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Evangelio 6 (2013): 121-132

HEBREOS: LA REVELACIÓN DE JESÚS


Hernán Chuquimia
Universidad Adventista de Bolivia, Vinto, Cbba, BOLIVIA
hernanchuquimia@hotmail.com

Resumen
En el presente estudio se intenta abordar el contraste entre las revelaciones
de Dios a través de profetas, símbolos, figuras que muestran al Mesías en el
AT y en la revelación suprema que es hecha por medio del Hijo. Hebreos
revela consistente y simultáneamente el ministerio sumo sacerdotal de Cris-
to en sus diferentes facetas, constituyéndola como única en todo el NT.
Palabras clave: Faceta - Hebreos - Jesús - Revelación - Sumo Sacerdote

Abstract
The present study attempts to display the contrast between God‟s revela-
tion through prophets, symbols, figures presenting the Messiah in the OT
and the supreme revelation which is made through the Son. Hebrews re-
veals convincingly the high priestly ministry of Christ in its various facets,
constituting it as unique in the NT.
Keywords: Facet - Hebrew - High Priest - Jesus - Revelation

1. INTRODUCCIÓN
A través del don profético Dios se mantuvo en comunicación con el
hombre desde la caída. Ha dado mensajes de información, dirección, amo-
nestación y súplica a toda la familia humana y se da a conocer por medio
de símbolos y lenguajes familiares. Estas revelaciones han sido paulatinas a
lo largo del AT creando expectativas de salvación y liberación en el pueblo
de Dios.
La carta a los Hebreos fue dirigida a los cristianos judíos conocedores
del sistema de sacrificios y que aún sostenían la ley ceremonial como medio
de justificación. Tenían apenas un concepto de la obra de Cristo en el san-
tuario celestial y de toda su labor salvífica1. Sin duda, eran cristianos fieles
que habían sufrido persecuciones y que ahora estaban con la intención de

1 Francis D. Nichol, ed., Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día (Boise, Ida.:
Publicaciones Interamericana, 1990), 7:403.
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dejar el cristianismo y aferrarse al judaísmo.2 De esa manera, y por medio


de esta exhortación, Pablo anima al pueblo cristiano a considerar la pre-
eminencia de la figura revelada de Jesús por sobre cualquier otro tipo de
revelación anterior.3

2. LA NATURALEZA DE LA REVELACIÓN
Hebreos comienza identificando a Dios como un ser que se da a cono-
cer continuamente a sus criaturas, pues, de otra manera “su silencio, oculto
en espesa oscuridad, la situación de la humanidad habría sido desespera-
da”.4 El énfasis del Dios que habla (1:1) es el mismo que se muestra en la
creación del Génesis resaltando por un lado (1) la existencia de Dios y (2)
el hecho de que Dios habla. Estos dos aspectos estaban en las mentes ju-
días, en la lectura de los tres primeros versículos del Génesis: “en el princi-
pio Dios creó… y Dios dijo”.5
Dios se revela por medio de la naturaleza. Esta manifiesta su gloria, sa-
biduría y su amante cuidado por sus criaturas. A esta manifestación se la
conoce con el nombre de “revelación general”.6 Sin embargo, era necesaria
una verdadera comprensión del carácter amante de Dios y su intención de
redimir a la humanidad del pecado. Por eso Dios se manifestó por medio
de una “revelación especial” dirigida a seres humanos específicos y no es
inmediatamente accesible a todos. “El centro y la sustancia de esa revela-
ción especial es la persona de Jesucristo”.7
Es por medio de la “revelación especial” que Dios manifiesta su creati-
vidad revelándose de diversas maneras. Así, en Hebreos se observa que a
los antepasados en los tiempos que precedieron al nacimiento de Jesús
continuamente Dios se reveló por medio de “visiones, sueños, símbolos,
Urim y Tumim, ángeles, eventos naturales, éxtasis, la columna de humo o

