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7 de enero de 2019

Ensayo Final Filosofía en México

Ángel Gabriel Rodríguez Ramírez

Reflexiones en torno al movimiento zapatista

El siguiente ensayo propone abordar algunas reflexiones respecto al movimiento


EZLN como lo son: la ideología del movimiento, su filosofía con respecto al modo
de proceder en los actos organizativos y, por supuesto, lo que representó a nivel
global en la lucha por una vida digna en el territorio mexicano. Así pues, para este
objetivo se tomaran en cuenta los términos de “buen vivir” que se utiliza para
describir el sumak kawsay (quichua) y “vivir bien” para describir el suma qamaña
(aymara); también se contemplarán los conceptos de “hombre verdadero” y “mandar
obedeciendo”

La historia de México presencio el 1 de enero de 1994 un hecho que marco la


conciencia de libertad de los mexicanos, un grupo variado de etnias reunido en
Chiapas y posteriormente apoyado por organizaciones de todo el país, declaraba la
guerra al modelo neoliberal que se abanderaba, por aquellos años, con la firma del
tratado de libre comercio y las reformas del artículo 27 que habían sido, sin lugar a
duda, la prueba de que el gobierno mexicano pasaba por encima de al menos 56
etnias del país. Las demandas no eran sino las más básicas para la vida digna de
los pueblos indígenas; el movimiento conocido como Ejercito Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) exigía, salud, educación, techo que los cubriera del frio
y de la lluvia, alimentación completa y sobre todo la trabajo y respeto a la madre
tierra, aspectos que hicieron eco en millones de mexicanos que sufrían las mismas
carencias, ya sea en las urbes u en otros lugares desolados.

A partir de ese momento el EZLN represento, junto con el peso de sus demandas,
el pararrayos de la muerte de la sociedad civil la cual respondió masivamente ante
el llamado de insurrección nacional.
La ideología del EZLN a primera vista viene marcado por el nombre; se sujeta a un
orden militar con jerarquías establecidas; sobre todo sujeto a leyes de guerra con el
fin de mantener la plena convicción de lucha justa y no desplegarse como grupos
fragmentados que comenten actos terroristas , es decir, un trato que viene marcado
con pautas humanitarias, muy relacionado a esto se identifican, en lo propio, con la
virtuosa entrega a una causa justa y honesta, pues como zapata, no solamente
luchan por condiciones de vida básicas sino por la libertad que tiene por derecho
cada pueblo indígena de disfrutar la vida en su propia tierra. Por libertad, en este
sentido, se refieren a la independencia política y económica, que si bien era con
miras al estado de Chiapas, resonó como una alarma en todas las regiones pobres
del país, lo cual, como ya se mencionó, represento un despertar de la conciencia
por la libertad, y un movimiento de las voluntades por cambiar el paradigma político
y social de todo el país.

Tratando de acertar más profundamente en la reflexión, la ardua y dura tarea que


se levanta con el EZLN tiene un carácter de honestidad, nobleza y justicia que solo
“hombres verdaderos” podrían llevar a cabo; abatiendo los límites que el gobierno
impone a la sociedad desde sus raíces, abatiendo los límites de la conciencia
dejando los propios intereses con miras a un bien común, pero, mucho más
importante, dejando en claro que la lucha por la libertad nunca termina; se busca un
cambio de paradigma político que solo puede lograrse con el apoyo de toda la
sociedad; sociedad con la que hay que trabajar para abrir conciencia del valor de
los pueblos indígenas, no hay que ir tan lejos, abrir conciencia al buen vivir que
todos merecemos.

Hay ciertas ideas que predican que el origen teorico e ideológico del movimiento
es el resultado de múltiples manifiestos; maoísmo, guevaristas, marxistas así como
ideas tomadas de los movimientos revolucionarios centroamericanos. Sin embargo,
la inclinación más práctica y aterrizada a la que siento que se apegan es, por un
lado, la idea de “mandar obedeciendo” la cual tomare más adelante y “el buen vivir”
del que reflexionare ahora.
Los términos “buen vivir” y “vivir bien” que describen los conceptos sumak kawsay
(quichua) y suma qamaña (aymara) respectivamente. Aciertan en ambos casos a
una cosmovisión del nosotros que en suma se aproxima en español a vivir con
plenitud y en armonía con un todo dinámico o naturaleza. He dicho aquí dinámico
dado que la visión del mundo de los pueblos indígenas está marcado por dualidades
y concepciones naturales, por la conjunción y renovación de partes en armonía que
deben moverse para permanecer, es decir, un todo vivo y a veces intangible; un
organismo que sigue en desarrollo total, en el que el hombre indígena por su actitud
“filosófica”, quiero decir, por su carácter de asombro, de dudar ante su existencia
que es lo más próximo e inmediato que tiene , ha aprendido a ver en la naturaleza,
la belleza, la creatividad y la sabiduría de todo lo vivo.

