvo la mitad de la encomienda de Chocontá. Bajó a Santa
Marta con el gobernador Alonso Luis de Lugo protegiendo el tesoro real
y durante su ausencia se quedó sin encomienda, hasta que la real audien-
cia le confirió la de Teusacá que tuvo hasta su muerte y la que le permi-
tió llevar una vida en el estilo de los hijodalgos notorios como él creía
serlo. Fue procurador de Santa Fe y su primer mayordomo en 1542, car-
go que repitió en 1558. 518
A pesar de las quejas contra el gobernador Luis de Lugo manifes-
tadas en su probanza, tuvo especial amistad eón este porque le represen-
tó en mas de una oportunidad, especialmente en hacer los cargos al
licenciado y a su hermano Hernán Pérez por muerte del Bogotá y por
maltratos a los naturales. También le envió una carta pidiéndole volviera
a repartir las encomiendas que había suspendido. 519 Casó con Leonor
Gutiérrez y tuvo un hijo, Juan Ruiz Clavijo, quien vino al Reino en
1545. El padre murió antes de 1575.

m RR -294 a 296; MDR -253. Sobre su fecha de nacimiento y su habilidad de firmar, ver AGI
Patronato 154-3-1, probanza de Diego Romero. Su probanza de servicios se encuentra en AGI
Patronato 160-1-1 y ANC Historia Civil XVI.

518 Ver JFO Arbol VII, par. 35.

519 Ver DIHC VII-20, 21, 27, 36, 86, 114.

225
PEDRO RUIZ CORREDOR

Llegó a Santa Marta con el adelantado Don Pedro, donde se ocupó un


corto tiempo en pacificar naturales antes de enrolarse como soldado ba-
llestero en el ejército que acompañó al licenciado Jiménez a buscar el
camino al Mar del Sur y que terminó creando el Nuevo Reino. Como
todos los ballesteros, recibió una parte del botín habido de los naturales.
Después de asistir a la fundación de _S anta Fe, probablemente fue a la
buscar la Casa del Sol mientras Gonzalo Suárez fundaba Tunja, ciudad
en donde se avecindó el 24 de diciembre y donde le concedieron un
solar para construir su casa. En ese distrito gozó del tributo y trabajo del
Oicatá y sus súbditos. Firmó una carta enviada al gobernador Alonso
Luis de Lugo por varios vecinos de Tunja, pidiéndole que volviera a
repartir a los indios. La única acción armada en que parece participó fue
en el ataque al Duitama; su otra distinción fue que guardó el tesoro real
cuandu lo llevaba a Santa Marta con el gobernador Lugo. 52º
Alistóse para auxiliar al presidente Gasea del Perú, mas se debió
devolver desde Tocaima donde le llegó la noticia de que ya no era nece-
saria su ayuda. Casó con Elvira Pérez de Cuellar y tuvieron a Miguel y a
María Ruiz Corredor. Fuera del matrimonio tuvo ocho hijos naturales,
tres mujeres y cinco hombres. En 1583 su hijo Miguel hizo la probanza
de servicios del padre cuando este ya estaba muerto, añadiendo que se le
notaba haber sido hijodalgo .

"º RR -105 a 106; su probanza en AGI Patronato 163-1-4; CDT 1-40; MDR -250; JF-151; DIHC
VIJ-123 .

226
PEDRO RUIZ HERREZUELO

Cordobés residente en Tenerife, Canarias, de donde salió acompañando


al adelantado Fernández de Lugo a tomar posesión de su gobernación de
Santa Marta, donde demoró unos dos meses haciendo entradas contra
los naturales de la región. Fue soldado rodelero en la expedición del
licenciado Jiménez que terminó en el altiplano Cundi-Boyacense.
Avecindóse en Tunja donde recibió en encomienda al Paqueba y
Cuscaneba a quienes tuvo hasta su muerte. Casó con Catalina Carvajal y
probablemente no tuvo hijos legítimos porque a su muerte en 1574, su
encomienda pasó a su mujer. Sinembargo, Marina Herrezuelo Carvajal
pudo haber sido su hija. 521 Había nacido en 1519 y sabía firmar. 522

521 RR -296 a 297.

522AGI Justicia 546, f. 110, juicio de residencia de Lope Montalvo. Ver también BHA XIII-157 y
158, pleito Requejada vs Sanchez Ropero.

227
JUAN DE SALAMANCA

Este soldado rodelero de la expedición del licenciado Jiménez al Nuevo


Reino y que no sabía escribir, también se preciaba de ser hijodalgo noto-
rio . Había nacido alrededor de 1515 y había ventdo a Santa Marta en
1536.Acompañó al licenciado en la exploración del valle de Neiva.Asistió
a la fundación de Santa Fe y probablemente fue en búsqueda de la Casa
del Sol, residenciándose a su regreso en la recién fundada Tunja donde
recibió solar para construir su casa y la encomienda de Betéitiva. 523
Halló se en · varias. pacificaciones de las provincias de Santa Fe, V élez,
Tunja, Pamplona, Timaná, Palenques y río de Saldaña. Asistió al gober-
nador Alonso Luis. de Lugo cuando tenía dificultades en encontrar el
camino del Opón a Vélez, mas este le apresó después por algunas razo-
nes. Estuvo en la fundación de Tocaima pero se regresó a Tunja. Murió
despu~s de 1587 . .
Era casado mas no se sabe si tuvo hijos. La señal que usaba en vez
de firma eran dos pares de palos verticales separados unos cinco centí-
metros, enredándose en cada par una línea culebrina que simulaba una
doble ese. 524

m Su probanza de servicios está en AGI Patronato 160-3-5; MOR -253; CDT 1-40; RR -297 a
298.

24
' AGI Patronato 157-1-2, probanza de Bartolomé Camacho, 1565.

228
PEDRO DE SALAZAR

Mucho de lo conocido sobre este escribano y soldado rodelero está con-


tenido en su probanza de servicios hecha en Vélez en 1563, ciudad de
donde era vecino. 525 Afirmó haber sido uno de los primeros descubrido-
res y conquistadores del Nuevo Reino pues había tomado parte en la
expedición dirigida por el mariscal Jiménez. Ayudó a abrir camino por el
monte para poder pasar y aprisionó indígenas para que les sirviesen de
guías y fue de los primeros en llegar al valle de la Grita, justo al comien-
zo del Reino. Acompañó a Martín Galeano a fundar a Vélez donde per-
maneció y donde recibió en encomienda al cacique Poima (Poimaraque)
y mas tarde Cunucuba. Como todos los vecinos de esta, participó en
varias luchas con los üaturales de la provincia.
Fue primer escribano de Vélez, su alcalde varias veces incluidos
1552, 1553 y 1558. Ayudó a abrir el camino para tránsito de recuas al
Carare y generosamente hospedaba a los viajeros que pasaban por esta
vía, la única de entrada al Reino durante unos diez años. Fue soltero y
no tuvo hijos conocidos. Pleiteaba en 1562, había nacido en 1515 y como
escribano, sabía escribir y naturalmente firmar. 526

"' ANC Encomiendas XVI, ff. 55 a 84, de donde igualmente, el señor Rivas obtuvo sus datos; ver
RR -298 a 300. . .

'" DIHC V-306 a 308; ANC Encomiendas XI, ff. 275v a 303, pleito Domínguez vs Mateos; AGI
Patronato 153-7-2, probanza Alonso Domínguez.

229
ALONSO DE SALCEDO

Tal vez para distinguirlo mejor de Juan de Salcedo llamado el viejo, a


este soldado de a caballo le decían el mozo . Llama la atención que de
muchos de los 33 soldados de a caballo que subieron al Nuevo Reino
con el licenciado Jiménez se sepa tan poco, ya que en virtud a su oficio
ocupaban un mayor rango militar que los soldados de a pie, bien fueran
arcabuceros , ballesteros, macheteros o rodeleros. De este seguro guerre-
ro de a caballo, tampoco se sabe mucho. 527 Seguramente acompañó a
Gonzalo Suárez a la fundación de Tunja porque el 22 de agosto de 1539
ya era uno de los vecinos a quien el cabildo le confirió título de escriba-
no para que ayudara a la definición de los términos de su distrito. 528
Seguramente se ausentó de la ciudad al poco tiempo pues no dejó alguna
otra evidencia. Naturalmente que debía ser hombre de razonable educa-
ción para poder ejercer ese cargo.

527
MDR-249.

528
CDT I-26.

230
JUAN DE SALCEDO

Cuando el lunes 11 de mayo de 1545 se inició en Sevilla, España, la


probanza de servicios de Domingo deAguirre el compañero de Jiménez,
fue llamado a declarar Juan de Salcedo, el viejo, quien dijo ser vecino de
esa ciudad en la collación de San Vicente y tener entonces 47 años de
edad, o sea nacido en 1498. Añadió que conocía aAguirre desde 1534 o
1535 cuando el testigo llegó a Santa Marta y que con él subió al Nuevo
Reino pasando en el camino sus buenos trabajos y necesidades. Aseguró
Salcedo que "fue de los primeros pobladores que entraron en la dicha
ciudad de Tunja e que les repartieron los indios." Firmó su deposición. 529
Evidentemente fue de los soldados de a caballo que entraron al
Nuevo Reino con el licenciado Jiménez y fue de los primeros poblado-
res de Tunja y uno de sus primeros regidores, inscribiéndose allí el 18
de agosto de 1539. 530 No pudo haber bajado a la costa con los tres gene-
rales porque aún estaba en Tunja el 2 de diciembre de 1539, pero en
fecha indeterminada--quizás acompañando al gobernador Jerónimo Le-
brón--lo hizo y siguió camino rumbo a España, donde como se vio, esta-
ba en 1545. Allá quizás quedó porque no hay mas noticias de él.

529
AGI Patronato 153-4-1 , ff. 21 y 22.
530
MDR -249; CDT I-23.

231
FRANCIBCOSALGUERO

Había nacido antes de 1500 y ya estaba en 1530 en la región de Santa


Marta y participando activamente en la importante expedición dirigida
por el clérigo Viana y los capitanes Céspedes y San Martín que llegó por
el Magdalena y Cauca hasta las bocas del San Jorge. Como soldado de a
caballo se alistó en la expedición del licenciado Jiménez y después de
llegado al altiplano donde se creara el Nuevo Reino, participó en la pri-
mera entrada que se hizo a tierras de los panches. Avecindóse en Tunja
el 29 de diciembre de 1539, del cabildo recibió lote para su casa y en ese
distrito le encomedaron a los indígenas de Ura, Cheba, Gámeza y mas
tarde Mangua. 531 Afirmó en una probanza que no fue a buscar la Casa
del Sol ni a explorar las Sierras Nevadas del Quindío o las provincias del
Dorado . 532 Seguramente que el gobernador Alonso Luis de Lugo le sus-
pendió el título de las encomiendas, porque como vecino de Tunja y uno
de los primeros conquistadores, a finales de 1543 le escribió una carta
pidiéndole las volviera a adjudicar. Por ese mismo tiempo capituló con
el mismo Lugo la fundación y población del Valle de Upar, empresa que
no efectuó. Sinembargo, bajó a la costa acompañando al gobernador Lugo
cuando salió hacia España llevando el tesoro real. 533
Fue alcalde de Tunja por lo menos en 1554 y 1566. Casó con Jua-
na Macías, hija del conquistador Gonzalo Macías, y no tuvieron hijos.
En 1572 decidieron los esposos dedicar sus bienes a fundar el convento
de Santa Clara, hoy preciosamente restaurado. Dos años después habían
iniciado obras, destinando sus casas de morada para el mismo y parte del
producido de su encomienda para su mantenimiento. En adición, una de
las encomiendas del mariscal Jiménez situada por los lados del Cocuy
también iba a ayudar en esta causa pía. La señora entró en el convento y
años después murió su esposo en 1580. 534

531
RR -301 a 304; MOR -249; CDT I-42.

532 AGI Audi encia Santa Fe 123-2-15, prob anza de Francisc o Rodrígue z.

533
DIHC VII-118 y 123; 126 a 128.
534
AGI Audiencia Santa Fe 124-1 -7, Francisco Salguero y el conv ento.

232
HERNANDO DE SALINAS

Al poco de haber llegado el gobernador Pedro Fernández de Lugo a San-


ta Marta con su lucida armada y su mas lucida compañía de gentes rica-
mente vestidas a la moda, salió su hijo Alonso Luis de Lugo a recorrer la
tierra y buscar un poco de oro. Dirigía un grupo grande de hombres, en
su mayoría de poca experiencia, entre los que se contaba el distinguido
sargento mayor Hernando de Salinas, natural de Salinas deAñana, Ala va.
En las estribaciones de las Sierras Nevadas y de camino a Tairona se
encontraron con la resistencia de los señores Marubare y Arubare, a los
que terminaron venciendo y apresando y llevándose consigo un jumento
que estos tenían y que los naturales apreciaban mucho. Cuenta el cronis-
ta Castellanos que en esa acción se distinguieron Salinas y Juan de
Montalvo. 535 Al poco de regresar el grupo de Lugo a Santa Marta, salie-
ron los contingentes del licenciado Jiménez comandados por sus capita-
nes y por Salinas, a encontrar por el Magdalena arriba, un camino expedito
al Perú.
Habiendo llegado el licenciado Jiménez a tierra muisca, pasó re-
vista a sus disminuidas tropas. Lo que a este respecto escribió el cronista
Fernández de Piedrahita lo debió tomar del Compendio del mismo licen-
ciado, pues es el único que listó entre estos sobrevivientes a Salinas,
dándole la honrosa segunda posición. 536 Después de varios meses de
exploraciones y conquistas en el altiplano, en los que encontraron entre
otros las minas de esmeraldas de Somondoco y los Llanos, estaba toda la
gente reunida en Ciénaga cuando llegó la noticia de la existencia del
poderoso y rico señor de Tunja. Ese lunes 20 de agosto, día de San
Bartolomé de 1537, salió Jiménez con todos sus hombres excepto 40
que dejó en el lugar a cargo de Salinas, a conocer al Zipa y tomarle lo
que se pudiera. Esta fue la decisión mas productiva de toda la conquista,
pues ese día y el siguiente hubieron unos 150.000 pesos de oro y 280
esmeraldas, los que fueron engrosados dos semanas mas tarde por los
52.000 pesos quitados al Sogamoso. Después de otras recogidas, el si-
guiente junio resolvieron repartir el botín entre todos, del que le corres-
pondió a Salinas tres partes. 537 ·

m JC Libro II, Elegía IV, Canto II, estrofa 30.

536
LFP I-200.

537 LFP I-252 ; DIHC IV-88; MOR -248 .

233
A pesar de las aseveraciones de Fernández de Piedrahita, el señor
Raimundo Rivas descartó a Salinas de su lista de compañeros del licen-
ciado Jiménez porque no encontró apoyo en otros documentos. Me toca
ahora el turno de discrepar de ese cronista, quien escribió que Hernando
estuvo en la fundación de Tocaima, en el auxilio que le dieron los cris-
tianos como diez años después al acosado !bagué y que fue uno de los
fundadores de Victoria, porque creo que lo está confundiendo conAsencio
de Salinas quien entró al Nuevo Reino con Lope Montalvo de Lugo y
cuya presencia en las acciones que tuvieron lugar en Tocaima, !bagué y
Victoria, está bien documentada. 538 En adición, Hernando ya nó estaba
en el Nuevo Reino, porque bajó a la costa con los tres generales, en su
camino a España. En efecto, en junio de 1539 depuso en Cartagena en el
pleito entre los licenciados Jiménez de Quesada y Hernández Gallego
sobre el reparto del botín, añadiendo que había nacido en 1507 y firman-
do su declaración. 539 Debió continuar a España y por ello no dejó las
huellas que buscó Rivas y que al parecer, nunca encontró.

538
LFP II-566 y 694 a 696; José Ignacio Avellaneda Navas, La expedición de Lope Monta/va de
Lugo al Nuevo Reino de Granada, de próxima aparición.
539
AGI Justicia 534B-l-2.

234
FRANCISCO DE SAN MARTIN

Probablemente era hermano del mucho mejor conocido capitán Juan de


San Martín, porque aunque este haya declarado ser de la villa del
Carrión, mientras Francisco dijo que era del Carrión de los Condes,
estos dos sitios pueden ser el mismo. 540 En la expedición europea que
llegó de primera a tierras muiscas, Francisco ocupó la honrosa posi-
ción de soldado de a caballo y recibió dos partes del botín habido de
los naturales. 541 Muy poca huella dejó en el Nuevo Reino porque, como
su probable hermano, bajó con los tres generales a la costa y siguió a
España. Allí se encontraba en diciembre de 1539 atestiguando en el
pleito que el soldado Castellano puso al licenciado Jiménez, por consi-
derar que tenía parte en el tesoro habido durante la expedición. Añadió
que no firmaba -su deposición porque no sabía escribir. 542

"º DIHC V-300; AGI Justicia 744 No. 2, pleito Castellano vs . Jiménez.
541
MDR -249; JF -150.

542
Ver BHA XI-616 a 617. El documento original se encuentra ahora en 5348-1-2.

235

¡, 1'
1
JUAN DE SAN MARTIN

A pesar de que en la probanza que hizo en 1532 hubiese indicado que era
de Burgos, cuando hizo una declaración en Madrid en enero de 1540,
dijo ser de la villa del Carrión . Burgos y Carrión de los Condes las
cuales están situadas en la misma provincia. Pasó con Rodrigo de Bastidas
a Santa Marta y hallóse en la fundación de esa ciudad en 1526. Allí fue
muy activo, tomando parte en varias cabalgadas, o entradas, y explora-
ciones, entre otras la que fue al Pueblo Grande o Pocigueyca. 543 La mas
importante de estas fue la que terminó dirigiendo junto con el capitán
Juan de Céspedes y que subiendo por el Magdalena remontaron el Cauca
hasta las bocas del San Jorge, porque aportó conocimientos geográficos
que servirían de mucho en expediciones subsiguientes. En la "Relación
de Santa Marta," escrita probablemente por su compañero Antonio Díaz
Cardozo, el nombre de San Martín aparece varias veces.
En 1532 fue nombrado regidor de la ciudad y fue enviado a Espa-
ña como procurador de la misma. 544 Su activa participación como capi-
tán y contador real en la expedición del licenciado Jiménez al Nuevo
Reino quedó plasmada en su propio escrito hecho en compañía de Anto-
nio de Lebrija y conocida como la Relación de la conquista y descubri-
miento del Nuevo Reino de Granada. 545 En razón a su cargo participó en
la distribución del botín habido por la expedición. 546 También declaró en
la probanza ordenada por Hernán Pérez sobre la muerte del señor de
Bogotá que se hizo en 1539. 547 No quedó en el recién creado Nuevo
Reino pues bajó con los tres generales a la costa y siguió a España. A
mediados del año ya estaba haciendo declaraciones en Cartagena en el
pleito entre los licenciados Jiménez y Hernández y en Madrid, España,
en febrero de 1540. En esta última fue que declaró haber nacido en la
villa del Carrión y ser de 35 años de edad, o sea nacido . en 1504. 548
Parece que en España quedó y no volvió al Nuevo Reino .

543
DIHC II-75 y 76.

544 DIHC U-246 , 265, 343, 360 y III-68 y SS .

545
En Friede, Descubrimiento, pp. 181 a 199. Aquí tam bién se en cuentra la "Relación de Santa
Marta," pp . 201 y ss.

"' DIHC IV-79 y ss .; JF-136 y ss .


547 DIHC V-142.

548 Friede, Gon zalo Jiméne z de Quesada, p. 213 ; DIHC V-300.

, 236
BARTOLOMESANCHEZ

Como ballestero que fue de la expedición del licenciado Jiménez al Nue-


vo Reino, recibió. una parte del botín habido de los naturales. 549 Regresó
con los tres generales a la costa y en junio de 1539 declaraba en Cartagena
en el pleito que el licenciado Hernández Gallego puso a su colega Jiménez
de Quesada por su parte en el botín mencionado. En ese manifestó
Sánchez que era de mas de 30 años y no firmó su testimonio por no
saber hacerlo. 550 Vuelto a su país de origen hizo de testigo en Valladolid
en 154 7 en una diligencia que formó parte de la misma demanda del
licenciado Hernández. En ella dijo ser de 40 años y haber acompañado al
Jiménez en la expedición al Reino, declaración que tampoco pudo fir-
mar. 551
Este conquistador es, naturalmente, diferente de Bartolomé Sánchez
el vecino de Tunja que ajustició el alcalde Sánchez de Santana. 552

549
MDR -250; JF -151.

"º AGI Justicia 534B-l-2.

m AGI Justicia 534B-l-4.

m JC IV-483; FPS IV-216; LFP II-558 y 559.

237
BARTOLOMESANCHEZSUAREZ

A diferencia del anterior Bartolomé Sánchez a secas, y quien fue balles-


tero y se regresó a España, el aquí tratado fue soldado rodelero de la
expedición del licenciado Jiménez y se avecindó en Vélez. 553 A media-
dos de 1540 salió de esa ciudad acompañando al encomendero Juan
Gascón y otros cristianos quienes iban con las mejores intenciones de
extraer la mayor cantidad de tributos del cacique Tisquisoque. Irritado
este con las insaciables demandas de Gascón y compañeros, pidió a sus
súbditos los cercaran y dieran cuenta de los malvenidos visitantes. Así
murió Bartolomé Sánchez, cuando aún no estaba "pacificada" toda la
tierra. 554

553
MDR-25l;JF-151.

554 JC IV-330; FPS IV-34.

238
FRANCISCO SANCHEZ ALCOBAZA

Este conquistador conocido con el nombre de Alcobaza a secas, fue uno


de los macheteros de la expedición que salió de Santa Marta bajo la
dirección del licenciado Jiménez en búsqueda de un camino al Mar del
Sur, pero que terminó encontrando la civilización muisca sobre la cual
crearon el Nuevo Reino de Granada. Por su participación en esa empre-
sa le correspondió una parte del botín habido durante la expedición. 555
En 1552 el alcalde mayor de Vélez, licenciado Venero, acusó a Sánchez
del grave crímen de tener relaciones sodomitas con sus encomendados
de ambos sexos y pidió a varios testigos, incluidos naturales, que rindie-
ran declaraciones. 556 Por esos testimonios se sabe que Sánchez había
delinquido diez años atrás, cuando la india Inesilla y dos indios de la
encomienda de Sánchez, llamada Sube y Ubarea de Vélez, habían expre-
sado en la forma mas gráfica imaginable, los ataques sexuales de su
encomendero. Las autoridades habían obrado entonces y habían dado
tormento a Sánchez para que confesara su crímen, mas parece no lo
hizo. Sinembargo, posterior a 1542 fue desterrado de Vélez y se fue a
Tunja donde tuvo otros indios encomendados y de donde salía a visitar a
los V élez como se verá.
Reabierto en 1552 el juicio de sodomía contra Sánchez, uno de los
testigos indígenas declaró que este era un hombre viejo, grande y de
barba blanca. Sánchez confesó que su nombre era Francisco Sánchez
Alcobaza, natural de Badajoz, y que había venido a Indias con el adelan-
tado Fernández de Lugo. 557 De esa gobernación pasó al Nuevo Reino
donde estaba antes de 1539 y del que conocía todas sus ciudades. Desde
1541 fue a vivir a Vélez y allí le encomendaron los naturales de Ubarea
que estaban a dos leguas y los de Sube que residían en Guane. Cuando
lo desterraron, consiguió el repartimiento de Subia en Tunja, al cual ha-
bía tenido desde hacía cuatro años. Dedúcese por sus contestaciones que
pasaba de un repartimiento a otro sin entrar en las ciudades donde vivían
los europeos.

"' MDR -250; JF -151.

556
AGI Justicia 567, ff. 333v y ss., Venero vs. Alcobaza.

"' Hay una Alcobaza en Portugal. Con alguna frecuencia los portugueses que iban a Indias decla-
raban ser de la vecina Extremadura--donde queda Badajoz--quizás para evitarse problemas con
las autoridades. Hay un Francisco Sánchez que salió de España con el Gobernador García de
Lerma pero que dijo ser ,de Medellín; ver CPI-270.

239
Al preguntársele si se confesaba y arrepentía de sus pecados, dijo
que religiosamente lo hacía cada año . Para probar su punto, listó a todos
los sacerdotes que le habían dispensado este sacramento recientemente,
habiendo sido el último fray Buenaventura, con quien se confesó en
Macaregua, una de las encomiendas de la provincia de Guane. Añadió
Sánchez, que en esta confesión había ganado muchas indulgencias y el
jubileo de es·e año. Juzgado por el licenciado Venero fue condenado a
recibir 100 azotes, a ser paseado en desgracia sobre un burro por las
calles de Vélez y a ser desterrado perpetuamente del Nuevo Reino. Quien
sabe a donde se iría Sánchez a abusar de otros indígenas o a reformarse
y hacer penitencia por sus faltas pasadas .

240
JUANSANCHEZDETOLEDO

Nacido alrededor de 1517, pasó a la gobernación de Santa Marta cuando


tenía 19 años y allí se halló en unas cortas pacificaciones que se hicieron
antes de que se enrolara como soldado ballestero y tambor en la expedi-
ción del licenciado Jiménez . 558 En esta se distinguió y fue uno de los
sobrevivientes, habiendo sido parte del contingente que fue a explorar el
Valle de Neiva. Presenció la fundación de Santa Fe donde se avecindó y
donde tuvo en encomienda al señor de Gachancipá y sus sujetos por un
tiempo, pues la dejó para ir a España. De allí regresó y estaba nueva-
mente en Santa Fe en 1566. Probablemente fue a vivir a La Palma y
luego a Muzo donde aparece en 1583 pidiendo el repartimiento de Boyacá.
Debió regresar a Santa Fe porque allí era considerado en 1590 como uno
de los pocos conquistadores compañeros del licenciado que aún queda-
ban vivos. Tuvo una hija natural llamada Catalina Melo a quien dotó con
2.500 pesos de oro y quien casó con Nicolao de N ápoles. 559

''8
MDR -251. El año-de naciemiento es sacado de AGI Justicia 153-702, probanza de Alonso
Domínguez, cuyo testimonio firmó.

m RR -304 a 305; ANC Notaría Primera de Bogotá, protocolo del 19 de septiembre de 1570.

241
JUANSANCHEZDEUTRERA

Este rodelero que tomó parte en la expedición del licenciado Jiménez al


Nuevo Reino como soldado rodelero, debía ser de Utrera en Andalucía.
Por su cargo recibió una parte del botín habido de los naturales. 56° Fue
vecino de Tunja y se benefició con la encomienda de Siachoque, la que
pasó a manos del mercader Pedro de Córdoba a su muerte ocurrida antes
de 1549. Probablemente este es el Juan Sánchez (sin manifestar su se-
gundo apellido ni de donde era vecino) que en 1543 declaró conocer al
licenciado Jiménez y a su hermano desde hacía ocho años, y nacido en
1513 mas o menos. Añadió que con el licenciado pasó al Nuevo Reino y
que estuvo presente cuando le dieron tormentos al señor de Bogotá de lo
cual murió, y supo de muchas crueldades que hizo Hernán Pérez a los
naturales. Firmó su testimonio . 56 1

l60 MOR -251; JF-152.

561
AGI Justicia 561, f . 162, juicio de residencia de Miguel Díez; AGI Patronato 195-12, Lugo vs.
Jiménez de Quesada . El mejor indicio de que este es Juan Sánchez de Utrera y no de Toledo, es por
la edad que indicó.

242
MARTIN SANCHEZ ROPERO

Este distinguido hombre de a cab¡;¡llo, mas comúnmente llamado Martín


Ropero, o Ropero, fue el albéitar o veterinario de la expedición al Nue-
. vo Reino dirigida por el licenciado Gonzalo Jiménez. Por este trabajo
recibió la cuantiosa suma de 1.500 pesos de oro y además fue compen-
sado con 100 pesos por haber perdido un caballo en el valle de las Turmas.
Seguramente su labor de atender caballos le permitía doblar como herre-
ro, pues elaboró una sierra y los clavos necesarios para fabricar los ber-
gantines que llevaron a los tres generales a la costa atlántica por el
Magdalena, por todo lo cual le pagaron otros 200 pesos. Añadiendo a lo
anterior las dos partes que le correspondieron como soldado de a caba-
llo, equivalente a· 1.020 pesos de oro fino, 114 de oro bajo y 10 esmeral-
das, Sánchez recibió por todo la respetable suma de 2.934 pesos y 10
esmeraldas que salieron del botín recogido por todos. 562
Arribado Sánchez al Nuevo Reino, al poco de fundada Tunja allí
se inscribió como vecino el 29 de diciembre de 1539 y el cabildo le
asignó un solar para construir su casa. Así mismo, el primero de febrero
del 41 le concedió una huerta. Un año después, firmaba un documento
por el que los vecinos de Tunja recibían a Gonzalo Suárez como justicia
mayor de la ciudad y del Nuevo Reino. 563 Su vida fue tomando arraigo
en Tunja donde el 28 de febrero de 1544 también se le encuentra atesti-
guando un poder dado por su cabildo. 564 En el distrito de esta ciudad
Hernán Pérez le concedió la encomienda de Moniquirá y solo le faltaba
tener a su lado la mujer que había dejado en España. Mientras tanto tenía
relaciones con las señoras de la tierra, conociéndose que con una de ellas
tuvo a Sebastián y a Juan Ropero. 565
Al continuar insistiendo las autoridades en que los casados y resi-
dentes en Indias tenían que vivir con sus mujeres y no podían dejarlas
indefinidamente abandonadas en España, Sánchez, quien en esas se en-
contraba impedido para viajar, pidió a su primo Francisco López que le
trajera la mujer de España. De esto nada resultó excepto un pleito entre

562
MOR -249; JF -136 a 161.

563
CDT I-42, 86, y 178.

564
FAL I-14.

565 Sobre la encomienda ver MAEM -37, 87,595 y AGI Justicia 492, pleito Francisco Arias vs.

Martín Sánchez por Moniquirá, 1550. Ver también RR -294 quien indicó que Sánchez nació en
1514 .

243
los dos, por lo que Sánchez tuvo que ir por ella. 566 En 1555 ya estaba
listo para regresar, inscribiéndose en Sevilla como pasajero que iba al .
Nuevo Reino, nacido en Buendía de la provincia de Cuenca, hijo de
Melchor Ropero y de Catalina de la Fuente. Viajaba acompañado de su
mujer Catalina Martínez y de la doncella Marina Rodríguez . 567
Pasados varios años de estar viviendo nuevamente en Tunja y sin-
tiéndose enfermo, Sánchez hizo su testamento el 31 de mayo de 1562 y
al otro día murió . No habiendo dejado hijos legítimos quedó por herede-
ra su mujer Catalina. Pidió que le enterraran en la iglesia mayor de Tunja,
en la sepultura que ya había pagado y que quedaba exactamente en el
sitio donde acostumbraba sentarse su mujer. Además de muchas misas y
responsos que mandó decir y cantar, ordenó que a los naturales de
Moniquirá les rebajaran el tributo en 20 mantas de algodón . A Marina
Rodríguez, la doncella que había venido con él desde España , le dejaba
300 pesos para su casamiento. A los mestizos Juan y Gas par, este último
su tercer hijo natural, les dejó 100 pesos de oro a cada uno para que se
los entregasen cuando llegasen a la mayoría de edad. A su otro hijo,
Sebastián, le pedía que quedase de criado en su casa y también le legó
100 pesos. Sinembargo, además de estos tres hijos tuvo una hija cuyo
nombre no mencionó, pero que estaba casada con Francisco Riojano a
quien Ropero llamó yerno y quien fue uno de sus albaceas . 568 De estos
cuatro hijos, Gaspar fue a España, y listo a regresar, el 31 de enero de
1567 se registró en Sevilla como natural de Tunja, e hijo de Martín
Sánchez Ropero y de una india. 569
A la viuda Catalina y a su hijo putativo Sebastián Ropero, en 1569
les tocó ayudar a Sastoque y Risastoque, cacique y capitán de Moniquirá,
a defender unas tierras de las que fray Vicente de Requejada, primer
cura de Tunja, creía tener títulos . 570

566
AGI Justicia 1106- 1, Sánch ez vs Fra ncisco López.
567
CPI III-240.

568
AGI Ju stici a 1106-1, Sánchez vs Francisco López.

569
CPI V-46 .

570 BHA XIII-151 y ss.

244
MATEOSANCHEZCOGOLLUDO

Su yerno, Juan de Villanueva, hizo en 1575 una probanza en Tunja con el


objeto de pedir unos favores a la corona. Por las contestaciones de los
testigos, principalmente de las de Gómez de Cifuentes, se sabe que Mateo
había llegado a Santa Marta con el adelantado Pedro Fernández de Lugo
y que después de participar en algunas pacificaciones de la provincia,
acompañó al licenciado Jiménez en la expedición que terminó en el Nue-
vo Reino de Granada. Por sus participación en esa conquista ganó las
encomiendas de Ocavita y Motavita. 571
Sánchez fue en efecto uno de los macheteros de la expedición y
fundadas las tres primeras ciudades del Reino se radicó en Tunja donde
su cabildo le recibió como vecino el 24 de diciembre de 1539 y le dio
lote para su casa. En febrero del 41 le adjudicó una huerta cercana a la
ciudad y un mes después, una estancia tamaño caballería, vecina a la del
padre Vicente de Requejada. 572 En poco menos de dos años había obte-
nido Sánchez mas de 500 pesos de oro que fue su parte del botín habido
por todos, dos encomiendas que le proveerían un ingreso seguro en for-
ma de tributo indígena, un solar en Tunja para su casa, una huerta en la
vecindad y una estancia de mas de 200 hectáreas de cabida. Las perspec-
tivas que se le habían abierto en el Nuevo Mundo a este rudo soldado
machetero tenían que serle, sin duda, muy atractivas.
Sinembargo, sin que Mateo Sánchez tuviera que pensar distinto a
sus compañeros, ni tuviese ambiciones muy diferentes de ellos, ni fuese
mas cruel o benigno que otros, no se sintió satisfecho con lo que tenía.
Deseando mas riqueza inmediata, maltrató a sus encomendados de Ocavita
y sometió al tormento a los señores principales Cicuara y Moca. Esta
acción le mereció el ser acusado por el fiscal en tiempos del gobernador
Alonso Luis de Lugo, quien le abrió una causa criminal. Según Sánchez,
Hernán Pérez le había encomendado a los de Ocavita y Lupachoque cuan-
do estaban en guerra y alzados en un peñol para no tener que servir al
rey. Por esta razón, habían ido a traerlos de paz, primero el capitán Juan
de Céspedes, después Juan de Pinilla y luego Gonzalo Suárez, sin que
ninguno de ellos pudiera lograrlo. Solo fue porque él con amor les ha-
bló, que los trajo de paz.

m AGI Patronato 160-1-4, 1575.

