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Los sitios rupestres de Coasa

Una parte importante del patrimonio arqueológico del distrito, vinculado por lo general estrechamente con los vestigios mencionados en el capítulo
anterior, comprenden las manifestaciones rupestres en la modalidad de pinturas y petroglifos.
En dos viajes al distrito (abril 2008 y octubre 2009), el autor pudo documentar fotográficamente un total de 17 sitios rupestres, cinco en la quebrada
angosta del río Achasiri, nueve en ambas márgenes del río Coasa (a partir de la confluencia de los ríos Achasiri y Coasa) y tres en la cuenca media
del río Esquena. No se ha podido localizar el sitio Qutikarka, mencionado por Tapia (1985), aunque se supone, por el nombre del sitio, que este se halla
cerca del complejo arqueológico o del pueblo de Cuticarca. Tampoco se encontró el sitio Tingore 3 en la margen izquierda del río Achasiri,
mencionado por Flores y Cáceda (2004).
En los cuadros 1-4 se proporciona un listado de los sitios inventariados hasta la fecha, con indicación de la altura sobre el nivel del mar, el año del
registro y el nombre del o de los investigadores que registraron el sitio. El mapa de la figura 3 muestra la distribución de los sitios en la cuenca del
río Coasa y las subcuencas de los ríos Achasiri, Cuticarca y Esquena. La imagen satelital (Google Earth) de la figura 4 da una idea de la topografía de
la región y muestra las tres concentraciones de sitios rupestres del distrito indicadas mediante óvalos blancos.
Cuadro 1: Sitios rupestres en la cuenca baja del río Achasiri
Altura
No. Nombre del sitio Registrado por / fecha
msnm
Musujchaca 1 Flores y Cáceda, 2004 (denominaron el sitio Tingore 1); Hostnig, abril
1 3860
(o Usuña o Tingore 1) 2008
2 Musujchaca 2 3850 Flores y Cáceda, 2004; Hostnig, abril 2008
3 Chillihua 1 3855 Hostnig, abril 2008, octubre 2009
Flores y Cáceda, 2004 (denominaron el sitio Tingore 2); Hostnig,
4 Chillihua 2 3783 abril 2008; Es probable que coincida con el sitio Lluskuna,
mencionado por Tapia (1985)
5 Kanoqa 3750 Hostnig, abril 2008, octubre 2009
Cuadro 2: Sitios rupestres en la cuenca media del río Coasa (tramo desde la desembocadura del río Achasiri hasta el sector Pampamayo)
Altura
No. Nombre del sitio Registrado por / fecha
msnm
Hostnig, abril 2008, octubre 2009; Tapia, 1985 (trabajo de campo
1 Roq’to Uno 1 3774
entre 1976-1977)
2 Roq’to Uno 2 3800 Hostnig, abril 2008
3 Roq’to Uno 3 3715? Hostnig, abril 2008
4 Ch’ullunqani 1 3698 Hostnig, abril 2008, octubre 2009
5 Ch’ullunqani 2 3700 Hostnig, octubre 2009
6 Pampamayo 3600 Hostnig, octubre 2009
7 K’ucho Uno 1 3648 Hostnig, octubre 2009
8 K’ucho Uno 2 3648 Hostnig, octubre 2009
9 K’ucho Uno 3 3648 Hostnig, octubre 2009
Cuadro 3: Sitios rupestres en la cuenca media del río Esquena
No. Nombre del sitio Altura msnm Registrado por / fecha
1 Juncuntira 3848 Hostnig, octubre 2009
2 Pukupata 1 y 2 3975 Hostnig, octubre 2009
3 Trankapunku 3614 Hostnig, octubre 2009
Cuadro 4: Sitio rupestre en la subcuenca del río Cuticarca
Tapia, 1985 (trabajo de campo entre 1976-1977, sitio no
1 Qutikarka s/d
localizado por el autor)
Fig. 3: Ubicación de los sitios rupestres de Coasa

Fig. 4: Los tres óvalos indican la localización de las áreas rupestres de Coasa
Los principales yacimientos de pinturas rupestres de Coasa se encuentran en la cuenca baja del río Achasiri y en la cuenca alta del río Coasa, desde
la confluencia del río Achasiri con el Coasa hasta una distancia de kilómetro y medio río abajo. Es muy probable que existan más sitios rupestres
siguiendo el Coasa hacia el piso ecológico de la ceja de selva, pero la exploración de la quebrada a partir del último sitio registrado en Pampamayo
demandaría varios días de caminata y de frecuentes bajadas y subidas desde el camino troncal a las zonas de difícil acceso en la ribera del río para
inspeccionar las rocas y las paredes en la base de los acantilados.
En el año 2009, el autor halló una tercera concentración de sitios rupestres, en la modalidad de petroglifos, al visitar el complejo arqueológico de
Wat’amarka guiado por pobladores de Esquena y acompañado por personal de la Municipalidad de Carabaya. En este segundo viaje a Coasa se logró
registrar un conjunto de petroglifos coloniales grabados sobre piedras en pleno camino de herradura, mientras que encima del pueblo de Esquena, el
guía local enseñó al autor dos planchas grandes de rocas con numerosos grabados en las superficies planas y casi horizontales. Estos grabados son
interesantes por su emplazamiento e iconografía pero requieren ser documentados a detalle mediante un método apropiado, puesto que las
fotografías no permiten visibilizar todos los surcos de los petroglifos que son muy superficiales. Otro sitio con petroglifos se encontró durante la
misma visita en la margen izquierda del río Esquena, entre el pueblo de Esquena y Wat’amarca.
A continuación se proporcionará una descripción sucinta de cada sitio para luego, en las conclusiones, sintetizar los principales resultados del
análisis.
Sitios rupestres de la subcuenca del río Achasiri
El río Achasiri tiene su origen en el nevado del mismo nombre (hoy día ya sin nieve perpetua) y vierte sus aguas, luego de un recorrido de 23 km de
oeste a este, en el río Coasa. En la parte alta de la cuenca, el río atraviesa un valle ancho de tipo glaciar hasta el poblado de Huarachani, donde
comienza a cerrarse. A partir del caserío Ayusuma adquiere el carácter de una quebrada encañonada hasta cerca de la capital distrital. Los sitios
rupestres descritos en lo sucesivo, se encuentran en el último trecho de la cuenca, entre 2,5 y 5 kilómetros, contados desde la unión con el río
Coasa.
Musujchaca 1 (o Usuña o Tingore 1)
Cruzando el puente cerca de Ayusuma a la margen derecha del río Achasiri, se llega al primer sitio rupestre en el sector llamado Musujchaca,
topónimo que significa “puente nuevo”. El sitio está ubicado a 3837 msnm, en la margen derecha de la carretera. El panel con las pinturas se
encuentra en la base de un farallón, directamente debajo de una fractura horizontal de la roca, a una distancia de aproximadamente 25 m del borde
de la carretera afirmada que sigue el curso del río (fig. 5).
El pequeño panel se compone de dos motivos: un cuadrado de 12 cm de lado, en cuyo interior se observa un diseño que consta de cuatro triángulos
(uno por lado) que apuntan hacia el centro del cuadrado. Uno de los triángulos lleva otro en el interior usando como base la misma línea que el
triángulo grande. A los costados de tres de los triángulos salen trazos cortos que otorgan mayor complejidad al diseño. Hacia la derecha de este
motivo, a una distancia de unos 40 cm, se encuentran tres líneas verticales ondulantes paralelas, dos de las cuales se juntan en la parte superior.
Corresponden a un motivo recurrente de Coasa que se repite en Kanoja y en los petroglifos de Trankapunku.
La pintura usada es el rojo oscuro que en el motivo cuadrado ha adquirido en algunas partes un tono violáceo, probablemente debido a la reacción
química del pigmento con el soporte rocoso.
Fig. 5: Vista panorámica con indicación del panel. Sitio Musujchaca 1
Flores y Cáceda (2004) reportaron en este sitio un segundo panel con la “representación de camélidos en acto de apareamiento en color rojo oscuro,
mientras que unos centímetros más abajo [existe] una silueta antropomorfa acechando a los animales.”
Musujchaca 2
A corta distancia del primer sitio se encuentra, en la base del mismo farallón, otro panel con pinturas rupestres de color rojo oscuro de iconografía
distinta a la del sitio anterior, compuesto por dos motivos figurativos y dos abstractos (figs. 6 y 7a). En el lado izquierdo del panel vemos una figura
antropomorfa esquematizada con los brazos en alto, uno de ellos agarrando lo que pareciera ser una cuerda que sale del cuello de un cuadrúpedo
con aspecto de llama de tamaño mucho más grande que la figura antropomorfa. El animal está orientado hacia la izquierda del observador y
representado con cuatro extremidades, una oreja, cuello grueso y alargado, cuerpo rectangular y cola exageradamente gruesa. En el lado derecho
arriba se observa una estructura reticulada con un apéndice en la parte inferior y debajo de este motivo una línea zigzagueante, quizás la
representación de una serpiente. En la parte inferior del extremo izquierdo se observan manchas de pigmentos rojos, probablemente los restos de
una figura, hoy destruida (figs. 7a y 7b).
El color usado es el mismo que en el sitio anterior, pero sin el cambio de coloración que han sufrido parte de las pinturas de Musujchaca 1.