“Vivir bien es la vida en plenitud. Saber vivir en armonía y equilibrio; en armonía con los
ciclos de la madre tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda
forma de existencia en permanente respeto1”

Para la realización de lo anterior, el pensamiento sugiere un cambio de conciencia


hacia la libertad, hacia un nosotros de comunidad y, de respeto hacia la naturaleza.
Concepciones muy alejadas y contrapuestas al neoliberalismo que combate el
EZLN. Este pensamiento occidental refleja un paradigma muy diferente a lo
planteado por el “buen vivir”, éste se concreta en la idea de elevar y sacar provecho
del triunfo individual; ganar más poder y riqueza extendiendo la brecha de
desigualdad entre la población y, no solo eso, aprovechando al máximo los recursos
naturales sin tener la visión de un equilibrio sino la de un progreso tecnológico que
trae desaliento a la tierra y a sus pobladores. El buen vivir es en suma un paradigma
que se basa en la comunidad y por ende en la interconexión de todos sus miembros,
modelo que encaja con el EZLN; es decir, de auto gestión colectiva con el medio.
Que si bien el EZLN está organizado con una jerarquía militar, los procesos de
acción y agrupación social, cultural y política se ejercen en comunidad, reflejo
notable de la conciencia con la que se lucha.

1
Huanacuni,2010:32.
Si el EZLN proclama o, más exactamente, sus principales dirigentes “para todos
todo, nada para nosotros” haciendo hincapié en su total entrega por la lucha;
resumiría el “buen vivir” en boca de todos los que apoyan el movimiento en un “no
quiero nada para mí que no sea para nosotros”

Otro aspecto importante que se puede leer entre líneas en la frase “para todos todo,
nada para nosotros” es la forma de proceder en los actos organizativos del EZLN.
Tales procedimientos se llevan a cabo bajo la consigna del “mandar obedeciendo”
El concepto implica un modo de gobierno cuyo liderazgo está subordinado a los
designios de la comunidad. En este sentido, se construye una red de apoyo en el
que el líder no es el que manda, sino solamente la figura que ejecuta el mandato de
la conciencia del pueblo. Así pues quien está a la cabeza, como lo es la figura del
subcomandante Marcos, es un hombre sin rostro o, mejor dicho, la figura de
multitud de palabras y rostros que quienes quieren ser escuchados y tomados en
cuenta. Este principio brinca a la vista como democracia; el mandar obedeciendo,
va construyendo su propia autonomía con la que los pueblos indígenas eligen
idealmente el modo en el que quieren ser gobernados, estableciendo, en quien
gobierne, no el poder sino la respuesta bajo la permanente consulta del pueblo. Tal
precepto a mi parecer conservaría la memoria cultural de quieren son gobernados;
los pueblos indígenas mandarían en su propia tierra desde una postura compatible
con su propia realidad. En este sentido el actual presidente ha querido adoptar el
“mandar obedeciendo” con miras al progreso económico pues, si bien se hacen las
llamadas consultas, parece que ha impuesto proyectos en miras al crecimiento del
capital; el mandar obedeciendo no se despliega en aras al progreso sino al del “buen
vivir”, es decir, un estado de consolidación y recuperación de las tradiciones y por
otro lado de conciencia de una vida digna.

