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14 de Octubre 2018

Reporte 1: Textos filosóficos 7

¿En qué consiste, para Hegel, la unidad entre ser y pensar?

Las reflexiones Hegelianas se encuentran situadas en múltiples niveles tanto de la


realidad como del ser, todas ellas dan cuenta de un sistema ordenado que expresa
todo un desarrollo filosófico que trata de abarcar la total estructura ontológica,
metafísica y fenoménica de lo real. En este sentido ser y pensar se ubican como
elementos que conforman la unidad absoluta o total en la filosofía Hegeliana. En
este breve reporte se tratara hablar de aquella unidad absoluta y sus dos elementos.

El desarrollo del pensamiento se presenta en la filosofía como liberado de la


exterioridad histórica, es decir, se presenta puramente dentro del elemento del
pensamiento. En este sentido el pensamiento se concibe como libre y verdadero
tornándose concreto por lo que de esta manera se realiza como idea. Esta
concepción crea un sistema en la que el propio pensamiento se realiza en una
realidad que ella misma construye y que luego trasciende en su objetividad para
conformar una realidad efectiva, esto es, total universalidad o absoluto.

“[…] parece que aquí hay que tomar al pensamiento como objeto del pensar. Sólo que eso
es precisamente el acto libre del pensar: ponerse en la posición en la que es para sí y, por
tanto, él mismo se engendra y da su objeto”1

Por tanto aquí el pensamiento no es entendido como aquella facultad subjetiva del
ser humano sino como la estructura ideal del universo, una totalidad que se
desarrolla a si misma por si misma a través de sus propias determinaciones, en
efecto, y como se dijo anteriormente, “[…] totalidad que el pensamiento se da a sí
mismo2” incondicionado e

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El ser por otra parte se concibe como “[…] el concepto solamente en sí […]”3 en el
que todas sus determinaciones están siendo, es decir, la relación que guardan entre
si las categorías en la lógica del ser, esto es, la cualidad, cantidad y medida. Que
podrían pensarse como tres momentos del ser: el En sí, el Ser determinado y el Ser
para sí. Momentos esenciales en el desarrollo del ser. Sin embargo, el punto de
inicio

El sentido y la expresión más exactos que el ser y la nada reciben puesto que desde
ahora son momentos tienen que ser presentados (más adelante) en la
consideración del ser determina-do, como la unidad en la cual ellos son
conservados. El ser es el ser y la nada es la nada sólo en su diversidad mutua; pero
en su verdad, en su unidad han desaparecido como tales determina-ciones y ahora
son algo distinto. El ser y la nada son lo mismo y por este ser lo mismo, ya no son
el ser y la nada y tienen una determinación diferente. En el devenir eran nacer y
perecer; en el ser determinado, entendido como una unidad determinada de otro
modo, son de nuevo momen-tos determinados de una manera diferente. Esta
unidad constituye ahora su base; de donde ya no han de salir hacia el significado
abstracto de ser y nada.

Teóricamente, la pretendida conciliación de la filosofía hegeliana entre su método y


su sistema, está en el hecho de querer conciliar dos concepciones que son
inconciliables: la del pensamiento, o noción de lo incondicionado, con el ser que
condiciona. Porque un sistema condiciona, en tanto es lo estatuido; condiciona,
porque es la negación de la transcendencia, es la inmanencia pura, es algo
parmenidio, algo que no se mueve. Esa es la expresión.

El pensamiento dialéctico sostiene que tanto el pensar como el ser, o el


conocimiento y la realidad, que son lo mismo, son movimiento hacia un punto final,
el absoluto, que no es meramente el término, sino el todo o el conjunto, porque lo

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verdadero es el todo, esto es, el ser que se completa mediante su evolución, y que
es también sujeto, porque la realidad es Idea:

En la filosofía hegeliana la mente ha de elevarse desde el nivel del entendimiento al


nivel del pensamiento dialéctico, que supera la rigidez de los conceptos y ve cómo
éstos pueden generar o pasar a sus contrarios. Sólo así puede pensarse en captar
la vida del Absoluto.

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