Fig. 7a: Combinación


de motivos
figurativos y
abstractos

Fig. 6: Vista panorámica Fig. 7b: Calco en


del sitio Musujchaca 2 base a foto 7a
Chillihua 1
Luego de cruzar el segundo puente sobre el río Achasiri y pasar nuevamente a la margen izquierda del río, se llega a la estación rupestre de Chillihua
1 que se encuentra a una distancia de aproximadamente 200 m desde el puente. El soporte de las pinturas lo forma la pared de un alero de un
afloramiento rocoso ubicado a unos 20 m encima de la carretera (fig.8).
Fig. 8: Vista panorámica del sitio Chillihua 1, tomada desde el sitio de la chullpa decorada
En la pared inclinada del fondo del alero – hoy prácticamente inaccesible - se puede distinguir un panel grande con pinturas de color rojo oscuro y
negro (fig. 9).
En base a fotografías del panel tomadas con teleobjetivo y posterior tratamiento digital de las imágenes se han podido identificar seis personajes, dos
de ellos acompañados por o yuxtapuestos a un camélido considerablemente más pequeño que la figura humana a su lado (fig. 10). Las figuras
humanas tienen el cuerpo alargado con un ligero ensanchamiento a la altura de las caderas que puede indicar la vestimenta utilizada por los varones.
Las dos piernas están separadas y terminan en pies. Llevan los brazos levantados portando objetos en ambas manos (fig. 11). Cuatro hombres portan
hachas en su mano izquierda (suponiendo que están representados de manera frontal) y tres de ellos un pequeño escudo redondo en la mano
derecha. Dos de los escudos, representados mediante líneas de contorno, han sido decorados en el interior de la cara externa con un círculo rojo. El
elemento más llamativo de las figuras humanas es el gran tocado que adorna sus cabezas. El tocado más grande tiene forma semi-radial, siendo los
trazos radiales cerrados mediante una línea de contorno. Las hojas de las hachas son de forma trapezoidal y enmangadas de manera que sobresale
el mango en el extremo distal unos pocos centímetros. Las hachas son sostenidas por los hombres en la parte céntrica del mango.
Los pequeños camélidos asociados a dos de los personajes armados están representados de perfil y en posición estática, con dos orejas, cuatro
extremidades y cola curvada, el cuerpo de poco volumen. Tienen el cuello largo y erguido y la cabeza dirigida hacia la figura humana a su costado.
El procesamiento digital de las fotografías permitió resaltar las pinturas de color negro que se concentran en el centro y en el lado derecho el panel
(fig. 12). Se ha podido contabilizar nueve motivos en este color, seis de ellos figurativos (2 camélidos, 1 figura humana, 3 aves en vuelo) y tres
abstractos (dos cuadrados con diagonales cruzadas en el interior, 1 cuadrado vacío) de color negro. Notamos que uno de los camélidos, al que le falta
la parte posterior, es altamente esquematizado y de trazo lineal. La figura humana, de cuerpo ancho, se encuentra junto al camélido negro, pero sin
aparente relación con el animal. Dos de los tres cuadrados, uno vacío y el otro con un aspa en el interior, fueron pintados yuxtapuestos a personajes
con hacha y escudo, en el espacio entre el brazo derecho extendido y la línea del cuerpo y pierna derecha. Uno de los motivos negros (el camélido
completo) se superpone ligeramente sobre el escudo de la figura humana más grande de color rojo, por lo que queda establecido que el conjunto de
figuras rojas es de data anterior. Esto coincide con la suposición que el motivo de los cuadrados con diagonales cruzadas es de tiempos
precolombinos relativamente recientes en el ámbito del centro-sur andino y que en el caso de este sitio, podría datar de la época de la ocupación
incaica del territorio coaseño. Las tres aves en posición de vuelo son las únicas representaciones ornitomorfas halladas hasta la fecha en el arte
rupestre de Carabaya.

Fig. 9: Alero con pinturas rupestres de Chillihua 1


Fig. 10: Conjunto de
figuras del panel de
Chillihua 1, sin los motivos Fig. 11: Detalle del
de color negro. panel
(Procesamiento digital
mediante Photoshop)

Fig. 12: Calco del conjunto de pinturas de color negro en el panel de Chillihua 1
Chillihua 2 (o Tingore 2)
Este sitio, ubicado en la orilla derecha del río y sólo accesible en época de sequía al vadear el río, lamentablemente fue vandalizado mediante pintas
políticas, siendo las más destructivas de los años ochenta (Flores y Cáceda 2004). El panel principal se encuentra directamente debajo del alero y fue
cubierto por las letras VOTA POR A. AGUILAR, pintadas con aceite quemado de automóvil. Debajo de las letras fue pintada una lampa de color rojo, el
símbolo político del Partido Acción Popular (figs. 13, 14a-14c). Hay pinturas aisladas y manchas de color rojo en otras partes del afloramiento rocoso,
pero igualmente cubiertas con lemas de índole política partidaria.