Principios del Mandar Obedeciendo:

Servir y no servirse; representar y no suplantar; construir y no destruir; obedecer y


no mandar; proponer y no imponer; convencer y no vencer; bajar y no subir.
Partiendo de la idea anterior, quien lidera la bandera del EZLN, es el
subcomandante Marcos, hombre que por sus características lo hacen idóneo para
gestar la lucha de liberación nacional desde el “mandar obedeciendo” como el canal
para llevar al plano de lo concreto lo que la comunidad necesita:

“Siendo mestizo logro, ganarse la confianza de los indios, quienes en varias


ocasiones le han otorgado los bastones de mando de las etnias tzotzil, tzeltal,
zoque, chol y tojolabal. Pudo vivir largos años en la selva, lo que en si es una
hazaña, pues dependía para ello tan solo de lo poco que le podían hacer llegar
los apoyos de la ciudad, o de lo poco que podía cazar y recolectar en la región2”

En razón de lo anterior el subcomandante Marcos, logro consolidar el movimiento


desde su figura atrayendo la admiración desde todos los sectores de la sociedad
mexicana, ya que por méritos propios, se le considero desde el 1 de enero de 1994
autentico representante de los pueblos indígenas.

La respuesta del gobierno no se hizo esperar y, a pesar de mantener una orden de


aprensión en su contra, la movilización del gobierno fue dificultada debido a la
naturaleza del movimiento. En primera, sumergido en la selva lacandona y en sus
miles de hectáreas, la localización del subcomandante sería una tarea sumamente
difícil. Por otro lado, como hombre que se ha entregado a la lucha, acertar en la
identidad de aquel hombre bajo el pasamontañas, para la época y con la poca
información que poseía el gobierno, era algo simplemente imposible. Por último,
gracias al enorme eco de la lucha revolucionaria, el llamado conjunto de los
zapatistas civiles, presiono al gobierno a la apertura del diálogo y a que se
cumplieran exigir demandas al gobierno federal y, junto con ello, la inmediata
anulación de la orden de aprehensión en contra del subcomandante, todo lo cual
dejo claro al gobierno que la captura de tal figura sería fatal y que se alzarían
multitudes por su liberación:
“Porque también como dicen los zapatistas civiles “todos somos marcos3”

2
Abelardo Hernández Millán. Los hijos más pequeños de la tierra . Edit. Plaza y Valdes 1998 p. 98
3
Ibíd.. p 100
Otro aspecto importante que suena en los informes del EZLN es el llamado término
“hombres verdaderos” que a mi parecer abarca, si bien el aspecto de quien habla
sólo con la verdad, representa también el ejemplo de una actitud de vida en el que
se defienden con autenticidad los intereses sin ninguna hipocresías. Actitud que en
cierta manera escuda la lealtad del movimiento, es decir, si tales hombres son
verdaderos no hay duda de que se sigue en la misma línea de acción sin
intervención de intereses personales, se diría que por su naturaleza lo hombres
verdaderos son aquellos en los que no se puede desconfiar; no hablan de mas,
callan y aprender la sabiduría del silencio, lo que refleja un estado de conciencia
que emerge de las mentiras del gobierno, pues este nuevo paradigma por el que se
lucha no sólo exige un cambio político sino un cambio social e individual. En su
mayoría los integrantes del EZLN son indígenas de varias etnias que representan
la gran fuerza de las convicciones del movimiento, tal estado refleja el deber de
cumplir individualmente con la condición de ser “verdaderos”, estado de conciencia
que para la lucha vale toda la pena.

Finalmente. El grupo por su magnitud y fuerza ideológica ha influenciado


numerosos movimientos de insurrección nacional a lo largo de américa latina. Sin ir
más lejos, colocó en su mira cambiar el paradigma neoliberal que empobrecía a
millones de pueblos indígenas, tal fuerza convocó a la conciencia de todas partes
del país volteando a ver las grandes injusticias que se cometían en los pueblos. Sus
consignas eran claras y pusieron en la mente de aquellos que se unían a la lucha
plantear nuevas formas de gobierno; de participación ciudadana colectiva como lo
puede ser el “mandar obedeciendo”, que se refiere a no pensar individualmente sino
en un “nosotros”.

El gobierno por su parte se vio obligado a negociar y firmar los tratados de San
Andrés donde se reconocían los derechos indígenas. Lamentablemente a 25 años
de rebeldía la construcción en torno a una democracia verdadera donde el “mandar
obedeciendo” y el “buen vivir” reflejen las condiciones de vida de los pueblos
indígenas queda aún en aquel sendero de la lucha continua.
Bibliografía:
Abelardo Hernández Millán. Los hijos más pequeños de la tierra. Edit. Plaza y
Valdés 1998 p. 240.

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