2 Frederick F. Bruce, La Epístola a los Hebreos (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans,


1987), xxx.
3 Ángel Manuel Rodríguez, Introducción a la teología de la Epístola a los Hebreos (Sil-
ver Spring, Maryland: s.e., 1996), 7.
4 Bruce, La Epístola a los Hebreos, 2.
5 George R. Knight, Exploring Hebrews (Hagerstown; Review & Herald, 2003), 30.
6 Gerhard Pfandl, El don de Profecía (Buenos Aires: ACES, 2008), 14.
7 Peter M. Van Bemmelen, “Revelación e inspiración”, en Tratado de Teología
Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: ACES, 2009), 36.
Chuquimia: Hebreos 123

fuego y ocasionalmente cara a cara”8 con diferentes personas y en diferen-


tes épocas. De esta manera los términos polumerw/j (muchas veces) expresa
el carácter fragmentario y progresivo de las primeras revelaciones y polu-
tropw/j (muchas maneras) implica los diversos métodos de revelación (sue-
ños, visiones, etc.).9
El Hijo revela cuándo llegan los “últimos días” (evsca,tou tw/n h`merw/n)
escatológicos previstos por los profetas del AT. Esta es una traducción
literal de la frase hebrea que se utiliza en el AT para referirse a la época en
que las palabras de los profetas se cumplirían.10 Representan el cumpli-
miento de las revelaciones anteriores. Dios habla por medio de su Hijo
Jesús, quien es la esencia, la gloria, la excelsitud de la revelación,11 no usan-
do medios humanos, sino, el mismo Dios hecho hombre.
La naturaleza de la revelación por medio de Jesús se podría sintetizar en
la forma expresada por Elena White: “Dios vio que necesitaba una revela-
ción más clara que la de la naturaleza para presentarnos su personalidad y
su carácter. Envió a su Hijo al mundo para revelar, hasta donde podía so-
portarlo la vista humana, la naturaleza y los atributos del Dios invisible”.12
Esto es lo que hace resaltante a Jesús, que desempeña un rol revelador
culminante de Dios a los hombres en su condición humana y divina.13

3. JESÚS ES LA MAYOR REVELACIÓN


La Epístola a los Hebreos revela una riqueza cristológica como cum-
plimiento registrados en el NT de las personas, símbolos, objetos y eventos
que señalaban todo el ministerio de Jesús ya tipificados en el AT. De esa
manera Jesús es contrastado en Hebreos por ser la suprema revelación.

8 George Wesley Buchanan, Hebrews (Anchor Bible: Garden City, New York:
Doubleday & Company, Inc, 1972), 3.
9 Roberto Pereyra, Un comentario exegético de la homilía a los Hebreos (Villa Liberta-
dor San Martín: Universidad Adventista del Plata, 1997), 3, 4; Ekkehardt Mue-
ller, Acerquémonos confiadamente al trono (Buenos Aires: ACES, 2003), 15-16.
10 El uso de la frase aquí implica la inauguración escatológica. Véase Frederick F.
Bruce, The Epistle to the Hebrews (New International Commentary on the New
Testament, Grand Rapids, Mich.: Eerdmans, 1990), 46.
11 Juan Carlos Viera, La voz del Espíritu (Buenos Aires: ACES, 1998), 8.
12 Elena de White, Joyas de los Testimonios (Buenos Aires: ACES, 1991), 3:264
13 Daniel Oscar Plenc, “Homilía a los Hebreos: Antecedente de la predicación
cristocéntrica”, DavarLogos 5.2 (2006): 184.
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Así, el adjetivo comparativo “mejor” (krei,ttwn) se usa trece veces en He-


breos14 para comparar a Cristo con todas las formas de revelación ocurri-
das antes de él.

3.1 Jesús el profeta supremo


El término profeta (hozen y ro’eh) indican “vidente”. El término nabi’,
“anunciante”. Combinando estos términos se puede afirmar que la profecía
en el AT es (1) una comunicación de Dios que puede ser predictiva o no
(2) una revelación recibida por uno a quien se le dio el don profético; y (3)
y el mensaje que debe ser proclamado a una audiencia específica.15 El pro-
feta hablaba en nombre de Dios a los hombres y también predecía el futu-
ro.16 En el NT, Jesús es el profeta predicho por Moisés (Hch 3:22; 7:37) y
de Cristo se dijo que cumplía con las características de un profeta.17
Durante la estabilización de la iglesia neotestamentaria, al don profético
se le concede un lugar prominente entre los dones del Espíritu Santo.18 Los
profetas cumplían las siguientes funciones:
a. Ayudaban a fundar la iglesia edificada sobre el fundamento de após-
toles y profetas (Ef 2:20, 21).
b. Los profetas iniciaron la misión de la iglesia (Hch 13:1 y 2). Escogie-
ron los misioneros y proveyeron dirección a la misión.
c. Edificaban la iglesia: “el que profetiza, edifica a la iglesia” (1Co 4:3,
4).
d. Unieron a la iglesia y la protegieron de falsas doctrinas (Ef 4:13, 14)
e. Amonestaban acerca de dificultades futuras (Hch 11:27-30).