572
MDR -250; JF -151; CDT 1-40, 88, y 92.

245
Dos ' puntos claros se destilan de las múltiples declaraciones de
Sánchez en este proceso: sentía un continuado y profundo temor de los
naturales y tenía una enorme desconfianza de ellos . 573 Sánchez fue ha-
llado culpable mas apeló al siguiente gobernador, Miguel Díez. Los car-
gos debieron ser tan probados y serios que este le confirmó la culpabilidad
y lo sentenció a la pérdida de todos sus bienes y encomiendas y a ser
desterrado perpetuamente del Nuevo Reino. Esta sentencia también la
apeló Sánchez, quien al fin logró volver a tener a Ocavita.
El 31 de agosto de 1558 murió en Tunja después de testar y de
declarar que había nacido en Cogolludo, Castilla la Nueva. Le heredaron
su mujer María de Morales y una hija llamada María como la madre,
casada con el conquistador Juan de Villanueva . Además de la encomien-
da dejó unas casas en Tunja, ropas, muebles, cuentas por cobrar y por
recibir, 400 cerdos y 160 ovejas. 574

573 ANC Caciques e Indios XXIV, el fi scal vs. Maleo Sánchez.

574
ARB Archivo Históri co de Tunja VI, ff. 3 a 11.

246
MIGUEL SANCHEZ

Nacido alrededor de 1520 en Llerena, Extremadura, había llegado a


Santa Marta con el gobernador García de Lerma en 1529. Participó
como. rodelero en la expedición del licenciado Jiménez y llegó a tie-
rra muisca. Después de ayudar a despojar al señor Sogamoso de su
tesoro, junto con su compañero Juan Rodríguez ·Parra, fue responsa-
ble del incendio ál magnífico templo de Sogamuxi, principal adoratorio
de los naturales, causado mientras estaban removiendo de sus pare-
des cosas de valor. Acompañó a Hernán Pérez a contactar a los solda-
dos de Belalcázar que estaban por el valle del Magdalena y también a
ir a buscar la Casa del Sol después de fundada Santa Fe. De regreso
de la expedición tras esa Casa que no encontraron, se avecindó en
Tunja el 24 de diciembre de 1541 en donde recibió solar para su casa
y disfrutó de los tributos de los naturales de Onzaga, Soatá y Ciéna-
ga. Fue muy activo en las pacificaciones que se hicieron a los indíge-
nas de Ocavita, Lupachque, Tausa, Ubaté, Simijaca, Vélez, Tununga,
Tena y Tundama. 575
Fue alcalde de Tunja en 1572, 81 y 86, mas regidor varias veces y
alguacil mayor. 576 El fiscal del Nuevo Reino le acusó de haber mal-
tratado a sus encomenderos . Con una manta ahorcó al cacique Tunda
del repartimiento de Onzaga y durante los últimos cinco años había
dado muerte a cantidades de indígenas y a otros había mandado azo-
tar hasta romperles cuero y carnes y dejarlos a punto de muerte. Les
trataba ásperamente llamándoles perros, bellacos, y otras palabras
injuriosas y atacó a un cacique "para tomarle todas sus guarichas
(concubinas)." Los testigos europeos que fueron presentados decla-
raron que Sánchez no trataba mal a los naturales; lo que pasaba es
que estos eran unos mentirosos, y nótese este argumento, lo hacían
constantemente porque los cristianos los atemorizaban para que no
dijeran la verdad. 577
Fue con el mariscal don Gonzalo Jiménez a la costosa e impro-
ductiva expedición al Dorado. A su regreso y como alcalde que era

575 RR -306 a 313; MDR -252; CDT 1-40:AGI Patronato 157-1-2, probanza de Bartolorné Carnacho.

576
RR -306 y ss; Ulises Rojas , Corregidores y justicias mayores de Tunja y rns provi11cias desde
la fi111daci611 de la ciudad hasta 1817 (Tunja, 1962), p. 628.

m ANC Caciques e Indios XXIV, ff. 401 a 484.

247
de Tunja en 1572, acudió a la fundación de Villa de Leyva. Casó en
Tunja con Catalina Rodríguez Melgarejo, hija natural y criolla del
conquistador Juan Rodríguez Gil, y tuvieron a Miguel Sánchez
Melgarejo quien le sucedió en la encomienda, el clérigo Juan Sánchez
Melgarejo, el franciscano fray Francisco Melgarejo, a las monjas Lucía
de la Concepción y Catalina de San Miguel y a Isabel Melgarejo. 578
Falleció poco después de 1596 .

578 El señor Rivas no indicó de donde sacó los datos sobre la desce ndecia de este conquistador, la

cual es muy distinta a la aquí indicada, tom ada de JFO Arbo l XXII , par. 55 .

248
PEDROSANCHEZSOBAELBARRO

Soldado de a caballo, acompañó al licenciado Jiménez en su expedición


al Nuevo Reino y recibió dos partes del botín recogido por todos. Regre-
só a la costa con los tres generales y a mediados de 1539 declaró en
Cartagena en el pleito que el licenciado Diego Hernández Gallego puso
a su colega Gonzalo Jiménez por no haber compartido el botín con él y
sus gentes. 579 De Cartagena siguió a España y en septiembre del 41 de-·
claraba en Córdoba que era vecino de Rota, Andalucía, donde debió
nacer 1502, y que hacía dos años había venido del Nuevo Reino. Firmó
su declaración. 580
Muy probablemente Sánchez Sobaelbarro, a quien lista Simón entre
los de Jiménez, no regresó al Nuevo Reino. Con seguridad no es el mis-
mo a quien Flórez de Ocariz llamó Pedro Sánchez de Velasco, probable-
mente siguiendo _a Juan de Castellanos quien menciona a un Pedro de
Velasco entre los de Jiménez, porque mientras el de Sobaelbarro estaba
en Córdoba en septiembre de 1541, el de Velasco se preparaba para salir
de Tunja con Jerónimo de Aguayo a fundar a la efímera Málaga. 581

579
MDR -249; JF -150; AGI Justicia 599, pleito Gallegos vs. Jiménez, ref. JF -213, pero este
docuemento ahora se encuentra en AGI Justicia 534B-J-2.

"º AGI Justicia 990, el fiscal vs. Los Belzeres y Fédennan.


"'JFO 1-173; FPS III-356; JC Parte 11, Elegfa IV. Canto 3. Sánchez de Velasco ya estaba en el
Reino a mediados del 41 porque declaró que conoció a Simón del Basto (compañero de Lope
Montalvo de Lugo) cuando este llegó, y que los dos habían estado en la fundación de Málaga; ver
ARB Archivo Histórico de Tunja IV, ff. 67-81, 1550.

249
ALONSO DE SANDOVAL

Este es otro de los poco conocidos soldados de a caballo que sobrevivie-


ron la expedición del licenciado Jiménez que dio origen al Nuevo Reino
de Granada. A pesar de haber tenido un rango superior al de los
arcabuceros, macheteros, rodeleros y ballesteros, a Sandoval no lo men-
cionan los cronistas coloniales, seguramente por haber permanecido tan
corto tiempo en la nueva tierra. Como todos los soldados que vinieron
con su mismo rango, Sandoval recibió dos partes del botín habido de los
naturales y repartido en junio ele 1538, según lo registra el documento
correspondiente en donde solo aparece su apellido . 582
Sandoval viajó a la costa atlántica con los tres generales y en junio
de 1539 ya estaba en Cartagena declarando en el pleito entre los licen-
ciados Hernández y Jiménez por la forma como se repartió el botín . 583
Probablemente Sandoval continuó su viaje a España porque no hay otros
rastros de su vida en el Nuevo Reino.

582
MDR -249; JF -150.
583
AGI Justicia 599, pleito Hern ández vs. Jiménez. Este documento está ahora en AGI Justi cia
S34B-l-2.

250
MIGUEL SECO MOYANO

Extremeño nacido alrededor de 1520 en Cabeza del Buey, llegó a Santa


Marta en 1536 y como soldado rodelero se alistó en la expedición del
licenciado Jiménez que llegó a tierra muisca. Asistió como todos sus
compañeros a la fundación de Santa Fe y de allí partió con su tío Mar-
tín Galeano a fundar a Vélez, ciudad donde se avecindó y donde reci--
bió en encomienda los naturales de Agatá, Paja, Sapochira y Sotapuxa.
Fue el primer alguacil mayor que tuvo esta ciudad. 584 Miguel Seco
tuvo por negocio usar a sus encomendados en el transporte de mercan-
cías entre el desembarcadeto sobre el río Carare y Vélez que era la
única entrada al ~uevo Reino, otra actividad en que el trabajo del indio
constituía la base económica de la civilización tipo europeo que se
estaba estableciendo. 585
En abril de 1551 declaró en el pleito por una encomienda entre
Alonso Domínguez y Juan Mateas, vecinos de Vélez, el primero compa-
ñero de Jiménez y el segundo de Féderman. Dijo que era vecino de Vélez
y que conocía a Domínguez desde 1535. Que con Mateas hizo rancho
desde que salieron de Santa Marta hasta cuando fundaron Vélez y tuvie-
ron casas en esa ciudad. Por orden de Galeano (lo llama su deudo) fue
desde Saquenzipá que estaba a siete leguas de Vélez, hasta Guatavita
donde estaba Hernán Pérez, a que confirmase el título de la encomienda
de Leguaruco asignada a Mateas . Firmó su testimonio. 586
En el siguiente diciembre del mismo 1551, se acordó en Vélez el
tipo de armas que debía tener cada uno de los vecinos para defensa de la
ciudad. Seco debía mantener un caballo, lanza y adarga. 587 En el mismo
año también, quejábase el negro Pedro Caballero de que Seco lo había
negociado siendo libre. Argüía que siendo "negro libre yo serví en Espa-
ña a Antonio Rol, clérigo, vecino de Cabeza del Buey, el cual me entre-
gó después de haberme libertado a un Belalcázar, vecino de la ciudad de
Lile (Cali) ... como era persona poderosa me hizo servirle por fuerza y
después me vendió Fuenmayor (Alonso Díaz de Fuenmayor), yerno del

58
' JFOArbol XXV; MDR-251.

585 MAEM -358.

586ANC E ncomiendas XI, ff. 283 a 287, testimonio Miguel Seco en pleito Domínguez vs Mateus,
1551 ; de aquí se deduce el año de nacimiento de Seco dado en el párrafo anterior.

587
ANC Criminales LXVIII, ff. 981 a 1005 .

251
dicho Belalcázar, a Miguel Seco vecino de Vélez .. .y este me vendió al
ilustísimo obispo de este Reino ... y yo soy libre como consta." 588
La ciudad efímera de León de los Yareguíes fue fundada el 20 de
octubre de 1552. En su jurisdicción estaban comprendidas las tierras de
los Chinácotas (ninguna relación con el actual municipio de Chinácota)
y Sapos que Miguel Seco ansiaba tener para gozar de su tributo pues
tenían la fama infundada de poseer mucho oro . Habiendo logrado que
estos naturales fueran excluidos de esa jurisdicción y puestos dentro de
la misma de Agatá, que ya poseía como se vio, se fue a extraerles la
mayor cantidad de oro posible. Estos naturales lograron obtener de sus
vecinos los Carares una poca cantidad de tunjos de oro mezclada con
mucho cobre, los que fueron con mucha ilusión a ofrecer a Seco. Este,
disgustadísimo con tan pobre presente, cargó unos arcabuces con los
tunjos y les pidió abrir las bocas a los emisarios indígenas mas principa-
les, quienes inocentemente lo hicieron . Lleno de ira Seco ordenó dispa-
rar los arcabuces. Aterrados los indios se concertaron y cayeron después
sobre el campamento de Seco a quien mataron con otros dos españoles
que le acompañaban. 589
A su muerte, ocurrida seguramente en 1553, Moyana estaba casa-
do con Beatriz Osorio con quien no tuvo hijos y quien le sucedió en la
encomienda. Fuera del matrimonio tuvo a Juana Miguel Seco Moyana.
Beatriz volvió a casar con el conquistador Juan de Castro, compañero de
Féderman, con quien tuvo hijos. 590

588
ANC Negros y Esclavos de Santander V, ff. 945 a 959.

589
FPSIV-319a321.

590 Avellaneda, Los compaíieros d e Féderma11, pp. 108 a 109.

252
JUAN SEDANO

Probablemente llegó a Santa Marta con el adelantado Fernández de Lugo,


en cuya provincia participó en algunas entradas que se hicieron entre
enero y marzo de 1536. Al siguiente mes de esa se alejó como soldado
rodelero de la expedición del licenciado Jiménez que dio origen al Nue-
vo Reino. Acompañó a Gonzalo Suárez a fundar a Tunja y el cabildo de
la misma le nombró mayordomo de la ciudad el 16 de agosto de 1539.
Dos días después, le asignaba el lote que quedaba a espaldas del de
Gonzalo Suárez--la calle en medio--para que construyera su casa. Es
muy probable que Sedano hubiese traído al Nuevo Reino uno de los
primeros esclavos negros, porque en 1540 era dueño del negro Antón
quien fue pregonero de Tunja durante parte de ese año . En enero del 41
el cabildo de la ciudad le asignó una huerta. 591 En el distrito de la ciudad
donde vivía tuvo las encomiendas de Tota y Guaquirá por un corto tiem-
po, hasta cuando se ausentó de la ciudad, probablemente para ir a la
expedición del Dorado que dirigió Hernán Pérez. 592
Cúpole la distinción a Sedano de haber sido el único compañero
conocido del licenciado Jiménez que la corona honró con un escudo de
armas. En fecha. indeterminada, aunque pudo ser en 1541 , salió del
Nuevo Reino y terminó en el Perú, donde tomó parte en las guerras
entre el rebelado Gonzalo Pizarra y las personas leales al rey. Al lado
del presidente del Perú, Pedro de la Gasea, luchó y ayudó a derrotar al
rebelado Pizarra en la batalla de Xaquixaguana, acción que le mereció
le hubiese concedido la corona el escudo. Se radicó en La Plata donde
vivía en 1554. 593

59 1 MDR -252; CDT 20 y 23; CDT 1- 85.

m MAEM-604.

593 RR -327 ; NobiliariÓ de conquistadores de India s (Madrid, 1892).

253
BARTOLOME DE SEGARRA

Rodelero del ejército de Jiménez de Quesada que llegó de primero al


valle de los Alcázares y quien recibió una parte del botín habido por
todos los soldados de la expedición. 594 Reposado de tan largo viaje y
queriendo cambiar el ropaje de conquistador por el de colonizador, se
avecindó en Tunja el 24 de diciembre de 1539, como lo hicieron otros
muchos cuando regresaron de la expedición que buscó la Casa del Sol
con Hernán Pérez. Ese día el cabildo le inscribió como vecino y le con-
cedió un solar para construir su casa. 595 En ese distrito le encomedaron
los naturales de Coromoro, Senobá y Tibaitatá, de cuyos tributos y ser-
vicios gozó hasta su muerte en 1548, cuando estos fueron reasignados a
Antón de Esquivel el compañero de Belalcázar. 596
Juan Flórez de Ocariz, seguido por Fernández de Piedrahita, escri-
bió que Segarra vino al Nuevo Reino con Jiménez, se avecindó en Tunja,
y dejó un hijo natural. 597

94
, MOR -252 ; JF -152.

95
' CDT I-40.
596
ANC Residenci as Boyac á XIV, f. 799v.

597
JFO I-174; LFP I-203.

254
DIEGO DE SEGURA

Distinguido soldado de a caballo que subió desde Santa Marta al Nuevo


Reino en la hueste del teniente de gobernador Gonzalo Jiménez y por
cuya participación recibió dos partes del botín recogido por todos hasta
cuando llegaron a los dominios del Tunja. Por el tiempo que murió el
señor de Bogotá, a Segura se le murió un caballo por el que le recono-
cieron del fondo común, 150 pesos . 598
Al seleccionarse las personas que irían a poblar a Vélez y a Tunja,
tocóle a Segura ir a la última. Sinembargo, como fuera nombrado procu-
rador para que intercediese a favor del Nuevo Reino ante la corte espa-
ñola, no lo pudo hacer. Se fue acompañando a los tres generales que
salieron por el Magdalena hacia Cartagena, seguramente con intencio-
nes de regresar pronto, porque su coterráneo y fundador de Tunja, Gon-
zalo Suárez, le nombró regidor de esa ciudad. 599
El 2 de junio de 1539 ya se encontraba Segura en Cartagena de
Indias. En esa ciudad contestó un interrogatorio presentado por el licen~
ciado Jiménez en relación a la reclamación que su colega Hernández
Gallego le hiciese porque no compartió el botín recogido por todos los
de la expedición con él, quien había comandado los bergantines que
subieron hasta los Cuatro Brazos. En esas declaró Segura ser de 30 años
de edad, o sea nacido en 1509, y firmó su declaración. 600 No existe evi-
dencia de que Segura hubiese regresado al Nuevo Reino . En el corto
tiempo que en este permaneció, el licenciado Jiménez le asignó la enco-
mienda de Ocavita en los términos de Tunja y que administrara por un
tiempo Gonzalo Suárez. Este en su testamento indicó que en muchas
oportunidades envió cantidades de pesos de oro a su cuñado Diego de
Segura, a su mujer y a su hija, residentes de Málaga, España. En este
documento Suárez también indicó que su hermana María Suárez vivía en
Málaga con su hija Isabel, muy probablemente entonces, la mujer e hija
del Diego aquí tratado. 601

598
MDR -249; JF -150 y 138.

599
CDTI-12; DIHCV-174.

600
AGI Justicia 534B-l-2.

601
Transcripción de Nicolás García Samudio, en Crónica del muy magnífico capitán don Gonzalo
Suárez Rendón (Bogotá, 1939), pp. 292 y 308.

255
ALONSO SERRANO

Fue Serrano uno de los 33 soldados de a caballo que llegaron con el


licenciado Jiménez al sitio donde se creó el Nuevo Reino de Granada.
Cuando se iba a hacer la repartición del botín habido por todos los expe-
dicionarios, se presentaron varias peticiones de personas que habían con-
tribuido pertenencias para el uso común y que por ello se les deberían
retribuir. Una de esas personas fue Serrano , quien recordó haber puesto
un bonete de grana, por el cual le compensaron con seis pesos de oro. 602
Cuando finalmente repartieron lo neto que quedó, a Serrano le corres-
pondieron dos partes, o sea el doble de los soldados de a pie. La mayoría
de ese botín fue habido del señor de Tunja, refiriendo el cronista Aguado
que la existencia de este señor se supo por una india que estaba al servi-
cio de Serrano. 603
Alonso Serrano fue llamado a atestiguar en una diligencia que se
hizo en la villa de Santa Fe 19 días antes de su fundación solemne que la
convirtió en ciudad, relacionada con el tormento que el licenciado Jiménez
ordenara dar al segundo señor de Bogotá, Saguipa. Declaró tener alrede-
dor de 30 años de edad y que después de detenido Saguipa le dieron
tormento de cuerda tan liviano, que no pudo sufrir mucho. Sinembargo,
prosiguió, después que fue entregado a Gonzalo Suárez y a Ju_an de San
Martín le dieron tormentos tan recios en la casa del monte, "que se le
volvieron los pies del fuego que le dieron .. .y de a pocos días murió ." 604
Hay un Antonio Serrano, no Alonso , que viajó con Juan del
Junco de España a Santa Marta en 1535, hijo de Benito Serrano y de
Catalina González, vecino s de Guadarrama; será el la misma persona
aquí descrita? 605

602
MDR -249; JF -150, 142, 143.

603 FPA I-283 .

604
DIHC V-143 a 144.

605
CPI II-30.

256
FRANCISCO DE SILVA

Lusitano iliterato nacido en 1512, llegó a Santa Marta en 1536, provin-


cia en que se entretuvo durante dos meses participando en algunas entra-
das que se hicieron. Como soldado. aventurero e independiente, se unió
al ejército del licenciado Jiménez y fue uno de los sobrevivientes que
llegaron a tierra muisca. Aunque no tenía derecho sobre el botín recogi-
do por los de la expedición, le recompensaron sus trabajos con 50 pesos
de oro. 606
Avecindóse en Tunja donde vivió varios años y donde tuvo la en-
comienda de Tibasosa que en 1555 pasó a Miguel Holguín, compañero
de Féderman. El 29 de mayo de 1557 su nombre aparece aún entre la
lista de los residentes, mercaderes y otros de Tunja, pero nó dentro de la
correspondiente a los vecinos y encomenderos. 607 En esa ciudad conti-
nuó viviendo y en 1587 declaró en la probanza de Juan de Avendaño,
confirmado que no sabía escribir. Esta es el último documento conocido
donde se menciona su nombre. 608

06
• MDR -253; JF -144; RR -328 . El señor Rivas escribió un artículo en 1527 (BHA XVI-709 y
ss.) en el que negó la participación de este soldado aventurero en la expedición de Jiménez, la cual
aquí se confirma.

607
AGI Justicia 588, ff: 680 a 686.

608
AGI Patronato 165-3-5.

257
DIEGO SUAREZ MONTAÑEZ

Hijo de maestre Francisco y de Ana Suárez, vecinos de Mérida en


Extremadura, se alistó para ir con Juan del Junco a Cartagena, mas la
nave se desvió a Santa Marta por orden de la audiencia de Santo Domin-
go, a donde llegó en 1535. Venía recomendado por la corona como buen
servidor del rey y con nombramiento anticipado de regidor del cabildo
de Santa Marta. 609 Llegado a esa provincia se ocupó en algunas pacifica-
ciones de naturales y ocupando el cargo de soldado machetero, se enroló
en la expedición del licenciado Jiménez la cual sobrevivió. 61 0 Acompañó
a Hernán Pérez a la expedición que fue a buscar la Casa del Sol y se
avecindó en Tunja donde ya estaba en 1541 cuando el cabildo le asignó
una estancia tamaño caballería y le concedió un hierro para marcar gana-
do . 611 En este distrito le concedieron las encomiendas de Chíquisa, Tata,
Suta y Guáquira. 6 12 Estuvo también en algunas de las pacificaciones de
naturales y en la guerra que se le hizo al Dtlitama en Tundama.
Fue a la expedición del Dorado con Pérez y salió perdido y derro-
tado a la provincia de Buga. Fue alcalde de Tunja en 1562. Casó en
primeras nupcias con Ana Rodríguez de León, hija del conquistador Pe-
dro Rodríguez de León, y tuvieron a Diego, Juan y Fernando Bustarnante,
habiendo muerto la madre en 1564. Volvió a casar segunda vez con Ca-
talina de Vargas con quien tuvo a Blanca, Catalina y Beatriz. Diego,
padre, murió en 1579_.
A este conquistador también se le llamaba Diego Montañez, lo
cual contribuye a que se le confunda con un soldado menos conocido
que tenía este nombre.

609
CPI 11-25 ; DIHC III-287 .

61º MDR -249.


61 1
CDT 1-91 y 180.

612
Ver JFO Arbol XXXI , par. 18 y RR -206 a 208 .

258
GONZALOSUAREZRENDON

Natural de Málaga, Andalucía, hijo primogénito de la familia hidalga


formada por Rodrigo Suárez Rendón e Isabel Jiménez Suárez, nació al-
rededor de 1515. Diecisiete años después fue a guerrear por tres años en
Italia, Alemania, Austria y Hungría donde se distinguió, regresando a
España a tiempo para enrolarse en la expedición que estaba preparando
el adelantado Don Pedro Fernánd_ez de Lugo a Santa Marta. 613 Llegado
allí se ocupó durante dos meses en hacer algunas entradas menores en
los alrededores, que tenían como propósito mantener ocupados a tantos
de los recién Hegados, a alejarlos de los limitados recursos de esa ciudad
y a que obtuvieran algún oro de los naturales.
De regreso en Santa Marta, el adelantado Don Pedro le escogió
como capitán de una de las compañías que marcharían a buscar Magda-
lena arriba un camino al Mar del Sur bajo la dirección del licenciado
Jiménez y ordenó, que en el caso de faltar este, le reemplazara Juan del
Junco y en su ausencia, Gonzalo Suárez. 614 Esta posición de preeminen-
cia supo mantenerla durante el curso de la expedición y no la dejó perder
cuando se creó el Nuevo Reino de Granada; al contrario, la acrecentó,
pues al tiempo que consolidaba su poder económico lo hacía también en
lo político, pues hasta logró ser escogido para regir por un tiempo los
destinos de la nueva colonia española.
Llegado a tierra muisca se distinguió mas cohlo colonizador que
como conquistador. Acompañó al licenciado en la exploración del valle
de Neiva y tuvo su parte en el tormento que se le dio al señor de Bogotá

61 3 En su probanza de servicios (ver RR -332) indicó que reclutó en Sevilla una compañía a su

costa y la llevó a las Canarias. Debió tratarse mas bien de un pequeño grupo de soldados que
formaron parte del total organizado por-Alonso Luis de Lugo; ver Leopoldo de la Rosa Olivera,
"Don Pedro Fernández de Lugo Prepara la Expedición a Santa Marta," en Anuario de estudios
atlánticos No. 5 (1959), pp. 399 a 444 . La edad de Suárez es tomada de sus propias declaraciones
en las probanzas de Diego García de Cabezón, Diego López Castilblanco, Gon zalo Suárez de
Deza, mas en el pleito Domingo Lozano vs. Luis Lanchero:en que manifesto haber nacido en
1514, 1515, 1518 y 1520. Flórez de Ocariz le dedicó el Arbol III de sus Genealogías, donde
aparecen los datos sobre su familia y descendencia. Nicolás García Samudio escribió una obra
laudatoria de este conquistador: Crónica del muy magnífico capitán don Gonzalo Suárez Rendón
(Bogotá, 1939), donde transcribe su testamento , comentado mas adelante. Falta, sinembargo, un
estudio crítico y balanceado sobre la labor de este destacado conquistador y la base de poder que
logró establecer con participación de sus coterráneos y familiares, para captar la riqueza produci-
da por los antiguos sujetos del Zaque.

614Instrucciones del Adelantado de Canarias en JF -126. Esta fuente es mas confiable, natural-
mente, que la probanza de servicios de Suárez donde se lee que él debía reemplazar al Licenciado
Jiménez en caso de faltar.

259
y que le causó la muerte. A Suárez se le confió la fundación de la tercera
ciudad del Nuevo Reino, Tunja, lo que hizo muy bien en medio de una
de las regiones mas habitadas del altiplano muisca, aunque en un sitio
escaso de agua y bosques. Allí organizó el gobierno civil de la ciudad y
con la previa intervención del licenciado Jiinénez y luego con la del
hermano de este, Hernán Pérez, repartió en encomienda los naturales de
la provincia entre los conquistadores que allí se avecindaron, reserván-
dose para sí, como era lo acostumbrado, algunas de las mas productivas.
Como justicia mayor de TU:nja que era, se opuso a que el goberna-
dor Jerónimo Lebrón fuese aceptado como la máxima autoridad del Nuevo
Reino a pesar de que había sido legítimamente nombrado por la audien-
cia de Santo Domingo. En su mismo carácter de justicia mayor requirió
a Hernán Pérez no ir ·a la exploración de las provincias del Dorado por
los perjuicios que esto podía causar al Nuevo Reino, al dedicar una bue-
na parte de los recursos existentes en una empresa incierta y en un mo-
mento en que eran muy necesarios para consolidar lo ya logrado.
Sinembargo, Pérez se fue en septiembre de 1541 acompañado de 260
cristianos quienes conformaban una 'parte demasiado grande de los aproxi-
madamente 600 colonizadores que 'residían en el Reino entonces. Ese
día, que fue el primero del mes, Gonzalo Suárez quedó dirigiendo el
gobierno del Reino, no solo el de Tunja, aunque había sido nombrado
para ese cargo el anterior 19 de agosto.
En los 20 largos meses que Suárez tuvo el gobierno del Reino, se
hicieron algunas pacificaciones ·de indígenas rebelados, principalmente
el Ocavita, y se fundó en el valle de Tequia la ciudad de Málaga, nom-
brada así en honor de la que le vio nacer y que desafortunadamente solo
duró algo mas de un año. Tuvo bajo su responsabilidad la distribución
de indígenas en encomienda, lo que dio lugar a muchas quejas de sus
propios compañeros. Tiempo después estos y el cabildo de Tunja mani-
festaban que "Gonzalo Suárez ... nunca repartimiento hubo que lo diese a
ninguno de los primeros descubridores, aunque estaban sin el y se lo
pedían, sino a la persona o personas que a él le parecía, y menos lo daba
a las personas que h_abían trabajado la tierra sino a las personas que
nuevamente (por recientemente) habían venido a ella ... como los dio a
sus parientes y amigos y criados, como pasó de verdad." 615
Cuando Alonso Luis de Lugo, gobernador de las provincias de
Santa Marta y el Nuevo Reino por orden del rey, llegó a Vélez el 3 de
agosto de 1543, Suárez estaba allí. Desde el punto de vista de Lugo, los
compañeros de Jiménez que gobernaban la tierra debían ser personas de

615
DIHC VII-120.

260
poco fiar, pues habían tratado de arrebatarle la gobernación de una pro-
vincia ganada a costo e iniciativa de su padre y la que a él le pertenecía
como heredero legítimo que era de un derecho adquiddo por capitula-
ción real. Allí mismo en Vélez, Lugo presentó sus provisiones reales,
tomó de las manos de Suárez la vara de justicia y al saber que este era la
persona mas rica del reino, debió preguntarse si su padre no tendría
parte en ese caudal habido de los naturales. Aunque Lugo le confirmó la
encomienda de Icabuco en noviembre de 1543, el cronista Castellanos
escribió que le arrebató parte del botín de oro y esmeraldas que Suárez
había confiado al cuidado de su cuñado Pedro Vásquez de Loaiza. 616
Aunque por falta de documentos no se conocen las verdaderas
razones que tuvo el gobernador Lugo para detener a Suárez ni los cargos
que le hizo, cuando se decidió abandonar el Reino le llevó preso para
que le siguieran juicio en España. Después de navegar el Magdalena
abajo y de costear hasta el Cabo de la Vela, allí reposaron . Al saberse en
·este puerto de la llegada a Cartagena del juez Miguel Díez deArmendáriz,
quien venía a enc.argarse de resolver todos los negocios legales pendien-
tes del Nuevo Reino, Lugo siguió para España y dejó a Suárez preso en
manos de las autoridades del Cabo para que lo remitieran a este juez.
Suárez fue embarcado en una nave llegada de Santo Domingo con desti-
no a Cartagena, en que venían presos los hermanos Francisco Jiménez y
Hernán Pérez de Quesada, para que sus causas también fuesen resueltas
por Díez de Armendáriz, nave que también abordó el obispo electo fray
Martín de Calatayud. Estando aún en el puerto, un rayo mató al capitán
de la nave, a los dos hermanos Quesadas, e hirió al obispo y a Suárez.
En 1545, libre de toda culpa, regresó Suárez de Cartagena acom-
pañando a Pedro de Orsúa, el primo del gobernador Miguel Díez, quien
subía al Nuevo Reino a tomar la vara de justicia a nombre de Díez. De
regreso, Suárez se dedicó a llevar una vida relativamente tranquila en
Tunja, pues que se sepa, lo mas sobresaliente que le tocó afrontar fueron
pleitos por la encomienda de lcabuco que le pusieron su cuñado Pedro
Vásquez y Alonso Domínguez, y haberse preparado--sin haber tenido
que ir--a resistir las rebeliones de Gonzalo Pizarro, Alvaro de Oyón, y
Domingo de Aguirre. A pesar de las cuantiosas riquezas que amasó, en
15 64 hizo una relación de los servicios que había hecho a la corona, para
justificar su solicitud por 3.000 pesos de renta anual, por el título de
mariscal del Reino, alférez real y capitán de Tunja, y por que se le nom-

616
Sobre el derecho de Luis de Lugo a la gobernación, ver capitulación en DIHC !II-196 y ss .
(especialmente el par. 3), y DIHC V-69 y ss . Sobre la titulación de Jcabuco firmada por Lugo ver
DIHC VII-124 a 126. Sobre los ataques de Lugo a Suárez, ver JC IV-477 a 488.

