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La autodestruccién peronista
Fuente: LA NACION - Crédito: Alfredo Sabat
Martin Rodrigues Yebra [ S00 ]
13 de enero de 2019 O O O
Después de cuatro afios fuera del gobierno la maquinaria politica ma
saciable de la
Argentina se diluye en la irrelevancia.
Es un curioso fenémeno de autodestruccién de un partido y de unos dirigentes que
desobedecen a su ADN, mareado no por un ideario coherente en el tiempo sino por tres rasgos
esenciales: audacia sin limite, pragmatismo camaleénico y un apetito irrefrenable por el
poder.
ADEMAS
Netflix, a la cabeza de un cambio que no se detiene
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Resefia: En el estanque, de Al Alvarez
Alas puertas de unas elecciones presidenciales, en un pais bajo un régimen de ajuste y con un
gobierno liberal golpeado en su popularidad, el espejo le devuelve al peronismo una imagen
impensable. No tiene un lider consolidado. No vive una ebullicién interna trepidante por
ocupar el centro de la vida piblica. Y, més allé de algunas aventuras electorales voluntariosas,
el nico signo vital reconocible se da en el cotidiano desfile resignado al Instituto Patria, el
refugio portefio de Cristina Kirchner, tinica candidata con registros competitivos en las
encuestas.
La expresidenta batallé durante sus afios de apogeo para desarticular el partido donde
militaron ella y su esposo. Su fin era crear un artilugio propio, de ideologia mAs definida, que
rindiera culto a otras figuras y con una profunda mudanza en las jerarquias. Su derrota en
2015 preanunciaba el paulatino repudio a su figura, el inicio de una carrera salvaje por la
sucesién y la legada al final del camino de la siguiente encarnacién del peronismo. El ciclo
histérico que fue de Menem a Duhalde, de Duhalde a Kirchner.
Pero la historia se torcid. A los jefes peronistas les fallé la audacia para construir una
alternativa de gobierno, no tuvieron el pragmatismo esperable para dar vuelta la pagina del
pasado kirchnerista -del que tantos se confiesan "arrepentidos"- y moderaron al extremo el
apetito de poder.
Los que tienen algo se volvieron conservadores. Son esos gobernadores equilibristas que
tienen como tinico Norte no perder sus provincias. Y los intendentes bonaerenses que corren a
los brazos de Cristina sin mas conviccién que eternizarse en su quintita. Estn los reformistas
que reniegan del "bombo y el choripan", pero dicen que ahora no hay tiempo de pensar en algo
nuevo. Y los que eligen creer que la sefiora Kirchner es la pacificadora que el pafs necesita y
agradecen que los acepte de nuevo en su corte.
Faltan nueve meses para las elecciones y el PJ no tiene candidatos. Cristina se blinda en
Unidad Ciudadana, a pesar de las enormes dificultades que enfrenta para crecer mas alla de su
niicleo fiel de votantes. Massa, Urtubey y Pichetto anuncian que competiran por algo llamado
Alternativa Federal, de aleance incierto. Un grupo de sindicalistas de la CGT se desvive por
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convencer a Roberto Lavagna, el economista que alguna vez encabez6 una formula
presidencial de la UCR.
Alguna vez estuvieron todos juntos. Ahora no exhiben siquiera la rebeldia de pelear por
conquistar el liderazgo y someter al resto, como postula el manual peronista.
Se les agota el tiempo y no consiguen salir de la previsible trampa de la grieta que desde el
primer dfa les tendié Macri.
Por: Martin Rodriguez Yebra
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