Fig. 13: El sitio Chillihua 2 en la orilla derecha del río Achasiri


Mediante el procesamiento digital de las imágenes del panel principal tomadas en el sitio se logró visibilizar parte de las figuras cubiertas por la pinta
política. Se trata de dos camélidos en fila desplazándose hacia la derecha del observador. El primero, de cuello erguido, es jalado con una soga por
una figura humana muy pequeña. El segundo camélido, con el cuello estirado en posición horizontal, parece correr detrás del otro para alcanzarlo. A
la derecha de esta escena y directamente debajo de un círculo de color rojo oscuro se distingue un personaje, representado en posición frontal, que
porta un hacha en la mano derecha. Más hacia la izquierda, superpuesto parcialmente sobre el camélido enlazado, fue pintado un rectángulo vertical
delineado, dividido en el centro por una línea horizontal. La tonalidad de rojo de la figura antropomorfa con hacha y de este motivo geométrico es más
clara que la de los dos camélidos y del círculo mencionado.
La superposición de los dos grupos de motivos de temática, estilo y tonalidades cromáticas diferentes revela cierta distancia temporal, quizás de
varios siglos, entre los momentos de su factura. En vista de la ubicación de la pared pintada en el borde del río, los pintores deben haber
aprovechado el cauce bajo del río durante la época de invierno (meses de mayo a octubre) para realizar la obra.

Fig.14a: Pinturas Fig.14b: Foto


rupestres procesada mediante
vandalizadas programa
mediante pintas DStretch ImageJ 2),
políticas canal de color “lds”

Fig.14c: Calco en base a la foto 14b


Kanoqa
Continuando el recorrido hacia Coasa se encuentra, nuevamente en la margen izquierda del río, otra estación rupestre en el sector Kanoqa. Las
pinturas rupestres de este sitio fueron producidas en la pared vertical plana de un pequeño afloramiento rocoso, que colinda con la carretera. Esta
ha reemplazado años atrás el antiguo camino de herradura que comunicaba Coasa con la zona alto-andina (hoy distrito de Ajoyani) y que
probablemente siguió el trazo de un importante camino prehispánico. Afortunadamente, el sitio no ha sido afectado durante la construcción de la
carretera y tampoco ha sufrido actos de vandalismo a pesar de la facilidad de acceso (fig. 15).

Fig. 15: Panorámica del sitio Kanoqa


El panel con las pinturas cubre un área de 2.5 m de ancho por 1.5 m de alto. Los motivos están concentrados en el lado derecho del panel, habiendo
sólo pocas figuras en la parte céntrica y en el extremo izquierdo, cerca del borde inferior de la roca. Los colores usados fueron el rojo oscuro, rojo
claro, anaranjado, blanco y negro (fig. 16).
Las pinturas más antiguas, de una tonalidad de rojo más oscuro que otros motivos de este color, corresponden a cuatro camélidos de estilo
naturalista, representados en posición de carrera (fig. 17). Están distanciados unos 50 a 60 cms entre ellos y corren en distintas direcciones. Uno de
ellos está cubierto por una capa delgada y transparente de color blanco. Por la forma naturalista de los animales es de suponer que pertenezcan al
Arcaico Tardío o al Horizonte Temprano (o Formativo Temprano). También un conjunto de cuatro cuadrúpedos, entre ellos uno con aspecto de felino y
otro de canino, parece ser de la misma época.
Fig. 16: Calco del panel de Kanoqa

Fig. 17: Detalle de las figuras de camélidos de estilo naturalista


Milenios más tarde, probablemente durante el Intermedio Tardío, fue pintado cerca de los camélidos mencionados un personaje grande de color
naranja, armado con un hacha y un escudo. Está representado en posición frontal, con los brazos extendidos. Porta el hacha, con el mango en
posición vertical, en la mano derecha y el escudo en la izquierda. Este tiene forma rectangular y la cara exterior rellenada de color naranja. La figura
humana, de cerca de 80 cm de alto, está cubierta parcialmente con una capa delgada y transparente de color blanco. Superpuesto sobre la capa
blanquecina y el personaje, fue pintado en color rojo claro un motivo abstracto compuesto por círculos y líneas onduladas que terminan en ojales. Un
motivo similar se observa en los petroglifos de Trankapata en Esquena (fig. 85). En el mismo color aparece, en el lado izquierdo, un motivo
consistente en una agrupación de cinco pequeños círculos asociados a un camélido esquematizado encerrado mediante un trazado ovoide. El motivo
de las líneas sinuosas debe pertenecer a la última fase de producción pictórica en el sitio, que puede haber tenido lugar durante el Horizonte Tardío
(figs. 18a-18c).
Queda por establecer a cuál de las fases mencionadas se puede atribuir un extraño motivo aislado en la parte inferior del panel, compuesto por dos
líneas paralelas “dentadas” opuestas (figs. 22a-22c). Bajo el supuesto que represente un motivo perteneciente a la tradición regional de las
“composiciones abstractas”, se propone ubicarlo cronológica y preliminarmente en el Horizonte Medio. La capa blanca transparente que subyace al
motivo de líneas sinuosas, así como un pequeño cuadrado del mismo color debe haber sido pintada en algún momento entre el Período Intermedio
Tardío y el Horizonte Tardío. Lo mismo vale para un pequeño motivo cuadrado con punto central de color negro (similar al de Chillihua 1) apenas
visible en el lado derecho de la figura humana con hacha y escudo.

Fig. 18a: Fig. 18b: Fig. 18c: Calco en


Motivo de Foto base a foto 18b
líneas procesada
sinuosas mediante
superpuesto Programa
sobre figura DStretch
antropomorf ImageJ,
a con hacha canal de
y escudo. color “lds”

Fig. 19-21: Detalles del panel

Fig. 22b: Foto procesada mediante programa DStretch


Fig. 22c: Calco en
Fig. 22a: Composición abstracta. ImageJ,
base a foto 22b
canal de color “crgb”
Quebrada del río Coasa, margen izquierda
En la parte baja del pueblo de Coasa, un puente recién construido permite cruzar el río Achasiri que desemboca a corta distancia del puente en el río
Coasa, aumentando considerablemente el caudal de este. Cerca del moderno puente de concreto existen los restos de un puente de piedra que antes
conectaba el pueblo de Coasa con la margen izquierda de los ríos Achasiri y Coasa. Al otro lado del puente antiguo parte un camino ancho y bien
mantenido a un amplio sector de terrenos agrícolas ubicados en la ladera empinada del cerro Charasoja (fig. 23). El camino vence las zonas rocosas
o de mucha pendiente mediante gradas cavadas en la roca madre o mediante peldaños de piedra canteada y asciende hasta la cumbre del cerro
donde se encuentran los restos de una fortificación precolombina (pukara) conocida como Llaqtapata. A un km de recorrido, el camino se bifurca y un
ramal desciende nuevamente hasta el río.
Los nueve sitios de pinturas rupestres registrados en esta ruta de 1.5 km en línea recta desde el inicio del camino hasta el sitio de Pampamayo, están
ubicados tanto en las peñas encima del camino (en dos casos asociados a sitios de entierros), a unos 70 m encima del lecho de l río, así como en el
fondo de la quebrada, en las roquerías que bordean el río en ambos lados.

Fig. 23: Camino prehispánico que asciende por la vertiente izquierda del río Coasa
Roq’to Uno 1
Recorriendo unos 500 m desde el inicio del camino se llega al primer sitio con pinturas rupestres ubicadas sobre la pared vertical de un afloramiento
rocoso prominente en el lado izquierdo del camino. El sector lleva el nombre de Roq’to Uno y alberga tres de los ocho sitios rupestres hallados en la
margen izquierda del río Coasa. El farallón con las pinturas es de difícil acceso por lo que carecemos de medidas exactas del panel y de las figuras
representadas (fig. 24).