261
brara alguacil mayor- con derecho" heredable para su hijo. Todas estas
solicitudes fueron rechazadas por el monarca español. 61 7
Suárez casó con Mencia de Figueroa y tuvieron a María Isabel,
Miguel, y Nicolás Suárez de Figueroa. Después de haber testado, murió
en 1583. Dejó las encomiendas de Icabuco, Tibaná, Chiriví, Ochonova y
Guanecá y sus cuantiosos bienes, a su mujer e hijos. En la cláusula 39
de su testamento manifestó las reservas que por un tiempo tuvo sobre la
legalidad de haber despojado a los naturales de sus riquezas, duda que
seguramente no tuvieron muchos otros conquistadores. En este docu-
mento se refleja que en vida no solo tuvo agudo interés .en cultivos y
levante de ganado mayor y menor, sino que en tierras de sus encomen-
dados de Guanecá operaba uno de los primeros trapiches azucareros ins-
talados en el Nuevo Reino. Años atrás había tenido bajo su alar a Ana,
india peruana, con quien tuvo amores lo suficientemente intensos como
para admitir la posibilidad comentada por la gente, de que Isabel, hija de
Ana, también lo fuese de él. Esta fue, sinembargo, desheredada.

6 17
ANC Encomiendas XV, ff. 438 a 749, pleito Vazquez vs Suárez por Icabuco; ANC Encomien-
das XI, ff. 8 a 169, pleito Domínguez vs Suárez por Icabuco .

262
JUANTAFUR

Hijodalgo como su padre y madre, Juan Pérez de Jubera y de su mujer


Isabel Díaz Tafur, había nacido en Córdoba en 1500. Pasó a Panamá en
1526 y según la c,rónica, al siguiente año perdió la mejor oportunidad de
su vida cuando optó por la menos buena de las posibilidades que se le
presentaron. Sobre la cubierta del bergantín anclado en la costa de la isla
del Gallo y que se preparaba para ir al Perú, Francisco Pizarra trazó una
raya y pidió a quienes allí se encontraban , que los que la atravesasen
continuarían con él y los otros se regresarían a Panamá con Tafur. A
quienes cruzaron la raya se les llamó Los Trece de la Fama, porque se
enriquecieran estableciendo una civilización tipo europeo en el corazón
del imperio mas grande del continente, formado al poner el inca bajo su
autoridad, muchos reinos diferentes. Estando ya radicado en el Nuevo
Reino y en tiempos del gobernador Alonso Luis de Lugo, de Tafur se
dijo que no hizo nada cuando Pedro de los Ríos, gobernando a Castilla
de Oro, le entregó un navío para que descubriese una tierra rica. Un
testigo añadió que cuando Tafur llegó a Santa Marta venía con una ami-
ga llamada Isabel de la Palma.
De la isla del Gallo Tafur fue a Panamá y de allí pasó a Santa
Marta en 1531. En esta provincia tomó parte en la exploración de Pedro
de Lerma que buscaba un camino terrestre al Perú y que llegó Magdale-
na arriba hasta la confluencia con el río Lebrija. 618 Posteriormente, como
soldado de a caballo volvió a buscar el mismo camino con el licenciado
Jiménez. En esas corrió la rara aventura de que un osito hormiguero se
le · subió a las ancas .del caballo. que montaba. 619 Llegado al altiplano
habitado por los muiscas participó en la pequeña lucha que se dio contra
los naturales de Zipaquirá y en alguna otra parte recogió un poco de oro.
En el cuaderno donde se anotaron las partidas ingresadas al común, hay
dos entradas distintas a todas las otras: no leen que Tafur trajo o depositó
ciertas cantidades, sino que el 16 de julio de 1537 "halló el señor tenien-
te en poder de Juan Tafur," 187 pesos de oro en total. 620 ·

Radicóse en Santa Fe donde fue hombre notable, pues fue su al-


calde en 1541, 46, 52, 54, 59 y 71, regidor en 1542 y 47, capitán de

618
JFO Arbol XX, par. 1 a 4; FPA l-174: RR -344 a 348. Ver tambi én la carta que Je dirigió Tafur al
Rey haciéndole un resúmen de su vida, fechada el 14 de abril de 1575, en FDNR VI-412

619
MDR -249; FPA I-227 y 228.

620
DIHC IY-87.

263
infantería y alguacil mayor. Tatnbién fue oficial real del Nuevo Reino en
1542, junto con Pedro de Colmenares y Hernán Venegas. 62 1 En ese dis-
trito tuvo las encomiendas de Pasea, Chitasugá, U saque, Chipaque, !taque,
Furacicá y Quirasaque, algunas por tiempo corto .
Casó con Francisca de Ulloa primero y luego con Bernardina
Manuel, hija de Alonso de Hoyos, compañero de Belakázar, y no tu-
vieron hijos. Fuera de matrimonio tuvo a Catalina Tafur. El obispo de
Santa Marta escribía al Rey en 1559, que Juan Tafur era hombre viejo,
viudo, con hijos y con familia . En adición, cuando las autoridades vi -
sitaron la encomiend.a de Pasea en 1560, Tafur apareció como viudo .
Esto hace pensar que su matrimonio con Bernardina debió ocurrir des-
pués de 1560. 622
Durante el gobierno de Luis de Lugo y luego de su sucesor
Montalvo de Lugo, el fiscal le acusó de maltratar a sus encomendados
de Pasea y Chitasugá. Al señor Chibagocha, cacique de Chitasugá, le
ahuchó los perros que lo destrozaron; se concertó con los panches para
que atacaran a los muiscas de pasea, los mataran y se los comieran; y al
cacique de Pasea lo tuvo encadenado durante dos meses. 623 Los esfuer-
zos de la corona y la iglesia para protejer al americano parece que tuvie-
ron algún efecto moderador en la actitud arrolladora de los europeos. En
1564 atestiguaba Tafur que los rebelados sutagaos le habían hecho gran
daño a sus cerdos y cañaverales. Que hacía cuatro años había ido "y sin
hacer a los dichos indios ningún daño, sino con halagos y promesas y
dádivas de mantas y otras cosas hasta que vinieron de paz ."
En 1576 fue nombrado contador del Nuevo Reino a raíz de la muerte
del titular, Juan de Penagos. Aún estaba vivo en 1579 cuando declaró en
la probanza de Francisco Hernández Hermoso, indicando que era de mas
de 80 años y firmando su deposición . 624

621 DIHC IX-184.

622 FDNR III-392 a 394 .

623 AGI Justicia 545.

624 RR -348, nota 2; ANC Historia Civil XX.

264
FRANCISCO DE TORDEHUMOS

Hijodalgo nacido en 1513 en Tordehumos, lugar cercano a Valladolid,


llegó a Santa Marta con el adelantado de Canarias y allí anduvo un corto
tiempo pacificando la tierra. Fue arcabucero y sobrevivió milagrosamente
la expedición del licenciado Jiménez, siendo uno de los conquistadores
del Nuevo Reino de Granada. Se halló en la fundación de Vélez y luego
fue a la búsqueda de la Casa del Sol. Tiempo después radicóse en Tunja
de donde era vecino en febrero de 1542 y donde tuvo una encomienda
por un tiempo. A esta la cambió por Cota en el distrito de Santa Fe, de la
que tomó posesión en 1553 y que retuvo por lo menos hasta 1588. 625
El dedicado investigador Severino de Santa Teresa escribió, sin
indicar la fuente de su curioso dato, que el 6 de agosto de 1536, o sea el
mismo día en que supuestamente se celebró la primera misa en Santa Fe
· de Bogotá, Tordehumos casó con una india de nombre Francisca. 626
Sinembargo, el martes 22 de niayo de 1553, Beatriz de Torres declaró en
Santa Fe ser mujer de Francisco de Tordehumos, vecina de la ciudad, de
28 años y no saber escribir. 627 Si todo lo anterior fuera cierto, Tordehumos
sería el conquistador que mas veces se hubiera casado: Primero con Fran-
cisca, segundo con Beatriz, tercero con Paulina de Velásquez en 1556 y
cuarto con María de Santiago. Con ninguna de las anteriores tuvo hijos,
mas por fuera tuvo a Juan de Tordehumos. En 1573 junto con su mujer
Paulina Velásquez y su madre Marina Gutiérrez (o Hernández), fundó
una capellanía en Santa Fe. 628 Murió después de 1588.

625
JFO Arbol XXVII, par. 40; MDR -250; RR -348 a 351; Juan A. Vi!lamarín, "Encomenderos and
Indians in the Formation of Colonial Society in the Sabana de Bogotá, Colombia, 1537 to 1740,"
Ph.D. Brandeis Univer~ity, 1972, p. 363; CDT 1-179 y 191; PAL II-237. Sobre los títulos de la
encomienda de Cota y su tasación, ver BHA XXVII- 734 a 739 .

626
Severino de Santa Teresa, Historia documentada de la iglesia en Urabá y el Darién, 5 vols.
(Bogotá, 1956), vol. 1, p. 282.

627 AGI Justicia 585, ff. 550 y ss.

628
ANC Notaría Primera de Bogotá, ff. 381 a 386.

265
LAZARO DE LA TORRE

El escribano Flórez de Ocariz erró el nombre de este conquistador al


llamarle Loiano de la Torre, a quien señaló como uno de los compañeros
del licenciado Jiménez que llegaron al Nuevo Reino y quien se avecindó
en Tunja donde murió sin dejar sucesión. 629 Fue Lázaro uno de los sol-
dados rodeleros de esa expedición y recibió una parte del botín recogido
por todos hasta cuando llegaron a las tierras del Zaque. 630 Hay varias
evidencias sobre su vida en Tunja, pues como vecino de ella, el 21 de
febrero de 1542 firmó la aceptación de Gonzalo Suárez como justicia
mayor de Tunja y del Nuevo Reino. En esta continuó llevando una vida
pacífica y sin mayores eventos dignos de aparecer en documentos, hasta
cuando el 24 de diciembre de 1553 contribuyó a unos gastos de la comu-
nidad que se repartieron entre todos los vecinos. 631 En el distrito de
Tunja recibió la encomienda de Sacha la cual pasó después a Miguel
Holguín. 632

62• JFO I-17 l.

630 MDR -251; JF -152.

631 CDT 1-179; ARB Libro d~ Cabildos de Tunja 1, acta del 24 de diciembre de 1553.

632 MAEM -600.

266
DIEGO DE TORRES

Nacido alrededor de 1500 en Carmona, Andalucía, pasó a Santa Marta


con el adelantado de Canarias. Enrolóse en la expedición del licenciado
Jiménez como soldado ballestero y con él llego a tierra muisca. En la
provincia de Tunja el licenciado le concedió en encomienda el cacique
de Guanguaritivá en la laguna de Sogamoso, la que no pudo disfrutar
porque fue compelido por don Gonzalo a que le acompañara a España
llevando el tesoro real, bajo pena de muerte y pérdida de todos sus bie-
nes. Dejando su encomienda al cuidado del Valenciano (Juan Valencia-
no) fue a España en donde escribía a la corte (en 1543?) pidiendo permiso
para regresar al Reino con sus dos hijos y una hija, pues su mujer había
muerto hacía unos pocos meses. 633
A pesar de sus esfuerzos, no hay evidencia que hubiese recupera-
do su .encomienda en Tunja. Asistió a la fundación de Pamplona y allí se
avecindó, habiendo recibido en mayo de 1558 las encomiendas de
Maniaco, Suba y Nagua. Fue a España por segunda vez y de allá vino
casado con Francisca de la Trinidad Ortiz. No hay memoria de cuando
tuvo lugar este segundo viaje, mas en la visita oficial hecha a las enco-
miendas alrededor de 1560, quedó registrado Torres como conquistador
soltero, a quien estaban confiados. los repartimientos de Bata, Conagua,
Chirivica, Lavara, Visvita, y Bochago, en el distrito de Pamplona. 634
Con su mujer Frm:icisca tuvo dos hijas, María y Beatriz. En 1575 declaraba
ser vecino de Pamplona, de mas de 70 años, y firmó su testimonio. 635

633
MDR -250; DIHC VI-218 a 220; RR -351 y 352.

634
Tovar Pinzón, No hay caciques, p. 100. Ver también CDP -411 a 413.

635
ANC Historia Civil XVI, ff. 174v y ss .• probanza de Cristóbal Ruíz .

267
JUAN DE TORRES

Nacido en Córdoba, Andalucía, en 1512 o quizás antes, había servido al


rey en Italia antes de llegar a Santa Marta. Allí se enroló como soldado
arcabucero en la expedición del licenciado Jiménez y la sobrevivió. Tomó
parte activa en las guerras que se hicieron a los naturales del Nuevo
Reino, especialmente. contra el cacique de Duitama y sus súbditos quie-
nes se había atrincherado en la mitad de un pantano para huír del abuso
de los cristianos. Allí fue herido por un dardo indígena, de lo que quedó
cojo de por vida. 636 Radicóse en Tunja en donde originalmente tuvo la
encomienda de Turmequé y en cuyo distrito también recibió Iza en 1556,
la que aún tenía en 1560 cuando se hicieron varias visitas oficiales a las
encomiendas. Además de estas tuvo otra que permutó con Francisco de
Tordehumos. 637
La tenencia de la encomienda de Turmequé es confusa. Según re-
laciones de 1550, y por lo consiguiente bastante frescas, la original po-
sesión de Turmequé la tuvieron por mitades Jerónimo de Aguayo
(compañero de Lebrón) y Juan de Torres . Pedro de Orsúa, quien llegó en
1545 a hacerse cargo del Nuevo Reino mientras llegaba su primo el go-
bernador Miguel Díez, se la quitó a los dos para dársela a su amigo
Villa viciosa quien le había acompañado desde Cartagena. Villa viciosa la
tuvo hasta 1548 cuando se la vendió al tesorero Pedro Brizeño por 2.000
pesos, antes de volverse a España. Como vender encomiendas estaba
prohibido, el título de la misma fue hecho por el gobernador Díez a
nombre de Gaspar Rodríguez, amigo y servidor de Brizeño, quien en
otra oportunidad manifestó haberla tenido hasta 1553. 638 Posteriormente
y antes de 1560, Torres volvió a recuperarla.
Juan de Torres fue regidor de Tunja en 1543 y 1544 y su alcalde
en 1556, 1557, y 1563. 639 Fue a España y en 1549 trajo a su mujer Leo-
nor Ruiz Herrezuelos con quien tuvo dos hijos, Pedro y María. Fuera
del matrimonio tuvo con Catalina Moya, hermana del cacique de
Turmequé, al famoso mestizo Diego de Torres . Cuando este fue acepta-

636 MDR -250; AGI Patronato 153-7-2, proban za de Alon so Domínguez; RR -353 a 356, AGI
Justicia 547 f. 824 a 827v.

637
MAEM -594 y 604; Tovar Pinzón, No hay caciqu es , p. 88; JFO Arbol XXVII, par. 40.

638
AGI Justicia 561 Juicio de residencia de Mi guel Díez, ff. 127v y 339v.

639DIHC V- 336 ; VI-90; VII-11 8; FAL I-9; Roj as, Correg idores de la pro vincia de Tunja, p. 627;
RR -353.

268
do como cacique de ese grupo indígena, dio origen a una acción legal
muy ruidosa pues para defender los derechos que consideraba tener como
hijo de conquistador y al mismo tiempo como jefe de grupo, fue a Espa-
ña y logró que la corte reconociera sus derechos a este título, que mu-
chos peninsulares consideraba usaba para alterar a los indios. 640 Juan
murió antes de 1571 cuando su hijo Pedro hizo la probanza del padre que
contiene varios de los datos aquí mencionados. 641

640
Ulises Rojas, El cacique de Turmequé y su época (Tunja, 1965); CPI VI-292, donde aparece su
inscripción en Sevilla como pasajero que regresaba al Nuevo Reino en 1579, hijo de Juan de
Torres y de Catalina de Moya .

641
AGI Patronato 159-1-1, probanza de Juan de Torres.

269
NICOLAO DE TROYA

Cuando el 23 de marzo de 1535 se registró en Sevilla como pasajero


que iba a Cartagena con Juan del Junco, quedó inscrito como Nicolás
de Tro¡rn, hijo de Miguel de Troan y de Juana Diareta, natural de Troan
(sic). El navío de Junco con toda su gente se desvió a Santa Marta por
orden de la audiencia de Santo Domingo, así que Troya llegó a Santa
Marta unos meses antes que el adelantado de Canarias. Al año siguien-
te se alistó como rodelero en la expedición del licenciado Jiménez y
llegó al altiplano muisca entre los primeros, porque el 9 de marzo de
1537 manifestó, como Nicolás de Troya, haber recogido 140 pesos de
oro bajo. 642
Después de asistir a la fundación solemne de Santa Fe se avecindó
en ella. Allí debió recibir alguna encomienda cuyo posesión se la debió
suspender el gobernador Alonso Luis de Lugo, porque en noviembre de
1543 firmó una carta pidiéndole volviese a distribuir las encomiendas
entre los conquistadores tan meritorios como él. 643 En mayo de 1546
Pedro de Orsúa, encargado del gobierno por su primo Miguel Díez, le
nombró veedor de lo que Melchor de Valdés sacase profanando las tum-
bas de los naturales. 644
Papel de alguna importancia jugó Nicolao de Troya en la pesquisa
secreta que se hizo del gobierno de Miguel Díez en 1550. Sospechando
las autoridades que este gobernador había dedicado parte de su tiempo a
introducir mercancías y expenderlas en tiendas que tenía en Santa Fe,
quisieron saber que participación había tenido Troya en ese negocio. Por
ello le llamaron a testificar, declarando entonces que había nacido en
1518 y que en efecto, como mercader que era, vendió en su tienda artí-
culos de Díez quien de ello le adeudaba unos 1.500 pesos. 645 También
sirvió Troya de fiador en 1551 al rico comerciante Luis López Ortiz,
para que se posesionara en el cargo de receptor de penas de cámara de la
audiencia. 646

642
CPI II-22; DIHC IV-80; MDR -251.

643 DIHC VII-112 a 114.

644
DIHC VIII-159.

645 AGI Justicia 552, ff. 422 y ss. En el f. 113v se encuentra su edad.

6 6
' EOR I-10.

270
Las diligencias de Troya para obtener alguna encomienda hechas
en tiempos de Luis de Lugo, en algún momento produjeron resultados,
pues suyos vinieron a ser los repartimientos de Tocancipá y Unta en el
distrito de Santa Fe, después que los dejó Lázaro Ponte. 647 Troya no fue
casado, mas dejó dos hijos naturales llamados Catalina y Juan de Troya.
Catalina heredó de su padre una estancia en Tibitó, a fa cual tuvo que
defender en 1576 de los derechos que sobre ella creían tener los suceso-
res de Juan de Penagos. 648

647 MAEM -614.

648 JFO Arbol XXXIV, par. 4; ANC Tierras de Cundinamarca XLVIII, ff. 595 y ss .

271
SALVADOR DE UMBRIA

Flórez de Ocariz escribió que con el general Jiménez de Quesada entró al


Nuevo Reino este soldado quien se avecindó en Tunja y no dejó suce-
sión. 649 Confirmando esta aseveración, otro documento lee que fue
rodelero de la expedición y que sus servicios se le recompensaron con
una parte del botín recogido por todos los soldados de los naturales,
durante el recorrido desde Santa Marta hasta la tierra del Zipa. 65° Como
muchos de aquellos que se avecindaron en Tunja el 24 de diciembre,
debió haber ido antes a la Casa del Sol con Hernán Pérez y de regreso
quedar en esa ciudad donde el cabildo les confirió sendos solares para
construir sus casas. 651 Allí continuó de vecino y como tal, en febrero de
1542, participó en una carta en que se reconocía a Gonzalo Suárez como
justicia mayor de Tunja y del Nuevo Reino, carta que pidió a Juan de
Quincoces firmara en su nombre porque él no sabía escribir. 652 También
tuvo su parte en una petición enviada al gobernador Alonso Luis de Lugo
en noviembre de 1543 para que repartiera a los naturales entre los con-
quistadores meritorios, ya que había suspendido todos los títulos de en-
comienda para distribuirlos mejor. 653
En 1543 Umbía atestiguó los cargos que el fiscal hizo a Hernán
Pérez por haber permitido y participado en las crueldades que se hicie-
ron a los señores de Sogamoso, Firabitova, Chía y Guasca, torturados
para que entregaran la mayor cantidad de oro y esmeraldas. Según su
testimonio, Umbría estuvo presente en el maltrato de los súbditos del
Sogamoso y vio que se aperrearon muchos indios y cortaron manos a
otros y a las mujeres las narices (la pregunta lee tetas) y les destruyeron
sus labranzas y sementeras. No firmó su testimonio porque dijo que no
sabía escribir. 654

649
JFO 1-174.

6
'º MDR -252; JF -152.

6
" CDT 1-40.
6
" CDT I-178.
653
DIHC VII-123.

6" AGI Patronato 195-12, transcrito parcialmente en DIHC VII-90, donde no aparece la respuesta
de Umbría.

272
Es probable que el apellido de este conquistador sea un gentilicio
por Umbría en Huelva. Continuó viviendo en Tunja hasta antes de di-
ciembre de 1558, cuando Martín Hernández de las Islas declaró en su
testamento deber a Umbría "vecino que fue de esta ciudad, difunto y
descubridor de este Reino, catorce pesos de buen oro." El documento
señala también que Salvador tuvo relaciones con una señora de la tierra
con quien hubo a Perico, a quien el testamentario Hernández declaró
deberle 200 pesos de oro. 655

655
ARB Archivo Histórico de Tunja IV, ff. 208 a 289.

273

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JUAN VALENCIANO

Nacido en Valencia, España, en 1509, llegó a Santa Marta un poco antes


que el adelantado Fernández de Lugo. Ocupando la posición de caporal
de los rodeleros en el ejército del Licenciado Jiménez, subió al Nuevo
Reino y recibió del botín habido por todos dos partes por sus trabajos. 656
Acompañó a Gonzalo Suárez y fue una de las trece personas que el 6 de
agosto de 1539 atestiguaron el acta de la fundación de Tunja. El siguien-
te 18 de agosto el cab_ildo le nombró procurador para que representara a
la ciudad y velara por sus intereses, y ese mismo día le inscribieron
como vecino y le proveyeron solar para que construyera su casa. 657
Según su propia versión, en el distrito de Tunja tuvo las enco-
miendas de Soacá, Topia, y Paja que perdió porque estando en España,
Alonso Luis de Lugo se las encomendó a Juan Rodríguez Gil y a Miguel
de Trujillo. Por su parte Rodríguez alegaba que había recibido del licen-
ciado a Topia y Soacá, y que cuando fue a la conquista del Dorado las
usufructuó Trujillo . Naturalmente, estas diferencias las ventilaron en un
pleito, por cuyos documentos se sabe lo siguiente. 65 8
En agosto de 1542 Valenciano , Hernando del Prado, Sedano, García
de la Hita y otros, se unieron al grupo formado po r .Jerónimo de la Inza
y Alonso Martín que recibió permiso de la real audiencia para bajar a
Santa Marta. Al llegar a esta las autoridades les secuestraron el oro y les
pidieron ir a Sompallón donde el adelantado Alonso Luis de Lugo esta-
ba. El, junto con Prado, se negaron a hacerlo y se huyeron hasta llegar a
Mompox, de donde pasaron a Cartagena. Valenciano continuó para Es-
paña a donde de antemano había dicho que iba a cumplir una promesa y
donde logró que la corona expidiese en Valladolid una cédula el 9 de
agosto de 1544, ordenando que en vista que en Cartagena le habían ro-
bado los corsarios franceses y que estaba al presente alistándose para
regresar al Reino con -su mujer, no le quitaran las encomiendas de Soacá,
Topia y Paja.
Sin haber aún cumplido promesa alguna hecha en agradecimiento
a haber sobrevivido la expedición al Nuevo Reino, en mayo de 1545
estaba en Sevilla atestiguando una probaza de su compañero Domingo

656
ANC Criminales CXXXVII, ff. 936 a 943; MDR -251; JF -151.

657
CDT -10, 22, 23; RR -357 a 360.

658
AGI Justicia 1095, No. 1, Valenciano vs Rodríguez y Trujillo .

274
de Aguirre, en la que dijo conocerle desde 1530, ser de 36 años o sea
nacido en 1509, y haber hecho todo el recorrido al Reino de Bogotá con
Aguirre y el licenciado .Jiménez y que se había avecindado en Tunja.
Firmó su deposición.
Regresó muy pronto porque de Vélez salió por órden de Pedro de
Orsúa a llevar al gobernador Díez, quien estaba en Cartagena, noticia
sobre la muerte de Blasco Núñez Vela el virrey del Perú. Díez apresuró
su viaje a Santa Fe y acompañándolo, vino Valenciano. Ya establecida la
Real Audiencia de Santa Fe, los oidores le dieron permiso de ir a Euro-
pa, para que ahora sí cumpliera la promesa. Allá fue y tras muchas peri-
pecias y encuentros con piratas, logró regresar al Reino en 1560. Al
pedir auxilio para poder vivir, el presidente Venero de Leyva le asignó
una encomienda en los Remedios, la cual a Valenciano le pareció poca
cosa por lo que exigió mas. En agosto de 1568 estaba nuevamente en
España suplicando al Consejo de Indias le premiasen mejor, el que expi-
dió una recomendación para las autoridades del Reino. En enero de 1575
estaba nuevamente viviendo en Santa Fe y no se sabe la fecha de su
muerte. 659
Como se vio, Valenciano era casado y los testigos del pleito por
Soacá mencionado arriba, indicaron que no había traído a su mujer cuando
fue a España la primera vez. Quien sabe si lo haría después, o como se
llamaba ella.

659
RR -358 y 35-9.

275
ANDRES VAZQUEZ DE MOLINA

Según declaró en la probanza de Alonso Domínguez, en 1549 tenía mas


de 30 años, lo que se puede interpretar como nacido alrededor de 1515.
De ser esto cierto, el hijodalgo Vázquez pasó muy joven a luchar con las
tropas del rey en Italia y en Berbería contra los moros. 660 Regresó a
España y de allí pasó a Tenerife en las Canarias, donde conocfo a Fran-
cisco Hernández Hermoso, y de donde vinieron a Santa Marta con el
adelantado Pedro Fernández de Lugo . 661 En esta provincia anduvo en
algunas pacificaciones de naturales y como arcabucero se alistó en la
hueste del licenciado Jiménez y fue uno de los sobrevivientes de esta
aventura. 662 Su testimonio dado en la probanza de Domínguez contiene
una relación muy interesante de lo ocurrido entre La Tora y sierras del
Opón que complementa las descripciones ya conocidas.
Llegado a tierra muisca se halló en varias de las exploraciones
locales, aunque es dudoso que lo haya hecho con sus caballos como lo
manifestó en su proqanza, porque como se vio, era soldado de a pie.
Acompañó a Hernán Pérez a la exploración que salió a mediados de
1539 a encontrar la Casa del Sol por los lados del Cocuy, de donde
debió regresar a finales del año como muchos otros, sin haber logrado
ningún éxito.
Avecindóse en Santa Fe y allí le concedieron la encomienda de
Chocontá que lo enriqueció y que le permitió tener una casa donde hos-
pedaba a todo visitante ilustre que a esa ciudad llegaba. Otras personas
atestiguaron que a pesar de ser quizás el hombre mas rico del Nuevo
Reino, era avaro, poco amigo de ayudar al necesitado y mucho de con-
graciarse con los poderosos a quienes agazajaba para obtener favores
que le sirvieran para incrementar su riqueza. 663 Era analfabeta, porque
como lo indicó en la probanza de Domínguez, no sabía escribir y por
ello no firmó su testimonio. Esto no le impidió, como tampoco a otros,
para que hubiese sido alcalde de Santa Fe en 1560, 1564, y 1569, ni para
que hubiese sido en dos ocasiones alférez mayor.

660 AGI Patronato 153-7-2; RR -197 a 200.

66 1 ANC Encomiendas xvn: ff. 1 a 302.

662
MOR -250; JF 151.

663
ANC Encomiendas XIII No. 39, fl. 877 a 1071.

276
En 1560 Vazquez de Molina estaba soltero y le pedía a la corte no
lo hicieran casar, como debían serlo todos los encomenderos, porque
estaba enfermo. En la visita que se hizo a esa encomienda en ese año,
también se listó a Vázquez como encomendero soltero. 664
Tuvo sinembargo relaciones fuera de matrimonio con Catalina de
Quintanilla, la viuda de Francisco Gómez, y engendraron a Andrés y a
Marcos Vázquez de Malina. Por otro lado parece que tuvo también a
Diego Vázquez de Malina y a Marcos de Malina, aunque este último
pueda ser el mismo nombrado antes . Murió después de 1579.

664 AGI Indiferente General 12 15 ; Tova r Pin zón, No hay caciqu es, p. 79.

277
HERNAN VENEGAS

El hijodalgo Hernán Venegas Carrillo Manosalvas nació en Córdoba,


Andalucía, en el seno de la familia formada por Diego Ruiz Manosalvas
e Inés Venegas. 665 Virio a Santa Marta poco antes de 1536 mas no lo hizo
con Juan del Junco, porque su nombre no aparece en el registro de aque-
llos que le acompañaron. En la provincia de Santa Marta se ocupó por
un tiempo corto en algunas entradas que se hicieron a tierras de los natu-
rales y se alistó como soldado de a caballo en la hueste del licenciado
Jiménez, habiendo tenido la suerte de salir con vida y haber llegado a
tierra muisca. 666
Por una coincidencia dio con el cacique de Baganique, quien por
resentimiento con el gran Zaque, informó a Venegas donde se encontra-
ba la casa de este. Allá fueron los cristianos a buscarle y a desposeerle
de su tesoro que fue el mas grande encontrado por los expedicionarios.
Asistió a la fundación de la ciudad de Santa Fe de la que fue escogido
para que fuera uno de sus seis primeros regidores. Acompañó a Gonzalo
Suárez a fundar a Tunja y de allí también fue nombrado regidor, cargo
que desempeñó por el resto de 1539. 667
En el mayo anterior había partido don Gonzalo Jiménez y los
generales Sebastián de Belalcázar y Nicolás Féderman a España a diri-
mir en que jurisdicción estaba comprendido el Nuevo Reino, y con
ellos viajó, entre otros, Antonio de Lebrija quien había sido tesorero
de la expedición. Para asumir esa responsabilidad en el Nuevo Reino
fue escogido Venegas, quien la administró desde el 10 de mayo de
1539 hasta el 11 de junio de 1543 cuando la devolvió con un alcance
de consideración. 668
Durante los primeros años en el Nuevo Reino, Venegas tomó
parte en las guerras que se hicieron a los naturales, especialmente con-
tra el Duitama y contra los panches de Bituima. Intercedió ante Hernán
Pérez para que no diera muerte al Zaque de Tunja, Aquimín, mas su
súplica no fue oída. En el distrito de Santa Fe gozó de las buenas enea-

66'Cuando no se indica otra cosa, los datos co ntenidos en esta biografía provienen de JFO Arbol
VII dedicado a Hernán Venegas, su proban za en AG[ 159-2-4 , año 1572, y RR -365 a 380 .

666
MOR -249; JF -150.

667
CDT I-12, 13, 15, 16, 20, 21, 23, 36 y 37.

668
AGI Contaduría 1292. Ver también DIHC VI-281 y 287 .

278
miendas de Guatavita, Gachetá, Suba y diez pueblos mas, que le adju-
dicara Gonzalo Suárez. 669
Venegas fue elegido alcalde ordinario de Santa Fe para los años
1542 y 1543. En este último año llegó el gobernador Alonso Luis de
Lugo, quien por noviembre ya había decidido que Tocaima debía ser
fundada. 670 Recogiendo al parecer las personas que ya había selecciona-
do y alistado el capitán Juan de Céspedes, Venegas fue y pobló esa ciu-
dad el 20 de marzo de 1544, nombrando alcaldes, regidores y el
correspondiente cura. Allí continuó viviendo hasta cuando estaba bas-
tante consolidada la nueva fundación. Regresó a Santa Fe y cuando el
presidente del Perú pidió au.xilio al gobernado1: del Reino Miguel Díez,
Venegas fue con Pedro de Orsúa llevando unos 100 aventureros. Des-
pués de haber recorrido unas 150 leguas, les alcanzó aviso de aquel
presidente de que ya no necesitaba de sus servicios. Devolvióse Venegas
el año siguiente a Santa Fe . Al haber sido ascendido Gonzalo Jiménez el
5 de marzo de 1565 , de la categoría de mariscal a la de adelantado,
quedó vacante la primera dignidad que Venegas pidió para sí. El monar-
ca español se la concedió el 11 de abril de 1571. ·
Falleció el mariscal Venegas en febrero de 1583. En 1569 cuando
tenía 56 años de edad, casó con Juana Ponce de León , hij a de don Pedro
Ponce de León, gobernador de la provincia de Venezuela. Durante los
14 años que duró el matrimonio tuvieron ocho hijos, Pedro, Luis,Alonso,
Francisco, María, Juana, Inés e Isabel. Fuera del matrimonio tuvo a María,
Alonso, Isabel y Hernán.

