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Si Tesla quería generar electricidad a coste cero, la bobina a la que se suele aludir
nunca generaría esa energía, sin que una fuente energética proporcione la
energía necesaria. La bobina Tesla sí permitía esto, fue quizá el primer dispositivo
que utilizó el moderno concepto de generar energía eléctrica a base de energía de
punto cero. La Bobina Tesla es capaz de producir energía a partir del espacio, del
vacío, como hoy lo hacen los aparatos de ese tipo, pero esa bobina tenía
rendimientos mucho más elevados, por lo que Tesla decidió usarla como
generador para distribuir la energía en todas partes, en definitiva, se trataba de un
amplificador de energía, a diferencia de la de Lodge, que es un amplificador de
tensiones, pero no de la energía de la fuente.
Solo Tesla conocía sus parámetros exactos para un mejor rendimiento, sus
resultados publicados dan a conocer pulsos unidireccionales de carga-descarga
los cuales son generadores de un poderoso campo radiante de energía
electrostática, que con las reglas tradicionales magnetoeléctricas de los
transformadores, es imposibles explicar, solo las mediciones dieron a conocer
nuevas relaciones matemáticas. Estas nuevas leyes de inducción electrostática
establecen que las ondas de choque radiantes se auto intensifican cuando
encuentran objetos segmentados. La segmentación era la clave de la activación.
Esta onda de choque no pasaba totalmente a través de los terminales de la
bobina, tratando la superficie de la misma en forma aerodinámica. El pulso de la
onda de choque se auto intensificaba exactamente como las presiones de gas lo
hacen en el tubo de Venturi. El incremento de la presión eléctrica se midió a lo
largo de la superficie de la bobina. Tesla señaló que los voltajes podían alcanzar
10.000 V por pulgada axial de superficie de la bobina.
Tesla descubrió que los voltajes de salida estaban matemáticamente relacionados
con la resistencia de la hélice, de forma que, con una gran resistencia se
alcanzaba el máximo voltaje, lo que desconcertó a Tesla por un tiempo. Tesla
encontró que no había corriente medible en esta bobina secundaria. El voltaje
puro emanaba por cada centímetro de superficie de la bobina.
Todo esto fue realizado en 1890, el año que Tesla desarrollaba el transformador
que todos conocemos.