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La autenticidad en la personalidad hace el estilo

Ser auténtico significa tener el valor de ser el que cada uno realmente es, en forma íntegra y
sincera, sin tener en cuenta modelos externos, modas, tradiciones o creencias y aceptando todas
las limitaciones y cualidades que cada uno posee.

Para ser una persona auténtica se requiere conocerse bien y estar atento para no desviarse del
camino de la sinceridad.

Parece ser una tarea difícil esto de actuar con integridad en un mundo donde la mayoría intenta
parecerse a los demás y llega hasta el extremo de arriesgar la vida para tener el físico ideal, leer
el mismo libro, asistir la misma película y no se atreven a incursionar en su interioridad para saber
qué es lo que realmente se desea como ser único y diferente.

Como siempre digo, lo importante es el buen humor, la actitud y hacer lo que nos gusta con
alegría, conservar los afectos, darle importancia a lo verdadero y no correr detrás de cosas
pasajeras.

Aprender a estar con nosotros mismos sin aburrirnos, querernos y admirarnos por todo lo que
somos y ser pacientes y dulces con nuestros defectos y nuestros errores.

Estar solos nos permite conocernos mejor y valorarnos como personas. Aceptar nuestras
limitaciones para poderlas trascender es la “receta mágica” porque disimularlas o adoptar poses
de otro de nada nos sirve… en mi caso cuando descubro que una persona se esta esforzando
por ser auténtico disimulando sus características naturales o adoptando poses de otros me
incomoda y hace que las mantenga lejos de mi entorno.

Ya es sabido que el cuerpo traduce en enfermedades toda ausencia de deseo o todo deseo
auténtico no cumplido, y lo importante no es lo que no tenemos sino qué hacemos con lo que sí
tenemos.

Conseguir nuestro espacio siendo de verdad auténtico, es un camino un poco más largo que “el
convencional”, y claro, no es un camino para todos. Hay que estar dispuesto a recibir críticas y
oír muchos “no”.

Aún siendo un camino largo y costoso, al final tiene su recompensa: la de saberse valorado por
lo que de verdad se es y por el valor real que se aporta.

Levantarse cada mañana y poder mirarse al espejo sin bajar los ojos; saber que tu marca deja
una verdadera “huella”; saber que se te valora por ti mismo, por tus aportes y no por un ser un
personaje inventado…esa es la “recompensa”.

Cada cual elegirá el camino que quiera y que sea capaz de transitar, sabiendo que elijas los que
elijas tiene su consecuencia, y que esa consecuencia, más pronto o más tarde, es soportada por
cada uno de nosotros.

Quiero a mi lado personas auténticas ya que para mí, una crítica constructiva vale más que mil
elogios falsos.

“Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que
ser.” Jean-Paul Sartre.
Identidad y autenticidad
Ambos conceptos de identidad y autenticidad, aunque expresen ideas diferentes, son
complementarios y de exigencia lógica recíproca.
En efecto, "ser idéntico" es ser igual a uno mismo y ser "auténtico" es ser fiel a lo que
uno es y representa. Ambos conceptos rechazan la falsedad, la manipulación,
hipocresía, impostura, el plagio y lo espurio; y ambos, a su vez, afirman lo original,
propio y peculiar o característico de cada persona, como sujeto individual y como
miembro de la sociedad.
La persona, aunque sociable por naturaleza, no es miembro ni desea formar parte de
un "rebaño" o conjunto social gregario, acéfalo y amorfo que anule su personalidad o
ponga en riesgo su título de identidad. Nadie renuncia a "ser quien es" en qué consiste
la identidad y nadie renuncia a "ser lo que es" en qué consiste la autenticidad, por lo
que la afirmación de lo personal repudia el anonimato por ser un mero guarismo en la
escala y estadística social que oculta la identidad y autenticidad de las personas.
Las personas no se resignan a la marginación social ni a la pérdida de su identidad en
el conjunto de la sociedad. Reivindican su individualidad personal, que les hace
irrepetibles e inconfundibles. No existen dos personas idénticas o iguales, por grande
que sea el parecido físico o morfológico que tengan. Por eso, la persona es individual
y no compartida y se distingue por sus rasgos típicos y característicos de las demás
personas afines o semejantes por mucho que sea el parecido que exista entre ellas.
Identidad y autenticidad representan sendos sentimientos que coinciden en la defensa
y afirmación de lo propio y original que no esté mistificado, manipulado o adulterado.
Lo "identitario", en sentido estricto, no puede interpretarse como excluyente ni como
superior o contrario a cualquier otra causa o proceso. La identidad consiste en afirmar
lo propio y profundizar en sus raíces y orígenes para garantizar la autenticidad de las
diferencias que lo tipifican e individualizan. Diferenciar no es desunir, ni mucho menos
enfrentar; es definir lo que "uno es" en el conjunto de la relación y convivencia social.
Lo "auténtico" consiste en que todo lo que merezca esa calificación se corresponda
con una obra o producto que inequívocamente sea de su verdadero autor. Si lo
"auténtico" no está respaldado o no es obra de su autor, el resultado es inauténtico y
falso. En Derecho, la interpretación "auténtica" es la que hace el propio autor de la
norma que puedan tener en cuenta los órganos judiciales a la hora de su aplicación; si
bien, no es la única regla de hermenéutica legal que admite nuestro ordenamiento
jurídico. Todo ello, con independencia de que, promulgada la ley, ésta se independiza
del autor o Cuerpo Legislativo que la haya aprobado y entra de lleno en el ámbito de la
interpretación judicial, libre y soberana del juez o tribunal que haya de aplicarla.
Finalmente, las garantías de identidad y autenticidad sirven para evitar la falsificación
o plagio de los bienes, productos o servicios, necesarios para la sociedad y la posible
suplantación de personas por otras distintas de su verdadero titular. Todo lo expuesto,
sin obviar ni olvidar la importancia de esos conceptos para la seguridad jurídica de las
personas y la seguridad del tráfico mercantil en la vida social y de los negocios.
La personalidad es un conjunto de formas de comportarse y pensar que suponen diferencias
individuales y que se ven afectadas por el desarrollo de la persona. Incluye actitudes, formas de
relacionarse con los demás, habilidades, hábitos y formas de pensar.