669
La tas a de la encomienda de Gu atavil a hecha en 1555. está desc rita en FPA I-4 19 a 422.

670
DIHC VII- 111.

2,79
FRANCISCO DE VILLAVICIOSA

Vino como soldado de a caballo en la expedición del licenciado Jiménez


al Nuevo Reino. 671 Fundada Santa Fe, de esta salió con Gonzalo Suárez
a establecer a.Tunja, ciudad de la que fue uno de sus primeros regidores,
posiblemente nombrado en reemplazo de Diego de Segura quten se ha-
bía ido a España con los tres generales. De todas maneras, Villaviciosa
actuó en ese cargo desde el 16 de agosto de 1539, el que repitió en 1541
Y 1542. 672 Con bastante cumplimiento acudió a las reuniones del cabildo
desde el principio del año 41 hasta el 14 de marzo, pero no asistió a las
que se efectuaron entre el 26 de ese mes y el 19 de julio. Durante esa
ausencia estuvo con Gonzalo García Zorro fundando el Cocuy, de cuya
población fue el primer alcalde. 673 Estando en Tunja en 1542, compró a
Francisco Hernández Hermoso una neg1:a llamada Isabel, por 150 pesos
de oro. 674
Continuando cronológicamente, en 1543 Villaviciosa volvió a au-
sentarse de Tunja para ir a la provincia de Popayán y pueblo de
Guacacallo, o Timaná. Allí estaba en noviembre sirviendo de testigo en
una probanza de su compañero de expedición, Domingo de Aguirre.
Declaró que le conocía desde 1536 en Santa Marta y le había visto traba-
jar mucho con sus armas y caballo en la jornada que de esa ciudad hicie-
ron hasta llegar al Nuevo Reino, lo que le constaba a Villaviciosa por
675
haber formado parte de ese grupo conquistador. Firmó su declaración.
. Probablemente Villa viciosa pasó de Ti maná a Cartagena y de esta
cmdad subió a Tunja en 1545 con Pedro de Orsúa quien venía a encar-
garse del Nuevo Reino mientras llegaba su primo el gobernador Miguel
Díez. Con él llegó un Villaviciosa, quien según Gaspar Rodríguez, com-
pañero de Lebrón, fue amigo de Díez y de Orsúa, y que por esta razón
Orsúa le concedió la encomienda de Turmequé después de despojar de
ella a Jerónimo de Agua yo y Juan de Torres. Villa viciosa la poseyó hasta
1548 cuando teniendo necesidad de irse a España, la vendió en 2.000

671
MDR -249 .
672
CDTI-12, 20, 80,165 .
673
· AGI Audiencia Santa Fe 122-2-10, probanza de Gonzalo García Zorro, respuesta de Pedro de
Colmenares. Ver también AGI Patronato 195-12, parcialmente transcrito en DIHC VII-35 .
674
ARB Archivo Histórico de Tunja III, f. 3, testamento de Francisco Hernández Hermoso.
675
AGI Patronato 153-4-1.

280
pesos a Pedro de Brizeño, tesorero del Reino. Como la venta de enco-
miendas estaba prohibida, a quien se le dio título de ella fue a Gaspar
Rodríguez, muy amigo de Brizeño. 676
Por otro testimonio que dio Francisco de Villaviciosa en Tunja
en 1547, se sabe que había nacido en 1514. En ese año fue alcalde de
la ciudad. 677

676 AGI Justicia 561, f. 127v y 339v, juicio de residencia de Miguel Díez.
677
ANC Encomiendas XIII, No. 2. Gonzalo Suárez vs Alonso Domíguez por Icabuco; Rojas,
Corregidores de la provincia de T1111ja, p. 627.

281
CRISTOBAL DE ZELADA

En junio de 1543 el gobernador Alonso Luis de Lugo pidió se averiguase la


forma como el licenciado Jiménez y su hennano Hernán Pérez habían trata-
do a los naturales del Nuevo Reino. Uno de los llamados a rendir testimonio
fue Zelada quien aseguró lo siguiente. Conocía a Jiménez, a su hermano y a
Luis de Lugo desde 1535. Constábale que Pedro Fernández de Lugo envió a
su costa al licenciado Jiménez a que explorara una región, porque le acom-
pañó desde Santa Marta hasta que llegaron al Nuevo Reino. Vio cuando el
señor de Bogotá fue con toda paz y concordia donde Jiménez y le prometió
llenarle una casa de oro. Por no cumplir su promesa, Jiménez le sometió a
tormentos de los cuales murió.
Por haber sido testigo presencial, constábale que Pérez fue a donde el
cacique de Guatavita y aunque este mandó gente con ·regalos y ofertas a
recibir a los cristianos, estos le hicieron la guerra quemándole pueblos, des-
truyéndole labranzas y mantándole muchos indígenas. Por ello el cacique se
huyó al monte y no volvió a aparecer. Constábale que mientras Pérez estuvo
a cargo del Reino, permitió y no castigó a muchos de los conquistadores
que trataban cruelmente a los naturales para sacarles todo el oro y esmeral-
das que pudieran. Supo que viniendo unos súbditos del Bogotá con una
madera para construir una casa a su encomendero, les apresaron y a varios
de los hombres les cortaron las manos, a otros las narices y a las mujeres los
senos. Viendo los naturales que no había quien les f~voreciese, amparase y
defendiese, los mas principales de ellos se alzaron con sus familias y gentes
y así estuvieron hasta hacía poco.
Vio que Pérez mandó a poblar el Cocuy, mas cuando estaba prepa-
rando la jornada para ir al Dorado, mandó a los encomederos de allá que
apresasen a sus encomendados y los trajesen atados para que fueran a la
expedición sirviendo a los cristianos. Constábale, por último, que cuan-
do Jerónimo Lebrón subió al Nuevo Reino para posesionarse de su go-
bierno, no fue aceptado y por eso tuvo que regresarse a Santa Marta.
Firmó su testimonio. 678
Además del claro testimonio de Zelada de haber estado presente en la
creación del Nuevo Reino, hay evidencia documental de que a ese vino
como soldado rodelero, por cuyo trabajo le tocó una parte del botín recogi-
do. Fue vecino de la ciudad de Santa Fe en cuyo distrito le concedieron en
diciembre de 1541 una estancia que estaba a orillas del río de Une. 679

678 AGI Patronato 195-12, documento parcialmente transcrito en DIHC VII-32.

679
MDR -252; GAH -58.

282
5. CARACTERISTICAS PERSONALES

Las características personales conocidas de cada uno de los sobrevivien-


tes de la expedición del licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada han
sido descritas en las biografías del capítulo anterior. De allí se extraen,
para analizarlas, las fechas y lugares de nacimiento, si pertenecían o nó
al primer escalón de la nobleza española--los hidalgos--si sabían firmar,
si tenían alguna previa experiencia militar en Europa, que años de expe-
riencia en Indias tenían antes de llegar a la altiplanicie muisca, que pa-
rentescos habían entre sí, con quienes tuvieron relaciones conyugales,
que ocupación tuvieron durante la expedición distinta de la militar, que
cargos públicos tuvieron, a que edad llegaron y a la que murieron . Las
características personales que se pueden dividir en dos, unas recibidas al
nacer y otras adquiridas durante el transcurso de sus vidas, son objeto de
análisis en este capítulo. Las de estas dos últimas categorías, están con-
densadas en las Tablas 1 y 3.

Edad al Llegar al Nuevo Reino

De las edades de los .sobrevivientes que ellos mismos declararon tener


al hacer de testigos en algunas diligencias legales, se han estimado sus
fechas de nacimiento. Esas edades son aproximadas, pues con frecuen-
cia los testigos las declaraban en números redondos agregando la acos-
tumbrada frase de "poco mas o menos." Con esta salvedad, en la
segunda columna de la Tabla 1 se indica el año de nacimiento conocido
de 109 conquistadores . Teniendo en cuenta que llegaron al altiplano
muisca en 1537, se puede calcular que edad tenían entonces. Estas eda-
des se listan en la cuarta columna de la Tabla 1, en donde se puede
apreciar lo siguiente.
El hombre mas viejo que tomó parte en esta expedición tenía 47
años al llegar al Reino y era seguido, en órden descendiente, por otros
tres de 41, 40 y 40 años. Al otro extremo, había seis jóvenes de 17 años,
dos de 18, y uno de 19. La gran mayoría estaban entre los 20 y los 30. La

283
edad promedia de los compañeros del licenciado fue de 27 años y la
media de la edad fue también de 27 años.

Previa Experiencia en Indias

La experiencia que los conquistadores habían adquirido en Indias antes


de emprender largas expediciones determinaba en mucho su capaci-
dad de supervivencia en una tierra tropical poblada de gentes extra-
ñas que vivían en medio de una flora y fauna muy diferente a la Ibérica.
Quizás mas importante, esta experiencia determinaba la capacidad de
subsistir consumiendo alimentos en su mayoría totalmente nuevos.
El baquiano, 680 o experto en las cosas de Indias, le llevaba una venta-
ja grande al "chapetón," o recién llegado, en saber extraer del nuevo
medio lo necesario para vivir.
Las personas de origen europeo que tomaron parte en esta expedi-
ción eran en general inexpertas en las costumbres de las Indias. La gran
mayoría había llegado directamente de España a la provincia de Santa
Marta con Juan del Junco en 1535 o con el adelantado Dori Pedro
Fernández en 1536, y después de una corta permanencia--de solo tres
meses para la mayoría--tomaron rumbo al sur. Su experiencia en Indias
consistió entonces en la adquirida durante los meses vividos en la pro-
vincia de Santa Marta donde muchos participaron en entradas que se
hicieron a tierras indígena, mas en la obtenida durante los once meses
gastados en recorrer el camino desde la costa atlántica hasta la tierra de
los muiscas.
Esa experiencia en Indias, expresada en años, es conocida en el
caso de 92 de los compañeros del licenciado. Esta aparece listada en la
columna 3 de la Tabla 1. Aunque había dos personas con experiencia de
11 años, una con 9, y diez con ocho años, cincuenta y ocho (63 porciento)
solo tenían un año de experiencia y diez y seis, 2 años (18 porciento ). Si
se conociese la lista de los llegados a Santa Marta con el adelantado don
Pedro y la de los que salieron en la expedición del licenciado Jiménez,
se podría tener una mejor idea de lo que el factor experiencia, o baquía,
influía en la capacidad de sobrevivir los obstáculos que las expediciones
de Indias encontraban en el camino.

0
•• Palabra de orígen anti.Jlano adaptada en el siglo XV o XVI.

284
Tabla 1
Características Compañeros Jiménez, Año de nacimiento, Años de Experiencia en Indias,
Edad al Llegar al Reino, Edad al Morir, y si Sabían Firmar.

Nombre Nacido Exp. Reino Murió Firmaba


Año Años Años Edad

Martín de Abriva 1507 30 no

Pedro del Acevo 1510 3 27 77+ si

Diego de Aguilar 1509 28 si

Domingo de Aguirre l517 8 20 47 si

Martín de Aguirre 2

Juan de Albarracfn 1496 41 no

Juan de Alcalá 1515 22 36 no

Juan Alonso de la Torre l500 37 no

Pero Añez 1505 32 57 si

Cristóbal Arias de M . 1506 31 77+ no

Juan de Aroca 1515 22 si

Antonio Barmúdez 1510 27 70+ si

Pedro Bravo de Rivera 1498 8 39 72 si

Juan de Cáceres 1510 27 44 no

B artolomé Camacho 15 JO 2 27 73 no

Domingo de las Casas 1507 30 si

Juan Castellanos 1511 26

Antonio de Castro 1510 27 77+ no

Juan de Céspedes 1500 11 37 74 si

Gómez de Cifuentes 1514 8 23 61+ si

Pedro de Colmenares 1515 22 45 si

Gómez del Corral 1500 37 si

Pedro Daza de Madrid 1510 2 27 65 si

Antonio Dfaz Cardozo 1500 8 37 73+ si

Alonso Domínguez Beltrán 1510 27 64+ si

Juan Fernández de Valenzuela 1497 40 no

Pedro Fernández de Valenzuela 1499 38 61+ si

Francisco de Figueredo 1510 3 27 60 si

Lázaro Fonte 1505 32 78+ si

Diego Franco 15 15 22 44

Diego de Frías 1514 23 si

Martín Galeano 1505 32 49 si

285
Tabla 1 (Continuación)

Nombre Nacido Exp. Reino Murió Firmaba


Año Años Años Edad

Luis Gallegos 2 si

Martín Galeano 1505 32 49 si

Luis Gallegos 2 si

Gonzalo García Zorro 1500 37 66 no

Ju an García Manchado 1515 22 69 no

Pedro García de las Cañas 1520 17 no

Alonso G6mez Sesquillo 1510 27 si

Diego G6mez 1515 22 si

Francisco Gómez 1515 22 49 si

Hernán G6mez Castillejo 1515 22 45+ si

Juan Gómez Portillo 1505 32 64 no

Pedro Gómez de Orozco 1517 20 66+ si

Francisco González de T. 1516 21 no

Juan González del Prado 1510 27 no

Juan de Güémez si

Alonso Hernández de L. 1516 21 63+ si

García del Hito si

Jerónimo de la Inza 1500 2 37 42 si

Juan Izquierdo 1511 26 no

Juan del Junco 1500 11 37 60+ si

Antonio de Lebrija 1507 8 30 si

Antón de Lezcámez 2 si

Pedro de Lombana 1510 8 27 33 no

Diego L6pez Castilblanco 1517 2 20 64+ si

Gil López 1515 2 22 si

Juan López 1497 40 75 si

Pedro L6pez de Monteaguado 1514 23 52+ no

Gonzalo Macías 1509 28 61 si

Baltasar Maldonado 1510 2 27 48 si

Juan Maldonado si

Alonso Martín Cabo 1517 20 46 no

Alonso Martín, el mozo 1505 32 no

Hernán Martín 1500 37


Juan Martín 1517 2 20 si

286
Tabla 1 (Continuación)

Nombre Nacido Ex¡,. Reino Murió Firmaba


Año Años Años Edad

Francisco de Mestanza 1520 17 49+ si

Juan de Montalvo 1516 21 81 s~


Alonso de Morales si

Hernando Navarro 1519 18


Francisco Novillo 1508 29 si

Pedro Núñez Cabrera 8


Antón de Olalla 1510 27 71 no

Juan de Olmos 1510 5 27 69- si

Juan de Ortega 1515 8 22 68 no


Cristóbal Ortiz Berna! 1518 19 57 si

Miguel de Otáñez 1520 17 si

Diego de-Paredes Calderón 1515 22 73- no

Hernán Pérez de Quesada 1515 22 29 si

Juan de Pinilla 1513 24 no

Hernando del Padro 1510 27 68+ si

Juan de Puelles 1516 21 si

Martín Pujo! 1502 35 si

Juan Quincoces de Llana si

Juan Ramírez de Hinojosa

Cristóbal de Roa 1490 47 89 si

Antón Rodríguez C_azalla 1517 +2 20 70 si

Francisco Rodríguez 1504 2 33 70+ si

Juan Rodríguez Benavides si

Juan Rodríguez Gil 1520 2 17 59+ si

Juan Rodríguez Parra . 1517 20 70+ si

Pedro Rodríguez del C. 1517 20 58 si

Pedro Rodríguez de L . 1511 26 68+ si

Blasco Romero 1501 36 si

Diego Romero 1510 27 82 si

Cristóbal Ruiz 1510 27 64 si

Pedro Ruiz Corredor si

Pedro Ruiz Herrezuelo 1519 18 55 si

Juan de Salamanca 1515 22 71+ no

Pedro de Salazar 1515 22 si

287
Tabla 1 (Continuación)

Nombre Nacido Exp. Reino Murió Firmaba


Año Años Años Edad

Alonso de Salcedo si

Juan de Salcedo 1498 39 si

Francisco Salguero 1498 8 39 82 si

Hernando de Salinas 1507 30 si

Francisco San Martín 110

Juan de San Martín 1504 11 33 si

Bartolomé Sánchez 1507 30 no

Francisco Sánchez

Juan Sánchez de Toledo 1517 20 73+ si

Juan Sánchez de Utrera 1513 24 si

Martín Sánchez Ropero si

Mateo Sánchez Cogolludo

Miguel Sánchez 1520 8 17 76 si

Pedro Sánchez Sobaelbarro 1502 35 si

Miguel Seco Moyana 1520 17 33 si

Juan Sedano

Diego de Segura 1509 28 si

Alonso Serrano 1509 28


Francisco de Silva 1512 25 75+ 110

Diego Suárez Montañez 2


Gonzalo Suárez Rendón 1515 22 68 si

Juan Tafur 1500 9 37 79+ ssi

Francisco de Tordehumos 1513 24 75+


Lázaro de la Torre si

Diego de Torres 1500 37 75+ si

Juan de Torres 1512 25 52 si

Nicolao de Troya 1518 2 19 si

Salvador de Umbría no

Juan Valenciano 1509 2 28 66+ si

Andrés Vázquez de Malina 1515 22 60+ 110

Hernán Venegas 1513 2 24 70 si

Francisco de Villaviciosa 1514 23 si

Cristóbal de Zelada si

288
Edad al Morir

La quinta columna de la Tabla 1 lista la edad que tenían al morir 70 de


los compañeros del licenciado Jiménez que alcanzaron la tierra muisca.
Para dar al tema de este encabezamiento un contexto mas amplio, se
debe tener en cuenta que en el camino al futuro Nuevo Reino quedaron
los huesos de mas de 400 cristianos sin contar los millares de servido-
res indígenas que también consumieron sus vidas en la empresa. Visto
así, estos 70 de quienes se conoce su edad al morir, representan como
una octava parte del total ele cristianos que salieron de Santa Marta.
Sin embargo, también conforman un significativo 40 porciento de los
sobrevivientes.
Cuatro personas vivieron mas de 80 años; veintitrés mas de 70;
veintiuno mas de 60; siete mas de 50; once mas de 40; tres mas de 30; y
una murió de 29 años. De estas cifras parece evidente que una vez pasa-
dos los grandes peligros iniciales, aquellos que lograban sobrevivir ten-
dían a vivir largos años: como el 70 porciento de estos vivió mas de 60
años, y cerca del 40 porciento lograron llegar a la avanzada edad--en el
siglo XVI--de 70 años.

Lugar de Nacimiento

La primera y segunda columna de la Tabla 3 muestran los nombres de


los conquistadores y las provincias españolas o países donde nacieron.
Para poder visualizar mejor el contenido de esos datos, estos se presen-
tan en forma resumida en la Tabla 2.
La parte superior de la Tabla 2 muestra las provincias españolas y
el número de conquistadores nacidos en ellas . La parte inferior muestra
la misma información para los nacidos en otros países. Conócese la
proveniencia de 98 de los compañeros del licenciado Jiménez. De ellos,
un sólido 12 porciento eran extranjeros, casi. todos portugueses, cuya
participación en la formación del Nuevo Reino se ha subestimado hasta
ahora. Los grupos mas grandes son los andaluces y los castellanos, 32 y
21 porciento respectivamente, el primero bien explicable por ser la re-
gión mas cercana a Sevilla, puerto de embarque y de enganche de las
gentes que iban a Indias. Los extremeños conformaron un 12 porciento
del total, seguidos en menor grado por leoneses y personas nacidas en
las provincias vascongadas .

289
Tabl a 2
Provincias Españolas y Países Donde Nacieron

Provincia Espatíola N,ímero

Andalucía 31

Aragón

Asturi as
Canarias 2

Castilla la Nueva 12
Castilla la Vieja 9

Extremadura 12
Galicia 2

León 7
Murcia 2

Vascongadas 5

Valencia 2 Total Españoles 86


Otros Países

Grecia

Portugal 11 Total extranjeros 12


Gran Total ....... .. .......... .. ......... ............. .. ......... .................. .......................................... .... . 98

Rango Social

Como en el caso de otras expediciones ya estudiadas, acá se trata sola-


mente de establecer si los conquistadores que tomaron parte en la del
licenciado Jiménez pertenecían al común de las gentes, los plebeyos,
que en su tierra pagaban impuestos de pecho y por ello se les llamaba
pecheros, o si eran miembros del primer escalón de la nobleza española,
los hidalgos, libres del pago de ciertos impuestos municipales.
La conquista de América fue una empresa popular en que la gran-
de nobleza no tuvo mayor participación activa. Los grandes riesgos del
viaje y las dificultades encontradas al otro lado del océano previnieron
que la alta nobleza y los ricos hombres españoles abandonaran la como-
didad de sus hogares y tomaran parte de cuerpo presente en la conquista
y temprana colonización de las Indias. A excepción de unos pocos altos
gobernantes de México y Perú, todos los conquistadores y colonizado-
res del siglo XVI que llegaron a las Américas eran plebeyos , salvo algu-
nos nobles hidalgos y otros que manifestaron serlo aunque no lo

290
demostraron con documentos, como se debía hacer en la península don-
de nacieron. El pertenecer a la nobleza española tenía ciertas ventajas
prácticas que la hacían deseable, además de que imprimía un sello de
distinción social del que su poseedor podía enorgullecerse. Los nobles
ocupaban lugares especiales en las iglesias, procesiones, cermonias ci-
viles y en los tribunales. Podían llevar armas en sitios donde les estaba
vedado a los plebeyos, estaban exentos del impuesto de pecho y otras
contribuciones y eran preferidos en los puestos gubernamentales y ecle-
siásticos. A los nobles no se les podía encarcelar por deudas, ni secues-
trar sus armas y caballos, ni sus casas podían ser violentadas, pues se
consideraban bajo protección real. Cuando se les detenía, eran encarce-
lados y juzgados en sitios y por tribunales especiales. No podían ser
torturados y si eran condenados a muerte, no se les podía ahorcar; tenían
que ser decapitados, excepto si su crímen había sido de traición. En caso
de ser ajusticiados, la compensación que recibía su familia era mayor
que la asignada a los plebeyos.
Durante el medioevo un plebeyo podía ennoblecerse por medio de
servicios militares, por herencia, o por favor real. La reconquista espa-
ñola había dado oportunidades a muchos de mejorar su estado social,
enfrentando a los moros infieles en los campos de batalla y ganando
territorios para los reyes cristianos. Si eran afortunados, también podían
enriquecerse con los botines habidos en esas guerras. Esa sociedad un
tanto abierta que existió durante varios siglos, produjo el suficiente nú-
mero de hidalgos como para que ya a mediados del siglo XVI se queja-
sen las municipalidades españolas de que sus ingresos por impuestos de
pecho se habían reducido sensiblemente.
Considerando todos los aspectos anteriores, no era demasiado atre-
vido entonces que algunos de los conquistadores del Nuevo Reino pre-
sumieran ser de una clase especial, y porqué no, hidalgos. Sus méritos
no se comparaban desfavorablemente con los de sus antepasados, pues
ellos también habían ganado enormes territorios para el rey de España
luchando contra el infiel (en este caso los indios). Aquellos que eran
encomenderos, podían aducir que la corona les obligaba a sostener una
casa señorial hecha con materiales durables y techo de teja, en la que
debían mantener armas y caballos listos a defender al rey. Quizás todos
los compañeros del licenciado deberían ser considerados nobles y solo
les prevenía el alcanzar esa dignidad el estar tan lejos de España, donde
solamente esos favores se podían obtener.
Algunas de las prebendas y ventajas de ser noble fueron traslada-
das intactas a Indias y varias fueron utilizadas por los conquistadores
del Nuevo Reino para mejorar su condición económica y social por me-

291
dio de la obtención de favores reales, tales como encomiendas de indios,
rentas vitalicias, o en algunos casos, cuando ya estaban resueltos los
problemas de la sustentación diaria, títulos honrosos y hasta escudos de
armas. El problema que se les presentaba a muchos de los que vivían a
este lado del mar era cómo certificar su carácter de nobles hidalgos ante
la ausencia de la correspondiente ejecutoria o prueba de nobleza hecha
ante algún tribunal competente. Esta ejecutoria podían no tenerla por no
poderla justificar, o porque estaban muy lejos de España donde vivían
sus padres y conocidos, tan indispensables para que pudieran atestiguar
el noble status de sus familias.
Para resolver estos inconvenientes, el artificio encontrado por los
interesados en ser aceptados como nobles hidalgos, no solo en el Nuevo
Reino sino en otras partes de Indias, consistió en reclamar ser hijodalgos
notorios. Esto quería decir que si se comportaban como hidalgos, o sea
se les notaba la hidalguía, era porque tenían que ser hidalgos. La prueba
de nobleza en este lado del Atlántico dejó de descansar solamente en
documentos; ahora podía sustentarse en la forma como el aspirante era
percibido por sus compañeros, algunos de los cuales, a su, turno, tam-
bién podían estar interesados en que se les tuviese como hidalgos .
En total, 27 compañeros del licenciado Jiménez manifestaron ellos,
o sus descendientes, ser hijodalgos. Estos están listados en la tercera
columna de la Tabla 3, en adición a Juan Sedano, quien fue el único
distinguido por la corona con un escudo de armas, más por sus méritos
ganados en el Perú años después, que en el Nuevo Reino. De estos 27,
unos pocos, como Gonzalo Suárez, eran primogénitos y podían presen-
tar su ejecutoria de nobleza; otros como Juan de Céspedes , Juan Tafur y
Hernán Venegas, podían hacer lo propio sin saberse si eran primogéni-
tos o nó. Otros, como Juan de Olmos, podían presentar documentos
probatorios pero siendo, como era, el quinto hijo del matrimonio, tenía
una remotísima posibilidad de que tuviese acceso a herencia o título si lo
había. Unos, como Antonio Bermúdez, Antonio de Castro, Gómez de
Cifuentes, Gonzalo García y otros, se percibieron a sí mismo como hi-
dalgos; a otros les tuvieron como tales sus hijos o sus viudas después de
muertos: PeroAñez, Pedro Bravo, Baltasar Maldonado, son buenos ejem-
plos. Aún a otros fueron sus nietos quienes los consideraron así, como
fue el caso de Pedro de Colmenares. Posteriormente, que este tipo de
afirmación fuese hecha por los descendientes de segunda generación en
adelante, cuando ya no existían testigos que pudieran avalar lo asegura-
do, dio cabida a crear documentos falsos y gentes inexistentes, como en
el sonado caso del conquistador Jorge Celi de Alvear, comentado por el
escritor Raimupdo Rivas.

292
Hay que tener en cuenta que según este estrato social, al primer
hijo de la familia le favorecían las leyes del mayorazgo. Para infortunio,
sus otros hermanos llamados segundones, quedaban en la dura posición
de tener que asegurar su subsistencia fuera de casa, pues en esta solo el
primogénito gozaba de favor. Las oportunidades que usualmente se les
presentaban a estos segundones eran en la carrera·de las armas, al servi-
cio de la iglesia, o en posiciones gubernamentales, mas nunca trabajan-
do con las manos o dedicándose a la gran mayoría de las actividades
económicas consideradas entonces--y hasta mediados del siglo XVIII--
denigrantes. Por ello muchos hijodalgos, aunque segundones, vieron
expandir sus horizontes en las. Indias.
Para cerrar, la corona por su lado no restringió activamente lapo-
1
pularización de los hidalgos notorios ni trató de reglamentar esa preten-
sión. Lo que sí frenó con firmeza fue permitir que una clase de
encomenderos con ambiciones feudales, soñando tener a los indígenas
como vasallos bajo su completa propiedad y leyes, se hiciese aún mas
poderosa económica y políticamente. De ahí las Nuevas Leyes de 1542,
que en el caso del Nuevo Reino, no tuvieron mayor efecto hasta mucho
mas tarde, durante el mandato del presidente Venero de Leyva.

Instrucción

Una de las evidencias históricas que puede dar indicio sobre la educa-
ción de las personas del siglo XVI es si sabían firmar o no. Como en ese
tiempo era cosa rutinaria pedir a los testigos que firmaran sus declara-
ciones, y como reinaba un concepto legalista que exigía dejar frecuentes
constancias escritas de lo sucedido, hoy se conoce si muchos conquista-
dores podían firmar o nó. No solo el acto de poder firmar en sí sino la
apariencia de la firma dan indicios sobre la educación de su autor, pues
los dos contribuyen a saber si sabía escribir o nó. No es lo mismo una
firma clara y desenvuelta a otra que parece dibujada, o peor, que esté
reemplazada por una burda cruz hecha con trabajo. Afortunadamente,
los abundantes escribanos que tomaban las declaracione~ y manejaban
papeles legales acostumbraban a indicar si la persona firmaba el docu-
mento o "lo señalaba con su señal," clara estipulación de que no sabía
firmar y menos escribir. Esta distinción de los escribanos adquiere una
mayor importancia en consideración a que muchos de los documentos
que han sobrevivido no son los originales, sino copias entregadas a los
interesados mientras el original era enviado a España o como aún hoy,
quedaba en las notarías o en un archivo central.

293
De tan limitada evidencia, pero que ha sido utilizada efectivamen-
te con anterioridad, se ha de deducir si la persona era analfabeta o letra-
da y si tenía alguna razonable educación en términos del siglo XVI. No
se deben suponer relaciones directas entre la educación de las personas
y los cargos que tenían. A veces se encuentran alcaldes, alguaciles ma-
yores, regidores y otros quienes no sabían firmar y por tanto, nunca
recibieron una educación formal. Este hecho fue el que debió inclinar al
escritor colonial Juan·Rodríguez Freile a lanzar su chusco comentario de
que "había hombres entre ellos, que los cabildos que hacían, los firma-
ban con el hierro que herraban las vacas."
En la sexta columna de la Tabla 1 se indican aquellos conquistado-
res que firmaron o nó un documento en alguna oportunidad. De 118
conocidos, 88 pudieron hacerlo y 30 nó, o sea que un 75 porciento de
los compañeros del licenciado tenían posibilidades de saber escribir y
por lo consiguiente, de ser educados . Esto deja un porcentaje de analfa-
betismo seguro del 25 porciento, el cual es mas bajo que el 30 porciento
encontrado entre los 168 hombres que avasallaron el imperio incáico . 68 1
Por razones sin definitiva explicación, los hombres del licenciado apare-
cen como mas educados, relativamente, que los de cinco años atrás.

Otras Características

La cuarta columna de la Tabla 3 lista cualquier otra característica perso-


nal o distinción adicional de los conquistadores a las ya anotadas, tales
como los parentescos que habían entre sí, que ocupación tuvieron duran-
te la expedición distinta de la militar y que experiencia militar habían
tenido en Europa antes de llegar a Indias.

Experiencia militar

Como se ha visto, la expedición del licenciado tuvo una organización


militar. Por ello, cualquier experiencia castrense que sus componentes
tuvieren debió ser valorada en especial y por ello debió servir a su titular
para obtener ventajas y prebendas no solo en el curso de la expedición
sino cuando se convitieron en colonizadores de la nueva división política
que crearon . Seis hombres gozaban de este tipo de experiencia: Antonio

68 1 James Lockhart , The Men ofCajamarca (Austin, TX, 1972), p . 35.

294
Bermúdez, Juan de Céspedes, Pedro Fernández, Martín Galeano, Gonzalo
Suárez, Juan de Torres y Andrés Vázquez. No es coincidencia que ninguno
de estos expertos guerreros hubiese sido uno de los soldados mas bajos
de la expedición como fueron los rodeleros, macheteros, o ballesteros.
En efecto, tres fueron capitanes, dos soldados de a caballo y dos
arcabuceros. Tampoco debe ser coincidencia que todos hayan declarado
ser hijodalgos, a excepción de Martín Galeano quien lo pudo haber hecho
en alguna probanza de sus servicios que no ha sobrevivido.

Cargos no militares durante la expedición

Además de haber sido la mayoría de estos hombres capitanes y soldados


durante la expedición, en adición algunos tuvieron responsabilidades civi-
les. Diego de Aguilar, Antonio de Lebrija y Juan de San Martín fueron los
oficiales reales; Domingo de las Casas y Antón de Lezcamez fueron el cape-
llán y clérigo; Antonio Díaz el cirujano, Martín Sánchez el veterinario, Gil
López el escribano, Gonzalo de Pereira y Juan Sánchez el de Trujillo los
trompeta y tambor respectivamente. No se sabe quien fue el boticario.

Parentescos entre sí

Sábese de algunos parentescos cuyo conocimiento puede servir al estu-


diar los núcleos y redes de poder que fueron establecidos en el Nuevo
Reino. Hermanos eran Juan de Alcalá y Pedro Barranco, Francisco y
Juan de San Martín, Diego Martín Hiniesta y Juan Martín, mientras medio
hermanos eran Juan de Céspedes y Hernando del Prado. Primos entre sí
eran Hernán Venegas y Juan Tafur, y había algún parentesco entre Tafur
y Gómez Castillejo. Martín Galeano era tío de Miguel Seco Moyario.
Diego de Segura (quien no quedó en el Nuevo Reino) y Gonzalo Suárez
eran cuñados.

Minorías presentes en la expedición

La interpretación tradicional que se le ha dado a las fuentes históri-


cas existentes ha concluido en que la hueste del licenciado Gonzalo
Jiménez de Quesada estaba compuesta únicamente de hombres cris-
tianos y de raza blanca. A esta interpretación se le da una segunda
mirada a continuación.