14 Hebreos 6:9; 7:7, 19, 22; 8:6; 9:23; 10:34; 11:16, 35, 40; 12:24.
15 George W. Reid, ed., “Dones espirituales”, en Tratado de Teología Adventista del
Séptimo Día (ed. George E. Rice, Buenos Aires: ACES, 2009), 698.
16 El concepto moderno de que un profeta es el que predice el futuro tiende a
obviar que algunos de los mayores profetas de todos los tiempos dijeron poco
o nada acerca del futuro. Por lo tanto, un profeta es alguien que lleva un men-
saje de parte de Dios. Véase Comentario Bíblico Adventista 5:372 y Creencias de los
Adventistas del Séptimo Día (Buenos Aires: ACES, 2007), 246-261.
17 De las 20 veces que se llama profeta a Jesús, en la mayoría de los casos, es el
pueblo que lo llama así (Mt 21:11; Lc 24:19). En Marcos 6:4 y Lucas 4:24, Jesús
se identifica a sí mismo como profeta.
18 Creencias de los Adventistas, 248, 249.
Chuquimia: Hebreos 125

f. Confirmaron la fe en épocas de controversia, por ejemplo, en ocasión


del Concilio (Hch 15:32).
Jesús vino a desempeñar el oficio profético de estabilización para la
nueva iglesia, ya que él (1) la fundó sobre sí mismo y después sobre los
apóstoles (2) edificó la estructura eclesiástica (3) proporcionó unidad a los
miembros del cuerpo (4) comisionó y capacitó para su expansión y (5) los
preservó para el triunfo final.
Por otro lado, Hebreos contrasta las revelaciones anteriores de Dios
por medio de los profetas con la aparición de Cristo. Manifiesta que la en-
carnación fue la revelación superior. De manera especial con la vida, muer-
te y resurrección de Cristo revela perfectamente su carácter amante hacia
su criatura. Hay una tremenda diferencia: “sus palabras sobrepasaron a la
de los profetas y apóstoles. Cuando hablaron los profetas, pasaron el men-
saje que habían recibido de Dios, cuando habló Jesús era Dios el que ha-
blaba”.19
Esta revelación en Jesucristo sobrepasa a todas las anteriores dadas a
los profetas. Los oyentes y los lectores de Hebreos viven en un tiempo
privilegiado por la revelación suprema de Dios. “La consumación del pro-
ceso revelador, la revelación definitiva, ocurrió cuando vino el que „no era
uno de los buenos compañeros de los profetas‟ sino el mismo Hijo de
Dios”.20 La historia de la revelación divina es una historia de progresión
hacia Cristo, pero no hay progresión después de él.21

3.2. ¿Qué revela el Hijo?


El Hijo en realidad tiene la finalidad de revelar al Padre, a Dios en toda
la dimensión de su carácter, dentro del plan de salvación. Hebreos dando a
conocer la naturaleza divina lo hace por medio de la siguiente terminología:
a. El cual, siendo (1:3), o “el que es” lo que denota que en el principio
Cristo no apareció ni vino a la existencia, es la misma expresión de Éxodo
3:14 como nombre de Dios.
b. Resplandor (avpau,gasma), “esplendor”, “reflejo”. El Padre y el Hijo son
inseparables, refleja al Padre.

19 Pfandl, El don de Profecía, 17.


20 Leon Morris, Hebrews (ed. F. E. Gaebelein, The Expositor’s Bible Commentary
(Grand Rapids, Mich.: Zondervan, 1981), 21:13.
21 Bruce, Hebrews, 3.
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c. Gloria (do,xhj) la gloria de Dios es la suma total de todos sus atributos.


