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Art.

1: Los educandos de todos los niveles y modalidades en los que se estructura


nuestro sistema educativo “…tienen derecho a recibir educación sexual integral en
los establecimientos públicos, de gestión estatal y privada…”.

A partir de la creación del Programa Nacional de ESI en el ámbito del Ministerio de


Educación dela Nación (Art. 2) y estableciendo sus objetivos (Art. 3) que son los
siguientes:

a. Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas educativas


orientadas a la formación armónica, equilibrada y permanente de las personas.

b. Asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos y confiables y


actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual
integral.

c. Promover actitudes responsables ante la sexualidad.

d. Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y


reproductiva en particular.

e. Procurar igualdad de trato y oportunidades para mujeres y varones.

establece que tenemos que desarrollar acciones educativas sistemáticas

hacer anclar a la ESI en los contenidos de las distintas áreas como así también en
la vida cotidiana de las escuelas.

La ley también plantea la adecuación de las acciones educativas en el marco del


respeto por el “ideario institucional”

(Art. 5).

las instituciones educativas deben informar a las familias de las acciones educativas
vinculadas ala ESI de la misma manera en que informan sobre otras actividades y
acciones que son obligatorias para las escuelas (Art. 9).
La Ley 26.150 estipuló que el Ministerio de Educación de la Nación diseñara los
lineamientos curriculares de la ESI que luego fueron aprobados por unanimidad por
el Consejo Federal (el órgano que reúne a todos los ministros y ministras de
educación del país) en 2008. Cabe aclarar que los lineamientos curriculares son
producto de un proceso de consultas, debates y consensos que involucraron tanto a
las jurisdicciones como a especialistas en la temática. Expresan los propósitos
formativos a alcanzar y los contenidos básicos para los tres niveles educativos,
constituyendo el piso mínimo para garantizar el derecho a la ESI a todo el
alumnado del país. A partir de estas pautas comunes, cada jurisdicción puede
realizar las adecuaciones necesarias en función de sus realidades particulares
………………….

A partir de la sanción de la Ley Nacional 26.150 de Educación Sexual Integral, el


Ministerio de Educación de la Nación consultó a las jurisdicciones sobre sus
experiencias y recorridos en materia de educación sexual, y convocó a profesionales en
la temática y a representantes de distintos credos, a fin de construir acuerdos
curriculares para su implementación en las escuelas de todos los niveles educativos.
De este proceso de consultas y de búsqueda de consenso, surgieron los Lineamientos
Curriculares para la Educación Sexual Integral (ESI), que definen el piso común de
contenidos curriculares válidos para todos los niveles y modalidades del sistema
educativo, para todas las escuelas públicas –tanto de gestión estatal como privada– y
para todas las jurisdicciones de nuestro país. Estos contenidos fueron aprobados por los
ministros de todas las jurisdicciones, en el Consejo Federal de Educación (Resolución
45/08).

El Art. 3 de la ley nos dice:


Definición: La Educación Sexual Integral comprende el
conjunto de actividades pedagógicas destinadas a favorecer la salud sexual, entendida
como la integración de los aspectos físicos, emocionales y sociales relativos a la
sexualidad, para promover el bienestar personal y social mediante la comunicación y el
amor.
De esta manera se abordará desde la escuela las siguientes dimensiones:
 Aspectos psicológicos.
 Aspectos socioculturales e históricos.
 Aspectos biológicos.
 Aspectos éticos.
 Aspectos jurídicos.

la defensa de la igualdad de derechos para varones y mujeres, propia del enfoque


de género; la identificación de situaciones de vulneración de derechos y la
adquisición de comportamientos de autoprotección, que se desprende del enfoque
jurídico, y la inclusión de la dimensión del placer, que proviene de la sexología. Sin
embargo, los pilares sobre los cuales podemos pensar en un nuevo enfoque
superador –el dela Educación Sexual Integral que plantea la Ley 26.150 y que se
hacen presente en los lineamientos curriculares aprobados federalmente– son:

a. La promoción de la salud: desde esta perspectiva la salud es entendida como


un proceso que se desarrolla durante toda la vida de las personas, más que un
estado absoluto alcanzado o por alcanzar. Enfatiza la confluencia de dimensiones
biológicas, sociales, económicas, culturales, psicológicas, históricas, éticas y
espirituales como influyentes en los procesos de salud-enfermedad. Promueve el
desarrollo integral de las personas superando visiones reduccionistas, permite
ampliar el concepto de salud y nos posibilita pensar a la sexualidad como proceso
inherente y constitutivo del ser humano, más vinculado a la salud que a la
enfermedad.