295
Antes de partir don Pedro Fernández de Tenerife en las islas Cana-
rias para Santa Marta, la corona le concedió permiso para llevar 100
esclavos negros libres de derechos. 682 Aunque este tipo de licencia era
negociable en total o en parte--en efecto se podía considerar como una
especie de ayuda monetaria de la Corona--lo que de ello se desprende es
que don Pedro pudo haber traído consigo un número de esclavos negros,
de los cuales algunos podían haber estado disponibles a marchar con las
gentes dirigidas por el licenciado. Por su parte, Juan del Junco fue auto-
rizado a llevar 1O esclavos negros en su nave que llegó a Santa Marta .
El cronista Castellanos , seguido de Simón, mencionaron la pre-
sencia de un negro e~ la expedición. Relataron que cuando el ejército
estaba en La Tora estando muy necesitados de alimentos, el mismo li-
cenciado salió con varios de sus hombres en barquetas, "llevando por
piloto de las dos a un negro y a un indio, criado del general y su herma-
no." 683 En las biografías del Capítulo 4 se indica que en enero de 1541
Juan Ruano vendió un negro suyo llamado Francisco Terranova y que
Juan Sedano era dueño del negro Antón quien en 1540 tenía el éargo de
pregonero en Tunja. Hernán Pérez tenía mas de 20 negros en 1543. Es-
tas cuatro evidencias sugieren que varios esclavos negros contribuyeron
al éxito de la expedición del licenciado Jiménez.
En el segundo semestre de 1539 , estando Gonzalo García Zo-
rro buscando la Casa del Sol con Hernán Pérez, no solo perdió un
caballo morillo sino que se le murió Juanillo, esclavo morisco . Aun-
que este lo pudo haber obtenido de Belalcázar o de Féderman, lo mas
probable es que lo hubiese traído consigo de Santa Marta y del otro
lado del mar. Cabe entonces la posibilid ad de que en la hueste del
licenciado hubiese moros .
El historiador colombiano Juan Friede arguyó que el licenciado
don Gonzalo pudo haber pertenecido a una familia de conversos ju-
díos. Sostuvo su punto sobre cuatro bases; la una, que se puso tan
mol.esto con Lázaro Fon te conio para condenarlo a muerte, porque le ·
llamó confeso. La ofra, porque algunos miembros del Consejo de In-
dias sostuvieron que el licenciado descendía de "reconciliados." La
tercera, porque Jiménez dio el nombre de La Tora al pueblo indígena
situado sobre las barrancas bermejas del Magdalena, voz que denomi-
na el rollo de pergamino en que los judíos transcriben el Viejo Testa-
mento. La última, porque los doce bohíos construidos para alojar a la

682 DIHC III -213.


683
FPS III-113.

296
tropa en el asiento del futuro Santa Fe fueron hechos en honor de las
doce tribus de Israel. 684 Si el señor Friede estaba en lo cierto, en la
hueste del licenciado hubieron conversos.
Descontando los centenares de indígenas de ambos sexos que ayu-
daron al progreso de la expedición, no he encontrado el mas mínimo
indicio de que al licenciado le hubiesen acompañado mujeres europeas,
de las cuales había varias en Santa Marta cuando de allá salió y quienes
habían llegado con el adelantado don Pedro. En resumen, si es cierto·que
se tiene razonable certeza de que no hubieron mujeres en la hueste del
Licenciado, también es cierto que bien pudieron haber en ella, además
de cristianos, negros, moros, y judíos.

Tabla 3
Lugar de Nacimiento, Hidalguía, y Otras Características

Nombre Lugar Nació Hidalguía Olras Características

Pedro del Acevo León

Alonso de Aguilar Castilla N

Diego de Aguilar Veedor real

Domingo de Aguirre Vascongadas

Martín de Aguirre Vascongadas

Juan de Albarracín Andalucía

Juan de Alcalá Primo P. Barranco

Juan Alonso de T. Extremadura

Pero Añez Portuga l Hijodalgo

Cristóbal Arias Castilla N

Juan de Aroche Andalucía

Pedro Barranco
Primo J. de Alcalá

Antonio Bermúdez Hijodalgo Experto guerras Europa

Pedro Bravo Hijodalgo

Bartolomé Camacho Extremadura

Domingo las Casas Andalucía Capellán expedición

Antonio de Castro Portugal Hijodalgo

Catalán Aragón

Juan de Céspedes Andalucía Hijodalgo Experto guerras Europa

684
JF -17 a 21.

297
Tabla 3 (Continuación)

Nombre Lugar Nació Hidalguía Otras Características

Qómez de Cifuentes Castilla V Hijodalgo

Pedro de Colmenares Andalucía Hijodalgo

Gómez del Corral Andalucía

Pedro Daza Castilla N

Alonso Díaz Castilla V

Antonio Díaz Portugal Cirujano expedición

Simón Díaz Andalucía

Alonso Domínguez Andalucía

Juan Duarte Vascongadas

Juan Fernández Portugal

Pedro Fernández Andalucía Hijodalgo Experto guerras Europa

Primo Venegas y Tafur

Francisco Figueredo Portugal

Lázaro Fonte Canarias

Diego Franco Andalucía

Martín Galeano Valencia Experto guerras Europa

Tío Miguel Seco

Gonzalo García Extremadura Hijodalgo

Juan García CastillaN

Diego Gómez Portugual

Francisco Gómez Andalucía

Hernán G6mez Andalucía

Juan Gómez Castilla N

Pedro Gómez Vascongadas

Francisco González Extremadura

Juan González del P Portugal

Alonso Hernández L León

Antonio Hernández Portugal

Martín Hernández Canarias

Pedro Hernández Andalucía

García del Hito Castilla N

Juan Izaquierdo Andalucía

Juan del Junco Asturias Hijodalgo

298
Tabla 3 (Continuación)

Nombre Lugar Nació Hidalguía Otras Características

Antonio de Lebrija Extremadura Tesorero real

Antón de Lezcámez Murcia Clérigo expedición

Pedro de Lombana Galicia

Gil López Galicia Escribano expedición

Gonzalo Macías Extremadura Hijodalgo

Baltasar Maldonado León Hijodalgo

Alonso Martín Portugal

Diego Martín León Hermano de Juan Martín

Gaspar Méndez Portugal

Juan de Montalvo Castilla N

Pedro Núñez Andalucía

Antón de Olalla Andalucía

Juan de Olmos Castilla V Hijodalgo

Juan de Ortega Castilla N

Cristóbal Ortiz León

Alonso de Paniagua Extremadura

Diego Paredes Andalucía

Gonzalo de Pereira Trompeta expedición

Hernán Pérez Andalucía

Hernando del Prado Castilla V Medio hermano Céspedes

Juan Ramírez Hijodalgo

Cristóbal de Roa León

Antón Rodríguez Andalucía

Francisco Rodríguez Murcia

Juan Rodríguez G Extremadura

Pedro Rodríguez C Castilla V Hijodalgo

Pedro Rodríguez L León Hijodalgo

Diego Romero Castilla N Hijodalgo

Cristóbal Ruiz Andalucía Hijodalgo

Pedro Ruiz C Hijodalgo

Pedro Ruiz H Andalucía

Juan de Salamanca Hijodalgo

Juan de Salcedo Andalucía

299
Tabla 3 (Continuación)

Nombre Lugar Nació Hidalguía Otras Características

Hernando de Salinas Vascongadas

Feo . San Martín Castilla V Hermano Juan S Martín

Juan San Martín Castilla V Hijodalgo Hermano Feo. S Martín

Contador_real

Bartolomé Sánchez Castilla V

Francisco Sánchez Extremadura

Juan Sánchez de T Castilla N Tambor expedición

Juan Sánchez de U Andalucía

Martín Sánchez R Castilla N Veterinario expedición

Mateo Sánchez C Castilla N

Miguel Sánchez Extremadura

Pedro Sánchez Andalucía

Miguel Seco Extremadura Sobrino Martín Galeano

Juan Sedano Escudo de armas

Diego de Segura Andalucía Cuñado Gonzalo Suárez

Francisco de Silva Portugal

Diego Suárez Extremadura

Gonzalo Suárez Andalucía Hijodalgo Cuñado Diego Segura

Experto guerras Europa

Juan Tafur Andalucía Hij odalgo Primo Hernán Venegas

Feo. de Tordehumos Castilla V Hijodalgo

Diego de Torres Andalucía

Juan de Torres Andalucía Hijodalgo Experto guerras Europa

Nicolao de Troya Grecia?

Salvador de Umb ía Andalucía

Juan Valenciano Valencia

Andrés Vázquez Hijodalgo Experto guerras Europa

Hernán Venegas Andalucía Hijod algo

300
PARTE 111
La Labor Colonizadora

'\
6. LOS QUE PERMANECIERON

No todos los conquistadores que sobrevivieron la expedición del licen-


ciado Jiménez quedaron en el Nuevo Reino. Varios bajaron con él a la
costa en mayo de 1539 en su camino a España y otros se fueron con
Jerónimo Lebrón dos años después, la gran mayoría de ellos para no
regresar.
Con el propósito de poder visualizar mejor cualquier relación que
pueda haber entre la cantidad de botín recogido--que a su vez dependía
en su mayor parte en el rango militar o cargo que el conquistador ocupó
en la expedición--con la decisión de regresar a sus tierras, en la Tabla 4
se listan aquellos que se fueron, su cargo, y la parte que les correspon-
dió del botín habido de los indígenas, incluidas todas las bonificaciones
y compensaciones recibidas. Para simplificar la cuenta, no se tienen en
consideración las esmeraldas que recibieron, de las que tampoco hay
base para convertirlas a pesos de oro. 1 Aquellos pocos que regresaron
otra vez al Nuevo Reino se distinguen en esta lista con un asterisco (*)
puesto después de sus nombres.
Los que no regresaron al Nuevo Reino fueron 22 hombres,
distribuidos en 6 capitanes, 3 jefes, oficiales, o clérigos (alférez, sargento
mayor, capellán); 9 hombres de a caballo y 4 soldados de a pie. A simple
vista estos 22 representan un 13 porciento del total, lo cual parece normal.
Sinembargo, si se tiene en cuenta que excluyendo al licenciado el número
total de jefes, oficiales y clérigos de la expedición era de 18, 9 de estos-
-la mitad--se fueron para no volver. Y si se considera que 11 capitanes
sobrevivieron la expedición, mas de la mitad, 6, se fueron para no regresar.
En adición, 9 de 33 soldados de a caballo partieron del todo, lo que
representa mas de una cuarta parte de los sobrevivientes.

1
La base de esta cuenta es el documento del reparto del botín; ver JF -136 a 161. Aunque sirve
ara el propósito que es comparar las cantidades recibidas por los que se fueron, esta cuenta no
es muy precisa porque mezcla pesos de oro bajo con pesos de oro fino, que no son lo mismo.
Las cantidades recibidas por cada persona incluyen las bonificaciones y mejorías recibidas;
para ver un ejemplo, ver la nota siguiente.

303
Tabla 4
Conquistadores Idos Después de la Expedición

Los que viajaron con los tres generales en mayo de 1539 fueron:

Nombre Posición Botín en Pesos

Diego de Aguilar soldado de a caballo $ 1.580


Juan de Albarracín capitán 2.631
Domingo de las Casas' capellán 4.544
Jerónimo Castillejo aventurero 150
Gómez del Corral capitán 2.268
Criado alférez 1.134
Pedro Fernández capitán 2.768
·Diego de Frías soldado de a caballo 1.209
Antonio de Lebrija capitán 2.598
Gil López soldado de a caballo 1.134
Hernando de Salinas sargento mayor l. 713

Francisco San Martín soldado de a caballo 1.284


Juan de San Martín capitán 2 .383
Bartolomé Sánéhez soldado ballestero 850
Pedro Sánchez soldado de a caballo 1.359
Alonso de Sandoval soldado de a caballo 1.134
Diego de Segura soldado de a caballo 1.384
Pedro de Acevo * rodelero 567
Juan Castellanos • ballestero 850
• Cristóbal de Roa * arcabucero 850
Diego de Torres • ballestero 850

Los que viajaron con Jerónimo Lebrón en enero de 1541 fueron:

Nombre Posición Botín en Pesos

Juan Izquierdo soldado de a caballo 1.209


Juan del Junco capitán 2.622
Hernán Martín arcabucero 850
Blasco Romero rodelero 567
Juan de Salcedo soldado de a caballo 1.614
Antonio Díaz * capitán 4.044
Juan de Montalvo • rodelero 567
Juan Valenciano * caporal rodeleros 1.334

2 A Fray Domingo le correspondieron 60 pesos por una yegua que se le murió en Sompallón;

200 pesos para que dijese misas; dos partes del botín que correspondieron ·a 1.134 pesos mas 10
esmeraldas; 150 pesos de mejoría; y 1.680 pesos de oro fino que recogió entre todos para fundar
una capellanía, que según el licenciado Jiménez, nunca fundó; ver FPS III-297.

304
Tal vez estos destacados conquistadores no consideraron que la
nueva tierra les ofrecía la mejor oportunidad, o tal vez se sintieron satis-
fechos con el tesoro recogido hasta junio de 1538, mas lo que pudieron
obtener y esconder después de haber sido este tasado por los oficiales
reales. Se debe tener en cuenta que mil pesos de oro fino equivalían a
diez libras de oro de 22 quilates, lo que durante los últimos cinco siglos
por lo menos, han representado una cantidad apreciable de dinero.
No hay forma de averiguar la cantidad de riquezas que los con-
quistadores obtuvieron después del reparto del botín , mucha de la cual
seguramente podían mantener fuera del alcance de los ojos alcabaleros
de los oficiales reales, mas sí hay un ejemplo que puede dar un buen
indicio. Bajo Diego de Agu!lar se puede leer qué cuando estaba listo a
partir para España en mayo de 1539? .Juan Tafur le entregó 75 esmeral-
das para que se las llevase. Como hombre de a caballo que era, a Tafur le
habían correspondido ·1 O esmeraldas en el reparto del botín, o sea que en
el último año, había acumulado mas de seis veces las esmeraldas origi-
nalmente obtenidas.
En resumen, la mitad de los jefes, oficiales reales y clérigos, y
mas d_e una cuarta parte de los hombres de a caballo que participaron en
la expedición del licenciado, se fueron para no volver. En contraste, de
los 122 hombres que componían la infantería, solo 4 se fueron para siem-
pre durante los dos años subsiguientes a la fundación del Nuevo Reino.

305
7. LA FUNDACION DE CIUDADES

Siendo que la expedición del licenciado Jiménez tenía como propósito,


según sus propias palabras, "ir en descubrimiento del Río Grande y Mar
del Sur" para encontrar un camino terrestre al Perú, las instrucciones
que recibió de su jefe el adelantado Don Pedro Fernández de Lugo fue-
ron muy sencillas: 1, hacer que todos los pueblos de naturales que
encontraren en el camino dieran la paz después de hacerles el requeri-
miento acostumbrado de que debían servir al Rey de España, y si rehu-
saban, hacerles la guerra a sangre y fuego; 2, una vez de paz, pedirles
oro para sufragar los gastos de la expedición y llevar cuenta minuciosa
de lo obtenido para después repartirlo entre todos, incluidos los que iban
por el río arriba en bergantines; 3, en caso de morir el general, para cuya
posición designaba a Jiménez, le reemplazaría Juan del Junco y al faltar
este, Gonzalo Suárez. 3
En parte alguna de esas instrucciones se hacía referencia a esta-
blecer colonias iniciándolas a la usanza castellana con la fundación de
ciudades y mucho menos a crear otra entidad política, lo que fue el ines-
perado resultado final. Gonzalo Jiménez dejó pues Santa Marta sin la
indispensable autorización para fundar ciudades, concepto legal que como
buen abogado que era, lo entendió muy bien. Sinembargo, después de
haber estado mas de un año en el altiplano muisca y sus alrededores, los
cristianos sintieron la necesidad de estar agrupados en un pueblo según
y como tenían acostumbrado en su tierra, donde se hiciesen compañía y
se comunicasen, máxime ahora que se encontraban en lugar extraño y
rodeados de centenares de miles de gentes a quienes no comprendían.
En estas circunstancias, no era solo inconcebible que viviesen aislados
unos de otros, sin compartir sus pensamientos, ansiedades y sueños,
sino que permaneciesen indefinidamente en un real, o sea en una agrupa-
ción de tiendas de campaña. Las necesidades de protección, de acompa-
ñamiento y de comodidad, les movieron a establecer lo que el cronista
Simón calificó de "ranchería a modo de pueblo," con la cual el 6 de
agosto de 1538, día de la Transfiguración del Señor, el licenciado Jiménez

3
Instrucciones dadas al Licenciado, en DIHC IV-75 a 79.

306
dio prematuro, aunque permanente nacimiento , a la ciudad de Santa Fe
de Bogotá. Seguramente que el licenciado, no queriendo violar el estatu-
to legal de fundar sin autorización , fue que, como añadió el mismo cro-
nista Simón, ese día no nombró justicia ni regimiento ni las demás cosas
importantes al gobierno de la ciudad, ni para la iglesia cura. 4
Esta primera fundación de hecho fue celebrada con gran fiesta y
misa por todos los soldados del ejército. Sinembargo, pasarían ocho meses
para que a ese asiento llegaran Nicolás Féderman y al poco el experto
fundador Sebastián de Belalcázar, quien ya tenía a su haber el estableci-
miento de Quito, Guayaquil, Cali, Popayán, y Timaná. Sería Belalcázar
quien explicara a Jiménez la conveniencia de hacer un asentamiento per-
manente con todos los requisitos del caso, más ahora que ya le había
informado de la muerte de su jefe el adelantado don Pedro, lo que hacía
mas incierto el futuro de lo conquistado.
Poco trabajo debió tomarle convencer a Jiménez de la convenien-
cia de crear un municipio compuesto de justicias y regidores, quienes a
la usanza castellana, cuando se reunían formaban un cabildo que gozaba
de toda autoridad para controlar tan gran territorio y a tanta gente cristia-
na como se acababa de reunir, administrara la justicia, distribuyera tie-
rras, y en fin, obrara a nombre del rey. No sería de extrañar que acatando
esos sabios consejos, el licenciado hubiese encontrado alguna disculpa
o esguince legal que calmara su conciencia de abogado, como la encon-
tró Hernán Cortés cuando fundó Veracruz en México . Como fuere , lo
cierto fue que ya confiado en la legalidad de sus acciones, el 27 de abril
de 1539 y en presencia de los generales Belalcázar y Féderman, el licen-
ciado ordenó el trazo de calles, plazas y solares , adjudicó lotes a los
futuros vecinos, a la iglesia, al cura, al cabildo, nombró dos alcaldes
ordinarios , siete regidores, cura párroco y escribano, y después de he-
chas las ceremonias de rigor, dio por fundada la ciudad de Santa Fe, con
lo que se inició también la colonización del Nuevo Reino ·de Granada. 5
Dejando claro que Santa Fe fue fundada dos veces, la primera de-
lante del ejército del licenciado Jiménez y la segunda en presencia de los
generales Belalcázar y Féderman con las tres huestes reunidas, a conti-
nuación se describe la participación de los conquistadores de Jiménez en
el establecimiento de las primeras ciudades del Nuevo Reino. Como va-

' FPS III-299 a 305 . El cronista Zamora insistió en que en esa fecha su compañero de comunidad,
Domingo de las Casas , fue nombrado por Jiménez cura de la ciudad , dato no sustanciado con
documento.

' Ver FPS III-343 a 346; JFO 1-162 a 165 y 353 :a 354; Juan Friede , Descubrimie11to, pp.
97 a 105. ·

307
rios hombres vivieron en mas de una ciudad, se ha escogido aquella don-
de dejaron una huella mas firme .

Santa Fe

Como todos los compañeros de Jiménez fueron fundadores de Santa Fe,


a continuación se precisa quienes de ellos se avecindaron en esta ciudad
al menos por un tiempo relativamente largo. Consultando las biografías
del Capítulo 4, se logran los siguientes nombres :
Martín de Abriva (vivió en Tocaima por un tiempo), Pedro del
Acevo Sotelo, Juan de Alcalá, Juan Alonso, Cristóbal Arias de Monroy,
Antonio Bermúdez, Juan de Céspedes, Pedro de Colmenares, Alonso
Díaz, Antonio Díaz Cardozo, Francisco de Figueredo, Lázaro Ponte,
Gonzalo García Zorro, Francisco Gómez, Hernán Gómez Castillejo (vi-
vió un tiempo en Tunja), Juan Gómez Portillo, Juan de Güémez, Jeróni-
mo de la Inza, Pedro de Lombana, Lorana, Juan Maldonado, Francisco
Medrana, Gaspar Méndez, Francisco de Mestanza, Juan de Montalvo,
Antón de Olalla, Juan de Olmos, Juan de Ortega, Cristóbal Ortiz Berna!,
Hernán Pérez de Quesada, Hernando del Prado, Juan de Puelles , Juan
Rodríguez de Benavides, Diego Romero, Cristóbal Ruiz, Juan Sánchez
de Toledo, Juan Tafur, Francisco de Tordehumos (antes en Tunja), Juan
de Torres, Nicolao de Troya, Andrés Vázquez de Malina, Hernán Venegas
y Cristóbal de Zelada.

Vélez

Fue seguramente por insinuación de Belalcázar que el licenciado consi-


deró necesario establecer otras dos ciudades, Vélez y Tunja, que pudie-
ran mantener a tantos conquistadores como en el Reino iban a quedar.
En abril de 1539 Jiménez de Quesada ordenó a Martín Galeano salir a
fundar a Vélez (la fundaría en abril y no en junio como se presume?) .
Allí se avecindaron los siguientes compañeros del licenciado: Juan Alonso
de la Torre, Pedro Alvarado, Alonso Domínguez (venía de Tunja), Juan
Fernández de Valenzuela, Diego Franco, Martín Galeano, Alonso Gómez
Sesquillo, Diego Gómez, Juan González del Prado, Alonso Hernández
de Ledesma (después se fue a Tunja), Antonio Hernández, Pedro
Hernández de Aguilar, Diego López Castilblanco, Diego Martín Hinies-
ta, Juan Martín, Antonio Pérez, Pedro de Salazar, Bartolomé Sánchez
Suárez, Francisco Sánchez Alcobaza, Miguel Seco Moyana.

308
Tunja

La órden que diera el licenciado Jiménez a Gonzalo Suárez Rendón el


10 de mayo de 1539 para fundar a Tunja, se la ratificó Hernán Pérez .
el siguiente 18 de junio, mientras se alistaba para ir a su fracasada
búsqueda de la Casa del Sol, atravesando los dominios del Zaque,
donde se iba a fundar la ciudad . Mas o menos siguiendo los pasos de
Pérez, Suárez salió después y cumplió bien su encargo fundandoTunja
el 6 de agosto de 1539, de la cual sus habitantes han logrado conser-
var no solo el acta de fundación, sino los primeros libros de actas de
las reuniones del cabildo, lo que facilita saber quienes fueron sus
prime.ros vecinos . Las siguientes personas hicieron de Tunja su casa
por un tiempo mas o menos largo: Alonso de Aguilar, Domingo de
Aguirre, Pero Añez, Pedro Bravo de Rivera, Juan de Cáceres , Diego
Calvache, Bartolomé Camacho, Antonio de Castro, Gómez de
Cifuentes, Gómez del Corral, Pedro Daza de Madrid, Simón Díaz,
Juan Duarte , Luis Gallegos, Juan García Manchado, Pedro García de
las Cañas, Francisco González de Trujillo, Martín Hernández de las
Islas, García del Hito , Juan Izquierdo, Juan del Junco, Juan López,
Pedro López de Monteaguado, Gonzalo Macías, Baltasar Maldonado ,
Alonso Martín Cobo, Alonso Martín el mozo, Juan Montañez, Alonso
de Morales, Hernando Navarro, Pedro Núñez Cabrera, Alonso de
Paniagua, Diego de Paredes Calderón, Martín Pujol, Juan Quincoces
de Llana, Cristóbal ele Roa, Antón Rodríguez Cazalla, Francisco
Rodríguez, Juan Rodríguez Gil, Juan Rodríguez Parra, Pedro
Rodríguez del Carrión, Pedro Rodríguez de León, Juan Ruano, Pedro
Ruiz Corredor, Pedro Ruiz Herrezuelo, Juan de Salamanca, Alonso
de Salcedo, Juan de Salcedo, Francisco Salguero, Juan Sánchez de
Utrera, Martín Sánchez Ropero, Mateo Sánchez Cogolludo, Miguel
Sánchez, Juan Sedano, Bartolomé de Segarra, Francisco ele Silva,
Diego Suárez Montañez, Gonzalo Suárez Rendón, Juan de Torres (ve-
nía de Santa Fe), Lázaro de la Torre, Salvador de Umbría, Juan Va-
lenciano y Francisco de Villaviciosa.

Cocuy

Fundada por Gonzalo García Zorro en el primer trimestre de 1541, no


permaneció porque Hernán Pérez la mandó despoblar cuatro meses des-
pués. Uno de sus primeros alcaldes fue Francisco ele Villaviciosa.

309
Málaga

Por órden del malagueño Gonzalo Suárez, esta ciudad se pobló después
del 10 de marzo de 1542. 6 Allí estuvo Pedro García de las Cañas quien
por haberse despoblado esta fundación un año mas tarde, se regresó a
Tunja.

Tocaima

Fundada por Hernán Venegas el 20 de abril de 1544. 7 Estuvieron presen-


tes a esa ceremonia Juan de Alcalá, Francisco Gómez, Pedro Gómez de
Orozco, Francisco Novillo, Cristóbal Ortiz Bernal y Juan de Salamanca,
pero se devolvieron a las ciudades de donde habían salido. Juan Ramírez
de Hinojosa estuvo en la fundación, fue de sus primeros vecinos y allí
permaneció, lo mismo que Francisco Novillo. Hernando del Prado llegó
mas tarde pero allí quedó.

Pamplona

Parece que el primero de noviembre de 1549 Pedro de Orsúa y Ortún


Velasco fundaron esta ciudad . 8 Con ellos estuvieron Pedro Bravo de
Rivera, Pedro García de las Cañas, Pedro Gómez de Orozco y Diego
de Torres. Allí se avecindaron Pedro Gómez de Orozco (venía de
Vélez), Juan de Pinilla (venía de Tunja), y Diego de Torres (venía de
Tunja).

Tudela

A la fundación de la efímera Tudela fundada en 1551 por Pedro de Orsúa,


asistió Juan de Alcalá.

6 CDT I-192 .

7 Ver pie de página JFO I- 379 y ANC Hi storia Civil XVI, f. 819, proban za de Lope de Salzedo.

8
CDP. p. VII.

310
Mariquita

Fundada pocos días antes del 27 de agosto de 1552, se hallaron presen-


tes Juan Ramírez de Hinojosa y Miguel de Otáñez quien allí se avecindó.

Mérida

Fundada poco después del 18 de junio de 1558, 9 con la asistencia de


Pedro Gómez de Orozco. El clérigo Antón de Lezcámez, quien venía de
Santa Fe, allí se avecindó.

Remedios

El domingo 15 de diciembre de 1560 10 se halló en su fundación Cristó-


bal Arias de Monroy, vecino de Santa Fe.

San Cristóbal

11
A su fundación ocurrida en 31 de marzo de 1561 asistió Pedro Gómez
de Orozco, vecino de Pamplona.

Villa de Leyva

Fundada el 12 de junio de 1572 en honor al presidente Venero de Leyva,


en presencia de Juan García Manchado y Miguel Sánchez.

Ocaña

Pedro Gómez de Orozco se halló a esa fundación que tuvo lugar el 26 de


julio de 1572.

9
CDP -244 a 250.

'º JFO I-391.


11
Fray Joaquín Urdiciáin, "Fundación y Fundadores de San Cristóbal," en Boletín de la Academia
Nacional de la Historia, 41 :164 (Caracas, oct-dic 1958), pp. 495 a 502.

311
Resumiendo, todos los compañeros del licenciado Jiménez se ha-
llaron en las dos fundaciones de la ciudad de Santa Fe: a la de hecho que
tuvo lugar el 6 de agosto de 1538, y a la formal, solemne y jurídica del
27 de abril de 1539. Aunque varios de los conquistadores vivieron en
mas de una ciudad, 134 se residenciaron con mayor permanencia en una
de las ciudades del Nuevo Reino. Evitando duplicaciones, 43 de ellos lo
hicieron en Santa Fe, 20 en Vélez, 63 en Tunja, 3 en Tocaima, 3 en
Pamplona, 1 en Mariquita y 1 en Mérida. Cada uno en su capacidad,
contribuyó a darle permanencia a su ciudad de residencia.

312
8. FORMACION DE FAMILIAS

Una buena medida de la influencia social ejercida por los compañeros


del licenciado Jiménez, principalmente entre del núcleo formado en el
Nuevo Reino por las personas de origen europeo, la dan las familias que
crearon y establecieron en la nueva tierra. Analizar los tipos de uniones
que tuvieron con europeas e indígenas , los hijos que tuvieron y las fami-
lias que crearon, es el propósito del presente capítulo.
En la Tabla 6 se listan las uniones conocidas que tuvieron los com-
pañeros de Jiménez, legítimas o naturales, extractadas de sus biografías.
Allí se indica el nombre del conquistador seguido por el nombre de su
consorte y el número de hijos que tuvieron. Cuando se sabe que la co-
rrespondiente unión fue sancionada por la iglesia, solo se lista el nombre
de la consorte, mas si la unión fue libre o natural, así se indica. Cuando
se sabe que de una unión no hubo hijos, se señala con el número O, mas
se deja el espacio en blanco cuando no hay certeza si tuvieron hijos o nó.
Si los tuvieton, mas no se sabe cuantos, se indica este hecho con la pala-
bra si.
Se conoce el estado civil de 94 compañeros del licenciado Jiménez.
De estos, 85 casaron legítimamente con mujeres europeas y cero con indíge-
nas, si se exceptúa el caso dudoso de Francisco de Figueredo. Estas uniones
legítimas engendraron 194 hijos, o sea un promedio de algo mas de dos
hijos por unión. Veintidós veces estos hombres se unieron naturalmente con
indígenas y otras 22 veces con mujeres de origen no especificado (muy
seguramente indígenas), habiendo engendrado 47 y 37 hijos respectivamen-
te. Si se totalizan estas uniones naturales resulta que fueron 44 y que tuvie-
ron 84 hijos, o sea un promedio de casi dos hijos por unión . Con europeas se
unieron naturalmente dos veces y engendraron 3 hijos. La siguiente Tabla 5
resume lo anterior, extractado de la Tabla 6. En adición, hubieron ocho con-
quistadores que se sabe se mantuvieron solteros, aunque algunos de ellos
tuvieron relaciones con indígenas.
Sorprendente es que no hubiese habido uniones legítimas de los
conquistadores con indígenas, si se exceptúa el caso dudoso de Francis-
co de Tordehumos, pues si bien no eran promovidas por las autoridades
ni por la iglesia, tampoco eran condenadas. Sinembargo, mucho tuvo

313
que ver en ello la apariencia social que seguramente veía con mejores
ojos los matrimonios peninsulares que los mixtos. Esta cierta reserva
ante la mujer nacida en América desaparecía cuando se trataba de conso-
lidar uniones libres, mas allá del ocasional encuentro entre un hombre en
la flor de su edad y una mujer inocentemente dispuesta, quien solo se-
guía sus instintos hormonales y las enseñanzas de la naturaleza e ignora-
ba los prejuicios morales que agobiaban al europeo .
Tabla 5
Resumen Uniones Conyugales
Tipo de Unión Veces Hijos

Legítimas con europeas 85 194


Legítimas con indígenas o o
Naturales con europeas 2 3
Naturales con indígen as 22 47
Naturales no especificadas 22 37
Número de conqui stadores cuyo estado marital se conoce: 94
Conqui stadores solteros : 8

Ante la ausencia inicial de mujeres españolas y la presencia cons-


tante y numerosa de mujeres americanas, tanto las uniones ocasionales
como las de mayor permanencia de los cristianos con estas debieron ser
de gran frecuencia. Solo se sabe, sinembargo, de aquellas que quedaron
plasmadas en documentos, los mas relacionados con derechos a heren-
cias, factor que introduce un sesgo en favor de los que poseían mas co-
sas. Las 22 uniones libres en que no se especifica el origen de la mujer,
debieron ser en la abrumadora mayoría con mujeres indígenas, pues si
hubiesen sido con las escasas españolas que había a la mano, segura-
mente mucho mas interesadas en establecer relaciones sin la condena de
la iglesia o de las autoridades civiles que no podía permitir semejante
pecado público, más se sabría de ellas . A pesar de estos inconvenientes
sociales, hubieron de todas maneras dos uniones ilegítimas entre euro-
peos: la de Francisco de Figueredo con Isabel González y la del rico
Andrés Vázquez de Malina con Catalina de Quintanilla, la viuda de su
compañero Francisco Gómez.
En un medio tan escaso de mujeres desposables por los prejuicios
sociales ya notados, como lo fue el Nuevo Reino durante por lo menos
los primeros diez años de su existencia, la proporción de hijos naturales
sobre legítimos debería ser alta como en efecto sucedió: 84 legítimos
contra 194 naturales, o sea como una tercera parte del total. Si los docu-
mentos de la época reflejan la verdad de lo sucedido, todos los hijos

314
mestizos engendrados por los compañeros del licenciado Jiménez, fue-
ron ilegítimos.
Aunque la informaci~n disponible no permite una mejor evalua-
ción, se debe tener alguna idea de cuando se casaron estos hombres.
Algunos ya lo estaban cuando llegaron a Santa Marta pero habían deja-
do atrás a sus mujeres. Juan de Montalvo bajó del Reino con el goberna-
dor Lebrón a recoger a su mujer que había dejado en Santo Domingo o
en España; Alonso Domínguez viajó en 1549 a España a traer a su pri-
mera consorte y en 1557 trajo a su segunda; un año después Pedro García
de las Cañas le pedía a un familiar que le trajera su mujer de España.
Diecinueve años después de .haber salido Martín Galeano de la península
ibérica dejando a su mujer, viajaba esta al Nuevo Reino muy seguramen-
te con el propósito de recoger cualquier herencia que hubiese dejado su
marido recientemente fallecido. Felipa de Almeida, Catalina Martínez,
María de Valdoya vinieron en 15 5 5, y Ana de Porras en 15 5 8. Por úl ti-
mo, Catalina Hernández y María del Campo vinieron solteras en 1555.
Se pregunta uno como pudieron subsistir estos matrimonios separacio-
nes tan prolongadas, especialmente en una época en que una carta y su
respuesta podrían demorar dos años en llegar a su destino.
Esta dilación o abandono de las mujeres por parte de los conquis-
tadores--común en todas las Indias--obligó a las autoridades a tomar
medidas. Cuando en 1544 el gobernador actuante, Lope Montalvo de
Lugo, obligaba a varios a ir por sus mujeres, uno de los compelidos a
cumplir mejor con sus obligaciones conyugales fue Cristóbal Arias de
Monroy. El estado y la iglesia siguieron insistiendo, convencidos como
estaban, de que un colonizador casado era mucho mas estable y por lo
consiguiente mas confiable, que uno soltero. Por ello a los encomenderos
se les exigía estar casados y quienes no estaban, tenían que obtener una
dispensa oficial. Bueno es recordar que el mismo licenciado, siendo
encomendero, un año después de haber recibido su título honorario de
adelantado (1564), tuvo que acudir ante las autoridades a pedir permiso
para no casarse, aduciendo entonces que "no tengo edad para me poder
casar ni salud tampoco, porque ha mas de veinte años que estoy enfermo
de asma, enfermedad tan contraria a la cópula cuanto se sabe y es noto-
rio, y hacer ahora vida maridable con mujer era un abrirme notoriamente
la sepultura." 12 La edad sinembargo, no fue impedimento para que otros,
como Hernán Venegas, casasen ya pasados sus mejores años, pues esta-
ba llegando a los 60 cuando lo hizo.