Fig. 24: Vista panorámica de Roq’to Uno 1


A lo largo de la pared rocosa, de fuerte pendiente en dirección hacia el río, se hallan restos de osamenta humana y de estructuras funerarias. Las
pinturas, todas de color rojo, están repartidas en tres sectores de la pared. De los 12 elementos identificados, cinco fueron pintados en el lado
izquierdo del panel, desde pocos centímetros del piso donde se encuentran los vestigios de varias chullpas, hasta una altura de dos metros.
En el lado derecho, separado del sector funerario por un peldaño de roca, existe otra concentración de pinturas dominadas en el extremo derecho de
la pared rocosa por dos figuras humanas grandes pintadas a una altura aproximada de 0.8 y 1.5 m de altura, desde la base. Son las únicas figuras que
a pesar de lo desvaído de las pinturas, son visibles desde el camino. Los demás motivos sólo se pueden documentar fotográficamente desde cierta
distancia si se logra escalar una roca de superficie resbalosa contigua al acantilado. Los dos personajes son de cuerpo ancho y parecen estar
vestidos con túnicas que llegan hasta la rodilla. El de arriba porta un hacha en su mano derecha. En el lado derecho de la figura se observa el
fragmento de un pequeño círculo concéntrico. Ambas figuras antropomorfas están representadas con los brazos extendidos en posición horizontal,
las piernas separadas con los pies orientados hacia fuera. La figura de arriba ha sido dotada con el detalle anatómico de los dedos en ambos manos
(figs. 25a-25c), algo poco usual en el arte rupestre de la región.
Fig. 25b: Foto
procesada
Fig. 25a:Dos mediante
Fig. 25c:Calco
figuras programa
en base a
humanas con DStretch
foto 25b
hachas ImageJ,
canal de color
“ire”
Hacia la izquierda de las dos figuras humanas, se ha podido visibilizar, mediante el procesamiento digital de las fotografías, otros motivos de color
rojo, irreconocibles a simple vista debido a la pérdida de la pintura superficial: una forma abstracta y dos figuras humanas, uno con un hacha en la
mano izquierda y la otra con un objeto corto no identificado. Debajo de ellas, un motivo cuadrado con divisiones internas, cuya línea vertical divisoria
sobresale y se prolonga hacia abajo (figs. 26a-26c). Cerca de la base de la roca se encontró una espiral apenas discernible y manchas de color rojo
en el lado derecho (27a-27b).

Fig. 26b: Foto


Fig. 26a:
tratada
Pinturas rojas Fig 26c: Calco
mediante
diluidas por en base a
canal “ire”
chorreo de foto 26b
(Programa
agua de lluvia
DStretch)
Fig. 27b: Foto
Fig. 27a: Espiral procesada mediante
semicubierta por programa
líquenes DStretch ImageJ ,
canal de color “crgb”
En el extremo izquierdo del panel, muy cerca del piso rocoso usado como entierro en tiempos precolombinos, se puede ver un personaje con hacha y
escudo (figs. 28a-28b, 29a-29b). El escudo, que casi alcanza el tamaño del hombre, lleva un diseño romboidal en el interior, convirtiendo las cuatro
esquinas en triángulos equiláteros. A la derecha de esta figura se distingue un conjunto de cuatro motivos compuesto por una figura fitomorfa
flanqueada por una hilera de puntos o pequeñas manchas redondas; abajo, hacia la izquierda, un elemento en forma trapezoidal en cuyo interior se
pueden distinguir restos de un diseño ornamental y que parece haber estado unido con la composición abstracta abierta en la parte inferior (fig. 30).
A una distancia de aproximadamente un metro más arriba y hacia la derecha fue pintado otro motivo fitomorfo rojo similar (fig. 31), siendo el panel en
la parte superior rematado por una figura humana grande de color naranja, vestida con una túnica larga. Parece representada de perfil, con los pies
dirigidos hacia la izquierda. Cabeza y brazos de la figura están ausentes, probablemente por la pérdida de los pigmentos. A la altura y en ambos lados
donde debería estar la cabeza de la persona, se encuentra un círculo concéntrico pintado en los colores anaranjado – blanco - anaranjado (fig. 32).

Fig. 28a: Lado


izquierdo Fig. 28b: Calco en
del panel de Roq’to base a foto 28a
Uno 1
Fig. 29b: Foto
Fig. 29a: Personaje
procesada mediante
con hacha
programa DStretch
y escudo
ImageJ, canal de
cuadrangular
color “crgb”

Figs. 30-32: Calcos de detalles del panel de


Roq’to Uno 1
La dificultad de acceder al pie del acantilado no ha sido un impedimento para los saqueadores de tumbas precolombinas que tiempo atrás han
destrozado las chullpas adosadas a la pared rocosa para vaciar su contenido. Las fotografías fueron tomadas desde el camino y desde una peña
frente a la pared rocosa.
Roq’to Uno 2
Trepando la falda empinada del cerro encima del sitio Roq’to Uno 1 se llega a un sector de entierros precolombinos con restos de mampostería
rústica de lo que fueron los muros de chullpas adosadas a la pared inclinada de un prominente farallón. Este está orientado en el sentido de la cuesta
la que en este lugar tiene una fuerte pendiente. De los muertos enterrados en el lugar hoy sólo quedan cientos de huesos humanos desparramados al
pie de la pared rocosa (figs. 33 y 34).
En la parte superior del farallón, cerca de los restos del muro de una chullpa, se encontró pinturas rupestres en los colores rojo y anaranjado. El
panel principal está compuesto por una figura humana portando un hacha y un escudo, dos “máscaras” humanas, una mancha roja alargada y vertical
y otra mancha roja sin forma definida (fig. 35a-35c). El hombre armado, de cabeza redonda, tiene 15 cm de alto. Sus piernas terminan sin indicación
de pies. Parece estar vestido con una clase de túnica que le llega hasta las rodillas. Según la convención pictórica de la época, sostiene el escudo
apartado del cuerpo, con el brazo extendido. En la otra mano porta el hacha con el mango levantado en posición perpendicular. El escudo lleva el
diseño de una cruz en el interior (fig. 36).
Las dos “máscaras” humanas son únicas en el repertorio actual del arte rupestre carabaino. La de arriba (fig. 37) de forma trapezoidal con ojos y
boca, pintada en positivo y la de abajo, en negativo, con ojos, boca y nariz. Es posible que hayan jugado un papel en los ritos mortuorios locales.
Hacia la izquierda de este panel se encuentra otra figura humana pequeña de trazo lineal y de color anaranjado. Porta en su brazo derecho extendido
un gran escudo cuadrangular delineado que tiene casi el doble del tamaño del hombre. Este porta en la mano derecha un objeto corto en media luna.
El escudo está decorado en el interior con otro cuadrado pequeño (fig. 38).
Fig. 33:Restos
de chullpa Fig. 34: Pinturas rupestres de
adosada a la Roq’to Uno 2
pared asociadas a un lugar de
inclinada del entierros prehispánicos
farallón

Fig. 35b: Foto


procesada
mediante Fig.
Fig. 35a: Panel
programa 35c:Calco en
del sitio Roq’to
DStretch base a foto
Uno 2
ImageJ, 35b
canal de color
“crgb”

Fig. 36b: Foto


Fig. 36a: Personaje
procesada mediante
con hacha y escudo
programa DStretch
ImageJ, canal de color
“crgb”

Fig. 37b: Foto tratada


Fig. 37a: Máscara con
mediante canal “crgb”
detalles faciales
(Programa DStretch)

Fig. 38b: Foto


procesada mediante
Fig. 38a: Roq’to Uno
programa DStretch
2.
ImageJ, canal de color
“ybk”
Roq’to Uno 3
Continuando el recorrido por el camino prehispánico, se pasa por un sector con grandes peñas. En una de ellas se puede observar la silueta de una
figura antropomorfa (fig. 39). El panel ocupa un pequeño segmento de la superficie vertical plana de la roca, ennegrecida por el crecimiento de
líquenes de color oscuro. Aunque la figura es algo difusa, mediante el canal de color “yds” (DStretch-ImageJ) se ha logrado resaltar la imagen de un
personaje que porta un hacha en la mano derecha.
Parece que los pintores de aquel entonces, o confiaban en la resistencia de los pigmentos usados o realizaban la pintura sin la intención de que
perdure en el tiempo. Por la dificultad de acceso, sólo se tomó una foto desde el camino y lamentablemente sin contar con un teleobjetivo.