Se trata de un constructo, que al igual que la inteligencia, ha generado numerosas


investigaciones. A lo largo de la historia, numerosas personas han intentado definirla, así como
plantear posibles teorías que faciliten la comprensión de un concepto, que a simple vista parece
fácil.

El concepto personalidad es utilizado en la vida diaria por muchas personas, como dijo Burham
en 1990, “todo el mundo sabe lo que es la personalidad, peor nadie puede expresarlo con
palabras”.

¿Cuántas veces hemos utilizado la palabra personalidad en nuestra vida diaria? Se suele utilizar
en diferentes ámbitos:

-Para definir aquellas personas competentes en su vida “Mateo es un chico con mucha
personalidad”.

-Para referirnos a alguna eminencia que ha realizado algo importante “Eysenck es una
personalidad en su campo”.

-Para referirnos a alguien que es diferente a los demás, y que no se deja llevar por lo que otros
digan “Marta tiene mucha personalidad”; o bien lo contrario “Rocío no tiene ninguna
personalidad”…

Definición de personalidad

Como vemos el término es utilizado para designar diferentes aspectos pero, realmente, ¿qué
entendemos por personalidad? Realmente no existe unanimidad al definirla y existen diferentes
definiciones:

 Se trata de la organización dinámica o conjunto de procesos que integran el flujo de


la experiencia y la conducta.
 Otros la definen en relación al autoconcepto (cómo se define el individuo), o el sentido
del individuo de quien es él.
 Forma característica de pensar y comportarse, como hábitos, actitudes, o, en
general, peculiar forma de adaptación al entorno.

Por su parte, Pervin y Jhon definen la personalidad como las características que dan cuenta de
los patrones consistentes de sentir, pensar y actuar. Estos patrones cumplen la función de
adaptación del individuo al entorno, mostrando su forma habitual de afrontar las situaciones.

Allport decía que se trataba de la organización dinámica intraindividual de los sistemas que
determinan su ajuste único al ambiente.

Por otra parte, Eysenck entiende la personalidad como la suma de los patrones de
comportamiento determinados por la herencia y el ambiente que se originan y desarrollan a
través de la interacción de los sectores: Cognitivo o inteligencia, actitud o temperamento, carácter
y constitución.
En definitiva, en base a las definiciones de personalidad que se han propuesto a lo largo del
tiempo, se extraen los siguientes aspectos fundamentales:

 La personalidad se trata de un constructo hipotético que incluye una serie de rasgos,


relativamente estables a lo largo del tiempo y consistentes (no varían de una situación
a otra) y que permite predecir la conducta.

 En la personalidad se incluyen otros elementos como cogniciones, afectos y


motivaciones que determinan la conducta y que pueden explicar que a veces la
personalidad no sea tan consistente y estable en algunas circunstancias.

 Abarca la totalidad de las funciones y las manifestaciones conductuales, las cuales


serán fruto de elementos estables y dinámicos, influencias personales, sociales y
culturales. Es algo distintivo y propio de cada individuo y éste buscará adaptar su
conducta a las características del entorno, a ésto se le denomina “coherencia
conductual”.

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