12
Friede, El Adelantado, vol. 2, pp. 349 y 350.

315
Probablemente varios conquistadores se fueron a casar a Europa
y regresaron. Cuando las mujeres de algunos de estos vinieron de Es-
paña, trajeron consigo familiares o conocidas solteras (como Catalina
Hernández y María del Campo) que terminaron casándose en el Nuevo
Reino con otros conquistadores. Seguramente en esos tiempos casar a
una doncella que aportaba corta dote y larga edad, debería ser mucho
mas fácil en la predominantemente varonil sociedad europea del Nue-
vo Reino que en España.
En la Tabla 6 se han señalado con un asterisco (*) las mujeres de
los compañeros de Jiménez que estaban emparentadas con otros con-
quistadores del Nuevo Reino. Al final de la tabla se da la relación que
ellas tenían. El papel que jugaron estos nuevos parentescos y los viejos
mencionados en ·el Capítulo 5, en el establecimiento de un orden econó-
mico y social en el Nuevo Reino, está en espera de un análisis detallado.

Tabla 6
Uniones Conyugales y Número de Hijos

Conquistador Nombre de la mujer No. Hijos

Martín de Abriva Catalina de Céspedes

Pedro del Acevo Ana Núñez 14

A lonso de Aguilar Catalina de Robles +2

Diego de Aguilar Desconocido +2

Domingo de Aguirre Ana Maldonado o


Juan de Alcalá Natural e/Francisca lndia 3

Juan de Albarracín Ana de Lugo *


Juan Alonso Luisa Fuerte * 4

Ju an Alonso de T Francisca Rodríguez * 13

Pero Añez Constanza Rodríguez *


Unión natural

Cristóbal Arias Desconocido

Catalina Silíceo

Unión natural

Antonio Bermúdez María de Amaya 110

Unión natural

Pedro Bravo María de Guzmán 8

Un ión natural e/ India

Bartolomé Camacho Isabel Pérez de Cuellar 6

316
Tabla 6 (Continuación)

Conquistador Nombre de la mujer No. Hijos

Unión natural e/ India 3


Antonio de Castro Ana de Velosa 8

Unión natural

Juan de Céspedes Isabel Romera • 2

Natural c/ Isabel del Perú

Gómez de Cifuentes Isabel Contreras 6

Pedro de Colmenares María de Nava y Olivares

Pedro Daza de M María M. de Alcántara 2

Alonso Díaz Francisca López



Antonio Díaz C Felipa de Almeida 3

Unióu natural e/ India

Simóu Dfaz Soltero o


Alonso Domínguez Isabel Gómez 2

Francisca de Torres

Juan Duarte Desconocido

Juan Fernández Natural e/ Catalina India 2

Pedro Fernánilez Unión natural e/ India 2

Francisco de Figueredo Eufrasia de Santiago o


Natural e/ Isabel González

Natural c/ Catalina India

Lázaro Fonte Juana de Bonilla si

Diego Franco Ana de Porras o


Martín Galeano Isabel Juan de Arroyo o
Unión natural

Gon zalo García Z Francisca Pimentel o


Natural e/ Margarita de Tunja 2

Natural e/ Luisa India

Juan García Manchado Unión natural 2

Pedro García de C Andrea de Sevilla

Alonso Gómez S Desconocido

Francisco Gómez Catalina de Quintanilla 6

Unión natural 2

Hernán Gómez Catalina Gaitán o


Juan Gómez P Catalina Martín Pacheco 5

Unión natural

317
Tabla 6 (Continuación)

Conquistador Nombre lle la mujer No. Hijos

Pedro Gómez de O Isabel Domínguez 3

Juan de Güémez Juana Flórez o


Alonso Hernández L Natural el Leonor India

Martín Hernández Catalina López +5

Juan del Junco Inés de Villalobos +1

Pedro de Lombana Unión natural 2

Diego López C Desconocido

Juan López María de Rioja 2

Pedro López de M Isabel Ruiz de Quesada o


Gonzalo Macías Juana Moreno de Figueroa 2

Baltasar Maldonado Leonor Carvajal 3

Unión natural

Alonso Martín Cabo Desconocido

Juan de Montalvo Eloísa Gutiérrez o


Unión natural

Pedro Núñez Isabel Maldonado

Unión natural e/ India 3

Antón de Olalla María de Orrego Valdoya 8

Juan de Olmos María de Cerezo 6

Unión natural +2

Juan de Ortega Soltero

Unión natural e/ India

Cristóbal Orti z B Ana de Castro 6

Miguel de Otát1ez Soltero

Diego de Paredes Leonor de la Fuente 2

Juan de Pinilla Soltero

Hernando del Prado Soltero

Unión natural e/ India

Juan de Quincoces Soltero

Unión natural c/ India

Juan Ramírez de H María del Campo 5


Desconocido

Cristóbal de Roa Catalina Ruiz 5


Antón Rodríguez C Francisca de Betancourt o
Leonor Pérez +2

318
Tabla 6 (Continuación)

Conquistador Nombre de la mujer No. Hijos

Francisco Rodríguez Francisca de Morales 6


Unión natural c/ India

Juan Rodríguez B Desconocido

Juan Rodríguez G Salvadora Sánchez o


Catalina Jorge de Meneses * 4

Uniones naturales e/ Indias 8

Juan Rodríguez P Catalina de Valero • o


Pedro Rodríguez C ·Uniones naturales 5

Pedro Rodríguez L Catalina Rodríguez

Diego Romero María de Aguilar 3

Unión natural 3

Cristóbal Ruiz Leonor Gutiérrez

Pedro Ruiz C Elvira Pérez de Cuellar 2

Unión natural/ Indias 8


Pedro Ruiz H Catalina Carvajal

Juan de Salamanca Desconocido si

Pedro de Salazar Soltero

Francisco Salguero Juana Macías * o


Juan Sánchez de T Unión natural

Martín Sánchez R Catalina Martínez o


Unión natural/ Indias 4

Mateo Sánchez C M arfa de Morales

Miguel Sánchez Catalina Rodríguez • 6


Miguel Seco Beatriz Osorio o
Unión natural

Bartolomé Segarra Unión natural

Diego de Segura María Suárez *

Diego Suárez M An~ Rodríguez de León • 3

Catalina de Vargas 3

Gonzalo Suárez Mencia de Figu _eroa 3

Natural c/ Ana del Perú

Juan Tafur Francisca de Ulloa o


Bernardina Manuel * o
Unión natural

Francisco Tordehumos Francisca , India (dudoso)

319
Tabla 6 (Continuación)

Conquistador Nombre de la mujer No. Hijos

Beatriz de Torres o
Paulina Velázquez o
María de Santiago o
Unión natural

Diego de Torres Desconocido 3

Franc isca Ortiz 2

Juan de Torres Leonor Ruiz Herrezuelo 2

Natural e/ Catalina Moya. I

Nicolao de Troya Soltero

Unión natural 2

Salvador de Umbría Unión natural e/ India

Juan Valenciano Desconocido

Andrés Yázquez Soltero

Natural e/ Cata Quintanilla * 2

Unión natural 2

Hernán Yenegas Juana Ponce de León 8

Unión natural 4

* Luisa Fuerte, hija del Jua n Fuerte. compañero de Féderman


Francisca Rodríguez, hija de Juan Rodríguez, compañero de J iménez
Constanza Rodríguez, hija de Feo Hernández, compañero de Lebrón
Isabel Romera, viuda de Francisco Lorenzo, compañero de Lebrón
Catalina Jorge, hija de Andrés Jorge, compañero de Lebrón
Catalina de Valero, hija de Juan López, compañero de Jiménez
Juana Macías, hija de Gonzalo Macías, compañero de Jiménez
Catalina Rodríguez, hija de Juan Rodríguez, compañero de Jiménez
María Suárez, hermana de Gonzalo Suárez, compañero de Jiménez
Ana Rodríguez, hija de Pedro Rodríguez, compañero de Jiménez
Bernardina Manuel, hija de Alonso Hoyos, compañero de Belalcázar
Catalina de Quintanilla, viuda de Francisco Gómez, el de Jiménez

320
9. ACTIVIDADES ECONOMICAS

Este capítulo trata sobre las actividades de producción o de servicio de


los compañeros del licenciado Jiménez una vez establecidos en el Nuevo
Reino, y que rendían algún beneficio. Como las encomiendas fueron tan
importantes durante los primeros años de la colonia cuando no se habían
establecido otras fuentes de ingresos como minas y haciendas , se tratan
de primero.

Encomenderos

Después del despojo inicial en que valieron todos los métodos imaginables
para quitar a los indígenas cualquier cosa de valor que usaban o tenían
en sus hogares, templos, santuarios, y hasta en las sagradas tumbas de
sus antepasados, la base económica del grupo europeo que inició la co-
lonización del Nuevo Reino--al igual que el de otras partes de la Améri-
ca hispana--fue el sistema de encomiendas . Según este, la máxima
autoridad distribuía entre los conquistadores los grupos de naturales que
poblaban el distrito a colonizar. En teoría, al quedar estos libres de pagar
tributo a sus anteriores señores, podían continuar haciéndolo sin ningún
pe1juicio, simplemente pasándolo ahora al encomendero europeo, quien
a cambio debía protegerlos de las amenazas de sus vecinos indígenas, y
porqué no, de la rapiña de los otros conquistadores, y debían adoctrinarlos
en la religión católica.
Muy poco duró en las Américas este sistema dentro del concepto
original, un tanto utópico puesto que no contemplaba la codicia ni el
deseo del encomendero de enriquecer a la carrera. Cuando este sistema
fue transplantado al Nuevo Reino ya vino alterado por los abusos de
los que tenían el poder de las armas. Desde el principio, y sin reglas
claramente establecidas, los indígenas fueron obligados a entregar a
los encomenderos cantidades arbitrarias de tributo en oro, esmeraldas
o mantas de algodón que se negociaban fácilmente, mas todo tipo de
alimentos cultivados, pesca y caza, yerba para sus caballos, leña, ma-

321
<leras para construcción , y todo clase imaginable de servicios persona-
les para el mantenimiento de sus casas y estancias. Deberían entregar
no solo su trabajo y lo que producían, sino posteriormente hasta el
derecho a sus tierras .
Probablemente en la primera distribución de naturales hecha por
el licenciado Jiménez, quien por no ten~r autoridad para ello les dio el
nombre de repartimiento "mientras el rey dispone otra cosa," intentó
premiar a todos sus compañeros de acuerdo al rango militar que tuvieron
durante la expedición, mas al nó conocer bien el territorio y mucho me-
nos al medio millón de ihdígenas que habitaban el altiplano Cundi-
Boyacense, cometió muchas fallas.
Que caro tuvieron que pagar los naturale~ la ignorancia y mala
administración de los recién llegados! Las modificaciones constantes a
las encomiendas hechas posteriormente por Hernán Pérez, Gonzalo
Suárez, Alonso Luis de Lugo, Lope Montalvo de Lugo, y Miguel Díez
de Armendáriz, mas la falta de claridad a lo que estaban los indígenas
obligados, fueron las primordiales razones para que con estos vencidos
naturales se cometieran las clases de abusos mencionadas en las biogra-
fías del Capítulo 4, al querer los cristianos extractar en el menor tiempo
posible el mayor beneficio de un privilegio que hoy tenían pero quepo-
dían perder mañana.
Tanto cambio y modificación en la posesión de las . encomiendas,
sujeta no solo al capricho del gobernante de turno, sino que el derecho a
ellas se perdía por ausencia aunque temporal del tit~lar, se refleja en la
Tabla 7 donde se listan los compañeros del licenciado que se conocen
tuvieron encomiendas, o derecho a una parte de ellas, al menos por un
tiempo. Esta Tabla muestra en adición el nombre de las encomie.ndas y
el distrito a que pertenecían .
Se sabe deJ02 compañeros de Jiménez que tuviernn encomien-
das, algunos en mas de una ciudad por haber vivido en mas de una.
De estos , 34 las tuvieron en Santa Fe, 14 en Vélez, 52 en Tunja, 3 en
Tocaima, 3 en Pamplona, 1 en Mariquita, 1 en Rem~dios, y 2 en La
Palma. Como varios tuvieron encomiendas . en mas Qe un' distrito, .la
suma de estas por lugares es mayor que el total de encomenderos.
Como una encomienda pudo haber tenido varios titulares, su nombre
puede aparecer repetido en la Tabla 7 . Lo que se hace evidente con
una simple ojeada, es que un alto porcentaje de los compañeros del
Licenciado Jiménez fueron premiados asignándoles generosarqente
indígenas que habían de servirles .

322
Tabla 7
Encomenderos y sus Encomiendas

Encome1idero Encomienda

Pedro del Acevo Sasa en Tunja; Cuecuba en Vélez; La Palma y Topaipí


en Santa Fe.

Alonso de Aguilar Coaza en Tunja


Domingo de Aguirre Tobasía, Sátiva, Tópaga, en Tunja

Juan de Alcalá Tibitó en Santa Fe


Juan Alonso Cueca en Santa Fe

Juan Alonso de T Mayo, Site, Tisquisoque, Tumininga, en Vélez

Pero Añez Sotaquirá, Gámeza , en Tunja

Cristóbal Arias Machetá, Tit\ribita, en Santa Fe

Antonio Bermúdez Uqaté, Suba, Chía, Tuna, en Santa Fe


Pedro Bravo Chivatá en Tunja

Juan de Cáceres Cerinza en Tu nja

Bartolomé Camacho Chinatá, Ocavita, Sátiva, Venga, parte de Baganique en Tunja

Antonio de Castro Guainasá, Tinjacá, Cerinza , en Tunja

Juan de Céspedes Cáqueza, Chipaque, Ubaque, Ubatoque, en Santa ·Fe

Gómez de Cifuentes Paipa en Tunja

Pedro de Colmenares Suba, Tuna, Basa, Soacha, Tena, en Santa Fe


Gómez del Corral Nombre desconocido en Tunja

Pedro Daza de M Bombasá, Moquechá, Noxemirá, Pesca, Tobasía,


Toquechá, en Tunja

Antonio Díaz C Suba y Tuna en Santa Fe

Simón Díaz Chiscas, Guacamayas, en Tunja

Alonso Domínguez Cochunuba, Umbita, Butaregua, Sacre, en Vélez

Juan Fernández Ochica, Samacá, Viracusa, Tobasía en Tunja

Juan Fernández V Pavachoque y Sorocotá en Vélez

Pedro Fernández Pasea, Sueta, Acuativa, en Santa Fe

Francisco Figueredo Zipacón en Santa Fe

Lázaro Fonte Ingativá, Mazeya, Techativá , en Santa Fe

Diego Franco B.oare, Cutiseo, Pare , Ubasa, en Vélez

Martín Galeano Chipatá, Guane , Guavatá, Orta , Saboyá, Semisa, en Vélez;


Chita en Tunja

Gonzalo García Z Fusa"gaSugá en 'Santa Fe

Alonso Gómez S No1übre desconocido en Vélez

Diego Gómez Cochavita en Vélez

Francisco Gómez Brande, Binite, Cimbi, Coyoa, Cheyseca, Chueca, Chumbita,


Hugo, Ibacote, Laho, Macayma, Ponte, Nucayma, Saque, Topo,
Tuquima, en Santa Fe

323

' ''
Tabla 7 (Continuación)

Encomendero Encomienda

Hernán Gómez C Mitad de Suesca en Santa Fe


Juan Gómez P Usme en Santa Fe

Pedro Gómez O Nombre desconocido en Vélez; Cach ira en Pamplona

Juan de Güémez Subachoque y una de F,isagasugá, en Santa Fe

Alonso Hernández Chocoa en Vélez

Pedro Hernández Iroba en Vélez


García del Hito Guáquira y Teta en Tunja

Juan del Junco Boyacá, Cucaita, Cuquetagaicha, Quiminza, Sora, Sutamanga,


en Tunja
Antón de Lezcámez Guasca en Santa Fe
Pedro de Lombana Ciénaga y Subia en Santa Fe
Diego López C Nombre desconocido en Vélez
Juan López Sáchica en Tunja
Pedro López M Cuíti va y Tapia , en Tunja

Gonzalo Macías · Tutasá en Tunja

Baltasar Maldonado Duitama y Cerinza en Tunja

Alonso Martín Cabo Chipa (Tipa), Tuza , en Tunja


Diego Martín H Cocunuba en Vélez

Gaspar Méndez Meusa, Teusacá, en Santa Fe

Francisco Mestanza Cajicá en Santa Fe; nombre desconoc ido en Mariquita


Juan de Montalvo Bobotá, Cucunubá, en Santa Fe
Pedro Núñez Bonsa, Susa, Támara, Turga, en Tunja

Antón de Olalla Bogotá en Santa Fe


Juan de Olmos Nemocón, Pacho, Tasgatá, Tibitó, en Santa Fe

Juan de Ortega Nocaima, Zipaquirá, en Santa Fe

Cristóbal Ortiz $esquilé en Santa Fe

Miguel de Otáñez Parte de Chapaima en Tocaima


Diego de Paredes Somondoco, Ciénaga, Panqueba, en Tunja

Hernán Pérez Fontibón en Santa Fe, Sogamoso en Tunja

Juan de Pinilla lguaque y Yaquina en Tunja, Izcala, Guesguira, Mene,


en Pamplona

Hernando de Prado Almiba, Ambalema , Guanacapila, Guataquí, en Tocaima


Martín Pujo! Bonsa, Paipa, en Tunja

Juan Quincoces Furaquirá, Guatochá, Susacón, Tobasía, en Tunja

Juan Ramírez H Tocaima en Tocaima

Cristóbal De Roa Sutatenza en Tunja

Antón Rodríguez C Ciénaga, Onzaga, Soatá, Susa , Viracusa, Samacá, Ochica,


Tobasía, en Tunja

324
Tabla 6 (Continuación)

Encomendero Encomienda

Fe.o. Rodríguez Soracá en Tunja

Juan Rodríguez G Soacá y Tapia en Tunja

Juan Rodríguez P Chicamocha, Tequia, Viracusa, en Tunja

Pedro Rodríguez C lguaque y Yaquina en Tunja

Pedro Rodríguez L Chusbitá y Sagre en Tunja

Diego Romero Bosa, Fitatá , Tenjo, Machetá, Engati\'á, Une, en Santa Fe

Cristóbal Ruiz Chocontá, Teu sacá, en Santa Fe

Pedro Ruiz C Oicatá en Tunja

Pedro Ruiz H Cuscaneba y Panqueba en Tunja

Juan de Salamanca Beteítiva en Tunja

Pedro de Salazar Cocunuba y Poimaraque eu Vélez

Francisco Salguero Cheba, Gámeza, Mangua, Ura, en Tunja

Francisco Sánchez Sube y Ubarea en Vélez; unos indios en Tunja

Juan Sánchez T Gachancipá en Santa Fe; nombre desconocido en La Palma

Juan Sánchez U Siachoque en Tunja

Martín Sánchez R Moniquirá en Tunja

Maleo Sánchez C Oca\'ita, Motavita, en Tunja

Miguel Sánchez Suta, Ciénaga, Onzaga, Soatá , en Tunja

Miguel Seco Agatá, Chinácota, Paja , Sopachica, Sotapuxa, en Vélez

Juan Sedano Guaquirá, Tota, en Tunja

Bartolomé Segarra Coromoro, Senoba, Tibaitatá, en Tunja

Diego de Segura OcaYita en Tunja

Francisco de Silva Tibasosa en Tunja

Diego Suárez M Chiquisa, Guáquira, Suta, Tola, en Tunja

Gonzalo Suárez Chiriví, Guanecá, lcabuco, Ochonova , Tibaná en Tunja

Juan Tafur Chipaque, Chitasugá, Furacicá, !taque, Pasea , Quirasaque,


Usaque, en Santa Fe

Feo. de Tordehumos Iza y Turmequé en Tunja; Cota en Santa Fe

Lázaro de la Torre Sacha en Tunja

Diego de Torres Guaguaritivá en Tunja; Maniaco, Nagua, Suba, en Pamplona

Juan de Torres Basa, Fitatá, Tenjo, Cota, en Santa Fe; Iza, Turmequé en Tunja

Nicorao de Troya Tocancipá , Unta, en Santa Fe

Juan Valenciano Soacá, Topia, Paja, en Tunja; una en los Remedio s

Andrés Vázquez Chocontá en Santa Fe

Hernán Venegas Guatavita, Guachetá, Suba y die z pueblos mas, en Santa Fe

Feo. Villaviciosa Turmequé en Tunja

325
Por medio de la utilización del trabajo indígena, estas encomien-
das garantizaron durante la vida del beneficiado y de sus descendientes
de primera generación--el título original era por dos vidas--una ex:isten-
cia cómoda, durante todo el tiempo que tuvieron un número rnzonable
de indígenas. La introducción inocente y no intencional de algunas en-
fermedades contagiosas por parte de los peninsulares, mas los excesivos
trabajos y vejaciones a que sometieron·a sus encomendados a pesar de'la
oposición de la corona y de la Iglesia, los redujeron tanto en número que
ya a mediados de la década del 1550 algunos de los encomenderos se
quejaban por medio de sus probanzas de servicios dirigidas al rey, de
que los indios asignados no rentaban lo suficiente para poder vivir bien.
De ahí en adelante iban a empezar a adquirir importancia otras activida-
des comerciales y de producción.
A pesar de las lamentaciones que ya por los años sesenta se habían
vuelto un coro, el podef económico de los conquistadores vueltos colo-
nizadores, descansó sobre los indígenas, quienes a pesar de su disminu-
ción continuaron siendo suficientes para explotar minas, cuidar ganados,
transportar mercancías, producir muchos de los alimentos necesarios,
construir casas, mantener estancias y huertas y efectuar cualquier servi-
cio personal que estos imaginasen y demandasen.
El mejor índice del éxito económico logrado por esta hueste se
encuentra en la memoria y relación escrita en 1564 por el mismo maris-
cal Jiménez, sobre los méritos y la condición en que se encontraban sus
53 soldados que aún estaban vivos después de 25 años de iniciada la
colonia. 13 Treinta de ellos, o sea mas de la mitad, estaban aún gozando
de sus buenas encomiendas, por lo que Jiménez los calificó, según sus
propias palabras como sigue (los paréntesis son míos): 14
- Juan de Céspedes tiene bien de comer (tenía encomendados 3.400
indios)
- Antón de Olalla tiene bien de comer (2.000)
- Gonzalo Suárez tiene muy bien de comer (1. 724)
- Antonio (Díaz) Cardozo tiene harto bien de comer ( 1.500)
- Gonzalo García Zorro tiene razonablemente de comer (1.300)

13 Transcrita en Friede, El Adelantado, vol 2, pp. 315 a 321.

14
Los números entre paréntesis corresponden al número de indios encomendados según aparecen
en "La Visita de 1560" transcrita en Tovar Pinzón, No hay caciques, pp . 24 a 120. Aunque en
1564, cuando el Mariscal Jiménez escribió su memoria, el número de encomendados había
disminuído, los números entre paréntesis siguen dando una buena idea comparativa entre las
encomiendas usufructuadas por los compañeros de Jiménez.

326
- Hernán Venegas tiene muy bien de comer (2.000)
- Juan de Ortega es hombre rico (500)
- Francisco de Figuereqo tiene de comer (300)
- (Francisco) Salguero tiene de comer medianamente (613)
- Gómez de Cifuentes tiene mas que razonablemente de comer
(1.064)
- Domingo de Aguirre tiene mas que razonablemente de comer
(950)
- Andrés (Vázquez) de Malina tiene muy bien de comer (1.400)
- Diego Romero tiene bien de comer (750)
- (Diego de) Paredes Calderón tiene bien de comer porque es
rico (870)
- Juan de Quincoces es rico en hacienda y en indios (797)
- Miguel Sánchez tiene en hacienda muy largo de comer (1590)
- Pedro Rodríguez del Carrión es rico (329)
- Diego (Suárez) Montafiez tiene de comer muy largamente (1040)
- Francisco Gómez tiene bien de comer (800)
- Pedro Ruiz Herrezuelo es hombre bien rico (888)
- (Cristóbal de) Roa tiene bien de comer (1.338)
-, Pedro Gómez (ele Orozco) tiene bien ele comer (no era encomendero
en Pamplona en 1560)
- Juan Sánchez de Toledo es medianamente rico (vendió Gachancipá)
- Antonio ele Castro tiene bien de comer (1.292)
-· Juan Rodríguez Parra tiene muy bien de comer (940)
- Juan Rodríguez Gil es hombre rico de hacienda (117)
- Juan López tiene bien de comer (1.000)
- (Pedro López de) Monteaguaclo es persona rica medianamente
(436)
- Pedro Rodríguez de León tiene bien de comer (263)
- Pedro (Daza) ele Madrid tiene muy buen repartimiento (1.000)

El hecho de que mas de la mitad de los compañeros de Jiménez


que estaban vivos en 1564 se encontraran bien económicamente y todos
salvo uno, gozando aún ele buenas encomiendas, confirma el éxito y la
buena recompensa que tuvieron por haber llegado de primeros a la tierra
muisca.
Trátase ahora ele estudiar en que mas se ocuparon los soldados
del licenciado cuando dejando las armas a un lado, se convirtieron en
colonizadores.

327
Agricultores y Ganaderos

Los encomenderos fueron agricultores y ganaderos de facto, pues parte


del tributo recibido de sus indígenas consistía en productos de la tierra,
en la hechura de sembrados y en el cuide de ganados. Desde las prime-
ras tasas de tributo hechas en 1555, además de oro y mantas de algodón,
los indígenas tenían que proveer a sus encomendados ciertas-cantidades
variables de maíz, trigo, cebada, caña dulce, frijoles, garbanzos, habas,
ajos, papas, coca, algodón, sal, cabuya, madera, trementina, venados,
cueros de venado, carne salada, miel de abejas, cera, pescados, leña y
yerba. En adición debían hacer labranzas de determinas extensiones y
proveer algunos indios que hiciesen de pastores y hortelanos y sirvientes
caseros. Un ejemplo bien conocido es la tasación de 1555 de la enco-
mienda de Guatavita de Hernán Venegas, quien debía recibir al año el
producido de 22 fanegadas (modernas) de maíz, 5 de trigo, 3.75 de ce-
bada, 2.5 de papas. 15 Aunque una parte de esto fuese consumida por el
encomendero, familiares y agregados, tenían que quedar excedentes para
uso de terceros.
El interés que tuvieron estos hombres convertidos en colonizado-
res por la ganadería es evidente, no solo por los indígenas que utilizaban
como pastores según y como lo estipulaban las tasas de las encomien-
das. El cabildo de Tunja concedió hierros de marcar ganado a Diego
Suárez Montañez y a Martín Pujol y el de Pamplona a Juan de Pinilla.
En las biografías de los conquistadores se lee que Antón de Olalla, Mar-
tín Pujol, Francisco Rodríguez, Juan Valenciano, fueron ganaderos im-
portantes, aunque quizás no tan grandes como el ambicioso Juan de
Quincoces que intentaba exportar ganado mayor al Perú, y que Alonso
Hernández de Ledesma, según él, se las arreglaba para ganarse la vida
haciendo granjerías. Por los testamentos que dejaron se sabe que Pedro
Rodríguez del Carrión tuvo crías de yeguas y ganados, Gonzalo Suárez
fue agricultor, ganadero y operaba un trapiche de caña, y Mateo Sánchez
Cogolludo dejó al morir 400 cerdos y 160 ovejas.
Es probable que como un reflejo de que la cría y· beneficio de
ovejas en España estaba controlada por la mesta, organización en manos
de los altos nobles y los ricos hombres, en el Nuevo Reino, donde tan
bien arraigó el concepto de hidalguía, fuese vista con buenos ojos la cría
de ganados--y principalmente de caballos de guerra--que quizás las acti-
vidades agrícolas. Afortunadamente para todas esas labores estaban los

15
FPA 1-419 a 422.

328
indígenas, quienes al realizarlas evitaban a los ennoblecidos colonizado-
res sudores en las frentes y rubores en las mejillas.

Comerciantes y Artesanos

La noticia del tesoro hallado en el Nuevo Reino se difundió rápidamente .


por el litoral atlántico cuando a Cartagena llegaron de paso para España
los generales Belalcázar, Féderman y Jiménez y sus numerosos acompa-
ñantes, algunos de ellos literalmente cargados de oro y esmeraldas. Allí
les observaron los primeros en entender que donde había oro estaban las
mejores oportunidades de negocio: los mercaderes . No es entonces de
extrañar que los primeros en apoyar los planes del gobernador Lebrón
hubiesen sido los mercaderes de Santa Marta con el respaldo de sus aso-
ciados de Santo Domingo, las Canarias y la España continental.
· Menos de un año después de llegar estos generales a Cartagena
salía Lebrón de Santa Marta rumbo al Nuevo Reino acompañado de há-
biles mercaderes como Alonso Martín, llevando muchas mercancías, ca-
ballos, esclavos, cereales y semillas, que vendieron a buen precio según
lo cuentan los cronistas coloniales. No fueron lentos los de Jiménez en
copiar tan buen ejemplo y así fue como Jerónimo de la Inza se asoció
con Martín para subir de Santa Marta un bergantín cargado de mercan-
cías, el que a pesar de que sus dueños murieron, terminó parte de su
contenido arribando al Nuevo Reino bajo la vigilante mirada del gober-
nador Alonso Luis de Lugo .
Fue la actividad comercial de Inza la precursora de otras. Hernán
Gómez Castillejo era mercader y su padre tintorero, actividad que de-
bió seguir también. Martín Hernández de las Islas tuvo negocios de
consideración con un Mateo Ordóñez de Tenerife en las Canarias, y el
justicia mayor de Vélez, Martín Galeano , allí tenía tiendas de mercan-
cías mientras en Santa Fe lo propio hacía Nicolao de Troya. En escala
de consideración, Pedro Rodríguez del Carrión negociaba con esclavos
negros, pues cuando murió en Cartagena ya tenía comprados 36 africa-
nos entre hombres y mujeres. Ya se indicó que el padre de Gómez Cas-
tillejo era tintorero, oficio artesanal que también pudo haber seguido el
hijo en el Reino. Una de las primeras indicaciones sobre la habilidad
manual de muchos para realizar múltiples tareas se notó desde que los
generales decidieron ir a España en dos bergantines que se construye-
ron para el propósito en el puerto de Guataquí sobre el Magdalena. Se
sabe que Juan de Albarracín dirigió la construcción de los mismos y
que Martín Sánchez Ropero hizo una sierra para cortar maderas y los

329
clavos que se emplearon. Pero la labor de otros artesanos desconocidos
tales como carpinteros, calafateadores, cordeleros y fabricantes dejar-
cias es evidente.
Sánchez Ropero era herrero y de su forja no solo salieron las sie-
rras, clavos y herrajes para los bergantines, sino que durante el transcur-
so de la expedición y después, se _encargó de cuidar que los caballos
anduviesen bien herrados. Sábese también que .Simón Díaz era sastre y
que Diego Gómez o era constructor o carpintero pues hizo un .puente.
Alonso Hernández de Ledesma y Pedro de Salazar hospedaban ,g ente en
Vélez y lo mismo hacía Vázquez de Malina en Santa Fe, quien para
proteger sus ambiciones de ser un hidalgo que ,no le permitían participar
en labores tan vulgares como la de posadero, era rápido en añadir que lo
hacía sin cobrar a los huéspedes. La mujer de Juan de Montalvo fue la
primera panadera en Santa Fe y Gonzalo Suárez operó uno .de los prime-
ros trapiches. La presencia de otros artesanos es evidente aunque no se
sepa quienes fueron. Seguramente había expertos talabarteros y curtido-
res que cuidaban los arreos y quienes, cuando se acabó el papel en tiem-
pos de Hernán Pérez, prepararon los cueros de venado donde se llevó el
registro de lo sucedido en el Rein.o.

l\tlineros y Transportadores

Desde los primeros años de la colonia se encuentran evidencias de la


explotación por parte de los europeos de minas de cal, oro, sal, ,esmeral-
das, arenas y arcillas. En relación a la abundante sal que fue ·negocio
compartido con los indígenas por un tiempo, Francisco Salguero explotó
cantidad de esta sacada por los lados de Mangua donde quedaba su en-
comienda, sal que utilizaba para que sus encomendados hicieran salazones
de pescado en cantidades industriales. Alonso Domínguez explotó minas
de oro en el Río de Oro cerca al actual Bucaramanga, y Hernando del
Prado lo hizo en Mariquita. ·
Desde tiempos inmemoriales el transporte de todas las mercancías
se hacía a la espalda de los naturales, práctica que continuó por muchos
años aunque a principios de la década de 1550 empezaton a operar las
primeras recuas de equinos cargadores. Con la llegada de los •europeos
este sistema tradicional que hasta entonces debió ser adecuado, se vio
abrumado por el desproporcioriado volumen de cosas que un hispano
usaba y consumía en comparación con un indiano. Toda. clase de berrajes
y armas; incluido uno que otro cañoncillo de los que llamaban versos,
herramientas, ropas, muebles, arreos, papeles y libros, productos quírni-

330
cos, vinos, conservas, aceites y.harinas que viajaban en botijas grandes,
todo ~sto y mucho mas tenía que ser transportado ahora sobre la espalda
de los naturales . Para ello había que organizar cuadrillas de cargueros
que desde el desembarcadero sobre el Opón y luego sobre el del Carare
pudieran encargarse del trajín'hasta Vélez, Santa Fe y Tunja. Esta activi-
dad contribuyó a enriquecer a los encomenderos mas cercanos a donde
estaba la necesidad. Martín Galeano y su sobrino Martín Seco , ·vecinos
. de Vélez, fueron activos en esto. El primero ofreci'ó a la audiencia man~
tener el camino del Carare a Vélez si le' ciaban la exclusiva para mover
mercancías por es ta.
:•, '•,

Clérigos

Poco se conoce de la labor religiosa de los dos clérigos que llegaron al


Nuevo Reino con el licenciado Jiménez, porque fray Domingo de las
Casas no permaneció y Antón de Lezcámez no solo fue al Dorado sino
que quedó un tanto opacado por la labor mas vistosa de los religiosos
que llegaron al poco con Féderman, el padre Vicente de Requejada y fray
Vicente Verdero, primeros curas de Tunja y Santa Fe respectivamente.
Sinembargo, significativa sí fue después de 1559 la labor de Lezcámez
en Mérida, de donde fue cura por bastantes años . Estos dos religiosos
tuvieron durante el curso de la expedición y los primeros dos años de
conquistas en la tierra muisca, la total responsabilidad del bienestar espi-
ritual de los soldados y de dispensar alguna protección a los indígenas.
Su influencia durante ese tiempo debió ser grande, en razón al poder de
la iglesia y el respetuoso acatamiento que por ella sentían la mayoría de
los conquistadores.
Menciónase también que el Capitán Pedro Fernández de Valenzuela,
regresado a España con el licenciado Jiménez, allá cambió su resplande-
ciente cota de guerrero por el humilde sayo del clérigo .