La gloria de Dios es su carácter,22 él ya era el resplandor. El resplandor del
Hijo es por consiguiente, una extensión de la gloria de Dios.23
d. Imagen misma (carakth,r) la marca misma. Cristo es el sello o la im-
pronta exacta de Dios.24
e. Sustancia (u`posta,sewj) lo que está debajo, “esencia”, “realidad” signifi-
ca más que la semejanza externa, Cristo es la expresión exacta y verdadera
de la naturaleza íntima de Dios.25

3.3. Jesús, el ángel de Dios


Una forma de revelación de Dios fue la teofanía. El AT registra mu-
chos casos de apariciones del “Ángel de Jehová” (Gn 17:1, 22; 18:1; 26:2;
32:30; Éx 3:2-6; 33:11, etc.). “El Ángel de Jehová identificado como Dios,
fue una manifestación temporaria de Jesucristo mismo”.26 De modo que el
Ángel de Jehová identificado en Éxodo 23:21 de quien dice Dios “obedece
su voz… porque en él está mi nombre” es el mismo que habló con Moisés
en el Sinaí (Hch 7:38).
Durante el período intertestamentario se desarrolló significativamente
la angelología judía. En este período se puso énfasis en la trascendencia
divina y se describía a Dios como separado del ser humano. Los interme-
diarios se hacían necesarios.27 Se da a través de las enseñanzas rabínica de
la época el peligro de deificar a los ángeles ya que estos eran mediadores

22 Elena de White, El Deseado de todas las gentes (Buenos Aires: ACES, 2003), 11.
23 Simón J. Kistemaker, Hebreos (Grand Rapids, Mich.: Subcomisión Literatura
Cristiana, 1991), 42.
24 El vocablo carakth,r viene del verbo cara,ssw en el sentido de grabar, se usaba
especialmente en la impresión de sellos y acuñación de monedas. Así, el Hijo
de Dios es la imagen de lo que Dios es. Es la única vez que aparece en el NT.
Véase William L. Lane, Hebrews 1-8 (Word Biblical Commentary; Dallas, Tx.:
Word Book, 1991), 47A:12.
25 CBA, 7:411.
26 Pfandl, El don de profecía, 16.
27 Se creía que los ángeles controlaban los fenómenos naturales, las estaciones del
año, la paz, la muerte, la enfermedad y que formaban una jerarquía dirigida por
siete de ellos. Véase Rodríguez. Introducción a Hebreos, 42,43.
Chuquimia: Hebreos 127

entre Dios y los hombres.28 Por lo tanto era necesario mostrar que el Hijo
estaba incalculablemente por encima de los ángeles.
Por otro lado, puede ser que hubiera habido una razón especial, si es
que doctrinas diversas y extrañas contra las cuales los hebreos son adverti-
dos (13:9) incluían una doctrina de adoración a los ángeles como la que
había sido introducida a los cristianos de Colosas.29
Los ángeles cumplieron su labor de mensajeros y hay que resaltarlos.
Pero llegó una era de revelación en Jesús, el Hijo de Dios, exaltado supre-
mamente por su Padre: “Como Dios no tuvo mensajero más grande que
su Hijo, no tuvo tampoco otro mensaje más allá del evangelio”.30 Final-
mente, aclarando toda duda de confusión, se dice que los ángeles “son es-
píritus ministradores enviados para servicio de los que serán herederos de
la salvación” (Heb 1:14).

3.4. Jesús, profeta como Moisés


Moisés era una figura histórica muy importante en el pensamiento ju-
dío. Era el hombre a quien Dios se había revelado y había escogido para
liberar a su pueblo. Dios había hablado con él cara a cara. Fue el que reci-
bió directamente los Diez Mandamientos, esta ley era lo más importante
para ellos. Para un judío habría sido imposible concebir que alguien pudie-
ra estar más cerca de Dios que Moisés y, sin embargo, el autor de Hebreos
nos dice que Jesús siempre ha estado más cerca de Dios que Moisés31.
Por otro lado, el judaísmo helenístico lo exalta mucho más allá de lo
que el AT lo permitiría, convirtiéndolo en el hombre ideal, el hombre per-
fecto.32 De esta manera, Moisés vino a convertirse en un tipo de Mesías.
Moisés cumplió fielmente su labor de liderazgo y de mayordomo sobre
la casa de Dios (3:2), pero Jesús tiene mayor honra que Moisés ya que él
hizo la casa, por lo tanto es Señor de la casa (3:3-6). Moisés cumplió fiel-
mente su rol de mediador y revelador de los planes de Dios a su pueblo,
pero Jesús es la revelación encarnada.