Fig. 39: Peña con pintura roja representando un personaje con hacha
(Foto: Rosa Ana Hostnig) La foto de la figura humana ha sido procesada
mediante el programa DStretch ImageJ, canal de color “yds”
Ch’ullunqani 1
A unos 800 m desde el inicio del camino precolombino se llega a la cuarta estación rupestre en la margen izquierda del río Coasa. El soporte de las
pinturas forma un afloramiento rocoso ubicado directamente encima del camino. En la parte céntrica, a unos 20 m de altura desde el camino, el
peñón tiene una repisa en fuerte declive hacia afuera (fig. 40). Los pintores prehispánicos se valieron de este balcón natural, quizás asegurados por
cuerdas desde lo alto de la peña, para realizar la obra pictórica.
Fig. 40: Vista panorámica del sitio Ch’ullunqani 1

Fig. 41a: Panel de pinturas de Ch’ullunqani 1

Fig. 41b: Foto procesada mediante Programa DStretch ImageJ, canal de color “lds”

Fig. 41c: Calco en base a foto 41b


El panel con las pinturas mide aproximadamente 3.5 m de ancho por 0.8 m de alto. Consiste en una hilera de motivos antropomorfos y abstractos
pintados a poca distancia (entre 15 y 80 cm) encima de la fractura horizontal de la roca (figs. 41a-41c). Comenzando en el extremo izquierdo del panel,
los motivos identificados son los siguientes: Una figura antropomorfa pequeña y poco visible en la esquina superior. Lleva en la mano izquierda un
hacha. Hacia abajo siguen dos motivos de color negro sobre fondo blanco: el superior es de forma abstracta y se compone de dos trazos curvos
opuestos, cuyos extremos terminan en volutas. Debajo de este motivo se encuentra una pintura en forma de “sol”, provisto de siete rayos curvos que
terminan en ganchos. Ambos motivos se encuentran cerrados mediante una línea de contorno de color negro. Parcialmente superpuesto sobre la
línea de contorno alrededor del “sol” estilizado aparece en el lado izquierdo una figura de color rojo, similar a un “sol poniente o saliente” o un
penacho de plumas, compuesta por un semicírculo del que se proyectan siete trazos o rayos rectilíneos. En el lado derecho del motivo abstracto de
colores negro sobre blanco fue pintado arriba y en color rojo, un personaje que porta un escudo en la mano derecha y un hacha en la otra. El escudo,
al parecer sin decoración interior, está superpuesto ligeramente sobre el trazo curvo más grande en el lado izquierdo. A pocos centímetros hacia la
derecha de esta figura antropomorfa se encuentra, aislada de los demás motivos, otra figura abstracta de color blanco. Está formada por un
triángulo, cuya punta se abre y se divide en dos volutas dobladas hacia abajo. Parece haber sido pintada en la misma sesión en la que se produjo la
composición de motivos negros sobre blanco. Superpuesto sobre la línea que contornea el motivo del posible símbolo solar de color negro fue pintado
en el lado derecho una hilera de pequeñas figuras humanas muy esquematizadas, vistas de frente y tomadas de la mano. El mismo motivo
antropomorfo se repite a una distancia de medio metro hacia la derecha. Debajo de la primera hilera de antropomorfos, en la parte inferior del panel,
hay otro personaje de color rojo, con un escudo grande en la mano derecha y un objeto redondo en la izquierda. Es posible que se trate de una cabeza
trofeo. El interior del escudo está libre de pintura (figs. 42a-42b).
Fig. 42a: Detalle del lado Fig. 42b: Calco de
izquierdo del panel foto 42a
A la segunda hilera de figuras humanas cogidas de la mano sigue, siempre hacia la derecha del observador, un hombre con un escudo de grandes
proporciones en la mano izquierda y un objeto redondo en la mano derecha. La tinta roja en el interior del escudo se ha escurrido, pero se distingue
como elementos decorativos o distintivos un triángulo en la parte superior y otro, más pequeño, en la parte inferior que descansa sobre la línea de
base del escudo (figs. 43a-43b).

Fig. 43b: Foto


procesada mediante
Fig. 43a: Detalle de
programa DStretch
personaje con escudo
ImageJ, canal de color
“ire”
A unos 20 cm hacia la derecha se puede observar una cuarta figura antropomorfa. Lleva un hacha en la mano derecha y un escudo más pequeño
decorado en la izquierda. La decoración consiste en un pequeño círculo de tinta plana en el centro de la hoja (figs. 44a-44b). Debajo de la figura
humana con hacha hay un círculo con una raya vertical en el centro. El panel termina en el extremo derecho con una composición abstracta de color
rojo. Tiene forma de un rectángulo vertical con un diseño en el interior que consiste en pequeños círculos, líneas quebradas y sinuosas (figs. 45a-c).

Fig. 44b: Foto


Fig. 44a: Detalle de
procesada mediante
personaje con escudo
Programa DStretch
ImageJ, canal de color
“lds”

Fig. 45b: Foto


procesada
Fig. 45a: Motivo
mediante Fig. 45c:
abstracto en el
programa Calco en
extremo
DStretch base a foto
derecho del
ImageJ, 45b
panel
canal de color
“lds”
Las superposiciones de motivos en el panel de Chullunqani 1 aportan argumentos para sustentar la anterioridad de la tradición de las composiciones
abstractas a la tradición local figurativa caracterizada por la representación de personajes con hacha y escudo.
Ch’ullunqani 2
El topónimo Ch’ullunqani proviene del aymara y significa “donde hay hielo”. Este y otro topónimos aymaras de Carabaya indican que la zona fue
habitada antiguamente, en los siglos anteriores a la ocupación inca, por poblaciones de habla aymara.
Esta quinta estación rupestre se encuentra a unos 80 m del sitio anterior, siempre varios metros encima del camino precolombino (figs. 46a-46c). El
panel con las pinturas, carente de un alero protector, ha sufrido por su exposición a la lluvia y la radiación solar. Recurriendo nuevamente al
programa DStretch ImageJ se pudo visibilizar buena parte de las figuras casi indistinguibles en la fotografía original. Usando las partes planas de la
roca, los pintores representaron en este lugar varios personajes con escudo y hacha (figs. 47a-47b). En medio del panel fue plasmada la figura de un
perro o zorro (figs. 48a-48b) y a la derecha abajo el motivo recurrente del cuadrado con aspa en el interior. El color predominante es el rojo. El color
naranja fue usado para llenar los espacios de las subdivisiones en el cuadrado con diagonales cruzadas.
No es posible reproducir mediante dibujos todas las figuras de este panel debido a su mal estado de conservación. Pero por lo visto se trata de la
misma tradición que domina en los paneles de pinturas rupestres de la margen izquierda del río Coasa y margen izquierda del río Achasiri.