Escribanos y Otros

Para fortuna de los historiadores actuales, los escribanos activos en las


colonias hispano-americanas fueron muchos y dejaron muchos docu-
mentos; tantos que a pesar de las destrucciones masivas que han sufrido
si travé s de casi.cinco siglos , hoy es aún posible reconstruir e interpretar
muchos de los incidentes y tel},dencias del pasado. Ya se había anotado
que Gil López había sido el escribano durante la expedición, a veces

331
ayudado por Juan Rodríguez de Benavides. Una vez establecidas las tres
primeras ciudades, Rodríguez fue escribano de Santa Fe, Domingo de
Aguirre y Alonso Salcedo de Tunja, Pedro de Salazar de Vélez. Mas
tarde, Francisco Novillo lo sería de Tocaima. Fueron en total 6 escriba-
nos de 173 soldados, lo que representa un 3 ½ por ciento de estos.
Juan Izquierdo y Alonso de Paniagua fueron agrimensores en Tunja,
el alocado Juan Duarte fue pregonero en Santa Fe, mientras _el negro
Antón, quien también debió subir al Reino con Jiménez porque era pro-
piedad de Juan Sedano en 1540, lo era de Tunja. Con sus profesiones y
oficios, todos los descritos contribuyeron en hacer la vida mas graciosa
y llevadera durante los primeros años del Nuevo Reino.

332
10. ACTIVIDADES POLITICAS

Una buena medida de la influencia política que ejercieron los compañe-


ros del licenciado Jiménez en el Nuevo Reino la dan los cargos públicos
que ocuparon a nivel municipal, regional, y de todo el Nuevo Reino. En
la Tabla 8 se listan todos esos cargos mencionados en las biografías del
Capítulo 4.
Al mas alto nivel, Hernán Pérez de Quesada y Gonzalo Suárez
fueron teniente de gobernador y justicia mayor del Nuevo Reino, y como
tales rigieron los destinos de esta nueva división política alrededor de
dos años cada uno. Antonio Díaz Cardozo quedó encargado del Reino
cuando Pérez se fue a buscar la Casa del Sol. Las siguientes personas
también tuvieron cargos al nivel del Reino: Gonzalo García Zorro fue
alguacil mayor en 1541, Pedro de Colmenares contador de 1541 a 1543
y tesorero de 1558 a 1560, Francisco de Figueredo procurador en 1549,
Aritonio Bermúdez alguacil mayor en 1551, Baltasar Maldonado algua-
cil mayor en 1539, Hernán Venegas tuvo la posición honorífica de ma-
riscal desde 1571 hasta su muerte, Martín Pujol fue alcalde mayor en
1543, Juan Tafur fue contador real en 1576 y antes había sido uno de los
oficiales en 1542 y Pedro del Acevo fue procurador de causas de la Au-
diencia.
Capitanes y justicias mayores de las municipalidades lo fueron
Antonio Bermúdez de los Remedios, Juan de Céspedes y Pedro de Col-
menares de Santa Fe, Martín Galeano de Vélez, Gonzalo García Zorro
del Cocuy, Juan de Montalvo de la Palma, probablemente Juan de Ol-
mos de Muzo, Juan de Pinilla de Pamplona, Gonzalo Suárez de Tunja, y
Hernán Venegas de Tocaima.
Otras altas posiciones en la municipalidad las tuvieron Antonio ele
Castro quien fue alcalde mayor ele Tunja, Juan González del Prado fue
alguacil de Vélez y Antón Rodríguez de Tunja, Antón de Olalla fue capi-
tán de infantería de Santa Fe, Diego Romero y Juan Tafur alguaciles
mayores de Santa Fe, Miguel Seco de Vélez, Miguel Sánchez de Tunja.
Procuradores y a veces mayordomos fueron ele Santa Fe Antonio
Bermúdez, Gonzalo García Zorro, Francisco Gómez, Juan de Montalvo,

333
Cristóbal Ruiz, Diego Romero, Cristóbal Ruiz, Francisco de Tordehumos,
y Hernán Venegas; de Tunja lo fueron Bartolomé Camacho, Gómez de
Cifuentes, Hernán Gómez Castillejo, Juan López varias veces, Juan
Rodríguez Gil, Juan Sedano y Juan Valenciano; de Tocaima Francisco
Novillo.
Muchas veces fueron alcaldes y regidores de las ciudades los
compañeros de Jiménez. Resumiendo,' alcald~i fuúon: de-Santa Fe
40 veces, de Vélez 9, de Tunja 17, del Cocuy 1 y de Tocaima 3 (total
70 veces). Regidores fueron: ·de Santa Fe 29 veces,. de Vélez 4, de
Tunja 28, de Tocaima 2, y de Pamplona 1 (total 64 veces). En adición
uno fue pregonero y otro agrimensor de Tunja, otro cura párroco de
Mérida, y un cuarto administrndor de bienes qe difunto s. Por todos,
65 compañeros del Licenciado Jiménez ocuparon posiciones de go-
bierno, ,contribuyendo .a sí al desarrollo político de la comunidad que
e~ tablecieron.

:,
Tabla 8
Cargos Públicos que Oéuparon

Nombre Cargo Público

Pedro del Acevo. Escribano Tunja y Santa Fe, procurador de· causas de l a
Audiencia.

Oomingo d~ Aguirre En Tunja primer escribano, alcalde 1551, reg idor_1548, 56, 62 .

Juan Alonso T En Vélez p~imer alcal\le, 1546, _53, 57, regidor perpetuo 1548.

Antonio Bermúdez · Alguacil mayor Audi•encia 1551 ; en Santa Fe regidor 1547 , 58,
60, 61, 62, procurador 1559; justicia mayor Remedios 1565;
contador. Cartagena 1569.

Bartolomé Camacho En Tunja procurador, regidor y alca]de varias veces incluido


1583. '

Antpnio. d~ Castro En Tunja


.
alguacil, a'lca lcle mayor· regidor,
. alcalde
'
15i9

Juan de Céspedes En Santa Fe regidor 1539, 40, regidor perpetuo 1548, alcalde
1542, 43 , 46; tenie,;te general y justicia mayor de Santa Fe.

Gómez de Cifuentes En Tunja regidor 1543, 44, 48, 50, 52, 53, 54, procurador 1566,
'akalde 1549, 71 y 75. . '

Pedro Colmenares Cdnt~dor del Reino 1-S4 1 a 43 y~¡, te sorero ·de 1558 a 60; de
Sa nta Fe teniente general de 154.1 a 1543, regidor 1539, alcalde
1547. .

Antonjo Díaz En Santa Fe regidor 153_9, alcalde 15 40,,62, 67, 77.


Alonso Domínguez En Vélez·, regidor perpetuo 1·548 , alcalde varias veces inclui'd·o
1563 .

334
Tabla 8 (Continuación)

Nombre Cargo Público

Juan Duarte . . En Santa. Fe pregonero.

Juan Fernández Regidor perpetuo Vélez 1548.

Feo. Fig~eredo Procurndor del Reino 1549 ; en Santa Fe regidor 1558, a!ca'!de
1561.

Lázaro Fonte Regidor S~nta Fe 1539.

Martín Galeano ·Justicia mayor de Vélez 1539-1543 , 1544-1551. ·

Gonzalo García Alguacil -mayor del Reino en 1541; en Santa Fe regidor 1540,
41, perpetuo 1548, alcalde 1544, 45, 48, 50, 53, 56, 64, pro-
curador 1542; justicia mayor del Cocuy 1541.

Alonso Gómez S En Vélez tuvo algún cargo

Francisco ,G6mez 1 En Santa Fe regidor, mayordomo 1549 , procurador 1553.

Hernán Gómez C En Tunja procurador 1541, mayordomo 1550, alcalde 1561.

Pedro Gómez O. Regidor Pamplona 1561.

Juan González P · De Vélez alguacil, regidor 1539.

Jerónimo Inza En Santa Fe akalde 1539, regidor 1541 y 42°.

Juan Izquierdo Agrimensor Tunja 15 39.

Juan del Junco Regidor Tunja 1539.

Antón de Lezcámez Cura Mérida 1559 ·a 158 1.

Juan López Procurador d.e Tunja 1540 a 1543, y 1547.

Gonzalo Macfas Regidor de Tunja en 1569.

Baltasar Maldonado Alguacil mayor del Reino en 1539, alcalde may_or de Santa Fe
en 1551.

Juan de Montalvo En Santa Fe mayordomo 1546, 48 , alguacil mayor 1564,


alcalde 1568 : 74, 82, procurador 1594; justicia mayor de
La Palma.

Francisco Novillo ,En Toc;aima escribano 1544, procurador 1547, 48. Pedro Núñez
Regidor Tunja 1540.

Antón de Olalla En Santa Fe regidor 1541, 42, perpetuo 44, alférez mayor 1543 ,
alcalde 1557 , 58, 67, 73, capitán de infantería 1561.

Juan de Olmos
.'
Alg uacil mayor Santa Fe, probable justicia mayor de Muzo.

Juan de Ortega De Santa Fe mayordomo 1547, alcalde 1557, 70, 73 i 76.


Cristóbal Ortiz En Santa Fe alcalde 1569, procurador 1554.

Alonso de Paniagua Agrimensor Tunja 1539, 40 .

Diego de Paredes Regidor Tunja 1565.

Hernán Pérez Capitán y justicia mayor del Reino 1539 a 1541.

Juan de Pinilla Justicia mayor Pamplona 1553.

335
Tabla 8 (Continuación)

Nombre Cargo Público

Hernando del Prado Regidor Santa Fe I 540, 45; regidor de Tocaima 1572 y alcalde
1576, 78.

Martín Pujo! Alcalde mayor del Reino 1543, 44; regidor Tunja 1541 y ad-
ministrador de bienes de difuntos.

Juan Ramírez H Alcalde Tocaima 1569, regidor 1571.

Antón Rodríguez C Alguacil Tunja 1565.

Juan Rodríguez B Escribano Sa nta Fe I 539.

Juan Rodríguez G Procurador Tunja 1577.

Pedro Rodríguez L Regidor Tunja 1566.

Diego Romero En Santa Fe alguacil mayor, procurador y mayordomo 1552,


regidor 1576.

Cristóbal Ruiz Mayordomo y procurador Santa Fe 1542 y 58.

Pedro de Salazar En Vélez escribano 1539, alcalde 1552, 53, 58.

Alonso de Salcedo Escribano Tunja 1539.

Juan de Salcedo Regidor Tunja 1539.

Francisco Salguero Alcalde Tunja 1554, 66.

Miguel Sánchez En Tunja regidor 1565, alcalde 1572, 81, 86, alguacil mayor.

Miguel Seco Alguacil mayor Vélez.

Juan Sedano Mayordomo Tunja 1539.

Diego Suárez M Alcalde Tunja 1562, regidor 1572 .

Gonzalo Suárez Capitán y justicia mayor del Reino 1541 a 1543; capitán y
justicia mayor Tunja 1539 a 1541.

Juan Tafur De Santa Fe alcalde 1541, 46, 52, 54, 59, 71, regidor 1542,
47; oficial real 1542, contador. Audiencia 1576, alguacil
mayor.

Francisco Tordehumos De Santa Fe procurador y mayordomo 1561 , 71, alcalde 1575.

Juan de Torres De Tunja regidor 1543, 44, alcalde 1557, 1563.

Juan Valenciano Procurador Tunja 1539, alcalde Cocuy 1541.

Andrés V ázq uez De Santa Fe regidor perpetuo 1548, alcalde 1560, 64, 69, alfe-
rez mayor.

Hernán Venegas En Santa Fe regidor 1539, perpetuo 1548, procurador 1546,


alcalde 1542, 43; regidor. Tunja 1539; mariscal del Nuevo Rei-
no a partir de 1571, justicia mayor de Tocaima on 1544 .

Feo. Villaviciosa De Tunja regidor 1539, 41, 42, alcalde 1547.

336
11. CONCLUSIONES

El adelantado de Canarias, Don Pedro Fernández de Lugo, planeó y fi-


nanció una expedición tipo militar al mando del calificado teniente ge-
neral y licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada, para que tomando rumbo
al sur de su gobernación de Santa Marta, encontrara un camino al Perú.
Comandando unos 600 soldados y con el soporte de cinco bergantines
cargados de provisiones que irían remontando el río Magdalena, a prin-
cipios de abril de 1536 salió el licenciado Jiménez por camino terrestre
hacia el valle del Cesar y por este hasta el Magdalena. Las ocho compa-
ñías en que estaba dividido el ejército terrestre estaban formadas en su
mayoría por gentes inexpertas recién llegadas a Indias, comandadas en
general por capitanes de probada habilidad guerrera y exploradora.
A pesar de que la expedición dejó Santa Marta al principio de la
estación de lluvias, mal provista para atravesar ríos y con guías poco
duchos, en cuatro meses recorrió las 120 leguas que habían hasta
Sompallón, el ya conocido sitio donde se reuniría la parte terrestre con
la que subía en los bergantines. Continuando río arriba, notaron sus gen-
tes que los naturales ya no usaban sal marina en grano sino de mina en
panes, y con mejores noticias sobre su procedencia y la de finas mantas
de algodón que a veces la acompañaban esos panes, el licenciado resol-
vió virar la expedición.
Abandonando el curso del río tomó el Camino de la Sal que esca-
laba la imponente cordillera oriental, confiado en que esos productos
confirmaban los rumores que circulaban entre los indígenas ribereños
sobre la existencia de ricas civilizaciones. Acertada decisión fue esta
pues en la cima de esas montañas dio con unos valles habitados por unos
500.000 industriosos muiscas, en cuyo territorio y en los de varios gru-
J:,JOS aborígenes vecinos, los recién llegados crearon el Nuevo Reino de
Granada. La expedición de corte militar que buscaba explorar un camino
al Perú, se convirtió accidentalmente en un empresa de colonización.
Los cronistas coloniales de los siglos XVI y XVII percibieron esa
expedición como una odisea de "descubrimiento," en que un grupo de
arrojados soldados por sus propios méritos y sin ninguna ayuda, logra-
ron vencer dos grandes obstáculos, la naturaleza y los indios. Los escri-

337
tares de épocas posteriores, incluidos algunos en este siglo, se han limi-
tado por lo general a unírsele al coro original de alabanzas, gradualmen-
te exagerando mas y mas las agrestes condiciones naturales y la resistencia
indígena, quizás con el deseo de hacer aparecer mas valientes a los sol-
dados, quienes para empezar, no están desprovistos de méritos. Los hé-
roes necesitan de los villanos. Sinembargo, reevaluando todos estos
escritos al compararlos con otros documentos y sometiéndolos a un aná-
lisis mas cuidadoso, se tiene que la valía de la expedición del licenciado
Jiménez no está donde se le ha querido encontrar. Aunque sin duda fue la
mas exitosa, y por ello la mas importante, ni fue la mas larga, ni la mas
demorada, ni la que quizás recorrió los peores caminos, si se le compara
con otras realizadas en la década de 1530 en la parte norte del continente
suramericano. Lo realmente admirable de esta empresa, fue haber inter-
pretado acertadamente lo que las mantas de algodón y la sal de minas
encontradas en el camino significaban, y la tenacidad de insistir en lle-
gar a su punto de origen cuando las condiciones se presentaron adversas.
Otras expediciones realizadas en la rüisma década tuvieron las mismas
noticias, pero ni les dieron el valor que encerraban, ni demostraron la
misma férrea insistencia.
,)
Recorrer grandes distancias y afrontar las dificultades que impo-
nía una naturaleza tropical , exigía fortaleza personal, preparación, expe-
riencia y algo de suerte. Quienes poseían estas condiciones en menor
grado, se contaron entre los mas de 400 hombres que dejaron sus huesos
a lo largo de la ruta. Estos fueron en gran proporción soldados de a pie,
no soldados de a caballo , ni clérigos, ni avezados capitanes ni otros jefes
y oficiales reales. El curtido en Indias tenía mejores posibilidades dé
sobrevivir que el acabado de llegar del viejo continente, y más la tuvo el
capitán que el soldado. No fueron las características geográficas de la
naturaleza, tales como ríos, ciénagas y agrestes montañas , ni las candi- ·
ciones climatéricas como las lluvias, calores y fríos--estos dos últimos
nunca tan severos como los veranos andaluces o los inviernos castella-
nos--ni los huidizos jaguares y caimanes, ni las picaduras de mosquitos
que también eran plaga en el Mediterráneo europeo, los causantes de
tantas muertes, siendo oportuno recordar que en esas la América estaba
excenta de malaria y fiebre amarilla. Todos los factores anteriores con-
tribuyeron sin duda a debilitar la resistencia humana, mas la gente falle-
ció principalmente por falta de preparación y experiencia y por consumir
alimentos de deficiente poder nutritivo .
I No fueron tampoco los indios el gran obstáculo al avance de la
expedición. Al contrario, desde que los cristianos abandonaron por tierra
la vecindad de Santa Marta hasta cuando hicieron contacto con los
muiscas, en gran proporción obtuvieron su alimento saqueando los cul-
'
338
tivos y los ranchos de los naturales. Durante largos trechos la expedición
avanzó mas liviana porque sus pesadas cargas se movían sobre espaldas
de indígenas, era guiada por indígenas y descansaba en ranchos indíge-
nas, mientras que sus soldados y hasta sus caballos eran servidos por
indígenas.
~ Si el adelantado de Canarias financió y equipó la expedición, fue
el indígena quien proveyó mucho del alimento y otros servicios durante
el camino. A este despierto adelantado no se le escapó la importancia de ·
la posible contribución de los naturales que encontraran en la ruta, y fue
así como instruyó al licenciado Jiménez pedirles oro, después de expli-
carles lo costoso que era organizar ese tipo de empresa . Desde luego que
el americano debió preferir ver al europeo alejarse de su casa, mujeres y
cultivos, mas caracterizarlo como un obstáculo a la expedición es impre-
ciso y desagradecido; todo lo contrario: la contribución indígena al pro-
q greso de la expedición no solo fue significativa sino tan indispensable,
que sin ella llanamente no hubiera podido haberse realizado.
Arribados los cristianos a la cumbre de la cordillera oriental, en-
contraron una nación Muisca formada de medio millón de personas quie-
nes vivían armónicamente con la naturaleza, cumpliendo con sus mismas
funciones humanas, incluida eso de guerrear con el vecino. Los indíge-
nas percibieron a los recién llegados como seres extraordinarios, hasta
como hijos del sol nos cuentan los cronistas coloniales, y por eso los
reverenciaron y les mostraron dónde vivían sus señores principales, dónde
tenían sus grandes templos, cómo obtenían su oro, dónde estaban las
minas de esmeraldas, y en fin, mucho de lo que dejaron conocer y saber,
hasta cuando los abusos y las exageradas exigencias del europeo les
hicieron perderles el respeto y retirles la confianza.
De ahí en adelante los indígenas continuaron sirviendo a la fuerza
y porque no tuvieron otra alternativa. Repitiendo lo que otros ya han
•: dicho, lo que está descubierto no se puede descubrir. El prentender con-
tinuar percibiendo estos eventos desde un punto de vista exclusivamente
europeo es injusto, porque niega la participación y hasta la existencia de
medio millón de seres humanos. Lo que en realidad sucedió fue un en-
cuentro entre dos grupos humanos con idéntida dignidad e idénticos de-
rechos. El que no hubiese sido percibido entonces cómo tal, no da cabida
a que hoy no se le mire como fue. Un análisis mas balanceado, y menos
interesado en mostrar las fallas del uno o del otro en lo ocurrido, nos
permitirá entender mejor nuestra propia identidad .
Por medio de un valioso documento hoy se saben los nombres y el
rango militar de los 173 compañeros del licenciado que sobrevivieron la
expedición y que participaron en el reparto del botín habido de los natu-
rales . Sus biografías, que dan preferencia a detalles y eventos que ,arro-

339
jen mas luz sobre sus contribuciones sociales, políticas y económicas a
la entidad que crearon, están incluídas en el Capítulo 4. De estas se
extraen las características definidoras de este conquistador.
El compañero del licenciado Jiménez fue un hombre nacido en
Andalucía, y en órden descendente, en Castilla, Extremadura, o en el
Portugal. Acababa de llegar a Indias y aunque algunos de ellos tenían
varios años de experiencia en estas, el 80 porciento de los que llegaron
al Nuevo Reino tenía menos de dos años, incluídos el año aproximado
que gastaron en el recorrido de la expedición. El mas viejo tenía 47 años
de edad y había seis muchachos de 17, pero el promedio de edad y la
media de esta eran ambas de 27 años. Los que lograron sobrevivir los
grandes peligros, tendieron a vivir largos años: el 70 porciento de los
conocidos vivió mas de 60 años y el 40 porciento alcanzó los 70.
El conquistador típico pudo haber sido persona mas culta que el
promedio del español del siglo XVI. El 25 porciento eran analfabetas, lo
que deja un 75 por ciento que por saber firmar sus nombres, tenían bue-
na posibilidad de saber escribir y por lo consiguiente de ser educados
según los términos prevalentes en ese siglo, que antecedía al Siglo de
Oro y a la gran expansión cultural que vivió España durante la segunda
mitad del siglo XVI. Entre estos hombres se encontraban, además del
licenciado que era persona de alta educación, personas que escribieron
detalladas relaciones de lo ocurrido en la expedición, amanuences o es-
cr'ibanos, oficiales reales acostumbrados a llevar cuenta de lo ocurrido y
otras que oficiaban misas en latín seguramente acompañadas de bien
hilvanados sermones.
El compañero típico del licenciado ni venía de la clase mas nece-
sitada de la península ibérica (recordar que mas del 11 porciento de
ellos eran portugueses), ni de la alta nobleza. El tener que pagar un
pasaje relativamente costoso de Europa a las Indias fue un factor se-
leccicmador, que también quizás hasta ayuda a explicar el porqué de su
mas elevada tasa de alfabetización. Fue entonces un hombre común,
nacido indistintamente en ciudades o aldeas, dentro de los cuales hu-
bieron algunos pocos hidalgos, los mas de estos segundones, quienes
por haber quedado en la dura posición _de buscar en otras partes la
fortuna que le negaron los mayorazgos que pertenecían a los primogé-
nitos, tenían que salir de casa a buscar fortuna por otras partes. Con
todo , hubieron bastante mas que reclamaron ser del primer escalón de
la nobleza española, al considerarse hijodalgos notorios, o sea que aun-
que no podían demostrar su hidalguía con documentos y ejecutorias, lo
hacían con su notorio porte y distinción. Por todos, algo mas del 15
porciento de los compañeros del licenciado indicaron ser hijodalgos.

340
Del total de la hueste, seis hombres habían adquirido experiencia en
las armas en los campos de Europa.
Una vez recogido el cuantioso botín habido durante el camino,
pero mucho mas después de saquear las residencias de los señores de
Tunja y Sogamoso, la mitad de los capitanes, oficiales reales y sacerdo-
tes se fueron a España para no regresar. Dentro de estos se contaban seis
de los once capitanes de la expedición y 9 de los 33 distinguidos solda-
dos de a caballo que la sobrevivieron. En contraste, solo cuatro de los
122 soldados de infantería decidió partir para siempre. Es claro entonces
que buena parte de los mejor compensados capitanes, oficiales y solda-
dos de a caballo, quedaron satisfechos con el botín recogido y creyeron
que sus mejores oportunidades estaban por otros lados , presunción en la
que no concurrió el soldado raso.
Con el tiempo los que permanecieron fueron acomodándose con
algún trabajo a su nueva función de colonizadores. Fueron activos en
la fundación de las siete primeras ciudades del Nuevo Reino, en las
que muchos se establecieron y formaron familias con las mujeres que
habían dejado en Europa y que algunos fueron a recoger, mientras otros
casaron en el Reino, algunos con parientas de sus compañeros venidas
a la América. El 90 porciento de los conquistadores casaron con cote-
rráneas y el resto permaneció célibe; en adición, dos de estos también
tuvieron relaciones naturales con europeas. Si se acepta que el resto de
sus uniones naturales conocidas fueron , como parece, con indígenas,
el 47 porciento de estos hombres tuvieron con ellas este tipo de rela-
ciones lo suficientemente sólidas como para engendrar hijos que en
algún momento fueron reconocidos como tales. Ninguno de los hom-
bres casó legítimamente con indígena, y de sus uniones naturales o
legítimas, resultaron un promedio aproximado de dos hijos por cada
una. Como algunos de estos hombres ya eran familiares antes de llegar
al Reino, con los matrimonios celebrados con las parientas de otros ,
se formaron intrincadas redes que junto con aquella preferencia natu-
ral que se daba entre los nacidos en el mismo pueblo o regíon, crearon
estructuras sociales que algunos utilizaron para consolidar su poder.
Este aspecto está en espera de ser estudiado.
La época inicial del saqueo desconsiderado y a mano armada de
que se derivaron las primeras ganancias económicas de los recién lle- .
gados, dió paso a la inestable y mal administrada distribución de indí-
genas en encomienda entre los compañeros del licenciado. Por medio
de este sistema los indígenas dejaban ele tributar a sus acostumbrados
señores para hacerlo al conquistador encomendero, quien en retribu-
ción les proveía protección y doctrina. Sinembargo, la falta de estabi-

341
lidad en la asignación de las encomiendas derivadas del capricho del
gobernador de turno, de que este derecho se podía perder cuando se
estaba ausente, la ignorancia de cuantos indígenas la componían y cual
era su capacidad de tributación lo que dejaba completamente sin defi-
nir que se esperaba del indígena, fueron los principales factores que
incidieron en el desórden creado.
Esa inestabilidad y mala administración que engendraron un exa-
gerado deseo de usufructuar a la carrera un beneficio que existía hoy
pero que podía perderse mañana, explican en mucho las increíbles cruel-
dades a que fueron sometidos los indígenas por los conquistadores bajo
la vista complaciente de las autoridades locales, quienes optaron por
ignorar las recomendaciones reales y eclesiásticas que con frecuencia
insistían en proteger al indiano. Muchos debieron ser los conquistadores
sanguinarios, pues llanamente mas de una décima parte de los compañe-
ros de Jiménez fueron acusados por las autoridades de haber sido
exageradamente crueles con los indígenas.
Mientras estos eran diezmados una y otra vez por el mal trato
unido a las enfermedades contagiosas importadas, la encomienda de-
mostró ser tan beneficiosa a los cristianos antes de que se estableciesen
otras actividades económicas, que 25 años después de iniciada la colo-
nia, el mismo Jiménez escribió cómo de sus 53 compañeros que aún
estaban con vida en 1564, 30, o sea mas de la mitad, estaban acomoda-
dos y hasta ricos con el producido de sus indios.
Algunos años después de haber sido importados las primeros ani-
males domésticos e introducido las primeras semillas de cereales, horta-
lizas y frutas de orígen europeo, con la buena ayuda de los indígenas
varios de los hombres se dedicaron a la cría de ganados, a los cultivos y
a otras actividades del campo, incluído el establecimiento de instalacio-
nes azucareras y molinos de harina. Otros juzgando acertadamente que
donde había oro había buenas perspectivas de negocio, se dedicaron al
comercio y al transporte de mercancías, mientras algunos proveían po-
sada a los viajantes y otros introducían negros para alquilarlos o usarlos
directamente. Dentro de estos hombres había también artesanos sufi-
cientemente hábiles para construír bergantines y puentes mas las herra-
mientas que se necesitaban en esos trabajos, y dotarlos de velas y jarcias.
Otros eran sastres, curtidores y talabarteros, hábiles en explotar minas
de oro, sal y esmeraldas y hasta en establecer saladeros de pescado.
Varios hombres prestaron servicios valiosos a la comunidad. Los
sacerdotes velaron por el bienestar espiritual de las gentes, los escriba-
nos porque quedaran evidencias escritas de todo lo que necesitaba so-
porte legal, mientras otros hacían de agrimensores y unos terceros de

342
pregoneros. También hubieron médicos cirujanos, veterinarios que aten-
dían los valiosos caballos de guerra, y problemente hasta un boticario.
Con tanto conocimiento profesional y artesanal, quizás hubieran podido
los recién llegados, con la ayuda indispensable de los indígenas, haber
sostenido una comunidad tipo europeo por varios años, eso sí sin los
vegetales y productos animales de orígen europeo que fueron introduci-
dos por los conquistadores que llegaron después con los gobernadores
Jerónimo Lebrón y Alonso Luis de Lugo principalmente.
Así como una buena medida de la influencia social y económica
que los compañeros de Jiménez ejercieron en el Nuevo Reino, la pue-
den dar las familias que formaron, los hijos que tuvieron, las enco-
miendas que manejaron y los productos y servicios que prestaron a la
comunidad, también una buena medida sobre la influencia política que
ejercieron la pueden dar los puestos públicos que ocuparon en la admi-
nistración del Reino y sus municipalidades. Estos hombres fueron des-
de pregoneros y agrimensores municipales, pasando por alcades y
regidores, hasta oficiales reales, alguaciles mayores, capitanes genera-
les y justicias mayores de las ciudades. Dos de ellos llegaron a regir
los destinos del Nuevo Reino de Granada, la nueva colonia que con el
esfuerzo de todos establecieron y agregaron a la Corona de castilla, la
que pudo reterla para sí durante casi tres siglos, hasta que las condicio-
nes políticas, sociales y económicas de esta colonia y del mundo euro -
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343
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350
INDICE ONOMASTICO

Aguilino Calatrava 219


Agustín Castellano 48, 74, 112
Agustín Millares Carló 151
Alfonso Díaz 85
Alonso Carrillo 123
Alonso de Aguilar 39,297,309,316,323
Alonso de Herrera 32, 33
Alonso de Hoyos 217,264
Alonso de Morales 41,177,287,309
Alonso de Olalla 173,223
Alonso de Paniagua 38,42, 299,309,332,335
Alonso de Roa 212
Alonso de Salcedo 43,288,309,336
Alonso de Sandoval 38,43, 250,304
Alonso de Zorita 161
Alonso Delgado 153
Alonso Díaz 40, 85,297,308,317
Alonso Díaz de Fuenmayor 251
Alonso Domínguez 55, 92, 122, 123, 150, 179, 203, 207,
223,229,241,251,261,268,276,281,
298,308,315,317,323,330,334
Alonso Domínguez Beltrán 40,285
Alonso Gascón 40
Alonso Gómez 116, 132
Alonso Gómez Hiel de la Tierra 116
Alonso Gómez Sesquillo 40,116,286,309,317,323,335
Alonso Hernández 41, 131, 298, 324
Alonso Hernández de Ledesma 41,57,58, 101,116,127,172,188,286,
298,318,328,330
Alonso Hoyos 320
Alonso Luis 6
Alonso Luis de Lugo ' 4,47,51,54,69,73,76,82,85,89, 101,
113, 123, 125, 132, 141, 152, 156, 159,
160,162,163,164,173,177,200,205,
221,225,226,228,232,233,245,259,
260,263,270,272,274,279,282,322,
329,343