28 William Barclay, Hebreos (Comentario al NT, Terrassa, Barcelona: CLIE, 1995),


13:27-29.
29 Bruce, La Epístola a los Hebreos, 9.
30
Ibíd., 26.
31 Barclay, Hebreos, 38, 39.
32 Rodríguez, Hebreos, 47.
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3.5. Jesús superior a toda manifestación


revelada en el AT
Por otro lado tenemos las parábolas y símbolos que apuntan a resaltar
la vida, muerte y resurrección de Jesús, por medio de la obra de personajes
históricos: Moisés, Aarón; de los elementos del santuario: muebles, utensi-
lios, colores, medidas, etc., y los animales que revelan la obra de redención
de Jesús.33
El culto israelita se centraba en los ritos y fiestas del sistema del santua-
rio. Sin embargo, “más que ritual, el propio sistema constituía una tipología
integrada que presagiaba el evento de Cristo y el completo desarrollo del
plan de salvación”.34
Dios se reveló en el AT por medio de manifestaciones como los mila-
gros realizados durante el Éxodo: el cruce del Mar Rojo, la nube de día y
columna de fuego de noche, el maná que caía diariamente menos el sába-
do, el agua que salió de la roca, etc., que nos muestran la naturaleza pode-
rosa y misericordiosa de Dios.
En Hebreos toda la realidad histórica de personas, eventos e institucio-
nes del AT tienen su correspondencia en un Jesús real: “El interés del au-
tor de Hebreos en todo el sermón es fundamentar la confianza cristiana en
hechos objetivos… divinidad real, humanidad real, un sacerdocio real, y
podemos añadir, un ministerio real en un santuario real”.35

33 Richard Davidson realiza un estudio basado en la perspectiva de la tipología


vertical y horizontal del santuario. Respecto a la dimensión horizontal mani-
fiesta que todas las figuras y símbolos encontrados en el santuario del desierto
revelan a Dios entre su pueblo y al Mesías venidero en todas sus facetas de su
ministerio salvador. Véase Richard Davidson, “Typology in the Book of He-
brews”, en Issues in the Book of Hebrews (ed. Frank B. Holbrook; Silver Spring:
Biblical Research Institute, 1989), 142-146.
34 Richard Davidson, “Tipología del Santuario”, en Simposio sobre Apocalipsis I (ed.
Frank Holbrook, Florida: Asociación Publicadora Interamericana, 2010), 117.
35 William G. Johnson, In Absolute Confidence: The Book of Hebrews Speaks to Our
Day (Nashville, Tenn.: NT Southern Publishing Association, 1979), 91.
Chuquimia: Hebreos 129

4. LA REVELACIÓN DEL MINISTERIO DE JESÚS


El aporte de la Epístola a los Hebreos es revelar de manera secuencial y
detallada el ministerio sumo sacerdotal de Jesús en sus tres facetas: (1) Je-
sús como sacrificio y Nuevo Pacto; (2) Jesús como rey, y (3) Jesús como
Sumo Sacerdote.

4.1. La faceta de Jesús como sacrificio y Nuevo Pacto


Si bien en todo el NT se desarrolla la muerte sustitutoria de Jesús, He-
breos revela por medio de muchas imágenes y términos esta muerte susti-
tutoria.
Hebreos resalta la centralidad de la sangre de Jesús en todo la epístola,
se menciona 21 veces36 y es única al referirse “sin derramamiento de san-
gre” (9:22). Se podría resumir el sacrificio de Cristo de la siguiente manera:
(1) Jesús se ofreció a sí mismo como sacrificio (7:27; 9:14, 25, 26; 10:12)
tomando la iniciativa, aceptó voluntariamente la humillación el sufrimiento
y la muerte (2) el sacrificio de Jesús hizo posible el perdón, la santificación
y la perfección de las personas (10:10, 14, 18) y (3) Jesús murió por los pe-
cadores, como sacrificio sustitutivo “para expiar los pecados del pueblo”
(2:17).37 Este sacrificio es pleno y definitivo: “una vez y para siempre” y
“una sola vez” (9:24-28; 10:10-14). Si no fuera así, no superaría el sistema
ceremonial del AT.
El NT utiliza una variedad de términos tales como justificación, expia-
ción, reconciliación, rescate, estar en Cristo, etc., para describir la actividad
salvadora de Dios. Estas no están en la Epístola a los Hebreos, sin embar-
go, encontramos el énfasis de que Jesús hizo la “purificación” de nuestros
pecados ya en el prólogo (1:3); nuestras conciencias deben ser purificadas
(9:14); las cosas celestiales necesitan purificación (9:23), la sangre de Jesús
proporciona purificación definitiva ((9:14, 22; 10:22); los que han sido puri-
ficados son llamados a evitar la contaminación.
El “nuevo pacto” como cumplimiento de la promesa hecha en Jeremías
31:31-34 permea toda la sección central de Hebreos (8-10). Llama al pacto