Fig. 46a:Vista Fig. 46b: Foto Fig. 46c:Calco


panorámica procesada en base a foto
del panel de mediante 46b
Chullunqani 2 programa
DStretch
ImageJ, canal
de color “ire”

Fig. 47b: Foto


Fig. procesada
47a:Detalle de mediante Fig.47c:Calco
la parte programa en base a foto
superior del DStretch 47b
panel ImageJ, canal
de color “ire”

Fig. 48b: Foto


procesada
Fig. 48a: mediante Fig. 48c: Calco
Figura de programa en base a foto
cánido DStretch 48b
ImageJ, canal
de color “ire”
Pampamayo
A aprox. 1.5 km desde el puente sobre el río Coasa, sobre el camino que faldea la margen izquierda del río, se localizó el sitio Pampamayo, formado
por un alero en la parte alta de un farallón (fig. 49) cerca de la orilla del río.
El área pintada tiene aproximadamente 5 m de ancho por 1.5 m de alto y contiene un total de 11 motivos, todos de color naranja, 4 figurativos y los 7
restantes abstractos (fig. 50). En el extremo derecho y superior del panel sobresalen las figuras de dos personajes, representados de perfil, con los
cuerpos y pies orientados hacia la derecha del observador. Están adornados con tocados ovalados en la cabeza y llevan un hacha en una de sus
manos. El personaje en la parte superior tiene los dos brazos extendidos horizontalmente y superpuestos de modo que parece que el mismo brazo
sostiene el hacha y una prolongación del brazo porta el escudo. El escudo es de dimensiones grandes y tiene forma ovalada. Junto al segundo
personaje en la parte inferior que sólo porta un hacha, se encuentra un motivo abstracto compuesto por dos trazos horizontales y cuatro trazos
verticales, formando un enrejado.
Fig. 49: El abrigo de Pampamayo con las pinturas rupestres de color naranja.
Más abajo, en la parte céntrica del panel, se distingue un pequeño cuadrado con diagonales cruzadas en el interior y debajo de este motivo un
antropomorfo que lleva en la mano izquierda una cuerda o lazo.
En el extremo izquierdo del panel, donde la pared forma un ángulo de cerca de 90º, están concentrados los demás motivos: una figura humana
esquematizada, en posición frontal, con las piernas separadas y los brazos extendidos, la cabeza sin tocado y el cuerpo sin indicación de vestimenta.
A una distancia de unos 20 cm hacia la izquierda se observa un trazo lineal intersectado por cuatro trazos rectilíneos cortos. En el lado derecho un
cuadrado con dos diagonales cruzadas en el interior, una mancha de pintura de forma redonda. Es probable que represente el escudo de la figura
humana esquematizada a la derecha que sostiene un objeto en la mano izquierda.
Todas las pinturas parecen corresponder a un mismo momento de producción. No se cuenta con las dimensiones de las figuras por la inaccesibilidad
del panel que por la misma razón se encuentra en excelentes condiciones de conservación.

Fig. 50: Calco del panel de Pampamayo

Quebrada del río Coasa, margen derecha


En la segunda visita a Coasa en noviembre del 2009, el guía comisionado por la alcaldía distrital, nos hizo conocer el sitio Pampamayo y, en el retorno
a Coasa, tres sitios rupestres de difícil acceso en el fondo de la quebrada. El sector donde se encuentran las rocas con las pinturas rupestres se
llama K’uchu Uno (de la palabra quechua “k’uchu” = rincón y “uno” = agua). Jóvenes del cercano pueblo de Coasa llegan a este lugar para pescar
truchas.
K’ucho Uno 1
En una peña cerca del río, debajo de un alero protector, existe un pequeño panel con pinturas abstractas y figurativas de color naranja, así como dos
manchas grandes del mismo color (figs. 51). El panel está dividido en dos secciones por fracturas horizontales en la roca. En la sección superior se
distingue a la izquierda una estructura rectangular compartimentada, con divisiones horizontales y una vertical. Las líneas que delimitan la
estructura en ambos lados, sobresalen del rectángulo en la parte superior. Yuxtapuesto, en el lado derecho, fue dibujado un motivo pisciforme. En el
lado derecho del panel, al lado de las manchas amorfas, se encuentra un cuadrado reticulado. En la sección inferior separada por las fracturas de la
roca, se observa la figura de una posible lagartija, representada en visión aérea (figs. 52a-52b).
Fig. 51: Vista panorámica de K’uchu Uno 1

Fig. 52a: Panel con


Fig. 52b: Calco en
motivos abstracto de
base a foto 52a
color naranja
K’ucho Uno 2
A pocos metros de distancia del sitio anterior se encuentra este segundo sitio rupestre en un afloramiento rocoso a corta distancia encima del lecho
del río (fig. 53). Las pinturas consisten de un personaje de color naranja que porta un escudo ricamente adornado en la mano derecha y lo que
parece ser un hacha, en la izquierda. Por carecer el soporte rocoso de un alero que podría proteger la pintura de la lluvia y del sol, la figura se
encuentra en la actualidad en muy mal estado de conservación y es apenas reconocible. El procesamiento digital de las fotografías ayudó a
reconstruir parte de la figura y distinguir detalles del diseño del escudo y de la parte superior del personaje cuya cabeza delineada tiene una
prolongación que podría representar un tocado de plumas. De la posible hacha han quedado sólo pequeñas manchas de color naranja. El elemento
más destacado y mejor conservado es el escudo polícromo de forma rectangular. Lleva como diseño en el centro dos pequeñas máscaras humanas,
una encima de la otra; en cada lado tres triángulos rellenos de color azul, igual que el espacio entre los triángulos y las pequeñas máscaras. En la
parte superior, el diseño del interior está rematado mediante un pequeño cuadrado y triángulo, ambos llenados con pintura blanca (figs. 54a-54b,
55).
Fig. 53: Vista panorámica del sitio K`uchu Uno 2

Fig. 54b: Foto


Fig. 54a: Personaje
procesada mediante
con escudo y hacha.
programa
Colores naranja,
DStretch ImageJ,
blanco y azul
canal de color “ybk”

Fig. 55: Calco en base a foto 54b


K’ucho Uno 3
Es el único sitio en la margen derecha del río Coasa hallado en este tramo del cañón. Se encuentra ubicado a la altura de K’uchu Uno 1 y 2,
aproximadamente a 1 km de distancia río abajo desde la confluencia con el río Achasiri. El panel con las pinturas se encuentra a unos 25 m de altura
encima del lecho del río, en la pared lateral izquierda de un abrigo rocoso de poca profundidad en la base de un acantilado de aprox. 40 m de alto (fig.
56).
Fig. 56: Abrigo rocoso del sitio K’ucho Uno 3, en la margen derecha del río Coasa.
El panel de este yacimiento rupestre destaca por el número de motivos (19 sin contar los elementos amorfos de color rojo) y su policromía,
pudiéndose identificar pigmentos de color rojo, anaranjado, azul, blanco y negro. Se diferencia de los demás sitios rupestres de Coasa por la
presencia de un conjunto de composiciones abstractas de tipo ornamental, similares a las encontradas en los distritos de Ayapata, Macusani y
Corani.
El panel principal se extiende sobre 7.6 m de ancho y 2.4 m de alto y cubre un área de 18 m² (figs. 57a-57c). En la pared de fondo del abrigo, cerca de
la fractura vertical que marca el quiebre de la roca, se ha conservado la mitad de una cruz cristiana sobre un pedestal piramidal. Otra cruz con
pedestal, de dimensiones considerablemente más grandes, fue pintada en la base inclinada de la pared de fondo. El piso frente a las paredes pintadas
está conformado por una roca en fuerte declive hacia el talud del abrigo (fig. 66).