Pensar la salud como una construcción social y personal nos remite a considerar a
la escuela como un actor social y agente de socialización que tiene participación e
influencia en la construcción de la salud y de la sexualidad de sus miembros. Todas
las escuelas, aunque no sean conscientes de ello, participan de este proceso, por
ejemplo a través de las formas de organizar la vida escolar y los modos de
vincularse con sus alumnas y alumnos, mediante sus normas disciplinarias y de
convivencia y del trato diferencial que puedan brindar implícitamente por sexo,
etnia, clase social o religión.

b. El enfoque integral de la educación sexual: el concepto de sexualidad


excede la noción que la asimila a ‘genitalidad’ o a ‘relaciones sexuales’. Incluye
aspectos como: la identidad, diversidad, inviolabilidad y dignidad de los seres
humanos; las emociones y sentimientos presentes en los modos de vivir, cuidar,
disfrutar, vincularse con uno mismo y con el otro y respetar el propio cuerpo y el
cuerpo de otras personas.

Desde esta perspectiva, la ESI demanda un trabajo dirigido a promover


aprendizajes entres niveles: el pensamiento, los sentimientos y las prácticas
concretas. Por propuestas que apuntan a producir cambios de tipo cognitivo se
entiende no solo el suministro de información científicamente validada acorde a
cada etapa evolutiva, sino también al trabajo sobre los prejuicios y las
creencias que sostienen actitudes discriminatorias, como también el conocimiento
de derechos y obligaciones.

Con respecto al plano de la afectividad, desde la escuela es posible trabajar


paradesarrollar capacidades emocionales como la empatía, la solidaridad y
la expresión de los sentimientos en el marco del respeto.

El nivel conductual corresponde al del aprendizaje a través de la práctica. En esta


dimensión, más relacionada con el ‘saber hacer’, con la adquisición de
competencias tales como la posibilidad de decir “no” frente a presiones de otros,
al fortalecimiento de conductas de cuidado personal y colectivo de la salud, como
así también de aquellas habilidades psicosociales, como la expresión y el manejo de
sentimientos, afectos y emociones.

c. Las personas involucradas consideradas como sujetos de derecho: la


perspectiva de derechos humanos como marco de la ESI alude a la obligatoriedad
del Estado de garantizar el efectivo cumplimiento de los derechos de las personas.
Los derechos de los alumnos y alumnas son reconocidos cuando se trabaja en torno
al suministro de información adecuada, actualizada y científicamente validada.
Cuando se consideran sus opiniones, emociones y sentimientos, y cuando se asume
el rol del adulto/a mediante el ejercicio de la función de orientación y confrontación
en el ámbito de la contención y la confianza.

Así mismo, la consideración de los docentes como sujetos de derecho debería


expresarse en el reconocimiento de su identidad profesional y, a la vez, previendo
la implementación de acciones de capacitación, apoyo y contención para
acompañarlos en la concreción de los propósitos formativos de la ESI.

d. La especial atención a la complejidad del hecho educativo: la


implementación de la ESI adquiere características propias y diferentes de las que
puedan asumir las instituciones de salud u otros colectivos que también participan
en la educación de niños, niñas y jóvenes. Abordar la ESI implica trabajar con las
responsabilidades específicas de las escuelas, sus potencialidades y la particular
complejidad del vínculo docente-alumno. Y también incluye la necesidad de arribar
a consensos con las familias.

Más allá de las recurrencias evolutivas, las diferencias de todo tipo (etnia, clase
social, ámbito rural o urbano, creencias particulares, etc.) hacen que cada grupo de
niños, niñas o jóvenes transite su crecimiento y constituya su experiencia de
maneras muy diferentes. Para pensar estrategias teniendo en cuenta la diversidad,
cada institución educativa deberá realizar las contextualizaciones necesarias en
términos de pensar, rediseñar y crear intervenciones adecuadas a cada
particularidad, trabajando en pos del consenso.
En síntesis, la propuesta de la ESI se sustenta en la perspectiva de
derechos humanos, propicia el protagonismo de la profesionalidad docente
y sostiene una visión integral de la sexualidad sin reduccionismos,
respetuosa de las diversidades de orientación sexual e identidad de
género.

Con todos estos elementos podemos resumir diciendo que la ESI implica un espacio
de enseñanza aprendizaje sistemático con contenidos adecuados a la edad de los
alumnos y alumnas, que comprende saberes y habilidades para la toma de
decisiones concientes y críticas sobre:

 El cuidado del propio cuerpo.


 Las relaciones interpersonales.
 La valoración de las emociones y sentimientos.
 El ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos.
 La valoración positiva de la diversidad y la no discriminación.
 La equidad de trato y oportunidades entre varones y mujeres.

Esto implica también atender las situaciones cotidianas de la escuela y su


organización, así como generar un trabajo articulado con las familias, los centros de
salud y las organizaciones sociales.

Con todos estos elementos podemos resumir diciendo que la ESI implica un
espacio de enseñanza aprendizaje sistemático con contenidos adecuados a la edad
de los alumnos y alumnas, que comprende saberes y habilidades para la toma de
decisiones concientes y críticas sobre:

 El cuidado del propio cuerpo.


 Las relaciones interpersonales.
 La valoración de las emociones y sentimientos.
 El ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos.
 La valoración positiva de la diversidad y la no discriminación.
 La equidad de trato y oportunidades entre varones y mujeres.

Esto implica también atender las situaciones cotidianas de la escuela y su


organización, así como generar un trabajo articulado con las familias, los centros de
salud y las organizaciones sociales.

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