36 Hebreos 2:14; 9:7, 12, 13, 14, 18, 19, 20, 21, 22, 25; 10:4, 19, 29; 11:28; 12:4,
24; 13:11, 12, 20).
37 Mueller, Acerquémonos confiadamente…, 103, 104; Juan Carlos Pizarro, “Hacia
una teología de la sangre en la Epístola a los Hebreos” (Disertación doctoral
en Teología, Universidad Adventista del Plata, Libertador San Martín, 2004).
130 Evangelio - Revista bíblico-teológica

de Moisés como primer pacto y dice que ha envejecido y realiza un con-


traste con el pacto nuevo, mejor y eterno (8:6, 13; 9:15; 13:20).
Estos dos pactos tienen semejanzas y diferencias. Los participantes son
los mismos: Dios y su pueblo. Dios toma la iniciativa y él salva, hay bendi-
ciones y ciertos deberes. La meta de los pactos es establecer la presencia de
Dios entre su pueblo.38 Sin embargo, el nuevo pacto difiere del antiguo,
pues tiene un nuevo sacerdocio, un sacrificio mejor y definitivo, un mejor
santuario, la internalización de la ley y un nuevo ceremonial de adoración o
liturgia. Por otro lado, Hebreos utiliza dos adjetivos griegos para nuevo: el
término kainós (8:8, 13) que implica algo que nunca se había oído, desco-
nocido, admirable y neós (12:24) que tiene el sentido de que algo es recien-
te.39 Ambos términos determinan al pacto como algo totalmente nuevo y
cualitativamente mejor.

4.2. La faceta de Jesús como Rey


Después de haberse ofrecido a sí mismo como sacrificio, ahora Jesús se
sienta en el trono “a la diestra del Padre”.40 Esta expresión se repite cinco
veces en la Epístola a los Hebreos (1:3, 13; 8:1; 10:12; 12:2).41 Esta repeti-
ción transmite la idea de su suprema exaltación y de su incomparable gran-
deza.
La primera referencia se realiza en Hebreos 1:3 en la que se menciona al
momento de identificar al Hijo, haciendo un resumen de lo que se tratará
en todo el escrito. En 1:13 del mismo capítulo se describe a Jesús sentado a
la diestra del Padre en comparación con la posición de los ángeles que son
sólo servidores del Padre. En 8:1, se identifica a Jesús como Sumo Sacer-
dote y como tal se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.
En cambio en 10:12 y 12:2 se refieren a la entronización de Jesús como la

38 Mueller, Acerquémonos confiadamente…, 74.


39 Lothar Coenen, Erich Beyreuther y Hans Bietenhard, Nuevo Diccionario Teológico
del Nuevo Testamento (Salamanca: Sígueme, 1993), 3:178.
40 La frase es tomada del Salmo 110 y es la única referencia en el AT a alguien
que esta entronizado junto a Dios. En la literatura judía posterior el salmo fue
interpretado como dirigido a un individuo que disfruta extraordinariamente el
favor de Dios. Véase Lane, Hebrews 1-8, 47A:16.
41 Esta expresión también se encuentra en otros pasajes del NT como en Mt
22:44; Mr 12:36; Lc 20:42,43; Mt 26:64; Mr 14:62; Lc 22:69; Hch 2:33,34; 5:31;
7:55, 56; Ro 8:34; Ef 1:20; Col 3:1; 1Pe 3:22.
Chuquimia: Hebreos 131

continuación de su sacrificio, menospreciando la vergüenza en la cruz por


los pecados. La expresión “se sentó” sugiere un comienzo, una inaugura-
ción, una coronación. Significa investir con autoridad, reconocer el dere-
cho de Cristo a tener jurisdicción.42
Era el principio, no el fin, de su actividad como mediador especial. Era la colo-
cación del sello de Dios sobre su obra de intercesión. Dios, sentando en esa
forma a Cristo a su diestra, colocó su aprobación sobre la obra que Cristo ha-
bía hecho en la tierra y la aceptó. Lo consagró como sumo sacerdote y, por lo
tanto, lo autorizó para que se desempeñara como mediador según el orden de
Melquisedec.43
Sentarse a la derecha de Dios es una expresión figurada que indica la
nueva y exaltada dignidad del Salvador, su plena autoridad, majestad, dig-
nidad y preeminencia sobre todo el universo creado.44