Fig. 57a: Panel principal de K’ucho Uno 3 en la pared lateral izquierda

Fig. 57b: Foto procesada mediante programa DStretch ImageJ, canal de color “lab”
Fig. 57c: Calco en base a fig. 57b
En el panel de la pared lateral se ha logrado aislar un total de diez composiciones abstractas de tipo ornamental y seis motivos figurativos de color
rojo, entre antropomorfos y zoomorfos. Los animales representados son camélidos domesticados, posiblemente llamas, que aparecen con sogas en
el cuello y jaladas por hombres. Llama la atención el tamaño grande de la llama en la parte alta del panel en comparación con el hombre que la jala
con una soga. Las llamadas “composiciones abstractas” se diferencian por sus formas y tamaños, diseños interiores y colores usados. Entre los
diseños al interior de los motivos cerrados se distinguen el reticulado, ajedrezado y triángulo escalonado. En dos motivos (figs. 60 y 64) el diseño
interior de color naranja descansa sobre un fondo rojo. En el motivo de los triángulos escalonados, se alternan los colores rojo y naranja (fig. 58a-
58b).
Llama la atención el uso del color azul, sumamente raro en el arte rupestre de Carabaya, para contornear el motivo rectangular de la figura 59. El
color blanco fue empleado para pintar un compuesto por dos líneas rectas paralelas con triángulos equiláteros seriados, un diseños meándrico con
eje central y otro conformado por un trazo recto con apéndices laterales a manera de ganchos (figs. 61-62).
En el extremo izquierdo del panel se ven los restos tenues de una figura humana con hacha y escudo, hoy casi irreconocible.

Fig. 58a: Motivo de tres triángulos escalonados Fig. 58b: Foto procesada mediante
invertidos con líneas de Programa DStretch ImageJ,
contorno rojo y anaranjado canal de color “lds”
Fig. 59b: Foto procesada mediante
Fig. 59a: Motivo cuadriculado de color anaranjado
Programa DStretch ImageJ,
con línea de contorno azul
canal de color “lds”

Fig. 60a: Motivo ajedrezado Fig. 60b: Foto procesada mediante Programa
de colores alternantes DStretch ImageJ, canal de color “lds”

Fig. 61: Motivo meándrico con eje central (der.) y dos Fig. 62: Motivo abstracto con eje central alargado y
líneas paralelas “dentadas”(izq.) apéndices laterales
Fig. 63a: Motivo cuadriculado con Fig. 63b: Foto procesada mediante programa
manchas de color naranja DStretch ImageJ , canal de color “ybk”

Fig. 64a: Mancha roja delineada mediante líneas


Fig. 64b: Foto procesada mediante Programa
meándricas y escalonadas de color naranja,
DStretch ImageJ, canal de color “lds”
formando un triángulo.

Fig. 65a: Camélido grande de cuello largo jalado por Fig. 65b: Foto procesada mediante programa
hombre de dimensiones pequeñas DStretch ImageJ, canal de color “crgb”
En el sitio K’uchu Uno 3 existen varias superposiciones de motivos de tradiciones diferentes lo que indica un re-uso del sitio en distintas épocas de la
ocupación humana de la zona. Hay superposición de figuras antropomorfas y zoomorfas esquematizadas de color rojo sobre manchas de color
naranja y la superposición de un motivo abstracto de color blanco sobre una porción del pie del camélido naturalista de tamaño grande en el lado
derecho del panel.
Los dos motivos coloniales aislados en forma de cruces (fig. 66) con pedestal no intervienen en el espacio de las pinturas precolombinas que se
encuentran en buen estado de conservación con excepción de algunas áreas exfoliadas y aquellas ubicadas en el extremo izquierdo del panel donde
las pinturas se han deteriorado por el escurrimiento de agua carbonatada que ha formado una película de color lechoso encima de ellas.

Fig. 66: Cruces cristianas con pedestal en la pared de fondo


Quebrada del río Esquena
Un tributario importante del río Coasa, en su margen derecha, es el Esquena que desemboca en el Coasa a una distancia de 9 km río abajo de la
confluencia de los ríos Achasiri y Coasa. El río pasa cerca del pueblo de Esquena y comienza a encañonarse más abajo, a la altura del complejo
arqueológico de Wat’amarka (fig.67). El pueblo de Esquena fue fundado durante la época colonial y mantiene su carácter de pueblo antiguo con sus
casas de piedra agrupadas alrededor de un patio empedrado, su pequeña iglesia con torre exenta y atrio amurallado.
A dos horas de camino desde el pueblo, faldeando los cerros en la margen derecha del río Esquena, se llega al asentamiento pre-inca Wat’amarka
donde se pueden distinguir un gran área urbana, varios sectores agrícolas y, en una planicie separada del antiguo pueblo por una pequeña quebrada,
un sector funerario con chullpas de planta cuadrada y rectangular, de uno y dos pisos. En la parte alta de Wat’amarka, debajo de la cumbre del cerro
Acomarini, está ubicado Juchuy Jaliri, un pequeño asentamiento fortificado que en tiempos de conflictos bélicos debe haber servido de refugio a los
pobladores de Wat’amarka.

Fig. 67: Viviendas del asentamiento precolombino de Wat’amarka.


En segundo plano el amplio sector agrícola y la planicie con las casas funerarias.
Existe un sitio rupestre en las inmediaciones de cada uno de los dos caminos que llevan al complejo arqueológico y un tercer yacimiento, con dos sub-
sitios, en una pampa encima del pueblo de Esquena. En los tres casos se trata de petroglifos, para cuya producción se usó soportes rocosos de
diferentes tipos.
Jucuntira
Saliendo del pueblo de Esquena en dirección a Wat’amarka se desciende por un camino de herradura que a unos 800 m de distancia contiene un
tramo muy pedregoso con piedras de color gris-azul, de formas irregulares y de superficie lisa (fig. 68).

Fig. 68: Vista panorámica del sector Jucuntira


Varias de las piedras ubicadas en medio o a los lados de este tramo del camino que se extiende sobre una longitud de unos 50 m lineales, presentan
petroglifos en la cara superior horizontal. En un primer conteo se llegó a registrar un total de 16 piedras grabadas. Los motivos, aparentemente de
data colonial, son figurativos y representan camélidos esquematizados solos o con crías, jinetes, figuras antropomorfas, líneas sinuosas y motivos
indeterminados (figs. 69-84).
La técnica empleada es el picoteo (sin abrasión posterior) de la superficie de las piedras con un cincel, sea de piedra o metal, produciendo surcos
anchos y poco profundos, de bordes irregulares.