351
Alonso Martín 141,164,205,274,298,329
Alonso Martín Cobo 41 , 159, 163, 164, 286, 309, 318, 324
Alonso Martín, el mozo. 41,286,309
Alonso Morales Farfán 178
Alonso Núñez 3
Alonso Paniagua 191
Alonso Romero 223
Alonso Salcedo 332
Alonso Serrano 38, 43,256,288
Alonso Suárez 85
Alonso Téllez 46, 161
Alvaro de Oyón 62, 76,161,172,261
Alvaro de Quincoces 210
Alvaro Rodríguez 103
Ambrosio Alfínger 32, 33, 155, 317
Ana Beltrán 91
Ana de Betancourt 76, 105
Ana de Castro 188, 318
Ana de Cifuentes Contreras 80
Ana de Lugo 316
Ana de Pmrns 104, 315
Ana de Velosa 76,317
Ana Domínguez 181
Ana García de Melgarejo 217
Ana Maldonado 51, 316
Ana Núñez 48, 316
Ana Rodríguez 320
Ana Rodríguez Beltrán 91
Ana Rodríguez de León 175,221,258,319
Ana Suárez 258
Andrea de Sevilla 317
Andrés de Ayala 33
Andrés de Murcia 14, 39
Andrés Jorge 60,320
Andrés López de Galarza 180
Andrés Romero 223
Andrés Vásquez 294,300,320, 325,336
Andrés Vásquez de Malina 43,127,277,288,308,314,327
Antón de Besos 10
Antón de Castro 67, 221
Antón de Esquivel 254
Antón de Lezcamez 14,41,71, 150,286,295,298,311,324,
331
Antón de Olalla 42, 89, 127, 203, 205, 208, 287, 299,
308,318,324,326,328,333,335

352
Antón de Rodas 154, 167
Antón Flamenco 122
Antón Pérez 195
Antón Pérez de Lara 195
Antón Rodríguez 299,333
Antón Rodríguez Cazalla 42, 96,163,287,319,324,309,336
Antonio Bermúdez 39,285,292,294,297,308,317,323,
333,334
Antonio Cabrera de Sosa 73
Antonio de Castro 39, 76, 285 , 292, 297, 309, 317, 323,
327,333,334
· Antonio de Encizo 156
Antonio de Lebrija 5, 8, 10, 13, 14, 15, 16, 41, 73, 83, 236,
278,286,295,298,304
Antonio de Luján 46, 208
Antonio Díaz 295,297,304,334
Antonio Díaz Cardozo 9, 10, 14, 40, 87, 146, 236, 285, 308,
317,323,326,333
Antonio Hernández 41, 74, 134, 146, 298, 309
Antonio Jove 3
Antonio Pérez 42, 195, 309
Antonio Rol 251
Antonio Ruiz 48, 223
Antonio Serrano 256
Antonio y Lope 79
Asencio de Salinas 234
B. Matos Hurtado 204
Baltasar de Cuéllar 108
Baltasar Maldonado 41, 49, 51, 69, 94, 152, 154, 187, 189,
198,213,286,292,298,309,318,324,
333
Baltasar Moratín 59
Bartolomé Camacho 33,39,70, 157,228,247,285,297,309,
317,323,334
Bartolomé de Fonseca 3
Bartolomé González 132
Bartolomé Ortiz 81
Bartolomé Sánchez 43,201,237,238,288,299,304
Bartolomé Sánchez Suárez 43,201,309
Bartolomé Segarra 38, 43,309,319,325
Beatriz de Alencastro 76
Beatriz de Contreras 80
Beatriz de Salazar 188
Beatriz de Torres 265,320
Beatriz García 113

353
Beatriz Osorio 252, 319
Beatriz Pacheco 122
Benito Claro 224
Benito Serrano 256
Bernardina Manuel 264,320
Bernardino de Salazar 184
Blas Martín de Benavides 57
Blasco Núñez Vela 62,160,275
Blasco Romero 42,287,304
Bravo de Rivera 69
Capitán Juan de Céspedes 6
Carlos de Mendoza 223
Catalán 40,297
Catalina Bermúdez 65
Catalina Carvajal 227,319
Catalina de Céspedes 46,316
Catalina de la Fuente 244
Catalina de Moya 269
Catalina de Quintanilla 277,314,318,320
Catalina de Robles 316
Catalina de San Miguel 248
Catalina de Troya 271
Catalina de Valero 219,319,320
Catalina de Vargas 258,319
Catalina Gaitán 121, 318
Catalina González 256
Catalina Hernández 315, 316
Catalina Jorge de Meneses 218,319
Catalina López 136, 318
Catalina Martín Pacheco 122,318
Catalina Martínez 85,244,315,319
Catalina Melo 241
Catalina Moya 268
Catalina Ortega de Sala.:ar 184
Catalina Robles 49
Catalina Rodríguez 221,319,320
Catalina Rodríguez Melgarejo 218,248
Catalina Ruiz 212,319
Catalina Silíceo 61, 316
Catalina Tafur 264
Catalina Valero 156
Constanza Jiménez 150
Constanza Rodríguez 316,320
Constanza Rodríguez Hermoso 60
Coronel Joaquín Acosta X

354
Cosme Rodríguez Farfán 109
Criado 40,304
Cristóbal Arias 316,323
Cristóbal Arias de Monroy 39, 61, 127, 150, 285, _297, 308, 311,
315
Cristóbal Bermúdez Plata X
Cristóbal Bernal 188
Cristóbal de Molina 122
Cristóbal de Roa 42,287,299,304,309,319,324,327
Cristóbal de Rojas 157
Cristóbal de San Miguel 46,48, 223
Cristóbal de Zelada 38,43, 288,308
Cristóbal Díaz 89
Cristóbal Estrada 163
Cristóbal Gómez 223
Cristóbal Ortiz 299,335 1
Cristóbal Ortiz Bernal 38, 42, 132, 184, 188, 217, 287, 308,
310, 318
Cristóbal Rodríguez 42
Cristóbal Rodríguez Cano 214
Cristóbal Ruiz 4~ 123,188,223,267,287,299,308,
319,324,325,334,336
Darío Fajardo 97
De la Rosa Olivera 82, 102
Díaz Cardozo 184
Diego Bustamante 258
Diego Calvache 39,309
Diego de Aguilar 39,50, 73,148,285,295,297,304,305
Diego de Alcalá 55
Diego de Frías 40,285,304
Diego de Ordás 31
Diego de Paredes 318,324,335
Diego de Paredes Calderón 42,188,193,287,309,327
Diego de Paredes Calvo 193
Diego de Paredes de Sunuba 193
Diego de Segura 43,255,280,288,295,300,304,319,
325
Diego de Torres 43,268,300,304,310,320,325
Diego de Valladolid 84
Diego de Vargas 159
Diego Díaz 86, 87
Diego Franco 40, 104, 105, 109, 126, 285, 298, 308,
317,323
Diego García Cabezón 101, 119, 259
Diego García Manchado 113

355
Diego García Zorro 111, 112
Diego Gómez 40,117, 118,286,298,309,323,330
Diego Hernández Gallego 9, 37, 50, 54,249
Diego López Castilblanco 41, 101, 122, 127, 133, 187, 259, 286,
309,318,324
Diego Martín 165,299
Diego Martín Hiniesta 41,167,295,309, 324
Diego Martínez 154,165,209
Diego Montañez 41, 175, 221 , 258
Diego Muñoz 122
Diego Ortiz 97, 117, 132
Diego Paredes 299
Diego Rodríguez 215
Diego Romero 42, 112, 120, 172, 188, 287, 299, 308,
325,327,333,334,336
Diego Romero de Aguilar 223
Diego Ruiz Manosalvas 278
Diego Sánchez 191
Diego Suárez 300
Diego Suárez Montañez 43,288,309,319,325,327,328
Diego Vásquez de Molina 277
Díez de Armendáriz 79,180
Domenico Rizo 3
Domingo de Aguirre 82, 87, 110, 205, 231, 261, 280, 285,
297,304,309,323,327,332,334
Domingo de Guevara 223
Domingo Lozano 259
Eloísa Gutiérrez 173,318
Elvira Pérez de Cuéllar 226,319
Elvira Zambrano 69
Elvira Zamora 91
Enriqué Ortega Ricaurte X
Enrique Otero D'Costa X, 92
Eufrasia de Santiago 101,317
Felipa de Almeida 86, 87,315,317
Felipe de Contreras 80
Felipe Gabullet 130
Felipe Gutiérrez 52
Fernández de Lugo 34,55,84, 152, 156,205, 227,239,274
Fernández de Piedrahita 104,126,136,233,234,253,254
Fernando Bustamante 258
Flórez de Ocariz XI, XIV, 56, 60, 57, 61, 65, 68, 73, 78,
81, 86, 96, 99, 101 , 104, 107, 111, 114,
122, 126, 127, 134, 135, 1.39, 156, 159,
161, 170, 173, 176, 178, 180, 181, 183,
184,185,188,191,221,223,224,249,
254, 259,266,272

356
Francisca de Betancourt 213, 319
Francisca de Mendoza de Aguilar 223
Francisca de Morales 215, 319
Francisca de Torres 91, 317
Francisca de Ulloa 264, 320
Francisca López 85,317
Francisca Ortiz 320
Francisca Pimentel 317
Francisca Rodríguez 316,320
Francisca Rodríguez de Benavides 57
Francisco Arias 164,243
Francisco de Aguirre 223
Francisco de Castro 76
Francisco de Colmenares 81
Francisco de Figueredo 40, 122, 132, 172, 285, 308, 313, 314,
317,327,333
Francisco de Mestanza 41, 132,287, 308
Francisco de Monsalve 90, 104, 164
Francisco de Murcia 33, 132, 138, 223
Francisco de Salguero 159
Francisco de San Martín 43,295
Francisco de Silva 43,114,288, 300,309,325
Francisco de Tordehumos 43, 163, 265, 268, 288, 300, 308, 314,
320,325,334,336
Francisco de Viana· 5
Francisco de Villaviciosa 43,281,288,309,310,325,336
Francisco del Prado 206
Francisco Figueredo 298,323,335
Francisco Gabullet 130, 144
Francisco Gómez 40, 277, 286, 298, 308, 310, 314, 318,
320,323,327,334,335
Francisco Gómez de la Cruz 119
Francisco González 125, 298
Francisco González de Trujillo 40,125,286,309
Francisco Guillén Chaparro 29
Francisco Hernández 41, 123,135,264,320
Francisco Hemández Hermoso 47,48, 60,223,276,280,
Francisco Jiménez 201
Francisco López 243,244
Francisco Lorenzo 79,320
Francisco Maldonado 48,223
Francisco Medrano 41, 308
Francisco Mestanza 324
Francisco Monsalve 163
Francisco Novillo 38,42, 180,287,310,332,334,335

357
Francisco Pizarro 5, 10,263
Francisco Ramírez de Hinojosa 211
Francisco Riojano 244
Francisco Rodríguez 42,70,84, 161,215,232,287,299,319,
325,328
Francisco Salguero 43,232,288,309,319,325,327,330,
336
Francisco San Martín 288,299,304
Francisco Sánchez 288,299,325
Francisco Sánchez Alcobaza 38, 43,239,309
Francisco Terranova 224,296
Francisco Y áñez 60
Fray Alberto Ariza 11
Fray Alberto Lee López X
Fray Alonso de Zamora X, XIV, 10, 18, 22, 27
Fray Buenaventura 240
Fray Domingo de las Casas 39, 71, 150, 285, 295, 297, 304, 307,
331
Fray Francisco de Olmos 184
Fray Francisco Melgarejo 248
Fray Joaquín Urdiciáin 311
Fray Luis de Olmos 184
Fray Melchor de Olmos 184
Fray Pedro Aguado X, XIV, 10, 17, 19, 20, 24, 28, 191
Fray Pedro de Aguado 7
Fray Pedro Simón XI, XIV, 10, 73, 191, 224
Fray Vicente de Requejada 113
Fray Vicente Verdero 331
Garci Arias Maldonado 201,203
García de la Hita 274
García de Lerma 66, 78,80, 148,181,186,187,239,247
García de Tovar 136
García del Hito 41,286,298,309,324
García Martínez de Castro 80
Gaspar Enríquez 65
Gaspar Méndez 41,299,308,324
Gaspar Rodríguez 268,280,281
Germán Colmenares 31
Gil López 41,155,286,295,298,304,331
Gobernador Ambrosio Alfinger 6
Gobernador García de Lerma 5
Gobernador Rodrigo Alyarez Palomino 5
Gómez de Cifuentes 40, 80, 208, 245, 285, 292, 297, 309,
317,323,327,334
Gómez de Feria 119

358
Gómez del Corral 9, 40, 82, 181,285, 297, 304, 309, 323
Gonzalo de la Lombana 152
Gonzalo de Pereira 42,295,299
Gonzalo Fernández de Oviedo XI, 10, 146
Gonzalo García 292,298,335
Gonzalo García Zorro 40, 81, 101, 103, 111, 127, 140, 152,
224,280,286, 296,308,310,317,323,
326,333,334
Gonzalo Jiménez de Quesada XI, XIII, XIV, 2, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14,
16, 18, 19, 20, 33, 37, 47, 50, 72, 73,
75, 78, 92, 99, 107, 123, 125, 113, 132,
136, 139, 142, 146, 165, 177, 179, 196,
198,201,223,234,236,237,243,249,
253,255,256,260,266, 272,274,278,
279,280,281,283
Gonzalo Macías 41,232,286,298,309,318,320,324,
335
Gonzalo Pizarra 62, 76,102,160,217,253,261
Gonzalo Suárez 66,91,99i 145, 156,157,160,165,179,
181,192,219,220,230,243,245,255,
259,279,300,306,319,320,322,325,
330,336
Gonzalo Suárez de Deza 259
Gonzalo Suárez Rendón 9,43, 203,255, 259,288,309
. Guillebien 41, 130
Guillermo Hernández de Alba XI
Guiomar Maldonado 188
Hermes Tovar Pinzón 9
Hernán Cortés 8, 10,307
Hernán Gómez 298,318
Hernán Gómez Castillejo 40,286,308,324,329,334,335
Hernán Gómez de la Cruz · 119
Hernán González Hermoso 133
Hernán Martín 41, 286, 304,
Hernán Pérez 47, 49, 61, 6~ 66, 73, 76, 78, 8~ 84,
89, 96, 97, 111, 114, 117, 120, 150, 152,
160, 164, 172, 177, 180, 182, 184, 189,
192,193,196,197,198, 200,201 , 203 ,
208,211,212,213,214,215,217,221,
222, 224,225,236,242,243,245,247,
251,253,258
Hernán Pérez de Quesada 42,159,173,222,261,287,333
Hernán Suárez 212
Hernán Venegas 43, 79,99, 188,264,288,292,295,300,
308,310,316,320,325,327,328,333,
334,336

359
Remán Venegas Can"illo Manosalvas 278
Remández Gallego 99,106, 149,234,237, 255 ,
Remando de Alcocer 81
Remando de Beteta 201
Remando de Prado 42,324
Remando de Rojas 99
Remando de Salinas 43,233, 288, ~ 99, 304
Remando de Velasco 61, 223
Remando del Prado 104,274,287,295,299,308,318,330,
336
Remando Domínguez 92
Remando Navarro 42,287,309
Roracio Cabrera Sifontes 23
Inés Arias 119
Inés de los Ríos 220
Inés de Remona 136
Inés de Villalobos 146,318
Inés Romero 223
Inés Venegas 278
Isabel Angela 109
Isabel Contreras 80
Isabel de la Palma 263
Isabel de Quesada 196
Isabel de Valenzuela 99
Isabel Díaz Tafur 263
Isabel Domínguez 124,318
Isabel Gómez 91, 317
Isabel González 101, 314
Isabel Grimaldos 76
Isabel Jiménez Suárez 259
Isabel Juan de Arroyo 109, 317
Isabel Maldonado de Bohórquez 182,318
Isabel Manchado 113
Isabel Melgarejo 248,317
Isabel Pérez de Cuéllar 69,317
Isabel Rodríguez Melgarejo 218
Isabel Romera 79,317,320
Isabel Romero 223
Isabel Ruiz de Quesada 157, 318
Jaime Jaramillo Uribe 31
Jeróniina de Castro 188
Jerónima Fortuna 109
Jerónimo Castillejo 39, 304
Jerónimo de Aguayo 192,249, 268, 280
Jerónimo de la Inza 14,30,41, 197,205,274,286,308,329,
335

360
Jerónimo de Melo 5
Jerónimo Grimaldo.s 76
Jerónimo Lebrón XIII, 16, 73, 82, 104, 132, 141, 160, 162,
166,167,173,199,202,222,205,231,
260,282,303,343,
Joaquín de Urdiciáin 124
Jorge Celi de Alvear XIV, 292
Jorge Espira 32, 155
Jorge Robledo 80, 161
José Ignacio Avellaneda 115
José Ignacio Avellaneda Navas 234
José Manuel Groot XI
José Mojica Silva 156
Juan A. Villamarín 265
Juan Alonso 39, 126, 127, 132, 216, 308, 316, 323
Juan Alonso de la Tmrn 39, 56, 57,285,297,308,323
Juan Alonso de Valenzuela 97
Juan Alonso T. 316,334
Juan Bustamante 258
Juan Calderón de la Fuente 193
Juan Camacho 69
Juan Castellanos 37, 39, 53, 155,212, 285, 304, 309
Juan Castro 76
Juan Chamorro 9
Juan de Albarracín 9, 39, 53,285,297,304,316,329
Juan de Alcalá 39,55,64, 101,188,223,285,295,297,
308,310,311,316,323
Juan de Angulo 116
Juan de Arévalo 172, 173, 207, 211, 222
Juan de Aroca 39, 63,285
Juan de Aroche 39, 62, 63,297
Juan de Avendaño 76,193,219,257
Juan de Cáceres 39,285,309,323
Juan de Castellanos XI, XIV, 10, 17, 18, 73, 94, 191, 220,
249
Juan de Castro 74, 103,252
Juan de Céspedes 5, 6, 8, 15, 16, 40, 78, 79, 93, 94, 104,
111, 132,192,205,217,236,245,279,
285,292,294,295,297,308,317,323,
326,333,334
Juan de Chávez 101
Juan de Figueredo 101
Juan de Güémez 40,286,308,318,324
Juan de Lezcámez 144
Juan de Madrid 26, 84

361
Juan de Montalvo 41, 89, 162, 233, 287, 299, 304, 308,
314,318,324,330,333,334,335
Juan de Olmos 42,150,184,287,292,299,308,318,
324,333,335
Juan de Orozco 123
Juan de Ortega 42, 152, 287, 299, 308, 318, 324, 327,
335
Juan de Palacio 42,190
Juan de Palacios 190
Juan de Penagos 264,271
Juan de Pinilla 42,203,208,245,287,310,318,324,
328,333,335
Juan de Puelles 42,287,308
Juan de Quincoces 136,210,272,318,327,328
Juan de Ribera 117, 154
Juan de Salamanca 42,287,299,309,310,319,325
Juan de Salcedo 43,230, 231,288,299,304,309,336
Juan de San Martín 5, 6, 9, 10, 13, 14, 15, 16, 29, 43, 73,
78, 99, 117, 148, 149, 197, 217, 235,
256,288, 295,304
Juan de Santander 129
Juan de Serrada 137
Juan de Tordehumos 265
Juan de Torres 43, 223, 268, 269, 280, 288, 294, 300,
308,309,320,325,336
Juan de Troya 271
Juan de Velosa 76
Juan de Villanueva 80, 84,245,246
Juan del Junco 3, 8, 10, 41, 52, 82, 84, 87, 130, 144,
146,150, 215,256,258,259,270,278,
284,286,296,298,304,306, 309,318,
324,335
Juan del Prado 127
Juan Díaz 40, 85
Juan Díaz Hidalgo 140
Juan Díaz Pérez 78
Juan Domínguez de las Canoas 40
Juan Duarte 22,40, 194,298,309,317,332, 335
Juan Esteban Verdero 71, 97, 120
Juan Fernández 40,298,317,323,335
Juan Fernández de Valenzuela 285,308
Juan Fernández Pardo 105
Juan Fernández Valenzuela 40,41, 323
Juan Friede X, 5, 7, 10, 11, 14, 16, 33, 50, 75, 78,
296

362
Juan Fuerte 56,320
Juan García 298
Juan García Manchado 40, 113, 127,286, 309, 311, 317
Juan Gascón 114, 238
Juan Gómez 298
Juan Gómez Castillejo 121
Juan Gómez Maldonado 161
Juan Gómez Portillo 38,40, 286,308,318,324
Juan González del Prado 38,40, 126,127,134,286,298,335
Juan Gordo 39
Juan Izquierdo 41,286,298,304,309,332,335
Juan López 41, 156, 219, 286, 309, 318, 320, 324,
327,334,335
Juan Lorenzo 13, 22
Juan Maldonado 38,41, 286,308
Juan Martín 41,286,295,309
Juan Martín de Hiniesta 165, 167
Juan Martín Hincapié 167
Juan Martín Hiniesta 167
Juan Mateas 91, 95, 123, 167, 251
Juan Mejía 137
Juan Miguel 107
Juan Montañés 175
Juan Montañez 41,309
Juan Ordóñez 186
Juan Ortiz de Zárate 141
Juan Pérez de Jubera 263
Juan Finilla 203
Juan Porras 105
Juan Quincoces 324
Juan Quincoces de Llana 42,287,309
Juan Ramírez 299
Juan Ramírez de Hinojosa 42,172,211,287,310,311,319
Juan Ramírez H. 324,336
Juan Rodríguez 84,216,220,320
Juan Rodríguez Benavides 42,287,319,336
Juan Rodríguez de Benavides 57,155,197,308,332
Juan Rodríguez Freile XI, 54,294
Juan Rodríguez Freyle XIV
Juan Rodríguez Gil 42, 107, 217, 248, 274, 287, 299, 309,
319, 325, 327, 334, 336 ·
Juan Rodríguez Parra 42,156,247,287,309,319,325,327
Juan Ropero 243
Juan Ruano 38,42, 224,296,309
Juan Ruiz Clavija 225

363
Juan Ruiz de Orejuela 65
Juan San Martín 299
Juan Sánchez 242,295
Juan Sánchez de Toledo 43,288,299,308,319,325,327
Juan Sánchez de Utrera 43,242,288,300,309,325
Juan Sánchez Melgarejo 248
Juan Sedano 43,288,300,309,325,332,334,336
Juan Serrano 13
Juan Tafur 13,23,43,50, 120,263,288,292,295,
300,305,308,319,325,333,336
Juan Valenciano 14,43,84,205,267,288,300,304,309,
320,325,328,334,336
Juan Verdero 224
Juana Benavides 216
Juana de Benavides 57
Juana de Bonilla 317
Juana de Monroy 61
Juana de Sosy 130
Juana Diareta 270
Juana Flórez 129,318
Juana Hernández Peña 91
Juana Macías 232,319,320
Juana Macías de Figueroa 159
Juana Miguel Seco Moyano 252
Juana Moreno de Figueroa 159, 318
Juana Paula de Acuña 107
Juana Pérez 105
Juana Ponce de León 279,320
Julián 41
Lázaro de la Torre 43,288,309,325
Lázaro Fonte 3,8,40,62,76, 103,125,129,158,198,
201,207,223,271,285,296,298,308,
317,323,335
Leonor Alvarez 84
Le.onor Carvajal 161,318
Leonor de la Fuente 193,318
Leonor Gómez 85
Leonor Gutiérrez 225,319
Leonor Pérez 213, 319
Leonor Ruiz Herrezuelos 268,320
Leopoldo de la Rosa Olivera 3,259
Lope de Salzedo 310
Lope Montalvo 227
Lope Montalvo de Lugo XIII, 89, 118, 120, 126, 158, 172, 193,
199,217,234,249,315,322

364
Lorana 41
Lorenzo Martín 58, 205
Lorenzo Martín de Benavides 57
Lozano de la Torre 266
Lucas Fernández de Piedrahita XI, 10
Lucas Vásquez 146
Lucía de la Concepción 248
Luis Bernal Castro 188
Luis de Lugo 79, 84, 103, 107, 117, 120, 129, 182,
193,201,208,210,225,261,264,271,
282
Luis de Mideros 62
Luis de Sanabria 159
Luis de Sandoval 129
Luis Gálvis Madero 37
Luis Gallegos 40,286,309
Luis Lanchero 49,259
Luis López Ortiz 109,270
Luis Romera Iruela X
Luisa Castro 76
Luisa Fuerte 56,316,320
Luisa López 156
Luisa Porras 105
Manuel Ancízar 21
Marcos de Molina 277
Marcos Vásquez de Molina 277
Margarita de Tunja 111
Mari González Melgarejo 218
Mari Hernández del Castillo 152
Mari Juan 212
María de Aguilar 49,223,319
María de Anaya 65,317
María de Benavides 57
María de Carvajal 80
María de Cerezo Ül"tega 184, 318
María de Covarrubias 80
María de Guzmán 66,317
María de los Angeles Eugenio Martínez XI
María de Morales 187,246,319
María de Nava y Olivares 81,317
María de Orrego 183
María de Orrego Valdaya 183,318
María de Rioja 156, 318
María de Santiago 265,320
María de Trujillo 81

365
María de Valdoya 315
María del Campo 211, 315,316,319
María del Carmen Galbis Díez X
María García 217
María Magdalena de Alcántara 84,317
María Ruiz 107, 205
María Ruiz Corredor · 226
María Suárez 255, 319, 320
María Valdaya . 183
Mariana Daza de Erazo 84
Marina Galeano 109
Marina Herrezuelo Carvajal 227
Marina Rodríguez 244
Mario Góngora XIII, 265
Marquesa Cardozo 86
Martín Alonso Galindo 57
Martín Bravo 39
Martín de Abriva 39,285,308,316
Martín de Aguirre 39, 52,285,297
Martín de Calatayud 261
Martín Galeano 40,57,97, 104,107,116,126,132,154,
180,198,217,229,251,285,286,294,
295,308,309,315,329,331,333
Martín Hernández 136,273,298,318,329
Martín Hernández de las Islas 41,309
Martín Hernández Gratadilla 136
Martín Pujol 42, 107, 217, 287, 309, 324, 328, 333,
335
Martín Ropero 243
Martín Sánchez 243,295
Martín Sánchez Ropero 43, 164, 227, 244, 288, 300, 309, 329,
330
Martín Seco 331
Martín Yafiez Tafur 211
Martín Yáfiez Tafur 99
Matarrubia 41
Mateo 41
Mateo Ordófiez 137, 329
Mateo Sánchez 245,246,328
Mateo Sánchez Cogolludo 43,136,192,288,309,319,325
Mateo Sánchez Rey 153,300,319
Melchor de Fábregas 158
Melchor de Loranza 158
Melchor de Valdés 55,172,270
Melchor Ramírez 57, 58, 112, 189

366
Melchor Romero de Aguilar 223
Melchor Ropero 244
Mencia Castilla 220
Mencia de Figueroa 262,319
Micaela Bernal 188
Miguel de Otáñez 42,287,311,318,324
Miguel de Troan 270
M1guei de Trujillo 274
Miguel Díez 91,96,97, 104,107,117,123,125,135,
161, 178,185,206,217,242,246,261,
268,270,279,280,281,322
Miguel Díez de Armendáriz 90, 261·
Miguel Hólguín 66,182,220,257,266
Miguel Ruiz Corredor 226
Miguel Sánchez 43, 219, 288, 300, 309, 311, 319, 325,
327,334,336
Miguel Sánchez Melgarejo 248
Miguel Seco 251,252,300,319,325,334,336
Miguel Seco Moyano 43,124,288,295,309 .
Miguel Trujillo 205
Moisés de la Rosa XI, 37, 38
Montalvo de Lugo 45, 6~ 61,109,183,208,217,264,
Nicolao de Nápoles 241
Nicolao de Troya 14,38,43, 144,270,288,300,308,320,
325,329
Nicolás de Troan 270
Nicolás Féderman XIII, 19, 32, 37,145,148,155,214,278,
307,320
Nicolás García Samudio 255, 259
Nicolás Suárez de Figueroa 262
Núñez Pedroso 211
Obispo Lucas Fernández de Piedrahita XIV
Ordóñez 42
Ortún López de Ortega 187
Ortún Velasco 104,123,203,223,310
Ortuño Ortiz 223
Otero D'Costa 105
Paulina de Velásquez 265
Paulina Velásquez 265,320
Pedro Alvarado 39,308
Pedro Barranco 38, 39, 55, 64,295,297
Pedro Bravo 66, 76,292,297,317,323
Pedro Bravo de Mqlina 51
Pedro Bravo de Rivera 39,285,309,310
Pedro Brizeño 268

367
Pedro Caballero 251
Pedro Colmenares 334
Pedro Daza 84,297,309
Pedro Daza de Madrid 38,40, 84,285,317,323,327
Pedro de Aguado 8, 13, 15, 18,
Pedro de Alvarado 38
Pedro de Arévalo Orozco 123
Pedro de Brizeño 281
Pedro de Colmenares 40,81,87,201,264,280,285,292,297,
308,317,323,333
Pedro de Córdoba 242
Pedro de Enciso 208
Pedro de Heredia 6, 107, 144
Pedro de la Gasea 65,253
Pedro de la Lombana 152
Pedro de Lerma 5, 51, 66, 86, 148,263
Pedro de Limpias 75
Pedro de Lombana 41,152,286,298,318,324
Pedro de los Ríos 263
Pedro de Lugo 54
Pedro de Mendoza 107
Pedro de Orsúa 55,66, 79,98, 107,154,223,261,270,
275,279,280,310,311
Pedro de Salazar 43,57,92, 165,287,319,325,330,332,
336
Pedro de Torres 91
Pedro de Velasco 81,249
Pedro del Acevo Sotelo 39,71,75, 196,285,297,304,308,316,
323,333,334
Pedro Domínguez 91
Pedro Fernández 53,61,62, 102,117,150,173,284,294,
295,298,304,317,323
Pedro Fernández de Lugo 3, 28, 47, 60, 78, 82, 86, 102, 111, 113,
122, 123, 132, 136, 140, 144, 148, 167,
172, 177, 184, 188, 196,212,213,217,
219,221,223,233,245,259,276,282,
306, 337,
Pedro Fernández de Valenzuela 8,40,41, 285,331
Pedro Galeano 109
Pedro García 156
Pedro García de las Cañas 40,286,309,310,315,317
Pedro Gómez 124, 298
Pedro Gómez de Orozco 40, 123,286, 310, 311, 312, 318, 327
Pedro Gómez O. 324,335
Pedro González 101

368
Pedro Hernández 298, 324
Pedro Hernández de Aguilar 41, 309
Pedro Hernández de Valenzuela 99
Pedro López de Monteaguado 41, 286, 309, 318, 324, 327
Pedro Nel Lombana 308
Pedro Niño 70
Pedro Núñez 299, 318, 324
Pedro Núñez Cabrera 42, 181, 182, 208, 287, 309
Pedro Ortiz 91
Pedro Porree de León 279
Pedro Rodríguez 309, 320
Pedro Rodríguez C. 299, 319, 325
Pedro Rodríguez de Aillón 221
Pedro Rodríguez de León 42, 258, 287, 309, 327
Pedro Rodríguez de los Ríos 48, 92, 220
Pedro Rodríguez del Carrión 42, 287, 309, 320, 327, 328, 329
Pedro Rodríguez del Carrión de los Ríos 220
Pedro Rodríguez L. 299,319, 325, 336
Pedro Ruiz Corredor 42, 127,287,299, 309, 319, 325
Pedro Ruiz He1Tezuelo 42,287,299, 309,319,325, 327
Pedro Sánchez 300, 304
Pedro Sánchez de Velasco 249
Pedro Sánchez Sobaelbano 43, 288
Pedro Vásquez 261
Pedro Vásquez de Loaiza 261
Percy M. Ashburn 26
Pérez de Quesada 53
Periañez Portoes 60
Pero Añez 38, 39, 117,285,292, 297, 309, 316
Pero Hernández 223
Pero Niño 223
Rafael Font 102
Raimundo Rivas XI, XIV, 29, 37, 178,234,292
Risano Benito Claro Calvache 68
Rodrigo Bastidas 78
Rodrigo Cifuentes 80
Rodrigo de Bastidas 236
Rodrigo de Cifuentes 80
Rodrigo Sánchez Zambrano 69
Rodrigo Suárez 99
Rodrigo Suárez Rendón 259
Rodrigo Suárez Sabarriego 157
Rodríguez Casalla 67
Salvador de Umbría 43, 288, 300, 309, 320
Salvadora Sánchez 218, 319

'' 369
Sánchez Cogolludo 136
Sánchez de Santana 23
Sánchez de Velasco 249
Sánchez Sobaelbarro 249
Santiago Campana 167
Santiago de Sompallón 141, 173
Sebastián de Belalcázar XIII, 19, 37, 78, 107,148,214,278,307
Sebastián Gaboto 144
Sebastián Ropero 243,244
Sebastián Saavedra 49
Simón del Basto 123, 124, 249
Simón Díaz 40, 90,103,297,309,317,323,330
Sube y Ubarea de Vélez 239
Tisquisoque 59
Tovar Pinzón 116, 163, 189, 204,210,211,267, 326
Tristán Ortiz 188
Ulises Rojas 247,269
V. Ernest Aitken 206
Vásquez de Malina 277,330
Venero de Leyva 79, 172, 311
Vicente de Requejada 245,331
William H. McNeill 21

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