4.3. La faceta de Jesús como Sumo sacerdote


Hebreos utiliza el término “sacerdote” y palabras relacionadas 35 veces
en todo la epístola. Así, el título de avrciereu,j, “sumo sacerdote” se utiliza
diez veces (2:17; 3:1; 4:14, 15; 5:5, 10; 6:20; 7:26; 8:1; 9:11) y el título i`ereu,j,
“sacerdote”, dos veces directamente (7:21; 10:21) y cuatro de manera indi-
recta (7:3, 11, 15; 8:4). Estos términos parecen ser intercambiables,45 aun-
que se refieran a Jesús continuamente como Sumo Sacerdote. No se limi-
tan a su ministerio en el Lugar Santísimo, sino que se contempla el cuadro
general de Jesús como Sacerdote.
Esta fase sumo sacerdotal de Jesús, no pudo realizarse sin que se pre-
sentase primero como sacrificio. Después Hebreos presenta el meollo del
mensaje: “tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del
trono de la Majestad en los cielos” (8:1). “Él es Sacerdote-Rey de la huma-
nidad, nuestro sumo sacerdote real, para siempre ligado a nosotros por su
encarnación a fin de poder ministrar a nuestro favor la salvación que la
divinidad planeó”.46

42 Nichol, ed., CBA, 7:412.


43 Ibíd.
44 Frank G. Holbrook. The Atoning Priesthood of JesusChrist (Berrien Spring, Mich.:
Adventist Theological Society Publications, 1996), 4.
45 Rodríguez, Hebreos, 104.
46 Holbrook. The Atoning Priesthood of Jesus Christ, 6.
132 Evangelio - Revista bíblico-teológica

Jesús realiza su ministerio intercesor “delante de Dios a favor nuestro”


(9:24), por lo tanto “teniendo este sumo sacerdote, que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios… acerquémonos pues confiadamente al trono de la
gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”
(4:14-16).
4. CONCLUSIÓN
Hebreos es un escrito que muestra la naturaleza de la revelación de
Dios al hombre y resalta el clímax de su develamiento por medio de su más
grande manifestación: Jesús. Todas las pruebas anteriores obradas por me-
dio de profetas, símbolos, parábolas, etc., muestran de alguna manera a
Jesús como el objeto de su revelación.
Hebreos muestra varios principios sobre la revelación divina (1) existe
una continuidad en el desarrollo entre el AT y el NT (2) Dios toma la ini-
ciativa de revelarse insistentemente al hombre (3) Dios usa diferentes tipos
de revelaciones a fin de que el hombre comprenda en su lenguaje humano
(4) estas revelaciones provienen de Dios (5) en su afán de revelarse com-
pletamente al hombre, lo hace a través del Hijo y (6) Hebreos a través de
todo el escrito muestra las facetas del ministerio sumo sacerdotal de Jesús.
Por otro lado, Hebreos revela la naturaleza del plan de salvación que se
desarrolla en la encarnación, muerte, ascensión, entronización e interce-
sión. Algunos versículos usan los verbos en tiempo presente y expresan su
ministerio de intercesión-profético a favor de su pueblo. Se observa que se
interesa y viene a socorrer a los que son tentados (2:16, 18), se compadece
de nuestras debilidades (4:15; 5:2), interviene a favor de los hermanos y
hermanas (7:25). “El testimonio de Jesús cumple ese propósito, pues la
obra y el mensaje de los profetas no es algo separado de Cristo y del plan
de salvación; es parte integral del programa divino para los seres huma-
nos”.47
Finalmente podemos afirmar que Jesús es la mayor revelación de Dios
al hombre. Gracias a esto conocemos mejor su amor, su poder, el plan de
salvación y la certeza que ahora obra ministrando, intercediendo por nues-
tra salvación.

47 Viera. La voz del Espíritu, 8.

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