Fig. 69 Fig. 70 Fig. 71 Fig. 72


Fig. 73 Fig. 74 Fig. 75 Fig. 76

Fig. 77 Fig. 78 Fig. 79

Fig. 80 Fig. 81 Fig. 82

Fig. 83 Fig. 84
Trankapunku
A 3614 m de altura y a unos dos km de distancia del pueblo de Esquena río abajo, existe un pequeño panel con grabados en la pared rocosa que
flanquea el río en la margen izquierda (fig. 85). Los grabados consisten en dos líneas onduladas de unos 70 cm de largo que se juntan en la parte
superior y terminan cada uno en un círculo (fig. 86). El motivo tiene mucha semejanza con las líneas sinuosas pintadas encima del personaje con
hacha y escudo en el sitio Kanoja en la cuenca del río Achasiri y pertenece probablemente a la misma época.
Fig. 85: Los grabados de Fig. 86: Calco de
Trankapunku los grabados
Pukupata
Siguiendo unos pocos kilómetros por la carretera que sube en serpentín desde el pueblo de Esquena a las punas de la comunidad para dirigirse luego
al poblado de Saco, se llega a aproximadamente 100 m de altura encima de Esquena a una pequeña pampa surcada por un arroyo. En medio de la
pampa aflora una roca de superficie plana, a manera de una mesa (figs. 87 y 88). La cara plana de la roca está cubierta de grabados con surcos de
poca profundidad. Los motivos son abstractos, con la excepción de una serpiente de forma meándrica y cabeza triangular en un lado de la roca (figs.
89-90). Junto a este motivo aparecen dos cruces andinas. Abundan trazos quebrados y ondulantes que se interconectan y relacionan con círculos
cuyo interior ha sido desbastado. Los grabados fueron producidos mediante el picoteo superficial de la roca mediante un instrumento de percusión
(figs. 91-92).
El emplazamiento de la roca en medio de la pampa y cerca de varios corrales de camélidos, así como la posición plana de la cara superior de la roca
hace suponer que se trata de una mesa usada para fines rituales.
A una distancia de aproximadamente 100 m, a orillas del arroyo que atraviesa la pampa, hay otras dos rocas con grabados (sub-sitio 2), hechos con
la misma técnica (figs. 93-94). Representan líneas sinuosas y quebradas, espirales y una llama esquematizada con su cría, lactando (fig. 95a-95b).
Parte de los grabados están cubiertos por líquenes que están invadiendo la superficie de las rocas.
La ausencia de motivos post-colombinos (jinetes, caballos, cruces) sugiere el origen prehispánico de los grabados.

Fig. 87: Vista panorámica de Pukupata con los dos sub-sitios de petroglifos

Fig. 88: Grabados abstractos en la superficie horizontal de la roca


Fig. 89: Figura de
serpiente de forma
Fig. 90: Calco en base
meándrica y líneas
a foto de fig. 89
sinuosas en el borde
de la roca, sub-sitio 1

Fig. 91: Lineas


sinuosas y quebradas
Fig. 92: Otra vista de
entrelazadas con
la misma roca
áreas desbastadas,
sub-sitio 1

Fig. 93: Roca con Fig. 94: Invasión de


grabados en líquenes
el borde de un sobre los grabados,
riachuelo, sub-sitio 2 sub-sitio 2
Fig. 95a: Roca con
grabados en el borde Fig. 95b: Calco en
de un riachuelo, sub- base a foto de fig. 95a
sitio 2

SALCEDO

EL INKA

Las representaciones rupestres se encuentran ubicadas en la rinconada de salcedo en la parte sur-este en el cerro “llusca-lluscani”,”khala khala”,
en el distrito de Salcedo, provincia y departamento de Puno aproximadamente a 4Km de la ciudad de puno. Se encuentra en la parte inferior o
base del cerro y establece un abrigo de 30mt de largo y con una altura variable de 7 m de alto aproximadamente.

Los primeros agrupamientos humanos nómades que se hicieron presentes en el valle de salcedo, fueron recolectores y cazadores que bajaron de
las alturas de Mazocrus y Toquepala, dejando así rastros de los primeros habitantes primitivos del altiplano puneño hace mas de 10,000 años de
antigüedad.
Dejaron gran evidencia cultural que nos muestra como era la vida de aquellos pobladores nómades y el grado de desarrollo al cual llegaron,
reflejado en las muestras que dejaron y que hasta ahora se mantienen como vestigios de lo que fue la vida en el altiplano.

EL SAPO

a) Pasto forraje, trébol, layo, pilli pilli, zapatilla,chicchipa.


b) Arbustos y flores, chirichiri, thola, muña, irujicho, tisña,chilligua, huachanca, margaritas silvestres, cantuta, capuli silvestre.
c) Árboles, keñua, kolli, eucalipto, pino, alamos, cipreses.
d) Cactus, sancayos, airampo.
e) Cultivos agrícolas, papas, ocas, izaño, olluco, cebada, lechuga, zanahoria, quinua, cañihua, cebada, trigo, avena.

a) Mamíferos, ovinos, vacunos, porcinos, camélidos (llamas y alpacas), cuyes, vizcachas y ratones.
b) Aves domésticas, gallinas, patos, perdices, cernícalos, águila, leque leque, pájaro carpintero.
c) Reptiles, culebras y lagartos.
d) Insectos, moscas, mosquitos, mariposas, saltamontes, libélulas, abejas, hormigas, abreojos, arañas, cucarachas, escarabajos.

En épocas incipientes, aparece el hombre puneño y comienza con las primeras producciones de inteligencia humana para la satisfacción de sus
necesidades primarias.

PINTURA RUPESTRE

Hace unos 8000 a 10000 a.C. se asentaron los primeros pobladores de esta zona, dejando huellas de arte rupestre de tipo esgrafiado (bajo
relieve).
La expresión artística lo han dejado en 10 cuadrados en bajo relieve los que están a una altura de 1.50m a 2m. Sobre el nivel del terreno en
dimensiones variadas que van desde 0.20 a 0.70 cm. de ancho por 0.30 a1.20 m de alto; dentro y alrededor de estos recuadros están las figuras
esgrafiadas de bajo relieve en dimensiones que varían de 2 a 15 cm.

LA TORTUGA

Existen figuras sueltas de animales inversos como: Auquénidos, venados (tarucas), zorros (atoj, lari, camaque) o perros (alko, ano) como también
el ñandú americano (suris). Estas figuras debieron servir para hacer el ritual mágico- religioso (consiste en rellenar o taponear las figuras con
sangre o grasa y tierras de colores o ceniza).

EL LAGARTO

Las figuras compuestas que esgrafiaron en estas paredes son: hombres o mujeres tomados de las manos en números de 3 a 6 lo que nos puede
indicar la participación comunal de una danza de ritual mágico – religioso o chaco (casería andina).
Cabe indicar que este arte rupestre es una manifestación del neolítico superior de la técnica del esgrafiado y pulimento del los recuadros y de las
figuras, el hombre por esa época todavía no se había vuelto sedentario como tampoco avía desarrollado la domesticación de animales y el cultivo
de planta, era un recolector de alimentos mediante la caza , la recolección de frutas y raíces tal vez pescador por la cercanía del lago y la
presencia de un rió que pudo haber existido, un pantanal con arborización frondosa, creando ecosistema abundante, por lo que la estadía de estos
grupos debió ser concurrida y permanente.

PERSONAS BAILANDO Y DIENTES DEL TIBURON

Estas pinturas rupestres tienen un inmenso valor ya que se constituyen como una muestra importante de nuestros antepasados, donde ellos
plasmaron sus modos de vida.

ROSTRO DE UNA PERSONA


LA MASCARA

No cuenta con una buena conservación y un mantenimiento, los dibujos casi están desapareciendo, producto de los factores geoclimaticos y la
negligencia de los propios habitantes del lugar que dejaron algunas grafías de pintura como rubricas, recuerdos, entre otros; ni siquiera el INC se
preocupa en su conservación y mantenimiento de los mismos.

PINTURAS RUPESTRES

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